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MÓDULO 7:
LA EDUCACIÓN EMOCIONAL .
2ª PARTE
La educación emocional
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ÍNDICE 1 ASPECTOS A TENER EN CUENTA PARA UNA BUENA EDUCACI ÓN EMOCIONAL: ........................................ ............................................................ 3
2 MIEDO (ESTRÉS Y ANSIEDAD): ...................... ......................................... 7
2.1 EL MIEDO EN LOS ADULTOS: ...................... ..................................... 8
2.2 EL MIEDO EN LOS NIÑOS: ........................ ....................................... 10
2.2.1 En la primera infancia: ..................... .......................................... 10
2.2.2 De 2 a 6 años:............................... ............................................... 10
2.2.3 De 7 a 11 años: ............................. ............................................... 10
2.2.4 En la pre adolescencia: ..................... ......................................... 10
2.2.5 En la adolescencia: ......................... ........................................... 11
2.3 COMO TRATAR EL MIEDO INFANTIL: ................ ............................. 12
2.3.1 Nunca ridiculizar ni al niño, ni a su miedo: .............................. 12
2.3.2 Afrontar juntos los miedos: ................. ...................................... 12
2.3.3 Ayudarle a que él mismo evalúe su propio nive l de miedo: ... 12
2.3.4 Actuar como modelo: ......................... ........................................ 12
2.3.5 Evitar, ver películas o dibujitos animados qu e puedan producirles miedo:................................. .................................................. 12
2.4 ACTIVIDADES PARA LA GESTIONAR EL MIEDO EN LOS N IÑOS:13
2.4.1 La cajita del miedo: ........................ ............................................ 13
2.4.2 Dibujar nuestro miedo: ...................... ........................................ 13
2.4.3 El que tuvo miedo: .......................... ............................................ 14
2.5 CUENTOS SOBRE EL MIEDO Y LA VALENTÍA: ......... .................... 16
2.5.1 El Marinero Valiente y el Monstruo: ......... ................................. 16
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1 ASPECTOS A TENER EN CUENTA PARA UNA BUENA EDUCACI ÓN
EMOCIONAL:
Para una buena educación es importante:
1. Dejar que los niños expresen sus propias emocion es, no
reprimírselas.
Cuando le decimos a un niño:
“No llores, todo está bien”.
“Por favor, controla tu enfado”.
Estamos reprimiendo su emoción y no estamos validando lo que está
sintiendo.
En cambio sí le decimos:
“Si necesitas llorar, llora” le estamos dando lugar a que exprese
esa emoción.
Es necesario en este punto, enseñarle a expresarlo de forma apropiada,
regular esa expresión, es decir, si un niño de 6 años está enfadado, lo
puede expresar, por ejemplo:
“Estoy enfadado quiero/necesito…”
2. Hablar en casa o en el aula de las emociones de forma natural:
Hablar de cómo nos sentimos nosotros y de cómo se pueden sentir los
demás (sin juzgar) ayuda a que los niños aprendan el significado de las
emociones y a expresarlas, así como a empatizar con las emociones de los
demás.
Por ejemplo, cuando contamos cómo nos ha ido en el trabajo, con los
amigos, en el cine, podemos expresar no solo los hechos, sino también
como nos hemos sentido.
Acompañar los hechos de las emociones sentidas, ayuda a ampliar el
vocabulario emocional.
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3. Expresarle nuestro amor incondicional:
Los niños han de saber que le queremos incondicionalmente, sientan la
emoción que sientan, tanto si se enfadan, como si tienen celos.
A muchos niños les pasa que cuando nos enfadamos, ellos traducen ese
enfado en su fuero interior con:
“Ya no me quieren”.
Decirles que estamos enfadados pero que les seguimos queriendo reduce
mucho el nivel de estrés o ansiedad que le puede producir nuestro enfado y
les tranquiliza. Les ayuda a escuchar mejor y a poder resolver el conflicto.
4. Acompañar el lenguaje emocional con el lenguaje no verbal:
Si estás contento, expresarlo con una sonrisa.
Si estas triste o enfadado expresarlo acompañado de tu lenguaje no verbal
cuando te sientes así, cruzando los brazos, frunciendo el ceño, etc.
