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Metapolítica y Filosofía Alberto Buela Ediciones Teoría Buenos Aires- 2002 Índice: Primera Parte (metapolítica) I- Qué es metapolítica II- Metapolítica y tradicionalismo III- El katechon como idea metapolítica IV- La acclamatio como nueva-vieja fórmula de democracia directa V- Democracia y movilización VI- Sobre el popularismo o populismo VII- Rasgos de la partidocracia VIII- Reinstauración de la solidaridad ante el capitalismo sin comunidad IX- La sociedad civil como respuesta X- Hacia un nuevo contrato social XI- Notas sobre el Estado XII- Iberoamérica y Occidente: tensiones y acuerdos XIII- Nueva estrategia suramericana XIV- El viaje no buscado XV- Cultura, nación y constitución XVI- Sobre mundialismo y globalización XVII- Derechos humanos y pluralismo cultural XVIII- La negación de la política: último modelo de dominación XIX- La hegemonía cultural de la izquierda progresista Segunda Parte (filosofía) I- La filosofía como ruptura con la opinió o el ejercicio del disenso II- La formación de las identidades, un proceso activo de transmisión de valores III- El barroco: una clave para la identidad americana IV- América: tradición y futuro V- Las fracturas de la communitas medievalis VI- Cultura popular vs. Cultura vulgar VII- Derecho natural y positivismo jurídico VIII- Sentido antropológico de las instituciones IX- Actos y virtudes X- Algo sobre la confianza XI- La isostenia cultural XII- ¿Por qué más bien morar que habitar? XIII- La filosofía a fines del milenio XIV- Informe breve sobre filósofos iberoamericanos del siglo XX

Metapolítica y Filosofía

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Metapolítica y Filosofía

Alberto Buela

Ediciones Teoría

Buenos Aires- 2002

Índice:Primera Parte (metapolítica)

I- Qué es metapolíticaII- Metapolítica y tradicionalismoIII- El katechon como idea metapolíticaIV- La acclamatio como nueva-vieja fórmula de democracia directaV- Democracia y movilizaciónVI- Sobre el popularismo o populismoVII- Rasgos de la partidocraciaVIII- Reinstauración de la solidaridad ante el capitalismo sin comunidadIX- La sociedad civil como respuestaX- Hacia un nuevo contrato socialXI- Notas sobre el EstadoXII- Iberoamérica y Occidente: tensiones y acuerdosXIII- Nueva estrategia suramericanaXIV- El viaje no buscadoXV- Cultura, nación y constituciónXVI- Sobre mundialismo y globalizaciónXVII- Derechos humanos y pluralismo culturalXVIII- La negación de la política: último modelo de dominaciónXIX- La hegemonía cultural de la izquierda progresista

Segunda Parte (filosofía)I- La filosofía como ruptura con la opinió o el ejercicio del disensoII- La formación de las identidades, un proceso activo de transmisión de valoresIII- El barroco: una clave para la identidad americanaIV- América: tradición y futuroV- Las fracturas de la communitas medievalisVI- Cultura popular vs. Cultura vulgarVII- Derecho natural y positivismo jurídicoVIII- Sentido antropológico de las institucionesIX- Actos y virtudesX- Algo sobre la confianza XI- La isostenia cultural XII- ¿Por qué más bien morar que habitar?XIII- La filosofía a fines del milenioXIV- Informe breve sobre filósofos iberoamericanos del siglo XX

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Textos de presentación del libro (Monseñor Héctor Aguer- Prof. Dr. Alberto Buela) Monseñor Héctor Aguer

Cuando Alberto Buela y yo, éramos jóvenes, muy jóvenes recuerdo haber leído un trabajo sobre El ente y los trascendentales realizado como a modo de comentarios sobre el artículo primero del De Veritate de Santo Tomás de Aquino, prologado por el padre Julio Meinvielle. En el prólogo decía que las condiciones de pensador metafísico de Alberto eran poco comunes y que si continuaba un camino riguroso de estudio y cultivo de la disciplina filosófica se podría esperar mucho de él. Yo creo que Alberto hizo caso del consejo aquel y ha estudiado rigurosamente. A veces en conversaciones que hemos tenido me llama la atención el manejo fluido que tiene por igual de los grandes maestros escolásticos y de la filosofía moderna.Alberto es un metafísico y no cualquier pensador llega y se mantiene en las alturas de la metafísica, pero él es un filósofo de Chiclana y Boedo y también se ha ocupado de cuestiones muy prácticas para desmentir aquella sospecha de que el filósofo anda por las nubes y se cae en el pozo. Su incursión en la filosofía práctica y su cultivo reciente de la metapolítica me parece que lejos de desmentir su condición de metafísico, al contrario, su capacidad metafísica le acredita para que su incursión en la metapolítica no sea puro macaneo sino que sea efectivamente la apertura de un nuevo espacio del conocimiento interdisciplinario en el cual se vayan profundizando, identificando categorías que fundamentan la acción política. En primer lugar las grandes categorías que están detrás de la acción política concreta y por otro lado, la dilucidación de lo que significa el carisma y el arte de la vida política, del ejercicio de la vida política. Hoy día, se ha escrito mucho sobre la metapolítca pero en la Argentina se sabe poco o nada. Aquí solo es meta… política. Meta … política y de la mala, porque precisamente falta la metapolítca entendida como metafísica de la política y además falta la apertura de ese ámbito multidisciplinario en el cual varios distintos saberes, ciencias auxiliares o como quiera llamárselas concluyen para iluminar la problemática política concreta. Yo saludo la aparición de este libro del que ya conocía fragmentos que Alberto iba elaborando y pasándome, y también de haber sido corresponsal suyo en eso, porque me parece que por allí va el pensamiento de los grandes problemas argentinos de hoy.

Pienso que si podemos hacer una diagnosis, un examen de la tribulación Argentina de hoy, hay tres ejes que me parecen fundamentales de destacar.

La problemática ética en primer lugar, en la crisis reciente de la Argentina, que nosotros llamamos decadencia, se la ha querido caracterizar como una crisis moral. Me parece que es una descripción superficial, yo prefiero hablar de decadencia de las costumbres. Costumbres en sentido de las mores que para Cicerón eran aquellas inclinaciones virtuosas que constituyen el genio de una civilización, de una nación. La Argentina ha sufrido una erosión de las costumbres, en el sentido plenario de las mores que descubren el genio de un pueblo. Esto se ve en la evolución de los problemas sociales, de la situación de la familia, de la educación y aún de la religiosidad de los argentinos. Allí en mi condición de pastor de la Iglesia podría abrir un discurso propio donde hay problemas crónicos del catolicismo argentino que no han sido nunca objetivados y que por eso no han recibido un tratamiento adecuado y que se suman como

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condicionantes a esta decadencia de las mores. Cuando uno dice que la crisis de la Argentina es una decadencia moral debemos tener en cuenta que la ética, el ethos, es el fin fundamental de la cultura de un pueblo, es decir del cultivo de esas múltiples relaciones de los hombres entre sí, de la relación con la naturaleza y con Dios, que se constituyen finalmente en una cosmovisión divina por esa nación determinada. Digo que lo ético y lo religioso es como la culminación de ese edificio que se va construyendo a través de los siglos mediante la transmisión de valores de generación en generación. Cada generación no recibe pasivamente esos valores ético-religiosos que constituyen la cultura sino que de algún modo los recrea, los enfrenta críticamente. Esto está conectado íntimamente con una noción correcta de tradición. La tradición ha sido vituperada, puesta de lado como si fuera una realidad fija y por tanto sobrepasada rápidamente, a la que hay que arrojar al desván de las cosas oxidadas para recrear todo de nuevo. Los hombres y cada uno personalmente, y los pueblos, somos herederos de una transmisión renovada de esa tradición viva.

El problema político de la Argentina de hoy, está en vinculación con la gran decadencia de las costumbres y la decadencia general de la cultura. Se manifiesta en su visión más aguda y superficial en esta especie de malestar que existe en la función representativa en un régimen republicano como el nuestro. La gente, el pueblo los vota pero hay como un estancamiento en la búsqueda de soluciones a esos desequilibrios de la sociedad. El escepticismo cede ante la necesidad de participación y ante la problemática que estamos sufriendo. Existe hoy día una gran voluntad de participación en ciertos niveles de la sociedad civil pero eso no alcanza para darle su verdadera estatura política. Los partidos políticos no acaban de resolver su propia problemática, deben someterse a una autoreforma muy sincera y muy profunda. En la vida política nos encontramos con que la gente reacciona con la atomización individualista, con la indiferencia, con la apatía, con una crítica acerba, en la desconfianza, presionada sin duda por situaciones de indigencia que nuestro pueblo está viviendo, ya sean económicas o sociales. ¿Cómo funciona el Estado en esta situación?. El Estado como órgano de la vida política de la comunidad, como expresión de la cultura nacional refleja la crisis ética y la desorientación política, es decir, la falta de una cultura política en nuestra población, que la defino como la capacidad para vivir rectamente en la polis. Ello supone ciertas virtudes que van más allá del ámbito individual, que son virtudes típicamente sociales.En el Estado se reflejan la crisis ética y la desorientación política. El Estado de bienestar, que se lo ha criticado con tanta frecuencia en los últimos años, ha dado lugar en su caída al Estado ausente, al Estado desarticulado o desmantelado en su capacidad de regir el bien común, pero además el Estado en trance de cambio conserva los vicios de la etapa precedente. No tenemos ni Estado de bienestar ni tenemos una nueva concepción del Estado, tenemos el Estado inerte.Ahora bien si nos arriesgamos en un intento de aplicación del pensamiento metapolítico tenemos que ver los condicionamientos de esta situación. El principal condicionamiento me parece que se encuentra en los problemas que plantea a la sociedad, a la vida política y el Estado este fenómeno de la globalización del cual se ha hablado mucho en los últimos años pero no siempre correctamente. La metapolítica tiene un campo amplísimo de aplicación en el discernimiento, en la identificación y en estudio profundo de las incidencias o relaciones probables que se ejercen sobre la comunidad nacional. En primer lugar la relación entre los Estados ¿Qué es hoy día independencia?. En un fenómeno reciente de interdependencia, ¿no estamos encaminándonos, en realidad, hacia nuevas formas de dependencia?. Pienso en la presión política, económica o militar de las superpotencias, hoy convengamos, de una sola de ellas, que ejerce no sólo

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directamente sino también de otras instancias superestatales y transestatales que van configurando una nueva versión de imperialismo y colonialismo.La metapolítica tiene que iluminar a una comunidad nacional y un Estado para insertarse correctamente y relacionarse como se debe de acuerdo al interés nacional con los organismos superestatales, militares, financieros, laborales para participar o afrontar los bloques regionales que se van formando. Fíjense en la problemática del Mercosur que podría ofrecer una perspectiva interesante si hubiera un pensamiento metapolítico detrás, si pudiera zafar de su triste al orden del mercado a la pura problemática comercial. Cuando lo que tenemos que recrear es un pensamiento suramericano o iberoamericano que pudiera salir de respaldo a relaciones sanas entre los Estados pertenecientes a esa región y al mismo tiempo para constituir un frente unido ante los otros bloques internacionales (aplausos).Aquí se plantea el problema de las empresas transnacionales que imponen las políticas globales. El proceso de concentración empresarial lo ha sufrido la Argentina en los últimos años, el desmantelamiento del Estado tiene mucho que ver con la enajenación de nuestro patrimonio en manos de otros Estados, bajo la máscara de la privatización. Pero este proceso análogo de concentración empresaria mundial se da principalmente en los medios de comunicación y tiene mucho que ver con el fenómeno del pensamiento único. Hoy en día es posible la imposición del pensamiento único por la globalización de los medios de comunicación, por no hablar de la relación inmediata que tiene la comunicación globalizada con los predominios económicos y financieros. Yo he dado una definición doméstica de globalización diciendo que: la globalización es la posibilidad de traficar durante las 24hs. en las bolsas de todo el mundo con los valores de todos los países.(aplausos).Estas influencias precipitan en los problemas internos y es ilusorio pensar que nosotros podemos resolver los problemas antes y después presentarnos lindos antes el mundo tal como el pensamiento único nos quisiera ver. Existe una interacción continua entre el arreglo de nuestros problemas nacionales internos y nuestra relación externa. Yo pienso que los historiadores tendrían algo que decir sobre el hecho probado que la Argentina nunca ha tenido relaciones exteriores, nunca ha tenido un pensamiento serio nacional respaldando sus relaciones internacionales, por eso nos va como nos va. Ahora bien, este asunto de la metapolítca puede parecer una cosa demasiado abstracta. Uds. ven que se refiere a aquellos condicionamientos concretos que sufre la acción política especialmente sensible en los momentos como los que nosotros estamos sufriendo. El otro día encontré un texto de Giovanni Papini publicado en Buenos Aires en la revista Sol y Luna de 1943, el año en que yo nací. Es un texto que pertenece a su libro Gogh de 1930.Giovanni Papini ha sido un gran pensador italiano, un ensayista, un escritor, con un proceso de conversión al cristianismo por demás interesante. Esta página la he elegido porque hace ver exactamente cuál es la problemática de la globalización, avant la lettre, pues globalizaciones ha habido muchas en la historia de la humanidad, y también, porque despunta qué podría significar la metapolítica, aunque en esos años no se usara ese término.

Texto:La compra de la República Giovanni Papini (1932) - Obras - Ed. Aguilar, tomo I, págs. 542-543“Nueva York, 22 de marzo. En este mes he comprado una República. Capricho costoso que no tendrá continuaciones. Era un deseo que tenía desde hace mucho tiempo y del que he querido librarme. Me imaginaba que eso de ser el amo de un país daba más gusto.La ocasión era buena y el negocio quedó concluido en pocos días. Al presidente le llegaba el agua hasta el cuello: su ministerio, compuesto por paniaguados suyos, estaba en peligro. Las arcas de

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la República estaban vacías; imponer nuevos impuestos hubiera sido la señal para el derrocamiento de todo el clan que asumía el poder, tal vez de una revolución. Ya había un general que armaba bandas de rebeldes y prometía cargos y empleos al primero que llegaba.Un agente americano que estaba allí me advirtió. El ministro de Hacienda corrió a Nueva York: en cuatro días nos pusimos de acuerdo. Anticipé algunos millones de dólares a la República y además asigné al presidente, a todos los ministros y a sus secretarios unos estipendios dobles que los que recibían del Estado. Me han dado en prenda -sin que lo sepa el pueblo- las aduanas y los monopolios. Además, el presidente y los ministros han firmado un convenant secreto que, prácticamente, me da el control sobre toda la vida de la República. Aunque yo parezca, cuando voy allí, un simple huésped de paso, soy, en realidad, el amo casi absoluto del país. En estos días he tenido que dar una nueva subvención, bastante fuerte, para la renovación del material del ejército y me he asegurado, a cambio de ello, nuevos privilegios.El espectáculo, para mí, es bastante divertido. Las cámaras continúan legislando, en apariencia libremente; los ciudadanos siguen imaginándose que la República es autónoma e independiente y que de su voluntad depende el curso de los acontecimientos. No saben que todo lo que ellos creen poseer -vida, bienes, derechos civiles- penden, en última instancia, de un extranjero desconocido para ellos, es decir, de mí.Mañana puedo ordenar la clausura del Parlamento, una reforma de la Constitución, el aumento de las tarifas de aduanas, la expulsión de los inmigrantes. Podría, si quisiese, revelar los acuerdos secretos de la camarilla ahora dominante y derribar con ello al Gobierno, desde el presidente hasta el último secretario. No me sería imposible empujar al país que tengo en mis manos a declarar la guerra a una de las repúblicas limítrofes.Este poder oculto, pero ilimitado, me ha hecho pasar algunas horas agradables. Sufrir todas las molestias y servidumbre de la comedia política es una fatiga tremenda; pero ser el titiritero que, tras el telón, puede solazarse tirando de los hilos de los fantoches obedientes a sus movimientos es un oficio voluptuoso. Mi desprecio por los hombres encuentra aquí un sabroso alimento y miles de confirmaciones.Yo no soy más que el rey de incógnito de una pequeña República en desorden, pero la facilidad con que he conseguido adueñármela y el evidente interés de todos los enterados en conservar el secreto, me hace pensar que otras naciones, y bastante más grandes e importantes que mi República, viven, sin darse cuenta, bajo una análoga dependencia de misteriosos soberanos extranjeros. Siendo necesario mucho más dinero para su adquisición, se tratará, en vez de un solo dueño, como en mi caso, de un trust, de un sindicato de negocios, de un grupo restringido de capitalistas o de banqueros.Pero tengo fundadas sospechas de que otros países son efectivamente gobernados por pequeños comités de reyes invisibles, conocidos solamente por sus hombres de confianza, que continúan representando con naturalidad el papel de jefes legítimos”.

Como verán aquí se reflejan las posibilidades de la metapolítica y termino mencionando sucintamente los tres temas de mi estudio preliminar, empezando por el asegurar la base biológica de la nación, pues me pregunto como se puede hablar seriamente de soberanía en un país deshabitado. Muchas veces los autores del pensamiento progresista asumen alegremente las pautas culturales del capitalismo salvaje, plegándose sin saberlo al designio de las leyes de salud reproductiva. Esto es conocido como doctrina de la seguridad demográfica que consiste en que no deben nacer niños en los países pobres pues constituyen un peligro para los intereses de Estados Unidos.

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Después hablaba de la educación como una cuestión inaplazable para un desarrollo integral de la nación. Pero el último tema es el que tiene una mayor vinculación con la problemática metapolítica y es responder a la pregunta :¿de cómo se renueva la vida política de la Nación?. Ello debe comenzar por ir haciendo surgir un nuevo protagonismo de la sociedad civil, capitalizando las nuevas formas de protesta. ....................................................................................................................................

Prof.Dr. Alberto Buela

En la presentación de un libro el autor no debe exponer pues ya lo ha hecho en el texto que se presenta sino más bien agradecer a quienes lo han hecho posible y comentar algún entresijo del contenido.

Así pues, quiero agradecer a Aldo Carreras que me alentó a publicarlo, a Jerónimo García del secretariado gremial de la Federación de Luz y Fuerza quien lo hizo materialmente posible, a Oscar Lescano que nos acogió aquí en su Sindicato y a monseñor Aguer que con su Estudio Preliminar enalteció el libro.

En cuanto al entresijo del trabajo deseo comentarles que su contenido sale a luz luego de ser sometido a la lectura y comentario de muchos de ustedes a quienes envío regularmente mis trabajos, y así en una retroalimentación permanente logré reemplazar la “envidiosa y estéril comunidad académica” por una “comunidad de amigos”, la mayoría provenientes del mundo sindical, que me han permitido desarrollar en plenitud mi propia vocación filosófica. El hombre piensa en soledad pero no piensa solo, sino a partir de un entorno o situación dada. Y Uds. en tanto comunidad de amigos me han permitido a mi crear mi propia comunidad filosófica y es por ello que puedo pensar un poco distinto a lo que “se piensa y se dice” bajo la forma espuria de pensamiento único y políticamente correcto.

En cuanto a la forma del libro es dable aclarar que así como la filosofía europea se da bajo la forma de tratados, cuanto más gruesos mejor, la forma americana de exposición filosófica ha sido históricamente el ensayo y esto que aquí presentamos es un ensayo. Género denostado por la intelligensia vernácula y de la otra como algo menor, como lo fueron nuestros leones sin melena, los pumas, o nosotros mismos por no ser “ni tan españoles ni tan indios”. En fin, el mundo académico está plagado de estulticias. Sandeces que lo han vuelto estéril como sucede hoy con la filosofía argentina a pesar de ser herederos de una larga, rica, particular y genuina tradición filosófica nacional.

Finalmente, en cuanto al concepto de metapolítica debemos decir que se trata de una asignatura de carácter interdisciplinario, vinculada al pensamiento complejo, donde convergen la historia, la literatura, la politología, la filosofía, etc. en la decodificación y hermenéutica de las grandes categorías – homogenización cultural, globalización, poderes indirectos, pensamiento único, monoteísmo del libre mercado, etc.- que condicionan la acción política del los gobiernos actuales.

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Así mismo, existe otra vertiente de esta nueva disciplina, sobre la que venimos trabajando desde comienzo de los años 90 y que tuviera su expresión a través de la revista Disenso(1994-99), que se ocupa de estudiar la política como “arte hermético”, esto es, desbrozando el arcano que está detrás de toda gran política. En una palabra, la metapolítica es algo así como metafísica de la política y sus secretos.

Introducción

Promover un pensamiento disidente 1

Llevando por delante la idea de dissensus, nuestro proyecto ha sido el de elaborar un pensamiento disidente que se opone a los pensamientos conformistas de los teóricos del consenso (Jungen Habermas, Karl Otto Apel). Para abrir una brecha en el dogma consensual, la idea ha sido explotar hasta el máximo posible la libertad intelectual. Así, nos preguntamos: ¿para qué sirve dar su asentimiento a un sistema donde no hay nada que hacer y que está dirigido no por el pueblo sino por “los otros”?. Así comenzamos entonces la tarea de realizar la deconstrucción de esta empresa de superchería. Evidentemente, comenzamos por lo más inmediato, a saber, lo que tenemos bajo nuestros ojos y que no queremos. Para ayudarnos en esta primera etapa nos apoyamos en le patrimonio intelectual iberoamericano y es así que descubrimos, más allá de los sederos recorridos por los pensadores del establishment, la existencia de un pensamiento de la resistencia o no-conformista. Buscamos algunos pensadores originales de cada uno de nuestros respectivos países y constituimos un entramado de materiales y textos que llamaban a la disidencia con relación al sistema establecido. Un pensador como el argentino Alberto Rougés (1880-1945) que escribió la refutación a Bergson en Las jerarquías del ser y la eternidad. Ciertos filósofos criollos son igualmente muy interesantes. Pienso en el mejicano Antonio Caso que pulveriza al positivismo en un ensayo de 1941 titulado Positivismo, neopositivismo y fenomenología. También el boliviano Franz Tamayo en la Creación de la pedagogía nacional (1910); el brasileño Gilberto Freyre en Casa Grande o Senzala(1933); el paraguayo Natalicio González en Raíz Herrante(1953) y tantos otros que sería largo enumerar.Como nosotros nos inscribimos en esta tradición disidente obramos para transmitir este patrimonio a las generaciones por venir. Paradójicamente el clima cultural argentino es relativamente favorable debido al humus cultivado a partir del peronismo, sea por su desfachatez cultural sea por sus desplantes históricos a la academia y a la universidad. Enfrente solo está el vacío de la sociedad conformista. Lo mismo que en Francia, la gran mayoría de nosotros vive de manera masificada mientras que solo una minoría tiene el coraje de la disidencia. Ciertamente, existe un pensamiento oficial pero es completamente aséptico y sin originalidad. Los partidarios del pensamiento conformista se contentan con enunciar las teorías elaboradas en Europa y los Estados Unidos. El mimetismo es tan potente en el mundo universitario e intelectual suramericano que reinan aquí el no-pensamiento y el vacío. En efecto, nosotros hemos sido colonizados intelectualmente por Europa y los Estados Unidos. En Argentina no tenemos pensadores de la envergadura de un Richard Rorty o un Gianni Vattimo. La ironía del primero y el pensamiento débil de segundo, constituyen un lujo de las sociedades que quieren ejercer una influencia frente al

1 Entrevista realizada por radio Courtoise- Paris, 15 de febrero de 2001

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resto del mundo. Sociedades opulentas las denomina Del Noce. Pero a favor nuestro está la circunstancia que nosotros no conocemos esa chapa de plomo que produce el terrorismo intelectual del “pensamiento único” , pues al encontramos lejos de los centros de producción del conformismo intelectual, poseemos todavía un espacio de libertad que hace posible la expresión de las ideas de disidencia, claro está, que este espacio es el que mantiene abierto el peronismo como práctica socio-política genuinamente (bolita) americana. Con la experiencia de Disenso(1994-1999) desarrollamos un pensamiento para después de la modernidad. Uno podría hablar de pensamiento postmoderno pero enraizado en la premodernidad, en nuestras raíces, compartidas por toda la América hispana, que pertenecen a la baja edad media. Colonizando la América del Sur, los conquistadores no solamente han aportado el cristianismo como fe y saber de salvación sino que lo han encarnado sobretodo como categoría antropocultural lo que hace que no se puedan poner en pie de igualdad los aportes aborígenes y europeos. Es en este crisol donde se apoya lo esencial de nuestro pensamiento disidente. Para resumir diríamos que ensayamos contextualizar un pensamiento postmoderno en el cuadro de la modernidad tal como se da en nuestros días, pero desde la recuperación de rasgos esencial pertenecientes a la premodernidad. Consideramos que pensar la postmodernidad de hoy desde la modernidad de ayer nomás, como lo intenta la escuela del consenso es una tarea intelectualmente estéril.

Sin embargo no hay que limitarse a la sola disidencia intelectual. La disidencia debe encarnarse prácticamente en la vida de todos los días. En este sentido debe leerse al filósofo escocés Alasdair MaIntyre y particularmente su trabajo Tras la virtud(1981).La disidencia práctica pasa necesariamente por el ejercicio cotidiano de la virtud, no realizado en forma burocrática, sino de manera generosa y sacrificada. Romper diariamente con las solicitaciones del sistema y el medio ambiente es una forma de ascesis. La disidencia como virtud resulta de un hábito creado por la repetición de actos de resistencia a este sistema corruptor y totalitario que anula al hombre por la televisión y la masificación y lo reduce a la bestialidad. Es una cuestión de dignidad que está vinculada al misterio de la encarnación. Se trata de pasar de lo universal a lo particular encarnado sus convicciones en la vida de todos los días. Y la sola manera de hacerlo deriva de la vieja lección de Aristóteles, es decir, el ejercicio de la virtud. Es este ejercicio cotidiano de ascesis de resistencia al sistema que crea la comunidad disidente. Ciertamente que parece una locura querer atacar al sistema que constituye a nuestros ojos el horizonte insuperable de la humanidad, pero la actitud disidente es completamente razonable en la medida en que el sistema no tiene promesas de eternidad. Su estado de crisis es permanente y el clima psicológico es de morosidad. Al optimismo voluntarista del período moderno sucede una forma de nihilismo desencantado que se expresa en el mejor de los casos como una crítica ácida a la situación actual, pero crítica puramente fenomenológica y descriptiva y no metafísica como debería ser. El ataque al sistema es entonces muy fuerte. En el terreno político la crisis es igualmente profunda. La democracia de antigua cuño desaparece en beneficio del gobierno y de la democracia procedimental, esta forma mecánica de gobernar. La letra sucede al espíritu y el procedimiento a la norma. No importa la catadura moral de un gobierno, lo importante es que el procedimiento sea respetado. Que importa que nueve millones de argentinos y 260 millones de iberoamericanos o toda el Africa subsahariana vivan debajo de la línea de pobreza si los procedimientos electorales son salvados. Este cambio de visión del sistema político es una de las razones que explican su pérdida de legitimidad a los ojos de los ciudadanos. El sistema aparece de más en más en lo que realmente es: una mentira. Es necesario en adelante pensar la salida y no es colaborando o consensuando con él como las cosas mejorarán. Es esta la lección que uno debería sacar en Francia del fracaso de la derecha

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nacional: ella se considera un producto del sistema y de golpe ella fue absorbida por él. Uno no puede salir del sistema con los mecanismos del sistema. Del laberinto Dédalo y su hijo Icaro salieron por arriba. Evidentemente esta toma de conciencia no debe constituir un pretexto para encerrarse en la torre de marfil de la metapolítica: es necesario pensar y pensar políticamente. La metapolítica debe desembocar en la acción política y no solamente aquella de los partidos, sino más bien sobre aquella del bien común, como fin de la actividad política según la palabra del viejo Aristóteles. La filosofía, así entendida, no es otra cosa que ruptura con la opinión, en una palabra, es disenso.

Primera Parte (Metapolítica)

I- Qué es metapolítica Hace exactamente setenta años, en la Escuela Superior Alemana de Política,el filósofo Max Scheler. La mente más fértil de aquella hora, al decir deOrtega y Gasset, sostenía en su conferencia titulada El hombre en la etapade la nivelación que: " Y aunque pasen muchos años aún hasta que esta eliteincipiente, hoy todavía demasiado restringida a la crítica de la cultura,esté madura para la realidad de la vida, de manera que sea capaz también deaparecer en el espíritu de nuestra política, a fin de suplantar a losgobernantes y mantenedores de la presente conducción alemana".2

La idea que se desprende de esta cita es que el trabajo intensivo en el orden cultural es condición previa y necesaria para la toma del poder político. He aquí la primera acepción de metapolítica, como mera actividad cultural que precede a la acción política.Pocos son los que saben que este es el antecedente más lejano de la noción de metapolítica que comenzó a manejarse a partir de 1968 por un grupo cultural francés conocido como nouvelle droite.Su animador principal va a atribuir, no a Scheler sino, al marxista italiano Antonio Gramsci la paternidad de la idea al sostener explícitamente que: "Gramsci ha mostrado que la conquistadel poder político pasa por aquella del poder cultural" 3.Así pues la metapolítica en una primera acepción significa la tarea de desmitificación de la cultura dominante cuya consecuencia natural es quitarle sustento al poder político, para finalmente reemplazarlo, y para esto último hay que hacer política.Y acá surge la paradoja de la nouvelle droite, desde este punto de vista, y es que, adoptando esta primera acepción, ha querido desarrollar metapolítica sin política. Así lo afirma enfáticamente su fundador cuando sostiene: ''Donde nosotros hemos siempre situado nuestra acción es sobre un plano metapolítico o transpolítico, a la vez cultural y teórico, y es esta una vocación que no sabríamos cambiar" 4.Sobre este tema el politólogo Marco Tarchi de la Nuova Destra italiana observa que la ND no lleva a cabo ninguna acción política partidaria pues considera que los partidos políticos han sido superados en poder e iniciativa por los mega aparatos massmediáticos y que, es allí, donde esta corriente de pensamiento intenta llevar adelante la lucha. No obstante, esta acertada observación, el hecho de autolimitarse y limitar la metapolítica a una tarea cultural sin proyección política reduce a esta corriente a una especie de torre de cristal cartesiana en 2 Scheler. Max: Metafísica de la libertad, Ed. Nova, Bs.As., 1960, p. 1893 Benoist, Alain de: Orientations pour les annés décisives, Ed. La Labyrinthe, Paris, 1082, p. 124 Op.cit. ut supra, p. 11

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donde la competencia por sutilezas teóricas reemplaza, en sus cultores, al compromiso con la realidad política de su genius loci (clima, suelo y paisaje).

Una segunda significación del concepto de metapolítica la encontramos en la convergencia, sobre este tema específico, de las corrientes hermenéuticas y analíticas. La filosofía hermenéutica al tener la preocupación por la historia de los conceptos que lleva a cabo a través de la reflexión sobre el lenguaje con el rescate del "contexto" de los conceptos políticos en tanto condición indispensable para comprender, converge con la crítica analítica de los conceptos, con la diferencia que esta última tiende a la adopción de un lenguaje conceptual unívoco como el de las ciencias duras.Manfred Ridel, discípulo y continuador de Leo Strauss, afirma esta coincidencia explícitamente al sostener que: " La metapolítica exige una analítica de los conceptos en el sentido de una reflexión hermenéutica y analítica de las actuales opiniones políticas preconcebidas, que es la queha de abrir el acceso a una política sin metafísica política 5.Vemos pues, claramente, como la intención de esta línea interpretativa consiste en intentar la disección de las opiniones políticas preconcebidas a través del análisis del lenguaje político pero sin predicación de existencia, presupuesto metafísico de la filosofía analítica. Esto es, una filosofía sin metafísica.Se observa en esta segunda acepción de metapolítica una paradoja irresoluta, pues en tanto que hermenéutica sabe que toda interpretación presupone una valoración y en tanto que analítica, se autolimita al terreno exclusivamente neutral-descriptivo, con el agravante de la suspensión del juicio de valor, como consecuencia de la no predicación de existencia.Esta concepción de la metapolítica tendiente a eliminar toda metafísica política de la política no deviene otra cosa que la justificación del statu quo reinante.

Una tercera acepción de la metapolítica esta dada por lo que se denomina tradicionalismo, corriente filosófica que se ocupa del estudio de un supuesto saber primordial común a todas las civilizaciones. Este tradicionalismo que por definición es suprahistórico, en la medida enque el mito constituye el elemento primario a partir del cual se parte hacia el conocimiento de la tradición única, se diferencia de la tradición de particular de los diferentes pueblos como historia de valores a conservar y realizar. Esta última tradición hace presente el pasado para proyectarlo hacia el futuro. Mira más bien al futuro que al pasado. Tradición en el sentido usual es proyección del pasado valioso en el presente. En cambio para el tradicionalismo filosófico, cuyas figuras emblemáticas son Guenón, Schuon, Evola, Capra, Coomaraswamy, etc. la tradición es entendida en un sentido ahistórico o metahistórico.El máximo representante de esta corriente, en este tema, es el italiano Silvano Panunzio quien en su obra Metapolítica: La Roma eterna e la nuova Gerusalemme (Roma.l979) se ocupa detalladamente de los fundamentos de la metapolítica y su funcionalidad en nuestro tiempo.Sin embargo es, su continuador, el agudo pensador italo- chileno Primo Siena, quien mejor define esta significación de metapolítica cuando sostiene: ''Trascendencia y metapolítica son conceptos correlativos, por ser la metapolítica veraz expresión de una ciencia no profana y más biensagrada: ciencia que por lo tanto se eleva a la altura de arte regia y profética que penetra en el misterio escatológico de la historia entendido como proyecto providencial que abarca la vida de los hombres y de las naciones.

5 Riedel, Manfred: Metafísica y metapolítica, Ed. Alfa, Bs.As., 1976, p. 8

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Por consiguiente, la metapolítica expresa un proyecto que - por la mediación de los Cielos- los hombres rectos se esfuerzan de realizar en la tierra, oponiéndose a las fuerzas infernales que intentan resistirles 6.Se desprende de la larga cita precedente que para esta interpretación, la metapolítica es el fundamento último de la política y a la vez establece el paradigma en función del cual la política debe actuar. En definitiva, para esta línea interpretativa la metapolítica es la metafísica de la política.Hemos visto tres claras acepciones de la noción de metapolítica, en primer lugar aquella de la nouvelle droite que pretende hacer metapolítica a secas; esto es, sin política. En segundo término tenemos la postura analítico-hermenéutica que aspira a realizar metapolítica sin metafísica política. Y por último tenemos la posición del tradicionalismo esotérico que intenta hacer metapolítica como metafísica política.Ante este cuadro, forzosamente sucinto, de la polémica en torno al medular concepto de metapolítica cabe preguntarse si las posturas son contradictorias, complementarias o si, en todo caso, existe la posibilidad de ofrecer otra acepción.Existe una cierta coincidencia entre las dos primeras corrientes en cuantoa que la metapolítica es una reflexion critica acerca de los preconceptosde la politica. En tanto que la diferencia entre ambas se encuentra en larelación entre metapolítica y política. Así, mientras la nouvelle doitreniega toda relación, la analítica-hermenéutica afirma que "abre el acceso ala politica". Se da en esta comparación una coincidencia metodológica y unadisidencia de carácter funcional.

Si comparamos ahora, estas dos corrientes con la tercera, no existen nisiquiera una coincidencia de carácter metodológico, dado que eltradicionalismo no se propone un acceso metódico al sabermetapolítico, sino que se limita a proponer un paradigma metapolítico - laciudad primigenia como ciudad espiritual o civitas dei- a la actividadpolítica. Y si bien hay una cierta coincidencia con la corriente analítico-hermenéutica en cuanto a que las dos otorgan funcionalidad política a la metapolítica, ambas entran en flagrante contradicción puesto que una propugna una política sin metafísica en tanto que el tradicionalismo alienta una metafísica política.

ConclusiónSin pretender agotar el tema y al mismo tiempo evitar caer en unsincretismo acomodaticio nosotros proponemos la siguiente acepción demetapolítica.Como su nombre lo indica en griego thá methá politiká, la metapolítica esla disciplina que va más allá de la política, que la trasciende, en elsentido que busca su última razón de ser. Es una disciplina bifronte pueses filosófica y política al mismo tiempo. Es filosófica en tanto que estudiaen sus razones últimas las categorías que condicionan la acción política delos gobiernos de turno, pues "entiende la política desde las grandes ideas,la cultura de los pueblos, los mitos movilizadores de la historia" 7. Y espolítica, en cuanto busca con su saber, crear las condiciones "para6 Siena, Primo: La metapolítica y el destino superior de nuestra América románica, conferencia en III Encuentro iberoamericano de metapolítica, Viña del Mar, agosto 1995, p. 2

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suplantar a los gobernantes y mantenedores de la presente conducción",según palabras de Max Scheler.Esta pluridisciplina exige un método y este puede ser el fenomenológico-hermenéutico, realizando la epojé(puesta entre paréntesis) de lasopiniones pretéritas, preconceptuales o ideológicas, para intentar unadescripción eidética(de los rasgos esenciales) lo más objetiva posible delos "hechos mismos". Para, en un segundo momento, pasar a la interpretacióndel lenguaje político.Hasta aquí coincidiríamos en parte con la segunda corriente, perometapolítica para nosotros a contrario sensu que para ésta, no puedequedarse en el mero juicio descriptivo, sino que por su doble carácter defilosófica y política está obligada a emitir juicios de valor intentados. Yesto último, la emisión de juicio de valores, en la crítica cultural, noconformista y contra corriente al discurso massmediático del establhisment,es el mérito más significativo de la nouvelle droite.En cuanto a la tercera acepción, la tradicionalista, creemos que la mismase vincula mucho más estrechamente, tanto por su saber iniciático yesotérico como por su propuesta paradigmática, a una teología política quea una disciplina reflexiva y exotérica como la metapolítica.Además la metapolítica en cuanto disciplina, al menos bivalente, no es unpensamiento simplemente teorético sino que exige abrirse a la acciónpolítica como productora de sentido dentro del marco de pertenencia oecúmene cultural desde donde se sitúa el metapolítico.Resumiendo nuestra propuesta tenemos, una disciplina filosófica y política,que puede utilizar con provecho el método fenomenológico-hermenéutico, peroque por su carácter plurivalente está obligada a emitir juicios de valor yno solamente juicios descriptivos. Al tiempo que por su propia índole exigeel acceso a la política.

II- Metapolítica y Tradicionalismo

Este trabajo tiene su razón de ser en dos motivos: Uno, a propósito de una carta de nuestro amigo el ítalo-americano Primo Siena sobre algunos puntos en disputa acerca de lo que entendemos por metapolítica(1).Y dos, pretende dar a conocer, aux parvenus au champ des études tradicionnelles, una óptica poco conocida y mal comprendida como es el sentido de tradición para Occidente, esbozado hace ya veinticinco años por Elías de Tejada, a propósito del tradicionalismo hispánico, en un estudio excepcional en homenaje a Julius Evola(2).

Los términos tradición y tradicionalismo han sido tomados, al menos, en dos sentidos diversos. Para el denominado tradicionalismo filosófico que se nutre con autores contemporáneos tan significativos como René Guénon, Julius Evola, Frithjof Schuon, Titus Burckhardt, Ananda Coomaraswamy, Antonio Medrano y en nuestro país Vicente Biolcati, la tradición está edificada por un cúmulo de conocimientos que han constituido un saber primordial común a todas las

7 Vásquez Márquez, José A.: Encuentro de la América románica, en revista Ciudad de los Césares Nº 44, Santiago, 1996, p. 33

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civilizaciones. La elucubración sobre la sabiduría prístina es el objeto primero de esta corriente filosófica. Para ello recurre al estudio detallado de los más diversos textos sagrados o pseudosagrados de la antigüedad buscando allí rastros, testimonios o trazas acerca del saber ancestral primigenio.

Esta tradición, por principio, no está asentada en ninguna época histórica y es por ello ahistórica y de origen no-humano. Afirmamos que el tradicionalismo filosófico es ahistórico porque el objeto de su estudio, esto es el saber primordial no está ubicado en ninguna época histórica. Por lo tanto nos parece inadecuado pretender clasificarlo de metahistórico como sugiere Primo Siena. En todo caso podría decirse que este tradicionalismo es suprahistórico en la medida en que el mito constituye el elemento primario a partir del cual se parte hacia el conocimiento de la tradición única. Ella se puede encontrar en todos los pueblos. Así Evola la encontró en la India en la vía hindú del tantrismo de la mano izquierda, Guénon en el islamismo egípcio donde se rebautizó como Abdel Wahed Yahia o Coomaraswamy en los indios pieles rojas de los Estados Unidos.

La segunda acepción de tradición nos la ofrece el tradicionalismo occidental que se proyecta en Occidente bajo la forma de "tradiciones nacionales". Esta tradición no está fuera de la historia como la anterior versión sino inserta como cosa valiosa en la sangre viva de los pueblos. La tradición es acá entendida como traspaso de valores de una generación a otra. Valores que dan sentido a la existencia de nuestras naciones dentro de la historia del mundo.

Es indudable que esta tradición se nutre de una metafísica pero no ya como ciencia de los mitos en tanto que mitos sino como "ciencia del ser en tanto ser y sus atributos esenciales" según la concibiera la filosofía griega y luego, toda la philosophia perennis. Es la prótes philosophías, la filosofía primera. Porque "el problema del ser, va a decir nuestro maestro, en el sentido de la pregunta ¿ qué es el ser? es el menos natural de todos los problemas, aquel que el sentido común nunca se plantea, el que las tradiciones no occidentales jamás han barruntado ni rozado...es una pregunta eternamente aporética. Siendo ello así se concibe que el orden de la investigación para nosotros (quoad nos) sea inverso al orden del saber en sí, y que la humana filosofía no llegue nunca a identificarse con el orden que pertenecería a un saber más que humano"(4).

Y es acá, en la meditación sobre el ser en tanto ser donde brilla con luz propia lo más gradado de la inteligencia occidental. Son los metafísicos stricto sensu(4) - desde Heráclito a Heidegger - los que han des-cubierto el sentido de la alétheia del ser del ente. Este camino es el más arduo y difícil al que la humana fortaleza pueda someterse. Caracterizado por los grandes místicos como el de la noche oscura. Kant decía "es buscar un gato negro en una pieza oscura, cuando a lo mejor no existe". Nuestro Castellani hablaba de "hombres raros que pretendían conocer las causas. De estos hombres algunos los han matado, otros los han desterrado y en general han sido pobres"(5).

Distinciones: En verdad, Elías de Tejada se limita a hablar de tradicionalismo español más que hispánico. Porque este último concepto supone una extensión mayor a la atribuida por nuestro autor, cuando afirma: "Nosotros los carlistas, creemos en una tradición elaborada por nuestros mayores, no encarnada en un mito indemostrable"(6). No es necesario ser muy sagaz para percatarse que, aún cuando pudieran existir carlistas a en otras latitudes, el carlismo como conditio sine qua nom de tradicionalismo está limitado a España. Ello nos obliga a nosotros, los hispanoamericanos, a realizar también el esfuerzo de explicitar nuestra tradición. Y para ello nada mejor que seguir distinguiendo.

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El tradicionalismo español que tiene sus fuente teóricas en Juan Donoso Cortés, Juan Vázquez de Mella y más modernamente en Elías de Tejada (7), al definirse antes que nada como carlista y monárquico posee una marcada connotación política. No sólo por sus autores emblemáticos -Donoso y Mella - políticos los dos, quienes le dan el tono al tradicionalismo español sino que además en el campo de su meditación filosófica se ocupa primordialmente del "derecho natural", disciplina con una proyección política incuestionable. Por el contrario, el tradicionalismo hispanoamericano no es político sino mas bien cultural. No es ni carlista ni monárquico. Ni siquiera lo pude ser, dado que su primera manifestación política puede localizarse en los movimientos criollos de la Independencia y su oposición a la monarquía española. Pero cabe destacar que su fuente de existencia es muy anterior a la primer década del siglo XIX, nace exactamente con el abrazo colosal que se dan en la lucha y en el lecho ibéricos y americanos desde el momento en que Colón holló las playas de Guanahaní.

Para hablar con precisión nuestro tradicionalismo es metapolítico pues quiere ser la explicitación de las "figuras o arquetipos" que ha dado América. El gaucho, el montubio, el ladino, el coya, el huaso, el cholo, el llanero, el charro, el borinqueño etc. quienes siendo de genuina estirpe hispánica nos distinguen de España y Portugal. Ni tan español ni tan indio diría Bolivar.

Este tradicionalismo tiene teóricos en cada uno de nuestro países, en Argentina se destacan Sarmiento, Hernández y Lugones(8) quienes han explicitado más acabadamente la figura del gaucho y su contexto histórico-cultural. A ellos deben sumársele "los costumbristas" como Justo P.Sáenz, Martiniano Leguizamón, Miguel Etchebarne, Carlos Villafuerte y tantos otros. Lo mismo puede decirse de cada una de las veinte repúblicas y sus respectivos arquetipos que conforman esta Patria Grande que es Iberoamérica.Resumiendo entonces, sostenemos que existen al menos tres tipos de tradicionalismos: El filosófico, fundamentalmente especulativo y ahistórico; el tradicionalismo español vinculado al carlismo y la monarquía española y el traadicionalismo hispanoamericano que es metapolítico pues se funda en la explicitación de las figuras o arquetipos que ha dado América.

1.-La metapolítica es una disciplina filosófica que se ocupa a través del método fenomenológico-hermenéutico del estudio de las megacategorías que condicionan la acción política. Ver al respecto nuestro trabajo ¿Qué es metapolítica? en revista Disenso Nº13, Buenos Aires, primavera de 1997 y en revista Metapolítica Nº 6, México, abril-junio 1998.- 2.-Julius Evola desde el tradicionalismo hispanico, en revista Graal, Madrid, junio 1997.-3.- Aubenque, Pierre: Le probleme de l`etre chez Aristote, PUF, Paris, 1962, p.224.- Decimos stricto sensu porque hoy día se llama metafísico a cualquier iniciado de la new age.5.- Castellani, Leonardo: Elementos de Metafísica, Ed.Dalia, Bs.As. 1951,p.11.-6.- op.cit.pag.51.-7.- Se destacan además por sus trabajos Rafael Gambra, el estadounidense Federico Wilhelmsen y el joven investigador Miguel Ayuso. III- El katechon como idea metapolítica

El término griego κατεχον que debe castellanizarse como katechon y pronunciarse katéjon, es el participio o presente del verbo κατεχω (katécho) que significa: retener, agarrar, impedir.

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Es el apóstol San Pablo en su segunda carta a los Tesalonicenses, versículos 6 y 7, quien lo utiliza por primera vez como idea de obstáculo, de impedimento, a la venida del Anticristo.

Veinte siglos después, es el filósofo del derecho y jurista alemán Carl Schmitt(1888-1985) quien en varios trabajos suyos recupera la idea de katechon otorgándole una significación politológica.

Nuestra tarea va a ser exponer primero la versión de San Pablo y las más significativas interpretaciones, luego la del pensador de Plettenberg, para finalmente intentar, nosotros, una lectura metapolítica de la idea de katechon.

Doctrina paulina del katechonAntes de la parusía o segunda venida de Cristo tienen que suceder dos hechos:1) la gran apostasía universal y 2) la manifestación del hombre del pecado, llamado por San Juan el anticristo. Pero San Pablo agrega una cláusula para determinar más precisamente todos estos eventos, él transmite a los fieles de Tesalonia la doctrina del katechon. El texto apocalíptico completo es el siguiente:

“Hermanos, os suplicamos, por el advenimiento de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no abanonéis ligeramente vuestros sentimientos, ni os alarméis con supuestas revelaciones, con ciertos discursos o con cartas que se suponga enviadas por nosotros, como si el día del Señor estuviera ya cercano. Que nadie os engañe en manera alguna. Porque antes ha de venir la apostasía y se ha de manifestar el hombre de la iniquidad, el hijo de la perdición. El cual se opondrá y se alzará contra todo lo que se dice Dios, o es objeto de culto, hasta llegar a sentarse en el mismo templo de Dios, dando a entender que es Dios.Vosotros sabéis lo que ahora lo detiene (to katechon), de manifestarse a su tiempo. Porque el misterio de iniquidad ya está actuando. Tan solo sea quitado del medio el que ahora lo detiene ( ho katechon). Y entonces se dejará ver aquel inicuo a quien el Señor Jesús matará con el aliento de su boca y destruirá con el resplandor de su venida. Aquel inicuo que vendrá con el poder de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos. Y con todo engaño de iniquidad para los que se condenan por no haber aceptado el amor de la verdad a fin de salvarse. Por eso Dios les enviará el artificio del error que les hace creer en la mentira. Para que sean juzgados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.”(2Tes. 2, 1-12)

El contexto de la carta es el siguiente: En la Iglesia de Tesalónica habían sucedido disturbios a consecuencia de la creencia que la segunda venida de Cristo era inminente. Esta señal pertenecía parcialmente a unos malos entendidos de la 1ª. de Tesalonicenses (4:15 y sigs.) y a las maquinaciones de los impostores. Fue como una forma de remediar éstos desórdenes que San Pablo escribió su segunda epístola a los Tesalonicenses, introduciendo específicamente en los versículos 6 y 7 su doctrina del katechon como un complemento a su visión apocalíptica.

