Menores en Mediación

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    LO QUE QUEREMOS DECIR Y

    NO DECIMOS.

    LOS MENORES ANTE ELCONFLICTO

    LOS MENORES EN MEDIACINEva Cuadrado Gmez

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    NDICE

    INTRODUCCIN

    QU OCURRE CON LO QUE DECIMOS?

    CMO AFECTA A LOS MENORES LAFORMA QUE TIENEN SUS PADRES DEHABLARSE. PODEMOS PREVENIR UNARUPTURA MATRIMONIAL A TRAVS DE

    LA MEDIACIN FAMILIAR?

    CONCLUSIN

    BIBLIOGRAFA

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    Las palabras pueden envenenar,

    las palabras pueden sanar.

    Las palabras comienzan y libran guerras,

    pero las palabras establecen la paz.

    Las palabras llevan a los hombres

    a las cumbres del bien

    Y las palabras pueden hacer caer a los

    hombres a las profundidades del mal.

    Marguerite Schumann

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    INTRODUCCIN

    Para comenzar, nos planteamos la cuestin sobre cundo y cmo se unen el

    pensamiento y el lenguaje, Jean Piaget (1896-1980) concibe el desarrollo delpensamiento como relativamente independiente del desarrollo del lenguaje, basndose

    en datos empricos tales como que la comprensin antecede a la produccin lingstica.

    El lenguaje queda reducido a instrumento de expresin y apoyo del

    pensamiento. La adquisicin de las expresiones lingsticas no estructura las

    operaciones intelectuales, ni su ausencia impide la formacin de stas. El cometido del

    lenguaje es funcional, y hay que buscarlo en el control de la accin y en la regulacin de

    la atencin hacia determinados sectores del ambiente.

    Para Lv Semionovich Vygotski (1896-1934), nicamente la teora gentica del

    lenguaje interiorizado puede resolver el complejo problema de la relacin entre

    pensamiento y palabra.

    Para l, esta relacin es un proceso viviente: el pensamiento nace a travs de las

    palabras. Una palabra sin pensamiento es una cosa muerta y un pensamiento desprovisto

    de palabra permanece en la sombra. La conexin entre pensamiento y palabra, sin

    embargo, no es constante. Surge en el curso del desarrollo y evoluciona por s misma.

    Segn Vygotski, desde el punto de vista de la especie (y desde el punto de vista del

    desarrollo de los individuos) el pensamiento y el lenguaje parecen tener orgenes o

    races diferentes. En los animales no humanos el pensamiento y el lenguaje discurren

    cada uno por su cuenta sin llegar a conectarse: ni el pensamiento adquiere una

    dimensin lingstica (se queda en el nivel de la inteligencia prctica: manejo de

    instrumentos, etc.) ni el lenguaje llega a ser vehculo y expresin del pensamiento. Esta

    separacin entre el pensamiento y el lenguaje en cuanto a sus orgenes parece

    confirmarse con el estudio del comportamiento infantil correspondiente. Hasta los dos

    aos el nio desarrolla un pensamiento prctico, una inteligencia prctica que llega a

    alcanzar un nivel similar al del chimpanc. De otra parte, mucho antes de esta edad el

    nio ha comenzado a hablar, a proferir palabras en presencia de ciertos objetos. A partir

    de un determinado momento, sin embargo, lenguaje y pensamiento se asocian

    definitivamente.

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    Esta conexin entre pensamiento y lenguaje es caracterstica del ser humano, de

    modo tal que el pensamiento se hace definitivamente lingstico y el lenguaje se

    configura definitivamente como una actividad ligada al pensamiento.

    QU OCURRE CON LO QUE DECIMOS?

    Lo que decimos no solo afecta a otras personas, sino que tambin nos afecta a

    nosotros.

    Las palabras son maravillosas cuando se utilizan de manera adecuada. Pueden

    edificar, alentar y dar confianza a quien las oye. Una palabra adecuada pronunciada en

    el momento correcto en realidad puede cambiar una vida.

