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MIGUEL LEÓN-PORTILLA LA FILOSOFÍA NÁHUATL Pi J . t *^^? J3L UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Miguel León-Portilla - La filosofía náhuatl

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MIGUEL LEN-PORTILLA

LA FILOSOFA NHUATL

PiJ .

t *^^?

J3L

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTRICAS Serie Cultura Nhuatl Monografas / 10

MIGUEL LEN-PORTILLA

NHUATLESTUDIADA EN SUS FUENTESCON UN NUEVO APNDIC1-

PRLOGO DE

NGEL Ma. GARTBAY K.

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA Di: MI'XICOMXICO 1993

i i * f~ N '/"pi""'111 '">" Instituto Indigenista Intcramcricano, Mxico, I9.">l ^ * ^ Primera edicin en ruso. Academia de Ciencias, Mosc, 1961 Primera edicin en ale.mn, Mexikanische Studien. Koln, 1970 l'iIIX-T:I ilicin en francs, Eduinns da Senil, Paris. 19'i

hi

Ediciones UNAM Segunda, 1959. Tercera, 1966. Cuarta.. 1974 Quinta, 1979. Sexta. 1983. Sptima, I99'.

)R 199:i, Universidad Nacional Autnoma dr Mxico Ciudad Universitaria. 04510. Mxko. D. V.|NTITI.T() l>?. 1 > : V E S T ! ' : A ' - K ' N F S Mi : T A -'!'- > p

Impreso y hecho en Mxico ISBN 960 :tfi-2154

PREFACIO A ESTA NUEVA EDICIN

Ofrezco aqu una nueva edicin de la Filosofa Nhuatl, estu diada en sus fuentes. Como todo lo que en alguna forma es portador de vida, tambin los libros vuelven a vivir cuando su significacin se actualiza en la conciencia de quienes los leen. Adems, desde un punto de vista diferente, los libros so mantienen vivos cuando, al ser reeditados, sus autores a su vez los reactualizan enmendando posibles deficiencias y aadiendo lo que consideran necesario a la luz de la aportacin de ul teriores investigaciones, ajenas y propias. En la presente edicin, que por ello califico de nueva, he hecho una y otra cosa. le enmendado carencias y la he adi cionado con un texto bastante extenso que intitulo: "Nos he mos acercado a la antigua palabra? Consideraciones crticas en torno a la filosofa nhuatl". En este texto, incluido a modo de apndice, me ocupo de varias cuestiones planteadas por la moderna hermenutica acerca del paso de la oralidad y la inscripcin glfica a la escritura lineal alfabtica, haciendo aplicacin de ello al caso de la visin nhuatl del mundo. Con esta consideracin entrego una vez ms este libro en el que se renen y comentan textos de la tradicin prehispnica nahua, portadores ciertamente de significacin filosfica y, por tanto, de inters universal.MIGUEL LEN-PORTILLA

PRLOGO Suelen ser los prlogos el medio ms eficaz para relian a los lectores del conocimiento del libro. No quisiera ineuuir en este delito y me voy a limitar a unas ligeras ohscr nariones sobre la obra que se loma en las manos.

1Hay un fenmeno cultural no suficientemente estudiado en Mxico. La inmensa mayora sonre cuando lee un ttulo como el que designa este estudio. Es la pesadumbre del prejuicio sobre las mentes, por ignorancia, o por desdn irracional. Y es un prejuicio ilgico, mucho ms que en otros campos. Por que se admiran, los mismos que sonren, de los monumentos que. la arqueologa descubre, de los hechos que la historia trasmite, pero cuando se Uega al campo de las ideas, emociones y senti mientos de la vieja cidtura, se relega al pas de las leyendas y fantasas germinadores de novela, lodo lo que se ofrece como vestigio de' cultura en la etapa prehispnica. Ilgico, porque es natural admitir que quien piulo esculpir la llamada Piedra del Sol, gala de nwsl.ro Museo de Arqueo loga, y quien pudo elevar construcciones corita las Pirmides. poda ciertamente eiazar sus j>cnsamcn(os \ dar a COIUKCI >ns -.mociones. Pero en ese campo, o se niega rapacidad a lus anti guos, o se define que no podemos suba eiisaion, i/f/r \m lieron, qu ideales rigieron sus actos \ iioimaioii su nmitlm . n el mundo durante los milenios en ,uc estn nusaih-s. I .a razn es obvia. O r>. se halla testimonio a i/tic n>o\iit la indagacin, o no llegaron a plantear el proLlana los antiguos mexicanos. Necedad fuera pedir uno teora

PRLOGO

XI

acerca de la relatividad, o una discusin acerca de la distincin real erare la esencia y la existencia. Ni son las cuestiones demayor importancia, ni era tiempo de que en una sociedad r una cultura en cierne aparecieran tales asuntos al debate. 3 La realizacin de estos mtodos, aplicados a la indagacin en esta materia, va a juzgarla el lector. Podr gozar la claridad y el orden del escrito, prueba de la formacin slidamente hu manstica del Autor. Podr hallar hilos de indagacin, si estas materias le tientan, para ir por regiones del pensamiento n visitadas an. La mejor prenda de este trabajo es su originalidad. Cuan do otros tienen fija la mirada en especulaciones germnicas, griegas, o de cualquiera otra regin del mundo del pensa miento, place que haya mexicanos que. se ponen a indagar sobre lo mexicano. Eso s, no con fciles panfletos, en que en un haz de pginas se tratan los ms trascendentales problemas. De necesidad lo breve es defectuoso, aun viniendo de genios. La prsenle obra est destinada a provocar emulaciones. No porque se. la combata por falsa o por haber inventado, que para ello pone a la vista los originales en su lengua nativa. sino porque se le contrapondr otra manera de ver y ello pro vocar una indagacin ms amplia y una discusin ms honda y alquitarada. Con lo cual ganar la historia de la culturo entre nosotros, tocante a ternas nuestros. Ihi hecho es indudable. Kste libro no cana en el olvida corno tantos otros. Hoy es uno Tesis, maana, ten;a la e.\utanza y el deseo de que sen un Tratado completa \ amplio acerca de la Filosofa de los Pueblos liiH\\m>\ de \lc\oam< rica. Ren a jaita est haciendo. Wi-i MA. (.timm I.