Así los niños aprenderán más fácilmente y a través de la experiencia lo que
significa cada emoción.
5. Enseñarles que la emoción no ha de ir acompañado de un
determinado comportamiento :
La emoción y determinados comportamiento no siempre han de ir unidos.
La emoción la podemos expresar o sentirla (sin necesidad de hacer o decir
nada) pero no ha de derivar en comportamientos dañinos para sí mismo o
para los demás, por ejemplo, la ira no debe derivar en violencia.
6. Ayudar al niño a empatizar con los demás:
Es importante ayudar a los niños a comprender como se sienten los demás.
Conocer que sentimientos pueden tener los demás es fácil a través de
preguntas como:
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¿Cómo te sentirías tú sí…?
O ayudándole a reconocer la emoción:
“Él se siente así… porque…”
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2 MIEDO (ESTRÉS Y ANSIEDAD):
El miedo, es una emoción básica que compartimos tanto humanos como
animales. Gracias al miedo, el ser humano ha podido detectar los peligros y
ha servido como base de su supervivencia.
Cuando sentimos miedo las pupilas se agrandan para ver mejor y el
corazón envía toda la sangre a las piernas para que podamos correr más
rápidamente y huir.
Se siente miedo ante un peligro o amenaza real o inminente. Este peligro o
amenaza puede existir en nuestro presente, o en nuestro pasado (es decir
una amenaza o un peligro que ya pasó) o en nuestro futuro.
El miedo aparece porque creemos que vamos a sufrir un daño, y si se cree
con mucha fuerza, el miedo se puede convertir en terror.
Todos sentimos miedo o hemos sentido miedo alguna vez en nuestra vida.
Incluso podemos sentir miedo a aquello que deseamos, como tener éxito o
ser felices.
El miedo está muy relacionado con la Ansiedad y el Estrés, la diferencia
está en que:
La ansiedad: Se experimenta ante la amenaza o un peligro posible,
pero poco probable, es más que la suposición de un peligro potencial
que un peligro real.
El estrés: Es un estado emocional que se experimenta cuando estamos
ante retos o amenazas que creemos superan nuestros recursos.
El miedo nos puede ayudar a estar alertar del pelig ro o de la amenaza.
En cambio el terror nos paraliza y no nos deja pens ar.
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Tanto la ansiedad como el estrés están relacionados con preocupaciones
originadas por la falta de tiempo, exceso de responsabilidad, la dificultad de
decir “no”, etc.
2.1 EL MIEDO EN LOS ADULTOS:
Como adultos nosotros también sentimos miedo, quizás un miedo diferente
al que teníamos cuando éramos niños o adolescentes, pero que en realidad
también nos impiden hacer cosas.
Muchos de estos miedos están interrelacionados unos con otros. Muchas
veces podemos sentir miedo a algo y si ahondamos en ese miedo, lo que
sucede es que a lo que realmente sentimos miedo es a otra cosa diferente,
pero nuestro inconsciente lo disfraza.
Mucho de nuestros miedos nos sirvieron en algún momento de nuestra vida,
para avisarnos de un peligro inminente o para avisarnos de alguna amenaza
que percibiéramos como tal. Pero puede ocurrir que este miedo se haya
instaurado en nosotros actualmente sin un significado aparente.
Estos miedos son tan diferentes como personas hay.
Podemos tener miedo a la soledad, a la imperfección, a ser juzgado, a
equivocarse, a tener éxito, al rechazo, a la dependencia, etc., pero en
realidad a lo que tenemos miedo es a otra cosa.
A continuación explicaremos los tipos de miedos más comunes haciendo
referencia a su opuesto. Aunque cada persona al igual que sus miedos son
únicos.
En realidad no tenemos miedo a lo que decimos que t enemos
miedo sino a su opuesto.
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TIPOS DE MIEDOS:
1. Miedo a la soledad: Tenemos miedo a estar acompañado y mostrar nuestro
verdadero yo.
2. Miedo a la imperfección: Tenemos miedo a ser perfectos y mostrar nuestra
vulnerabilidad.
3. Miedo a ser juzgado: Tenemos miedo a juzgar y sacar nuestro lado más
oscuro.
