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“Arquidiócesis de la Santísima Concepción” “En el Bicentenario…Chile, una mesa para todos” 1 Índice Una palabra del Arzobispo ……………………………………………… pág. 2 Lista Memoria Agradecida Ssma. Concepción …………………………. pág. 4 Decanato Arauco ………………………………………………………… pág. 11 Decanato Biobío …………………………………………………………. pág. 20 Decanato Concepción ……………………………………………………. pág. 39 Decanato Costa Norte …………………………………………………… pág. 64 Decanato El Carbón ……………………………………………………… pág. 76 Decanato Rural ……………………………………………………..……. pág. 88 Decanato Talcahuano ………………………………………………….… pág. 102 Colegios de Iglesia ………………………………………………….…… pág. 130 Vida Consagrada ………………………………………………………… pág. 150 Obispos …………………………………………………………..……… pág. 169

Memoria Agradecida - 2º edición y final

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Page 1: Memoria Agradecida - 2º edición y final

“Arquidiócesis de la Santísima Concepción”

“En el Bicentenario…Chile, una mesa para todos” 1

Índice

Una palabra del Arzobispo ……………………………………………… pág. 2 Lista Memoria Agradecida Ssma. Concepción …………………………. pág. 4 Decanato Arauco ………………………………………………………… pág. 11 Decanato Biobío …………………………………………………………. pág. 20 Decanato Concepción ……………………………………………………. pág. 39 Decanato Costa Norte …………………………………………………… pág. 64 Decanato El Carbón ……………………………………………………… pág. 76 Decanato Rural ……………………………………………………..……. pág. 88 Decanato Talcahuano ………………………………………………….… pág. 102 Colegios de Iglesia ………………………………………………….…… pág. 130 Vida Consagrada ………………………………………………………… pág. 150 Obispos …………………………………………………………..……… pág. 169

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“En el Bicentenario…Chile, una mesa para todos” 2

UNA PALABRA DEL ARZOBISPO

Los cristianos y la Iglesia “no somos de este mundo, pero estamos en este mundo”, nos ha dicho Jesús. El Maestro nos ha dicho que debemos ser como la levadura que fermenta la masa y como la sal que da sabor. Al mismo tiempo nos ha advertido que si la sal pierde su sabor, ya no sirve para nada. Las dos imágenes son elocuentes; la fe de los seguidores del Maestro es, una fuerza poderosa de vida y de transformación, a condición, sin embargo, de que sea verdadera, auténtica y comprometida. Así lo demuestra la historia bimilenaria de la Iglesia: los mártires han sido y son semilla de nuevos cristianos, los santos y santas han llenado el mundo de espíritu de servicio, de obras de misericordia, de cultura de vida, de paz y de desarrollo integral. Su vida y acción perduran en la sociedad, como semilla del Reino que crece y fecunda la historia de hombres y mujeres de todos los rincones de la tierra. Chile, en este año de 2010, celebra el Bicentenario de su historia independiente. Se trata de una historia de encuentros y desencuentros, de progreso y de búsquedas; de paz y de conflictos; una historia gloriosa de contar y de futuro por construir; una historia de la cual podemos y debemos aprender mucho para forjar el porvenir. También al interior de las comunidades cristianas, la memoria agradecida de estos dos siglos de vida republicana, permite descubrir y agradecer la vida abundante sembrada y cultivada por hombres y mujeres de fe que, fieles a Jesucristo y a su Evangelio, han contribuido a manifestar el Reino de Dios, presente en las vicisitudes históricas del pueblo de Chile y en especial de nuestra Región. Con mucha sencillez, sin pretensión de investigación científica, las comunidades de nuestra Arquidiócesis han recogido la memoria de sacerdotes, religiosas, laicos y laicas que han dejado una huella imborrable en su camino de fe. Es una memoria “agradecida”, una memoria que permite reconocer la acción de Dios que camina con su pueblo, con el signo humilde pero fecundo, de los discípulos misioneros de su Hijo, Jesucristo. Compartiendo con las comunidades de la Arquidiócesis, he podido constatar como tantos y tantas, han sido “padres” y “madres”, es decir, fieles que han dado vida a nuevas comunidades que han crecido y se han fortalecido con el devenir de los años. Para ellos nuestro homenaje agradecido. Ellos y ellas nos dejan una lección esencial: la fe crece donándola. Ser discípulos del Señor, haber encontrado en Él la fuente de la vida y de la felicidad, nos responsabiliza de cara a los hombres y mujeres de hoy, que viven en nuestro territorio. Por eso, de la “memoria agradecida” es urgente pasar a la “profecía” que anuncie el proyecto salvador del Padre anunciado y realizado en Cristo. Con la fuerza del Espíritu, cada comunidad debe ser “semilla de nuevos cristianos”, “padres y madres” fecundas de nuevos hijos, recinto de amor y de paz, donde se pueda encontrar y experimentar que solo Dios es Dios y que El es el fundamento de toda la historia de vida verdadera.

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Felicito a las comunidades que, en muchos hermanos y hermanas que nos han precedido, han descubierto una huella del amor de Dios y los exhorto a continuar la historia que ellos han narrado con su palabra y con su acción, historia que es de salvación porque su verdadero y principal protagonista es Jesucristo, el Señor. Los bendice con afecto de padre y pastor, + Ricardo Ezzati Andrello, sdb Arzobispo de la Ssma. Concepción

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Lista “Memoria Agradecida” Arquidiócesis de la Ssma. Concepción

I.- Decanato Arauco Parroquia San José – Arauco

1. María Gaete 2. Rosa Matilde Guzmán Villarroel

Parroquia Santa Rosa de Lima - Lebu

3. R.P. Ramón Puntí Pujol 4. R.P. Franz Benner Benner

Parroquia San José – Curanilahue

5. Héctor Gonzalo González Hermosilla. 6. Pbro. Ignacio Garau. 7. Iris González Concha.

II.- Decanato Biobío Parroquia Inmaculada Concepción – Santa Juana

8. Inmaculada Iráizoz Gascue 9. Guillermina del Carmen Ríos Astudillo

Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria – San Pedro de la Paz

10. R.P. Leo Thoma H. sch Parroquia San Juan Bautista – Hualqui

11. Miguel Alfonso Galán Orostica 12. Isabel Pino Colina

Parroquia Buen Pastor – San Pedro de la Paz

13. Víctor Manuel Gutiérrez Barrales Parroquia Madre de Dios – Concepción

14. R.P. Miguel Macaya Parroquia San Francisco de Asís – Concepción

15. Gustavo Andrade Riquelme Parroquia San Pablo – Chiguayante

16. R.P. Luis Vermeulen Parroquia Nuestra Señora de Lourdes – Concepción

17. Leoncio Toro Hevia 18. Juanita María Basaur Rivera

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III.- Decanato Concepción Parroquia El Sagrario – Concepción

19. Mons. Ramón Harrison Parroquia La Ascensión del Señor – Concepción

20. Julio Reyes Reyes Parroquia San Juan de Mata – Concepción

21. Hna. Francoise Bultiauw 22. Pbro. Francisco Veloso Castillo 23. Juan Meza Ramírez

Parroquia San José – Concepción

24. Emilio José Antonio Cervera Audí 25. R.P. Lázaro Iriarte Zabalo 26. Juan Reinaldo Medina Medina

Parroquia La Merced – Concepción

27. Carlos Alfonso Robles Wobbe 28. R.P. Ramón Ceciliano Vilches Torres

Parroquia Universitaria – Concepción

29. Antonio Camiri Parroquia San Ramón – Concepción

30. Rebeca Garcés Muñoz 31. Oscar Marcial Orellana Ríos 32. Nelly del Carmen Palma González

Parroquia San Agustín – Concepción

33. R.P. Francisco Javier Ramírez Gatica 34. R.P. Pedro Pablo López Astudillo 35. R.P. Erasmo López Varela

Parroquia Sagrada Familia – Concepción

36. Georgina del Carmen Ramírez Muñoz 37. Clementina Teodora Figueroa Figueroa

IV.- Decanato Costa Norte Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria – Tomé

38. Julio Vásquez Merino 39. Pbro. Eliécer Eleazar Quiroz Norambuena 40. Adela María Sanguinetti Bianelli

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Parroquia Cristo Rey – Bellavista, Tomé.

41. Juan Manuel Ramírez Vergara 42. Mónica Tegualda Barrientos Figueroa 43. María Nieves Gallegos Escobar

Parroquia La Purísima – Lirquén

44. Pbro. Francisco Valenzuela Venegas Parroquia Nuestra Señora del Carmen – Penco

45. Escida Yolanda Sabelle Jara 46. Silvia del Carmen Quezada Cabeza

Parroquia Divino Redentor – Penco

47. Pedro Arregui Recodo 48. Viviano Rojas

V.- Decanato El Carbón Parroquia San Juan Evangelista – Lota Bajo

49. Ersobia Galindo Carrillo 50. R.P. Francisco De Croze D’Argouges

Parroquia San Juan Evangelista – Lota Bajo

51. Rosa Elena Molina Bochett Parroquia San José Obrero – Schwager

52. Hna. Marta Raveau Viancos 53. María Hormazabal Toledo 54. Peter Crorkan Healy

Parroquia Familia de Nazareth – Lagunillas

55. Rosa Alarcón Correa 56. Antonio Reyes Sáez

Parroquia Sagrado Corazón de Jesús – Villamora

57. María Petronila Vega Alarcón 58. Abelardo Mardones Palma 59. Pablo Vizcarra Arteaga 60. Hna. Benedicta Prado Martínez, Misionera Catequista de Boroa

Parroquia San Pedro – Coronel

61. Pbro. Alfredo Salgado Gatica 62. Juanita Rodríguez Carriel 63. Graciela Rivas Orellana

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“En el Bicentenario…Chile, una mesa para todos” 7

VI.- Decanato Rural Parroquia Dulce Nombre de María – Ñipas

64. Pbro. Gregorio Monederos 65. Hna. Matilde Noella

Parroquia Inmaculada Concepción – Coelemu

66. Mercedes Sarmiento Vega Parroquia San Sebastián – Yumbel

67. Mario Lupercio Rocha Osses Parroquia San José – Tomeco

68. Petronila del Carmen Moreno Moreno Parroquia San Luis Gonzaga – Rere

69. R.P. Juan Pedro Mayoral Ramos del manzano, s.j. (Siervo de Dios) Parroquia Santa Filomena – Cabrero

70. Juan de Dios Figueroa Figueroa Parroquia Santa Filomena – Cabrero

71. Hna. Juana María Leiva Hidalgo, Religiosa del Apostolado Popular. 72. Dolores Julia Laurentz Gatica

Parroquia La Purísima – Rafael

73. Ida del Carmen Canales de la Torres Parroquia Nuestra Señora del Rosario – Florida

74. Jorge Muñoz Muñoz Parroquia Nuestra Señora del Rosario – Florida

75. Remigio Herrera Cartes VII.- Decanato Talcahuano Parroquia Nuestra Señora del Carmen – Talcahuano

76. Ema del Carmen Fuentealba Fuentealba 77. Alba Nidia Bustos Díaz 78. Sonia del Carmen Martínez Oliva

Parroquia Todos los Santos – Talcahuano

79. María Inés Muñoz Parroquia Sagrados Corazones – Talcahuano

80. Esmerita Figueroa Avello

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81. Pbro. Fernando José Domínguez Larraín 82. Leonor de la Cruz Lagos Toro 83. Sara del Rosario Arratia Olivera

Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe – Talcahuano

84. María Cruz Cabeza Sanhueza 85. Blanca Escalona Moya

Parroquia La Asunción – Talcahuano

86. Diác. Gastón Navarrete 87. José Manuel Ulloa Ulloa 88. Pbro. Ángel Palomera Navarro 89. Diác. Nabor Sergio Gatica Concha

Parroquia Jesús de Nazareth – Talcahuano

90. Carlos Poblete Concha 91. R.P. Pedro Armando Jamilet 92. Guillermo Pantoja Quilodrán

Parroquia San Miguel – Talcahuano

93. Rafael Eugenio Bustos Gómez 94. Edmundo Águila Fuentes 95. María Aída Conejeros Vergara 96. Carmen Rosa Toro Fuentes

Parroquia Santa Cecilia – Talcahuano

97. Pbro. Carlos Javier Puentes Figueroa 98. Diác. Guillermo Francisco Araya Hinostroza 99. Héctor Ariel Marín Valenzuela 100. Diác. Enrique Omar Cores Ibáñez

VIII.- Colegios de Iglesia Colegio Instituto de Humanidades de Concepción - “Alfredo Silva Santiago”

101. R.P. José Mario Ruiz Rivas Centro de Educación Integrada de Adultos - “Monseñor Alfredo Silva Santiago”

102. Isolde Bermedo Colegio de los Sagrados Corazones - Concepción

103. R.P. Mario Sandoval Munita Colegio Sagrado Corazón - Concepción

104. Antonieta González Hernández

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Colegio Inmaculada Concepción – Talcahuano 105. Hna. Waldefrida Brülls

Colegio Instituto de Humanidades de Lota - “San Francisco de Asís”

106. Hna. Antonia Instituto San Sebastián - Yumbel

107. Pbro. Pedro Campos Menchaca Liceo La Asunción – Talcahuano

108. Hno. Charles Silvestre O’Neil Dupont Colegio Madres Domínicas - Concepción

109. Sor María Camino Vidaurreta Gurbindo. Colegio María Inmaculada - Concepción

110. Sor Justina Aschoff Instituto de Educación Rural - Liceo Técnico Forestal Escuadrón - Coronel

111. Mercedes Marta Herrera Jara 112. Sor Yolanda Sagal Rivas

Colegio San Pedro Nolasco – Concepción

113. R.P. Julio Héctor Cabrera Binimelis Colegio Inmaculada Concepción – Concepción.

114. Raúl Hugo Daniel Peña Rojas Colegio Salesianos – Concepción.

115. R.P. Clemente Korda Sobisz Colegio San José – Cabrero

116. Pbro. Abdón Ignacio Maldonado Gutiérrez Colegio Clorinda Avello – Santa Juana

117. Sor Catalina Asarta López IX.- Vida Consagrada

118. Congregación Hijas de San Pablo

119. Religiosas del Sagrado Corazón

120. Congregación Hermanitas de Jesús

121. Congregación Pías Discípulas del Divino Maestro

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122. Hermanas Salesas Misioneras de María Inmaculada

123. Hermanas del Niño Jesús

124. Compañía de Jesús

Padres Capuchinos

125. R.P. Lázaro Iriarte Zabalo 126. Juan González Obreque 127. Juan Recarte Sarasa.

Pobres Siervos de la Divina Providencia

128. Pbro. Héctor René Inostroza Arriagada (el “Papi”) X.- Obispos de La Imperial y la Ssma. Concepción

129. 1º Obispo de la Imperial; Fr. Antonio De San Miguel Avendaño y Paz 130. 2° Obispo de la Imperial; Agustín de Cisneros 131. 3º Obispo de la Imperial, 1° de Concepción; Fr. Reginaldo de Lizárraga O.P 132. 2° Obispo de Concepción; Fr. Jerónimo de Ore, franciscano 133. 3º Obispo de Concepción; Diego Zambrana Villalobos, diocesano 134. 4° Obispo de Concepción; Fr. Dionisio Cimbrón, cisterciense 135. 5° Obispo de Concepción; Fr. Francisco Loyola V., agustino 136. 6° Obispo de Concepción; Fr. Antonio de Morales, dominico 137. 7° Obispo de Concepción; Fr. Luis Lemos de Usategui, agustino 138. 8° Obispo de Concepción; Fr. Martín de Huar y Mendoza, agustino 139. 9° Obispo de Concepción; Diego Montero del Águila, diocesano 140. 10° Obispo de Concepción; Juan de Nicolalde, diocesano 141. 11° Obispo de Concepción; Francisco A. Escandón, teatino 142. 12° Obispo de Concepción; Salvador Bermudez y Becerra, diocesano 143. 13° Obispo de Concepción; Pedro Felipe de Azua, diocesano 144. 14° Obispo de Concepción; José de Toro y Zambrano, diocesano 145. 15° Obispo de Concepción; Fr. Pedro A. de Espeñeira, franciscano 146. 16º Obispo de Concepción; Francisco Marán, diocesano 147. 17° Obispo de Concepción; Tomás de Roa y Alarcón, diocesano 148. 18° Obispo de Concepción; Diego Navarro de Villodres, diocesano 149. 19º Obispo de Concepción; José Ignacio Cienfuegos, diocesano 150. 20° Obispo de Concepción; Diego Elizondo, diocesano 151. 21° Obispo de Concepción; José Hipólito Salas, diocesano 152. 22° Obispo de Concepción; Fernando Blaitt Marino, diocesano 153. 23° Obispo de Concepción; Plácido Labarca Olivares, diocesano 154. 24° Obispo de Concepción; Luís Enrique Izquierdo, diocesano 155. 25º Obispo de Concepción; Gilberto Fuenzalida Guzmán, diocesano. 156. 26° (1er) Arzobispo de Concepción; Alfredo Silva Santiago, diocesano. 157. 27º (2do) Arzobispo de Concepción; Manuel Sánchez Beguristain, diocesano 158. 28° (3er) Arzobispo de Concepción; José Manuel Santos Ascarza

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Memoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria Agradecida

Decanato Decanato Decanato Decanato AraucoAraucoAraucoArauco

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Memoria agradecida Parroquia San José – Arauco

María Gaete He aquí algunos datos acerca de su vida y familiares más cercanos. Algunos de ellos fueron entregados por los mismos familiares que sobreviven como, don Sebastián Gaete y don Celestino Ferreira Gaete, otros fueron recopilados entre personas que trabajaron, en alguna oportunidad, para la familia y, finalmente, de los libros que consignan datos de las familias fundadoras, Historia de Concepción, Lebu y Arauco. En primer, lugar hay que tener presente que la familia Gaete llega a las tierras de Chile en virtud del viaje que realizó Doña Marina Ortiz de Gaete, esposa del conquistador de Chile don Pedro de Valdivia, desde España, con la mala fortuna de que antes de llegar a su destino, el gobernador es muerto por los indígenas del sur y sus riquezas confiscadas por la Real Hacienda. Su viuda reclamó como herencia legitima las tierras del sur y una encomienda de indios para trabajarlas, petición que luego de varios años fue aceptada por el rey regente. Es por eso que, ella y sus familiares venidos de España, entre ellos sobrinos que tenían el apellido Gaete, llegan a tierras del sur, ubicadas al otro lado de la línea del Biobío. En cuanto a la fecha de nacimiento de doña María Gaete, no se ha podido precisar con exactitud, según datos del “Anuario de los cien años de las Religiosas Franciscanas”, (pp. 65. 1989) favorecidas por doña María con la donación de su propia casa en el Centro de la ciudad de Arauco, con fines benéficos. “Comunidad creada el 10 de febrero de 1934, gracias a la generosidad de la señorita María Gaete, quien donaría el local donde funcionaría lo que es hoy el Liceo “María Gaete”; continúa la narración, “fueron recibidas en la estación de Arauco por la señorita María Gaete. Inmediatamente se dirigieron al templo, entonaron el Te Deum en acción de gracias porque el Señor les concedía poder proyectar su misión en otra provincia más de Chile”. “Luego se dirigen a la casa que la señorita María Gaete les había preparado, ella al observarlas muy impresionadas, da gracias a Dios por ver sus anhelos hechos realidad y les entregó la propiedad franciscanamente amoblada, al día siguiente, enfermó gravemente para no volver a levantarse, falleciendo en marzo del mismo año, es decir, 1934, a la edad de 80 años”. Si este dato es fidedigno, el año de nacimiento de esta dama benefactora, sería: 1854. En lo que respecta a su educación y, conforme a la realidad sociocultural de la época, se discute si tuvo alguna instrucción en las letras, ya que no era propio que las mujeres de su condición se adentraran en la gramática y conocimientos que no fueran más allá de las manualidades, repostería y religión. Respecto de la religión, es claro que era una dama creyente católica practicante y de constante eucaristía, muriendo cristianamente asistida por las religiosas a las que había favorecido con su generosidad. Es precisamente la envergadura de esta obra de generosidad, la que amerita su recuerdo, pues el establecimiento educativo creado a partir de ella, en sus 76 años de historia, ha trascendido con su labor educativa, en las almas de miles de jóvenes que hoy, padres y madres,

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profesionales, técnicos o trabajadores, sirven en múltiples ámbitos del país y sustentan sus vidas en los valores recibidos allí. En cuanto a sus familiares, sus padres fueron Santiago Gaete y doña Juana Sierra; sus hermanos: don Filidor Gaete, existiendo actualmente una beca en la Universidad de Concepción con dicho nombre para los estudiantes del Liceo de Llico, en agradecimiento a la donación realizada en beneficio de dicha casa de estudios; Carmen Gaete, Cipriano Gaete, Santiago Gaete, cuyo retrato se encuentra en una de las salas del ex hospital Leonor Mascayano; Gertrudis Gaete, quien donó el ex campanario de la Iglesias de Arauco; Emilia Gaete y Juan Alberto Gaete. De dichos hermanos, la Srta. María, Gertrudis y Emilia, no tuvieron descendencia en conformidad a los antecedentes revisados hasta ahora. La Sra. Carmen Gaete contrajo matrimonio con un primo, pero no tuvo descendencia, educó a una sobrina y ahijada llamada Rosita Gaete. Don Filidor Gaete tuvo dos hijos don Sebastián Gaete y don Marcos Gaete de los cuales sobrevive don Sebastián Gaete en la ciudad de Arauco. Don Cipriano Gaete contrajo matrimonio con Zoraida Fernández-Niño Ferreaud, hija del maestre de campo y connotado agente político de la zona de Lebu; Don Alejandro Fernández-Niño, dejando tres hijos: Cipriano Gaete, Graciela Gaete e Hilda Gaete (fallece al poco tiempo de nacida), los que quedaron huérfanos y a cargo de un tutor a los poco años de vida. Don Cipriano Gaete tuvo a las vez dos hijos: Patricia y Héctor Gaete Peña; y Doña Graciela Gaete Fernández-Niño tuvo cinco hijos: Aladino, Corina (reside actualmente en Italia), Graciela, Zoraida y Celestino; de todos ellos sobrevive Celestino Ferreira Gaete y Corina Ferreira Gaete.

Memoria agradecida Parroquia San José – Arauco

Rosa Matilde Guzmán Villarroel Rosita Guzmán llega a la cuidad de Arauco en el año 1922 a la edad de 19 años, proveniente de un pequeño poblado de la provincia del Limarí en la IV región, llamado Combarbalá. Se comenta que emigró desde tan lejos para sanarse de una desilusión amorosa, pero esto no se logró comprobar, ya que era una persona muy reservada con su vida privada; nunca se casó y no se le conoció algún novio. Jamás se supo algo de su familia. Al llegar a Arauco fue acogida por la familia Latorre Catrileo, doña Olga Latorre Aguayo la integró en su hogar como un miembro más de la familia. Ella ejercía la profesión de enfermera, sus servicios los ofrecía a todo el pueblo sin hacer distinción alguna de personas o de condición social, no cobraba por sus servicios; la gente más sencilla, en agradecimiento, le entregaba víveres u otros elementos personales, los cuales compartía entre quienes más lo necesitaban.

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Prestó gran servicio a la Iglesia Parroquial, la cual era casi su segundo hogar, hacía la catequesis, se encargada de que todo marchara de la mejor forma posible, era la que la abría y cerraba el templo, tocaba las campanas y ayudaba en la sacristía. Se recuerda, como anécdota, que debido a su delgada figura y por efecto de la fuerza del movimiento pendular de las campanas, éstas la levantaban y parecía que volaba, con su capa azul de enfermera, la cual vestía siempre. Ayudaba al cura párroco y a las monjitas a preparar la Misa, recolectar las ofrendas, mantenía siempre limpio el templo, los altares llenos de flores frescas y llenaba las pilas de agua que estaban a cada lado del antiguo templo parroquial. Poseedora de un carácter fuerte. Exigía respeto dentro del templo y hacia el párroco, pues decía que a través de ellos en la Eucaristía se expresaba el amor a Dios. La Misa para ella era fundamental. Durante la Eucaristía, se quedaba vigilante, parada en la zona posterior del templo y velaba para que nadie se distrajera o interrumpiera con alguna conversación, el clima de piedad, debía mantenerse durante el desarrollo de ésta; nada debía distraer a los feligreses de un momento tan sagrado. Del mismo modo, educaba a los niños en las catequesis, pero a la vez, les entregaba mucho cariño, siempre preocupada de que nada les pudiera faltar. Por las calles se solía distinguir entre las personas, ya que siempre vistió su uniforme de enfermera, este era casi su segunda piel, amaba tanto el servicio que jamás lo abandonó aún después de jubilar. En este oficio, ella encontró el sentido pleno de su deseo de servir, quienes la conocieron dan testimonio de su dedicación voluntaria a visitar los enfermos o acudir a los campos en pos de quienes pudieran necesitar de su ayuda. Vivió de la caridad de muchas personas, las cuales le ayudan con alimentos y se dice que nunca le faltó como vivir. Asistió a personas adultas, las que le pagaban con el hospedaje hasta que se mejoraban, luego asistía a otro que requiriera de su apoyo y así pasaba sus días. Su vida fue muy austera. Ella se ganó el cariño y el respeto de todo el pueblo, al poco tiempo de haber llegado, realizaba onces de beneficencia para los niños pobres, y reunía los recursos buscando benefactores, nadie le negaba la ayuda. Sus últimos dos años de vida los pasó en una pieza de la casa parroquial, hasta que enfermó y fue llevada al hospital del pueblo, donde falleció el día 30 de Junio de 1974, a la edad de 71 años. De sus servicios funerarios se encarga don Osvaldo Waisse Fuentealba, su Misa fúnebre fue asumida por los niños del Liceo María Gaete, hoy llamado San Francisco de Asís. Y luego escoltada hasta el cementerio local. Su recuerdo permanece hasta nuestros días por la trascendencia de su personalidad, llena del espíritu de Jesucristo. Fue una cristiana profundamente comprometida con su fe y manifestada en las obras de amor a la Iglesia, a la liturgia, al sacerdote y a los pobres, Rosita Guzmán, fue una mujer virtuosa, de una vida moral intachable. Su memoria ha sido elegida para agradecer a Dios por su providencia en la construcción de la Iglesia, sacramento de Cristo en la ciudad de Arauco

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Memoria agradecida Parroquia Santa Rosa de Lima - Lebu

R.P. Ramón Puntí Pujol Nacido en San Feliú de Pallarols, Cataluña, en enero de 1893. Tras su llegada a Chile en 1927 fue designado párroco de la iglesia de Portezuelo, cerca de Chillán. Asume como párroco de Lebu el 30 de octubre de 1933, sustituyendo al padre José Ángel Bastidas, quien renuncio por problemas de salud. A poco de haberse hecho cargo de la parroquia la feligresía local pudo darse cuenta que se encontraba conducida por un pastor de gran inteligencia y sagacidad, su excéntrica personalidad rompió los rígidos protocolos y muy pronto, en su castellano catalán, empezó a predicar el Evangelio, que dejó de ser exclusiva comprensión de unos pocos para llegar con claridad y sencillez a los humildes. Entre sus numerosas obras se debe mencionar la publicación del periódico “La Cruz”, el 07 de diciembre de 1933, que imprimió en las prensas de “La Crónica”, a poco más de un mes desde su llegada a la parroquia, demostrando inmediatamente cuál iba a ser su línea de acción en el anuncio del mensaje de Cristo, ocupando para ello los medios más modernos de aquel entonces. En 1938 editó “Ideales Católicos” y en 1944 “La voz de Lebu”, todos en forma sucesiva. El Padre Ramón Puntí, permaneció como párroco en Lebu durante 22 años. Por razones de salud tuvo que dejar la responsabilidad de párroco de Lebu en septiembre de 1955, fecha en la que fue trasladado a la parroquia de Hualqui. Después de un año volvió nuevamente como párroco a Lebu, hasta su fallecimiento en la villa Pehuén (sector rural de la comuna de Lebu) en octubre de 1958, en el hogar de la familia Salgado Gatica. Sus funerales se realizaron en la parroquia de Lebu siendo uno de los más masivos que se recuerde, siendo superada sólo por los funerales de las víctimas del transporte Angamos en julio de 1928. El padre Ramón vino para quedarse, y se quedó en su querido Lebu, con su gente. Sus restos quedan sepultados en el cementerio local para acompañar a las futuras generaciones de misioneros de Cristo que lleguen a este venteado pueblo.

Memoria agradecida Parroquia Santa Rosa de Lima - Lebu

R.P. Franz Benner Benner Sacerdote alemán nacido en Neustantd, Alemania, el 01 de agosto de 1936. Se ordena sacerdote el 30 de mayo de 1970 en la ciudad de Concepción, Chile. Viaja a su país para celebrar su primera Misa, regresando a Chile en agosto de ese mismo año, para asumir

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como Párroco de la parroquia “Santa Rosa de Lima” de Lebu por 17 años, hasta el 19 de diciembre de 1987, fecha en la que por motivos de salud es enviado a Ecuador. Su permanencia en Lebu estuvo marcada por las múltiples de obras que deja como legado a la comunidad parroquial, la primera fue la construcción de la casa parroquial, en un nuevo terreno y diseñada por el propio sacerdote, la que se bendijo en julio de 1972. Trabajador incansable, admirador de la obra de sus antecesores en especial del padre Ramón Puntí Pujol y preocupado de los niños y jóvenes, con quien tenía gran afinidad, realiza un gran proyecto, el centro juvenil parroquial “Ramón Puntí”, que es inaugurado y bendecido el día 03 de septiembre de 1978 por Monseñor Manuel Sánchez, realizándose además ese mismo día las primeras comuniones y confirmaciones de jóvenes, ocasión propicia ya que aquel lugar albergaría a la juventud católica de Lebu. Entre sus cualidades destacaba la facilidad que tenía para congregar y movilizar a la comunidad Lebulense en pos de sus iniciativas, con lo que lograba obtener importantes donaciones, como la casa Ebensperger, donada por la familia para la construcción de un Hogar de Ancianos, que albergaría abuelitos de escasos recursos, en estado de abandono o vulnerabilidad, restaurando además esta construcción de valor patrimonial enorme. Sin lugar a dudas, de aquella casa solo quedarían ruinas de no ser por el trabajo de este sacerdote, en cambio hoy en día es considerada postal de nuestra ciudad. Fue inaugurada oficialmente el día 15 de agosto de 1972. Sin lugar a dudas su mayor obra fue la edificación, con fondos personales y la colaboración de la comunidad entera, del nuevo y hermoso templo, transformando la deteriorada iglesia antigua en una espléndida basílica (así considerada por él) obra iniciada el 27 de marzo de 1981, ganando el aprecio de numerosas personas e instituciones, incluyendo el respeto y admiración de la comunidad civil y de otros credos. El Templo fue bendecido el día 26 de enero de 1986 por el Arzobispo de Concepción, monseñor José Manuel Santos. Paralela a esta, inicia, forma y dirige un grupo de personas, especialmente matrimonios jóvenes para comenzar el trabajo de catequesis familiar, movimientos y grupos de iglesia, coros, etc., muchas son las obras que directa e indirectamente surgen de este sacerdote…. Como obra intangible dejó su personalidad firme y segura, su pasión por los jóvenes, los niños, los ancianos, las catequesis; excéntrico cura de pantalón corto y de auto último modelo, cocinero tradicionalista alemán, su casa era la casa de los parroquianos, de sus amigos, de toda comunidad católica, cura amigo de la puntualidad, no toleraba que fueran impuntuales con su Dios, era capaz de detener la Santa Misa para increpar a todo aquel que por razón alguna se atreviese a llegar tarde, se recuerdan frases típicas como: “Ya llegaste tarde otra vez vieja”, o simplemente se atrevía a lanzarle las llaves desde donde se encontrara; su entrañable cariño por los jóvenes se demostraba también en Misas acolitadas por 25 o más de ellos si los hubiese, aún si el mismo arzobispo estuviera presente, no se atrevía a corregir tan particular estilo de celebrar la Santa Misa con tanto colaborador, y por lo general los domingo por la tarde llevaba a todos sus jóvenes de paseo a la playa, tantos como cupieran en su auto. Su ausencia ha sido llorada y recordada con cariño hasta la actualidad por sus “bachos” queridos (por su acento alemán tan marcado siempre le dificultó pronunciar la palabra huacho, o sin padres, expresión de cariño pues siempre los veía solos).

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Entrega la parroquia al Padre Raúl Castillo, el 19 de diciembre de 1987, quien tiene la difícil tarea de reemplazar al cura, quizás más querido que Lebu haya tenido en su historia. Algunos años más tarde, llega para hacerse cargo de la parroquia de Lebu la Comunidad de San Francisco de Sales, a cargo del Padre Héctor Valdés Valdés, y Roberto Salazar Soto, este último oriundo de Lebu, de descendencia de la espiritualidad del padre Franz Benner Benner. Otras de sus obras fueron la capilla de Villa Pehuén, y los cimientos de la capilla de Sagrado Corazón de Jesús. Su respeto y admiración lo lleva a recibir las llaves de la ciudad en dos ocasiones. Fallece el 29 de noviembre del 2002 en su querida Alemania, su linaje no le permitiría morir en otro lugar, decían sus más cercanos.

Memoria agradecida Parroquia San José – Curanilahue

Héctor Gonzalo González Hermosilla. (16/03/1973 – 10/03/ 2010) Héctor González nació y murió en Curanilahue, sus padres son Luis y Rosa, sus primeros años de estudio los cursó en la escuela D-760 de esta comuna, la educación media la realizó en el Liceo Politécnico, en la especialidad de mecánica automotriz. Sus compañeros lo recuerdan como un joven muy alegre, cálido y afectivo; a los 16 años ingresó a la catequesis para recibir los sacramentos de iniciación cristiana. Durante su niñez y juventud participó activamente en la Parroquia dentro del grupo Cevas y Pastoral Juvenil respectivamente, coordinó muchas actividades y, como en todo lo que hacía, ponía el entusiasmo y la alegría que a él lo caracterizaba, todo esto impulsado por el gran amor que sentía por Dios. Su desempeño laboral fue en el taller mecánico de su padre. El 23/12/1995 contrae matrimonio por la Iglesia con Marisol Rodríguez, con la cual tuvieron dos hijos Ignacio y Fernanda. Héctor con su señora fueron integrantes de la catequesis familiar, en 2003 vivieron la experiencia de Encuentros Matrimoniales parroquiales, del cual participó activamente, ejerciendo el liderazgo cristiano que le caracterizaba, vale decir, capaz de transmitir a sus hermanos el amor que él tenía por Dios en cada una de las actividades que realizaba. A comienzos de Febrero del 2008, su estado de salud empieza a decaer, se le diagnostica anemia severa, posteriormente le da un derrame cerebral y entra en coma, el desenlace final fue su muerte.

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Memoria agradecida Parroquia San José – Curanilahue

Pbro. Ignacio Garau. (1944 – 1993) Ignacio Garau, Sacerdote, nació en la Isla de Cerdeña, Italia y desde muy joven quiso ser misionero. A los 12 años entró al Seminario Menor y, ya ordenado sacerdote fue enviado a diferentes lugares, donde se le recuerda con gratitud, pues ayudó a formar grupos de jóvenes y de trabajo a nivel social. A pesar de ser valorado y querido por las comunidades en las que trabajaba, sentía que su vocación le llamaba a vivir en lugares más necesitados. Por ello, se integró a un grupo en el que se daba formación a sacerdotes que se formaban para vivir en América Latina. Su primer destino fue Brasil, luego Chile; primero a Santiago y en Febrero de 1974 llegó a Curanilahue, donde estuvo 12 años. En sus homilías insistía en un Dios que se revela en un Jesucristo cercano, valiente, sencillo, misericordioso y humano. Se caracterizó por los múltiples talentos humanos y artísticos que el Señor le concedió. Escribió canciones que se siguen interpretando en la parroquia, pintó murales, redactó cartas y algunos folletos, creaba obras de teatro desde los relatos del Evangelio o hechos de la vida del pueblo de dolor, silencio o sencillamente, de lo que podía contemplar a través de sus recorridos por los diferentes lugares del pueblo, las visitas a las comunidades, conversaciones en la calle con la gente, etc. Ayudó para mantener una ONG parroquial llamada CADEP, la cual utilizó para crear instancias de formación y capacitación: aprender modas, cursos de guitarra, telar, carpintería, capacitación a forestales, biblioteca, etc. Se sentía muy agradecido de la acogida de Curanilahue, sobre todo irradiaba este gozo en las celebraciones de la Eucarística dominical, acogiendo a la comunidad, a quienes recibía con la letra de canciones que les creaba: “Muy buenos días, Señor te cantamos Curanilahue está junto a Ti…” después de esta parroquia fue enviado a Hualqui donde estuvo 2 años y luego volvió a Italia a pasar sus últimos días, pues el deterioro de su salud lo exigía. Fue allí donde falleció.

Memoria agradecida Parroquia San José – Curanilahue

Iris González Concha. (1944-2009) Iris González, nació y falleció en Curanilahue. Sus padres fueron Enrique y Pascuala. Sus primeros años de Educación básica y media los realizó en Curanilahue, el 4º y 5º de humanidades los realizó en Coronel. Estudió enfermería en Concepción y volvió a su

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querido pueblo a trabajar como auxiliar de enfermería en maternidad. Entre los años 1972-1975 estudió Ed. Parvularia en la Universidad de Concepción. Al retornar a la comuna donde nació, creo el primer jardín infantil “Las Ovejitas” del hospital de Curanilahue. Después de tres años renunció a su cargo y pasó a prestar servicio al ministerio de educación en la ex – escuela 38, hoy en día Escuela 765 “Colico Sur”. Ahí trabajó algunos años y luego se trasladó a la Escuela 758 “Ramiro Roa”. Sus últimos años docentes los realizó como profesora de religión católica. Buscar caminos para realizar el profundo anhelo del Salvador fue el objetivo de su vida cristiana en todos los ámbitos de su existencia: personal, familiar, laboral y comunitaria. Velar porque los demás tuvieran vida en abundancia, fue la traducción cabal de numerosos objetivos por los que luchó a diario, por eso después de sus horas de trabajo participaba en el folklore del Magisterio durante muchos años, como así mismo, en la atención voluntaria a las niñas del hogar “Manos abiertas”. A nivel de Iglesia realizó el servicio de ser catequista bautismal, familiar y directa. Fue animadora de la comunidad “San Francisco de Asís”, ministro extraordinario de la comunión, Directora de la fraternidad “San Juan Bautista” en Concepción. Y co-responsable de la creación, implementación y dirección de la biblioteca parroquial. Formó parte del comité económico de la parroquia y coordinadora del 1%.

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Memoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria Agradecida

Decanato Decanato Decanato Decanato BiobíoBiobíoBiobíoBiobío

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Memoria agradecida Parroquia Inmaculada Concepción – Santa Juana

Inmaculada Iráizoz Gascue Inmaculada Iráizoz Gascue nació en Alcoz (Navarra) el 26 de Mayo de 1913, en el seno de una familia numerosa. Estudió Magisterio y durante esta etapa de estudiante es que tomó contacto con las Dominicas de Villava. Ingresó en el Noviciado de Teror, el 16 de abril de 1934, donde hizo su Profesión el 8 de Septiembre de 1936. La Profesión Perpetua fue el 8 de septiembre de 1942. Estuvo destinada en las Comunidades de El Paso. Villava, Bogotá, Madrid, y en 1975 fue destinada a Chile, Comunidades de Quilín, Condell y Santa Juana. Desempeñó el servicio de Directora en El Paso y Villava; Maestra de Novicias en Villava y Priora General de la Congregación. Luego de una vida larga y fecunda falleció el día 26 de mayo de 2006. Era una mujer muy culta, pero de una gran sencillez. Su lema era que “Dios no estaba en lo exagerado ni extravagante”. Nunca dejó de evangelizar, catequizaba incluso con su presencia. Su interés y preocupación por los jóvenes la acompañó en toda su vida. Su edad no fue un impedimento para su cercanía con ellos. Fue guía espiritual de jóvenes, niños, madres, matrimonios, hombres solos, ancianos y sacerdotes. Todos ellos guardan un recuerdo imborrable de su sabiduría divina. En la Iglesia su mayor compromiso fue siempre la oración. Hasta el último minuto de su vida aconsejó sobre la importancia de la oración y sus efectos positivos en nuestras vidas. Incluso en su lecho de muerte pedía a quienes la visitaban, que rezaran el rosario. Con su habitual sabiduría, sencillez y respeto guiaba y orientaba a nuestros párrocos, acompañada de una gran obediencia a las prédicas. Siempre pedía que cada eucaristía se hiciera realidad con hechos concretos. Era muy solidaria, ayudó económicamente a mucha gente, se desprendía de todo lo que tenía con mucha alegría. Para nosotros era una persona muy especial. Infundía respeto, nos acercábamos a ella, muchas veces con algo de temor, pero nos separábamos de ella con una sensación de paz y alegría. Irradiaba algo especial; muchos reconocimos en ella características propias de una Santa.

Memoria agradecida Parroquia Inmaculada Concepción – Santa Juana

Guillermina del Carmen Ríos Astudillo Carmencita Ríos Astudillo nació el 26 de Octubre de 1945. Se desempeñó como Auxiliar de servicio en el Hospital de Santa Juana. Falleció de un cáncer de mamas, enfermedad que

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aceptó con una cristiana resignación, sin decaer su fe el 04 de Noviembre del 2001 a los 56 años. Fue una mujer que pasó haciendo el bien a lo largo de su vida. De familia humilde, de gran esfuerzo y principalmente de una profunda fe en Cristo. Mujer de piel muy cariñosa. Su trabajo secular lo hacía en silencio y de manera pulcra. Este trabajo y ganancias los realizaba para el Reino de los cielos. Ella fue una constante misionera, tal como Jesús lo quería para su vida. Esta misión consistía en llegar donde está la iglesia que sufre, donde los humildes, los despreciados, rechazados, enfermos y solos. Quizás por este motivo se le criticaba por sus continuas ausencias en el hogar, por su casi abandono de seres queridos, pero su tiempo total estaba entregado a sus enfermos y ancianos. En nuestra parroquia participó en variados grupos como: Pastoral de salud, catequesis familiar, grupo de misiones, Virgen peregrina de Schoenstatt, Renovación carismática y Ministros de la eucaristía. Pero sin duda el más importante fue el último. Llevando el Cuerpo de Cristo a los enfermos de la comunidad que sentían la necesidad de alimentar su alma de Jesús. Trabajo que realizaba con gran amor, cercanía y fraternidad. Mujer de constante oración y de gran amor a Nuestra Madre la Virgen María. El rezo del rosario en su vida misionera fue muy relevante. Era ella quien durante todo el mes de María dirigía y rezaba el rosario en una comunidad llamada La Patagua, perteneciente a nuestra parroquia. La tía Carmencita como solían decirle un grupo de jóvenes, debido a su constante preocupación e innumerables consejos que tenían como fin preparar los para enfrentar la vida y sobre todo ser buenos hombres y mujeres de Cristo. Carmencita a través de su vida entregó mucho, Dios la llamó a su casa ya hace casi nueve años, estamos seguros de que está gozando del paraíso junto a nuestro Padre, intercediendo por cada uno de nosotros acá en la tierra. Los cristianos deberíamos imitar su mensaje de anunciar a Cristo, abandonándonos y entregándonos a El en los momentos de dificultad, ya que es Jesucristo quien todo lo puede. La comunidad católica de la parroquia “Inmaculada Concepción” de Santa Juana siente una tremenda admiración y agradecimiento a esta hermana nuestra que fue un ejemplo para todos nosotros.

Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria – San Pedro de la Paz

R.P. Leo Thoma H. sch El 25 de Marzo de 1982, por decreto del Arzobispo a la fecha, Monseñor Manuel Sánchez, nuestra capilla y santuario, atendida hasta esa fecha por sacerdotes agustinos, es nombrada Parroquia. En el momento asume como primer párroco el Padre LEO THOMA H. Sacerdote venido de Santiago pero originario de Suiza y perteneciente al Instituto Secular Padres De Schöenstatt.

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Llegado a este sector de San Pedro de la Paz, San Pedro Viejo como se reconoce al lugar, inicia su labor, recorriendo las calles empolvadas, conociendo sus habitantes e invitando a algunas personas que encontraba a su paso, adultos y jóvenes, a compartir y servir en tareas propias y necesarias para la buena mantención de la parroquia santuario, como es el aseo y jardinería, por ejemplo. Así se dio a la tarea de conocer el emplazamiento y las personas con quienes trabajaría en la formación de la comunidad. Como sacerdote mariano y aprovechando la presencia de Nuestra Señora de la Candelaria en el lugar, imprime en los fieles un fuerte lazo de unión a la Virgen María y no sólo al interior de la parroquia santuario, sino que éste adquiere tal fuerza que las personas son capaces de ir a distintos lugares y proclamar con entusiasmo y fuerza la devoción a Nuestra Señora de la Candelaria, que conlleva a celebrar con grandes multitudes la Fiesta de nuestra Patrona, cada 02 de Febrero, enfatizando en ella, por sobre todo el carácter litúrgico y limitando el accionar pagano que hasta el entonces era muy fuerte en la fiesta. Adquiere importancia y significado la luz de las candelas, el caminar en procesión por las arenas del río Bíobío, entre otros. Encontrándose el templo de ese entonces (de madera) en mal estado, guía la comunidad y la orienta a trabajar por la construcción de uno nuevo, el actual, construido de bloques. Para ello impulsa en la comunidad la fuerza que adquiere la oración en unidad y lo hace a través de la práctica de la oración del Angelus, todos los días a las 22 horas. Esta acción traspasa los límites de la comunidad, hasta los de la Arquidiócesis, pues hay feligreses que en distintas ciudades de Chile y fuera de él, en el extranjero, se unen en oración en la hora indicada, para obtener la ayuda espiritual por intercesión de la Virgen, así como la llegada de dineros. Muy recordado es el lema para esta tarea: “LA VIRGEN CONSTRUYE, USTED CONTRIBUYE”. Nos hizo conocer la intercesión de la Virgen en momentos de angustia, frente a enfermedades, incitándonos a practicar cadenas de oración, ininterrumpidas, durante días y semanas. De esta manera, impulsó en nuestras vidas, también la oración en familia ya sea ésta en la noche, en la bendición de la mesa y fuertemente la oración del Santo Rosario. Éste último desde niños. En lo pastoral, dio gran impulso a la Catequesis Familiar (antes se hacía catecismo a los niños) motivando a papá y mamá para que asistieran a los Encuentros, con su hija(o), valiéndose del acompañamiento de dos matrimonios muy comprometidos con la iglesia. Muy acogedor, amistoso, de llegada familiar, como papá para los más pequeños, de espíritu motivador y animado conquistó el corazón de los jóvenes de esos años con quienes formó una Pastoral Juvenil muy emprendedora y a quienes los orientó y formó para catequizar a los menores. Dio un gran impulso a la oración a través del canto, quien daba un ambiente festivo y animado a las celebraciones, haciéndolas más atractivas y así conquistando más corazones para la Virgen Candelaria. Se llegó a compartir con tres coros dentro de la parroquia. Gustaba de lo originario o autóctono y en esta línea llamó a la formación de un Grupo Folklórico que animaba nuestras llamadas “Misas a la Chilena”. Al término de la Catequesis Familiar (después de hacer su Primera Comunión); los varones tenían la oportunidad de participar en el Grupo de Acólitos y las niñas podían formar parte del Grupo Corazón de María. Los padres y madres tenían su espacio en los Grupos de

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Matrimonios. Todos los grupos tenían guías que preparados continuaban con la formación de ellos desde la evangelización, lo humano y social. Desde lo humano y social fortaleció la relación de los fieles a través de paseos, compartir almuerzos y onces, fiesta navideña y del 18 de Septiembre y la realización de Bingos en pro, estos últimos, del desarrollo y avance de la parroquia santuario. Por separado también dio lugar a los varones en el Grupo Caballeros de la Virgen, responsables de sacar la imagen en las procesiones y por ende el acercamiento del hombre a conocer y hacer suyas las enseñanzas de María, a las señoras en el Grupo de Madres Candelarias encargadas de la ornamentación del templo y otras acciones relacionadas con ello y el inicio y formación del Grupo AMAC.- La religiosidad popular, también tenían cabida. Niños y jóvenes en el Grupo de Bailes Religiosos, que se presentaban en la celebración de la Asunción de la Virgen (15 de Agosto) y en la celebración del 02 de Febrero, fiesta de la Presentación del Niño en el Templo. Empeñado en divulgar la presencia y el fervor por Nuestra Señora de la Candelaria a través de diarios y radio, impulsó la creación de medallas, no habían antes, estampas con la imagen de la Virgen en cuyo reverso se escribe la oración actual, que pide escriba el padre Joaquín Allende, cuando él era rector del Santuario de Nuestra Señora del Carmen de Maipú. Estudioso de cómo llegó la imagen de la Virgen a este lugar, y viendo que ella se encontraba deteriorada se empeña y logra la primera restauración de la imagen a manos de un sacerdote hermano de la comunidad de Schöenstatt.- Es en esta tarea, que bajo el yeso que cubre la imagen, descubre la figura real de ella, por cuatro veces centenaria.- Así, conoce la historia del Fuerte de San Pedro de la Paz; y anticipándose a la creación de la comuna, sugiere y advierte en reuniones vecinales, el nombre actual de ella.- Es necesario destacar su especial preocupación por la evangelización a través del deporte, preocupándose de dar instancias de esta línea a los jóvenes parroquianos y vecinos, así como por el Club Deportivo Arturo Fernández Vial en donde además de evangelizar se preocupó se inculcar actitudes de buen cristiano, regularizar los matrimonios e hijos con los sacramentos correspondientes e insertarlos en celebraciones de la fe en nuestra comunidad, inculcándoles el amor y la oración mariana, especialmente antes de cada partido. Destacadas eran las procesiones que realizábamos al Santuario de Montahue, el último Domingo de Noviembre, con los niños que ese día recibían su Primera Comunión, pero la que nos marcó por sobre todo fue la procesión con la Piedra Peregrina (Primera Piedra del Templo) que recorrió durante un mes distintos lugares de la parroquia, uniendo los fieles en torno al santo rosario y la Eucaristía, para terminar con ella en procesión al Club Hípico donde en la Eucaristía que celebró el Papa Juan Pablo II (Abril 1987) fue bendecida y luego colocada a la entrada izquierda de nuestro templo. Legado de este momento es el Telar que las Tejedoras de Copiulemu hicieron para el altar en que el Papa celebró la Eucaristía y que él se empeñó quedara ubicado en el fondo del santuario. Éste motiva muchas visitas turísticas, que valorizan nuestras raíces, gracias al accionar de este gran sacerdote. Debemos recordarle también, como se movilizó y contagió nuestra comunidad, cuando observó que por nuestra calle Pedro Aguirre Cerda, aledaña a la parroquia, en día Domingo se acentuaba el trabajo de camiones. Así nos unimos y con pancartas a la entrada de San Pedro, en el ya eliminado Puente Viejo, alzamos nuestra voz por el respeto del día Domingo y su dedicación al Señor. Luego de ello vinieron conversaciones con empresarios

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a quienes invitó a ser parte de la comunidad. Los límites geográficos de nuestra parroquia nacen en el sector de Patagual (camino a Santa Juana), lugar muy conocido por él y en donde dio origen a la creación de la Primera Capilla del lugar, situada mucho más adentro que la actual, por prestación del lugar, bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen. Siendo muy celoso de su fe religiosa, dinámica y comunicativa, no trepida en acercarse a los pastores de iglesias evangélicas del sector, mostrando así ecumenismo y unidad vecinal. Sacerdote constructor de templo y de comunidad de corazones los que día a día fue labrando, limando y puliendo, para que tomando las enseñanzas de la Virgen nos pudiéramos presentar ante el Señor. Agradecemos al Padre Leo su legado de fe, su ejemplo de compromiso social y cultural y por sobre todo el aprender que la comunidad es una familia que unida en oración y vida puede lograr paz, amor y felicidad, instancias que todo ser humano anhela en algún momento de sus vidas. Llegó a nuestra parroquia en la fiesta de la Anunciación a la Virgen y se fue al encuentro con el Señor, en su tierra natal, a dos semanas de abandonar nuestro país, en la fiesta de Pentecostés, un 03 de Junio de 1990.- ANUNCIO y ESPÍRITU se unen en su persona.

Memoria agradecida Parroquia San Juan Bautista – Hualqui

Miguel Alfonso Galán Orostica En Hualqui, el 26 de noviembre de 1943 en la maternidad de la nunca olvidada casa de socorro de nuestra comuna, nace Miguel Alfonso Galán Orostica, cuarto hijo del matrimonio cristiano católico formado por Don Renato Galán y la Sra. Margarita Orostica. Sus primeras vivencias de niño, transcurrieron bajo la fuerte influencia de la abuela paterna, doña Salvadora Galán, persona de carácter fuerte, conducta severa, gran educadora, que lo adoctrino diariamente en la fe católica y lo vinculó con la parroquia donde no solo fue bautizado. El salón parroquial, el antiguo campanario, la imponente iglesia con sus grandes naves e inmensos altares, de hermosas imágenes y su sacristía, eran los sitios y rincones mas visitados por el inquieto niño Miguel Alfonso, mientras su abuela enseñaba y ensayaba con el coro parroquial sentada frente al armonio, lugar donde un 19 de septiembre interpretando el himno nacional entregó su vida de servicio y fidelidad a su iglesia. Miguel Alfonso siguió su huella recta y profunda. Sus conocimientos básicos fueron creciendo y cimentándose con el esfuerzo de sus padres que lo educaron en colegios católicos alternando en su adolescencia con la educación laica, época en que logró distinguirse como deportista y dirigente estudiantil, consolidando una personalidad que lograba con facilidad la empatía y afecto entre sus semejantes, cualidades que puso al servicio, tanto en lo social, en lo político y deportivo.

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El doce de febrero de 1981 Miguel Alfonso contrae matrimonio con la Sra. Eliana Eugenia Torres Jara, formando un nuevo hogar con sus dos amados hijos, largamente esperados, Alfonso Esteban y Gabriela Constanza, a quienes con esfuerzo, sacrificio, trabajo y amor común, le supieron entregar la educación que les permitió a ambos cumplir sus sueños de ser profesionales. Miguel Alfonso como adulto ejerció diferentes trabajos en diversas instituciones y empresas, permitiéndole conocer a muchas personas y ser conocido. Sus cualidades personales, su espíritu hambriento de servicio, lo impulsaron a comprometerse, en los diferentes ámbitos de la vida de nuestra querida comuna. En lo social: dirigente estudiantil, presidente de centro de alumnos y como adulto presidente de centros de padres. En lo deportivo fue socio fundador de clubes deportivos como UNDAC y FEDEHU, además presidente de la asociación de fútbol de Hualqui, integrante del comité de árbitros, secretario de la asociación de rayuela. En lo político heredero natural de la consecuencia doctrinaria inalterable de su padre, empapado de la doctrina social de la Iglesia, militó desde la adolescencia en el partido Demócrata Cristiano, llegando a ser uno de sus dirigentes locales más influyentes. Pero Miguel Alfonso, Don Alfonso como cariñosamente le trataba su comunidad, tenia algo más importante y noble que desde niño llevaba en su interior, participando ya como monaguillo en las distintas celebraciones y procesiones de la comunidad católica local, después de sacristán acompañando a diferentes sacerdotes en el servicio del altar; junto a su querida esposa dedicaron su tiempo a la formación de niños y padres en el grupo de catequesis y también como orientadores matrimoniales. Una de las actividades que él realizaba y no me cabe la menor duda que lo hacía con la mayor entrega, era como ministro extraordinario de la eucaristía. En este punto podríamos detenernos para reconocer la inmensa labor que realizaba con sus visitas a los enfermos, a aquellos hermanos que estaban sufriendo sin distinguir ningún tipo de persona, ni por su credo, posición política o estatus social, al contrario como el decía hay que buscar donde nadie a buscado y cosechar donde nadie a sembrado. Nuestro querido hermano se entrego completamente al servicio de los más desvalidos, los más alejados de la iglesia y que hoy es indudable que merece todo nuestro reconocimiento. Miguel Alfonso Galán Orostica, cumpliendo esa gran misión que la Iglesia le había encomendado e igual que su querida abuelita, después de realizar un responso de un hermano de una comunidad rural en el salón velatorio, fue a visitar por última vez el Santísimo, para luego ir donde su amiga secretaría parroquial, don Alfonso nos deja, convirtiéndose así en símbolo del servicio y lealtad a nuestra Iglesia, realizando lo que el más quería, entregando su vida hasta el último minuto al servicio de sus hermanos y de su querida parroquia San Juan Bautista de Hualqui.

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Memoria agradecida Parroquia San Juan Bautista – Hualqui

Isabel Pino Colina Isabel Pino Colina nació el 13 de mayo de 1936, en Quinta Normal Santiago de Chile, hija de Ildefonso Pino e Isabel Colina. Tuvo 03 hermanos: Tito, Gloria y Rosa. A los 16 ingresó al convento Mercedario de Santiago, donde estudió Pedagogía Básica en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Dictó clases en el colegio San Pedro Nolasco (cuando era para gente de escasos recursos), fue directora de otro colegio y compañera en el convento de una pariente muy cercana de Teresita de los Andes por lo que ella siempre contaba. Era una mujer de buen corazón y de muy lindos sentimientos, siempre recordaba que en el convento escuchaba a escondidas los discos de Raphael junto a otras hermanas, y que se arremangaba el hábito para jugar fútbol con sus alumnos. Permaneció en la congregación por más de 20 años, de la cual se retiró por no completar todas sus expectativas personales, lamentablemente no pudo recuperar su título de profesora. Una vez fuera del Convento se fue a vivir con su hermana Gloria a Linares en donde trabajó como secretaria del alcalde de aquella ciudad, fueron pasando los años y también fue perdiendo el contacto con algunos de sus demás hermanos, sólo mantenía constante comunicación con su hermana Gloria y Rosa recientemente fallecida de la misma enfermedad que Isabel. Conoció a su marido Stanley Vallejos, viudo, con tres hijos (Pilar, Rino, Stanley), pololearon por cartas, se enamoraron y contrajeron matrimonio en el año 1978, Isabel contaba con 42 años para esa fecha, siendo su marido mayor que ella por 7 años. Él era Agente de la Cooperativa de Ferrocarriles del Estado y Árbitro de boxeo por hobby. Isabel fue madre a los 44 años por milagro, naciendo Elizabeth su única hija: larga, gordita y pálida. Tras nacer su hija, el grupo familiar se trasladó a vivir a Concepción, donde se dedicó a su rol de madre, acogiendo a Standly el hijo pequeño del matrimonio anterior que había tenido su esposo. Su esposo y padre de familia falleció de cáncer linfático cuando Elizabeth tenía 9 años. Elizabeth: “Vi a mi madre cuidarlo con mucho amor y ternura, día y noche, ya que estuvimos un tiempo en Santiago en la clínica de la Católica mientras le hacían quimioterapia y radioterapia a mi padre. Volvimos a Concepción y a los meses él falleció. Mi madre era una mujer fuerte recuerdo…Después tuvimos que continuar viviendo solas, siempre ella se iba a acostar a mi cama por las noches para hacernos compañía.” Al poco tiempo Isabel se integró al voluntariado para enfermos de cáncer en el Hospital Regional de Concepción donde desempeñó una ardua labor apoyando a los enfermos de ese recinto, siempre atenta al dolor de sus hermanos. Debido a los gastos que implicaba mantener una casa tan grande, el colegio de su hija, y agregada la presión de la familia de su marido decidió vender la propiedad de Concepción que era inmensa para poder cubrir sus vacíos económicos, pero sufrió una estafa de la cual Elizabeth era heredera.

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Sólo recuperó unos millones con los cuales tuvo que hacer maravillas para continuar enfrentando la vida. Compró un terreno en Hualqui, donde llegó a vivir en una carpa cuando Elizabeth tenía 14 años, de manera de poder cuidar sus cosas y lo poco que poseía. Con trabajo y esfuerzo logró construir de a poco su casa. Al llegar a Hualqui conoció al padre Luis Vermeulen y se integró a trabajar activamente a la Parroquia San Juan Bautista donde juntos formaron el Centro Abierto del Adulto mayor Padre Hurtado junto con la señora María Ortiz y la señora Clarita. Trabajó con y por el Hogar de Cristo. Formó un voluntariado de mujeres jefas de hogar para visitar a enfermos, que se caracterizaban por utilizar una piocha verde. Formó una agrupación para los niños minusválidos. Gestionó proyectos de mejoramiento y obtención de viviendas para muchas familias hualquinas y especialmente los Adultos Mayores junto al Hogar de Cristo. Se preocupó de enseñar a leer y a escribir a los socios del centro Padre Hurtado el cual presidía. Formó una fortalecida Pastoral Social juvenil en Hualqui donde trabajó codo a codo junto a los jóvenes en el mejoramiento de viviendas en la comuna. Se preocupaba de generar campañas de alimentos no perecibles para repartir a las familias que más lo necesitaban sin distinciones religiosas. Formó el Centro Abierto San Juan Bautista, siendo pionera en la organización de los adultos mayores de la comuna. Participó junto a los jóvenes en la realización de los centros vacacionales solidarios (CEVAS) atendiendo a muchos niños y niñas de escasos recursos. Generó grandes proyectos a través de FOSIS para la implementación de los centros que había creado con el fin de brindar una mayor comodidad y confort a los adultos mayores que participaban de estas organizaciones, adjudicándose la mayoría de ellos. Trabajó Junto a dirigentes vecinales en la formación de mujeres impartiendo clases para que pudieran desempeñar un trabajo y llevar el sustento a sus casas, entre las que destacó talleres de cocina y costura. Después de largos años de trabajo en la Iglesia, se enfermó de cáncer de mamas con metástasis hepática, ya no estaba el padre Luis en la parroquia quien había fallecido años antes. Su enfermedad fue descubierta cuando estaba bien avanzada, comenzó la quimioterapia y se ilusionó con recuperarse pronto para poder continuar trabajando en su obra, cosa que no pudo realizar nuevamente. Isabel Pino falleció en febrero del 2005 sin ningún dolor físico, que era lo que siempre pedía a Dios, morir tranquila y en paz.

Memoria agradecida Parroquia Buen Pastor – San Pedro de la Paz

Víctor Manuel Gutiérrez Barrales Nació el 27 de Febrero de 1937, en Arauco. Su niñez, la vivió en Curaquilla, localidad cercana a Arauco, entre tradiciones campesinas y la naturaleza, junto a sus abuelos, quienes lo acompañaron durante este periodo y su adolescencia, donde creció jugando junto

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al mar y trabajando esforzadamente para cubrir las necesidades familiares. Acompañaba a su abuelo, Alfredo, en carreta, para ir de pesca, cuando la marea estaba baja, y en cuanto se llenaba la red, alzaba su mano en señal de que la labor en el mar estaba concluida. Luego, de adulto, se fue, junto a sus padres y cinco hermanos, a los Huertos Familiares en San Pedro de la Paz, donde vivieron además, la catástrofe del Terremoto de 1960. Preocupado en esta ocasión de sus abuelos, viajó a pie a su ciudad natal, para verlos. Pasado algún tiempo, comenzó su vida laboral, trabajando primero como conductor de las primeras micros de ese tiempo, para luego entrar en la fábrica Gacel, donde conoció a quien sería su esposa de toda la vida, Rubí Aravena Soto, con quien tuvo tres hijos, Andrea, Víctor Gonzalo y Valeria. Fue un hombre cariñoso, preocupado de su familia y de la buena mesa, amigo de sus amigos y con un corazón enorme.

En el año 1982 Víctor Manuel Gutiérrez Barrales se incorporó, junto a su señora, en forma activa a la Parroquia el Buen Pastor de San Pedro de la Paz, posterior a la confirmación de 2 de sus hijos y por una invitación que les realizara el matrimonio Carcamo-Garretón, para incorporarse a trabajar específicamente en los Comedores de la Comunidad Santa Rita de Casia, lugar donde se les daba desayuno y once a menores de riesgo social. En esta labor Manuel Gutiérrez trabajo en forma entusiasta por 12 años, realizando actividades como: • Reuniones una vez al mes junto a otras 6 personas integrantes de los comedores y el

párroco de esta época el Padre Manuel Vera Armijo. • Recolección de donaciones en el “canasto de los comedores” que colocaban a la

entrada de la Iglesia, consistentes en: azúcar, leche, mermeladas, mantequilla, saborizantes para agregar a la leche, etc.

• Recolección de aportes en dinero que servía para comprar lo que faltara para dar los desayunos y onces a lo menores de la comunidad en riesgo social.

• Realizara las compras de los alimentos que faltaban en los comedores y además se encargaba de las compras navideñas en dulces, pan de pascua y canastos familiares de los pequeños que asistían a los comedores.

Siempre actúo con mucho cariño y dedicación por los Comedores de Santa Rita. ¿Cómo no recordar cuando comprometía a sus amistades y conocidos personales de las líneas de buses para que cooperaran con los comedores? ¿O también cuando iba al Bio-pan a conseguir panes de pascua para las navidades de los comedores?. Posteriormente se preparó como Ministro de Eucaristía para colaborar dando la comunión en las distintas misas de los fines de semana y a los enfermos que pertenecían a la comunidad del Buen Pastor, labor que realizaba todos los días viernes con mucha entrega, fe y compromiso. La labor como Ministro de Eucaristía la realizó hasta el año 2004, fecha en que comenzó a decaer su salud. Otras actividades que realizó: • Integró el grupo del Buen Pastor que asistió al Club Hípico a recibir al Papa Juan

Pablo II.

