Mecanismos de Defensa.pdf

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  • so ANNA FREUD

    histcrica~ente frente al conflicto con su vida instintiva. Otra nia, que atravesaba an el perodo de latenci~

    haba logrado de tal modo reprimir la envidia al pene de su hermanito -afecto que dominaba enteramente su vida--, que inclusive en el anlisis resultaba sobre . manera difcil despistar sus rastros. La exploracin ltica slo nos mostraba que cada vez que tena o nidad de experimentar envidia o celos del h~LU'"u. iniciaba un notable juego fantstico en el cual re sentaba a un hechicero provisto del poder de transformar . el mundo entero e influir en l con sus gestos. De este1 modo la nia trocaba la envidia en su contrario; en una sobreacentuacin de sus propias facultades mgicas que le ahorraba la penosa impresin de su supuesta in. ferioridad corporal. Por este mecanismo de defensa -trueque en su contrario- su yo se sirve de esta espe. cie de formacin reactiva contra el afecto, y al mismo tiempo denuncia su actitud obsesiva respecto del ins. tinto. Una vez descubierto esto, resultaba fcil inferir"' en el anlisis la existencia de la envidia al pene cada vez que apareca el juego de magia. De esta suerte apli. camos simplemente una especie de tcnica de traduc-cin del lenguaje de defensa del yo, que corresponde casi con exactitud a la solucin de las resistencias del yo en las asociaciones libres. Nuestro objetivo es el mismo que el anlisis de la resistencia. Cuanto mejor logremos tornar consciente la resistencia y la defensa contra el afecto, y poner as a ambos fuera de activi- dad, tanto ms rpidamente adelantaremos en la com- t

    .L

    prensin del ello.

    CAPTULO IV

    MECANISMOS DE DEFENSA

    Los mecanismos de defensa en la teora psicoanaltica. Historia del trmino "defensd1 : su aparicin, abandono y

    111s.titt~dn. Restriccin d:l significado de represin al de ''mtodo particular de defensd'. Otros modos especiales, de defensa. Las diez tcnicas defensivas en los trabajos de Freud. La tarea del psicoanalista. Comparacin de los resultados logrados por diferentes mecanismos en casos individuales. Los procesos de defensa, la histeria y la neurosis. obsesiva. Historia de una enferma. La represin y los otros mtodos. J. represin como base de la formacin de compromiso y de la neurosis. Consecuencias de las otras tcnicas defen-sivas. Ensayo de una clasificacin cronolgica. - El cono-cimiento de los motit10S que presiden la eleccin de cada mecanismo. Gnesis de la proyeccin y de Ja introyeccin. Empleo tardu de la represin y de la sublimacin. Regresin. Los mecaismos de defensa ms primitivos: transformacin en lo contrario y vuelta contra s mismo. Ulterioridad de la introyeccin y de la proyeccin con respecto a la diferencia-dn del yo y del mundo externo. Oscuridad de la aonologa de los procesos psquicos en la teora analtica. Posible con-veniencia de abandonar el ensayo de clasificacin de los

    mecanismos.

    Los mecanismos de defensa en la teora psicoanaliti-ca. - El trmino "defensa", que tan a menudo he empleado en los tres captulos precedentes, es el ms antiguo representante del punto de vista dinmico en la teora psi-coanaltica. Aparece por vez primera en el ao 1894, en el estudio de FREUD sobre Las netlfO psicosis de defensa y lo emplea en ste y en otros de