    Las palabras que salen de nuestra boca entran en nuestros propios odos al igual

    que en los odos de otras personas, y despus pasan a nuestra alma, donde nos causan

    gozo o tristeza, paz o disgusto, dependiendo del tipo de palabras que hayamos

    pronunciado

    Tener una perspectiva positiva de la vida y hablar palabras positivas son dos de

    las cosas ms apacibles que podemos hacer.

    Hablamos mucho, y con bastante frecuencia no prestamos atencin alguna a lo

    que estamos diciendo, y mucho menos pensamos seriamente en el efecto de nuestras

    palabras. Quiero alentarte a que tomes algn tiempo y pienses en los tipos de cosas de

    los que normalmente hablas.

    Si somos sinceros con nosotros mismos, puede que descubramos que parte de

    nuestro mal nimo est directamente vinculado a nuestra conversacin. Incluso algunos

    de nuestros problemas pueden estar relacionados con las malas elecciones que hacemos

    sobre lo que decimos crees ms en lo que t mismo dices de lo que crees en lo que otros

    te dicen.

    Siempre que nos sintamos un poco tristes deberamos preguntarnos de

    inmediato: De qu he estado hablando?. Nuestras palabras no causan todos nuestros

    problemas, pero s causan una gran cantidad de ellos, y se les debera dar bastante

    consideracin cuando estamos buscando respuestas a los problemas a los que nos

    enfrentamos en la vida. Todos tenemos desafos en la vida, pero podemos hacer que

    sean mejores o peores mediante el modo en que hablamos de ellos.

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    Y es que, cuando decimos algo, no todo lo que queremos decir y lo que se

    entiende esta en las palabras, sino que es habitual querer decir algo ms de lo enunciado

    o simplemente otra cosa diferente.

    No basta con descodificar el significado aparente de un enunciado, sino que

    necesita inferirlo, interpretarlo adecuadamente.

    Dicho proceso de inferencia da como resultado un contenido que es la

    informacin que se transmite implcita en el enunciado pero que es diferente de su

    contenido proposicional. Esta informacin tiene que ver con la negociacin que se

    lleva a cabo, con las relaciones interpersonales, con el otro, con la regulacin social de

    la conversacin. Todo lo cual aparece vinculado al uso de la lengua en una situacin de

    comunicacin y, por supuesto, a los usuarios de la misma dentro de una cultura

    determinada(Briz, 2002: 10). Es decir, que en el significadofinal del mensaje influye

    poderosamente el contexto en el que se produce (adems de elementos inevitables,

    como la gestualidad, el tono, etc.) pero tambin una serie de convenciones culturales.

    Por ejemplo:

    Diferencia de ser / estar, guapo / -a. Una vez aprendidas las reglas bsicas, Una frase

    como Estas muy guapapueda resultar positiva, porque le parece lgico que lleve

    implcita la idea Normalmente no eres guapa. Sin embargo, podemos ver los problemas

    que podra sufrir un marido si su mujer, que se ha gastado un buen dinero en la

    peluquera y se ha comprado un vestido nuevo, le pregunta

    Pepe, estoy guapa? y Pepe le contesta Mara, tu eres muy guapa, ya lo sabes.

    El contexto, segn Salvador Gutirrez, sera el puente que comunica la ruta

    lingstica y la ruta pragmtica, permitiendo pasar y atravesar lo dicho hasta llegar a

    la interpretacin exacta de cualquier enunciado(Briz, 2002: 9)

    La expresin oral permite tambin no decir las cosas directamente, deslizar

    mensajes a travs de enunciados con otros significados, de forma indirecta. No se trata

    de una simple transmisin de informacin transparente; el hablante puede violar

    deliberadamente las normas implcitas que regulan la comunicacin y el oyente entiende

    que no puede hacer una interpretacin literal del sentido.