INTRODUCCIN I CULTURA Y FILOSOFA NAHUAS Gente de variadas actividades en el campo de la cultura eran los nahuas (aztecas, tezcocanos, cholultccas, tlaxcalte c a s . . . ) , a principios del siglo xvi. Establecidos en diversas fechas en el gran Valle de Mxico y en sus alrededores unidos por el vnculo de la lengua nhuatl o mexicana haban heredado no slo muchas de las ideas y Iradiciones, sirio tambin algo del extraordinario espritu creador de los antiguos toltccas. Mas, conviene recalcar que los aztecas o mexicas, lan afa mados por su grandeza militar y econmica, no eran los ni cos representantes de la cultura nhuatl durante los siglos xv y xvi. Los aztecas haban sometido a su obediencia a pue blos lejanos, de un mar a otro, llegando hasta Chiapas y Gua temala. Pero a su lado coexistan otros nahuas, independientes de ellos en distinto grado. Unos eran aliados: los de Tlacopan y Tezcocn, donde rein el celebre Nezahualcyotl. Otros, aun que tambin nahuas, eran enemigos de los aztecas: por ejem plo, los seoros tlaxcaltecas y huexotzincas. Todos ellos, a pesar de sus diferencias, eran partcipes de una misma cultura. Estaban en deuda con los creadores de Teolihuacn y de Tula. Por sus obvias semejanzas culturales y por hablar una misma lengua, conocida como nhuatl, verdadera lingua franca de Mcsoamrica, hemos optado por designarlos a todos genricamente como ios nahuas. As, se hablar aqu del pensamiento, el arte, la educacin, la historia y, en uiu palabra, la cultura nhuatl como exista en las principales ciu dades del mundo nhuatl preliispnico de los siglos xv y xvi.'

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FILOSOFA

NHUATL

Numerosas eran las manifestaciones de arte y cultura en los grandes centros del renacimiento nhuatl, principalmente en Tezcoco y Tenochtitlan. I .os mismos conquistadores, gente ruda en su mayor parte, se quedaron asombrados, como lo atesti guan los relatos de Corts y Bernal Daz, al contemplar la ma ravillosa arquitectura de la ciudad lacustre con su gran plaza y sus edificios de cantera, as como al caer en la cuenta de la rgida organizacin militar, social y religiosa de los aztecas. Pero, otros aspectos menos exteriores de la vida cultural de los nahuas, se escaparon a la vista de los conquistadores y slo fueron descubiertos por los primeros frailes misioneros. Principalmente, Olmos, Mololina, Sahagn, Duran y Mendieta movidos por su afn de investigar, penetraron ms hondo, basta encontrarse entre otras muchas cosas con la obra maes tra del genio indgena: su cronologa. Ayudados por sus cono cimientos acerca de sta, pudieron luego precisar los grandes mitos cosmolgicos, base de la religiosidad y del pensamiento nhuatl. Interrogando a los indios ms viejos, conocieron y pu sieron por escrito los discursos y arengas clsicas, los cantares que decan a honra de sus dioses, las antiguas sentencias dadas por los jueces, los dichos y refranes aprendidos en las escue las: en el Calnicac o en el Telpochcalli. Especialmente Fray Bernardino de Sahagn, aprovechan do los datos allegados por Olmos y los doce primeros frai les venidos a la Nueva Espaa, y creando por s mismo un nuevo mtodo de investigacin histrica, logr reunir en cen tenares de folios, informacin abundantsima recibida de labios de los indios y en lengua nhuatl, que le sirvi de base do cumental para redactar su Historia Cencral de las cosas do. Nueva Espaa, genuina enciclopedia del saber nhuatl. Despus, algunos otros completaron an ms la imagen del mundo nhuatl lograda por Sahagn. Fray Juan de Torquenuda, basndose en Mendicla, la enriquece, no obstante susii lu mtn.ilidul - intentar un estudio pormenorizado ilel pensamiento o ideas fili;".')fii-:i. (]n lo que pudier llamarse su eslado qumicamente puro.""1 E D M A N , Irvrin, Aits arul thc Man, T h c Ncw A n i m c a n L i l u a i y , New York, 1949, p . 113. 8 H U X L L Y , A k l o u s , introductiva lo Thc. Sonp f (Ul, Hhapmmil-C.itu, Tlir N c w A m e n c a n L i b r a r y , 1951, p p . 11-12.