4. Miedo a equivocarse: Tenemos miedo a acertar y sacar lo mejor de cada
uno (nuestros dones), por lo que tendremos que responsabilizarnos de ellos y
no quejarnos.
5. Miedo al rechazo: Tenemos miedo a aceptarnos y a amarnos ya que ello
conlleva una responsabilidad muy grande.
6. Miedo a la dependencia: Tenemos miedo a ser autosuficiente y
responsabilizarnos de nosotros mismos.
7. Miedo al dolor: Tenemos miedo al placer, y disfrutar de cada cosa, de la
vida.
8. Miedo a la agresividad: Tenemos miedo a la ternura, a amar y ser amado
sin condicionantes.
9. Miedo al estancamiento: Tenemos miedo a fluir, a dejarnos llevar a perder
el control.
10. Miedo a la duda: Tenemos miedo a la certeza, y tener que
responsabilizarse de ella
11. Miedo al compromiso: Lo que tenemos miedo es a ser libre, a romper los
vínculos que nos atan, vínculos de amistad, vínculos familiares, creencias, etc.
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2.2 EL MIEDO EN LOS NIÑOS:
El miedo en la infancia está directamente relacionado con la inteligencia de
los niños. Aunque nunca nos lo hayamos planteados así, existen estudios
que reconocen que los niños más inteligentes sufren mayores temores,
debido a que se plantean cosas, hechos o hipótesis que otros niños no se
plantean. Sienten miedo ante peligros o amenazas que otros niños no ven o
no sienten.
Igualmente hay que tener en cuenta que los miedos son evolutivos y
normales según la edad del niño:
2.2.1 En la primera infancia:
El mayor miedo de un bebé es separarse de sus padres o cuidadores, ya
que de ellos depende su supervivencia.
2.2.2 De 2 a 6 años:
Se mantienen aún el miedo de la separación de los padres, pero además
florecen miedos procedentes de estímulos externos, como los monstruos,
los fantasmas, la oscuridad, etc.
2.2.3 De 7 a 11 años:
Los miedos se vuelven más realistas y específicos, suelen tener miedo a
hacerse daño físico (accidentes, heridas, inyecciones, etc.).
Pueden tener miedo al fracaso escolar, a las críticas, o algún compañero
que le pueda resultar amenazador, etc.
2.2.4 En la pre adolescencia:
Puede aumentar el miedo al daño físico, al fracaso escolar, a las críticas, y
el miedo entre sus compañeros a ser heridos o rechazados.
En la pre adolescencia se empieza a dar importancia a la propia imagen,
aparece el miedo a no gustar.
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2.2.5 En la adolescencia:
Se mantienen los mismos miedos que en la etapa anterior, surgiendo con
mayor intensidad los miedos derivados de las relaciones interpersonales y
de la propia imagen: el miedo a no ser aceptado, a no gustar, así como los
relacionados con los logros, las notas, el rendimiento deportivo, el miedo a
no ser reconocido, etc.
Es una etapa de búsqueda de su propia identidad, por lo tanto se
caracteriza por la ruptura de los lazos familiares.
Existen diferentes factores que pueden influir en los miedos:
Factores que pueden influir en el miedo infantil:
1. Patrones familiares: Padres con tendencias a ser miedosos, o con
episodios de ansiedad o estrés. Sus hijos tienen mayor tendencia a
padecer miedos, ansiedad o estrés. Ya que los niños repiten los
patrones emocionales y de conductas de sus padres.
2. Información negativa sobre un aprendizaje o esti mulo: Esto le
puede producir un recuerdo negativo y puede padecer miedo a que se
repita.
Por ejemplo, puede tener miedo a montar en bici, porque la primera vez
que monto se cayó y se hizo daño.
3. Aprendizaje directo: Un ejemplo puede ser el miedo a no poder
respirar de los niños que sufren asma.
4. Condicionamiento, o haber vivido una experiencia vital o
traumática: por ejemplo, miedo a conducir a raíz de un accidente de
coche.
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2.3 COMO TRATAR EL MIEDO INFANTIL:
2.3.1 Nunca ridiculizar ni al niño, ni a su miedo:
Por extraño y ridículo que nos parezca su miedo no hay que enfadarse, ni
reñirles, ni obligarles a afrontarlos.
