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Los acontecimientos del Medio Oriente deben entenderse como una arquitectura política, en donde, bajo el liderazgo estadounidense, se está gestando un “Nuevo Medio Oriente”. Este nuevo diseño ha venido siendo planeado luego de los atentados del 11 de septiembre y la invasión a Irak en el 2003, y parte de las experiencias que allí se dieron incorporando novedosamente nuevos instrumentos políticos que han permitido revolucionar esta zona. Esta nueva arquitectura es posible por una razón esencial y un mecanismo importante: la razón fundamental es que Estados Unidos, y con él algunos otros hegemones internacionales, han perdido el respeto o el temor a lo que significa los grupos islámicos en la zona, y el mecanismo novedoso es el actuar concertadamente, con diferentes países y coaliciones multilaterales, en la búsqueda de construir esa nueva arquitectura
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Serie: Documentos coyunturales
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UNA INTERPRETACIÓN SOBRE LOS UNA INTERPRETACIÓN SOBRE LOS UNA INTERPRETACIÓN SOBRE LOS UNA INTERPRETACIÓN SOBRE LOS ACONACONACONACONTECIMIENTOS EN EL MEDIO TECIMIENTOS EN EL MEDIO TECIMIENTOS EN EL MEDIO TECIMIENTOS EN EL MEDIO
ORIENTEORIENTEORIENTEORIENTE Humberto Alarcón OrtizHumberto Alarcón OrtizHumberto Alarcón OrtizHumberto Alarcón Ortiz
ResumenResumenResumenResumen Los acontecimientos del Medio Oriente deben entenderse como una arquitectura política, donde, bajo el liderazgo estadounidense, se está gestando un “Nuevo Medio Oriente”. Este nuevo diseño ha venido siendo planeado luego de los atentados del 11 de septiembre y la invasión a Irak en el 2003, y parte de las experiencias que allí se dieron incorporando novedosamente nuevos instrumentos políticos que han permitido revolucionar esta zona. Esta nueva arquitectura es posible por una razón esencial y un mecanismo importante: la razón fundamental es que Estados Unidos, y con él algunos otros hegemones internacionales, han perdido el respeto o el temor a lo que significa los grupos islámicos en la zona, y el mecanismo novedoso es el actuar concertadamente, con diferentes países y coaliciones multilaterales, en la búsqueda de construir esa nueva arqu
Palabras clavePalabras clavePalabras clavePalabras clave Política internacional, Medio Oriente, Egipto, Estados Unidos.
* Politólogo de la Universidad Nacional de Colombia y Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Magister en Seguridad y defensa Nacionales de la Escuela Superior de Guerra. Actualmente se desempeña como coordinador académico y administrativo de la Maestría en Seguridad y Defensa Nacionales de la ESDEGUE y profesor de la Universidad Distrital de Bogotá.
Serie: Documentos coyunturales - No. 4 - Mayo de 2011www.cesdai.org
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Humberto Alarcón OrtizHumberto Alarcón OrtizHumberto Alarcón OrtizHumberto Alarcón Ortiz ****
Los acontecimientos del Medio Oriente deben entenderse como una arquitectura política, en donde, bajo el liderazgo estadounidense, se está gestando un “Nuevo Medio Oriente”. Este nuevo diseño ha venido siendo planeado luego de los atentados del 11 de septiembre y la invasión a Irak en el 2003, y parte de las experiencias que
incorporando novedosamente nuevos instrumentos políticos que han permitido revolucionar esta zona. Esta nueva arquitectura es posible por una razón esencial y un mecanismo importante: la razón fundamental es que Estados Unidos, y con él algunos otros
ones internacionales, han perdido el respeto o el temor a lo que significa los grupos islámicos en la zona, y el mecanismo novedoso es el actuar concertadamente, con diferentes países y coaliciones multilaterales, en la búsqueda de construir esa nueva arquitectura.
Política internacional, Medio Oriente, Egipto,
Politólogo de la Universidad Nacional de Colombia y Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Magister en Seguridad y defensa Nacionales de la Escuela Superior de Guerra. Actualmente
r académico y administrativo de la Maestría en Seguridad y Defensa Nacionales de la ESDEGUE y profesor de la Universidad
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EASTEASTEASTEAST
AbstractAbstractAbstractAbstract The events in the Middleunderstood as a political architectureunder U.S. leadershipMiddle East". This newplanned after the Sept. 11invasion of Iraq in experiences that thereincorporating new allowed revolutionizearchitecture is possible byand an important mechanismis that the United Statesother international respect or fear of Islamic groups in mechanism is actingdifferent countries andcoalitions, seeking architecture.
Key wordsKey wordsKey wordsKey words International Policy, Meadle East, Egypt, United States.