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• Participó en las actividades extras que se realizaban en la Parroquia como Fiesta Huasa para el 18 de septiembre y vigilias, donde compartía cantando con los jóvenes.

• Diversos cursos a los que asistió como Ministro De Eucaristía. En su vejez, acompañado de sus nietos, quienes le brindaban una alegría enorme, compartió sus experiencias, como hombre de Fe. El año 2000 se le detectó un problema renal, por lo que tuvo que someterse a diálisis por cinco años, hasta que, un 04 de Junio de 2007, partiera al encuentro del Señor, rodeado de sus seres queridos.

Memoria agradecida Parroquia Madre de Dios – Concepción

R.P. Miguel Macaya El padre Miguel era miembro de la Congregación de los Padres de los Sagrados Corazones, recibió su ordenación sacerdotal de manos de Monseñor Raúl Silva Henríquez el 29 de Junio de 1968. Sus primeros 13 años de ministerio los vivió en la zona de Concepción trabajando en las diferentes parroquias que eran atendidas por la congregación, siendo una de ellas nuestra parroquia Santa Madre de Dios en la población Pedro del río Zañartu, demostrando ser un verdadero discípulo misionero del Señor. Trabajó activamente como uno más en los comedores fraternales alimentando a niños y ancianos. Como suele suceder a veces las cosas no resultan fáciles ni con la rapidez que se necesitan, pero él siempre nos dio el ejemplo de saber ponerse en las manos de Dios y apoyado en su fe, en la esperanza y el amor trabajaba perseverante y sin descanso para poder satisfacer las necesidades más básicas de sus hermanos más pobres. Su fe y confianza en Dios y en la Santísima Virgen María le acompañaron siempre en su camino misionero. Formó grupos juveniles con los cuales realizaban diversas obras que siempre iban en beneficio de los más desamparados, y prueba de ello es que en más de una ocasión, fue capaz de despojarse de sus propias pertenencias para entregarlas a un hermano desposeído. Formó el grupo Scout de nuestra población depositando su interés en trabajar con niños y jóvenes de toda clase social, centrándose más en aquellos que estaban en mayor riesgo social tanto espiritual y materialmente. Su paso como un verdadero misionero por nuestra población dejó huellas imborrables en nuestra comunidad parroquial y en tanta personas que tuvieron la alegría y el honor de trabajar junto a él. Como olvidar su testimonio de solidaridad cristiana cuando el río Biobío se desbordaba e inundaba varios sectores de la población y él, ya sea metido en el agua o a bordo de un bote ayudaba a los damnificados. El padre Miguel, como sacerdote y amigo de los pobres reflejó fielmente el carisma y misión de la familia religiosa de los Sagrados Corazones, en nuestra población y en donde el Señor lo llamara a colaborar con El. En su vida sacerdotal trabajó también en colegios, pero para nuestra comunidad parroquial fue principalmente un sacerdote misionero, un cura

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de población que nos organizó, nos ayudó y animó a vivir y trabajar con espíritu de vida comunitaria eclesial y social. El padre Miguel como sacerdote, como amigo y como hermano siempre compartió con humildad, sencillez y entrega. Ge un vivo testimonio de fe, caridad y confianza en Dios para todos los que tuvieron la gracia de conocerlo y de trabajar con él. Damos gracias a Dios por su paso entre nosotros, por habernos mostrado el rostro de Cristo y por habernos entregado su testimonio de vida consagrada al servicio de Dios a través del servicio a los demás. Que descanse en paz en los brazos del Padre.

Memoria agradecida Parroquia San Francisco de Asís – Concepción

Gustavo Andrade Riquelme Nace el 27 de Agosto de 1934 en la ciudad de Punta Arenas. Sus padres fueron Alfonso Andrade Narváez y Ana Rosa Riquelme Parra. Es el menor de seis hermanos. Sus padres formaron una familia apegada a la fe y la Iglesia, la cual dejó profundas semillas en la vida espiritual de don Gustavo. Estudió en el Colegio Juan Bautista Echegoyen, luego en la Escuela Industrial. Al terminar las humanidades se decide por una carrera profesional; es allí cuando en conversación con su padre le expresa su gran interés por el sacerdocio y opta por éste. El año 1952 ingresa al Seminario Metropolitano de Concepción donde cultiva su profundo amor a Dios y al servicio. Nacen allí amistades de las cuales muchos de ellos se dedicaron al sacerdocio. Durante su período como seminarista participó activamente en la Capilla Cristo Rey; luego cuando se da inicio a la estructuración en Lorenzo Arenas de la naciente Parroquia “San Francisco de Asís”, sus padres colaboraron en los trámites para conseguir el terreno donde se construiría el Templo y casa Parroquial, tarea que resultó nada fácil. Como seminarista tuvo el servicio de catequista en la Capilla “Cristo Rey” de la Parroquia Capuchina “San José”, atendida por las Hermanas Religiosas del Apostolado Popular. Al quinto año de seminarista se enferma y pide dispensa. Al abandonar el Seminario Diocesano continuó apoyando las catequesis de la Capilla “Cristo Rey” en el sector Prieto Cruz, Casa Madre de la naciente Parroquia “San Francisco de Asís” que atendería este sector y en los nuevos conjuntos habitacionales de Lorenzo Arenas N°s 1, 2 y 3. Corta el pelo a los pobladores de este sector. Colabora activamente en la evangelización del sector, celebrando el Mes de María en las poblaciones que no contaban con Capilla. Al erigirse canónicamente la nueva Parroquia, como joven ingresó al Grupo de Jóvenes de Acción Católica donde conoció a quien fue su esposa y compañera de toda su vida. Como joven anima y apoya la formación cristina y catequética tanto de la Capilla “Cristo Rey”, a la cual apoyó siempre, como a la naciente Comunidad Eclesial de Base “Purísima Concepción” (Una de las “CEB” más antigua de la Diócesis).

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En la Compañía de Acero del Pacífico (Planta de Huachipato hoy “CAP-Acero”), hizo su carrera profesional llegando a tener la responsabilidad de Jefe de la Planta de Oxígeno. Como cristiano, profesional y trabajador tuvo responsabilidades como dirigente sindical del Sindicato de Supervisores, Profesionales, Especialistas y Administrativos, donde fue su presidente en un par de períodos. Casado con Alicia, su gran amor y compañera de toda su vida, se incorporó al Centro de Caballeros de Acción Católica de la naciente Parroquia “San Francisco de Asís” de Lorenzo Arenas, Concepción. El Hermano Gustavo, como cariñosamente se le conocía y ubicaba en la Parroquia, siempre recordaba el gran esfuerzo y trabajo que realizó su padre a favor de conseguir de la CORVI, institución estatal de la vivienda, el terreno para construir el convento franciscano y templo parroquial definitivo de la naciente Parroquia apoyada por el Pastor, Monseñor Alfredo Silva Santiago. Algunas importante actividades realizadas en casa del Hermano Gustavo en las décadas del 60’ y 90’, de las cuales da fe el Hermano Rafael Riquelme, ofs, son:

• En la década del 60’ se preparaban los libretos y grabaciones para las presentaciones personalizadas de Vía Crucis y Navidad.

• En la década del 60’ se preparaban los libretos y grabaciones para las presentaciones personalizadas en fechas importantes.

• En la década del 60’ se preparaban los folletos de cánticos y Boletines Parroquiales semanales utilizando el sistema tradicional de ese tiempo (“Ditto”).

• En la década del 90’ se preparaban los folletos de cánticos y Boletines Parroquiales semanales utilizando el sistema tradicional de ese tiempo (Fotocopias).

Es importante destacar el apoyo que el joven Gustavo brindó a su tío Fray Raimundo Arriagada Poblete (OFM) cuando organizó la Gran Rifa de una moto “BMV” para construir el primer Salón Parroquial, que lamentablemente se quemó al año de haber sido construido. Siendo Párroco Fray Rafael Garay Mejías (OFM), por el año 1985, acompañado por Fray Artemio Valderrama Figueroa (OFM), recién incorporado a la Comunidad de Hermanos Franciscanos, solicitaron al Hermano Gustavo su ayuda para animar el Consejo Pastoral Parroquial y así “reflotar el buque que se estaba hundiendo” (Palabras textuales del Padre Garay, con quien el Hermano Gustavo tuvo mucha cercanía). Desde esa fecha nuestro querido y apreciado Hermano Gustavo estuvo siempre activo en la Parroquia “San Francisco de Asís” de Lorenzo Arenas, Concepción, tal como lo había hecho cuando joven, hasta que el Padre Dios lo llamó a su presencia con una labor cumplida. Son innumerables los trabajos, servicios, apoyos y responsabilidades que el Hermano Gustavo tuvo en esta Parroquia hasta el día de su muerte, algunos que podemos recordar son los siguientes:

• Apoyo en la construcción del Velatorio Parroquial, actividad encabezada por Fray Antonio Sanhueza (OFM), con quién tuvo una relación muy cercana.

• Animador permanente de la CEB “Cristo Rey”. • Apoyo permanente a la CEB “Purísima Concepción”. • Ministro Extraordinario de la Eucaristía desde el año 1985.

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• Fundador y Animador Grupo Misionero Parroquial entre los años 1989 al 1994 para responder a lo solicitado por el Pastor Monseñor José Manuel Santos.

• Vicepresidente Consejo Pastoral Parroquial desde el año 1985 por aproximadamente veinte años, apoyando a los distintos Párrocos que tuvo la Parroquia.

• Animador permanente de la Eucaristía Dominical matinal (08.00 horas) en el Templo Parroquial.

• Animador permanente de la Eucaristía Dominical en la Capilla “Cristo Rey”. • Responsable de Catequesis Pre-matrimonial y Bautismal desde el año 1985 hasta el

día de su muerte, junto a su esposa Alicia. • Apoyo permanente a todas las actividades organizadas por la Orden Franciscana

Seglar, en la cual fue Postulante en formación en la década del 90’. • Integró el Comité para la construcción de la Casa Pastoral, apoyando el hermoso

trabajo realizado por Fray Alejandro Olivares (OFM). • Estudios de diaconado en el Instituto de Teología de la Universidad Católica.

Memoria agradecida Parroquia San Pablo – Chiguayante

R.P. Luis Vermeulen P. Luis, nació en Tongerlo el 27 de julio de 1927, era el cuarto hijo de Karen Vermeulen y Berta Brion Después nacieron dos hermanos y una hermana. Cuando cursaba el último año de la enseñanza media manifestó su deseo de ingresar a la Abadía Norbertina de su pueblo natal Tongerlo. Su madre que muere ese mismo año, conocía muy bien su gran deseo. Eran los años 50, le piden hacer un gran esfuerzo, partir a Canadá a una nueva fundación, aun estando en formación. No lo piensa dos veces y se embarca a su nuevo destino Montreal, Canadá. En el país del norte lo ordenan sacerdote un día 1º de Noviembre de 1951. Luís tenía un gran don, amar a las personas con quien vivía y trabajaba. En sus cartas llenas de entusiasmo dejaba al descubierto el amor a la naturaleza, el amor a la madre tierra. En una de sus cartas escribía desde Canadá al Abad de entonces: "Soy un Cura feliz... estoy contento y me siento bien con mis hermanos que Dios me ha regalado..." Después de una visita del Abad al Congo Belga, ve que hacen falta muchos Sacerdotes, P. Luís es el elegido. Toma sus maletas... su nuevo destino ahora es el Congo. Allí trabaja como "Vicario Parroquial" y profesor, pero por sobre todo "enseña" a trabajar la tierra. Después de una visita a su patria lo nombran párroco, donde se hace muy popular por su organización y por el cariño a su gente. En 1964 viene la rebelión, la guerra civil, le toman preso, fueron tres meses de sufrimiento, inseguridad, angustia... pero siempre era el Señor Jesús quien lo acompañaba... Desde la prisión escapa milagrosamente con la ayuda de sus amigos de la “Misión.”, así se salva de la muerte. Imposible volver a África, donde deja

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su corazón y sus amigos. Se toma un tiempo para meditar. Decide estudiar en el Instituto Católico de París, donde se queda un año y medio. Don Manuel Sánchez, (Arzobispo de Concepción) al terminar el Concilio Vaticano II, visita la Abadía de Tóngerlo. Su idea principal era pedir Sacerdotes para trabajar en Chile, precisamente en Concepción. El primero en ofrecerse es P. Luís y junto a otros dos hermanos viajan a Cuernavaca (México) para estudiar el español. El 28 de Diciembre de 1967 llegan a Santiago de Chile. Su primera destinación fue una población en los alrededores de Santiago, precisamente Calle Agrícola con Vía Láctea, viven en una pequeña mediagua, no se necesitaba más para comenzar el trabajo. Su primera inquietud fue formar grupos de oración y un equipo para adaptarse al trabajo pastoral. Después de un año en Chile escribió a su familia en estos términos: "Vivimos en un tiempo de búsqueda y renovación de nuestra manera de vivir y servir en la pastoral. Trabajamos muy unidos como grupo y ya hemos visitado todas las casas de la población... escuchando sus dudas y ayudando a fortalecer la fe de estos hermanos nuestros tan queridos que Dios nos ha "regalado"... Estoy muy feliz". Dos años más tarde llega a Chiguayante siendo Párroco de esta parroquia. Cargo que mantuvo durante 12 años. P. Luís hombre de acción, de gran sensibilidad para captar las necesidades de las personas, no solamente necesidades materiales, sino que en grado sumo las necesidades espirituales de su pueblo. Se le ve recorrer la ciudad en bicicleta creando lazos de amistad y cariño. Comienza su trabajo pastoral utilizando su gran carisma espiritual, desarrolla una vasta labor pastoral y social con atención especial a los enfermos, adultos mayores, jóvenes y niños. Forma los grupos Bíblicos, donde enseña a muchos a conocer la palabra, y vivirla con entereza y mucha fuerza. Apoya y acoge a los trabajadores, durante el golpe militar, organiza ollas comunes. Utiliza sus homilías durante le Eucaristía para animar, apoyar, enviar mensajes a los trabajadores, hombres y mujeres, que sufren en esos tiempos de persecución y humillaciones. Siendo Párroco en Chiguayante, dedica un tiempo a las comunidades del campo, Unihue, Quilacoya, para celebrar la “Misa del Gallo”, la “Vigilia Pascual” en su querido “auto Azul”, por caminos de difícil tránsito, tierras y ripiados, pero con su sonrisa característica y sus pasos firmes saludando a todos, llevando la paz y el alimento Espiritual. Era esperado con ansias en esos pueblitos, llevando juguetes y golosinas para los niños y ancianos. Su regreso feliz con verduras, frutas, tortillas, pan amasado, regalos con que las gentes humildes demostraban su cariño y agradecimiento al “Cura gringo “, que les visitaba. Es nombrado Decano del Decanato Biobío cargo que mantuvo durante 10 años. En el año 1981 el P. Obispo le pide el servicio de acompañar a las Comunidades de Base. Y así es nombrado director de COMIN. Trabajo que realiza a cabalidad y entrega, desarrollando formación incentiva para laicos, fundando Comunidades, organizando los Grupos Litúrgicos, Ministros Extraordinarios de la Comunión, animadores de comunidades, pastoral de Salud, y la coordinación de los clubes del Adulto Mayor. Organiza la Peregrinación del adulto Mayor al Santuario de Yumbel, que hasta hoy se realiza en el mes de Noviembre.

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Desarrolla, cursos de formación, dando vida y entusiasmo en toda la Arquidiócesis. Con su fervor apostólico, su sencillez, su confianza en los laicos y su profundo amor a la Iglesia local se hace querer en toda la Diócesis. Con sus cartas, mensajes y “cartillas famosas” que preparaba y desarrollaba con esmero, para los laicos., y que hasta ahora usamos para trabajar las Pastorales, quedando muchos de sus escritos en la biblioteca de los Padres Norbertinos en Chiguayante. Reorganiza la Parroquia San Pablo, refuerza las comunidades ya existentes y funda en algunos sectores nuevas comunidades con todos sus servicios, como por ejemplo la Capilla “San Luis”, que en su honor lleva su nombre, inyectándoles, fuerza, apoyo, alegría y confianza en sus Animadores, Ministros Extraordinarios de la comunión, Pastoral de Salud,, Grupos Litúrgicos, Catequistas. Enseña y realiza las Eucaristías fraternas y alegres, introduce Signos visibles dando vida al Sacrificio Eucarístico. Desarrolla las tradiciones del fervor popular, como” procesiones”, encuentros masivos de fieles, que con un solo llamado de él, acuden gozosos a cooperar, armar, organizar y preparar esos maravillosos paseos de todo el pueblo de Chiguayante en tren a la playa, donde unidos, siempre a las 16 horas celebraba la Eucaristía al aire libre. Esa famosa peregrinación a Yumbel, que hasta hoy nuestra Parroquia realiza, y cada año se hace más grande llevando, siempre el tercer Domingo de Febrero 18 a 20 buses con fieles al Santuario. Celebrando la Eucaristía y luego el compartir fraterno junto al” Río Claro” después del medio día. Su Carisma, y corazón alegre reúne a niños, jóvenes y adultos, que unidos, participan y animan esta Iglesia que muestra a Cristo vivo. En el año 1993 pide al padre Obispo don Antonio Moreno una Parroquia más para volver hacer lo que él más quiere: “estar cerca de la gente especialmente la gente del campo. Y es nombrado Párroco en Hualqui, donde pone en práctica sus enseñanzas y como “Cura de mi pueblo”, deja grandes raíces en comunidades en el campo con sus Animadores y Ministros. Desarrolla una labor pastoral y social, se preocupa especialmente de los niños, los jóvenes y adultos mayores, mas abandonados. Siguiendo el lema “Siempre dispuesto a toda obra buena” busca su fuerza en la oración, pensando en su canto favorito “En ti, en ti, en ti Señor hemos puesto nuestra Fe. Acepto con fe, su enfermedad y vuelve a su Abadía en Bélgica en el año 2000. El Padre Dios lo llamó a su lado un día domingo 08 de Octubre del año 2000, después que los hermanos habían celebrado la Eucaristía. Padre Luís murió como vivió, tranquilo y en paz. Hoy a 10 años de su partida, aún esta viva su imagen que dejó a nuestra Parroquia, comunidades y muchos fieles de Chiguayante y Hualqui. Es muy emotivo llegar a muchas casas de feligreses en Chiguayante, Hualqui, Concepción y otros pueblos y ver en un lugar destacado de esa casa una fotografía del “Cura Amigo”, consejero, que dejo ahí en ese lugar un marcado afecto. Sus fieles, a quienes el quiso con todo su corazón, se encomiendan muchas veces a él para que interceda ante el Padre Dios por sus necesidades, obteniendo respuesta casi inmediata ha dichas peticiones… “Cura Luís” tus amigos te recodamos con cariño y gratitud.

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Memoria agradecida

Parroquia Nuestra Señora de Lourdes – Concepción Leoncio Toro Hevia Nació el 7 de diciembre de 1915 y falleció el 11 de febrero de 1997, a la edad de 81 años. Nace en al ciudad de Curicó, donde pasó su primera infancia hasta los siete años, viviendo en el fundo Los Manzanos, propiedad de su padre, Leoncio Toro Muñoz. La primera preparatoria la cursó en el Colegio de los Hermanos Maristas de Curicó, año en que hizo su primera comunión. Al año siguiente, cuando pasó a segunda preparatoria, fue enviado interno al Colegio de San Ignacio en Santiago donde permaneció hasta el cuarto año de humanidades en 1930, al final del cual fue trasladado a cursar el quinto año de humanidades en el Liceo de Hombres de Curicó, al pasar su familia por una difícil situación económica, como efecto de la crisis del año 30. Al año siguiente, es matriculado en la Escuela Militar del General Bernardo O”Higgins, donde terminó sus estudios, graduándose como oficial de ejercito a comienzos de 1933, con el grado de subteniente de artillería, grado en el cual le tocó estar cuatro años en la Escuela de Artillería de Linares, siendo luego trasladado al Regimiento Tacna de Santiago. Su carrera militar ahí tuvo un violento final, al producirse un amotinamiento del Regimiento Tacna, contra el Presidente Pedro Aguirre Cerda, quien destituyó al general don Ariosto Herrera, por haberse negado a desfilar frente a una tribuna donde había una bandera roja con la hoz y el martillo. Todos los oficiales del Tacna fueron apresados durante seis meses, hasta que fueron deportados por dos años a diferentes países de América Latina, tocándole a él partir a Costa Rica. En ese país, fue muy bien recibido, dado el prestigio que tenían los oficiales chilenos, encomendándosele ahí la creación de una guardia armada de ciento cincuenta efectivos, ello ante la ausencia de militares en ese país. Al cabo de un año, el nuevo presidente de Chile, don Juan Antonio Ríos los indultó, pudiendo así volver a Chile. En Chile, no pudiendo reasumir su carrera militar, comenzó a trabajar en la empresa Soprocal, lo que le permitió contraer matrimonio en 1943, con Olga Araya Gómez, con quien estuvo casado durante 53 años y tuvo 8 hijos; María de la Luz, Leoncio, Isabel Margarita, Francisco Javier, María Olga, Luis Fernando, Alejandro, María Angélica. En 1953, por razones de trabajo, tuvo que emigrar a Concepción, donde pasó el resto de su vida, a pesar de que el plan original era de solo tres años. En esta ciudad trabajó los diez primeros años en una empresa que se llamaba Bodicap y que tenía como misión distribuir el acero de Huachipato a los diferentes barraqueros autorizados que lo vendían en el país. Posteriormente, cuando terminó ese contrato de asociación en Bodicap, pasó a ser el Jefe de Ventas en la planta de Huachipato, ello hasta que jubiló de esa empresa en 1980 a sus 65 años de edad, tal como está establecido para todos sus funcionarios. De ahí, pasó a ser Gerente de Sabimet, empresa dedicada a la comercialización de aceros, labor que posteriormente asumió en Eguiguren, otra empresa del mismo rubro. Pero su actividad no termina ahí, porque sus últimos años los pasó asociado en una empresa constructora y en una empresa de transportes. Su espíritu emprendedor lo marcó prácticamente toda su vida con distintas acciones empresariales y también de tipo social,

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siendo así que estuvo muchos años trabajando con el Padre René Inostroza con la Ciudad del Niño Ricardo Espinoza. Finalmente, es necesario decir que durante toda su vida fue un católico muy observante y colaborador dentro de su comunidad parroquial, destacándose principalmente por su espíritu bondadoso valentía y paciencia para soportar situaciones difíciles que le tocó enfrentar algunas veces en su vida.

Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora de Lourdes

Juanita María Basaur Rivera Juanita María Basaur, nació en Talcahuano, hija de una familia profundamente católica, fueron sus padres Don Juan Basaur Flores y Doña Rosalía Rivera. Se educó en el Colegio de la Inmaculada Concepción en Talcahuano. Se integró, primero a la Acción Católica, luego a las Hijas de María de aquellos años. En el año 1975, se trasladó, por razones de salud, a Concepción, a Pedro de Valdivia, en el sector de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, lugar que eligió para estar más cerca de la Virgen, como decía con frecuencia. El 11 de Febrero de 1975, se presentó con el entonces Párroco, Pbro. Sinecio Alejandro Vergara Berrys, ya enfermo de un cáncer, con estas palabras: “Padre, me vengo a poner a sus órdenes y al servicio del Señor”. Ese mismo día nació AMAC (Asociación de Mujeres de Acción Católica), siendo ella su fundadora y primera presidenta, cargo que desempeñó hasta el día de su partida al Cielo. En Abril de 1986, recibió al actual Párroco Pbro. Hugo Márquez Sabando, con quien trabajó incansablemente, apoyó y siguió en su misión pastoral, pidiendo a quienes la rodeaban rezar permanentemente por él. Para ella nunca hubo inviernos, ni climas adversos; jamás buscó aplausos, ni reconocimientos. Su labor fue silenciosa y siempre trabajó con amor, alegría e inquebrantable fidelidad a su Párroco. Su devoción a la Santísima Virgen de Lourdes fue tal, que todos los días rezaba el Santo Rosario, entregándose a Jesucristo. Fue tan grande su amor, que transforma su trabajo en un verdadero apostolado y con entrega absoluta, sirviendo en bien de los más pobres, con la fuerza de la Eucaristía, que recibía casi a diario. Fue la primera dama integrante del DAS (Departamento de Acción Social), que fuera fundado por el actual Párroco. Organizó eventos en beneficio de la construcción del nuevo templo y en obras de caridad. Casada con Don René Arriagada Mora, tuvo 2 hijos , René Marcelo y Anita María, y una nietecita adorada Javiera Beatriz, los grandes amores de su vida, como lo dijo siempre, a

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quienes deja un legado hermoso, de amor, sencillez y humildad. Así amó a Jesucristo y a María Santísima; ejerciendo un maravilloso apostolado, hasta el fin de su vida con fidelidad auténtica al Señor y a la Iglesia. Falleció el 09 de Febrero de 2009, 34 años después de haber fundado AMAC, y fue despedida el 11 de Febrero, día de su amada Virgen de Lourdes, por su Párroco Padre Hugo, y numerosos sacerdotes que lo acompañaron en la Concelebración y diversas delegaciones de las Parroquias de la Arquidiócesis, quienes manifestaron su cariño y gratitud a esta auténtica y ejemplar discípula del Señor. Su inmenso amor a Dios y a su familia, su integro apostolado, la grandeza de su alma y generosidad de corazón, ya la tienen en la casa del Padre.

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Memoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria Agradecida

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Memoria agradecida Parroquia El Sagrario – Concepción

Mons. Ramón Harrison La existencia de la Parroquia Del Sagrario data de los primeros años de la llegada de los españoles a la zona, en la segunda mitad del siglo XVI, pues fue fundada en Penco, por orden del Vicario de Santiago, don Rodrigo Gonzáles de Marmolejo. Su primer párroco fue el Sr. Gonzalo López. La antigüedad de su fundación y los diversos acontecimientos históricos realizados alrededor de ella, la constituyen como centro fundamental en la historia evangelizadora del Obispado de la. Concepción, que fue el sucesor de la Ssma. Concepción de la ciudad La Imperial, cuyo primer obispo fue Fray Antonio de San Miguel Avendaño y Paz. Y es en el año 1598 cuando se produce la rebelión de los mapuches y expulsión de los españoles de las “siete ciudades”, librándose la Concepción de Penco. Tras estos acontecimientos, la ciudad La Imperial es completamente destruida, trasladándose a la ciudad La Concepción de Penco. En este nuevo lugar, los españoles tuvieron que soportar catástrofes naturales como el terremoto ocurrido en el año 1657 y el terremoto y maremoto del año 1751, que motivó el traslado de la ciudad La Concepción, desde Penco (actual Valle de La Mocha, hoy capital de la Octava Región). Frente a este pasado rico en acontecimientos tan variados, complejos y complicados, la actual comunidad de la Parroquia El Sagrario, rinde un sincero homenaje de gratitud y admiración a todos los curas Párrocos, que con su heroísmo y singular celo apostólico, trabajaron por instaurar el Reino de Dios en esta parroquia, del actual Arzobispado de la Ssma. Concepción. Se ha elegido como Memoria Agradecida, al Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Podolia, Fray Ramón Vicente Harrison Abello, sacerdote mercedario, quien fuera párroco de El Sagrario. Fray Ramón Harrison, hijo de Federico y de Marcela, nació en Concepción el 21 de junio de 1887. Los estudios de humanidades los hizo en el Seminario y en el colegio de los PP., Escolapios. Ingresó a la Merced en Chillán el 18 de agosto de 1902. Emitió la profesión de votos simples el 24 de septiembre de 1904. La profesión solemne la hizo el 25 de marzo de 1907. Estudió en la Orden en Concepción. Recibió la ordenación sacerdotal el 02 de enero de 1910. El entonces P. Harrison desempeñó varios oficios dentro de la comunidad: fue profesor en el Estudiantado de la Viceprovincia de Concepción y en el de la Provincia Chilena. También fue superior y primer párroco de Concepción, viceprovincial de Concepción, 1921-1924. Profesor de filosofía y teología en el Seminario de Concepción. Asistió al Capítulo General de la Orden en Roma.

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El Papa Pío XI lo eligió Obispo titular de Podalia y Prelado de Bom Jesús de Piahuí, Brasil, el 14 de noviembre de 1926. Fue consagrado en la Basílica de la Merced en Santiago, el 01 de mayo de 1927, por Mons. Benedetto Aloisi Masella, Arzobispo titular de Cesarea de Mauritania, Nuncio Apostólico. Asistentes: Mons. Gilberto Fuenzalida Guzmán, Obispo de Concepción y Mons. Martín Rucker Sotomayor, Obispo de Chillán. SU lema episcopal fue: Imple superna gratia. Tomó posesión de la Prelatura el 02 de octubre de 1927. Sucedió en ella al difunto D. Fray Pedro Pascual Miguel. Sin embargo, por motivos de salud, Mons. Harrison renunció a la Prelatura en 1928; se medicinó en una clínica en Río de Janeiro, Brasil, y fue a residir en el convento mercedario de Córdova, Argentina, 1928-1934. Aquí realizó una intensa labor de acercamiento chileno-argentino. A fines del año 1934 regresó a Chile y se estableció en Concepción. En la Prelatura de Piahuí, Brasil, lo sucedió D. Fr. Inocencio López Santamaría, mercedario. Fue párroco de El Sagrario en Concepción (1937), Director de la Juventud Católica Femenina, Provisor (oficial) del Tribunal Eclesiástico, Examinador sinodal. También participó en el I Concilio Provincial de Chile, 1938. Mons. Harrison recibió condecoraciones de los gobiernos de Bélgica, Perú y Argentina. Fue una persona muy instruida; conocía bien el Derecho Canónico. Escribió: Epistolario de la Esperanza, 1937; e Historia de la Filosofía. Falleció en Concepción el 09 de agosto de 1949 cuando impulsaba con gran acierto la Universidad Obrera de esa ciudad sureña deja como lección su profunda piedad, su vida de apostolado y su gran amor a la Iglesia y a la Orden. Fue sepultado en el templo Mercedario de Concepción en la Capilla del Santo Cristo de la Agonía; el Comendador, Fr. Pedro Emilio Vega L. y la comunidad penquista, al cumplir el tercer aniversario de su muerte, hicieron colocar una hermosa placa de bronce en memoria del ilustre hijo de la BM. de la Merced. Dicha placa está colocada en el muro a la entrada de la capilla del calvario o Santo Cristo de la Agonía de la Iglesia de la Merced de Concepción.

Memoria agradecida Parroquia La Ascensión del Señor – Concepción

Julio Reyes Reyes Don Julio Reyes Reyes, nació el 04 de Octubre de 1920, siendo el mayor de 4 hermanos, hijo de don José Reyes y la señora Ana Reyes. Casado con Betsabé Rubilar, el año 1952, con quien tuvo 6 hijos, todos bautizados en la Iglesia Católica y, tiene 8 nietos. Una de sus hijas participa activamente en Schoënstatt. Se desempeñó en el comercio hasta su jubilación a los 60 años. Dedicó gran parte de su vida a la labor pastoral. El año 1973 fue nombrado Administrador Parroquial y Ministro Extraordinario de la Comunión, cuando los sacerdotes de ese entonces tuvieron que dejar la

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parroquia. Cumplió esta tarea hasta que el Padre José Urrutia asumió este cargo el año1977. Don Julio pasó a ser un fiel colaborador, cooperando a tiempo completo en cuanto fuera necesario; Ministro Extraordinario de la Comunión, Recaudador de la CALI, Presidente del Comité Económico, Catequista Matrimonial y Bautismal junto a su esposa. Fue Socio Cooperador de los Bomberos. Trabajó con mucho ánimo con los niños, a quienes dedicaba gran parte de su tiempo, continuamente era elegido como Padrino de Confirmación por los jóvenes, dado su ejemplo de acogida y amabilidad. Ellos, hasta el día de hoy lo recuerdan con mucho cariño. En ausencia de presbíteros para celebrar la Eucaristía, él hacía la Liturgia de la Palabra. La recaudación de la CALI la realizaba, tanto en la Oficina Parroquial como visitando casas, donde cumplía, además, una labor misionera. Dedicó mucha ayuda a los más necesitados, misionó durante los veranos en Rafael, Ñipas, Coelemu, Arauco, entre otros lugares. En todas las actividades fue acompañado por su esposa, hasta el año 2005, cuando falleció a la edad de 84 años, a causa de una fibrosis quística, enfermedad ante la cual nunca se vio agobiado, sino que manifestaba que debía “estar preparado para cuando el Señor pase por mí, en este regalo que el Señor me ha regalado”. Un hombre de un inmenso corazón, que acogió en su familia a muchos jóvenes que venían a estudiar a Concepción y que fueron tratados como hijos. Ellos le ofrecieron un hermoso homenaje en el día de su funeral. Don Julio fue una persona que dejó muchas huellas positivas en la comunidad dignas de ser imitadas.

Memoria agradecida Parroquia San Juan de Mata – Concepción

Hna. Francoise Bultiauw De Panne es un municipio de la provincia de Flandes Occidental, en Bélgica; se encuentra en la costa norte del país, en la frontera con Francia, y está bañada por el Mar del Norte. En esa localidad, el 15 de Octubre de 1935 nació Francoise Marie Josephine Bultiauw Houvenaghel, conocida por nosotros como hermana Panchita, hija menor de Paul Marie y de Margarita. Francoise Marie se recibió como Profesora de Religión, y continuó perfeccionando sus estudios en la Universidad de Lovaina, obteniendo el título en Catequética y Teología. También trabajó junto al Cardenal Joseph Cardijn, quien iniciara un trabajo sistemático con movimientos como: Jóvenes Estudiantes Cristianos, Jóvenes Trabajadores Cristianos, Movimientos Familiares Cristianos y que desarrollara lo que llamó “Revisión de vida”, revisión que tenía como elementos básicos, “ver, juzgar y actuar”, ideas que incidieron significativamente en la forma de trabajo posterior de Francoise Marie; en ese contexto descubrió ella su vocación de laica consagrada, ingresando luego al Instituto Secular

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“María Inmaculada”. Un sacerdote belga de la congregación Norbertina, la motivó a que viajara a Chile a cumplir labores pastorales y misioneras. Francoise Marie decidió su viaje a Chile; llegó a Concepción y se integró a la Arquidiócesis de Concepción en los días conciliares de 1965, en un período en que se vivía una fuerte renovación en la catequesis; para facilitar que las personas recordaran y asimilaran su nombre, Francoise Marie solicitó que le llamaran “Hermana Panchita” o simplemente “Panchita”. Entre las tareas realizadas por Panchita, destaca su aporte como principal responsable de la creación del Instituto de Catequesis del Arzobispado de la Ssma. Concepción; la hermana permaneció trabajando en el Instituto hasta el año 1992, cargo que dejó para regresar a Bélgica, tras ser elegida coordinadora del Instituto Secular al que pertenecía. La Hermana Panchita demostró una significativa capacidad organizativa, talento que puso al servicio de la formación de generaciones de catequistas, que alentaron posteriormente la Catequesis Familiar en las diversas Parroquias de la Arquidiócesis, acción pastoral prácticamente desconocida en el país por aquellos días. “Panchita” fue una mujer consagrada a sus labores, y su esfuerzo generó múltiples equipos de trabajo; promovió además, la incorporación de los laicos a las tareas de formación cristiana, incorporando una pedagogía novedosa y atrayente para los destinatarios; también se destacó por su cercanía y dedicación al trabajo con los jóvenes y más desposeídos; todo ello fue reconocido por los Obispos que la conocieron en sus labores: Monseñor Manuel Sánchez Beguiristain (1963–1982), Monseñor José Manuel Santos (1983-1988) y Monseñor Antonio Moreno Casamitjana (1989-2006). De profunda espiritualidad, la Hermana se caracterizaba por su amor a la Eucaristía, a la Madre de Dios y a la Oración. También desarrolló y apoyó diversas actividades pastorales, entre ellas, la formación de comunidades, el acompañamiento a jóvenes del Seminario Metropolitano, la animación de trabajos laicales diocesanos y la docencia, en la que posteriormente se convirtió en la Universidad Católica de la Santísima Concepción. La hermana Panchita también preparó material de apoyo para las tareas catequísticas; entre ellos, “Vayan ustedes también a mi viña” y “Seguir adelante”, textos que se utilizaron en el proceso de preparación a la Primera Comunión y en la preparación a la Confirmación. Avecindada en la Parroquia San Juan de Mata, la Hermana Panchita también participó con entusiasmo en el servicio a los fieles laicos de esta parroquia; aquí impulsó la formación del primer grupo de Matrimonios Guías de la Catequesis Familiar y de los Animadores de Catequesis para niños. También creó un Taller de Promoción de la Mujer, y preocupada por la situación de las personas de la tercera edad, impulsó un Club del Adulto Mayor. Un gran logro para ella fue iniciar la Catequesis Diferencial para niños y jóvenes discapacitados; para referirse a ellos, reflexionaba y decía: “Los discapacitados, amigos de Dios”. La hermana también brindó un significativo apoyo a la Comunidad “Nueva Esperanza”, ubicada en la población Ester Roa de Pablo, en el límite norte de la parroquia; allí cumplió funciones de guía, formadora y promotora y acompañante del desarrollo de la comunidad. Por estas, y otras diversas y variadas acciones, las personas de Concepción que la conocieron la recuerdan con cariño.

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Para “Panchita” fue difícil soltar lazos con las personas con quienes trabajó y con los lugares en que colaboró; quiso a Chile, a los chilenos, a los penquistas, quienes le retribuyeron de manera similar; por ello, su regreso a Bélgica en 1992, fue lamentado por muchos, lo que ocurre hasta el día de hoy. Muchos de quienes tuvieron la oportunidad y la alegría de conocerla más como mujer y como laica consagrada, la recuerdan con frecuencia y dicen: “Panchita siempre será una de las nuestras”. Después de una corta enfermedad, falleció en Bélgica, su país natal, el 25 de Noviembre del año 2004. Cómo no hacer memoria agradecida por el paso de la Hermana Panchita por nuestra Parroquia san Juan de Mata; de ella aprendimos a vivir una fe consecuente y comprometida. Una fe que crece en la medida en que conocemos su contenido y la compartimos en comunidad. Nos dejó el gran regalo de la Catequesis Familiar, que a lo largo de los años ha permitido que muchas familias se acerquen a la Iglesia y la experimenten como casa y escuela de comunión y participación.

Memoria agradecida Parroquia San Juan de Mata – Concepción

Pbro. Francisco Veloso Castillo Francisco Veloso Castillo nació el 01 de Enero de 1924 en la localidad de Quillón, comuna dependiente de la provincia de Ñuble; tuvo 5 hermanas, una de las cuales siguió el camino religioso y cuatro hermanos; él y su hermano Mario, respondieron a la llamada del Señor al sacerdocio. El año 1935, a los once años de edad ingresó al Seminario Metropolitano de Concepción; por su corta edad, allí fue cobijado casi como un hijo por los sacerdotes-formadores. Quince años más tarde, el 23 de Septiembre de 1950, recibió la ordenación sacerdotal en el período en que Monseñor Alfredo Silva Santiago ejercía como Arzobispo de Concepción. Tras algunas destinaciones como vicario, fue destinado como párroco a la localidad de Curanilahue, en la que estuvo por más de 10 años, hasta 1968, en que su nueva destinación fue la Parroquia San Juan de Mata de Concepción. Los últimos años de su vida terrena los vivió en la que fuera su tierra natal, Quillón. La Parroquia de San Juan de Mata de Concepción, nació a cargo de los Religiosos de La Asunción, o Asuncionistas, quienes la dirigieron durante 52 años, entre 1906 y 1962; tras ellos, el Arzobispado de Concepción asumió la responsabilidad de la parroquia; el año 1968, se destina al Padre Francisco Veloso Castillo como párroco de esta importante e histórica parroquia, comenzando aquí su trabajo pastoral en Concepción, en el que permaneció 32 años, hasta el año 2000. El padre Francisco Veloso, nominado amistosamente también como padre Pancho, fue reconocido como un sacerdote carismático, luchador, motivador, que recordaba en forma permanente a los fieles la necesidad de participar de la Eucaristía Dominical. Sus homilías, reconocidas por la feligresía, como claras, directas, basadas y orientadas a lo que sucedía en

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la realidad, incrementaban la asistencia a las celebraciones litúrgicas parroquiales. Quienes le conocieron, vieron y encontraron en el padre Pancho un sacerdote acogedor, que cobijó y acompañó a muchos jóvenes en su preparación profesional; ante ellos demostraba un claro carisma paternal; su forma franca y sincera de ser hacia ellos, le permitió acompañarlos, guiarlos y aconsejarlos constantemente. El padre Francisco sostenía y creía en afirmaciones tales como las siguientes: “el joven debe cansar su cuerpo, para no tener malos pensamientos”; “no es bueno que el hombre esté parado y con las manos en los bolsillos”. Sus ideas lo motivaron a impulsar la creación de diversos grupos juveniles, dejando a los jóvenes liderar esos grupos, pero con su asesoría. El padre Francisco también respaldó la creación de diversas áreas de encuentros recreativos, tales como un salón de ping-pong, la sala de películas, el salón musical, la sala del gran coro juvenil (30 jóvenes). Permitió y estimuló además, la formación de variados grupos de acción social juveniles, tales como Jupach, Cevas, el grupo Amistad, del cual actualmente gran parte de quienes fueron sus integrantes cumplen acciones misioneras en las parroquias a las que pertenecen, ya sea como catequistas, coordinadores de áreas pastorales, Ministros extraordinarios de la Comunión, monitores, etc. También, durante su período como párroco, se consolidó un trabajo de apoyo de parte de sacerdotes salesianos a las actividades de la parroquia, especialmente con los jóvenes. Contó además con colaboración y asesoría de la religiosa belga Francoise Bultiauw, la hermana Panchita, con quien se inició en la parroquia la Catequesis Familiar en el año 1980. Siempre con el apoyo de la hermana Panchita, en la parroquia se trabajó además con el Club del Adulto Mayor y con el Grupo de Lectores. El padre Francisco Veloso, además, acompañó espiritualmente y motivó a otros jóvenes para ingresar al Seminario, algunos de los cuales actualmente son sacerdotes, entre ellos, el padre Juan Carlos Marín y el padre Richard Pomerey (Mercedario). Entre otras acciones que fueron promovidas y respaldadas por el Padre Francisco y que son especialmente recordadas, están la formación de la Comunidad Nueva Esperanza, en la Población Ester Roa de Pablo, la conformación del Taller Parroquial en el año 1985, para acoger y mantener a quienes asistían a los diferentes grupos de catequesis, taller activo hasta el día de hoy, la Pastoral de la Salud junto con la Ayuda Fraterna, en los cuales algunos de sus miembros permanecen actualmente. El padre Francisco Veloso Castillo, falleció el 28 de Noviembre del 2005, en Concepción. Se reconoce en él, un sacerdote que procuró sembrar con sus reflexiones, enseñanzas y también con sus acciones; y en la actualidad se advierte que muchas de esas semillas germinaron de buena forma, ayudadas por la acción pastoral del recordado sacerdote Francisco Veloso en la Parroquia San Juan de Mata de Concepción. Cómo no hacer memoria agradecida por el paso del Padre Francisco por nuestra Parroquia San Juan de Mata, donde entregó lo mejor de sí durante tantos años; nos enseñó a ser valientes en la defensa de la vida y en la construcción de una patria terrena en la que prime el respeto por la libertad y la defensa de los más pobres y excluidos.

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Memoria agradecida Parroquia San Juan de Mata – Concepción

Juan Meza Ramírez Juan Enrique Meza Ramírez nació el 08 de enero de 1942 en la ciudad de Concepción. Sus padres fueron Juan Meza M. y María Mercedes Ramírez R.; tuvo cuatro hermanos, dos varones, Nelson y Guillermo y dos hermanas mujeres, Alicia y Gina. Juan Enrique no tuvo la oportunidad de conocer en profundidad a su padre, ya que falleció cuando tenía apenas un año de vida. Los años de niñez de Juan E. Meza, transcurrieron en la ciudad de Concepción; sus estudios primarios los realizó en la Escuela Nº 7 de hombres de Concepción, mientras que sus estudios de Humanidades (actual enseñanza media) los realizó hasta el segundo año en el Liceo Comercial INSUCO de Concepción; desde los 14 años de edad, continuó y culminó sus estudios secundarios ingresando a la Escuela de Grumetes de la Armada de Chile; en forma paralela, entre los años 1956 y1960, se preparó para recibir los Sacramentos Primera Comunión y Confirmación desarrollando una especial veneración por la Santísima Madre, la Virgen María. A finales de 1960, el Sr. Meza Ramírez ingresó a trabajar a la Empresa de Ferrocarriles del Estado de Chile, iniciándose como fogonero en las antiguas máquinas a vapor, lo que le dio la oportunidad de conocer y recorrer gran parte del sur de Chile. Era un trabajo duro, pero lo llenaba de orgullo ver a “su máquina” funcionando gracias a su esfuerzo. Juan Meza manifestó desde un principio que amaba y disfrutaba su trabajo. Con el tiempo fue capacitándose, lo que le permitió ascender y llegar a desarrollar funciones como “maquinista de primera” en la estatal Empresa de Ferrocarriles. En todo este período, siempre primaron en él, la solidaridad, el respeto y la igualdad entre sus pares. En el año 1967 contrajo matrimonio civil con Nora Del Carmen Contreras Sepúlveda, y el año 1971, la pareja contrajo matrimonio religioso en La Parroquia San Juan de Mata, celebración presidida por el presbítero Francisco Veloso; cinco hijos fueron criados por el matrimonio: tres varones, Alfredo, Alexis y Ariel y dos niñas, Ximena y Lorena. Un hecho sin duda significativo en la vida familiar de Juan Meza, fue la enfermedad que tuvo su esposa a principios de los años setenta, enfermedad diagnosticada como terminal. Este período resultó muy complicado para Juan Meza y toda la familia: cinco hijos y una esposa enferma. Los vecinos se admiraban cuando, por ejemplo, lo veían pasar rumbo al consultorio con dos hijos en brazos y un tercero caminando a su lado. Sin embargo, este período resultó fundamental, especialmente para Juan: se apegó aún más fuertemente a Dios Padre y a la Santísima Virgen María. Para él, para los hijos, para la familia, el que la madre siguiera viva junto a ellos, sencillamente se consideró un milagro. Desde el año 1982, Juan Meza comenzó a vivir su fe con mayor compromiso a través de la Catequesis Familiar, por cuanto sus hijos Ximena y Ariel comenzaron a prepararse para el Sacramento de la Eucaristía. Pasados dos años, volvió a vivir dos años más de Catequesis Familiar, pues ahora fue su hija Lorena quien comenzó su preparación para la Primera

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Comunión. Con los guías de esta última catequesis familiar, tras los dos años de preparación, siguieron juntos un año más en un Curso Bíblico. Desde el año 1987, Juan y su esposa asumieron como Matrimonio Guía a la Catequesis Familiar de la Parroquia, catequesis asesorada en ese momento por la Hermana Panchita. Y este vínculo con la Catequesis, Juan Meza, ya conocido por Juanito, no lo abandonó más. Desde estos años, su amor a Cristo se fue reflejando de manera permanente en su vida sacramental (Eucaristía) y en su responsabilidad hacia sus catequizandos. Por varios años trabajó en la Catequesis Familiar; asumió también la coordinación de la Catequesis Parroquial; sus últimos años se desempeñó como guía de Catequesis Directa de Jóvenes y Adultos. En estos años, también asumió la Misión de Ministro de la Eucaristía. ¿Qué nos evidencia todo lo expuesto? Juanito fue una persona entregada a la causa del Señor; y eso lo demostró con su testimonio de vida, especialmente en la Catequesis Familiar. Fue Coordinador de la Catequesis de la Parroquia San Juan de Mata durante 12 años y Coordinador Decanal por 6 años. Quienes lo conocieron advirtieron y encontraron en él, a un hombre de una sólida presencia espiritual, silencioso, prudente, tolerante, paciente, estudioso, observador, siempre procurando ser justo en sus apreciaciones. Por estas características se ganó el cariño y el respeto de la mayoría de aquellos con quienes compartió en la parroquia. Juanito siempre estaba dispuesto a asumir de manera responsable el quehacer con los grupos con que trabajaba y también siempre estaba dispuesto a representar y asumir por la catequesis, tanto con su presencia como económicamente. De manera permanente, Juan Meza irradió alegría y entusiasmo, y se le escuchaba con frecuencia la siguiente frase: “con Cristo nada es difícil”. Durante sus años de servicio en la Parroquia San Juan de Mata, Juan Meza trabajó de manera coordinada y armoniosa con los párrocos que le correspondió, por ejemplo, los sacerdotes Francisco Veloso, Luis Castro, Luis Morales, quienes eran sus “Jefecitos”, como acostumbraba decirles. Por todo esto, muchos de los actuales catequistas de la parroquia, le recuerdan como un padre protector, que permanentemente les decía: “tu puedes y debes, no lo dudes”, palabras que invitaban y motivaban, especialmente a los catequistas, a cumplir la tarea. Juan Meza veía además a la catequesis como un camino hermoso y difícil, pero que conducía a la felicidad. Todo esto es lo que hace ver en Juan Meza Ramírez, un ejemplo de vida, con limitaciones, con fragilidades, pero también con sus innegables logros y evidencias. Un testigo escribe de él que “fue un hombre simple, sencillo y fuerte. … y que algo por lo que siempre luchó y rogó a Dios cada día de su vida fue para que el amor y la verdadera justicia estuvieran siempre presentes a su alrededor”. El Señor llamó a Juan Meza a la Casa del Padre, el 08 de Febrero del 2009. Cómo no hacer memoria agradecida por el paso de Juan por nuestra Parroquia San Juan de Mata; él nos mostró el rostro de Cristo, “manso y humilde de corazón”. El servicio a la Iglesia en la persona de sus hermanos siempre fue libre y desinteresado, tal como lo hizo Cristo, que no vino a ser servido sino a servir.

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Memoria agradecida

Parroquia San José – Concepción Emilio José Antonio Cervera Audí Familia: Don Emilio José Antonio Cervera Audí (Q.E.P.D.) nació el 2 de febrero de 1927 en la ciudad de Tortosa, Provincia de Tarragona, España, en el seno de una familia profundamente católica. Fue acólito desde la edad de cinco años en una Parroquia de su ciudad natal y, desde esa edad, manifestó su inclinación en aprender latín, idioma que dominó a cabalidad desde su juventud. Durante la guerra civil española en el año 1936, en presencia de los cuatro hermanos, Inmaculada, Emilio, María Cinta y Enrique, sus padres Enrique Cervera y Carmen Audí, fueron violentamente arrebatados de su hogar en Tortosa por ser cristianos comprometidos con la Iglesia local, y por no renegar de su fe y sus principios. Los cuatro huérfanos quedaron desde entonces al cuidado de una abuela. Su legado es UN FORMADOR DE LA FE. Desde Tortosa hasta Concepción: Su educación la realizó en el Colegio Hermanos De La Salle en su ciudad natal, y luego de cursar estudios superiores, se recibió como Profesor de francés y de castellano. Por intermedio del mismo colegio en que estudió, viajó a Chile en el año 1952 y se desempeñó como profesor en los Colegios Hermanos De la Salle en la ciudad de Temuco y de Santiago, labor que desarrolló durante varios años hasta que decidió cambiar de actividad y dedicarse a trabajar como Visitador Médico en varios laboratorios de Santiago, siendo finalmente designado a la ciudad de Concepción en 1966. Apostolado: Consecuente con su calidad de cristiano comprometido, apenas llegado a Concepción en enero de 1966, se presentó en la Parroquia San Agustín de esta ciudad, pues conocía desde su estadía en Santiago al Padre Farías, que a la sazón era el Párroco. Rápidamente se integró al movimiento Confraternidad de la Doctrina Cristiana, donde conoció a doña María Gabriela Palma Pereira con quien se casó el 9 de diciembre de 1967, de cuyo matrimonio nacieron María Soledad y Patricio Alejandro. En 1980 este matrimonio se integró a la feligresía de la Parroquia San José de Concepción, y en el breve lapso los invitaron a ser Monitorios de Novios, y luego de varios años de encomiable labor en este aspecto, les agregaron la tarea de Monitores de Bautismo, siendo Párroco el Padre Lázaro. Posteriormente trabajaron con mucha intensidad en estas mismas labores, siendo Párroco el Padre José Antonio Sierra, quien antes de viajar a Europa lo propuso ante el Arzobispado de Concepción como Ministro Extraordinario de la Comunión, dejándolo además como Presidente del Consejo Pastoral Parroquial. Trabajó posteriormente con mucho ahínco con el nuevo Párroco, el Padre Leopoldo Jiménez. Instituido como Ministro Extraordinario de la Comunión, ejerció dicha responsabilidad por más de quince años hasta su muerte, no tan sólo distribuyendo la comunión en las Misas Parroquiales, sino además llevando la comunión a un sinnúmero de hermanos enfermos en sus hogares y en el Hospital Clínico Regional de Concepción. Además fue Monitor de la

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Santa Misa Parroquial, y como eximio Lector en dicha Misa, preparó además a otros hermanos para esa importante y delicada misión. Su última actividad en grupos de nuestra Parroquia, la ejerció junto a su esposa en Encuentro Matrimonial, hasta que lo delicado de su salud le impidió su actividad en el ámbito parroquial. Ejemplo de vida cristiana: La gran comunidad de nuestra Parroquia tiene muy presente a este fiel e irrestricto servidor desde el año 1987, año en que Dios nos bendijo con la visita del Santo Padre el Papa, hasta el año 2009 en que fue llamado por el Señor. Su vida ejemplar como cristiano, como esposo y padre, su extensa labor evangelizadora, su vida intachable, su ejemplo, caballerosidad, respeto y amor al prójimo, han dejado huellas imborrables entre los feligreses de nuestra Parroquia de San José. Quienes le conocimos y tuvimos la oportunidad de tenerle en nuestros grupos, no sólo disfrutamos de su presencia que ya era un premio, sino que fundamentalmente damos gracias a Dios por lo que nos enseñó, nos aconsejó y orientó, por sus palabras de apoyo ante nuestras respectivas responsabilidades. Era para nosotros una biblioteca andante, cualquier consulta ante nuestras dudas en materia doctrinal cristina, catecismo, sacramentos, espiritualidad, etc., sus explicaciones y respuestas las entregaba con palabras sencillas y motivadoras, pero fundamentalmente, nos enseñó con su ejemplo de vida, de compromiso y de fe. ¡Que Dios Padre Todopoderoso le tenga gozando de su eterno Reino!

Memoria agradecida Parroquia San José – Concepción

R.P. Lázaro Iriarte Zabalo Sus Comienzos: Muy querido y recordado P. Lázaro Iriarte Zabalo (Q.E.P.D.), nació en Urriza, Navarra, España, el 5 noviembre del año 1933. Se hizo Capuchino desde 1954 y, posteriormente, sacerdote desde el 14 de marzo de 1959. En su patria fue Párroco y Superior de algunos conventos. Su legado es CERCANO, HUMILDE Y ALEGRE. Trayectoria: Desde España llegó a Chile a fines de 1972 con un grupo de hermanos que vino a reforzar la Provincia capuchina. Su primer destino fue el convento de San José, primero como Vicario y después como Párroco. Durante doce fecundos años sirvió a esta Parroquia, en donde se ganó el aprecio de todos. Y la Parroquia se le metió en el corazón, como lo confesaba ingenuamente en uno de sus escritos. Apostolado: Una característica especial de su personalidad fue su servicio fraterno a los pobres y necesitados, que fue para él como la respiración de su caridad cristiana. En una ocasión escribió su gratitud para con ellos por la oportunidad que le daban de vivir el Evangelio: “Quedaré eternamente agradecido, y quizás más que a ninguno, a esa cadena interminable de pobres y necesitados de la que me vi rodeado y a los que no ayudé como hubiera querido, porque he tratado de vivir el dolor ajeno como mío propio…”. Antes como también ahora, se ha fomentado en la comunidad parroquial el servicio caritativo a los

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pobres; en ese tiempo, durante los últimos domingos de cada mes, los fieles, junto con su culto eucarístico al Señor, aportaban algo material para compartir con los hermanos necesitados. A esa despensa recurría todos los días el P. Lázaro, silenciosamente, para compartir con los necesitados las ofrendas siempre abundantes de los feligreses de San José. Otra característica, fue su preocupación por los niños, especialmente, quienes después de prepararse y recibir su primera comunión, no tenían un grupo que los acogiera, salvo los acólitos. Es por ello que en 1977 formó la cruzada eucarística junto a su centro de apoyo conformado por algunos padres de los mismos niños. Años más tarde pasó a llamarse MEJ (Movimiento Eucarístico Juvenil), por este movimientos pasaron muchos niños y adolescentes los cuales permanecen como feligreses hasta el día de hoy en la parroquia San José. También su preocupación y agradecimiento por cada una de las personas que entregaban su tiempo trabajando para la comunidad. Cuando debió dejar la Parroquia para trasladarse a Los Ángeles, escribió una sentida carta al Director del Diario El Sur, febrero 1984, en donde resumía lo que había sido para él su paso por Concepción: Me afloran las lágrimas y me sangra el corazón, y Dios sabe que lo que digo es verdad... Doy infinitas gracias a todos... Han sido excesivamente buenos y complacientes conmigo... Su experiencia en Los Ángeles no le resultó tan grata. Fue afectado de enfermedades y profundos desalientos. “Cada día me encuentro más acabado, sin fuerzas ni ánimo para nada”, escribía a sus Superiores. Estas limitaciones lo llevaron a situarse en una positiva actitud cristiana, de confianza en Dios y de búsqueda de apoyo en los demás: “Seguiré confiando con mucho optimismo en la oración de tantos que me han acompañado en mi vida sacerdotal... A los que ayudé en su camino les suplico me tengan presente en su oración, porque Dios me ha otorgado la gracia de creer que Él siempre nos escucha... “Posteriormente prestó servicios en la Parroquia capuchina de Santiago; aunque su salud se deterioraba progresivamente, sacaba fuerzas para darse ánimo y para colaborar en el servicio pastoral de los fieles, y siempre con alegría, echando a sus espaldas y disimulando sus dolores e insatisfacciones. En marzo de 1994 volvió a España. En una ocasión había escrito: A voz en cuello y a pleno pulmón puedo decir y lo diré siempre que no hay como Chile y los chilenos... A mediados de 1996 fue destinado al convento de San Sebastián, al norte de España; permaneció en ese convento hasta septiembre del 2004, fecha en que vuelve a Pamplona, a la Enfermería provincial. Falleció en Pamplona al mediodía del 11 de septiembre de 2006 y su cuerpo fue inhumado en el Cementerio de San José de esa misma Ciudad.

Memoria agradecida Parroquia San José – Concepción

Juan Reinaldo Medina Medina Familia: Don Juan Reinaldo Medina Medina (Q.E.P.D.), nació en Concepción el 5 de Agosto de 1941. En lo que respecta a los primeros años de su vida fue el menor de sus seis

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hermanos, pero se crió lejos de los suyos, hecho que moldeó su carácter independiente, reservado, sufrido y tesonero que mantuvo durante toda su existencia y que forjó en su ser su cualidad más sobresaliente; la Responsabilidad. Su legado a nuestra comunidad es HOMBRE FIEL. Contrajo matrimonio el 22 de Agosto de 1965 con Margarita Medina Salgado, quien fue su fiel compañera y con quien tuvo su único hijo Juan Carlos. Padre y esposo ejemplar al mismo tiempo, puso todos los medios a su alcance para ofrecer lo mejor de sus dones y talentos al Señor y a la comunidad que tanto amaba, como una segunda familia, esta su Parroquia San José. Desde pequeño reveló dotes sobresalientes de liderazgo, espíritu de trabajo y vocación solidaria, virtudes que volcaría en su vida familiar, su trabajo y más adelante en su labor como Laico Comprometido ya fuese en los talleres de Confirmación, como en la dirección de los cantos litúrgicos. Vida: Su trabajo siempre estuvo ligado al comercio, donde de muy joven se desempeñó en el rubro de librería, partiendo como vendedor, para con el transcurso del tiempo llegar a consolidar su preciado anhelo, formar su propia en presa comercial, Disalvasa Ltda., en la que se desempeñó hasta sus últimos días. El círculo de su vida aún no estaba completo. A pesar de la satisfacción que le embargaban sus éxitos laborales y la gratitud para con DIOS, por la familia y el hogar que había formado junto a su esposa y su hijo, algo faltaba…. Pastoral: Ese algo era una voz en su interior; era CRISTO que comenzó a gestar en él la inquietud de su llamado. Es así como alrededor de 1981, comienza a asistir a las misas celebradas en la Parroquia San José, hasta que un día un ministro le invita a participar en la Eucaristía a través de la Lectura de la Palabra. Estas fueron sus primeras y tímidas incursiones en la FE. Posteriormente fue nombrado Ministro Extraordinario de Eucaristía y luego comienza a desarrollar una labor como monitor de talleres de Confirmación para jóvenes. A estas tareas se abocó con singular devoción y encaró tales labores con sacrificio y esmero, como corresponde a un fiel siervo de Cristo, hasta el día que su salud se lo permitió. Reconocido por su puntualidad, el sacerdote de turno para la Misa de las ocho de la mañana, no necesitaba un reloj para saber que el oficio debía comenzar….Reinaldo ya se encontraba en el interior del Templo haciendo los preparativos pertinentes. Falleció el 12 de septiembre de 2005, de un paro cardio-respiratorio, a los 64 años de edad, tras haber sido operado de un tumor al estómago. Su partida nos deja un espíritu de trabajo inquebrantable y una sólida base ética y moral cristiana.

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Memoria agradecida Parroquia La Merced – Concepción

Carlos Alfonso Robles Wobbe Oriundo de Punta Arenas, llegó a Concepción a participar de nuestra parroquia, estando de párroco y rector, el R.P. Carlos Sanhueza Alarcón, a quien ofreció su ayuda como ministro de eucaristía, colaborando en muchas misas y habitualmente se le veía en las misas de domingo a las 11.30 hrs. visitando y llevando la comunión a los enfermos de la comunidad. Se incorporó activamente a la F.L.M., (Fraternidad Laical Mercedaria), a la que asistió como formador. Debido a su experiencia como laico con estudios avanzados en teología, dictó cursos de liturgia, bautizos, preparó y dio charlas pre-matrimoniales, confirmación, catequizó a niños de situación irregular en el hogar, los sábado por la tarde. Debido a su disponibilidad de horario, viajaba constantemente a diferentes ciudades donde hubiese presencia mercedaria y sus sacerdotes lo solicitaran (jornadas de formación, retiros, etc.). Preparó a adultos privados de libertad, a leer y terminar su enseñanza media, en la cárcel El Manzano de Concepción. Fue nombrado asesor zonal mercedario. Muy generoso, generalmente costeaba folletos para las charlas pre-bautismales, insignias y todo lo que estuviera a su alcance para apoyar tareas evangelizadores, solicitando ayuda y golpeando puertas para obtener ayuda material, juguetes, alimentos, para hogares y cenas navideñas de fin de año para los niños de escasos recuerdos; quienes lo conocieron supieron de su gran entrega, generosidad, afable sonrisa y disponibilidad para sus sacerdotes, feligreses y quienes necesitaran ayuda o alguna información, dándose tiempo para aconsejar, consolar, hacer responsos, preparar guiones dominicales, liturgias de la Palabra, etc. Su vida estuvo ceñida de todas estas tareas espirituales; conocimos de cerca su calidez humana, su bondad, apertura y disponibilidad, especialmente su desprendimiento material; querido y amado por sus tres hijas, considerado como padre y abuelo ejemplar, recordado con cariño por los feligreses, ya que prestó múltiple servicios.

Memoria agradecida Parroquia La Merced – Concepción

R.P. Ramón Ceciliano Vilches Torres Hijo de Ramón y de Julia, nació en Melipilla, Provincia de Santiago, el 04 de enero de 1920. Sus padres le inculcaron desde niño los valores y principios cristianos. Los primeros estudios los hizo en la escuela parroquial de su ciudad natal. Entró a la Orden Mercedaria, en Melipilla, el 31 de mayo de 1934. Empezó el noviciado el 30 de marzo de 1935, también en Melipilla. Ahí profesó de votos simples el 16 de septiembre de 1936 en manos del P. Provincial Fr. Ramón Romero Amigorena. Terminó los estudios secundarios en el colegio San Pedro Nolasco de Santiago. La profesión solemne la hizo en Santiago el 28 de enero de 1941 en manos del P. Provincial Fr. Miguel

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L. Ríos Meza. Fue ordenado sacerdote el 06 de febrero de 1944, en Santiago. El P. Vilches hico los estudios eclesiásticos en la Universidad Católica de Santiago, Facultad de Teología: obtuvo el grado de Licenciado en Teología el 23 de diciembre de 1943. Durante su vida religiosa desempeñó los siguientes cargos: Maestro de Profesos y Secretario de Provincia, 1944-1947. Superior en Melipilla, Casa de Noviciado, 1947-1952. Conventual de Curicó, Rancagua y San Felipe, 1952-1953. Superior en Talca, 1953-1955. Superior y párroco en Concepción, 1955-1958; y 1968-1975. Superior y párroco en San Felipe, 1958-1964. Superior Provincial de la Merced en Chile, 1964.1968, nombrado por el R.P. Sante Gattuso, Visitador Apostólico. Cuando era Superior de la Merced en Talca, participó como Delegado de los Religiosos en el Congreso de Religiosos realizado en Buenos Aires R.A. el año 1954. También participó en el Capítulo General del año 1968 y en el Capítulo General Especial de 1969. En Concepción llevó a cabo una labor encomiable como párroco y rector del colegio San Pedro Nolasco de la ciudad penquista. En dos períodos fue Vicario Episcopal de la ciudad, con mucho acierto y trabajo. En San Felipe, el Obispo Mons. Ramón Munita lo nombró Asesor de la Junta Diocesana de la Acción Católica, capellán del regimiento Yungay y Director eclesiástico del Centro Manuel Rodríguez. El P. Vilches gustaba del ministerio del confesionario, especialmente de religiosas. En San Felipe y en Concepción construyó el campanil del templo y, en esta última ciudad estaba preocupado de la edificación de la casa parroquial. El P. Vilches tenía una poderosa inteligencia, rapidez mental y una gran personalidad vibraba con todo lo que fuera de interés para la Orden. De temperamento fuerte, poseía una gran sensibilidad y dominio de sí mismo. Sacerdote entregado siempre al apostolado parroquial, se ganó el afecto y la admiración tanto de civiles como de eclesiásticos. Gran caballero, afectuoso y mercedario ciento por ciento, su rica personalidad fue inconfundible entre nosotros. Una insuficiencia renal crónica minó su salud; recibió con plena conciencia el sacramento de la santa unción de los enfermos. Hacia el final de su vida hubo de hospitalizarse, después de muchas vicisitudes y quebrantos en su salud, debatiéndose entre la vida u la muerte. Entregó su alma a Dios en la sección Nefrología del Hospital J.J. Aguirre de Santiago, de infarto al miocardio, el 06 de mayo de 1975. sus funerales tuvieron lugar en la Basílica de la Merced el día 08 del mismo mes. Dios Misericordioso lo haya acogido en la bienaventuranza eterna de su Reino.

