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Mi hermano sin mí Por Juan Forn Thomas Mann tenía madre brasileña. El papá de Chico Buarque lo entrevistó en el Hotel Adlon de Berlín, en 1930, y después le sopló la novia y le dejó un hijo a esa novia, antes de volverse a Brasil. Mentira: como bien se sabe, Thomas Mann no tenía novias; le gustaban los efebos y, para disimularlo, estaba más que casado con su estoica esposa y pantalla. Pero eso es lo que contaba Chico Buarque en su adolescencia, porque en la familia se hablaba siempre de aquel reportaje que había hecho papá Sergio al Premio Nobel alemán, en el momento más ilustre de sus dos años como “corresponsal soltero” del diario brasileño O Jornal. Los amigotes de Sergio Buarque de Hollanda sabían que no había ninguna novia de Thomas Mann, pero sabían también que aquella estadía en Berlín había dejado cola, y fue el poeta Manuel Bandeira quien ventiló el asunto sin querer, cuando el quinceañero Chico partió de San Pablo a Río a comenzar su carrera musical y cumplió la ronda de visitas a los amigos de su padre. Tom Jobim y Vinicius lo acompañaron a casa del poeta. Bandeira saludó al muchacho, sirvió bebidas y preguntó cándidamente: “¿Y cómo está tu hermano alemán?”. Chico miró a Vinicius, que también era buen amigo de su padre. Vinicius dijo: “Todos tus hermanos lo saben. Hasta tu madre lo sabe. ¿En qué mundo vives, garoto?”. Más de cincuenta años tardó Chico en contestarle. En el medio murió su padre y murió también ese hijo alemán, sin que ninguno de sus siete hermanos brasileños llegara a conocerlo. Imaginen cuánto tiempo pasó, que Chico se había convertido en escritor para entonces. Estaba un día hojeando un libro de la enorme biblioteca de su padre cuando, de entre las páginas, cayó una amarillenta hoja con membrete del consulado alemán en Río (papá Sergio siempre dejaba papelitos en sus libros: recetas de somníferos, recortes de diarios, borradores de cartas, listas delirantes de libros y remedios). La carta era de 1933 e informaba al “Senhor Sergio de Hollander” que no podían reconocerle paternidad sobre el niño berlinés por el cual

Mi Hermano Sin Mí por Juan Forn

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Relato sobre el hermano alemán de Cico Buarque