Si releemos en forma detenida el contenido de las cláusulas 6 y 7:

Vosotros sabéis lo que ahora lo detiene(to katechon) de manifestarse a su tiempo. Porque el misterio de iniquidad ya está actuando- Tan solo sea quitado del medio el que ahora lo detiene(ho katechon). Y entonces se dejará ver aquel inicuo a quien el Señor Jesús matará con el aliento de su boca y destruirá con el resplandor de su venida. VUL 2 Thes 2:6 et nunc quid detineat scitis ut reveletur in suo tempore 7 nam mysterium iam operatur iniquitatis tantum ut qui tenet nunc donec de medio fiat 8 et tunc revelabitur ille iniquus quem Dominus Iesus interficiet spiritu oris sui et destruet inlustratione adventus sui

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Vemos como aquí el apóstol nos habla de dos tipos de katechon. En el versículo 6 usa una frase con el pronombre neutro to, que traducimos por lo, y en el versículo 7 utiliza el pronombre masculino ho, que traducimos por el. Al haber utilizado San Pablo en dos versículos seguidos y continuos vocablos personales –ho- como impersonales –to- para referirse al mismo participio substantivado katechon como el obstáculo o el impedimento, muchas han sido a lo largo de la historia las hipótesis para explicar la frase. Hay opiniones para todos los gustos. Recopilemos algunas interpretaciones del katechon.

a) Para la mayoría de los autores latinos y sus traductores el principal impedimento es el Imperio Romano, con sus leyes e instituciones. San Agustín, así como gran parte de los padres de la Iglesia son de esta opinión.

b) Para el teólogo oficial de la Iglesia, Santo Tomás de Aquino, trece siglos después, también el impedimento fue el Imperio Romano, quien luego de su caída se prolongó en la Iglesia, ya que el vínculo con Roma estaba dado por la continuación de la antigua localización en el espacio: La Roma eterna unión del imperium y el sacerdotium.

c) Para los teólogos protestantes que vivieron después del siglo XVII San Pablo se refirió a personas y acontecimientos de su tiempo es así que para ellos, el impedimento son los emperadores Calígula, Tito, Nerón, Claudio.

d)Otra opinión es la del teólogo B.B.Warfield quien sugiere que “el poder que lo detiene” es la continuación del Estado Judío, luego que la apostasía judaica se completó y el cristianismo perseguido por Roma y sus emperadores, Santiago de Jerusalén es el que personifica este katechon.

e) Los teólogos Frame, Best, Grimn y Sinar consideran que la fuerza que mantiene el dominio no es otra que Satanás, cuya influencia ya está en el mundo como misterio de iniquidad.

f)Una opinión totalmente opuesta es la desarrollada por Strobel Trilling afirmando que es el propio Dios en la persona del Espíritu Santo, la fuerza que demora la parusía que los fieles de la época estaban experimentando.

g) Tenemos también la opinión de un teólogo como O.Cullman que se suma a una tradición muy extendida según la cual el obstáculo que retiene es la proclamación del evangelio a todas las naciones por los misioneros cristianos incluida la conversión de Israel.

Luego de esta colección de hipótesis acerca de la naturaleza del katechon, es casi temerario hacer una afirmación categórica, no obstante la de mayor hondura teológica es aquella que sostiene que es Dios mismo a través del Espíritu Santo quien en última instancia permite que el Anticristo se manifieste, luego de poder predicar el evangelio a todas las naciones.

En cuanto a éste último, afirma el prestigioso Dollinger en la Enciclopedia Católica, “La persona individual de Anticristo no será un demonio, como algunos de los escritores antiguos creían; tampoco será la persona del Diablo encarnado en la naturaleza humana de Anticristo. Él será una

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persona humana, tal vez de extracción judía, si la explicación de Génesis 49:17, junto con aquella de la omisión de Daniel en el catálogo de las tribus, como se encontró en el Apocalipsis, sea correcto”.El Anticristo que se sentará en el trono de Pedro y hará prodigios es denominado por San Pablo, anomos, “el sin ley”, esto último nos da pie para pasar a la teoría de Carl Schmitt.

La teoría schmittiana sobre el katechon

El concepto aparece fugazmente mencionado en las breves páginas de Historiographia in nuce: Alexis de Tocqueville en el opúsculo Ex Captivitate Salus (1946) y desarrollado luego in extenso en voluminoso trabajo sobre El Nomos de la tierra(1952), retomando finalmente el tema en Teología política II(1970).La primera observación que podemos hacer siguiendo las fechas de los trabajos es que el interés de Schmitt por el tema corresponde a su período de postguerra.Para nuestro autor las categorías con que se maneja la política moderna no son otra cosa que categorías teológicas secularizadas, en esta tesis se apoya toda su teología política, una de cuyas ideas cardinales es la de katechon.Es un concepto históricamente decisivo que desde el Imperio Romano, recorre todo el medioevo cristiano y que tiene como cadena de transmisión, para impedir el avance del mal, la lengua común del derecho romano y un sistema de orden espacio-temporal que ha practicado la ciencia jurídica europea, el ius publicum europaeum, del cual, él Carl Schmitt, se considera su último representante. Como vemos, él se asume existencialmente como un katechon, observación esta última obviada por sus comentaristas. En este sentido no hay que olvidar que él es contemporáneo de Heidegger, de Marcel, de Junger, de Le Senne, pensadores todos que adoptan vitalmente sus propios postulados filosóficos.Para Schmitt el concepto tiene una pluralidad de significados que ejemplifica con realizaciones históricas. Así, menciona como impedimentos u obstáculos:

1) Al “Imperio bizantino, que desde Constantinopla regía los vestigios romanos de Oriente, era un Imperio costero. Disponía aún de una poderosa flota y poseía un arma secreta: el llamado fuego griego. Sin embargo, estaba por completo reducido a la defensiva. Así y todo, pudo, en cuanto potencia naval, realizar algo que el Imperio de Carlomagno- pura potencia terrestre- no fue capaz de llevar a cabo; fue un auténtico dique, un katechon, empleando la voz helénica; pese a su debilidad, se sostuvo frente al Islam durante varios siglos y, merced a ello, impidió que los árabes conquistasen toda Italia, De lo contrario, hubiese sido incorporada aquella península al mundo islámico, con completo extermino de su cultura antigua y cristiana, como por entonces ocurrió con el Norte de Africa”(1)

2) A la Iglesia católica “cuyo poder político no reside en los medios económicos o militares. La Iglesia posee ese Pathos de la autoridad en toda su pureza. Es una representación personal y concreta de una personalidad concreta. Además es portadora, en la mayor escala imaginable, del espíritu jurídico y la verdadera heredera de la jurisprudencia romana. En esa capacidad que tiene para la Forma jurídica radica uno de sus secretos sociológicos. Pero tiene energía para adoptar esta Forma o cualquier otra porque tiene la fuerza de la representación. Representa la civitas humana, representa en cada momento histórico al propio Cristo personalmente”(2) y en su capacidad representativa radica su tarea de katechon, sobre todo frente a la era del pensamiento económico y la sociedad de consumo.

3) La Respublica Christiana “que enlaza el Derecho medieval de Gentes con el Imperio romano. Lo fundamental de este imperio cristiano es el hecho de que no sea un imperio eterno, sino que tenga en cuenta su propio fin y el fin del eón presente, y que a pesar de ello sea capaz de poseer fuerza histórica. El concepto decisivo de su continuidad, de gran poder histórico, es el de katechon. Imperio significa en este contexto la fuerza histórica que es capaz de detener la aparición del anticristo y el fin del eón presente, una fuerza qui tenet, según las palabras de San Pablo apóstol”(3). Destaca así mismo a los emperadores medievales Otón el Grande y Federico Barbarroja que con sus luchas han aplazado la llegada del Anticristo. Y así lo afirma explícitamente en su conferencia del 11 de mayo de 1951 en el Ateneo de Madrid, titulada La Unidad del mundo, cuando dice: “Siglos enteros de historia medieval cristiana y de su idea de Imperio se basan en la convicción de que el Imperio de un

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príncipe cristiano tiene sentido de ser precisamente un tal katechon. Magnos emperadores medievales como Otón el Grande y Federico Barbarroja, vieron la esencia histórica de su dignidad imperial en que, en su calidad de katechon,luchaban contra el Anticristo y sus aliados y aplazaban así el fin de los tiempos”(4).

Estos ejemplos, los más sobresalientes por su tarea de katechon nos muestran de manera palpable que Schmitt, como buen jurista, finca su teoría a partir del katechon como nomos=norma , como impedimento a la instauración del mal, entendido por él como anomia.Pero como eminente politólgo que fue sabe que “detrás de toda gran política hay un arcano” y este secreto es la función de la gran política como katechon. Si se prescinde de esto solo se puede hacer surgir políticamente “el cesarismo”, que es una forma de poder no cristiano, separado de una corona real, de un reino y de una misión. Este cesarismo sin misión se expresa según Schmitt en “la exclamación de los judíos antes de la crucifixión de Jesucristo: “No tenemos mas rey que el cesar”(San Juan, 19,15)(5).

El katechon como idea metapolíticaLa metapolítca, según la hemos definido en nuestros trabajos (6), es una ciencia interdisciplinaria que tiene por objeto el estudio de las grandes categorías que condicionan la acción política. Supone una crítica a la cultura dominante que después se proyecte a la realidad de la vida. Es decir, que no puede existir metapolítica sin política, lo que obliga a no pensar al ñudo sino en miras a una transformación de la realidad hodierna “para suplantar a los gobernantes y mantenedores de la presente conducción”, en palabras de Max Scheler(7).Al enigma de San Pablo acerca de nunc quid detineat (lo que ahora detiene) y qui teneat nunc (el que ahora detiene) nosotros, siguiendo en parte a Schmitt en su idea de Grossraum, sostenemos que: Ante el proceso ideológico de globalización anunciado en 1991 por el presidente Busch, padre, en el sentido de la construcción de un one world, un mundo uno, debemos propiciar la construcción de grandes espacios autocentrados y específicamente la de un gran espacio suramericano, como katechon a la “visión fundamentalista de la globalización según la cual éste es el único de los mundos posibles”(8) y su proyecto mundialista de dominación de la tierra bajo un gobierno único. Y decimos un gran espacio y no un Estado solo, porque la época del Estado-nación ya caducó, incluso la de países continente como Rusia, China, India o Brasil. Hoy la acción de un Estado aislado es irrelevante para el gobierno mundial del G8, como poder ejecutivo, el FMI como poder gerencial-financiero o de Davos, como poder deliberativo.El sentido metapolítico de la idea de katechon lo vislumbramos en la idea de gran espacio, pero no en cualquier gran espacio, sino sólo en aquel que se construya sobre un arcano. Esto es, para la realización de una gran política. Lo grande nace grande dice Heidegger, y un gran espacio suramericano tiene que nacer grande, y así comenzar por la alianza de Brasil y Argentina, los dos grandes, hasta extenderse a toda Suramérica. Para ello, poseemos una lengua franca, el portuñol, una historia común económica y cultural de expoliación y colonización cultural, un enemigo común: el anglosajón, ingleses en el siglo XIX y yanquis en el XX (9), una religión común: el cristianismo inculturizado de expresión heterodoxa. Genuinas instituciones políticas en común, más allá de la democracia liberal, como la figura del caudillo y su representación por acclamatio. Una masa poblacional hoy (2010) de 400 millones de habitantes. Cincuenta mil kilómetros de ríos navegables en el interior. Con una complementación tecnológica de cada uno de sus diez Estados-nación que parece surgida por una bendición de Dios. Y todo ello localizado en un

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espacio común de esta isla continental de casi 18 millones de km2, el doble que Europa y, también de los Estados Unidos.El segundo sentido metapolítico del katechon lo barruntamos nosotros en el hecho que Suramérica forma parte de un espacio cultural mayor que es Iberoamérica; esto es, los pueblos que van desde el Río Grande hasta Tierra del Fuego. Y este espacio tiene un singular destino escatológico que está dado por el esplendor solar de la Virgen Morena de Guadalupe, que como observa el estudioso Primo Siena: “Confirmamos que es la primera vez, en el entero curso milenario de las teofanías marianas, que la imagen de Nuestra Señora aparece encinta como lo fue en el oculto viaje hacia Belén narrado por los evangelistas, o como resulta del maravilloso cuadro solar, presentido en el Apocalipsis por el discípulo predilecto. Existe una correspondencia desde el mil seiscientos entre la Virgen guadalupana y la “Mujer vestida de Sol” del texto profético”(10).Es muy probable que sea este el arcano de la gran política para Nuestra América si pretende constituirse en un nuevo katechon: una política mariana con todo lo que ella implica.El tercer sentido metapolítico de katechon está dado en la lucha por la pertenencia a un espacio territorial determinado y la conservación del mismo expresado en la defensa de lo que Virgilio llamó genius loci, esto es suelo, clima y paisaje. Hoy el misterio de iniquidad es la idolatría hacia el monoteísmo del libre mercado, que genera el individualismo y el nihilismo social y aquello que lo detiene, quid detineat (to katechon) es la resistencia cultural, ética y espiritual que en el interior del sistema de globalización neoliberal llevan a cabo las personas, los grupos y los pueblos que quieren seguir manteniendo su identidad, su ipse, su sí mismo.Lo difícil es saber qui teneat (ho katechon), quien lo obstaculiza, y aquí sólo podemos apelar al poeta, que tiene caminos que el filósofo desconoce, cuando decía:

Se necesitaría Roosevelt, ser Dios mismo, El Riflero terrible y el fuerte Cazador, Para poder tenernos en vuestras férreas garras.Y, pues, contáis con todo; falta una cosa: Dios. (11)

1. - Schmitt, Carl: Tierra y Mar, Madrid, Estudios Políticos, 1952, pp. 19/20. -2. - Schmitt, Carl: Catolicismo y Forma política, Madrid, Tecnos, 2000, p.233. - Schmitt, Carl: El Nomos de la tierra, Madrid, Est.Const. , 1979, p.38 4. - Schmitt, Carl: La Unidad del mundo, Madrid, Ateneo, 1951, p.32.- 5. - Schmitt, Carl: El Nomos. , op.cit. p.44.-6. - Buela, Alberto: Ensayos de disenso, Barcelona, Nueva República, 1999,

p. 93 a 98. -7. - Scheler, Marx: El hombre en la etapa de la nivelación, en Metafísica de

la libertad, Bs.As. , Nova, 1960, p.189.-8. - Jaguraribe, Helio: Argentina y Brasil en la globalización, Bs.As. , FCE, 2001, p.39.-9. – Cagni, Horacio: Escritos de política mundial de Carl Schmitt, Bs.As., Heraclés, 1995, p.24.- “ El Grossraum es para Schmitt una idea basada en su invariante amigo-enemigo. La enemistad determina el gran espacio”.10.- Siena, Primo: La Virgen morena y el destino escatológico americano,

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en revista Disenso N° 10, Bs.As. , verano 1997. - 11.- Darío, Rubén: Poema a Roosevelt en Cantos de vida y esperanza (1905)

IV- La acclamatio como nueva-vieja fórmula de democracia directa

Resumen: El primer derecho político del ciudadano es ser bien representado dentro del sistema democrático, lo que se propone esta comunicación es enriquecerlo mediante el uso de la acclamatio, utilizada desde la antigüedad. Su uso reglamentado permitiría la profundización mayor y mejor de la representación democrática. Sabido es que nuestra sociedad postmoderna cuestiona todos los grandes relatos o mitos de la modernidad. Así, por ejemplo, la idea de progreso indefinido se ha mostrado como una falsa idea luego del zafarrancho de la Segunda Guerra Mundial y su rúbrica con las masacres atómicas de Hiroshima y Nagasaki, pues el desarrollo de la técnica se desvinculó de la moral. O dicho de otra forma, la técnica y la moral no se desarrollaron en forma equivalente, en forma pareja y, así, la modernidad progresó técnicamente y retrocedió en el orden moral. Por lo tanto, la idea de progreso indefinido, enunciada claramente por primera vez por el Abad de Saint Pierre, después de terminada la guerra de sucesión de España y que dominara por casi tres siglos la mentalidad europea y americana, se ha mostrado y demostrado como una falsa idea.

Otro de los grandes mitos de la modernidad ha sido la idea de democracia como forma de vida, sintetizada en la frase “con la democracia, se come, se educa y se vive”, que reemplazó a la noción de democracia como una forma de gobierno, entre otras varias, como la monarquía, la república, la tiranía, etc.La democracia entendida como forma de vida ha ido vaciando lentamente el contenido de la democracia como forma de gobierno hasta dejarla reducida a la democracia procedimental de nuestros días, en donde sólo interesa a los dirigentes políticos cumplir con el formalismo democrático, dejando de lado todo contenido de valores.La democracia procedimental vació al Estado de todo contenido ético licuando todos sus aparatos de poder y así, vía privatización de todas la empresas públicas o vía anulación de las reparticiones estatales, logró dejar de lado los tres principios que lo constituían: la idea de bien común como principio de finalidad, la idea de solidaridad como principio de integración y la idea de subsidiariedad como principio supletivo o de ayuda. Quedando así reducido a “simple regulador de los contratos jurídicos y a represor de los sectores descontentos”. No llega ni siquiera como en el antiguo capitalismo liberal, a Estado gendarme que garantizaba la seguridad de las personas y la propiedad privada. Hoy la seguridad es cosa privada y la propiedad privada está “socializada” en los countries, esos castillos modernos, sitiados por barrios paupérrimos.

El fracaso de la democracia procedimental con la consecuente crítica a los partidos políticos por ejercer la representatividad popular en forma espuria no solo porque monopolizaron dicha representatividad sino porque la bastardearon con las oligarquías partidarias, ha hecho surgir nuevas formas de representación políticas, en Argentina hoy, los piqueteros que cortan las rutas, los caceroleros que manifiestan ante los bancos y el Congreso nacional, los desocupados que viven en los lugares públicos, los sin tierra en Brasil, los truequistas que se manejan sin dinero

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porque no hay, toda la sociedad civil argentina fue estafada por los bancos y el gobierno de De la Rúa-Cavallo y confirmada por sus continuadores.

Ahora bien, cual es el mecanismo por el cual estas nuevas representatividades eligen a sus autoridades. La vieja acclamatio. La voluntad pública del pueblo se expresa por aclamación popular, como consentimiento de los gobernados. Dado que el pueblo existe sólo en lo público cuanto más fuerte es el sentimiento democrático tanto más seguro que la democracia es otra cosa distinta a la ecuación liberal de “ un hombre = un voto”.

La democracia se torna así directa y zafa del aparato estadístico y cuantitativo del recuento de votos y las empresas de sondeos, para expresarse lisa y llanamente por aclamación popular. Se elimina así toda mediación entre el pueblo y sus representantes. Estos son elegidos directa y espontáneamente por aquellos. Recordemos aquí el discurso del éforo Stenelaidasa a favor de la guerra que nos relata Tucídides: “El dijo que no podía determinar cuál fue la aclamación más fuerte - su modo de decisión es por aclamación y no por votación -“(1). En América tenemos, entre otras, la aclamación de Irala por sus huestes como gobernador de Asunción en 1544; en Brasil la de Amador Bueno en 1651 como rey de los paulistas. La aclamación de Perón como conductor de los argentinos por el pueblo reunido en la Plaza de Mayo, el 17 de octubre de l945.Existe además la forma negativa de acclamatio, que podemos traducir por abucheo, que es lo que evitan los políticos profesionales cuando esquivan ir a los lugares públicos- canchas de fútbol, teatros- refugiándose sólo en la legitimidad estadística del escrutinio que in illo tempore los llevó al poder pero que ya no pueden sustentar. Los miembros del G8 son maestros consumados en este saber esquivar el abucheo multitudinario de las grandes ciudades, replegándose cada vez a lugares más remotos y aislados.

Esta institución de la acclamatio utilizada durante 1500 años en la proclamación popular de los reyes desde Roma hasta finales de la edad media (2) ha sido recuperada en este comienzo del tercer milenio. Pero, y aquí viene la paradoja, ha sido recuperada, desde las sociedades periféricas sometidas al “totalitarismo democrático” de aquellos que se apropiaron de los partidos políticos, los aparatos culturales, los mass media y las empresas comerciales y bancarias. ¿Y por quiénes recuperada? Por los miembros de la sociedad civil que se han dado espontáneamente una organización popular, eligiendo a sus autoridades por aclamación y no por sufragio. Algo de esto perduraba en las elecciones gremiales que casi siempre son precedidas por una asamblea de delegados en donde se vota por aclamación a los candidatos. La acclamatio es en los sindicatos la condición previa de la elección formal de autoridades. Es digno de tener en cuenta esto, para que se pueda apreciar que las instituciones no dan saltos, se desarrollan y se despliegan en el tiempo regularmente. Así, es lógico que estas nuevas organizaciones, que se está dando la sociedad civil comiencen naturalmente por la acclamatio, dado que aún no se ha producido el extrañamiento de su índole en el aparato legal-formal que modifica la forma de elegir sus representantes.

La crisis de representatividad de la sociedad postmoderna es de tal magnitud que sería provechoso que los jurisconsultos a cargo de la modificación de los sistemas de elección tuvieran en cuenta la incorporación de la acclamatio como un complemento necesario al régimen del sufragio.

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Ellos comprenderían así, la proposición filosófica que sostiene que la solución a los problemas de la modernidad no los ofrece ni una modernidad más avanzada ni una postmodernidad débil y desengañada sino un postmodernidad fuerte que hunda sus raíces en una premodernidad vital y generosa. O en otros términos, para ser auténticamente postmoderno hay que ser genuinamente premoderno. La restauración de la acclamatio nueva-vieja fórmula de elección es una muestra de ello.

1.- Tucídides: La guerra del Peloponeso, libro I, cap.II, parágrafo 87.-

2.-Conocemos un estudio interesante sobre la institución de la acclamatio, aquel de Ernst Kantorowicz: Laudes Regiae,(A study in liturgical acclamations and medieval rule worship),Univ.California Press, Los Angeles, 1946, en donde el autor va historiando el uso litúrgico de la aclamación para terminar en el capítulo VII reseñando el uso político en los tiempos modernos de la acclamatio. Sin embargo Kantorowicz , correcto en la descripción del asunto, se equivoca en la interpretación, o mejor aún forma parte del pensamiento políticamente correcto al limitar la acclamatio a los regímenes autoritarios “Political acclamations have been resuscitated systematically in the authoritarian countries”(p.185). Dejando de valorar el aspecto de la participación popular en el ejercicio de una democracia directa, tan necesaria para liberar tensiones insatisfechas, cuando las democracias procedimentales fracasan con sus mecanismos representativos.

Desde el punto de vista politológico cabe recordar dos trabajos que sin ocuparse específicamente de la aclamación, nos hablan de ella. Uno, aquel de Carl Schmitt Sobre el Parlamentarismo en donde a propósito de su crítica a la ley electoral de Reich alemán, que adoptó las máximas liberales según las cuales el pueblo solo puede expresar su voluntad a través de cada ciudadano por sí mismo “sin ser observado”, olvidando afirma Schmitt que “ El Pueblo es un concepto perteneciente al derecho público. La opinión unánime de cien millones de particulares no es ni la voluntad del pueblo ni la opinión pública. Cabe expresar la voluntad del pueblo mediante la aclamación- mediante acclamatio- , mediante su existencia obvia incontestada, igual de bien y de forma aún más democrática que mediante un aparato estadístico, elaborado desde hace medio siglo con esmerada meticulosidad”(p.22). Otro es la de Norberto Ceresole Caudillo, ejercito, pueblo, quien siguiendo a Schmitt va a recuperar el valor positivo de la aclamación popular para aplicarlo al caso de Hugo Chávez en Venezuela.

V-Democracia y Movilización

El orden liberal-conservador que rige a partir del derrumbe de la bipolaridad capitalismo vs.comunismo con la implosión de este ultimo en 1991 ha establecido, aparentemente, un mundo unipolar bajo la égida de los ideales liberales en economía y conservadores en política.

El peronismo que como movimiento político no es ni liberal ni conservador se ha transformado como partido político en un partido de "oportunistas" que a destajo de los ideales movimientistas y contestatarios de la corriente creada por Juan Perón, se sumo al orden liberal-conservador a partir de 1989 con la asunción de Menem al poder. Y hoy con Kirchner en el poder, más allá de sus declaraciones en sentido contrario, sigue jugando el mismo papel convalidando el orden propuesto por el gobierno de los Estados Unidos y su proyecto mundialista del one world. (su lamentable discurso ante la Asamblea de Naciones Unidas(octubre 2007)enfeudando explícitamente la política interior y exterior de Argentina al eje Estados Unidos-Israel nos exime de todo comentario).

Sin embargo, a pesar de la hegemonía que presenta el proyecto mundialista las respuestas se multiplican y ello no sólo porque el estado de injusticia social es flagrante sino, sobretodo, porque el modelo hegemónico liberal-conservador no respeta las diferencias. Y como, guste o no,

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en Argentina la diferencia política en el orden nacional e internacional la establece el peronismo como movimiento mayoritario de masas, se desprende de suyo que no puede existir política nacional viable con la exclusión del movimiento peronista. Todo pacto, todo conciliábulo que se haga a espaldas de este gran movimiento de masas afecta a la gobernabilidad política del Estado y torna inverosímil su realización. Y es esta capacidad de movilización popular la que entró a jugar a partir del 19 y 20 de diciembre 2001, derrocando al gobierno de la Alianza con la manifestación en la Plaza de Mayo, pero que terminó engullida por el sistema al carecer de una conducción estratégica. Y si hoy aún perdura en múltiples y variadas organizaciones sociales, aun no encausadas ni institucionalizadas es porque nuestros representantes sigue insistiendo en no representarnos adecuadamente.

Una de las categorías permanentes de análisis de la metapolítica es la de "colonización cultural a través de los mass media", otra la de "movilización total". Y es en esta ultima que deseamos detenernos a fin de ofrecer una cierta salida a la tenaza ideológico-polìtica que nos ofrece la conjunción de modelo hegemónico y mass media.

El concepto de movilización popular, masiva o total tan caro a la naturaleza del peronismo es lo que heredamos del 17 de octubre de l945 como contenido ideológico insustituible de nuestra practica política. Así el peronismo subspecie socialcristiana(la renovación ) de los años 80 fracasó: ni la democracia cristiana le creyó que era democrático. El peronismo light , versión liberal, de los 90 fracasó, porque no pudo hacer frente a la avalancha mediática que le decía cómo tenia que ser, para admitirlo "democrático".

Lo que hay que afirmar una y otra vez, es que el peronismo, Perón y Evita, manejaban otro sentido de democracia diferente a la versión demoliberal -conservadora. No olvidemos aquella observación de Perón cuando afirmo ese memorable 17 de octubre de 1945: "Esta es la verdadera fiesta de la democracia, representada por un pueblo que marcha a pie durante horas para llegar a pedir a sus funcionarios que cumplan con el deber de respetar sus auténticos derechos".

El pueblo movilizado realiza eo ipso y sin intermediarios ni representantes la gestión democrática por antonomasia: hacer saber, por acclamatio, a sus gobernantes que es lo que quiere. Esta democracia por aclamación no la resiste nadie. Y así como Menem no podía ir a la cancha de su amado equipo de River, de la misma manera cualquier dirigente político, hoy no pasa la prueba de fuego de hablar en una cancha de fútbol sin recibir un abucheo, esto es, una acclamatio a la inversa.

Este concepto de "movilización total" fue estudiado bajo otras características por Ernst Jünger en su época del realismo heroico, así como por el Gral. De Gaulle en sus meditaciones sobre la guerra. Por el contrario, Perón descarta el aspecto bélico de la movilización y le otorga una dimensión y significación política como pueblo en marcha que crea en los gobernantes las condiciones para la decisión justa.Esto último, y no otro, explica el sentido profundo de la movilización para el justicialismo: la creación en los gobernantes de las condiciones para la decisión justa.

Estamos viviendo en carne propia en un régimen totalitario "a la occidental" también llamado "totalitarismo democrático" , dentro del cual la mayoría y la oposición no disienten más que en puntos secundarios pero forman parte de la misma ideología que tiene como dios monoteísta: Al libre mercado.Y frente al sistema como sostiene Guillaume Faye, hay que presentarse como un verdadero enemigo y no como un falso aliado.

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Debemos dejar de hacer marketing político - buscando votos con hermosas fotos “a la Kennedy”- para volver a la política como ciencia fundadora de un proyecto nacional plausible. Y sin esto, sin proyecto nacional no hay política nacional posible, hay sólo politiquería electoralista. En estos días que estamos de elecciones, sedicentes ideólogos progresistas, como el sobrino de Jauretche, sostienen a raja tabla que: en última instancia la batalla política es siempre social. Este reduccionismo de la política sólo a lo social le hace el juego al enemigo (los poderes indirectos, la alta finanza, las multinacionales, en definitiva, el imperialismo) porque lo que no quiere el enemigo es que “nuestra política local, argentina y suramericana, se dé un proyecto nacional y regional autónomo”. Esta es la madre del borrego. Es un error gravísimo que desde el peronismo, dicho revolucionario, se reduzca la política a lo social. Es el mismo error, mutatis mutandi, que cometieron los cristianos de base allá por los años del Vaticano II, que primero había que darle de comer a los pobres y luego predicarles la palabra de Dios. Olvidando que no sólo de pan vive el hombre. Y al final terminaron ni dándoles de comer a los pobres ni predicándoles la palabra. Le hicieron el juego a la izquierda internacionalista y la Iglesia se quedó sin gran parte de su clientela. La política es la gran generadora de fines de la actividad humana en sociedad y si la bastardeamos en un reduccionismo social terminamos quitándole su poder de transformación (social, económico, cultural) e incluso político, porque es la única disciplina que se puede transformar a sí misma. Por ser ella la que maneja los fines últimos y superiores (los de las otras disciplinas le están subordinados). Será por eso que afirmó el viejo Aristóteles que “de los hombres que no llegan a filósofos, la actividad más elevada es la política”.

VI- Sobre el Popularismo o Populismo

La politología, una escisión relativamente reciente de la filosofía, ha considerado históricamente al populismo en forma peyorativa. Ya sea otorgándole una connotación negativa, caracterizándolo como una patología política en opinión de Leo Straus o como el enfant perdu(1) de la ciencia política. Se lo ha venido estudiando en forma vergonzante por aquellos que lo han hecho. La más renombrada estudiosa del tema, la inglesa Margaret Canovan sostiene que: “el término populismo se usa comúnmente a modo de diagnóstico de una enfermedad”(2)

El término populismo encierra una polisemia de difícil acceso para los politólogos que por formación y disciplina carecen de los medios suficientes para elucidarla(3). De modo tal que la mayoría de los tratadistas se ocupan de descripciones más o menos sutiles según su capacidad personal. Pero todo ello no va más allá de una sumatoria de características que no llegan a la esencia del fenómeno. Cuenta mucho en cada uno de ellos su experiencia personal y su conformación ideológica. Así, por ejemplo, el diccionario de política más reciente editado en Brasil lo define: Designación que se da a la política puesta en práctica en sentido demagógico especialmente por presidentes y líderes políticos de Sudamérica, los cuales con un aura carismática se presentan como defensores del pueblo. Cumple destacar como ejemplo típico Perón en la Argentina, vinculando a los intereses populares reivindicaciones nacionalistas(4). Definir el populismo a través de la demagogia es, no sólo un error de método, sino una posición política vinculada al universo liberal-socialista clásico.

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Los tratados de historia de la ciencia política, multiplicados al por mayor en las últimas décadas anuncian en este ítem, acríticamente, una y otra vez una seguidilla de regímenes al que adscriben el carácter de populistas, habiendo entre ellos, diferencias sustanciales. Así van juntos, los movimientos del siglo XIX, tanto el agrario radical de los Estados Unidos como el intelectual de los narodnichevsto de Rusia. La democracia directa Suiza. Getulio Vargas(1895-1974) y su Estado Novo en Brasil. Perón (1895-1974) y su Comunidad Organizada para Argentina. Gamal Nasser en Egipto. El general Boulanger y luego el mouvement Poujade en Francia. Más próximamente George Wallace en USA y Solidarnosc en Polonia. Nos preguntamos:¿ Todo esto junto, involucrado en un solo concepto, sino es un aquelarre....no se parece bastante?.

Pero, ¿Qué ha sucedido últimamente para que la gran mayoría de las revistas sobre ciencia política se ocupen asiduamente del populismo?. En nuestra opinión, éste dejó de ser un fenómeno propio de las naciones periféricas como lo fue en los años posteriores a la segunda guerra mundial para transformarse en un fenómeno europeo. Así la Lega Nord de Humberto Bossi en Italia; el Partido rural de Veikko Vennamo en Finlandia; el Font Nacionale de J.M.Le Pen en Francia; en Bélgica el movimiento flamenco de Vlaams Blok; el suceso de Haider en Austria; el Fremskrittsparti en Dinamarca, Suecia y en Noruega; la Deutsche Volksunion en Alemania; el movimiento socialista panhelénico en Grecia, la Unión Democrática en Suiza son algunos de los movimientos caracterizados como “populistas”por los analistas políticos, siguiendo a los académicos de turno.

La instalación política del populismo en Europa estos últimos años ha obligado a los teóricos a repensar la categoría de populismo con la intención de liberarla de la connotación peyorativa que le otorgaran ellos mismos otrora cuando el fenómeno del populismo se manifestaba en los países periféricos o del tercer mundo, como fueron los casos de Perón, Vargas o Nasser.

Es muy difícil levantar la demonización de una categoría política luego de cincuenta años de ser utilizada en un sentido denigrante y peyorativo. Es por ello que proponemos utilizar un neologismo como popularismo para caracterizar los fenómenos políticos populares.

Rasgos del Popularismo

Estos movimientos consideran al pueblo como: a)fuente principal de inspiración b) término constante de referencia y c) depositario exclusivo de valores positivos.El pueblo como fuerza regeneradora es el mito más funcional para la lucha por el poder político.

El popularismo excluye la lucha de clases y es fuertemente conciliador. Para él la división no se da entre burgueses contra proletarios sino entre pueblo vs. antipueblo.(ej. descamisados vs. oligarquía en Argentina).

Su discurso es, entonces, antielitista y canaliza la protesta en el seno de la opinión pública en forma de interpelación a los poderes públicos y al discurso dominante.Su práctica política radica en la movilización de grandes masas que expresan más que un discurso reflexivo, un estado de ánimo. Las multitudinarias concentraciones son el locus del discurso popularista. Los muros y paredes de las ciudades aún no han sido reemplazado por los mass media como vehículo de expresión escrita del discurso interpelativo del popularismo-

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Finalmente su vinculación emocional en torno a un líder carismático que en una especie de democracia directa interpreta el sentir de ese pueblo. Conciliación de clases, discurso interpelativo, movilización popular y líder carismático son los rasgos esenciales del popularismo.

Existe una diferencia sustancial entre los movimientos populares periféricos y los de los países centrales. Estos últimos tienen una tendencia racista ostensible para expulsar de sí a todo aquello que no es verdadero pueblo en tanto que en los países subdesarrollados o dependientes existe en ellos una tendencia a la fusión étnica de los elementos marginales. Acá el pueblo es un modo de ser abierto en tanto que en los países centrales es cerrado. Hoy, el horror al inmigrante es el ejemplo más evidente.Los popularismos tienen una exigencia fundamental de arraigo o pertenencia a una nación o región determinada, ello hace que por su propia naturaleza se opongan siempre a todo internacionalismo, manifestado hoy bajo el nombre de globalización.

El ejercicio político del plebiscito a través de esa especie de democracia directa que es la movilización popular convocada por un líder carismático con un discurso de protesta al discurso oficial elaborado a partir de lo políticamente correcto, mete en contradicción a los politólogos demócratas que ante la crisis de representatividad política buscan nuevas fórmulas para la alicaída democracia liberal. Pues esto teóricos bien intencionados comprenden, a ojos vista, que son los movimientos populares quienes ejercen la verdadera democracia: aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y no tiene otro interés más que el del pueblo mismo.Esta contradicción no se puede zanjar con libros ni papers eruditos, se soluciona legalizando lo que legítimamente los pueblos vienen haciendo en busca de su más genuina representación. Y esto supone una “revolución legal” que ningún gobierno occidental, hoy por hoy, está dispuesto a realizar.

1.-Bosc,René: Un enfant perdu de la science politique: le populisme, en “Projet” N°96, junio 1975, pp.627-638.-2.-Canovan, Margaret: Populism, Hartcourt Jovanovich, Nueva York-Londres, 1981, p.300.-3.- Un hombre lúcido como Enrique Oliva se pregunta un tanto ingenuamente ¿Quién, y de mala fe, inventó la palabra populismo como una categoría política criticable, algo relativo a demagogia, autoritarismo,antidemocrático o envilecimiento de masas?. Y la respuesta es: Los centros de producción de sentido, que son quienes manejan las significaciones y hermenéutica de lo que sucede en el mundo. Ellos son la matriz del pensamiento único y políticamente correcto que fundamenta el totalitarismo democrático en que vivimos. 4.-Galvao de Souza et Alia: Dicionário de Política, T.A.Queiroz Editor, Sao Paulo, 1998, p.427

VII- Rasgos de la partidocracia

Nuestra crítica a al sistema de partidos políticos tal como se da en el estado demoliberal no encierra una crítica subrepticia a la democracia sino a la degeneración que de ésta última realizan los partidos cuando monopolizan la vida política usufructuando del Estado para su propio beneficio.La partitocracia o partidocracia tal como hoy se da en los regímenes republicanos o monárquicos constitucionales implica, con la aparición del gobierno por parte de los partidos, una degeneración de los rasgos característicos del régimen parlamentario.

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El pensador español Gonzalo Fernández de la Mora la define como “aquella forma de oligarquía arbitrada en que los partidos políticos monopolizan la representación”(La Partitocracia, Madrid, 1977, p.154)El partido político es el que concentra el poder. Es el actor principal y exclusivo de sistema democrático. El Estado es regido no por sí mismo sino por los partidos políticos. El parlamento es un congreso de partidos en donde el diputado o senador ha de votar, no según sus principios y convicciones personales, sino por lo que ordena el partido en que milita. Las bancas son del partido.Los representantes electos, no lo son más del pueblo que los votó, sino de los partidos que los incluyó en una lista hermética y sólo accesible a la oligarquía partidaria.En cuanto a las fuentes de financiación propias como las cuotas de afiliados no alcanza para nada, de modo tal que las fuentes reales de los partidos políticos se encuentran en primer lugar en los recursos económicos y financieros que les facilitan los poderosos, los que a su vez, le pasarán la factura de lo prestado cuando los partidos accedan al poder, lo que genera la primera y fundamental corrupción.El argumento preferido de los defensores de la partidocracia demoliberal es el de la ingobernabilidad. Según este argumento el gobierno (el ejecutivo) necesita de un control partitocrático del parlamento para evitar la anarquía que produciría un congreso con representación unipersonal de los legisladores y no lo deje gobernar.El creador del término partitocracia o partidocracia fue el politólogo italiano José Maranini(1902-1969) en un trabajo Mitos y realidad de la democracia en el año 1949, preocupado por el avance del poder de los partidos en Italia de postguerra, que provocaba la desvirtuación de la democracia parlamentaria. “El diputado no debe escuchar al elector, sino al partido...El parlamento como órgano soberano y unitario para la articulación entre la mayoría y la oposición no existe más. Existen sólo los grupos con el mandato imperativo de las cúpulas partidarias. La representación de los de los intereses de los electores fue sustituida por la llamada representación política. Con el escrutinio proporcional el gobierno se convierte en rehén del parlamento que a su vez está controlado por los partidos políticos. En definitiva, sostiene Maranini, la partidocracia es hija directa del proporcionalismo y del rechazo de la regla mayoritaria para dirimir el conflicto político. La partidocracia es la negación de la regla de la mayoría.

Conclusión:La solución a la partidocracia dentro del sistema democrático se puede realizar bajo dos modalidades: a)Con la reinstauración de la ley de la mayoría, según vimos, o b)Reduciendo la prepotencia de los partidos políticos de base territorial, buscando también una representación de base profesional en el parlamento. Hay que recordar que este último camino es el propuesto por el gran teórico del Estado moderno, el filósofo alemán G.Hegel cuando en su obra Principios de la filosofía del Derecho(1831) sostiene: “Los diputados no deben ser representantes de los individuos sino representantes de cada una de las esferas esenciales de la sociedad...con lo cual se evita que simplemente uno(el representante) esté simplemente en el lugar del otro(el representado)sino que el interés mismo está efectivamente presente en los diputados representantes”(parágrafo 311).Nuestros hombres públicos, políticos o no, deben de asumir de una vez por todas y con total seriedad esta modificación o reforma del sistema electoral y romper así con el círculo perverso de la hermenéutica liberal que reserva la representatividad política, sólo al partido político.

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VIII- Reinstauración de la solidaridad ante el capitalismo sin comunidad

Hoy estamos comprobando en la realidad que las formas políticas tanto del demoliberalismo como del socialismo real no pudieron encontrar la fórmula al enigma fundamental del siglo XX. Ambas corrientes intentaron institucionalizar el cambio social , pero fracasaron al no poder armonizarlo al pluriverso de valores que constituyen las diferentes ecúmenes que conforman el mundo. Estos dos elementos – cambio y armonía- son imprescindibles para una normal convivencia de los seres humanos.

De entre estos valores fundamentales para la sana convivencia la solidaridad es uno de los más significativos y el primero que debe ser reinstaurado ante el feroz ataque del capitalismo salvaje de corte neoliberal del fin de milenio.

La crisis de los vínculos comunitarios está marcada por el reemplazo de la totalidad (visión holística del hombre, el mundo y sus problemas) por la fragmentación, pasamos así de las certezas a la incertidumbre en el conocer, del encanto (sentido prístino de mundus) al desencanto en el vivir.

La primera aproximación correcta a todo problema es averiguar y establecer el significado preciso de lo que se habla. Es la llamada aproximación etimológica, que para solidaridad nos dice que proviene de solidum que significa adherido a otro. Así, sinónimos como apoyo, unión, barruntan qué queremos decir.

La solidaridad tiene distintos niveles de aplicación, sea en el orden personal que se da en el auxilio caritativo o amical. En el orden comunitario con la ayuda que brindan las diferentes organizaciones intermedias. En el orden nacional donde la solidaridad se manifiesta en el poder integrador de los Estados. Y en ámbito internacional se da en el auxilio de instituciones humanitarias que llevan su socorro a los lugares afectados y sin recursos. Quebrada la solidaridad internacional, hoy en día se cuentan por millones los famélicos, los enfermos sin atención, los desplazados involuntarios, y por miles de millones los carecientes de todo tipo( de trabajo, vivienda, salud, educación. justicia, en definitiva.)

Quedó vaciado de contenido el Estado-Nación porque su finalidad era la promoción del bien común para lo que se apoyaba en dos principios fundamentales: el de subsidiariedad por el cual ayudaba a realizar aquello que las solas fuerzas de la sociedad civil no podían llevar a cabo y el principio de solidaridad por el cual unía a todas las fuerzas de la nación en pos de la felicidad del pueblo.Desaparecidos estos dos niveles de aplicación de la asistencia social por parte del Estado, nuevamente, se le plantea a la comunidad la tarea de restañar este principio.

Es interesante notar que esto ya ocurrió en otra ocasión, cuando como consecuencia de la Revolución francesa de 1789 la ley de Le Chapelier de 1791 que prohibió todo tipo de asociación gremial, dicha ley fue anulada en l864. Duró solo setenta años porque contrariaba un fenómeno

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natural de la vida comunitaria como lo es el de la solidaridad profesional representada por los gremios.En las ciencias sociales el primero en darse cuenta y en redescubrir la necesidad de reinstalar la idea de comunidad para la mejor convivencia fue Ferdinand Tönnies en su clásica publicación Sociedad y comunidad en 1887. Le siguieron luego aunque por otros carriles y provenientes de tradiciones culturales diferentes Emile Durkeim, Max Weber, Georg Simmel.Hoy se plantea de nuevo esta tarea, pero bajo circunstancias distintas y mucho más agravadas. Convergen en la creación del desamparo del hombre finisecular varios factores que vale la pena enumerar:

a) La puesta en marcha del modelo político del one world lanzado por George Bush en l991 ante el Parlamento de los Estados Unidos.

b) La creación de un supermercado de libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego (ALCA) en vigencia a partir del 2005. Propuesta que fracasó por la oposición mancomunada de los países de la América del Sur

c) El desarrollo exponencial de la informática de aplicación práctica en los medios masivos de comunicación- su mensaje es lo políticamente correcto- y en las finanzas – con su creación del dinero virtual y el capitalismo casino-.

d) La disolución de los Estados nacionales con la pérdida de su poder ante la licuación del concepto de soberanía.

e) La crisis de representatividad de los partidos políticos convertidos en coto de caza - empleos, prebendas y canonjías - de los oligarquías partidarias -.

f) Pérdida de poder gremial, por desprestigio social y disminución masiva de afiliados ante la creciente desocupación estructural.

g) Obliteración de los ideales superiores de heroísmo, santidad y sabiduría por los ideales materiales mezquinos y egoístas de comodidad, usufructo y deleite individual.

La comunidad, o mejor dicho, las comunidades, es decir, aquellos conjuntos de hombres que no sólo comparten leyes, lenguas y creencias sino también valores y vivencias históricas –luchas por ser en el mundo- tienen que responder, y de hecho lo están haciendo, punto por punto a cada uno de estos y otros ítems, a fin de dar respuestas totalizadoras, holísticas se dice hoy, respecto del hombre, el mundo y sus problemas.

Son las instituciones que la comunidad ha ido creando espontáneamente las que hoy responden, incluso a pesar de ellas, a las necesidades que el Estado privatizado ha dejado sin resolver. Son las que, de alguna manera, conservan y restañan el tejido social desgarrado en mil pedazos por la privatización del gobierno y la política. Privatización que se explica, porque los gobiernos y los partidos políticos han travestido su finalidad y trabajan para los intereses de los lobbies , sea ejecutando políticas , sea sancionando leyes contrarias al bien común general del pueblo que los llevó al poder.

Reinstalar la solidaridad en el seno de la comunidad es el primero y más eficaz de los remedios a la cretinización de la vida pública y ello sólo es posible con la reiteración habitual de actos solidarios hasta crear una segunda naturaleza en el hombre descastado de la sociedad postmoderna. Y si no podemos llegar, en una sociedad secularizada como la nuestra, hasta el otro como prójimo, conformémonos con llegar al otro como próximo, que no es poco.

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IX- La comunidad como respuesta

Asistimos hoy desde la filosofía al desprestigio de la visión moderna del hombre, el mundo y sus problemas. Técnicamente, a la quiebra de los relatos de la modernidad. A manera de ejemplo, pongamos tres: 1) La idea de progreso indefinido. 2) La idea del poder omnímodo de la razón. 3) La idea de la representación política de la democracia liberal. Todas estas ideas han sido negadas o contradecidas por la realidad, que como afirmara el filósofo Jaime Balmes hace ya un siglo y medio y el Gral. Perón hace cincuenta años, es la verdad. Pues por definición: “la verdad es la realidad de la cosa”.Así, el progreso indefinido tuvo su mentís con la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial, donde el desarrollo de la técnica que había comenzado con el robo del fuego a Zeus por parte de Prometeo, en lugar de terminar con la liberación del hombre, terminó en Hiroshima y Nagasaki con la muerte en masa del hombre. Y siguió posteriormente hasta sumar 100 millones de muertos a manos del “humanismo comunista”.Por su parte, el poder omnímodo de la razón se vio cuestionado por la manipulación devastadora que el hombre ha hecho de la naturaleza. Sus efectos son las grandes crisis ecológicas: incendios interminables, desertificación de grandes espacios, derrames incontenibles de petróleo, el recalentamiento de la tierra, el agujero de ozono, el manoseo genético de plantas, animales y hombres, todos ellos, efectos irracionales de causas fundadas en la razón.Finalmente, la crisis de representación política de la democracia liberal que desde principios de siglo ha volteado gobiernos legítimos, por ejemplo el golpe del 55, para instalar el régimen liberal como panacea; la historia se encargó de mostrarnos su fracaso. Sus efectos son la falsa representación a través de las oligarquías partidarias. Los ejemplos son infinitos. Se afirma, gratuitamente, que la condición es que un gobierno democrático sea reemplazado por otro gobierno democrático. Venezuela cumplió con ese requisito durante medio siglo: La democracia cristiana y la socialdemocracia se reemplazaron mutuamente durante 50 años y su consecuencia fue el “Caracazo” con miles de muertos en las calles de Caracas y el rechazo del pueblo venezolano a la representación política demoliberal con la aceptación del Coronel Chávez. Queda claro que la cuestión no es la formalidad democrática sino los contenidos de justicia y bien común que deben guiar a sus gobiernos. Dicho sea de paso, el escándalo que rodeó la gestión del ex gobierno Kohl en Alemania, demuestra que incluso en los más avanzados países democráticos se manifiesta la crisis de la partidocracia.Ahora bien, la crisis de representatividad política, no se manifiesta sólo en la crítica a las listas sábanas, a las oligarquías partidarias que pasan de un puesto a otro sin solución de continuidad, - un vicepresidente pasa a ser gobernador, un secretario de estado, asesor, un asesor diputado y un diputado asesor- la crisis de representatividad se manifiesta a dos puntas; en la indiferencia popular hacia la partidocracia y en el desinterés cada vez mayor de los mejores de nuestra sociedad en participar de la política.A esta crisis del Estado-Nación, tanto de representatividad como de poder -incapacidad de respuesta a las situaciones de injusticia y menor velocidad de reacción que muchas multinacionales - la respuesta que se está intentando en el mundo, con cierta intensidad desde hace una década, es el reforzamiento de la comunidad (rechazamos la idea de sociedad civil).