    Por eso debemos tomar conciencia de cmo daamos a los dems porque es

    doloroso y requiere tiempo. Este camino es posible gracias a nuestro compromiso con lasuavidad y la honestidad, a nuestro compromiso de permanecer despiertos, de estar

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    atentos. La atencin nos permite ver nuestro deseo y nuestra agresividad, nuestros celos

    y nuestra ignorancia.

    Pero no hacemos nada con ellos, simplemente los vemos; la atencin es lo que

    nos permite verlos.

    Debajo de nuestras vidas ordinarias, debajo de todo lo que hablamos, de todo lo

    que nos movemos, de todos los pensamientos de nuestra mente, hay una fundamental

    falta de suelo bajo los pies. Esta ausencia est all, borboteando constantemente; la

    experimentamos como inquietud y nerviosismo, y tambin como miedo. Es lo que

    motiva la pasin sexual, la agresin, la ignorancia, los celos y el orgullo, pero nunca

    descendemos hasta su esencia.

    Haba una vez una joven guerrera. Su profesora le dijo que tena que luchar con el

    miedo, pero ella no quera hacerlo. Le pareca algo demasiado agresivo, temerario; le

    pareca poco amistoso. Pero la profesora insisti y le dio las instrucciones para su

    batalla. Llegado el da, la estudiante estaba de pie en un lado y el miedo estaba al otro

    lado. La guerrera se senta muy pequea y el miedo pareca muy grande e iracundo.

    Ambos tenan asidas sus armas. La joven guerrera se levant, fue hacia el miedo, se

    postr tres veces ante l y le pregunt: Me das permiso para entrar en esta batalla

    contigo? El miedo dijo: Gracias por mostrar tanto respeto al pedirme permiso.

    La joven guerrera volvi a preguntar: Cmo puedo derrotarte? Y el miedo replic:

    Mis armas son que hablo muy rpido y me sito muy cerca de tu cara. Entonces te

    pones muy nerviosa y haces lo que te digo. Si no hicieses lo que te digo, no tendra

    ningn poder. Puedes escucharme y puedes respetarme, puedo incluso convencerte con

    mis argumentos; pero si no haces lo que te digo, no tengo poder. De esta forma la

    estudiante guerrera aprendi a derrotar al miedo.

    As es como funcionan las cosas en la realidad. Tenemos que sentir cierto

    respeto por el nerviosismo, tenemos que comprender que nuestras emociones tienen el

    poder de hacernos dar vueltas en crculos. Dicha comprensin nos ayuda a descubrir

    cmo aumentamos nuestro dolor y confusin, cmo nos daamos a nosotros mismos.

    Por medio de nuestra bondad bsica, de nuestra sabidura bsica, de nuestra inteligencia

    bsica, podemos dejar de hacernos dao a nosotros mismos y a los dems.

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    La atencin nos permite ver las cosas cuando surgen, y la comprensin nos

    permite no aceptar la reaccin en cadena que las hace tomar una dimensin

    incontrolada.

    Mantenemos las cosas en su tamao diminuto; las mantenemos pequeas. Y

    todo ello viene de aprender a detenernos un momento, de aprender a no repetir las cosas

    impulsivamente una y otra vez. Detenerse un momento en lugar de llenar el espacio de

    manera inmediata es una experiencia transformadora. Cuando esperamos, comenzamos

    a conectar con la inquietud fundamental y con la amplitud fundamental.

    El resultado de una relacin ptima con nosotros mismos es que permanecemos

    tranquilos, lo que no significa que no corramos, saltemos o bailemos.

    Nos sentimos en casa en el mundo porque nos sentimos en casa con nosotros

    mismos, por eso no tenemos la sensacin de tener que dar curso a las palabras por

    hbito o por estar nerviosos. Nuestro discurso est domesticado, y cuando hablamos,

    comunicamos. No echamos a perder este don expresando nuestra neurosis.