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Memoria agradecida Parroquia Universitaria – Concepción

Antonio Camiri En la memoria agradecida de la Parroquia Universita deberían incluirse muchas personas, especialmente sus primeros párrocos: P. Pedro Azócar y P. Cristian Llona. Sin embargo, hemos elegido al Prof. Antonio Camiri, por su testimonio cristiano de profesor universitario. El profesor Camiri, italiano, doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas y en Ingeniería Eléctrica (Universidad de Bologna, Italia) en 1949 fue contratado por el mismo Enrique Molina, quien le ofreció realizar clases en la Universidad de Concepción por tres años; así se vino de Italia, junto a su familia, siendo profesor de esta universidad hasta 1998, continuando después como profesor emérito hasta su muerte en el año 2010. La presencia del profesor Camiri en la Parroquia Universitaria fue importante para los estudiantes y los profesores universitarios, ante todo porque mostró que el testimonio de un profesor cristiano no consiste en hacer actividades parroquiales, sino en llevar el encuentro con Cristo vivido en la amistad cristiana en el ambiente universitario. Además, mostró que la fe cristiana, lejos de encerrar en un espíritu estéril, abre a la realidad entera; es decir, la fe cristiana es la hipótesis más adecuada para entrar en la realidad, para escrudiñarla, para reconocer su significado. El profesor Camiri mostró con su testimonio cristiano que la fe ensancha la razón de modo que la realidad puede ser reconocida en su verdadero significado, que es el de ser digno del misterio infinito de Dios. De este modo ha testimoniado que la fe cristiana introduce en la razón una curiosidad por la realidad que aumenta siempre más. Esta curiosidad deseosa en sus casi cincuenta años de docencia en la universidad, en la cual ayudó a sus alumnos, introduciéndolos en el significado de la realidad, que es la finalidad propia de la educación. Educación que se manifestaba en su pasión para dar clases, por su compañía adulta a los alumnos, por su deseo de encontrarlos y de ayudarlos, incluso en las dificultades económicas.

Memoria agradecida Parroquia San Ramón – Concepción

Rebeca Garcés Muñoz Nació el 05 de octubre de 1912, en Cobquecura. Creció en un hogar cristiano que le inculcó profundamente los valores de la Fe. El 21 de marzo de 1932, contrae matrimonio con el profesor Hernán Salgado Barrera, formando un hogar cristiano y unido. Nacen 7 hijos,

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educados con mucho amor, en brazos de sus padres, aprendiendo a conocer y a amar a Dios, como también, aprenden a orar y a vivir la fe. Rebeca amaba profundamente a la Virgen María, bajo la advocación de la Virgen del Carmen. En su hogar había un pequeño Altar dedicado a ella, junto al cual rezaba con sus hijos. En año 1949 llegó con su familia a la Población Baquedano de Concepción, quedando su casa muy cerca de la Parroquia San Ramón. Su integración a las actividades parroquiales fue inmediata y sin descuidar a su familia, formó parte del “Secretariado”, grupo de damas que, junto con compartir su fe, realizaban diferentes manualidades. Más tarde, participó en las “Damas de Azul”, atendiendo (junto a otras señoras) el Policlínico Parroquial. La acción social la vio trabajando por los más necesitados, no solo en su grupo, sino también en el secreto de su hogar. Integró el Apostolado de la Oración, orando constantemente por las necesidades de la Iglesia y del mundo. Preocupada por las vocaciones sacerdotales y con la anuencia de su párroco, creó y dirigió por años, con mucho amor, el Centro Vocacional Santo Cura de Ars, inaugurado el 11 de julio de 1965. Su objetivo era orar constantemente por las vocaciones sacerdotales y apoyar económicamente al Seminario de Concepción. Su aporte fue modesto, pero constante. En su vida familiar, cumplió 56 años de matrimonio. Con cristiana fortaleza asumió la muerte de su esposo en 1988 y la de su hijo mayor en 1991. Corren los años, llega la vejez y la enfermedad. Siempre con su Señor en el alma, parte a encontrarse con Él, el 01 de junio de 1998.

Memoria agradecida Parroquia San Ramón – Concepción

Oscar Marcial Orellana Ríos Oscar nació el 02 de junio de 1924 en la ciudad de Valdivia. Creció en una familia cristiana, aprendiendo junto a sus padres a amar, conocer y servir a Jesús. A los 18 años ingresa a la Escuela de Grumetes en Isla Quiriquina. Terminados sus estudios se desempeñó con lealtad y responsabilidad en la Marina de Chile, hasta el momento de su jubilación. El 16 de diciembre de 1950, contrae matrimonio con Elia Jiménez, formando un hogar distinguido por su amor y vida de fe. Nacen tres hijos, dos mujeres y un varón. Con inmenso dolor asumen, fortalecidos en el amor de Dios, la muerte de su hijita menor, a sus cortos dos años de edad. Oscar y su familia llegan a la Parroquia San Ramón, a fines de la década del 60. Junto con su esposa participa, con gran alegría y entusiasmo, en el quehacer parroquial.

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Como fiel colaborador de su párroco y profundamente enamorado de su Señor, se multiplica para servirlo. Es misionero en sectores rurales de la Arquidiócesis. Por muchos años, coordinador del consejo económico de la Parroquia. Como ministro extraordinario de la comunión, llevó junto a Jesús, consuelo y esperanza a los enfermos. Fue monitor matrimonial, enseñando con su testimonio de vida familiar, cómo debe ser la vida en Sagrado Matrimonio. Con entusiasmo fue activo colaborador en el grupo de liturgia de la Parroquia. Durante toda su vida fue reflejo y transparencia del amor de Jesús. Son muchos y muchas quienes fortalecieron su fe con su ejemplo de esposo, padre y excelente cristiano. Víctima de cáncer al pulmón, hasta el último momento dando testimonio de su vida de fe, parte al encuentro de su Señor, el 11 de diciembre de 1997.

Memoria agradecida Parroquia San Ramón – Concepción

Nelly del Carmen Palma González Nació en Concepción el 29 de diciembre de 1936. Hija única de doña Adelina González y don José Palma. Huérfana de madre desde los 9 años de edad y criada por un padre muy católico, que siempre le inculcó el amor a Dios y a la Santísima Virgen, devoción que la marcó durante toda su vida. Desde muy niña participó activamente en la Iglesia. Su pasión fue la oración y el rezo diario del Santo Rosario. Se casó con don José Bravo Ibáñez, el 05 de agosto de 1953, con quien formó una hermosa y numerosa familia de 11 hijos, a los cuales llevó también por el camino del amor y la fe hacia nuestro Padre Dios. Trabajó asiduamente en la construcción del templo de su querida Parroquia San Ramón. En el año 1977 trabajó activamente con el equipo que fundó la C.E.B. Paulo VI, del Cerro La Pólvora. Dentro de sus labores en la comunidad, se destacó siempre por su apego a la oración. Su ejemplo, motivaba a los demás. Fue catequista, guía de padres, recaudadora de Cali. Por su conocida devoción al Santo Rosario, muchas veces los vecinos se acercaban a pedirle que rezara por algún enfermo o por alguna necesidad de la familia, y ella lo hacía de todo corazón, volviendo (en numerosas oportunidades) a darle las gracias por sus necesidades habían sido satisfechas. Por más de 30 años trabajó en su comunidad anhelando siempre la construcción de una capilla, sueño que afortunadamente y, con la ayuda de Dios, pudo ver realizado. Su vida fue un constante rezar con mucha devoción y perseverancia, lo que la ayudó a enfrentar con extrema fortaleza grandes dolores; la grave enfermedad de una de sus hijas a los 7 años de edad, la muerte trágica de su pequeño nieto en un accidente, el cáncer de una de sus hijas, que fue detectado estando embarazada, el que gracias a su profunda fe y

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oración constante, tuvo sanación. Aceptó también con resignación y esperanza, su triste enfermedad que la dejó sin visión. Cada vez que era visitada por algún amigo o vecino durante su enfermedad, era habitual verla con el rosario entre sus manos, con un ánimo y alegría que sierre impactaba. Antes de contar como se sentía ella, preguntaba por los demás, especialmente por los enfermos y ancianos de su barrio. Fue llamada a la presencia de Dios, el 29 de junio de 2007, después de cumplir 54 años de matrimonio. Sus restos fueron velados en su querida capilla Nuestra Señora del Cerro. Testigo de su participación activa y fervorosa, marcada por la oración y entrega a los demás, fueron los sacerdotes Hugo Márquez, Rigoberto Rivas (QEPD), Cecilio de Miguel y Paul Tekkinneth.

Memoria agradecida Parroquia San Agustín – Concepción

R.P. Francisco Javier Ramírez Gatica Nació en la ciudad de Concepción el 17 de septiembre de 1895, siendo sus padres don Juan y doña Bárbara. Sus estudios los realizó en el Colegio Salesiano de calle Irarrázaval. No hay duda que a su formación familiar, más los valores y testimonios cristianos recibidos, echaron en él raíces para una entrega al Señor. Ingresa a la Congregación de los Agustinos de la Asunción, donde continúa sus estudios humanísticos y filosóficos. Sin embargo, por razones de término del Seminario en Chile, el joven Francisco Javier continúa sus estudios en la consecución de su vocación religiosa y para ello elige una Orden que tenga también a San Agustín como su inspirador, así ingresa definitivamente a la Orden de San Agustín. Con alegría y entusiasmo renovado toma el hábito en la Orden de San Agustín e inicia el Noviciado, el 24 de marzo de 1924 y su primera Profesión de Votos Religiosos un año después. Una vez cursando los estudios teológicos, emite su Profesión de Votos Solemnes en 1928, para culminar con su Ordenación Sacerdotal el 5 de abril de 1930. Año en el cual la Iglesia y la Orden están celebrando el XV Centenario de la muerte del Padre de la Iglesia, San Agustín. Desde entonces inicia su labor de apostolado con entusiasmo en los Conventos donde le corresponde servir: En Talca fue maestro de Postulantes. En Melipilla, maestro de Novicios y posteriormente Superior y Rector del Colegio. En Santiago, fue Superior y Rector del Liceo San Agustín, desde 1933 a 1937; donde vuelve en algunos períodos para desempeñarse como Profesor y Sacristán Mayor de la iglesia de calle Estado. Sin embargo, será en Concepción, su tierra natal, donde desarrollará sus mejores dotes de pastor y apostolado. Un pabellón del Colegio San Agustín lleva su nombre para agradecerle a él y a la Orden, y reconocer su obra iniciada a raíz del terremoto de 1939 que vino paliar la escasez de establecimientos educacionales, especialmente de la gente más humilde. Por

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su labor fue reconocido de inmediato como colaborador del Estado, por Decreto nº 5821. Como Escuela Parroquial llevó el nº 13, presagio de un futuro ilimitado y fruto de colaboración de los vecinos. El padre Francisco fue párroco en varios períodos y por muchos años fue asesor de los Hombres Católicos de la Arquidiócesis, además abnegado apóstol de la devoción Carmelitana en cuyo templo se venera la más antigua imagen de la Virgen del Carmen, reliquia nacional por haberse establecido en el Convento San Agustín la Primera Cofradía en Chile, en 1643, cuando la ciudad estaba en Penco. Un Club Deportivo también llevó su nombre por muchos años y fue el primero que organizó a los lustrabotas de la Plaza de Armas de Concepción. También sirvió en el Convento de San Pedro de la Paz. Anteriormente, donde estuvo fue Director de la Orden Tercera de San Agustín y en todas partes se distinguió como predicador y “su oratoria se acompañaba con una potente voz firme y sonora, profunda y entera”. En sus últimos años era el sacerdote más antiguo de la Diócesis. El P. Francisco falleció en Concepción, el 05 de enero de 1985, La Eucaristía de Despedida fue presidida con más de 30 Sacerdotes, religiosos y fieles. Y agradecieron al Padre Dios su vida y su servicio en la Iglesia. El Diario El Sur, el 08 de enero afirmaba: “El P. Ramírez, su voz hoy callada, suena más potente”. El Señor lo llamó a su morada. Desde allí intercede por nosotros. Gracias P. Francisco por su gran legado en Concepción.

Memoria agradecida Parroquia San Agustín – Concepción

R.P. Pedro Pablo López Astudillo El P. Pedro López ingresó a la Orden de San Agustín a la edad de once años. Su juventud no es obstáculo para que, mientras cumplía la edad suficiente para realizar el Noviciado, permaneciendo en el Profesorio de la Orden por espacio de diez meses. Finalmente en marzo de 1948 comienza su Noviciado, con la anuencia de su maestro, el destacado filósofo P. Agustín Martínez. El 13 de marzo de 1949 hace su primera profesión de votos y, a los veintiún años de edad, el 07 de julio de 1953 realiza su Profesión Solemne en la Orden de San Agustín. El 09 de abril de 1954 su maestro, el P. Humberto Gardella, recomienda que se le den las Ordenes Menores al profeso Pedro López. En tanto, los certificados de estudio de la Facultad de Teología que se conservan, hablan de un alumno que sobresalía por su rendimiento académico. El 13 de agosto de 1955 el entonces Provincial, P. Miguel Ramírez, solicita al Cardenal Arzobispo de Santiago, Mons. José María Caro, las dispensas canónicas para que el P. Pedro pueda ser ordenado sacerdote antes de la edad exigida. El 18 de marzo de ese año, según informa en una carta el P. Gabriel Riesco, el P. Pedro había rendido su examen de Licenciatura en Teología con brillante resultado. Con gran alegría de la comunidad, familiares y amigos, el 21 de agosto de 1955 fray Pedro López recibió el Presbiterado. Como Licenciado en Humanidades y Bachiller en Matemáticas y Biología, el P. Pedro estuvo muy ligado en su juventud a la actividad docente en el Liceo San Agustín, época en

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la que también participaba en el Movimiento Betania, fundado por el P. Agustín Martínez, para promover la espiritualidad agustiniana en comunidades laicales de adultos y jóvenes. En la década de 1960 fue uno de los promotores del movimiento de los Cursillos de Cristiandad en Chile. Fue Provincial de la Orden en Chile en varias oportunidades, así como Párroco Ecónomo y Consejero. Su servicio a la Orden no se limitó a la Provincia Agustina en Chile, pues también le cupo un rol de relevancia en la conformación de OALA (Organización de Agustinos de Latinoamérica) y en la década de 1980 se desempeñó como Asistente General en Roma. Sus preocupaciones iban desde lo comunitario Provincial, a las grandes cuestiones de la Iglesia latinoamericana. Vivió en comunión con el episcopado chileno y su persona figuró entre los sacerdotes de avanzada en la pastoral de Comunidades de Base. Siempre dispuesto a colaborar donde le necesitaran, aceptó ser presidente de la Conferencia de Religiosos entre 1993 y 1996. A lo largo de su vida cosechó el respeto y el afecto de quienes le conocieron. El Padre Pedro realizó muchas construcciones, pero su obra constructiva va mucho más allá de las obras materiales, construyó Iglesia: Sembró esperanza, sembró paciencias, sembró tolerancia, armonía, sembró comunión, sembró amor con la sencillez y ternura que solo el Espíritu Santo podría otorgarle. Nadie que lo haya conocido puede tener alguna opinión distinta de la que tiene la comunidad en Concepción y otras ciudades de Chile: un gran agustino, un ejemplo de sacerdote, un caballero en todo el significado y sentido de la palabra. A partir de 1999 compatibilizó su ministerio sacerdotal con el servicio a su comunidad en su calidad de Ecónomo Provincial. En este cargo siempre estaba interiorizándose, con responsabilidad, de los pormenores técnicos y contables de los proyectos en que le tocó participar, como la restauración del Templo San Agustín de Santiago, la construcción de la Casa de Formación y tantos otros. A lo largo de su vida de servicio a la Iglesia, el Padre Pedro se fue transformando en punto de referencia obligado para los agustinos de Chile y para las muchas personas que encontraron en él al Pastor constante y al amigo generoso. Huella que resulta imborrable, profunda, aleccionadora, ejemplar y motivadora. Juntos a sus hermanos de comunidad en esa amplia y amorosa marquesina de San Agustín y el corazón sagrado de Jesús. Destacó como un ejemplo exquisito de sacerdote, ministro, guía, hermano, maestro y servidor por citar sólo algunas de las cualidades y virtudes cristianas que caracterizaron el ser y el hacer de este agustino. En nuestros días el ejemplo y recuerdo del P. Pedro se erige como una lección viva y palpitante que seguramente invitará a mucho jóvenes a seguir el camino que nos muestra Jesús, que siguió San Agustín y que nuestro querido hermano Pedro cumplió hasta el final. El jueves 03 de enero de 2008 el P. Pedro fue llamado a la Casa del Padre. Desde allí el P. Pedro sigue preocupado y rogando por todos los hijos de Dios.

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Memoria agradecida Parroquia San Agustín – Concepción

R.P. Erasmo López Varela Hijo de la localidad de Rere, comuna de Yumbel, el P. Erasmo López Varela nació en 1913 el 16 de abril. Rere es un “pequeño pueblo hoy, pero con importancia histórica en el pasado, de tradicional vida cristiana, ha dado muchos sacerdotes y religiosos a la Iglesia penquista”. Es uno de los veintidós hijos del matrimonio de don José Ignacio y de la señora Guadalupe, donde aprendió a vivir la vida fraterna y comunitaria. Ingresó a los 11 años al Seminario Agustino de Talca. A los 15 años comenzó el noviciado de la Orden de San Agustín el 31 de diciembre de 1928. Emitió los Votos Religiosos de Obediencia, castidad y pobreza, el 05 de enero de 1930, los que fueron reafirmados solemne y perpetuamente el 06 de mayo de 1934, a los 21 años de edad. Al año siguiente, continuando sus estudios es uno de los alumnos fundadores de la Facultad de Teología de la Universidad Católica. El 16 de agosto de 1936 es ordenado Sacerdote por Monseñor Ramón Harrinson, Obispo de la Orden de la Merced. En el Seminario Agustino fue profesor de latín, de Religión y Matemáticas en el Liceo San Agustín de Santiago, del cual fue también Ministro y Rector. En 1986 celebra sus Bodas de Oro Sacerdotales. El alto oficio cumplido le permitió participar en cinco Capítulos Generales de la Orden y en la elección en Roma de cuatro de los Padres Generales que la han gobernado. Los grupos religiosos de las distintas casas agustinas, especialmente de la Orden Tercera son receptoras de sus desvelos y atenciones, como la obra, por muchos años del servicio a la población “Santa Adriana” de Santiago, con el aval de Santa Rita de Casia y la preocupación en esta tarea de don Clemente Ortiz, Terciario Agustino. El P. Erasmo forma parte de aquel grupo de Agustinos que no sólo entregaron toda su vida al servicio del Señor, siguiendo la regla de San Agustín, sino también todas sus energías para difundir, promover, enseñar y encarnar en el Pueblo de Dios su Palabra. Hombre sencillo, práctico, prudente y ordenado, alegre, leal consigo mismo y con la verdad. Sentimental, amante de la Iglesia y de su Orden Agustiniana. “Buen amigo” –decía el P. Pedro López. Creó vínculos de fraternidad con sacerdotes y religiosos del lugar donde trabajó. Su trato le otorgó buenos amigos que apreciaron su amistad y buen criterio. Por Cristo y el Evangelio se dedicó por entero a su labor de Agustino y Pastor. La comunidad penquista se goza de haber sido acompañada por el P. Erasmo por muchos años. Fue el alma en la construcción del Templo Parroquial en la década del cincuenta, de escuela y capilla en la Agüita de la Perdiz y del Colegio San Agustín, en las décadas del ochenta y noventa. Fue asesor de grupos parroquiales y permanente confesor. Falleció el 08 de Abril de 2008, en Concepción, donde residía desde 1980. Obras y Cargos: “Para orar con la Iglesia”. Es la primera de sus obras. Prólogo escrito por Monseñor Manuel Larraín Errázuriz, recordado Obispo de Talca. Publicó “Biografías de santos agustinos”. Obras pequeñas de gran difusión. “Maestro de Profesos” (Seminario Mayor) Desde 1936 a 1940.

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Desarrolló su vocación religiosa y sacerdotal cumpliendo diversos servicios: el de Secretario Provincial, desde 1938 mientras fue Provincial el padre Rolando Valenzuela Mardones. Prior del convento de Talca. Desde 1941 a 1944. Prior Provincial. Durante 5 períodos (1947, 1950, 1959, 1971, 1975). Director Colegio San Agustín y Superior del Convento Nuestra Señora de la Consolación de Concepción en 1950 con reelección. Fundador de la Escuela “Jesús Obrero” en Agüita la Perdiz. Director del Colegio San Agustín de Concepción. Lleva adelante la construcción del templo parroquial y santuario carmelitano. Superior y Rector del Liceo San Agustín de Santiago (1965 a 1968). Superior y Párroco de Concepción. (1980 siendo reelecto por otro período). Varios períodos de Ecónomo provincial. Inicia mejoras de obras en Conventos Agustinos de Chile. (Desde 1959). Apoyó las construcciones del Nuevo Colegio San Agustín de Concepción, que se destaca como un establecimiento con educación parvularia, básica y media desde 1980.

Memoria agradecida Parroquia Sagrada Familia – Concepción

Georgina del Carmen Ramírez Muñoz Nació en Purén, el 01 de Febrero de 1911. Por motivos de trabajo se traslada a Concepción en el año 1931, lugar donde conoció a don Luis Alberto Sandoval Seguel, con quien contrae matrimonio en el año 1938. De este matrimonio nacen 5 hijos, siendo ella dueña de casa y él integrante de Carabineros de Chile. Siempre residen en el sector de la Parroquia La Sagrada Familia, donde la familia participa de la Eucaristía dominical, de la preparación a los sacramentos y de las fiestas de precepto de la Iglesia. En el año 1955, la señora Georgina se integra al Grupo del Sagrado Corazón, siendo durante varios períodos Coordinadora del Grupo, participando de él en forma activa hasta el momento de ser llamada a la Casa del Padre. En el año 1965, forma y se hace responsable de los recaudadores del 1% parroquial, labor que desempeña con agrado y responsabilidad hasta sus últimos días. A comienzo de la década de los ’70, forma parte del Comité Económico Parroquial, por un período de 4 años. En el año 1970, después de 32 años de matrimonio, queda viuda, estado que asume con una confianza absoluta en el Sagrado Corazón y la Virgen, para salir adelante con tres de sus hijos aún estudiando. A partir del año 1974, comienza a hacer catequesis a niños que se preparan al sacramento de la Eucaristía, servicio que realiza hasta el año 1984, en los albores de la Catequesis Familiar. En la vida de familia se distinguió por su gran espíritu de servicio y preocupación, tanto para con los suyos como también con sus vecinos y la comunidad parroquial. En la vida de Iglesia, se caracterizó por participar activamente en ella, tanto de las actividades para recaudar fondos para la construcción del antiguo templo y sus

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dependencias, como en las actividades de carácter espiritual o comunitario como la Eucaristía diaria, el rezo del Santo Rosario, Mes de María, Novena de Lourdes, Mes del Sagrado Corazón, procesiones, etc. En todas estas actividades puso su energía, responsabilidad, entrega generosa, espíritu misionero y vocación de servicio. Por sus virtudes cristianas aún se le recuerda entre los antiguos integrantes de la Comunidad Parroquial. El día 04 de Septiembre de 1984, fue llamada a la Casa del Padre, después de recibir los sacramentos de sanación. Ese día corresponde a un primer viernes de mes, cumpliéndose en ella una de las promesas del Sagrado Corazón, del cual fue fiel seguidora y propagadora de dicha devoción.

Memoria agradecida Parroquia Sagrada Familia – Concepción

Clementina Teodora Figueroa Figueroa Nació en Tomeco el 20 de Abril de 1922. El 17 de Agosto de 1942, contrae matrimonio con don Pedro Rosas Figueroa, en la Parroquia Santa Filomena de Cabrero. Su matrimonio duró 57 años con prole de 11 hijos. En 1979 comenzó su caminar en la Parroquia Sagrada Familia de Concepción, incorporándose al Grupo del Sagrado Corazón. Junto a su marido trabajó activamente en los beneficios que se realizaban en la Comunidad Parroquial, con el fin de construir los salones de reuniones, durante los años en que el Párroco era el Padre Pedro Malejacq Nedelec. En el año 1986, participa en la formación de la Pastoral de la Salud, trabajando en ella activamente. Simultáneamente, se desempeñó como recaudadora del CALI, hasta el año 1997. Se destaca su entusiasmo por compartir en actividades de la Parroquia, tales como retiros y jornadas espirituales; servicio al prójimo, visitando enfermos de escasos recursos, hogar de ancianos, hogar de adolescentes embarazadas, ayuda fraterna al necesitado. Desde el año 1980 y hasta mediados del año 2006, fue socia activa de la Acción de Mujeres Católicas, AMAC. Participaba activamente en la organización del mes de María, tanto en la Parroquia, como en las viviendas de la Población Tucapel Bajo. En 1982, por intercesión de la Virgen del Carmen superó un grave accidente, lo que la llevó a participar cada año en la Procesión de la Virgen del Carmen, vistiendo el hábito del Carmen, en señal de agradecimiento. En el ámbito familiar se le recuerda como una madre amorosa, abnegada, generosa, luchadora, discreta, alegre, con mucha fe y alegría para resolver los problemas, y de una manera muy especial, inculcando a sus hijos sólidos principios católicos, ya que les

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motivaba al rezo diario, amor a Nuestro Señor Jesús y a su amadísima madre, la Santísima Virgen María. Participó por última vez en la Eucaristía en la celebración de Cristo Rey, en el año 2006. Fue llamada a la Casa del Padre el día 2 de Enero de 2007.

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Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria – Tomé

Julio Vásquez Merino Nació en la ciudad de Tomé el 23 de Mayo de 1881. Sus padres fueron Sr. Juan Rómulo Vásquez y la Sra. Cruz Merino de Vásquez. Fue una familia muy numerosa. Tuvo 12 hermanos. Su niñez y juventud siempre estuvo ligada a este pueblo de Tomé, en el que participó siempre en actividades de la Parroquia de Tomé y en el comercio local, por la actividad de sus padres y familiares. Hizo sus estudios en el Liceo de Tomé y en la Universidad Concepción, por sólo 2 años en la carrera de Leyes. Debido al fallecimiento de sus padres se hizo cargo, junto a sus familiares, de los negocio de ellos. A raíz del terremoto del año 1939, su casa habitación quedó en muy mal estado, por lo cual se albergó en dependencia facilitadas por la Parroquia, donde inició actividades de apoyo a las labores de la Iglesia. Fue el autor y formador de una Banda Instrumental que se llamó Batallón de Exploradores, la que fue muy aplaudida por el pueblo, la cual aún se recuerda con nostalgia por gente de esa época. Los servicios del Sr. Vásquez a la Parroquia fueron muy variados, en los que siempre se destacó por su humildad y ayuda al prójimo. También fue un muy buen empleado de la Cooperativa de la Fábrica Nacional y del Seguro Obligatorio.

Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria – Tomé

Pbro. Eliécer Eleazar Quiroz Norambuena Nació en la región del Maule, en una zona rural llamada Quella, cerca de Cauquenes, en el 1909. Fue el único varón, además de 5 hermanas, de las cuales una de ellas optó por la vida religiosa, ingresando a la Congregación de la Inmaculada Concepción. Siguiendo el llamado de Dios, ingresó al Seminario Metropolitano de Concepción, ordenándose sacerdote el 27 de Abril de 1937. Su primera misa la celebró en la Capilla de las Siervas de Jesús de Concepción el 2 de Mayo de 1937. Posteriormente fue enviado como párroco a la Parroquia de Empedrado, cerca de Talca, por ser oriundo de esa zona. Allí debió cumplir 3 años de servicio al Obispado de Linares. En el año 1940 volvió a Concepción siendo designado como Párroco en Santa Juana, donde se mantuvo hasta comienzos del año 1963. En Marzo de ese año es enviado a la Parroquia de Nuestra Señora de la Candelaria en Tomé, donde realizó una gran labor en la formación y desarrollo de las comunidades de

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base, así como también en la preparación e incorporación de jóvenes catequistas encargados de la formación de niños y adolescentes. Sin embargo, forma parte del recuerdo colectivo su gran amor por la Santísima Virgen que demostraba cada año organizando una multitudinaria procesión a la Virgen del Carmen en el mes de Octubre de cada año, la cual era precedida por misiones de evangelización en los distintos barrios de la comuna llevadas a cabo por los Padres Redentoristas y que permitía acercar los sacramentos a estos sectores. Así muchas familias realizaban bautismos, matrimonios religiosos y primeras comuniones, integrando muchas almas a nuestra religión. Luego es una fructífera labor de largos años, el año 1985 es llamado a retiro al cumplir 75 años de edad, una vez retirado continuó con su labor apostólica asistiendo espiritualmente al Hogar de Ancianos San José y a la Villa Nazaret de las Hermanas de la Caridad, labor que cumplió hasta que el Señor lo llamó a su lado en Septiembre de 1995.

Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria – Tomé

Adela María Sanguinetti Bianelli Nació el año 1907. Llegó a la ciudad de Tomé en el año 1938 cuando se casó con don José Gorrini Raina, quien dirigía la Fábrica Fiat de Tomé. Tuvieron 3 hijos: Alejandro, José y Carlos, los 3 ingenieros. Durante su permanencia en Tomé, la Sra. Adela por más de 55 años tuvo una destacada participación en obras sociales de ayuda a la comunidad, en especial hacia la Iglesia Católica. Destacándose por la fundación y mantención del Hogar de Ancianos “San José” de Tomé. Después del fallecimiento de don José Gorrini sucedido en año 1981, la señora Adela permaneció por 13 años en la ciudad de Tomé, pero finalmente decidió trasladarse a Santiago el año 1994 para estar más cerca de sus hijos y nietos. Los 3 hijos le dieron 9 nietos y 22 bisnietos, los que frecuentemente la visitaban y compartían con ella, con mucho amor y cariño, en su departamento en Santiago. En los últimos 3 años, ya con su salud algo quebrantaba, tuvo una asistencia de sus hijos y de auxiliares médicos que la mantuvieron en buenas condiciones. El sábado 01 de Mayo de 2010, a las 05:30 hrs. falleció con mucha paz en su casa, rodeada de sus familiares más cercanos, habiendo recibido oportunamente el sacramento de Unción de los Enfermos. Fue sepultada en el cementerio de la ciudad de Tomé.

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Memoria agradecida Parroquia Cristo Rey – Bellavista, Tomé.

Juan Manuel Ramírez Vergara Juan Ramírez Vergara, nació el 31 de Agosto de 1908 en Bellavista, comuna de Tomé. Hijo de Don Manuel Ramírez casado el año 1897 con Doña Juana Vergara Garrido. Su padre era obrero textil al igual que su madre, labor que desarrollaban la mayoría de los habitantes en ese tiempo. Su hogar estaba ubicado en calle Caracol Bellavista Tomé, casa que era facilitada por la Industria de Paños Bellavista para sus trabajadores. Posteriormente, cuando ya era adulto se trasladó a calle O’higgins 460 localidad de Tomé, realizó sus estudios en la Escuela Pública de Bellavista, de Tomé. Su hogar se destacó por ser una casa de acogida; tanto para sacerdotes como religiosas que venían de distintos lugares del país en misión de evangelizar en la comuna de Tomé. Tras la separación de sus padres, cuando tenía 4 años, quedó bajo la tutela y cuidado de su madre, quién le inculcó y lo educó en los valores de la Fe Cristiana como asimismo lo hizo con sus hermanas (Albertina, Doralisa, Mercedes y Elisa). Fue creciendo en edad y en gracia de Dios, lleno de ansia de santidad y de apostolado. Cabe mencionar que después de 20 años su padre regresó al hogar pidiendo perdón a su familia; quienes al verlo no lo reconocieron; pero su madre, quien tenía arraigado la bondad y valores cristianos lo perdonó e intercedió ante sus hijos para recibirlo y perdonarlo. Solamente el amor de Dios que reinaba en su hogar permitió el perdón, acogerlo y cuidarlo falleciendo al cabo de 2 meses. Desde muy joven Juan Manuel trasmitió valores fundamentalmente cristianos, tanto a sus amigos como compañeros, influenciados por las enseñanzas de su madre y sermones del Párroco de Bellavista de esa época. Dotado de inteligencia, fue creciendo y comprendiendo la misión a la cual estaba destinado, sintió en su corazón el llamado fervoroso de servir a Dios desde muy joven, sueños que se concretaron al ingresar al Seminario de Santiago de Chile. Durante su estadía creció espiritualmente; se fortaleció y se consagró al amor a Cristo Jesús y a la Santísima Virgen María, etapa de su vida que siempre guardó y recordó en lo más profundo en su corazón, ya que esta misión fue interrumpida por una enfermedad muy grave en esa época la “Tuberculosis” motivo por la cual, lo obligó a retirarse a la vida civil. Este hecho lo entristeció con mucho dolor porque él deseaba con todo su corazón consagrarse a Dios, pero a pesar de todo aquello Juanito juró a Dios serle fiel toda su vida, sirviendo como catequista, formando diferentes grupos, realizando el mes de María con mucha devoción bajo la intemperie donde en esos entonces no había capilla en el sector Cerro Navidad Tomé, visitaba enfermos, celebraba bendición de las embarcaciones en sector Los Bagres, Coliumo, Dichato, era consejero espiritual para jóvenes y matrimonios, realizando todas las tareas encomendadas por la Iglesia, actividades que lo hacían muy feliz, ya que él tenía vocación y un compromiso personal con Dios de servirle toda su vida.

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Se le conocía como una persona de muchos valores cristianos participaba en las Misas y del Santo Rosario, de una bondad extraordinaria, respetuoso, caritativo, preocupado, siempre ayudando al prójimo, entusiasta y líder en los grupos a los cuales pertenecía. Trabajó por mucho tiempo en la evangelización en el sector Coroney, (sector rural de Bellavista) dando a conocer la Palabra de Dios, e invitando asistir a misa, cumplir con los mandamientos y Sacramentos. Con fecha 10 de Enero de 1943 se realizó la bendición de la Gruta de Nuestra Señora de Lourdes en ese lugar, donde concurrieron muchos creyentes; especialmente campesinos de Coroney. En el año 1990 como último deseo de la familia Ramírez Vergara, donó el sitio del sector Coroney a la Iglesia Católica de Bellavista, para que se continuara esta tradición de seguir reuniéndose las personas Católicas en ese lugar Santo y así proseguir esta evangelización. Posteriormente trabajó incansablemente con el Primer Cura Párroco Padre Alfonso Sáyeh M. en la Inauguración de la Nueva Parroquia de Cristo Rey de Bellavista Tomé, el 19 de Octubre de 1952. Además participaba en la Juventud de Hombres Católicos, Creando el Club Deportivo Juventud Textil, y siendo reelegido como presidente de éste. Cabe destacar que por su carisma y bondades fue solicitado como padrino de Bautismo, Confirmación, Matrimonio; tanto en Coroney, como en Tomé en innumerables veces. El 27 de Junio de 1976 a la edad de 67 años falleció de un cáncer de páncreas, solicitando como su último deseo a sus hermanas y familia, que cuando muriera fuera enterrado en un ataúd blanco de tablas sencillas y una cruz negra. Sus restos fueron sepultados junto a su familia que compartieron toda su vida: Familia Ramírez Vergara, en Cementerio Nº 1 Tomé. Como también sus hermanas Albertina del Carmen, Doralisa del Carmen, María Mercedes, Elisa del Carmen Ramírez Vergara, quedando la cripta sellada perpetuamente.

Memoria Agradecida Parroquia Cristo Rey – Bellavista, Tomé.

Mónica Tegualda Barrientos Figueroa Nació el 16 de octubre de 1926. A la edad de 18 años entró a trabajar en el Hospital de Tomé como ayudante de la practicante, después de algún tiempo entra a la Fábrica de Bellavista. A la edad de 33 años ingresó a la Cruz Roja, al mismo tiempo que comenzaba a trabajar en la Fábrica de Paños Bellavista Tomé, en la sección Sala Cuna, siendo una de las fundadoras. El año 1970 hace el curso de Auxiliar de Párvulos. En su juventud perteneció al grupo de Acción Católica de Tomé, donde realizaban jornadas con otras jóvenes de otras comunidades. Dedicó su vida al servicio de su comunidad, atendiendo a las personas enfermas, haciendo curaciones o colocando inyecciones, cortaba el pelo, hacía permanentes, o bien ayudando a

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las personas enfermas en los tratamientos que debían seguir, sin importarle el horario de la inyección o del tratamiento, y todo esto lo hacía sin cobrar nada, por eso la llamaban en la población de Bellavista “la practicante de los pobres”. Después que se retiró de la Fábrica, la invitaron a hacer un retiro al Foyer de Caridad de Tomé, en el verano del año 1981, y en testimonio del Padre Ramón Ricciardi, responsable del Foyer de Caridad, dice que Teguita reconoció que cuando joven había sentido el llamado del Señor, pero no supo responderle, por lo tanto al término de este retiro, y ya con más tiempo libre, se dedicó por completo a la evangelización, sin dejar de hacer todas las otras tareas en bien de sus necesitados, preparaba a los niños para su Primera Comunión, les hacía catecismo en su casa, preparando también a las mamitas. Dentro de su familia, - tenía una hermana y 5 sobrinos-, también realizaba su labor pastoral, preocupándose que fueran a Misa y se prepararan para recibir sus sacramentos. También se preocupaba de los niños cuando dejaban de ir a catecismo o a la misa, visitándolos en sus casas. Para la fiesta de Navidad atendía a los niños más necesitados, haciéndoles regalos, visitándolos el mismo día de Navidad. A través de su atención a los enfermos también se preocupaba de la salud de su alma, y al mismo tiempo que cuidaba su salud les iba preparando para que recibieran sus sacramentos. Cuando se enteró de su enfermedad, ella se entregó plenamente a Dios, trataba de comulgar todos los días (cuando su enfermedad se lo permitía). Pidió que cuando falleciera, la vistieran con el hábito de Carmelita. Teguita falleció el 18 de octubre de 1985, de un cáncer.

Memoria agradecida Parroquia Cristo Rey – Bellavista, Tomé

María Nieves Gallegos Escobar Nacida en la ciudad de Algol, el 09 de octubre de 1937, hija de don Telésforo Gallegos Gallegos y doña Elena Escobar Osses. Hasta la edad de 15 años permaneció en su ciudad natal, luego que decide seguir a su hermano mayor, establecido en la ciudad de Bellavista, Tomé. Desde muy joven se dedicó a trabajar en sastrería, oficio que le permitió realizarse como mujer trabajadora y logrando así su independencia económica. A los 25 años contrae matrimonio con don Luis Fernández, y tuvieron 4 hijos: Luis Hernán, Pedro Iván, Marco Enrique y Betzabé Elena; llegando a constituirse como una familia muy unida. La “Tía María”, se caracterizaba por ser una persona muy alegre, de trato muy sencillo, pese a los sinsabores de la vida, siempre se le veía con una sonrisa en su rostro. Muy entregada a su familia. Dedicada a su casa y a su trabajo como catequista. Pese a que desde que se casó tuvo que dejar de trabajar para dedicarse al cuidado de su familia. Una vez

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viuda, tuvo que luchar para poder sustentar su hogar, teniendo que trabajar para poder subsistir con dignidad. Pese a eso, siempre tuvo tiempo para realizar sus actividades pastorales: catequista pre-bautismal, encargada (junto a la hna. Cristina) a coordinar los talleres parroquiales y, uno de sus trabajos más queridos, la acción penitenciaria, visitando constantemente a sus “presos” en la cárcel, como ella cariñosamente les decía. Con mucha responsabilidad realizó cada una de las actividades que se le encomendaba, como la catequesis del Instituto de Menores de Concepción, trabajos en la comunidad de Punta de Parra, junto a la sra. Eliana Acevedo y, además, las Misiones Parroquiales. No sólo se le recuerda en el aspecto de la Iglesia. También entregó un testimonio de vecina ejemplar en su entorno, caracterizándose como una persona muy conciliadora y dada a socorrer a los demás. De un gran espíritu samaritano. A la hora que fuera, con o sin lluvia, sin pensarlo salía en silencio y con una sonrisa a ayudar a quien lo necesitara. Así, se dedicó a cuidar con alegría y entrega a su suegra, por más de dos años, víctima de cáncer, a su esposo tres años y a su amiga Irma Burgos, quien vivió postrada por más de dos años; además de muchos enfermos que visitaba para darle un aliento. Muchos son los testimonios que hablan de su vida, tanto en la Iglesia como en lo personal. Sus hijos agradecen a Dios por esta gran mujer, que les inculcó el amor a Dios y a su Iglesia; les entregó su humildad, paciencia y fe en Dios y María, a quien amó de verdad. Como todo ser humano, cometió errores, pero tuvo la capacidad de levantarse y caminar con alegría. En el verano de 2003, sintiéndose muy enferma, fue ingresada de urgencia en el hospital Regional de Concepción, donde le diagnosticaron Cáncer Biliar, padeciendo esta enfermedad por más de 8 meses, aceptando este calvario con mucho amor, son quejarse de sus dolores, ofreciéndose por los misioneros. Muchas personas la visitaron y con sorpresa fueron testigos de la alegría con la que aceptaba su dolor. El 02 de octubre de ese año llamó a sus hijos junto a sí y, les dijo: El Señor viene a buscarme ¿quieren que vaya? Todos guardamos silencio y, solo Pedro respondió: Hiciste todo lo que tenías que hacer… si es su voluntad, váyase. En ese instante entró en coma y, el lunes 05, al son de las campanas del ángelus, con su usual sonrisa, entregó su alma. Hasta el día de hoy, vecinos y feligreses recuerdan la persona de la tía María. Ella sigue viviendo en la memoria colectiva de la gente.

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Memoria agradecida Parroquia La Purísima – Lirquén

Pbro. Francisco Valenzuela Venegas Nacido el 02 de Octubre de 1910 en Chillán Viejo, hijo de Flavio Valenzuela y María Emilia Venegas, fue el tercero de seis hermanos. De niño aprendió de su padre el santo temor de Dios, el respeto a la Iglesia y el amor a nuestra madre María. Siguiendo su vocación, ingresó al Seminario Conciliar en 1924, para ordenarse sacerdote el 19 de diciembre de 1936. Antes de la llegada del Padre Francisco Valenzuela, Lirquén contaba con su templo ubicado en el predio de la familia Larraín, quienes habrían traído la imagen de la Virgen María por el año 1800, imagen que nos acompaña hasta hoy. El templo sólo se abría para la novena de la Virgen, que culminaba con la festividad de la Inmaculada Concepción, el día 8 de diciembre y, para la misa dominical que oficiaban sacerdotes que venían de la ciudad de Penco. En marzo de 1942 llegó al pueblo minero de Lirquén como Capellán. Recibido en ese entonces por algunas señoras del pueblo y sus numerosas familias, así comenzó la evangelización de este pueblo. En 1945 la comunidad católica de Lirquén fue constituida parroquia, siendo el padre Francisco Valenzuela su primer párroco. Con su llegada, los lirqueninos contaban con misa diaria y las celebraciones sacramentales que necesitaban. Cuando ya contaba con una buena cantidad de feligreses, formó los movimientos apostólicos como la Acción Católica y el Aspirantado, tanto de jóvenes como de señoritas por separado, como era la usanza de la época. Los niños eran recibidos y atendidos sin importar si eran hijos de familias evangélicas o católicas, decía “no son niños evangélicos, son solo niños, sin apellido”. Dictaba clases de Religión y de castellano en la escuela parroquial fundada por él mismo. Recordado por la comunidad por las películas que ofrecía y que proyectaba en la que era la casa parroquial, todo un adelanto para la época. También estaba bajo su administración la cancha deportiva, conocida hoy como “la cancha del cura”, que no dejaba que la ocupasen aquellos que no habían venido al catecismo y a la misa. Como un atisbo de lo que sería hoy una Comunidad Eclesial de Base, las familias de los trabajadores de la Fábrica de Vidrios Planos (Vipla), se organizaban para participar en su parroquia y contaban con una misa de vez en cuando celebrada por el párroco en la plaza del sector. Lirquén crecía y el Padre Francisco, en su calidad de representante de Cristo y de la Iglesia, participaba de los grandes hitos del pueblo, como fue la inauguración de la escuela y del Sindicato de Trabajadores de Vipla, que contó con la participación del Obispo. También estuvo presente cuando se instaló la primera piedra del Hospital de Lirquén en 1945, en presencia del Presidente don Gabriel González Videla. Acompañó la vida del pueblo de Lirquén en todas sus instancias, teniendo una fuerte influencia en el doloroso proceso de conversión económica del pueblo, cuando las minas de

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carbón fueron cerradas; promovió ollas comunes, logrando igualmente una comunión del pueblo sin distinción de creencias religiosas. Se caracterizaba por ser un hombre de carácter fuerte, respetuoso y acogedor, de corrección fraterna y de una profunda vocación de servicio. Disponible las 24 horas del día, era solicitado por sus feligreses para la bendición de casas, lanchas y artilugios de pesca. Lirquén fue su casa por 51 años, durante ese tiempo sembró el Evangelio en hombres y mujeres por más de tres generaciones. Suscitó entre ellos una gran piedad mariana, que hasta el día de hoy se refleja en la tradicional solemnidad del 8 de diciembre, “La Purísima”, a cuya fiesta acuden cada año, más de 10.000 peregrinos a honrar a la madre de Dios. El domingo 28 de marzo de 1993, celebra la Santa Misa por última vez, en calidad de párroco de Lirquén, así se despide de su querida parroquia. El domingo 11 de marzo de 2007 parte a la casa del Padre, dejando su legado de entrega a sus hermanos, por amor a Dios y a María Santísima.

Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora del Carmen – Penco

Escida Yolanda Sabelle Jara Fue fundadora de la Comunidad “El Rosario” ubicada entre las calles O’Higgins, Yerbas Buenas y Alcázar, incluye calle las Heras y también Villa Penco. En sus inicios era un grupo pequeño que se reunía a rezar el Santo Rosario, invitados por la señora Escilda siempre en su casa. De a poco fue integrándose más personas y motivadas por la próxima venida del Santo Padre Juan Pablo II y por ir a su encuentro en Concepción, surge el deseo de seguir compartiendo la fe y se forma la Comunidad El Rosario. Con una Eucaristía precedida por el Padre Julio Pinto, el día 30 de Abril de 1987. La señora Escilda fue su primera animadora, ella nació el 29 de Febrero de 1929, desde su niñez estuvo muy comprometida con Iglesia, fue miembro de las Juventudes Católica, 18 años fue Catequista, Misionera Rural, una de las primeras Ministras Extraordinarias de la Eucaristía, fue miembro activo de la Cofradía a la Virgen del Carmen, durante la visita del Santo Padre a Concepción fue designada Guardia Papal. Ella fue una persona fiel servidora del Evangelio, siempre dispuesta a ayudar a quien la necesitara, humilde, sencilla y generosa. Falleció el 29 de Agosto de 2006 a la edad de 77 años.

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Memoria agradecida

Parroquia Nuestra Señora del Carmen – Penco Silvia del Carmen Quezada Cabeza Nació el 27 de Octubre de 1942, estudio en la Escuela Nº 28 de Niñas de Concepción y en el Instituto Superior de Comercio de donde se titulo como Contador General. Casada con don Efraín Aguayo Castillo, unión de la que nacen dos hijos: Cecilia y Mauricio, este último Sacerdote Diocesano. Cuando sus hijos ya estaban grandes ella vuelve al trabajo profesionalmente en la Universidad de Concepción. Su vida parroquial comienza con la catequesis familiar de su hija y luego de su hijo. Adquiriendo luego compromisos pastorales. Al ver su compromiso con la Iglesia, el Párroco de esos años Padre Jorge Fajardo conversa con la Madre Dolores, monja del Sagrado Corazón y se le pide hacerse cargo de la Asesoría de los Jóvenes A.C.N., se sorprende de esta petición pero como a cada cosa en su vida lo toma como un desafío. En el año 1987 siendo párroco el Padre Pedro Arregui, y por la próxima visita del Papa Juan Pablo II le solicita ser Ministro Extraordinario de la Eucaristía para la misa que se realizara en Club Hípico, accede a esta petición pero solo para este evento, ya que no se siente digna de ese honor. Acompaña a su esposo en el Consejo Parroquial en representación del Consejo Económico, ayuda además en la organización de la CALI. Durante la década de los ‘80 sufre de la temible enfermedad del cáncer mamario, al cual le gana por algún tiempo la batalla, lamentablemente en los años ‘90 sufre una recaída del cáncer que ahora se manifiesta en columna y cadera, sale adelante nuevamente pero ya su fuerza empieza a decaer pero de igual manera da formación espiritual a los integrantes del grupo Cargadores del Anda de la Virgen del Carmen. Ella fallece un día 02 De Diciembre del año 2002, dejando en la comunidad y en todas las personas que le conocieron su gran amor, servicio y misión a la Iglesia.

Memoria agradecida Parroquia Divino Redentor – Penco

Pedro Arregui Recodo Sacerdote Redentorista, de sonrisa contagiosa y amorosa, que se caracterizó por su entrega pastoral en la comunidad del Divino Redentor de Penco. A pesar del poco tiempo, (un par de años) que estuvo como reemplazante del párroco que se encontraba fuera del país. Misionero, generoso, humilde, ejemplo de vida de fe permanente, lo daba todo aunque quedara sin nada. Lleno de espiritualidad la cual irradiaba a través de su manera de ser ganándose el corazón si no de todos. De la gran mayoría.

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Dispuso de su vida para defender la vida de su prójimo, lo cual recordamos a propósito de los difíciles e históricos momentos que vivió nuestro país. En ese contexto a pesar de tener una posición definida frente a lo que ocurría en nuestra patria, fue capaz de mantener diálogo y amistad con personas de todos los sectores, situación que lograba al relacionarse con las personas sin prejuicios, sin descalificaciones y mostrando una gran comprensión por todos. Recordado por su ayuda a los pobres, a los mendigos de la calle, trabajó incansablemente por construir un hogar para la rehabilitación de enfermos alcohólicos y la droga; obra que no alcanzó a ver terminada, pero que hoy podemos conocerla en la comuna de Penco. Apoyó a los jóvenes con dificultad económica en la búsqueda de padrinos para permitirles realizar sus estudios. Gran guía espiritual para los seminaristas, que en la actualidad ya son sacerdotes (Pbro. Mauricio Aguayo y Pbro. Luis Camacho). De gran celo pastoral, se preocupó por fortalecer a las comunidades eclesiales de base ayudando en su unidad y en sus necesidades y en la construcción de la Capilla San Pablo-Villa Universitaria. El P. Pedro, nació en Santiago el 3 de enero de 1916, en el seno de una familia profundamente religiosa, católica, de la parroquia, nuestra Señora del Perpetuo Socorro, la Basílica Redentorista, del barrio Club Hípico de Santiago. Después de haber experimentado la vida laboral, decidió ingresar a la Congregación del Santísimo Redentor C.Ss.R; instituto fundado por san Alfonso María de Ligorio, para evangelizar a los más pobres y abandonados, en el reino de Nápoles, hoy parte de Italia. Podríamos decir, que el llamado al sacerdocio y vida religiosa en el P. Pedro, responde a lo que hoy llamaríamos una vocación tardía, pero en justicia de una riqueza profética y en perfecta consonancia con el carisma del fundador, ya que en todo momento estuvo comprometido con el mundo de los pobres y víctimas de la injusticia. Volviendo atrás profesó sus votos de religioso: pobreza, castidad y obediencia, el 2 de febrero de 1945, cuando tenía 29 años; y fue ordenado sacerdote el 17 de diciembre de 1949 a la edad de 32 años. Después de una larga enfermedad, en que nunca perdió la fe en una milagrosa sanación, dejó este mundo a la edad de 86 años el 3 de enero de 2002.

Memoria agradecida Parroquia Divino Redentor – Penco

Viviano Rojas Una persona muy correcta, de trato afable, cariñoso y alegre, muy humilde. Casado por más de 40 años, hizo sentir su compromiso con la comunidad.

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Fue un testimonio de vida cristiana, muy creyente y responsable en las actividades que asumía. Se entregó incansablemente para mantener la vitalidad espiritual y de acción en la comunidad parroquial Divino Redentor. Obediente y fiel a la iglesia, brindó apoyó a los párrocos que dirigieron en la comunidad. Fue también un testimonio de fe y de conversión a través de su enfermedad. Desempeñó su labor como Ministro extraordinario de la comunión, visitó y apoyó espiritualmente a los enfermos, además se desempeñó dentro de los servicios de la palabra como lector y animador, fue catequista y apoyaba a las comunidades en la celebración de la liturgia.

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Memoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria Agradecida

Decanato Decanato Decanato Decanato El CarbónEl CarbónEl CarbónEl Carbón

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Memoria agradecida Parroquia San Juan Evangelista – Lota Bajo

Ersobia Galindo Carrillo Nació en Arauco el 7 de octubre de 1954, hija de José Galindo y de María Francisca Carrillo, fue bautizada el 13 de noviembre de 1955 en la parroquia de Arauco. A los 7 años hizo su primera comunión en la parroquia San Matías Apóstol de Lota Alto, ciudad a la que llegó a vivir junto a sus padres y hermanos. En 1979 inicia su trabajo al alero de la asunción como secretaria pastoral de la Parroquia San Juan Evangelista, laica comprometida ciento por ciento, participó en la catequesis de niños, pastoral juvenil, pastoral de novios, charlas de bautismo, acompañó en las misiones a los jóvenes Jesuitas dando inicio a la comunidad Nuestra Señora de Guadalupe de fuerte viejo y fue pionera del CEVA (Comunidad de vida Asuncionista). Su vida entera estuvo ligada a los trabajos pastorales, de formación y ayuda fraterna, fiel colaboradora de la Asunción hasta su pascua; tímida, sencilla, cariñosa y muy devota a la Virgen, amante de las plantas, mano derecha de los sacerdotes, austera y muy profunda en sus pensamientos y vida espiritual, manifestada en el amor a Jesucristo a María y a la Iglesia. A pesar de su contextura frágil, fue el puntal espiritual de su hogar y de la comunidad cristiana. El Señor la llamó abruptamente un 15 de diciembre de 1988 a la edad de 33 años, en su lápida quedó impreso el signo ATR (Venga tu Reino) y la frase “Asuncionista de corazón.”

Memoria agradecida Parroquia San Juan Evangelista – Lota Bajo

R.P. Francisco De Croze D’Argouges Nació el 15 de Junio de 1934 en Angers Francia, hijo de Henri de Crozé de Clesmes y de Colette d’Argouges, fue bautizado el 18 de junio de 1934 con el nombre de Francois Robert Marie Joseph Anne. Su primera profesión religiosa la hizo el 19 de octubre de 1954 en Pont-I’Abbé Francia, y fue ordenado sacerdote el 18 de marzo de 1961 a los 27 años de edad. Llegó a Chile el 6 de noviembre de 1961 asumiendo las Vicarías de las Parroquias de Lourdes, hasta el año 1962 y luego la Parroquia de Rengo hasta el año 1973 siendo responsable de las comunidades rurales. De 1974 al 1980 fue Superior, Párroco y Rector del Santuario de Lourdes de Santiago. En 1981 llega a Lota como Superior y Párroco de las parroquias San Juan Evangelista y Matías Apóstol de Lota Alto y Vicario Episcopal de la Zona del Carbón.

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De estatura alta y fornida, de carácter fuerte, pero cercano a la gente, a través del trabajo de la catequesis y de Jupach, estuvo siempre muy cercano a los jóvenes, quienes lo buscaban para que él les diera un fuerte apretón de manos, gesto que lo caracterizaba, o en los campamentos a la hora del baño, en donde innumerables niños hacían cola a su alrededor para que los levantara y tirara al agua. De un trabajo pastoral didáctico, en donde siempre estuvo presente el cuento o la dinámica con el cual conectar el evangelio y hacerlo más atractivo y comprensible a los niños y niñas, dedicado a enseñar y entregar lo que sabía, correcto, cuidadoso y fraterno pastor. Luchó para que la Escuela Parroquial volviera a estar nuevamente en manos de los Asuncionistas. Trabajador incansable en el acompañamiento de las comunidades eclesiales de base, agrupó a las denominadas “comunidades chicas”, dándoles participación en el Consejo Parroquial y dio inicio a las misiones en el cementerio. El día 3 de febrero de 1992 a la edad de 57 años, encontró su Pascua en las aguas del mar de Colcura, donde pasó a refrescarse luego de participar de una Jornada de Jupach en Laraquete. Hoy en su memoria, la escuela Parroquial lleva su nombre, Escuela Básica “Padre Francisco de Crozé”. Y en su himno la escuela canta “…y en memoria de un buen Padre Asuncionista te llamamos hoy Francisco de Crozé.” “Venir a Chile era para mí aceptar vivir y trabajar en medio de los más pobres; vivir en Lota es realizar esta opción, aceptarla sencillamente…Vivir en este ambiente pobre no es un acto heroico ni romántico, simplemente es aceptar esta vida tal cual es, tal como la aceptan ellos mismos los habitantes de Lota.” (P. Francisco de Crozé, marzo de 1991.)

Memoria agradecida Parroquia San Juan Evangelista – Lota Bajo

Rosa Elena Molina Bochett Nació el 14 de agosto de 1912 en Lota, casada con don Pedro Gutiérrez y madre de dos hijos: Pedro y Maruja. La piedad fue uno de los dones que ella más practicó, una mujer de misa diaria, viviendo muy cercana de Jesús a través de la Eucaristía. Socia perseverante del Sagrado Corazón desarrollando a través de esta sociedad una labor misionera, siempre invitante y acogedora para atraer nuevas socias, visitándolas en su domicilio, amaba esta hermandad y nutría su espíritu en la adoración al Santísimo. Fiel e incansable “Bernardita”, colaboraba en la promoción de la revista El Eco de Lourdes, la cual entregaba personalmente en el domicilio, manteniendo de esta manera un contacto personal con quienes recibían de sus manos esta publicación religiosa. Otra de sus preocupaciones era el Cerro de la Virgen, siempre pendiente de que este lugar estuviera

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limpio, cercado y bien presentado, que fuera un lugar digno para la oración y encuentro con nuestra madre María. Mujer de profundas tradiciones religiosas, difícil para ella asumir los cambios sufridos por la Iglesia en el Concilio Vaticano II, sin embargo, fue más fuerte la fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Laica comprometida, pilar importante en el equipo humano que trabajó para la reconstrucción de este templo, luego del terremoto de 1960. La conocimos solidaria, atenta a las necesidades materiales, pero especialmente a las necesidades espirituales, proyectó su vocación cristiana en el servicio a los enfermos en la institución de las Damas de Rojo. Más de una vez hizo cenas para recaudar fondos los que entregaba en ayuda de la Pastoral Juvenil. En sus últimos años, cuando ya no estuvo presente entre nosotros, nos acompañó con su oración. Reconocemos en ella la práctica de las tres virtudes teologales, la fe, la esperanza y la caridad. Falleció a la los 95 años, el 3 de junio de 2007.-

Memoria agradecida Parroquia San José Obrero – Schwager

Hna. Marta Raveau Viancos Nació el 27 de agosto 1917 en Valparaíso. La congregación del Sagrado Corazón del Apostolado Popular llegó a Schwager, más o menos en el año 1942. La Hermana Marta y la Hna. Gabriela Ortuzar, llegaron a Evangelizar al pueblo minero, misionando casa por casa, muchas personas recibieron sus sacramentos. Ellas recibieron por parte de la carbonífera Schwager en ese tiempo una casa para realizar labores manuales, llegando a tener 15 cursos de capacitación de la “Mujer Obrera”. Luego se trasladaron al recinto, hasta que la C.I.A le entrega en comodato el local Departamento #25 por 50 años, para la evangelización y capacitación de las mujeres mineras. Ella acompaño formando catequistas, grupos juveniles, grupos de matrimonio y comedor de niños, luego siguió el comedor de adultos que hasta este momento sigue la labor. Ya el primero de mayo de 1998 la hermana Marta recibe por parte de la Ilustre Municipalidad de Coronel un Homenaje por su esforzada tarea en la zona del carbón. “LÍDERES DE SIEMPRE”. Hermana Marta Raveau, fue para cada uno de nosotros un referente de esfuerzo y tesón incluso muchas veces frente a la adversidad con el cierre de las minas del carbón.

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Hermana Marta nos acompaño por 50 años en nuestra parroquia dando siempre lo mejor de sí, y evangelizando siempre. Nos acompaño hasta que la congregación por razones de salud la llamo a la casa central de Concepción. El 16 de agosto celebra sus Bodas de Diamante (75 años de vida religiosa). Fallece un 13 de febrero de 2009.

Memoria agradecida Parroquia San José Obrero – Schwager

María Hormazabal Toledo La comunidad de la capilla “Sagrado Corazón de Jesús” de la Colonia escogió a la señorita María por la gran labor dentro de la Comunidad. Nació el 25 de julio de 1925, en la población de la Colonia. Su padre fallece en un accidente laboral en las minas. Desde su niñez fue educada en la fe católica mostrando siempre el interés de amar a Dios y trabajar por El. Fue catequista, tanto de niños como de jóvenes para que recibieran sus sacramentos. Fue una de las fundadoras del grupo de oración del “Sagrado Corazón de Jesús” de la comunidad de la Colonia el 16 de Febrero de 1957. Era una mujer llena de espiritualidad que transmitía algo muy especial al hablar con ella porque siempre tenía una palabra acertada y llena de sabiduría. En la Colonia, donde ella vivía, todos la respetaban a pesar que era una población complicada. Veían en ella una mujer de una profunda fe y con un don muy especial: Era buscada para que le rezara a los niños y guaguas que se sentían intranquilos o enfermos. Llegaban a ellas católicos y evangélicos, creyentes y no creyentes. La señorita María falleció a los 81 años, el 5 de julio de 2007. Fue despedida con mucha pena, pero seguro que ella era una santa mujer de Dios.

Memoria agradecida Parroquia San José Obrero – Schwager

Peter Crorkan Healy Nació en Aiy, Escocia el 21 de febrero de 1931. Titulado de Ingeniero de Minas en 1953. Trabajo en las minas de Escocia, posteriormente en Chile, siendo jefe de minas en la carbonífera y fundición Schwager, y también en la mina Chiflón Puchoco. Con la fusión de las carboníferas de Lota y Schwager en 1964, fue nombrado como superintendente de

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minas en Schwager y Lota. Con la formación de ENACAR en 1971 fue nombrado Sub Gerente de operaciones hasta octubre de 1991. Don Peter Crorkan fue casado con la señora Patricia Tait Gigson, juntos tuvieron 7 hijos, todos radicados en Chile. Fallece el 6 de junio de 2008. Para nuestra comunidad don Peter fue siempre una persona sencilla y humilde, respetuosa de cada persona, ya fuera autoridad u obrero. Siempre mostró un especial interés por la cultura minera y su gente, siempre atento a las necesidades de la comunidad eclesial. Sin duda ha sido para nuestra comunidad un “Ejemplo” a seguir, un excelente cristiano con grandes valores éticos y cristianos. También fue en nuestra comunidad un benefactor; realizó una gran donación litúrgica (un valioso cáliz con su patena) y siempre aportó económicamente en cada una de las necesidades de la parroquia con su gran generosidad que lo caracterizaba. Sin dudar un “Hombre de Dios”.

Memoria agradecida Parroquia Familia de Nazareth – Lagunillas

Rosa Alarcón Correa Nació el 1º de diciembre de 1936, casada con don Aladino Barra Zapata, tuvo 7 hijos. La señora Rosa es conocida de Puchoco Schwager, donde inicio sus primeros servicios a la iglesia de esa localidad. También colaboró como monitora de costura en el Apostolado de Schwager, lo hizo por muchos años. En noviembre de 1980, se mudó de residencia a la Población Lagunillas 3, integrándose a la entonces capilla Maria Auxiliadora, ingreso a un taller para enseñar lo que sabía. Después siendo parroquia (la capilla) trabajo con más afán junto al Padre Rafael. Fue una persona de bajo perfil, de trabajo silencioso, abnegada, humilde, siempre preocupada de las labores más pequeñas de la iglesia, pero a la vez importantes, todo lo hizo sin esperar reconocimiento. Trabajó sin alardear en silencio con alegría disfrutaba de lo que hacia, jamás una queja, siempre dispuesta. El día anterior a su fallecimiento estuvo (como siempre) arreglando las flores, los manteles con alegría y dedicación, haciéndolo por el Señor, con amor a la Iglesia. Falleció el 3 de diciembre del 2007.