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Es la reconstrucción del entramado social que permita el hombre su participación como productor, obrero, militar, sacerdote, científico o filósofo, y no simplemente, la representación “un hombre un voto” privilegiada por la concepción demoliberal.Este reforzamiento de la comunidad se viene intentando desde dos variantes: 1) la multiplicación de ONGs en todos los ámbitos del quehacer societario (dejamos para otra ocasión hablar de “estas falsas conciencias”) y 2) el surgimiento de distintos “comunitarismos”, el estadounidense, el europeo, el de las nuevas tribus, etc., que buscan la solución a nivel local, municipal o barrial.Existe en nuestra opinión una tercera variante que es el “comunitarismo político”, que ya fuera enunciado por el justicialismo y que exige que las organizaciones intermedias sean entendidas como organizaciones libres del pueblo y se arroguen y exijan la representatividad no sólo social sino política. Pensar el cómo es tarea de todos.

X- ¿Hacia un nuevo contrato social? Exordio para arquitectos

Los arquitectos actuales son los profesionales más cercanos a los filósofos y ello por tres motivos:

1.- Comparten con los grandes filósofos, como Leibniz, Descartes o Aristóteles, un saber holístico o totalizante, pues tienen un doble acceso a las fuentes de su saber. Uno a través de la ciencia, en donde se preguntan por la naturaleza del número y la medida. Y otro, a través del arte en donde se preguntan por lo bello. El objeto propio de su profesión requiere de ambos.2.- Comparten con los filósofos que todo el mundo se cree con derecho a opinar sobre el objeto de su profesión. Sobre todo aquellos que tienen dinero y quieren hacer una casa.3.- Son como los filósofos desocupados en una sociedad de consumo y utilitaria, quedando de lado como líricos o soñadores.

En este panel luego de la disertación de un economista y un sociólogo me toca a mi encarar el tema desde la filosofía.

Orígenes de la idea

El primer filósofo que modernamente trabaja la idea de contrato social es el pensador inglés Thomas Hobbes(1578-1679) quien en su libro Leviatán o sobre el Estado va a sostener que el hombre es malo por naturaleza homo homini lupus, (guerra de todos contra todos) y que para no acabar destruyéndose a sí mismo tiene necesidad de un contrato social que da origen al artificio del Estado que le brinda seguridad y paz. Para Hobbes pues, el hombre es insociable por naturaleza pero tiene que hacerse sociable por necesidad o mejor aún por miedo.

Y así comienza el Leviatán: “La naturaleza es imitada por el Arte...y mediante el arte se crea ese gran Leviatán que se llama una república o Estado y que no es sino un hombre artificial, aunque de estatura y fuerza superiores a las del natural, para cuya protección y defensa fue pensado”.

Pero es sabido, que el primero que trata sistemáticamente la idea de contrato social es el filósofo Juan Jacobo Rousseau(1712-1778) en el libro homónimo publicado en 1762, mediados del siglo XVIII. Aunque a fuer de ser sinceros la idea de una convención o contrato social como origen del

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Estado es tan vieja como la filosofía, la usan las escuelas postaristotélicas como varios de los medievales.

La idea fuerza, la idea fundamental de toda la filosofía de Rousseau consiste en al afirmación que el estado de naturaleza es el estado más perfecto del hombre, en contraposición con el estado civil origen de toda perversión. Ello se expresa vulgarmente en la frase: el hombre es bueno la sociedad lo pervierte.

Dentro de ese horizonte surge la idea de contrato social que se opone tanto a la idea de Aristóteles del hombre como animal político (ζοον Πολιτικον) y, por ende, a la de sociedad política como algo originario y natural, como a la idea del Estado de derecho divino postulado por el pensamiento cristiano.

El estado natural del hombre, para Rousseau es apolítico y la sociedad política o Estado se constituye por una convención libremente estipulada con el fin del alcanzar ciertos beneficios o fines.

Y así comienza el Contrato Social: “Quiero averiguar si en el orden civil puede haber alguna regla de administración legítima y segura ... Si fuera príncipe o legislador no perdería tiempo en decir lo que hay que hacer: lo haría o me callaría”.

Vemos pues que estos dos autores parten de dos concepciones antagónicas acerca de lo que es la naturaleza del hombre. Para Hobbes es por naturaleza malo y para Rousseau es por naturaleza bueno.En ese sentido es interesante notar otras dos que a los argentinos nos son afines. La visión cristiana que afirma que: el hombre nace como una naturaleza caída por el pecado original, culpa o mal del que lo libera el bautismo, y que por sus actos virtuosos se hace bueno. Y la visión de Perón cuando desde la política definió la cuestión diciendo que: El hombre es bueno pero si lo vigilamos mejor. Si observamos con detenimiento ésta última versión no es otra cosa que la versión cristiana vista un tiempo después del bautismo, esto es la del hombre con conciencia de sí, que es el hombre que, básicamente, le interesa a la política.

Comunidad y Sociedad

La idea de contrato es la de un acuerdo de voluntades entre las partes para lograr un objetivo y no perjudicarse mutuamente, pero loo que está debajo o en el fundamento de todo contrato no son categorías jurídicas sino axiológicas. De ahí, que para las sociedades comerciales en derecho se apele al concepto latino de affectio societatis, como su fundamento último. Ello muestra que la noción de contrato tiene grandes limitaciones en su aplicación formal o a raja tabla, más aún si se lo pretende extender , como plantea el título de esta mesa redonda al ámbito social.

Uno de los primeros sociólogos, Ferdinand Toennies(1855-1938), en un libro fundamental Comunidad y Sociedad vincula claramente la idea de sociedad a la de contrato, a círculo de individuos esencialmente separados, a capitalismo demoliberal burgués en donde la satisfacción egoísta de las necesidades de cada uno no deja de lado toda referencia al prójimo.

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Por el contrario la idea de comunidad está vinculada a la participación de los miembros en un todo, hay valores en común, la solidaridad de los estamentos sociales es la norma de convivencia, donde el prójimo es el próximo. El compañero del lugar de trabajo, del club, de la parroquia, del ateneo, del centro, de la biblioteca, etc.

Liberales vs. Comunitaristas

Hoy en esta sociedad postmoderna que nos toca vivir la polémica en el corazón del imperio entre liberales vs. comunitaristas es una de las más agudas y punzantes. Los primeros, que se vinculan con la versión socialdemócrata, sostienen que estamos mal porque el proyecto de la modernidad ha quedado incompleto, mientras que los segundos afirman que estamos mal porque la noción de contrato no tiene ninguna vigencia social. Se agotó y hay que imaginar una nueva ingeniería social.

Para sólo poner dos ejemplos tenemos desde el campo liberal a John Rawls quien en su Teoría de la Justicia(1971), caracterizada como equidad (fairness), le permite estructurar una sociedad donde las personas puedan desarrollarse libres e iguales, tomando como punto de partida la libertad que es al mismo tiempo el contenido de la justicia. La limitación de esta teoría es que muchas veces y en muchas situaciones el hombre para ser honrado debe ir más allá de la justicia, hecho no contemplado por Rawls. Así por ejemplo: Quien es calumniado por no traicionar la confianza de un amigo, va más allá de la justicia. Quien no vuelve la espalda al injustamente perseguido y le da cobijo. Quien dice lo que piensa a sabiendas que por hacerlo pone en riesgo su trabajo o posición social. Quien da consejo en una disputa familiar a riesgo de ser odiado por las partes. Todos ellos van más allá de la justicia.

Desde el comunitarismo tenemos a Alasdair McIntayre quien en su libro Tras la virtud(1981), dirige su crítica a la anarquía moral como consecuencia del relativismo axiológico que produjo el modelo liberal en la sociedad norteamericana. A la primacía de los justo sobre el bien que se da en Rawls, responde McIntayre que el bien tiene razón de causa final, de ahí que el agente moral deba obrar siempre en vista a fines y que para alcanzarlos se encuentre obligado al ejercicio de la virtud, puesto que el fin no justifica los medios.Ahora bien, el ejercicio de las virtudes presuponen prácticas como actividades compartidas que necesitan como sostén algún tipo de forma comunitaria de asociación y la necesidad de adscribirse a una determinada tradición moral. Precisamente la carencia de estructuras comunitarias es la falla del liberalismo moderno y el presupuesto de hablarle a toda la humanidad sin contextualizar el mensaje en una tradición determinada.

Nuestra situación

Qué podemos decir nosotros de acuerdo con lo que nos está sucediendo en estos últimos tiempos.

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Tenemos un Estado nacional que ha dejado de cumplir todas sus funciones, seguridad, justicia, educación y salud. No maneja el crédito interno, ni la emisión de moneda ni los pactos con otros Estados. Las provincias están, de facto, en estado de secesión.

Una dirigencia política, social, cultural y religiosa decadente e irrepresentativa. La crisis de representatividad es total y absoluta. Nadie representa genuinamente a nadie.

Una sociedad civil donde quebraron todos los contratos, tenemos el record de cheques rechazados sino que además los bancos robaron impunemente el dinero de sus ahorristas en la mayor estafa de la historia argentina.

No tanto crisis sino más bien decadencia

Nuestra situación actual no es de crisis sino más bien de decadencia por lo tanto plantear la salida a través de un nuevo contrato nos parece no tanto infantil sino suicida.

El Cardenal primado y Obispo de Buenos Aires afirmó el 25 de mayo, fiesta patria, que estamos al borde de la disolución como nación. El Presidente de la República el 30 de mayo día del Ejercito afirmó lo mismo con textuales palabras.El Jefe de Gabinete sostuvo la semana pasada que estamos al borde de la disolución. Y ayer el Ministro de Defensa dijo lo mismo.

Si desde los más altos poderes públicos se sostiene en forma reiterada semejante premisa y no se propone ninguna solución, surge naturalmente la pregunta: ¿Por qué no se van y le dejan el lugar a otros que puedan, al menos, alejarnos del borde de la desaparición? . Porque, todo lo que es busca perseverar en su ser, como enseñaban los viejos filósofos. Y nosotros queremos seguir siendo argentinos y tener un país indiviso, soberano, independiente y de ser posible justo. Nuestra pretensión no es mucha, en realidad es la mínima que una conciencia libre puede pretender.

El otro lugar común de todos los discursos desde el poder o desde la hermenéutica periodística es que estamos en crisis o esta es la peor crisis de nuestra historia. Ante esto sostenemos que nosotros no estamos en crisis sino más bien en decadencia.¿Por qué?. Porque crisis como su nombre lo indica viene del κρινω que significa separar, distinguir, juzgar. Los momentos de crisis en la vida personal son, por ejemplo, los de la adolescencia en donde el joven se encuentra ante una bifurcación de caminos y debe decidir que hacer o llegar a ser. Se da en la menopausia o andropausia momento en el que los hombres deciden rejuvenecerse o aceptar el envejecimiento. En una palabra, las crisis son siempre etapas que hay que superar en el camino de la vida.Pero Argentina hoy no vive una etapa, sino en todo caso asiste a un cambio epocal. Un cambio que se parece más a una decadencia que a un resurgimiento. Y decimos decadencia porque asistimos a la desvalorización de todo aquello que fue valioso, por ejemplo, el respeto a la palabra empeñada, a las normas mínimas de convivencia, a la honradez, laboriosidad, austeridad, piedad(veneración por los padres y los próceres) en definitiva, grandeza de alma o µεγαλοφιχια. Lo grande nace grande, de lo mínimo no sale nunca lo máximo. Y así podríamos seguir llenando páginas pintando nuestra decadencia. Pero que cada uno utilice sus pinceles y colores que más le plazcan. Mucho hay para pintar, diría demasiado.

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Ahora bien, la noción de decadencia, que no debe confundirse con la de mediocridad, encierra un enigma poco común, y es que siempre se puede ser, un poco más decadente. Su concepto significa tanto naufragio, hundimiento, ruina, caída u ocaso. Encierra la idea de declinación necesaria de la que no se puede salir recorriendo el camino hacia atrás. Es necesario comenzar de nuevo como lo hace el sol luego del ocaso o el comerciante después de la ruina.

Así, pues, de la decadencia sobre todo de la social, política, económica y cultural que es la que nos afecta hoy , aquí y ahora, en Argentina solo se puede salir por dos vías: O la restauración o la revolución. Ejemplos históricos tenemos de ambos caminos. Así Augusto, luego de las desastrosas guerras civiles que sumieron en decadencia a la República comienza la restauración de las costumbres antiguas que habían hecho grande a Roma. De idéntica manera, mutatis mutandi, en nuestro país Rosas luego de la desastrosa anarquía de la década de 1820/29 que sumió en decadencia, se alzó como el Restaurador de la leyes.Ejemplo de la vía revolucionaria lo ofrece Fidel Castro con la revolución cubana, con todos los reparos que pueden hacérsele, que vino a cambiar el orden constituido de prostitución, corrupción y decadencia que el régimen de Fulgencio Batista había sumido a Cuba.

Del estado de decadencia no se puede salir remontando la decadencia, sino que se tiene que salir por afuera de la misma, sea por restauración si hubo un régimen donde se vivió mejor o por revolución si no hay una experiencia histórica donde referenciarse.

De la decadencia como del laberinto, no se sale desde el interior sino por arriba según el poeta Marechal.

Nuestra Propuesta

Hay que llevarse del consejo de Simón Rodríguez, el maestro de Bolivar, “sino creamos morimos”. Y así crear y buscar nuevas formas de representación política y social. Nuevos mecanismos de participación ciudadana y popular. Nuevos referentes culturales. Nuevos proyectos de asociación. Y todo ello que vaya dirigido a la construcción de un nuevo Proyecto Nacional y a la refundación de un Nuevo Estado y a la conformación de una nueva estrategia internacional por parte de Argentina.

Esquemáticamente los puntos sobre los que se debería trabajar en forma prioritaria son los siguientes:

Identidad cultural: Es el aspecto que nos determina en lo que somos entendido no como una cosa siempre idéntica sino como aquello que nos hace ser a nosotros mismos. Identidad viene de idem. La correcta defensa de la identidad radica en el mantenimiento del ser colectivo de un pueblo en medio del cambio histórico que se produce, alentando todas aquellas expresiones que consoliden y expresen de mejor manera nuestra identidad. El ser sí mismo lo expresaban los latinos en el ipse.

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Restauración del Estado: Como instrumento del poder nacional es aquello que tiene el gobierno para ejecutar lo que decide hacer. Sin Estado no hay proyecto nacional posible, pero con un Estado Bobo tampoco. Los principios de solidaridad, de subsidiariedad y de bien común serán los pilares sobre los que se apoyará la reestructuración del nuevo Estado. La reestructuración rápida y contundente de la representación política, judicial y administrativa es una exigencia de la hora actual.

Economía Alternativa: La economía al servicio de la política y ésta al servicio del hombre es el postulado a realizar. Para ello se debe privilegiar la economía de producción y comercial por sobre la especulativa del “dinero casino”, última responsable de la espuria deuda externa y de la destrucción de aparato productivo. La economía debe incorporar en sus modelos de análisis y proyección el principio de reciprocidad de los cambios para el logro de un intercambio equitativo entre las partes que conforman el mercado y en orden a la propiedad debe tender a su mayor difusión.

Política Internacional: Las tensiones de fuerza internacional vigentes tendientes a la globalización compulsiva del mundo y los mercados nos indican que nuestro Estado-Nación aislado no tiene ninguna posibilidad eficaz de oposición, de allí que propiciemos una integración regional de Suramérica a través de la teoría del rombo, según la cual hay que conformar un gran espacio cuyos vértices sería Buenos Aires, Lima, Caracas y Brasilia. Gran estrategia que aunaría Pacto Andino y Mercosur.

XI- Sobre el Estado

Ante el fracaso rotundo del modelo neoliberal que desde hace ya una década se aplica en nuestro país, los aquí reunidos proponemos lineamientos para un modelo alternativo, y para ello debemos fijar previamente que entendemos por Estado-Nación su naturaleza, principios y fines específicos, dado que él es el marco de pertenencia a partir del cual adquieren sentido nuestras propuestas en los diferentes campos de acción pública.

Hoy asistimos a la crisis terminal del Estado-Nación, aquél a quien Max Weber reservaba el monopolio de la fuerza, pues ha sido superado por instancias mucho más poderosas. Conviene pues comenzar repensando la génesis, en nuestro caso americana, de dicho Estado para luego hablar de su naturaleza.

El Estado surge en Europa a partir de la nación mientras que, por el contrario, en Nuestra América el Estado crea la nación. Así en Europa los movimientos lingüísticos y filosóficos de cepa romántica del siglo XVII aspiraban a formar estados nacionales. España es el primer Estado-Nación a partir de la unión de las naciones o reinos de Castilla y Aragón. Por el contrario, en América el movimiento se realizó a la inversa.La finalidad de este Estado-nación americano, de carácter republicano y liberal creado a principios del siglo XIX, será la creación de las naciones. Este Estado-nación tendrá por ideología el nacionalismo “de fronteras adentro”, expresión de los localismos más irreductibles encarnados por las oligarquías vernáculas, impermeables a una visión continental. Los Estados independizados de España como repúblicas llegan luego de devastadoras luchas civiles recién a finales del siglo XIX a transformase en naciones. De ahí que la expresión histórica por antonomasia de este

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nacionalismo localista, hijo putativo de Inglaterra, liberal en economía y conservador en política sea el “nacionalismo mitrista” argentino. Los nacionalismos europeos fueron imaginados sobre una base étnica, lingüística y geográfica común en tanto que los nacionalismos americanos fueron, paradójicamente, producto de una voluntad ideológica ajena a América, la del Iluminismo filosófico. Siendo sus gestores políticos Gran Bretaña y su Secretario de Estado George Canning quien se apresuró en l825 en reconocer la independencia de los nuevos Estados, luego del triunfo de Ayacucho (1824) sobre el último ejercito realista.Vemos pues, como estos nacionalismos de “patrias chicas” son europeos dependientes tanto en su génesis como en su contenido. Ello explica en gran parte su fracaso político reiterado. Carecen de encarnadura popular. Y son elitistas no por méritos propios, ya que carecen de nobles, sino porque su ideología conduce a la exclusión del otro.Estos nacionalismos de invención europea surgidos ante la quiebra de la cristiandad a causa de la reforma protestante, “han venido a llenar el vacío dejado por el debilitamiento de la religión cristiana y el sentido de seguridad de los pueblos en un mundo secularizado”(1).Ello explica el hecho, aparentemente curioso, que la mayor parte de estos Estados-nación republicanos surgieron antes en América que en Europa. Porque aquí se crearon Estados virtuales porque eran Estados sin naciones, lo que explica a su vez la carencia de soberanía nacional. Cambiamos el envase, las instituciones, sólo para pasar de un amo a otro, a Gran Bretaña en el siglo XIX y a los Estados Unidos en el siglo XX. Este nacionalismo al ser un producto ideológico trasplantado desde Europa a América, carece en nosotros de genuinidad. Este nacionalismo es el que engendró las pocas guerras que tuvimos en Hispanoamérica. La guerra del Pacífico entre Perú, Chile y Bolivia(1879); la del Chaco entre Bolivia y Paraguay(1932/35); la de la Triple Alianza entre Brasil, Argentina y Uruguay por un lado y el Paraguay por el otro(1865-1870) donde al decir de Franz Josef Strauss “por primera vez en la modernidad el deseo del vencedor fue lograr una rendición incondicional -traducción moderna del clásico vae victis - lo que condujo a un resultado abominable”.

La naturaleza de este Estado se concibió limitada a la normatividad jurídica y así se lo definió como la nación jurídicamente organizada siendo sus fines los propios del Estado liberal-burgués en tanto Estado-gendarme ocupado, fundamentalmente, de la seguridad de las personas y la propiedad. Quienes intentaron modificar su naturaleza fueron el radicalismo yrigoyenista que, de facto, introdujo el principio de solidaridad ausente en dicho Estado y el justicialismo, de juri, modificando su constitución (en 1949 la nacional y en 1951 la del Chaco)

Nuestra actual propuesta alternativa se funda en una distinta concepción del Estado-nación. En primer lugar porque preferimos hablar de Nación desde el punto de vista de “Patria Grande” y de “Nacionalismo Continental” y no de patria chica y nacionalismo chauvinista de fronteras adentro. Tenemos que volver a pensarnos como “americanos” tal como lo hicieron San Martín y Bolívar.En segundo término porque pensamos el Estado no como una “sustancia ética” a la manera del fascismo, ni como “un gendarme” a la manera de liberalismo, ni como “la máquina de opresión de una clase sobre otra” según el marxismo, sino que el Estado es un “plexo de relaciones”, es sólo sus aparatos.El Estado, en nuestra propuesta, no tiene un ser en sí mismo sino en otro, en sus aparatos que son, antes que nada, instituciones ejecutivas. Así el Estado es un órgano de ejecución con sus distintos ministerios, secretarías y direcciones.

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Esta, para nosotros sana teoría del Estado, nos dice que tiene dos principios fundamentales el de solidaridad (viene de soldum=consistente) que hace que todos los miembros se encuentren “soldados” entre sí. Es el principio de unidad de pertenencia- la gran tarea de Yrigoyen fue que las grandes masas de inmigrantes incorporaran en sí, a la Argentina como propia-. Y el principio de subsidiariedad, por el cual el Estado “ayuda a hacer” al que no puede solo con sus fuerzas- la gran tarea del peronismo fue ayudar a la gran masa de trabajadores a organizarse social y políticamente en la defensa de sus intereses-. Siendo el fin del Estado el logro del bien común, entendido como la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación.

Así pues, el Estado es un medio y no un fin en sí mismo. Y por el hecho de ser medio, debe ser tomado como tal. De modo que está de más toda polémica acerca de estatista o privatista. Ello está determinado por las diferentes y cambiantes circunstancias históricas y queda librado a la prudencia política de los gobernantes.

Ello nos obliga a distinguir claramente, con el fin de fijar una mínima ingeniería política, entre gobierno, Estado y cuerpos intermedios. Así la naturaleza del gobierno es concebir; fijar los fines. La del Estado, como se ha dicho, ejecutar y la de las organizaciones libres del pueblo, ser factores concurrentes en los aparatos del Estado que les sean específicos para condicionar, sugerir, presionar, interferir de manera tal que el gobierno haga las cosas lo mejor posible. Resumiendo entonces el Estado en sí es una entelequia, no existe. Lo que existen son sus aparatos, que como tales son medios o instrumentos que sirven como gestores al gobierno para el logro del bien común. Por el hecho de ser medios tienen su fin en otro, y este otro es la Nación como proyecto de vida histórico de una comunidad política. De ahí que un Estado solo pueda ser un Estado nacional de lo contrario devendrá una nada de Estado.

1. - Pakkasvurta, Jussi: ¿Un continente, una nación?, Academia de la Ciencia de Finlandia, Helsinki, 1997, p.43.-

Nota: Un párrafo aparte merece el tema de la crisis de representatividad de los partidos políticos, tema de una actualidad insoslayable.De todas maneras quisiera dejar la siguiente idea: Nuestra crítica a al sistema de partidos políticos tal como se da en el estado demoliberal no encierra una crítica subrepticia a la democracia sino a la degeneración que de ésta última realizan los partidos cuando monopolizan la vida política usufructuando del Estado para su propio beneficio.La democracia reducida a “un hombre, un voto y un voto, un peso” es la fórmula partidocrática por excelencia. Nosotros proponemos una democracia participativa en donde el político deje de lado su clásico discurso que se resume en “un compromiso que no lo compromete” para representar más allá de su partido político, sobre todo y antes que nada, los intereses permanentes de las diferentes esferas y actividades de la comunidad.

XII- Iberoamérica y Europa: Tensiones y acuerdos

La metapolítica como saber pluridisciplinario, nos permite tanto, una aproximación adecuada a las grandes categorías que condicionan la acción política de los gobiernos del orbe, como el acceso al conocimiento de las razones profundas que explican esas acciones.

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El asunto que vamos a tratar, aun sabiendo que Europa et Occidente convertuntur, cuál sea la relación entre Iberoamérica y Europa, mucho tiene que ver con nuestra posición filosófica ante el hombre, el mundo y sus problemas. En una palabra, según sea la concepción del ser del ente - nominalista, idealista, realista -así será, en definitiva, la explicación de esta relación.

Si nosotros sostuviéramos junto con Ludwig Wittgenstein que "el significado de una palabra(concepto) está dado por su uso" no tendría razón de ser nuestro esfuerzo intelectual porque el problema no existe.

Por el contrario, si pensamos con Heidegger, Zubiri o nuestro Wagner de Reyna que " el significado de una palabra (concepto) está dado por su sentido prístino u originario" la relación entre Iberoamérica y Europa es un asunto a resolver.

Existen al menos dos visiones de Europa: La actual y la histórico-onto-teológica. a) La actual nace con la modernidad, donde se destacan tres marcadas etapas. La primera

que va desde el final del siglo XV hasta finales del siglo XVIII. Para señalarla con hitos significativos podríamos hacerlo diciendo que va desde el descubrimiento de América(1492) hasta la revolución francesa(1789).La segunda etapa abarca desde finales del siglo XVIII hasta la primera década del siglo XX. O sea, desde la mencionada revolución francesa hasta la Primera Guerra Mundial(1914). Finalmente la tercera etapa se inicia con la Primera Guerra y llega hasta nuestros días.

En la primera etapa el hombre aun no se da cuenta que se ha producido un cambio sustancial en las relaciones interpersonales. Ya no es más la Iglesia católica, la monarquía y la cristiandad su marco de referencia sino que comienza a referenciarse en otras pautas. La Reforma protestante (1516) no sólo cuestionó el poder de la Iglesia sino que quebró la relación armónica entre revelación, conocimiento y tradición, para exaltar la validez del conocimiento racional en sí mismo y dejar, el dato revelado, a la libre interpretación de cada uno, desligándolo de toda tradición interpretativa anterior. En cuanto a la Cristiandad quedó partida en los múltiples Estados-Nación que conforman la Europa moderna.

La monarquía, revolución francesa mediante, va a ser cuestionada en la segunda etapa de la modernidad, aquella que puede caracterizarse como la etapa revolucionaria. Se producen las revoluciones políticas y las revoluciones técnico-industriales. Aparecen las repúblicas junto con las máquinas a vapor, y los movimientos de masas junto con las zonas industriales.

Finalmente en la tercera etapa se produce la universalización de la modernidad. La técnica en su simbiosis con la ciencia se transforma en tecnología, la que a su vez deviene la ideología incuestionada de nuestros días. Los pueblos son transformados, sobretodo a través de la tecnología massmediática, en público consumidor. Los estados nacionales son superados en poder por algunas megaempresas transnacionales. Hoy asistimos a la homogeneización del mundo, donde el dinero electrónico, el dinero casino, es cincuenta veces mayor que el dinero comercial. Donde los grandes relatos de la modernidad como a) la idea de progreso, b)la democracia como forma de vida, c)la subjetivización de los valores d)el espíritu de lucro y e) y la manipulación de la naturaleza por la técnica, quebraron, perdieron validez, no tanto por la mayor o menor crítica aguda que se les hiciera, sino por las consecuencias contradictorias a que llegaron sus principios cuando se plasmaron en los hechos. Hoy Europa está mal, no por "no proseguir el proyecto de la modernidad" como sostiene Habermas y la Escuela de Frankfurt sino porque los principios sustentados por la modernidad (Reforma, Ilustración y Revolución),llevados hasta sus últimas consecuencias, son contradictorios con la naturaleza humana y el orden entitativo de las cosas.

b) En cuanto a la visión histórico-onto-teológica de Europa algunos de sus rasgos más significtivos son:

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1)el indo-europeo como substrato lingüístico fundamental irrecusable.2) la noción de ser aportada por la filosofía griega, que como se ha podido afirmar con justeza

"el problema del ser, en el sentido ¿ Qué es el ser? es el menos natural de todos los problemas... aquel que las tradiciones no occidentales jamás presintieron ni barruntaron "(Cfr.Le probleme de l`etre, Pierre Aubenque, Paris, 1977,p.13).

3) la concepción del ser humano como persona vinculada a la propiedad privada como espacio de expresión de la voluntad libre son el núcleo de una antropología que nos ha llegado directamente del Imperio Romano a través de su concepción jurídica.

4) El Dios trascendente, uno y trino, personal y redentor en donde la fe sin obras nada vale, como el aporte más propio del cristianismo católico.

5) La instrumentación de la razón humana como poder científico y tecnológico sobre el mundo y la naturaleza que ha dado hasta el presente la primacía a Occidente sobre Oriente.

Vemos pues, como una concepción lingüística, una de ser, una de Dios, una del hombre, de las cosas que lo rodean y de su poder para transformarlas es lo que conformó la base común histórico-onto-teológica de Europa.

c) Conclusión

Viene entonces la pregunta ¿y Nuestra América qué tiene de común y qué de diferente respecto de estas dos Europas?. Con la Europa premoderna, (visión histórico-onto. teológica) de común, casi todo, con la moderna casi nada.

Nuestra conciencia, nuestro mundo de valores, nuestro genius loci (suelo y paisaje), nuestra representación comunitaria, todo ello es premoderno. Pero nuestra representación política en una veintena de republiquetas bananeras es moderna. Es mala copia de la democracia parlamentaria franco-norteamericana que hicieron nuestros Ilustrados. Y esta es la gran contradicción que venimos soportando desde hace casi doscientos años. Somos entitativamente una cosa pero la representamos falsamente. Somos sustancialmente premodernos, nos relacionamos con el medio y nos organizamos familiar y comunitariamente como premodernos, pero nos representamos políticamente como modernos. Vivimos así, una contradicción no resuelta. Nuestros contratos los cumplimos de "otra manera", para desazón y perplejidad de europeos y norteamericanos, porque tenemos otro tiempo. No es el time is money sino "sólo tardanza de lo que está por venir" como dice Martín Fierro. Nuestro tiempo es un madurar con las cosas. Eso, que tanto ellos como nuestra intelligentsia local han caracterizado como indolencia nativa o gaucha.

Claro está hoy ya no existen los arquetipos que han definido a nuestros pueblos, ya no está el gaucho, ni el llanero, ni el huaso, ni el charro ni el jíbaro, ni el borinqueño, ni el montubio, etc. etc.

Hoy también nosotros tendemos, casi todos, al homo consumans, al hombre light, el hombre homogeneizado del supermercado, el hombre desarraigado, el hombre urbano para quien el campo es aquel lugar horrible donde los pollos caminan crudos. Pero si bien es indubitable la desaparición del criollo bajo la forma del gaucho, el llanero, el charro, el huaso, el jíbaro, el montubio o el borinqueño, ello no nos permite afirmar la desaparición de los valores que alentaron a este tipo de hombre. En una palabra, que desaparezca la forma, en tanto que apariencia, no nos autoriza a colegir que murió su contenido, esto es, "el alma gaucha". Muy por el contrario, lo que se tiene que intentar es plasmar bajo nuevas apariencias o empaques los valores que sustentaron a este arquetipo de hombre, como son: a) el sentido de la libertad. b)el valor de la palabra empeñada. c)el sentido de jerarquía y d) la preferencia de sí mismo. Estos son los principios fundamentales del "alma hispanoamericana". Renunciar a cualquiera de ellos es renunciar a nosotros mismos. Es suicidarnos.

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Se ha dicho con acierto que Nuestra América es una cultura en busca de una política y esa política la tenemos que inventar pues si no inventamos morimos como Simón Rodríguez le enseñara a Bolivar.

Tenemos que crear una nueva representatividad política y un nuevo espacio político bioceánico, autocentrado y confederado en el cono sur de América. Las cifras son terribles, tenemos en Iberoamérica 290 millones de hombres debajo de la línea de pobreza y el ALCA se nos viene encima en el 2005 para imponernos el dios monoteísta del libre mercado de Alaska a Tierra del Fuego. Los datos son escalofriantes si el Mercosur se asociara al ALCA, según el Instituto Brasileño de Economía, crecería apenas 0,68%, mientras que si la asociación fuera con la Unión Europea el producto bruto de nuestro mercado crecería en un 67%. Pues nuestras economías son complementarias con las europeas y competimos con la norteamericana. Desde siempre se ha dicho que para la acción eficaz se necesitan tres cosas: hombres, medios y acontecimientos. Los acontecimientos nos son favorables según las cifras que vimos, los medios los tenemos, todo estriba entonces en la voluntad política de nuestros hombres públicos en llevar a cabo este puente beneficioso con la Europa para establecer, al menos un impedimento, un katejón en común, que mejor resista la embestida de la potencia talasocrática mundial.

Prognosis sobre Europa

Hablar de Europa sin ser europeo es un raro privilegio pues en general sobre el tema solo escriben ellos.Sucede en este dominio como en la filosofía, el monopolio es casi exclusivamente europeo con alguna excepción norteamericana, el resto sólo llegamos a la categoría menor de pensadores o ensayistas.

La cuestión es saber que significa el Viejo Continente para nosotros los suramericanos hoy, para terminar con una breve prognosis acerca de Europa.

En primer lugar Europa se nos presenta como una cierta unidad, la Comunidad europea, la moneda común, nos están indicando la idea de un cierto bloque o conjunto de países que han decidido hacer cosas en conjunto.

En este sentido en Suramérica somos siempre arkagueutas (eternos comenzantes, como decía Platón de sí mismo) no hemos podido crear ninguna institución que nos unifique que durara más de una generación, aun cuando desde nuestras guerras por la independencia (circa 1800) nuestros próceres- Bolivar, San Martín- las propusieran por todos los medios a su alcance.

Europa representa hoy la culminación del Estado de bienestar. Así el confort, la seguridad, cierta justicia y el goce de la vida forman parte de lo que los massmedia se encargan de mostrar a diario. Claro, que la contrapartida de ellos son los miles de inmigrantes ilegales que desde Africa, Asia y América la asaltan por los cuatro costados.

Vemos también la americanización de Europa, de que nos hablo el pensador Guillaume Faye pero al mismo tiempo tenemos una cierta esperanza que el Viejo Continente colabore en la desnorteamericanización de Suramérica. Para nosotros el peso de yanquilandia es abrumador, y

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ello nos viene justificado por la Doctrina Monroe de 1823, un año antes de la batalla de Ayacucho la última de nuestra aparente independencia.

Europa para nosotros, a pesar de quinientos años de tira y afloje, tiene algo de común, es algo de lo que formamos parte. Ni tan español ni tan indio afirmaba Bolivar para definirse a sí mismo y con ello a todos los iberoamericanos. Y en el español involucraba a todos los europeos.Qué interesante relación existe entre Europa y Nuestra América. Ni una ni la otra fueron las mismas luego del descubrimiento-encuentro de 1492. Así ante la nueva idea de orbe Europa comenzó a verse como parte del mundo y no ya como “todo el mundo”, en tanto que América pudo mostrarse a la totalidad del mundo. Sin embargo Europa no perdió su centralidad y siguió por cuatrocientos años llevando la batuta del mundo hasta que luego de la Primera Guerra Mundial lo cedió a la parte norte de América. Y así desde hace casi cien años son los Estados Unidos los que se reservan y ejercen el derecho a la conducción del mundo.

Pero los Estados Unidos no son otra cosa que la Europa limitada a la razón calculadora y a la técnica. Ellos son un producto exclusivo de la modernidad, nosotros, en todo caso, de la tardomodernidad. No son otra cosa que europeos transterrados cuya expresión es el gigantismo. Salvo raras excepciones su gente está desprovista de vida interior y se parecen a la criaturas de los juegos de video que ellos fabrican. Lo grave es que intentan exportar la vaciedad de su estilo de vida al mundo entero. Un gran pensador de ellos como Allan Bloom dice:“La religión en USA es como un gran naranjal público en donde cada uno pasa y se sirve el fruto que más le agrada” Ante esto, la vieja Europa calla y acepta, en tanto que Suramérica padece el más profundo de los extrañamientos por obra y gracia del dios monoteísta del libre mercado. Sobre 346 millones de habitantes hay 290 millones de pobres, producto de la política y la economía practicada por el Gran Hermano del Norte.

Qué podemos esperar de Europa, sería la tercera y última de las cuestiones.

Es sabido que la prognosis, que no la esperanza, es aquello que quedó encerrado en la Caja de Pandora , la mujer de Epimeteo, cuando éste pudo al fin cerrarla. Y eso es lo que no nos está permitido a los mortales. No podemos conocer el futuro. Y es mejor que así sea. Pero de todas maneras siempre es bueno hacer algún ejercicio como para pergeñarlo.

Europa si sigue así, no sólo se va a extrañar en orden al tipo humano que rápidamente va a ser reemplazado- la inmigración africano-oriental es envolvente- sino también en el orden cultural, se va a producir su alienación, a causa de la colonización de Europa por parte del mundo musulmán. Se va a transformar en otra cosa. Las consecuencias de este cambio sustancial son imprevisibles, sobretodo cuando no aparecen en el horizonte ninguno de los mecanismo de defensa bio-cultural que le permitan permanecer en su ser íntimo. La estulticia de los eurodirigentes ha llegado a colmo de plantearse, si Turquía debe formar parte de la Comunidad Europea. Pareciera que su índole estuviera atacada mortalmente. En ese sentido conviene recordar a Martín Heidegger, último gran filósofo europeo, cuando afirmó: Sólo un Dios puede salvarnos.

Pero Europa puede cambiar y retornar a aquella vieja idea de Charles de Gaulle quien en una conferencia de prensa el 29 de marzo de 1949 afirmó: “Sostengo que hay que hacer la Europa a partir de un acuerdo entre franceses y alemanes. Una vez la Europa hecha sobre estas bases incorporar a Rusia”. La misma idea pero a través de una metáfora fue expuesta, cuarenta años

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después, por Juan Pablo II cuando al recibir al presidente ruso Gorbachov, sostuvo: “No olvide Ud. que Europa para vivir en plenitud necesita de los dos pulmones”(la Europa oriental y la occidental).

El pensamiento de estos dos grandes hombres públicos europeos, que vienen a representar la quintaesencia del pensamiento europeo en la materia, no solo por quienes lo expresan- el Papa y el Gral.de Gaulle, sino por la perdurabilidad e invariación del mismo por más de medio siglo, nos está indicando sin ambages que Europa para constituirse en un polo de poder alternativo al Anglo-Americano debe constituir un gran espacio europeo, que incluya indubitablemente a Rusia. Ese triángulo estaría dado por la unión de París- Moscú –Berlín. Ello se puede completar con un irregular cuadrilátero suplementario cuyos vértices serían Berlín, Teherán, Nueva Delhi, Moscú y construir así un verdadero espacio euroasiático, idea sostenida en nuestro días por el pensador ruso Alexander Dugin.

Europa en este momento está en tensión, por un lado ya constituyó el eje París-Berlín que se opuso a la guerra de Iraq y el presidente Putin de Rusia habla de integrarse a “la casa Europa”, pero por otro lado tenemos, a Inglaterra, que ni siquiera se sumó al uso de la moneda común, a la que siguen como alumnos aplicados España, Italia, Holanda y Polonia sumándose a la estrategia de la potencia mundial talasocrática y entrando en una guerra que no les pertenece.

En cuanto al debate político-cultural también Europa está tensionada. Por un lado aquellos que como el ex presidente de Francia Giscard d´Estaing pretenden imponer una constitución no-cristiana a la Comunidad Europea de Naciones y así poder incorporar a Turquía sin objeciones y por otro, aquellos que pretenden una definición onto-histórico-teológica del Viejo Continente.

El despeje de estas tensiones y sus diferentes modos de resolución afectaran la vida de Iberoamérica en el siglo que comienza.

Para terminar vayan dos ideas circunscriptas exclusivamente a Suramérica. Somos un espacio bioceánico de 18 millones de kilómetros cuadrados- el doble que los Estados Unidos- y poblado por 326 millones de habitantes, que poseemos el 30 % de las reservas de agua dulce del planeta(Amazonia-Hielos continentales). Nosotros limitamos estratégicamente al naciente no con el océano Atlántico, como se nos enseña, sino con Africa y al poniente con Asia. Como el Pacífico va a ser el “océano político” del siglo XXI, que los espumadores de mares, al decir de Carl Schmitt, van a controlar con uñas y dientes, porque por ahí va a pasar el cúmulo de sus transacciones. Nuestro espacio de maniobra allí va a ser nulo, por lo tanto debemos volcarnos al Atlántico, en donde podemos establecer una alianza con naciones emergentes de Africa como Nigeria o Sudáfrica y naciones culturalmente afines como Angola, Mozambique, Guinea Ecuatorial o Camerún, entre otras. Y tender un puente a Europa, que nos permita navegar y experimentar el Atlántico como un Mare Nostrum suramericano. Ello nos daría además una proyección sobre la Antártida de gran peso propio.

XIII- Nueva Estrategia Suramericana

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Proyecto presentado por la CGT “que lucha”, en el Foro de trabajadores bolivarianos(Caracas), en el Foro Social Mundial de Porto Alegre y en el Encuentro de Pensamiento Estratégico de la Patria Grande(Buenos Aires). El compañero Horacio Ghilini (Sadop) le puso el nombre y la idea; Julio Piumato (Judiciales) desarrollo el aspecto de la complementación tecnológica; Juan Carlos Schmid(Dragado) trabajó el tema de la red hidovial.

Indice:

Introducción: América como lo hóspitoPrimera parte: Antigua estrategia Estrategia recienteSegunda parte: Nueva estrategia El hinterland suramericano El espacio autocentrado El romboConclusión

Introducción

América como lo hóspito

“El Nuevo Mundo es nuestra patria y su historia la nuestra, y por ella es que debemos examinar nuestra situación presente para determinar por ella nuestra índole”, así comenzaba el pensador peruano Juan Pablo Viscardo (1725-1798) su Carta a los españoles americanos. Además de ser el manifiesto continental de la revolución emancipadora es el primer americano que se pregunta filosóficamente por nuestra identidad.

Un siglo más tarde es Juan Bautista Alberdi(1810-1884) quien afirmaba en sus Ideas para un curso de filosofía que “Nuestra filosofía ha de salir de nuestras necesidades de ahí que la filosofía americana deba ser esencialmente política y social...América será la que resuelva el problema de los destinos americanos”.

Otro siglo después es el filósofo argentino Nimio de Anquín (1896-1979) sostenía en El Ser, visto desde América: “Pero no se trata de pensar como europeos sino como americanos, como hijos de este continente nuevo....La novedad de América nos inclina a pesar en un presocratismo americano semejante al griego, aunque no igual...Quien filosofe genuinamente como americano no tiene otra salida que el pensamiento elemental dirigido al Ser objetivo-existencial”

Esta secuencia concatenada de tres autores en tres siglos es realizada para mostrar la preocupación permanente de los americanos por el problema de ¿Qué es América y quiénes somos nosotros?. Preocupación que podemos multiplicarla por cientos y cientos de autores que desde las más disímiles perspectivas se han ocupado del tema.

El objetivo de esta ponencia no es historiar todas las opiniones que sobre Nuestra América se han vertido (ser raza cósmica en Vasconcelos; ser a la expectativa según Mayz Vallenilla; ser utópico en Waldo Frank; ser promesa según Ortega; ser inexistente en Giovanni Papini; ser provisorio en Hegel; ser telúrico en Keyserling; ser como estar ahí según Kusch; ser bifronte en Caturelli; ser para la humanidad en Zea; ser

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estético en Schwarstmann; ser indio en Tamayo y Varcarcel; ser católico en Sepich et alia; ser mestizo en Mercado Vera et alia; ser doblez en Arguedas; ser ladino en Martinez Estrada; ser disminuido en De Pauw y Bufón; ser inadecuado al mundo actual según Richard Morse, ser criollo en Lugones, Rojas et alia; etc.etc.)

Es conveniente en primer lugar realizar una breve aproximación etimológica al término América, pues aun cuando la explicación filológica solo esclarezca el quid nominis, ello implica no obstante, un primer acercamiento al quid rei, a lo que es la realidad mentada por ese nombre.

Es sabido que con respecto a las ciencias del espíritu el método etimológico es una de las vías de acceso a lo real y se encuentra plenamente justificado; sobretodo después de los aportes de Heidegger, Zubiri y Wagner de Reyna que mostraron cómo el trabajo etimológico puede devolver la fuerza elemental, gastada por el largo uso, a las palabras originarias que es necesario volver para recuperar su sentido auténtico.

La validez de la investigación etimológica –etymos significa lo verdadero- radica, en nuestra opinión, en el semi-develamiento de la realidad de las cosas. La etimología es, ciertamente, es una ciencia auxiliar pero tiene por función abrir el campo gris donde están caídas las cosas, perfilar las mismas, pero ella por sí misma no puede definir. Deja planteada la cuestión. Y la cuestión principal es cuál sea la vinculación entre las palabras y las cosas. O dicho de otro modo: El ser de las cosas responde al nombre de las mismas?. En este sentido sostenemos que sí, pero análogamente. Esto es, parte idem, parte diversa. Por lo que, corresponde a la filosofía la resolución de la cuestión.

Históricamente el término América proviene del nombre Américo correspondiente al cartógrafo florentino Vespucio, quien al regresar de su viaje del 1501-1502 narró en una carta editada luego bajo el nombre Mundus Novus las condiciones, contornos y costumbres de la tierra descubierta por Colón. Pero fue el cartógrafo alemán Martín Waltzemuller, también llamado Hylocompylus que editó en Nuremberg en 1507 un mapa general del mundo que contenía datos geográficos revelados por Vespucio quien denominó por primera vez América al nuevo continente en homenaje al cartógrafo florentino.

Etimológicamente el término Américo, que se usa como femenino a semejanza del resto de los continentes: Asia, Africa, Europa, proviene del germánico Amal, nombre del fundador de la familia real ostrogoda, que significa trabajo y de la partícula rich o rik que quiere decir jefe, mando, poderoso.

Una etimología complementaria nos indica que Américo es equivalente a Aimerico, del gótico hámis que significa casa y del conocido rik o rich.

Por todo lo cual podemos colegir que América significa textualmente “poderosa en el trabajo” o “la que manda en su hogar”. Saque cada uno las conclusiones que desee, pero el nombre de América ya algo barrunta sobre su sentido. “No olvides, dice el poeta Leopoldo Marechal, que al elegir un nombre se elige un destino”.

El abordaje a la cuestión de nuestra identidad nacional lo encaramos desde una doble pregunta: Qué es ser americano y qué es América?.

Ante la primera de las preguntas nosotros dejamos de lado las explicaciones psicológicas, históricas, culturalistas, sociológicas, etnográficas y políticas para intentar una respuesta desde la filosofía y dentro de ella, desde la axiología o disciplina de los valores. Y decidimos dejar de lado las múltiples y variadas explicaciones que desde las disciplinas particulares se han hecho sobre nosotros, porque todas ellos sólo nos pueden brindar, en el mejor de los casos, una visión parcial, de una parte de nosotros, y por lo tanto no

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pueden responder a la pregunta totalizadora que se encuentra involucrada en la cuestión sobre la naturaleza específica de nuestro ser americano.

El acceso a la respuesta qué es ser americano entendemos hallarlo por vía del análisis de los elementos estructurales que conforman la conciencia nacional del hombre americano. Y estos elementos constitutivos por ser elementos de la conciencia no son pétreos, ya realizados de una vez y para siempre, sino que son permanentemente intentados. Es decir, la conciencia en tanto intencionalidad “tiende a ” plasmarlos, a realizarlos, pero si además esta conciencia es “nacional”, estos elementos constitutivos deber ser preferidos a los otros, los no-nacionales. Todo lo cual muestra que estos elementos estructurales de la conciencia nacional no son otra cosa que los valores que la conforman, la diferencian y le dan sentido.Ahora bien, ¿cuáles son estos valores, de dónde surgen?