* Political scientist at the Universidad Nacional de Colombiaand Graduate of Social ScienceFrancisco José de Caldas. MagisterDefense at Escuela Superior de Guerraas academic and administrativeProgram in Security and Nationalprofessor at the Universidad
Mayo de 2011
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in the Middle East must be a political architecture, where,
U.S. leadership, is creating a "New new design has been being Sept. 11 attacks and the 2003, and some of the there were innovatively policy tools that have
revolutionize this area. This new possible by a major reason
and an important mechanism: the rationale States, and with it some hegemons have lost what it means to the the area, and novel
acting in concert, with countries and multilateral
, seeking to build the new
International Policy, Meadle East, Egypt, United
Universidad Nacional de Colombia of Social Science at Universidad Distrital
Magister in Security and National at Escuela Superior de Guerra. He currently workes
administrative coordinator at the Master National Defense ESDEGUE and
Universidad Distrital of Bogotá.
Centro de Estudios en Seguridad, Defensa y Asuntos Internacionales
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Luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 los Estados Unidos definen como prioridad para su seguridad nacional la intervención en diferentes latitudes del Medio Oriente, tratando de disciplinar los Estados con regímenes políticos desafiantes a su estabilidad y seguridad. Es así como inicia una serie de guerras que los lleva a Afganistán, con todo el apoyo de la comunidad internacional, y a Irak, tan sólo con el acompañamiento de algunos países. Tanto en Afganistán como en Irak, el éxito militar de la ocupación fue contundente, pero han surgido una serie de problemas con la estabilización política y militar de la posguerra. Este hecho ha empañado los alcances militares y el prestigio político de los Estados Unidos, quienes poseen una superioridad militar indudable pero no consiguen romper la táctica de guerrillas de las resistencias en estos países, las cuales han ocasionado bajas importantes que fragmentan el apoyo de los ciudadanos estadounidenses. Además, el tránsito hacia las democracias ha estado lleno de dificultades y tropiezos, donde las elecciones aún no logran ajustar una dinámica importante que permita dar forma a esos sistemas políticos que desean los Estados Unidos. Lo cierto es que, como resultado de estas dos intervenciones tenemos: unos talibán por fuera del poder en Afganistán (aunque sí dispersos por todo el país, pero sin control, mando y comunicaciones, lo cual disminuye su operatividad y amenaza), la ruptura del apoyo saudí y paquistaní a los talibán (con lo cual se pone fin al reconocimiento político y el apoyo financiero de estos) y un Irak sin Sadam Hussein (primer líder árabe histórico por fuera del poder). En este escenario, hoy Occidente, bajo el liderazgo de los Estados Unidos, diseña el Nuevo Medio Oriente con dos elementos fundamentales: una nueva valoración del fundamentalismo islámico y una estrategia de coalición amplia.
HUMBERTO ALARCÓN ORTIZ ASESOR CESDAI
Centro de Estudios en Seguridad, Defensa y Asuntos Internacionales
www.cesdai.org
Luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 los Estados Unidos definen como prioridad para su seguridad nacional la intervención en diferentes latitudes del Medio Oriente, tratando de disciplinar los Estados con
ímenes políticos desafiantes a su estabilidad y seguridad. Es así como inicia una serie de guerras que los lleva a Afganistán, con todo el apoyo de la comunidad internacional, y a Irak, tan sólo con el acompañamiento de algunos países. Tanto en
como en Irak, el éxito militar de la ocupación fue contundente, pero han surgido una serie de problemas con la estabilización política y militar de la posguerra. Este hecho ha empañado los alcances militares y el prestigio político de los
de dificultades y tropiezos, donde las elecciones aún no logran ajustar una dinámica importante que permita dar forma a esos sistemas políticos que desean los Estados Unidos. Lo cierto es que, como
s dos intervenciones tenemos: unos talibán por fuera del poder en Afganistán (aunque sí dispersos por todo el país, pero sin control, mando y comunicaciones, lo cual disminuye su operatividad y amenaza), la ruptura del apoyo
n (con lo cual se pone fin al reconocimiento político y el apoyo financiero de estos) y un Irak sin Sadam Hussein (primer líder árabe histórico por fuera del poder). En este escenario, hoy Occidente, bajo el liderazgo de los
Medio Oriente con dos elementos fundamentales: una nueva valoración del fundamentalismo islámico y una
Esta nueva política para el Medio Oriente es el resultado de un cambio en la valoración del fundamentalismo islámico. setenta y de los ochenta el fundamentalismo islámico había conquistado el poder en Irán (1979), y realizaba estragos en Egipto, Afganistán, Pakistán, ganaban elecciones en Argelia, se posicionaban en Indonesia y Malasia.1 Frente a epolítico del Islam radical, la percepción de occidente consistía en que eran preferibles lideres con valores occidentales (laicos y seculares), que los desafiantes movimientos islámicos que gritaban slogan como “El Islam es nuestra Co“Islam, Islam, Islam” y denunciaban a la URSS como un “gran campo de concentración ateo” y a Estados
No obstante, la situación ha cambiado. Las experiencias del fundamentalismo en el pgenerado una gran frustración en estos proyectos entre los ciudadanos de estos regímenes y del resto de países musulmanes. En Irán, por ejemplo, multitud de jóvenes y mujeres han salido a marchar contra las medidas conservadoras instauradas en la República clerical de los ayatolás. En Afganistán, la radicalidad de los Talibán en la aplicación de una serie de medidas, que imponían una separación radical de sexos y una práctica religiosa muy rigurosa tanto para mujeres como para hombres, acabaron con la alegría y los colores de la vida cotidiana en este país musulmán. Además, los
1 Un trabajo extraordinario sobre el ascenso del fundamentalismo islámico para la década de los 70 y 80 se encuentra en la obra de KEPEL, Gilles. 2000. Expansión y declive del islamismo.
