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En Estas EscalEras Gil esperaba al carro que lo transportaría a otra época, a su propia Bellé Epoque nostálgica- intelectual. a pie M idnight in Paris (2011) es el regalo que un enamo- rado le hace a la capital francesa, como es el caso de Woody Allen. “Si no viviera en Nueva York, lo haría en París”, confiesa el cineasta. Su obsequio ha sido perfecto: es una de las cintas más taquillera dentro de su vasta filmografía. Allen presenta su propio París, el cual transcurre por algunos sitios comunes y por momentos que suceden más allá de la lógica, como los viajes que el protago- nista Gil (Owen Wilson) realiza hacia la ilusión de que cualquier vida distinta es siempre mejor. Pero esos segundos viajes son subjeti- vos, cada quien los realiza bajo su propia receta, de manera que sólo hablaremos Multifacética, la Ciudad Luz siempre tendrá algún secreto que permanece oculto hasta que una mirada excéntrica lo descubre, como la que nos revela este cineasta en su película más reciente. texto y Fotos: Carlos sánChez pereyra París al estilo lúdico de Woody Allen de la ruta que nos llevará a las locaciones de la película y, posteriormente, que cada uno arme su propia historia. El recorrido cinematográfico inicia en el 1 Puente alexandre III, en pleno río Sena, justo donde también finaliza el film, con vistas esplendorosas de grandes edificios parisinos, como el 2 Hôpital des Invalides o la propia 3 torre Eiffel. Este puente fue construido en 1900 por los in- genieros Résal y Alby para la Exposición gourmet París se está cocinando, y en los restaurantes Spring, Chateaubriand y Gazetta están los chefs culpables de este nuevo sabor. Dios está en casa “Dios está en los Detalles”, afirma el diseñador inglés Galiano, y tiene razón, así lo comprobé al descubrir la reciente co- secha de superchefs parisinos. Y será nece- sario replantear esto último porque Daniel Rose, del restaurante Spring, es de Chicago; en Gazetta está Peter Nilsson, oriundo de Suecia, y de los tres sólo Inaki Aiziparte, de Chateaubriand, es francés aunque prove- niente de la parte vasca. Así que resulta más atinado decir que estos chefs, cuyas estrellas continúan en ascenso, están “cocinando” París. Experimentar es su sello. Al parecer, Dios sí estaba en casa, en cada detalle. Spring El primer restaurante de Daniel Rose, en el noveno distrito, sólo tenía seis mesas, una cocina abierta que encantaba a críticos y clientes por igual y en el que, era práctica- mente imposible conseguir lugar. Conforme su cocina se ha hecho más audaz, también su local. Ahora es un espacio glamoroso de dos plantas en el primer distrito. De todas maneras, me tomó dos meses conseguir una reservación. Entre las delicias, probé huevos con caviar con un ligero toque de limón en la crème fraîche, sopa de pescado, samosas texto: MiChelle Meere de vegetales y pollo con duraznos asados –el mejor que he probado– y, para rematar, una tarta de limón con frambuesas y sorbete de yogur de cereza. Daniel, el chef, siempre está al pendiente y el servicio de los comen- sales. En ocasiones sorprende con platillos más relajados como “el día del sándwich de langosta”. Su lista de vinos es extensa. Precio: 64 euros por persona. Rue Ballieul 6, 75001, París. Tel. (33-1) 4596-0572. Abierto de martes a sábado para cenar, los viernes sólo almuer- zo (www.springparis.fr). Chateaubriand Inaki Aiziparte es un chef autodidacta, que lavó platos en Israel y viajó por Amé- rica Latina antes de comenzar a cocinar en serio. Su propuesta es verdaderamente in- novadora por su combinación de texturas e ingredientes –está clasificado como el nú- mero nueve de la lista San Pellegrino de los 50 mejores restaurantes del mundo–. Un genio silencioso que trabajaba minu- ciosamente en los cinco tiempos que ofre- ce. Para empezar: cuatro botanas, una de las cuales, un ceviche, consistía en un solo trozo de pescado nadando en limón que te bebías como un shot. El siguiente tiempo fue un pescado con papas cubiertas con frambuesa. Después sirvió un atún y lue- go una ternera acompañada de ensala- da espolvoreada con anchoas (sí, anchoas en polvo). Y de postre: chabacano cocina- do en una espuma de crema. Al fondo hay un pizarrón negro con los nombres de los vinicultores, porque en este restaurante lo principal es la persona detrás del producto. Precio fijo: 55 euros, con maridaje: 110 Avenue Parmentier 129, París, 75011. Tel. (33-1) 4357-4595. Gazetta Punto de reunión del barrio, y sitio ideal para disfrutar de cocteles deliciosos. El ori- gen nórdico se nota en la forma en que sala la comida y en los cortes de carne. A dife- rencia de sus colegas, él ofrece almuerzo y cena (de cinco o siete tiempos). Durante mi visita comí pulpo, seguido de espinacas en una mantequilla con un toque de nuez, to- mates en corazones de res, cordero y be- renjenas, y postre de durazno y chocolate. Menú de siete tiempos: 39 euros. Abierto de martes a sábado. Rue de Cotte 29, París, 75012, www.lagazetta.fr. El restaurante Spring de Daniel Rose, ubicado en el primer distrito, es más audaz que su versión en el noveno distrito. El chef Chateubriand es autodidacta. El Gazzeta de Nilsson ofrece almuerzo y cena. fotos: cortesía. VIDA URBANA NatioNal GeoGraphic traveler 40 VIDA URBANA 41 Enero/Febrero 2012