En nuestro modo de ver surgen de la simbiosis o mixtura de dos cosmovisiones, de dos mundos completos de valores: lo indo o telúrico y lo bajo medieval o católico que forman con el tiempo un todo natural en sí mismo. La conciencia iberoamericana, análogamente diferente de los elementos de que está compuesta.

Aclaramos que lo católico no está tomado como categoría confesional sino como rasgo distintivo que especifica la Weltanschauung del hombre arribado a América, más allá de la nación de donde proviniera. En tanto que lo indo no está tomado como matriz telúrica pasiva, que como el mármol se reduce a imponer ciertas condiciones de trabajo al escultor sino que aporta la sustantiva categoría de tiempo. Claro está y es menester aclarar como lo hace acertadamente Osvaldo Lira Pérez en Hispanidad y Mestizaje que lo católico y lo indio no son aportes equivalentes, es decir que disten por igual en su aporte a la conciencia americana, error éste cometido por los indigenistas. Si no que la conciencia premoderna aporta el sentido jerárquico de los valores rechazando el sentido horizontal de los mismos como ha venido sosteniendo la conciencia igualitaria y niveladora posterior al comienzo de la Revolución Mundial. Aporta también el sentido teleológico de orden a partir de la idea de bien común y no simplemente de bienestar, entendido éste como búsqueda desenfrenada del confort por la sociedad de consumo. Aporta asimismo la objetividad de los valores que rechaza la disolución subjetiva y arbitraria que de los mismos comienza a llevarse a cabo a partir del primado de conciencia. En definitiva, aporta la visión del hombre y la sociedad como un todo, que rechaza a contrario sensu las especializaciones tan gratas al desarrollo científico-tecnológico. Aporta esa visión holística del hombre, el mundo y sus problemas que ha hecho afirmar a un yanqui como Richard Morse “en realidad Iberoamérica tiene su propia cultura que es más profundamente occidental que la de los países nórdicos(1)

Lo indo aporta un manejo, utilización y caracterización de la categoría de tiempo que hace absoluta y específicamente diferente, en este aspecto, a la conciencia iberoamericana de la estadounidense con su time is money, así como de la europea decadente con su laissez faire. Ni el instantaneísmo tecnotrónico ni el apuro cosmopolita tienen nada que ver con la categoría de tiempo americano como aporte específico de la cosmovisión india.

A este tiempo tan nuestro se lo ha confundido siempre con la “indolencia nativa o gaucha” que los “profesores de energía” al decir de Rubén Darío denostan junto a la holgazanería criolla simbolizada en la siesta.

Podrá impugnársenos que esto del tiempo es un puro subterfugio de carácter más dialéctico- entendido éste como razonamiento aparente- que filosófico, puesto que para la filosofía desde los tiempos del

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viejo Aristóteles(Cfr. sus Categorías) pasando por Kant(Cfr. su Crítica de la Razón Pura) hasta nuestros días, la categoría de tiempo es una y la misma para todo entendimiento humano así como lo son las de cualidad, cantidad, relación, sustancia, etc. Pero esta manera de pensar significativa, por no decir absolutamente europea, no comprendió por su mismo prejuicio- se creyó el mundo y no una parte de él- que el tiempo es decodificado y vivido de una manera diferente en otras latitudes. Evidentemente, el tiempo cronológico, el del reloj, es el mismo para todos, al igual que el tiempo psicológico ante situaciones similares, pero lo que es diferente es el tiempo existencial de cada cosmovisión o ecúmene cultural de las que conforman el mundo, que se expresa en cada uno de nosotros en el núcleo aglutinado de nuestra personalidad. Y nuestra cosmovisión está determinada por ese tiempo tan peculiar y propio como lo es el tiempo americano. Entendido desde siempre, ya por los europeos ya por los colonizados culturales o por aquellos que han pensado América como imitación de Europa como indolencia, ociosidad o gandulería.

Cuando en realidad los que así hablaron ni siquiera pudieron barruntar que, otra diferente de la de ellos, es la categoría de tiempo que informa la auténtica conciencia americana. Categoría anclada en el estar ahí propia del americano arraigado, por contraposición al ser alguien típica de la sociedad de consumo.

Este tiempo no es la simple permanencia en el ser que encierra la sucesión- simple estar- sino que es la experiencia de la duración entendida como maduración. Es acompañar con nuestro tiempo a cada ente en su tiempo.

El concepto de tiempo como maduración no es, como creyó la conciencia europea de un Hegel o un Keyserling, la revelación de un mundo – el americano- sin espíritu y pegado a la naturaleza, sino que la maduración nos indica la interrelación entre una naturaleza pródiga y no escasa, con una conciencia autóctona que acompaña sin forzar su desenvolvimiento. Adagios como “ a cada día su afán”, “cada cosa a su tiempo y un tiempo para cada cosa”. Y el de los cancioneros populares “Voy despacio porque estoy apurado”, “ no por mucho madrugar se amanece más temprano” incluso el Martín Fierro cuando nos dice que “el tiempo es solo tardanza de lo que está por venir”, nos señalan al menos brumosamente esa concepción del tiempo enclavado en nuestra conciencia.

Hay que observar que este tiempo como maduración, no arrastra ni encierra totalmente a la conciencia americana en el flujo temporal de la naturaleza – quedaríamos reducidos a simples animales- sino que el tiempo como maduración es el ritmo mismo de nuestra móvil y fluyente existencia, que es la que define el tiempo:”Soy yo quien es el tiempo en cuanto soy esencialmente, paso y tránsito”, sostenía un africano como Agustín de Hipona allá por el siglo quinto.

El segundo de los accesos a nuestra identidad, y tema de esta ponencia, está dado en la respuesta a la pregunta ¿Qué es América?.

América es, antes que nada, un espacio geográfico continuo que se ha diferenciado del resto del mundo por su capacidad de hospedar(hospitari) a todo hombre que como huésped(hospitis) viene de lo in-hóspito. De la persecución, la guerra, el hambre, la pobreza, en definitiva, de la imposibilidad de ser plenamente hombre. América es pues lo hóspito.

América es des-cubierta o de-velada por el hombre europeo mediterráneo, aun cuando bien pudo ser hallada por los vinkingos antes. Pues hallar proviene de ad y flo que en nuestra lengua significa dar con algo sin haberlo buscado, en cambio descubrir es quitar la cobertura de algo pera de manera expresa. Existe, pues, una intencionalidad de la conciencia en el descubrir, que no se encuentra en el hallar, siempre fortuito.

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Este des-cubrir y no mero hallar europeo se encuentra preanunciado en la precognición de América como aquella del Platón (Cfr.Timeo 24e) sobre la isla Atlántida más allá de las Columnas de Hércules(Estrecho de Gibraltar), o aquella otra de Séneca(Cfr.Medea, Chorus vers 375), donde se afirma que Océano revelará nuevos orbes. También, ya más próximo al descubrimiento en la visión de la Cruz del Sur por parte de Dante en la Divina Comedia, canto primero, Purgatorio, versos 22-27.

Pero el hecho indudable es que América como cuestión nace con el descubrimiento, puesto que allí traslada sus diferentes utopías el hombre arribeño. En este sentido es acertada la proposición sostenida por Eduardo O´Gorman que “el ser de América no es otra cosa que la idea de América que tiene la conciencia histórica de ella”.(2)

Pero lo cierto es que el ser de América no se agota no con mucho, en las ideas de los utopistas políticos renacentistas a la manera de Tomás Moro(Utopía), Campanbella(La ciudad del Sol) o Bacon (Nueva Atlántida), sino que el ser de América hay que buscarlo en lo que América ha dado y producido antes y después del momento axial del des-cubrimiento, pues en ella todos somos inmigrantes. Y ese ser lo caracterizamos como lo hóspito. Que no es una simple apertura, sino que es un albergar que exige el esfuerzo de fundar un arraigo, de convertirse en americano, de transformar lo óntico en ontológico, en darle un sentido americano a América. Esta posibilidad única y nunca más repetible en la tierra que nos ofrece América se finca en su novedad. Novedad que no debe inducirnos a pensar en presocratismo ingenuo, siempre inmaduro, sino que nos exige pensar de nuevo, pensar distinto.

Lo nuevo que nos ofrece América es la condición de posibilidad que nos permite crear un mundo distinto, diferente a lo ya dado, al mundo conocido. Nos permite signar la puridad de los entes, dándoles un sentido ontológico, que proviene de nuestra conciencia hispanoamericana ciertamente deudora de dos mundos como hemos visto.

Lo nuevo por ser nuevo no quiere decir que sea verdadero, sino que lo nuevo es valioso cuando informa lo inerte transformándolo en un bien. Como posibilidad de dar sentido.La novedad de América exige entonces un trabajo arduo, como nos indicara su etimología. Trabajo que exige previamente un pro-yecto- algo lanzado previamente hacia delante- que debe ser realizado. Pero no ya desde utopías antiguas o modernas, sino desde nosotros mismos, porque debemos mandar en nuestro suelo, como también nos adelantara su segunda acepción etimológica. América pues, nos exige a los americanos no imitar para llegar a ser dueños de nosotros mismos y así fundar una estirpe. Para esto, ella nos ofrece su grandiosa matriz que definimos como lo hóspito.1.-Morse, Richard: El espejo de Próspero, Buenos Aires, 1982, p.1592.- O´Gorman, Eduardo: La invención de América. Méjico, FCE. 1958,p.73

Primera Parte

El tercer milenio comienza en América del Sur con las relaciones de poder totalmente trastocadas. Estados nacionales que perdieron todo su poder. Dirigentes políticos, sociales, culturales y religiosos sin un sentido de pertenencia ni de preferencia por sí mismos ni por los suyos. Modelo económico de exclusión de las amplias mayorías nacionales. Con una población que oscila en los 326 millones, el 40% está constituido por pobres, muy pobres y pobrísimos. Sólo el 10%, alrededor 30 millones, tiene capacidad adquisitiva.

La cuestión es saber hasta cuándo la realidad de Suramérica puede soportar la agudización de las contradicciones de un sistema político sin ninguna representatividad ni legitimidad. Manejado por las oligarquías partidarias a gusto e piacere. ¿ Hasta cuándo un modelo económico para hambrear pueblos puede tener vigencia?.¿ Hasta dónde soportarán nuestros pueblos tamaña injusticia?.

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Todas estas cuestiones y muchas otras no tienen respuesta mientras no se cree o recree un poder nacional autónomo y soberano que decida hacer lo contrario de lo que se viene haciendo.Desde el punto de vista de la estrategia internacional tiene Suramérica que proponer una distinta de la que se nos viene imponiendo. Vayamos al grano.

Antigua Estrategia

Descubierta América por Colón pasaron los españoles a conquistar y colonizar Suramérica siguiendo una doble estrategia:

a)la estrategia andina de dominación que estaban utilizando los incas.

Los peninsulares se montaron sobre los grandes caminos que iban y venían del Cuzco. No trazaron nuevas rutas sino que se apoyaron y utilizaron las creadas por el Inca. Este es un dato no menor a tener en cuenta, pues el español no crea una estrategia de dominio sino que se monta en una ya establecida como era la del Inca para el control de las otras etnias.

b) la estrategia fluvial y marítima de dominación.

Utilizaron los grandes ríos Paraná, del Plata, Paraguay, Uruguay, Orinoco, Amazonas y las costas atlánticas. Esta es la estrategia adoptada, fundamentalmente, por portugueses y jesuitas en la colonización y conquista de los grandes espacios boscosos y costeros.

Son estas dos antiguas estrategias las que sirven como antecedente primero a lo que hoy denominamos Pacto Andino y Mercosur. Desde el punto de vista historiográfico merecerían un estudio detenido, pues no es este el lugar para hacerlo.

Estrategia Reciente

La histórica estrategia de América del Sur se manejó desde la época de la Independencia a través de líneas de tensión. Líneas de tensión que buscaban tanto para Brasil como para Argentina el uso directo de los dos océanos.

Lograr el carácter de bi-oceánicos, al estilo de los Estados Unidos, o su impedimento, ha sido la meta de estas líneas de tensión.Así Brasil tiene dos líneas madres, una hacia Santiago y otra hacia Bogotá. Argentina una hacia Lima y de allí a Caracas, con lo que interfiere las líneas brasileras. Por su parte Chile con su línea madre a Quito y de allí a San José cruza en su desarrollo las de Brasil y Argentina.

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CARACAS

BRASILIA

BOGOTA

QUITO

LIMA

SANTIAGO

BS.AS

Uruguay y Paraguay no cuentan porque, desde siempre, medran entre las desavenencias argentino-brasileñas. Es evidente que su actitud no es ni loable ni moralmente aceptable, pero es sabido que la relación política no es entre buenos y malos sino entre amigos vs. enemigos. Bolivia luego de la Guerra del Pacífico es un estado enclaustrado que depende para su salida al mar de Argentina(vía Bermejo) y Perú (puerto de Ilo). Es “un Estado imposible” en palabras de Juan Bautista Alberdi, subsidiado por Argentina. Perú tiene un vínculo privilegiado con Argentina desde el fondo de su historia pero su peso relativo en la región es muy poco. Con Ecuador sucede, mutatis mutandi, lo mismo pero su vinculación es con Chile. En cuanto a Colombia que sí es bi-oceánica, desde el asesinato de líder popular Eliécier Gaitán en 1948, está partida en dos: los liberales y conservadores por un lado, que han ejercido desde entonces el poder y las fuerzas populares desplazadas absolutamente del mismo. Con la guerrilla marxista-Farc- más antigua del continente, es un Estado-Nación que como Saturno se come a sus propios hijos. Posee el récord de asesinatos políticos y de los otros. Esta carencia de seguridad así como la existencia de una base territorial de la narcoguerrilla fuera del control del Estado- el presidente Pastrana se retiró de ese espacio- vienen a justificar la teoría de los Estados fracasados(failed states) que sostiene la Comisión Hart-Rudman de Seguridad nacional de USA para convalidar una intervención armada en la región. Sigue Venezuela al que hicieron el más ajeno de los países suramericanos a Suramérica tanto por su cuantiosa producción petrolera que lo enfeudó a los Estados Unidos su máximo comprador como por su clase política- socialdemócrata o socialcristiana-que respondió durante casi medio siglo más a los dictados de las internacionales partidarias que a los requerimientos de su propio pueblo. Ha sido el ejemplo más claro de totalitarismo partidocrático. Esta clase ignoró por completo que “Venezuela, es como un engranaje, un engranaje geopolítico entre el Caribe la Amazonia y los Andes y tiene una excepcional ventaja geopolítica. En la fachada caribeña Venezuela, limita por el norte no como nos enseñaron a nosotros cuando éramos niños con el Mar Caribe, no. Venezuela limita por el norte con República Dominicana, Venezuela limita por el norte con Estados Unidos

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ahí está el Estado libre asociado de Puerto Rico. Venezuela, limita por el norte con los países bajos el Reino de los países bajos, Venezuela limita por el Caribe con Francia, los llamados territorio de ultramar, lo cual nos da una configuración geopolítica sumamente interesante además de todos estos países. Venezuela pertenece a esa gran cuenca del Amazona, siete millones de kilómetros cuadrados -me refiero a toda la Cuenca- con la que nos interconectamos no sólo con la selva, sino con los grandes ríos. El Orinoco se une con el Amazona por ejemplo en una gigantesca arterial vial, es como la arteria del Continente Suramericano, una de las riquezas más grandes que tiene el planeta, en cuanto a recursos de vías, biodiversidad y reservas para la vida humana” (Hugo Chávez, Visión estratégica de Venezuela, conferencia en la Escuela Diplomática, Madrid, 16/5/02). Paraguay y Uruguay medran entre Brasil y Argentina según convenga a sus intereses. Como este planteo se inscribe, siguiendo a Schmitt y Freund, dentro del realismo político, Chile no es tenido en cuenta en este análisis pues sucede simplemente que desde siempre la república del Arauco se aisló, tratando de desvincular sus destinos a los de Suramérica y no existe, a nuestros ojos, ninguna razón por la que vaya a cambiar su histórica y secular posición.Quedan finalmente los escándalos morales y políticos que ofenden los mínimos sentimientos de dignidad como lo son la existencia de factorías europeas, formalmente declaradas repúblicas independientes como son los casos de Surinam- bastardo Estado-nación creado por la civilizada Holanda. Guyana, dependencia inglesa poblada por 800 mil parias traídos por Inglaterra desde todos los rincones del mundo (hindúes, chinos, mongoles, africanos). Babel lingüística que hace incomprensible los más elementales trueques y tratos cotidianos. Finalmente, la colonia y presidio de Francia, Guayana, como último resabio de un colonialismo europeo que no quiere morir. Estas tres bazofias políticas, Surinam, Guyana y Guayana, no participaron ni participarán jamás de la historia político-social de la América del Sur –se piensan caribeñas- hasta tanto no dejen de ser una simple proyección europea para arrojar allí el detritus que les molesta a holandeses, ingleses y franceses. Su participación está condicionada a la opción por América, que aún no han realizado de motu proprio.

Segunda Parte

Nueva EstrategiaEl nuevo planteo que nosotros proponemos es la denominada “teoría del rombo”(*) que consiste en el reemplazo parcial de las viejas líneas de tensión estratégica continental. Y busca una mayor encarnadura y realismo político, habida cuenta de la opción ya hecha por el gobierno mejicano por el ALCA y la efectiva subordinación de todos los gobiernos de América Central y el Caribe (salvo el cubano) al poder norteamericano.

La exigencia de un realismo político descarnado, nos obliga a descartar por universalista y abstracto el “latinoamericanismo” emotivo, cordialista y grato a nuestros oídos, pero ineficaz a la hora de plantear una estrategia común para los pueblos indoibéricos. Hablar hoy de Latinoamérica, además de ser un error conceptual y una categoría espuria para determinarnos en lo que no-somos (lo crea Francia, y lo adopta USA, el marxismo y la Iglesia), es un sin sentido geopolítico porque es inviable y no plausible. Es un engaño porque es pensar sobre una categoría sin arraigo, sin encarnadura, sin realidad. Es un universalismo más como lo es el de “humanidad”, que no tiene manos ni pies al decir de Kierkegaard.

Esta exigencia de realidad a partir de la cual debemos plantear la Nueva Estrategia Suramericana(NES) no es óbice para dejar de lado la participación los otros pueblos americanos todos, pero

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claro está, ello se dará en mayor medida en que esos mismos pueblos logren modificar la política de entrega y subordinación de sus actuales gobiernos.Sobre el antecedente más ilustre de la NES es dable mencionar el de Juan Perón quien en una conferencia de carácter reservado en la Escuela Nacional de Guerra durante noviembre de 1953 sostuvo: “tenemos que quebrar la estrategia del arco que va de Río a Santiago y crear una nueva para América del Sur”. Y proponía a renglón seguido la creación de un área de unión aduanera y libre comercio entre Argentina, Brasil y Chile denominada ABC. Parece ser que no gustó a los poderosos de entonces pues Getulio Vargas terminó en el suicidio(1954), Ibáñez del Campo en el ostracismo interno y Perón, dos años después, en el exilio.

Para que una acción política sea eficaz deben converger tres elementos: hombres, medios y acontecimientos. Los hombres los tenemos, son los pueblos enteros hambreados de la región y los cientos de dirigentes desplazados del ejercicio del poder por los profesionales de la política. Los medios también, claro está, que son otros que los mass media, son las paredes de todas nuestras ciudades y los muros de nuestras fábricas cerradas. Y los acontecimientos nos son propicios: en Venezuela Hugo Chávez está en el ejercicio del poder luego de 40 años de dictadura democrática de los socialdemócratas y socialcristianos. En Brasil el Foro de Porto Alegre conmovió al one world de Davos y todos los intereses que ello representa. En Perú, huyó Fuyimori a su Japón natal y están en plena efervescencia político-social donde se vislumbran renovadas agrupaciones en el campo nacional y popular. Y en Argentina, el fracaso de De la Rúa no puede haber sido mayor, nos robaron la ilusión. Nuestro país está parado –20% de desocupación- y quebrado, entró en défault. Ante la nada está todo por hacer y crear o, de lo contrario, desaparecer.

La teoría del rombo con un eje Buenos Aires- Lima – Caracas- Brasilia como constitutivo de la nueva estrategia suramericana es lo que proponemos en este trabajo.

CARACAS

LIMA

BRASILIA

BS.AS

Ello permitiría la creación de un Gran Espacio con características de bi-oceánico, con salida tanto al Atlántico como al Pacífico. Con una masa poblacional con peso específico y de carácter homogéneo –lengua y convicciones similares-. Un gran espacio geoestratégico y geoeconómico con materias primas (minerales, hidrocarburos, gas, granos y carnes, flora y fauna) de primera importancia. Así, por ejemplo en minerales se

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encuentran el oro, cobre, cinc, manganeso, el 90% de las reservas conocidas de niobio del mundo, el 96% de las reservas de titanio y tungsteno, este último indispensable para la construcción de naves espaciales y misiles atómicos.

Este Gran Espacio cuenta con la ventaja de no ser una creación ex nihilo, dado que se realiza sobre el antecedente del Mercosur creación que tiene ya diez años de vigencia efectiva (Tratado de Asunción 1991). A lo que se le suma la experiencia del Pacto Andino.

El Hinterland suramericano

Esta Isla Continental que es Suramérica tiene casi 18 millones de kilómetros cuadrados con una población que sobrepasa los 300 millones de habitantes(ver nota) cuya mayor parte vive en la franja costera que la bordea y donde se ubican las ciudades más importantes a excepción de la reciente Brasilia.

“El Hinterland, afirmaba hace ya un cuarto de siglo el venezolano José Curiel Rodriguez, es una gran área del planeta que comprende las cuencas de los ríos Amazonas, Orinoco y del Plata. Es una vez y media la superficie continental de los Estados Unidos.”(1)

Este enorme territorio encerrado en este rombo imperfecto que expresa geométricamente nuestra teoría se encuentra prácticamente despoblado y genera las ambiciones de dominio de las potencias hegemónicas a través de teorías tales como la de “soberanía limitada” o acciones concretas como la compra de grandes territorios por sociedades estatales extranjeras. Con justa razón ha observado el politólogo Adolfo Koutoudjian que “Si comparamos con Asia o Africa, lo llamativo de este sub-continente es el enorme vacío central. Es la gran asignatura pendiente de la geopolítica suramericana. Seguimos siendo un continente poblado en sus costas que aún está avanzando hacia su interior. Esta situación implica un gran desafío geopolítico y económico para las posibilidades de realización y desarrollo de las patrias suramericanas. “El Dorado” aún puede estar en el interior continental”(2)

Entre los megadatos que nos ofrece este corazón suramericano es que genera el 30% del total de agua dulce del mundo y recursos hidroeléctricos incalculables. Encierra la tercera parte de las reservas mundiales de bosques latifoliados. Pero sobretodo es dable destacar la inteconexión fluvial de Suramérica que en el siglo XVI utilizaran los conquistadores españoles y que luego de cinco siglos permanece prácticamente en las mismas condiciones.

La vinculación hidrovial entre las tres cuencas: Orinoco, Amazona y del Plata permite la navegación desde Buenos Aires hasta Caracas y de este a oeste se presentan al menos tres conexiones interoceánicas.Así el sistema Orinoco-Meta permite la interconexión bioceánica entre el Puerto Buenaventura(Colombia) con Puerto Ordaz(Venezuela) con 1866 kms. de vía fluvial y 779 de carretera.El sistema Amazonas – Putumayo que une el puerto Belem do Pará(Brasil) con el de San Lorenzo(Ecuador) con 4535n kms. de vía fluvial, 230 de carretera y 549 de ferrocarril.La alternativa Amazonas-Marañón que vincula los puertos de Belem do Pará con el de Chiclayo en el Perú con 4.796 kms. de vía fluvial y 700 kms. de carretera.Además tenemos la salida al Atlántico de Bolivia desde su capital, La Paz, a través del Beni, Madeira, Amazonas. Sin olvidar la conexión con la red peruana a través del istmo de Fitzcarrald (3 kms.).

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En cuanto a la navegación norte-sur o viceversa, se realiza a través del sistema Orinoco, Casiquiare, Negro, Amazonas, Madeira, Mamoré, Guaporé, Paraguay, Paraná y del Plata. Es de destacar que la conexión Paraguay-Guaporé se realiza por sus respectivos tributarios los ríos Aguapé y Alegre y, atravesando la Laguna Rebeca y el riacho Barbados. Todo esto fue bellamente relatado por los hermanos Georgescu en su libro de viajes Los ríos de la integración suramericana(Caracas, 1984). Lo que permite afirmar que el tráfico fluvial entre Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, nueve de los diez países suramericanos, es una realidad al alcance de la mano que con un mínimo esfuerzo de los Estados involucrados se pondría en movimiento inmediatamente.

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El transporte fluvial consume tres veces menos combustible que el ferrocarril y siete veces menos que el automotor por tonelada y por kilómetro, al par que reduce ostensiblemente la contaminación ambiental. Comparando los tres tipos de transportes se realiza una economía de potencia de nueve y tres veces

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respectivamente. Una barcaza fluvial carga 1200 toneladas, un tren 40 por vagón y un camión sólo 30, lo que significa una clara economía de esfuerzos tanto en la carga y descarga como en el número de viajes. Así, esta hidrored, barata y segura permitirá la conformación de un espacio autocentrado en economía, ampliando el Mercosur y el Pacto Andino, con lo que su recurrencia a los mercados exógenos pierde el carácter de obligatorio como sucede hoy día, pues puede llegar al autoabastecimiento sin dificultades mayúsculas.

El espacio autocentrado

El carácter de autocentrado de este gran espacio está garantizado tanto por las producciones básicas como por la complementación tecnológica que, de hecho, realizan los países involucrados en el mismo. Así Argentina se ha destacado desde siempre en la producción de carnes y granos(la cosecha 2000-2001 llegó a la friolera de 67 millones de toneladas) y en las últimas décadas en el aprovechamiento nuclear de la energía(centrales atómicas, tecnología misilística). Brasil en la tecnología armamentista, subacuática, en medicamentos e informática así como en la producción de alimentos elaborados. Perú en industria pesquera. Bolivia y su industria minera. Ecuador en la tecnología farmaceutica indiana en medicina no-alopática. Venezuela con su capacidad petrolera y derivados. Paraguay y su capacidad horticultora y florifrutícola.

La capacidad productiva y tecnológica complementaria de todos nuestros países de la América del Sur le garantiza la autonomía y rompe la dependencia respecto de los otros mercados mundiales. Y lo trágico, y lo risible, es que esta capacidad está, que existe, o al menos existió. Y si bien fue desmantelada por los poderes exógenos para un mayor y mejor dominio sobre nosotros, es de fácil restauración. No hay que crear ex nihilo sino sólo reparar y recuperar. Dado que Iberoamérica posee todos los elementos necesarios para desarrollar sus propias empresas transnacionales con capacidad para enfrentar a las del primer mundo el sociólogo Heinz Dieterich Stefan afirma “El complejo biotecnológico-farmacéutico-medico de Cuba es, hoy día, en todos sus aspectos, comparable a una de las grandes transnacionales de Occidente. Si se uniera en una o dos grandes holdings con la respectiva industria brasileña y argentina, podría ocupar exitosamente una parte considerable del surplus mundial en este segmento de mercado que alcanza los trescientos mil millones de dólares. La empresa aeronáutica brasileña Embraer, a su vez, tiene todo el potencial para compartir en partes iguales con Airbus y Boeing el mercado mundial de la aviación y, más temprano que tarde, de la industria espacial, aprovechándose al Ecuador como el lugar geográfico de mayor ventaja comparativa para el lanzamiento de cohetes al espacio. Varias líneas aéreas latinoamericanas podrían fusionarse y garantizar no sólo un mercado natural para la industria aeroespacial criolla, sino que competiría en condiciones iguales con los europeos y estadounidenses. Las gigantescas exportaciones de materia prima -petróleo, minerales, granos, madera, etc.- garantizarían, por otra parte, varias grandes industrias navales en el subcontinente. En el sector energético se ofrece un Complejo suramericano, creado a través de la unión entre PdVSA de Venezuela, Petrobras de Brasil y la reestatizada YPF de Argentina. La física nuclear argentina y la brasileña mantienen todavía, pese a los sabotajes de los gobiernos neoliberales, un alto nivel de competencia y podrían ser el germen de un Complejo suramericano capaz de competir con las transnacionales Westinghouse y Siemens en energía nuclear. Y así, ad infinitum.”(3)

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El Rombo

El eje Lima-Caracas es fundamental para la estrategia particular del Brasil pues pone coto a la injerencia internacional sobre la Amazonia. Intervención que se ve venir bajo excusas como el Plan Colombia para combatir al narcoterrorismo por parte de las tropas norteamericanas, tarea que Colombia no puede realizar sola. Es sabido que también desde centros europeos de poder, sobretodo los estados nórdicos, han propuesto considerar la Amazonia de soberanía limitada por parte del Brasil, con el argumento de que proteger la flora y fauna del pulmón del mundo. Sobre este punto es clara la ambición de los Estados Unidos quien a través de sus dos últimos candidatos a presidente Bush y Al Gore dijo por boca del primero: Propongo que los países que tienen deuda con los Estados Unidos cambien esas deudas por sus florestas tropicales, lo que fue completado por el segundo: Al contrario de lo que los brasileños piensan, la Amazonia no es de ellos sino de todos nosotros.

Cabe hacer notar acá que esta línea de tensión cuenta con un antecedente ilustre: el de San Martín, quien persiguiendo por el gran río a los españoles libertó la región de Maymas (Amazonia peruana). El historiador peruano Víctor Andrés Belaúnde nos recuerda al respecto: “Nos dice un documento español de la época que San Martín al liberar Maymas se propuso comunicarse con Europa a través del Amazonas. Este ideal del padre de la Patria y de su gran ministro Unanue, tenía que marcar el rumbo a la política peruana.”(4). Vemos como el General San Matrín adopta durante su gobierno en el Perú una estrategia fluvial. ¿ Se deberá eso, al hecho de ser oriundo de la mesopotamia argentina, ese complejo formado por los ríos Paraná, Paraguay y Uruguay y colonizado por los jesuitas?.

En cuanto al eje Caracas-Brasilia le permitiría a Hugo Chávez consolidarse en el poder, porque contrapesaría la marcada influencia cubana en su gobierno, que por reacción en contrario genera naturalmente golpistas, alentados y financiados por los centros de poder mundial que ven en esta influencia peligrar sus intereses más inmediatos.Tanto Brasil como Argentina están obligados a un doble esfuerzo de persuasión y de aspiración con respecto a Venezuela y Perú. De persuasión respecto de la adopción de esta estrategia del Rombo en cuanto a los beneficios que redundaría y de aspiración como el mecanismo natural de movimiento político de toda la región.

Finalmente cabe recordar que el eje Brasilia-Buenos Aires fue descripto por el pensador peruano Francisco García Calderón hace ya casi un siglo, cuando sostuvo proféticamente: “El ochenta por ciento del comercio sudamericano corresponde al Brasil y la Argentina reunidos. Situados frente al Atlántico, el océano civilizador, son para el Nuevo Mundo los canales necesarios de la cultura occidental”(5)

La consolidación de este eje es de vital importancia en la construcción de un gran espacio suramericano de lo contrario perderemos definitivamente la posibilidad de ser y existir en forma libre y soberana en el mundo. Ello lo afirma categóricamente el pensador brasileño Helio Jaguaribe en un reciente reportaje: “ Si no logramos la consolidación del Mercosur y si no logramos constituir un área de libre comercio en Suramérica mediante un pacto apropiado entre nosotros y el Pacto Andino, estamos condenados a ser absorbidos por alguien en el 2005. En el momento que se constituye ALCA perdemos soberanía, pasamos a ser dependientes de fuerzas externas a la nuestra”(6). En este sentido es atingente pensar que así como USA pretende impedir la Unión Europea alargando la OTAN hacia el Este, en una incorporación permanente de naciones que hagan finalmente imposible dicha Unión, de la misma manera

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pretende alargar el Mercado de Libre Comercio hasta la Antártida, absorbiendo así a toda la América sudcentroamericana.

Conclusión

A la potencia mundial talasocrática- aquel imperio cuyo poder radica en el dominio de los mares- que busca absorber nuestra región al ALCA – Tratado de libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego- enunciado por G.Busch ante el parlamento de Estados Unidos en 1991 y enmarcado en el proyecto de one world- esta Nueva Estrategia Suramericana(NES) propone la creación de un “puente con la Unión Europea ” y en particular con las naciones que nos son afines tanto por lazos culturales – España, Portugal, Italia, Francia- cuanto por las inmensas inversiones que realizaron en nuestra región. Inversiones que los atan firmemente a los destinos de Suramérica, aunque más no sea en defensa de sus intereses empresariales.

La estrategia de la región no debe agotarse en este “puente con Europa” sino que debe proyectarse hacia la Antártida para poder discutir con poder en el siglo XXI sobre ese continente internacionalizado por el Tratado Antártico.

Esta estrategia debe continuarse hacia las naciones del África atlántica – Camerún, Guinea Ecuatorial, Angola y su proyección a Mozambique, con las que compartimos similares cosmovisiones. Ello permitiría hacer del Atlántico Sur una especie de Mare Nostrum , como observara sagazmente el ilustre pensador portugués Antonio Sardina (1887-1925), al modo como lo fue el Mediterráneo para los europeos meridionales en la antigüedad.

Sobretodo se debe trabajar sobre el Atlántico, habida cuenta que como muy bien afirma el General Heriberto Auel “en el siglo XXI el Pacífico será el océano político, así China, el antiguo Imperio del Centro que tradicionalmente no ha salido de sus fronteras, navega hoy con una Fuerza de Tareas las costas americanas del Pacífico”(7), de modo tal que la ocasión nos es propicia para fijar una estrategia sobre el Atlántico, que ha perdido interés para la potencia talasocrática mundial. Aun con marcadas diferencias respecto de nuestra propuesta, también el General brasileño Carlos de Meira Mattos, destacado especialista en temas geopolíticos también propone una estrategia Atlántica.

Plantear esta NES desde el movimiento obrero organizado argentino, disidente con el orden neoliberal de aplicación en la hora actual y su modelo político económico de exclusión de las grandes mayorías nacionales y populares en la participación de las decisiones que afectan los destinos de nuestros pueblos, es un signo más del cambio epocal a que estamos asistiendo.

Así como nuestros políticos han perdido toda credibilidad y prestigio debido a que las oligarquías partidarias usufructúan del poder para beneficio propio. Los candidatos son siempre los mismos y no tan solo los padres sino los hijos, nietos, sobrinos y parientes. De la misma manera nuestras cancillerías no están en condiciones de fijar ninguna política exterior habida cuenta que a partir de la tesis del “no-conflicto” del canciller de Alfonsín y de “la de las relaciones carnales con USA” del canciller de Menem, nuestro país quedó sometido “ a ser el de abajo” en las relaciones internacionales. Ante estas dos gravísimas abdicaciones proponemos esta Nueva Estrategia Suramericana.

Notas:

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A.- La CGT disidente, el Centro de Estudios Peruanos, sindicalistas del Frente Bolivariano de Trabajadores de Venezuela y de la CGTB de Brasil reunidos en Buenos Aires en la sede del sindicato de mecánicos los días 29 y 30 de marzo de 2001 a propósito del Primer Encuentro del Pensamiento Estratégico de la Patria Grande sostienen y proponen esta teoría como una alternativa concreta al modelo neoliberal en el plano de la política internacional suramericana. Siendo conscientes que la gran cuestión es, como sostiene el filósofo peruano Alberto Wagner de Reyna: “¿Puede el espíritu contrapesar el mercado?. Sabemos, al menos, que hay acciones y rentas morales que no juegan en la Bolsa. Es menester demostrar que los pueblos son valores superiores a los “valores” cotizados en Bolsa. Los pueblos llegan a su felicidad por la afirmación de sus propios valores.(8)”

B.- La población estimada de Suramérica a mediados de 2001 se distribuye aproximadamente así:

Brasil: 175 millonesColombia: 40 Argentina: 36Perú: 26,5Venezuela: 24Chile: 14Ecuador: 12Bolivia: 8Paraguay: 7Uruguay: 3,5

Total 346 millones

En cuanto a la distorsión geográfica de los mapas mundiales en uso es dable señalar que el científico alemán Arno Peters ha sido recientemente el primero en denunciar la falsedad del mapa mundi desarrollado por el cartógrafo Mercator (Gerhard Kremer) en 1569 y que desde entonces ha sido de uso universal. Así puede verse el paradigma eurocentrista de Mercator en el siguiente mapa en donde Suramérica con 17,8 mill.de km2, aparece más pequeña que Europa con tan solo 9,7mill.de km2.

Europa

Sud-amerika

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Arno Peters – Cartografía - año 1998

1.-Curiel Rodriguez, José: Pensando en Venezuela, Ed.Cultural Venezolana, Caracas, 1978, p.23

2.-Koutoudjian, Adolfo: Geopolítica sudamerinaca,en revista “Octubre Sudamericano”, Bs.As. N° 0, dic.2000.-

3.-Dieterich, Heinz: Necesidad de las empresas transnacionales latinoamericanas, Bs.As. agosto de 2002, publicación de internet, p.3.-

4.-Belaúnde, Víctor A.: Peruanidad, Lima, 1983, p.354.-

5.- García Calderón: Francisco: La creación de un continente, Biblioteca de Ayacucho, Caracas, 1978, p. 305.-

6.- Jaguaribe, Helio: Reportaje en revista “Línea”, Buenos Aires, octubre 2000.

7.- Auel, Heriberto: El océano político, Academia argentina de asuntos Internacionales, Buenos Aires, 2001, p.8.-

8.- Wagner de Reyna, Alberto: Crisis de la aldea global, Ed.del Copista, Córdoba(Arg.), 2000.

(*)Ha sido el sindicalista Horacio Ghilini quien bautizó esta teoría y quien colaboró junto a sus colegas Julio Piumato y Juan Carlos Schmid en la elaboración de varios de los temas de este trabajo.

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XIV- El viaje no buscado

Parece ser que el mundo de nuestros días oscila entre homogeneización total de la existencia – Mac Donald, Coca Cola, pensamiento único - y las “nuevas tribus” - barrios enteros sometidos a las maffias locales, guerras de extermino racial, nacionalismos periféricos. Oscilamos permanentemente del hombre light al fundamentalismo. En este movimiento contradictorio entre unificación y fragmentación, universalización y terruño, un fenómeno viene desarrollándose cada vez con mayor amplitud: la inmigración. Así, masas enteras se trasladan de un lado a otro en Africa, Asia, Europa y América. ¿Qué buscan?. ¿Qué pretenden?. ¿Por qué ahora más que antes?. Estas son algunas de las preguntas que debemos hacernos antes de abordar alguna respuesta más o menos coherente sobre el fenómeno migratorio.Todo hombre tiene junto con su tendencia natural a saber, a conocer, una inclinación hacia su felicidad personal. Así obra de tal forma que el resultado de su acción sea un mayor o mejor bienestar. Y cuando no puede satisfacer alguna de estas dos tendencias naturales en su lugar de origen las busca en otra parte. Este es el sentido último que viene a explicar la noción de traslado. Pero ahora parece ser que los traslados son cada vez más frecuentes y masivos. A ello contribuyen grandemente los medios de transporte y su variedad, aérea, marítima o terrestre, que han desarrollado una tecnología del transporte infinitamente superior a la de épocas pretéritas. Además, hoy se sabe casi al instante las medidas de recepción o rechazo de inmigrantes que toman los diferentes gobiernos, así como las ventajas comparativas que ofrecen los distintos mercados laborales.Nuestra postmodernidad parece una nueva feudalidad. Las fronteras son imprecisas, lo público y lo privado se mezclan, el individuo se conecta a la vez a los flujos mundiales y a las raíces locales. Por otra parte los Estados-nación se intercalan entre las comunidades locales que los constituyen y la civilización Occidental que a su vez está en estado de emergencia.Hoy se ha desatado una queja generalizada contra la inmigración masiva. Francia se queja de la invasión árabe, Alemania de la turca, Italia de la albana, Estados Unidos de la hispana y Argentina, para no ser menos, de la bolita(léase: boliviana, peruana, paraguaya, chilena).Es sabido que hay países expulsores, porque sus gobiernos no logran garantizarles a sus ciudadanos un minimun vital para poder desarrollarse como hombres y, por otro lado, existen países receptores, cuyos gobiernos admiten mano de obra muy barata para tareas innobles que sus ciudadanos ya no realizan. Así Francia acepta a sus árabes en tanto balayeurs, Alemania sus turcos como mineros y Argentina sus bolitas para cavar zanjas en las veredas porteñas.Hasta no hace mucho, en la época del Estado de Bienestar - hasta 1980- éste era concebido como gerente del bien común y otorgaba al inmigrante la recepción de colono,(al menos en Argentina) estableciéndolo en colonias que permitieron con el tiempo su arraigo a estas nuevas tierras. Hoy el Estado al renegar de su función primordial, ser agente de la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación, deja al inmigrante sin contención y librado a la explotación de las maffias que son las que lo trasladaron a tierras extrañas. Y si le exige algo, es la documentación y el contrato de trabajo al solo efecto de que pague impuestos. En ningún momento ni en ningún discurso oficial se exige la documentación por lo que ella es en último término: El acto oficial, por parte de un Estado dado, del reconocimiento de un individuo como tal. Cuya consecuencia político-jurídica es la transformación de un paria en sujeto de derechos.

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Iberoamérica, y Argentina en particular, donde todos llegamos más temprano o más tarde de los barcos, se caracteriza como aquella región del mundo que hospita al hombre que viene a ella desde lo in-hóspito, la guerra, el hambre, la persecución, en definitiva, de la imposibilidad de llegar a ser plenamente hombre. Negar o renegar de lo hóspito como carácter esencial de América es perdernos a nosotros mismos como americanos.En cuanto al tema preciso de la inmigración de iberoamericanos hacia Argentina ello está mostrando que existe un problema no resuelto por parte de nuestras republiquetas respecto del tema de la identidad de nuestros pueblos. Antes que fuéramos repúblicas éramos una sola nación, así lo barruntaron Bolivar y San Martín, pero al encorsetarnos en “patrias chicas” negamos la existencia de los otros - los bolis (bolivianos),los pilas(paraguayos),los yorugas (uruguayos),los macacos (brasileños),los chilotes(chilenos),etc.- surgiendo así este falso problema de la identificación de nuestros hermanos.Cabe preguntarse pues, si con todos ellos participamos de vivencias y valores comunes, enemigos y victorias compartidas a lo largo de quinientos años de historia en común. ¿ Es tan difícil pensar en la posibilidad de un documento único - válido inter nos - para todos los hombres que habitamos en el sur de América?. Los viejos filósofos decían que hay que primero distinguir para luego, de ser posible, unir. Dado que el saber pleno es unitivo, totalizador, es holístico para hablar a la moda. Y lo primero que estamos obligados es a distinguir, hoy en Argentina y el cono sur de América, entre inmigración e indocumentación. Así pues, la inmigración -inter nos- dentro de nuestra ecúmene cultural iberoamericana, es un falso problema. El asunto es el de la indocumentación razón por la cual un hermano nuestro, sea boliviano, peruano o paraguayo es explotado y tratado como un paria sin destino por los satisfechos del sistema, por los que usufructúan los pliegues del sistema para su enriquecimiento. Y esto no se arregla con “el todo vale” propuesto por algunos obispos, por el cual el inmigrante por el hecho de ser inmigrante es una maravilla, pues si todo vale no vale nada, ni tampoco con una deportación masiva, como algún funcionario trasnochado ha propuesto.

Los gobiernos expulsores y receptores deben asumir sus responsabilidades de una vez por todas y evitar tanto la partida sin documentos como la recepción incontrolada y sin ningún seguimiento. Ambos gobiernos deben evitar el mal del inmigrante, cual es la falta de arraigo, la ausencia del terruño y propender a su enraizamiento. Y esto se logra, en primer lugar, aprendiendo su historia y su lengua – cosa que el gobierno nacional dejó de exigir – pero sobre todo el nuevo arraigo empieza cuando trabaja la nueva tierra y puede gozar de sus frutos. Pues el hombre es y existe por su arraigo.

XV- Cultura , Nación y Constitución

Geocultura y pensamiento nacional:

La aproximación etimológica al concepto de geocultura nos indica que el término proviene del griego γη que significa tierra y del verbo latino colo /cultum que significa cultivar. Geocultura en una primera aproximación significa: cultivo de la tierra. Vemos de entrada como esta concepción es diametralmente opuesta a la noción de cultura libresca que nos imponen desde los centro académicos.Para el padre de los poetas latinos Virgilio la cultura está vinculada al genius loci (lo nacido de la tierra en un lugar determinado) y él le otorgaba tres rasgos fundamentales : Clima, suelo y paisaje. El

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genius loci así caracterizado de un pueblo podía compartir con otros el clima y el paisaje pero no el suelo. Así como nosotros los argentinos compartimos el clima y paisaje con nuestros vecinos pero no compartimos el suelo. Y ello no sólo porque sea éste último donde se asienta el Estado-Nación sino, desde la perspectiva de Virgilio porque el suelo es para cultivar por nosotros para producir nuestra propia cultura. Es interesante notar que lo mejor que da el suelo es el fruto que como tal puede gustar o no. Y cuando el fruto es acabado, es decir perfecto decimos que el fruto sabe bien. Y saber proviene del latín sapio y sapio significa sabor. De modo tal que podemos concluir que hombre culto no es aquel que sabe muchas cosas sino el que saborea la vida, esto es el sapiente que es quien une en sí mismo sabiduría más la experiencia por el conocimiento de sus raíces.

En cuanto al pensamiento nacional, éste hunde sus raíces en nuestra tierra. De ahí que tengamos pensamiento nacional desde siempre. Viene desde el fondo de nuestra historia y no es sólo argentino sino sobretodo iberoamericano. Es el pensamiento nacional de Patria Grande y no de Patria Chica como ha pretendido siempre el nacionalismo de carácter elitista de fronteras cerradas, llámese “mitrista”, oligárquico o desarrollista.

Etapas en la génesis y desarrollo del pensamiento nacional:1) El pensamiento de los libertadores y los hombres que trabajaron por la liberación política de América respecto de España. De esa época se destaca primero de todos Simón Bolivar, su maestro Simón Rodríguez, Monteagudo (argentino); José Cecilio del Valle(Honduras); Florencio del Castillo(Costa Rica); Juan Pablo Viscardo(Perú),etc. todos ellos proponen una gran unión americana para salir de la dominación extranjera.

2) Los pensadores de la segunda independencia americana, es decir, aquellos que buscaron denodadamente la independencia, social, económica y cultural de Nuestra América, como nos denominaba José Martí. Aquí debemos distinguir dos etapas: Una, alrededor del centenario(1910) y de la primera guerra mundial: Donde se destacan José Vasconcelos(México); Manuel Ugarte(Argentina); Frank Tamayo (Bolivia); José Rodó(Uruguay); Francisco García Calderón (Perú); Carlos Arturo Torres(Colombia); Euclides da Cunha(Brasil); Gonzalo Zaldumbide(Ecuador); Leopoldo Lugones(Argentina), etc. todos ellos proponen la liberación espiritual del continente hispanoamericano.

Otra, próxima a la década infame(1933-1943): Donde florecen José Luis Torres(Argentina); Joaquín Edwards Bello (Chile); Gilberto Freyre(Brasil); Ramón Doll(Argentina); Arturo Jauretche(Argentina); Carlos Montenegro(Bolivia); Jaime Eyzaguirre (Chile); Benjamín Carrión(Ecuador); Juan José Arévalo(Guatemala); Alfonso Reyes(Mexico); Natalicio González(Paraguay); Augusto César Sandino(Nicaragua); Antonio Pedreira(Puerto Rico),etc. todos ellos proponen la liberación cultural y económica de nuestros países al par que la construcción de la Patria Grande.

La génesis de la democracia liberal-burguesa1) El Iluminismo: Esta corriente de pensamiento que considera que sólo la razón del hombre es la luz interior que puede iluminar toda la realidad y nada más que la razón se ubica históricamente en las denominadas Generaciones de Mayo y de 1825. Sus hombres más destacados fueron Belgrano, Moreno, Monteagudo y Rivadavia.

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Sostenían que se puede modificar la realidad histórica por medio del ideal creado por la razón. Creían en una ley del progreso ineluctable que se impondría a la realidad histórico-social por obra del legislador y la leyes. Respecto de la historia es antihistórico. Respecto de la naturaleza tiene una concepción mecanicista. Respecto al derecho es universalista. Respecto a la conciencia nacional debe ser el Estado Centralizado por medio de la razón ilustrada quien debe formarla. Sus proyectos sociales fueron descabellados. Así, Belgrano propuso un monarca; Moreno implanto el Terror y Rivadavia pretendió iluninar al estilo de París la Gran Aldea.