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FILOSOFA NHUATL

Pues bien, si realmente ese tipo de filosofar profunda mente humano de que habla Huxley, existi tambin entre los antiguos mexicanos, es indudable que sus ideas no podrn re construirse a base de hiptesis o fantasas. En una materia tan delicada como la filosofa, en la que an contando con abun dancia de textos, suelen quedar no pocas obscuridades de inter pretacin y sentido, sera pueril penetrar sin contar con fuentes directas de autntico valor histrico. Por fortuna, la bsqueda y la consulla nos han revelado que las fuentes para estudiar el pensamiento nhuatl existen, si no en la abundancia que todos quisiramos, s por lo menos en una proporcin suficiente pa ra lo que aqu se pretende. A continuacin las presentamos tomando en cuenta la importancia de cada una, tanto por razn de su antigedad, como por su valor informativo. Slo queremos recalcar, para obviar desde luego un posible mal entendido, que estas fuentes muestras bsicamente cul fue el pensamiento de los nahuas del perodo inmediatamente anterior a la Conquista. O sea, sus varias doctrinas, tal como debieron ser enseadas en sus centros de educacin superior (Calmccac), hacia mediados del siglo xv y principios del xvi. En este sentido podemos afirmar que la presentacin que haremos de los problemas concebidos por lo?, sabios prchispuicos. as como sus ideas acerca del universo, de la divinidad y del hombre, reflejan lo que fue su pensamiento filosfico en vigencia al menos durante los 50 60 aos que precedieron a la llegada de los conquistadores espaoles. Pero, como en los mismos textos que se conservan se alude frecuentemente al ori gen mucho ms antiguo de determinadas doctrinas, hemos cre do conveniente ocuparnos del que puede llamarse "problema lie los orgenes y la evolucin del pensamiento nhuatl prehispnico". J.)e. esto trataremos en el ltimo captulo de este libro, preparado para esta edicin. IV cualquier manera, dejaremos asentado, que, si las cro nologas y monumentos arqueolgicos pueden llevarnos a po cas bastante alejadas en lo que toca a hechos histricos v an religiosos, slo parcialmente pueden hacerlo por lo que se refiere a preocupacin?* e ideas meramente ai.il/ar.tas. De aii que es menester repetir que las fuentes que a continuacin se va loran, abrirn principalmente el camino para el estudio de las formas de pensamiento que florecieron en los das de los aztecas.

2 LAS FUENTES Encontramos ante todo repetidas alusiones sobre. la exis tencia de sabios o filsofos nariuas en varias do bis IM nietas crnicas e historias. As, por ejemplo, en el Origen de los me xicanos se afirma que "escritores o letrados o como les di remos que entienden bien esto.. . son muchos. . . los ms y otros no osan mostrarse..."* Hay igualmcnle menciones en las historias y relaciones de Sahagn, Duran, Ixtlilxchitl, Mendieta, Torquemada, etc." Sin embargo, aun cuando estos testimonios son de gran importancia histrica, no pueden considerarse propiamente co mo fuente para el estudio de lo que llamamos filosofa nhuatl en sentido estricto, ya que no contienen siempre las teoras o doctrinas de quienes son presentados como sabios o filsofos. Es menester, por consiguiente, acudir a fuentes ms inmediatas an, en las que encontremos las opiniones de los indios expre sadas en su propia lengua y por ellos mismos. Tales son las fuentes que a continuacin brevemente enumeramos y valo ramos.

9 Origen de los mexicanos, en Nueva Colodin le. llm-Hnii-nim pun U Historia de Mxico (publicada por Jouqun (nnii Icn/lxilrrin), III, l'in.iru Zurita. Relaciones antiguas (siglo x v i ) , Mxico, 11W1, JI. 2111 10 Ver. SAHAGN, fray Bernardina ante los frailes predicadores.

23 LtMANN, "Walter, Stcrbaide Gtter mu Christliche lle.ilslmixrlutji, \Vi:ch silrwlcn Indianisrher Vurnehmcr unc Spanischcr (Tlaubensiposifil iu Mi'xikn 152-k Sjianist-liur und mcxikartdier Tcxt mit deutscher Ufoersctzung von Wilter Leh mann, SlHltKnrt, 1M9. '"' 0>. di. (Ed. de Lchmann), p. 52.

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FILOSOFA

NHUATL

III)

LA COLECCIN DE CANTARES MEXICANOS

Conservados en la Biblioteca Nacional de Mxico, parecen ser copia de una coleccin ms antigua. El manuscrito que se conserva es del sptimo decenio del siglo xvi. No pocos de estos cantares contienen profundas ideas de carcter filosfico. En muchas ocasiones nos encontramos en ellos con la inqaietud y la duda que llevan al planteo de un problema o al atisbo de una gran verdad, no ya precisamente religiosa, sino meramente racional y humana. Mrito fue del americanista Daniel C. Brinton fijarse por primera vez en estos Cantares. Habiendo obtenido una versin al castellano de 28 de ellos, hecha por don Faustino Galicia Chimalpopoca, los puso en ingls en una obra que public con el ttulo de Ancient Nhuatl Poctry*x No obstante sus defec tos, que. se deben con frecuencia a errores de paleografa y a una mala traduccin original al castellano, deben mencio narse. aqu los trabajos de Brinton por tener el indiscutible mlilo de .ser los de un iniciador. KM l(X)4 fueron dados a conocer ntegramente estos poemas por don Amonio lVafiel, que hizo una edicin fototpica de ellos. Die.lm Irabajo, que puso al alcance de todos el texto nliuall de los Cantares, es el que usaremos en este estudio.*2 KM WM't, Rubn M. Campos, dio a la imprenta la traduc cin que do la primera parte de los cantares haba hecho don Mariano Rojas." Por lo que al origen y autenticidad de los Cantares se re fiere, citaremos la autorizada, opinin del r . Garibay que ha eidp el primero en traducir y estudiar crticamente la mayor parte de ellos: "No est averiguada con exactitud la procedencia de este valioso libro. Por indicios internos puede arlmitirse que es copia de una coleeJ1 3

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BRINTON, Daniel G.. Aiu-.it.ia Nahiuttl Poctrv. Philarlelphia, 1887. , Rig Veda Ameriamius, Plitladelpliui, 1890. PFAFIKI.. Antonio, Cantares Mi-xicunw., Ms. de la Bibliotcra Nu-onul.

