Merleau Ponty, Filosofía como fenemenología

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María del Carmen Lopéz Saenz

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  • La Lmpara de DigenesBenemrita Universidad Autnoma de [email protected] ISSN (Versin impresa): 1665-1448ISSN (Versin en lnea): 1870-4662MXICO

    2002 M Carmen Lpez Senz

    MERLEAU-PONTY: FILOSOFA COMO FENOMENOLOGA.CONSECUENCIAS PARA LAS CIENCIAS HUMANAS

    La Lmpara de Digenes, ao/vol. 3, nmero 006 Benemrita Universidad Autnoma de Puebla

    Puebla, Mxico pp. 51-57

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    http://redalyc.uaemex.mx

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    Merleau-Ponty: Filosofa comofenomenologa.

    Consecuencias para las cienciashumanas*

    M Carmen Lpez Senz

    Resumen. En las pginas que siguen, buscaremos las razones por las que M. Merleau-Ponty,

    siguiendo a E. Husserl, identifica la filosofa con la fenomenologa, y analizaremos las

    implicaciones de esta concepcin para las ciencias humanas. No podremos dejar de aludir al

    diagnstico husserliano y merleaupontiano de la crisis por las que stas atraviesan y esbozar

    algunas vas para su superacin.

    A comienzos de nuestro siglo, Husserl planteaba la necesidad de sentar las bases

    para una coexistencia productiva (y no slo consentida) de la filosofa y las ciencias

    humanas. Con el paso del tiempo, este asunto ha adquirido plena actualidad, dadoque todava se nos presente como un objetivo al que tender. De ah el inevitable

    dilogo de la fenomenologa con las ciencias humanas.

    La fenomenologa husserliana tena la pretensin de ocuparse de todos los proble-mas racionales, es decir, con sentido, y de transformarlos en problemas transcendentales

    de cuya solucin dependa el porvenir de una humanidad autoconsciente. Rechazaba

    el dualismo entre naturaleza y espritu y la intencin reduccionista consiguiente desubordinar las ciencias del espritu a las de la naturaleza. Consideraba que stas lti-

    mas son posibles, precisamente, gracias a la actividad constituyente de la subjetivi-

    dad preservada por las ciencias humanas. De ah que Husserl definiera a stas comociencias de la subjetividad relacionada necesariamente de manera consciente e inten-

    cional con el mundo.

    Como Husserl, Merleau-Ponty no hizo otra cosa que replantearse las relacionesentre la conciencia y la naturaleza de manera dialctica. Fue consciente del objetivismo

    y de la insuficiencia de las ciencias de la naturaleza, hasta el punto de considerar que

    las ciencias humanas no deban tomarlas como modelo, porque su meta es la raciona-lidad y, para alcanzarla, el ser humano debe dirigir su ingenua orientacin hacia lo

    exterior en direccin a la comprensin de s mismo.

    Husserl hizo de la racionalidad una idea reguladora, cuya finalidad es recuperar lafe en la verdad y despertar la conciencia de la humanidad. Aqu radica la diferencia

    * Este trabajo se realiz con la ayuda del Ministerio de Ciencia y Tecnologa, dentro delPrograma General de promocin del conocimiento BFF2000-0095.

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    entre la fenomenologa y las ciencias factuales, que fabrican hombres de slo hechos:stos son contingentes, no tienen en s mismos su razn de ser y, por tanto, no pueden

    guiarnos hacia lo que ms nos interesa; en cambio, la f i losof a es la racional idad

    autoconsciente que transciende su propia facticidad, es decir, que no se agota en sumero desarrollo, sino que lo pone entre parntesis. Paralelamente, el filsofo es el

    funcionario de la humanidad, porque su destino es definir y hacer conscientes las

    condiciones de una humanidad, es decir, la participacin de todos en una verdad co-mn.1 La filosofa es, para Husserl, el fundamento racional sobre el que se estable-

    cen las condiciones de posibilidad bsicas de una sociedad autnticamente racional.

    La comprensin se vuelve entonces coexistencia en la historia y pasa a ser la clave delas ciencias humanas.