2) El Romanticismo: Esta corriente se caracteriza por una exaltación de la naturaleza y la historia, encontrando en ambas una racionalidad intrínseca cuasi divina. Se encuentra muy vinculada al panteísmo filosófico según el cual Dios, o parte de él, está dentro de la naturaleza de las cosas. Y dentro de la historia se manifiesta como Razón Universal. Corresponde esta corriente a las generaciones del 37 y a la de los Constituyentes. Se destacan Etcheverría como el maestro; Eduardo Gutiérrez como el literato; Vicente Fidel López como el historiador; Juan Bautista Alberdi como el legislador y Mitre y Sarmiento como los políticos. Para esta corriente el progreso se impone como un fatalismo histórico optimista. Hay una coincidencia entre historia y progreso. Respecto de la historia es racionalista. Respecto a la naturaleza organicista. Respecto al derecho privilegia el de cada pueblo. Respecto a la conciencia nacional sostiene que se constituye a partir de los elementos del territorio, lengua, gente y cultura común.

3) El Positivismo: El término proviene del latín pono que sinifica lo que está presente a los sentidos, lo dado. Está sustentado sobre una concepción materialista de la vida y la naturaleza del hombre. En esta corriente se ubican las generaciones del 80 y de l910. Se destacan José Ingenieros como el filósofo; Alfredo Ferreira como el educador que sigue la escuela de Spencer; Carlos Bunge como el biologista; Florentino Ameghino el antropólogo; José Ramos Mejía el filósofo social y sus estudios sobre las neurósis de los hombres célebres; Paul Groussac el literato y Rodolfo Rivarola en el derecho penal seguidor de la teoría de Lombroso y su frenología, según la cual al criminal se lo puede determinar exteriormente por su aspecto y medidas anatómicas.En el aspecto evolucionista siguen a Darwin, en epistemología a Comte y en el aspecto utilitario a Bentham.El positivismo surge como consecuencia de la secularización progresiva del hombre y su mundo. Es un producto típico de la modernidad. El mundo se transforma y la sociedad debe a su vez transformarse de los estratos más bajos a los más altos. Como corriente de pensamiento se opone tanto a la metafísica como a la religión ahora estamos en la etapa de la ciencia.

Orígenes políticos de la Constitución

Se destacan a partir de los años 20 dos tendencias que buscan imponer sus formas de organización social y política: El federalismo y el unitarismo.Se opusieron así no sólo proyectos ideológicos diferentes sino intereses sociales, políticos y económicos. Se agudiza el enfrentamiento entre porteños y provincianos por el tema de la organización del país.Se produce el enfrentamiento entre legalidad (unitarios) y legitimidad(federales). Así los caudillos estaban legitimados por sus seguidores paisanos y tenían por meta la instauración de una forma federal de gobierno. En tanto que los unitarios querían imponer un gobierno centralizado en Buenos Aires.

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Los unitarios sostenían la unidad de las distintas regiones a partir de la hegemonía de Buenos Aires con un poder central fuerte y un Estado Centralizado. Los intereses ganaderos bonaerenses y del litoral se asentaron en el puerto y se complementaron con la demanda del mercado externo(Gran Bretaña) y entraron en contradicción con los intereses provinciales. Culturalmente adoptaron la postura la Europa ilumnista y laica.Los federales por su parte sostenía como modelo político un poder descentralizado. Postulaban la recuperación de las instituciones de origen hispánico como los Cabildos y las asambleas populares con participación directa del pueblo y su forma de elección por acclamatio.El respeto a las autonomías provinciales y municipales (Artigas, Güemes, Ramirez, López, Benavides etc.) Culturalmente sostenían la tradición hispano-criolla y su base religiosa católica. Tan así es que la bandera de Facundo Quiroga fue : Religión o Muerte.Se llegó finalmente, en 1853, y luego de cruentas luchas civiles y la batalla de Caseros(1852) con la caída de Rosas, a un acuerdo intermedio con constitución federal en la letra y unitaria en el ejercicio, que es la que está vigente hasta hoy día, a pesar de las distintas convenciones constituyentes realizadas, como la última de 1994.

XVI- Sobre mundialismo y globalización

Siempre convine comenzar aclarando que se entiende por los principales conceptos que se usarán en un artículo o estudio, para que el otro, el lector, sepa a que atenerse.Los términos de mundialización y globalización se suelen emplear en forma indistinta por la mayoría de los usuarios, pero en nuestra opinión es pertinente hacer una distinción. Mundialización es un concepto más antiguo, básicamente político, que significa la tendencia a la organización de un gobierno mundial único. El acento se coloca en la dimensión política de la unificación del mundo. Es un ideario que nace con los viejos iluministas como Kant, y pasando por toda la tradición socialista llega a nuestros días.Globalización es un concepto más reciente, básicamente económico, que proclamado en 1991 por George Busch, postula la constitución de un one world, el mundo como un gran supermercado en donde las reglas las coloca la OMG, su parlamento es Davos y su gerente el FMI.Como vemos ambos conceptos no son contradictorios no compiten entre sí, sino más bien complementan en la conformación de un pensamiento único y políticamente correcto.Tenemos un tercer concepto el de Aldea Global que pedimos aprestado a McLuhan que indica la unidad, de facto, del mundo por el avance tecnológico aplicado fundamentalmente a la especulación financiera -imperialismo desterritorializado – y a los medios masivos de comunicación.

Estado, Nación, pueblo

Así como el Estado ofrece el marco jurídico a una nación, aun cuando aquél sólo existe en sus aparatos y no “en sí”, pues su ser está dado por la nación que encarna. De la misma manera, la nación es la expresión del proyecto político-cultural que un pueblo se da para existir en la historia política del mundo. En tanto que un pueblo es un conjunto unido por una conciencia étnico-cultural(léase:valores)de pertenencia, pero no necesariamente política. Pues hay pueblos - los judíos ayer, los kurdos hoy- que no existen como naciones.Vemos pues como en la base se encuentra un núcleo de valores compartidos por un conjunto de hombres que denominamos pueblo. Este pueblo puede inscribir su existencia política en la historia si intenta instaurar su proyecto de nación. Esta existe formalmente si es reconocida; por otras

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naciones. Y jurídicamente si es representada por un Estado, a su vez reconocido por otros Estados. Así pues, la categoría de reconocimiento es la que da nacimiento al derecho internacional público. Si ella, las naciones quedan en potencia, como sucede con la Gran Nación Hispanoamericana, proyecto político de nuestros padres fundadores, San Martín y Bolivar, todavía no plasmado.

Humanidad y Poder político

Ahora bien, si al hombre para vivir le basta su pertenencia a un pueblo, y para hacerlo políticamente le alcanza con una nación encarnada en un Estado. Nos preguntamos ¿ en qué lo afecta o no la existencia de la humanidad ?.La idea de humanidad puede ser religiosa - los hombres todos descendemos de Adán y Eva o constituimos el cuerpo místico de Cristo-. O puede ser filosófica - el cosmopolitismo de los estoicos como Crisipo penetrado del Alma Universal-.Lo que no puede ser la idea de humanidad es política. La humanidad entendida como República Universal es una creación ideológica que desemboca en un totalitarismo político. “Al adversario no se llama ya enemigo (hostis) pero en cambio se lo coloca hors la loi et hors l‘humanité”(Carl Schmitt: El concepto de la política,cap.10)Así, el estado es negado al enajenar parte de su soberanía en un ente supranacional. Que si nos atenemos a la historia del siglo XX vemos, como acertadamente señala Thomas Molnar: “La creación de una organización supraestatal- y la ONU nos sirve aquí de ejemplo por excelencia- no es nunca el fruto de un consenso mundial, sino del interés que tienen las grandes potencias de la época en imponer a las demás naciones ciertas fórmulas. Dichos intereses están disimulados bajo una ideología mundialista, cuya encarnación es la organización supraestatal”(Cf. Nación y Humanidad). Así pues las relaciones estrictamente políticas se establecen entre los Estados y nunca con la humanidad. Al respecto afirmaba premonitoriamente el filósofo francés Joseph de Maistre(1753-1821) agobiado por la prédica que venía llevando a cabo el Iluminismo liberal en favor del humanismo universal cosmopolita: “ He visto polacos, rusos ,italianos; pero en cuanto al hombre, declaro no haberlo jamás encontrado”.Igual reacción encontramos en el filósofo danés Soren Kierkegaard(1813-l855) “Desgraciados de esos filósofos que declaman acerca de la humanidad, porque no se percatan que ésta no tiene manos ni pies. Sólo el hombre concreto los tiene, y éste es el que debe interesarnos”.Apreciemos que han pasado casi dos siglos del enunciado de estos pensamientos. En el ínterin muchos han sido los pensadores y hombres públicos que se han opuesto abiertamente al ideario liberal-cosmopolita. Pero nada pudo la oposición individual para torcer el brazo en la aplicación de la receta liberal en el gobierno de las naciones y el manejo de los hombres.Hubo también enfrentamientos sistemáticos que, en su momento, parecieron triunfar: los diferentes nacionalismos y el comunismo.Pero los nacionalismos fueron vencidos uno a uno como los diez indiecitos de la novela de Agatha Christie y el comunismo “por implosión” autosignó su partida de defunción con la caída del Muro del Berlín en 1989,aún cuando se escuchan algunos estertores en Cuba o Corea del Norte.Libre de oposiciones, Busch lanzó su idea del nuevo orden mundial de aplicación a la aldea global. Los gobiernos de las naciones que integran esta gran aldea planetaria son concebidos como los agentes de aplicación de las recetas propuestas por el scheriff planetario.Tres son los medios fundamentales con que cuenta el poder mundial en su tarea de persuasión y condicionamiento de respuestas en favor del nuevo orden: la producción incontrolada de billetes

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dólar, la producción del sentido de las cosas con el control de los mass media de alcance planetario y el incontrarrestable poderío militar.A la homogeneización del mundo, denunciada por nosotros aún antes de la caída del Muro de Berlín, corresponde una única imagen de hombre, hoy, paradigmática: el homo oeconomicus dollaris. Los iconos de este hombre son la droga, la imbecilización rockera mundializada, el alcoholismo infantil, la pornografía visual antierótica; la colección de baratijas, el baby talk, la moda clochard, los fast food de los Mac Donalds, el autismo musical de los walkman, los productos light, la cultura del zapping a control remoto como sucesión de imágenes truncas etc.etc.Occidente, renunciando a su significado original, se transformó en el metasistema que comprende ahora Filipinas, Taiwan, Hong Cong, Corea del Sur, Japón. Es decir lo que geopolíticamente se denominó Oriente, pero que ofrece los pliegues y las fisuras donde se desarrolla compulsivamente la idea de aldea global mercantil.

Multiculturalismo y Derechos Humanos

Los dos principios que sustentan la noción de aldea global son el multiculturalismo dentro de cada nación, basado en un relativismo cultural, que conduciría a la comprensión recíproca y a la convivencia universal. Y el dogma liberal de los derechos humanos del hombre universal surgido de la Revolución francesa, fundados no como verdad inherente a la persona sino en el consenso de los que deciden, sea la ONU o la Secretaría de Estado de USA. La nación que no respetare estos dos principios se hará acreedora de los cargos de racismo y totalitarismo, motivo por el cual el scheriff planetario puede justificar su intervención en dicho país. Hoy se ha quebrado, de facto, el principio de no-intervención en los asuntos internos de los estados.La finalidad de este proyecto mundialista-globalizante es lograr la uniformidad, la homogeneización del hombre a nivel global para transformar a los pueblos en público consumidor.La uniformidad del hombre se logra mediante el desarraigo de su tierra y su tradición cultural. Estrictamente, lo que denominamos país, o sea el lugar de los paisanos. Uno de sus medios ha sido la sugerida inmigración masiva de los pueblos del tercer mundo hacia los países centrales basada en la ingenua convicción que el multiculturalismo, el melting pot, el crisol de razas, conduce a la comprehensión recíproca y a la grandeza de las naciones, cuando en realidad lo único que ofrece es mano de obra barata para realizar trabajos bastardos. Hoy día esta inmigración llegó a su punto de saturación, los países centrales(vgr.USA,Francia,Alemania) la rechazan por peligrosa y es derivada hacia sus países satélites. Es que la parodia de la convivencia multicultural se ha hecho trizas. El invento político yugoslavo, las interminables guerras tribales del Africa arbitrariamente dividida por las potencias coloniales son, entre otros, ejemplos incontrastables.

El Derecho de los pueblos a la diferencia

Reiteramos nuestra idea. El pluralismo cultural, entendido como interculturalismo, es válido en el mundo únicamente a partir de las diversas ecúmenes culturales(iberoamericana, anglosajona, arábiga, eslava, etc.).Es por ello que nuestro universo es en realidad un pluriverso. Y es éste el argumento más poderoso a la propuesta de homogeneización monocorde de todos las culturas en una sola, como pretende el ideal del nuevo orden, hijo natural del cosmopolitismo iluminista del siglo de las Luces.

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En cuanto al publicitado dogma de los derechos humanos su significación es diferente según cada cultura. Acertadamente dice Tomislav Sunic: “Si un hombre reside en Brooklyn, sus derechos humanos probablemente tienen un significado diverso de aquel que asumiría si vive en Borneo; si es un musulmán fundamentalista, su sentido del deber cívico será percibido como algo diverso del que se conforma a los cánones católicos. Encontrar un denominador común para una miríada de destinos étnicos parece imposible. La ideología de los derechos humanos, acompañada de la teología de la aldea global, sugiere un hombre abstracto, un hombre en sí, cuando en su lugar, en la vida real, encontramos mejicanos, árabes o vietnamitas de carne y hueso, con los cuales no siempre compartimos las pasiones y los modos de actuar políticos”.(Cf. La aldea global y el derecho de los pueblos) Los derechos humanos se encuentran expuestos, hoy día, a la crítica demoledora de los derechos de los pueblos que vienen a representar la continuidad histórica de los mismos. Surgen de las memorias nacionales. De los que fueron sus valores encarnados; esto es, de sus bienes. Comparten sus mitos fundadores al decir de Mircea Eliade. Defienden sus identidades culturales en el desarrollo histórico. Se oponen a la homogeneización del mundo. Defienden el derecho a la diferencia. Son expresión de la especificidad de cada ecúmene cultural y sostenedores sus ideales. En nuestro caso, ante la organización planetaria propuesta ya no caben nacionalismos parroquiales atrincherados en vetustos esquemas de “países iberoamericanos como naciones completas”. Ello es políticamente estéril e ideológicamente reaccionario. Es necesario oponer el ideal de Patria Grande expresado en un Nacionalismo Continental Hispanoamericano.

Concluyendo observamos, entonces, como el mentado nuevo orden mundialista propone como modelo la aldea global mercantil y los pueblos, exterminadas sus identidades nacionales, uniformados bajo el concepto de público consumidor.El scheriff planetario se reserva la exclusividad del poder en sus tres aspectos- económico, cultural y militar- y sostiene como ideales, para el orden interno de las naciones, el multiculturalismo y los derechos humanos. Invocando los cuales, justifica la injerencia en el orden interno de cualquier nación del planeta. ¿Cuál es, mientras tanto, la respuesta de los pueblos?En unos casos el desmembramiento de repúblicas que fueron creaciones ideológicas. Así tenemos el mencionado caso yugoslavo; la separación de Eslovaquia de la república Checa; la de Moldavia de Rumania; las antiguas repúblicas de la URSS.En otros casos la lucha a muerte por existir en la histórica, como la de los kurdos, los somalíes, los palestinos, y ya en las puertas, los zulues y los viejos boers.En nuestra América tuvimos un aviso, con la aparición del Ejercito Zapatista en Chiapas, de que las cosas no van sobre rieles para los agentes de aplicación del modelo mundialista. En nuestro país, ejemplos abundan por doquier. Parangonando a Enrique P. Osés, silenciado luchador de la causa nacional, podemos decir que: “Todo indica que esto se acaba”.

XVII- Derechos humanos y pluralismo cultural (una estrategia cultural alternativa)

Derechos humanos

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Cuando los derechos humanos reciben su declaración explícita en la carta de las Naciones Unidas en 1948 todavía tenían como fundamento el hecho de ser una verdad reconocida libremente por todos, pues la misma era inherente a todo ser humano.Hoy a partir de la ética del consenso pregonada por Habermas y lo que queda de la vieja escuela neomarxista de Frankfurt, así como por la teoría de la justicia del liberal noramericano John Rawls, los derechos humanos son definidos por la voluntad consensuada de aquellos que deciden, y no por estar atados a la naturaleza de la persona humana.Este cambio es gravísimo porque siguiendo este procedimiento cualquier elemento o situación puede ser presentado como un nuevo derecho humano. Derecho a la eutanasia, al aborto, infanticidio, al matrimonio de homosexuales o con animales. Los altos funcionarios de las Naciones Unidas persiguen a toda costa el logro del consenso, pues ello adquiere fuerza de ley en los Estados que, como el argentino con la constitución de 1994 reconocen otra fuente de derecho, más allá de ellos mismos. O que en forma inconsulta o imprudente ratifican las medidas tomadas. De modo tal que, siguiendo esta lógica perversa, los Estados tienden a obedecer leyes que surgen de la voluntad de aquellos que crean el consenso como manifestación de su propia voluntad y no en orden a la mayor justicia respecto de un acontecimiento o situación dada.

Derechos de la persona

Nosotros proponemos un anclaje de los derechos humanos como derechos no ya del individuo sino más bien de la persona. No es este el lugar para la profunda disquisición entre individuo y persona, solo baste decir que individuo viene del griego átomos que significa indivisible y persona, también del griego prosopón, que significa rostro o máscara a través de la cual nos manifestamos.La noción de individuo indica que forma parte de una especie, en cambio la de persona sugiere, antes que nada, la idea ser singular e irrepetible, esto es, de único, porque está más allá de una especie. Así el hombre es individuo por formar parte de la especie homo, la persona es lago absolutamente diferente a toda especie o categoría y por eso se la ha podido definir también como: ser moral y libre. Vemos como la idea de persona implica necesariamente la de libertad no así la de individuo.Los Derechos humanos fundados como derechos de la persona rescatarían al mismo tiempo la dimensión íntima de la unicidad vivida, lo que exige el respeto a la más elemental forma de vida humana, y la dimensión social del hombre, que sólo se puede comprender plenamente en el “rostro del otro” que es lo mismo que decir en el “otro como persona”.

Multiculturalismo

La idea de que no existen culturas inferiores o superiores a otras es el principio metodológico de toda la antropología y la sociología contemporánea. Este relativismo de la cultura es sostenido como incontrastable e indiscutible por la inmensa mayoría de los estudiosos y difusores culturales.Negar o tan solo cuestionar este principio equivale a ser desplazado de todos los ámbitos académicos o comunicacionales como un troglodita o reaccionario.Sin embargo si estudiamos bien el tema el multiculturalismo con su relativismo, conduce él a la exclusión de otras culturas porque piensa la preservación y defensa de las identidades culturales limitando los intercambios entre ellas.

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Las culturas para el multiculturalismo son pensadas en una suerte de democratismo cultural como compartimentos estancos. Rechaza por principio la contaminación de una cultura por otra. Así va a preferir, por ejemplo, que los mapuches sean solo mapuches y no criollos integrados a nuestra cultura nacional. Esta es la consecuencia lógica del relativismo cultural pues se acepta que todas valen igual y no existe ninguna pauta superior que las jerarquice.

Pluralismo Cultural o Interculturalismo

El pluralismo cultural propuesto por nosotros viene a sostener que el mundo no es un universo como pretendió el pensamiento iluminista-racionalista sino un pluriverso en donde conviven diversas versiones sobre el hombre, el mundo y sus problemas. Estas distintas versiones son las diferentes grandes ecúmenes culturales que habitan la tierra.

La consecuencia de este pluralismo cultural es la idea de interculturalismo en donde las culturas son pensadas, no ya separadas unas de otras sino, unas entre otras.

Ahora bien, si las culturas interactúan y conviven entre sí, no solo no se pueden pensar por separado como sostiene le multiculturalismo, sino que además podemos encontrar algunas pautas superiores a ellas mismas que rompan el relativismo cultural a que nos tienen acostumbrados los antropólogos culturales y cientistas sociales.

De las diferentes ecúmenes culturales observamos la mutua influencia en algunos casos más y en otros menos. Así por ejemplo entre la cultura europea y la iberoamericana existen cierta comunidad de pautas culturales en donde ellos han llegado a expresiones superiores y nosotros en otras. Y si esto es así, como de hecho sucede y toda conciencia normal lo aprecia a diario y en múltiples ámbitos, ello indica que el relativismo cultural contemporáneo no es tal. Cuando al brasileño Héctor Villa-Lobos(1887-1959), compositor de música llamada clásica, lo entrevista el escritor cubano Alejo Carpentier y le pregunta que pensaba sobre el folklore musical, le responde: “El folklore soy yo” ofreciéndole, a renglón seguido, toda una preceptiva composicional iberoamericana. Sabido es, que los Preludios de Villa-Lobos son hoy para los guitarristas lo que antaño fueron los Preludios de Bach para los pianistas.

De todas maneras, no existe ninguna necesidad de establecer una escala aritmética de valores y disvalores, con el simple hecho de poder constatarlo, de poder mostrarlo se resuelve nuestra proposición a favor de la afirmación que dice que las culturas son relativas unas a otras pero no son relativas en sí mismas pues tienen un ser en sí que las determina en lo que son y que hace que, en aquello que son comparables unas con otras, las transforme en superiores o inferiores.

¿Cuál es la pauta o norma que hace que una cultura o expresión cultural sea superior o inferior a otra?. La producción de significaciones de mayor o menor validez universal. Se nos podrá objetar que el valor universal está dado por la cultura dominante, hoy día la anglo-noramericana. Y ello es cierto, pero no prohibe que una cultura, llamémosle periférica, no pueda producir significaciones de valor universal.

Viene ahora la pregunta: ¿Qué es lo que hace que una significación tenga valor universal? Para la antropología cultural como para el resto de las ciencias sociales es el hecho de ser aceptadas mayoritarimente, pero para la filosofía el fundamento no radica en la cantidad de aceptaciones sino en la naturaleza misma del valor expresado. Así cuanto más acabada y perfecta es una significación particular mayor validez universal ha de tener. Además la filosofía distingue entre valores vitales y del espíritu otorgándole primacía a estos últimos por ser expresión de lo divino que hay en nosotros según enseñaran los viejos filósofos griegos.

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Surge entonces un doble criterio de valoración para establecer la validez universal de las manifestaciones culturales: La mayor o menor perfección o acabamiento de la expresión y en tanto sea expresión de lo más sublime que hay en nosotros.

Las Ecúmenes Culturales

El término ecúmene οικουµενη que viene del griego, encierra dos ideas en una: morar, habitar y al mismo tiempo regirse, gobernarse. Ecúmene significa entonces extensa porción de tierra donde una comunidad humana habita, gobernada según sus propias pautas o normas. La Hélade era para los griegos su ecúmene cultural.Aún cuando publicitados ensayistas internacionales como Samuel Huntington o Francis Fukuyama sigan hablando de civilizaciones al estilo de Hegel o Dilthey nosotros preferimos hablar de ecúmenes por ser el término más rico y definido que el de civilizaciones.Hoy las ecúmenes que pueblan el mundo son: La anglo-sajona, la europea(latino-germano-eslava), la arábiga, la oriental, la india y la iberoamericana. El resto de las tierras habitadas como los casos de Africa del Sur y parte de Oceanía –Australia, Nueva Zelanda, se suman a la ecúmene anglo-noramericana con Canadá incluido.Estas seis ecúmenes culturales conforman el real y efectivo pluralismo del mundo, pero si este pluralismo lo pretendemos llevar al interior de ellas mismas, lo que estamos haciendo es ideología iluminista. Esto es, pretender eliminar las diferencias entre las grandes ecúmenes mezclando todo según la teoría del melting pot cultural, para disolverlas en un gran miasma cósmico que terminará en un desorden invivible que reclame un único gobierno mundial, tal como propone la ONU, que le ponga coto.(1) El salto indebido del sano pluralismo ecuménico o interculturalismo, siempre beneficioso para las diferentes civilizaciones, al espurio pluralismo en el interior de los Estados pertenecientes a cada una de ellas, es el error más grave de la modernidad en orden a la vida político-práctica de los pueblos. La democracia liberal y su pluralismo mal entendido que como modelo se ha impuesto, incluso manu militari, ha tenido como consecuencia la disolución de los valores nacionales. Esta imposición fue el agente provocador de gran parte de las guerras del siglo XX.Ante la homogeneización del mundo que viene imponiéndose no sólo por el avance exponencial de la técnica mediática sino incluso por las bombas- recordemos ayer Iraq y Serbia y hoy Afganistán-, debemos oponer el rescate del único y genuino pluralismo, aquel de las grandes ecúmenes. Así debemos propender a la creación o restauración de los “grandes espacios” que las contengan y dentro de los cuales regirá la autonomía federativa de hasta las más pequeñas regiones culturales. Esta relación entre los grandes espacios y las pequeñas regiones vuelve a plantear el viejo problema que se le presentó al filósofo Carnéades de Cirene, aquel del límite entre lo primero de lo poco y lo último de lo mucho. Corresponderá a la capacidad política del actual milenio su establecimiento para la buena vida.No es difícil pensar una Iberoamérica confederada o una Europa federada. Lo que es difícil pensar es una vida futura sin matices, toda homogeneizada bajo un solo patrón o medida, porque esa vida ya no será vida humana, sino solo supervivencia del hombre transformado en un homúnculo. Y eso es, casualmente, lo que no queremos para el hombre en general y para los hispanoamericanos en particular.

1.- Cfr. Informe de 1994 de PNUD(Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) elaborado por el premio Nobel de economía Jean Tinbergen según el cual la humanidad necesita un gobierno

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XVIII- La negación de la política como último modelo de dominación

Resumen: En nuestros días la economía ha reemplazado a la política como ciencia arquitectónica de la sociedad civil. La new left ha renunciado, ante el modelo del one world a pensar en términos económicos, como la hacía la vieja izquierda de Marx y Lenín, y se a reducido a la crítica cultural y progresista. Se realizan algunas distinciones entre populismo y nueva izquierda y se concluye luego de mostrar en la primera parte los modelo de donimación que ha soportado Iberoamérica que el modelo vigente es el económico tecnocrático sobre el político partidario.

El título nos obliga a hablar sobre dos cosas: sobre la negación de la política y sobre los modelos de dominación Y hemos creído conveniente una exposición de conjunto sobre Nuestra América como gustaba decir Martí, el cubano.Didácticamente conviene comenzar por los modelos pues son las megacategorías que condicionan la índole de lo que hoy entendemos por política.Los modelos de los que hablamos no son ecuaciones teóricas sino práctico-políticas, es decir, se mueven en el ámbito del obrar y del hacer. Y son elaborados, en general desde el final de la Segunda Gran Guerra por los centros de poder mundial, que desde el punto de vista filosófico son Centros de producción de sentido de las acciones y de los acontecimientos que ocurren en el mundo.Los modelos imperantes sobre nuestras repúblicas americanas desde el momento mismo de su constitución han sido, históricamente, los siguientes:

1823 Doctrina Monroe: América para los americanos. Enuncia los postulados de política internacional de los Estados Unidos, nunca dejados de lado, aunque siempre aggiornados con las distintas variantes que veremos a continuación. En la política concreta esta doctrina se resumió como: “América para los norteamericanos”.

1853 Destino Manifiesto: Con la compra de Baja California al Gral. Santa Anna lo teóricos de esta doctrina sostenían que Estados Unidos tenía una misión tutelar, la defensa de los principios democráticos en el mundo y su nación se podía extender hasta Tierra del Fuego. Para ello se van a apoyará en la diplomacia del dólar táctica que les sirvió tanto para penetrar financieramente a los países hispanoamericanos como para continuar la compra de territorios: Baja California 76.845 km; Alaska 1.517.603 km; Hawai; Canal de Panamá; islas Vígenes a Dinamarca; Bermundas; Santa Lucía; Terranova; Jamaica etc.

1901 Con Teodoro Roosevelt se inaugura la política del garrote o Big Stick, según la cual al que no obedece lo castigamos militarmente. Nace toda la política de intervenciones militares en Iberoamérica: Cuba, Nicaragua, México, Panamá, Santo Domingo,Haití, Venezuela, etc.

1933 Franklin Delano Roosevelt inaugura el New Deal o teoría de la Buena Vecindad. Para ello alentó la defensa continental y de la democracia. Al respecto ha dicho Perón: "en mi tiempo tenía vigencia la teoría de la buena vecindad, el asunto estaba en que nosotros teníamos que ser los buenos y ellos los vecinos".

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1948 Comienza a regir la teoría de la Seguridad Nacional que como motivo de la amenaza de la expansión del comunismo apoyó a todos los regímenes de fuerza instalados en el continente.

1991 George Busch lanza la Iniciativa para las América con el tratado de libre comercio (ALCA) de Alaska a Tierra del Fuego. La construcción de un Gran Supermercado en donde la política quede totalmente subordinada a la economía.

Antes de pasar al segundo punto es dable aclarar que para la aplicación de estos modelos los Estados Unidos, específicamente, han intervenido según el sociólogo mejicano Pablo González Casanovas en Iberoamérica más de 700 ocasiones. Pero si sumamos a ello las amenazas de intervención y sus chantajes diplomáticos, sus intervenciones en Hispanoamérica ascienden a 4000 veces.

Nosotros vivimos actualmente bajo el dominio de este modelo de dominación bautizado como de one world o mundo uno. Donde la política ha dejado de ejercer su función arquitectónica de la sociedad para cederla a la economía y los tecnócratas.Para todos los pensadores premodernos, esto es los anteriores a Descartes(1600-1650), y para unos pocos modernos el conocimiento a priori - independiente de la experiencia- de lo que constituye la felicidad para las otras personas no sólo era posible, sino que era un hecho. Por el contrario la sociedad moderna, liberal y secular, está basada en la revolucionaria premisa de que no existe ninguna información superior y autorizada acerca de la naturaleza de la felicidad humana para los otros.La única información digna de crédito es sobre las preferencias individuales. Vamos a explicarnos. La modernidad nace con el enaltecimiento de las ciencias experimentales y el modelo de la mathesis mathematica(su ambición es extender a todas la ramas del saber los procedimientos matemáticos). Todo ello apoyado en la convicción última de que la razón es la fuente primordial y única del saberSe desarrollan así las ciencias físicas, matemáticas y mecánicas. Y una de las últimas ciencias modernas creadas sobre el modelo de la mathesis mathematica es la economía que nada tiene que ver con la vieja oikonomía(norma de la casa) griega y romana. Ella viene a reemplazar, en última instancia, a la política y la ética como saber sobre lo bueno para "el otro".Así la sociedad liberal que en un primer momento se secularizó- es decir, la religión pasó a ser un asunto fundamentalmente privado- en un segundo momento( el nuestro de hoy día) plantea la neutralidad o intercambiabilidad política-travestismo político donde uno puede ser de cualquier partido o de todos los partidos- porque la política dejó de ser, como sostuviera Arturo Sampay, el gerente del bien común, para cederle esa función a la economía. Qué pasa entonces con la izquierda post muro o nueva izquierda y el peronismo o los movimientos populares iberoamericanos. Ambos, a primera vista, parecen arrumbados en el desván de las antiguedades. La nueva izquierda ha renunciado ante el proyecto de one world a pensar económicamente y desprecia a la sociedad burguesa neoliberal porque sólo piensa en términos económicos.Por el contrario, la vieja izquierda aceptaba la idea de bien común propuesta por la sociedad liberal-burguesa proponiendo como su contenido "la sociedad comunista de los productores asociados"(Marx-Lenín) e insistía en la precondición de la planificación central por parte del Estado.

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La nueva izquierda rechaza ambas ideas y se postula como un movimiento "progresista" tratando de destruir al homo oeconomicus pero sus consecuencias son regresivas. Es por ello que la nueva izquierda se parece, día a día, más a la antigua derecha.En cuanto al peronismo, ocupadas sus estructuras partidarias durante estos últimos quince años, primero por la variante socialcristiana de la renovación y luego por el neoliberalismo del menemismo, su reconstrucción debe comenzarse, aunque tomando a cuenta de inventario las experiencias fallidas, prácticamente desde cero.Hoy nos encontramos ante la obligación de repensar el peronismo y los otros movimientos populares indoibéricos, su mensaje político y su concepción estratégica desde sus documentos y experiencias históricas liminares. Una especie de "vuelta a los orígenes" que nos permita liberarnos de las muletas ideológicas que nuestros dirigentes tomaron a diestra y siniestra.Compartimos rasgos con la nueva izquierda: el rechazo del homo oeconomicus, la defensa de la vida y del equilibrio ecológico y la recuperación de la idea de comunidad.Pero como los movimientos populares son un realismo crítico (con bosta se hace paredes, célebre frase de Perón), ellos tienen una exigencia del contexto que hace, que del homo oeconomicus rechace sólo su aspecto de homo consumans, y no nieguen como petición de principio la prosperidad, rasgo connatural a la felicidad de los pueblos en sociedad.La defensa de la vida y el medio ambiente es asumida desde su aspecto trascendente y no simplemente por oposición a los herederos de Robert MacNamara y del Banco Mundial. La vida y el medio nos son dados por Dios para que la multipliquemos, trabajemos y disfrutemos para su mayor gloria y nuestra salvación personal y social en tanto miembros del cuerpo místico de Cristo.Finalmente la recuperación de la idea de comunidad para la nueva izquierda es un ejercicio limitado al campus universitario estadounidense. En el mejor de los casos alguna experiencia municipalista. Eso es todo.Por el contrario, para los movimientos populares, la comunidad(el ayllus incaico, el cabildo castellano o la asamblea popular) es su quintaesencia, su rasgo específico dentro del campo de la historia de las ideas políticas, su finalidad metapolítica por excelencia.Así pues, la función del político, sobretodo en los países dependientes, hoy llamados emergentes y ayer periféricos, es la de inventar el futuro, pues ellos están obligados, como decía Goethe a “ver en el presente las sombras de los acontecimientos futuros”. Esto y no otra cosa son los grandes Proyectos Nacionales(pro-iecto=tirado adelante) que nos están hoy faltando y que han sido reemplazados por el modelo neoiluminista y neoliberal del mundo uno o one world. XIX- La hegemonía intelectual de la izquierda progresista

Una tipología elemental de lo que se entiende por izquierda progresista se apoya en cuatro o cinco rasgos fundamentales.1. - La creencia de una existencia en sí de la igualdad humana, cuando los seres humanos sólo somos iguales en dignidad, pero en sí mismos diferentes unos de otros.2. - La igualdad humana acompañada del rechazo a toda distinción de clase, género o raza. 3. - Hostilidad a todo lo que confiere poder desde el mundo económico, llámese empresas, negocios o mercado.4. - Desprecio a los sentimientos patrióticos y a todo aquello que huela a militarismo u orden cerrado.

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5. - Buena disposición a creer en la buena fe de todos aquellos que hablan de lucha y de liberación.6. - Sentimiento de culpabilidad por el pasado de su país si ha intervenido en guerras de conquista o colonización.En definitiva, el intelectual de izquierda progresista tiende a repudiar el mismo orden social que le permite tiempo libre para estudiar, pensar, enseñar e incitar al cambio.La paradoja de nuestros días es que por primera vez en la historia existe una hegemonía cultural del progresismo a escala completa, en las universidades, academias, colegios, iglesias, prensa y televisión. Pero al mismo tiempo el proletariado industrial ha desaparecido, dejando de formar parte del imaginario colectivo y la opinión popular se aleja más y más de las ideas denominadas "progresistas".El fracaso mundial de la socialdemocracia en el poder ha hecho que este pase a manos de los ejecutores de políticas liberales en casi todo el mundo. La hegemonía intelectual de la izquierda progresista se da en todo el ámbito de la cultura y en la creación de la opinión pública, pero el manejo de los hechos políticos y económicos está en manos de los ejecutores liberales.El intelectual progresista a través de una hermenéutica de la sospecha siente la persecución obsesiva del poder y de la opresión del discurso tradicional, pues éste se maneja a través de la balanza equilibrada entre orden y libertad o autoridad y espontaneidad popular.Pero, ¿cómo funciona esta hegemonía? Como un grupo de interés unido por la ideología dominante de la igualdad, que se asegura un cargo rentado en una actividad de servicios respaldada por el Estado. El intelectual progresista de izquierda adquiere de por vida una renta estable como garantía contra el desastre social. El obtener una renta por actividades cuyos riesgos no caen sobre sus hombros, hace que su principal preocupación sea conseguir nuevos fondos para alimentar el grupo de interés para asegurar a cada uno de sus miembros la permanencia en el cargo.¿Cómo reacciona ante la crítica o la disidencia interna? Con el complot del silencio, sostenía Arturo Jaureche. A lo que habría que agregar: Con la demonización y la denuncia de incompetencia intelectual de aquel que piensa distinto. La crítica a lo políticamente correcto encarnado por el progresismo paga un precio costoso. Criticarlo, sea al enquistado en las universidades como al de las Iglesias, la prensa o la televisión es perder prestigio intelectual por carecer del reconocimiento de los pares que en su mayoría guardan silencio ante el disidente.La ideología igualitaria es tranquilizadora, se instala y se extiende suavemente en los ámbitos comentados, pero tiene un grave inconveniente la amenaza que representa el talento y la excelencia humana. El músico Salieri al no poder ser más que Mozart, le reclama al crucifijo antes de echarlo al fuego: "Tu me distes la vocación pero no los talentos". Este es el gran drama de la izquierda progresista, la esterilidad en la producción de sentido y en el orden de la investigación. La Universidad de Buenos Aires bajo el rectorado del Oscar Schuberoff en estos últimos 16 años es el más claro ejemplo de lo que queremos decir: Raleó a los pocos profesores talentosos y no permitió el acceso a ningún sapiente. Hoy el descrédito internacional de la UBA está generalizado.En el fondo es un ataque sostenido al concepto de mérito y aunque postula apoyar los estándares generales de educación y cultura, lentamente los socava. Porque no cree en la importancia de ningún criterio universal, salvo el de la igualdad de los hombres, es por ello que rechaza viceralmente la larga tradición del pensamiento tradicional que hunde sus raíces en la filosofía griega, la religión católica y el derecho romano.

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Este pensamiento tradicional tan íntimamente vinculado a la vida de los pueblos occidentales y especialmente a los iberoamericanos se le torna incomprensible al intelectual progresista de izquierda, porque en las elecciones no cuenta nunca con los votos y jamás sintió el placer de participar de sus fiestas. La ideología igualitaria lo lleva, irremediablemente, al resentimiento en la moral que tan magistralmente caracterizara el filósofo Max Scheler(1875-1928) "Propio del resentimiento es la falsificación de los valores pues como no puede ver con alegría valores superiores,(los talentos en el genio, las virtudes en el santo y las proezas en el héroe) oculta su verdadera naturaleza bajo la exigencia de igualdad. En realidad lo que quiere es la decapitación de los que poseen esos valores superiores que le indignan". (op.cit.p.188).

Segunda Parte (Filosofía)

I- La Filosofía como ruptura con la opinión o el ejercicio del disenso

Aun cuando desde los presocráticos se viene sosteniendo la escisión entre filosofía y opinión por aquello de Heráclito de Efeso cuando afirmaba que “El vulgo como los asnos prefiere la paja al oro”, es ciertamente Platón quien plantea en forma específica el tema de la filosofía como ruptura con la opinión. Para el hombre de espaldas anchas la contraposición entre doxa y episteme; doxa y sophia es total, el ejemplo clásico es la alegoría de la línea en la República.

En general puede decirse que esta caracterización de la filosofía ha sido adoptada por los verdaderos filósofos que en el mundo ha habido, desde Platón hasta Ciorán. Por el contrario los profesores, los que viven de la filosofía han sido siempre propensos a pensarla como justificación de lo que se hace y piensa en ese momento. La filosofía de la universidad o de la academia hoy, para poner por caso J.Habermas, es coincidente con la opinión publicada. Para ellos pensar es consensuar, para los genuinos filósofos, pensar es disentir.

El disenso es lo que permite crear teoría crítica, tanto en ciencias sociales como en filosofía. Y hoy, la mediocridad de ambas disciplinas radica en esta incapacidad de pensar críticamente. O lo que es lo mismo, explica la vigencia de un pensamiento único.

Así el pensamiento consensual por boca de los gurús de turno nos dice que la crisis de representatividad política radica en la corrupción de los políticos. Y así propone múltiples mecanismos para purificarlos: Eliminación de las listas sábanas, no repetición de los mandatos, declaraciones juradas de bienes, etc. etc., mecanismos que no son de suyo malos, pero que no llegan al meollo profundo del problema, pues son pensados desde un pensamiento no- crítico, desde el pensamiento conformista.

Por el contrario pensar desde el disenso implica caracterizar la crisis de representatividad política no como una falla de los medios para hacerla, lo cual no es falso pero no es suficiente para especificarla, sino por que lo que está en juego es la anulación de la política dado que ha cesado el principio de soberanía de las naciones.

La sola mención del principio de soberanía transforma cualquier pensamiento en políticamente incorrecto. Pues el concepto de soberanía es considerado por la opinión publicada pasado de moda, inactual, no vigente.

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Propongamos otro tema: el del imperialismo, para que se pueda apreciar aún más las diferencias, Para el pensamiento único, en su versión socialista, el imperialismo es la madre de todos los males y se ubica en Wall Street, y en su versión liberal no existe. Sólo existen empresas exitosas.

Por el contrario, para el pensamiento no conformista el imperialismo no está localizado en un lugar sino que se maneja en un espacio abierto de flujos de capitales sin codificar y desterritorializado.

El verdadero poder está ejercido por los poderes indirectos o indeterminados que bloquean ciertos canales y facilitan otros, ejerciendo el gobierno por condicionamiento de respuestas y no directamente.

Como puede apreciarse, en un caso se continúa caracterizando al imperialismo con las categorías socialistas del siglo XIX y en el otro, se lo describe más bien como imperio de la especulación dineraria o república usurocrática mundial, al decir de Erza Pound.

¿Se aprecia la diferencia de caracterización de las nociones de crisis política e imperialismo para el pensamiento consensual y para el disidente?. Bueno, esto mismo pasa en todos los ámbitos y planteos

Hace ya muchos años un filósofo alemán Nicolai Hartmann daba algunos simples consejos para constituir un buen pensamiento crítico. “El fenómeno, dato primario de la realidad, formula espontáneamente una interrogación; el problema resulta suscitado por la conciencia del sujeto en virtud de esa interrogación; la teoría es la respuesta que da el hombre a la pregunta por el fenómeno”(1)Así, primero había que describir sin preconceptos el fenómeno, esto es ir a las cosas mismas. No llegar a la realidad a través de la opinión o una idea preconcebida. Esto que hoy se llama ideologizar. En segundo lugar poner a la vista todos los problemas que esa realidad nos plantea, dejando para el final la elaboración de la teoría crítica que los explique y resuelva. Si se resuelven hay un desarrollo del saber, de lo contrario, quedan como problemas abiertos que son los que muestran la existencia de un algo inaccesible en el fondo del ser.

Es interesante notar que el pensamiento consensual al no ser crítico, aunque piense que lo es, adopta la vanguardia como método, la ciquiricata de los suyos como expresión y el silencio para los que no piensan de igual manera. El pensamiento disidente debe hacer un doble esfuerzo, primero poder ser aceptado como pensamiento por la opinión publicada que como hemos dicho forma parte del pensamiento consensual y, en segundo lugar, elaborar teoría crítica y no simplemente teoría de demonización como hace el pensamiento conformista.

¿Qué filósofo europeo o yankee lee a Nimio de Anquín o a Jorge Voglio? Ninguno. Porque sus nombres carecen de sentido para ellos, dado que sus centros de producción de sentido de las cosas, acciones y pensamientos no los consideran filósofos. Y eso que, el primero hizo escuela y el segundo llegó a vicepresidente de su país.

Ante esta realidad es dable rescatar la función moral del disenso que consiste aquí en expresar la opinión de los menos, de los diferentes ante el discurso homogeneizador de la ética

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discursiva o comunicativa que sólo otorga valor moral al consenso. Pues este pensamiento consensual – discursivo e ilustrado-viene en tanto que discursivo como un nuevo nominalismo a zanjar las diferencias con palabras y no a través de la preferencia o postergación de valores, como lo hace el disenso. Y en tanto que ilustrado, sólo permite la crítica de aquellos pensamientos, los llamados políticamente no correctos, o situaciones sociales que no encarnen los ideales ilustrados de igualdad y democracia.(2Pensar, y sobretodo pensar desde América, es disentir. Disentir ante el pensamiento único y políticamente correcto, pero disentir también ante la normalidad filosófica impuesta por el pensamiento europeo.

Pensar, y sobretodo pensar desde América, es disentir. Disentir ante el pensamiento único y políticamente correcto, pero disentir también ante la normalidad filosófica impuesta por el pensamiento europeo.

El esplendor del mundo, el sentido prístino de mundus es el de nítido o limpio, consiste en la diversidad étnica y cultural que lo constituye como un pluriverso y no como un simple universo como pretendió el pensamiento ilustrado. Este pluralismo cultural no debe ser entendido como un multiculturalismo en tanto relativismo cultural que conduce simultáneamente a la exclusión de otras culturas, sino que el pluralismo debe ser entendido como un interculturalismo donde cada identidad se piensa entre otras pero a partir de su diferencia.

El multiculturalismo se dirige a la defensa y preservación de la identidad cultural limitando los intercambios, porque su presupuesto filosófico es el democratismo cultural que acepta que todas la culturas valen por igual. Es en el tema la última expresión del pensamiento moderno: el totalitarismo relativista de la decandente antropología occidental.

El interculturalismo viene a sostener que las identidades culturales se constituyen viviendo con y entre otras, pero esta convivencia se hace a partir del respeto a la diferencia específica de cada una de ellas. El mundo no es una mescolanza. Su presupuesto filosófico es que las culturas valen distinto, en tanto que producen significaciones de mayor o menor valor universal. Esto no quiere decir que se pueda establecer una toponimia geométrica de cada cultura, sino simplemente que las diversas ecúmenes culturales ante idénticos fenómenos producen expresiones de mayor jerarquía y superioridad unas respecto de otras.

Esta posición, enraizada en el disenso, es la que permite la quiebra del relativismo cultural contemporáneo.

1.- Hartmann, Nicolai: Metafísica del conocimiento, Buenos Aires, Ed. Losada, volumen I, 1957, pág.174.- 2.-Cfr. Buela, Alberto: Ensayos de Disenso, prólogo de A.Wagner de Reyna, Barcelona, Ed. Nueva República, 1999, pág.84.-

II- La formación de identidades, un proceso activo de transmisión de valores

Tiene el gaucho que aguantar Hasta que lo trague el hoyo O hasta que venga algún criollo,En esta tierra a mandar.

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La otra América

Quisiera empezar primero con una distinción de uno de los más importantes filósofos europeos que se llama Enrico Berti, quien me manda una linda carta en la que dice "Argentina forma parte de l´altra America", fíjense qué interesante, él no me dice que Argentina forma parte de Latinoamérica, porque no se puede confundir, ustedes saben que hablar de América Latina es la primera colonización cultural que sufrimos. Hernández Arregui –este gran pensador de la izquierda nacional– decía, en la última edición de su libro Qué es el ser nacional, "esta versión que el lector tiene a la vista es exactamente igual a la primera salvo en el reemplazo cada vez que lo he estimado necesario del falso concepto de América Latina, creado en Europa y utilizado desde entonces por EE:UU."(1)Con relación a estos países se disfraza una de las tantas formas de colonización mental. ¡No somos latinoamericanos!, lo hemos explicado una y mil veces y Enrico Berti, uno de los más eximios estudiosos de Aristóteles en el siglo XX, que es un profesor que debe tener como 80 años ahora, nos dice: "la Altra America" = la otra América. Altra quiere decir otra, en latín se dice alter, de ahí alternativa, pero también viene de alter ,altercado. Y cuando los hombres se pelean se abrazan en la lucha para distanciarse, para tratar de diferenciarse. Altra y alter quieren también significar lo diferente, lo distinto. Pero, ¿lo distinto de qué?. ¿La “otra” de qué, somos nosotros cuando Berti dice l´altra América?. Somos distintos de los Estados Unidos que se apropió, entre otras cosas, del nombre de América. Obsérvese que no decimos graciosamente de Norte América, porque tanto Canadá como Méjico están allí.