Hay que hablar con ellos y explicarles que el miedo es normal es ciertas
circunstancias y sus ventajas positivas. Es importante que hablemos con
ellos y sepamos cual es la causa de su miedo. Siempre transmitiéndole
mucha tranquilidad y comprensión.
2.3.2 Afrontar juntos los miedos:
Acompañar al niño a afrontar sus miedos poco a poco. Existen diferentes
técnicas con las que podremos ayudar a afrontarlos (si el niño lo necesita
podemos acompañarle, en un principio).
2.3.3 Ayudarle a que él mismo evalúe su propio nive l de miedo:
Además de proporcionarle estrategias para ir superándolo.
2.3.4 Actuar como modelo:
Llevando a cabo la conducta temida para que el niño compruebe que no
pasa nada. Es más efectivo si el modelo lo hace un niño de su edad.
2.3.5 Evitar, ver películas o dibujitos animados qu e puedan
producirles miedo:
Películas o dibujos animados que puedan asustar o dar miedo al niño, bien
porque tengan un componente que pueda asustar al niño, o porque no sea
apropiado aún para su edad o madurez emocional.
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2.4 ACTIVIDADES PARA GESTIONAR EL MIEDO EN LOS NIÑO S:
2.4.1 La cajita del miedo:
Para niños de 3 a 6 años.
Objetivo: Eliminar los miedos propios de esta etapa.
Procedimiento: Se les da una cajita de madera, algo sencillo y no muy
grande (que ellos puedan manejar fácilmente), ha de ser de madera sin
barnizar para que la puedan colorear y personalizar a su manera.
Una vez que la han coloreado, se les cuenta que ésta es la cajita del miedo
y es una cajita mágica, en ella podemos meter nuestros miedos y estos
desaparecen.
Para ello han de cerrar los ojos, respirar profundamente pensando en algo
que les de miedo y lo imaginen tal cual es. Cuando estén asociados a ese
miedo (se les puede asociar recurriendo a los sistemas representativos,
V.A.K) puede abrir los ojos, abrir la cajita, soplar dentro, imaginando que
salen de ellos el miedo y lo meten dentro de la cajita. Se les pide que una
vez que hayan soplado el miedo en la cajita que la cierre, la agiten, y la
vuelva a abrir… y el miedo ya se ha ido.
2.4.2 Dibujar nuestro miedo:
Para niños a partir de 3 años.
Objetivo: Eliminar los miedos o transformarlos.
Procedimiento: Se le invita al niño a dibujar aquello que le da miedo, por
ejemplo, un monstruo, alguna pesadilla recurrente, etc.
Le decimos que nos explique el dibujo, le preguntamos si habla, como
habla, etc., que te lo describa utilizando todos los sistemas
representacionales, el visual (el dibujo), el auditivo (la voz), y el kinestésico
(la emoción que le produce, en este caso, el miedo).
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Luego le pedimos que haga el mismo dibujo, pero de forma que lo haga
más agradable, más bonito, de manera que le dé menos miedo, con
diferentes colores, formas, etc. La imaginación de los niños es infinita, por lo
que todo vale.
Además, para ir trabajando los sistemas representacionales, le podemos
ayudar diciéndole que tiene un mando a distancia mágico y que con ese
mando, puede silenciar su voz, ponerla más chillona, más grave, de pato
Donald, etc, le pedimos que lo coja (imaginario si quieres) y que le cambie
la voz si lo desea, y que te cuente que voz le ha puesto, ahora mirando el
dibujo y con el mando, pregúntale si ya le da miedo, y que es lo que siente
(Sistema Representacional Kinestésico).
Y para terminar le decimos que cada vez que le venga ese miedo que
recuerde su dibujo y su mando a distancia.
Se puede repetir varias veces para afianzarlo.
2.4.3 El que tuvo miedo:
Para niños a partir de 7 años.
Objetivo: Diferenciar del miedo que sirve, el que nos pone en alerta por
algo, del miedo que no sirve y además nos limita.
Procedimiento: Se les cuenta la siguiente historia y se hace una reflexión
sobre ella.
Cuento: El que tuvo miedo .
Juan y sus amigos salieron a bañarse a la playa. Les encantaban salir a
nadar, todos eran muy fuertes y valientes y podían nadar mar adentro sin
cansarse.
