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Ministerio Público Fiscal de la Nación 1 INTERPONGO RECURSO DE APELACIÓN SEÑOR JUEZ FEDERAL: MARÍA VIRGINIA M I G U E L C A R M O N A , Fiscal Federal subrogante a cargo de la Fiscalía Federal de 1ra. Instancia de la ciudad de Villa María (Prov. de Cba.), en los autos caratulados “CUELLO, FERNANDO LUIS; PAULUS, NATALIA DE LOS ÁNGELES; CEVA, RUBÉN ADOLFO Y OTROS P.SS.AA. DE INF. ART. 15 INC. “C” DE LA LEY 24.769” (expte. 69/2008), ante el Sr. Juez comparezco y digo: -I- OBJETO Que en legal tiempo y forma vengo a interponer recurso de apelación en los términos del artículo 311 del CPPN, en contra de la resolución Nº 19/2013 dictada en los presentes obrados con fecha 20 de marzo de 2013 (fs. 3366/3380), con relación a lo dispuesto en el “Resuelvo” del auto citado, en cuanto éste expresa: “I.- Dictar la F A L T A D E M E R I T O respecto de los imputados: FERNANDO LUIS CUELLO, NATALIA DE LOS ANGELES PAULUS, RUBEN ADOLFO CEVA, NESTOR RUBEN BELTRAME, MAURICIO BRUNO, FELIX ARMANDO CABRAL, LUIS FERNANDO FARIAS, MARÍA FERNANDA FARÍAS, JORGE RICARDO FERRER, MATIAS ELVIO GIUGGIOLONI, ROSENDO CESAR GONZALEZ, SERGIO LUIS GUEVARA, JULIO OMAR GONZALEZ, DIEGO GASTON LUDUEÑA, JULIO DANIEL LUJAN, DANIEL RAMON PELAYES, JUAN JOSE ROS, MARCELO ALBERTO SBAGZDIS, RAFAEL GUSTAVO VEGA, PABLO MARTÍN ZOTELO, ROLANDO OSCAR MARTIN y HORACIO OMAR CISMONDI, de condiciones personales ya referenciadas, conforme lo establece el art. 309 del C.P.P.N., debiendo proseguir la investigación de acuerdo con lo dispuesto precedentemente." Agravia al Ministerio Público Fiscal la decisión impugnada, por cuanto arbitrariamente y en unos pocos párrafos, se resuelve dictar la falta de mérito de los imputados en esta causa penal voluminosa y de gran complejidad, aludiendo a fundamentación meramente aparente, y que no constituye una derivación razonada del derecho vigente. Asimismo, se agravia esta sede por cuanto el a-quo no efectuó un correcto análisis de la prueba recabada hasta el momento en el proceso y además, porque se apartó de la jurisprudencia de la Cámara Federal de

Ministerio Público Fiscal de la Nación · gonzalez, diego gaston ludueÑa, julio daniel lujan, daniel ramon pelayes, juan jose ros, marcelo alberto sbagzdis, rafael gustavo vega,

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1

INTERPONGO RECURSO DE APELACIÓN

SEÑOR JUEZ FEDERAL:

MARÍA VIRGINIA MIGUEL CARMONA , Fiscal Federal

subrogante a cargo de la Fiscalía Federal de 1ra. Instancia de la ciudad de Villa

María (Prov. de Cba.), en los autos caratulados “CUELLO, FERNANDO

LUIS; PAULUS, NATALIA DE LOS ÁNGELES; CEVA, RUBÉN

ADOLFO Y OTROS P.SS.AA. DE INF. ART. 15 INC. “C” DE LA LEY

24.769” (expte. 69/2008), ante el Sr. Juez comparezco y digo:

-I- OBJETO

Que en legal tiempo y forma vengo a interponer recurso de

apelación en los términos del artículo 311 del CPPN, en contra de la

resolución Nº 19/2013 dictada en los presentes obrados con fecha 20 de

marzo de 2013 (fs. 3366/3380), con relación a lo dispuesto en el “Resuelvo”