Midnight in Paris

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Articulo siguiendo los pasos de Woody Allen en Paris. Lo publique en la revista National Geographic Traveler Latinoamerica.

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En Estas EscalEras Gil esperaba al carro que lo transportaría a otra época, a su propia Bellé Epoque nostálgica-intelectual.

a pie

Midnight in Paris (2011) es el regalo que un enamo-rado le hace a la capital francesa, como es el caso de Woody Allen.

“Si no viviera en Nueva York, lo haría en París”, confiesa el cineasta. Su obsequio ha sido perfecto: es una de las cintas más taquillera dentro de su vasta filmografía. Allen presenta su propio París, el cual transcurre por algunos sitios comunes y por momentos que suceden más allá de la lógica, como los viajes que el protago-nista Gil (Owen Wilson) realiza hacia la ilusión de que cualquier vida distinta es siempre mejor.

Pero esos segundos viajes son subjeti-vos, cada quien los realiza bajo su propia receta, de manera que sólo hablaremos

Multifacética, la Ciudad Luz siempre tendrá algún secreto que permanece oculto hasta que una mirada excéntrica lo descubre, como la que nos revela este cineasta en su película más reciente.

texto y Fotos: Carlos sánChez pereyra

París al estilo lúdico deWoody Allen

de la ruta que nos llevará a las locaciones de la película y, posteriormente, que cada uno arme su propia historia.

El recorrido cinematográfico inicia en el 1 Puente alexandre III, en pleno río Sena, justo donde también finaliza el film, con vistas esplendorosas de grandes edificios parisinos, como el 2 Hôpital des Invalides o la propia 3 torre Eiffel. Este puente fue construido en 1900 por los in-genieros Résal y Alby para la Exposición

gourmet

París se está cocinando, y en los restaurantes Spring, Chateaubriand y Gazetta están los chefs culpables de este nuevo sabor.

Dios está en casa

“Dios está en los Detalles”, afirma el diseñador inglés Galiano, y tiene razón, así lo comprobé al descubrir la reciente co-secha de superchefs parisinos. Y será nece-sario replantear esto último porque Daniel Rose, del restaurante Spring, es de Chicago; en Gazetta está Peter Nilsson, oriundo de Suecia, y de los tres sólo Inaki Aiziparte, de Chateaubriand, es francés aunque prove-niente de la parte vasca. Así que resulta más atinado decir que estos chefs, cuyas estrellas continúan en ascenso, están “cocinando” París. Experimentar es su sello. Al parecer, Dios sí estaba en casa, en cada detalle.

SpringEl primer restaurante de Daniel Rose, en el noveno distrito, sólo tenía seis mesas, una cocina abierta que encantaba a críticos y clientes por igual y en el que, era práctica-mente imposible conseguir lugar. Conforme su cocina se ha hecho más audaz, también su local. Ahora es un espacio glamoroso de dos plantas en el primer distrito. De todas maneras, me tomó dos meses conseguir una reservación. Entre las delicias, probé huevos con caviar con un ligero toque de limón en la crème fraîche, sopa de pescado, samosas

texto: MiChelle Meere

de vegetales y pollo con duraznos asados –el mejor que he probado– y, para rematar, una tarta de limón con frambuesas y sorbete de yogur de cereza. Daniel, el chef, siempre está al pendiente y el servicio de los comen-sales. En ocasiones sorprende con platillos más relajados como “el día del sándwich de langosta”. Su lista de vinos es extensa. Precio: 64 euros por persona. Rue Ballieul 6, 75001, París. Tel. (33-1) 4596-0572. Abierto

de martes a sábado para cenar, los viernes sólo almuer-

zo (www.springparis.fr).