Cuando estaban nadando, de pronto, Juan escucho un ruido muy fuerte, era
como un crujir del mar, miro a sus compañeros con desconcierto, pero no
vieron nada, de pronto volvieron a oír el mismo rugido pero más fuerte, a
Juan le entro mucho miedo y no pudo evitar volver a la playa y esconderse.
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Los demás se quedaron extrañados, pues para ellos no había motivo para
tener miedo. De repente una gran ola, tan grande como una casa, se
levantó sobre ellos y los arrastro a una isla desierta perdida en medio del
mar.
Juan se pudo salvar gracias al miedo que sintió.
Hoja de trabajo:
Miedos que sirven Miedos que No sirven
Tener miedo cuando caminas cerca de
un acantilado: nos hace ir más
despacio.
Tener miedo a dormir fuera de casa:
nos impide disfrutar de otros lugares y
experiencias.
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2.5 CUENTOS SOBRE EL MIEDO Y LA VALENTÍA:
2.5.1 El Marinero Valiente y el Monstruo:
Después del naufragio de un barco, un marinero aparece en una tierra
desierta rodeada por mar por todos lados excepto uno, en el que hay una
gran montaña escarpada.
Para no morir de hambre, decide subir a la cumbre para ver si puede llegar
al otro lado. Al llegar a la cima, cubierta de nieve, con un frío terrible y una
gran ventisca, comprueba que hay un pequeño camino custodiado por un
gran monstruo que no para de gritar:
- ¡Uuh, uuh, uuh!
El marinero, que está muerto de miedo, mira alrededor y ve un montón de
animalitos que se habían quedado congelados mirando con cara de horror
al monstruo.
Así que cómo no le quedaba más remedio que superar su miedo sino quería
quedar congelado de frio, se arma de valor para atravesar el camino y
enfrentarse al monstruo.
Según cruza, el monstruo se va deformando hasta convertirse en un montón
de rocas con forma amenazante, y sus gritos resultan ser el viento soplando
en una pequeña gruta.
El marinero siguió avanzando y pudo cruzar la montaña y descender hasta
un valle muy hermoso lleno de bosques y comida en el que fue muy feliz, y
fue conocido en todas partes como el Marinero Valiente.
Cuento sobre la valentía y la decisión.
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2. El fantasma con miedo :
En el castillo más grande, más oscuro y más solitario que podamos imaginar
vivía Bubuah, el fantasma.
Sus gritos y aullidos eran tan terroríficos que podían helar la sangre de un
dragón y el alma del mejor guerrero. Así Bubuah se había convertido en el
más famoso de los fantasmas y había conseguido que nadie quisiera
acercarse al castillo.
Lo que no nadie sabía era que Bubuah, en el fondo, solo era un fantasma
llorón y miedica. Como no quería estar solo y a oscuras, lloraba en cuanto
se hacía de noche. Y como cualquier ruido le asustaba, chillaba con solo
sentir los pasos de una hormiga. Y durante más de 500 años no hizo otra
cosa que llorar y gritar.
Pero una noche se aburrió de hacer siempre lo mismo. Después de tantos
años de lloros y chillidos, no había aparecido ningún monstruo para
comérselo, ni le había atacado ningún niño malvado. Vamos, que estaba
cansado y le dolían los agujeros de la sábana de tanto llorar, así que pensó
que podría hacer algo diferente. Y como era un fantasma divertido al que le
encantaba jugar, inventó un juguete especial: "La Ruleta del Gran Susto". Lo
único que tenía que hacer era lanzar la ruleta cuando sintiera miedo, y la
ruleta le diría qué hacer. Así no tenía que estar haciendo siempre algo tan
aburrido y cansado como llorar y gritar, sino que podría hacer otras cosas,
como bailar, cantar, dar palmas, eructar, o cualquier otra cosa que se le
ocurriera añadir a la ruleta.
Aquel juguete resultó un invento genial, porque como Bubuah se asustaba
por todo se pasaba las noches tirando la ruleta, y le tocaba cantar, o
bailar, o alguna de las otras cosas que escribía en la ruleta cada noche. Sin
embargo, según fue pasando el tiempo, notó que cada vez sentía menos
miedo, y que cada vez tenía que lanzar la ruleta menos veces. Descubrió
Como combatir el miedo creativamente.