    Al igual que su maestro, Merleau-Ponty emplea como sinnimas f i losofa y

    fenomenologa, ya que ambas invocan una investigacin del ser antepredicativo yadquieren plena conciencia de nuestras paradojas: jams he pensado que la

    fenomenologa no fuese ms que una introduccin a la filosofa, creo que ella es ya la

    fi losofa misma. 2 sta no es otra cosa que la fe perceptiva interrogndose a smisma.Hechos y esencias son abstracciones del mundo que nos revela esa fe. Merleau-

    Ponty entiende la fenomenologa no como explicacin del mundo o descubrimiento de

    sus condiciones de posibilidad, sino como formulacin de una experiencia del mundo,como ese contacto con l que antecede a cualquier pensamiento sobre l, como es-

    fuerzo por reconquistar lo constituyente. Si el conocimiento cientfico se fundamenta

    en la asimilacin de la informacin y de la manera de usarla, el filosfico habita en laincertidumbre para la cual no espera soluciones, porque el mundo existe, l mismo,

    de manera interrogativa; ahora bien, toma conciencia de la racionalidad en la contin-

    gencia, ejerce una reflexin radical o sobre-reflexin que mantiene en s lo irreflexivojunto a la actividad reflexionante. Siguiendo a Husserl, en Merleau-Ponty la filosofa

    es una forma de existencia y no una preparacin para la misma; ahora bien, la filosofa

    no pretende ser la totalidad de la vida.As es como Merleau-Ponty se apropia de la tarea que Husserl asign a la

    fenomenologa: recuperar una nueva racionalidad autoconsciente capaz de superar

    los dualismos y de oponerse tanto al dogmatismo constructivista de la razn especula-tiva, como al realismo objetivista de la razn emprica. As en Einstein et la crise de

    la raison (artculo publicado en L Express en l955 y recogido en Signes), nos habla

    del mtodo salvajemente especulativo 3 de Einstein para analizar lo real. Dice que laciencia es, en el fondo, taumaturgia, 4 se limita a constatar misterios y est llena de

    paradojas. Como todo pensamiento, la filosofa es inevitablemente objetivacin y, por

    1 MERLEAU-PONTY, M., Les sciences de lhomme et la phnomnologie. Pars: CDU, 1951(Trad. cast. La fenomenologa y las ciencias del hombre. Buenos Aires: Nova, l969,pp. 15-16).

    2 MERLEAU-PONTY, M., Discussions, dans AA.VV., Rencontres Internationales de Genve. Laconnaissance de lhomme au XXe sicle. Neuchtel: La Baconnire, 1952 (Trad. cast. Hombrey cultura en el siglo XX. Madrid: Guadarrama, 1957, p. 199).

    3 MERLEAU-PONTY, M., Signes. Pars: Gallimard, 1960, p. 244.4 MERLEAU-PONTY, M., Op. cit., p. 245.

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    eso, no puede considerarse definitiva, pero puede recordar constantemente al cient-fico su tarea y proseguir sus esfuerzos a un nivel ms humano; a su vez, la ciencia

    puede ayudar a la filosofa: una ciencia sin filosofa no sabra literalmente de qu

    habla. Una filosofa sin exploracin metdica de los fenmenos no llegara ms que averdades formales, es decir, a errores. 5 As es como Merleau-P onty proclama la co-

    existencia del quehacer filosfico y del cientfico. La tolerancia del filsofo facilita

    esta relacin, porque nunca toma algo como definitivo, slo sabe que la razn est enmarcha, que filosofar es vigilar, responsabilizarse y comprometerse. A pesar de saber

    que no tiene la clave de la historia, la filosofa no renuncia a su radicalidad y, sin

    embargo, no pretende convertirse en saber objetivo, porque la realidad por la que seinterroga no es un objeto.

    Husserl ense a Merleau-Ponty que el ser no es algo dado o ya constituido y que ni

    la conciencia ni el mundo pueden reducirse a fragmentos aislados del ser. Aqul elabo-r una ciencia de la subjetividad transcendental universal: la fenomenologa

    transcendental, la nica capaz de estudiar la conciencia, no como un factum, s ino

    tambin como una objetivacin del ser espiritual, cuya esencia es la intencionalidad.En esta misma lnea, Merleau-Ponty rechaza, tanto el modelo matemtico como el

    estructural para las ciencias humanas, porque opina que stas se equivocan si prescin-

    den de la subjetividad, puesto que su objetivo es comprender nuestra presencia en elmundo en su multiplicidad. Para lograrlo, sera necesario un mtodo que permitiera

    pensar, a la vez, la exterioridad que es el principio mismo de las ciencias, y la interio-

    ridad que es la condicin de la filosofa: las contingencias sin las cuales no hay situa-cin histrica y la certeza racional, sin la cual no hay conocimiento de las mismas.