    No hacer dao requiere estar despierto. Parte de estar despiertos es ralentizarnos

    lo suficiente como para tomar conciencia de lo que decimos y hacemos.

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    CMO AFECTA A LOS MENORES LA FORMA QUE TIENEN SUSPADRES DE HABLARSE. PODEMOS PREVENIR UNA

    RUPTURA MATRIMONIAL A TRAVS DE LA MEDIACINFAMILIAR?

    La familia es el primer contexto educativo en donde el nio comienza a

    desarrollarse y a socializarse. Como tal contexto, la familia funciona como un sistema,

    con una estructura de microsistema dentro de redes de influencias de mesosistemas y de

    macrosistemas. Dentro del microsistema, la familia ejerce influencias mutuas entre sus

    miembros y, por tanto, la relacin marital es uno de los factores que influyen en el

    comportamiento del nio. Por ello, los psiclogos evolutivos consideran, cada vez ms,

    que la naturaleza de la relacin marital influye en la conducta del nio, en su desarrollo.Los conflictos maritales no son deseables pero existen, y existen porque las

    relaciones de pareja son complejas. La complejidad estriba en que, continuamente, se va

    produciendo una evolucin que implica estabilidad y cambio al mismo tiempo, y en que

    la sociedad en general tiene influencias negativas sobre la dinmica familiar (aunque

    tambin positivas). Esta evolucin, estas influencias, no siempre se producen al mismo

    ritmo ni en la misma direccin en la pareja.

    A esta situacin de conflictos puede llegarse por diversas circunstancias: cambio

    en el equilibrio de poder de pareja, continuas decepciones que dan lugar al desencanto y

    la frustracin, por prdida de armona o el desgaste de atraccin mutua, porque uno o

    ambos se sienten constantemente criticados, denigrados, o heridos por el resentimiento

    recproco, la envidia o los celos, por la configuracin de su personalidad, por desajustes

    a lo largo del tiempo, por procesos psicolgicos ms o menos patolgicos que

    interfieren la capacidad de convivir, las relaciones sexuales, la infidelidad, la firme

    creencia en la relacin perfecta o ideal con la consiguiente desilusin, la pareja

    perfectamente simtrica e igualitaria, el trabajo fuera del hogar de la mujer, los avances

    feministas, el aburrimiento en la relacin, las peleas, la falta de comprensin de un

    cnyuge hacia el otro, la falta de buena comunicacin, la atraccin de uno de los dos

    cnyuges hacia otras personas, la falta de compromiso en la relacin, pensar que ya no

    se tiene nada en comn, demasiada exigencia de uno hacia el otro, falta de estar en

    compaa, ideas y valores contrarios, concepcin distinta sobre la convivencia y el

    amor, y falta de apoyo, etc.

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    Tambin, entre las principales fuentes de conflictos matrimoniales, cabe citar la

    variable hijos: el mismo efecto de educarlos, las tensiones que exigen las funciones y las

    responsabilidades de ser padres.

    Las parejas con conflictos pueden pelearse durante aos antes de separarse. Los

    nios viven estas tensiones y problemas que les afectan en mayor o menor medida y a

    corto y/o a largo plazo.

    El conflicto marital puede, adems, provocar un aumento en el nivel de

    agresividad, hostilidad, irritabilidad, agresin y violencia que puede desplazarse hacia el

    nio. Puede, por tanto, aumentar la probabilidad de que los padres frustrados acten de

    forma punitiva con sus hijos, aumentando el sufrimiento y los enfados de los nios que

    oyen a sus padres discutir y dando un ejemplo destacado de conflicto en el hogar. En

    consecuencia, no es de extraar que cuando los padres empiezan a pelear, el resto de la

    familia explote tambin

    muchas veces en conflictos y enfados.