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    sus trabajos ulteriores (Etiologa de ltt !J!ai.J, Obse1 . "

    taciones ulteriores sobre las neuropsicosir de dcfens4)-

    para describir las luchas del yo contra ideas y af dolorosos e insoportables. Ms tarde el trmino es abandonado y en lo sucesivo sustitudo por el de "represin". No Jbstante, la relacin entre ambas nocio. nes permaneca indeterminada. Slo en un

    b~ en cambio, los m~todos defensivos empleados en la eurosis obsesiva son la regresin y modificacin reac-~va del yo (formacin reactiva), el aislamiento y la

    anulacin. Segn estas primeras indicaciones, no resulta difcil

    completar la enumeracin de las tcnicas defensivas que aparecen en otros trabajos de FREUD. Por ejemplo, en Celos, Parano!a y Homosexualidad 2, caracteriza como mecanismo.c: neurticos la introyeccin, la identificacin y la proyeccin, considerndolos importantes !Titodos de-fensivos que emplea el yo en afecciones de este tipo, En su trabajo sobre la teora de los instintos a, describe la vuelta contra s mismo y la transformacin en lo

    complementario a Inhibicin, sntoma y angustia (1926k FREUD retorna al viejo concepto de defensa y sostiene la indudable ventaja de emplearlo de nuevo "con

    0 designacin general de todas las tcnicas de que se sirve. el yo en los conflictos eventualmente susceptibles de~, conducir a la neurosis, reservando el nombre de "repre. sin" para uno de estos mtodos de defensa que k orientacin de nuestras investigaciones nos dio primero a conocer". 1 Constituye sta una rplica directa a la idea de que la represin ocupa un sitio exclusivo entre~ los procesos psquicos, y se hace lugar en la teora psiconaltica a otros que sirven a idntico propsito, esl decir, a ''la proteccin del yo contra las exigencias ins. tintivas". El significado de la represin queda constre. ido al de un "mtodo particular de defensa".

    contrario, a los que denomina "vicisitudes del instinto". Estos dos ltimos procesos deben considerarse, desde el punto de vista del yo, como mtodos de defensa, porque cada uno de los destinos o vicisitudes instin-tivas de esta especie son referibles en su origen a alguna actividad del yo. A no mediar la intervencin del yo o de las fuerzas del mundo externo que el yo representa, cada instinto no conocera ms que un solo destino: el de la satisfaccin. A los nueve mtodos de defensa, bien conocidos y ext~samente descritos en la teora y la prctica -represin, regresin, formacin reactiva, aislamiento, anulacin, proyeccin, introyeccin, vuelta contra s mismo, transformacin en lo contra-rio-, podemos agregar un dcimo, ms propio del estado normal que de la.S neurosis: la sublimacin o des. plazamiento del objeto instintivo.

    Este nuevo concepto acerca del papel de la represin invita a investigar los otros modos especiales de de.t fensa, comparndolos a medida que fueron descubiertos y descritos en los trabajos analticos.

    El mismo apndice a Inhibicin, sntoma y angustia contiene la hiptesis ya citada en el ltimo captulo:' "que una profunqizacin de nuestros estudios podra demostrar un ntimo vnculo entre formas especiales de defensa y. determinadas enfermedades, como la que, verbigracia, se observa entre la represin y la histeria",

    1 Inhibicin, Sntoma y Angustia. Obras completas, torno XI, pg. 92. Ed. Americana, 1943. [T.]

    Por lo que hasta ahora sabemos, el yo dispone de

    2 Sobre algunos mecanismos neurticos vase: Celos, Pa-ranoia, y Homosexualidad. Obras comple.tas, Ed. Americana, Vol. XIII.

    8 Los instintos y sus destinos. Obras completas, Ed. Ame-ricana, t. IX.

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    conflicts emocionales jams llegaban a solucin alguna que trajese un relajamiento del yo; adems, el rcsul. tado ltimo de la pugna de todos estos conflictos re. sultaba asaz pobre. Logr mantener la ficcin de

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    ideas de castigo. La diferencia consiste: en que el yo emplea la represin, la fonna( it'm de sntomas releva de la tarea de dominar d ron fJ ido, al paso con el uso de otras tcnicas defensivas, el conflicto

    ' \11,;8"~

    mantiene en la esfera de actividad Jcl yo o, dicho otras palabras, ~ste enfrenta constantemente el proble~-