    Esto es lo que permite la fenomenologa, a la que Husserl caracterizaba como la

    ciencia subjetiva de lo subjetivo, la ciencia de la Lebenswelt de la que todo se originay que ha sido fragmentada por la especializacin cientfica. Husserl toma distancia de

    la presunta neutralidad y del objetivismo propugnados por sta y llega a la conclusin

    de que la principal condicin de posibilidad del saber es la implicacin recproca delsujeto y de lo otro que acontece en todas las ciencias humanas. Suponer que en ellas

    se puede adoptar la perspectiva del espectador desinteresado no es sino enmascarar

    la intencionalidad del yo que acta constantemente en todos los sujetos, constituyen-do sentidos. Con el concepto de Lebenswelt , Husserl demostrar, adems, que cual-

    quier ciencia slo se comprende partiendo de la intencionalidad de la vida universal.

    Tal intencionalidad no se reduce a la de la conciencia, sino tambin a la intencionalidadhorizntica y a la Fungierende Intentionalitt o intencionalidad operante. Merleau-

    Ponty revalorizar esta ltima, porque efecta la unidad natural y antepredicativa del

    mundo y de nuestra vida a partir del cuerpo propio.A pesar de que Merleau-Ponty hereda y profundiza en los anlisis husserlianos de

    la corporalidad, cuestiona su reduccin transcendental, por considerar precisamente

    que parte del prejuicio idealista que desarraiga al sujeto cognoscente de sus races

    5 MERLEAU-PONTY, M., Sens et non-sens. Pars: Nagel, 1948, P. 171.

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    corporales. Su convencimiento de la imposibilidad absolutizar, sea el punto de vistaobjetivo, sea el subjetivo, le lleva a reinterpretar la reduccin fenomenolgica y a

    practicar una reduccin incompleta. En otras palabras, su epoj carece de reduc-

    cin, es decir, de trmino asignable desde una conciencia pura; podra describirsesencillamente como asombro, ya que su verdadero sentido es la imposibilidad mis-

    ma de una reduccin completa, el brotar inmotivado del mundo.

    Siguiendo a Husserl, Merleau-Ponty entiende la crisis de la ciencia como crisis de laexistencia y la filosofa como lucha por recuperar el sentido de sta, que no se reduce

    a lo fctico. Nunca se opusieron a la ciencia, sino al cientificismo, a la interpretacin

    filosfica que hacen de s las ciencias sin explicitarla. Constataban las insuficiencias delas ciencias particulares y promovan la colaboracin entre ciencia y filosofa. Ahora

    bien, Merleau-Ponty no resolva la crisis de las ciencias en la sumisin de stas al tribu-

    nal de la razn filosfica, sino en una verdadera autocrtica que las conduzca, median-te una reflexin de segundo grado, al fenmeno del fenmeno y convierta decidida-

    mente el campo fenomenal en campo transcendental. 6 No es, por tanto, el filsofo

    quien deba regular el conflicto entre lo emprico y lo transcendental; l slo es un serhumano que se despierta y habla, una conciencia atenta a lo que se muestra, de extre-

    ma utilidad, por tanto, para las ciencias descriptivas. Ahora bien, son las ciencias hu-

    manas mismas las que deben superar su principal contradiccin interna: la de ver alhombre como una parte del mundo y, a la vez, como portador de la reflexin.

    Gracias a la fenomenologa, Merleau-Ponty aprendi que no hay ni hechos ni esen-

    cias puros. La reduccin eidtica nos conduce a las esencias, pero stas slo son laidealidad necesaria para entender la facticidad; por eso interpreta la intuicin de esen-

    cias (Wesenschau) husserliana como la aprehensin de significaciones universales en la

    experiencia contingente: la intuicin de las esencias consiste, simplemente, en re-conquistar ese sentido, todava no tematizado por la vida espontnea. 7 Como la in-

    duccin, se construye sobre hechos, pero, a diferencia de ella, la Wesenschau opera

    por libre variacin imaginaria de los mismos hasta llegar a lo invariante. Segn Merleau-Ponty, Husserl acab comprendiendo que la reflexin no siempre lleva a verdades eter-

    nas, pero s a la gnesis del sentido que se va sedimentando. Las ciencias humanas

    deben definir las categoras o esencias que estn implicadas en ellas y que, en muchasocasiones, ignoran o dan por descontado sin explicitarlas. Si la crtica husserliana del

    psicologismo y del logicismo nos alecciona de la necesidad de trascender los hechos

    psquicos y de reflexionar fenomenolgicamente sobre la conciencia de la que emanan,la obra de Merleau-Ponty nos anuncia que la fenomenologa suministra un rico marco

    terico para las ciencias humanas. Ahora bien, el fenomenlogo no nos propone un

    mtodo cientfico determinado; se niega a convertir la filosofa en una teora cientficams, a contentarse con verdades exactas, pero insuficientes y prefiere arriesgarse a