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que haciendo otras cosas se había convirtiendo en un fantasma mucho más
valiente y más alegre, por lo que ya apenas necesitaba su ruleta.
Con el tiempo, el castillo de Bubuah dejó de ser tan terrible, y algunas
personas comenzaron a visitarlo. Hasta el fantasma era capaz de acercarse
a ellos sin asustarse. Pero un día un niño lo descubrió en su escondite, y se
asustó tanto que comenzó a llorar y gritar ¡Qué susto se llevó el fantasma!
Pasó tanto miedo que tuvo que tirar la ruleta 100 veces. Fue entonces
cuando se dio cuenta que lo que le había asustado tanto eran los gritos y el
llanto del niño, había descubierto lo más terrible, lo que más miedo da de
todas las cosas: los gritos y los lloros.
Y juntando todo el valor que tenía bajo la sábana, se acercó al niño y le
regaló su Ruleta del Gran Susto.
Al niño le gustó tanto el regalo que rápidamente se pusieron a jugar juntos,
estuvieron los dos cantando, bailando y haciendo mil juegos.
Y el fantasma se sintió tan feliz de haber descubierto cómo curar el miedo,
que desde entonces se dedica a fabricar ruletas para regalárselas a
aquellos niños que lloran y gritan tanto que asustan como el peor de los
fantasmas.
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3. El miedo es blandito y suave :
Marina era una niña que tenía mucho miedo de la oscuridad. Al apagarse la
luz, todas las cosas que había en su habitación y todas las sombras le
parecían los más temibles monstruos. Y aunque sus papás le explicaban
cada día con mucha paciencia que aquello no eran monstruos, y ella les
entendía, no dejaba de sentir un miedo atroz.
Un día recibieron en casa la visita de la tía Valeria.
Era una mujer increíble, famosa por su valentía y por haber hecho miles de
viajes y vivido cientos de aventuras, de las que incluso habían escrito libros
y hecho películas.
Marina, con ganas de vencer el miedo, le preguntó a su tía cómo era tan
valiente, si alguna vez se había asustado.
- “Muchísimas veces, Marina. Recuerdo cuando era pequeña y tenía un
miedo terrible a la oscuridad. No podía quedarme a oscuras ni un
momento.”
La niña se emocionó muchísimo; ¿cómo era posible que alguien tan valiente
pudiera haber tenido miedo a la oscuridad?
- “Te contaré un secreto. Quienes me ensañaron a ser valiente fueron unos
niños ciegos. Ellos no pueden ver, así que si no hubieran descubierto el
secreto de no tener miedo a la oscuridad, estarían siempre asustadísimos.”
- “¡Es verdad!?” -dijo Marina, muy interesada- “¿me cuentas ese secreto?”.
- “¡Claro! su secreto es cambiar de ojos. Como ellos no pueden ver, sus ojos
son sus manos. Lo único que tienes que hacer para vencer el miedo a la
oscuridad es hacer como ellos, cerrar los ojos de la cara y usar los ojos de
las manos”.
- “Te propongo un trato: esta noche, cuando vayas a dormir y apagues la
luz, si hay algo que te dé miedo cierra los ojos, levántate con cuidado, y
Como vencer el miedo a la oscuridad.
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trata de ver qué es lo que te daba miedo con los ojos de tus manos... y
mañana me cuentas cómo es el miedo”.
Marina aceptó, algo preocupada. Sabía que tendría que ser valiente para
cerrar los ojos y tocar aquello que le asustaba, pero estaba dispuesta a
probarlo, porque ya era muy mayor, así que no protestó ni un pelín cuando
sus padres la acostaron, y ella misma apagó la luz.
Al poco rato, sintió miedo de una de las sombras de la habitación, y
haciendo caso del consejo de la tía Valeria, cerró los ojos de la cara y abrió
los de las manos, y con mucho valor fue a tocar aquella sombra misteriosa...
A la mañana siguiente, Marina llegó corriendo a la cocina, con una gran
sonrisa, y cantando.
-"¡El miedo es blandito y suave!... ¡Es mi osito de peluche!".