IJ.;:I !.-.Ui}-r.!Ci. M.'xrn. 1904. Tnuis.-iil.i: JViali.-l I'II KII prlogo la? palabra,

i|K I. I SI- M" VRI, ]iiilili:.-uim MI la lirti. N.r>, M-xi

|.-II.U:.OMA

.NHUATL

Adems de la ya citada C.oUratm tic- ('autores M" COU-X Vati'.-niins A (Ros). Il Manoscnto messirano Yiic.aiin 3738, cleiiu ii poiire R''-. Ri|>m.lotlo in otocrmnftgr.iia a :>.-. < ! < S. K. I I W a .ti Lmiba! per cura .IHIa Hib). Vaticina. liorna, l'HK). "'' Cixlrx Tcltcriariti Hcmaisis. M;imt.-n:rt Mcxkain :e de l^iiiara y Eguren (1696-1703), a quien con ia/n llama rl I'ID. Juan Hernndez Luna "iniciador de la liislmia de las idras en Mxico"." 1 Ks c(Mlo que antes de Eguiara y Eguren. escribieron ya Mibri las viejas culturas indgenas D. Carlos de Sigiienza y (Jngora, (1645-1700) y el clebre viajero italiano Giovanni T. Gemelli Carrcri (1651-1725). Sin embargo, por lo que al primero se refiere, las obras que escribi a este respecto, en tre otras su Historia del Imperio de los Ckichimecas, se hallan desgraciadamente perdidas. Por esto, slo conocemos de Sigenza su fama de gran investigador y coleccionista de las an tigedades mexicanas, as como algunos datos que comunic pnT!r.-e en modo alguno con el trabiijo do Exiliara y K.inen. merecedor con pleno derecho del Llulo de "'iniciador le la hisluria ilc las idea-; en jMxico", qin; le ha dado Iler' W-:.-.- .-I M.-i..:.i.i.- l..->!.. .!.- flniml.?. Luna. Juan. "Kl iiir.iailor r l.i |ii-.|.., ,1,- |.,, ,,l,-.i.. 1 i. M.'-vii-..". .-i. -Insoln, y Ulrns ( S I - 5 2 ) . M.':xJ;ici-r ;i la nuiosidad de los lectores, pondr aqu a su vista algunas vocis que significan conceptos metafsicos y morales y que las entienden aun los indios ms rudos"."0 Mas, no obstante estos acertados comentarios, hay que re conocer que la ilosofa de los nahuas, en sentido estricto, no fue estudiada por Clavijero. Sin embargo, del conjunto de los datos que presenta sobre mitos, religin, arte y cultura en gene ral, surge una viva y sinttica imagen del mundo, tal como debi ser visto por los antiguos mexicanos. La objetividad y el no disimulado "mexicanismo" de Clavijero, hacen de su His toria y sus disertaciones el primer intento serio de aprovechar la mayor parte de las fuentes con el fin de reconstruir integral mente la vida cultural de los pueblos nahuas. Tal inters por conocer cientficamente la antigua cultura mexicana pronto iba a tener continuadores, algunos de ellos extranjeros, como el gran Humboldt, quien especialmente en su Vista de las Cordilleras y de los Monumentos de los pueblos indgenas de Amrica, muestra repetidas veces su afn huma nista de comprender plenamente la forma azteca de vivir y de ver el inundo.*1 Despus de Humboldt, es de justicia nombrar siquiera al infortunado I>rd Kingsborough, quien en sus Antiquitics of Mvxico (Londres: 1830-1848), puso al alcance de las princi pales bibliotecas del mundo muchos de los cdices indgenas reproducidos con la mejor tcnica de su tiempo. Sin embargo, nos es forzoso admitir que no obstante ta'les'trabajos y publicaciones, hay que aguardar hasta casi fines del siglo xix para encontrar los primeros intentos de estudiar especficamente lo que consLiluye nuestro tema: la filosofa de los nahuas., ' CLAVUEKO. Francisco Javier, Historia Antigua de Mxicv. Disa uniones, T. IV. (IJ. ."-329. Ja "muestra de \w< ii;i's(mai que significan conceptos metaisicos y morales1' prcscniailu por Uavijoio en MI Ji^erl;n;in tiene el mrito .r >t-r )} ]. .refiere a los trminos naJnias). ,51 Vase Humlioldt. Alcxandie von, Vucs des Ccrdillcrcs el Monumails des l'i'tiples de l'Amcrique. Pars, 181 vi.

INVESTIGADORES DEL PENSAMIENTO NHUATL

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d)

