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Memorizar

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Memorizar

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Antes…

… de tomar el primer contacto con los Métodos para Memorizar, yo memorizaba todo sin orden ni concierto. Utilizaba la repetición del concepto a memorizar como estrategia fundamental y hacía uso de la Mnemotecnia en muy contadas ocasiones. Estaba convencido de que me encontraba muy limitado a la hora de memorizar materia nueva. Que no era capaz de memorizar y recuperar grandes cantidades de información. Los Métodos para Memorizar fueron el gran hallazgo para mí.

¿Qué son los Métodos para Memorizar?

Se trata de conjuntos de reglas o directrices para memorizar y dar orden y estructura a la información en la memoria. Facilitan enormemente no sólo el almacenamiento sino además, la recuperación de los datos. No importa el tamaño ni qué tipo de información. Desde lo más abstracto a lo más específico. Son válidos en todos los casos por sí mismos o en combinación con otros. Algunas fuentes citan al poeta griego Simónides de Ceos (Siglo 6 a.C.) como el fundador del Arte de la Memoria. De forma que, al menos por aquel entonces ya se utilizaban Métodos para Memorizar para cosas como los discursos en política y la recitación de poemas, por ejemplo.

¿Para qué?

Te preguntarás el porqué de la necesidad de utilizar estos métodos si hasta ahora te va bien con tu forma de memorizar. Entonces yo te diré que adelante, que no tienes por qué cambiar. Si te funciona, sigue con ello. Si, por el contrario, no estás cómod@ con el rendimiento o simplemente sientes curiosidad por ver cómo se puede estudiar de forma más eficiente y además divertida, entonces los Métodos para Memorizar van a ser una gran ayuda para ti.

La estructura que le darás a la información en tu mente te hará la vida mucho más fácil.

Ejemplos

Escenario número 1: Imagina que tienes la habitación llena de libros y apuntes y estás buscando la fecha en la que un determinado suceso tiene lugar. Sabes que el dato está ahí. Bien en un libro bien en una hoja de apuntes. Pero no recuerdas dónde. Para “facilitar” las cosas, no hay ningún orden en tu habitación. La forma de colocar las cosas ha sido aleatoria y te encuentras con pilas de libros y apuntes mezclados entre sí sin criterio alguno. Todavía podemos poner las cosas peor. Debido a la forma de colocar los libros, no puedes ver los lomos de todos ellos por lo que muchos títulos no están a la vista.

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Sigamos: Los apuntes no están archivados en carpetas sino apilados sin separadores que los clasifiquen por fechas ni materias. ¿Qué ocurre entonces? Puede que tengas una suerte tremenda y en la primera hoja de apuntes que cojas, ahí tengas el dato. Si es así, te aconsejo que pares lo que estás haciendo y te bajes inmediatamente a comprar un billete de lotería, rifa, concurso o lo primero que tengas a mano pero que de ganar, te hagas millonario. Porque, si has encontrado el dato al primer intento en esa maraña inmanejable de información, la suerte está de tu lado. ¡No rompas la racha! Pero, si las reglas de la probabilidad se cumplen y tardas un tiempo medio en encontrar el dato ansiado, seguramente habrás tenido que revisar la mitad de todos los libros y apuntes que tengas en la habitación. Por lo cual, incluso si la habitación es pequeña y los libros y apuntes estaban por todas las estanterías, el suelo y encima de la mesa, pues seguramente una cantidad excesiva de tiempo.

Escenario número 2: Ahora imagina lo que sería tener la habitación pulcra, con los lomos de los libros mirando hacia ti. Colocados en orden alfabético y por materias. Lo mismo con los apuntes, ordenados por materia, fecha y clasificados con separadores, en carpetas claramente identificadas con etiquetas, de distintos colores y, encima, ¡la habitación recogida! Nada por medio. ¡Limpia, sin polvo y todo en su sitio! Vamos, el orgullo de cualquier madre o padre. Es posible que no llegues a encontrar el dato a la primera. Pero seguro que el tiempo medio de encontrarlo va a ser dramáticamente inferior al de la habitación del Escenario número 1. Encima, te sientes bien. Sin frustración. Dominas la situación. Necesitabas encontrar esa pieza de información, pues bien, la has encontrado en tiempo récord. Porque todo estaba en su sitio y ordenado de forma lógica. La que tú has decidido porque te viene mejor y te gusta más.

Resultados

El Escenario número 2 es aquel en el que te mueves cuando utilizas Métodos para Memorizar para preparar tus exámenes. Ahí es donde llevas a cabo tus mejores actuaciones. Si además, el repaso es el adecuado, tendrás la información accesible para recordarla siempre (con los repasos adecuados).

El número 1 sirve en muchas ocasiones. Pero no en todas, porque algunas veces te ocurrirá que simplemente desistas y digas: “ya lo encontraré” o “bueno, no es tan importante” o “da igual” o “seré zoquete, esto tiene que cambiar, pero ahora no puedo perder más tiempo en esto y me quedaré sin averiguarlo” y cosas por el estilo. También puede que digas: “pues tampoco pasa nada porque le pregunto al profesor mañana y ya está”. Eso está bien en algunos casos, pero no ayudará tanto en los días anteriores al examen cuando el profesor ya no esté disponible para responder a tus dudas o cuando no haya profesor porque estudies el temario por tu cuenta, por ejemplo.

Y, ¿ahora qué?

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Sabiendo ahora lo que los Métodos para Memorizar, usados desde tiempos de los Griegos y los Romanos para almacenar la información de forma estructurada y facilitar su recuperación rápidamente, pueden hacer por ti, ¿por qué no usarlos? La explicación a muchos de ellos los puedes encontrar a lo largo y ancho de esta página web.