Foto: Noticias- Univisión
Centro de Estudios en Seguridad, Defensa y Asuntos Internacionales – CESDAI –
Esta nueva política para el Medio Oriente es el resultado de un cambio en la valoración del fundamentalismo islámico. Para las décadas de los setenta y de los ochenta el fundamentalismo islámico había conquistado el poder en Irán (1979), y realizaba estragos en Egipto, Afganistán, Pakistán, ganaban elecciones en Argelia, se posicionaban en
Frente a este ascenso social y político del Islam radical, la percepción de occidente consistía en que eran preferibles lideres con valores occidentales (laicos y seculares), que los desafiantes movimientos islámicos que gritaban slogan como “El Islam es nuestra Constitución” o “Islam, Islam, Islam” y denunciaban a la URSS como un “gran campo de concentración ateo” y a Estados
Unidos como la “gran ramera de Occidente”. En este marco era preferible sostener a líderes como Gadafi, Hussein o Mubarak, que ayudaran a contener la expansión política del fundamentalismo islámico, que enfrentar la incertidumbre de los posibles gobiernos de los hijos intelectuales de Qotb, Mawdudi o Jomeini.
No obstante, la situación ha cambiado. Las experiencias del fundamentalismo en el poder han generado una gran frustración en estos proyectos entre los ciudadanos de estos regímenes y del resto de países musulmanes. En Irán, por ejemplo, multitud de jóvenes y mujeres han salido a marchar contra las medidas conservadoras instauradas en la República clerical de los ayatolás. En Afganistán, la radicalidad de los Talibán en la aplicación de una serie de medidas, que imponían una separación radical de sexos y una práctica religiosa muy rigurosa tanto para mujeres como para hombres,
la alegría y los colores de la vida cotidiana en este país musulmán. Además, los
Un trabajo extraordinario sobre el ascenso del fundamentalismo islámico para la década de los 70 y 80 se encuentra en la obra de KEPEL, Gilles. 2000. La Yihad. Expansión y declive del islamismo. Península, Barcelona.
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Serie: Documentos coyunturales
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problemas cruciales de pobreza, generación de equidad y producción de riqueza, nunca fueron resueltos en estos regímenes. A la par, las prácticas de violencia en la cual caían los movimientos asociados al Islam radical, hicieron que estos perdieran legitimidad frente a una población musulmana que encontraba en el Islam la obligación de no cegar la vida de otros y la de reconocer la libertad en la religión. Bajo el descredito de regímenes y movimientos islámicos, la percepción de Occidente es que este no representa una alternativa de poder, o al menos no desde la radicalidad (rompimiento con los valores occidentales) como se manifestaba discursiva y políticamente desde la década de los 80. Esta tendencia del Islam radical ha pasado a ocupar un lugar más dentro del abanico amplio de proyectos políticos que podrían participar en un nuevo escenario democrático para la región. En este sentido, los viejos dictadores han dejado de ser útiles, pues la amenaza a contener parece estar desvaneciéndose, razón por la cual hoy Occidente está dispuesto a alejarlos del poder a través de diferentes formas. Por otra parte, para los Estados Unidos hoy es claro que la única manera de gestar un nuevinternacional es posible en la medida en que abandone el actuar unilateral y le apuesta a la coordinación de políticas entre diferentes actores nacionales y multilaterales. Esto es lo que está sucediendo a través de todo lo largo y ancho del Medio Oriente. La intervención en Libia ha implicado la participación amplia de buena parte de la comunidad internacional. Por un lado, la ONU oferta la legitimidad necesaria a través una Resolución tan ambigua como la 1973, en donde exhorta a todos los Estados parte, a hacer todo lo posible por salvaguardar la vida y la integridad de los ciudadanos libios. Por otra parte, las potencias europeas se manifiestan dispuestas a garantizar la exclusión de un espacio aéreo para los rebeldes de Bengasi. Además, los Estados Unidos invitan a los cuerpos de la OTAN a encargarse de la campaña aérea en Libia. Finalmente, países árabes como Qatar reconocen políticamente el gobierno de facto de los rebeldes libios. Esta estrategia se lleva a cabo mientras la campaña terrestre en