OROZCO Y BERRA

Fue D. Manuel Orozco y Berra, quien por vez primera en su monumental "crnica de crnicas", como llam Icazbalccta a su Historia Antigua y de la Conquista de Mxico, consagr el primer libro de ella al estudio de sus mitos y pensamiento, in cluyendo una exposicin de las ideas filosficas nahuas." Partiendo fundamentalmente de las ideas cosmognicas ex presadas en el Cdice Vaticano A 3738, presenta el mito de los Soles, el origen de los astros y los dioses, la creencia en el Tloque Nahuaque y en la Omyotl o ambivalencia divina. Se ocupa luego de las ideas que sobre la tierra, los ciclos, la luna y el sol profesaban los nahuas. Y llega a afirmar que "los me xicanos adems de los cuerpos celestes adoraban a los cuatro elementos". En cuanto al origen de los varios pueblos compren didos en el Imperio Mexcatl, atribuye Orozco a sus filsofos una concepcin monogenista expresada platnicamente cu forma de mitos. Narrando a este propsito las leyendas de Iztacmixcatl (culebra de nubes blancas) y de sus seis lujos, escribe luego: "es la expresin de los filsofos mexicanos reconociendo a todos los pueblos del imperio, fueran cuales fuesen sus dife rencias etnogrficas, como provenidos de un solo tronco"." Comparando luego la mentalidad azteca con la pitagrica, dice que para una y otra "el mundo suhlunar era teatro de un combate sin fin entre la vida y la muerte... era la regin de los cuatro elementos, tierra, aire, agua y fuego, los cuales por sus uniones, divorcios y transformaciones in cesantes producan lodos los fenmenos accidentales que aparecen a nuestra vista." 64 Sin meternos aqu a discutir lo acertado o no que es com parar el pensamiento azteca con la filosofa pitagrica, o con el pensamiento de la India, como lo bace tambin Orozco y Berra, s podemos afirmar que hay al menos en estos intentos el propsito de mostrar el valor y sentido universal mente hu mano de las ideas nahuas. Desgraciadamente Orozco y Berrn no conoci los textos y poemas nn.hu ;v- irru-idos por S a n s n .v M^xif.c,

Op.f-7.co * Bmm, Manuel, Historia Amlnua > \iko, 1910. (Ver especialmente: "Ubcr Nimnisnii:rogliphc des Kodcx Humboldt von H. Heyer", pp. 95-105 y "H.is AzhkiM-lii! Coitcrbild Alexander von Humboldt's" von II. Dcycr. pp. 109-119.) 81 Op. cit., Das uztekischc Cttcrbild Alexander von Uumbaldc's, p. 1 \(\.

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r'J.OSOK/V NHUATL

Tan interesante anlisis que apunta a expresar la opinin de Beycr de que la eosmovisin azteca era de tipo monistapantesta, contrasta con la opinin de Ghavcro para quien el pensamiento nhuatl era de tipo materialista. Mas, sin preten der dilucidar ahora esta cuestin, ya que preferimos que los textos hablen por s mismos en nuestra parte expositiva, tan slo llamamos la atencin sobre este estudio de Beyer que concluye con las siguientes palabras: "Y pdanos decir que ya no est lejano el da en que al menos en sus lneas fundamentales - - pueda ser comprendido el sistema mito lgico de los pensadores de Anhuac".*2 Tras habernos ocupado de la "escuela alemana", y ante la imposibilidad de detenernos en autores desde otros pun tos de vista imprescindibles como Herbert J. Spinden, Mi guel Olhn de Mendizbal, Theodor W. Danzcl, George C. Vaillanl, vSalvador Toscano, Pal Westhcim, etc., cuyas obras mencionaremos nicamente en la bibliografa final, ya que me nos directamente se relacionan con nuestro tema, ? queremos referirnos ahora a algunos eminentes maestros contemporneos, cuyas aportaciones para el estudio de la filosofa nhuatl son de positivo valor."j) GAMIO

Por expresar admirablemente la importancia metodolgica de los esludios sobre el pensamiento indgena, mencionaremos aqu una idea fundamental expuesta por el Dr. Manuel Ga Ibid., p. 119. ' * * 8 3 Antes queremos sealar tan slo que el primero en ofrecer nueva sn tesis del pensamiento religioso de los nahuas fue Lewis Spence, quien sin lle gar a descubrir an en The Civiliziion of ancient Mcxico (Cambridge, 1912) o en The Gods o Mcxico (f-ondou, 1923) el meollo mismo de la concepcin re ligiosa de Anhuae, logr sin embargo presentar un bien documentado trabajo de introduccin, que aun actualmente sigue siendo de utilidad. Citaremos adems hi serie de estudios del notable antroplogo argentino Dr. Jos. Jmbelloni, publicados con el ttulo de 1:E1 Gnesis de los pueblos rn>tohistrico9 de Amrica", en el Boletn de ht Academia Argentina de Ciencias saimcias. 'Jomo VIH (194?) y siguientes, as auno el trabajo ele' Ing. Alberto Escaln) Hamos: "Una_ interpretacin de la cultura maa y mexir.a", en tio'.i-.tn de ln Sociedad Mexicana de Geo/frafa y Estadstica, Tomo LXIX, niins. 1-2, pp. 57-109. No nos detendremos en el anlisis de estas obras por juzgar que su ambicioso propsito de comparar las culturas nhuatl y mayu con otras dr. Am rica, del ceieano Oriente, de Grecia, de la India y China, etc., es algo que re basa por completo los lmites mas modestos de nucsiio intento: estudiar el pen samiento nhuatl a travs de sus uentes autnticas.