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Mi hermano sin m Por Juan FornThomas Mann tena madre brasilea. El pap de Chico Buarque lo entrevist en el Hotel Adlon de Berln, en 1930, y despus le sopl la novia y le dej un hijo a esa novia, antes de volverse a Brasil. Mentira: como bien se sabe, Thomas Mann no tena novias; le gustaban los efebos y, para disimularlo, estaba ms que casado con su estoica esposa y pantalla. Pero eso es lo que contaba Chico Buarque en su adolescencia, porque en la familia se hablaba siempre de aquel reportaje que haba hecho pap Sergio al Premio Nobel alemn, en el momento ms ilustre de sus dos aos como corresponsal soltero del diario brasileo O Jornal.Los amigotes de Sergio Buarque de Hollanda saban que no haba ninguna novia de Thomas Mann, pero saban tambin que aquella estada en Berln haba dejado cola, y fue el poeta Manuel Bandeira quien ventil el asunto sin querer, cuando el quinceaero Chico parti de San Pablo a Ro a comenzar su carrera musical y cumpli la ronda de visitas a los amigos de su padre. Tom Jobim y Vinicius lo acompaaron a casa del poeta. Bandeira salud al muchacho, sirvi bebidas y pregunt cndidamente: Y cmo est tu hermano alemn?. Chico mir a Vinicius, que tambin era buen amigo de su padre. Vinicius dijo: Todos tus hermanos lo saben. Hasta tu madre lo sabe. En qu mundo vives, garoto?.Ms de cincuenta aos tard Chico en contestarle. En el medio muri su padre y muri tambin ese hijo alemn, sin que ninguno de sus siete hermanos brasileos llegara a conocerlo. Imaginen cunto tiempo pas, que Chico se haba convertido en escritor para entonces. Estaba un da hojeando un libro de la enorme biblioteca de su padre cuando, de entre las pginas, cay una amarillenta hoja con membrete del consulado alemn en Ro (pap Sergio siempre dejaba papelitos en sus libros: recetas de somnferos, recortes de diarios, borradores de cartas, listas delirantes de libros y remedios). La carta era de 1933 e informaba al Senhor Sergio de Hollander que no podan reconocerle paternidad sobre el nio berlins por el cual preguntaba porque no poda demostrar ciento por ciento de ascendencia aria (ntese el Hollander) y se le anunciaba que la criatura haba sido dada en adopcin a un buen matrimonio alemn.En toda familia hay una hermana que guarda todo. Una de las hermanas de Chico tena, prolijamente ordenadas en una carpetita, las pocas cartas protocolares a que se reduca el asunto alemn. De ah sac Chico el nombre de la madre de la criatura, se lo pas a un historiador brasileo amigo en Berln, y le pidi que rastreara en los registros de adopcin de la ciudad un nio de tres aos dado en custodia por una tal Anne Ernst en 1933. El historiador encontr el apellido de la familia de adopcin, localiz a los descendientes que quedaban, reconstruy la historia de Sergio Ernst, rebautizado Horst Gnther, conductor televisivo y cantante ocasional en Berln Oriental, hasta que espich de un ataque al corazn a los cincuenta aos, en 1981. Quedaba una hija viva, y la ex mujer. Horst, que se haba puesto como nombre artstico Sergio Gnther, se haba separado casi enseguida de ella y viva con una jovencita cuando se muri, pero madre e hija aceptaron ser entrevistadas. Dijeron que Horst nunca haba mostrado mayor inters por su padre brasileo, pero tampoco resentimiento: le gustaba cantar, le gustaba la juerga, le gustaba la tele, le gustaba beber, era un tipo sencillo. No haba ms para contar, salvo que en uno de sus programas ms celebrados supo hacer, con mucha algaraba y en versin alemana, una popular cancin brasilea de aquel tiempo: A banda, el temazo con que Chico haba saltado a la fama a los veinte aos.Fue en los tiempos de la tele en blanco y negro. Lo digo para que se lo imaginen, porque en los archivos de la televisin de Alemania Oriental no qued copia. As fue todo en aquel viaje de Chico a Berln. No conoc a mi hermano pero al menos l conoci una cancin ma, se dijo llegado a ese punto, sin mucha conviccin. Eso era todo? Entonces se acord de la pregunta de Vinicius. Los amigos decan que las preguntas de Vinicius eran mortferas: parecan banales al momento de orlas y dos aos despus te las encontrabas en el fondo de la memoria y te cambiaban la vida. En qu mundo vives, garoto?, le haba preguntado Vinicius. En qu mundo hubiera vivido de haber descubierto en su adolescencia el secreto del hermano alemn?, se pregunt Chico. Y se dio cuenta de que sa era la edad en que deba contar la historia, porque en el fondo todos somos vctimas irremediables del espritu adolescente cuando nos ponemos de grandes a rastrear un secreto familiar.En El hermano alemn, Chico descubre a los doce aos que tiene un hermano en Alemania y comienza al instante a investigar qu pudo pasar con l: pudo haber sido un miembro de las Juventudes Hitlerianas que se cag a balazos con los rusos por las calles de Berln antes de la rendicin, o uno de los millones de deportados que se llevaron en tren a Auschwitz para hacerlos humo, o uno de los afortunados que lograron huir, junto con la madre y un pianista judo que los ha adoptado y que los lleva con l a Brasil donde con nombres cambiados, y sin darse a conocer nunca, se instalan a vivir en la misma ciudad que los Hollander.S: Hollander en lugar de Hollanda. Para librarse de la tirana de lo real, Chico se aferr a esa errata del consulado alemn y les dio franco a sus hermanos y a su madre en la novela. A pap Sergio, en cambio, lo puso en pijama en un silln, rodeado de una biblioteca monstruosa, que abarca a tal punto todas las paredes de la casa familiar que si sacaran los libros la casa se derrumbara sola. Pap Sergio vive en un mundo de libros. Est todo el da leyendo en su silln o sentado a la mquina tecleando. Cuando necesita consultar un libro, grita el ttulo y su seora va al estante indicado y se lo lleva. Slo ella sabe dnde est cada libro. En la casa hay slo dos hijos, ambos varones: el mayor es el favorito, el menor es Chico. Cada vez que el padre termina su artculo para el diario llama al hermano mayor, le entrega el artculo, un billete para que se compre un helado y una moneda para el tranva. El hermano mayor se guarda el billete y le da a Chico el artculo y la moneda. Chico se guarda la moneda y arranca en bicicleta rumbo al diario. Pedalea fuerte para llegar transpirado, y que en el diario se compadezcan y le den otra moneda.

Cuando no est robando autos o escapando sin pagar de bares y cines, Chico vende de canuto libros de la biblioteca de su padre. Un da pasa caminando delante de la puerta del escritorio y pap Sergio lo llama con voz de trueno: Hijo, usted toc mis Kafkas?. Chico, temblando, jura que no. El padre le contesta, con la misma voz de trueno: Y qu est esperando?. Como si slo en los libros de Kafka hubiera respuesta al enigma de aquel hermano alemn que nunca llegar a conocerse con Chico pero que una vez cantar sin saberlo una de sus canciones para los televidentes domingueros de Berln Oriental.

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