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Memoria agradecida

Parroquia Familia de Nazareth – Lagunillas Antonio Reyes Sáez Nació el 3 de mayo de 1942, en la ciudad de Lota, casado con la señora Maria Gladis Asenjo Vivas, tuvo 3 hijos. 40 años de matrimonio. Don Antonio junto a su esposa realizó su trabajo en la parroquia de Lota. En 1982, ya viviendo en Lagunillas se integró en ese tiempo lo que fue la capilla Maria Auxiliadora. El Padre Roberto le envía a hacer el curso de ministro extraordinario de comunión el que duró 6 meses realizando esta labor hasta poco antes de fallecer. Cuando la Capilla pasó a ser parroquia en 1994, el Padre Rafael Samper lo nombra Tesorero de ésta. Donde desarrollo su tarea con amplitud fue en la capilla Juan Pablo II de Escuadrón. Allí realizó la catequesis de primera comunión. Los domingos realizaba la Liturgia, estaba siempre presente y preocupado de esta comunidad rural. Falleció el 9 de marzo 2005

Memoria agradecida Parroquia Sagrado Corazón de Jesús – Villamora

María Petronila Vega Alarcón Nació el 17 de septiembre de 1894 en la ciudad de Cañete. Sus padres fueron don Víctor Manuel Vega y doña Palmenia Alarcón los que trajeron al mundo siete hijos de los cuales María Petronila fue la mayor. A los 26 años contrajo matrimonio con don Leonidas del Carmen Quezada Martínez. De su matrimonio nacieron cuatro hijos más un pequeño que con generosidad adoptaron. De sus hijos nacieron veintidós nietos, treinta y siete bisnietos y tres tataranietos. Sus hijos han seguido la enseña de fe y amor que con constancia vivieran doña María y don Leonidas. Recordamos a la señora Petita por su gran alegría y el testimonio de amor que entrega a cada persona que la conoció, especialmente a su familia. La recordamos también por la vivencia de los valores cristianos que, junto a muchos hermanos, puso al servicio de la Iglesia trabajando con el presbítero Jorge Jiménez Valdebenito. Formó parte de la Legión de María y se caracterizó por su gran amor al Santo Rosario. En su casa se rezaba esta oración en dos piezas que ella generosamente cedió para este propósito. Realizó catequesis de niños. Recibió en su casa los misioneros religiosos y seminaristas que venían en el verano. Mientras se construía el templo su casa recibió la celebración de la Santa Misa y la reserva del Santísimo Sacramento. La señora Petita, junto a la Legión de María, trabajó incesantemente por la construcción del templo hasta que, con la ayuda del padre Bernardo

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Herault, se terminó el templo de la comunidad que recibió el nombre de san Francisco de Asís en la población Berta. Al recordar a la señora Petronila queremos dar gracias a Nuestro Señor Jesucristo y a la Santísima Virgen María porque nos regaló a esta hermana por 87 años. De ella recibimos, cada día, una enseñanza de amor a Dios, de fe y de esperanza para salir adelante. Por su generosidad en transformar su casa en la “casa de Dios” y de los “hermanos” y por su gran generosidad hoy agradecemos a Dios.

Memoria agradecida Parroquia Sagrado Corazón de Jesús – Villamora

Abelardo Mardones Palma Don Abelardo nació el 25 de marzo de 1935. Se casó con doña Ana Santander. Dios les regaló seis hijos. Su compromiso con la naciente comunidad Inmaculada Concepción de la población Camilo Olavarria fue muy significativo. Desde su llegada a la comunidad por el año 1971, se desempeñó como tesorero de la comunidad, colaborando en la organización de diversos beneficios en vistas a la construcción del templo que albergaría la presencia de Cristo y sería un espacio para el encuentro comunitario y de profunda oración. Fue también ministro de la Santa Eucaristía y miembro activo del grupo de oración de la comunidad. En sus años de servicio colaboró muy estrechamente con los distintos párrocos, estando siempre dispuesto a realizar el servicio que se le pidiera. Abelardo fue muy querido por todos, tenía un carisma especial. Tenía muy claro la importancia de los niños para la vida comunitaria y procuró siempre que fueran acogidos. Abelardo, después de una dolorosa enfermedad, dando testimonio de fe y esperanza hasta el final, partió a la casa de Dios el 05 de mayo de 1987. Agradecemos a Dios por su paso entre nosotros, por su entrega y generosidad y por su fe y amor profundo a Nuestro Señor y a nuestra querida Madre la Virgen María.

Memoria agradecida Parroquia Sagrado Corazón de Jesús – Villamora

Pablo Vizcarra Arteaga Nació en 1918. Don Pablo Vizcarra poseía virtudes que denotaban su condición de cristiano ejemplar y éstas las vivió demostrando amor y derrochando entusiasmo.

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Durante sus 80 años de existencia (partió a la casa del Padre en 1999), este minero de Lota, que miró la vida desde las entrañas de la tierra, por su condición de trabajador en los piques de carbón, en los que se desempeñó por más de 40 años, se caracterizó por ser un hombre de Dios y un cristiano en todos los sentidos; con una fe muy firme y viva, siempre dispuesto a servir , dando ejemplo de paciencia en sufrimientos, dedicación en sus servicios y, en general, viviendo de manera sana y santa. Este hombre dedicó su vida al servicio de Dios educando a muchas personas de distintas comunidades y una de sus virtudes era escuchar a toda persona no importando edad ni religión y aconsejarlo para bien. Esa firmeza en sus convicciones hizo que se dedicara con entusiasmo a preparar a niños que recibirían su Primera Comunión. Y precisamente esa manera de ser y de entregarse a los demás, ya sea como ministro extraordinario de comunión o de bautismo, entre otros servicios que ejerció con cariño y de manera abnegada le valieron el aprecio de quienes lo conocieron. Tanto fue así que la capilla de su sector lleva el nombre de San Pablo, en honor suyo. Por ello, cada una de sus actuaciones tuvo el sello de la virtud. Fue también un destacado y correcto dirigente, con una generosidad poco vista, que además perdonaba de corazón cuando alguien lo ofendía. En este sentido y en cuanto a la profesión de fe, resaltó que este cristiano ejemplar supo escuchar a Dios por medio de sus pastores, a la vez que fue muy sólido en los fundamentos doctrinales de la devoción católica, lo cual le permitió hacer un buen trabajo formativo en su comunidad eclesial de base. Su vida también tuvo una dimensión misionera y siempre se veía caminar por las calles de la población, visitando a los enfermos, a quienes evangelizó y les animó a descubrir el sentido cristiano del sufrimiento y de la enfermedad. Además se caracterizó por estar en constante oración y por su devoción a la Santísima Virgen. Otra enseñanza que don Pablito nos dejó fue la de honrar el matrimonio, del que nacieron 13 hijos. Gracias damos a Dios por la vida de este cristiano ejemplar que nos anima a ser siempre fieles a Dios a favor de nuestros hermanos.

Memoria agradecida Parroquia Sagrado Corazón de Jesús – Villamora

Hna. Benedicta Prado Martínez, Misionera Catequista de Boroa Nació en Máfil el 08 de julio de 1934. Sus padres fueron Andrés José Prado y Rosa Sabina Martínez que junto con la hermana formaron una familia que dio el fruto de nueve hijos. Fue bautizada el 20 de julio de 1934 y recibió la Confirmación el 08 de diciembre de 1943 en la ciudad de Villarrica. En 1958 ingresó al Postulantado con la Hermanas Misioneras Catequistas de Boroa. El 17 de febrero de 1959 pasó al Noviciado. Su primera profesión la

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realizó el 15 de febrero de 1960, realizando sus votos perpetuos el 17 de febrero de 1966. La hermana Benedicta partió a la Casa del Padre el 31 de octubre de 2009. Para la comunidad, la hermana Benedicta fue un ejemplo de servicio, que realizaba con generosidad y alegría. Se entregó con gran abnegación a la visita de los enfermos, brindándoles ánimo y recetando algunos remedios caseros. Siempre cercana y cariñosa mostró preocupación por todos desde los niños hasta los adultos mayores, que acompañaba con su servicio. Fue una religiosa paciente y muy humilde, siempre dispuesta a entregar el mensaje del Señor con alegría y nunca se hizo el tiempo para ella misma, debido a que prefirió siempre buscar el bien de su prójimo. Agradecemos a Dios por su pasó entre nosotros en la parroquia del Sagrado Corazón. Agradecemos por su servicio a Dios y su entrega a los hermanos. Gracias por su disponibilidad, por su disposición a escuchar y por los consejos que siempre nos dio y que nos acercan a nuestro buen Jesús.

Memoria agradecida Parroquia San Pedro – Coronel

Pbro. Alfredo Salgado Gatica Conozcamos la vida de nuestro ex párroco (Q.E.P.D) Padre Alfredo Salgado Gatica: Nació en Pehuén, una localidad rural cerca de Lebu. Llegó al Seminario de Concepción gracias a la influencia del padre Ramón Ponti. A los 25 años, ya sacerdote llegó a Schwager en 1940, y por 20 años desarrolló una gran labor pastoral. Entre sus primeras obras está: la construcción de la iglesia parroquial de Schwager. Sus principales desvelos fueron los mineros y sus familias. En la Colonia logró la construcción de la capilla que aún funciona allí. Muchas obras se recuerdan especialmente “colonias escolares en El manzano de Santa Juana”, comedores populares para niños necesitados en el apostolado de Schwager, y campamento tricolor chileno para escolares en Quillón que aún permanece en dicho lugar. Una de sus obras más recordadas creó la “juventud obrera católica” (JOC). En el año 1960 llegó trasladado a la parroquia San Pedro de Coronel, permaneciendo 18 años en ella. Construyó capillas como la de Lo Rojas, y Corcovado. En 1955 hizo clases de religión en el liceo de Coronel. Se caracterizaba por ser muy alegre, bromista, a veces serio. En el año 1954 creó el liceo vespertino Pío XII cuyo propósito era entregar enseñanza a jóvenes y adultos. También tuvo que enfrentar episodios tristes por ejemplo: despedir los restos de los mineros fallecidos en las explosiones del gas grisú, también la crisis de 1947 en el cual muchos feligreses fueron deportados a Pisagua, enfrentó las grandes huelgas de los mineros, recorría las calles de Concepción recolectando víveres para los obreros.

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Así era el padre Salgado, activo, siempre cercano a su pueblo. Se le recuerda compartiendo sus bienes, su ropa, las cosechas de un fundo familiar. En 1978 fue trasladado a Yumbel, su salud estaba muy debilitada y falleció el 22 de noviembre de 1984. Todo Coronel conoció su estampa de cura comprometido con el evangelio de nuestro Señor Jesucristo, y haciendo suyo su amor por los pobres y humildes. El consejo municipal de Coronel testimonió su reconocimiento dando al parque ubicado en el acceso norte de la ciudad, sector Lagunillas el nombre de padre Alfredo Salgado Gatica. Un justo homenaje a un gran hombre, un gran sacerdote.

Memoria agradecida Parroquia San Pedro – Coronel

Juanita Rodríguez Carriel Conozcamos a una hermana en la fe, señora Juanita Rodríguez Carriel, nació el 11 de septiembre de 1921, al llegar la hermosa primavera. Sus padres fueron Emilia Carriel Arévalo y Gilberto Rodríguez Ponce. Casada con don Gumersindo Rivera Araneda y madre de cuatro hijos María, Luis, Jaime (Q.E.P.D) y José el más pequeño y actualmente sacerdote al servicio de Dios. Fue abuelita de cuatro nietos Anita María, Luis Mauricio, Cristian Rodrigo y Francisco Javier y sus bisnietos Carlitos, Ignacia, Antonia, Nicolás y Cristian. Juanita desde jovencita sintió mucha fe y amor por nuestro Señor, rezaba por lo menos 3 a 4 rosarios diarios y a mediodía rezaba el Ángelus. Apoyó a los sacerdotes en diversas actividades como fue ser presidenta de su querida AMAC durante 40 años. Junto con sus hermanas en la fe crearon comedores para los alumnos de enseñanza media. Visitaba enfermos y a reos en la cárcel que con su especial carisma lograba llegar a los corazones que necesitaban palabras de aliento, apoyo y fortaleza. Creó el primer taller de señoras en el año participar mujeres que deseaban crear con sus manos. Recorría poblaciones y cerros misionando a pie, no sentía frío ni cansancio porque todo lo realizaba con alegría y fe. En la comunidad de Corcovado ayudó junto a su esposo, ha el padre Alfredo Salgado y personas de buen corazón a construir la primera capilla en el sector. Juanita llevó la cruz de su enfermedad hasta que en el año 2003 le diagnosticaron un cáncer, al año después falleció, siendo para muchos una gran pérdida. Hasta el día de hoy la recuerdan con mucho cariño. Actualmente el taller de señoras de la comunidad de Santa Elena, lleva su nombre.

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En 1987 recibió la comunión de manos de su santidad Juan Pablo II en su venida a Chile. Finalmente recordemos a Juanita a través de sus sencillas Palabras: “Dios quiere que tu vivas para servir a los demás”.

Memoria agradecida Parroquia San Pedro – Coronel

Graciela Rivas Orellana Nació en Lota, el 15 de Diciembre de 1907, fueron sus padres don Abelardo Rivas y María del Rosario Orellana, tuvo 2 hermanos. El 1° de diciembre de 1927, contrae matrimonio con Carlos Alberto Jara Chávez, nacieron 9 hijos (María, Dorita, Jaime, Víctor Hugo, Sergio, Carlos, Rosendo del Rosario, Amandina y Eladio. Se trasladaron de la vecina comuna de Lota a vivir a Coronel, en el sector de Galvarino Rivero. Como su esposo era comerciante, instalaron en su hogar un negocio de abarrotes, Chelita ayudaba en la atención, aparte de sus labores de dueña de casa y sus actividades pastorales. Chelita, desde que llegó a vivir a su barrió llamó la atención de sus vecinos, el que siempre vistiera café el motivo para ello era lo siguiente, devota de la Virgen del Carmen le hizo una manda para que su hijo Víctor Hugo se mejorara de una grave enfermedad a las piernas. El niño sanó y con el correr del tiempo se convirtió en Sacerdote de la Orden de Los Franciscanos. Recorría el barrio visitando los hogares de las personas que necesitaban no sólo ayuda material, sino el consejo, la palabra, la oración y la compañía. El hospital y la cárcel la vieron llegar con su paso ligero, su calidez y cariño para con los enfermos y reclusos, resolviendo las carencias de los más necesitados. En su sector no había Capilla, el patio de su casa fue el lugar de encuentro para rezar la novena de la Virgen del Carmen y el Mes de María, surge allí la idea de tener una Capilla, junto a su esposo y su hermano en la Fe Gumersindo Rivera logran después de muchas gestiones que la familia Erratchou les done el terreno, el Arzobispado los apoya con recursos económicos, la Comunidad realiza beneficios y aporta la mano de obra para la ejecución y construcción de la primera Capilla de Galvarino Rivero. Dar a conocer la Palabra de Dios, llevar el mensaje de salvación a todos sus hermanos la transformaron en una misionera infatigable, María Fuentes, Marta Pacheco, Marcelino Vega, eran sus compañeros en esta gran misión visitando los hogares de los barrios y cerros de Coronel. El Señor la llevó a su lado el 02 de noviembre de 2007.

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Memoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria Agradecida

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Memoria agradecida Parroquia Dulce Nombre de María – Ñipas

Pbro. Gregorio Monederos Un recordado sacerdote que estuvo en nuestra parroquia como párroco hasta Abril del año 1963. Dejó una gran enseñanza de fe en Dios llevando su palabra a cada rincón donde iba, en esos años haciendo largos y extenuantes viajes a pie o a caballo desde la parroquia de Rafael hasta nuestra parroquia. Llevaba una vida de muchos sacrificios apoyando y evangelizando a sus fieles confiando siempre en la gran bondad y amor de Dios. Era español. Castellano. Nació en la histórica ciudad de Burgos, el año 1912. Ingresó muy joven a la orden de los Padres Trinitarios, donde hizo sus estudios de Filosofía. Se ordenó sacerdote en Chile en 1935. Ejerció su ministerio en diversos conventos trinitarios y en sectores rurales de Ñuble. El año 1958 fue enviado por sus superiores a servir en un colegio de La Habana, Cuba, donde estuvo cerca de un año. Fue en esa época cuando solicita al arzobispo de Concepción, don Alfredo Silva Santiago, incorporarse al clero diocesano. Así llega a ser Párroco de Ñipas. El padre Monederos, como le decían todos, vio arder su templo parroquial, quemada por un insano de la época. Dijo en esa ocasión, “No quedó nada. Todo se quemó. En esos días de profunda tristeza, la única ayuda que recibimos fue un dinero que reunió en una colecta la Parroquia de Cañete y que nos hizo llegar su Párroco: eran veinte mil pesos, o escudos, la moneda de entonces. Con esa cifra iniciamos la construcción de una nueva iglesia, la que pudimos entregar poco tiempo después a la comunidad”. Pidió ayuda a muchos fieles y autoridades de la época para lograr la reconstrucción. Él también construyó la casa y oficina parroquial que estaban en uso hasta el 27 de Febrero. Visitaba las casas, invitando a leer la palabra de Dios. Era un tanto gruñón pero muy paciente y tolerante. Se preocupó mucho de que los niños tuvieran la catequesis. Él tenía una forma distinta de ser santo, eso lo manifestó con una profunda fe en Dios, con un sacrificio y un trabajo constante, luchó toda su vida por lograr el bien para los demás a cuesta de una renuncia y sacrificio personal. En esa época todas las Misas eran en latín y se celebraban de espalda al público y como todos los sacerdotes de entonces, usaba sotana. Le gustó mucho nuestro país. Decía que España era un país de locos. La última vez que visitó su tierra fue al término de la guerra Civil española. El cura era una persona tímida y de gran sensibilidad y su dureza no era más que aparente: no era sino una coraza con la que él se cubría para defenderse. Algunos años más tarde, se enteró de que la iglesia de Cañete había sido destruida por el terremoto de Mayo de 1960 y le pidió al arzobispo de Concepción que le enviara a ese pueblo para cooperar en la reconstrucción de su Iglesia Parroquial y poder retribuir el gesto que los cañetinos habían tenido con sus hermanos de Ñipas. El día 31 de Diciembre de 1982 y por razones de salud se retira a la casa de reposo “Betania” de la iglesia, en Concepción. Falleció de cáncer el día 22 de Enero de 1984.

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Memoria agradecida Parroquia Dulce Nombre de María – Ñipas

Hna. Matilde Noella Su nombre de religiosa Mathilda Noella, su nombre de civil: John D'arK. Nació el 5 de abril de 1945 en Kumbakonam, India. Fue bautizada el 29 de Abril de ese año. Su padre fue Amal Samy Pillai y su madre Sandhana Mary. Entró al noviciado 30 de Mayo de 1965 a la congregación de las Salesas Misioneras de María Inmaculada motivada por el trabajo social especialmente hacia los leprosos, misión que realizo con ellos después de sus estudios de Kinesiterapia. En Kengeri India y sus primeros votos: el 30 de Mayo de 1967. Llegó a nuestro país en el año 1979 a la diócesis de San Bernardo donde profesó sus votos perpetuos el 7 de Diciembre de ese año. La conocimos el año 1991, cuando llego a nuestra parroquia. Desde ahí fuimos afortunados de tenerla cuando llego como un gran regalo de Dios. Cada persona puede dar fe del gran cariño que le tuvimos y de sentirnos afortunados de que compartir en todos los hogares que visitaba, tratando de solucionar cada problema motivando a niños y jóvenes para que se prepararan en los Sacramentos. A ella nunca le importo el calor, el frió, la lluvia el barro. Llegando a cada sector de a menudo a pie, ella siempre ahí con la gente que la quería haciendo honor a su “ser misionera”. Los fieles de la parroquia recuerdan con emoción sus acciones para ayudar en la rehabilitación de jóvenes alcohólicos; cabe destacar que durante ese tiempo uno de los jóvenes falleció por causa de un accidente, ella estuvo siempre acompañando y apoyando a la familia, y todos el que lo necesitara en momentos de aflicción, ya fueran motivos personales o familiares, no importando la reacción de las personas ya que algunas veces fue insultada verbalmente, pero esto engrandecía su vocación y le daba más animo y fuerza para seguir ayudando y orando por sus agresores. Podemos recordar la ayuda, compañía y preparación catequética que ofreció a una joven madre que padeció una larga enfermedad y lo feliz que se sintió cuando se confirmó. Preparó a jóvenes matrimonios para recibir el la Confirmación. Se preocupó siempre que los católicos ya fueran niños, jóvenes o adultos, tuvieran sus Sacramentos. Visitaba a los enfermos de nuestro pueblo y de comunidades para acompañarles y para llevarles la Comunión. Siempre con una sonrisa presente en su rostro. Colaboró con mucho ahínco en todas las actividades programadas para reunir fondos para la construcción de nuestro Hogar de Ancianos. Era de oración y meditación profunda. Siempre invitaba que asistiéramos a la Misa. Los jóvenes, adultos y ancianos hasta hoy la recuerdan con mucho amor. El día 9 de abril de 2000 fue la última vez que tuvimos contacto con ella mediante una carta que nos envió desde su país. En nuestra parroquia la hermana Matilde trabajo más directamente con las comunidades de Lomas Coloradas, El Centro, y Uvas Blancas en esta última fue la precursora de la construcción de su Capilla por lo que encabezó diversos beneficios y se llenó de gozo cuando Monseñor Bacarreza vino a bendecirla. Ya con un cáncer avanzado volvió a su país. Falleció en la India, su país natal el 20 de agosto del 2000, fiesta de san Bernardo. Hay muchas personas de nuestra parroquia que le rezan y piden favores y dicen que se los concede.

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Memoria agradecida Parroquia Inmaculada Concepción – Coelemu

Hna. Julia Teresa McCarthy Grinnon Nació el 04 de Mayo de 1929 en New York, USA. Sus padres John McCarthy y Gertrudis Grinnon, fallecidos. Sus hermanos Robert y John. Sus estudios los realizó en “Our Lady of Wisdom High Schooll de Nueva York, y en el Saint Aloysins Commercial Schooll (Escuela Comercial) en Brooklyn, Nueva York. El año 1951 al 1952, estudió Método de Enseñanza Religiosa en la Universidad Católica de América en Washington DC. El 06 de Septiembre de 1947 ingresa a la Congregación de la Hermanas de Maryknoll de Santo Domingo como postulante en Scranton, Pensilvania. El 07 de Marzo de 1950 realizó su primera profesión de votos de pobreza, castidad y obediencia haciendo sus votos finales el 07 de Marzo de 1953 en Mountain View, California. En 1997 celebró sus Bodas de oro en la casa central en New York. Labores Pastorales: desde 1952 al 1962 trabajó en Guadalupe y en Stockton ambos lugares de California, USA, participando en catequesis. En 1965 llega a Perú (estudió español en la Escuela de Lenguaje en Cochabamba, Bolivia). Por casi 30 años dedicó sus servicios en Juli, en el altiplano, en Lampa chico, Yunguyo y finalmente en Tacna-Perú. En estos lugares participó en la pastoral haciendo religión en la escuela primaria, visitando las casas, en la formación de laicos en catequesis y Comunidades de Base. El año 1998 llega a Chile eligiendo vivir y trabajar en Coelemu con la Hna. Cecilia Santos también de su Congregación. Desde los primeros años trabajó en la Catequesis como animadora de las ACN, visitando a los enfermos del Hospital y en las casas; acompañando a las señoras de AMAC. Fue Ministro Extraordinario de Eucaristía llevando la Santa Comunión a las casas. Desde un comienzo la Hna. Julia se entregó por entera a la comunidad. Todos los días después de ayudar en los quehaceres de la casa salía a visitar a sus queridos coelemanos. Tenía un corazón lleno de amor. Fue una persona muy sensible, sencilla y tremendamente amorosa, con una memoria increíble para recordar nombres, fechas de nacimientos, de casamientos, primera comunión, etc, celebrando estas ocasiones con un regalo o simplemente una tarjeta. Su sonrisa, su alegría y entrega cautivaba a todos. Su mayor preocupación era para las personas más necesitadas por pobreza, por enfermedad, o cualquier problema. Era una persona experta en escuchar y acompañar. Ella no aprendió muy bien hablar el español, costaba un tanto entenderle pero comunicó con su corazón lleno de amor. Después de casi un mes de enferma la Hna. Julia fallece en el Hospital local acompañada con las Hnas. De Maryknoll que vinieron de Santiago. Tres días antes de su deceso, los coelemanos desfilaron para visitarla en su cama del hospital y sentir su apretón de mano con sólo decirle su nombre. El 18 de Diciembre de 2008 Jesús vino a buscarla y se fue con amor. Su velatorio y funeral fue una experiencia inolvidable, la Iglesia Inmaculado Corazón de María de Coelemu estuvo siempre llena, todos querían despedirla y agradecer su infinito

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amor, su bondad, su entrega de corazón que brindó a cada coelemano y coelemana. El Arzobispo Monseñor Ricardo Ezzati, el Obispo Auxiliar Monseñor Pedro Ossandón junto con los Pbros. Ricardo Oliva, Ángel Jiménez, y otros sacerdotes diocesanos, más el Padre de la Congregación de Maryknoll Federico Hegarty ofrecieron la Eucaristía de despedida. La Hermana Julia siempre pidió ser sepultada en Coelemu y en tierra, por lo que no teniendo un lugar en el cementerio, una señora ofreció gentilmente su sitio en donde ella descansa, lugar ubicado a los pies de la cruz central del campo santo. Su tumba siempre es visitada por personas que le llevan flores y le rezan. La hermana Julia vivía las palabras del canto: “amar es entregarse olvidándose de sí, buscando lo que a otro pueda hacerle feliz”. Ella siempre trató de seguir a Jesús.

Memoria agradecida Parroquia Inmaculada Concepción – Coelemu

Mercedes Sarmiento Vega Nació en Penco el 18 de Septiembre de 1903. En el año 1923 recibe el título de profesora, egresada de la Escuela normal de Concepción. Inicia su carrera docente en Coronel cumpliendo así esta temprana etapa hasta el año 1933. En esta ciudad contrae matrimonio con don Juan Zurita, y de esta unión nacen cinco hijos. En el año 1933 Coelemu acoge a esta familia y es la Escuela número 7 de Niñas la que tiene la ventura de ser testigo de su entrega diaria y constante, de una vocación al servicio no sólo de sus alumnas, sino de toda la comunidad escolar. Por su carrera docente, ejemplo de inspiración profunda para las nuevas y futuras generaciones, recibió varias veces el Premio Municipal como la “Mejor Maestra”. También el Arzobispado de Concepción le otorga el premio como la “Mejor Cristiana”. No sólo los niños fueron su gran preocupación, también los ancianos. Su afán diario era servir, es así que el año 1974 genera y aúna fuerzas para hacer realidad el funcionamiento del Comedor Parroquial dando alimentación a los niños de escasos recursos, ya que en ese tiempo no se daba almuerzo en las escuelas. Hoy ese comedor sigue funcionando atendiendo no sólo a niños sino a adultos y ancianos. Tiempo después, el 18 de Marzo de 1979 realiza la gran obra vigente hasta hoy, el Hogar de Ancianos “Divina Providencia”, en conjunto con el Pbro. de ese entonces Padre Ángel Jiménez y Hermana Rebeca de la Congregación de Maryknoll. Este Hogar en su comienzo albergó sólo a ancianos, llegando a tener hasta 25 de una vez. Algunos con pensión asistencial, algunos sin entradas, pero con la fe de quienes lo administraba y con la ayuda de la comunidad pudo y puede subsistir. Pero la Sra. Mercedes siempre tuvo la idea de hacer un hogar mixto, viendo que también existían muchas ancianas abandonadas, idea que se concretó años más tarde gracias a la visita que hiciera a este hogar, una religiosa belga Hermana Juana de Boech, quien ofreció una generosa donación a través de la cual se hizo posible este sueño.

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La Sra. Mercedes fue una persona muy querida y especial, se le veía pasar por nuestras calles buscando ayuda para el Hogar que ella quiso mucho, y que cada día a paso lento por sus años llegaba a tiempo para ayudar a la semaneras a servir un plato de comida a los abuelos, ayudándolos a sentarse en su lugar, dándole en la boca a quienes no podían comer solo, preocupada siempre de que a los ancianos no les faltara nada. No falló ningún día de visitar el Hogar, aunque hubieron alto y bajos, siempre estuvo levantando a los que se desanimaban, “sigamos adelante decía ella, con fe en la Divina Providencia”. Fue un ejemplo de servicio abnegado hacia los más necesitados. Si se tuviera que sintetizar su digna labor, sólo utilizaríamos tres palabras: Amar, Servir y Perdonar. Por las manos de ella han pasado diplomas. Por sus ojos han desfilados homenajes y también lágrimas, suyas y de sus miles de alumnos y ancianos que con tanto amor asistió, alimentó y que sin embargo por enfermedades terminales dejaron el Hogar que con tanto amor y cuidado los cobijó en sus últimos días. Como dice el Evangelio: “Lo que haces al más pequeños, a mi me lo hacen” – “Porque tuve hambre y ustedes me alimentaron, tuve sed y me dieron de beber, estuve enfermo y me visitaste”. Ella trató siempre de cumplir lo que Jesús nos dice.

Memoria agradecida Parroquia San Sebastián – Yumbel

Mario Lupercio Rocha Osses Don Mario nació el 16 de abril de 1910, hijo de Tristán Rocha Sobrazo y Domitila Osses Osses. Creció junto a sus cinco hermanos, en una familia de clase media, de fe católica, con orientaciones políticas y de servicio público. Realizó sus primeros estudios en el Seminario de hombres (hoy, Instituto San Sebastián de Yumbel), luego ingresa al Seminario Conciliar de Concepción, con el gran deseo de servir a su Iglesia como sacerdote. Pero Dios le propondría otro camino. En el año 1930 postula a la Universidad de Concepción, para estudiar Medicina, sueño que no termina porque al tercer año de la carrera, su padre fallece. Por lo tanto, debe retirarse de la universidad, con mucha tristeza, pero sin pesimismo o decepción. Para don Mario comienza un nuevo desafío, asumir el rol de jefe de hogar, pero no solo como proveedor, sino también fortaleciendo a su madre y hermanos, en los lazos y valores afectivos, sociales y cristianos. Mantuvo unida a su familia, sin dejar de lado el proyecto (legado de su padre) de informar a su amado pueblo, con un lenguaje directo u sencillo, a través del periódico “La Prensa”. Es importante destacar que el primer ejemplar de La Prensa, salió a la luz pública en 1920, con motivo de celebrarse el primer Centenario de la Independencia de Chile. En un ambiente que se podría describir como semicolonial, La Prensa se constituyó en un medio que vino a despertar a la ciudadanía, aportando no solo información, sino también un aporte

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al progreso y a la cultura de un pueblo. Con toda la precariedad que conllevaba cada edición de este medio escrito, logró perdurar hasta el 15 de diciembre de 1985. En medio de todo el trabajo de la imprenta, conoció a María Elena Lameraín Flores. Los amigos dicen que fue un “amor a primera vista” y que don Mario dijo: “con esta mujer me quiero casar”. Y así fue, porque se casó con ella el 20 de enero de 1950. de esta unión nacieron sus hijos: María Patricia de la Luz, Victoria Gioconda de Lourdes y Mario Eugenio. Debido a sus diferentes profesiones y la vida familiar, no tienen residencia en Yumbel, pero mantienen vínculos fuertes con la tierra que los vio nacer, a pesar de que su casa fue destruida por el terremoto del 27 de febrero de 2010. Don Mario vivió de forma coherente su fe católica. Toda su calidez humana se ve reflejada en su trabajo versátil, alegre y sencillo, con un gran espíritu de servicio, caridad, justicia u defensor de la dignidad de la persona. La vida era para él, una constante acción de gracias: todo por el amor a Jesucristo que predico y quiero vivir. Tenía la clara convicción que no existe satisfacción mayor para un hombre, que mostrar el amor a Cristo. Por este motivo, sirvió a la Iglesia, con paciencia, amor y dedicación. Fue un gran líder la Juventud Católica del Seminario Conciliar de Concepción. Incansablemente trabajó para difundir y fortalecer la religiosidad popular, como sello que caracteriza a su pueblo de Yumbel; en esto se destaca, al ser un colaborador incesante en las festividades de San Sebastián. Investigó a fondo antecedentes históricos de San Sebastián, para que el Santo Patrono fuera considerado como más que una escueta leyenda, sino como verdaderamente es: un mártir de Cristo. Catequista por excelencia, sirviendo en la Parroquia de Yumbel y en la comuna en general, donde ofrecía su servicio de catequesis prematrimonial y familiar. En cuanto a sus servicios comunitarios, podemos distinguir los siguientes: Regidor de la comuna de Yumbel, Alcalde por dos períodos de la comuna de Yumbel, profesor del Seminario de hombres de Yumbel (durante 40 años), dirigente político y deportivo, socio fundador del Rotary Club de Yumbel (fundado en 1954), historiador que recopiló la historia de Yumbel, Rere y del mártir San Sebastián, hizo conciencia y gestionó la creación de un Liceo en Yumbel, etc. Es así como el 09 de marzo de 1995, el alcalde Raúl Betancur Ayala, junto al Consejo Municipal de Yumbel, acuerda (en forma unánime) mediante decreto alcaldicio nº 120, otorgar título de Vecino Ilustre de Yumbel a don Mario, el cual fue otorgado el 16 de marzo de 1995, en el aniversario 410 de la ciudad de Yumbel. Don Mario falleció a consecuencia de un infarto cerebral, a la edad de 85 años, el 21 de mayo de 1995 en la ciudad de Yumbel, junto a su esposa e hijos. Su esposa, que lo acompañó durante 45 años, falleció en 1999. Don Mario fue un verdadero cristiano que puso su vida, sus talentos y su servicio en las manos de Dios.

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Memoria agradecida

Parroquia San José – Tomeco Petronila del Carmen Moreno Moreno La sra. Petronila nació en Tomeco en 1887. fue bautizada en la Parroquia San José de Tomeco el 12 de junio de 1887, por el sacerdote Carlos Bernales. Se casó con don Nicanor Espinosa Quilodrán, de cuya unión nacieron cuatro hijos: Víctor Manuel, Romelio, Clara y Clementina. La sra. Petronila, durante 50 años, fue la responsable de animar la vida de fe de los Tomecanos. Se preocupaba de rezar las novenas y mantenía el aseo del Templo. Preparaba las celebraciones y misiones realizadas todos los años. Atendía a los sacerdotes que venían desde Yumbel, preparándoles lo necesario para su alimentación y alojamiento. Después de unos años, el sacerdote encargado de la Parroquia, le solicitó que fuese a trabajar a la casa parroquial, para que estuviera más cerca del Templo y pudiera prestar un mejor servicio aún. Las señoras del grupo de Amac la recuerdan como una persona sociable, tranquila y caritativa. Era además, muy conocida en Tomeco, por ser una muy buena costurera. Su familia la recuerda como una educadora de la fe católica, muy generosa, quien gustaba servir a su prójimo, cercana a los niños, enseñándoles a rezar e inculcándoles el servicio a la Iglesia. Entre estos niños estaba su bisnieto, ahora padre Orlando Octavio Henríquez Chávez, del cual la sra. Petronila se sentía muy orgullosa, ya que siempre que le preguntaba qué sería cuanto grande, él respondía “curita”. La sra. Petronila falleció el 30 de mayo de 1965 a la edad de 78 años, sus restos están sepultados en el Cementerio Parroquial de Tomeco.

Memoria agradecida Parroquia San Luis Gonzaga – Rere

R.P. Juan Pedro Mayoral Ramos del manzano, s.j. (Siervo de Dios) Juan Pedro nació en Madrid, España, el 16 de octubre de 1678. Sus padres fueron don Pedro Mayoral y doña Beatriz de Manzano. Hizo sus estudios en el Colegio de la Compañía de Jesús en Madrid. Fue admitido en el Noviciado el 15 de agosto de 1697. Durante el noviciado, Juan Pedro se ofreció para ser destinado a América. Terminado el primer año de noviciado viajó con otros jesuitas a Chile. Llegó a Santiago el 04 de marzo de 1699 e hizo los primeros votos en dicha ciudad el 08 de septiembre del mismo año. En el

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Colegio Máximo de San Miguel (Santiago), inició los estudios sacerdotales en 1701. fue ordenado sacerdote el 26 de julio de 1708. El P. Juan Pedro, fruto de una fervorosa insistencia, fue destinado a las misiones entre los mapuches, en 1710, a pesar de su mala salud. La mayor parte de su ministerio la desarrolló en la Misión de Imperial, cerca de la antigua ciudad de La Imperial. Esta había sido sede del Obispado del sur y destruida por los mapuches en el gran alzamiento de 1599. Esta misión estaba en pleno territorio mapuche, al sur de la línea de los ríos Biobío y Laja. El trabajo del misionero consistía en recorrer, a caballo o a pié, toda la zona. Los mapuches no vivían en ciudades o agrupados en pueblos. El misionero recorría, visitaba, confortaba enfermos y/o moribundos, auxiliaba a las víctimas de epidemias o de la sangrienta guerra. Con prudencia catequizaban y daban el bautismo y el resto de los sacramentos. Los mapuches de allí vivían en extrema pobreza y los misioneros ayudaban en lo que les fuera posible. Después del alzamiento mapuche en 1723, el P. Mayoral fue trasladado como Superior a la misión de San Cristóbal de Yumbel. Ahí continuó, con su mismo celo, con todas sus preocupaciones y trabajos apostólicos. Su vida de religioso era ejemplar; no se apartaba un apéndice de las normas y del modo de proceder de la Compañía. Practicaba constantemente la humildad y, casi con escrupulosidad, el voto de pobreza. Para su uso personal, no poseía cosa de valor o estimación y, escogía lo más pobre, aún en los objetos destinados a la piedad y devoción. Sus superiores decidieron trasladarlo al final de sus días, al Colegio de Rere, para que allí pasara los últimos años de su vida. Allí había mapuches cristianos. En Rere se desvelaba para asistir de mejor forma a los mapuches pobres y acudía con prontitud a remediar las necesidades que podían tener, aún sin ser llamado y, especialmente cuando él sabía que estaban enfermos. Y no solo los consolaba, exhortaba u confesaba, sino también les administraba los remedios y proporcionaba alimento. Para esto, él debía pedir limosnas. Con los mapuches y personas de campo, era extremadamente cariñoso. Por todo ello, empezaron a llamarlo “el santo” o “el santo de Rere”. Todos sabían que estaba muy enfermo y se admiraban al verlo confesar son descanso. En los días que no podía hacerlo, por la enfermedad, admitía a los hombres en su aposento y los confesaba desde su cama. Por el amor que sentía hacia Dios, era muy asiduo y perseverante en la oración y sabía tratar los temas santos con gran ternura. El Señor bendijo con gracias extraordinarias su celo, comunicándole (según dijeron sus conocidos) el don de la profecía y el de hacer milagros. En el Colegio de Rere, murió santamente el 09 de diciembre de 1754. su muerte fue muy sencilla. Su cuerpo yace al lado de la epístola en el Templo de Rere. La causa de canonización fue abierta en 1765, en la Diócesis de Concepción, Chile y, oficialmente en Roma el 10 de febrero de 1910.

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Memoria agradecida Parroquia Santa Filomena – Cabrero

Juan de Dios Figueroa Figueroa Don Juan de Dios, hijo único del matrimonio formado por don Carlos Figueroa y doña Gerardo Figueroa, nació en Lucay (sector Tomeco), el 24 de junio de 1899. Desde niño, don Juan de Dios fue formado en la fe cristiana. Sus padres rezaban todos los días el rosario y hacían participar a su hijo y, si llegaban visitas, tenían que unirse a esta devoción. Don Juan de Dios se casó con doña Rosa Elena Lagos. De esta unión nació un solo hijo: don Roberto Figueroa Lagos (más conocido por todos como “don Beto”, activo participante en la sede parroquial de Cabrero). En 1974, don Juan de Dios y su esposa, junto con su hijo Roberto, su esposa Mónica y sus hijos, se vinieron a vivir a Cabrero. Muy pronto, don Juan de Dios se hizo conocido en el pueblo como un gran rezador. Asistía a todos los velorios, no le importaba si estaba lloviendo, su hacía frío o calor, como tampoco la hora. Se levantaba y salía a prestar este servicio; así lo cuenta su hijo Roberto. Prácticamente sacaba la semana de velorio en velorio. La Hna. Margarita Rubio conoció a Juan de Dios en la parroquia y dice que: “nunca faltaba a Misa, a las novenas y al Mes de Maria, aún en pleno invierno, con lluvia y frío. A veces asistía con su salud no muy buena. Anciano y todo, ahí estaba”. También en un grupo bíblico, dirigido por el párroco de aquel entonces, donde sobresalía por su conocimiento de “El Testamento”, como él llamaba a la Biblia. Se preocupaba mucho de ser puntual en dar su aporte del 1% a la Iglesia y, como era negociante, sacaba sus porcentajes a su manera, pues creía no poder tener una cuota fija su sus ganancias eran fluctuantes, decía: “si gano más, tengo que dar más”; realmente hacía honor a su nombre. Don Juan de Dios dejó este mundo el 06 de julio de 1989, a la edad de 91 años. El día antes de fallecer, le dijo a su nuera que se iba a morir al día siguiente, al mediodía. Efectivamente así sucedió, junto cuando la sirena de Bomberos tocaba a las 12:00 hrs. Él falleció rezando piadosamente el Santo Rosario.

Memoria agradecida Parroquia Santa Filomena – Cabrero

Hna. Juana María Leiva Hidalgo, Religiosa del Apostolado Popular. La Hna. Juana nació en Rere, el 13 de noviembre de 1918, en el seno de una familia muy cristiana, formada por don Ramón Leiva y doña Sixta Hidalgo. Fue bautizada el 08 de diciembre del mismo año, para la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. Era la mayor de sus hermanos. Creció en un ambiente de cariño y piedad. Su padre la invitaba a visitar los enfermos, algo que ella disfrutaba mucho. Cuando recibió el sacramento de la Eucaristía, se sintió llamada por el Señor para seguirle.

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Conoció a las Religiosas del Apostolado Popular del Sagrado Corazón, cuando entró al Centro Cultural para aprender a escribir a máquina. Al enterarse que el Centro era atendido por religiosas, nuevamente apareció el llamado a consagrarse a Jesucristo. Nunca olvidó su nerviosismo cuando las religiosas fueron a hablar con su padre, ni tampoco la generosa respuesta con que él dio su consentimiento: “si es su vocación, yo no puedo oponerme”. Con la confianza en el Señor y el apoyo de su familia, pudo vivir su vocación, sabiendo que no había vuelta atrás. Entró a la Congregación el 08 de diciembre de 1937 y realizó sus votos perpetuos el 31 de julio de 1943. Tuvo la dicha de ser formada por la madre fundadora y destacó por su alegría y bondad. Vivió con gran espíritu de oración y austeridad, siempre fiel a Dios y al cumplimiento de todo lo que encierra la vocación que Dios le regaló. Fue una mujer enamorada del Señor y de su congregación. Respetuosa y obediente a los sacerdotes, tuvo la gracia de conocer y trabajar con San Alberto Hurtado. Sus muchas anécdotas nos traen ahora a la memoria el testimonio de su amor a Dios y a la Iglesia. Pastoralmente estuvo atendiendo la Población Prieto Cruz, en Hualpencillo. Por razones de salud, fue trasladada a la parroquia “Santa Filomena”, para atender la comunidad de Colicheu. Más adelante, se vino a la ciudad de Cabrero. Fue una bendición de Dios para las generaciones que acompañó, formó y entregó su amor de verdadera madre. Realmente, con su testimonio, mostró el rostro maternal de Dios y, por supuesto, también el de la Virgen Santísima. La madre Juanita, como se le conoció, falleció el 13 de febrero de 2010, a la edad de 92 años. Poco antes de morir pidió correr las cortinas de su ventana y apagar la luz, luego cerró sus ojos a esta vida y los abrió en la próxima. Se quedó dormida para este mundo, dejándonos la tristeza de su partida, para despertar en la alegría sin fin de la vida eterna.

Memoria agradecida Parroquia Santa Filomena – Cabrero

Dolores Julia Laurentz Gatica Doña Dolores, profesora de Educación General Básica, nació el 31 de julio de 1885. Llegó joven a Monte Águila. Fue la primera profesara y directora, hasta 1938, en la también primera escuela básica de este pueblo, fundada en 1904, que funcionaba frente a la bodega de ferrocarriles. Por este motivo y, en su honor, la Biblioteca de la Escuela Básica “Orlando Vera Villarroel”, lleva su nombre. Doña Julia, como la nombraban, era una persona muy carismática, de carácter alegre, sociable, responsable, caritativa y buena vecina; entregada a la labor apostólica de la comunidad “Nuestra Señora del Carmen”. Tomó la firme decisión de dar vida a Monte Águila. Fue incansable para formar grupos pastorales y con especial empeño en la enseñanza del catecismo para los niños, a quienes no sólo atendía en al capilla, sino también en su casa. Fundó la cofradía del Sagrado Corazón de Jesús y contribuyó al mejoramiento de la capilla. Motivó a los jóvenes a visitar

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a los enfermos. Formó nuevos catequistas para continuar la acción evangelizadora. También creó la Juventud Católica, en la comunidad. Siempre se la veía salir de su casa a la capilla para realizar labores apostólicas y sociales, participando activamente, sin importarle el clima que se presentara, pues así se aseguraba que nada faltara para la celebración, por ejemplo, de la Santa Misa, de las novenas y la acogida del párroco que iba desde Cabrero. Doña Julia falleció el 18 de abril de 1983, a la edad de 92 años.

Memoria agradecida Parroquia La Purísima – Rafael

Ida del Carmen Canales de la Torres La Srta. Ida del Carmen nació el 26 de septiembre de 1928 en Rafael, comuna de Tomé. De familia muy religiosa, compuesta por su padre, Celso Canales Cruz, su madre, Juana de la Torre Bustos y sus 8 hermanos: Raúl Arnoldo, Ángel Custodio, Bernardita de María, Celso Segundo, Carlos Artemio, Lucila del Carmen y Sonia del Carmen. Sus estudios básicos los realizó en la Escuela de Rafael, después hizo cursos en la Escuela de Moda de Talcahuano. Su oficio era modista. Recibió el Sacramento de la Primera Comunión el año 1938 y, desde entonces, inició su vida al servicio de la Iglesia. En el año 1952, a los 24 años de edad, ingresó al Colegio del Niño Jesús de Los Ángeles, para posteriormente ingresar al Convento para profesar como religiosa. Después de un año es enviada a la misma Congregación, pero a un convento en Argentina, donde estuvo por dos años. No logra profesar perpetuamente, porque se le detectó una grave enfermedad al pulmón, retornando a Chile para su recuperación. Debido a su delicada situación fue enviada por el P. Monedero a recuperarse a un sanatorio en Putaendo, por dos años. Esto la obliga a renunciar a su vocación religiosa. Desde entonces siguió con su vida privada y dedicada a servir a Dios y a la Iglesia, rezando mucho y ayudando a quien lo necesitaba, era muy querida y admirada por todos los habitantes del pueblo. En la parroquia de Rafael realizó labores de catequesis de primera comunión, confirmación, preparación al matrimonio y bautismos. También fue la encargada por varios años del comedor de niños de escasos recursos, encargada de repartir los alimentos que llagaban de Cáritas y preocupada de todo lo referente al Templo, casa parroquial y párrocos de esa época, por ejemplo: P. Alfonso Sahie, P. Gregorio Monedero, P. Pedro Tapia, P. Francisco Blumel, P. Juan Vialá y P. José Urrutia, actual párroco, con quien colaboró en sus últimos años de vida al servicio de la Iglesia. Fue llamada a la casa del Padre a la edad de 67 años, el 07 de marzo de 1997, en la tranquilidad de su hogar. Sus restos descansan en el Cementerio de su querido pueblo de Rafael.

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Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora del Rosario – Florida

Jorge Muñoz Muñoz Don Jorge Muñoz Muñoz, nació en Florida, en la Comunidad rural de Quebrada de Rifo, el 15 de Septiembre de 1932. Su madre fue la Sra. Berta Muñoz; de su padre no hay información. A la edad de un año y medio fue adoptado por el matrimonio formado por la Sra. Lucrecia Melgarejo Fuentes y don Cardenio Álvarez, cuyos hijos: José Melgarejo, María Melgarejo, María Álvarez Melgarejo y Manuel Álvarez Melgarejo le acogieron como uno más de la familia. Ahí, en ese hogar se le formó y enseñó los valores cristianos de le FE Católica, distinguiéndose claramente entre ellos como hombre de gran FE y amor al prójimo, además, de su enorme sensibilidad humana e intelectual. Asistía a muchos encuentros de formación para aprender sobre la Palabra de Dios y, a la vez para impartir enseñanza de la Fe en charlas de matrimonio, de Bautismo, de Primera Comunión y de Confirmación., de la cual conocieron las comunidades de San Ramón, Quebrada de Ulloa, Quebrada de Rifo, Chilloncito, Dadi, etc. Con gran esfuerzo y sacrificio fundó la capilla “Niño Dios” de San Ramón, actualmente sin funcionamiento por falta de feligreses, debido a la actividad forestal del sector. Respecto de su vida, hubo acontecimientos que le marcaron físicamente, por ejemplo, a los 2 años, por un accidente casero, bebió soda cáustica, por lo cual quedó con una estr5echez de garganta de por vida. También, siendo niño, lo pateó una yegua con su cría, dañándole el estómago, por lo cual se le sometió a una intervención quirúrgica, salvándose milagrosamente. Ya en la edad adulta, a los 25 años, sufrió un accidente, cargando una escopeta con cartuchos, se quemó su rostro quedando completamente desfigurado, temiéndose por su vida incluso. Al decir de la familia y de él mismo, se salvó por milagro de Dios y la protección de María Santísima, a quien su madre adoptiva había hecho una manda, ya que tanto lo quería, que no quedara desfigurado su rostro. Se recuperó satisfactoriamente y en adelante entregó su vida al servicio de la Palabra de Dios, sembrándola por donde se encontrara, ya que todo lo realizaba con mucha entrega a los demás. De ahí que recibió el cariñoso apodo de “El Obispo”, como se le conoció en la comunidad floridana., Don Jorge Muñoz Muñoz, falleció el 11 de Julio de 2004, casi al cumplir los 72 años.

Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora del Rosario – Florida

Remigio Herrera Cartes Nació el 06 de diciembre de 1908. se casó con la Sra. María Encarnación Romero Villa. Fue padre de siete hijos, abuelo de quince nietos, veintiséis bisnietos y siete tataranietos.

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Muy jovencito participaba de la Iglesia como sacristán. A los dieciocho años fue llamado al Servicio Militar, sin dejar de lado el Servicio a la Iglesia en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario. Después de haber cumplido con el servicio militar, ingresa a la cofradía del Sagrado Corazón. El 07 de abril de 1934 y teniendo veintiséis años se casa con la Sra. María Encarnación Romero Villa, y de ese amor nacieron siete hijos. El agricultor y ella dueña de casa, formaron una familia a la cual inculcaron los valores de la fe, con mucho amor recibieron la tuición de tres sobrinos a quienes apoyaron y formaron con amor de padres. Hombre de mucha oración y fe, fue Ministro Extraordinario de la Comunión, visitaba a los enfermos tanto en el Hospital como en domicilio, llevándoles el Evangelio y culminando con la entrega del Cuerpo de Cristo. Deja un gran legado a las personas que le conocieron: el ser perseverante en el rezo del Santo Rosario. Durante la Administración del Padre Pablo Leiva Rojas fue reconocido por ser Discípulo Evangelizador con los Hermanos, durante la Festividad de la Novena de Nuestra Señora del Rosario. Además de ser el más antiguo de la Cofradía del Sagrado Corazón, en Florida. La Bendición de su vida Matrimonial fue de 59 años. Fallece en octubre de 2006 a la edad de 98 años. Esta Memoria Agradecida, la presenta la Cofradía del Sagrado Corazón de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Florida.

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Decanato Decanato Decanato Decanato TalcahuanoTalcahuanoTalcahuanoTalcahuano

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Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora del Carmen – Talcahuano

Ema del Carmen Fuentealba Fuentealba Ema Fuentealba nació en Talcahuano el 02 de julio de 1899, hija de don Manuel Jesús Fuentealba y doña Juana de Dios Fuentealba. Durante toda su vida residió en el sector de San Vicente. Estudió en la Escuela Normal de Preceptoras de Concepción donde logró titularse de profesora primaria el 06 de mayo del año 1919, cuando aún no cumplía 20 años de edad. En su condición de profesora normalista ejerció la docencia en distintos colegios de Talcahuano, siendo su último lugar de trabajo la Escuela de Niñas N° 7 ubicada en el sector Arenal de la ciudad puerto. Una ex alumna de la Escuela 7 le escribió un poema en donde deja de manifiesto la gran vocación de maestra manifestada en beneficio de generaciones de niñas del puerto de Talcahuano:

“Mi Maestra tenía la voz cristalina de las aguas y su frescura llegaba al corazón.

Cada niña que escuchaba sus palabras, no podía menos que aprenderse la lección.

Como las aves que cuidan al pichón recién nacido,

así, nos cuidaba la Maestra y nos enseñaba a volar en la ilusión. De niña, de su mano, me hice adolescente, cada día más le quise y la admiré,

no solo por todo lo que nos entregaba, sino por su carisma de mujer”. El 8 de junio de 1924 se casó con José Marcial Vera Alvear y de este matrimonio nació su única hija: Emma Corina. El 16 de marzo de 1964 enviudó, permaneciendo en esta condición hasta el día de su muerte. Durante el tiempo que ejerció la docencia su participación en la vida comunitaria católica del sector de San Vicente estuvo limitada a su asistencia a Misa los días domingo. Al jubilar, se incorporó a la Cofradía de la Virgen del Carmen (1950), agrupación de señoras y señoritas católicas que se había fundado el 16 de julio de 1939. Durante su permanencia en la Cofradía ejerció por mucho tiempo el cargo de tesorera. Al interior de este grupo devocional tuvo una significativa participación, destacándose especialmente por su franqueza, optimismo y sabiduría. Fue muy devota de la Santísima Virgen del Carmen y en su hogar acostumbraba a rezar la novena a la Virgen, en víspera de cada 16 de julio. Se caracterizó además, por su amor y cercanía al Espíritu Santo, a quién se encomendaba cada vez que debía enfrentar alguna situación de importancia. Hasta el fin de su vida terrenal (22 de septiembre de 2001) y con 102 años de edad, estuvo siempre vinculada a la comunidad de fieles de su parroquia, recibiendo la comunión y el apoyo espiritual del párroco.

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Por su consecuencia de vida cristiana, su devoción a la Santísima Virgen del Carmen, su compromiso con la comunidad cristiana de la Parroquia, Ema Fuentealba Fuentealba es un modelo para las nuevas generaciones de fieles de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen.

Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora del Carmen – Talcahuano

Alba Nidia Bustos Díaz Nació en Talcahuano el 27 de abril de 1940, residiendo toda su vida en el tradicional sector de San Vicente. Sus padres fueron Carlos Bustos Henríquez (músico de la Armada) y María Teresa Díaz Soto (dueña de casa). Creció en medio de una familia católica integrada por sus padres y 14 hermanos (ella era la tercera). Es destacable en ella la permanente dedicación que manifestaba hacia sus hermanos, sus varios sobrinos y a su madre con quien vivió hasta el día se su muerte. Su espíritu caritativo lo proyectó también hacia otras personas del sector de San Vicente, preocupándose de visitar a los enfermos, e incluso acompañándolos al hospital cuando nadie los podía socorrer. A medida que Alba crecía en edad fue poco a poco incorporándose a la comunidad de fieles de la parroquia, primero recibiendo los sacramentos de la iniciación cristiana y asistiendo frecuentemente a la Santa Misa. Posteriormente, cuando fallece su padre el año 1962, decide incorporarse con mayor compromiso a la vida comunitaria de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen que había sido fundada el 12 de agosto de 1951. El día 21 de diciembre de 1970 ingresó a la Legión de María de la Paz. Este grupo devocional había sido fundado el año a fines de la década del sesenta del siglo XX. Se destacó siempre por su simpatía, su carisma con las demás hermanas legionarias, por su fuerte compromiso legionario y por la fervorosa devoción mariana. Fue presidenta del grupo Reina de la Paz desde el 7 de abril de 1986 hasta el año 1994. El 12 de septiembre de 1995, fue presidenta de la Curia, cargo que mantuvo hasta el mes de julio de 1997. Durante su permanencia en la comunidad cristiana de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, y mientras fue integrante de la Legión de María, Alba se desempeñó como catequista, visitadora del 1% a la Iglesia e integrante de la Acción Social. Además, apadrinó a uno de los niños que del Hogar que estaba en la parroquia. Alba enfermó de cáncer y experimentó graves dolencias durante un año y cinco meses antes de fallecer. En este periodo se mantuvo firme en la fe cristiana católica, al punto que, a pesar de sus dolencias, mientras las fuerzas se lo permitieron, con gran esfuerzo asistía a misa.

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Por su consecuencia de vida cristiana, su entrega generosa hacia su familia y vecinos, su amor a la Virgen María y su fidelidad a la comunidad parroquial, Alba Bustos Díaz es un modelo para las nuevas generaciones cristianos de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen.

Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora del Carmen – Talcahuano

Sonia del Carmen Martínez Oliva Sus inicios: Nació en la caleta “Infiernillo” de San Vicente el 27 de abril de 1944. Hija de Nicolás Martínez (pescador) y Juana Oliva (dueña de casa). El comienzo de una vida ligada a Cristo fue en su propio lugar de origen, donde al ser una jovencita trabajó para la formación de una pequeña capilla en medio de las viviendas de los pescadores, donde se celebraba la Misa, novenas y momentos de oración a cargo del párroco de Nuestra Señora del Carmen de la época. Al quedar abandonada por su esposo tiene que luchar sola por sus seis hijos (el último de ellos apenas un bebé), comienza a trabajar en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen cuidando a los niños que albergaba el hogar de niños de la parroquia. En este trabajo profundiza lo que es una auténtica vida cristiana. Después de varios años se traslada a la población Los Lobos en los cerros de San Vicente, desde allí se traslada día a día hacia su trabajo con los niños del hogar. En Los Lobos comienza de nuevo participa de la iniciativa de tener una comunidad cristiana, primero impulsados por el Padre Prado y luego por el Padre Jorge Jiménez (ambos de la Parroquia San José de Talcahuano) hasta que finalmente se funda la Comunidad San Juan Evangelista el 4 de mayo1991, hoy Comunidad María Reina. Su vida como agente pastoral: Participó fielmente en el grupo de Liturgia y en todas las tareas que se les encomendaba. En 1997 se integra a la Legión de María, siendo una fiel devota de la Virgen María, cumpliendo siempre su promesa de estudiar día a día el manual de la legionaria. Su compromiso con la Iglesia era tal, que se desprendía de su tiempo y sus bienes para así entregarse completamente a la tarea pastoral, demostrando a sus semejantes que nunca era suficiente para entregarse a Dios. Contra viento y marea estuvo siempre presente en cada actividad que se realizaba misionando con su forma muy especial de vida a cada persona que conocía. Fue una persona muy humilde, sencilla, trabajadora, dedicada y comprometida con sus tareas, generosa, alegre, perseverante, quien ponía una y otra vez su mejilla orando por quienes le hacían daño, demostrando con sus acciones que el poder y amor de Dios es infinito. Entre sus hermanos de comunidad provocaba admiración ya que teniendo problemas de salud, familiares y personales nunca dijo que no a lo que Dios le pedía. Muchas veces orientaba a algún hermano, sobre todo legionarias que no cumplían sus tareas con agrado y amor. En las novenas era la primera y a veces la única que estaba guiando el rezo del santo rosario.

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Su partida y legado: El 24 de diciembre de 2008 hizo como siempre su tarea de preparar y decorar la imagen de la Virgen María y el Templo para la celebración de la Misa del Gallo que sería a las 20 horas. Ya terminada su tarea fue a prepararse para asistir a la Misa. Cuando se dirigía desde su casa a la capilla fue atropellada entregando su vida para poder salvar a su bisnieto de cuatro años que la acompañaba. Su presencia siempre permanece en medio de la comunidad María Reina y en toda a Parroquia Nuestra Señora del Carmen y pedimos a Dios nos regale un poco de su espíritu y fortaleza para continuar nosotros con nuestras tareas como ella lo hacía.

Memoria agradecida Parroquia Todos los Santos – Talcahuano

María Inés Muñoz La Sra. María Inés Muñoz llegó a la parroquia junto a su esposo Agustín, para contraer el sagrado vínculo matrimonial un día 17 de febrero de 1979. De ahí la historia continúa con el bautismo de sus hijos y asistencias poco frecuentes a la vida parroquial. El reencuentro con la vida comunitaria y que llevaría a comprometerse de manera entusiasmada y apasionada fue en el año 1990, cuando debían comenzar su catequesis familiar y sus hijos, la catequesis de primera comunión, hoy Iniciación a la vida Eucarística. Empezar la catequesis con reticencias por el nivel de responsabilidad que debían asumir como padres, fue su bandera de lucha, pero prontamente su corazón y espíritu fueron asimilando la vida de fe y, buscar el retorno definitivo a una vida laical de fuerte compromiso, fue solo un paso de acomodo a su antigua vida. En su participación activa tuvo un gran carisma para aglutinar voluntades y empezar a mover una comunidad un poco pasiva, así empezaron a sucederse actividades de tipo económico: bingos, rifas, mates criollos, donde ponía entusiasmo y era la primera en buscar o comprometer recursos para que todo se pudiera concretar y llevar a feliz término, de ahí surgieron reparaciones al templo y a la casa parroquial, como también a los salones y oficinas, muy necesarias por ser construcciones de madera. Pero no se conformó solo con esta actividad, su espíritu ya estaba inquieto y buscó a Dios con afán, contagiando a su esposo. Participó en Pastoral Familiar parroquial, a nivel de decanato y diocesano, incluyendo talleres y jornadas familiares que en esos tiempos era todo el día en el Instituto de Humanidades, y otros. Destacada participación tuvo la parroquia en la planificación y concreción de la jornada familiar vivida en el estadio regional de Concepción, donde María Inés impregnó de entusiasmo a la comunidad para acompañar masivamente a nuestro párroco, el P. José Durán, a esta inolvidable actividad diocesana. El momento de su deceso la sorprendió en la plenitud de su vida (a los 48 años) y participando en Pastoral Familiar, Consejo Económico y Pastoral y en el equipo de

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Liturgia. Las personas que disfrutaron de su amistad, conocieron a una persona alegre y dinámica, testimonio que llega a los últimos momentos que se le vio con su vida, junto a su querida familia, compuesta por su esposo y sus hijos: Teresita y Agustín Adolfo. Dejó una huella imborrable en la comunidad parroquial de Todos los Santos, testimonio de ello daban quien fue su párroco y director espiritual, junto con todos los que en esos tiempos le acompañaron en las diversas actividades donde ella tuvo una destacada participación.

Memoria agradecida Parroquia Sagrados Corazones – Talcahuano

Esmerita Figueroa Avello La Señora Esmerita comienza a participar en las actividades de la parroquia alrededor del año 1968, fue una de las fundadoras de la comunidad “Santa Sofía”, muy querida por los sacerdotes de la Congregación de Los Sagrados Corazones, de quienes era vecina y a quienes les ayudaba con las cosas de la casa y les cocinaba. Esta cercanía con los sacerdotes la llevó a integrarse a la comunidad; donde participó en todas las actividades; incansable en su tarea de reunir fondos para construir la capilla; sin importar el frío o la lluvia: siempre con una sonrisa; una palabra de aliento; una invitación para trabajar en la comunidad. Fue catequista, misionera, cursillista, catequista, recaudadora del 1% y animadora junto a su esposo. En los años 80, viajaron junto a un grupo de misioneros a los lugares de Mafìl, Valdivia y a Renca, donde ayudaron en la formación y construcción de una comunidad. Años más tarde fue a misionar a San Rafael realizando esta labor hasta los últimos días de su vida. En su labor como animadora; junto a su esposo, fue siempre un ejemplo de responsabilidad y respeto por cada uno de los párrocos que llegaron a la parroquia. Muy querida por los miembros de la comunidad y por la población en general. Gracias a su gestión como animadora, se pudo dar los primeros pasos para la construcción de la actual capilla de la comunidad. Fue un ejemplo de amor por sus hermanos, especialmente en el cuidado de un matrimonio de ancianos que vivían solos, siendo ella ciega y él invalido. Los cuido y atendió sus necesidades siempre. Fue una persona de muy bajo perfil, humilde, cariñosa, muy preocupada de que sus hijos y nietos recibieran sus sacramentos, esforzada dueña de casa y madre ejemplar. Querida y recordada Esmerita, la comunidad “Santa Sofía” de la parroquia “Sagrados Corazones”, agradece a Dios por haberte tenido entre sus miembros. Agrade tu incansable

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trabajo y labor. Guardará siempre en sus recuerdos tu amor por los demás, tu responsabilidad en el trabajo y por sobre todo tu ejemplo de respeto por los párrocos con quienes te correspondió trabajar. Tu sonrisa, tu incansable caminar de misionera, ayudando, llevando una palabra de aliento, serán siempre un ejemplo presente en nuestra comunidad.