    En la prctica, el empleo de la represin como aislada de defensa aqu descrita, es menos f que su combinacin con otros mecanismos defenst en un solo y mismo caso. Tomo como ejemplo la his." toria de un enferma que igualmente sufri en su-primera infancia una muy intensa envidia al pene 1 '" padre. Las fantasas sexuales de esta fase culminaron" con el deseo de morder y arrancar el pene pate~: - Tambin en este punto se instal la defensa del la idea inadmisible qued reprimida y en su lugar blecise lo opuesto: un disgusto general contra el der, que pronto desarroll un trastorno alimentario,_ acompaado de histricas sensaciones de repugnancia, De esta suerte, parte del proceso de la fantasa ora!J: result dominada. Pero el contenido agresivo, el deseo~ de despojar al padre o a sus sustitutos, permaneci, no obstante, algn tiempo ms en la conciencia, hastaf que, desarrollado el supery, el sentido moral del yo lo repudia. Con ayuda de un mecanismo de desplaza.t:

    t miento -al cual me referir luego con ms detalle-~ el placer de despojar transfrmase en una particularl forma de frugalidad y modestia. El cuadro resultante f: de la sucesin de estos dos mtodos diferentes de de.[ fensa, es el de un sustrato de neurosis histrica conf u~a ~spedfica mo~ficaci~n del yo , s~perpuesta, que enJ s1 m1smo no entrana caracter patologiCo. 1:

    La impresin que recogemos a travs de estos pocos : ejemplos confrmase al examinar en detalle y de b ',

    EL YO Y LOS MECANISMOS DE DEFENSA 59

    misma manera los efectos producidos por los diversos canismos en otros casos. En el concepto general de ~~ensa, dentro de la subdivisin terica, puede colocar-

    e la represin junto a los otros casos especficos. No s~stante, desde el punto de vista de su eficacia, com-o arada con los otros mtodos, conserva un,a posicin ~elusiva. Dicho en trminos cuantitativos, rinde ms que las otra~ tcnicas d.ef~nsivas,. pu~s . es capaz de do-minar inclustve fuertes Impulsos mstmtlvos frente a los cuales resultan impotent_es los mtodos restantes. Pero constituye una institucin permanente, que demanda un gasto constante de ene~~~, porque en tanto a los otros mecanismos debe movlltzarselos en cada nueva arreme-tida instintiva, ste opera ante todo por la contracarga ( contracatexia) que asegura la represin. 1-fas la repre-sin no slo es el mecanismo de mayor eficacia, sino tambin el ms peligroso. La disociacin del yo, pro-ducida por la sustraccin a la consciencia de porciones totales de la vida afectiva e instintiva, es susceptible de destruir en forma definitiva la integridad personal. La represin llega a ser as la base de la formacin de compromiso y de la neurosis. Las consecuencias de las otras tcnicas defensivas no son menos serias, pues aun cuando agucen su intensidad, permanecen ms dentro de los lmites de lo normal. Se exteriorizan en las in-numerables transformaciones, alteraciones y deformacio-nes del yo que acompaan en parte a las neurosis o pueden sustituirlas parcialmente.

    Ensayo de una clasificacin cronolgica. - Inclusive reconociendo el lugar especial que entre los mtodos de-fensivos del yo otorgamos a la represin, tenemos la. impresin, en lo que hace al resto de los mecanismos, que dentro de la misma nocin incluimos una serie de

    ....