Esto propicia este tipo de meditación sobre nuestra identidad, digo "nosotros", por aquello que Martí decía: "Nuestra América", la que nos pertenece por derecho propio.Desde el punto de vista cultural tendría que hablarse de Iberoamérica, para incorporar indubitablemente al Brasil. Nosotros, desde la Segunda Guerra Mundial, no podemos llamarnos americanos porque los estadounidenses se apropiaron no solo de nuestras riquezas, sino también del nombre, sin embargo nosotros somos tan americanos como ellos. Se puede también hablar de la América criolla aunque alguno que no sea tan criollito se va a sentir desplazado, pero se debe tener en cuenta que uno no es criollo sólo por el nacimiento sino que uno “se hace criollo” en Iberoamérica o Hispanoamérica por más que este último término haya sido desgastado por el uso intensivo que hizo la España de Franco, pero de una vez por todas nosotros tenemos que parar de decirnos latinoamericanos, porque allí nosotros nos extrañamos por el nombre, nos alienamos al designarnos con un falso nombre. No olvidemos como dice el gran poeta Leopoldo Marechal: No olvides que cuando se elige un nombre, se elige un destino. Si fuera por lo latino los italianos se dirían latinos y no lo hacen, porque para los italianos, que son de alguna manera el paradigma del hombre universal (al pasar por la romanitas), son simplemente latinos los que habitan en el Lacio. Pero, si será grande la falsedad del nombre latinoamericano, que a ninguno de los habitantes de Quebec, del Canadá francés, quienes también podrían decirse latinoamericanos, se les ocurre denominarse así.La de Latinoamérica es una categoría de dominación que crea Chevallier, el canciller de Napoleón III, para intervenir en México con su aventura del Maximiliano de Austria, al decir "vamos a salvar a la raza latina", porque querían intervenir en nuestra América. Mientras tanto, un general

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mejicano de la época le manda una carta en la que le dice: "termine de luchar en favor de los latinos porque están matando a los mejicanos". Estas son las paradojas de los términos. En filosofía siempre hay que empezar por los términos. El término "americano", cuyo origen histórico es por Américo Vespucio, tiene un origen etimológico un poco dudoso –lo que se sabe es que viene del gótico hámis(casa)- rich(jefe), etimológicamente quiere decir "el que manda en su casa". Es decir nosotros mandamos en nuestra casa como los estadounidenses mandan en la de ellos.Entonces podremos llamarnos como San Martín y Bolivar ¡americanos!Por otra parte, el término "latinoamericano" lo usaron y lo usan los franceses para curarse en salud en el ámbito cultural a pesar de que en nuestra ecúmene no participaron ni participan en el plano existencial o vivencial. Lo usan los yanquis, y después lo usa el marxismo a partir de los años ‘60 y también la Iglesia, con su colegio Pío Latinoamericano de Roma para los curas “bolitas”. Nosotros lo hemos estudiado la obra de Perón y hasta los años ’60 nunca usa el término "latinoamericano". Usa los términos “hermanos americanos”, usa el término "suramericano", ni siquiera sudamericano que es un galicismo, americano, hermano americano, continental, como utiliza ese gran pensador peruano que fue Francisco García Calderón, que tiene un libro extraordinario de 1909, Creación de un continente.

El acceso a la identidad

Al hablar de "los hermanos continentales", estos hombres que eran de la generación del '10, del centenario, ven a Suramérica como un continente, como “algo que contiene". Y hoy contiene a trescientos cuarenta y seis millones de habitantes que hablan más o menos la misma lengua, las mismas creencias y han tenido los mismos enemigos.Entonces la identidad de los pueblos se construye a través de la historia, y de dos elementos fundamentales, los valores y las vivencias que se comparten.Las vivencias son las de carácter histórico que están determinadas fundamentalmente por los proyectos que se llevaron o se intentaron llevar a cabo y por los enemigos de éstos. Los proyectos de San Martín y Bolívar, eran proyectos en común. Uno venía del norte, otro venía del sur, ¿Y cuáles eran las vivencias?, las luchas por expulsar al enemigo. En aquella época el godo, el español. Que luego fue reemplazado por los británicos y posteriormente por los yanquis en el proceso de explotación y extrañamiento a que fue sometida Nuestra América durante estos dos siglos de virtual independencia.Entonces sí nosotros sabemos quiénes somos, podemos determinar al enemigo histórico, que hoy es la potencia talasocrática por excelencia, con la que no tenemos nada que ver, pues somos mundos diferentes. Nosotros tenemos una tradición que es grecorromana, hispano-católica, caudillista. Tenemos una representación por medio de lo que llamaban los medievales "acclamatio" –en castellano, aclamación–, que es la democracia directa. Fíjense que todavía perdura en los gremios, se vota por aclamación, que es la democracia directa. Así desde la época colonial a nuestros días tenemos ejemplos. ¿Cómo se hace nombrar Irala gobernador de Asunción? Por aclamación de sus huestes. ¿Cómo lo proclama a Perón el pueblo en 17 de octubre de l945?: Por aclamación en la Plaza de mayo. Hoy las Asambleas populares y los piqueteros se manejan con la acclamatio como mecanismo de elección y no con la urna bajo el brazo.

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Esta institución de la acclamatio es recuperada por un politólogo como fue Carl Schmitt, en un trabajo que se llama Sobre el parlamentarismo.Observen que todo esto no tiene nada que ver con “la otra América”, el otro mundo que es veterotestamentario, el mundo capitalista noramericano, que se apoya en el antiguo testamento, es un mundo protestante, calvinista, industrialista, donde la noción de éxito es fundamental, porque se salvan los que tienen éxito, el mundo que, de alguna manera, es el mundo de la razón calculadora. Pero lo que ellos no ven es que ese mundo entró en crisis. Voy a intentar explicar por qué.

La crisis de la modernidad

Nosotros estamos viviendo hoy la época posterior a la segunda guerra mundial, vivimos el lanzamiento de dos bombas atómicas sobre Japón, estamos viviendo una crisis de los grandes relatos universales. El hombre pensaba en la modernidad, que existía el progreso indefinido, la idea de progreso universal. Hemos visto en la segunda guerra mundial, que el máximo poder de la técnica llegó a Japón con Hiroshima y Nagasaki , y allí la técnica entró en contradicción con la moral por la matanza atómica, de niños aún no nacidos muriendo por la culpa de sus padres.Hemos visto la democracia como forma de vida, lo hemos vivido en esta patria con la generación de la restauración democrática de Alfonsín: "con la democracia se come, se vive, se educa, se baila y se salta". Pero ¿con qué democracia? Con la democracia formal, vacía, una democracia que ha hecho crisis de representatividad, porque estos políticos no representan a nadie. Esta democracia que en los últimos veinte años en Argentina condenó al 52% de la población a vivir debajo de la línea de pobreza. Este tipo de democracia es un instrumento de dominación y extrañamiento.

Pero hay otro tipo de democracia, que es la democracia de nuestros países, que decía un boliviano Carlos Montenegro, ideólogo del MNR, es esa democracia que está debajo de las repúblicas, que es el motín cuyo mecanismo es la famosa acclamatio, que establece la democracia directa, que asegura la vinculación del pueblo con su líder o caudillo.(2)A todo esto los cientístas políticos lo llaman populismo, demagogia, totalitarismo; pero nosotros sabemos que la mejor manifestación que tiene el pueblo es en la calle, no es el pueblo votando, porque uno no vota como pueblo, vota como individuo. Pero cuando se manifiesta, ahí se manifiesta como pueblo porque está participando de valores comunes. Entonces uno ve que una bandera lo despeina y si estuviera como individuo diría “qué está haciendo, por qué me despeina”. Viene a cuento de la famosa anécdota: “pero cómo, ¿usted no es peronista?”. Nadie se va a quejar porque lo despeine una bandera, porque está participando, está formando parte de un acto público popular.En definitiva, en ese acto y por ese acto sabe que hay enemigos. De la patria y de los valores que lo sostienen a él y a ella.Cuando uno vota en el cuarto oscuro, no hay enemigos, hay una opción entre males menores, pero cuando uno manifiesta, el enemigo está ahí.Esto nos lleva a plantear toda la crisis de representatividad política.Nosotros, después de quinientos años y a pesar de las múltiples opresiones sufridas, de la actitud servil de nuestros gobernantes y hombres públicos respecto de los variados centros de poder, de la mentalidad imitativa de nuestros culturosos intelectuales que traicionaron y traicionan la

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preferencia por nosotros mismos, llegamos a ser alguien, caracterizados como “ lo otro" en el universo occidental. Somos el extremo occidente.

A nosotros nos dicen la otra América, somos otra cosa y ser otra cosa es a su vez ser reconocido como alguien, dejamos de ser algo. Hace poco, Helio Jaguaribe, este gran sociólogo brasileño, hablaba de este gran espacio suramericano de trescientos cuarenta y seis millones de habitantes, con dieciocho millones de kilómetros cuadrados, es decir, el doble de Europa, el doble de los EE.UU., navegable de Caracas a Buenos Aires, con el 30% de los recursos de agua potable del mundo, con la cuencas del Amazonas, del Orinoco y del Plata unidas. Y decía, nosotros somos algo serio, no es para deprimirse porque nuestros políticos no estén a la altura de las circunstancias. Tenemos un peso específico más allá de la flaqueza y de las debilidades de nuestros dirigentes. Que nuestros dirigentes, de alguna manera, le quiten el pan al pueblo no quiere decir que nos quiten la posibilidad de existir, nosotros tenemos la posibilidad innata de existir y por ende de pensar y de luchar para que las cosas se hagan de la manera más equitativa posible. Nuestros dirigentes nos quitarán el pan y nos someterán a las peores circunstancias, pero nosotros tenemos la mejor matriz –en lo que hace a la identidad cultural– para construir un gran espacio propio.

La identidad no es la repetición mecánica de lo idéntico

Cabe aclarar que la defensa y búsqueda de la identidad no radica en la repetición ritual de modos, maneras y costumbres, como lo hacen nuestros centros tradicionalistas cuando desfilan de paisanos. Eso no es malo, pero se está limitando al orden de la repetición. Siempre discuto en los centros tradicionalistas. La vez pasada viene uno, con un pompón en la cabeza, o monta con emprendado de plata y botas de potro –mi abuelo usaría emprendados de plata con botas de cuero, pero botas de potro era usada por los más humildes junto con cabezada y riendas de cuero-. Otro vino con una tenaza cromada, otro con un lazo pintado de plateado. Vemos como la repetición tiene mucho de remedo, de mala copia. Si la identidad es la repetición de actos, estamos liquidados.

La identidad de los pueblos no es la repetición de actos sino la reencarnación de valores que forman parte de su tradición. ¿Qué es la tradición? No es juntar cosas viejas, la tradición es la transmisión de valores de una generación a otra. Una generación transmite a otra ciertos valores y pospone otros, no transmiten todas las cosas. Acumular una tradición nacional es casualmente eso, acumular cosas valiosas de una generación a otra. No es la simple repetición de actos, porque si no, tal como estamos vestidos aquí, ninguno formaría parte de la Argentina. Es la diferencia que hay entre la sustancia y el accidente. Lo sustancial es lo que se transmite como valor, el accidente es la forma o manera como ese valor se expresa. Esto que es la repetición los latinos la llamaban “ídem”. Pero hay otra palabra que nos indica la identidad, que es “ipse" y quiere decir ser sí mismos.

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La identidad nace de la preferencia de nosotros mismos

Para entender la identidad nacional, tenemos que partir del ipse, del ser sí mismos.¿Cómo somos sí mismos? Somos sí mismos cuando nos preferimos a nosotros mismos. Preferirse a uno mismo es no imitar.Perón decía: “No seamos un espejo opaco, que imita e imita mal”.Porque imitación es lo que ha tintineado en la inteligencia culturosa indoibérica, que piensa así: “Veamos qué autor está de moda, cómo lo presentamos, y qué traducimos de él. Luego lo traemos, para que hablando de él, nos mencione a nosotros”. Todo en un lenguaje centroeuropeo que cuanto más abstruso mejor.En las universidades, que son las máquinas de hacer chorizos de la inteligencia vernácula, no producen una sola inteligencia nacional. Esto es lo que está, compren libros de autores europeos o autores a imitación de los europeos. Fíjense que el autor más consultado en la Universidad de Buenos Aires, el dato es de Clarín, es el divulgador científico filosófico Gregorio Klimosky cuyos textos están obligados a leer todos los alumnos del CBC y que son una copia lisa y llana los epistempólogos y analistas europeos. Amén de formar parte él, de la troika que nació junto con Schuberoff (rector con Alfonsin y el primer Menen) y su continuador Jaín Etcheverri (rector con el último Menen, De la Rúa, Duhalde y Kirchner). Esto es lo que hay que erradicar, el remedo. Hay que erradicar el espejo opaco del que hablaba Perón. Preferirse a uno mismo es decir: voy a preferir los valores que hacen a mi tradición cultural que se expresa bien en una lengua, que es esta lengua que yo hablo. La preferencia de nosotros mismos nace del acto primordial por el cual privilegiamos “ el nosotros” a los otros.Esto no quiere decir que reneguemos de lo otro, simplemente nosotros tenemos que preferirnos a nosotros mismos, privilegiándonos. ¿Cómo se funda esta tradición cultural? Se funda en los valores y en las vivencias, es decir, la identidad de un pueblo no está realizada de una vez y para siempre, no es algo pétreo, es algo que se construye en la historia.Si esto es así, y ya hemos visto cómo debemos llamarnos, cuál es la diferencia que hay entre identidad de repetición e identidad de preferencia. Y si hemos hablado de los valores y de las vivencias, nos resta ahora hablar del pluralismo cultural que es quien expresa la posibilidad de existencia de las diferencias.

La primer paradoja es que el discurso del pensamiento único –expresión que impuso Alain de Benoist, en su revista Elements, de París, que después tomó Ignacio Ramonet de Le Monde Diplomatique – se maneja sobre la idea de pluralismo y , nosotros también debemos entonces hacer la distinción.

Según la visión que nos viene del mundo moderno, desde el proyecto iluminista, el pensamiento consistía en cuatro o cinco relatos fundamentales: la idea de progreso, la democracia como forma de vida, el cristianismo subjetivizado, la razón calculadora, etc. -

Este pensamiento nace con Descartes y la Reforma, es decir, el hombre transformado en sujeto, en una res cogitans, luego en una apreciación subjetiva del tema del cristianismo y

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simultáneamente la instrumentación de la razón en su aspecto tecnológico, lo que llaman la razón calculadora y su construcción la mathesis mathematica.

Pluralismo sin relativismo

¿Cuál fue la proyección social de estas ideas? El pluralismo. Por ejemplo a través de la idea de tolerancia, no como virtud, sino la tolerancia por la tolerancia, como ideología. Eso lo dice Montaigne que es clarísimo con el tema de la definición de la tolerancia y de todo el pensamiento iluminista. ¿Cómo se plantea el tema del pluralismo? El pluralismo debe sostenerse y alentarse en la medida en que es un relativismo que invade toda la sociedad, es decir, no hay ningún valor verdadero ni ningún valor falso. Menos aún un valor superior a otro. Ya decía Discépolo “todo es igual nada es mejor”.Esta idea de pluralismo es difícil de erradicar, porque cuando uno la critica puede pasar a ser considerado un reaccionario, cosa que nadie quiere ser. Ser un reaccionario es ser un hombre fuera de la humanidad. Cuando en realidad el carácter reactivo es propio de los seres vivos y no de los cadáveres.¿Cómo debe plantease el tema? Se debe plantear dentro de lo que se llaman las ecúmenes culturales, es decir, el mundo está constituido por varias ecúmenes culturales, como pueden ser la ecúmene iberoamericana, la europea, anglosajona, arábica, oriental. Ecúmene quiere decir en griego: porción grande de tierra habitada. Para los romanos el Imperio era su ecúmene así como para los griegos lo era la Hélade.La teoría iluminista consiste en sostener que el pluralismo se debe plantear no sólo dentro de las ecúmenes culturales sino además dentro de los Estados nacionales que la componen. Al contrario, nosotros sostenemos que estas ecúmenes se constituyen porque hay valores compartidos, lenguaje compartido, creencias compartidas, vivencias compartidas, instituciones compartidas, como pasa en el caso de Iberoamérica. Por lo tanto, el pluralismo no debe darse en su seno ni en el de los Estados-nación, sino que el pluralismo se debe dar entre las ecúmenes culturales. Al respecto afirma el afamado politólogo Giovanni Sartori “Reunir muchas culturas sobre un mismo territorio es peligroso. Así, no deben entrar en un país aquellos que no se encuentren listos para integrarse. Pues, la inmigración no seguida de la integración conlleva la muerte del pluralismo y la democracia”(3) . El pluralismo cultural no debe ser entendido como un multiculturalismo, como lo entienden los antropólogos culturales, en tanto relativismo cultural que conduce simultáneamente a la exclusión de otras culturas, sino que el pluralismo debe ser entendido como un interculturalismo donde cada identidad se piensa entre otras, pero a partir de su diferencia. Esto viene a refutar la idea del universalismo. La modernidad ha planteado al hombre como animal racional y la razón como razón calculadora y este modelo lo impuso universalmente. Hoy para existir nosotros tenemos que tener un régimen demoliberal. Si no, nosotros no existimos, somos totalitarios como Chávez, que tiene una democracia casi directa. Pero esta democracia no es aceptada, porque el modelo del relato moderno es la democracia neoliberal. El modelo del relato moderno en economía es la economía de mercado, el modelo del relato moderno en cultura es el multiculturalismo que supone un relativismo maximizado, el modelo en el orden de la religión es el modelo de la new age, donde cada uno hace lo que quiere.

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El modelo de la familia es el de la familia típica estadounidense, el padre por un lado, la madre por otro y los hijos “los tuyos, los míos y los nuestros”. Este pluralismo, que es un relativismo, lo introducen dentro de las ecúmenes culturales y ahí se produce la tarea de zapa de una ecúmene. La desnaturalización de la misma. Así se da la “americanización” de Europa, “la imbecilización” de Iberoamérica, la “terroristización” de la ecúmene arábiga, etc. Pero ni todos los europeos están norteamericanizados, ni todos los iberoamericanos somos imbéciles, ni todos los árabes son terroristas.Nosotros pretendemos un pluralismo sin relativismo. ¿Cómo puede ser un pluralismo sin relativismo?: Pensando que el mundo no es ya un universo sino un pluriverso. Universo es una sola versión del mundo, pluriverso indica múltiples versiones y visiones del mundo. En relación con eso, tenemos un ejemplo en la palabra universidad. Así, la universidad saca a todos los muchachos como chorizos de la fábrica, todos iguales, todos piensan lo mismo. A ninguno de estos muchachos se le ocurrió pensar lo diverso, en un Wagner de Reyna o en un Maldonado. En Diego Pró o en de Anquín. En Juan Luis Guerrero o Coriolano Alberini. La universidad tiene un relato universal, entonces se produce el extrañamiento entre lo que es ese relato universal –que es un modelo de imposición– y la realidad de ese pluriverso, que es el mundo real. Ontológicamente, es decir en su ser, el mundo es un pluriverso, no es un universo. Sostener que el mundo es un universo es un totalitarismo, es el totalitarismo del iluminismo racionalista del siglo XVIII.Hoy nosotros somos un pluriverso y como tal tenemos que rescatarnos. Por eso las teorías políticas como en el caso del peronismo, como en el caso del chavismo en Venezuela, como en el caso del Movimiento Nacionalista Revolucionario en Bolivia son teorías que están vigentes porque rescatan en sus postulados las particularidades de sus pueblos. Ese es el misterio del peronismo, que si fuera por, los peronistas, el peronismo no existiría más. Porque la desgracia del peronismo es que los peronistas no lo toman en serio.No quiero abundar en muchos datos, porque da mucho más el tema de la identidad nacional en sus proyecciones artísticas y en sus proyecciones intelectuales. Tenemos una amplia tradición en América, siempre pienso en términos americanos, a mí no me interesa pensar en términos argentinos de patria chica. Ustedes saben que había un peruano, Juan Pablo Viscardo, que en el año 1792 escribió una carta sobre el tema de la identidad: “Carta a los españoles americanos”. El, probablemente sin saberlo, fue el iniciador del pensamiento nacional iberoamericano.Así como él podemos seguir con múltiple cantidad de expresiones y de pensadores. De modo tal que nosotros tenemos una tradición que no se estudia, que es esa tradición nacional iberoamericana, que hay que tratar de rescatar para afirmarnos cada vez más en lo que somos pues como decía Píndaro, padre de los poetas griegos: Serás lo que eres.

Agradezco a las autoridades esta invitación que nos permitió hablar un poquito de estos hombres y de estas ideas que han sido silenciadas, porque en el manejo de los mass media se da el mecanismo del silencio, pues no hay que dejar hablar a aquel que piensa distinto. Este tipo de eventos son interesantes y ojalá que recojan el guante las instituciones, las academias y demás organizaciones de la comunidad para que puedan abrirse cátedras de pensamiento nacional, para “el bien de todos y el mal de ninguno”.

1.- Hérnandez Arregui, Juan José: Qué es el ser nacional, Bs.As., Plus Ultra, 1973, p. 5.-

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2.- Montenegro, Carlos: Nacionalismo y Coloniaje, Bs.As. Pleamar, 1967.- “La extraordinario proliferación del motín en Bolivia( y toda Iberoamérica) se alimenta de un antagonismo incurable y fundamental no resuelto por la guerra de la Independencia. Un antagonismo que ha quedado en el subsuelo de nuestras repúblicas a manera de simiente apenas recubierta por la capa de tierra del orden republicano. Sus brotes múltiples y reiterados evidencian que se trata de una vegetación propia de la tierra y el clima, esto es, del medio constitutivo que la hace viable”(p.73).2.- Se puede consultar nuestra trabajo Metapolítica y Filosofía, Bs.As.Ed.Theoría, 2002: La acclamatio nueva-vieja fórmula de la democracia directa, pp.30 a 36.- 3.-Sartori, Giovanni: Pluralismo, multiculturalismo e inmigración en el periódico Il Giorno, 15/9/2001.

III- El barroco: una clave para la identidad iberoamericana

Dado que las identidades de los pueblos que conforman este pluriverso que denominamos mundo tienen distintos accesos interpretativos por ser ellos mismos no algo unívoco sino análogo, hemos optado en esta oportunidad abordar el tema de nuestra identidad bajo la clave del barroco.

El término barroco deriva del vocablo portugués que indica una perla no perfectamente esférica, significando por lo tanto algo irregular y diferente de lo común. El concepto de barroco no se limita solo al arte y la literatura sino que posee la amplitud de una cosmovisión, por ello tampoco se circunscribe al siglo XVII sino que pude extenderse a diversos momentos históricos. La época helenística a la que contribuyeron las nuevas condiciones políticas y sociales originadas por las conquistas de Alejandro Magno puede ser caracterizada como barroca. En el imperio entraron en plano de igualdad griegos y bárbaros, idea inconcebible en Aristóteles, su maestro. Florecieron otros centros culturales, además de Atenas, como Alejandría, Pérgamo y Siracusa. Aparecen dos nuevas escuelas el epicureísmo y el estoicismo pero las controversias permanentes entre ellos y con los académicos hace aparecer el eclecticismo que prevalece durante todo el siglo II a.C. A partir de allí comienza un fuerte influjo de las religiones orientales que termina en el denominado sincretismo alejandrino, llegando así, la filosofía griega a su nivel más bajo.Otro ejemplo del barroco fuera de su período estricto, el sigloXVII, es el que se da en Alemania con el movimiento romántico-sincretista a fines del siglo XVIII y principios del XIX con autores como Herder, Goethe, Novalis, Schleiermacher. que se rebelan contra la concepción mecánica de la naturaleza y la idea individualista de la sociedad. Y oponen al racionalismo francés de las idées claires una visión intuitiva y directa de la realidad que conjuga imaginación con objeto. “En este movimiento de la Europa del norte y del oeste, sobre todo germanos- afirma Christopher Dawson- volvieron a descubrir su propio pasado medieval con algo del mismo entusiasmo y asombro que había experimentado la Italia del Renacimiento al recuperar la antigüedad clásica. Por primera vez desde el siglo XVI, el arte y la cultura de la Edad Media fue comprendida y apreciada. Para los hombres del siglo XIX, era como el descubrimiento de un nuevo mundo, y provocó una reacción general contra la cultura racionalista de la época precedente”(1)

El barroco, que aparece en el siglo XVII, es la tercera síntesis luego de lo románico y lo gótico, se enfrenta con el clasicismo. En Europa fue la expresión de la cultura católica renovada en el Concilio de Trento, también conocida como Contrareforma. Se manifestó en la difusión de los valores sensibles en la vida religiosa: el culto a la eucaristía, a los santos, a la Virgen, todo lo cual provocó un impulso del arte religioso.

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En arquitectura se destacó la gran riqueza ornamental y la columna en espiral con coronación de ramas y guirnaldas, denominada salomónica.(Bernini)En pintura la movilidad de las formas y la expresividad de las emociones en los personajes(Diego Velázquez, Rembrandt, Rubens, Caravaggio)En escultura busca la expresión de los movimientos y el contenido teatral de los grupos(Bernini).En literatura los autores del siglo de oro español y sus pinturas de la vida. Su fin es conmover.(Quevedo, Cervantes, Góngora, Lope, Calderón, Tirso) En la música se destacan los giros melódicos, como instrumentos se destacan el órgano, la clave y el violín y como formas musicales el oratorio, la cantata , la pasión , pero sobre todo, la ópera que implica representación escénica. Como autores tenemos a Bach, Haendel, Vivaldi.

Es tesis del cubano José Lezama Lima que el renacimiento español tuvo lugar en América y gracias a América, y así sostiene: “Cuando se afirma por los historiadores de la cultura, la carencia en España de las manifestaciones renacentistas, bastaría para refutarlos la contemplación del Renacimiento español hecho en América. Una cultura como la española no podía manifestarse por juego cortesanos ni por la influencia viajera de los humanistas, tenían que ser hechos históricos de gran relevancia como el Descubrimiento y la Contrareforma, los que afirmaron y expresaron su voluntad de creación artística”(2).

Es sabido que el descubrimiento de América coincide con el comienzo de la modernidad pero lo característico de ésta en nuestras tierras es que en realidad es una tardomodernidad. De modo tal que la modernidad la tenemos que redefinir desde América.

Hemos desarrollado una modernidad no capitalista porque estamos constituidos por un mundo cultural diverso y distinto al de la racionalidad y sensibilidad iluminista. Históricamente Iberoamérica tomó un camino diferente al resto de Occidente desde su inicio en el siglo XVI.

Nuestro ethos fue fijado de una vez y para siempre por el ethos barroco, que posee otra racionalidad y otra sensibilidad que procede del mestizaje indoibérico, que nos determinó en lo que somos. Y afirmamos “de una vez y para siempre” porque la conciencia católico-barroca descubridora, en mixtura con la originariedad de América, selló desde el momento mismo del descubrimiento y durante tres siglos sin interferencias ajenas a ella, la originalidad iberoamericana. El hecho es irreductible, salvo que se produjera un extrañamiento u alienación total ella. En América el barroco potenció la valoración de lo autóctono en el arte con los preciosos trabajos del quichua Kondorí, se destacaron además los imagineros hispano-criollos de raíz católica, en Brasil el Aleijadinho(1730-1814) y en la expresión política se destacó la defensa de lo propio a través del Estado –Nación de carácter paternalista(Rosas en Argentina, Portales en Chile, Madero en Méjico, García Moreno en Ecuador).Pueden distinguirse en Nuestra América dos tipos de barroco: El primero que es un estilo muy arquitectónico, se destacan la iglesias sobre todo. Y el segundo que se hace más escultórico. Y conviviendo con ambos la expresión literaria de Sor Juana Inés de la Cruz , el canónigo Carlos Siguenza y Góngora y la pintura cuzqueña con sus arcángeles arcabuceros. Según el antropólogo Damián Bayón se pueden distinguir varios: “¿Barroco en singular? No, barrocos en plural. Sin dividir exageradamente la materia, creo que se pueden distinguir al menos nueve con

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características independientes: el mexicano, caribeño, centroamericano, septentrional suramericano, de la costa peruana y chilena, del altiplano, de la llanura y de la selva argentino-paraguaya, en fin del Brasil en sus dos más notorios casos: el nordeste y sus prolongaciones, y el de Río y Mina Gerais”(3)

El barroco buscó la recuperación del pluralismo en contra de la mentalidad homogeneizadora, uniformadora, totalitaria e intolerante de la pedagogía jacobina que dramatiza lo perfectamente normal. Al mismo tiempo que insistió en la búsqueda del bien común frente al individualismo de corte liberal.

El pensamiento barroco reúne razón y pasión, magia y ciencia, sagrado y profano, español e indígena, catolicismo y heterodoxia. Todo ello es la base última del pensamiento popular hispanoamericano que se volcó luego en múltiples formas de acción y construcción política, que van desde la experiencia del obispo Vasco de Quiroga con sus pueblos hospitales y la jesuítica de las misiones hasta las últimas formas de organización política como lo fue la comunidad organizada de Perón.

El pensamiento político del barroco encuentra su máxima expresión en el teólogo jurista dominico Francisco de Vitoria(1492-1546), obviamente anterior al barroco, lo que confirma el principio que lo primero en la concepción es lo último en la realización.Vitoria desde su cátedra aplicó todo el saber del tomismo renovado y liberado del lastre escolástico de su tiempo a resolver los problemas que presentaba la colonización americana, sosteniendo que el descubrimiento no es un título legítimo, que el ser cristianos no confiere derechos sobre pueblos no cristianos y que el único título jurídico legítimo es el encargo misional del Papa a la corona de Castilla.Al participar de la Junta de Valladolid en 1550/51 sostiene que América no es res nullius, tierra de nadie, sino que al existir allí comunidades políticas como en Europa y al ser toda comunidad política de origen natural no artificial y dado que el derecho natural tiene a Dios por autor. La autoridad es conferida a la comunidad por Dios y ésta por consentimiento a los gobernantes. Es la famosa teoría traslacionista del poder, según la cual todo poder viene de Dios al pueblo, y de este, a los gobernantes.

En la misma línea de pensamiento se movió la ilustre pléyade de sus discípulos: Domingo de Soto, Melchor Cano que enseñaron en Salamanca, Andrés de Tudela en Alcalá, Diego de Cháves en Santiago, Martín de Ledesma en Coimbra, Tomás Manrique en Roma, Pedro Guerrero en Segovia, Alfonso de Veracruz en Méjico. A los misioneros procedentes del convento de la orden dominicana de San Esteban de Salamanca, todos discípulos, se les debe la fundación de seis Universidades en América y una en Filipinas. Esto último da al traste con la peregrina y arbitraria tesis según la cual el origen de las universidades en Nuestra América se debe a los jesuitas y por eso están contaminadas ab ovo del espíritu moderno e ilustrado de la orden.

Queda pues, como primera conclusión de este breve artículo que no se puede pensar en forma genuina la identidad ibero-criolla sin tener en cuenta el barroco americano, tanto en el orden artístico, como político y social.Ello nos permite afirmar, en oposición a los manuales de historia y sociología al uso, que nuestra identidad no nació a principios del siglo XIX sino que hunde sus raíces en un suelo más profundo,

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apenas recubierto por la capa de tierra del orden republicano de los movimientos independentistas.Hombres y movimientos de independencia del siglo XIX nefastos para la cultura raigal de Nuestra América porque su error fue que al tratar de liberarse de una dependencia, la española, cayó en la otra, la europea librepensadora, masónica e iluminista. Y lo peor que para hacerla propia la imitó, la copió y la sigue copiando. Se transformaron así en fieles secuaces de una cultura extraña a nuestras realidades y al sentir de nuestros pueblos. Ello trajo como consecuencia una esquizofrenia político, social y cultural que dura casi ya dos siglos: Entitativamente somos una cosa, pero la representamos falsamente. Esta tragedia cultural que nace con la metodología de la imitación y el remedo, primero de la Ilustración y luego del positivismo durante el siglo XIX, es producto de la mentalidad liberal de los hombres de nuestra independencia y se prolonga hasta nuestros días.

1.- Dawson, Christopher: Progreso y Religión, Buenos Aires, Ed. Espiga de Oro, 1943, p.48.-2.- Lezama Lima, José: La Expresión americana, México, Aguilar, p.318.- 3.-Bayon, Damián: Reflexiones para la comprensión del fenómeno barroco, en revista Eco, Bogotá, 1982, p.313.-

IV- América: Tradición y Futuro

Alberto Buela

El tema de esta mesa redonda a donde se me invita a participar es América: Tradición y Futuro lo que involucra tres conceptos y dos relaciones.Es pertinente aclarar de entrada qué entendemos nosotros por ellos para que se comprenda sin anfibologías nuestra interpretación.

América significa para nosotros lo hóspito es decir aquel espacio geográfico continuo que se diferencia del resto del mundo por su capacidad de hospedar(hospitari) a todo hombre que como huésped (hospitis) viene de lo in-hóspito. De la persecución, la guerra, el hambre, la pobreza, en definitiva, de la imposibilidad de ser plenamente hombre. América es pues lo hóspito.

La tradición está constituida para nosotros por la transmisión de cosas valiosas de una generación a otra y no simplemente por la acumulación de cosas por el solo hecho de ser antiguas como lo pretende la concepción conservadora.

En cuanto al futuro no sólo se limita a lo por-venir sino que está anclado en el presente y en el pasado. Es un advenir presentante que viene del sido. Tiene un doble anclaje que permite el acontecer que va más allá del simple suceder temporal. Porque en el acontecimiento está la conciencia del hombre que lo significa.

En cuanto a las relaciones, la primera son esos dos puntos(: ) que nos indican una correlación que en nuestra interpretación indica existencia, la que se leería así América es tradición y futuro. La segunda relación está dada por la (y) que ciertamente es conjunción copulativa cuyo objeto es unir palabras o cláusulas de modo afirmativo y “de igual peso ontológico” agregamos nosotros. Esto último hace que nuestra lectura se lea asi la tradición y el futuro tienen en América tienen la misma raíz entitativa: América es lo que fue, más lo que puede ser. Y así, sin quererlo, llegamos a la conclusión de protopoeta griego Pindaro: Serás lo que eras.

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La Tradición

Concluida esta analítica del título, que algo nos permite al menos barruntar acerca del tema propuesto, corresponde ahora avanzar en nuestra meditación.Sabemos por lo menos donde no debemos buscar. Esto es, buscar el ser de América sólo en el futuro renegando de su pasado o peor aun cargando negativamente la tradición de América. Es esta la tesis típica del pensamiento “progresista y democrático” que se expresa políticamente en un liberalismo de izquierda.

Por el contrario para nosotros la tradición, sobre todo la tradición nacional de América posee una carga positiva inconmensurable respecto de la triste realidad de entrega y claudicación de lo nuestro que hoy estamos viviendo. Es esa tradición nacional la que nos hace pensar a Iberoamérica como La Patria Grande, pues antes de ser una veintena de republiquetas bananeras éramos ya una nación. Es por otra parte, la gran diferencia con Europa pues allá el Estado surge a partir de la nación mientras que, por el contrario en Nuestra América, el Estado crea la nación. Pero la nación pequeña, la de patria chica, de ahí que la expresión histórica de ese nacionalismo localista, hijo putativo de Inglaterra, liberal en economía y conservador en política sea el nacionalismo mitrista argentino.

Es pues la tradición nacional de Patria Grande la que nos debe servir de apoyatura para pensar con genuinidad y actuar luego con co-herencia, porque ello es lo “heredado junto con ”, en este caso nuestros próximos que son el resto de los hispanoamericanos.Y esta tradición nacional está ahí. Nuestro conocimiento nos llega más por tradición oral que por escrito, está más “a la mano” que elaborado, que pensado. Por razones personales y de formación profesional hace más de treinta años que venimos trabajando sobre ella. Motivos personales, porque fue José Luis Torres, el fiscal de la década infame, nuestro primer maestro en el tema. El nos supo hablar e incitar a leer a Augusto Céspedes, Franz Tamayo, Roberto Prudencio, Carlos Montenegro, todos bolivianos y a Natalicio González, Justo Pastor Benitez, Juan O´Leary todos paraguayos y así con el resto de nuestros países. Pero esta tradición nacional no se agota con los pensadores, tenemos los artistas, escritores, científicos que han dotado con su trabajo a esta ecúmene cultural de una índole personalisima dentro de lo que conocemos por mundo en sentido lato. El rescate de toda esta gran tradición nacional es una tarea que está aún por hacerse. Cada tanto surgen intentos (las ediciones panamericanas Jackson por los años 40, luego los cuadernos de cultura de la UNAM dirigidos por Leopoldo Zea en Méjico en los 60, hasta hace unos años la Biblioteca de Ayacucho en Venezuela) pero todos fenecidos antes de completar tamaña empresa. Profesionales porque es dictando filosofía americana, invierno a invierno, en la Universidad de Barcelona como me gano la vida. Seminario que hoy ya se llama de filosofía hispana de la identidad en donde convergen no solo americanos sino catalanes, portugueses, vascos, gallegos, castellanos, angoleños, filipinos y sahaoríes. La riqueza cultural, limitándonos sólo a la tradición filosófica americana es, incluso para un profesional, inconmensurable, esto es, no la puede medir. Así por ejemplo acaba de publicarse en Madrid la Historia de la filosofía en la Argentina cuyo autor es un coprovinciano de Uds., el profesor Alberto Caturelli en un volumen de 1500 páginas y en donde algunos de Uds. no figuran y varios porteños han sido obviados ¿será por aquello de pueblo chico, infierno grande?. Vaya uno

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a saber. Pero lo cierto es que hay allí 550 páginas de bibliografía en letra chica. Y trata en forma más o menos detenida a 219 filósofos argentinos. Imaginen Uds. la multiplicación de este trabajo, no por veinte países tal como somos sino solo por diez. Y saquen las consecuencias académicas que supone el manejo de semejante volumen de información. Y todo ello en una sola disciplina que, para colmo, no es de las más ricas en Nuestra América. Ni que decir en literatura, arte, agricultura, invenciones, entomología o botánica( Humboldt y Bonpland caminando tres días por tierras aledañas a Cumaná no encuentran ni una sola planta conocida por ellos eximios naturalistas).

Intentamos presentar la tradición nacional de Patria Grande como dato bruto, en sus números o aspecto cuantificable para resaltar cuanto pesa - en tanto nodo hegeliano del paso de la cantidad(cuando es enorme)a la cualidad - esta tradición en la construcción de un pensamiento genuinamente americano en todos los planos, regiones o dominios.

El Futuro

En cuanto al futuro, luego de caracterizarlo de entrada como “avenir presentante que viene del sido” para mostrar su anclaje en el pasado y el presente y superar así la visión vulgar y estrecha que lo distingue como “aquello que está por venir”, debemos desde la filosofía recordar otra enseñanza hegeliana aquella que nos dice que “el búho de Minerva(la filosofía) sale a volar cuando la realidad ya se puso”, de modo tal que poco y nada podemos decir como filósofos del futuro. Sólo colegir algo desde la experiencia del pasado histórico y desde las circunstancias significativas del presente y esto es siempre en el nivel de la doxa, de la opinión, que como decía el viejo Aristóteles es “afirmar o negar algo con miedo a equivocarse”, y solo en este sentido nos está permitido hablar del futuro y así lo hacemos en este caso.

El pasado histórico nos indica que Nuestra América ha sufrido sesenta grandes intervenciones armadas(guerras, ocupaciones, matanzas) por parte del imperialismo anglo-norteamericano desde 1806, primer invasión inglesa a Buenos Aires, hasta 2001 con la intervención militar en Colombia(1). Según Noam Chomsky son en total más de 4000 las intervenciones militares norteamericanas a nuestros territorios a lo largo de la historia.

A ello debemos sumar la creciente brecha económica que nos separa cada vez más, el peso terrible de la fabulosa deuda externa (Argentina debía 7000 millones en 1976 y debe ahora 211.000 millones y tendrá que pagar por servicios de intereses al primer trimestre del 2003 la suma de 75.300 millones lo que representa el 27% de su PBI. Datos: Informe Ann Pettifor, Liana Cisneros y Alejandro Olmos Gaona, Septiembre 2001). A esto habría que agregar según estudios del centro londinese www.jubileeplus.org que por servicio de intereses la América indoibérica pagó ya dos veces su deuda total y que más del 60% de la misma es ilegítimo por espurio ya que fueron contabilizados falsos créditos que nunca llegaron a destino.Otro elemento a resaltar es la brecha tecnológica que ha puesto una distancia sideral entre ellos y nosotros, así la relativa tecnología misilística y espacial argentina fue desmantelada y la dependencia mediática de los centros mundiales productores de sentido como la cadena CNN y otras es total. El reciente atentado a las torres gemelas lo ha mostrado en forma evidente.El enfeudamiento político automático con los dictados de la América del norte, sea en política nacional como internacional, niegan todo margen de maniobra soberana a esta parte del continente.

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Sea lo que fuere el futuro no será muy distinto en cuanto a las tensiones que mantendremos con la otra parte de América.

Así como el historiador sorbonnard Michel Rouche o el máximo exponente español en el período visigodo José Orlandis, prevén que el mayor problema que tendrán que afrontar los países europeos en el siglo XXI va a ser el de las nuevas invasiones barbáricas, el mayor problema de Iberoamérica es y será poder autoconstituirse en un gran espacio económicamente autocentrado y políticamente soberano. Pero ello solo será posible con la sublevación de los pueblos de la América criolla en una verdadera y auténtica revolución nacional de carácter continental que cambien todo, empezando por el sistema de representatividad política. Sólo un nacionalismo de Patria Grande nos hará libres.

1.- Cfr. Buela, Alberto: Ensayos iberoamericanos, Ed.Cultura et Labor, Bs.As. 1994

V- Las fracturas de la communitas medievalis

Autores como el inglés Christopher Dawson, el francés Augustin Cochin, el español Elías de Tejada, el italiano Augusto del Noce o el argentino Julio Meinvielle han estudiado de distintas maneras pero en igual dirección, las distintas quiebras que sufrió la cristiandad medieval. Nosotros acá intentamos resumirlas en forma didáctica para un mejor conocimiento de lo que es Nuestra América y con la intención de poder responder a la pregunta ¿Tuvieron influencia directa sobre nuestro continente en la época que se dieron?. Apenas descubierta América(1492) se producen, entre 1517 y 1648, seis fracturas sucesivas en el seno de lo que se denominaba la Cristiandad, esto es, la organización social, político y cultural fundada en Cristo, hecho que determina específicamente a la communitas mediavalis.

1.- La ruptura religiosa del luterano-calvinista2- La ruptura ética del maquiavelismo3.- La ruptura política del bondinismo4.- La ruptura jurídica del hobbesianismo 5.- La ruptura filosófica cartesiana6.-La ruptura sociológica de la paz de Wesfalia

La herejía religiosa luterano-calvinista(1517)no sólo fue combatida por los grandes teólogos tridentinos (Suárez, Victoria, Cano, Soto)sino que la Cristiandad herida se prolongó en las Españas, lo que luego sería Nuestra América, en una suerte de reserva. Este hecho liminar demuestra por sí solo que a Iberoamérica llegó lo mejor de Europa, al menos en orden a los valores e ideas, y no lo peor como ha pretendido la leyenda negra creada por los ingleses y holandeses, que se prolongó luego en la actitud autodenigratoria de los Ilustrados americanos para con el mundo criollo.(Ejemplos: Sarmiento recomienda no economizar sangre de gauchos que son los bárbaros que van en contra de la “civilización” que el propone. De ahí que la dicotomía mayor sea: civilización o barbarie. Alcides Arguedas, haciendo uso de esa furiosa autodenigración que invadió a los historiadores y ensayistas americanos afirma que el ser del boliviano es “ser doblez”. Lo caracteriza como Pueblo enfermo, sosteniendo que “en el boliviano hay dos personas

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porque la mentira se nos institucionalizó en el país por obra y gracia del arte de la simulación que pertenece a la propia entraña del boliviano, su aporte a la civilización ha sino nulo”).

La escisión maquiavélica entre ética y política encontró tamaña legión de impugnadores que el antimaquiavelismo es uno de los rasgos de la época en España. Su razonamiento principal consistió en afirmar que el fin principal del gobierno político del príncipe no es la conservación de su ser o estar, o sea su Estado o poder como sostiene Maquiavelo(1469-1527), sino el bien común general de los súbditos, tal como se venía enseñando desde Aristóteles.

Contra la afirmación de Jean Bodin(1530-1596), teórico del poder absoluto, en lo que hace a la idea de soberanía estatal, en tanto poder ilimitado por encima de los cuerpos sociales, van a sostener la idea de suprema auctoritas, la que implica que cada cuerpo político incluidas las potestades del monarca, está encerrado dentro de unos límites. Pues el poder soberano ilimitado es esencialmente anticristiano.

La teoría de Thomas Hobbes (1588-1679)va a ser criticada no en su aspecto decisionista: auctoritas fecit legem, sino en cuanto paradigma de contractualismo social lo que suponía necesariamente la sustitución de la communitas política como cuerpo místico, por un puro mecanicismo. La concepción puramente voluntaria y jurídica de la convivencia social convierte al Estado en un simple cuerpo mecánico.

El cogito ergo sum de René Descartes(1596-1650) inaugura el primado de conciencia en la filosofía occidental, afirmando que el comienzo de todo filosofar se encuentra en la duda, ya que: si dudo pienso y si pienso existo. A esta concepción la impugnó el realismo clásico de la filosofía de la Contrareforma católica que sostenía con Aristóteles y Platón que el comienzo del filosofar está en la admiración y que existen verdades en sí mismas independientes del sujeto cognoscente.Y a la concepción dual cartesiana del hombre entre res cogitans y res extensa le opuso la concepción unitaria de la teoría hilemórfica según la cual el hombre es un compuesto sustancial de materia y forma, en donde el alma es la forma y el cuerpo la materia.

En cuanto a la paz de Westfalia(1648) que puso fin a la guerra de los treinta años y que nació de la alianza del cardenal Richelieu con los protestantes para socavar el poder de los católicos Habsburgo dejó como saldo una Germania religiosa y políticamente dividida.

La influencia sobre Iberoamérica de estos seis quiebres de la cristiandad es prácticamente nula en nuestra ecúmene cultural hasta fines del siglo XVIII. Y es recién a partir de los movimientos independentistas que se hace sentir en ciertos círculos sociales-urbanos la influencia pero, y aquí surge lo paradójico, no de ellos específicamente, sino del Iluminismo y la Ilustración francesas de la época.

Religiosamente influye Voltaire y la masonería, en filosofía Destutt de Tracy, Cabanis, Condillac; en sociología Buffon y Condorcet y en política Montesquieu, pero sobre todo Rousseau. Es decir, que se produce con relación a América un salto, una discontinuación del pensamiento europeo en estas tierras. Estas seis rupturas recién se empiezan a insertar acá a partir del siglo XIX.

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Los manuales al uso olvidan siempre la poderosísima producción etico-político-social-teológica y filosófica que el barroco católico realizó durante tres siglos en América en todos los órdenes. Se leía muchísimo a Camoens, Ercilla, Mariana. Filósofos de la talla de Suárez, Cayetano y Balmes, juristas como Vitoria, teólogos como Soto, Cano, Veracruz son algunos de los más renombrados, pero se cuentan por cientos aquellos oscuros soldados del pensamiento que sin descanso, metódicamente, instruyeron a generaciones y generaciones de americanos. Ni que decir en el orden de las ciencias aplicadas -Sarmiento de Gamboa en geografía, Alfonso de Santa Cruz en variaciones magnéticas, Rodrigo Zamora en navegación, Sigüenza y Góngora en ingeniería hídrica- .No hay aún hoy, realizado un estudio serio y detenido sobre estos hombres. Claro está, muchas fuentes se han perdido en el fondo de la historia, pero de todas maneras esta tarea ciclópea está demandando equipos de trabajadores irreductibles al desaliento que genera sólo el índice de los autores a estudiar.

Es oportuno recordar acá el juicio de un hombre tan imparcial como el fraile inglés Gage cuando en sus Noticias Secretas dice: “El que allí tiene haciendas es dueño de ellas y de su producto libremente; el que comercia de la mercadería que maneja, el rico no teme que el Rey le pida algún empréstito, el pobre no anda fugitivo y ausente de su casa por temor de que lo hagan soldado contra su voluntad; y así los blancos como los mestizos están tan distantes de que el gobierno los multe que si supieran aprovecharse de las comodidades que gozan y de la bondad del pays, podrían con justos títulos ser envidiados de todas las naciones por las muchas que gozan baxo el establecimiento del gobierno en que viven, y de la mucha libertad con que lo consiguen” (1).Recordemos en el mismo sentido el juicio el sabio alemán Alejandro von Humbolt en sus Cartas Americanas luego de recorrer estas tierras a comienzos del siglo XIX: “El labrador indio es pobre, pero es libre. Su estado es muy preferible al del campesino de gran parte de la Europa septentrional... En la Nueva España el suelo nutre a quien lo cultiva y la verdadera prosperidad del pueblo mejicano no depende ni de las alternativas del comercio exterior ni de la política que inquieta a Europa...Más feliz hallaríamos la suerte de los indios si la comparásemos a la de los campesinos de Curlandia, de Rusia, y de gran parte de la Alemania del norte”(2).En cuanto a los operarios afirma Clarence Haring:” Gremios de artes y oficios se organizaron en gran número en los siglos XVI y XVII, entre los más importantes se hallaban los plateros, fabricantes de arneses y monturas, alfareros, tejedores, sombrereros y fabricantes de velas. Los primeros gremios de América se organizaron en Méjico y algunos alcanzaron gran riqueza y prestigio como el de los plateros existentes en 1537"(3).