Memoria agradecida Parroquia Sagrados Corazones – Talcahuano

Pbro. Fernando José Domínguez Larraín Hijo de Fernando Domínguez Barrio y de Sofía Larraín Hurtado, es el primero de 11 hermanos, fue bautizado a dos días de su nacimiento. Es ordenado sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones el 20 de noviembre del año 1958. Llegó a la parroquia el año 1967, siendo su primera labor la misión en los sectores de las poblaciones Santa María y Santa Leonor con la finalidad de crear comunidades cristianas católicas. En su labor, gestiona la compra de un terreno para construir una capilla en la población “Santa Leonor”. Se instala a vivir en el sector y desde allí sale a visitar a las familias del vecindario, invitándoles a participar en momentos de oración y a trabajar para crear una comunidad católica. Es el fundador de las comunidades “Cristo Rey” y “Santa María de la Paz” de esta parroquia. Era dinámico, acogedor, afable, alegre y comunicativo, incansable en su labor de pastor, siempre dispuesto a trabajar por y para los demás. Dispuesto siempre a visitar a los enfermos, acompañar a los jóvenes en sus actividades, entregando su testimonio de fe, de esperanza, invitándoles a trabajar por su comunidad y por su parroquia. Demostró siempre una opción por los más pobres y necesitados, acompañándoles y creando instancias para ayudarles a salir de la pobreza. Padre Fernando, la comunidad agradece tu paso por esta parroquia. Agradece tu ejemplo de incansable pastor, tu enseñanza, tu tenacidad y el testimonio de fe dejado por ti.

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Memoria agradecida Parroquia Sagrados Corazones – Talcahuano

Leonor de la Cruz Lagos Toro Participó en la comunidad “Cristo Rey” desde sus inicios, siendo cofundadora de la misma y del entonces Centro de Madres “Sor Patricia”. Grupo que aún funciona en la comunidad. Gustaba de ir a misa diariamente, inculcando a sus hijos desde muy pequeños el amor por las cosas de Dios, por los más necesitados y por su comunidad, sus tres hijos, uno es sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones. (Padre Erwin Harnisch) Colaboró a nivel diocesano con la Pastoral de prevención del Alcoholismo y la Drogadicción, preocupándose siempre de llevar algún tipo de ayuda a las familias que tuvieran alguno de sus miembros con estos problemas. Siempre dispuesta a compartir sus conocimientos, incansable en el trabajo de rescatar a los jóvenes de estos vicios. Integró la Pastoral Familiar de la comunidad, organizando actividades de apoyo y recreación para los matrimonios jóvenes. Siempre respetuosa, amable, cariñosa y muy responsable a la hora de cumplir con sus actividades de servicio a la comunidad. Su espíritu de solidaridad la llevó a formarse como Ministro Extraordinario de la Comunión, labor que cumplió hasta el fin de sus días. Leonor de la Cruz, la comunidad “Cristo Rey” de la Parroquia “Sagrados Corazones de Jesús y María”, te agradece la dedicación, el cariño y trabajo que realizaste en bien de esta comunidad. La enseñanza de bondad y amor que dejaste, será transmitida a las generaciones venideras por quienes tuvimos la gracia de conocerte.

Memoria agradecida Parroquia Sagrados Corazones – Talcahuano

Sara del Rosario Arratia Olivera La señora Sara del Rosario, Sarita para todos, llegó a vivir a Talcahuano en el año 1949 y poco antes del año 1960 se traslada a vivir a la población Santa Leonor, para radicarse, uno años más tarde, y en forma definitiva a la población Esmeralda de Talcahuano, en la Jurisdicción de la parroquia Sagrados Corazones, donde participó activamente, prestando sus servicios en diferentes actividades. Al llegar a la población Esmeralda, conoció a un grupo de religiosas de la Inmaculada Concepción, quienes tenían a su cargo el misionar con el Cristo Peregrino por las casas. Es así como estas religiosas llegaron a casa de la señora Sarita. Luego de esta visita misionera, es invitada a formar un grupo de Oración y lectura Bíblica, reuniéndole periódicamente

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para rezar y meditar la palabra de Dios. El crecimiento espiritual, pastoral y la formación recibida en este grupo la derivó a integrar el grupo de Pastoral de la Salud de la comunidad católica conocida en ese entonces como Comunidad “Nuestra Señora de Lourdes”. Es aquí, en esta labor de servicio a sus hermanos donde se destaca su amor por los demás, dedicando su tiempo, compañía y oración para llevar el mensaje de Amor y Salvación a los enfermos. Queriendo que los enfermos se sintieran aún más cerca de Jesús, acepta preparase como Ministro Extraordinario de la Comunión. Se destacan aquí su responsabilidad, su vocación de servicio y su compromiso. Uno de los momentos más importantes de su vida lo vivió para la Visita del Papa Juan Pablo II, donde tuvo la gracia de estar muy cerca de él y distribuir la Comunión en la Misa Celebrada en el Club Hípico de Talcahuano. Siempre dispuesta a atender a quien golpeara su puesta en busca de ayuda material o espiritual. Trabajó con mucho entusiasmo, perseverancia, alegría y amor por prójimo destacándose su responsabilidad y dedicación en las actividades que participó y en aquellas que le toco dirigir. Un ejemplo de discípulo de Jesús, haciendo el bien, prestando servicio a la iglesia. Al partir dejó una hermosa obra que ha sido seguida por otras personas. Sarita, la comunidad parroquial agradece el testimonio de fe, trabajo y amor por los demás, que dejaste.

Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe – Talcahuano

María Cruz Cabeza Sanhueza La Sra. María, nace el 14 de octubre de 1935, se casó con don Domingo Inzunza, con quien tuvo 6 hijos. En el año 1970, el matrimonio Inzunza Cabeza llega a la población Padre Aguirre Cerda nº 2, lugar donde no había ninguna comunidad ni iglesia donde poder celebrar la Misa. Este matrimonio, junto con otros vecinos se turnaban para recibir al sacerdote y la comunidad para celebrar la Misa en las casas, el Mes de María y otras festividades. En una oportunidad, celebraban la navidad al aire libre, en una plazoleta, esto le llamó la atención a dos religiosas que por ahí pasaban, estas se bajaron del taxi bus y se contactaron con la Sra. María, ofreciéndole su ayuda y apoyo. Eran las hnas. Carla y Pegy. Los vecinos, encantados con el apoyo incondicional de las monjitas, decidieron trabajar en la construcción de una pieza donde ellas pudiesen quedarse. En el año 1972, viendo la necesidad del entorno, se empeñaron en un gran objetivo, formar un comedor solidario. En esta tarea, se integraron junto a la Sra. María Cabeza, la Sra. María Pobrete y la Sra. Rosa Quetri. Pidieron ayuda en los negocios vecinos y ferias libres.

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Así fue el inicio de esta hermosa labor a favor de nuestros hermanos necesitados, asistiendo también con viandas a aquellos hogares donde no había ingresos por falta de trabajo. En el año 1973 decayó la ayuda hasta entonces recibida, viéndose en la obligación de hacer su propio huerto para poder seguir con su trabajo. Se pidió apoyo al Arzobispo, pues las personas necesitadas aumentaban cada vez más y los recursos escaseaban. Tanto el comedor como las Misas y demás celebraciones se realizaban en la casa de la hna Pegy. Así, la comunidad se transformó en “Cristo Nuestro Hermano”, lo que para la Sra. María Cabeza fue un gran logro, pues ella no sabía leer ni escribir. Se incorporaron en esta labor el Pbro. Enrique Moreno y la Hna. Carla, quienes apoyaron a la Sra. María en todo. Cuando la comunidad fue creciendo en número de fieles, la Sra. María colaboró en la elaboración de una ampliación, sin saber que tiempo más tarde, esta pequeña comunidad se transformaría en la sede parroquial de “Nuestra Señora de Guadalupe”, el 15 de marzo e 2008, decretado por Monseñor Ricardo Ezzati. Después de desempeñar diferentes trabajos, ella siguió en la comunidad, participando en el grupo “Adulto Mayor Carla Inés” y, colaborando con la CALI. Ella amaba por sobre todas las cosas, el servicio a los más pobres; su vida fue siempre apoyada por su familia, en especial por su esposo, don Domingo Inzunza. Sus recuerdos y obras dejadas, permanecerán en el recuerdo de todas las personas que con ella trabajaron. Esta admirable mujer, madre, esposa y abuela, dejó este mundo el 21 de diciembre de 2009.

Memoria agradecida Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe – Talcahuano

Blanca Escalona Moya Doña Blanca nació el 26 de octubre de 1930 en la ciudad de Cauquenes, Región del Maule. El lugar elegido para vivir junto a su naciente familia fue el sector Lan B (Hualpencillo, Talcahuano), actualmente Comuna de Hualpén. Sector con muchas necesidades laborales, económicas, educacionales, culturales, etc., a lo cual se sumaba los difíciles tiempos de inestabilidad política vividos en el país. Concientes de ello, la Iglesia Católica envió sacerdotes a este lugar y, por alguna razón, el P. Eduardo Barnet llegó a casa de doña Blanca. Ella empezó a invitar a sus vecinos a participar de la primera Misa que se celebró en su casa. Luego a reunir a más personas para formar una comunidad cristiana que tanto necesitaba. Y así, a medida que llegaban más personas, fue necesario tener un lugar que sirviera de Capilla para celebrar la Santa Misa, ya no de casa en casa, como se estaba haciendo hasta entonces.

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Para ello, doña Blanca empezó a trabajar con sus vecinos para adquirir un lugar que sirviera para este fin. Ella era la que organizaba en su casa cuanto evento era posible para reunir los fondos que se requerían para la adquisición de este bien necesario. A estas alturas, ya había muchas personas que viendo el testimonio que daba esta mujer, junto a su esposo, hijos y un gran grupo de vecinos, se motivaron y unieron para así lograr reunir los fondos. Entre 1970 – 1971 se compró la casa que queda en el pasaje Purranque 8621, donde por primera vez se celebró Misa, ya no como una casa más en medio de la población, sino como una Capilla. No conforme con esto, doña Blanca, por las necesidades que había en esos momentos, creó el Grupo de Taller y del Adulto Mayor, que existen hasta la fecha, además de un comedor solidario. Todo esto complementado por el trabajo que significaba transformar la casa adquirida en un lugar de oración. Doña Blanquita, como todos la recuerdan, siempre fue una mujer que dio testimonio de la Palabra de Dios y ejemplo a seguir. Fue animadora, Ministro de la comunión, colaboradora incansable, compañera, amiga y ayudó a muchos a continuar en esta labor de servicio al Señor. Realizó su servicio en la Comunidad, hasta que por su enfermedad se alejó de su querida Capilla. Falleció el 07 de noviembre de 2001. Gracias a ella, la comunidad “San Eduardo”, ha crecido y se ha mantenido, porque aún hay personas que ayudaron a realizar este hermoso sueño que, junto a las nuevas generaciones, ha harán perdurar.

Memoria agradecida Parroquia La Asunción – Talcahuano

Diác. Gastón Navarrete Estas líneas tienen como motivo agradecer a Dios por el que fue nuestro Diácono permanente, don Gastón Navarrete, por todos los años que sirvió a la Parroquia La Asunción, especialmente a nuestra Comunidad Juan XXIII, haciéndolo con abnegación y fidelidad al Señor Jesús. En el año 1976, Mons. Manuel Sánchez, lo nombró a cargo del sector ya mencionado, apoyando a su vez a las Comunidades de Corpus Christi, Santa Tersita y, obviamente, a la Parroquia. Cuando en la comunidad no se celebraba la Santa Misa, don Gastón, llegaba en su bicicleta, para celebrar con mucha alegría, la Liturgia de la Palabra, compartiendo luego con los fieles, sus inquietudes y problemas y, su bicicleta lo esperaba atrás de la Capilla.

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Gastón se caracterizó por la cercanía que mantuvo siempre con nuestra comunidad y especialmente en el servicio a los enfermos, lo cual también hizo en el Hospital Higueras. Todos los lunes se reunía a las 15:00 hrs. con los Ministros de la Comunión en la Parroquia, para hacer oración y luego, acudir al Hospital Higueras, llevando la Palabra del Señor, la Comunión a los enfermos y el ánimo y aliento necesarios para los que estaban más solos y desamparados. Nuestro diácono fue una persona muy servicial, que acudía a cualquier hora al Hospital o a visitar a un enfermo en su casa, ya fuera para acompañar a estos hermanos en sus últimos momentos de vida o para orar con ellos y sus familias. Fue un gran formador de la pastoral de la salud y de las escuelas de invierno de nuestra Parroquia, ganándose el cariño y confianza de los fieles, ya que su sabiduría y experiencia humana y pastoral, lo hacían un ser muy cálido; entregaba sus enseñanzas con sencillez y naturalidad, llegando al corazón de las personas, especialmente con lo que recién se integraban a la comunidad. Gastón fue un hombre correcto, respetuoso y responsable, actitudes que se veían reflejadas en cada momento de su vida; de sonrisa fácil y franca, que muchas veces nos alegró en las convivencias de la Parroquia, con sus poemas y escritos. Una de las características más notables que acompañaron su vida por nuestra Parroquia, fue su humildad en el servicio que prestaba, ya fuera dando los sacramentos, visitando enfermos o celebrando la Palabra del Señor, sin quejarse nunca de no tener vacaciones o de estar siempre alerta a las necesidades de la Parroquia. Hoy damos gracias a Dios por haberlo tenido como diácono, por haberlo conocido. Que el Señor y la Santísima Virgen María, lo tengan gozando en la Patria Celestial y nosotros desde aquí rezaremos para que así sea.

Memoria agradecida Parroquia La Asunción – Talcahuano

José Manuel Ulloa Ulloa José Manuel nació el 12 de febrero de 1930 en la ciudad de Talcahuano, sus padres fueron José Ulloa y María Possot. José Manuel fue un niño y joven tranquilo, destacándose en su trabajo como Estibador “lanchero”; fue en esta época (alrededor de 1948) que conoció a María Coloma Jara, quien más tarde se convertiría en su esposa, desde el 29 de septiembre de 1951. Años después comenzaron a participar en la Juventud Obrera Católica (JOC), en el sector “Santa Clara”; posteriormente (después del terremoto de 1960), llegaron a la Población Corvi, del sector Higueras. Allí participaron como familia en cursos bíblicos, guiados por sacerdotes de Maryknoll, liderados por el P. Carlos Magsam. Posterior a esto,

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los vecinos de la población Corvi, crearon y participaron en grupos matrimoniales y bíblicos. Específicamente en 1962, José Manuel fue llamado al servicio del Señor, por el Párroco de la Parroquia La Asunción, que en ese entonces era el P. Manuel Mejías, para trabajar en la comunidad Corpus Christi, junto a su esposa e hijos. Fue instituido como tal, el 15 de agosto de 1982, siendo en ese entonces el primer ministro al servicio de la comunidad Corpus Christi, ayudando a los fieles y comunidad en general, orientándolos espiritualmente a través de la Palabra del Señor, logrando así, preparar a la comunidad para que recibiesen los sacramentos del Bautismo, Eucaristía y Confirmación. Llevó la Comunión a los enfermos, tanto en sus hogares como en el Hospital Higueras, dándoles la tranquilidad espiritual que tanto necesitaban. Por otra parte formó grupos de oración carismática, catequesis bautismal, matrimonial y familiar, ayudado por su señora y motivando a sus 11 hijos a participar dentro de esta evangelización dentro de la comunidad. Unos de sus grandes sueños fue la construcción de una capilla, por necesidad de un nuevo y mayor espacio, en donde acoger a una comunidad en crecimiento. En ocasiones celebró liturgias en ausencia del sacerdote, renovó en muchas oportunidades su cargo de ministro, nunca dejó de cumplir su vocación, hasta que el Señor repentinamente lo llamó a su lado, partiendo el 29 de octubre de 1984, dejando inconcluso y sin poder ver terminada su gran obra, la construcción de la capilla “Corpus Christi”. El R.P. Dale Barron al ver que la capilla no estaba terminada y que era una imperiosa necesidad para la comunidad, decidió terminar esta construcción con la ayuda económica de la Congregación de Maryknoll, consagrándose así el 31 de marzo de 1985, por el Arzobispo de la época, Mons. José Manuel Santos Arcaza, estando presente también el P. Enrique Moreno, Vicario Episcopal para Talcahuano, el R.P. Dale Barron y el Diác. Gastón Navarrete. Posterior a su muerte, el R.P. Dale Barron, nombró a Marina Coloma (esposa de don José Manuel), como ministra de la comunión de Corpus Christi, obra que continuó con ayuda de la comunidad y de su familia. Su obra y legado perdura hasta el día de hoy, en sus hijos y nietos, participando activamente en nuestra comunidad parroquial como en otras comunidades de la región.

Memoria agradecida Parroquia La Asunción – Talcahuano

Pbro. Ángel Palomera Navarro La comunidad Santa Teresita, de la Parroquia La Asunción, a lo largo de sus 52 años ha tenido buenos, abnegados y generosos laicos, pero agradecimiento apunta a un sacerdote, que aún cuando no estivo mucho tiempo con nosotros, dejó una huella profunda. nos referimos al P. Ángel Palomera.

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El P. Ángel nació el 16 de septiembre de 1956; fue ordenado diácono el 19 de diciembre de 1986 y, luego presbítero, por Mons. José Manuel Santos, el 14 de marzo de 1987, ese mismo año fue nombrado vicario de la Parroquia La Asunción, en Talcahuano, donde gran parte de su tiempo estuvo dedicado a acompañar a la comunidad Santa Teresita y al Hospital Higueras. Por ese entonces, la comunidad estaba pasando por un periodo de decadencia espiritual, con pocos feligreses que batallaban por mantener vivo el espíritu de comunidad. La llegada del P. Ángel levantó con bríos a quienes estaban dormidos, empezó a visitar pasaje por pasaje, casa por casa, invitándolos personalmente a las diversas actividades que programaba; dedicó largas horas al sacramento de la reconciliación y, poco a poco, las Eucaristías se fueron haciendo más concurridas, hasta llegar a repletar el templo. Llegó el mes de María y lo programó a las 07:00 hrs., logrando una asistencia para muchos increíble, realizando procesiones por el interior de la población y homilías que eran verdaderas catequesis que no dejaban a nadie indiferente. Su figura se hizo familiar en los pasajes de la población, acompañando a las familias en los momentos de tristeza, como en la despedida de un ser querido, regularizando situaciones matrimoniales, instando a las personas a completas sus sacramentos. Pero no solo la comunidad recibió su trabajo misionero, el Hospital Higueras también fue parte de sus desvelos, al visitar asiduamente a los enfermos del hospital, construyendo una Capilla en su interior, para que existiera un lugar de oración en dicho recinto y formando la Pastoral de la Salud. A pesar de haber sido destinado a otras parroquias, siempre mantuvo visitas a los feligreses de la comunidad, preocupación por la situación personal de cada uno y atención espiritual por los que estaban enfermos, celebrando varias de sus misas de exequias. La mañana del 09 de agosto de 2008, partió a la casa del Padre, dejando un gran vacío para la comunidad, pero una gran enseñanza y testimonio de vida entregada a Dios y a los hombres, cumpliendo la cita evangélica “el grano de trigo que caído en tierra, no muere, queda solo, pero si muere, da mucho fruto”.

Memoria agradecida Parroquia La Asunción – Talcahuano

Diác. Nabor Sergio Gatica Concha El aporte de la vida espiritual de Nabor Sergio comenzó en su parroquia de origen: Todos los Santos, en Talcahuano, en el grupo de jóvenes estudiantes católicos (JEC); ya de adulto integra el grupo de jóvenes obreros católicos (JOC).

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Como apoderado del Liceo La Asunción, integró el grupo de la Pastoral. En el colegio Inmaculada Concepción de Talcahuano, hizo un gran aporte como apoderado, ene grupo de Pastoral. En la parroquia La Asunción, su participación activa comenzó cuando fue invitado al grupo de Liturgia, en el que trabajó activamente. Se le solicitó que se formara para realizar la catequesis de preparación al Sacramento del Bautismo y Matrimonio, carente en ese momento de catequistas. Luego, el párroco de ese entonces le pidió instruirse debidamente para ser ministro extraordinario de la comunión (misión que llenaba su espíritu). Sintiendo que podía profundizar aún más en su calidad de servidor y en conversación con un sacerdote amigo, solicitó ingresar al Instituto de Teología de la UCSC, siendo ordenado Diácono, sirviendo a la Arquidiócesis y a la comunidad parroquial. Integró con mucha eficiencia la CALI, coordinando frecuentemente con las visitadoras y con la persona encargada del arzobispado. Asesoró con gran alegría al grupo de la Unidad de Asistencia Espiritual del Hospital Higueras, Talcahuano, establecimiento que visitaba frecuentemente y en el que representaba a nuestra Iglesia Católica, especialmente en los encuentros ecuménicos de cada mes, explicando los contenidos de los Evangelios. Su labor en el Hospital Higueras le mereció un reconocimiento póstumo público, ante las autoridades de ese establecimiento, en el marco de una celebración de aniversario de la Unidad de Asistencia Espiritual. Este reconocimiento se tradujo en un Diploma de Honor por su entrega incondicional de horario y tiempo para este servicio. Este diploma fue entregado a su familia. En representación de la Iglesia y la Parroquia: celebró liturgias y bendiciones en los horarios y lugares en que se le requiriera. Uno de los momentos felices en su vida, fue cuando sus tres hijos mayores concurrían juntos a la Parroquia para preparar a jóvenes a recibir el Sacramento de la Confirmación y, su hija menor, a preparar niños para la Primera Comunión; y cada domingo al encontrarse juntos como familia celebrando la Eucaristía. En el día y hora que el Señor lo llamó a su presencia, se encontraba con un grupo de familias que se preparaban para que sus hijos recibieran el Sacramento del Bautismo y según el testimonio de las mismas, él explicaba la importancia de participar en la Eucaristía de cada domingo, que es la verdadera catequesis para nuestra vida.

Memoria agradecida Parroquia Jesús de Nazareth – Comunidad Cristo Resucitado

Talcahuano Carlos Poblete Concha Carlos Poblete Concha, nació en la ciudad de Lautaro, el 15 de octubre de 1935, hijo menor de Lorenzo Poblete y Marta Concha. Un hombre sencillo, humilde de corazón, simple, muy

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trabajador y con mucho amor a su familia como a la parroquia. En 1964 contrajo matrimonio con Violeta Arratia Cortés, de esta unión nacieron 4 hijos: Héctor Raúl, María Magdalena, María Angélica y Juan Carlos. Actualmente tiene 6 nietos. En 1978 comienza la catequesis familiar, motivado por su madre en la comunidad Cristo Resucitado de la Parroquia Jesús de Nazareth. Luego de terminada su catequesis se inicia con su esposa como matrimonio guía formando varios laicos comprometidos hasta hoy en la comunidad cristiana entre los años 1979 a 1984. Se desempeña en la comunidad de Cristo Resucitado en varios servicios pastorales como Animador, Tesorero, Secretario del Consejo, cursos para llegar a ser Ministro extraordinario de la comunión, siendo muy importante su labor para todo lo que fueron el desarrollo y crecimiento de la comunidad. Participo activamente en el Equipo Económico de la parroquia, sobre todo en la mantención de la casa pastoral y otras comunidades. En Santísima Trinidad coopero en la formación de un grupo de adultos para el sacramento de la confirmación. Muy entusiasta de la pastoral de los misioneros visitando puerta a puerta y no siempre bien recibido. Por muchos años recolectó donaciones y alimentos no perecibles para el comedor de abuelitos de la comunidad Espíritu Santo. En 1987 participó con gran dedicación y entusiasmo en la organización de la visita de su Santidad Juan Pablo II en el Club Hípico de Concepción. En el sector de Caleta Chome, trabajo junto al Padre Benito y otros hermanos de la parroquia en la construcción de la capilla. Con mucha fe y devoción participo en la creación del grupo P. Pío, el cual se reunía todos los últimos viernes de mes con una eucaristía y antes el rezo del Santo Rosario. En el año 2006 trabajo incansablemente y con gran esfuerzo, responsabilidad y dedicación en el encargo dado por el P. Héctor Campos en la creación de un salón multiuso de la comunidad Cristo Resucitado, que lleva por nombre “Salón Padre Pedro”. Trabajo que duro desde febrero a julio de este año. Dentro de las devociones que destacan en él, es a la Madre de Jesús, María; rezando todas las mañanas el santo rosario, con su familia o solo. Un hombre de fe, transparente, leal, solidario, jamás se le escucho un regaño, una queja contra otro hermano. Con su silencio integraba y respetaba a todos. Un hombre humilde y cercano, que asumió la espiritualidad franciscana trasmitida por los capuchinos. A la edad de 2007 el día 27 de abril, rodeado de su familia y entregado totalmente en la manos del Señor, aceptó la invitación de su “jefe” (cómo llamaba a Jesucristo) a dar el paso definitivo a la vida eterna.

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Memoria agradecida Parroquia Jesús de Nazareth – Talcahuano

R.P. Pedro Armando Jamilet El P. Pedro, hermano capuchino, antes de ser ordenado sacerdote, tuvo la oportunidad de trabajar como enfermero en los frentes de batalla, durante la segunda guerra mundial, hasta que calló prisionero de los alemanes, compartiendo con otros muchos los infortunios de los campos de prisioneros. Ordenado sacerdote y cumpliendo su deseo de compartir enteramente la suerte de los trabajadores, se hizo uno de ellos, trabajando como obrero en distintas fábricas. Fue de los pioneros de la “Misión Obrera” en Bélgica, en una época en que el trabajo asalariado de los sacerdotes era algo impensado y no muy bien visto. Llegó a Chile desde su nativa Bélgica en la madurez de su edad, en febrero de 1960 con la finalidad de compartir su vida con los obreros y conocer todo el mundo sindical que se vislumbra en Chile. La fraternidad capuchina se hizo presente en la Parroquia “Jesús de Nazareth” desde sus inicios. Por decreto 255/68 del Arzobispado de Concepción se crea la “Vicaría Parroquial del “Espíritu Santo”. El 4 de junio de 1977 oficialmente nace la Parroquia “Jesús de Nazareth” y se nombra como vicarios a los hermanos Pedro Jaminet y Edmundo Lejeune. El P. Pedro se hace cargo de la Pastoral Obrera y la radio. Durante este primer tiempo se organizó todo lo relacionado con la catequesis familiar, tiempo de formación intensa a matrimonios guías y los animadores de catequesis de niños, preparación sería y sistemática de monitores de confirmación y de excelente formación de laicos. En este tiempo se organiza el trabajo pastoral de la Cali, las coordinaciones juveniles y otros grupos. Por otra parte, junto al trabajo de catequesis y fuerte evangelización del párroco, el P. Pedro fue formando las bases de la pastoral social, el otro brazo fundamental de la parroquia en la presencia de los hermanos capuchinos. Se decide desde un principio en generar estrategias para ir en ayuda de las personas más vulnerables de los distintos sectores donde se encuentran las distintas comunidades que forman la parroquia. Estos grupos prioritarios son: los cesantes, mujeres dueñas de casa, niños, adultos mayores entre otros. En la población emergencia (18 de Septiembre), se realizan talleres y también comedores para los más pobres. Las diferentes obras fueron apoyadas y coordinadas con distintas instituciones, entre las cuales podemos nombrar: caritas chile, Arzobispado de la Santísima Concepción, instituciones evangélicas y lo más importante con las personas que se encuentran involucradas en la Parroquia. El 7 de junio de 1978 el P. Pedro fue nombrado párroco con lo cual continua y fortalece el trabajo ya iniciado el año 1977, delegando responsabilidades en laicos comprometidos y por otra parte, fortaleciendo cada vez más su trabajo en la línea social, siendo él responsable directo de esta área. Su sensibilidad social lo llevó a realizar diversas experiencias de trabajo de talleres, llegando a las personas más necesitadas y motivándolas en el respeto de su dignidad.

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En este tiempo se crea la coordinadora y centro de acción solidaria “Mateo XXV”, la que gestiona un predio en Buenuraqui, un sector rural, donde se realiza una experiencia agrícola con cesantes de esta parroquia y se edifica una modesta casa de oración. Con el paso del tiempo y gracias a la experiencia de “Mateo XXV” se creó la oficina de acción social, quedando hasta hoy como lo distintivo de la Pastoral Social en nuestra parroquia, contratando incluso una asistencia social para llevar todo este apostolado que dura hasta hoy. En el año 1988 deja como párroco y se dedica por completo a la pastoral social. También se publica un libro por el P. Pedro llamado “Hechos de vida y opciones”, el cual muestra la vida misionera de él mismo. Después de un largo caminar, servir y entregarse a los hermanos y hermanas más pobres, regresa a su patria. Aquí acompañado de sus hermanos capuchinos descansa en el Señor en febrero de 1995.

Memoria agradecida Parroquia Jesús de Nazareth – Talcahuano

Guillermo Pantoja Quilodrán Guillermo Pantoja Quilodrán hijo de Santiago Pantoja y Clementina Quilodrán nació de 10 de Febrero de 1937 en Cherquenco, un pequeño pueblo al norte de Temuco lugar donde realizó sus estudios. Desde niño se caracterizó por su participación en actividades sociales y fue integrante de la acción católica de la Parroquia de San José de Cherquenco. A los 22 años contrajo matrimonio con Elizabeth Ibáñez Riquelme, de cuyo matrimonio nacieron cuatro hijos: Juan Carlos, Elizabeth, Marisa y Patricio. El año 1962 se trasladaron a Concepción y el año 1968 se radican en Hualpencillo, población de Talcahuano. El año 1969, buscando una Comunidad Católica para bautizar a Marisa, llegaron a la capilla Espíritu Santo, fundada por el Padre Pedro Jaminet. Dos años después el Padre Pedro decide levantar una segunda comunidad en la población el Triángulo, lugar donde vivía Guillermo y su familia, teniendo una participación activa en la construcción de esta capilla, Su aporte en materia de construcción, reparación, ampliación y remodelación de la capilla y sus salones, marcó también su aporte en beneficio de esta parroquia. Una de las últimas obras en las que participó fue en la construcción del santuario mariano de la comunidad Cristo resucitado. El año 1973 con la autorización del Padre Pedro Jaminet y con la colaboración de traperos de EMAÚS y A.C.E. (Ayuda Cristiana Evangélica), Guillermo Pantoja, responsable de EMAÚS en Concepción en conjunto con otras personas se encarga de la construcción de un local en la comunidad Cristo Resucitado, para la atención de niños desnutridos. En Mayo del año 1977 forma parte del consejo de la Comunidad Cristo Resucitado. Ese mismo año junto a su esposa Elizabeth, asumen como encargados de catequesis familiar y

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charlas pre-matrimoniales. En este año el Párroco de ese entonces, Padre Lázaro Effinier, sacerdote Capuchino de origen belga, que viene a apoyar la gestión pastoral del Padre Pedro Jaminet, incorpora en la Parroquia el nuevo sistema de Catequesis Familiar con participación de los padres en el proceso de formación de los niños, sistema que se veía imposible de realizar y cuestionado por algunos por la capacidad de poder incorporar a los padres ya que eran solo las madres quienes participaban en este proceso. El Padre Lázaro, se encarga de la formación de Guillermo y Elizabeth quienes asumen con posterioridad como los primeros catequista de catequesis familiar dentro de la parroquia y como asesores de esta catequesis en las parroquias vecinas del decanato. Guillermo que se declara como enamorado de la catequesis familiar continua como coordinador parroquial, logrando grandes frutos y transformando la catequesis en uno de los grandes pilares de la parroquia y una de las más numerosas y con grandes frutos. Frente al crecimiento de la población, la Parroquia ve la necesidad de expandirse levantando nuevas comunidades en distintos sectores del entonces Hualpencillo, Llegando a componerse de seis comunidades eclesiales de base en el sector urbano y tres comunidades en las distintas caletas de pescadores. En este crecimiento también tuvo una participación especial al apoyar a estas comunidades para dar vida a las distintas catequesis. En julio del año 1983 es instituido como el primer Ministro Extraordinario de la Eucaristía de la parroquia, quedando registrado con el Nº 30 en el libro de Ministerios confiados a Laicos. El año 1992 y producto de un deterioro fuerte de su salud entrega la Misión de la catequesis a la parroquia quedando en manos del matrimonio Ríos Toro Falleció el 5 de Julio del año 1994

Memoria agradecida Parroquia San Miguel – Talcahuano

Rafael Eugenio Bustos Gómez Nacido en el año 1930, trabajó desde su juventud en la Parroquia San Juan de Mata de Concepción, donde participó en la Joc y en el Coro de la Parroquia. Posteriormente, y por motivos laborales, trabaja en la Parroquia San José de Talcahuano hasta el año 1964, cuando se viene con su familia a vivir a Hualpencillo. Comenzó su trabajó en la Parroquia San Miguel de Hualpencillo, como laico junto a otros miembros comprometidos, como Federico Sepúlveda, Juan Romero, Tomás Contreras, Julio Pérgola, José Bahamondes, Santos Salazar, Gastón Nova y otros, a la sazón bajo la dirección pastoral de los padres de Maryknoll, padre Tomás Mc Dermoth y Tomás Kirschmayer, “Tomás Grande y Tomás Chico”, como se les conoció popularmente, realizando las primeras Misas en las casas de algunos feligreses, ya que el Templo aún no

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se terminaba de construir, de hecho las primeras comuniones se realizaron en el antiguo mercado de la población. Uno de los primeros trabajos pastorales en lo social, fue la Comunidad San Vicente de Paul, que junto a varias personas se encargaban de entregar ayuda a las familias más vulnerables de la población. En estas tareas le acompañaba su esposa Sonia Garrido. En el año 1967 participa en el Cursillo de Cristiandad número 14 y luego asiste a varios cursillos más, como relator de “Rollos”, “Campanillero”, y otros. Junto a Sonia y otros matrimonios, como Jorge y Berta, Juan y Laura, Edmundo y Fresia, Federico y Antonia, Juan y Hortensia, entre otros, dan inicio a lo que era la incipiente y en formación Catequesis Familiar. Integra el grupo de los cuatro primeros Ministros de la Eucaristía de la Parroquia San Miguel, realizando su labor en forma destacada, entregando la comunión a los enfermos en su domicilio, realizando bautizos, responsos fúnebres, celebraciones de la Palabra, celebraciones con los niños y jóvenes. Poseedor de una oratoria como pocos, una voz privilegiada en el canto, de una vocación mariana admirable, fue uno de los primeros laicos en celebrar el Mes de María en las casas de los vecinos de la población. Lideró en varios veranos la llamada “Operación Verano”, que era catequización en la población Emergencia, donde no existían las comunidades que hoy tenemos, en donde se realizaban actividades artísticas, pastorales y otras. Participó en los retiros juveniles como Director, miembro del Grupo Carismático y del Consejo Parroquial, encargado de la Catequesis Familiar y de muchas otras actividades que le daban vida a la Parroquia San Miguel. El 15 de agosto de 1999, día de la Asunción de María, el Señor lo lleva a compartir con Sonia, quien ya había partido a la Gloria de los Elegidos.

Memoria agradecida Parroquia San Miguel – Talcahuano

Edmundo Águila Fuentes Edmundo Águila Fuentes nació en Villarrica el 06 de octubre de 1938. A los 15 años se traslada con su familia a Concepción donde aprendió el oficio de zapatero, el cual ejerció toda su vida. A los 21 años se casa con doña Fresia Abarzúa Abarzúa, con quien dio vida a sus ocho hijos, a los que en cada etapa de su crecimiento inculcó valores cristianos. El 1968 se integró a la Parroquia San Miguel donde se le entregó el Sacramento de la Primera Comunión a sus tres hijos mayores. Más tarde se compromete como Catequista de Catequesis Familiar. Con la ayuda de los padres Ernesto Luckaschek y Gerardo Nelly de la congregación de Maryknoll, en el año 1984, se crea la comunidad Eclesial María de Nazareth y se les encomienda la tarea al matrimonio de Edmundo y Fresia de ser los Animadores hasta el año 1992.

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En dicho año, por envío del padre Bernardo Schöer ss.cc. se misionan los sectores de Cabo Aroca y Humberto Otárola, creándose así la Comunidad dedicada al Beato Damián de Molokai. El padre Bernardo les da la misión a Edmundo y Fresia de continuar su servicio a cargo de dicha comunidad. Edmundo fue un hombre muy dedicado a su familia y a su Iglesia, siempre teniendo una palabra de cariño y aliento para quien la necesitaba. Todo lo que él realizó en su vida fue con humildad, confiando plenamente en el Señor quien lo motivaba a diario para seguir con lo que se le encomendaba. Fue Ministro de la Eucaristía por varios años, acompañó a los jóvenes del Movimiento de Jupach a los campamentos, fue Coordinador de las Comunidades Cristianas por veinte años, y siempre estuvo donde se le requería, en retiros espirituales y jornadas de formación. En 1987 comulgó con el Santo Padre Juan Pablo II junto a su esposa. Edmundo dedicó 37 años al servició de su Iglesia, siempre firme en sus principios, dando lo mejor de sí, fortaleciendo las raíces de su familia a diario siendo padre, esposo, abuelo y amigo del mundo. Finalmente, falleció el 30 de julio de 2002, dejando una familia numerosa y amigos quienes lo recuerdan como lo que fe, una persona sin prejuicios que no condicionaba nada, que solo supo dar cosas buenas y que hasta hoy sus enseñanzas y costumbres las siguen fortaleciendo sus ocho hijos.

Memoria agradecida Parroquia San Miguel – Talcahuano

María Aída Conejeros Vergara María Aída Conejeros Vergara, la número seis de diez hijos, nació el 08 de diciembre de 1952 en Nacimiento. Su nacimiento fue muy complicado porque nació prematura con muy pocas expectativas de vida, pero logró sobrevivir. Hasta los cinco años usó un traje de San Sebastián. En diciembre de 1960 llegaron a Concepción, realizó su Primera Comunión en la parroquia La Merced. En 1969 llega a Hualpencillo e inmediatamente comienza a participar en la Parroquia San Miguel. Durante las vacaciones de invierno hace su aspirantazo en la Comunidad indígena de Trapa-Trapa. Apenas termina la enseñanza media, ingresa al Convento de La Merced en Santiago el año 1976, volviendo el día 23 de diciembre de 1979. 22 días después muere su papá Juan Evangelista (por este motivo habría dejado el Convento), provocado mucho dolor en todos. Con esto vuelve a participar activamente en la Parroquia hasta el final. En 1981 la noche anterior del atentado al papa Juan Pablo II, soñó acerca de lo sucedido en Roma contándolo a la familia, horas después se conoció la noticia.

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En la comunidad fue una persona que vivió en plenitud su fe dando testimonio tanto en su trabajo pastoral como en su vida personal. Participó en misiones rurales, fue monitora y Asesora de Catequesis de Confirmación, compañera espiritual de muchos jóvenes de la comunidad. Dictó talleres y cursos de la vida de la Virgen María. Participó en los campamentos de formación de los jóvenes junto al padre Bernardo, por diez años. Colaboró por años en el Instituto de Catequesis. Su mayor amor era por la parroquia y sus jóvenes, el Vía Crucis, Mes de María, Adviento, Pentecostés, retiros y encuentros. Trabajó junto a los padres de Maryknoll, padre José Cabrera y finalmente sus últimos años de vida, junto al padre Bernardo. Después de una larga enfermedad se fue a encontrar con el Padre el día 22 de septiembre de 2004, dejando su espíritu bromista, de solidaridad, su fe entusiasta y en el recuerdo de muchos jóvenes a quienes ayudó a surgir, tanto en lo material como en lo espiritual.

Memoria agradecida Parroquia San Miguel – Talcahuano

Carmen Rosa Toro Fuentes Carmen Rosa Toro Fuentes nació en Concepción el 20 de enero de 1934, hija tercera de nueve hermanos. En el año 1965 la familia se trasladó a vivir a Hualpencillo en la población Armando Alarcón del Canto. Rápidamente se incorporó a la Comunidad católica donde estaba la Congregación de los padres de Maryknoll, prestando servicio de Catequesis para niños y jóvenes. Fue catequista de prebautismal. Además colaboró en el Instituto de Catequesis y en el Sínodo. Siempre estaba dispuesta a colaborar en los servicios que se le pedían. Al principio prestaba servicios como secretaria para luego ser contratada en el año 1970. Uno de sus logros como catequista fue catequizar a niños y niñas sordomudos por dos años para realizar su primera comunión en la parroquia San Miguel. En el año 1982 llega como párroco el padre José Cabrera Lobos, con quien trabajó a la par y a la vez, fuese su amigo y confidente. En el año 1984 se le detectó una grave enfermedad silenciosa, pero igual siguió con su apostolado, tanto de secretaria como de catequista. Era lo que más amaba hacer. Trabajó hasta julio de ese año por el avance de su enfermedad. En esa época se estaba arreglando el nuevo Templo y el Velatorio. Su última anécdota fue la que le dijo al padre José: “Yo quiero que terminen antes que yo muera, pues seré la primera en inaugurar el Velatorio”. A los 50 años, el 15 de noviembre de 1984, se va a encontrar con el Padre. El Velatorio de la Parroquia lleva su nombre.

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Memoria agradecida Parroquia Santa Cecilia – Talcahuano

Pbro. Carlos Javier Puentes Figueroa El padre Carlos Javier puentes Figueroa nació en Florida, el 08 de Septiembre de 1931, día de la fiesta de la Natividad de la Virgen María. Educado en una familia profundamente cristiana, formada por Don Carlos Guillermo Puentes y Doña Carmen Rosa Figueroa y sus hijos Carlos Javier, Irma, Ernesto, Mario y Ema. Su pequeña hermanita Elbita no sobrevivió mucho tiempo. Su padre experimenta la pascua el año 1945, su madre debe enfrentar la vida sola con sus hijos. Ese mismo año y con tan solo con 14 años decide ingresar al Seminario Metropolitano de Concepción (Seminario Menor) y cursar sus estudios humanísticos, para posteriormente el año 1949 ingresar al Seminario Mayor a cursar la filosofía y la teología. El padre Carlos es ordenado sacerdote el día 02 de Febrero de 1958 en la Parroquia Nuestra Señora de La Candelaria de Tomé, por manos del Arzobispo Alfredo Silva Santiago. Su primera parroquia, San Matías Apóstol de Lota donde es nombrado Vicario, lo marcaría profundamente y para toda su vida presbiteral, poniendo especial acento en la clase obrera, en el dolor y sufrimiento de los más esforzados. Viendo en todos y cada uno de ellos al Señor que clama justicia de parte de los que más tienen, así es como el año 1983 es nombrado Director Eclesiástico del departamento Pastoral de Derechos Humanos, difícil misión que cumplió a cabalidad hasta el año 1991. Después de haber servido en la parroquia San Matías Apóstol y con la inquietud del tema que le fascinaba, la Teología, parte a Bélgica a estudiar y profundizar más a través de una Licenciatura en Teología por un periodo de dos años. En Agosto del año 1974, es nombrado Párroco de Santa Cecilia en Talcahuano, desde donde empieza su servicio evangelizador en las comunidades ya existentes, y un trabajo decidido para formar las Capillas de San José del Manzano, Santa Clara, Comunidad de María, San Martín de Porres y la de Santísima Trinidad. Sin duda que sería muy extenso nombrar todas las partes, áreas pastorales, departamentos donde el padre Carlos prestó servicio. Pero lo sí es claro, es que donde él estuvo dejó huellas, un recuerdo difícil de borrar por su sonrisa, su amor por la naturaleza, su lectura de cualquier libro que le permitía tener conocimiento del mundo particular y global, se adelantaba a los acontecimientos, tenía palabras de paz y calma en los momentos de angustia y desesperación, tenía tiempo para los enfermos, para los jóvenes, tiempo para dar los sacramentos, tiempo para escuchar y dar un consejo, tenía tiempo para evangelizar y para escuchar a un niño, Él siempre tenia tiempo a pesar de todo su que hacer, porque era un sacerdote las 24 horas del día. Quienes le conocimos y trabajamos directamente con él, las familias agradecidas de una palabra suya que les haya permitido superar momentos difíciles, matrimonios formados con el consentimiento y guía de parte del padre Carlos, cuántos Bautizados como Hijos de Dios y forman parte de esta Iglesia Discípula y Misionera.

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El padre Carlos fue un Profeta del siglo XX, defendía con coraje cristiano la fidelidad a Jesucristo y al Evangelio. Dedicación absoluta para acoger y dar esperanza a todo quien se lo solicitara. Apasionado por su parroquia Santa Cecilia por la justicia y amor a sus fieles y una entrega generosa a su Pastoral de los Trabajadores para formar dirigentes cristianos que dignificaran el trabajo del hombre y la mujer como un derecho irrenunciable, que se debe hacer desde Jesucristo y desde el Evangelio. La parroquia Santa Cecilia agradece a Dios por habernos permitido compartir el Ministerio Sacerdotal del padre Carlos Puentes Figueroa; por su forma simple y sencilla, por saber delegar en los laicos tareas evangelizadoras y pastorales, por la animación de Comunidades y la formación de Diáconos, quienes trabajaron con él en la expansión de Reino de Dios y llevar su Palabra y Buena Noticia a todos los sectores nuevos del área geográfica de nuestra parroquia, para que descubriendo el amor de Dios, y la presencia del Espíritu Santo los fuera transformando en hombres y mujeres de fe profunda, y fieles al Evangelio, buscando el encuentro permanente con Cristo, en la Reconciliación y en la Eucaristía. Dios en su infinita Misericordia le tenga en cuenta la fidelidad a su Palabra y Evangelio, todo el bien que él hizo por su Iglesia, por su familia y por los hermanos más necesitados y sufrientes, anunciando al Dios de la Salvación viendo en cada uno de ellos el rostro de quien era su Guía y su Salvador, al Hijo de Dios vivo, al Resucitado que perdona todos nuestros pecados, al mismo Cristo el Señor de vivos y muertos. El Padre Carlos vive su pascua el 21 de Mayo del 2002, para su encuentro con el Dios Vivo.

Memoria agradecida Parroquia Santa Cecilia – Comunidad San Pablo

Talcahuano Diác. Guillermo Francisco Araya Hinostroza Guillermo Francisco Araya Hinostroza, nace el 16 de Abril de 1929. Miembro de una familia de clase media y numerosa, se encuentra por primera vez con el Señor a los ocho años, cuando realiza su Primera Comunión, situación que marca su vínculo definitivo con la Iglesia. Su familia no era de asistir a Misa, su padre solo una vez al año en Navidad y su madre prácticamente nunca, ya que su labor de criar a una numerosa familia se lo impedía. Pero irónicamente, fue un hijo de ésta familia un tanto alejada de la Iglesia, quien se convertiría en un pilar y un padre de una comunidad cristiana emergente y numerosa. Después de realizar su primera comunión, continúa participando en la Parroquia San José en Talcahuano, según él mismo comentó una vez, por un empujoncito del Espíritu Santo,

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quien lo deslumbró con las maravillas de las Sagradas Escrituras. Comenzaba así su vida pastoral alrededor de 1940, participando en la Cruzada Eucarística de aquella época. En ese tiempo vivó muchas experiencias que lo llevaron a trabajar en labores pastorales que le fueron acrecentando su celo por el Señor, ayudando así a formar una comunidad pequeña, en una pieza de 3x 6 mtrs, donde se reunían a rezar el Santo Rosario. Es así, como colabora en la transformación de una pequeña bodega de vinos en le puerto de Talcahuano en un oratorio, que al pasar del tiempo se fue multiplicando en una numerosa cantidad de fieles que acudían a rezar, junto a una imagen de la Virgen que Don Guillermo se consiguió en donación. Ya de joven, en 1950 entra a trabajar a la fábrica Bellavista en Tomé, donde ayuda a fundar la Juventud Obrera Católica (JOC). De regreso a Talcahuano y luego de algunos años, en 1971 trabajando ya en ASMAR, conoce a tres compañeros de labores que coincidentemente los unía su amor por el Señor. Sin saberlo, los cuatro comenzarían una importante labor en una futura comunidad que ayudarían a fundar, San Pablo. Aun en servicio activo en ASMAR, se concentró en la formación de la comunidad San Pablo, apoyados por una comunidad muy cercana, san Geraldo (actual san Esteban), donde conoce a dos diáconos que la dirigían, José cabezas y Enrique Cores, con quién los unió una profunda amistad a lo largo de sus años. Ellos lo impulsan a prepararse al Diaconado Permanente, lo que realizó en forma muy seria y feliz, apoyado y acompañado de su amada esposa Mercedes y del gran grupo de feligreses que comenzaba a gestar esta nueva comunidad. San Pablo se funda el 29 de julio de 1971, bendecida por el Arzobispo Mons. Manuel Sánchez Berguiristain. La comunidad fue creciendo enormemente y Don Guillermo se dedicó incansablemente a sus labores como Diácono, con un gran respaldo de quién fuera su amigo y párroco de Santa Cecilia, el Padre Carlos Puentes Figueroa. El siete de Abril de 1987, Chile recibe la hermosa visita de el Papa Juan Pablo II, y dos días después, preside una misa para el pueblo obrero en el Club Hípico de Concepción, donde el Diácono Guillermo Araya es elegido por el Arzobispo para leer el evangelio en la Celebración Litúrgica, siendo además beneficiado junto a su esposa, en recibir la comunión de manos del Papa. San Pablo ya era una importante comunidad a nivel de la parroquia Santa Cecilia, pero la felicidad que brotaba en esos años, se vio interrumpida por un atentado incendiario, que consumó el templo en una madrugada del 1992. Sin relajarse y con firmeza, Don Guillermo volcó todas sus fuerzas en la reconstrucción del Templo, que significó reunir 14 millones de pesos, lo que logro en solo 3 meses. Alrededor del año 2000, se le manifiesta el principio de una complicada enfermedad que guardo y sufrió muy en silencio, un parkinson que le estaba avisando que ya empezaba su cuenta regresiva a cargo de la comunidad que fundó, formó y preparó por mas de 35 años, su casa, su hogar, como el la llamaba. En el año 2006, don Guillermo cuelga el alba y la estola, con mucho dolor y nostalgia, se refugia en su casa a ver los frutos de tantos años de trabajo, de esfuerzo y satisfacciones que le regalo al Señor.

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Pese a su enfermedad, que en el último tiempo lo mantuvo en cama, siempre y con una lucidez admirable, recordaba a su comunidad, con detalles muy precisos y nombres. Siempre se manifestó agradecido de sus amigos y colaboradores, por quienes desde su lecho de enfermo rezaba, esperando además poder encontrarse cara a cara, con el ser a quién dedicó su vida, Jesús. Don Guillermo Araya, parte a la casa del padre, rodeado de su familia y cercanos el 11 de marzo de 2010 a la edad de 81 años, en los días posteriores al terremoto. Esta comunidad, su casa le agradece por todo su legado, su generosidad y su entrega. Su comunidad San Pablo sigue adelante, con su recuerdo, su figura y su ejemplo; una comunidad que no lo olvida, porque en cada rincón de ella está impregnado su recuerdo. Don Guillermo, gracias por todo.

Memoria agradecida Parroquia Santa Cecilia – San Martín de Porres

Talcahuano Héctor Ariel Marín Valenzuela Héctor Marín nació el 20 Mayo 1978. Fue bautizado en la Parroquia La Asunción de Talcahuano. Su Primera comunión fue recibida en la Parroquia Santa Cecilia en el año 1991 y, en 1997 confirmó su fe en la parroquia recién mencionada. Miembro ilustre de la Pastoral Juvenil y del coro de nuestra comunidad San Martín de Porres. Puso sus dones al servicio de la Iglesia siendo ACN. Cuando el llamado a la misión se hizo presente, no dudó en ser partícipe en la coordinación de la Pastoral Juvenil de la comunidad San Martín de Porres, en la Parroquia Santa Cecilia, incluso siéndolo a nivel Arquidiocesano. La Renovación Carismática en Santa Cecilia supo de su fe y entusiasmo por el Evangelio de Jesucristo. Lo cual lo llevó a compartir el gozo de Cristo vivo con sus demás hermanos, siendo parte importante en la coordinación del equipo de misiones, tanto en nuestra comunidad como a nivel parroquial. Miembro incesante del grupo de liturgia, sirviendo también como ministro extraordinario de la comunión, demostrando que los jóvenes también están profundamente comprometidos y entregados en el servicio de Cristo en los hermanos. En el Liceo La Asunción quiso participar de la pastoral y apoyar el grupo de misiones, los iniciativas de las cuales pudo ser parte de la coordinación.

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Tras una larga enfermedad, la cual vivió como un regalo que le permitió preparar su partida, el encuentro tan anhelado con el Padre Celestial, falleció el 15 de noviembre de 2009, dejando un legado que, para muchos, será difícil de olvidar.

Memoria agradecida Parroquia Santa Cecilia – Talcahuano

Diác. Enrique Omar Cores Ibáñez Don Enrique Omar Cores Ibáñez, nace en Talcahuano el 16 de noviembre de 1934. Ingresa a la Armada de Chile a la edad de 12 años, posteriormente cursa su Especialidad en la Escuela Ingeniería de la Armada en Valparaíso. Desempeña su vida laboral en ASMAR Talcahuano y también como Profesor de matemáticas en la Escuela de Artesanos, en la Universidad Católica y en la Universidad Federico Santa María de Talcahuano. Contrae el sagrado vínculo del matrimonio con María Ana Remaggi Millán el año 1957, con quien tiene 5 hijos, Enrique Eduardo, Ingeniero Civil, Alejandro Fernando, Profesor de Biología, Luís Gonzalo, Profesor de Historia, Lorenzo Agustín, Contador y Mariana del Rosario, Profesora de Castellano, y 8 nietos. Don Enrique Cores, de profundas raíces católicas, así como su esposa María Ana, participaron siempre de la vida activa de Iglesia desde su natal Parroquia San José en Talcahuano Centro, posteriormente radicados en el barrio de Los Cóndores, participaron desde su fundación en la Parroquia Santa Cecilia, barrio Las Salinas, así como de sus Comunidades de Base, Capilla San Esteban, sector Perales, Capilla San Pablo, sector Denaví Sur, Capilla Santa Clara, sector Santa Clara. Después de haberse jubilado de ASMAR, el año 1982, Don Enrique, siempre Pro-activo, parte a trabajar a la Fabrica de Celulosa de Laja, desarrollando también allí su actividad Pastoral, como Diacono en la Parroquia Cristo Rey de la Ciudad de Laja, durante los años 1982 al 1992. Sin duda, Don Enrique era un hombre muy activo, y donde iba, se ponía de inmediato a trabajar, colocando su apostolado al servicio de la Iglesia local, para colaborar en las áreas pastorales que se le encomendara asesorar o cumplir con algún servicio propio de su ministerio, como lo era el incorporar a los hombres y mujeres al pueblo de Dios por medio del sacramento del Bautismo, y también ser testigo de tanto Sacramentos del Matrimonio de donde sin lugar a duda deben haberse formado muchas pequeñas Iglesias domésticas y que hoy deben formar parte de alguna comunidad cristiana dentro de la Iglesia Universal. Don Enrique Cores Ibáñez fue ordenado Diácono Permanente el 7 de Diciembre del año 1970, en la Parroquia Santa Cecilia, donde desarrolló su Apostolado por 39 años en está

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misma Parroquia, siendo llamado al encuentro eterno con el Padre el 7 de Julio del año 2000, producto de un cáncer. La Comunidad Santa Cecilia agradece a Dios por habernos permitido compartir su ministerio Diaconal de Don Enrique entre nosotros, y por trabajar con el área más dura de la Iglesia, con los varones, a través de los estudios bíblicos, enseñando la Sagrada Escritura y acercándolos a Jesucristo por medio de la Palabra Revelada, con un sistema método, sistemático y permanente abriendo así el corazón duro y terco de los hombres, para que fortalecidos por el amor de Dios, y la presencia del Espíritu Santo los fuera transformando en hombres de fe profunda, y fieles al evangelio, buscando el encuentro permanente con Cristo en la Reconciliación y en la Eucaristía. Que Dios en su infinita Misericordia le tenga en cuenta todo el bien que él hizo por su Iglesia, por su familia y por los hermanos más necesitados y sufrientes, viendo en cada uno de ellos el rostro de quien era su Guía y su Salvador, al Hijo de Dios vivo, al mismo Cristo.

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Memoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria Agradecida

Colegios de IglesiaColegios de IglesiaColegios de IglesiaColegios de Iglesia

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Memoria agradecida Colegio Instituto de Humanidades de Concepción

“Alfredo Silva Santiago” R.P. José Mario Ruiz Rivas Sacerdote Jesuita que encarnó el espíritu de Jesús, al interior de la comunidad Institutana durante 30 años, desarrollando una labor inigualable por su entrega y dedicación, caracterizada por su carisma, alegría, confianza, gran sencillez y humildad, nunca se le escuchó estar cansado, ni si quiera en los últimos años, a pesar de su avanzada edad. Irradiaba una gran energía, mostrándose siempre disponible para lo demás, especialmente para visitar enfermos o acompañar a las familias que experimentaban la pérdida de un ser querido Fue un gran sacerdote dejo huella en los niños, quedando en la memoria de los jóvenes cuando en el ‘portal del colegio se instalaba muy temprano a saludar a los estudiantes, personal del colegio y apoderados, proclamando el “Contento, Señor, Contento”, que aprendió de su hermano en el sacerdocio, San Alberto Hurtado. Sacerdote de comunicación sencilla y amable, a pesar de ser una persona muy culta e instruida, se hacia el más pequeño en el trato y en el servicio. Preparó a muchas generaciones institutanas y los chicos lograban identificarse con él, a pesar de la gran diferencia de edad. Persona de gran carisma, severo cuando debía serlo y de memoria privilegiada, impresionaba cuando saludaba identificando con su nombre a su interlocutor aunque este fuese un exalumno egresado muchos años atrás. De una preocupación permanente por la vida sacramental de los demás, siempre dispuesto a celebrar el Sacramento del Perdón, la Eucaristía con los cursos, a pesquisar en los alumnos que se incorporaban al colegio cada año, a quienes llegaban sin sus sacramentos para prepararlos y luego celebrar el Sacramento, ya sea Bautizo o la Eucaristía. Sacerdote prudente, respetuoso, comprensivo. Incapaz de juzgar a los demás aún viendo grandes errores en ellos, todo lo contrario, siempre invitaba rezar por quienes se percibían actuando en forma equivocada. Fue el gestor de los “Encuentros con Cristo” (retiros por curso), al interior del colegio esto les permite a los jóvenes vivir experiencias cercanas con Jesús y llegar a conocerlo más en profundidad. El Padre José Mario Ruiz Rivas nació en San Ignacio, provincia de Ñuble, el 01 de mayo de 1920. Fue el menor de 8 hermanos. Toda su vida quedó marcado y enamorado del mundo campesino. Estudió en la Escuela Apostólica de Chillán donde mostró sus dotes para los idiomas clásicos de latín, griego y francés. Entró al noviciado de la Compañía de Jesús, en Chillán el 9 de marzo de 1937. Se salvó del terremoto de 1939 porque estuvo de paseo con los demás novicios en el Salto del Itata. Con sus compañeros le tocó socorrer a los miles de heridos. Terminó el noviciado en Calera de Tango. Los dos años siguientes de la formación, el Juniorado, fueron en Córdoba, Argentina. Estudió filosofía y teología en San Miguel (Buenos Aires).

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Fue ordenado sacerdote el 23 de diciembre de 1950. En 1952, hizo la tercera probación en Colombia. Allí alcanzó a mediar la paz en un pueblito de la selva. Hizo sus últimos votos el 2 de febrero de 1954. Vivió su Pascua, el 25 de octubre de 2009.

Memoria agradecida Centro de Educación Integrada de Adultos

“Monseñor Alfredo Silva Santiago” Isolde Bermedo La Sra. Isolde Bermedo Guzmán, profesora de Peluquería y Belleza, trabajó en el CEIA durante 41 años y siempre la motivó dar alegría a las personas que lo necesitan. Nos cuenta que ha habido muchas transformaciones en estos años, como es el caso de la estructura, grupo de profesores, aumento de las salas de clases, la implementación de los talleres y el área humanista. Los mayores cambios que ha observado es la entrega de los profesores humanistas, quienes han tenido mucho que ver en el rendimiento de los alumnos, en el apoyo que han entregado para que los estudiantes tengan la posibilidad de continuar estudios superiores. Lo anterior también se ha visto en el área técnica, ya que muchos alumnos son microempresarios y han formado sus propios talleres, lo que les ha dado la posibilidad de ser independientes y ayudar a sus familiares. Después de estos 41 años, siente que el tiempo ha pasado en forma imperceptible, muchas veces ha sentido el establecimiento como su casa, en la que se ha llenado de grandes satisfacciones al poder entregar lo máximo de sí a sus alumnas y sentirlas como parte de su familia. También comparte el mismo sentimiento hacia los profesores, por el carisma humanitario que se observa en ellos. El mensaje que entrega a sus alumnos es: “El que tiene la oportunidad de llegar a este centro a estudiar se da cuenta y encuentra un nuevo mundo de aprendizaje, donde aprende que estudiar es el futuro de cada persona”. Y una especial mención de la Sra. Ilda Mella Novoa que durante mas de 50 años trabajó en la Universidad Obrera, que luego pasó a ser Centro de Educación de Adultos “Monseñor Alfredo Silva Santiago” y siguió colaborando en la Obra Social y Cultural Sopeña, siempre con el Espíritu de la Obra y fiel al carisma. El día 5 de Diciembre del 2009 se fue a la casa del Padre. Damos gracias a Dios por su entrega y testimonio de vida.

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Memoria agradecida Colegio de los Sagrados Corazones - Concepción

R.P. Mario Sandoval Munita El padre Mario Sandoval nació en Concepción (Chile), el 1 de octubre de 1922. Hijo de Arturo Sandoval y Rosa Munita, fue el tercero de seis hermanos y hermanas. Realizó sus estudios básicos y medios en el Colegio de los SS.CC. de Concepción, ingresando a la Congregación a inicios de 1940. Profesó sus primeros votos religiosos en Los Perales, el 9 de marzo de 1941, y sus votos perpetuos el 12 de marzo de 1944. El 21 de septiembre de 1946, en Valparaíso, recibió la ordenación sacerdotal de manos de Mons. Rafael Lira Infante. Durante su ministerio sacerdotal, tuvo un lugar destacado la tarea escolar, principalmente en el Colegio SS.CC. de Concepción. Sus primeros 21 años de sacerdote los vive casi totalmente en Concepción. Es profesor, ministro, rector (1957-62), superior de la comunidad religiosa. Vuelve a esa ciudad en el período 1979-1985, tiempo en que es director de pastoral del Colegio. En total, 27 años en Concepción. Otra misión importante que Mario ejerció fue su servicio en parroquias. Fue el primer párroco de la Congregación en la Parroquia de La Anunciación (1974-79), en Santiago. Doce importantes años de su vida los vivió en la Parroquia San Juan Evangelista, Gómez Carreño (Viña del Mar), donde fue llamado cariñosamente como “el Tata Mario”. En el último período activo de su vida, ya con la salud más debilitada, sirvió en el Templo SS.CC. de Valparaíso (1999-2006). Otros dos servicios tuvieron una importancia significativa en la vida de Mario. Por una parte, la pastoral familiar: fue asesor nacional del Movimiento Familiar Cristiano (MFC) en el período 1969-74 y asesor diocesano de la pastoral familiar en Concepción (1980-85). Por otra parte, fue asesor del Patronato de los SS.CC. de Valparaíso en el período 1997-2003, acompañando al personal de esa institución solidaria y a los niños y niñas de sus Hogares. En todos estos lugares, Mario fue querido y apreciado, porque él mismo fue una persona cariñosa, servicial y bondadosa. Su jovialidad, sencillez, buen sentido, sus disposiciones espirituales y su inteligencia abierta, rasgos que conocimos en él, son características ya anotadas en los primeros informes de su formación en la Congregación. A través de sus actitudes, de sus palabras y de su vida entera consagrada al Señor, Mario nos dio testimonio de la familiaridad y cercanía de Jesús. El martes 20 de enero de 2009, falleció a las 20.22 debido a un paro respiratorio. El jueves 22 de enero, se celebró en la Parroquia de La Anunciación su Misa de Funeral, luego de lo cual su cuerpo fue sepultado en la Cripta de la Congregación, en el Cementerio Católico de Santiago. En la Eucaristía del Funeral se leyó el texto de la presentación del niño Jesús en el Templo (Lc. 2, 22-40), ocasión en que el anciano Simeón bendice a Dios, expresando que puede morir en paz porque ha visto al Salvador. Confiamos en que nuestro querido hermano

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Mario, como el buen Simeón, ya descansa en paz y goza de la Salvación que Dios regala a sus amigos y servidores.