INVKSTIGAnOKKS DEL PENSAMIENTO NHUATL

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mo en su obra Forjando Patriad Tratando especficamente del arte indgena, y aceptando el abismo que existe entre el criterio esttico occidental y el propio de los indios, seal la razn por la que ordinariamente el arte indgena no des pierta en el observador occidental emocin esttica alguna. Acontece este, '".. .porque no se puede calificar en ningn sentido aquello .iiUn \ rl Nopal (1946) y El Purhln .. I, l . i l m - . i . . 1 - !'. .. Vl.'tit:r), J'JK). ( V . i - csjjt.riiilif.cia.-. "K| (loii.-ijili) .le! :nl.< |n.-li-.|iiiiii.,.", N > . > los filsofos", la cosmovisin religiosa del pueblo az teca sigui desarrollndose por su propia cuenta. S reflexionamos ahora sobre los datos aportados por Ca,so, veremos que distingue en ellos tres capas o substratos en la cosmovisin religiosa de los aztecas: 1. El substrato popular: politesta. 2. El substrato sacerdotal: trata de reducir lo mltiple a meros aspectos de una divinidad. 3. El substrato filosfico: haba una escuela filosfica muy antigua que afirmaba :l principio csnc.o dual y u\\ pensadores aislados que se acercaban al monotesmo.,: ' Ido d,-l =

CASO, Alons. iM ReligUm de los Aztecas, p. 7. (Ver tambin: El Pue .W. p,,. lf.17.1 ,;,< rilalu, |.|.. I! y 17. Ihid., |)(). ti Y I.

INVESTIGADORES DEL PENSAMIENTO NHUATL

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Habiendo sealado as por vez primera en forma ntida la complejidad de elementos del pensamiento azteca, consagra Ca so principalmente su atencin al estudio de los dos primeros substratos: el popular y el sacerdotal, refirindose secunda riamente al estrictamente filosfico, ya que el fin de sus trabajos es estudiar la religin azteca. Expone luego ordenadamente los mitos de la creacin de los dioses, la distribucin csmica se gn los cuatro punios cardinales, la creacin del hombre, los cuatro Soles, la misin de Quelzalcal y sus luchas con Tezcatlipnca, los atributos de los dioses del fuego, del agua, de la vegetacin, de la tierra y de la muerte. Pero, hurgando en la cosmovisin religiosa, no se detiene Caso en la mera exposicin de los grandes mitos, sino que descubre la clave, o leit-motiv, del pensamiento azteca: el hom bre concebido como colaborador de los dioses, particularmente el sol, Huitzilopochtli:'"...el joven guerrero que nace todas las maanas del vientre de la vieja diosa de la tierra y muere todas las lardes para alumbrar con su luz apagada el mundo de los muertos. Pero al nacer el dios tiene que entablar combale con sus hermanos, las estrellas y con su hermana, la luna, y armado de la serpiente de fuego, el rayo solar, lodos los das los pone en fuga y su victoria significa un nuevo da de vida para los hombres. Al consumar su victoria es llevado en triunfo hasta el medio del cielo por las almas de los guerreros que han muerto en la guerra o en la piedra de los sacrificios, y cuando empieza la larde, c recogido por las almas de las mujeres muertas en parto, que se equi paran a los hombres porque murieron al tomar prisionero un hombre, el recin nacido... Todos los das se entabla este divino combate; pero para que triunfe el sol, es menester que sea fuerte y vigoroso, pues tiene que luchar contra las innumerables estrellas... Por eso el hombre debe alimentar al sol, pero como dios que es. desdea los alimentos groseros de los hombres y slo puede ser mantenido con la vida misma, con la substancia mgica que se encuentra en la sangre del hombre, el chalchhuall, el "lquido precioso'', el terrible nctar de que se alimentan los dioses. El azteca, el pueblo de Huitzlofiochtli, es el pueblo elegido por el sol: es el encargado de proporcionarle ^u alimento; por eso para l la guerra es una forma de culto y una actividad necesaria..." *0

Tal concepcin que viene a hacer de los aztecas "el pue blo del Sol", como acertadamente los ha designado Caso, apa rece asimismo confirmada en los cuidadosos anlisis hechos90

CASO, Alfonso, La Religin de los Aztecas, pp. 10-11.

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n u i M H i . i ;M A J i ( A i'i.

por el mismo autur, del viejo smbolo ;i/cn azteca, es decir: el ser de los dioses y el ser de h rxisleneia Inmiana, ambos en relacin esencial, para llegar a comprender el ser historien de la belleza de Coatlicue, que es nuestro objetivo final. Los aztecas vivieron el principio del movimiento en los dioses, en la vida, en el hombre y en todo ser generado por ellos, por eso su cul tora y si; arte tienen un sentido dinmico, tras de un aparente estatis mo. l ser de su mundivisin es dinmico. Mas hay que aprender el sentido profundo de ese dinamismo, hay que comprender cmo lo sin tieron, pensaron e imaginaron, y para eso hay que volver a Coallicuc, para no apartarnos de nues'.ro punto de partida y de llegada." l0i Que Justino Fernndez logr cabalmente vsu cometido, es decir, que supo leer en la piedra la mundivisin azteca, nos lo prueba su obra y nos lo confirma Samuel Ramos en su pr logo a Coatlicue: "arroja una luz inesperada para fijar con precisin la visin csmica de los aztecas". 101Selcr, Lchmann, Schultze-Jena, Andersnn y Dilihl, qtii! su h.-m lurlio 1 > wide la cultura mexicana al publicar los textos m-opiladus por SIIIIIICH, mu on.i do ya al tratar He las fuentes. 1103 FERN.ND2, Justino, Caallicur-, catrtini dvl mi|i 249-250. Ibid., p; 12. (lasi snuItnMjncntp ron !a aparicin de I )>inu-i.i rdici.'.n .I-I |.i< . M. libro (1956), 1H arquclofta Laurcltc Sejounu'. nnblin* nri ulnpi:ir i-.i-. fN.i eional de Mcxira. Ed. fototipia de Antonio IViiili.l. Mi'xi.-n. I W l . Il. :*. \. En el Aprndicc l a est mu :il' li ban afirmad'*, H"** todo lo perrito PH reto-- lili>.i.> ;ntii"; ,!, ,-i, ,1, juir* de sie, K O ficci'iiic.s y m-ntir-v. inM-.n = > I .p-, . ,;'.mentirosos, porque lo que c. c;!r volnrr^r, :';: i.-.: i!, . ;i,, . .,! . . wLctidimiiTilo de hombii; humano el tintillo ni hiiiiibr>.- vmciiir |ndiera contradecir el lenguaje, que. en 1 esl; di; modo que, ?i todos13 SAHACN, fray Bernardina de, Historia General de ia cosas de Nueva l-'siHa, eil. de Aco.sla Saigncs, Mxico, 1946; t. I, p. 13.