    6 MERLEAU-PONTY, M., La phnomnologie de la perception. Pars: Gallimard, 1945, p. 77.Aqu Merleau-Ponty habla acerca de la autocrtica del psiclogo, pero sus palabras sonaplicables a todos los cientficos humanos, en general.

    7 Cfr. MERLEAU-PONTY, M., La fenomenologa y las ciencias del hombre., p. 34.

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    una mayor profundidad sin garantas metdicas. Anima a la filosofa a reinterpretarcrticamente las investigaciones cientficas. La mutua colaboracin entre las distintas

    disciplinas puede resolver la crisis que las amenaza en la actualidad, pero si esta exi-

    gencia no quiere reducirse a una mera yuxtaposicin de experiencias, ha de realizarseen el marco de la filosofa fenomenolgica, ya que su objeto no es otro que la descrip-

    cin de las mltiples formas en las que los sujetos humanos experimentan el mundo a

    travs de sus actos de conciencia; por otro lado el mtodo heurstico de la fenomenologacoloca entre parntesis la actitud natural para revelar las estructuras a priori que

    determinan lo que percibimos y lo que tiene significado para nosotros. Gracias a esta

    epoj, el investigador vuelve a las cosas mismas enfatizando la comprensin del fen-meno desde dentro, para abordarlo con la profundidad que stas se merecen.

    Merleau-Ponty desarroll los impensados de Husserl haciendo de la fenomenologa

    una filosofa de lo concreto que recogi numerosas experiencias humanas tal y comose presentaban, pero problematizndolas y dotndolas de sentido. De esta manera,

    puso de relieve la inestimable ayuda que esta filosofa puede prestar a las ciencias

    humanas, puesto que tienen el mismo objeto de estudio. Ser cientfico es, desde laperspectiva fenomenolgica, comprometerse, asumir nuestra finitud y nuestra

    historicidad y no hacer ingenuamente epoj de nuestra formacin filosfica para eri-

    gir el objeto cientfico en modelo de la realidad absoluta.Merleau-Ponty reacciona ante estos reduccionismos, oponindose tanto al idealis-

    mo como al objetivismo, por considerarlos culpables de la crisis de las ciencias al

    crear un abismo entre las ideas y los hechos. En continuidad con su intencin desuperar la oposicin estril entre el intelectualismo filosfico y el empirismo cientfi-

    co, dialog con la psicologa experimental, la lingstica, la historia, el arte, la socio-

    loga, etc. El objetivo de toda su vida fue buscar una unidad ambigua que diera cuentade la verdad humana en situacin; por ello, su proyecto filosfico nos parece paradig-

    mtico. Su itinerario concluye en una teora de la visin filosfica como proximidad

    verdadera al ser en dehiscencia. 8 Teniendo en cuenta que la visin est en contactocon un visible distante y prximo a la vez, que nos abre a las cosas, a ese misterio de

    la coexistencia del todo en y por la distancia, dicha visin no se agota en la inmanen-

    cia de una subjetividad desencarnada, sino que emerge del mismo ser que es visto porella, es decir, abre el cuerpo de carne a la carne universal del mundo. 9 La reversibilidad

    de la carne hace de ella un modo de la reflexin 10 y una dimensin del objeto y as

    disuelve el mito de la dicotoma alma-cuerpo. A partir de entonces, el ser humanodeja de identificarse con la conciencia, opuesta a la naturaleza, y pasa a entenderse

    como ser finito en el que tiene lugar una ambigua unin entre lo emprico y lo

    transcendental. Los mltiples descentramientos de la conciencia de s operados porMerleau-Ponty tendrn por finalidad describir mejor el movimiento interrogativo de la

    ek-sistencia. La filosofa merleaupontiana es un ejemplo de esta dinmica, porque se

    8 Cfr. MERLEAU-PONTY, M., Le Visible et lInvisible. Pars: Gallimard, l964. p. 170.9 Cfr. MERLEAU-PONTY, M., Signes, p. 23.10 Cfr. MERLEAU-PONTY, M., Le Visible et lInvisible, p. 194.