Memoria agradecida Colegio Sagrado Corazón - Concepción

Antonieta González Hernández Nació en Talca el 2 de Enero de 1909, hija de don Manuel González y de doña María de los Santos Hernández. Hizo sus votos perpetuos el año 1937. La hermana Antonieta estuvo alrededor de treinta años en la Escuela Santa Magdalena y el Colegio, acá se desempeñó siempre en el aula, impartiendo clases. Fue una gran educadora: alumnas y profesores la querían entrañablemente. Su felicidad era dar a conocer a Jesús a sus pequeñas alumnas, lo que la motivaba a prepararlas para la Primera Comunión. En Concepción cuando ya no podía trabajar, se instalaba en la sala de profesores, dispuesta a cualquier reemplazo... Es recordada por su gran amor a las niñas, por sus deseos de superarse y avanzar como maestra. Educadora por vocación. Se distinguió por su gran amor a la Congregación, a las Superioras y a cada una de sus hermanas, interesándose por las actividades y las familias de todas ellas, especialmente por los enfermos. Dejó en sus hermanas de Congregación, el recuerdo de su bondad, caridad, profundo amor por la Virgen y el Sagrado Corazón Muy piadosa, mientras tuvo fuerzas asistió a la Santa Misa, permaneciendo largos ratos ante el Sagrario y hasta el fin de sus días recibió con gran fervor la Sagrada Comunión. Al preguntarle si deseaba comulgar, su respuesta espontánea era:” pero si lo estoy deseando” e insistía en conocer el Evangelio del día para recordarlo en sus horas de soledad. Ella era muy querida por todos los que la trataban, acogía siempre con una simpática y picaresca sonrisa. Era respetada por su manera de ser, amable, delicada, fina, agradable sencilla, abierta y comprensiva. De un espíritu superior, se mostró por encima de las mezquindades humanas, sin criticar nunca a nadie. Su familia ocupaba un lugar privilegiado en su corazón y cada uno de sus integrantes se disputaba el poder llevarla a pasar un día a su casa. Sufrió una larga enfermedad abandonándose a la voluntad de Dios. No se quejaba o pedía nada. Si se interesaban por su salud respondía que estaba muy bien. Fue un modelo de educadora y religiosa.

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Memoria agradecida Colegio Inmaculada Concepción – Talcahuano

Hna. Waldefrida Brülls Nació en Essen, región industrial de Alemania. Integrante de una familia muy numerosa, sufrió la pérdida de varios hermanos en la guerra. Iniciada en el campo religioso entregó sus mejores años de existencia al servicio de Dios, y la educación. Religiosa de la Congregación “Inmaculada Concepción” hace suyo el carisma de nuestra fundadora y beata Madre Paulina, y lo pone en práctica al servicio de la comunidad en que prestará sus servicios. Llegó a Chile el año 1930, para integrarse a la labor educativa en nuestro país. Contribuyó con su esfuerzo al adelanto en diversos colegios de la Congregación tales como San Bernardo, Puerto Montt, Osorno, Concepción, Santiago… pero, llega a Talcahuano el 8 de Marzo de 1957, donde hasta el día de hoy se le recuerda constantemente entre sus ex alumnas, con palabras de : amor, agradecimiento y de admiración, ya que fue dotada por Dios, de un gran espíritu emprendedor, activo, dinámico y religioso, desplazó su mayor esfuerzo por el pleno desarrollo del colegio, que gracias a ella, fue creciendo en todo sentido: físico, espiritual y académico, dejando una huella profunda en toda nuestra comunidad. Algunas de sus obras que permanecen en el tiempo:

o 8 de Marzo de 1957: Llega como Superiora y una de sus primeras preocupaciones fue la Creación de la Biblioteca.

o Marzo 1961: Se compra un terreno detrás de la nueva Capilla con el propósito de hacer un portón con salida a Sargento Aldea. Además se acondicionó y hermoseó el cerro, en cuya parte más alta se ubicó la imagen de la Virgen.

o Octubre 1961: Con la ayuda del Centro de Padres se adquirió la propiedad en lo alto del cerro, haciendo la conexión del agua potable para abastecer gran parte de la casa.

o Enero 1962: Se inicia la edificación del último pabellón y se termina totalmente en Febrero de 1964 que cuenta con: auditorio, laboratorio, comedores, nuevas salas de clases con mobiliarios modernos, patios, entretenciones infantiles, baños, etc.

En cuanto a la educación propiamente tal, sobresalen: *Creación del 2º Ciclo de humanidades, que sólo contaba hasta IV. *Creó además el VI diferenciado (humanista y científico). *Creación de un anexo masculino (preparatoria). *Logró el reconocimiento de nuestro sistema de notas. Toda su preocupación y desinteresada dedicación puesta al servicio de las nuevas generaciones de nuestro puerto le valieron el reconocimiento para otorgarle el 27 de Junio de 1964, la medalla al mérito Bernardo O’Higgins, que es otorgada a las personas extranjeras que han colaborado y se han distinguido en el adelanto Cultural y Social del país, le fue entregada por un ex alumno de ese entonces y Ministro de la Corte Suprema Don Ramiro Méndez Brañas. Fallece en la ciudad de Santiago el 26 de Septiembre de 1992.

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Memoria agradecida Colegio Instituto de Humanidades de Lota

“San Francisco de Asís” Hna. Antonia El instituto Humanidades “San Francisco de Asís” de Lota Ex- Escuela Arturo Cousiño, hace Memoria Agradecida de Madre Antonia: nacida en la provincia de Baviera, Alemania, el 10 de Noviembre de 1910, fue bautizada con el nombre de Maria Pflugbeil Feichtner. Llegó a Chile el año 1934, iniciando su noviciado en la Congregación de Hnas Misioneras Catequistas de Boroa. Comenzó su labor de religiosa educadora desde el año 1936. Trabajó un año en el Colegio de Almagro, 3 años en los Laureles, 3 años en Melipeuco, 3 años en Cherquenco, 5 años en el Colegio de Boroa, IX Región, 9 años en la Isla de Pascua y 19 años en la Escuela Arturo Cousiño de Lota, distribuidos en 2 períodos; desde al año 1960 a 1975, regresando a pedido de la comunidad educativa el año 1984 hasta el año 1988. El 27 de Junio del año en curso, se habilitó un espacio con la fotografía de Madre Antonia y el acta del primer día de clases, escrito por Ella. También se dejó un libro para que todas las personas que la conocieron “escribieran su testimonio”. Madre Antonia, como todas sus ex alumnas la recuerdan; cálida, alegre, exigente y muy trabajadora, siempre preocupada de las familias lotinas, visitaba los hogares de la gente humilde y llevaba una palabra de aliento a los que más lo necesitaban. Los niños de aquella época, adultos hoy en día, aún entonan las canciones que ella reproducía con su violín en el Hall del colegio. Madre Antonia siempre estuvo para ayudar al prójimo; en aquellos tiempos eran muy comunes los incendios en los pabellones, los derrumbes de tierra en las minas de carbón, y la primera que llegaba con los extintores u otros implementos, para ir en ayuda de la comunidad, era Ella. Madre Antonia, abría el colegio, los ventanales de cada sala y pasaba un limpiador manual. Durante las clases visitaba a los alumnos y les regalaba “santitos” luego los hacia rezar, también practicaba en cada curso “el cálculo oral” su política era; que “todos los alumnos de primer año debían pasar a 2º año, leyendo, escribiendo, sumando y restando. Durante el tiempo que fue directora asignaba las horas pedagógicas a los docentes, revisaba los libros de clases y planificaciones; estimulaba el trabajo bien hecho y corregía con caridad los errores. Como no recordar a una persona que marcó con su ejemplo de caridad cristiana a muchas generaciones de la comuna de Lota. En el Instituto de Humanidades aún quedan docentes discípulas de Ella, que continúan con las enseñanzas dejadas por su Maestra, Directora y Guía. ¡Gracias, Madre Antonia! por compartir tu sabiduría divina con nosotros. ¡Gracias Señor! por habernos dado la

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oportunidad de compartir y trabajar junto a ésta maravillosa persona, ejemplo viviente de Jesucristo en nuestra comunidad

Memoria agradecida Instituto San Sebastián - Yumbel

Pbro. Pedro Campos Menchaca Nació en Concepción el 19 de Junio de 1918, sus padres fueron Miguel Campos Fuentealba e Isabel Menchaca Urrejola. Provenía de una familia Católica de la cual surgen tres sacerdotes para la Iglesia. Realizó sus estudios en el colegio de los Sagrados Corazones de Talcahuano. Al terminar su Enseñanza Media entra a estudiar Agronomía en la Universidad Católica de Chile. Antes de terminar su carrera siente el llamado del Señor, sin dudarlo deja la Universidad e ingresa al Seminario Metropolitano de Concepción a estudiar Teología, ordenándose como Sacerdote Diocesano el 05 de Enero de 1945. Su primera designación Sacerdotal es Yumbel en 1945 como Vicario Cooperador de la Parroquia; asimismo, asumió la Parroquia de Tomeco, permaneciendo en estas funciones hasta 1946. En 1947 el Padre Campos asume en el Seminario Metropolitano de Concepción el cargo de Profesor y Vice Rector. Luego, en 1948 cuando en la zona del carbón específicamente en Lota Alto se crea la Parroquia San Matías, el Padre Campos es destinado como Párroco Fundador a esta Parroquia donde permanecerá por 20años. En 1968 el Padre fue destinado a la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, ubicada en el sector de Pedro de Valdivia de Concepción, desempeñándose como Guía, Pastor y Párroco por un período de 6 años. En 1974 fue designado como Párroco de Yumbel y Rector del Santuario San Sebastián, donde asumió el 15 de Diciembre de 1974, permaneciendo en estas funciones hasta el 05 de Marzo de 1989. Durante los 14 años que ejerció su ministerio en nuestra comunidad atendió, además, las Parroquias de Tomeco, Rere y Río Claro. Paralelamente, durante su mando asumió como Rector y Sostenedor del colegio Instituto San Sebastián. En sus roles Como Rector y Sacerdote del Instituto San Sebastián, logró plasmar un compromiso real y efectivo con la fe Católica de alumnos padres y profesores. Fomentó y desarrolló la catequesis familiar revitalizando, a nivel de colegio y comunidad, Fiestas de Origen Religioso que se habían perdido. Crea varias residenciales para los jóvenes de los sectores rurales; implanta los premios de religión, que permitía a los alumnos destacados en estas asignaturas, viajar a conocer diversos lugares de interés religioso y/o turístico, de la región. Fue uno de los primeros en

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proyectar la Enseñanza Media del Instituto San Sebastián, apoyando decididamente el perfeccionamiento constante de los profesores del Instituto y la Comuna. Además, con el fin de que la asignatura de Religión se impartiese en la mayor cantidad de colegios de la comuna, financia la contratación de docentes de Religión, aportando económicamente a aquellos profesores que quisieran obtener la mención en esta asignatura. Como Párroco de Yumbel y Rector del Santuario impulsó proyectos de huertos frutales y de crianza de conejos. Gestionó ante las autoridades la instalación del CET, Institución que hasta hoy presta ayuda técnica a los campesinos de Yumbel; impulsó la formación del Club ARDA y de un Jardín Infantil para la Población Diego Portales. Donó Terrenos Parroquiales para la creación de una población habitacional que hoy lleva su nombre. Como Rector del Santuario San Sebastián organizó la primera reunión nacional de Santuarios de Chile. Se preocupó por el cuidado y hermoseamiento del Campo de Oración y, asimismo, por la construcción y reparación de la Parroquia y Capillas en sectores rurales de nuestra comuna. Fortaleció la celebración del 20 de Marzo en Honor a San Sebastián. Durante los 14 años que dirigió la comunidad yumbelina, el Padre Pedro Campos Menchaca proyecta en nuestra comuna, el Amor a los niños, interés y preocupación por el mundo rural, sencillez, transparencia, honradez y por sobre todas las cosas, generosidad y solidaridad con todo aquel que presentara alguna carencia ya sea material o espiritual. Destaca también su espíritu emprendedor y su vocación de servicio a los pobres. En 1989 después de muchos años de servicio en Yumbel se retira de nuestra Parroquia, quedándose a vivir en nuestra comuna. En 1992 es nombrado Hijo Ilustre de Yumbel. En 1993 es nombrado Canónigo Honorario Vitalicio del Cabildo Metropolitano de Concepción. El 2001, muere a los 83 años de vida, siendo sepultado en el Cementerio Parroquial de Yumbel.

Memoria agradecida Liceo La Asunción – Talcahuano

Hno. Charles Silvestre O’Neil Dupont El hermano Carlos o “Silvestre”, como fue conocido por muchas generaciones de asuncionistas, nació el 8 de octubre de 1916, en Estados Unidos de Norteamérica. El 29 de junio de 1950, ingresó como Hermano Misionero de Maryknoll. Por varias décadas, sirvió en la misión de Talcahuano, desempeñando el cargo de Rector del Liceo La Asunción entre los años 1964 a 1971. Durante su estada en el Establecimiento, fue valorado por su calidad humana, disciplina y su carisma en el trato con los alumnos y demás integrantes de la comunidad escolar. Siempre acogedor y severo, dulce y firme ante los comportamientos humanos. Como religioso, fue testigo fiel de Jesucristo y de su Iglesia, procurando la sólida formación

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cristiana e integral de los niños y jóvenes del Colegio, así como la piadosa veneración a la Santísima Virgen de La Asunción, patrona del Establecimiento. En el transcurso de su gestión, realizó clases de inglés, educación física y religión, también, fue profesor jefe. Logró el reconocimiento de las calificaciones por parte del Estado, promocionó el intercambio cultural de alumnos por egresar entre Chile y Estados Unidos; creó la Confraternidad de la Doctrina Cristiana (CDC) para ayudar a las familias de escasos recursos tanto del Liceo como de las poblaciones aledañas; promocionó las revistas de gimnasia estudiantiles, los encuentros de conjuntos folclóricos, festivales de cine, kermeses familiares, competencias deportivas ínter escolares, misiones pastorales y de solidaridad. También creó las brigadas escolares y las girls guides de tránsito y disciplina al interno del Liceo. En 1966, dio vida al Centro de Ex alumnos asuncionistas, que lleva su nombre, adquiriendo una oficina, al lado del Registro Civil, para esta organización, en 1983. Una vez retirado del servicio activo, pasó sus últimos años en un hogar para Sacerdotes y Hermanos de la Congregación en la ciudad de Maryknoll, Nueva York, falleciendo el viernes 7 de diciembre del año 2007, a los 91 años de edad, en vísperas de las fiestas de la Inmaculada Concepción de la Virgen María en Chile.

Memoria agradecida Colegio Madres Domínicas - Concepción

Sor María Camino Vidaurreta Gurbindo. María Nieves Vidaurreta Gurbindo, nace en Villava, muy cerca de la capital Navarra, Pamplona, el 5 de agosto de 1933, hija de Don Venancio Vidaurreta y Felipa Gurbindo. Al cumplir la edad escolar ingresó al Colegio de la Presentación de las Dominicas de Villava, donde terminó sus estudios e ingresó a la Congregación Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia el 12 de octubre de 1951, adoptando el nombre de María Camino, acabado el noviciado en su pueblo natal, realizó su primera profesión el 4 de agosto de 1953 y la profesión perpetua cinco años después, también un 4 de agosto, en Santa Cruz de Tenerife. En 1961, Madre Camino, llega a Chile al Colegio Beata Imelda, en la ciudad de Pitrufquén, primera casa fundada en nuestro país, por las Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia, en donde se desempeña como Directora hasta el año 1971, este mismo año es trasladada al Colegio de la Congregación, Clorinda Bello, ubicado en la ciudad de Santa Juana, en donde cumple con la función de Directora y Superiora de la comunidad. Reconocida por sus dones de liderazgo, calidez, preocupación por la persona, amor a la educación y diplomacia, es nombrada Provincial de la Congregación en la provincia de Chile, desde 1976 a 1981.

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Felizmente para nuestra comunidad, en 1981 Madre Camino llega a nuestro Colegio, Carmela Romero de Espinosa, Madres Dominicas de Concepción, en donde se desempeña en un primer momento como encargada de pastoral y más tarde como Directora del Colegio, y Superiora de la Comunidad Religiosa. Siempre declaró públicamente su amor a Chile y decía sentirse tan chilena como española, cariño que también fue retribuido en todas las comunidades en que vivió, pues su afable sonrisa, su preocupación por el dolor del otro, su calidez y amable acogida, fueron las virtudes por las que siempre fue reconocida. En todas las generaciones que educó, marcó una profunda huella. He aquí el testimonio de quienes la conocieron: "… Madre Camino fue siempre una mujer sincera y que buscaba la verdad, fue de esas personas que nunca olvidaba el nombre de las alumnas ni menos el de sus papás. Saludaba a todos con una gran sonrisa…. Fue muy valorado que siempre recibía en su oficina y tenía tiempo para conversar con los alumnos si tenían problemas…". (Testimonio de la exalumna Juanita Herrera R.) “… Madre Camino fue artífice de esta historia de aprendizajes colectivos como familia dominicana. Tan especial y distinta que un “vosotros sois los primeros educadores” lo traducía en invitaciones a las eucaristías del Colegio, en recordar nuestro compromiso de asistencia a la Escuela para Padres, en invitaciones a talleres de formación, en propuesta a ser monitores, en compartir experiencias, en ser mejores padres.” (Testimonio de la familia Castro Villanueva) Su afán por reconocer, valorar y reivindicar la posición de la mujer en nuestra sociedad fue una preocupación permanente en su vida, así como también defender la integridad de la familia. Conciente de ello y de estar a la altura de los tiempos integró a los varones a nuestro Colegio el año 1998, transformando nuestro establecimiento en mixto, con el fin de acoger y servir a la familia en su plenitud. En el año 1999 viaja a su patria en donde la sorprende una larga y penosa enfermedad, desde su lecho de enferma hace vida su lema “Mi fortaleza Señor eres tú”, pese a ello no olvida a su Chile querido y mantenía permanente contacto con nuestra comunidad. El año 2001 acompañada por sus hermanas de congregación, parte a la casa del Padre.

Memoria agradecida Colegio María Inmaculada - Concepción

Sor Justina Aschoff Sor Justina religiosa de la congregación de la Inmaculada Concepción, nació el 28 de agosto de 1912 en Alemania. En 1930 entró al postulantado de la Congregación. En 1931 recibió el santo hábito y continúo con su preparación hasta 1937. En marzo de 1938 fue

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destinada a la provincia chilena. Su profesión perpetua la realizó en San Bernardo, Santiago Chile, ciudad donde se ubica la Casa Madre. Gozaba de la confianza del Señor para trabajar en su viña. Dotada de una piedad sólida y de nobles ideales pedagógicos: “supo dar y darse sin medida”. Trabajó incansablemente en los colegios de la provincia chilena, formando muchas generaciones para la vida cristiana y profesional. A comienzos del año1974 fue nombrada Superiora del Internado de Concepción, lugar que es hoy nuestro Colegio María Inmaculada. Sus hermanas religiosas alaban su bondad maternal. Sin llamar la atención ayudaba a los más desvalidos puesto que en ellos vio al Señor. Ella repetía constantemente: lo único que tiene importancia en nuestra vida es la CARIDAD, cumpliendo así los deseos de su madre fundadora Paulina Von Mallinckrodt, expresados en su carisma. Sor Justina, una religiosa sencilla, humilde, de carácter fuerte pero acogedor, con un amor profundo al prójimo, sin hacer diferencias entre las personas, bondadosa al extremo , generosa a más no poder. Se la recuerda entre los profesores por su calidez y detalles significativos: en el desayuno, por ejemplo: remedios, dulces, malicia para el cafecito en las mañanas frías de invierno. Su acogida y preocupación especial por las alumnas que venían de la ALDEA SOS. Su afición por los deportes la llevo a incluir al colegio en ese entonces “Santa Isabel” en la asociación ADICPA en el que participaban los Colegios particulares de Concepción, compitiendo nuestras alumnas en diferentes campeonatos con buenos resultados. Luego de una vida plena dedicada a servir cordial y alegremente fue llamada a la Patria Celestial el 12 de mayo de 1982, mientras participaba de un fervoroso retiro espiritual en la Casa Madre, en Concepción esperaban consternados los restos de su directora y superiora, para velar sus restos en la capilla del Colegio Santa Isabel, donde recibió grandes muestras de aprecio y gratitud, de parte de toda la comunidad escolar. Su vida se resume en las Bienaventuranzas. Sus restos descansan en el cementerio general de Concepción. En resumen se podría decir de ella; “PASÓ POR LA TIERRA HACIENDO EL BIEN”. “LOS QUE SIEMBRAN A MANOS LLENAS, COSECHARÁN A MANOS LLENAS”.

Memoria agradecida Instituto de Educación Rural

Liceo Técnico Forestal Escuadrón - Coronel Mercedes Marta Herrera Jara Mercedes Herrera, más conocida como “Martita”, nacida en la Localidad de Ocoa, Comuna de Hijuelas, Quillota, Chile; proveniente de una familia católica campesina con 8

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hermanos; cuyos padres fueron: Don Julio Herrera y Doña Mercedes Jara. Su vida transcurre entre los años 1931 y 2009 del día viernes 03 de Julio. Fue soltera, dedicada íntegramente al servicio de la Institución. El testimonio personal en un Encuentro Pastoral Nacional del Instituto de Educación Rural (IER) , realizado entre Colín y Talca en Julio de 2008, que contiene los hechos de vida unido a Cristo, vislumbra ya como testigo del amor de Dios para la Memoria Agradecida en el Bicentenario de Chile, eh aquí un pequeño extracto: “Yo soy campesina, mis padres eran campesinos, y desde esa realidad fui invitada a formar parte de este movimiento. El Señor me invitó, me costó tomar la decisión porque me sentía poco preparada, me sentía sin una formación profunda, pero sobre todo me sentía invitada, más bien llamada y por eso me decidí a formar parte de este movimiento, por allá por los años 1952”. “Desde el principio en el IER y desde una mirada de fe, …lo único que teníamos era un deseo grande de hacer lo que el Señor quería que hiciéramos…se venía para superarse y tratar de ayudar sirviendo al mundo campesino que especialmente en esa época lo necesitaba mucho”. “…nos sentíamos invitados por el Señor a dejarlo todo, vivíamos en comunidad, por cierto que no era muy fácil la vida comunitaria, hacíamos esfuerzo para adaptarnos y vivir como hermanos, vivir en familia verdadera, donde nos procurábamos animarnos, corregirnos en las fallas. A veces nos molestaba que nos corrigieran, pero luego lo agradecíamos y lo entendíamos en el sentido de ayuda recíproca. Nos ayudábamos mucho”. “Uno de los apoyos fundamentales que experimentábamos era la oración. La oración era algo fundamental para todos, era muy importante. Había momentos durante el día donde todos orábamos, rezábamos el rosario diariamente, se hacía lectura formativa a partir de la Biblia o de otros libros de formación” “Otra fundamental ayuda que teníamos era la Comunión diaria. Felizmente en esa época los sacerdotes vivían con nosotros en las Centrales. Teníamos todos los días la Eucaristía. Esa era la que nos fortalecía y nos animaba en este trabajo que también como hoy, no era nada fácil”. “También lo he dicho que unos con otros nos apoyamos mucho y, aprovecho de agradecer a los sacerdotes que nos ayudaron tanto, especialmente al Fundador del IER, Monseñor Rafael Larraín, que tuve la oportunidad de conocer y trabajar con él. Lo más que tengo de mi formación fue gracias a él. Si bien yo recibí una sólida formación cristiana de mi familia... Conocimos a un Dios cercano, que está siempre con nosotros, somos nosotros los que lo dejamos de su lado, podemos conversar permanente con Él, pedirle la ayuda, un Dios Misericordioso un Dios que nos está ayudando y entregando en todo momento lo que necesitamos. Con toda verdad digo que…tenemos que cuidar y mantener: ese estilo de vida sencillo, ese estilo de vida de llegar a todos, acoger y compartir con todos, de cultivar un permanente contacto con Dios, a través de la oración, de la solidaridad, a través de todo lo

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que sea aprender cosas nuevas, aprender las nuevas tecnologías, muy importante es estar al tanto y estar al día en todo”. “Finalmente y aprovechando que todos están aquí reunidos, quiero pedirles perdón por todas las cosas que pude haber hecho bien y no las hice, por todo lo que pude haber entregado y no lo entregué y también si he causado algún problema o daño involuntario a alguien también pido que me perdonen y recen por mi, pero sobre todo recen y cuiden al IER. Muchas Gracias y que Dios les bendiga siempre”. (Últimas palabras como miembro del Equipo Pastoral del IER)

Memoria agradecida Instituto de Educación Rural

Liceo Técnico Forestal Escuadrón - Coronel

Sor Yolanda Sagal Rivas La Hna Yolanda Sagal Rivas, nació el 08 de diciembre 1931 en Lota. Sus padres fueron profundos cristianos que educaron a sus dos hijas, Yolanda e Irma en la fe de la Iglesia Católica. Ambas estudiaron en el Colegio del Niño Jesús y posteriormente Yolanda entró en la Congregación de las Hermanas del Niño Jesús en Argentina el 1º de Mayo de 1950, haciendo Profesión Religiosa el 25 de enero de 1955 con el nombre de Hna. María Lina, falleció el 5 de agosto 1992 De regreso a Chile, la hermana Yolanda se dedicó totalmente a la enseñanza, especialmente con los niños pequeños. Fue así como la vimos educando en el Colegio del Niño de Jesús de Lota, en la Escuela Centenario de Lota Alto, en el Colegio Niño Jesús de Los Ángeles. Posteriormente trabajó en la Escuela Nº 11, actual Konrad Adenauer, Escuela Matías Cousiño, actual Escuela Thompson Matthews, realizaba clases de religión, donde fue muy apreciada por sus servicios y contribución en todas las actividades anexas a la Educación. En la década de los ’70 participó activamente con la comunidad de la capilla Fátima, sector con bastantes necesidades económicas. Las mujeres integraron un grupo denominado AMAC (Asociación de mujeres de acción católica) quienes realizaban oración y manualidades, especialmente de utilidad para el hogar. Pero fue su dedicación a la tarea encomendada por la Provincia la reapertura del Colegio del Niño Jesús la que le significó todas sus energías y talentos en una salud ya bastante deteriorada. Tuvo la colaboración de numerosos particulares y laicos que confiaron en su gestión. Estuvo a cargo de un grupo de asociados a la Congregación, comunidad de laicos que buscaban vivir el compromiso cristiano, atendiendo al llamado que Dios hizo a Ana María Martel, fundadora de la Congregación, “Despertar y profundizar la fe de sus más contemporáneos, especialmente en los más desposeídos. Entonces impulsa la educación de los niños lotinos. Promovió y organizó las actividades artísticas y culturales. Creó junto a sus profesores fundadores del colegio, las Brigadas Escolares con mucho entusiasmo.

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Dirigía el consejo de profesores y se preocupaba de la formación espiritual del personal del colegio. Invitaba a profesores de religión y hermanas de la Congregación para que realizaran temas de interés. Además brindaba las posibilidades de perfeccionamiento a los colegas. Impulsó el registro fotográfico y crónicas del Colegio, para que no se perdiera la historia. Personalmente se encargaba de escribir las anécdotas y novedades. Estuvo siempre muy cercana a los niños y disfrutaba de sus travesuras y también de sus logros. Su preocupación principal era que el colegio se proyectara para el pueblo de Lota y que se mantuviera abierto a todos.

Memoria agradecida Colegio San Pedro Nolasco – Concepción

R.P. Julio Héctor Cabrera Binimelis Hijo de Julio Cabrera López y de María Binimelis Oviedo, nació en Santiago el 23 de Noviembre de de 1945. Hizo sus estudios en el colegio San Pedro Nolasco de Santiago a partir de 1953 hasta 1963; obtuvo el título de Bachiller en Letras en 1964.Además de Mons. Carlos Oviedo C., familiar suyo, conoció en ese entonces a otros religiosos mercedarios que hacían clases en el colegio o que hacían otras actividades apostólicas en la Basílica y en el convento del centro de Santiago. Pidió ingresar a la Orden; es así como empezó su noviciado en Melipilla el año 1964, a los 19 años; fue su maestro de Novicios el P. Carlos Saavedra F., Superior del convento el P. Alfonso Allende E. y Provincial el P. Juan Herrada A. Finalizado el año de noviciado, emitió la profesión de votos simples el 14 de marzo de 1965 en el convento de Melipilla. A fin de continuar su formación religiosa y sus estudios, se traslada al Estudiantado “Arzobispo Valenzuela”, comuna de la Reina, Santiago: ahí tuvo como formadores a los P. P. Francisco Ibáñez, Héctor Guerrero y Ramón Agüero. Estudió filosofía en la Universidad Católica de Chile.; la teología también la estudió en la misma universidad, obteniendo el grado de Bachiller en Ciencias Religiosas. A la edad de veintidós años, emitió su profesión de votos solemnes el 15 de de marzo de 1968 en la Basílica de la Merced, en manos del provincial Fr. Juan B Herrada A. El 1º de mayo de 1970 recibió el Diaconado en Concepción, de Mons. Carlos Oviedo C. La ordenación sacerdotal le fue conferida el 24 de Septiembre de 1970 en la Basílica de la Merced por Mons. Carlos Oviedo C., entonces secretario de la Conferencia Episcopal de Chile. Se desempeñó como maestro de Postulantes e Inspector General del Colegio San Pedro Nolasco de Santiago entre los años 1971 a 1976. Desde el año 1975 hasta el 1984 estuvo en Concepción donde fue conventual y Vice-Rector de nuestra comunidad educativa; luego, por dos periodos fue Superior, Rector y Párroco de

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la Merced de Concepción. Durante su mandato completó el ciclo de enseñanza media del colegio. De concepción fue destinado por sus superiores al Convento de Valparaíso desde 1984 hasta 1991 fue Superior del Convento y Rector del Colegio San Pedro Nolasco de Valparaíso. Tuvo un destacado desempeño en el Tribunal de Eclesiástico de causas matrimoniales; asimismo participó de la creación de la sociedad de derecho canónico. Fue profesor de Derecho en el Seminario de San Rafael de la diócesis de Valparaíso. Muy eficiente fue el trabajo que realizó el P. Cabrera en su cargo de secretario del Capítulo Provincial, oficio para el que fue elegido en repetidas oportunidades y cuyo testimonio está estampado en el Libro de Actas. También ejerció el oficio de secretario en el consejo de Rectores y en la elaboración del Proyecto Educativo Mercedario. Entre sus cualidades más destacadas tenemos su gran capacidad para el trabajo; era metódico y disciplinado en ejecutar lo que se le encomendaba .También tenía gran faceta de deportista: en Concepción y Valparaíso animó y promovió el deporte en los colegios particulares; llegó a ser presidente de la asociación de fútbol de los colegios particulares. El Señor quiso purificarlo al final se su existencia mediante una larga e inexorable enfermedad; su fe en Dios permaneció firme, inquebrantable aun en medio de sus dolores. Dejó esta tierra y pasó a la eternidad el día 4 de Septiembre de 1991; tenía 45 años de edad.

Memoria agradecida Colegio Inmaculada Concepción – Concepción.

Raúl Hugo Daniel Peña Rojas Raúl Hugo Daniel Peña Rojas, nació en Melipilla el 18 de abril de 1948, hijo de Aníbal Peña y de Rosa Rojas, ambos profesores de Estado. Sus primeros años de estudio los cursó en una escuela primaria de Coronel. Su espíritu de líder lo llevó a ocupar el cargo de Presidente del Centro de alumnos de la Escuela Normal, Juan Madrid de Chillán en la que recibe su título el año 1968. Al egresar fue designado como Director de la Escuela nº 28 de Talcahuano, ubicada en la Isla Mocha. En el año 1970, contrae matrimonio con Gladys Lagos, tuvo dos hijos, Hugo y Ximena. En el año 1972 se desempeñó como profesor de natación en la Escuela de Grumetes en la Isla Quiriquina, hasta el año 1973. Ingresa a nuestro colegio el año 1979, asumiendo el cargo de coordinador de Actividades Extra programáticas y entrenador del equipo de básquetbol. Falleció el 2 de octubre de 1996, a los 48 años de edad, en un accidente aéreo en Lima, Perú, luego de ir a dejar a su hija Ximena para que realizara su práctica profesional. Raúl, gran y fiel representante de nuestra comunidad educativa, a través de su estadía con nosotros, pudimos observar en él un hombre muy coherente con sus principios cristianos, no sólo fue ejemplo de educador, sino también de apoderado. Siempre dio claro

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testimonio de ser íntegro y conciliador frente a las adversidades cotidianas de toda comunidad. Constantemente, demostró una actitud de entrega a su trabajo sin escatimar en dar parte de su tiempo libre, acompañando a delegaciones de alumnas a participar en encuentro inter escolares, en diversas ciudades de nuestro país, regresando por lo general con los primeros lugares, situación que disfrutaba en compañía de sus jugadoras. si así no sucedía estaba siempre presto a animar a las alumnas a continuar poniendo todos sus esfuerzos, sin desmayar ante la derrota. Perseveraba en la respuesta positiva para buscar un camino, una solución. Como colega, lo vimos día a día responsable en sus actividades, ofreciendo su ayuda en lo que cada uno necesitara, disponiendo a nuestro alcance sus posibilidades. También lo vimos sinceramente comprometido con la Iglesia, participaba de comunidades laicales, donde obtenía luces para testimoniar sus valores cristianos en cada paso que daba, sirviendo como claro ejemplo a sus alumnas y porque no decir a nosotros, sus colegas. Todo lo anterior y mucho más nos llevó a escogerlo como la persona más adecuada para rendir este homenaje y expresarle nuestra infinita gratitud. Raúl gracias por siempre.

Memoria agradecida Colegio Salesianos – Concepción.

R.P. Clemente Korda Sobisz El P. Clemente Korda nació el 26 de Diciembre de 1884 en Zako wo, Polonia. Hijo de Clemente Korda y Anastasia Sobisz. A los diez años de edad llegó a sus manos una revista que promueve la espiritualidad Salesiana, llamado “Boletín Salesiano”, y es ahí donde se interesa por la acción que realizaban los salesianos en medio de los jóvenes. Dios fue forjando desde el hogar del padre Clemente su vocación a la vida religiosa. A los doce años deja Polonia y se dirige a Italia, donde en Lombriasco y luego en Ivrea cumple sus estudios secundarios y el noviciado. Allí recibe la sotana de parte del Beato Miguel Rúa, primer sucesor del fundador de la Congregación Salesiana, San Juan Bosco. Luego es enviado como misionero a Colombia, pero un atraso involuntario del joven clérigo Clemente en alcanzar el barco que habría de llevarlo a aquel país, hace que cambie su ruta para siempre. Es así como en 1904 llega a Chile, atravesando la cordillera de los Andes a lomo de mula. Es destinado a Valparaíso, luego a Santiago y finalmente a Concepción, donde es ordenado sacerdote en Octubre de 1911, dando comienzo a un largo y fecundo apostolado. Fue director de las obras salesianas de Talca-Salvador, Valparaíso, Catemu, Noviciado de Jahuel (donde se desempeñaba como Maestro de Novicios). Los últimos cincuenta años de su vida los pasó en Concepción. Confesor incansable, muchos miembros del clero de la arquidiócesis le tuvieron por director espiritual. El padre Clemente fue una persona caballerosa, exigente, jovial, muy alegre, serena, de una piedad sencilla y metódica. Amó a los jóvenes como a Cristo, el Buen Pastor. Los quiso servir

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humilde y fielmente. Su alegría era estar con ellos y esto fue realidad hasta el último día de su vida. La sólida vida espiritual del padre Clemente era vivida de una manera sencilla y expresada con naturalidad. Con la frecuencia típica del que está convencido de algo y lo considera fundamental, gustaba dar tres recuerdos: ser devoto de Jesús sacramentado y de María Auxiliadora; trabajar siempre con rectitud de intención y ser fiel a la propia vocación hasta el fin de la vida. En su trabajo jamás buscó reconocimientos ni honores, pero éstos llegaron de parte de las autoridades civiles. El día 29 de Noviembre de 1947, la Ilustre Municipalidad de Concepción lo condecora con la medalla de Oro “Al mérito”, “como premio por la gran obra que realiza en el Colegio salesiano, del cual egresan ciudadanos útiles a la sociedad, porque allí se les ha inculcado el amor al trabajo, a ser hombres de conciencia, de honor y dignos hijos de Dios”, como lo dijera el Alcalde de esa oportunidad. El 5 de Diciembre del mismo año, el Supremo Gobierno por manos del presidente de la república don Gabriel González Videla, le entrega la condecoración “Orden al mérito Bernardo O´Higgins” en el grado de oficial “para premiar a los extranjeros sanos y trabajadores, que entregan al país el fruto de su generoso esfuerzo”. El padre Clemente fue un sacerdote y educador que debía imprimir el sello del Evangelio en el corazón de los destinatarios, buscaba formar buenos cristianos y honestos ciudadanos. Todos le querían y rodeaban. Su afabilidad atraía. Fue Director de la comunidad religiosa de concepción en dos períodos: 1930 a1936 y 1946 a 1951. Muere a los 93 años en 1978. Sus restos se encuentran en el mausoleo salesiano del cementerio general de Concepción.

Memoria agradecida Colegio San José – Cabrero

Pbro. Abdón Ignacio Maldonado Gutiérrez Nuestra comunidad escolar ha realizado esta “Memoria Agradecida” fijando su mirada en nuestro Padre fundador, el Padre Abdón Ignacio Maldonado Gutiérrez de feliz memoria en nuestra comuna de Cabrero. El Padre Abdón, o el “curita”, como lo llamaba comúnmente la gente, llegó en marzo del año 1946 como párroco de “Santa Filomena”, fue muy preocupado de nuestra comunidad y, en el testimonio de aquellos que lo conocieron está el buen recuerdo de un hombre que siempre se la jugó por sus ideales de bienestar para las familias de nuestra comunidad. No sólo se preocupó de la parte espiritual de los miembros de esta comunidad parroquial, tema que por lo demás, era el centro de su atención, sobretodo con los niños y niñas que, debido a su incentivo constante son, ahora buenos cristianos; su preocupación constante y permanente por el bienestar físico de sus parroquianos lo llevó a emprender una serie de tareas que iban más allá de su quehacer pastoral. Entre sus obras fundó la 1ª compañía de

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bomberos de la comuna, equipos de fútbol, grupos juveniles y, su obra fundamental, la Escuela Particular N° 5 San José, hoy Colegio San José que, al alero de la parroquia “Santa Filomena”, nace en el año 1952. Desde el primer momento, el Padre Abdón, supo que esta institución debía ser un ente formador de, según sus palabras, “Buenos cristianos y aún mejores ciudadanos”. Los niños de la época en que el Padre Abdón fue párroco en nuestra comunidad parroquial guardan y atesoran los recuerdos de un pasado feliz en compañía de este visionario hombre, recuerdan con cariño cuando al finalizar cada misa les regalaba lo que ellos llamaban “boleto”, estos se acumulaban y al final de año, en navidad, y dependiendo del número de estos, les permitía recibir un regalo navideño que, en ese tiempo eran más bien escasos. No quedaba ningún niño o niña sin su presente y el Padre compartía con ellos y los acompañaba en un delicioso desayuno; además de esto le recuerdan con su alegría, sus interesantes conversaciones e historias, la manera en que, con cariño, les enseñaba a rezar. Su figura imponía respeto y autoridad, sin embargo esto no impedía que los niños, jóvenes y adultos se sintieran queridos y valorados. Siempre dispuesto a buscar ayuda en forma precisa, el padre Abdón sintió la necesidad de entregar cultura a los niños y niñas de la comuna, en su mente comenzó a proyectarse una escuela que atendiera las necesidades escolares de los niños. En su mente nació mucho antes pero, es en el año 1952 cuando se da el gran paso y se comienza con una escuela muy pequeña que recién, en noviembre del año 1956, el ministerio de educación la reconocerá como cooperadora de la labor educativa y docente del gobierno de Chile. En la primera página del registro escolar, en 1952, escribe: “En nombre de Dios y bajo la protección de la Santísima Virgen y la Advocación de San José empecé esta escuelita, creyendo hacer algo bueno en servicio de la Iglesia y de la sociedad, Dios y la Patria”. Al año siguiente, 1953, el padre Abdón crea “El batallón de la cruzada Eucarística”, grupo de niños y jóvenes que con su música hacía vibrar a la comuna con sus retretas dominicales y en las fiestas de la parroquia, del colegio y de la comuna. Muchos proyectos quedan sin realizar en la mente creadora de este gran servidor de Dios y de los hombres, pues fallece repentinamente el 07 de Agosto de 1957.

Memoria agradecida Colegio Clorinda Avello – Santa Juana

Sor Catalina Asarta López Juana Asarta López nació en Arbeiza, Navarra, el 12 de agosto del año 1901. Ingresó a la Congregación Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia el 10 de octubre de 1925, tomando el hábito en abril de 1926 y recibiendo el nombre de Catalina. Hizo sus primeros votos en abril de 1927 y su profesión perpetua en abril de 1930. Tras una breve

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enfermedad, muere el 20 de mayo de 1982. Su vocación fue la de educadora, trabajando con tesón y cariño en todos los lugares donde estuvo. En Santa Juana vivió hasta los últimos años de su vida. Estuvo en la sala de clases hasta que la edad se lo permitió. Cuando ya no pudo estar, se dedicó a atender personalmente a los niños con dificultad de aprendizaje, a los que dedicaba su cariño, atención y esfuerzo. También visitaba a los enfermos, ancianos y necesitados del Pueblo. Siempre tuvo palabras de ánimo y de apoyo y siempre hizo algo para alivianar su situación de desamparo. Tanto en Santa Juana como en el poblado de Pitrufquén, además de realizar todas sus actividades docentes y sociales, acompañaba a los niños en el comedor y en el recreo. Era muy exigente consigo misma y con los demás. Su carácter era impulsivo e impositivo; demostrando franqueza, a veces también dureza, a la hora de expresar sus opiniones, lo que fue causa de más de un sufrimiento para ella y los demás. Mujer orante y lectora incansable se preocupó por su propia formación y la de los que la rodeaban compartiendo con sencillez aquello que aprendía. Amante de Congregación y de la vida comunitaria. Ponía en la oración sobre todo a los niños que más les costaba aprender para que Dios le diera sabiduría y constancia. Con ello se esforzaba hasta que lograba sacar a los niños adelante. En Santa Juana ha dejado un recuerdo imborrable que todavía hoy muchos la recuerdan con su bastón y su mesa donde enseñaba a los niños. Damos gracias a Dios por esta mujer que luchó por formar a los niños en hábitos y oración. Por esta mujer que fue fuerte, dura, pero muy cariñosa. Por esta mujer de vocación que dentro de su ancianidad supo responder al Señor educando hasta el último momento de su vida. Por esta mujer fuerte capaz de dejar sus propios intereses por lograr sacar adelante a estos niños necesitados no solo de instrucción sino de afecto y corrección. Gracias Señor por M. Catalina Mujer de Dios que hizo presente a Dios en medio de esta comunidad Educativa que con su ejemplo muchas generaciones son lo que son, por su esfuerzo y tesón.

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Memoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria Agradecida

VVVVida Consagradaida Consagradaida Consagradaida Consagrada

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Memoria agradecida Congregación Hijas de San Pablo

Nos hemos reunido como comunidad Paulina para dar respuesta a las preguntas que Conferre Zonal nos hace para tejer la historia de la Vida Consagrada en Concepción, y contemplarla con cariño y gratitud. A continuación describimos nuestra historia, que no es otra cosa que narrar las infinitas y abundantes gracias del Señor. 1- El tiempo transcurrido, desde la llegada o fundación de la casa u obra.

Las Hijas de San Pablo llegamos a Concepción el 28 de abril de 1967, en pleno ciclo Pascual. Llegamos impulsadas por la fuerza de la Resurrección del Señor Jesús, obedeciendo a su mandato: Vayan a Galilea (Concepción) allí me verán… “y hagan discípulos míos” a través de la misión que les he encomendado. Desde aquel momento hasta hoy, ya han pasado 43 años vividos en esta hermosa Iglesia, poniendo a disposición de ella el Carisma Paulino: la evangelización, a través de los Medios de Comunicación Social, a nuestro alcance.

2- Lugares donde hemos servido en la Región. Dada la peculiaridad del Carisma

Paulino, nos ha correspondido servir en toda la Diócesis de la Santísima Concepción

y más allá de sus límites.

A los tres días, después de pisar tierra penquista y después de conversar con el Arzobispo de Concepción, Monseñor Manuel Sánchez, de feliz memoria y ser presentadas al Clero Diocesano, la nueva comunidad, en pleno, nos dispusimos a recorrer la Diócesis, Parroquia tras Parroquia, familia tras familia de esta inmensa Arquidiócesis. No hubo sector que no fuera visitado por las hermanas Paulinas. Llevábamos el Evangelio puerta a puerta, bajo la consigna de nuestro padre San Pablo: “si predico el evangelio, no tengo de qué gloriarme, cumplo con mi obligación”. Siempre vinculadas al Pastor de esta Iglesia, llevábamos su saludo a las familias, como también el saludo de sus respectivos párrocos. Antes de iniciar la visita a las familias que pertenecían a determinadas parroquias, las hermanas Paulinas, nos encontrábamos con el respectivo Párroco, para hacer un trabajo misionero, de conjunto. Es así como le ayudábamos a elaborar la estadística de su parroquia: cuántos habitantes tiene, cuál es su participación en la parroquia, sacramentos, estudios, necesidades de los parroquianos, voluntarios para la pastoral de la parroquia, otras Iglesias o religiones en su sector, etc. Terminado el recorrido misionero por la Parroquia, preparábamos un informe y lo entregábamos al Párroco para que lo tuviera presente en su proyecto pastoral. Organizamos misiones bíblicas y fiestas del Evangelio en distintas parroquias, con la participación de muchos laicos. Cuando aún la Palabra de Dios no llegaba a las bases, (Biblia) Paulinas iba de casa en casa poniéndola en sus manos y orando con las familias. Hacíamos la Lectio Divina, tan mencionada en nuestros días. Para las familias que encontramos, era Dios mismo quien la visitaba. De esta experiencia, muchas familias se acercaron a sus parroquias, para no desprenderse nunca más de ella.

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Otro aspecto de la Pastoral de Paulinas ha sido la fundación de DEARCOS, que contó con la participación de nuestras hermanas, haciéndolo fecundo y eficaz en sus iniciativas pastorales en el campo de la comunicación Social. Aquí se elaboraban programas radiales, encuentro de formación con personas que trabajan en el campo de la comunicación social, boletines etc. Desde nuestro Centro de Difusión, Paulinas continúa acompañando a las familias, a los jóvenes, a los niños, a los agentes de pastoral… colaborando en la formación humana, espiritual y pastoral. Desde la gran Diócesis de Concepción, Paulinas recorre las Diócesis hermanas del Sur de Chile, llevando la Biblia con la alegría propia del apóstol, en el campo de la comunicación. 3- Personas significativas que han dejado una memoria feliz entre los miembros de la

comunidad o gente que ha sido también una especial bendición.

En las raíces de la fundación de Paulinas en Concepción, se encuentra la fraterna presencia del Monseñor Manuel Sánchez, Monseñor León y Monseñor Carlos Oviedo. Estas personas fueron muy significativas en nuestro proceso de integración en la Diócesis. Ellos valoraban muchísimo el Carisma Paulino en la Iglesia, lo apoyaban y lo impulsaban a través de las mismas solicitudes pastorales que hacían a nuestra comunidad en el campo de la comunicación. No podemos olvidar la acogida que brindaron a nuestra llegada las hermanas del Sagrado Corazón. Estas hermanas nos acogieron durante un año en su comunidad y se constituyeron en un apoyo muy grande en nuestra insipiente fundación. Fueron madre, hermanas, colaboradoras… A ellas nuestro corazón se inclina para decirles, nuevamente, “muchas gracias por todo lo que hicieron por Paulinas, por el Carisma Paulino en esta Diócesis. ¡Dios las bendiga!” También, entre nuestros colaboradores se encuentra un laico muy querido; Don Serafín. El colaboró para que Paulinas, tuviera lo necesario para vivir y desempeñarse comunitariamente. Transcurridos algunos años. Otra persona significativa para la comunidad, fue el Padre Camilo Vial, posteriormente, Monseñor Camilo Vial. A él agradecemos el cariño y la ayuda fraterna para que Paulinas obtuvieran definitivamente su casa. Tampoco podemos olvidar a cada hermana que ha pasado por la comunidad de Concepción. Cada una de ellas ha entregado su vida, sus energías y su peculiaridad favoreciendo así el desarrollo del carisma Paulino en la Iglesia de Concepción. 4- Actos y actividades que hemos tenido

Consideramos que toda la actividad que hemos realizado es muy significativa, por la gracia de Dios.

• La presencia incondicional de Paulinas en el Centro de Difusión es la que permite que muchísima gente pueda tener acceso a la formación humana y cristiana a través de las hermanas y laicos que ahí trabajan, a través de libros, CD, DVDs, y otros.

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• El Centro de Difusión Paulinas es el rostro vivo de la Iglesia para muchas personas que buscan al Señor y que no saben a quién acudir.

• El Centro de Difusión de Paulinas, es un lugar de ecumenismo e interreligioso. Aquí llegan personas de otras Iglesias, que quieren dialogar con los católicos y que buscan material para su formación cristiana. (estudiosos, pastores…)

• Las Misiones Bíblicas son un medio fabuloso para llevar la Palabra de Dios a las familias. Estudiarla y orar con ellas a través de la Lectio Divina.

• DEARCOS. La fundación de este Departamento en la Diócesis ha sido una iniciativa que ha durado en transcurso del tiempo y que ha mostrado su eficacia y eficiencia y en la misión.

• Talleres de Comunicadores parroquiales. Formación de agentes parroquiales en el área de la comunicación.

• Programas de radio como una forma de apoyo a la pastoral vocacional diocesana. • Apoyo de Paulinas en ambientes que han sufrido mayormente los impactos del

terremoto.

5- Los grandes deseos que el Espíritu ha inspirado e inspira hoy en nuestra vida.

El gran deseo que Paulinas alberga en su corazón, como todo religioso y religiosa, es ser cada vez más testigos creíbles de la presencia del Señor Jesús en el ambiente que nos toca vivir. Y que la comunicación, entendida como comunión, llegue a ser el corazón de la Pastoral. Que ella produzca, recree y fomente la comunión al interior y al exterior de la Iglesia.

Memoria agradecida Religiosas del Sagrado Corazón

La Sociedad del Sagrado Corazón, fue fundada por Santa Magdalena Sofía Barat, en 1800 en Francia, Nuestro Carisma es manifestar los Sentimientos del Corazón de Jesús a través de la Educación, actualmente estamos presentes en los cinco Continentes, repartidas en 44 países. El tiempo transcurrido desde la llegada o fundación de la casa u obra:

La presencia de la Congregación en la Arquidiócesis de Concepción data desde el año 1865. Es decir 145 años. Lugares en donde hemos servido en la región

El 14 de septiembre de 1853 las religiosas llegaron a Santiago de Chile. A pedido de Monseñor Hipólito Salas, Arzobispo de Concepción se fundó la Casa de Concepción, en 1865: Cinco religiosas vinieron a esta zona, la madre Mary McNally, inglesa, como

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superiora, e integraban la comunidad las madres Raimunda Prat, española, María del Carmen Valdivieso y Javiera Guajardo, chilenas. Las Religiosas fueron recibidas en Talcahuano por Monseñor Hipólito Salas, el clero y una buena parte de la población de la ciudad. Las clases se más inauguraron en el local preparado en la calle O’Higgins esquina Lincoyan iniciando su educación 37 alumnas de las familias más influyentes. Al cabo de algún tiempo, el número de alumnas aumentó al punto que el local fue insuficiente y se debió adquirir el terreno para construir el colegio donde se encuentra establecido hoy, Maipú esquina Lincoyan. En el nuevo local, con más espacio empezaron a prosperar las obras, dos años más tarde, la escuela gratuita “Sta. Magdalena Sofía” abría sus puertas, esto era una las características de las obras de la fundadora de la congregación, fundar dos obras al mismo tiempo, una obra totalmente gratuita, para niñas de escasos recursos y un colegio con internado para las que tenían posibilidades económicas. A la luz del Concilio Vaticano II, la misión de la Sociedad del sagrado Corazón en Chile y en la Región, nos lleva a asumir nuevos lugares y estilos de misión. Es así como en el Colegio del Sagrado Corazón de Concepción se inicia un proceso de integración entre la Escuela y el Colegio, pasando a llamarse Colegio del Sagrado Corazón y siendo colegio subvencionado por el gobierno, este proceso se llevó a cabo en el año 1976 y en el año 1991 pasó a ser colegio de Subvención compartida. Desde el año 1998 la Dirección del establecimiento es llevada por directoras laicas. Especial servicio en la formación de personas y animación de COMIN en el Arzobispado de Concepción tuvo la hermana Margarita Hurtado. Actos y actividades significativas que hemos tenido Como Congregación hemos celebrado las siguientes fechas:

• En el año 1925 la canonización de Magdalena Sofía Barat, fundadora de la Congregación.

• 1942 la inauguración del Colegio, luego del terremoto del año 1939. • El año 1953 el centenario de la llegada a Chile y 1965 de la llegada a Concepción. En

el año 2000 el bicentenario de la Congregación. • En 1988 la canonización de la segunda santa de la Congregación: Santa Rosa Filipina

Duchesne. • Los 125 años del Colegio. • En el año 203 se celebro los 150 años de la llegada a Chile y como signo se realiza el

traslado de la comunidad de Penco al sector Michaihue. Los grandes deseos que el Espíritu ha inspirado o inspira nuestras vidas.

Descubrir y manifestar el amor del Corazón de Jesús en medio de nuestro pueblo. Hoy queremos ser mujeres enraizadas en Jesucristo, viviendo en comunidad, haciendo fecundo

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nuestro carisma en todas nuestras relaciones. Con una opción clara por los más pobres, las mujeres y los jóvenes. Impulsadas por el llamado del Concilio se fundan casas en sectores pobres de las ciudades. Aquí en Concepción, en el año 1968, a petición de los Padres Redentorista de la Parroquia de Penco, seis hermanas fundan la comunidad: Elisa Fuentealba, Mercedes Bravo, Emelina Lavín, María Barker, Agustina Zambrano y Elena Salas, su misión era animar la pastoral de los diferentes sectores de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen. En el año 1971 se abre una comunidad en el sector de Chillancito, la comunidad estaba conformada por las hermanas: María Medina, Luz Garcés y Laura Inostroza, cuya misión era animar la comunidad del lugar, Esta comunidad duró un año. En la década de los años setenta se tuvo presencia en la casa de Ejercicios San Francisco Javier, Pinares, apoyaron esta misión las hermanas Hilda Franco, Florentina Gajardo, Rebeca Beltrán, Matilde Beltrán, Rosita Retamal y Herminda Espinoza. También se tuvo presencia en el sector rural de la Arquidiócesis, en el sector de Poduco Alto, se atendió una escuela internado, la cual fue construida por aportes de la Congregación Internacional. En esta misión estuvieron Hilda Guzmán, Elia Vásquez, María Riquelme. Esta comunidad se cerró en el año 1988. En el año 2003 se cierra la comunidad de penco y las hermanas abren una comunidad en el sector de Michaihue en san Pedro de la Paz. Hoy somos cuatro religiosas: Elvira Villarroel, Nury González, Jessie Muñoz y Queny Gredig, que tienen como misión el animar la Comunidad escolar del Colegio del sagrado Corazón, acompaña la comunidad cristiana de Nuestra Señora del Buen Consejo y colabora en la Fundación de promoción humana, “Fundación Con Tus manos”. Personas significativas que han dejado una memoria feliz entre los miembros de la

comunidad o gente que ha sido también una especial bendición.

Por ser tan larga la trayectoria en la Arquidiócesis, hay muchas hermanas que han aportado con su quehacer y su oración en la misión en este lugar. Queremos destacar entre ellas a las hermanas que promovieron un estilo de vida y misión de los más pobres y que hoy se encuentran gozando con el Señor e intercediendo por esta misión. En Penco: Mercedes Bravo y Cantalicia Osorio quienes acompañaron grupos de promoción de mujeres. Elena Salas quien acompañó a las profesoras del sector municipal de la comuna de Penco. Dolores Zubiria, quien hoy vive en España, por la organización de la Catequesis Familiar en la Parroquia.

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Memoria agradecida Congregación Hermanitas de Jesús

Las primeras hermanitas llegaron en la población La Libertad, Talcahuano, en el año 1973 con el deseo de poder compartir el tesoro más grande de su vida, ofreciendo la vida para la construcción del Reino con los vecinos en lo cotidiano asumiendo las mismas condiciones de vivienda, trabajo, siendo una más con ellos. Siguiendo y contemplando a Jesús de Nazaret. Descubriendo su rostro en los más débiles y excluidos, queriendo ser una mano tendida para poder caminar y levantarnos juntos. La población Libertad está situada en la ciudad de Talcahuano, se formó a partir de una ocupación de terreno hacia el año 1954 al inicio de la industria de Huachipato. Venía gente del campo en busca de trabajo y se instalaba en un antiguo arenal. Alrededor había varias industrias donde encontraron trabajo los hombres y varias pesqueras donde muchas mujeres y también pescadores artesanales. Por varios años las hermanitas estuvieron trabajando como obreras en las pesqueras codo a codo en los largos y sacrificados turnos de las precarias condiciones de estos años. Nos encontramos con mucha miseria y empezamos juntas a varias mamás la formación de los comedores populares que fue de gran ayuda para las familias. A continuación de éstos comedores nacieron talleres manuales, entre otros de lanigrafía en arpillera que además de ayudar económicamente eran portadoras de lindos mensajes. Una hnta. participó por muchos años en esos talleres. Para poder urbanizar el terreno nos trasladaron a un antiguo basural donde vivimos varios meses en pésimas condiciones para después llevarnos a las nuevas casas. Estuvimos participando al comienzo de las primeras organizaciones sociales que han ido creciendo y al agregarse de otras nuevas como la del medio-ambiente, la triparita, etc. Que nos pone en diálogo con representantes de las empresas más cercanas que siguen preocupadas y en búsqueda de mejorar al entorno y la calidad de vida de los que viven en la población. Con la vecindad y como religiosas en su misión profética, pudimos participar en los actos de apoyo a los familiares de los Detenidos y Desaparecidos, yendo a sus marchas e integrándonos al movimiento Sebastián Acevedo contra la tortura y la violación de los derechos humanos. Así como lo que se ha ido dando como apoyo al pueblo Mapuche en la región. Juntas a nuestros hnos. y hnas. en la fe, y con la comunidad cristiana queremos que Jesús crezca en nuestro alrededor y en el mundo, para que venga su Reino de amor y de justicia, buscando relaciones de amistad, de escucha y de apoyo. Para vivir esa intimidad con Jesús al cual entregamos toda nuestra vida, pasamos largos tiempos a diario a solas con El en el Sacramento de la Eucaristía, donde Jesús nos invita a tener su misma mirada:”hagan esto en memoria mía”, y momentos de oración comunitaria para poder vivir una unidad de vida con una mirada contemplativa hacia la realidad en que vivimos y llevar esa realidad en la oración. Actualmente somos tres hntas. Mantenemos los contactos de amistad con los vecinos que se han creados en varias décadas de presencia en este barrio, con más atención a los que

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más sufren, enfermos o con problemas de varias índoles. Una hna. trabaja en el sector público: un centro diurno de atención complementaria de un programa de salud mental, donde la calidad de la acogida es fundamental para que los que necesiten de estos cuidados puedan tener una acogida y terapia de calidad. El terremoto nos dio la posibilidad de compartir desde adentro la situación de los afectados. Vivir las mismas condiciones y las mismas búsquedas de soluciones conjuntas, nos ha hermanado aún más en una situación tan extrema, comulgando con los mismos sentimientos de todos los pobladores. La cola para buscar el agua, las noches en el cerro y alrededor de las fogatas, fortaleció la amistad y provocaron muchos gestos de solidaridad. Tenemos una Junta de vecinos bastante eficiente elegida por todos los vecinos al llegar la Democracia y en la cual participamos. El problema de la droga ha invadido nuestra población. Con ellos y la iglesia local, buscamos soluciones: acogida, talleres. Poco a poco, lograron áreas verdes, con juegos para niños, para que vivamos un lugar más digno… esto ha cambiado el aspecto de la población… Damos gracias a Dios por estos años de reciproca fidelidad en la amistad que han posibilitado una solidaridad concreta que nos ha unido “a la suerte y al destino” de nuestros vecinos y amigos. Mucho hemos recibidos y aprendido de ellos, de tantas mujeres que por la fuerza y la lucha diaria han podido llevar adelante sus hogares, así como varios nos agradecieron por el tesoro que es el carisma de la fraternidad, eso “estar con”, y esa sencilla presencia cotidiana.

Memoria agradecida Congregación Pías Discípulas del Divino Maestro

Las Pías Discípulas llegamos a Concepción respondiendo a nuestra misión Eucarística, Sacerdotal, Litúrgica el 25 de marzo de 1988, a la Casa del Clero a petición de Monseñor Manuel Santos, para hacernos cargo de la casa y atención a los sacerdotes que la habitan. En nuestra misión no solo hemos acompañado a los sacerdotes con la atención cotidiana sino también en la enfermedad y ancianidad, con la oración y el cuidado hasta el momento de la partida a la casa del Padre: P. René Inostroza, P. Francisco Valenzuela, P. Jorge Jiménez, P. Santiago Sacaze, entre otros. Cada uno nos dejó un ejemplo de vida de entrega. En abril del 2003, fundamos nuestra casa en Concepción, y celebramos en este mismo mes la Beatificación de nuestro fundador el P. Santiago Alberione. Celebramos este acontecimiento con una Eucaristía de acción de gracias al Señor en la Iglesia Catedral, presidida por Monseñor Antonio Moreno, con la presencia de la Familia Paulina presente en Concepción, amigos y fieles. Los grandes deseos que nos inspiran hoy son el ser fieles a nuestra vocación y misión en la Iglesia, desarrollando nuestro carisma al servicio de esta Iglesia particular que nos acoge.

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Memoria agradecida

Hermanas Salesas Misioneras de María Inmaculada

- El tiempo transcurrido, desde la llegada o fundación de la casa u obra. - Desde 1979 hasta ahora, son 31 años de presencia en la Arquidiócesis.

Lugares donde hemos servido en la región

- 1979, Llega la Congregación a Concepción, y se abre una comunidad en

Carampangue en el Decanato de Arauco con cuatro hermanas que recorrieron los campos, visitando familias, formando comunidades, animadores de comunidades y catequistas. En estos 10 años de trabajo apostólico tuvimos la dicha de construir 18 capillas en estos lugares de campo.

- 1989, se cierra Carampangue y se abre una nueva Comunidad en marzo de este mismo año en la comuna de Ránquil, en la Parroquia “El Dulce nombre de María” de Ñipas con 20 comunidades de base. Se inició además la formación de grupos de Espiritualidad de San Francisco de Sales.

- 2004, en abril se abre una nueva casa en Concepción y las hermanas se instalan en Valle Nonguén, perteneciente a la Parroquia Natividad de maría, dejan el sector después de dos inundaciones que afectaron esos sectores.

- 206, se trasladan a la calle Baquedano # 157, sector perteneciente a la Parroquia San Ramón, pero igual se siguió trabajando con la Parroquia Natividad de María y apostolado en la cárcel de mujeres.

- 2008, las hermanas se trasladan nuevamente, esta vez llegan a vivir a la calle Angol1018 en Concepción. Actualmente prestamos servicios en tres parroquias, y en una escuela, según nuestro carisma misionero, colaborando además en distintos ámbitos pastorales a nivel de Decanato a y a nivel Arquidiocesano.

Personas significativas que han dejado una memoria feliz entre miembros de la

comunidad o gente que ha sido también una especial bendición.

- Hna. Teresa Padillara, quien regresó a la India después de 10 años de Servicio a la

misión, especialmente en la Catequesis. - En primer lugar mencionamos a Hna. Matilde de feliz memoria quien obtuvo

presente en las misiones de Ñipas y al mismo tiempo en algunos períodos de su vida visitó los lugares de Talcamávida y Gomero pertenecientes a la Parroquia de Santa Juana. Después de 20 años, partió para su patria. La India donde falleció el 20 de agosto del año 2000.

- Son varias las personas significativas de la comunidad, pero destacamos a la Sra. Carmen Albistur, también de feliz memoria, de la comunidad de Carampangue por su incansable espíritu de servicio.

Actos y actividades significativas que hemos tenido.

- La celebración de los 25 años de vida consagrada de hnas. Pushpa y hermana

Matilde. La celebración fue en el Colegio de Ñipas.

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Los grandes deseos que el Espíritu ha inspirado e inspira hoy en nuestra vida.

- Que no se apague el fuego misionero en nuestra Congregación, para no escatimar

esfuerzos por anunciar el Evangelio a todos los hermanos, en todo lugar donde el Señor nos quiera enviar.

- Y que muchas jóvenes puedan encantarse con la vida misionera que es tan maravillosa y estén dispuestas a continuar proclamando alegremente, el amor y la Salvación de Nuestro Señor Jesucristo.

Con gratitud al Señor que todo sea para su mayor gloria

¡VIVA JESUS!

Memoria agradecida Hermanas del Niño Jesús

Las Hermanas del Niño Jesús llegaron a Chile, a Lota, el 2 de Febrero de 1918. Venían provenientes de Argentina, Santos Lugares donde eran conocidas por los Padres Asuncionistas, quienes, años antes, habían llegado a hacerse cargo de la Parroquia de Lota Bajo y que buscaban religiosas para la educación de las hijas de los mineros. Ellos ya tenían el Colegio San Juan que era sólo para varones. Llegaron cinco hermanas que fueron las fundadoras de una comunidad destinada a educar en las letras y en la fe a las niñas del pueblo de Lota. Ellas fueron:

- Hermana Camila Lacalmontié , Francesa, - Hermana María Agustín Postry, francesa - Hermana María Idelfonso Dejeammes, francesa, - Hermana María del Pilar Julierac, uruguaya y - Hermana Juana Paoli, argentina

Se hicieron cargo inmediatamente, en marzo del mismo año de la Escuela Santa Filomena que ya funcionaba con algunas alumnas las que pronto se multiplicaron hasta completar ampliamente las aulas disponibles. Entre esas alumnas surgió muy pronto la primera vocación de Hermana del Niño Jesús en Chile, ella fue la lotina: Hermana Celia Navarro que abrió la caravana de muchas otras Hermanitas. En efecto, Lota ha dado numerosas vocaciones a la Congregación y a la Iglesia.