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los indios entendidos fueran preguntados, afirmaran que este len^uuje os propio de sus antepasados y obras que ellos hacan." " Finalmente, para no recargar este captulo con demasiadas citas, tan slo aduciremos otro texto tomado del libro X de la Historia, en el que precisamente se resume un documento nhuatl de los informantes que trata especialmente sobre nues tro asunto. "El sabio escribe Sahagn hablando de las varias profesiones existentes entre, los indios es como lumbre o hacha grande, espejo luciente y pulido de ambas partes, buen dechado de los otros, entendido y ledo; tambin es como camino y gua para los dems. El buen sa bio, como buen mdico, remedia bien las cosas, y da buenos consejos y doctrinas, con que gua y alumbra a los dems, por ser l de con fianza y de crdito, y por ser cabal y fiel en todo; y para que se ha gan bien las cosas, da orden y concierto con lo cual satisface y eontonta a todos respondiendo al deseo y esperanza de los que se llegan a I, a todos favorece y ayuda con su saber." 1S IV.ro, tiempo es ya de acudir a los textos originales en nhuatl. Y ronviene repetirlo una vez ms: no es aqu Sahagn c) que lmblu, son los viejos informantes indgenas de Tepepiilcn y Tlatelolco que refieren lo que de jvenes vieron y iipn-ridicKin v.u el Calmccac o escuela superior, antes de la ve nida de los conquistadores. Consta por tanto que hablaban de cosas que. les eran bien conocidas. Y sabemos tambin que decan la verdad porque Sahagn se inform cuidadosamente sobre sus antecedentes morales y sobre todo porque cirni "a travs de triple cedazo" en Tepepulco, Tlatelolco y Mxico, la informacin recibida, para ver si haba o no concordancia en las varias versiones. "' Habindose rechazado lo incierto o dudoso, tenemos por consiguiente genuina certeza histrica de la validez y veraci dad de los dichos textos. Y constndonos tambin que Sahagn se fij especialmente en el que vamos a presentar, ya que lo resumi expresamente en su Historia, damos ahora su traduc cin castellana, hecha con la mayor fidelidad y exactitud po sibles. Tomando en cuenta su especial importancia, no slo ofreceremos en el apndice su original nhuatl, sino que ade ms se inserta en pgina adyacente su reproduccin facsimilar.11

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//.;./.. t. I, |>|>. -i ir. 44*1. //.'./.. i. II, p. I'M.

LOS SABIOS O FILSOFOS

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En ella podr verse claramente una anotacin al margen que dice SABIOS o PHILOSOPIJOS. La letra es como puede compro barse sin gnero de duda del mismo fray Bernaidino. Sabemos por tanto que juzg l que la descripcin que en esas lneas del texto nhuatl se hace era precisamente de las funciones y actividades de quienes merecan el ttulo de filsofos. Toca ahora al lector, leyendo y analizando cuidadosamente el texto, juzgar si fue o no un acierto de Sahagn el hacer la anotacinmarginal de SABIOS O PHILOSOPHOS:

1."El sabio: una luz, una tea, una gruesa tea que no ahuma. 2.Un espejo horadado, un espejo agujereado por amlios lados. 3.Suya es la tinta negra y roja, de l son los cdices, de el son los cdices. 4.El mismo es escritura y sabidura. 5.Es camino, gua veraz para olios. 6.Conduce a las personas y a las cosas, es gua en los negocios humanos. 7.El sabio verdadero es cuidadoso (como un medico) y guarda la tradicin. 8.Suya es la sabidura trasmitida, l es quien la ensea, sigue la verdad. 9.Maestro de la verdad, no deja de amonestar. 10.Hace sabios los rostros ajenos, haice a los otros lomar una rara (una personalidad), los hace desarrollarla. 11.Les abre los odos, los ilumina. 12.Es maestro de guas, les da su camino, 13.de l uno depende. 14.Pone un espejo delante de los otros, los hace cuerdos, cuidado sos; hace que en ellos aparezca una cara (una personalidad). 15.Se fija en las cosas, regula su camino, dispone y ordena. 16.Aplica su luz sobre el mundo. 17.Conoce lo (que est) sobre nosotros (y), la regin de los muertos. 18.(Es hombre serio). 19.Cualquiera es confortado por l, es corregido, es enseado. 20.Gracias a l la gente humaniza su querer y recibe una estricta enseanza. 21.Conforta el corazn, conforta a la gente, ayuda, remedia, a to dos cura." 1(i

A? i, 8.