ChateaubriandInaki Aiziparte es un chef autodidacta, que lavó platos en Israel y viajó por Amé-rica Latina antes de comenzar a cocinar en serio. Su propuesta es verdaderamente in-novadora por su combinación de texturas e ingredientes –está clasificado como el nú-mero nueve de la lista San Pellegrino de los 50 mejores restaurantes del mundo–. Un genio silencioso que trabajaba minu-ciosamente en los cinco tiempos que ofre-ce. Para empezar: cuatro botanas, una de las cuales, un ceviche, consistía en un solo trozo de pescado nadando en limón que te bebías como un shot. El siguiente tiempo

fue un pescado con papas cubiertas con frambuesa. Después sirvió un atún y lue-go una ternera acompañada de ensala-da espolvoreada con anchoas (sí, anchoas en polvo). Y de postre: chabacano cocina-do en una espuma de crema. Al fondo hay un pizarrón negro con los nombres de los vinicultores, porque en este restaurante lo principal es la persona detrás del producto. Precio fijo: 55 euros, con maridaje: 110Avenue Parmentier 129, París, 75011. Tel. (33-1) 4357-4595.

GazettaPunto de reunión del barrio, y sitio ideal para disfrutar de cocteles deliciosos. El ori-gen nórdico se nota en la forma en que sala la comida y en los cortes de carne. A dife-rencia de sus colegas, él ofrece almuerzo y cena (de cinco o siete tiempos). Durante mi visita comí pulpo, seguido de espinacas en una mantequilla con un toque de nuez, to-mates en corazones de res, cordero y be-renjenas, y postre de durazno y chocolate. Menú de siete tiempos: 39 euros. Abierto de martes a sábado. Rue de Cotte 29, París, 75012, www.lagazetta.fr.

El restaurante Spring de Daniel Rose, ubicado en el primer distrito, es más audaz que su versión en el noveno distrito. El chef Chateubriand es autodidacta.

El Gazzeta de Nilsson ofrece almuerzo y cena.

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41Enero/Febrero 2012

El Barrio Latino sigue conservado un sabor bohemio que más que sobrevivir al tiempo, se reinventa y se enriquce. Aquí una de las librerías favoritas de locales y visitantes.

Universal. Es el más ornamentado de to-dos los que cruzan el Sena, con esculturas rebosantes de decoración y 32 lámparas impecables. A pocos pasos se encuentra el 4 Museo rodin, a un costado del gran parque de 5 les Invalides, donde apa-rece en escena la primera dama de Fran-cia, Carla Bruni, y donde Paul (Michael Sheen) ejerce estupendamente sus dotes de personaje insoportable.

Para llegar al siguiente punto se pue-de caminar cómodamente por la orilla del Sena hasta encontrar la 6 Plaza de la concordia, donde da comienzo el 7 Jar-dín de las tullerías. En esa zona se ubica el 8 Musee de l’Orangerie, sede donde Claude Monet instaló ocho murales de nenúfares; otra de las locaciones de la pe-lícula, donde Gil, y nosotros los especta-dores, tuvimos que soportar los diálogos de Paul. La siguiente parada es en el 9 Muelle de la tournelle, justamente frente a la 10 catedral de notre Dame. Para lle-gar ahí no existe mejor ruta que atravesar el Jardín de las Tullerías. Si no es invier-no, es seguro que habrá alguna terraza

abierta para tomar un merecido café con vistas a un parque con más de 150 años de vida. Después de Las Tullerías se en-cuentra el 11 Museo del louvre. Si se ac-cede a este ahora, habrá que olvidarse de continuar con la ruta de Woody Allen, ya que no se podrá salir de él en varias ho-ras. Pero si uno se encuentra entre los libreros de segunda mano de 12 la tour-nelle, significa que no hubo seducción por Notre Dame, al menos momentánea-mente. Sin embargo, habrá que regre-sar a la Catedral ya que los jardines que se encuentran en la parte posterior del edificio fueron seleccionados por Woody Allen para la filmación: se trata del 13 Jardín notre Dame-Juan XXIII, lugar don-de la guía del 14 Museo de rodin (Car-la Bruni) traduce un texto a Gil, cada vez más encantado de vivir su fantasía.Al igual que Gil, el viajero goza de perderse en sus calles.