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Entre estas primeras hermanas quiero destacar como gran mujer, gran religiosa llena de espiritualidad de Encarnación, luego muy encarnada y entregada a la Hermana María del Pilar. Era una “asistente social” sin titulo la que se encargaba de conseguir todos los papeles necesarios a cuanta persona lo necesitara. Ella se ingeniaba para obtener lo imposible con tal de ayudar, de servir a los más necesitados. Fue haciendo trámites para una persona que sufrió un accidente en la estación del ferrocarril de Coronel, que le costó la vida el 24 de febrero de 1954 y su muerte conmocionó a la zona del carbón, tanto más que todo el Campamento de verano de los niños de Lota en Quillón se quiso hacer presente en su funeral y a una tragedia siguió otra tragedia: trece niñas del campamento encontraron la muerte en la carretera y la Madre Pilar se fue al cielo acompañada de varias de sus alumnas para las cuales había dejado su patria y su familia. Ella descansa en el cementerio de Lota junto a las niñas del campamento. En 1931, las hermanas del Niño Jesús de Lota fueron a fundar otro Colegio en los Ángeles, en la provincia de Biobío que en ese momento pertenecía a la misma Diócesis de Concepción con Monseñor Gilberto Fuenzalida como Arzobispo. Aquí también la educación de las jóvenes fue un inmenso campo Congregación y la Iglesia. Nuestra primera novicia en Los Ángeles fue la Hermana María Inés Carrasco. La tercera comunidad se impuso en Santiago, la capital de Chile. Con mucha naturalidad las Hermanas del Niño Jesús contaban con una comunidad de acogida en la capital, en la casa de las Hermanitas de los Pobres de Quinta Normal. Con qué alegría y gratitud nuestras hermanas mayores nos compartían la hospitalidad tan natural y fraterna de las Hermanitas de los pobres. Vaya para ellas una profunda gratitud. Ya vivíamos la intercolaboración en la vida religiosa:

En Santiago las hermanas se hicieron cargo de una Escuela parroquial en un barrio pobre de la Capital: Peñalolén, en la Parroquia San Roque, atendida por los Padres de Santa Cruz, quienes de Santiago habían venido a solicitar a las hermanas del Niño Jesús.

Aquí nos tocó aceptar el sobre nombre de Hermanas de San Roque y la primera Hermana del Niño Jesús santiaguina es la Hermana Elena Arellano Canales, actualmente misionado en Burkina Faso, África. En 1960, las hermanas se hicieron cargo de una escuela en el campo, en Florida de Concepción, la Escuela Nuestra Señora de Rosario del mismo nombre de Parroquia, que estuvo varios años sin sacerdote residente y en la cual las hermanas tuvieron que ampliar su apostolado más allá del ámbito de lo escolar. Todo eso llegaba con la nueva manera de evangelizar que nos traía el CONCILIO VATICANO SEGUNDO Y MEDELLIN. Tiempo hermoso para la VIDA CONSAGRADA y su invitación de RETORNO A LAS FUENTES. Para esto gran impulso nos significó

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- La PERFECTAE CARITATIS - La EVANGELI NUNTIANDI y otros documentos eclesiales.

Además, Capítulos especiales de aggiornamento, encuentros de CONFERRE nos llenaban de VIDA NUEVA que se traducía en experiencias nuevas de inserción entre los pobres: comunidades de base, catequesis familiar, apertura de nuestras casas y colegios… En la Hermana Zunilda Escalona Cartes, se encarnaron plenamente estas nuevas experiencias misioneras. Fue una incansable discípula y misionera del Señor Jesús que arrastraba a hermanas y laicos con su fuego misionero. La Iglesia de Concepción y Arauco con sus Pastores nos acompañó enormemente y nos impulsaba especialmente en el acompañamiento de experiencias misioneras. Durante los veranos nos íbamos a lugares desconocidos para llevar el Evangelio a nuestros hermanos más aislados: Nacían así las comunidades de base, el trabajo con los laicos y de los laicos, las capillas en los sectores rurales: Fue en la Parroquia de Florida donde personas como Don Jorge Muñoz, Asociado de la Congregación. Con mucha entrega y humildad, pudieron entregar su amor al Señor y a los hermanos en la animación de la vida cristiana de su sector rural acompañado a hermanos en la oración comunitaria, la preparación a los sacramentos, etc. Eran y son los discípulos y misioneros del Señor Jesús para sus hermanos del lugar. Con este mismo fuego misionero las Hermanas del Niño Jesús misionaron durante más de 30 años entre los hermanos mapuches del Alto Biobío colaborando especialmente en la promoción humana de nuestros hermanos PEHUENCHES que vivían muy atrasados humana y culturalmente. Así nacieron comunidades de Hermanas del Niño Jesús en Pitril, Cauñicú, en el Alto Biobío. Y en la Provincia de Arauco, en los Álamos, Sara de Lebu y actualmente en Arauco mismo. Haciendo esta breve MEMORIA AGRADECIDA nos sentimos bendecidas del Señor que nos permitió acoger el Don de la VIDA CONSAGRADA y actualizar ese Don en la vida de nuestra Patria en estos años de nuestra Historia como Congregación. Bendita VIDA CONSAGRADA, Bendito llamado del Señor a su seguimiento.

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Memoria agradecida Compañía de Jesús

Nuestros primeros compañeros pisaron estas tierras fines del siglo XVI. Estamos agradecidos porque, con los medios y las ideas de época, hicieron todo lo posible por defender a los mapuches y acercarlos a la Iglesia. Es posible que, por esos hermanos nuestros, muchos mapuches del Bío-Bío recibieran por primera vez el Bautismo y la Eucaristía. Agradecemos también, en las figuras del padre Luís Valdivia, en los mártires varios aspectos de la cultura. de Elicura (jesuitas y mapuches) (1612), en San Juan del Castillo, en el venerable Pedro Mayoral, en el padre Nicolás Mascardi, lo que el Señor entregó a esta tierra: los intentos de vivir dos pueblos en paz, la propagación de la fe y el desarrollo de varios aspectos de la cultura.

Agradecemos, como gestos significativos, el intento de establecer políticas de respeto sin la guerra, la fundación de un colegio, de una universidad, de la insistencia por fundar la actual Concepción y el primer trazado de sus calles.

Agradecemos, también, el testimonio que nuestros hermanos dieron en esta tierra. Testimonio que recoge don Diego Montero del Águila, obispo de Concepción, en una carta del año 1712 a Felipe V: “Hay en los más empeñados retiros de mi diócesis, entre las cordilleras, catorce casas de misioneros, todos de la Compañía de Jesús, con dos religiosos en cada una de ellas: a los cuales ayudé a llorar por consolarlos; no a convenir, porque para esto no necesitan de incentivos. Visten las mantas de los indios; comen lo que mendigan, y enferman de lo que trabajan. Estos pobres misioneros pierden la salud y la vida.”. La expulsión de 1767 pilló a nuestros heroicos hermanos en pleno trabajo. Este trabajo se reanudó, en forma más modesta, más de 100 años después, en 1871: el 14 de enero para ser exactos. Agradecemos el cariño paternal de don Hipólito Salas que nos trajo y de las hermanas Trinitarias que, según dice la tradición, no dejaron de rezar por nuestra vuelta. Don Hipólito nos pidió una dedicación especial para dar los Ejercicios Espirituales a sacerdotes, religiosas, seminaristas y laicos con especial mención de los pobres e indigentes, así se hizo. El también nos confió la dirección del Seminario, que pudimos tener por muy poco tiempo por falta de personal. En el siglo XIX agradecemos la colaboración con los laicos Hermandad del sagrado Corazón y con muchas religiosas, especialmente las del Sagrado Corazón. Muchos jesuitas, sobre todo catalanes, pasaron por estas tierras, no sólo para dar Ejercicios Espirituales, sino también para ayudar en el seminario y en una infinidad de misiones a lo largo y ancho de la diócesis. En ese tiempo nuestro el noviciado estuvo en la ciudad de Concepción. Con la colaboración de la Hermandad del sagrado Corazón, el Padre Carlos Infante fundó la escuela Primaria del Sagrado Corazón en 1887, la que después daría lugar al Colegio San Ignacio del siglo XX, la Hermandad del sagrado Corazón en la calle Carrera y, en estos últimos años, al actual de San Pedro. Al iniciar el siglo XX, la Hermandad del sagrado Corazón tenía más de 3.000 miembros y se dedicaba a la vida espiritual de sus integrantes, ayudaban en la escuela, practicaban el socorro mutuo en las dificultades económicas, la celebración de funerales y la sepultura. Por su parte, la Hermandad del Inmaculado Corazón de María tenía 2.500 socias y se dedicaba a la perfección espiritual de sus integrantes, la atención y acompañamiento en la Casa de ejercicios, los

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Catecismos en la ciudad y la celebración del Mes de María. Ambas hermandades tuvieron cono apostolado el trabajo con las empleadas de las casas particulares, Se tenía, también, el ministerio de las cárceles, para lo cual el padre Aurelio Castillo, creó el “Centro protector de San Francisco Javier” con el fin de ayudar a los presos espiritualmente, con asistencia jurídica y con limosnas materiales. También se estableció el trabajo en los conventillos, donde la gente vivía con gran pobreza. Un nombre que la historia recuerda con agradecimiento al comienzo del siglo pasado es el del padre Martín Gómez, que tuvo una actuación descollante en la vida religiosa de la ciudad. Hacia 1925, el padre Moisés Ortiz fundó la Cruzada Eucarística para los niños.

En el año 1933 falleció el doctor don Miguel Campos Fuente-Alba, padre de los padres y del diácono Campos Menchaca, un gran ciudadano y cristiano: pidió ser enterrado con la sotana de la Compañía de Jesús, ya que uno de sus hijos, Mariano José, era estudiante jesuita. Con el tiempo, él volvería a introducir con fuerza el tema del pueblo mapuche en la Provincia jesuita.

El terremoto de 1939, igual que para muchos, significo también para nosotros un antes y un después. La gran iglesia construida por el padre Infante, junto con toda la Casa de Ejercicios, quedó a muy mal traer. Lo que quedó de la Casa de Ejercicios se utilizó para la escuela, y ésta comenzó a crecer, llegando temporalmente a transformarse en Colegio Secundario. Las liturgias se celebraban en el “Capillon” de la Casa de ejercicios. Las Cofradías declinaron al no haber iglesia templo, ni Ejercicios Espirituales, y debido a que los jesuitas estaban ocupados en la reconstrucción. El trabajo con grupos de laicos se recuperará de una forma distinta con las CVX y los grupos Ignacianos en el último tercio del siglo. En 1946 la escuela pasa a llamarse, con el padre Manuel Fincheira, Escuela San Ignacio, y en torno a ella, y a él, se forma el grupo Scout de Concepción, la “Brigada Scout San Ignacio”. Por esta época funcionó también el Instituto Nocturno femenino de la Purísima” y el “Instituto nocturno San Ignacio”.

Los años que siguieron al terremoto de 1939 fueron de una lenta reinstalación y redinamización. El terremoto del 60 dio inicio a una serie de procesos que se fueron afirmando en los años que siguieron. Durante la dirección del padre Luís Davies, la escuela recibió cada vez más presión por matrícula y por llegar a ser colegio, cosa que ocurrirá al final del siglo con el padre Carlos Hurtado, en el entendido que sería una obra llevada por laicos. Lo que quedaba de la casa, Capillon incluido, quedó peor (salvo lo reconstruido en los 40). Se compraron terrenos al otro lado del río Biobío para la construcción de la nueva casa de Ejercicios que se construyó en 1964, construcción más bien modesta y precaria que duraría 40 años. En ella participaron los padres Humberto Sandoval como arquitecto y Josse van der Reste como constructor. En la década que termina, el padre Jules Stragier la refaccionó completamente. De los terrenos de la Casa de Ejercicios, el padre Ramón Ángel Cifuentes consiguió una parte para el nuevo convento de las Carmelitas. Se vendió parte de la manzana de los Carrera, para financiar la Casa de Ejercicios y el Colegio. Por un tiempo hubo una de Lebú Mariano Campos en bien al último terremoto. Sara de Lebú atrajo la atención de la Provincia sobre el tema mapuche.

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El siglo XXI nos encuentra caminando con grandes sueños:

• Está abierta la comunidad de Tirúa en medio del pueblo mapuche desde hace 10 años.

• El colegio San Ignacio se consolidó y partió a San Pedro de la Paz.

• El Hogar de Cristo también está firmemente al servicio de los marginales.

• Infocap está formado a los adultos más desfavorecidos.

• La Casa de ejercicios presta un gran servicio en la formación integral de muchos y además se presta un gran servicio de ayuda en la formación espiritual, con la colaboración de laicos y laicas.

• Techo para Cristo ha permitido un hogar digno a muchos y particularmente responder bien al último terremoto.

• El trabajo con los laicos y de los laicos con nosotros se va estrechando cada vez más, abriendo diferentes horizontes de servicio y evangelización para que todos tengan vida en abundancia.

• Por petición de nuestro Arzobispo, se colabora con el Departamento de espiritualidad de Diócesis y se ayuda en la dirección espiritual de los seminaristas.

Son muchos los jesuitas que han servido en esta diócesis: hermanos, estudiantes, sacerdotes. Agradecemos en la persona del padre Mario Ruiz, trabajador infatigable y siempre disponible por más de treinta años en esta diócesis, todo ese trabajo que muchas veces sólo el Señor guarda en su corazón.

La comunidad hoy está formada en Concepción por los Padres Julio Stragier, Jorge Delpiano, Eduardo Ponce, Javier Ossa y Marco Calisto; y en Tirúa por Pablo Castro, Carlos Bresciani y Pablo González. Todos pedimos al Señor que la ayude a servir bien la misión encomendada.

Memoria agradecida Padres Capuchinos

R.P. Lázaro Iriarte Zabalo

1. Sus Comienzos.

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Muy querido y recordado P. Lázaro Iriarte Zabalo (Q.E.P.D.), nació en Urriza, Navarra, España, el 5 noviembre del año 1933. Se hizo Capuchino desde 1954 y, posteriormente, sacerdote desde el 14 de marzo de 1959. En su patria fue Párroco y Superior de algunos conventos. 2. Trayectoria.

Desde España llegó a Chile a fines de 1972 con un grupo de hermanos que vino a reforzar la Provincia capuchina. Su primer destino fue el convento de San José, primero como Vicario y después como Párroco. Durante doce fecundos años sirvió a esta Parroquia, en donde se ganó el aprecio de todos. Y la Parroquia se le metió en el corazón, como lo confesaba ingenuamente en uno de sus escritos.

3. Apostolado.

Una característica especial de su personalidad fue su servicio fraterno a los pobres y necesitados, que fue para él como la respiración de su caridad cristiana. En una ocasión “Quedaré eternamente agradecido, y quizás más que a ninguno, a esa cadena interminable de pobres y necesitados de la que me vi rodeado y a los que no ayudé como hubiera querido, porque he tratado de vivir el dolor ajeno como mío propio…”. Antes como también ahora, se ha fomentado en la comunidad parroquial el servicio caritativo a los pobres; en ese tiempo, durante los últimos domingos de cada mes, los fieles, junto con su culto eucarístico al Señor, aportaban algo material para compartir con los hermanos necesitados. A esa despensa recurría todos los días el P. Lázaro, silenciosamente, para compartir con los necesitados las ofrendas siempre abundantes de los feligreses de San José. Otra característica fue su preocupación por los niños, especialmente, quienes después de prepararse y recibir su primera comunión, no tenían un grupo que los acogiera, salvo los acólitos. Es por ellos que en 1977 formó la cruzada eucarística junto a su centro de apoyo conformando por algunos padres de los mismos niños. Años más tarde pasó a llamarme MEJ (Movimiento Eucarístico Juvenil), por este movimientos pasaron muchos niños y adolescentes los cuales permanecen como feligreses hasta el día de hoy en la parroquia San José. También su preocupación y agradecimiento por cada una de las personas que entregaban su tiempo trabajando para la comunidad. Cuando debió dejar la Parroquia para trasladarse a Los Ángeles, escribió una sentida carta al Director del Diario El Sur, febrero 1984, en donde resumía lo que había sido para él su paso por Concepción: Me afloran las lágrimas y me sangra el corazón, y Dios sabe que lo que digo es verdad… Doy infinitas gracias a todos… Han sido excesivamente buenos y complacientes conmigo… Su experiencia en Los Ángeles no le resultó tan grata. Fue afectado de enfermedades y profundos desalientos. “Cada día me encuentro más acabado, sin fuerzas ni ánimo para nada”, escribía a sus Superiores. Estas limitaciones lo llevaron a situarse en una positiva actitud cristiana, de confianza en Dios

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Y de búsqueda de apoyo en los demás: “Seguiré confiando con mucho optimismo en la oración de tantos que me han acompañando en mi vida sacerdotal… A los que ayudé en su camino les suplico me tengan presente en su oración, porque Dios me ha otorgado la gracia de creer que Él siempre nos escucha…” Posteriormente prestó servicios en la Parroquia capuchina de Santiago; aunque su salud se deterioraba progresivamente, sacaba fuerzas para darse ánimo y para colaborar en el servicio pastoral de los fieles, y siempre con alegría, echando a sus espaldas y disimulando sus dolores e insatisfacciones. En marzo de 1994 volvió a España. En una ocasión había escrito: A voz en cuello y a pleno pulmón puedo decir y lo diré siempre que no hay como Chile y los chilenos… A mediados de 1996 fue destinado al convento de San Sebastián, al norte de España; permaneció en ese convento hasta septiembre del 2004, fecha en que vuelve a Pamplona, a la Enfermería provincial. Falleció en Pamplona al mediodía del 11 de septiembre de 2006 y su cuerpo fue inhumado en el cementerio de San José de esa misma Ciudad.

Memoria agradecida Padres Capuchinos

Juan González Obreque

1. Sus comienzos.

Nació en Chillán en 1936 y en el Bautismo recibió el nombre de San Juan Jesús. A los pocos años quedó huérfano de ambos padres, una tía suya lo trajo a vivir con ella a Concepción, cursando su enseñanza básica en el Colegio de San Ignacio. Su niñez la vivió en el sector y a la sombra de nuestra Parroquia San José, siendo durante muchos años, acólito en este templo parroquial, en esta comunidad parroquial maduró su fe y se consolidó su vocación religiosa y sacerdotal.

2. Trayectoria.

Al inicio del año 1949 ingresó en el Seminario Seráfico de Paine, como aspirante a la vida capuchina. Terminados sus estudios de enseñanza media ingresó al Noviciado de Constitución, en donde recibió el nombre religioso de fray Agustín Ma. De Chillán. El 27 de de 1957 se consagró a Dios emitiendo sus votos religiosos. Sus estudios religiosos en nuestros Seminarios capuchinos de los Ángeles y en Villa Elisa (Argentina). El 1 de noviembre de 1963 recibió la unción sacerdotal de manos del Siervo de Dios Mons. Bernardino Berríos Gainza, Obispo emérito de San Felipe. Los primeros años de su ministerio sacerdotal los realizó en la Parroquia capuchina de Santiago y, posteriormente, en las de Paine y los Ángeles. Entre los años 1985 y 1996, estuvo en esta Parroquia de San José como Superior de esta casa y vicario parroquial.

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3. Apostolado.

El Señor lo dotó de muchas cualidades y dones que compartió con sus hermanos y los feligreses de la Parroquia. Nos ayudó y estimuló su sencillez que, sin complicaciones, todo lo arreglaba; nos alegró su acogida y su espíritu de servicio que era tan característico; nos contagió su alegría y nos iluminó sabiamente con su visión de la vida, con sus sentencias y dichos y sus salidas siempre oportunas y divertidas. Él mismo contaba que siendo niño y acólito de esta Parroquia, y sintiendo una fuerte atracción por la música (inclinación que cultivó con empeño y esmero) aprovechaba para este fin la franquicia que le daban los frailes para entrar en la clausura. Buen conocedor de las costumbres y horarios de los hermanos, aprovechaba los momentos en que éstos dormían su siesta para subir al coro de la antigua Iglesia y así tocar tímidamente ese mismo órgano en el que, muchos años después, acompañará los cantos en las celebraciones litúrgicas de esta misma comunidad parroquial. Cuando estaba comenzando una Misa, solía salir raudo hacia el templo y con una frase muy suya decía: ¡Voy a poner música a la celebración! Es importante destacar el respeto y la sensibilidad con que se acercaba a todos, nos admiró constatar su optimismo, su valentía y el deseo de vivir con el que enfrentó su última enfermedad. Desde hacía varios años tenía un tumor canceroso hepático. Su enfermedad fue dolorosa. Y tal vez el mayor sufrimiento fue para él la limitación y la dependencia que debió tener de los demás. Dado lo sensible de su personalidad y lo amante que era de su intimidad, debió constituir para él la parte más pesada de la cruz que lo purificó antes de su partida. A primeras horas del 3 de septiembre de 2004, cuatro días después de haber cumplido los 68 años de su edad y con 47 años de vida capuchina, falleció en nuestro convento de Santiago. Sus restos mortales fueron entregados a la tierra en el mausoleo de los capuchinos de la Capital y allí esperan la Resurrección.

Memoria agradecida Padres Capuchinos

Juan Recarte Sarasa. 1. Sus comienzos. Nació en Ochovi el 21 de febrero de 1903. El año 1920 se hizo capuchino en el Noviciado capuchino de Sangüesa. El 24 de marzo de 1928 recibió la Ordenación sacerdotal. Desde muy joven fue destinado a dar clases a los seminaristas capuchinos de su Provincia de Navarra. 2. Trayectoria.

El 19 de julio de 1938 fue destinado a nuestra Provincia de Chile cuando apenas tenía diez años de sacerdote. Los primeros años de su estada entre nosotros estuvo de profesor en los Seminarios capuchinos de Paine (1938-1951) y de los Ángeles (1952-1954). Fue Rector de nuestro Seminario Seráfico de Paine.

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3. Apostolado.

El año 1957 fue destinado a la comunidad capuchina de Concepción, en donde permaneció varios años. Estaba en esta Fraternidad cuando ocurrió el terremoto de mayo de 1960 que destruyo el templo parroquial que servía a los fieles desde 1879. Le correspondió trabajar en la construcción del actual templo; para este fin viajó a USA para recoger fondos para la construcción del actual templo. En 1976 volvió de Guardián a Concepción y algunos años después asumió también el oficio de Párroco de San José. Cuando en 1977 terminó su segundo período de Superior provincial, viajó a California, en donde permaneció cinco años como predicador y director de unas comunidades religiosas. A su vuelta fue destinado a Viña del Mar. Fue profesor de Filosofía en el Pontificio. Seminario de Lo Vásquez, Diócesis de Valparaíso. De anciano volvió de nuevo a esta Parroquia de San José, donde se destacó por sus sabios consejos, su respeto al templo y sus largas permanencias en el confesionario Murió en Viña del Mar el 13 de febrero de 1997, pocos días antes de cumplir 94 años de edad. Vivió como capuchino 76 años y ejerció el ministerio sacerdotal 69 años.

Memoria agradecida Pobres Siervos de la Divina Providencia

Pbro. Héctor René Inostroza Arriagada (el “Papi”)

“Dormía y soñaba que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servició: Serví y vi que el servicio era alegría”

Héctor René Inostroza Arriagada, nació en Concepción, el 04 de Noviembre de 1914, hijo de don Dionisio Inostroza y doña Blanca Arriagada, fue bautizado el 01 de Enero de 1915 en la parroquia “El Sagrario” de Concepción. Comenzó sus estudios básicos en el colegio San Ignacio continuándolos en el liceo de hombres, hoy Enrique Molina Garmendia, hasta terminar las humanidades. Era devoto de la virgen de Fátima y su vocación eran el servicio, la educación y la acción social. El 13 de Marzo de 1934 entró al seminario Conciliar de Concepción, ordenado Sacerdote el 30 de Noviembre de 1941, en la capilla de la sección Seglar del seminario. Su trabajo pastoral lo dedicó especialmente a la formación de la juventud, se desempeñó por muchos años como párroco de la parroquia Todos los Santos, el 9 de Julio de 1956 y tras largos años de planificación, golpear puertas y el amparo de la virgen de Fátima, fundó la Ciudad del niño, dando hogar a tantos niños de la calle y/o en riesgo social, a lo largo de los años, permitiendo así, la integración de estos menores, mejorando su calidad de vida y su inserción al trabajo y a la sociedad, fortaleciendo sus lazos familiares y formación espiritual. También por muchos años fue el Deán de la Catedral Sus últimos años los pasó

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en delicado estado de salud, en la casa del Clero en Concepción. Con 91 años de edad y 65 años de sacerdocio, falleció el 15 de Junio del año 2006. Hoy sus hijos le recordamos con mucho amor, por tantos años de amor, entrega, consejos, dedicación y tantos otros valores que destacaron al PAPI.

Memoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria AgradecidaMemoria Agradecida

ObiObiObiObispos de la Imperial spos de la Imperial spos de la Imperial spos de la Imperial y la Ssma. Concepcióny la Ssma. Concepcióny la Ssma. Concepcióny la Ssma. Concepción

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Nota: Este trabajo fue publicado en el "Boletín Mensual" del Arzobispado de Concepción, en los años 1999 y 2000. Introducción: En el siglo XVI se fundó el primer obispado de Chile, que tuvo por sede la ciudad de Santiago. Su primer obispo fue don Rodrigo González de Marmolejo Los límites del obispado eran los de la Gobernación de Chile, que comprendía todo el territorio actual y del otro lado de la cordillera de los Andes, hasta el Atlántico Debido a la magnitud de su extensión, el rey Felipe II solicitó del Papa Pío IV la creación de otro obispado en el sur de Chile, para una mejor evangelizaron de esos lugares. Esto se realizó el 22 de marzo de 1564, con el nombramiento de Fr. Antonio de S. Miguel Avendaño y Paz, como primer obispo de esta región austral

Memoria agradecida 1º Obispo de la Imperial

Fr. Antonio De San Miguel Avendaño y Paz Este religioso de S. Francisco había nacido en Salamanca, España, entre los años 1520 y 1522. "Provenía de cristianos viejos, dicen las crónicas, limpios, sin raza de judíos o moros", Sus padres eran nobles y ricos; don Antonio de Avendaño y doña Juana Paz. Ingresó a la Orden de S. Francisco en 1540, realizando sus estudios eclesiásticos en la Universidad de Salamanca. Fue ordenado sacerdote en 1550. Fue enviado a América a predicar el Evangelio en la provincia del Perú. Era un religioso de mucho prestigio y virtud. Desempeñó aquí muchos cargos importantes en su Orden, hasta llegar a ser elegido provincial del Perú. Cuando desempeñaba este cargo, fue preconizado obispo de la Imperial en Chile. Recibió las Bulas el 30 de noviembre de 1567, expedidas por el Papa S. Pió V. Fue consagrado en la catedral de Lima por el arzobispo Fr. Jerónimo de Logiza O.P. y tomó posesión de su diócesis en abril de 1569. Apenas consagrado obispo, el arzobispo de Lima convocó a todos los obispos al Concilio Límense, de suerte que el señor S. Miguel tuvo que dar poder al sacerdote don Agustín de Cisneros, para que en su nombre se hiciera cargo de la administración de la nueva diócesis. El nuevo obispo de la Imperial era alto de estatura, macizo y modesto en sus maneras: orador elocuente y muy querido de su pueblo. Fue el primer obispo consagrado que llegó al país, por lo que fue recibido en forma grandiosa por sus feligreses Apostolado del obispo: durante los 25 años del desempeña de su difícil tarea, se distinguió especialmente por la gran defensa que realizó de los indios, a quienes "declaró sus hermanos más queridos en Jesucristo y que como a tales había que tratarlos". Organizó muy

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bien la diócesis, que estaba desprovista de lo más indispensable junto con el fraile dominico Fr. Gil González, fueron los más decididos defensores de los indígenas en el siglo XVI Muchas veces clamó al rey de España "por los abusos de los encomenderos, pidiendo justicia para los pobres indios". Al obispo le apenaban mucho estos abusos y la cruel guerra desatada contra ellos, hecha "a sangre y fuego" por los conquistadores españoles. Esto lo vernos en las cartas que dirigía al rey. Visitó personalmente su diócesis hasta llegar a Chiloé, predicando y llevando el consuelo a los más desamparados. Pidió a los encomenderos que enseñaran a los indios la doctrina cristiana y que ayudaran a la construcción de capillas e iglesias para el culto divino Solicitó al Rey medios para la fundación de un Seminario y también de una Universidad. Lo primero lo logró, pero lo otro, no En su casa logró formar un curso de estudios eclesiásticos, donde consiguió ordenar varios sacerdotes. El año 1582 tuvo que asistir nuevamente a otro Concilio de Lima, convocado por el arzobispo de dicha ciudad, Toribio de Mogrovejo. Asistió acompañado por su hermano obispo de Santiago, F-"r. Diego de Medellín, franciscano como él. La nueva diócesis de la Imperial tenía establecidas 27 Doctrinas de indios y ocho parroquias. En su periodo, dejó a 20 sacerdotes para la diócesis, de los cuales eran sólo 9 seculares y 11 religiosos de varias Ordenes Tuvo como Vicario general y Provisor de la diócesis a su amigo don Agustín de Cisneras, que después le sucedió como obispo de la Imperial. - Estaban establecidos en la diócesis los religiosos dominicos, franciscanos y mercedarios, que atendían el ministerio en algunas Doctrinas de indios, además de su propio ministerio religioso. El obispo S. Miguel fundó en Osorno el primer monasterio de religiosas. Sínodo diocesano; el obispo se propuso realizar en su diócesis un Sínodo, que fue el primero de la diócesis, después de haber asistido al Concilio de Lima. La fecha de este Sínodo fue alrededor del año 1584. Trasladado a la diócesis de Quito: en vista de los grandes méritos de este obispo Fr. Antonio S. Miguel, considerado como uno de los más importantes de su tiempo, el rey lo trasladó a la diócesis de Quito en 1587. Falleció en Riobamba, Ecuador, el año 1591. Quedó de Vicario y Provisor de la diócesis de la Imperial el sacerdote don Agustín de Cisneros.

Memoria agradecida 2° Obispo de la Imperial Agustín de Cisneros

El sucesor de Fr. Antonio de S. Miguel en la diócesis de la Imperial, fue su amigo y compañero de labores, don Agustín de Cisneros. Nacido en Medina de Ríoseco, Valladolid, España, el año 1521 Sus padres fueron Alonso de Cisneros y Constanza de Mantesa. Los estudios los realizó en Salamanca, donde se licenció en leyes. Después ejerció la profesión en Medina.

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Ordenado sacerdote en España, fue Vicario en su pueblo y en Talavera. Vino a Chile con la familia del Gobernador Francisco de Villagra, tío suyo, en febrero de 1561 Fue Letrado del Gobernador en Santiago y Vicario del obispo de dicha ciudad en el año 15G3 El señor Cisneros era una persona de muy buenas cualidades En la Imperial fue el brazo derecho del obispo S. Miguel, primer Deán de la catedral y profesor del Seminario; también fue Vicario general y Provisor del obispado El Papa Sixto Vio eligió obispo de la Imperial, para suceder al señor S. Miguel el 8 de marzo de 1587. En Santiago fue consagrado por el obispo Medellín, el 4 de enero de 1590. Actividades en la diócesis: trató de darle toda la importancia al cabildo catedral, solicitando al rey medios para poder llenar las vacantes. Se preocupó igualmente de la defensa y ayuda de los indígenas de su diócesis, como su antecesor. El año 1593 llegaron al obispado los padres Jesuitas, que conocían ya la lengua de los indios, lo cual fue muy beneficioso para la evangelización y comunicación con ellos. Estos religiosos ejercieron en la Imperial grandes labores apostólicas. El obispo fomentó el estudio de la lengua mapuche en el Seminario en la formación de los sacerdotes. Así podrían ejercer mejor su apostolado en las parroquias y Doctrinas. Continuó perfeccionando el Seminario con buenos profesores y medios económicos. De éste salieron después buenos sacerdotes para las parroquias de la diócesis. La salud no acompañó mucho tiempo al obispo. En 1595 pensó renunciar al cargo y lo hizo presente a rey. Había trabajado en la diócesis cerca de 30 años. Murió el año 1596, antes de recibir la respuesta del rey. Fue muy sentido por el pueblo, que lo estimaba mucho. Los dos primeros obispos de la Imperial realizaron una tarea inmensa en esa apartada región del país; con mucha pobreza y dificultades de todo género. La diócesis quedó vacante por muchos años siendo destruida totalmente por la gran sublevación general de los indios a finales del siglo XVI.

Memoria agradecida 3º Obispo de la Imperial, 1° de Concepción

Fr. Reginaldo de Lizárraga O.P Sucedió al señor Cisneros en la diócesis de la Imperial, como tercer obispo, Fr. Reginaldo de Lizárraga, de la Orden de Sto. Domingo. Biografía: Los antiguos documentos nos dicen que "era extremeño, natural de Medellín, en la provincia de Badajoz. España, cuna del insigne Hernán Cortés, de quien era relacionado y debió venir a este valle de lágrimas allá por los años de 1540; pues en carta que escribió al Rey desde la ciudad de Concepción el 10 de marzo de 1605, "le pedía un pequeño beneficio en el convento de su Orden en Lima, donde había recibido el hábito, con qué poder subsistir el resto de su vida, que poca puede ser, decía, sobre 65 años". - Su nombre de pila era Baltasar de Ovando, pero al recibir el hábito de Sto. Domingo por el Provincial del Perú Fr. Tomás de Argomedo, se le cambió por el de Reginaldo. Vino con sus padres desde España a establecerse en Quito hacia el año 1555, siendo obispo de la ciudad D García Diez Arias, quien le impuso la tonsura religiosa cuando apenas contaba 15 años, nos

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dicen las crónicas. De Quito se vino a Lima, donde tomó el hábito en el convento Sto. Domingo de esa ciudad el año 1560. Cumplido el noviciado, le dio la profesión el Provincial Fr. Gaspar de Carvajal. En la Provincia dominicana del Perú ocupó diversos cargos, como ser, Prior del convento de Lima y después Vicario Provincial en Chile. Finalmente, tuvo el honor de ser nombrado primer Provincial de la nueva Provincia chilena en 1587. A la muerte del obispo de Santiago Fr. Diego de Medellín, de quien se dice era pariente, el P. Lizárraga se encontraba en Chile. Al terminar su periodo de Provincial en Chile, regresó al Perú, donde fue designado maestro de novicios en Lima y después Cura doctrinero en Jauja, donde le sorprendió el nombramiento de obispo de La Imperial. El virrey del Perú D. García Hurtado de Mendoza fue quien recomendó al P. Lizárraga ante el rey de España, para ser presentado al Papa como obispo de la Imperial. Obispo de la Imperial: El año 1598 se encontraba Fr. Reginaldo en el pueblo de Jauja cuando recibió la noticia de su nombramiento de obispo. Por lo cual, tuvo que renunciar al oficio de Cura doctrinero y dirigirse a Lima a esperar la llegada de las Bulas de Roma. Llegaron éstas en setiembre de 1599 junto con las demás comunicaciones de Europa. Habían sido expedidas en Roma por el Papa Clemente VIII el 17 de agosto de 1598 A la muerte del obispo de la Imperial D. Agustín de Cisneros, el virrey del Perú había recomendado al Rey de España para sucederlo al P. Lizárraga, como lo dijimos antes. Pues, este religioso había dejado muy buenos recuerdos en Chile por su religiosidad, espíritu de pobreza y también por ser buen conocedor de la región. Mientras se tramitaban los nombramientos de obispas en Roma, era costumbre que el Rey de España enviara una Real cédula "cíe ruego y encargo", al Cabildo de la diócesis y al obispo designado, para que se hiciera cargo de la administración de la diócesis. Pues bien, cumplidas las normas del caso, fue consagrado obispo en la catedral de Lima por el arzobispo Toribio de Mogrovejo el 24 de octubre de 1599. En ese tiempo no había ningún obispo en Chile. Fue en Lima cuando el obispo Lizárraga se informó de la situación de su diócesis de la Imperial, de la sublevación general de los indios en el sur del país, de la muerte del Gobernador, destrucción de las ciudades y muerte de muchos religiosos de la zona. Todo lo cual lo apenó mucho y quebrantó su espíritu. Quiso dirigirse a su diócesis, pero no tuvo medios para poder embarcarse. En esos días el arzobispo de Lima había citado además a los obispos sufragáneos de América del Sur para un Concilio provincial, según lo mandado por el Concilio de Trento. Mientras tanto, el obispo Lizárraga aprovechó la ocasión para nombrar a un Gobernador de su obispado, designando al P. Francisco de la Cámara y Rayo, dominico, actual Visitador de la Orden en Chile. Este religioso cumplió muy bien este encargo, rescatando lo poco que encontró de documentos de la diócesis y hablando con diversas personas para tomar las medidas necesarias. Creyó que era indispensable buscar un lugar para sede de la diócesis, designando a la ciudad de Penco, ubicada al norte de la zona de guerra, para sede provisoria de ella, "hasta que el obispo o el Papa decidieran otra cosa". Estadía del obispo en Lima; como lo dijimos antes, el Arzobispo de Lima había convocado a un Concilio a los obispos dependientes de esta Arquidiócesis. Pero, sólo había llegado en 1600 un obispo. En vista de esto el obispo Lizárraga se opuso a esta convocatoria, invocando estas razones: la primera,

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que no había numero suficiente de obispos para realizarla, en seguida, no había permiso real para su realización, por lo que era necesario esperar la debida autorización. Acababa de morir Felipe II, siendo por lo tanto más difícil esta autorización. Aquí es importante considerar el espíritu que reinaba en esa época; se vivía en un mundo "regalista", hasta en los personajes de la Iglesia. Por eso, el obispo Lizárraga no hacía otra cosa que seguir la costumbre de esos tiempos. Algunos escritores eclesiásticos han criticado mucho a este obispo por este modo de actuar, sin tomar en cuenta lo dicho anteriormente. Finalmente, el Concilio provincial se inició sólo en el año 1601, con la presencia de dos obispos, pero sin la asistencia de Lizárraga. Tuvo una sola sesión y se cerró. El señor Lizárraga envió al Rey un informe de todo lo sucedido en Lima, como también de los sucesos de su obispado en Chile, sugiriéndole al soberano que anexara su diócesis a la de Santiago para una mejor administración, mientras se arreglaban las cosas, El obispo se dirige a Chile, aprovechando un viaje de tropas, que salían para Chile en 1602, se dirigió al sur para arribar a la bahía de Penco el 12 de diciembre. También el Rey de España, Felipe III, ordenaba al obispo que se viniera a residir a su diócesis, en una comunicación de enero de 1603. Cuando se recibió esta carta, el obispo ya se encontraba en Chile. Actividades en la diócesis: el obispo Lizárraga al llegar a Penco se hizo cargo de inmediato del gobierno del obispado. El canónigo García de Alvarado, que hacía de Vicario general, le hizo entrega del cargo, pero el obispo lo confirmó nuevamente en él. En seguida, continuó la consulta con los sacerdotes que quedaban, a fin de tomar las medidas correspondientes al gobierno de la Iglesia. Lo más importante fue la ubicación de la sede definitiva de la diócesis. Por lo cual, el día 7 de febrero de 1603 el obispo hizo levantar un acta y decidió mantener como sede de la diócesis la iglesia matriz de la ciudad de Penco, como se había establecido provisoriamente. Para dar a conocer esta decisión tan importante, se convocó al pueblo fiel de la ciudad a una solemne misa para el día 12 de febrero de dicho año para comunicar a todos las decisiones del obispo. Estuvieron presentes las autoridades locales, el Cura párroco D. Francisco de Espinoza, el Superior de Sto. Domingo fr. Andrés de S Vicente, el Superior de la Merced fr. Juan Tobar, el capitán Francisco Galdámez y otros. Traslado de la diócesis a Concepción-Penco. De este modo la diócesis de la Imperial, destruida por los indios, se trasladaría a la ciudad de Penco, como sede. Esta misma decisión fue comunicada al Rey de España, en carta de 25 de febrero de 1604, junto con otras noticias. Todo lo cual fue aprobado después por el monarca el 21 de diciembre de 1605. El obispo Lizárraga vivió muy pobre en la ciudad, como un simple religioso, en extrema pobreza, en una celda facilitada por los franciscanos. Así, dio un gran ejemplo a sus fieles, con su vida personal. Para el servicio de la catedral le quedaron sólo dos canónigos, con los cuales rezaba diariamente el oficio divino en el coro. Por eso, las autoridades del reino dieron después hermosos testimonios sobre la virtud y abnegación del obispo, en las diversas comunicaciones enviadas al Rey He aquí algunas de ellas: Del Gobernador Alonso de Ribera: "El obispo Fr. Reginaldo de Lizárraga vino a este obispado y queda en su iglesia usando el oficio pastoral con mucha edificación de letras, vida y ejemplos; cuya asistencia ha sido y es de gran consuelo y estimación para todos; por lo que merece su persona y haber venido en tiempos de calamidades, como este reino ha padecido…"(Carta 29-4-1603)

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Otra carta del Gobernador Alonso García Ramón: "D. Fr. Reginaldo de Lizárraga, obispo de la ciudad de La Imperial, asiste en ésta de Penco como un mero fraile, dándonos a todos grandes ejemplos, con su gran cristiandad y buena vida" (carta al Rey de 30-12-1605) Igualmente, el Visitador de la Compañía de Jesús, Padre Esteban Páez, decía: "El 15 de mayo de 1606 hallamos a su ilustrísimo señor obispo Fr. Reginaldo de Lizárraga, del Orden de Predicadores, muy ocupado en oír confesiones y dar pasto espiritual a sus fieles, siendo casi el único en estos empleos, por estar muy falto de sacerdotes, no sólo el obispado, pero aún esta ciudad, donde está la catedral". Le correspondió también al obispo Lizárraga realizar el matrimonio del Gobernador de Chile Alonso de Ribera con la criolla doña Inés de Córdoba y Aguilera, el día 10 de marzo de 1603. Además, se recuerda otro hecho interesante, acaecido en su tiempo: se trata de un barco, que venía de Castro trayendo a algunos eclesiásticos y a un grupo de monjas Isabelas, que habían sido salvadas de la destrucción de la ciudad de Osorno. Dicho barco encalló en la isla Quinquina de la bahía de Penco. Pues bien, el obispo, acompañado por el Gobernador Ribera, se dirigieron allá para auxiliarlos y lomar las medidas correspondientes. Sin embargo, la petición del obispo para, que se quedaran las monjas en Penco no fue aceptada por el capellán de ellas, pues tenía órdenes de llevarlas a Santiago. Estas son las monjas Clarisas, que en Santiago se refundaron como un monasterio nuevo. Renuncia de nuevo al obispado: el obispo Lizárraga, como ya lo habíamos dicho antes, había renunciado al obispado varias veces, debido a los grandes problemas, que tuvo que afrontar en su diócesis destruida, la carencia de sacerdotes y la extrema pobreza en que vivía. Además, "quería acabar su vida, agregaba, en el convento de la ciudad de los Reyes, donde había recibido el hábito de religioso". Trasladado al obispado de Asunción del Paraguay: El Rey de España lo trasladó sorpresivamente a la diócesis vacante del Río de la Plata o Asunción del Paraguay, el día 8 de febrero de 1607. La notificación le llegó a finales de ese año. Por lo cual, entregó el gobierno de la diócesis al Cabildo el día 5 de diciembre de 1607 y de inmediato se dirigió al otro lado de los Andes, aprovechando el buen tiempo del verano. Sin embargo, las Bulas del Papa no llegaron nunca a manos del obispo, de suerte que tuvo que dirigirse sin ellas a su nuevo destino. Muy poco es lo que sabemos del gobierno en su nueva diócesis. Solamente, que murió pocos años después, en diciembre del año 1609.

Memoria agradecida 2° Obispo de Concepción

Fr. Jerónimo de Ore, franciscano (Bibliografía: Araneda, Fidel: Historia de la Iglesia en Chile, 1986 Oviedo, Carlos: Episcopologio, t-3u Muñoz Olave, R.: Historia de diócesis de Concepción Silva Cotapos, C.: Hist. eclesiástica de Chüe, 1917)

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Nacido en Guamanga, hoy Ayacucho en Perú, el año 1554. Había desempeñado varios oficios en la Orden de S Francisco del Perú, antes de ser preconizado obispo en 1620, Fue notable predicador, graduado en teología y autor de varias obras teológicas, de liturgia y también biografías Fue músico y liturgista en su época. Las Bulas de su nombramiento le llegaron sólo el año 1622. Apostolado: se dedicó especialmente a la instrucción de los indios en Chile. Recorrió su diócesis, llegando hasta la zona de Chiloé en visita pastoral; en esto se dio cuenta de la falta de sacerdotes idóneos, que pudieran evangelizar a los naturales en su propio idioma. En esta visita conoció la labor de los "//sea/es", que eran hombres encargados de la instrucción religiosa y del culto, en los lugares lejanos. Estos fiscales habían sido instituidos por los jesuitas, en los primeros tiempos. Trató también, el obispo, de formar un pequeño seminario en su catedral, con estudios rudimentarios para la formación de sus sacerdotes. Pero, pronto fue acusado al Rey que ordenaba sacerdotes "ineptos e inhábiles". Otra denuncia: el Gobernador se quejaba al Rey de que la Real Audiencia de Concepción "se entrometía en asuntos de las Ordenes religiosas" y muchos de estos díscolos eran protegidos por los oidores. Por otra parte, el Gobernador Fernández de Córdoba calificaba muy duramente al clero, pero lo hacía "porque el obispo siempre lo estorbaba en los abusos que hacia con los pobres indios. Desde el pulpito el obispo condenaba al Gobernador y a sus capitanes, por la guerra a sangre y fuego, que hacía contra los indios" (Cf. Muñoz Olave, Hist. de Concepción) El clero de esa época era escaso, pero pobre y en especial el obispo; sólo llevaba su hábito pobre, el señor Oré era de un carácter "angelical", nos dice Gay; siempre servidor y bondadoso. El exceso de trabajo que realizaba sin descanso, lo llevó poco a poco a enfermarse y después a la muerte. Labor administrativa: le correspondió al obispo reorganizar la diócesis, que estuvo vacante durante 15 años, después del retiro del obispo Lizárraga. Entre lo más importante realizado por el señor Oré fue la convocación del 2° Sínodo de la diócesis en el año 1626. Otra cosa importante realizada por él fue la visita que hizo a toda la diócesis, durante tres años. Con ello, pudo darse cuenta de las deficiencias y necesidades de ella. Corrigió los abusos, dio impulso a las actividades pastorales de las parroquias, etc. Siempre defendió con energía y con caridad a los indios, contra los abusos de los conquistadores. Dice un historiador, "a los indios los amaba como hijos" y siempre lo hacía con "espíritu manso y humilde y a la vez generoso". El mismo Rey calificó al obispo Oré en un documento "como un hombre bueno y justo". Otro historiador que conoció a/ obispo, dice "era un varón admirable en letras, celo de las almas y santidad de vida"(Rosales). El señor Oré murió en el año 1630, a los 76 años.

Memoria agradecida 3º Obispo de Concepción

Diego Zambrana Villalobos, diocesano

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A la muerte del obispo Oró los canónigos eligieron Vicario al presbítero Rodrigo de la Vega, el cual antes había desempeñado igual cargo. Pues bien, el Rey de España envió como de costumbre al Papa la proposición respectiva para el nombramiento del nuevo obispo de Concepción, en la persona del sacerdote secular Diego Zambrana Fue preconizado el 14 de mayo de 1633 por el Papa Urbano VIH. Probablemente fue consagrado en Lima el año 1636. Debido a que el nuevo obispo no se decidía a tomar posesión de su cargo, el Rey le envió una R.C. en 1637, para que de inmediato tornara posesión de su oficio. Cuando llegó esta comunicación, el obispo ya había asumido y tomado posesión de la diócesis el15 de marzo de dicho año 1637. El señor Zambrana había nacido en Extremadura, España, en 1577; graduado de doctor en teología y cánones en Salamanca, ordenado sacerdote probablemente el ano 1608. Ejerció el oficio de Cura de Torremocha en Extremadura, pasando después al Perú, donde fue Cura de Potosí y Comisario del S. Oficio. Labor pastoral: lo primero que hizo el nuevo obispo fue hacer la visita pastoral a su diócesis, para conocer sus problemas y dificultades, tratar de corregir los vicios y tomar las medidas que le parecieran convenientes. Fue un obispo misionero y muy trabajador. No alcanzó a llegar a la isla de Chiloé personalmente, pero envió allá a un delegado suyo. En la zona de Penco hubo una plaga de peste de tifus y viruela en ese tiempo, que causó muchas víctimas y problemas. El obispo desempeñó aquí una gran labor, sirviendo de ayuda y consuelo a los habitantes del lugar. El Clero de la diócesis: debido a la gran escasez de clero, el obispo se vio urgido a tomar las medidas del caso para lograr formar a sus sacerdotes. Impulsó los estudios eclesiásticos, siendo él mismo su profesor. Abrió clases en el seminario, dentro de la pobreza en que se vivía, logrando ordenar a varios jóvenes. Contribuciones reales: durante su período, las autoridades del reino impusieron un nuevo tributo a los funcionarios y también se extendió después al mismo clero de la diócesis, con la autorización del Papa. Esto era un verdadero exceso del Rey, ya que se sabía la gran pobreza y escasez de todo, que padecían los habitantes de este reino. Además se sabía por las autoridades de España, que las largas vacantes en tos obispados y en los cargos religiosos, causaban muchas dificultades al pueblo y a la diócesis La razón que siempre imponían para estas peticiones era para financiar las guerras, que se mantenían entre los países de Europa y España. Por eso, el obispo se aburrió de contestar las cartas y tener que decir siempre lo mismo: que no habían medios para ayuda y que la pobreza era la que regía a estos pueblos en estado permanente de guerra contra los indígenas. Se firma la paz con los indios en Quillén en 1641; Otro acontecimiento importante sucedió en la región de guerra: el Gobernador Francisco López de Zúñiga quiso tener paz con los indios de guerra y para eso conversó con los oidores de la Real Audiencia y se dirigió a la ciudad cié Penco para establecer la paz en Quillén. Habiendo realizado todas prácticas religiosas, se dirigieron a Quillén el 5 de marzo de 16-41, estableciendo la ansiada paz. Después el Gobernador recorrió las ruinas de la Imperial, donde encontró los restos del obispo Cisneros, haciéndolos trasladar hasta Penco, donde se realizaron solemnes honras fúnebres.

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Devoción a la V. del Carmen: en la iglesia de S Agustín, 9 caballeros fundaron la Hermandad de Ntra. Sra. Del Carmen el 15 de abril de 1643, en escritura pública, estando entre ellos el mismo Gobernador López de Zúñiga y el canónigo Pedro de Unzueta. El obispo Zambrana hizo la consagración el día 3 de diciembre de 164S. De este modo se inició en Chile la devoción a la Virgen del Carmen. Se reedifica la ciudad de Valdivia: el año 1645 se realizó una solemne ceremonia para la reedificación de la antigua ciudad de Valdivia, por el hijo del marqués de Mancera D. Antonio Sebastián de Toledo, dejando en ella al maestre de campo Alfonso Villanueva. Por orden del virrey del Perú recibió la ciudad el nombre simbólico de "María de Valdivia". El obispo presenta su renuncia- debido a una grave enfermedad y al clima húmedo de la región, el obispo pidió al Rey y al Papa que lo liberaran del cargo pastoral, pero no le fue aceptada "por trámites y abusos del Patronato". Sin embargo, el obispo de nuevo solicitó la renuncia este mismo el año 1648, siendo igualmente tramitado. Con el nuevo Gobernador que llegó al país, el obispo tuvo grandes inconvenientes, por los abusos que realizaba. El año 1647, 13 de mayo, fue el gran terremoto de Santiago, que destruyó la ciudad capital del reino, pero en Penco y la zona no se sintió tan terrible. Finalmente, el obispo Zambrana fue presentado al Papa para reemplazar al señor Villarroel, obispo de Santiago, que había sido promovido a la ciudad de Arequipa. Sin embargo, no alcanzó a tomar posesión de dicha diócesis, pues falleció antes de que le llegaran las Bulas del Papa., el año 1653. Murió tan pobre como había vivido, pues ni siquiera había con qué enterrarlo.

Memoria agradecida 4° Obispo de Concepción

Fr. Dionisio Cimbrón, cisterciense Nacido en Calahorra, España, estudió en Alcalá donde se graduó en teología y en ambos derechos Desempeñó cargos muy importantes en su Orden, llegando a ser Abad General de olla. Sucedió al obispo Zambrana. El Papa Inocencio X lo preconizó obispo en 1653, siendo consagrado en Lima en 1654. Llegó a Chile el año siguiente de 1655. Sin embargo, no pudo dirigirse a Penco por estar en poder de los indios sublevados, sino al año siguiente. Labor pastoral en la diócesis: llegó al país con el nuevo Gobernador Porter Cassanate, del cual recibió gran ayuda material para poder vivir. Como la diócesis era pobrísima y la ciudad sede "estaba reducida a una estacada alrededor de la plaza", era muy poco lo que se podía hacer. Con este obispo sucedió algo realmente increíble para nosotros: "jamás le pagaron la renta en seis años"- A esto hay que agregar las calamidades naturales de la zona, como los terremotos y maremotos, que de tarde en tarde sucedían. En el año 1657 un nuevo y gran terremoto asoló la ciudad y la región, destruyendo lo poco que aún quedaba. Este bondadoso prelado y muy caritativo, era también muy riguroso en su vida. Solicitó al Rey varias veces auxilios para su diócesis y también al virrey del Perú, pero poco o nada consiguió. Los religiosos que había en su diócesis eran franciscanos,

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dominicos, mercedarios, agustinos y jesuitas, los cuales perdieron todas sus iglesias y casas en los diversos terremotos de la región. Algunos religiosos fueron trasladados a otros lugares para poder vivir. Obispo solicita extinción de su obispado; como lo habían hecho sus antecesores, especialmente el señor Zambrana, era indispensable que se tomara alguna medida ante tan grandes contingencias sufridas por este obispado. Por una parte, la sublevación de los indios, tanto ahora como años atrás; por otro lado las catástrofes naturales acaecidas tantas veces, que arruinaron casi totalmente las pequeñas iglesias y poblados de la región. Esta situación real y palpable era avalada por el Gobernador y también por la Real Audiencia de Santiago, quienes elevaron al Rey sendas cartas y peticiones al respecto, pero sin respuestas positivas de la península. Gobierno de la diócesis: el señor Cimbrón dio pruebas de ser un buen gobernante en la dirección de los fieles y del clero, como el mismo Rey lo manifestó muchas veces en sus cartas. Igualmente, tenía grandes cualidades para dirigir la parte civil, dando claras indicaciones al Rey y a las autoridades acerca del modo cómo mantener y manejar debidamente a los indios, cómo tratarlos y ayudarlos, etc. Por eso, fue distinguido por los indios como un verdadero padre de ellos. En sus cartas pidió al Rey que en adelante los obispos fueran consagrados en España, pues aquí en América era muy difícil hacerlo, tanto por las distancias, como por no encontrar obispos para ello. Lo mismo decía acerca de las Bulas oficiales del Papa, que ojalá hubiera otro medio más rápido y expedito, para evitar las demoras, etc. Corrección de los religiosos: insistió mucho ante los Superiores mayores de las Órdenes religiosas en la corrección de las irregularidades de éstos, a pesar de que él mismo era religioso. Solicitó al rey que cada convento tuviera al menos 12 religiosos para evitar los males de la vida de claustro. Decía también el obispo que los religiosos respetaban poco el Patronato real, pues ejercían el ministerio de curas, "sin tener autorización y diciendo que tenían privilegios para ello". En la vacante que hubo en Chile de Gobernador, se nombró al obispo Cimbrón de Gobernador interino en el año 1662 y también Capitán general del ejército; oficios que no alcanzó a ejercer, pues le sobrevino la muerte antes. La diócesis estuvo vacante durante 9 años después de la muerte del obispo, hasta el año 1664, en que se propuso al Papa el nombre del religioso franciscano fr. Andrés Betancur para obispo de Concepción en Chile, pero el candidato falleció

Memoria agradecida 5° Obispo de Concepción

Fr. Francisco Loyola V., agustino Nació en lea, Perú, el 4 de octubre de 1609 Siendo muy joven ingresó a la orden de San Agustín en Lima, donde profesó el ano 1622 En la Universidad de S. Marcos de Lima se

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graduó de doctor en teología. Ejerció la docencia en su convento y en la Universidad durante vanos años; era además buen orador sagrado. En el funeral del obispo Villarroel, que había sido también de Santiago, tuvo a cargo la oración fúnebre. Después de la muerte del obispo Cimbrón, esta diócesis estuvo vacante por 10 años, hasta que el Papa Clemente IX nombró obispo de Concepción a este religioso agustino el 15 de julio de 1669. Fue consagrado en Lima en 1671. Al dirigirse a Chile desembarcó en Valdivia, donde permaneció 30 días, arreglando los asuntos pendientes, visitando a los capellanes militares de ese fuerte español nombrando nuevos Curas y dando los pasos para la construcción de la iglesia parroquial. También se preocupó de enviar a las reducciones de indios a misioneros jesuitas, a fin de ayudar espiritualmente a los diversos cautivos españoles, que mantenían los indios sublevados desde hacia tiempo. Aprovechó igualmente para confirmar a un numeroso grupo de fieles, como dicen las crónicas "a más de mil personas". En la ciudad de Penco se dedicó a constituir bien el gobierno de la diócesis, después de tantos años vacante. Trató de mejorar la formación de su clero y la preocupación por los indios. Con las autoridades de gobierno mantuvo buenas relaciones y paz. Había en la diócesis 16 sacerdotes que sabían la lengua de los indígenas, lo que fue siempre muy importante para el contacto con ellos. Personalmente, dio clases a su clero, tanto de moral como de ritos y ceremonias, en lo que estaban poco preparados. Con mucho sacrificio y tesón construyó la nueva iglesia catedral que vio terminada el año 1676, colocando en ella la imagen de la Inmaculada Concepción. La situación económica del obispado y del clero era muy mala, debido a que nunca se cancelaban los réditos, tanto al obispo como a los demás clérigos. Por eso, el obispo continuamente estaba dirigiendo cartas al Rey de España, haciéndole ver esta difícil situación. Por fin el año 1677 le enviaron la cantidad de $ 3000. Actividades pastorales; el obispo trabajó con mucho interés y celo en la parte de evangelización y preocupación por los indígenas. Fue muy querido por el clero y los fieles. Como prueba de ello está la carta, que el Cabildo de la ciudad envió al Rey en 1673, en que dicen, "que agradecen por tener un Prelado tan docto, celoso y limosnero, efe "Con la ayuda del Gobernador Henríquez logró reconstruir los conventos e iglesias de las Ordenes religiosas, destruidas por los terremotos. Por lo cual, los religiosos estaban muy agradecidos del obispo. Visitó también la diócesis al norte del río Itata hasta el sur de Chillan, como también los fuertes militares de la región del Biobío, ayudando a los fieles y a los indios de esos sectores. Se realizaron muchas fiestas religiosas, con despliegue de ceremonias llamativas, que atraían a los indios de los lugares. Siempre fue la intención del obispo el ayudar y protegerá los indígenas de .los abusos de los españoles. Finalmente, el año 1675 se logró la "abolición de la esclavitud de los indios". Todo esto fue debido al trabajo del obispo y de los misioneros El obispo realizó la "visita ad límina" mediante un procurador de su Orden Agustina el año 1676, informando al Papa de lo que había hecho, en forma resumida.

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El obispo Layóla falleció el año 1677, después de una grave enfermedad, siendo sepultado en la nueva catedral de Penco Después de su muerte, siguió una larga vacante de la diócesis.

Memoria agradecida 6° Obispo de Concepción

Fr. Antonio de Morales, dominico Nació en Lima, Perú, el año 1612. Sus padres fueron D. Antonio de Morales y doña Jerónima Solís y Vargas. De joven ingresó a la Orden de Sto. Domingo en la misma ciudad de Lima, donde realizó también los estudios eclesiásticos. Ordenado sacerdote, recibió los grados de Lector en teología y artes. Desempeñó muchos oficios en la Orden, en la provincia del Perú, como profesor de teología y prior en varios conventos: Lima, Cuzco, Potosí; fue también maestro de estudiantes y rector del colegio Sto. Tomás de Lima. En el arzobispado de Lima fue nombrado Examinador sinodal y Comisario de la Inquisición del arzobispado de Lima, Guamanga y Trujillo. Finalmente fue elegido Provincial de la gran provincia de S. Juan Bautista del Perú, en el Capitulo provincial del año 1642. Nombrado obispo estando vacante la diócesis de Concepción por la muerte del obispo Fr. Francisco Loyola y Vergara, ocurrida a finales de 1677, fue propuesto para llenar este oficio Fr. Antonio de Morales y presentado al Papa Inocencio XI. Elegido en el consistorio de 26 de mayo del año 1682, cuando tenia 70 años de edad. Consagrado en la ciudad de Lima por el arzobispo Melchor Liñán de Cisneros, el 21 de noviembre de 1683, se preparó para dirigirse prontamente a su diócesis de Chile. El obispado de Concepción era muy extenso y comprendía todo el sur de Chile, desde el río Maule adelante. Por lo cual la labor pastoral en esta diócesis era muy difícil; agregando a esto la guerra permanente contra los indios de Arauco, que la hacia más peligrosa. Por esta razón, el Rey estaba muy preocupado por esta región, especialmente por la zona de Chiloé, la última región habitada de Chile. El Rey envió al nuevo obispo Morales una R.C. de fecha 17 de octubre de 1682, encomendándole que visitase Chiloé para la administración del sacramento de la confirmación a los fieles y otras necesidades pastorales. Agrega además el Rey "que ha más de 80 años que los obispos, vuestros antecesores, no visitan la provincia de Chiloé..." - Y mas adelante agrega: "os mego y encargo que paséis luego en el navío que lleva el situado al ejército a esas provincias, a visitar la referida Chiloé y administrar el sacramento de la confirmación y poner remedio en todo lo que halláredes te necesita...". El obispo Morales recibió esta R.C. estando en Lima y la contestó el día 8 de noviembre del año 1683, como él mismo dice: "poco antes de ser consagrado obispo" Todo lo cual, se confirma por el acuse de recibo del Rey en carta de 14 de mayo de 1685, cuando ya el obispo Morales había muerto.

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Se dirige a Chile y muere en naufragio: probablemente el obispo Morales se dirigió a su nueva diócesis en el navío "S. Juan de Dios", que llevaba el situado al ejército de Chiloé. Muy poco sabemos además de otros detalles del viaje. Al llegar el barco a la zona de Penco en Concepción lo sorprendió un violento temporal, que hizo naufragar a la embarcación, pereciendo todos sus tripulantes, incluido el obispo, el año 1684. Esto provocó gran conmoción en la zona, como es de suponer Desgraciadamente, el obispado continuó sin Pastor por otro lapso largo de tiempo, hasta que se hizo cargo de él el nuevo obispo propuesto por el Rey al Papa, que fue Fr. Luis Lemos, agustino.

Memoria agradecida 7° Obispo de Concepción

Fr. Luis Lemos de Usategui, agustino Nació en Madrid el año 1627. Ingresó muy joven a la Orden de San Agustín en España, donde realizó los estudios eclesiásticos, graduándose en teología. Fue elegido predicador de la Corte de Madrid. El año 1665 pasó al Perú, donde permaneció por espacio de 13 años en labores de su Orden, para regresar después a España El Papa Inocencio XI lo eligió obispo de Concepción el año 1686, siendo consagrado al año siguiente de 1687 Parece que el señor Lemos tenía pocos deseos de dirigirse a su diócesis, porque desde España se hizo cargo de ella nombrando a un Provisor y Vicario general de la diócesis en la persona del arcediano Pedro de Camus. Continuó aún en Madrid, a pesar de la insistencia de las autoridades para que se dirigiera pronto a América a hacerse cargo de la diócesis. Finalmente, presentó la renuncia del cargo y el Papa Inocencio XII se la aceptó el año 1692. No se saben las razones de este hecho, ni las causas que lo motivaron a ello. Por cual, la diócesis de Concepción continuó vacante durante 15 años.

Memoria agradecida 8° Obispo de Concepción

Fr. Martín de Huar y Mendoza, agustino Nació en Lima el año 1628. Ingresó a la Orden de S. Agustín en la misma ciudad, donde realizó los estudios eclesiásticos. Ordenado sacerdote en 1649, se graduó de doctor en teología en la Universidad de S. Marcos de Lima, donde fue catedrático. Ocupó diversos cargos en su Orden hasta llegar a ser elegido Provincial de ella en el Perú en 1681 y después le correspondió ejercer el mismo oficio en la provincia agustina de Quito el año 1690.