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cumentos coyunturales - No. 004 – Mayo de 2011
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problemas cruciales de pobreza, generación de equidad y producción de riqueza, nunca fueron resueltos en estos regímenes. A la par, las prácticas
n los movimientos asociados al Islam radical, hicieron que estos perdieran legitimidad frente a una población musulmana que encontraba en el Islam la obligación de no cegar la vida de otros y la de reconocer la libertad en la religión. Bajo el
e regímenes y movimientos islámicos, la percepción de Occidente es que este no representa una alternativa de poder, o al menos no desde la radicalidad (rompimiento con los valores occidentales) como se manifestaba discursiva y
de los 80. Esta tendencia del Islam radical ha pasado a ocupar un lugar más dentro del abanico amplio de proyectos políticos que podrían participar en un nuevo escenario democrático para la región. En este sentido, los viejos dictadores han dejado de ser útiles, pues la amenaza a contener parece estar desvaneciéndose, razón por la cual hoy Occidente
dispuesto a alejarlos del poder a través de
Por otra parte, para los Estados Unidos hoy es claro que la única manera de gestar un nuevo orden internacional es posible en la medida en que abandone el actuar unilateral y le apuesta a la coordinación de políticas entre diferentes actores nacionales y multilaterales. Esto es lo que está sucediendo a través de todo lo largo y ancho del
Oriente. La intervención en Libia ha implicado la participación amplia de buena parte de la comunidad internacional. Por un lado, la ONU oferta la legitimidad necesaria a través una Resolución tan ambigua como la 1973, en donde
parte, a hacer todo lo posible por salvaguardar la vida y la integridad de los ciudadanos libios. Por otra parte, las potencias europeas se manifiestan dispuestas a garantizar la exclusión de un espacio aéreo para los rebeldes de
os Unidos invitan a los cuerpos de la OTAN a encargarse de la campaña aérea en Libia. Finalmente, países árabes como Qatar reconocen políticamente el gobierno de facto de los rebeldes libios. Esta estrategia se lleva a cabo mientras la campaña terrestre en Bengasi, la
más sangrienta una vez se ha optado por la lucha militar, la llevan a cabo rebeldes libios que se encuentran a favor de la salida de Gadafi del poder, en un país de cerca de 6 millones y medio de habitantes. Bajo este panorama de intervencióy política se viene gestando un nuevo Medio Oriente, en donde Estados Unidos sin mayor protagonismo, pero con una política de nueva arquitectura, ha empeñado sus esfuerzos militares, políticos y propagandísticos. Contrario a lo sucedidoen otros tiempos, los Estados Unidos actúan bajo un conjunto amplio de aliados y de medidas, que van desde los Estados aliados, a los foros multilaterales, e incorpora todo tipo de instrumentos que permitan la salida de los viejos dictadores árabes, que vaéreo asegurando una área de exclusión, hasta el apoyo político a los rebeldes libios en tierra. La construcción de un nuevo Medio Oriente se ha puesto en marcha.
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responsabilidad de los autores.
Los textos pueden reproducirse total o parcialmente citando la fuente.
Ahora puedes consultar nuestros documentos los domingos en el Diario El Nuevo
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de 2011
más sangrienta una vez se ha optado por la lucha militar, la llevan a cabo rebeldes libios que se encuentran a favor de la salida de Gadafi del poder, en un país de cerca de 6 millones y medio de
Bajo este panorama de intervención jurídica, militar y política se viene gestando un nuevo Medio Oriente, en donde Estados Unidos sin mayor protagonismo, pero con una política de nueva arquitectura, ha empeñado sus esfuerzos militares, políticos y propagandísticos. Contrario a lo sucedido en otros tiempos, los Estados Unidos actúan bajo un conjunto amplio de aliados y de medidas, que van desde los Estados aliados, a los foros multilaterales, e incorpora todo tipo de instrumentos que permitan la salida de los viejos dictadores árabes, que van desde el bombardeo aéreo asegurando una área de exclusión, hasta el apoyo político a los rebeldes libios en tierra. La construcción de un nuevo Medio Oriente se ha
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