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    encamina a una ontologa de la vida y de la expresividad o de la intersubjetividad,poniendo entre parntesis nuestro saber habitual de lo humano para mostrar el movi-

    miento inquieto por el que se instituye nuestra humanidad en una historicidad, situa-

    da en la interseccin entre naturaleza y cultura y abierta al encuentro con lo otro. Elasombro fenomenolgico y la autocrtica del cientfico pueden encontrarse en el seno

    de esta historicidad que desestabiliza todo saber. En vista de que la fenomenologa y

    ciencias humanas no son discursos complementarios que se funden o rectifiquen mu-tuamente, sino apropiaciones dinmicas del mismo fenmeno ambiguo, ambas deben

    cuestionarse crticamente el estatuto necesariamente problemtico de su objeto y no

    limitarse a reunirse ocasional y superficialmente.Merleau-Ponty se atreve a declarar que las ciencias humanas son metafsicas en el

    sentido de que nos hacen descubrir una dimensin ontolgica que la actitud natural

    olvida, cuando lo cierto es que hasta el cientfico piensa en funcin de una ontologa.Por eso, toda ciencia operacional necesita explicitar una ontologa complementaria. 1 1

    El equvoco consiste en creer que la experiencia que tenemos de nosotros mismos como

    existencia carnal pueda traducirse cientficamente, porque aunque las ciencias tienenuna realidad tcnica, no son verdaderas, 12 porque no son capaces de hacer manifiesto

    el ser que ocultan, el sentido primero de las cosas; la ciencia trata las cosas al margen

    de nuestra existencia, "manipula las cosas y renuncia a habitarlas" 13 y, por eso, laverdad no puede estar nicamente en ella. La filosofa, por el contrario, no equipara lo

    dado con lo verdadero, porque sabe que la aceptacin irreflexiva de lo emprico no es

    emprica y no puede comprenderlos; retorna a las cosas mismas, no para objetivarlas,sino para profundizar en esa experiencia primordial del mundo sin la cual los smbolos

    de la ciencia careceran de significado. Mientras que la ciencia natural reposa en la

    hiptesis de un observador absoluto que adopta todos los puntos de vista, las cienciashumanas manifiestan que todo conocimiento del hombre por el hombre es una toma de

    postura o una apropiacin singular de determinadas estructuras sedimentadas. El espe-

    cialista en ciencias humanas no ha de aspirar a poseer el objeto, sino a comunicarsecon esas diferentes maneras de ser y aproximarse as a la universalidad, la cual no

    radica ya en el cogito, sino en la percepcin y en el dilogo con lo otro. Cada ciencia

    del hombre es una perspectiva de nuestra insercin en el ser. La filosofa no ha deconcebirse como la sntesis de stas, como saber absoluto, porque siempre est

    recomenzando. Su inacabamiento no debe confundirse con la mala ambigedad 14 que

    deja todo como lo encontr. A decir verdad, Merleau-Ponty nunca se propuso hacer unafilosofa de la ambigedad. Slo empleaba el trmino como adjetivo, para dar cuenta

    de la dialctica circular de toda filosofa, de su incapacidad de captar lo irreflexivo

    como tal: reflexionamos sobre algo que es previo a la reflexin, pero slo somos cons-cientes de ello gracias a nuestra intencin reflexiva. La reflexin fenomenolgica no

    11 Cfr. MERLEAU-PONTY, M., Op. cit., p. 279.12 Cfr. MERLEAU-PONTY, M., Signes, p. 30.13 MERLEAU-PONTY, M., LOeil et lEsprit. Pars: Gallimard, 1964, p. 9.14 Cfr. MERLEAU-PONTY, M., Discusiones, AA.VV., Hombre y cultura en el siglo XX. ,

    pp. 178 y ss.

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    pretende romper ese crculo y, sin embargo, no puede evitar repensarlo. Al hacerlo,rompe la callada llamada de las cosas, pero no habla por ellas, sino que viene a ampliar

    su expresividad silenciosa. La filosofa es una separacin dentro del espesor comn de

    la carne que nos hace aprehender la verdadera naturaleza de nuestro contacto primor-dial con el mundo vivido. Merleau-Ponty nos propone as un nuevo tipo de objetividad:

    la racionalidad ampliada que reflexiona sobre lo irreflexivo, remitiendo a todo lo otro

    de s y abrindose constantemente a las diferencias.