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Fue nombrado Calificador del S. Oficio en Perú y Examinador sinodal Enseñó la teología por muchos años en su Orden, graduándose de maestro el año 1657. Era un religioso muy observante y sencillo. El Papa Inocencio XII lo preconizó obispo de Concepción el año 1693, siendo consagrado en la ciudad de Quito en 1694. Se dirigió inmediatamente a su diócesis, que llevaba ya 18 años de vacancia episcopal. Por esta razón los males de toda clase que encontró en ella, son debidos precisamente a esta larga vacancia. Situación de la diócesis: no podía ser peor, después de tantos años sin obispo. Por ejemplo, en la región de Chiloé hacia 80 años que no llegaba un obispo para visitarla, otra tanto sucedía en las misiones de Arauco y la Patagonia. El clero era pobre y muy escaso; los religiosos también eran muy pocos. Aún más, habían aparecido en la región de Chile muchos piratas franceses, sucesores de los antiguos corsarios sajones. A todas estas peripecias deberemos agregar los graves problemas económicos, especialmente con la llegada del situado. Actividad pastoral: el nuevo Obispo dio mucho impulso a las misiones entre los indígenas; en Chillan se había fundado un colegio especial para los hijos de los caciques, que estuvo a cargo de los jesuitas en 1699. Este colegio duró hasta la nueva sublevación de los indios del año 1723, cuando éstos pidieron a sus hijos para la guerra. Visita pastoral de la diócesis: el obispo inició la visita en la zona de Arauco, muy difícil por la continua guerra entre españoles e indios y también por los piratas franceses. Después de esto, el obispo quiso convocar un nuevo Sínodo para el año 1702, pero poco es lo que sabemos de él. Probablemente no fue aprobado por el Rey y no se publicó. Este fue el Tercer Sínodo de Concepción. Dificultades con Gobernador Ibáñez: debido a los grandes abusos contra el clero y las leyes de la Iglesia realizados por este Gobernador, la violación de inmunidades, etc. Lo cual provocó en el obispo gran dolor, viéndose obligado a aplicar las más severas penas contra estos abusos. El Gobernador veía en el obispo a su enemigo, ya que no le dejaba medrar con los dineros que llegaban de la península o del virreinato del Perú. Las cartas injuriosas del Gobernador contra el obispo fueron después reprobadas por el Rey. El obispo realizó la llamada "visita ad limína" par medio de un procurador el año 1700. Fr. Martín de Híjar fue un gran personaje de su tiempo, de mucho prestigio intelectual, no sólo en su diócesis, sino también en su misma familia religiosa Por lo que se cuenta de él, fue invitado por sus hermanos de Quito a presidir el Capitulo provincial electivo de la Orden en el año 1704. En vista de los méritos del obispo, el Rey lo había propuesto para la diócesis de Santa Cruz, pero él no quiso aceptar, continuando en Concepción. Después de una larga enfermedad, Fr. Martín murió en mayo del año 1704.

Memoria agradecida Siglo XVIII, 9° Obispo de Concepción

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Diego Montero del Águila, diocesano Este fue el primer obispo chileno en la diócesis de Concepción - Nació en Santiago de Chile en 1544, de una familia penquista. Sus padres eran Diego Montero Marmolejo, emparentado con el primer obispo de Santiago D. Rodrigo González Marmolejo, y su madre doña Ana del Águila Sarmiento. Los primeros estudios los realizó en Santiago, donde su padre tenía un cargo importante. Después se fueron al Perú, instalándose en Lima, donde estudió cánones en la Universidad de S. Marcos el año 1660. Vivió muchos años en Lima ejerciendo su profesión de abogado con mucho éxito. Allá se casó con una chilena doña Lorenza Zorrilla, con quien tuvo cinco hijos, de los cuales cuatro fueron sacerdotes, siendo uno de ellos franciscano y el otro dominico. Habiendo enviudado en Lima, ingresó después en el seminario limeño, donde se ordenó sacerdote años después. El arzobispo de Lima lo nombró fiscal del arzobispado, visitador diocesano y también Cura de la iglesia catedral. Finalmente, fue promovido a obispo de la diócesis de Concepción por e) Papa Clemente XI, por sus grandes méritos, siendo consagrado en Lima el 5 de enero de 1710. Tenía en ese tiempo el señor Montero 66 años de edad. Trabajos pastorales en la diócesis; lo primero que hizo el nuevo obispo fue visitar su diócesis durante el año 1711. Ese mismo año envió una relación completa a Roma, mediante un procurador. Después se dirigió a la zona más desvalida y lejana de la diócesis, a Chiloé; adonde se dirigió por mar. Permaneció allí dos meses, recorriendo y visitando las comunidades cristianas de esos lejanos territorios insulares. En seguida, se dirigió a Valdivia, por vía marítima, lugar donde no había llegado un obispo desde hacía 40 años. Recorrió después la Araucanía, donde mantuvo amistad con todos los indios Todo eso lo refiere el obispo en carta al Rey en el año 1712. Estos informes del obispo eran muy detallados, colocando aún las causas de los acontecimientos. Por ejemplo, hacía ver al Rey en su informe lo malo que estaba la administración civil en estos lugares, cómo era robado el real situado, que se enviaba para los gastos del ejército, del clero y demás actividades del país. "A nosotros, clero y obispo, decís, no nos han dado nada de los dineros por muchísimos años". En estas visitas a su diócesis recorrió el obispo más de 400 leguas. En esa época llegaron a Chile dos personajes intelectuales; el Padre Feuillet, franciscano y el señor Frezier, ingeniero francés. El más importante era el Padre franciscano por su sabiduría y sencillez; no así Frezier, quien habló mal de Chile, sin tener mayores antecedentes. El clero de la diócesis era de muy buena calidad, decía el obispo, sano y apostólico Lo que realmente estaba muy mal en el reino de Chile eran las autoridades civiles, que se preocupaban sólo del robo y el abuso contra los indios. También en ese tiempo existía en Penco un Beaterío de mujeres, al cual el obispo lo transformó en monjas, dándoles como titular una imagen de la SS. Trinidad, a la cual el obispo tenía especial devoción. En 173G fue erigido en monasterio. El obispo señor Montero fue trasladado a la diócesis de Trujillo en Perú el año 1715 Tres años después, falleció en la ciudad de Saña el año 1718.

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Memoria agradecida 10° Obispo de Concepción Juan de Nicolalde, diocesano

Nacido el año 1664 en Charcas o Chuquisaca, actual Bolivia, donde realizó los estudios eclesiásticos, graduándose de maestro en artes y doctor en teología. Desempeñó los oficios de Cura de Potosí, Comisario de la santa Cruzada en Poseo, canónigo de Charcas y de la Paz. En el siglo XVIII casi todos los obispos fueron del clero secular, debido a que en esa época había ya un número suficiente de sacerdotes de ese clero para ejercer los oficios pastorales. Recordemos a este propósito que en el siglo XVI había un mayor número de sacerdotes religiosos que seculares, por eso los obispos que se nombraban eran iodos de dicho clero. El señor Nicolalde fue preconizado obispo de Concepción por el Papa Clemente XI en abril de 1715 y consagrado en Bolivia o Charcas. Se dirigió prontamente a Chile en 1717, para hacerse cargo de su diócesis, donde fue recibido con mucho júbilo en la catedral de Penco. Apenas llegado allá dio cuenta al Rey de su llegada, anunciando los proyectos que tenia y agregando en la carta "Que el Gobernador Ustáriz estaba preocupado sólo de las últimas raterías que pudo hacer como gobernador, ignorando que ya estaba depuesto"" Decía también el obispo que el ejército" se hallaba en sumo atraso™, sin sueldos, los fuertes sin soldados, iodo abandonado y sin curas para la atención espiritual. Lo primero que le correspondió al obispo fue la reparación de la catedral, que estaba arruinada, logrando con la ayuda de los fieles y del rey dejarla en buen estado. El Seminario, en el año 1717, inició una nueva etapa con la fundación del Seminario conciliar, nombrando al presbítero Francisco Jiménez para su organización, Para ello adquirió una casa cerca de la catedral donde empezó a funcionar este establecimiento. Lo puso bajo la protección del patriarca San José. El uniforme que dio a los seminaristas "consistía en una sotana talar sin mangas, de color acanelado o pardo, con una banda cruzada del lado izquierdo al derecho, de color rojo: dicha banda tenía bordado en seda, oro y plata, un ramo de azucenas, que significaba la pureza del santo Patrono" Al principio fueron solo seis los alumnos de este primer Seminario, los que fueron creciendo poco a poco. Los estudios eran como los colegios defuera y fueron completándose de a poco. En cuanto a la manutención de este colegio, el obispo usó parte de su renta y "del tercio del seminario"; después solicitó ayuda del Rey. Como vemos, siempre el obispo tuvo especial preocupación por el Seminario, como debe ser. Actividades pastorales el año 1718 salió el obispo a visitar la región de la Araucanía hasta el río Cautín, acompañado de tres jesuitas y un secretario. La relación que hizo después al Rey es bastante minuciosa e interesante, enumera las confesiones realizadas, los casamientos, bautizos, confirmaciones, etc.

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En las parroquias estableció las cofradías y también una mayor devoción al SS. Sacramento; corrigió los abusos y mejoró el servicio parroquial. Para mejorar la instrucción y la evangelización de los fieles tan aislados, el obispo dispuso la realización de misiones en cada parroquia, lo cual fue bien aceptado por los Curas. Visitó también las cárceles, los cuarteles militares y los fuertes, colocó capellanes donde fue posible. De todo esto dio detallada cuenta al Rey, especialmente de la mala situación de los soldados y de los capellanes. Estas misiones se iniciaron desde el año 1719 adelante, hasta los tiempos de la independencia. Igualmente, envió visitadores permanentes a las parroquias a los mejores sacerdotes de la diócesis. Un misionero jesuita fue asesinado en Purén por un cacique. En cuanto a la visita "ad límina", la realizó por procuradores en 1722. Finalmente, el señor Nicolalde fue trasladado al arzobispado de Charcas en mayo de 1723, falleciendo en Arica el año 1724.

Memoria agradecida 11° Obispo de Concepción

Francisco A. Escandón, teatino Son pocos los detalles que se saben con certeza de este obispo. Sólo sabemos que nació en Madrid y que ingresó a la Congregación de los Clérigos regulares de S. Cayetano o Teatinos. Este instituto nunca se estableció en Chile. Tuvo su origen en la época del siglo XVII para la renovación de las costumbres y cristianizar el mundo. El señor Escandón ejerció su ministerio en Europa, llegando a ser predicador del Rey de España. El Papa Inocencio XII lo eligió obispo de Concepción el 13 de mayo de 1723, siendo consagrado en Madrid el mismo año. El año 1724 emprendió viaje a su diócesis en América, haciéndose cargo de ella en 1725. Labor pastoral: en la sede diocesana de penco encontró destruida la catedral y también muy poco personal de sacerdotes. Con la ayuda de los fieles y del Rey de España logró levantar su catedral. También aprovechó para aportar mayor número de personas y dignidades para el esplendor del culto divino en ella. Visitó varias veces la diócesis, pero le fue muy difícil llegar hasta Chiloé, distante 300 leguas de Penco. Por lo que lo realizó por delegados Sin embargo, logró visitar la zona de Valdivia. El Seminario diocesano, fue su dedicación permanente: por falta de sacerdotes seculares, entregó la dirección del Seminario a los jesuitas en 1724. Este tuvo buenos profesores y maestros; en él se dieron títulos de teología a muchos sacerdotes escogidos, como a D. Manuel de Alday, futuro obispo de Santiago. En el Seminario hubo al principio 40 alumnos.

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Monjas Trinitarias, ya existía el Beaterío de mujeres que llevaban una vida recogida en la ciudad de Penco El obispo entregó este Beaterío en 1730 a las monjas Trinitarias, que vinieron especialmente de Lima para ello. Relación al Papa: debido a lo difícil de los viajes y de las comunicaciones en ese tiempo, el obispo logró enviar su relación pastoral a Roma el año 1730, por medio de los jesuitas. Terremoto de 1730: el día 8 de julio de ese año la zona de Penco y alrededores fue violentamente sacudida por un terremoto, poniendo en peligro la misma vida del Obispo. En ese tiempo hubo también una disputa de territorios entre el obispo de Santiago y el de Concepción, por la parroquia de Cauquenes e Isla del Maule. El Rey dilucidó este inconveniente ordenando que dichos territorios fueran del obispado de Concepción. Finalmente, el señor Escanden fue trasladado al arzobispado de Lima por el Papa Clemente XII en 1731, del cual tomó posesión el año siguiente de 1732. Falleció este obispo en Lima el 21 de abril de 1739.

Memoria agradecida 12° Obispo de Concepción

Salvador Bermudez y Becerra, diocesano Nacido en Medellín. Colombia, el año 1680. De una familia de hidalgos hizo sus estudios superiores en la ciudad de Santa Fe de Bogotá, donde recibió el sacerdocio de manos del obispo de Sta. Marta Juan de Velasco. Sirvió en diversas parroquias, llegando a ser Provisor y Vicario General de la diócesis. Fue trasladado a Quito como integrante del Cabildo de canónigos. Estaba en esta ciudad cuando recibió la noticia de su nombramiento de obispo de Concepción por el Papa Clemente XII, el 18 de julio de 1731. Fue consagrado por el obispo de Trujillo Jaime de Mimbela O.P. el año 1733. Se dirigió en seguida a su sede de Concepción en Chile en el barco N. Sra. de las Caldas el año 1734, demorándose 60 días en el viaje, como él mismo lo dice en carta al Rey de España, Desgraciadamente el barco encalló al llegar a la bahía de Arauco, situado a"30 leguas de su sede", dice el obispo, estando en grave peligro de naufragar. Su administración: durante su estadía a cargo de la diócesis hubo dos Gobernadores en el reino, con los que le correspondió actuar; y antes de su llegada hubo dos acontecimientos importantes en el país, que impactaron gravemente a los habitantes de su diócesis: el primero fue la sublevación de los indígenas del año 1723 y el otro el gran terremoto del año 1730, que asoló al país desde la Serena hasta Valdivia, acompañado de un maremoto. Casi todos los edificios de Penco cayeron, junto con las iglesias y la catedral del obispo. Tuvo que recurrir el señor Bermúdez al Rey y a las autoridades del reino para conseguir ayuda para la reconstrucción de la catedral, la que fue dada al obispo por Felipe V. Con ello

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logró iniciar los trabajos de reconstrucción el año 1740. Al terminar el obispo su estadía en Chile, dice una relación suya, la catedral quedó bastante adelantada-Labor pastoral: debido al buen funcionamiento del Seminario de S. José pudo el obispo contar con un buen número de sacerdotes, en los 15 años de funcionamiento de éste. Con ellos pudo cubrir las necesidades más urgentes de la diócesis. Su preferencia fue siempre el Seminario diocesano. Otro hecho de interés pastoral fue la construcción de la iglesia de la nueva parroquia de Santa María de los Ángeles, recién fundada. Visitó también su diócesis dos veces, pero no sabemos mayores detalles. Obispo auxiliar: esta diócesis de Concepción tuvo un obispo auxiliar por primera vez en el siglo XVIII. Como lo dijimos antes, antecesores del señor Bermúdez habían pedido al Papa "que autorizara a un sacerdote para que pudiera administrar el sacramento de la confirmación en la región tan aislada de Chiloé y además ejercer otros actos y funciones de coadjutores". El Papa aceptó esta petición, enviándose al Consejo de Indias la nota correspondiente para proveer el cargo. En dicho consejo se creyó que era mejor se nombrara un obispo coadjutor de Concepción para Chiloé, escogiendo para ello a un canónigo de Santiago para dicho oficio, con la renta correspondiente. El Papa Clemente XII preconizó al señor canónigo Pedro Felipe de Azúa para obispo coadjutor de Concepción el 27 de julio de 1735. Fue consagrado por el señor Bermúdez en la sede diocesana en 1740. El nuevo obispo emprendió de inmediato viaje al sur, llegando primero a Valdivia y después a la isla de Chiloé en el año 1741. Recorrió todos los lugares y las parroquias de esta isla, administró la confirmación a miles de personas, nos dicen tos datos del mismo obispo en carta al Rey de España, nombró nuevos "fiscales" en los lugares distantes y ayudó personalmente a tos indígenas de la zona con cariño y comprensión. Realizó además varios censos de población, tanto de españoles como de indios. Finalmente, dice el obispo, que le propuso al Rey la creación de un obispado en Valdivia para la atención de la zona de Chiloé. Igualmente, el señor Bermúdez se preocupó mucho de la evangelización y de la instrucción de los indígenas de la Araucanía, enviando para ello a los misioneros jesuitas de la región. En Valdivia estaban de capellanes de los fuertes varios sacerdotes franciscanos. El Papa Benedicto XIV promovió al señor Bermúdez a la diócesis de la Paz en febrero de 1742. Desde allá continuó preocupándose de la terminación de la catedral de Penco y de la iglesia de los Ángeles, ayudándolas con su peculio personal.

Memoria agradecida 13° Obispo de Concepción

Pedro Felipe de Azua, diocesano Nació en Santiago en 1693. Sus estudios los realizó en el Convictorio S. Francisco Javier y después fue enviado a Lima a estudiar en la Universidad de S. Marcos, donde se graduó en ambos derechos y de abogado. El señor Azúa pertenecía a las grandes familias de Chile, las que estaban en contacto con los personajes del gobierno y del poder.

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El año 1714 regresó a Chile, donde asumió importantes cargos como abogado en las oficinas de gobierno y Real Audiencia, ya que eran pocos los abogados en esos tiempos. Después hizo oposición a la canonjía doctoral en Santiago, la que obtuvo. En ese tiempo ingresó a la carrera eclesiástica, siendo ordenado sacerdote el año 1722 por el obispo de la capital El nuevo obispo de Santiago Pozo y Silva lo designó Provisor y Vicario general de la diócesis y después deán del Cabildo en 1732. Como ya lo dijimos al hablar del obispo Bermúdez, fue nombrado obispo de Concepción el señor Azúa el año 1735, para integrarse como Pastor a las labores religiosas de la región de Chíloé. Allí realizó una tarea muy impártanle el señor Azúa, según lo referido anteriormente. Labor pastoral en Concepción: con la práctica tenida corno obispo auxiliar el señor Bermúdez, Azúa se desempeñó muy bien como titular de esta diócesis. Lo primero que hizo fue tratar de terminar los trabajos de la construcción de la catedral, iniciados por su predecesor, usando para ello dineros de su propio peculio hasta verla terminada el año 1745. Inició la visita pastoral en 17-43 hasta la región de Tucapel y en seguida continuó hacia el norte. Trató de organizar todas las cosas, dar reglamentos para su ejecución y funcionamiento. Prohibió los excesos que halló en las fiestas de los indígenas y españoles, los juegos de chueca y la embriaguez. Otra cosa importante fue poner orden en lo relacionado con los entierros, especialmente con lo que hacían los religiosos. El Seminario: como ya estaba funcionando en los tiempos de su antecesor y tenía edificio propio y profesores idóneos, trató el obispo de darle más seguridad y dejarlo sólo para clérigos. Fue su principal preocupación. El señor Azúa contribuyó mucho a la fundación de la Universidad Pública de S. Felipe, con el influjo que tenía su familia y especialmente su hermano Tomás en Madrid, con las autoridades españolas. Pues, su hermano fue el primer rector de esta nueva Universidad el año 1738. Sínodo diocesano: probablemente la mayor tarea realizada en su administración fue la convocación y trabajos de este IV sínodo de la diócesis de Concepción. Fue convocado el año 1744, duró varios meses de intensos trabajos, donde se aprobaron 16 capítulos sinodales; abarcando toda clase de materias y de disciplinas eclesiásticas y normas especiales para los indígenas de la diócesis. El obispo Azúa era hombre tenaz y de ideas muy claras. Su mentalidad jurídica se hizo notar especialmente en la realización de este Sínodo. Logró con tesón y empeño que la Real Audiencia y el Gobernador aprobaran sus disposiciones generales en agosto de 1745, diciendo "que están a salvo las regalías de la jurisdicción y del Patronato real y por consiguiente puede publicarse". Este fue de los pocos Sínodos publicados por las autoridades de la colonia española Traslado del obispo Azúa a Bogotá: el Papa Benedicto XIV lo promovió al arzobispado de Santa fe de Bogotá el año 1744. Su labor en esa arquidiócesis no fue próspera como en Concepción, teniendo muchas dificultades con las autoridades civiles. Al final renunció a ella el año 1753, dirigiéndose de regreso a Lima donde falleció el año 1754

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Memoria agradecida 14° Obispo de Concepción

José de Toro y Zambrano, diocesano Nació en Santiago de Chile el año 1674. Los primeros estudios los realizó en el Convictorio S. Francisco Javier, donde se graduó en filosofía. Después fue enviado a Lima a estudiar Derecho en la Universidad de S. Marcos, graduándose en ambos derechos y recibiendo el título de abogado en la Real Audiencia de Lima Pertenecía en Chile a una de las principales familias del reino. Regresó al país, después de haber ejercido la profesión de abogado en Lima En Santiago obtuvo el cargo de relator de la Real Audiencia en 1705. Estando cercano a los 40 años ganó la canonjía doctoral del Cabildo en el año 1711, ingresando después en el seminario, donde se recibió de sacerdote en 1714. Fue ordenado por el obispo de Santiago D. Luis Romero. Desempeñó en la iglesia muchos oficios importantes, como Provisor y Vicario general, Deán del Cabildo catedral en 1741, etc. Finalmente, estando vacante el obispado de Concepción, el Papa Benedicto XIV lo nombró obispo de esta diócesis el 18 de setiembre de 1744, siendo consagrado en Santiago el año 1746. El señor Toro era uno de los sacerdotes más competentes y virtuosas de Chile, Cuando fue propuesto para obispo tenía 72 años. Labor pastoral: al llegar a su diócesis encontró el nuevo obispo terminada la iglesia catedral, que había sido construida por el su antecesor D. Pedro Felipe Azúa. El señor Toro, a pesar de su avanzada edad, logró gobernar la diócesis por espacio de 14 años. Fue muy trabajador y apostólico, recorrió gran parte de la diócesis. Poco es lo que sabemos de los detalles de su trabajo pastoral, pues toda la documentación del obispado fue perdida o destruida en los terremotos y otras peripecias sucedidas en esos tiempos. Sin embargo, puso mucho interés en el Seminario diocesano, dándole toda la ayuda material y docente. Procuró también el obispo ayudar mucho a su clero, solicitando al Rey el aumento de sus rentas el año 1749, lo cual fue felizmente aceptado por éste en 1753. Terremoto del año 1751: nuevamente se dejó sentir un gran terremoto en la zona sur de Chile, especialmente en la región de Concepción, derrumbando todo lo que encontró: casas, iglesias, etc. Por lo cual, las autoridades de la época, con el gobernador Ortiz de-Rosas, decidieron el traslado de la ciudad de Penco a un lugar más seguro y alejado del mar. Se realizó un cabildo con el pueblo, decidiendo cambiarlo al valle de la Mocha, entre los ríos Andalién y Bíobío. Se trazó el plano correspondiente y se distribuyeron los sitios entre los pobladores. Sin embargo, el obispo Toro se opuso tenazmente a dicho traslado, porque creía que con ello ayudaba a las familias pobres que no tenían medios para este traslado. Hubo una lucha empecinada por ello, de suerte que esta situación duró muchos años, hasta la muerte del obispo en el año 1760. Esta fue la nueva ciudad llamada "Concepción de la Virgen María". Allí se trasladó el gobierno, el Seminario, las Órdenes religiosas y el pueblo.

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En la diócesis de Concepción había en esos años 24 parroquias y doctrinas y como 50 sacerdotes seculares, sin contar los religiosos. El obispo murió el 1° de mayo del año1760, a los 86 años.

Memoria agradecida 15° Obispo de Concepción

Fr. Pedro A. de Espeñeira, franciscano Nació en S. Pedro de Villariño de Galicia, España, el 29 de julio de 1727. Ingresó a la Orden de S. Francisco a los 15 años en la ciudad de Santiago, sobresaliendo en los estudios. Fue enviado después a la Salamanca para los estudios eclesiásticos, pero no quiso seguir carreras intelectuales, sino que pidió ir a misiones Por lo cual, se embarcó para el Perú en 1752, pasando después a Chile, donde se incorporó al colegio de misiones de Chillan. Allí aprendió el idioma de los mapuches y las costumbres de los indígenas para dedicarse a misionar al año siguiente entre los pehuenches. Desempeñó también el oficio de Guardián de dicho convento, donde permaneció hasta el año 1763. Recorrió la cordillera de Chillan poniéndose en contacto con las tribus indígenas de la región para tratar de evangelizarlos Tenía un amor muy grande para con los indios y siempre fue su protector y amigo. Según los biógrafos de Fr. Pedro Ángel, era un varón realmente dedicado a su labor apostólica, dotado de grandes cualidades intelectuales, de prudencia y amabilidad. El Papa Clemente XIII lo eligió obispo el 21 de diciembre de 1761, siendo consagrado en Santiago por el obispo D. Manuel Alday en 1763, tomando en seguida posesión de su diócesis de Concepción. Fue siempre un hombre celoso del deber y buen gobernante. Le correspondió organizar de nuevo una diócesis tan desventurada y con tantas calamidades. Hizo trasladar la sede a la nueva ciudad que se iba a edificar en el valle de la Mocha, después de los grandes terremotos sucedidos en esa época. Fue en realidad el refundador de la diócesis de Concepción, usando para ello todo su talento, prudencia y abnegación; hubo que dotarla de todo lo que se había perdido, tanto en elementos litúrgicos, ornamentos, libras, etc. El Gobernador Guill y Gonzaga decretó el cambio de la ciudad en noviembre de 1764 al valle de la Mocha, "para ser del obispado y tener el único puerto de registro, con el nombre de Talcahuano". Se distribuyeron los solares partiendo de la plaza de armas, al frente de ésta quedaría la catedral y la sede del obispo; igualmente a las demás Ordenes religiosas y autoridades del reino. El obispo inició de inmediato la construcción de la catedral y los edificios para el Seminario, con la ayuda de las autoridades y del Rey. Después de muchas peripecias y dificultades se logró trasladar el Seminario el año 1767. Recordemos que en 1767 fueron expulsados los jesuitas de toda América por orden del Rey Carlos III de España. El señor Espiñeira quiso celebrar debidamente la inauguración de su Seminario el día 4 de noviembre, fiesta de S. Carlos Borromeo, y darle nombre de este santo, en lugar del antiguo

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nombre de S José. Cuidó con esmero que el Seminario tuviera buenos programas de estudio y profesores idóneos, logrando verlo floreciente. Tenía en ese tiempo 17 alumnos. Apostolado del Obispo: hizo la relación al Papa mediante un procurador de todo lo que había hecho durante los 7 años. Debido a la expulsión de los jesuitas, tuvo que asignar nuevos misioneros a los lugares misionados por ellos. Envió sacerdotes seculares y también algunos religiosos franciscanos, especialmente en la región de Valdivia, Arauco y Chiloé. Todas las parroquias estuvieron con sacerdotes seculares. En las visitas a los tugares, el obispo no sólo se preocupaba de la vigilancia y el orden de las tareas pastorales de los párrocos, sino también daba las instrucciones relacionadas con el debido uso de los libros parroquiales, mantención de los templos y el cuidado de los archivos. Un asunto muy importante para la formación de sus sacerdotes fue instituir los días jueves para darles charlas de moral y otros temas teológicos. En la diócesis de Concepción había pocos religiosos sacerdotes, de S. Domingo había dos, franciscanos 3; agustinos 2 y mercedarios 2. La atención de los hospitales estaba a cargo de los religiosos de S. Juan de Dios, que eran dos, en el fuerte de Valdivia había tres capellanes franciscanos. Finalmente, existía un monasterio de monjas Trinitarias en Penco. El obispo Espineira continuó visitando su diócesis con mucho entusiasmo y celo pastoral. Según el mismo lo decía al Rey "recorrió como mil millas". Con las autoridades no tuvo problemas de importancia; se preocupó mucho del interés de los indígenas; prohibió el bautizo de los niños indios, mientras no hubiera certeza de su educación por los padres. A los religiosos les prohibió realizar actividades parroquiales y mantenerse dentro de las ordenanzas diocesanas. Finalmente, el obispo tuvo muy buena actuación en el Concilio de Lima del año 1772, junto al obispo de Santiago D. Manuel Alday. Fue bastante exagerado en atacar a los "probabilistas" en el Concilio, siendo tachado de "rigorista" en materias morales. Seguramente que en esto estaba contra los teólogos jesuitas, que habían propagado esta doctrina en la Iglesia. Regresó el año 1773. Murió el señor Espineira el 9 de febrero de 1778.

Memoria agradecida 16º Obispo de Concepción Francisco Marán, diocesano

Nacido en Arequipa, Perú, el 9 de octubre de 1729, de una familia noble y rica. Los estudias los realizó en la ciudad del Cuzco en el colegio S. Antonio Abad, donde se graduó en artes y teología el año 1748. Ingresado al Seminario del Cuzco fue ordenado sacerdote en 1765. En su diócesis desempeñó muchos e importantes cargos, hasta llegar a Provisor y Vicario general. Reemplazó a los jesuitas como Rector del colegio S. Francisco de Borja en el Cusco. Fue elegido obispo de Concepción el 1° de marzo de 1779 y consagrado en el Cuzco el mismo año. Al año siguiente tomó posesión de su diócesis, donde permaneció 14 años. El

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señor Marán tenía 60 años cuando fue elegido obispo y en su patria era un sacerdote de mucho prestigio. Recibió la diócesis bastante bien organizada por el señor Espiñeira, por lo cual Marán se dedicó a completar lo hecho y realizar otras actividades importantes. En ese tiempo el país había cambiado bastante, pues el Rey Carlos III había establecido libre comercio para las colonias el año 1778. El obispo Marán tenía muchos bienes personales y cuando llegó a Concepción traía muchos bultos, entre ellos muchos libros para su biblioteca personal y otras muchas cosas El Seminario diocesano estaba bien instalado, habiéndose ordenado ya varios sacerdotes, con ellos llenó las vacantes de las parroquias, que eran 20 en ese tiempo. Sin embargo, tuvo que mejorar las cátedras y aumentarles los réditos. Trabajo pastoral: realizó visitas a varias partes de la diócesis, iniciándola en la parte norte de ella En seguida viajó a la zona sur, donde le correspondió sufrir un grave percance con los indígenas et año 1787. Pues, al llegar a Tirúa, en la zona de Tapihue, la comitiva del obispo fue atacada por los indios, que los hicieron prisioneros. Pudo salvarse el obispo, gracias a que los indios lo decidieron en un juego de chueca; si ganaba el grupo de los indios, los matarían; pero, si perdían en el juego, el obispo quedaría libre. Felizmente triunfó la parte contraria y dejaron marchar a la comitiva con el obispo. Así pudieron regresar con muchos inconvenientes a la sede de Concepción. El obispo estaba siempre preocupado de sus fieles, como también de ayudar a los indios. Fue muy caritativo con los pobres y los enfermos, ayudándolos con su propio peculio. Le correspondió edificar la nueva catedral con planos revisadas por el famoso Toesca; gran parte del dinero lo colocó el obispo. Sin embargo, su salud no le acompañó mucho y tuvo que escribir muchas cartas al Rey para que lo trasladara de Concepción, ya que el clima le hacía daño También solicitó se dividiera la diócesis, como lo había hecho su antecesor, creando los obispados de Valdivia y Chiloé. Pero, esto no lo logró. A la nueva catedral regaló el obispo una hermosa "custodia", mandada a confeccionar al Perú, en la suma de $26.000. Pesaba 48 libras y 3 onzas. Esta ofrenda fue una promesa hecha por el obispo, si se salvaba de la prisión de los indios. Según cuenta en su información al Papa, realizó cuatro visitas pastorales a su diócesis, creando también varias parroquias. Finalmente, fue trasladado a Santiago por el Papa Pió VI el 12 de setiembre de 1794, donde murió.

Memoria agradecida 17° Obispo de Concepción

Tomás de Roa y Alarcón, diocesano Nació en Concepción, en un fundo de sus padres, el 17 de mayo de 1738. Ingresó al seminario del señor Espiñeira de la ciudad de Concepción, donde realizó los estudios eclesiásticos. Ordenado sacerdote el año 1765, inició el ministerio sacerdotal en la misma diócesis. En seguida fue enviado a Lima a la Universidad de S. Marcos para graduarse en

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teología. Después, recibió el oficio de canónigo en la catedral de Concepción. Representó el obispo Marán en el Parlamento de Negrete, de españoles e indios, el año 1793. El Papa Pío VI lo proclamó obispo el 12 de setiembre de 1794, tornando posesión de la diócesis al año siguiente. El señor Roa y Alarcón era hermano del marqués de Piedra Blanca de Huara, de una familia de la nobleza colonial. Actividades pastorales: trató de visitar la diócesis de norte a sur en el año 1797, pero no avanzó más al sur, debido al peligro de alguna emboscada de los indios, como le sucedió a su predecesor Marán. Dio cuenta de todo al Papa en la relación que envió por un procurador. En cuanto al Seminario diocesano continuó apoyándolo con mucho interés. En su tiempo las parroquias de la diócesis eran 25. Los habitantes de Concepción a finales del siglo XVIII eran más de 4 mil personas. En varias aldeas de la diócesis el obispo logró construir bastantes iglesias y capillas. El señor Roa pidió al Rey que lo cambiara de diócesis, pues Concepción lo había afectado mucho por la humedad y el frío; el reumatismo fue lo peor. Había solicitado ser enviado al Cuzco por el clima más seco. Desgraciadamente falleció aquí en Concepción en 1805, antes de ver cumplidos sus deseos. El señor Roa y Alarcón es el último obispo que tuvo esta diócesis en el siglo XVIII.

Memoria agradecida Siglo XIX; 18° Obispo de Concepción Diego Navarro de Villodres, diocesano

Es el primer obispo de este siglo XIX y el último obispo de la era colonial en Chile. Nació en un pueblo de Granada, España, el año 1758. Se recibió de bachiller en leyes, doctor en cánones y abogado canciller en Granada. Fue ordenado sacerdote en dicha ciudad, donde trabajó en asuntos jurídicos y pastorales. El Papa Pío Vil lo nombró obispo de Concepción el 29 de agosto de 1806. Debido a los problemas de la guerra y otras dificultades, demoró alrededor de 4 años en llegar a su diócesis de Concepción. En Buenos Aires fue consagrado obispo en 1809, tomando posesión de su diócesis el 8 de setiembre de 1810, cuando tenía 47 años de edad En ese tiempo ya se anunciaban en Chile los clamores de la independencia, por lo que el obispo arribó muy a destiempo. El obispado de Concepción había sido gobernado durante varios años por vicarios, desde la muerte del obispo Roa hasta la llegada de Villodres en 1810. Sin embargo, la presencia de este nuevo obispo fue de corta duración, por los motivos ya dichos, lo cual repercutió seriamente en la vida de la iglesia penquista. De lo poco que se sabe de su actuación pastoral, se cuenta que el obispo inició la visita a la zona norte del Biobío, pero tuvo que regresar a Concepción para intervenir y mediar entre las Juntas de Gobierno de Santiago y Concepción, por una probable guerra civil. Pero,

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cuando arribó al puerto de Talcahuano el brigadier Pareja, al mando de un ejército español, entró a Concepción sin encontrar resistencia, el obispo salió a recibirlo y el Jefe militar dejó al señor Villodres de intendente de la región, mientras él se dirigía a atacar a los rebeldes. Sin embargo, el obispo por temor a las fuerzas patriotas se embarco en Talcahuano el 25 de mayo de 1813, con rumbo a Lima Pero, después de la reconquista española, regresó nuevamente a Chile en diciembre de 1815. Poco tiempo más estuvo en el país, pues se dirigió a Santiago en mayo del año 1816, para asistir a la consagración de obispo de su amigo José Rodríguez Zorrilla. Este fue el último acto realizado por el señor Villodres en Chile, ya que nuevamente se embarcó para el Perú para no regresar más. Se dice que en Lima publicó una pastoral dirigida a sus feligreses. Finalmente, se embarcó para España en septiembre de 1825, donde murió dos años después.

Memoria agradecida 19º Obispo de Concepción

José Ignacio Cienfuegos, diocesano Nació en Santiago el año 1782; sus estudios los realizó en la Universidad de 3 Felipe, donde obtuvo el bachillerato en teología. Ordenado sacerdote en 1785, fue designado párroco de la ciudad de Talca desde 1790 a 1813. Era un hombre generoso, desinteresado y visitaba anualmente a sus feligreses. Fundó allá una casa de retiros, donde personalmente les predicaba cada año. Edificó también el templo parroquial de la ciudad. Dejó la actividad parroquial y se dedicó a la política y a servir en la nueva república que se estaba iniciando. Desempeñó muchos cargos en el Gobierno y en la Iglesia de su tiempo: fue miembro de la Junta de Gobierno en 1813, senador y consejero de los hombres de gobierno Fue desterrado a la isla de Juan Fernández, en tiempos de la reconquista española, junto a cientos de otros patriotas. Allá fundó la Hermandad de Dolores, que después se estableció en la catedral de Santiago. Fue gran amigo de O'Higgins, con quien juró el acta de la independencia nacional el 12 de febrero de 1818 y después se cantó el Te Deum en la catedral. Esta misma declaración la firmaron 68 sacerdotes seculares, de un total de 200 que había; junto con 175 sacerdotes religiosos, de un total de 600. A causa de los problemas religiosos de la época, especialmente con el obispo de Santiago señor Rodríguez Zorrilla, que el Gobierno no aceptaba por ser demasiado realista, Cienfuegos tuvo que asumir varias responsabilidades de gobierno y también de la diócesis, sin tener las debidas autorizaciones canónicas. "Pues, decía, estaba obligado moralmente a hacerlo, por /as circunstancias". Es enviado a Roma por O'Higgins, para arreglar los problemas de la Iglesia, como Ministro plenipotenciario el año 1821. Fue recibido por el Papa Pío Vil, a quien le habló claramente de la situación religiosa del país, entregándole un documento del Gobierno al respecto, el

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cual fue bien recibido en la Santa Sede, Por esta razón el Papa decidió enviar a Chile una misión especial para arreglar los asuntos religiosos. Fue compuesta por el Vicario apostólico Juan Muzi, el canónigo Juan Mastai Ferreit y el presbítero José Sallusti. Renuncia de O'Higgins y fracaso de la Misión Muzi; por motivos políticos e intereses contra la Iglesia, el nuevo gobierno de Freiré despidió a dicha Misión, la que tuvo que regresar el 19 de octubre de 1824. Permaneció aquí 7 meses. Cienfuegos es enviado nuevamente a Roma a fin de terminar la anarquía religiosa existente en Chile y los problemas derivados contra la Misión Muzi. Saltó el año 1828 y fue recibido por el Papa en agosto de ese año el Pontífice lo censuró seriamente por lo que había hecho en la administración de la diócesis, sin autorización canónica, pero que comprensivo y paternal con Cienfuegos. Pues, éste le dijo al Papa: "¿qué había de hacer? Para evitar mayores males, me obligaron a ello las circunstancias". Después, León XII consultó a Cienfuegos qué sacerdotes serían aptos para la dignidad de obispos en Chile. No queriendo comprometerse, le dio el nombre de Manuel Vicuña L de quien todos hablaban muy bien y aprovechó para informarle de todos los detalles de la situación religiosa en Chile y de la urgencia de un arreglo urgente. E1 Papa lo nombró obispo titular de Relimo, junto con Manuel Vicuña, como titular de Cerán, el mismo año 1828. De esta manera quedaba restaurada la jerarquía eclesiástica en Chile Cienfuegos fue consagrado obispo en Roma y regresó a Chile en 1829. Obispo de Concepción: esta diócesis había estado vacante por varios años y gobernada sólo por vicarios, de modo que el Gobierno estaba muy preocupado de arreglar pronto este problema. Para ello habló con Cienfuegos y le solicitó que aceptara el obispado de Concepción. Se resistió éste, diciendo que tenía 68 años y achaques en su salud. Sólo el año 1831 logró el Gobierno convencerlo y enviar al Congreso la petición correspondiente y después enviarla al Papa. Fue aceptada la petición por León XII, nombrando a Cienfuegos para obispo de Concepción el 17 de diciembre de 1832. Desgraciadamente Cienfuegos no era un pastor, sino un político y diplomático Estuvo sólo A años dirigiendo la diócesis y después renunció. Entre sus actividades visitó la diócesis al norte de la Araucanía, fundó también 12 parroquias. Para la zona de Valdivia y Osorno nombró vicario visitador a D. Rafael Valdivieso, por falta de clero y envió 8 sacerdotes religiosos para atender las parroquias abandonadas del sur. El año 1835 hubo un gran terremoto en Concepción y alrededores, destruyendo la ciudad, cuando el obispo estaba visitando el norte de ella. Poco después renunció al cargo, siendo aceptada por el Papa en 1840. Dejó de vicario al sacerdote Diego Elizondo y se dirigió a la ciudad de Talca, donde vivió dedicado a obras de caridad. Tenía 83 años, falleció el año 1845. Fue sepultado en la iglesia de Sto. Domingo de Talca, siendo trasladados sus restos a la catedral de la ciudad en 1945.

Memoria agradecida 20° Obispo de Concepción

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Diego Elizondo, diocesano Nació en Quillota el año 1780, de una familia cristiana y de abolengo. Estudió teología en el colegio S. Diego de los franciscanos de Santiago, después ingresó a la Universidad de S. Felipe para estudiar Leyes, graduado de doctor en 1802. Fue ordenado sacerdote el 20 de marzo de 1802, destinado a la parroquia de S. Frenando, donde estuvo de Cura durante 15 años. En la Real Audiencia de Santiago recibió el título de abogado en 1806. En los tiempos de la independencia nacional se dedicó de lleno a la política, colaborando con los patriotas decididamente. Llegó a ser uno de los secretarios del primer Congreso nacional. El año 1823 fue elegido diputado y después senador. Estuvo de parlamentario durante 20 años. Finalmente, en 1837 regresó a Concepción para dedicarse a las labores pastorales. Antes, había desempeñado en Santiago el oficio de canónigo en la catedral y Vicario capitular en 1827, por espacio de dos años reemplazando al obispo Cienfuegos. El Papa Gregorio XVI lo eligió obispo de Concepción el año 1840, siendo consagrado por Cienfuegos al año siguiente. Tomó posesión de su diócesis en abril del año 1841. Trabajos realizados; el obispo Elizondo era un hombre hábil y emprendedor; encontró la diócesis en condiciones bastante precarias. Su mayor preocupación fue la labor educacional, logrando que el gobierno lo ayudara en 1838 para establecer estudios secundarios y también una escuela de niñas, cosa insólita en esos tiempos. Para ello, solicitó que se reabriera un instituto en forma provisoria, para convertirlo después en estable. Sin embargo, por falta de personal no pudo reabrir el Seminario, tan necesario para la formar del Clero, no contaba tampoco con medios económicos. El ministro Egaña aceptó la idea del obispo y le dio los medios necesarios para ambas entidades. El colegio de niñas lo entregó después el obispo a unas señoras respetables y a unas religiosas, para que enseñaran los ramos fundamentales, además de costura, bordados, música y otros. El obispo Elizondo tenia 57 años de edad cuando inició las labores en la diócesis, su reconstrucción material y espiritual. En su misma casa dio clases de latín y de teología a varios jóvenes, que poco a poco iba preparando para clérigos Estableció también la Escuela de Cristo, para enseñar la catequesis; trató de revivir las misiones en los campos; fundó las conferencias de moral y liturgia para el clero: impartió igualmente clases de Derecho civil a laicos, etc. El año 1838 inauguró su colegio o instituto, siendo él mismo su rector. Por eso, nos dice el historiador Araneda que "la labor educacional de Elizondo aún no ha sido superada" El primer colegio para niñas lo inauguró en Concepción en 1839. Por todo ello, este obispo está considerado como uno de los grandes Prelados de la diócesis. Por el exceso de trabajo realizado sin descanso, el obispo enfermó seriamente, teniendo que dirigirse a Valparaíso para mejorarse. Allá murió el 5 de octubre de 1852, habiendo estado durante 10 años como obispo de la diócesis de Concepción.

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Memoria agradecida 21° Obispo de Concepción

José Hipólito Salas, diocesano Nació en Olivar Alto, provincia de Rancagua, el ano 1812. Los estudios de filosofía los hizo con los agustinos y la teología de S. Tomás de Aquino en la Suma Teológica. Desde joven se destacó por su oratoria en las disputaciones celebradas en los conventos de Santiago. La literatura y los clásicos castellanos fueron su especialidad. Ingresó al Seminario de Santiago, donde se ordenó sacerdote el año 1835 por el arzobispo Manuel Vicuña. Fue muy amigo del señor Valdivieso en la lucha contra el laicismo y de quien fue su secretario. Era un hombre elocuente y simpático; fue el mejor orador del siglo XIX en el clero santiaguino. Al morir el arzobispo Valdivieso, le correspondió pronunciar una hermosa oración fúnebre. Fue promovido por el Papa Pió IX al obispado de Concepción el 3 de junio de 1834, sucediendo a obispo Elizondo. Consagrado por el arzobispo Valdivieso el mismo año, en la iglesia de la Compañía de Jesús. Antes de asumir su diócesis, estuvo muy confundido y triste por la situación de ésta y también por su mala salud, por lo cual quiso renunciar a ella. Sin embargo, el Papa no aceptó su petición, reiterándole su confianza. Apostolado en la diócesis: debido a la escasez del clero de Concepción, envió a varios sacerdotes jóvenes a perfeccionarse a Santiago en el Seminario. A la vez, solicitó al arzobispo Valdivieso le cediera varios sacerdotes para que le ayudaran en el ministerio pastoral de ésta. Obtuvo también del Gobierno ayuda para poder instalar de nuevo el Seminario diocesano, que habla sido anexado al Liceo, como también logró la validez de los exámenes del Seminario. El día 29 de abril de 1855 se reabrió el Seminario, ubicado en dos casas arrendadas en la calle O'Higgins, entre Castellón y Tucapel. Se dedicó después el obispo a conseguir medios para construir el edificio del Seminario, con planos del arquitecto Herbage, el mismo que construyó la catedral. Se trasladó el Seminario al nuevo edificio en 1858. Igualmente, el obispo Salas fundó otro colegio cerca del santuario de Yumbel para la educación industrial y agrícola, con 44 alumnos. El Seminario se hizo estrecho para los que querían ingresar a él; las vocaciones aumentaron y el número de sacerdotes se duplicó en su tiempo. Otros trabajos pastorales: el obispo Salas, usando la experiencia adquirida en Santiago, organizó muy bien la Curia diocesana, los archivos, documentos y el control estricto de las entradas y salidas del obispado. Visitó la diócesis completa predicando y confirmando a los fieles en gran número. Dio mucha importancia a los indios araucanos, evangelizándolos, acompañado con el P. Ortega, franciscano. Publicó también varias cartas pastorales a sus

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fieles, con temas de formación, y además otras polémicas, contra la obra de Renán y la superstición. La catedral: debido a los terremotos, tuvo que construir de nuevo la catedral diocesana por el arquitecto Herbage, siendo consagrada ésta por el arzobispo de Santiago Rafael V. Valdivieso. Tenía 90 m. de largo, por 30 m. de ancho; sus murallas eran de cal y ladrillo, el techo de pizarra fina. Las tres naves estaban separadas por columnas de madera y e pavimento era de mármol; tenía decoración y pinturas clásicas. En el altar mayor estaba la imagen de cedro de la Inmaculada Concepción, una obra de arte colonial. Tenía también una hermosa custodia, adquirida por el obispo Marán, en el siglo XVIII, de I 30 m. de alto Cada año era sacada en procesión en un carro especial Esta obra de arte fue vendida después por el obispo Labarca. Los religiosos: las cuatro Ordenes antiguas, dominicos, franciscanos, agustinos y mercedarios estaban en esa época intervenidos por la S. Sede, para la reforma de sus costumbres y la vida común. El arzobispo Valdivieso fue encargado de ello por la Sede apostólica. El obispo Salas trajo a la diócesis a los Capuchinos en el año 1855 y los Jesuitas llegaron de nuevo a Chile en 1871, por petición del obispo al Papa Pió IX. Los encargó de la dirección del Seminario y Casa de Ejercicios. El año 1866 arribaron al país un grupo de dominicos italianos observantes, con el P. Raimundo Ghigliazza, para instaurar la vida común en el convento de Concepción. Los PP. Lazaristas llegaron en 1872, dedicándose a las misiones, desde el Maule al Biobío. En cuanto a Congregaciones femeninas, sólo existían las Trinitarias en Concepción. Llegaron en 1859 las de la Inmaculada Concepción, de carácter franciscano, pero sujetas al obispo. Tuvieron éstas una escuela primaria. En el año 1853, la Congregación del S. Corazón para la enseñanza arribó a Santiago y después a Concepción. La Congregación de la Providencia en 1867. Tuvieron escuelas y asilo de huérfanos. Las de la Caridad, en 1868, para los hospitales. Igualmente, para la educación, las de la Inmaculada Concepción. Esta fue una gran tarea del obispo Salas, su "preocupación por la educación. Obras sociales y piadosas: fundó la archicofradía del Ssmo. Sacramento, la de formación catequística, llamada Escuela de Cristo, donde predicaba el obispo los días jueves. Fundó también las Conferencias de S. Vicente de Paúl en 1863, para los pobres. Y muchas otras obras. Le correspondió también al obispo Salas participaren el Concilio Vaticano I en 1879, donde pronunció tres discursos en latín y una lucida actuación. El Papa Pío IX le ofreció hacerlo cárdena I de la Curia, pero él no aceptó. "Quería grabar sus días al lado de su amada grey y en su patria" Regresó a Chile en agosto de 1870. Final de su vida: el obispo Salas era un hombre sencillo, sólo buscaba el amor de Cristo. Era muy estudioso de las sagradas Escrituras; se levantaba a las 5 a m. para hacer oración. Era muy devoto de la V. del Carmen y también gran orador sagrado. La diócesis do Concepción fue gobernada por él durante 30 años. En 1883 enfermó de cuidado, tuvo una congestión pulmonar y el 20 de julio de ese año falleció de un derrame cerebral. En los

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funerales del señor Salas, que fueron muy sentidos, predicó la oración fúnebre don Ramón Ángel Jara.

Memoria agradecida 22° Obispo de Concepción

Fernando Blaitt Marino, diocesano Nacido en Santiago el año 1031, fue educado en la Merced el Instituto Nacional y el Seminario. Ingresó al clero diocesano el año 1852, siendo ordenado sacerdote en Concepción. Ministerio: dedicado a la atención de los jóvenes y a los obreros, fundó varias asociaciones para ellos. Fue también Cura de el Sagrario en 1861; después Cura de Chillan y en seguida le correspondió restaurar la iglesia de la Merced de Concepción. También fue Cura de Talca, fundando allí el periódico "El Sábado" y dando clases en el Seminario. Tenía gran espíritu de servicio. En 1877 fundó la olla del pobre, para aliviar el hambre de la población en la guerra de 1879. Finalmente, el año 1881 fue nombrado Cura de la Estampa en Santiago. Fue un hombre muy apostólico, pero de salud precaria. El Papa León XIII lo nombró obispo de Concepción el 11 de diciembre de 1886, siendo consagrado en Santiago por el señor Joaquín Larraín Gandarillas al año siguiente, 1887. Debido a su mala salud, al tomar posesión de su diócesis duró sólo dos meses y medio como obispo de Concepción. Falleció el 15 de mayo de 1887 en la ciudad sede de su obispado

Memoria agradecida 23° Obispo de Concepción

Plácido Labarca Olivares, diocesano Nació en Curimón, provincia de S. Felipe, en 1838, siendo sus padres Manuel Labarca y Rosa Olivares. Hizo sus estudios en el Seminario de Santiago, donde fue ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1862. Ministerio: fue vicario cooperador en los Andes y párroco en Lampa, Casablanca y Limache. Era un hombre sencillo, modesto y simpático, muy trabajador y apostólico. Estuvo también de Vicario apostólico en Iquique en 1887. El Papa León XIII lo nombró obispo de Concepción el 26 de junio de 1890, siendo consagrado en Santiago por don Mariano Casanova, en el mismo año.

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Gobierno: estuvo vacante esta diócesis durante siete años. Le correspondió construir nuevo edificio para el Seminario y en asuntos políticos siguió la línea del obispo Larraín Gandarillas, apoyando a los conservadores. Apoyó también con esmero a los párrocos de la diócesis. Fundó varias parroquias, como Villa Alegre, Longaví, varias en Chillan, en Lola, Coronel y en la región de Temuco y Nueva Imperial. Al Seminario trató de dotarlo de mejores implementos, fundando también el de Chillan. Además, trató de construir muchas iglesias parroquiales en la diócesis. Varias Congregaciones religiosas se establecieron en la diócesis, como los Redentoristas, para las misiones; los del Corazón de María, los Trinitarios descalzos, los Carmelitas, los Hermanos de las EE. Cristianas, etc. Igualmente, llegaron las Hermanitas de los pobres, las Sacramentinas, las de la Providencia de Grenople y las Mercedarias. Falleció el obispo La Barca el 5 de octubre de 1905. Gobernó la diócesis de Concepción durante 15 años Es el último obispo del siglo XIX en esta diócesis.

Memoria agradecida Siglo XX; 24° Obispo de Concepción Luís Enrique Izquierdo, diocesano

Nació en Santiago el 21 de enero de 1861. Sus padres fueron Santos izquierdo y Margarita Vargas Fontecilla. De joven ingresó al Seminario, donde fue compañero del obispo Silva Lezaeta, fue buen compañero y muy buen alumno. Ordenado sacerdote en el año 1883. Celebró su primera misa en el templo Recoleta Dominica, donde predicó el sacerdote Francisco Bello, hijo de Andrés Bello, que era muy buen orador. Ministerio: estuvo de profesor en el Seminario de Santiago y de Valparaíso En 1886 estuvo de tesorero de las cuentas del arzobispado; capellán de la Hermandad de Dolores y predicador en todas las iglesias de Santiago, pues era buen orador. Tenía buena presencia física, alto, varonil, de voz potente. Durante 20 años tuvo cura de almas. Cura de S. Lázaro, desde 1888 al 98. Estuvo de confesor y director de almas muchos años; se preocupó mucho de tos pobres y también de realzar el culto divino. El arzobispo Casanova lo envió de Gobernador de Valparaíso en 1898 hasta 1904. El Papa Pío X lo eligió para obispo de Concepción en enero de 1904, siendo consagrado por Mons. Casanova en 1906. Tomó posesión de su diócesis el mismo año El señor Izquierdo ha sido de los obispos más inteligentes y activos de Chile. Obtuvo la creación de la Gobernación de Temuco en 1908, la de Chillan en 1916, logrando que el Papa nombrara obispos al señor Reinaldo Muñoz Olave y a Ricardo Sepúlveda después. En el Seminario hizo construir una hermosa capilla para darle más esplendor al culto litúrgico. Se preocupó mucho de la formación del clero; fundó la Academia literaria y musical del Seminario. Creó también el Curso de Leyes, tratando de fundar una Universidad Católica en Concepción.

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Tuvo la satisfacción de ordenar 23 sacerdotes en la diócesis y entregó la dirección del Seminario a la congregación de los SS.CC., lo que no fue del agrado del clero. Creó varias parroquias, como la de Chillan viejo, Cabrero, los Sauces y Curacautín, la de Talcahuano y S. Juan de Mata en Concepción. Visitó personalmente toda su diócesis En política, tuvo enemistades con los liberales y los radicales, pues era de ideas conservadoras, como el obispo Salas. A los religiosos ayudó para que fundaran más colegios en las ciudades. Trajo a las religiosas de Santa Cruz, a las Agustinas de la Asunción y a las Siervas de Jesús para los enfermos. De los obreros se preocupó mucho, dándoles cursos de formación y tratando de darles mayor bienestar económico y social. El obispo Izquierdo era enfermo de diabetes. Cuando tenia 56 años de edad sufrió ataque de parálisis, que le causó la muerte en Santiago en casa de su familia, el año 1917 Sus exequias se efectuaron en Santiago el 9 de agosto de 1917. Después, fueron llevados a Concepción, donde predicó el obispo Luis F. Contardo. El señor Izquierdo gobernó esta diócesis 11 años.

Memoria agradecida 25º Obispo de Concepción

Gilberto Fuenzalida Guzmán, diocesano. Nació en Talca el 15 de febrero de 1868. Sus padres fueron Bernardo Fuenzalida y Mercedes Guzmán. Estudió en el Liceo de Talca y en el Seminario de Santiago El arzobispo Casanova lo envió a Roma con el seminarista José M. Caro a estudiar a la Universidad gregoriana; fueron los primeros alumnos chilenos en el Colegio Pío Latinoamericano de Roma. Ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1890, graduándose de doctor en teología y en derecho. Regresó a Santiago en 1891. Fue profesor del Seminario y después en el año 1893 fue nombrado rector del Seminario de Talca Regresó nuevamente al Seminario de Santiago, donde estuvo de rector durante 20 años. El señor Fuenzalida fue el hombre más importante de la diócesis de Santiago en ese tiempo Le correspondió renovar la enseñanza del Seminario y los castigos físicos. El arzobispo Casanova [o llevó al Concilio Plenario de América Latina como su secretario. Fuenzalida reformó también la catequesis de su tiempo publicando el "Tratado de pedagogía catequística". Finalmente, fue designado canónigo de la catedral de Santiago en 1906 y consejero del Ministerio de Educación desde 1909 a 1918. La Universidad de Chile lo designó decano de la facultad de teología. El 20 de febrero de 1918 fue designado por el Papa obispo de Concepción. Fue consagrado en la catedral de Santiago por el Nuncio Apostólico Sebastián Nicotra, asumiendo su oficio en Concepción en junio del mismo año.

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Apostolado en la diócesis: se dedicó especialmente a la formación del clero y a perfeccionar el Seminario. Tuvo el gozo de ordenar a 59 sacerdotes en su período episcopal. Fundó también muchas parroquias. Se preocupó en el fomento de las vocaciones femeninas, en beneficio de la educación. En su tiempo se fundó la Acción Católica, para fomentar la formación de los laicos. Varias veces convocó Congresos eucarísticos en la diócesis y en las parroquias. Famosas fueron las Pastorales publicadas por el obispo, sobre temas sociales, políticos y religiosos, fueron en total 35, además de muchas circulares. Política: fue demasiado comprometido con el partido conservador de su tiempo, lo que le causó varios problemas. Con el arzobispo Errázuriz mantuvo diversas polémicas de tipo político. En el año 1918 fue candidato al arzobispado de Santiago, pero no fue aceptado por sus ideas políticas. Por estas razones, la S. Sede, por intermedio del cardenal Pacelli, envió una carta al Nuncio en Chile en la cual le reiteraba la no participación del clero en asuntos políticos, en 1934. Con ello, le daba la razón al arzobispo de Santiago, que tenía prohibido a su clero inmiscuirse en asuntos de política. El señor Fuenzalida tuvo buenos colaboradores en la diócesis. Don Reinaldo Muñoz Olave, obispo y vicario general de la diócesis, fue el brazo derecho del obispo, como igualmente el señor Ricardo Sepúlveda, obispo y gobernador eclesiástico de Temuco. El obispo Fuenzalida gobernó en Concepción 20 años. Cuando hizo la visita "ad limina", era Pontífice Pió XI. Falleció el 24 de marzo de 1938, a los 70 años de edad

Memoria agradecida 26° (1er) Arzobispo de Concepción Alfredo Silva Santiago, diocesano.

Nacido en Santiago el 8 de setiembre de 1894, siendo sus padres Adolfo Silva y Ana Luisa Santiago. De niño ingresó al Seminario donde realizó los estudios humanísticos y la filosofía. Enviado después a Roma a estudiar en la Universidad Gregoriana la teología, graduándose en 1916. Se ordenó sacerdote en Santiago el 2 de junio de 1917. Apostolado, fue profesor en el Seminario desde 1917 al 35 y también en la Universidad Católica, Estuvo de asesor de la Acción Católica y capellán de varias instituciones. El Papa Pío XI lo nombró obispo de Temuco el 23 de febrero de 1935, siendo consagrado en la catedral de Santiago. En su primera diócesis se distinguió por ser buen administrador y pastor. Estando vacante la diócesis de Concepción, fue trasladado por el Papa Pío XII desde Temuco el año 1939. Tomó posesión de su oficio después del gran terremoto del año 39, que destruyó la ciudad. Trabajos pastorales: le correspondió levantar de nuevo los edificios principales del obispado, como la catedral actual. Tuvo como Vicario general al señor Juan Figari y

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secretario general de la Curia al señor Miguel A. Alvear, que fueron grandes colaboradores del obispo. En el mismo año 1939 el Papa Pío XII elevó este obispado de Concepción a la categoría de arzobispado y provincia eclesiástica, por lo que el señor Silva fue el "primer arzobispo de Concepción". El año 1959 tuvo como obispo coadjutor al señor Arturo Mery, ex obispo de Valdivia, quien recibió las facultades de arzobispo residencial de Concepción, al ser nombrado Silva Santiago rector de la Universidad Católica de Santiago. Trabajó el arzobispo en ambos lugares con mucha intensidad. Dio mucho impulso a la Universidad Católica en las labores universitarias y en su organización. Creó nuevas facultades e institutos de investigación, fundó la editorial e imprenta universitaria, el teatro déla Universidad, la biblioteca y el hospital clínico, etc. En 1963 dejó el cargo de arzobispo de Concepción, con la autorización de Pío XII, quedando sólo como rector de la U.C. Le correspondió también asistir al Concilio Vaticano II, participando en sus sesiones y trabajos. Fue un buen sacerdote, intelectual, bondadoso y generoso. Sus ideas eran conservadoras en política, por lo que tuvo que dejar el rectorado de la U.C. en 1967, debido a la reforma universitaria de avanzada. Retirado a la vida privada, estuvo largos años enfermo. Falleció en Santiago el 17 de marzo de 1975. Sus restos fueron llevados a Concepción, donde descansan en la cripta de los obispos.

Memoria agradecida 27º (2do) Arzobispo de Concepción

Manuel Sánchez Beguristain, diocesano Nació en Irún, España, el 23 de julio de 1907. Sus padres fueron Apolinar Sánchez Eyzaguirre e Isabel Beguiristain A. Cuya familia se estableció en Chile. Realizó sus estudios en el Seminario de Concepción, ordenándose de sacerdote el 21 de diciembre de 1929 por Mons. Gilberto Fuenzalida. Ministerio: fue párroco de Talcamávida, profesor del Seminario y vice-rector del mismo; canónigo de la catedral, vicario general del arzobispado y administrador de bienes. El Papa Juan XXIII lo creó obispo de los Ángeles el 15 de diciembre de 1959, siendo consagrado en Concepción en 1960 por el Nuncio Apostólico Opilio Rossi. Tomó posesión de la diócesis de los Ángeles en marzo de 1960. Pablo VI lo promovió al arzobispado de Concepción el 25 de junio de 1963. Fue el sucesor de Mons. Silva Santiago. El señor Sánchez tuvo varios obispos auxiliares: Carlos Oviedo Cavada de 1964 al 74; Sergio Contreras, entre 1974 y 77; Alejandro Goicen 1979.

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En los años 1974 - 79 realizó la visita ad límina al Papa. Participó también en el Concilio Vaticano II en las 4 sesiones. Además, en la Conferencia de Medellín. Finalmente, celebró en su diócesis el VI Sínodo en 1958 Renunció a la diócesis, al cumplir la edad canónica en 1982. Falleció en Concepción el 2 de abril de 1986, siendo sepultado en la catedral penquista.

Memoria agradecida 28° (3er) Arzobispo de Concepción

José Manuel Santos Ascarza Nació en Llay Llay el 2 de abril de 1916. Fueron sus padres Quintín Santos y Manuela Ascarza. Realizó sus estudios en el Seminario de Santiago y después fue enviado a Roma, a la Universidad Gregoriana, donde fue graduado en filosofía, teología y derecho canónico. Ordenado sacerdote en Roma el 7 de diciembre de 1938. Ministerio: fue profesor del Seminario de Valparaíso y en la Universidad Católica del puerto; notario eclesiástico y asesor de la Acción católica universitaria. El Papa Pío XII lo eligió obispo de Valdivia el 21 de setiembre de 1955, siendo consagrado en la catedral de Valparaíso por el Nuncio Apostólico Sebastián Baggio Tomo posesión de su diócesis el mismo año. Sucedió a Mons. Arturo Mery. Además, fue Administrador Apostólico de Osorno en 1956. El Papa Pablo VI lo promovió al arzobispado de Concepción en marzo de 1983. Tomó posesión de la diócesis en junio del mismo año. Fue el sucesor de Mons. Sánchez. Tuvo como obispo auxiliar a Mons. Goic en 1983 Labor pastoral: trabajó mucho en la diócesis, especialmente en la labor intelectual y formación espiritual. En la Conferencia episcopal de Chile fue Presidente de ella varias veces. Participó también en la Conferencia de Medellín en 1963 y en los Sínodos de los Obispos de 1969 y 71 y varias otras reuniones de importancia eclesial. Finalmente, realizó la visita ad límina a Roma en los años 1964, 69, 74, 79 y 84. Visitó toda su diócesis entre los años 1984 y 85. El 28 de julio de 1988, pocos meses antes del Plebiscito de 1988, el Papa Juan Pablo II le aceptó su renuncia al arzobispado. Fue sucedido en su cargo por Monseñor Antonio Moreno Casamitjana. En febrero de 1989 ingresó a la Orden Carmelita. Hizo su Noviciado en Calhorra, España y ahí mismo sus votos temporales. Cinco años más tarde sus votos perpetuos en Viña del Mar como Religioso Carmelita. Efectuó su primera profesión temporal el 24 de marzo de 1990 y la solemne en 1995. El 14 de septiembre de 2007, a la edad de 91 años, monseñor Santos falleció en el convento de la orden de los Carmelitas Descalzos, en Viña del Mar, tres días más tarde fue sepultado en la cripta de la Catedral de Concepción.