El mero contenido de estas breves citas nos está indicando que ellas forman parte del pensamiento políticamente incorrecto respecto de lo que está ya establecido acerca de lo que fue y lo que debe decirse sobre Nuestra América.

1.- Citado por Salvador de Madariaga en Auge y ocaso del imperio español en América, Madrid, Espasa-Calpe, 1986,p.201.-2.-Citado también por Luis Corsi Otálora en Bolivar: Impacto del desarraigo, Bogotá, Ed. Tercer Mundo, 1983, p.57.-3.-Haring, Clarence: El imperio hispánico en América, Buenos Aires, Hachette, 1972,p.275.-

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VI- Cultura popular vs. Cultura vulgar

Afirmaba ese gran literato español de principios de siglo, Antonio de Roxas, que: “Cuando se acentúa el funesto divorcio entre el arte y la cultura popular y la erudita, sucede fatalmente que lo popular degenera en vulgar; y la erudición en pedantería”(1)

Esta escisión se ha ido incrementado paso a paso con la homogeneización del mundo producida por la simbiosis entre el desarrollo exponencial de la técnica(segunda mitad del siglo XX) y el modelo político de one world lanzado por George Bush en 1991.

En Nuestra América la cultura popular produjo durante los siglos XVI y XVII el barroco americano, durante el siglo XVIII y XIX la imaginería hispano-criolla y durante el siglo XX la poesía y la novela hispanoamericana de un Darío, un Carpentier, un Lugones y un Gallegos.

Si nos limitamos a la Argentina, al ámbito musical, donde el tango fue la creación artística popular más genuina del siglo XX. Hoy nuestro país hoy termina produciendo en su reemplazo “la bailanta”, vulgar expresión que no es ni cumbia colombiana, ni murga uruguaya, ni chevere portoriqueño. Una bazofia que extraña a todos con todos y que concluye regularmente tomando vino en cajita mezclado con coca-cola. ¡Lamentable!.

Esta sedicente vulgaridad musical, tiene su correlato literario en la televisión basura y el periodismo amarillo y sanguinolento. Lo grave es que todo ello ocupa el 90% del espacio mental de los argentinos.

Por otro lado está el saber científico y académico que durante este siglo nos dio tres premios Nobel, en el caso que esto sirviera de pauta para juzgar la cultura erudita de un pueblo, pero los premios son irreversibles. Están ahí. Son al menos una pauta cultural.Hemos tenido durante este siglo literatos como Angel Batisttesa, filósofos como Alberto.Rougés o Nimio de Anquín, sin embargo el siglo termina con la esteril pedantería filosófica de un Guariglia y de pseudo científicos como Klimosky y Nudler.

La nefasta escisión entre cultura popular y cultura erudita que concluye como bien afirmara Antonio Roxas en la vulgaridad cultural y el eruditismo estéril plantea, entonces, la pregunta de Lenín: ¿Qué hacer?. Difícil respuesta, porque no es ni una, ni unívoca.

Si de música hablamos retomar la enseñanza de nuestra música y danzas populares, folklore y tango, en los colegios secundarios. En cuanto a filosofía y ciencia es menester comenzar enseñando sus respectivas historias, privilegiando la Argentina y Americana. Pues, sólo se ama lo que se conoce y hoy por hoy, el desconocimiento de lo nuestro, por parte de nosotros mismos, es casi ofensivo. Es harto concebible que la Universidad de Buenos Aires hoy día no tenga casi alumnos en filosofía pues no tienen ningún maestro. No sólo no existe ningún filósofo sino, lo que es peor aún, no existe ningún ejemplo a imitar. A lo más que llegan es a ser eruditos de lo mínimo. Buscadores de un gato negro en una pieza oscura y, para colmo, el gato no existe, según la vieja metáfora de Kant cuando se refería a los metafísicos de escuela.

La filosofía tiene en toda Nuestra América, como es sabido, tres manifestaciones básicas: la filosofía analítica, los universalistas y los americanistas. A los primeros puede aplicárseles hoy idéntico juicio al que Coriolano Alberini (1886-1960) aplicara al positivismo argentino: “careció de espíritu filosófico, de potencia analítica y de erudición crítica”(2). Los segundos hoy siguen transmitiendo opiniones ajenas-europeas y yanquis- y elaborando un pensamiento desarraigado de su medio. Finalmente los sedicentes americanistas, producen una literatura ensayística que se limita a proclamar sus preferencias ideológicas.

Políticamente hablando los primeros tienden a ser liberales, los segundos socialdemócratas, mientras que los terceros también lo son pero...con chiripá.

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El divorcio entre cultura erudita y popular alcanza en el aspecto político su más marcada escisión, pues no hay ningún americanista-filósofo o artista- que hipotéticamente tendrían que ser los más allegados a la cultura popular, que sea nacionalista- de Patria grande, se entiende-. A eso agreguemos que la cultura popular, devenida en cultura vulgar, no tiene ningún nivel de exigencia para con los contenidos híbridos que a diario se le presentan.

El extrañamiento de la cultura popular en cultura vulgar se ve hasta en la pocas movilizaciones políticas que hoy se convocan: gente en curda, carteristas por doquier, altoparlantes a todo volumen con animadores insustanciales. Mensajes simplemente declamativos sin contenido político meditado.

El extrañamiento de la cultura popular en cultura vulgar se ve en las denominadas fiestas populares: gauchos con lazos pintados de aluminio, con tenazas cromadas atadas a los tientos, con pompones en las botas y sombreros extravagantes, afeitados los pichicos de los matungos y la cola cortada al maslo. Una payasada grotesca.

El extrañamiento de la cultura popular en cultura vulgar se ve en esos bailarines de tango acrobático. En el sinnúmero de cantores de tango melodramáticos y lacrimógenos. En los tantos conjuntos folklóricos disfrazados de indios y en las letras vanas y de tonos gritones.(aquel que canta a los gritos no escucha sus propio canto: A.Yupanqui).

El extrañamiento de la cultura popular en cultura vulgar se ve en la falta de conciencia nacional de esta última. Lo popular cuando es genuino expresa el fondo telúrico de los pueblos. Si es espurio, cuando se transforma en cultura vulgar o de masas, sirve a intereses antinacionales como lo acaba de hacer notar el historiador Roberto Ferrero(3).Esta cultura bastarda está manejada por la inducción del consumo, en general de cosas vanas

El extrañamiento de la cultura popular en cultura vulgar se ve en la pérdida de nuestros usos y prácticas elementales como el saber amasar el pan o las pastas, el saber qué hacer con un lechón o un cordero. El saber hacer los dulces y algún vino patero. El hecho elemental de saber prender fuego sin dañar el medio y el de producir una pequeña huerta.

La vigencia de un pensamiento único se ve en la uniformidad de la cultura vulgar – se visten de igual manera, escuchan la misma música y al mismo volumen, comen lo mismo, ambicionan lo idéntico- en contraposición a la cultura popular que siempre es expresión de lo diverso, de lo distinto, de lo propio.

No pretendemos un retorno a la vida bucólica, sólo queremos llamar la atención en que esto no lo saben hacer las jóvenes generaciones. Ni siquiera se intenta. Y ello es gravísimo porque el acto de preferir está al inicio de cualquier valoración. Pues solo se prefiere lo que se valora, y para valorar antes hay que conocer. Existe un principio filosófico que dice “nadie puede dar lo que no tiene”. Y esto se aplica a los jóvenes padres que no pueden enseñar estas cosas, y otras muchas, a sus hijos, porque ellos no las han aprendido. Argentina ha sufrido un corte, un quiebre en lo que Joaquín V. González llamó su tradición nacional. Y este corte lo queremos restaurar con libros, con películas y la restauración no es ni libresca ni mediática. La restauración tiene que ser vivencial. Pues son las vivencias y sólo ellas la que incorporan los valores al hombre, a la conciencia del hombre. Así estos valores, intentados muchas veces, terminan formando el carácter, que es como decir “creando o recreando un nuevo hombre”, por aquello de Heráclito ethos anthropos daimon(el hombre es su carácter).

1.- de Roxas, Antonio,P.: La Literatura española comparada con la extranjera, Madrid, 1928, p.14.

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2.- Alberini, Coriolano: Problemas de la historia de las ideas filosóficas en la Argentina, La Plata, Ed. Univ. La Plata, 1966, p. 237.- 3.-Roberto Ferrero: ¿Cultura nacional o Cultura popular?, en Cauce Latinoamericano, Nro.7, Buenos Aires, invierno 2000.

VII- Derecho natural y Positivismo jurídico

Toma esto en consideración; Encima de las leyes está el derechoatiende a la justicia y olvida la no escrito de los dioses.violencia. Tal es el uso que Zeus (Sófocles: Antígona)ha ordenado a los hombres: lospeces y los animales pueden co-merce unos a otros, puesto que entre ellos no existe el derecho.Pero a los hombres les confirió laJusticia, el más alto de los bienes.(Hesíodo: Los trabajos y los días)

Es indudable que el hombre como animal político se enfrenta en la vida social con formas sociológicas de coexistencia que pueden caracterizarse, ya sea por la primacía del amor, del derecho o de la fuerza, que son los tres modos posibles en que pueden estar regladas las relaciones de los hombres entre sí.

Claro está, que con mucho, nosotros preferimos al igual que San Agustín, la relación de amor definida por el ama et fac quod vis(ama y haz lo que quieras).

Ahora bien, nuestro preferir dista mucho de ser realizable, puesto que las relaciones de amor entre los hombres se enfrentan al problema de no poder ser reguladas ya que ello va en contra de la esencia del amor. Además su verificación histórica sólo se ha logrado excepcionalmente en algunas comunidades muy pequeñas, por ello es que nuestro preferir es más que nada un ideal fijado como meta para la humanización de las relaciones del hombre con el hombre.

En cuanto a la primacía de la fuerza es natural nuestro rechazo, ya que la imposición coercitiva desnaturaliza indefectiblemente el carácter de persona (ser moral libre) que todo hombre exige para sí.

De modo que sólo el derecho se encuentra en condiciones, dada la situación actual de la sociedad humana, de regular con eficacia las relaciones del hombre como animal político.

Hecha esta disquisición, corresponde pues, exponer cuál es el concepto de derecho que más apropiadamente se adapta para llevar a cabo una mayor humanización de las relaciones sociales. Para ello vamos a exponer en forma somera los principios y consecuencias de las dos corrientes más destacadas que recorren el pensamiento de la filosofía del derecho: el positivismo y el iusnaturalismo.

EL Positivismo

Es esta una corriente filosófica surgida en el siglo XIX, que a partir de ese momento y por el hecho de ser tal, tiene incidencia dentro del planteo filosófico acerca del derecho.

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En líneas generales, el positivismo jurídico sostiene que existe una primacía total del derecho positivo, es decir, del derecho impuesto y objetivo, tal como se encuentra vigente de facto en el orden jurídico de cada nación, por sobre cualquier otro tipo de derecho sea natural o divino revelado.

Ahora bien, como corriente filosófica, negadora de toda metafísica, el positivismo se apoya en el supuesto que sólo lo objetivable y constatable mediante un método rigurosamente científico (tal como el de las ciencias fácticas) es objeto de ciencia. Todo otro fenómeno y explicación sobre el mismo es, o bien metafísico, o bien teología. En la actualidad el positivista resume las dos en el concepto de ideología.

Esta petición de principio: sólo lo verificable objetivamente es real, por parte del positivismo hizo que “En el siglo diecinueve los juristas abrigaran en general la convicción de que lo justo y el derecho positivo eran idénticos; por lo tanto podemos decir de ese siglo que fue el del positivismo jurídico” (1).

Al respecto, el más eminente representante durante la centuria pasada, K. Bergbohn, así lo confirma cuando en su obra Jurisprudencia y Filosofía del Derecho, dice “La única forma de derecho es el derecho positivo, por lo tanto se debe desterrar de cualquier tipo de pensamiento, que pretenda ser científico, la afirmación que puede haber derecho sin leyes positivas, o de que algo puede estar relacionado con el derecho sin que el “derecho real lo afirme” (op.cit.pág.118).

La forma más actual de positivismo jurídico es la doctrina de la Teoría Pura de Derecho expuesta por Hans Kelsen, quien sostiene que “La teoría del derecho positivo debe ser pura, lo que entraña su rigurosa abstención de formular cualquier juicio de valor. “La teoría pura de derecho” no se ocupa de la justicia. Como doctrina de derecho positivo, la teoría pura del derecho es la teoría del derecho actual; no se pregunta si este derecho positivo, real, es justo o injusto, bueno o malo” (2).

Apreciamos pues, que según las ideas sostenidas por Bergbohn y Kelsen, el positivismo identifica el derecho con el orden jurídico.

Ante esa proposición se presentan dos objeciones fundamentales: primero que las disposiciones legales se hacen para que haya justicia y no para que haya una norma jurídica, y segundo, existe injusticia dentro de cualquier sistema de leyes. Por todo lo cual es improcedente identificar derecho con orden jurídico.

La consecuencia que se desprende de la falta de predicación de existencia en lo que hace a lo justo y lo injusto, avala la observación de William A. Luypen cuando afirma “El orden jurídico de la Rusia Soviética es tan orden jurídico como el de la Italia fascista o el de la Francia capitalista y democrática. La teoría pura de derecho se abstiene por completo de preguntarse si estos ordenamientos jurídicos son justos o injustos y si alguna de ellos es más justo que otro”. (3)

Es indudable que el positivismo jurídico al hacer abandono de todo juicio de valor rechaza todo cuanto constituye el interés de una filosofía de derecho en sentido estricto, por lo que puede decirse que el positivismo jurídico rechaza toda filosofía del derecho, en tanto que se entiende por tal, la disciplina filosófica que se ocupa de explicitar los conceptos de “lo justo” y de “lo injusto”.

Si bien el positivismo jurídico desprecia el problema de lo justo, no obstante debe dar respuesta a la pregunta que inquiere por la validez de la norma jurídica. Ya que es ella el último elemento, o mejor, el elemento primario sobre el que se apoya toda su tarea.

Ahora bien, la base de la validez de una norma sólo puede encontrarse en la validez de una norma superior, pero como la búsqueda de una norma superior como fundamento de una norma inferior no puede proseguirse ad infinitum, hay, por lo tanto, que llegar a una norma suprema y última. El positivismo por boca de Kelsen sostiene que la norma fundamental es aquella que dice que “Hay que comportarse tal cual lo prescribe el autor del orden jurídico”. Más como no puede

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haber orden jurídico sin poder que lo establezca, y como este poder reside en el Estado, el positivismo identifica el derecho con los mandamientos del Estado.

Apreciamos pues, como el positivismo por un lado no logra salvar el “capricho subjetivo” del autor del orden jurídico, y por otro asienta el principio históricamente nefasto, de que “el derecho (lo justo) es lo que el Estado legisla”.

Lo históricamente nefasto son las consecuencias que se desprendieron de esta concepción. Y así, la ceguera axiológica que alentó a esta corriente ha sido solidaria con los crímenes del marxismo soviético(100 millones de muertos) y del nacionalismo alemán del Tercer Reich. Y esto porque tanto Lenin al afirmar que “el derecho no es sino el aparato capaz de constreñir a la ejecución de las normas del Derecho”, como Radbruch cuando sostiene que “quien es capaz de imponer el Derecho, prueba con ello que está llamado a dictar el Derecho” ,ambos niegan que pueda existir un criterio de lo justo y de lo injusto más allá del orden de lo meramente jurídico. En una palabra niegan que exista un derecho anterior a toda ley positiva que sea criterio de verdad y fundamento de ésta. Niegan la existencia de un derecho natural que se encuentra más allá de la disposición caprichosa de un estado totalitario, y que es patrimonio común de toda la humanidad.

Vista la crítica inmanente al positivismo en lo que hace a la inconsecuencia de sus postulaciones, y las consecuencias nefastas que ha tenido que sufrir el hombre, aún cabría aclarar que el positivismo jurídico al afirmar y sostener a incluso defender el orden jurídico de facto, se transforma en el sostén ideológico de los regímenes reaccionarios. Y así, lo que en una primer instancia se presenta como una concepción progresista respecto de la concepción iusnaturalista, es en realidad el soporte de la reacción inhumana de aquellos que piensan que el hombre es una máquina.

EL Iusnaturalismo

Esta corriente de la filosofía del derecho nace prácticamente, con la filosofía misma. Ya Sócrates, Platón y sobre todo Aristóteles han dejado enseñanzas acerca de la afirmación, por parte del pensamiento griego, de la existencia del derecho natural más allá de los normas jurídicas fijadas por los hombres.

Al respecto Aristóteles en su Ética Nicomaquea (1134 b.18) dice que lo justo por naturaleza posee en cualquier parte la misma fuerza, y no depende para ello de lo que determina la ley humana, como sucede con lo que es justo cuando es ordenada por ella.

Ahora bien, lo justo radica en la esencia misma de las cosas, de modo que el que obra de acuerdo con la naturaleza de las cosas obra justamente. Es decir, el derecho natural es tal porque expresa lo que corresponde por naturaleza a la esencia de las cosas.

Esta noción del derecho natural fue aceptada por los juristas romanos como principio común a todos los hombres, el que les prescribe hacer el bien y evitar el mal. Con relación a esto afirma Cicerón en la República: “Existe una ley verdadera que es la recta razón conforme a la naturaleza vertida en todos los seres, siempre de acuerdo con ella misma y no sujeta a extensión, que nos lleva imperiosamente a cumplir nuestro deber... En esta ley ningún cambio es permitido, no es lícito derogarla ni en todo ni en parte... Es una sola ley eterna e inmutable que rige a todas las naciones en todo tiempo”.

El advenimiento del cristianismo confirma la ley natural, aunque derogado en parte la concepción natural-biológica en que había caído el derecho con Ulpiano. La mención evangélica más explícita es la del Apóstol San Pablo, cuando en la carta a los Romanos, cap.II, 14 y 15 dice: “En verdad, cuando los gentiles, guiados por la razón natural, sin ley cumplen los preceptos de la Ley, ellos mismos sin tenerla, son para sí mismos la ley. Y con esto muestran que los preceptos

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de la Ley están escritos en sus corazones, siendo testigo sus conciencias y las sentencias con que entre sí unos y otros se acusan y se excusan”.

No obstante estas manifestaciones de Pablo, el apogeo del derecho natural llega recién trece siglos después con Tomás de Aquino, quien realiza la fundamentación ontológica del mismo, al par que lleva a cabo un tratamiento sistemático de todos los conceptos concomitantes a éste.

Dada la brevedad de este trabajo, a nosotros simplemente nos corresponde dejar asentado en muy pocas líneas la idea ejemplar del Aquinate, sobre todo porque ella permite diferenciarlo de las dos interpretaciones más allegadas a las suya, la de Aristóteles y la de la escuela del derecho natural profano de la edad moderna.

Esta diferenciación estriba, claro está, en la forma de fundamentar el derecho natural. La distinción fundamental es que Santo Tomás trabaja siempre sobre la base de la idea de creación; cosa que Aristóteles ignoraba y que el derecho natural profano niega.

Resumiendo podemos decir que para el Doctor Angélico el mundo es una creación gratuita de Dios, quien actualiza en la misma las ideas de su entendimiento. Las ideas divinas se realizan en lo que se denomina la naturaleza o esencia de cada uno de los entes o cosas. Por lo tanto, ir en contra de la naturaleza de las cosas es desvirtuarlas en lo que son y al mismo tiempo ir en contra de la voluntad de Dios. De modo que el derecho natural va a estar constituido por aquellos principios conocidos inmediatamente por la razón humana, que son los que informan la totalidad de lo que es, según el orden querido por Dios.

En cuanto al el derecho natural profano prescinde de Dios y fundamenta el mismo en las aspiraciones comunes al género humano y nada más. Sostiene según las ideas imperantes en la época debido al desarrollo de las ciencias exactas, que sobre la base de una idea “clara y distinta”, puede constituirse todo un código de derechos naturales, deducidos unos de otros según su orden racional estricto(more geometrico demostrata).

Estos breves lineamientos históricos nos permiten ahora, luego de rastrear distintos conceptos del derecho natural (esencialista, natural-biológico, natural-teológico, natural-antropológico) definir un concepto tradicional de derecho natural diciendo que: es un conjunto de normas jurídicas supra positivas (no establecidas por la voluntad del hombre para instruir un orden jurídico y que le sirve de norma a éste), inmutables, universales y válidas per se y, eventualmente, de derechos naturales subjetivos y sus obligaciones correlativas, que se basan en un orden natural que tiene –o no tiene- un origen divino y que el hombre deduce a priori de ese orden mediante el uso recto de su sola razón.

Según esta definición, la que coincide solo en parte con al brindada por H. Homes, luego de historiar puntualmente las distintas concepciones que ha habido sobre el derecho natural, es dable destacar cuáles son las mayores objeciones que pueden presentarse a éste:

Dícese que el derecho natural es universal e inmutable, no obstante ello su portavoz de más mérito –Tomás de Aquino-, defendió en cierta medida la esclavitud y consideró que encuadraba en un orden natural que algunos seres humanos fueran esclavos (4). Esto hoy en día no es sostenido por ninguno de los defensores del derecho natural por ser considerado una postulación antinatural.

Lo expuesto, plantea el problema de qué es lo natural y cuál es el criterio para establecerlo, al par que la historicidad del derecho natural con lo que se niega su inmutabilidad.

Por otra parte, respecto a su universalidad, se plantea el caso de pueblos o comunidades que no respetan normas principalísimas del derecho natural. Tal es el caso de tribus esquimales que tienen por costumbre dar muerte a los ancianos o enfermos, o de matar a los niños no aptos para la vida. Costumbre esta última, que se va, en los tiempos que vivimos, imponiendo en algunos países de alto desarrollo con la práctica cada vez mayor de la eutanacia. Por supuesto ni

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que hablar del aborto provocado. Dados estos casos, que existen realmente y no se pueden negar, la universalidad del derecho natural, pareciera no ser tal. En una palabra, qué es lo natural; su historicidad y la universalidad de sus principios en orden al derecho, son a nuestro ver los problemas que mayor resistencia ha suscitado la concepción iusnaturalista para su aceptación.

Corresponde pues ahora, responder a estas preguntas y objeciones, si podemos, a fin de dar por acabada la exposición de esta corriente.

Sucintamente sostenemos que “lo natural” es lo dado, de ahí natura que procede del latín nascor, que significa nacer. Es decir, lo natural es aquello que está desde el comienzo en la cosa, que no es provocado sino que está allí. Desde una perspectiva metafísica la naturaleza de la cosa es lo que determina su esencia. Desde un punto de vista lógico, la esencia es lo encerrado en la definición de la cosa, es decir, aquello que me dice lo que la cosa es.

En una palabra, lo natural es lo que corresponde sustantivamente a algo, lo que quitado o modificado desvirtúa a ese algo. O sea, la cosa deja de ser lo que era para “ser otra cosa”.

Una vez definido lo que entendemos por natural, consideramos que la objeción hecha a Santo Tomás es válida, y que él mismo se equivocó. No en lo que ha de entenderse por natural a nivel metafísico, sino en lo que hace a la proyección de este concepto al plano socio-político. Es decir, la funcionalidad que le otorgó ha sido en ciertos casos errónea.

El amo y el esclavo son por naturaleza hombres, es decir animales racionales, por lo tanto la duplicación de un “por naturaleza” en razón de la función que cumplen no corresponde, ya que su función de “ser esclavo” o “ser amo” es accidental. Este es el razonamiento que tendría que haber hecho el Aquinate, pero el contexto de su tiempo lo condicionó.

Respecto a la historicidad del derecho natural que desvirtuaría su carácter de inmutable, la exposición católica, que es sin lugar a dudas la más fundamentada, admite una cierta historicidad en el sentido de que uno de los principios inconmovibles del derecho natural es que el hombre ha de obrar siempre conforme exigen las circunstancias históricas. “ Con ello, sostiene un pensador de esa corriente, no hace otra cosa que admitir que la aplicación de un precepto de derecho natural debe ser efectuada según el sentido de las situaciones que se presentan, aún cuando el precepto permanezca invariable en la regla perceptiva” (5). En una palabra, la historicidad del derecho natural radica en la materia de la ley y no en sus formas. Es por ello que los principios de derecho natural se reducen a unos pocos, con lo que se amplia el margen de historicidad de todo derecho. Estas salvedades hechas por el pensamiento católico morigeran en parte la crítica del historicismo, cosa que no puede resistirle el pensamiento racionalista de la escuela profana, quien pretendió legislar sobre todo en forma absoluta.

Por último, en lo que hace a la violación de principios de derecho natural por parte de algunas sociedades, creemos que esto no afecta su universalidad sino, simplemente, que el hombre de las mismas se comporta erróneamente respecto del mencionado derecho. La filosofía de los valores diría que sufre una “ceguera axiológica”, puesto que su captación es deficiente pues capta un campo pero excluye otros.

Conclusión

El positivismo identifica lo justo con el orden jurídico lo que lo llevará a una tolerancia cómplice de los regímenes de fuerza y totalitarios.

El derecho natural ha equivocado muchas veces el camino en el establecimiento de qué era lo natural, por lo que si bien se ha opuesto a todo totalitarismo político, no obstante alguna vez lo ha avalado sobre la base del pensamiento que ese régimen era de derecho natural.

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La disyuntiva es de acero, o se afirma el positivismo con todos los riesgos que implica (totalitarismo-fuerza-disolvencia de valores-relatividad, o se afirma el derecho natural y su riesgo a errar en la atribución de valores absolutos y permanentes.

Por todo ello sostenemos; la necesidad de un código positivo a nivel jurídico pero que tenga al derecho natural como norma crítica de aquél. Sin olvidar la enseñanza que la norma jurídica está en el juez y siempre en él (6) y que dado que el hecho jurídico aparece en la sentencia judicial, la aequitas (equidad) debe ser la norma fundamental. En cierta manera con la equidad al contemplar ésta el caso particular dando algo más de lo que corresponde, se permite la entrada del amor con lo que salimos de la esfera del derecho (dar a cada uno lo que le corresponde) para sostener que la humanización plena del “animal político” puede lograse sólo en la actualización real del mandato de Aquel que dijo: ”Habeís oído que fue dicho: Amaras a tu prójimo y tendrás odio a tu enemigo. Yo os digo más: Amad incluso a vuestros enemigos”.

Nota:(1) LUYPEN, William: Fenomenología del derecho natural. Ed.Carlos Foie. Buenos Aires, 1958 pág 17(2) KELSEN, Hans: Teoría Pura del Derecho. EUDEBA. Buenos Aires , 1973(3) LUYPEN, William: Op.Cit. pág 21(4) AQUINO, Tomás de: Summa Theologia I, q.21, a.1, ad.3. “Contestamos que cada uno se debe a lo suyo.

Ahora bien, se dice que una cosa es suya cuando le está destinada, como el esclavo a su amo”. De regimene pricipium.I,c.10. “Por donde se prueba que algunos son esclavos por naturaleza”.

(5) NOVOA MONSEAL, Eduardo: Qué queda del derecho natural? (Reflexiones de un jurista cristiano). Ed. Depalma Buenos Aires, 1967, pág.103

(6) COSSIO, Carlos: La teoría egológica del derecho y el concepto jurídicode la libertad, Bs.As.,Ed-A.Perrot, 1964.-

VIII- El sentido antropológico de las instituciones

El hombre como ser carencial

Desde el punto de vista de su pobreza instintiva y orgánica, no tiene garras, ni piel aislante, ni colmillos desgarradores, el hombre es un ser deficiente o carencial (Mängelwesen). Para ciertas funciones vitales de la subsistencia el hombre debe aprender a utilizar sus recursos físicos e intelectuales, esa franca desventaja frente a los otros animales las tiene que paliar mediante el uso de la técnica. Es el instrumento mediante el cual se sirve el hombre para mitigar e incluso superar sus debilidades biológicas. La técnica no es otra cosa que la proyección de los órganos, en este sentido pudo afirmar Aristóteles: “la mano es el instrumento de los instrumentos”. Así el gancho será un dedo doblado, un plato el hueco de la mano, el pulgar oponible una tenaza, los dedos abiertos un peine o un rastrillo. De las diversas posiciones de los brazos, la mano y los dedos surgirán instrumentos de caza, pesca y labranza fácilmente observables.

Etapas en la historia de la técnica

La técnica al ir paulatinamente aliviando la carga de las tareas a realizar hace que el hombre tome cada vez más distancia de la naturaleza hostil y amenazadora. Así en un primer momento se presenta como “proyección de órganos” (El martillo no es otra cosa que un puño cerrado

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golpeando) en este primer momento el hombre tiene todavía que invertir un gasto físico y mental en el uso de la herramienta. En un segundo momento tenemos la “descarga de órganos”, donde las máquinas de fuerza (el uso del motor a explosión) sustituyen la fuerza física del hombre produciendo la descarga del esfuerzo de trabajo. Finalmente en una tercera etapa ocurre la “sustitución de los órganos” donde las herramientas se transforman en artefactos sofisticados(robots, computadoras) que sustituyen incluso el esfuerzo mental del hombre. Se cierra así el círculo de sustitución del factor humano por parte de la técnica, círculo que es más bien una espiral, pues muestra al hombre creando algo que sigue su propia dinámica de desarrollo insensible a los lamentos de sus diseñadores.

El hombre como animal de costumbres

El hombre en tanto ser deficiente ha buscado la adaptación al entorno a través de la técnica llegando a una automatización cada vez mayor, y ello como consecuencia de la necesidad intrínseca que tiene el hombre de una adaptación estable al entorno. El fenómeno repetitivo, reiterativo, regular y estable de las acciones y los actos lleva seguridad al hombre como ser de acción. A su vez esas acciones rutinarias se inspiran en la fascinación que los ritmos que lo rodean ejercen sobre él. Estos movimientos rítmicos del mundo natural (la sucesión de las estaciones, las mareas, la respiración, los latidos del corazón, el trote de los caballos, la regularidad de los nidos, panales y hormigueros, etc.etc.) hacen que el hombre haya comenzado su desarrollo técnico imitando a la naturaleza.Así en un primer momento ara los mismos campos, con las mismas herramientas y en las mismas fechas. Esta es una acción orgánica y vivida porque él está implicado en la misma.En un segundo momento encontramos las acciones mecánicas que son aquellas que se producen sin variación posible. Se produce lo idéntico sin matices. El hombre se limita a controlar el funcionamiento de la máquina.En un tercer momento, el de la robótica inteligente, pasa de un ser de control a un ser superfluo o pasivo. El hombre como ser de acción ha sido totalmente reemplazado. Hoy estamos viviendo esta última etapa.

El origen de las instituciones civiles

Según el filósofo Arnold huelen(*)(1904-1976) las sociedades humanas son conjuntos interdependientes, no reducibles a un solo criterio sea cultural, biológico, económico, religioso o político, sino que se explican por la acción del hombre en el mundo como un esfuerzo de adaptación a través de las instituciones sociales creadas al efecto. El hombre como animal deficiente tiene desde el punto de vista social la necesidad de crear instituciones que le brinden una rutina social en donde encontrar un apoyo seguro a su orfandad.Las Instituta de Gayo, acertó en notar el filósofo del derecho Michel Villey, comprenden la diversidad que reinaba en el derecho romano de las instituciones en contraposición a la uniformidad característica predominante del derecho moderno. Gayo como todo buen pensador premoderno considera que las instituciones deben adaptarse a la riqueza del mundo, mientras que a contrario sensu, el derecho moderno tiende a subsumir y reducir esa riqueza y diversidad a la uniformidad de su monocorde expresión.

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Las instituciones son las herramientas sociales que el hombre crea para aliviar la carga que supone su existencia cotidiana en sociedad. Ellas le proveen seguridad, justicia, educación, salud, recreación cosas que a título meramente individual le son muy difíciles de conseguir.Las instituciones son creaciones históricas vinculadas a un contexto determinado que tienen mayor o menor vigencia según las acciones eficaces que produzcan.Vaya un ejemplo local cuando se crean masivamente los sindicatos en argentina durante el primer gobierno peronista (1946-1955) ellos vienen a cubrir el desamparo laboral del trabajador. Hoy, cuando el empleo es un bien de lujo, han surgido nuevos actores sociales, piqueteros, sin techo, desocupados, caceroleros, ferias de trueques, etc. que no son contenidos por ninguna institución ad hoc. Es ahora necesario inventar, crear algo que los contenga sin desnaturalizarlos. De nosotros depende, no hay recetas internacionales que valgan. Vaya otro ejemplo nacional, después de las guerra civiles del siglo XIX Sarmiento creó el Colegio Militar para que la vocación de lucha se canalice allí y a través de esa institución. La consecuencia política del buen funcionamiento de las instituciones es la estabilidad social que su acción conlleva pues, según Gehlen “las instituciones optan por conservar lo bueno obtenido antes, que malograrlo buscando la quimera de la perfección política”. Esta distinción del filósofo alemán es de singular importancia habida cuenta que ninguna institución se suicida.

(*) Sus obras fundamentales son: El hombre: Su naturaleza y lugar en el mundo (1940); El alma en la era de la técnica (1957) y su obra póstuma Antropología Filosófica(1986). Ediciones en castellano El hombre, Sígueme, 1980 y 87; Antropología, Paidós, 1993. En italiano: L´uomo nell´era tecnica, SugarCo, 1987. Pueden consultarse con mucho provecho los siguientes artículos: Arnold Gehlen: La condición del hombre en la era de la técnica, de José Javier Esparza, en Hespérides N° 7, Madrid, primavera 1995. Una antropología de la técnica, de Amán Rosales, en Estudios N°64-65, México, primavera 2001.-

IX- Actos y Virtudes Los actos del hombre, hasta el más insignificante, tienen su razón de ser en los hábitos y estos su raíz unificante en el carácter. Pero, a su vez, el carácter se constituye gracias a los hábitos y estos se originan por la repetición de actos.Este es el razonamiento circular que funda a toda la ética y sobre el cual se tiene que volver cada vez que se intenta buscar una explicación, en profundidad, de los actos morales.Los griegos decían ética de dos maneras: ethos(con eta) y ethos(con épsilon).(1)El término ethos(con eta) tenía para ellos dos sentidos: Morada o lugar donde se habita y Carácter o modo de ser.El término éthos(con épsilon) significa hábito, modo habitual de habérselas, de tratar con las cosas.El carácter(ethos con eta) no nos es dado por naturaleza sino que lo adquirimos mediante los hábitos(ethos con épsilom) que nacen de la repetición de actos iguales.Al traducirse al latín por un sólo término -mos/moris- dos palabras griegas de idéntica pronunciación (éthos) pero de distinta significación se perdió de vista la base unitaria de la ética. Prevalece el sentido de mos como hábito y la meditación de la ética se centra en la teoría de las virtudes y los vicios.

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Luego, mos termina por perder su sentido primario y se traduce por costumbre. Así la ética se tranforma en moral y ésta va a centrar su meditación en el estudio de los actos morales con la casuística filosófica. Se termina por perder definitivamente la conexión entre carácter, hábitos y actos. Todas las éticas hasta Kant se constituyeron como sistemas de virtudes. a)La ética aristotélica de la felicidad como contemplación. b)la ética epicúrea o heonista de la felicidad como placer. c) la ética estoica de la felicidad como virtud por la virtud. d)la ética cristiana de la felicidad como contemplación beatífica o santidad.Kant elabora una moral del deber o deontología porque no admite que las virtudes sean incorporaciones de bien, sin embargo cuando llega a la ética práctica, en la Metafísica de las Costumbres, reconoce la necesidad de la teoría de la virtud porque el solo deber es una "falta", es insuficiente y el hombre necesita una guía para lo que ha de hacer. "La suficiencia a que remite el deber es puramente ideal y, precisamente, lo que se ha llamado valor. La ética del deber conduce así inexorablemente a la ética de los valores"(2). Pero como no hay valores sin apropiación y este es un rasgo esencial de la virtud - la apropiación del bien-, la ética de los valores desemboca irremisiblemente en la ética de las virtudes.En la última mitad del siglo XX se ha comenzado a regresar a esta vieja ética. Primero con la Etica de Nicolai Hartmann, luego con Hans Reiner hasta desembocar en el extraordinario trabajo de Otto Friedrich Bollnow: Esencia y cambio de las Virtudes, para terminar, en nuestros días, con Aladair MacIntayre y su trabajo Tras la Virtud.La clasificación de las virtudes ha sido una tentación desde siempre para todos los filósofos de todas las épocas y seguramente lo seguirá siendo en el futuro. Pero lo cierto es que la clasificación nacida con Platón y seguida por Aristóteles de virtudes cardinales y secundarias es la más apropiada, tanto para su exposición didáctica como por su consistencia entitativa.Las virtudes cardinales, de cardo/inis = gozne,quicio, son sobre las que giran y se basan las otras virtudes. Hubo autores que han modificado su orden y reemplazado unas por otras (3) pero lo cierto, como afirma el exigente Aranguren, es que "no conocemos otra mejor". Así la prudencia es la determinación sapiente del bien. La justicia el establecimiento o restitución del bien. La fortaleza la fuerza, que soporta y emprende, para buscarlo y mantenerlo. Y La temperancia la moderación, sensata y serena, para no perderlo.De las virtudes secundarias Aristóteles nos da la siguiente clasificación en el libro IV de la Etica Nicomaquea.Estas virtudes vinculadas a los bienes secundarios se dividen en aquellas que se refieren a: 1) los bienes exteriores. 2) los males exteriores y 3) a los actos humanos.Los bienes exteriores se dividen entre aquellos vinculados a las riquezas cuyas virtudes propias son la liberalidad o generosidad y la magnificencia. Y los relacionados con los honores siendo sus virtudes la magnanimidad y el pundonor.Ante los males exteriores surge la virtud de la mansedumbre.Finalmente los actos humanos pueden ser de dos clase: serios o lúdicos.Los serios que comprenden: a) La afababilidad o dignidad que es la virtud que en la vida social tiene por objeto de su trato el agrado o la molestia tanto en las relaciones laborales, el comercio y otras actividades. b) La veracidad es la virtud que tiene por objeto la verdad en la conversación diciendo el veraz lo que realmente es, tiene y quiere. Finalmente en los actos humanos lúdicos se destaca como virtud la ubanidad o fineza que permite gozar de los juegos y los pasatiempos. Recordemos que muchas de estas virtudes están innominadas por Aristóteles quien no les encuentra un nombre. Y otras veces, como pasa en el último capítulo del libro IV (1128b10) al tratar la

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modestia= aidós, la mezcla con la verguenza=aíschyne empleando los dos términos en forma indiferente como si fueran sinónimos.Además las tablas de las virtudes que da en el libro II capítulo 3 de la Etica Eudemia (1220b37) no coinciden los nombres dados a las virtudes en otros lugares de las obras. Todo ello y muchos desacuerdos más, que a la mentalidad del investigador puro, del becario, pueden resultar contradictorios, debido fundamentalmente a su "método científico" que le da de comer durante toda una vida de investigación, generalmente estéril en el campo de la ética como es el caso emblemático del gringo Guariglia para Argentina. Por el contrario, decimos que todo ello muestra al auténtico filósofo y meditador que es otro el rigor de la ética. Pues en estas cuestiones " debemos buscar la manera de convencer en base a argumentos racionales, pero remiténdonos al testimonio y al ejemplo de los hechos observados...debemos reemplazaar los confusos lugares comunes por opiniones más claras... No es necesario tratar todos los temas por medio de argumentos, como hacen so pretexto de parecer filósofos los charlatanes, sino que en este campo de la ética más vale considerar los hechos".(4)Todo esto muestra a las claras cuál ha sido el método de la ética para los griegos y cómo sus múltiples clasificaciones no han sido otra cosa que aproximaciones a unas verdades empíricas y siempre cambiantes como es la tematización de las virtudes. Quien ha mostrado esto último acabadamente fue el alemán Otto Bollnow(1906-1994) sosteniendo que "la valoración de ciertas virtudes se pierde en la medida en que declina el mundo espiritual que las sustenta"(5). Tal vez sea mejor decir que hay un núcleo de actitudes humanas fundamentales que tienen que ser realizadas en las distintas situaciones de la historia y que adoptan, por lo tanto, figuras distintas correspondientes a las distintas concepciones del hombre.

1.- Cfr.Platón, Leyes,792 e. Aristóteles: Etica Nicomaquea,1103 a 17. "carácter es producto de la habitud de donde le viene también su nombre por una ligera modificación del vocablo". También en la Etica Eudemia, 1220 b3."carácter, como el nombre lo indica es lo que se forma por hábito".2.- Aranguren, José L.:Etica, Madrid, Ed,Rev.Occidente,1958,p.312.3.-Geulincx, Arnold: Etica, Paris, 1665. Este discípulo de Descarte, quien reemplazó la prudencia por la diligencia, la fortaleza por la obediencia y la templanza por la humildad.4.-Aristóteles: Etica Eudemia, 1226 b27 y ss.5.-Bollnow, Otto F.: Esencia y cambio de las virtudes, Madrid,Ed. Rev.de Occidente, 1960,p.20.

X-Algo sobre la confianza Vamos a intentar decir algo sobre la confianza y su opuesto, la desconfianza, luego de una reserva de casi veinte años cuando nuestro viejo y querido profesor de ética, el platense Ricardo Maliandi escribió la siguiente perogrullada: "Confianza y desconfianza se definen, sin embargo, la una por la otra. La desconfianza es la falta de confianza y la confianza es la falta de desconfianza"(Escritos de Filosofía, Nºl2, Bs.As.1983, p91). Siempre pensé en escribir una respuesta en chanza, diciendo, por ejemplo: “Quien Mali-andi, mal acaba” o “Lo mejor que dio La Plata es el viaje de retorno a Buenos Aires”. Pero acabo de recibir un extenso artículo de un abogado cordobés dedicado al derecho constitucional, Pablo Riberi, sobre la confianza que termina sin decir nada sobre qué sea su naturaleza con otra perogrullada: “En síntesis, debemos crear condiciones para la confianza. Decir la verdad es la primera condición”. Esto es tan vacuo y formal como afirmar en ética que hay que hacer el bien y evitar el mal.Luego de estas verdades que por notoriamente sabidas se transforman en necedad o simpleza al decirlas, esto es perogrulladas, vamos a intentar decir algo sobre la confianza.

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Aproximación etimológica

En filosofía, saber sin supuestos, es dable comenzar luego de las enseñanzas de Heidegger, Zubiri y Wagner de Reyna por la aproximación etimológica de los términos que designan el objeto de estudio.Así confianza viene del latín confidere compuesto por la preposición cum=junto a, mas el verbo fidere que significa tener fe. También se puede tener confianza en uno mismo, en un desdoblamiento del concepto, Pero prístinamente el con de la fianza nos indica la idea de otro u otra cosa distinto de uno mismo en quien sentimos seguridad y esperanza firme que no nos va a defiar o defraudar, esto es, desvanecer la confianza.De la misma raíz provienen confidencia, confidente, confidencial conceptos vinculados a la idea de guardar un secreto y de secreto proviene secretaria que es la confidente directa de los ejecutivos, quien les guarda los secretos de sus manejos directivos.

Elaboración del concepto

Vemos como la idea de confianza se encuentra vinculada con las ideas de otro; de fe; de seguridad y de secreto.El otro, el ser “junto a o cabe de”, acá se encuentra limitado al próximo, pues uno le tiene primeramente confianza a quien conoce más de cerca, más íntimamente.La fe como conocimiento convincente o certeza, anterior a toda experiencia concreta.La seguridad como una esperanza firme de que en el futuro el otro responderá adecuadamente a lo pactado. El secreto, en este caso, es lo que sé junto al otro y es tenido oculto y reservado con mucho cuidado.La primera consecuencia de esta elemental descripción de la confianza es que esta noción entra dentro de las categorías de relación, pues implica de suyo la vinculación entre dos o más seres, que a través de una convicción subjetiva se dicen que ante una situación “aún no producida” responderán de acuerdo a un núcleo aglutinado de valores compartidos.

Tipos de confianza

Es sabido que el hecho primario de la existencia del hombre es ser con los entes y ser junto a los otros existentes. El ser con nos está indicando el primer tipo de confianza que es con los entes denominados útiles. Pues como muy bien afirma Heidegger “ el ser del útil es ser de confianza... El servir para algo del útil es en rigor la consecuencia esencial del ser de confianza”(1)El segundo tipo de confianza se da en el ser cabe los otros existentes, ellos pueden ser personas, animales o seres ideales. El hombre le tiene así confianza a su perro o su caballo, pues posee la certeza que responderá de la manera adecuada ante la situación “aún no” producida. Esa convicción subjetiva se funda en la íntima y secreta vinculación existente entre él su animal. Lo mismo puede decirse respecto seres ideales como, por ejemplo, su santo preferido, pues cuenta con la seguridad profunda que no lo defraudará o mejor aún, que no lo defiará.Pero en este tercer tipo de confianza, aplicable también a la relación con Dios, ésta se funda no ya en la fe mundana sino en la fe como virtud teologal por la cual el hombre cree y confía en el Dios vivo de la gracia.

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Breve conclusión

La relación de confianza encierra mutua implicación pues es una tensión compartida, dado que para que exista confianza no sólo tengo que tenerla sino que, además, tienen que tenérmela. Es entonces un afecto compartido pues se mide por la subjetividad o íntima convicción de las partes.La confianza como vivencia afectiva es, para la antropología filosófica, no sólo fuente de conocimiento estimativo o valorativo, sino sobre todo fuente de realizaciones en el dominio de lo concreto dado que la confianza es ciertamente un afecto relacional que reduce la complejidad los actos, con lo cual las acciones apoyadas en ella se tornan mucho más eficaces, puesto que reduce la necesidad de garantías. Acertadamente se la ha definido desde la sociología diciendo “La confianza reduce la complejidad social, es decir, simplifica la vida por medio de la aceptación del riesgo”.(2). Resta una consideración sobre los preconceptos o supuestos filosóficos que nos muestran que el fenómeno de la confianza, por los elementos que implica su índole, no puede ser captado en su totalidad por cabezas modernas como las de los profesores que motivaron esta meditación. Ambos se han declarado hijos de la Ilustración de Kant y de Rawls, y esta es su gran limitante, la que viene a explicar su fracaso en el desbroce del tema. En este sentido siempre hay que tener presente, y en filosofía sobre todo, el contexto histórico y la tradición cultural a partir de la cual se intenta hacer filosofía. Establecido ello, comprobamos que el concepto de confianza forma parte sustantiva de un contexto y de una tradición filosófica premoderna y que por ello, lo hace hoy un tema postmoderno.Nuestros dos suscitadores, por el contrario, al formar parte de la tradición moderna, que reemplazó las ideas de comunidad por la sociedad y la confianza por la de contrato, no pueden caer nunca en la cuenta de lo que sea la confianza en sus sentido más profundo. Vale aquí el viejo apotegma, que nadie puede dar lo que no tiene.

1.- Arte y Poesía, FCE, México, 1958, 61. –2.-Luhmann, Niklas: La Confianza, Santiago de Chile, Univ.Iberoamericana, 1996, p.123.-

XI-La isostenia cultural: patología del pensamiento único

Quisiera dejar en esta breve meditación si no, una idea original (que lo es sin duda), al menos originaria (pues se origina desde nosotros y no es copia de nadie). Es el concepto de isostenia cultural. Con la inauguración de este concepto lo que pretendemos es trabajar en la descripción del pensamiento único y políticamente correcto. El termino que proviene del griego ισος = igual, y στενος= estrecho, que se traduce por similar consideración. La noción quiere indicar la existencia de gustos, actitudes, normas, estimaciones y expresiones artísticas, contradictorias entre sí, pero de igual valoración cultural. Ello hace imposible una valoración jerárquica de los productos culturales al mismo tiempo que nivela todos por el mismo rasero. No se distingue lo bueno de lo malo y se intentan borrar todas las diferencias entre la cursilería y la maestría, lo lícito y lo ilícito, lo sagrado y lo profano, lo cotidiano y lo festivo.