>c Cdice Matritense t\rhU.) VA. W. l.ilummi). Suutniirt, 1919, pp. %-97; AP 1, 10. Al iiiiiiiiplii del I-IIJI. III te c e ttilmjo - (londr se expone el pensamiento iiiiliiniil ii, .MU il y -"\ t i 'i 1 > I - . !> qir sucede es que en los primeros estadios del peii^amienin i.icitmal comienza ste a formular sus atisbos a base de smbolos capa ces de cautivar su atencin. La elaboracin racional e . > el an damiaje: los mitos ofrecen el contenido simblico que hace

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posible la comprensin. De hecho, an hoy da nos quedaramos asombrados al analizar nuestras ms bien cimentadas verdades cientficas y descubrir todo el simbolismo, las metforas y aun autnticos mitos implicados en ellas. En el pensamiento cosmolgico nhuatl encontraremos, ms an que en sus ideas acerca del hombre, innumerables mitos. Pero hallaremos tambin en l profundos atisbos de validez universal. De igual manera que Herclito con sus mitos del fuego inextinguible y de la guerra "padre de todas las cosas*', o que Aristteles con su afirmacin del motor inmvil que atrae, despertando el amor en todo lo que existe, as tambin los tlamatinime, tratando de comprender el origen temporal del mundo y su posicin cardinal en el espacio, forjaron toda una serie de concepciones de rico simbolismo que cada vez iban depurando y razionalizando ms. Porque, es indudable como se comprobar en seguida do cumental mente, que el pensamiento cosmolgico nhuatl haba Hilado a distinguir claramente entre lo que era explicacin vrnladira - sobre bases firmes y lo que no rebasaba an el csladio d lleva a sostener que el motor inmvil del universo es prensilmente la divini Ms. Cantares Mexicanos, ful. 10, v.; AP / , \-\. 7 "Vase lo dicha ni comcnlnr en Vi rapiluln* 1 Vi'ultimo')(' [UN hxinn I'KIU rulos a) tratar la prahlcmtim nhuatl. ]>. (>l.

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dad. Y la razn de esto es que, como ya lo hemos dicho, citando a W. Jaeger, la historia de la filosofa no parece ser sino "el proceso . que Quetzalcnatl, invocaba, haca su dios a algo (que est) en el irili'iifir (Id cielo. '.'>. i la M faldelln de eslu-.i.". a! que liare lucir las cosas; 4,Seora do nuestra carr\ ?>-'\.,r d < * nuestra carne; 5.la que esl vestida de rn.^n-, el que est vestido de rojo; (-..la que ofrece suelo (o sostiene en pie) a la tierra, el que la cubre de algodn. 7.Y hacia all diriga sus voces, as se saba, hacia e! lugar de la Dualidad, el de los nueve travesanos con que consiste el Cielo..." 9 * * < Comentario del Texto: Lr&a 1.V se refiere, se dice Claramente se indica con estas palabras que se trata de algo eonoeii por tradicin. Muy probablemente "se refera y se deca", lo qu a continuacin sigue, en el Calmcac o escuela de e s t u f e PUptiHnres. en donde la enseanza M jlevab a cabo* JAE"?, Wf.n.er, op. cit., T. I ; pp. 172 173. u Ana?* de Cuauhtin, en CWice Chimalpopoca, publicado en fotocopia y con versic* al espaol por el Lie. Primo Feliciano Velzquez, fol. 4-. La versin que ofrecemos ha sirio hecha ex profeso, ya rpie la publicada por el Lie. Vclzcpicz se aleja demasiado del texto nhuatl. A? I, 15.

lXlClNClA NHUATL DE FUNDAMENTAClN

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"contando" (ftohua), como decan en nhuatl, lo descrito en los cdices. Linca 2.que Quetzalcal rogaba, invocaba, haca su dios a algo (que est) en el interior del cielo, "Haca su dios a algo...", mo-teo-tiaya, palabra que lite ralmente significa deificaba algo para s, o sea, "buscaba para s a ese dios" que viva en el interior del cielo. Lnea 3.a la del faldelln de estrellan, a! que han' lucir las cosas; No siendo nuestro tema en este captulo analizar la idea nhuatl de la divinidad, solamente sealaremos que son rslos ttulos pareados las formas ms usuales con que se designa ni su doble aspecto a Ometotl: dios de la dualidad o riel do, que como en seguida se indica, vive en "el lugar de la dualidad" (Omeyocan).10 Los dos primeros nombres con que se designa al principio dual: La del faldelln de estrellas (Citlalinicue) y Austro que hace lucir las cosas (Citlallatnac), se refieren obvia mente a la doble accin de Ometotl, cuando por la noche hace brillar las estrellas, y cuando de da, identificado con el sol, es el astro que da vida a las cosas y las hace lucir. Lnea 4.Seora de nuestra carne. Seor de nuestra carne; Ms claramente an aparece aqu la ambivalencia de Ometotl: es a un tiempo Seora y Seor de nuestra carne (de nuestro sustento): To-naca-chuatl, To-naca-tecuhtlL Lnea 5.la que est vestida de negro, el que est vestido de rojo; La que est vestida de negro: tcvolli(uvnt[ui; vi quv est vestido de rojo: yeztlaquenqui. Literalmente quiere decir: ves tido de (color) de sangre. De nuevo los mismos nsprHiw del dios de la dualidad: la noche y el da, negro y rojo, colmes que yuxtapuestos evocan asimismo la idea de sahidiiin, como v" se ha indicado al describir la figura del (hinialini.1P El designar al principio ambivalente que inor:i en i)inr\ i IIH-M de la dualidad) ron c| ttulo de Ometotl (dios dual), no c> invencin imolm. Existen varios textos nahuas en los que nos encontramos con que se le dn esl: nombre, especialmente cuando se le est designando como principio generador universal. Vanse por ejemplo, los lugares siguientes: A/i. Cantares Mexicanas, f. 35 v.; Historia Tolteco-chichimeca (Anales de Cuaiihtinchan) (Ed. acsimilar de E, Mengin), p. 33.

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Lnea 6. la que ofrece suelo (o sostiene en pie) a la tie rra,