Ahora habrá que cruzar de nuevo el río Sena. Puedes hacerlo por el 15 Pont de l’archeveché, al pie del propio jar-dín. No será complicado observar los mi-les de candados que ahí se han colocado a causa del fenómeno literario de Federi-co Moccia: el candado se cierra, la llave se arroja al agua y el amor queda sellado. Así de fácil; sin embargo, evita ser sor-prendido por la policía porque, al parecer, a París no le agrada mucho esta idea.

Si quieres leer ese libro en versión fran-cesa o inglesa o si buscas algún otro en específico, no hay mejor lugar que la li-brería más famosa de la ciudad, ubicada a pocos pasos del puente, en el núme-ro 37 de la calle de la Bucherie, la 16 shakespeare and company, propiedad alguna vez de Sylvia Beach, la prime-ra persona que publicó el Ulises de James Joyce. Además de visitar otro de los sitios que aparecen en la película y de encon-trar rarezas literarias, puedes conocer a uno de los tumbleweeds, que son viajeros que se hospedan en la librería a cambio de unas horas de trabajo en ella.

Si crees que ya es mo-mento de comer o cenar, se puede romper lo lineal de la ruta para ir a un par de restaurantes que también aparecen en la cinta, aun-que, eso sí, prepara bien el bolsillo: 17 le Grand Vé-four –cercano al Jardín del

Palacio Real–, 18 el Maxim’s –a media ca-lle de la Plaza de la Concordia– o el 19 aux lyonnais, de gran reputación y exce-lente para saborear la comida de Lyon, aunque con grandes dotes de recreación por parte de su chef Alain Duccase. Si es fin de semana o lunes, habrá que seguir fuera de ruta y escaparse al norte de la ciudad (estación de metro Porte de Clig-nancourt) para ir al 20 mercado de pulgas Paul Bert, punto también seleccio-nado por Woody Allen.

De acuerdo a la ruta original, el si-guiente paso con-siste en sumergirse en el 21 Barrio lati-no, sitio donde hoy pulula el mundo del turismo y cuyo nombre se debe a la gran cantidad de estudiantes de 22 la sorbona que allí

residían y que en su mayoría hablaban en latín. Entre la maraña de calles medieva-les hay que tratar de dirigirse hacia el edi-ficio del 23 Pantheon, reconocible por el gran domo.

Hay una pequeña calle, la de 24 Mon-tagne st. Genevieve, que nos lleva directo a él. En la parte más alta de la calle te encontrarás con la escalinata de la iglesia de 25 saint-Étienne du Mont, lugar adon-de Gil viajaba al otro tiempo parisino para encontrarse con personalidades como Picasso, Gertrude Stein, Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald o Luis Bu-ñuel. Desde ahí puedes seguir tu viaje a voluntad por la Ciudad de la Luz, tenien-do siempre presente que lo que uno se imagina –por el simple hecho de hacer-lo–, se convierte en realidad.

Uno de los principales atractivos de París es su trazo urbano, como pocas ciudades, tiene unas dimensiones que a pesar de su monumentalidad, nos hace sentir acogidos.

Av. des Champs Élysées

Av. Montaigne

Av. New York

Av. Pier l`er d

e Serbie

Av. George Pompidou

Av. George Pompidou

Voie Expresse Rive Gauche

Rue de l`Universe

Rue de la Bourdonnaís

Av. de Lo

wendal

Rue de Sevres Rue du Cherche-Midi

Bd. RaspalAv. de la

Motte

-Picq

uet

Bd. des Invalides

Rue de l`Universe

Rue

de B

elie

chas

se

Torre Ei�el

Jardín de Luxemburgo

Jardín de Tulieries

Río Sena

Rue de Rivoli

Rue de Rivoli

Rue du Mait

Rue

du L

ouvr

e

Rue d`Aboutir

Rue de Turbigo

Rue

du R

enar

d

Rue

Sain

te-A

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Bd. des Italiens

Bd. Saint-Martin

Rue

Sain

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artin

Rue Saint- Honoré

Av. Gabriel

Cours la Reine

RECORRER EL SENA, LAS TULLERÍAS O LA CONCORDIA ES UN DEBER PLACENTERO.

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