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Así, la televisión basura está al mismo nivel que el más exquisito de los pintores y los grandes textos literarios perdiendo su valor en sí, son sólo pre-textos para otros textos. El reinado de la mediocridad desea justificar su propia incapacidad nivelando todo por lo bajo. La época de la nivelación que llamara Max Scheler.La imposición del concepto de isostenia,(debido en primer lugar a los antropólogos sociales noramericanos según los cuales no existe ninguna cultura superior a otra, desde Franz Boas para acá) al ámbito reducido de las expresiones artísticas y culturales logró en nuestra época postmoderna relativizar toda expresión cultural en donde lo más vulgar, burdo y plebeyo es equiparado en valor a lo más noble, fino y profundo que produce el hombre.

Pero no termina allí la funcionalidad de la isostenia, sino que llevado el concepto a dominios más amplios, que aquellos de la persona, ha reemplazado a las culturas populares por la vulgaridad más chata y mercantil. Así, la denominada bailanta – mezcla de cumbia, chebere, salsa y mal gusto – sustituyó la música popular. Y no faltará el estulto que iguale y equipare lo popular con lo masivo, lo popular con lo homogéneo, lo popular con la carencia de matices. El grave problema que se plantea hoy día a las identidades nacionales y personales, no es la identidad de los otros, sino la identidad, entendida, de todos por igual.

En realidad el concepto de isostenia cultural, que se aplica de igual manera al arte, la filosofía, la literatura, la política, la historia, la música, la arquitectura es producto de la razón calculadora de la modernidad en donde el hombre aparece por primera vez definido como una res extensa, como una cosa mensurable. Y si lo podemos medir, se preguntaron, lo podemos etiquetar y encorcetar en un modelo único y de validez universal siguiendo el modelo de la mathesis matematica.

La isostenia tiene su proyección en el campo político a través del concepto de lo políticamente correcto en donde el consenso massmediático va reemplazando a los partidos políticos. De allí que con agudeza se haya hecho notar que hoy , el discurso político, que hemos caracterizado como “un compromiso que no compromete”, se encuentre dirigido no al pueblo sino a los mass media. Largas horas pasan nuestros políticos hoy explicando en los medios sus propias declaraciones a los medios, mientras que la realidad sigue su curso que no es, casualmente, gobernado por ellos sino por los poderes indirectos que son a la postre, entre otras cosas, los dueños de los medios. Hoy la instalación política de cualquier candidato es antes que nada mediática y luego, pero lejos, se resalta su capacidad de ejecución y gestión.

El concepto de isostenia cultural al sostener por principio el relativismo cultural y el escepticismo filosófico limita la crítica a la esfera de la reflexión, (la mera crítica cultural) dejando de lado toda proyección de ésta, al campo de la vida social y política. Es por ello que sus intelectuales orgánicos pertenezcan a la izquierda progresista y sus variantes socialdemócratas y carecen de pensamiento político crítico, pero se llenan la boca acerca de la creación de un pensamiento crítico.Son simples agentes del simulacro, del “como sí” kantiano, que es uno de los signos de nuestro tiempo.

La isostenia cultural rechaza de plano lo diferente y su expresión: el disenso, porque significa y exige otra cosa distinta de lo vigente, de lo dado.

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El disenso funda la alternativa real y exige de suyo un paso que va más allá de la crítica meramente teórica, porque el disenso es ruptura con la opinión, que en las sociedades de masas y de consumo es siempre y sólo opinión publicada, y no ya más opinión pública.

La isostenia cultural es, en definitiva, la patología propia del pensamiento único y políticamente correcto, que ha devenido en nuestros días la consecuencia más evidente del fracaso por los errores filosóficos del liberalismo y del marxismo en sus concepciones sobre el hombre, el mundo y sus problemas. Como gustaba decir don Miguel Angel Virasoro, uno de nuestros máximos filósofos.

XII-Porqué más bien morar que habitar

1. - Un amigo me acercó un trabajo de un jesuita argentino que desde hace muchos años se dedica a meditaciones hegelo-heideggerianas de carácter teofilosóficas en donde a partir de la afirmación, dada por cierta, que “el habitar es propio de los hombres” se viene a preguntar si “el habitar puede atribuirse a Dios”. Y allí comienza una meditación atrabajada que concluye que sí, debido a la omnipresencia de Dios.

Este artículo nos suscitó algunas ideas que queremos poner por escrito. Y lo primero que se nos ocurre destacar es la diferencia etimológica entre habitar y morar. Habida cuenta que cuando uno no sabe algo, la primera aproximación, es tratar de desentrañar que significan las palabras que designan el fenómeno a estudiar. Lo primero que corresponde es esclarecer los términos.

Así habitar viene de habito/habeo que significa también tener, poseer, llevar consigo, guardar, contener, reputar. Del verbo proviene el adjetivo habitus que se define como repetición de actos, acción regular y reiterativa.

Morar por su parte viene de moror que significa también aguardar, demorar, detenerse, residir. Del verbo deriva el sustantivo mos que se traduce por costumbre, moral, modo de ser, carácter.

Esto nos está indicando sin ambages, de entrada, sin tener que hacer ningún esfuerzo filosófico por pensar la diferencia entre habitar y morar, que tal diferencia existe y en nuestra tan vituperada lengua castellana está aún vigente incluso en el uso diario. ¿Para qué recurrir tanto al alemán o al francés si nosotros podemos pensar a partir de nosotros y nuestra propia lengua?. ¿No saben nuestros sedicentes filósofos que Heidegger, Levinas, Marcel, Hartmann, Owens, entre tantos otros, tuvieron que recurrir a arcaísmos o neologísmos para explicar la diferencia ontológica entre ser y estar, ser y ente que el castellano la tiene en uso cotidiano?. Aún hoy, después de los trabajos esclarecedores de un Zubiri, un Wagner de Reyna, un de Anquín tenemos que seguir leyendo sandeces como: “el alemán es la lengua filosófica”, “el inglés tiene concisión conceptual” o “el francés tiene plasticidad ontológica”. ¡Por favor, basta ya!. Aprendamos nosotros a usar nuestra lengua que todo lo demás se nos dará por añadidura.

Teniendo en cuenta esta discriminación vemos como uno puede habitar un departamento o una oficina y en general e indeterminadamente, en tal o cual país pero nunca se habla de morar. Morar se mora en una casa, o más propiamente en un hogar. Lugar donde uno está arraigado, porque se de-moró muchos años allí. A lo mejor generaciones. El morar hasta le creó a quien vivía

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allí una costumbre que se tradujo en un modo de ser, le llega a fijar incluso un carácter(un daimon dirían los griegos).Cuando uno mora es alguien, tiene una personalidad definida para el entorno y el contexto que lo rodea. En cambio cuando uno habita, vive como todos, porque todos habitamos, pero pocos, cada vez menos, moramos.

El morar está vinculado con el tiempo existencial que nosotros nos tomamos con las cosas y los otros, en tanto que el habitar se soluciona con un techo.

Afirmamos antes que morar se mora más propiamente en un hogar que en una casa y esta proposición está aún avalada por la lengua cotidiana. Nuestro término casa, idéntico al portugués y al italiano casa y al francés case, viene del latín casa-ae que significa cabaña o choza, es decir habitación rústica. Algo que solo nos salva de la intemperie, eso significa casa.

Hogar viene de fogar y éste de fogo y a su vez del latín focus, que significa fuego. El hogar es entonces el lugar donde se hace y se está cerca del fuego, al abrigo del fuego. Pero este fuego no es un fuego cualquiera como lo puede ser una fogata sino que es el fuego que le da sentido a la casa en tanto hogar. Los romanos la llamaban domus, y los griegos .

2.- Cuenta un viejo relato que unos viajeros de la antigua Grecia van a Efeso a visitar al renombrado filósofo Heráclito y lo encuentran junto al fuego del hogar frotándose las manos. Asombrados le preguntan ¿ Pero cómo maestro no está Ud. trabajando sobre sus temas de estudio? A lo que Heráclito respondió: “También en el calor del hogar moran los dioses”. Se nos podrá decir que es una leyenda de las tantas que sobre los filósofos inventó Diógenes Laercio, pero el hecho cierto es que ella enseña mucho más que una veintena de disquisiciones argentinas sobre el da del sein o el il de la illeité. Que suena más a remedo desde mundo bolita o a vanitas vanitatis de algún aprendiz filósofo.

Es sabido que el hombre habita y rara vez mora. Los que habitan como su nombre lo indica son los habitantes, en su mayoría hombres citadinos, sobre todo los de nuestras grandes ciudades del siglo XX. Existen también hombres, no muchos que inhabitan el mundo, es decir, pasan por el mundo pero no lo ocupan, ni raigal ni localmente, son verdaderos peregrinos de la tierra, seres cuyo espesor espiritual es superior al de su materia corpórea. Ellos están más cerca de los ángeles que de los hombres. Además hay hombres que sólo se demoran y no llegan a morar, que son aquellos que han pasado su vida, como quien dice, pegados a la naturaleza. No se han podido desprender del ciclo cósmico. –nacimiento crecimiento, generación y muerte o primavera, verano, otoño e invierno -. Han estado pero no han llegado a ser. Estos se aproximan más a bruto que a los hombres. Tenemos por último a aquellos hombres, los menos aunque no pocos, que intentan morar más bien que habitar.

El morar exige antes que nada un enraizamiento, un echar raíces, pues nadie puede morar sin antes de-morarse en la comprensión de su entorno.

Morar es aprender luego los hábitos y costumbres, morar como hemos visto viene de mos que significa costumbre, del lugar donde estoy dispuesto a morar.

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Morar es finalmente hacerse y formarse en la consolidación de un carácter propio, genuino, auténtico. Y otorgarle al locus, a las circunstancias, a la situación la impronta de nuestra propia índole.

3. - Sin querer llegamos así al tercer aspecto de esta meditación, aquél que vincula el morar y los dioses

La dialéctica entre morar, entorno y carácter hace que cada una de estas categorías no puedan ser cabalmente entendidas unas sin la otras. Se necesitan y se implican. Es por ello que el mismo Heráclito ha podido afirmar ethos anthropo daimon, que podríamos traducir siguiendo el hilo de esta meditación como “los dioses también moran en el carácter del hombre”, con lo cual vemos, ya en el Oscuro de Efeso, esta íntima vinculación que se produce a través de los dioses entre hogar y carácter en la dialéctica del morar.

Si bien nosotros podemos parodiar que somos griegos, esta vinculación de los dioses heraclíteos en el morar, interpretada desde nuestro universo cristiano dado que es la totalidad de sentido donde hemos caído a la existencia se debe interpretar no a través de la noción de analogía como propone nuestro teofilósofo, suscitador de esta meditación, sino a través de la noción de participación. Dios para la teología católica forma parte del morar del hombre en tanto que tiene que ver, no sólo en la conformación de su carácter sino también en la conformación de su hogar (en su riquísimo doble sentido). El Dios vivo de la gracia se hace partícipe de la destinación del hombre y el morar se convierte así en el medio más genuino del transcurrir terrenal en vista a la participación plena en el goce eterno de ese Dios.

XIII-La filosofía a fines del milenio

En realidad, el título de este artículo nos está indicando que el peso de la misma está puesto en la noción de “fin de milenio” más que en la idea de “filosofía”.Y algo de eso hay, pues hoy en día casi todas las conferencias o charlas sobre ideas giran entorno al fin del milenio o al comienzo del nuevo.Nosotros vamos a tratar de hacer un esfuerzo y equilibrar el peso de la exposición poniendo el acento sobre la filosofía y dejando que la exigencia de nuestro tiempo de fines del milenio se decante naturalmente, por aquello que decía Hegel: “nadie puede saltar sobre su tiempo”.En nuestra opinión, más allá de la filosofía académica y universitaria, siempre necesaria para dar de comer al filósofo, por aquello del primum vivere deinde philosophare, el milenio nos despide en medio de tres polémicas filosóficas. Estas son: 1) comunitaristas vs. liberales, disputa que involucra sobretodo el mundo anglo-sajón. 2) Latinoamericanistas vs.analíticos conflicto que se da, fundamentalmente, en la ecúmene iberoamericana y 3) modernidad vs. postmodernidad que posee una extensión planetaria.

Polémica anglosajona

Al comienzo de los años ochenta apareció en Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña una corriente de pensamiento filosófico, político y moral denominada comunitarismo. Este movimiento intelectual no constituye un conjunto unificado sino, mas bien, un conglomerado de versiones

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libres en abierta polémica con los pensadores liberales nor-americanos sobre dos temas centrales: a)la primacía del bien o no, sobre el deber y b) la concepción del sujeto. El estudioso alemán Axel Honneth en su libro Kommunitarismus(1) sostiene que es posible distinguir dos etapas importantes en el debate. Una inicial en que las posiciones contrapuestas habrían aparecido en toda su radicalidad. Y una segunda, metateórica, en la que los autores habrían reconocido un terreno común de discusión. Este terreno común es la tradición democrático-liberal de las sociedades modernas.En la etapa inicial, la más virulenta y definida, se ubican del lado comunitarista Michael Sandel (Las esferas de la justicia; La república procedimental); el escocés Alasdair MacIntayre(Después de la Virtud; ¿Qué justicia. Cuál racionalidad?), polemizando con dos autores claves del liberalismo contemporáneo: John Rawls(Teoría de la justicia; Política liberal) y Robert Nozick(Anarquía, Estado y Utopía).En la segunda etapa se destacan del costado comunitarista el canadiense Charles Taylor(El origen del yo. La construcción de la identidad moderna); Michel Walzer(La crítica comunitarista al liberalismo) y del lado liberal: Charles Lamore(El liberalismo político); Ronald Dworkin(El imperio del derecho)y Bruce Ackerman(Justicia social en el estado liberal).La primera etapa se inaugura con la crítica al liberalismo llevada a cabo por MacIntayre desde la óptica clásica de la filosofía escolástica. Su crítica se dirige a la anarquía moral como consecuencia del relativismo axiológico que produjo el modelo liberal en la sociedades postindustriales. A la primacía que Rawls otorga a lo justo(right) sobre el bien, MacIntayre, apoyándose en Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, le responde que el bien (good) tiene razón de causa final, de ahí que el agente moral deba siempre obrar en vista a fines y que para alcanzarlos se encuentre obligado al ejercicio de la virtud, puesto que el fin=bien no justifica los medios. La exigencia de proporcionalidad entre fines y medios en la ética de bienes exige pues, el ejercicio de la virtud.En cuanto a la concepción del sujeto han sostenido que “el yo liberal es un egoísta racional interesado solamente en la protección de su propiedad... es un ser desvinculado y desarraigado”. La propuesta del comunitarismo en general, de ahí su denominación ha sido recurrir a la idea de comunidad como conformadora de sentido e identidad. La comunidad es el espacio donde aprender la práctica de la virtud y en donde el sujeto se inicia en una determinada tradición. “Una tradición viva, afirma MacIntayre es una discusión históricamente desarrollada y socialmente encarnada”(2). Es imposible al sujeto situarse fuera de una tradición.En el caso de Michel Sandel su crítica va dirigida directamente al trabajo de John Rawls Teoría de la Justicia (1971), texto clásico del liberalismo actualContra la concepción liberal del yo que supone un universo vacío de sentido (el sujeto trascendental de Kant), él opone su teoría del yo (self), según la cual es sujeto humano está intrínsecamente exigido de construir o dar significaciones a ese universo vacío de todo sentido o telos. El yo no es anterior a los fines que no son sino parte del objeto de sus elecciones. El yo se constituye según Sandel, siempre en un contexto del que no puede abstraerse. El está encarnado. Esta “contextualidad de la autocomprensión” presenta a la comunidad no como un medio - como lo es la sociedad para el individuo liberal- sino como el fundamento de sus elecciones, que incluso, contribuye a fundar su identidad.Extraño periplo intelectual el de Sandel, ya que acepta gustoso “el sujeto trascendental igual X de Kant” como haz de posibilidades, pero busca contextualizarlo.En la segunda etapa se destaca también Michel Walzer con su crítica al concepto iluminista de universalidad, según el cual algo para ser valioso debe tener valor universal. Al respeto observa muy bien, el joven politólogo peruano Eduardo Hernando Nieto: “Michel Walzer en Esferas de la

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Justicia señalará que lo que verdaderamente existe no es luna moral universal y un método de distribución general de la justicia sino que lo que se da son principios de justicia plurales. Las diferencias derivan de las diferentes formas de entender los bienes sociales mismos: el inevitable producto del particularismo histórico y cultural”(3).Walzer señala cuatro fenómenos típicos de movilización de una sociedad postindustrial: movilización geográfica, social, familiar y política. Así los hombres de las sociedades modernas están más aislados y solos que antes por haber perdido los lazos regionales, vecinales, por vivir la experiencia de la desintegración de la vida familiar y el aflojamiento de las relaciones sociales y políticas.Pero al mismo tiempo, llama la atención sobre la ambivalencia de la crítica comunitarista al liberalismo diciendo que “ puede venir a corregir las nuevas desigualdades debidas al mercado, como a reforzar las viejas desigualdades”(4).Por último nos encontramos con el canadiense Charles Taylor, quie produce una sustancial aproximación las posiciones liberales. Este autor, apoyándose en “el principo de reconocimiento” enunciado ya por Hegel- según el cual algo o alguien existe cuando hay otro que lo reconoce como tal- sostiene que los individuos deben ser reconocidos como agentes morales autónomos en un contexto sociocultural dado. En su crítica a la sociedad contemporánea, aun cuando la caracteriza siguiendo a Bloon, Bell, Lasch, Lipovetsky et alia, propone como solución recuperar el ideal de autenticidad que se apoya, siempre según Taylor, “en el liberalismo de la neutralidad y uno de sus pilares básicos es que una sociedad liberal debe ser neutral en cuestiones que atañen a la vida buena”(5). Vemos pues, como relega las discusiones sobre la “buena vida” - el eu zen (1252 b 30) de Aristóteles- fuera del discurso político. Y acepta el principo moderno de la sociedad secular y liberal según el cual no existe ninguna información superior y autorizada acerca de la vida buena, pues lo único que cuenta como conocimiento científico es el conocimiento a posteriori. Esto es, luego de pasar por la experiencia.La fuente de la “autenticidad” la encuentra siguiendo a J.J.Rousseau en “la voz interior que nos dice qué es lo correcto a la hora de actuar”. Luego, se pregunta “¿Cómo se llega o se recupera la autenticidad?. Y afirma que rescatando la noción de dignidad en contraposición a la de honor que es un concepto premoderno, “porque la dignidad todo el mundo la comparte. Es lo único compatible con una sociedad democrática”(6).Ya hemos dicho alguna vez, comentando alguno de sus libros: “Pobre Taylor, él se da cuenta que estamos mal y vamos peor, comparte la crítica a la modernidad de los autores mencionados, pero pretende superar las enfermedades de la modernidad inyectándoles más modernidad”(7).En definitiva, el comunitarismo anglosajón, salvo el caso de Alasdair MacIntayre que está apoyado en una metafísica premoderna como lo es la escolástica católica, el resto en su reclamo de autonomías y diferencias da por supuesto, no cuestiona, los fundamentos de la sociedad demo-liberal-capitalista que padecemos, sino que los da por aceptados. Esto último nos está indicando en buen romance que la proyección político-práctica del comunitarismo anglosajón es nula.No hay que confundir la exhortación que un filósofo puede hacer a un político - la que le hizo Sandel a Dukakis en l988- con la funcionalidad de la idea sugerida. Del dicho al hecho hay mucho trecho, y sobretodo en las sociedades opulentas que fácilmente incorporan a su sistema las ideas que lo contradicen. Para los comunitaristas están los campus universitarios y ellos satisfechos.

Latinoamericanistas vs.Universalistas

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Nos despide el siglo con el enfrentamiento de dos concepciones de lo que debe ser filosofía auténtica en Nuestra América.La tradición filosófica dirigida a la explicitación de “lo americano” nace, en nuestra opinión, como reacción a las consecuencias de la guerra hispano-norteamericana de l898. Tomamos conciencia de golpe, y masivamente, que somos “cosa diversa tanto de España, lo que equivale a Europa, como de los Estados Unidos”.Para nosotros los hispanoamericanos el siglo XX comienza dos años antes, porque al decir del politólogo Horacio Cagni, 1898 marca el comienzo de la globalización.Así este pensamiento sobre la naturaleza de “nosotros mismos” tuvo su primera expresión en la generación del centenario en donde pensadores, sin ser específicamente filósofos, como José Rodó, Leopoldo Lugones, Ricardo Rojas, Rubén Darío, Francisco García Calderón, Frank Tamayo y otros, meditan sobre el tema de nuestra identidad.Luego, a partir de los años veinte dan a conocer sus meditaciones los denominados “filósofos fundadores”, algunos de los cuales, como Alejandro Korn, José Vasconcelos, Alfonso Reyes, Antonio Caso, entre otros, se van a ocupar profesionalmente de la filosofía americana.Pero es recién a mediados de los años cuarenta que se produce el enfrentamiento de las dos corrientes que se prolonga por tres generaciones. En un principio se produjo la disputa entre, en aquella época denominados americanistas, y los universalistas, quienes estrictamente hablando eran espiritualistas laicos, seguidores de la filosofía centro europea de la escuela de Marburgo, de los Dilthey, Simmel y Bergson. Así, por un lado,estaban los Leopoldo Zea, Wagner de Reyna, de Anquín, Fernando Salmerón, Mayz Vallenilla para quienes el genius loci (clima, suelo y paisaje) eran requisitos sine qua nom para hacer auténtica filosofía. Mientras que por el otro lado, los Eugenio Pucciarelli, Virasoro, Enrique Molina, Vaz Ferreira, Miguel Reale, caracterizaban a la filosofía como un saber sin supuestos en donde el terruño, la sangre, la herencia, en definitiva, la identidad, carecía de consideración filosófica.A partir de los años cincuenta hacen su aparición “los analíticos”, mientras los espiritualistas laicos devienen en existencialistas o fenomenólogos. Los analíticos con Mario Bunge, Gregorio Klimoswki y Newton da Costa desprecian absolutamente a los americanistas, a quienes llaman “los políticos”, que por influencia del marxismo comienzan a denominarse “latinoamericanistas”. Carlos Astrada publica El Mito Gaucho indicando el sendero que va del existencialismo al marxismo.La ideologización de los planteos filosóficos de los ahora latinoamericanistas, llega a su acmé con la filosofía de la liberación en los setenta en donde se destacan, entre otros, Enrique Dussel, Arturo Roig, Horacio Cerutti, Arturo Ardao, Darcy Ribeiro, Ricaurte Soler, Augusto Salazar Bondy. La caída del Muro de Berlín, tomada emblemáticamente, da al traste con la filosofía de la liberación, arrastrada en su caída por la debacle de su hermana “la teología de la liberación” que no liberó a nadie, y sumó en Nuestra América miles de muertos en su haber.Así, en estos tramos finales del milenio tenemos una filosofía universalista en su variante racio-espiritualista que al ser hija putativa de la filosofía centro-europea que ya no produce filósofo; quedó reducida a comentarios de textos. Y una variante analítica, que más allá de los copistas vernáculos de la filosofía inglesa como los Rabossi, Klimoswki y los Bunge, sólo ha dado al brasileño Newton da Costa y su “lógica paraconsistente” con la que ha demostrado que el teorema de Godel es aplicable también a la física teórica.En cuanto a al filosofía acerca de “lo americano”, archivado el planteo ideológico del marxismo con agua bendita, como lo fueron la teología y filosofía de la liberación, va retomando la vía ontológica que inauguraron los trabajos de Nimio de Anquín y su Ser visto desde América, y de Wagner de Reyna y su Iberoamérica a fines de los cuarenta, que se continuaron con los de Rodolfo Kusch y

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sus meditaciones sobre ser alguien y estar aquí en los setenta y los de Heinrich Beck en los ochenta. Nosotros, por nuestra parte, proponemos hoy pensar a América desde la ontología como lo hóspito y el tiempo americano como un madurar con las cosas. En la imbricación de estas dos categorías está nuestra hermenéutica (8).

Modernidad vs.Postmodernidad

La polémica modernidad-postmodernidad es la última de las transferencias intelectuales del centro a la periferia. Es tan falsa para nosotros, como lo fue “la querelle philosophie -philosophie chretienne” de los años 30, inaugurada por la polémica entre Etienne Gilson y Emile Bréhier.El término postmodernidad nace en el dominio del arte y es introducido en el campo filosófico hace ya dos décadas por Jean Francois Lyotard en su trabajo La condición postmoderna (1979).La noción se ha difundido ampliamente pero en general su uso indiscriminado conduce a confusión. En un esfuerzo didáctico podemos enumerar los puntos en que todos coinciden en su crítica a la modernidad:1.-El poder de los mass media como dadores de sentido2.-La obsesión por lo nuevo3.-El dominio de la publicidad4.-La exaltación de lo joven y light5.-la quiebra de los grandes relatos universales6.-las contradicciones de la sociedad opulenta y la generación de múltiples alienaciones que provocan, no ya la muerte de Dios, sino también la muerte del hombre.En realidad pueden distinguirse claramente tres corrientes de pensamiento postmodernas.La primera, es la de aquellos que van a la zaga de la escuela neomarxista de Frankfurt: los Habermas, los Apel, los Eco, los Levy et alia, que critican a la modernidad en aquello que le faltó llevar a cabo como proyecto moderno de los filósofos de Iluminismo. En una palabra, su crítica a la modernidad radica en que no acabó su proyecto. Y así pueden afirmar como J.Derrida “fieles a los ideales de la Ilustración para trabajar por las Luces de hoy”(L‘autre cap).La segunda es la de aquellos representantes del pensiero débole, los Lyotard, los Scarpetta, Vattimo, Lipovetsky, Argullol, Rojas et alia que defienden un posmodernismo inscripto en la modernidad. Es decir, son autores que en su crítica a la modernidad proponen una desesperanzada resignación, pero sin abandonar su confianza en la razón entendida al modo moderno. Así podrá afirmar suelto de cuerpo Gilles Lipovetsky: “No tiremos al niño con el agua de baño: las perversiones de la razón prometeica no condenan su esencia. Si la razón moral amarra el cabo, sólo la razón instruída puede acercarnos a puerto”(9).Su mérito estriba en la aguda descripción de una realidad alienante que entorna al hombre de hoy, como lo es el poder casi omnímodo de los mass media con su capacidad de “dar sentido” a las cosas y noticias que valoradas y analizadas en sí mismas “carecen de sentido”. La obsesión por lo nuevo, que lo hace convertible con lo verdadero, novus et verum convertuntur. El dominio de la publicidad, que al poner el ser a la venta confunde la existencia con “existencia de mercadería”, con stock. La manipulación de la naturaleza por la técnica, considerada falsamente como un instrumento con “neutralidad ética”.Estas dos actitudes se caracterizan más bien como una crítica a la modernidad que como una propuesta positiva de superación de la misma. Muy similar a lo que sucede con los pensadores de Le Monde Diplomatique hoy día, agudos y desencantados en su crítica descriptiva a lo que está

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sucediendo, pero sin propuestas porque su familia de ideas del mundo socialdemócrata ya no tiene nada que decir. Se agotó.En nuestra Argentina actual que hacemos extensivo a Iberoamérica, en donde la imitación tintinea por todas partes, los que trabajan de filósofos mediáticos -los Grondona, Sebrelli, Abraham, Kovaldoff, Sarlo etc.- se columpian alegremente entre estas dos corrientes sin entender nada de nada( pueden confrontarse los suplementos culturales de los grandes diarios como La Nación, Clarín, El Mercurio, etc.)Por último, tenemos en tercer lugar a los herederos, mutatis mutandi, de los “pensadores de la decandencia” como Spengler, Drumont, Evola, Guenon, Jünger, Schmitt, Heidegger y,en menor medida, Ortega. Algunos de estos pensadores son Gonzalo Fernández de la Mora, Eugenio Trías, Paul Ricoeur, Claude Polin, Augusto del Noce, Ernst Nolte, Massimo Cacciari, Claude Rousseau que someten a crítica la modernidad con un rechazo casi total de la misma. No sucede en este caso como ocurrió con el denominado pensiero débole, que es hijo desencantado de la modernidad, sino que aquí la oposición es frontal y además se ofrecen variadas propuestas de superación.Este postmodernismo que podríamos llamar fuerte presenta también algunas variantes nietzcheanas y neo-paganas como en el caso de la Nouvelle Droite o Nuova Destra con Olivier Mathieu, Guillaume Faye, Javier Esparza, Louis Rougier o Alain de Benoist, corriente de pensamiento que se caracteriza por una búsqueda y defensa insobornable de la identidad de los hombres y los pueblos. Así como una crítica enjundiosa al mundialismo, al igualitarismo y al proyecto político del atlantismo.

Conclusión

El creciente desencanto con el proyecto de la modernidad por el fracaso estruendoso de su sacrosantos principios como la idea de progreso indefinido, el poder omnímodo de la razón, la democracia como forma de vida, el primado de conciencia, la libertad como capricho subjetivo, hace que la conciencia posmoderna se describa como conciencia desilusionada de la modernidad. Y acá está el guai, este el quid de la cuestión. Este es, si se quiere, nuestro pequeñísimo aporte al gigantesco tema modernidad-postmodernidad: la postmodernidad al ser conciencia desilusionada mantiene hoy en día el enfoque particular propio de la modernidad. De modo tal que, la única crítica válida, total y eficaz a la modernidad es la crítica premoderna.Y es desde las ecúmenes premodernas como la eslava, la iberoamericana o la china desde donde se puede llevar a cabo más genuinamente esta crítica porque aún tienen término de comparación. Han sido las menos zapadas por la modernidad.La función moral del disenso consiste, desde aquí, en expresar la opinión de los menos, de los diferentes ante el discurso homogeneizador de la ética discursiva o comunicativa de los Habermas y los Apel, que sólo otorga valor moral al consenso.Es que la ética comunicativa viene, en definitiva, a fundamentar el mensaje globalizante y homogeneizador de las partes en pugna. Esta ética discursiva e ilustrada viene, en tanto discursiva, como un nuevo nominalismo a zanjar las diferencias con palabras y no a través de la preferencia o postergación de valores. Y en cuanto ilustrada, sólo permite la crítica de aquellas situaciones sociales que no encarnen los ideales ilustrados de igualdad y postilustrados de democracia.La ética de la comunicación es así heredera directa de las sociedades de ideas de la Revolución Francesa y estas sociedades -corazón del jacobinismo- por definición no pensaban sino que hablaban. La ideología no se piensa porque puede correr el riesgo de ser criticada, sino que ella

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habla a través de su intérpretes como verdad socializada a través del asambleísmo y se expresa en la religión del consenso.Hoy el dios monoteísta del libre mercado ha llegado a privatizar la opinión pública. Hoy sólo existe la opinión publicada por los Robin Hood mediáticos a la manera de nuevos Saint Just.Ellos se han quedado hoy día con la representación exclusiva del “pueblo”. Es la patria locutora y escribidora que viene reemplazando a los políticos, quienes ante esta furia privatizadora de los activos fijos estatales se han quedado sin los aparatos del Estado para ejercer poder y han cedido su iniciativa política al periodismo y los tecnócratas.Así como la imagen (TV,Cine etc.) ha reemplazado al concepto (libros, conferencias etc.), de la misma manera los massmedia han desplazado a los partidos políticos en el manejo del poder. No es ya el Estado quien tiene el monopolio de la fuerza, como gustaba decir Max Weber, sino que el poder ha deslizado su centralidad hacia un ciberespacio inascible y siempre cambiante como lo es el mundo de las redes informáticas que son las que determinan que países, como el caso de Malasia, Méjico, Corea o Brasil, entren de la noche a la mañana en crisis financieras tremendas por operadores anónimos que especulan desde las terminales a miles de kilómetros de distancia.Sino creamos morimos, dijo Simón Rodriguez a su alumno Bolivar. Así, unos pocos políticos y escasísimos pensadores se dan cuenta que esto no va más. Nosotros debemos inventar una nueva representación política. La democracia postmoderna ya no propone valores a intentar sino que ha quedado reducida simplemente a democracia procedimental. Nosotros debemos construir un nueva gran espacio autocentrado y confederado económica y políticamente en esta región del cono sur de la América indoibérica. Todo ello para poder decir no, tanto al totalitarismo democrático de los dueños de la opinión publicada, como al supermercado mundial del ALCA que se nos viene encima en el 2005, y así poder mostrar que la vida y el mundo pueden ser vividos desde nuestro genius loci de manera diferente al resto de Occidente.

1.-Honneth, Axel: El comunitarismo un debate sobre los fundamentos morales de las sociedades modernas, Ed.Campus Verlag, Frankfort, 1993.-2.-MacIntayre,Alasdair: Tras la Virtud, Barcelona, Ed.Crítica, 1987,pág.274. Sobre este tema puede consultarse con provecho el enjundioso trabajo de Margarita Mauri et alia: Crisis de valores :Modernidad y tradición,Barcelona,Ed.Euro,1997.-3.-Hernando Nieto, Eduardo: Reto comunitario, en revista Ciudad de los Césares (Chile) N*39, mayo-junio 1995, pp.10.-4.-Walzer, Michael: Spheres of Justice, Oxford, Ed.Blackwell, 1983, pág.143.-5.-Taylor, Charles: Etica de la autenticidad,Madrid-Bs.As.,Ed.Paidós,1994, pág.536.-Taylor,Charles: Op.cit.pág. 62.-7.-Buela,Alberto: Comentario al último libro de Ch.Taylor, revista Disenso(Bs.As.) N*4, invierno 1995.-8.- Cfr.Buela, Alberto: El Sentido de América, Buenos Aires, Ed.Theoría,1990.-9.- Lipovetsky, Gilles: El Crepúsculo del Deber, Barcelona ,Ed.Anagrama,1994,pág.19

XIV- Informe breve sobre filósofos iberoamericanos del siglo XX (*) Antonio Caso(1883-1946) Filósofo mejicano que cuestiona al positivismo de su tiempo al criticar la idea de progreso como ley de la humanidad tanto en el orden físico, moral y estético. Físicamente no nos podemos comparar con los atletas griegos. Moralmente la humanidad es tan mala hoy como el primer día y, estéticamente, el arte está en el maestro y éste es siempre del pasado. Dado que el objeto de la filosofía para el autor es “la explicación de la existencia”. En este sentido

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se realizó un análisis detenido de su principal obra La Existencia como economía, desinterés y caridad ( 1943).

Enrique José Varona(1849-1933) Es la figura por antonomasia del positivismo en Cuba. Llegó a ser vicepresidente de la República. El análisis de su única obra sistemática Conferencias filosóficas-lógica,psicología y moral-(1880-88)destaca sus notas de mayor originalidad en la psicología: a) Independencia de la psicología respecto de la metafísica. b) Antes que la Gestalt (1912) sostuvo la perfecta unidad del acto psíquico y la mutua relación en todo él. c) La proclamación del inconsciente sin conocer la obra de Freud.

Alejandro Korn(1860-1936) Filósofo argentino. Centra su meditación sobre el conocimiento, la axiología y la libertad. En este sentido sostiene en su libro La libertad creadora(1922) que el positivismo entra en contradicción cuando proponiendo luchar por la libertad, pero sin ningún principio normativo, termina negándola. El hombre tiene la libertad de querer pero no de hacer pues su voluntad se ve frenada por el orden objetivo. La tarea del espíritu es superar dichos obstáculos y así logra obrar libremente. Esta lucha por la libertad es la libertad creadora.

Raimundo de Farías Brito(1862-1917) Filósofo brasileño que profesa el inmaterialismo. Los cuerpos se nos dan como fenómenos pero no como cosas en sí. La fuerza es la que produce el movimiento y ella está en el pensamiento del hombre, por lo tanto, la fuerza es un pensamiento fuera de nosotros. Pero como el pensamiento humano no crea nada, el pensamiento divino es la realidad. Los hombres somos ideas divinas. Todo ello lo hace derivar en un panteismo pansiquista. Se analizó su obra O Mundo Interior(1914)

Carlos Vaz Ferreira(1873-1958) Filósofo uruguayo que critica la lógica racionalista por su verbalismo de consecuencias negativas y postula una lógica viva en la que se desarrolle la tendencia experimental. Preconiza así mismo una moral viva que vaya a los conflictos. Distingue claramente entre Los problemas de la libertad que involucran a los seres y los del determinismo que se refieren a los actos o hechos. Propone el razonalismo o pensamiento razonable como método, más allá del irracionalismo y del racionalismo exagerado.

Alberto Rougès (1880-1945) Filósofo argentino de evidente ascendencia francesa, su reflexión tiene por objeto la primacía de lo espiritual. Entre el ser y acontecer físico que no posee ni pasado ni futuro, sólo el presente como instante dado y el Ser y acontecer eterno que es un presente absoluto, encontramos el ser y acontecer espiritual que es duración. La supervivencia del pasado en el presente hace al futuro susceptible de ser anticipado a través de las intenciones y presentimientos. El ser y acontecer espiritual es explicado por medio del concepto de totalidades sucesivas, según el cual el presente, pasado y futuro del acto creador son indivisibles y revocables, se pueden modificar. Se estudió su obra principal Las jerarquías del ser y la eternidad(1943).

José Vasconcelos(1882-1959) En primer lugar es dable destacar el monismo estético del filósofo mejicano que consta de tres tesis: a) el a priori estético según el cual se capta el ritmo del cosmos. b) la coordinación mental de los múltiples elementos de cada objeto y c) la intuición estética síntesis armoniosa que se realiza en el arte. Su método es el de la res significans donde la emoción y el gusto descubren y dominan lo real. Y en segundo lugar su idea de raza

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cósmica(1925) que es la fusión de estirpes que se produce en América y que dará por resultado el mestizaje que caracterizará a la raza síntesis del futuro, quinta raza o raza cósmica.

Nimio de Anquín( 1896-1979) “La primer cabeza filosófica de Hispanoamérica” afirmó hace cincuenta años en su tesis doctoral el profesor Alberto Caturelli. El primer problema que plantea es el de la cognición, sosteniendo que debemos conocer con una mirada ingenua, “hay que ser como niños”, buscando conocer las cosas en su “pura presencia”. El filósofo es un eterno comenzante. Su filosofía es del ente no del ser. En cuanto a la relación entre razón y fe, sotiene que ésta última no está ligada a ningún sistema filosófico y se escinde de la razón. Se analizó su trabajo De las dos inhabitaciones del hombre (1972) en donde rechaza la analogía como explicación de la relación ente-Ser para sostener la teoría de la participación.

Carlos Cardona(1930-1993) (Exposición del Prof. Ignacio Guiu UB). Discípulo del P.Cornelio Fabro sostiene que la primacía del cogito cartesiano conduce al ateísmo. A la manera de Heidegger, Cardona sostiene que no hay un comenzar inocente de la pregunta filosófica, pero a contrario sensu del maestro de Friburgo afirma (apoyándose en la memoria agustiniana) que no existe una fatalidad del olvido del ser porque si así la hubiera se produciría una escisión absoluta entre fe y razón, dato que la historia muestra en contrario. Las influencias de Maurice Blondel se notan en el tratamiento de la persona cuando en su obra Metafísica del bien y del mal(1987) sostiene que el hombre es alguien delante de Dios y para siempre, pues el hombre es un ser para el amor y no para la muerte.

Franz Tamayo(1879-1954) Electo presidente de Bolivia (1934) nunca llegó a ejercer. Es el fundador de la corriente filosófica denomianda “mística de la tierra” según la cual el paisaje, lo telúrico, tienen una especie de espíritu que actua sobre el hombre creando así formas de vida y tipos culturales adaptados al ambiente geográfico que los ha producido. En su obra principal, Creación de la pedagogía nacional(1910) critica no solo el bovarismo pedagógico por simulador y ajeno a la realidad boliviana sino que además sostiene que el indio, por el principo de suficiencia de sí, es la realidad esencial de Bolivia.

Amor Ruibal(1869-1930) (Exposición a cargo del Prof.Dr. J.M. García de la Mora UB) Antes que el ser está el choque con la realidad y en la búsqueda de lo prelógico, de lo primordial, hallamos las “nociones de naturaleza”. Se utilizó el simil del aprendizaje de la lengua por el niño para mostar la capacidad de ensamblar, de correlacionar, el núcleo inicial con las ideas, lo que dio pie para introducirnos en el correlacionismo ruibaliano.La relación para A.R. es un transcendental porque todo ser es constitutivamente activo. Se utilizó también la distinción entre langue et parole, Amor Ruibal fue un eximio linguísta, para mostrar la trama de su sistema de correlaciones.Para esto último el expositor se apoyó en su trabajo Filología y filosofía en A.R(1972).

Carlos Astrada(1894-1970) Se realizó una exposición pormenorizada de su obra El Mito gaucho(1948). Astrada fue un filósofo argentino que hasta 1943 se inscribió en la fenomenología y luego pasó a las filas del más ferviente marxismo. El trabajo estudiado parte de la tesis de los sostenedores de “mística de la tierra” según los cuales existe una influencia cierta e innegable del suelo, clima y paisaje(lo telúrico)sobre las características somáticas y anímicas del hombre. Estudia sobre la base del Martín Fierro ,al hombre de la pampa diciendo que su forma peculiar de

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existir proviene de la extensión ilimitada de ésta. Su carácter de errático proviene de la, aún débil, raíz humana de convivencia con el medio inmenso y hostil(el acecho de las fieras, el viento, el agua y el fuego).El gaucho no ha muerto vive metamorfoseado en el argentino de hoy en quien vive y alienta el mito.

Llorens i Barba (Exposición a cargo de la Prof. M.Anglés UB) Se estudió un rasgo de la filosofía catalana explicitando el sentido del seny como formando parte del espíritu catalán. La expositora lo vinculó a la synesis aristotélico-tomista como una de las virtudes colaterales a la prudencia.Con buen criterio comenzó a analizarse en seny en su uso cotidiano hoy. Se expuso luego la vinculación de la filosofía catalana con la escuela escocesa del sentido común, lo que permitió una distinción pasada por alto por los estudiosos de la filosofía hispana que atribuyen al krausismo una influencia sobre toda España cuando en realidad estuvo limitado a Madrid.

Leopoldo Zea(1912-) Discipulo mejicano de José Gaos el objetivo específico de casi toda su producció bibliográfica ha sido “afirmar la posibilidad de hacer filosofía latinoamericana(sic)”.En esta veintena de libros ha sostenido la tesis orteguiana de que la filosofía americana debe surgir desde la circunstancia o entorno de quien filosofa. Nos detuvimos en el anáisis promenorizado de Filosofía americana como filosofía sin más(1969) trabajo que inicia la polémica con Salazar Bondy acerca de la existencia o no de una filosofía hispanoamericana.

Alberto Wagner de Reyna (1915-) Filósofo peruano resiente en Paris desde hace veinte años, es el más destacado existencialista católico vivo. En los planteos filosóficos del autor se conjugan una acendrada religiosidad con un tratamiento existencial de los problemas. Discípulo aventajado de Heidegger y Aristóteles sus enseñanzas resuenan en todas sus obras. La vastedad de su producción que incluye desde novelas y fados hasta escritos teológicos pasando por la poesía, la filosofía y la liturgia hizo que nos limitaramos a estudiar su obra La filosofía en Iberoamérica(1949) en donde apelando a la teoría hilemórfica del Estagirita expresa que “lo indígena es la materia; lo íbero-católico la forma de nuestro occidentalismo criollo”.

Alberto Caturelli (1927-) (Exposición a cargo del Prof. Eudaldo Forment UB) Sostuvo el expositor que la metafísica del filósofo argentino es interiorista puesto que la persona es el ámbito privilegiado de encuentro con el ser(actus essendi). El ser es entendido como donación. Abordó luego la crítica al inmanentismo, que consiste en “le olvido de Satán”. Y, finalmente, tomó el trabajo El Nuevo Mundo(1991) y expuso las nociones de descubrir-hallar y los conceptos de originalidad- originariedad. Sobre este último par de conceptos se observó estudiar su afinidad o no con el tratamiento realizado por Ernesto Maiz Vallenilla en 1959.

Augusto Salazar Bondy(1926-1974) Filósofo peruano de formación en la filosofía matemática, sufre la influencia de Wittgenstein y Husserl (Irrealidad e identidad-1958) pasa por ser un de los fundadores de la filosofía de la liberación, que tiene como partida de nacimiento su polémica con Leopoldo Zea durante 1968/69. Se analizó su trabajo ¿Existe una filosofía de Nuestra América?(1968) obra donde primero describe cómo ha sido, luego se pregunta si ha habido una filosofía origina para, por último, proponer cómo debe ser si quiere ser auténtica. En la descripción destaca los rasgos negativos: sentido imitativo, receptividad universal, superficialidad y ausencia de originalidad. En cuanto a la respuesta por su existencia o no, expone autores de una y otra

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opinión. Finalmente en cuanto a su propuesta postula que la filosfía deber ser empírica –marxismo y psicoanáisis- que superen el subdesarrollo, la dependencia y la dominación.

Ernesto Mayz Vallenilla(1925-) Filósofo venezolano seguidor de Husserl y sobretodo de Heidegger publicó en 1959 su trabajo más difundido El problema de América, texto que se estudió en detalle. Comienza realizando la distición entre originalidad, vinculada a lo nuevo y originariedad relacionada con el origen. Así pues la originalidad no consiste en los métodos sino cuando los entes o problemas son considerados en su origen u originariedad. Esta originalidad le viene al hombre iberoamericano del habitar familiar cabe los entes, de su comprensión preontológica del mundo en que vivimos. Su ser es un “no ser siempre todavía” y ello se expresa a través del exitenciario “ser a la espectativa” que se caracteriza como un temple prospectivo de “lo ad-viniente” y su acción es “no dejarse engañar”.Concluye postulado una búsqueda de sentido a través de la realización de una filosofía de la historia hispanoamericana.

Saúl Taborda (1885-1994) Filósofo argentino que se destacó como uno de los mentores de la Reforma Universitaria de 1918, la primera en América. Su meditación filosófica se inclina hacia la pedagogía y en ese ámbito trata de crear una disciplina que realice la síntesis entre autoridad y libertad. Forma parte de la camada de filósofos que reaccionó contra el positivismo afirmando la realidad del espíritu-negada por aquel- entendido como capacidad libre de captar y realizar valores. Se estudió su principal obra Investigaciones pedagógicas(1930) en donde propugna la instauración de una pedagogía independiente de la política que se dirija a formar al hombre y no solo al ciudadano, para ello será necesario rescatar el genio nativo o lo facúndico como rasgo distintivo del americano genuino. Todo ello en un sentido comunal de la vida dado que en el municipio está el juego del yo y del tú sin ideologizar. Es de aclarar que su principal obra filosófica es La crisis espiritual y el ideario argentino(1933) que el pensamiento políticamente correcto ha siempre silenciado. Allí, la crítica al Parlamento, la Sufragio Universal, a la Constitución Política opuesta a la Constitución social de los pueblos y al Código Civil es fulminante.

Francesc Pujols(1882-1962) (Exposición a cargo de la Prof. E. Martra UB) Poeta y crítico de arte catalán su obra principal es Concepto general de la ciencia catalana(1918). Se aclaró de entrada que el término “ciencia” es sinónimo de lo que hoy entendemos por cultura. El autor sostiene que la filosofía catalana es una síntesis entre la ética romana y la estética griega. Se fundamenta en lo que el denomina “los dos Ramones”: Ramón Llul y Ramón Sibiuda. Su método es la sumpética(el ser concreto conocido). Se detuvo la exposición en estudio de dos términos liminares del catalán: enraona(hablar en el sentido de insertar razones) y seny(sensatez) que ya fuera desarrollado in extenso en la exposición de Llorens i Barba.

Rodolfo Kusch(1922-1979) Filósofo argentino que no es recogido en ninguno de los manuales en circulación hoy día aun cuando su pensamiento está en el génesis de la denominada Filosofía de la Liberación. Intenta desentrañar la noción de sabiduría como saber de vida que está en el subsuelo social, en el saber del popular. Su propuesta de una antropología filosófica americana es retornar a la base de lo popular: trueque, juego, práctica, geocultura, mitos, economía de amparo o austera y lo arcaico. La introducción a América se realiza a través de la oposición hedor-pulcritud que está en la base de todos los juicios sobre América y en la categoría de la

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fagocitación. La tensión entre el ser alguien de la actividad burguesa y citadina y el estar ahí del indio americano y del hombre del campo produce la estructura existencial genuina de América que es la del criollo con su estar siendo. Se estudiaron dos de sus obras más significativas: América Profunda(1975) y La negación en el pensamiento popular(1975).

(*)Seminario dictado en la Universidad de Barcelona desde el 22 de enero al 9 de febrero de 2001 para profundizar los conocimientos de filosofía americana y el de algunos filósofos españoles injustamente olvidados, con el fin de buscar las afinidades de una misma filosofía de las identidades hispánicas.