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Mensaje de Navidad 2004 Fecha: Viernes 24 de Diciembre de 2004 Pais: Chile Ciudad: Valparaíso Autor: Mons. Gonzalo Duarte García de Cortázar Nuevamente celebramos el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, de la Virgen María, pobre y humilde en Belén. Eso es la Navidad y tenemos que proclamarlo una y otra vez para que no se olvide. Dios mismo se hace presente en nuestras vidas para hacernos participar de su Vida Divina. Misterio inmenso de amor y bondad que produce en nosotros un sentimiento grande de gozo y acción de gracias. ¿Qué mensajes nos trae la Navidad Muchos y muy hermosos. El primero que quiero destacar este año es cómo Dios sigue confiando, a pesar de todo, en el hombre y la mujer que El mismo ha creado. Esto es manifiesto en el nacimiento de Jesús "de una mujer", como nos dice con tanta fuerza San Pablo (Gálatas 4,4). Y hoy día Dios sigue confiándole al hombre y a la mujer el cuidado del amor y de la vida. El segundo, es que en Navidad se manifiesta claramente la opción de Dios por la familia. Habiendo podido llegar Jesús a nosotros "con poder y majestad", Dios prepara para El una familia: una sencilla joven de Nazaret casada con un joven carpintero de Belén: José, al que el Evangelio llama "hombre justo". Y en el seno de esta familia y en precarias condiciones, llega a nuestro mundo el Salvador. Esto nos vuelve a reafirmar la opción primordial de Dios por la familia, la primera institución que aparece en la Biblia desde los comienzos y el camino de Dios para el mundo y la Iglesia. El tercer mensaje de Navidad es el gran tema del compartir. El Hijo de Dios "comparte nuestra naturaleza humana para hacernos compartir su Vida Divina", repite una y otra vez la Iglesia en este tiempo santo. Jesucristo "siendo rico se hizo pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza", nos enseña San Pablo (2ª. Corintios 8,9). Estas tres grandes lecciones que podemos tomar de la gran celebración de la Navidad siguen siendo tremendamente actuales. El amor y la vida: son el centro mismo de nuestro existir. Sin amor verdadero - aquel que busca dar antes que recibir- la vida no tiene sentido pleno. Y sin respeto a la vida, a toda vida: desde el momento mismo de la fecundación hasta la muerte natural, no sólo se está atentando gravemente contra el primero de los derechos humanos, sino que se entra en una "cultura de muerte" en la que se termina perdiendo el respeto por todos los valores humanos y cristianos. Así nos lo ha enseñado la historia. Comprometámonos, pues, a cuidar toda vida. La opción manifiesta de Dios por la familia aparece más evidente en torno a la Sagrada Familia de Belén y Nazaret. La familia es gran don de Dios. Cuidémosla. Amémosla. Cuidemos y amemos a todas las familias, también aquellas que viven situaciones dolorosas y que incluso, deseándolo, no pueden cumplir con el ideal de Dios sobre la familia. Y si pertenecen a nuestra Iglesia, las invitamos una vez más a seguir participando de nuestra vida. Y el compartir: gran mensaje de la Navidad. Compartir en estos días nuestros bienes materiales y espirituales con los hermanos y hermanas más necesitados. Pero no sólo en estos días santos. Debemos hacer del "compartir" y de la "solidaridad" una consecuencia necesaria de nuestra fe en el Hijo de Dios hecho hombre; un estilo permanente de vida; una verdadera exigencia de justicia frente a quien, desde algún punto de vista, ha sido menos favorecido que nosotros. Demos gracias a Dios que nos concede vivir nuevamente la Navidad. A todos les envío un cariñoso saludo en estos días Santos.

Mensaje de Navidad 2004 - Iglesia

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Page 1: Mensaje de Navidad 2004 - Iglesia

Mensaje de Navidad 2004

Fecha: Viernes 24 de Diciembre de 2004Pais: ChileCiudad: ValparaísoAutor: Mons. Gonzalo Duarte García de Cortázar

Nuevamente celebramos el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, de la Virgen María, pobre y humilde en Belén. Eso es la Navidad y tenemos que proclamarlo una y otra vez para que no se olvide. Dios mismo se hace presente en nuestras vidas para hacernos participar de su Vida Divina. Misterio inmenso de amor y bondad que produce en nosotros un sentimiento grande de gozo y acción de gracias.

¿Qué mensajes nos trae la Navidad Muchos y muy hermosos.

El primero que quiero destacar este año es cómo Dios sigue confiando, a pesar de todo, en el hombre y la mujer que El mismo ha creado. Esto es manifiesto en el nacimiento de Jesús "de una mujer", como nos dice con tanta fuerza San Pablo (Gálatas 4,4). Y hoy día Dios sigue confiándole al hombre y a la mujer el cuidado del amor y de la vida.

El segundo, es que en Navidad se manifiesta claramente la opción de Dios por la familia. Habiendo podido llegar Jesús a nosotros "con poder y majestad", Dios prepara para El una familia: una sencilla joven de Nazaret casada con un joven carpintero de Belén: José, al que el Evangelio llama "hombre justo". Y en el seno de esta familia y en precarias condiciones, llega a nuestro mundo el Salvador. Esto nos vuelve a reafirmar la opción primordial de Dios por la familia, la primera institución que aparece en la Biblia desde los comienzos y el camino de Dios para el mundo y la Iglesia.

El tercer mensaje de Navidad es el gran tema del compartir. El Hijo de Dios "comparte nuestra naturaleza humana para hacernos compartir su Vida Divina", repite una y otra vez la Iglesia en este tiempo santo. Jesucristo "siendo rico se hizo pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza", nos enseña San Pablo (2ª. Corintios 8,9).

Estas tres grandes lecciones que podemos tomar de la gran celebración de la Navidad siguen siendo tremendamente actuales. El amor y la vida: son el centro mismo de nuestro existir. Sin amor verdadero - aquel que busca dar antes que recibir- la vida no tiene sentido pleno. Y sin respeto a la vida, a toda vida: desde el momento mismo de la fecundación hasta la muerte natural, no sólo se está atentando gravemente contra el primero de los derechos humanos, sino que se entra en una "cultura de muerte" en la que se termina perdiendo el respeto por todos los valores humanos y cristianos. Así nos lo ha enseñado la historia. Comprometámonos, pues, a cuidar toda vida.

La opción manifiesta de Dios por la familia aparece más evidente en torno a la Sagrada Familia de Belén y Nazaret. La familia es gran don de Dios. Cuidémosla. Amémosla. Cuidemos y amemos a todas las familias, también aquellas que viven situaciones dolorosas y que incluso, deseándolo, no pueden cumplir con el ideal de Dios sobre la familia. Y si pertenecen a nuestra Iglesia, las invitamos una vez más a seguir participando de nuestra vida.

Y el compartir: gran mensaje de la Navidad. Compartir en estos días nuestros bienes materiales y espirituales con los hermanos y hermanas más necesitados. Pero no sólo en estos días santos. Debemos hacer del "compartir" y de la "solidaridad" una consecuencia necesaria de nuestra fe en el Hijo de Dios hecho hombre; un estilo permanente de vida; una verdadera exigencia de justicia frente a quien, desde algún punto de vista, ha sido menos favorecido que nosotros.

Demos gracias a Dios que nos concede vivir nuevamente la Navidad.

A todos les envío un cariñoso saludo en estos días Santos.

Page 2: Mensaje de Navidad 2004 - Iglesia

Muy afectuosamente,

�Gonzalo Duarte García de Cortázar ss.cc.Obispo de Valparaíso

Valparaíso, diciembre de 2004.