    Sin embargo, ante estos problemas, la familia se encuentra en muchas ocasiones

    sin saber qu hacer para solucionarlos, por una parte, debido a la falta de conocimiento

    o de experiencia personal que les ayude a saber resolver de manera beneficiosa estas

    situaciones, y por otra parte, a la falta de comunicacin, o la mala comunicacin y

    dificultades de relacin entre los miembros de la familia. Esto da lugar a que los

    conflictos se agraven, y en muchas situaciones la familia se desestructura.

    Surge la mediacin como una forma diferente de abordar los problemas en el

    seno de la familia. Se pretende, a travs de ella, humanizar las relaciones, restaurando la

    comunicacin y previniendo situaciones conflictivas, preservando de este modo las

    relaciones entre los miembros de la familia ofrecindoles un espacio adecuado donde

    pueden tener entrada todos los temas conflictivos que enfrentan a la pareja, y donde los

    miembros de la familia afectados

    pueden encontrar y generar condiciones y oportunidades para transformar el conflicto

    en un cambio positivo en sus relaciones

    Del mismo modo, la mediacin promueve vas de entendimiento y de consenso

    entre las partes en conflicto, con la finalidad de lograr un cambio en la forma de

    comunicarse de la pareja, para que se escuchen, se pongan uno en el lugar del otro, se

    traten con respeto, colaboren y participen voluntaria y responsablemente en el proceso

    de mediacin, reflexionen sobre su situacin y finalmente sean ellos quienes negocien yacuerden todos los aspectos de su separacin, y la gestin positiva de sus conflictos.

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    Por lo tanto, uno de los aspectos ms significativos de la mediacin es la

    orientacin preventiva, por lo que debemos considerar a la mediacin como un proceso

    de prevencin, y gestin positiva de conflictos, que va a permitir una nueva

    organizacin familiar, decidida a travs de la voluntad y responsabilidad de las personas

    implicadas por situaciones de ruptura o conflictos familiares, y cuyo resultado es un

    compromiso mutuamente aceptado, atendiendo a los intereses de los componentes de la

    familia, en particular aquellos relacionados con las necesidades de los menores.

    CONCLUSIN

    Se ha querido resaltar en este trabajo el inicio de la mediacin, lo que hace que

    exista la mediacin familiar preventiva, los conflictos familiares.

    Muchas veces no nos damos cuenta de que las palabras y frases con las que nos

    dirigimos a los miembros de nuestra familia pueden calar muy dentro sobre todo de

    aquellos que son menores y que interpretan la realidad segn se la mostramos los

    mayores. Es fundamental garantizar, no slo el bienestar de los hijos e hijas, sino

    procurar que sean felices en la medida de lo posible porque muchos acontecimiento de

    la infancia van a marcar su vida posterior. Adems es donde ellos y ellas encuentran un

    referente en el adulto y principalmente en su padre y su madre.

    Es increble que en alguno de los estudios que he estado investigando para la

    realizacin del trabajo se expusiera que hay menor porcentaje de nios con padres

    separados o divorciados que presentan conductas disruptivas, a diferencia de los nios y

    nias que viven en familias donde el ambiente familiar donde se dan muy a menudo

    conflictos entre los progenitores.

    Realmente los padres quieren proporcionar esa vida a sus hijos e hijas? Yo

    quiero pensar que no. Que hay muchsimas circunstancias que llevan a que una pareja

    discuta, pero s que es verdad, que se tiende a luchar contracorriente por el bien de los

    hijos y sin embargo lo que desean los menores es paz. Pero anteponen sus intereses

    personales al bienestar de ellos. Situacin que sucede de nuevo a la hora de tomar la

    decisin de separarse o divorciarse.

    Por ello, en las ltimas lneas del trabajo ha sido necesario dar unas pinceladas

    en torno a la mediacin familiar preventiva, como alternativa de resolucin de

    conflictos en la familia, deseado que con el tiempo sea mucho ms conocida.

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    BIBLIOGRAFA

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