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    fenmenos heterogneos. Tcnicas como el aislamiento la anulacin hllanse junto a procesos instintivos tales como la regresin, la conversin en lo cont la vuelta contra s mismo. Unos son capaces de nar grandes cantidades instintivas o afectivas, otros camente cantidades exiguas. Los motivos que nan al yo a la eleccin de un sealado mecanismo poco conocidos. Quiz la represin combate ante los deseos sexuales, al paso que otros mtodos sivos se emplean con la mayor eficacia frente a fuerzas instintivas, especialmente contra los im agresivos. Tal vez los otros mtodos defensivos completan lo que la represin ha dejado inwuumnil; o lo que retorna de las ideas prohibidas cuando la represin 4 . Quiz la primera aparicin de un ticular mtodo de defensa se asocia asimismo con cierta tarea de dominacin de los instintos, y luego, con una determinada fase del desarrollo infantil

    El mismo pasaje de Inhibicin, sntoma y an que he citado en varias ocasiones, contiene. i una primera contestacin a esta pregunta. Puede La.luu1e!': suceder, en efecto, que el aparato anmico emplee de la precisa disociacin del yo y el ello y de la macin de un supery, mtodos de defensa de los que pone en prctica una vez alcanzadas fases de su organizacin 6 . En trminos ms significa: la represin exige un yo consciente; por siguiente, en tanto el yo est confundido con el carece de sentido hablar de represiones .. De la

    4 Segn una observacin de }EANNE l.AMPL-DE durante una discusin en la Sociedad de Viena ..

    5 Segn una observacin de HELEN DEUTSCH. 6 I. c., V. XI, pg. '94. Ed. Americana.

    EL YO Y LOS MECANISMOS DE DEFENSA 61

    manera, cabe suponer que los mtodos de la retencin expulsin de una idea o de un afecto fuera de la

    0 oyeccin y de la introyeccin dependen de la sepa-

    prcin entre el yo y el mundo exterior. La expulsin ~ ciertos contenidos fuera del yo y su inclusin en el ~ndo externo nicamente podra reportar alivio una ~ez que el yo hubiese aprendido a no confundirse ms con el mundo externo. Po~ otra parte, la introyeccin desde el mundo externo hacia el yo slo adquirira el efecto de un enriquecimiento del yo si previamente se ha definido qu pertence al yo y qu al mundo externo. Pero la situacin no es tan simple. La gnesis de la proyeccin y de la introyeccin es mucho ms oscura 7. La sublimacin, es decir, el desplazamiento de la direccin del objeto instintivo hacia un valor so-cial ms elevado, presupone la aprobacin o, por lo menos, el conocimiento de tales valores, la existencia del supery. La represin y la sublimacin seran, pues, mecanismos defensivos que slo podran emplearse re-lativamente tarde, al paso que la situacin cronolgica que asignaramos a la proyeccin y a la introyeccin depende del punto de vista terico adoptado. Procesos como la regresin y la transformacin en lo contrario dependen del criterio terico sostenido. Procesos tales como la regresin, la transformacin en lo contrario y la vuelta contra s- mismo probablemente sean indepen-dientes del grado estructural psquico alcanzado, y tal vez son tan antiguos como los instintos o, cuando menos, tan antiguos como el conflicto entre los impul-sos instintivos y cualquier impedimento en el camino de su satisfaccin. No nos sorprendera descubrir que los

    7 Adems de la concepcin de la escuela inglesa, a la cual ya me he referido anteriormente, vase: FREUD: T6tem y Tab, Obr. Compl. T. X.

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    mencionados constituyan los m eL anismos de defensa primitivos empleados por el yo.

    Pero este ensayo de clasificacin cronolgica se tradice con nuestra experiencia de que las manifestaciones de la enfermedad neurtica en pec1ueo, son sntomas histricos acerca de cuya con la represin no existe duda. De otra parte,

    CAPTULO V

    oRIENT ACION DE LOS PROCESOS DE DEFENSA SEGUN EL ORIGEN DE LA

    ANSIEDAD Y DEL PELIGRO.

    nifcstacion~ del ~aso~uismo verdadero -.-que estri Motivos de la defensa contra los instintos. ~ Tres. motivos en la versta? del mstmto contra la. prop~a pers~na de defensa contra los instito!: a) Defensas motivadas por raramente hallanse en la temprana mfanCla. La tntr 1 n ustia frente al supery en las neurosis de adultos. Nece-

    ., 1 ., 1 , aag yecoon y a proyeccwn --