del auto citado, en cuanto éste expresa: “I.- Dictar la FALTA DE MERITO

respecto de los imputados: FERNANDO LUIS CUELLO, NATALIA DE LOS

ANGELES PAULUS, RUBEN ADOLFO CEVA, NESTOR RUBEN

BELTRAME, MAURICIO BRUNO, FELIX ARMANDO CABRAL, LUIS

FERNANDO FARIAS, MARÍA FERNANDA FARÍAS, JORGE

RICARDO FERRER, MATIAS ELVIO GIUGGIOLONI, ROSENDO

CESAR GONZALEZ, SERGIO LUIS GUEVARA, JULIO OMAR

GONZALEZ, DIEGO GASTON LUDUEÑA, JULIO DANIEL LUJAN,

DANIEL RAMON PELAYES, JUAN JOSE ROS, MARCELO ALBERTO

SBAGZDIS, RAFAEL GUSTAVO VEGA, PABLO MARTÍN ZOTELO,

ROLANDO OSCAR MARTIN y HORACIO OMAR CISMONDI, de

condiciones personales ya referenciadas, conforme lo establece el art. 309 del C.P.P.N.,

debiendo proseguir la investigación de acuerdo con lo dispuesto precedentemente."

Agravia al Ministerio Público Fiscal la decisión impugnada, por

cuanto arbitrariamente y en unos pocos párrafos, se resuelve dictar la falta de

mérito de los imputados en esta causa penal voluminosa y de gran complejidad,

aludiendo a fundamentación meramente aparente, y que no constituye una

derivación razonada del derecho vigente.

Asimismo, se agravia esta sede por cuanto el a-quo no efectuó un

correcto análisis de la prueba recabada hasta el momento en el proceso y

además, porque se apartó de la jurisprudencia de la Cámara Federal de

2

Apelaciones de Córdoba – jurisprudencia a la cuál él mismo adhirió mientras

formaba parte de aquel órgano de alzada en carácter subrogante-, sin exponer

claramente los argumentos que lo determinaron a decidir en sentido opuesto.

En suma, la resolución en crisis resulta inmotivada, afectando con

ello la función acusatoria del Ministerio Público Fiscal, pues esta sede entiende

que, al contrario de lo sostenido por el juez de instrucción, existen en la causa

sobrados elementos para dictar contra los imputados el auto de procesamiento

por los hechos detallados en las requisitorias fiscales de fs. 1098/1107 y su

ampliación de fs. 3205/3221 vta.

Que a los efectos de dar cumplimiento a lo prescripto por el artículo

438 del código ritual en lo Penal de la Nación, desarrollaré detenidamente en

los párrafos que siguen, los motivos que cimientan el presente recurso

impugnativo.

-II- FUNDAMENTOS DE LA INTERPOSICIÓN

RECURSIVA - AGRAVIOS

1) En primer lugar, considero conveniente recalcar que la resolución

en crisis ha violado lo normado por el art. 123 del C.P.P.N., que en forma

expresa -en lo pertinente-, establece que: “Las sentencias y los autos deberán

ser motivados, bajo pena de nulidad…”. Que conforme he adelantado en la

introducción de esta apelación, la fundamentación esgrimida por el a-quo –

efectuada en apenas un corto capítulo de la resolución atacada (punto III del

considerando)- resulta tan sólo aparente, y la valoración de la prueba no se

compadece con las pautas de la sana crítica racional.

En efecto, en su resolución el magistrado sostiene que: “No se

desconoce que de la profusa prueba colectada, como así también de la fijación de los hechos

efectuada por la Fiscalía Federal, se podría configurar el ilícito de “asociación ilícita

tributaria”, es decir, manifiesta en forma expresa que existen pruebas

relativas a la posibilidad de que exista una asociación ilícita, a la que

califica como “profusa”, circunstancia que, en esta etapa, habilitaría el

dictado de un procesamiento, pero, sin embargo, a renglón seguido señala

que: “no puede pasarse por alto que, hasta el momento, no se ha demostrado, ni aun

indiciariamente, qué delitos de evasión tributaria –ya sea del IVA, Ganancias u otro

impuesto- se habrían cometido” es decir, ofrece como único reparo la falta de

demostración de delitos de evasión tributaria.

En este sentido, el señor Juez señala que: “no habiendo determinación

cierta acerca de las condiciones objetivas de punibilidad ni circunstancias que ameriten que las

conductas individuales de los imputados en autos puedan llegar a constituir –a esta altura-

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una asociación ilícita fiscal en los términos del art. 15 inc. “c” de la ley 24.769, es que no

puedo encontrar suficientes elementos probatorios para procesar a los investigados”

Es decir que el aparente fundamento de la resolución para disponer

la falta de mérito de los imputados sería la falta de determinaciones de deuda

efectuadas por el organismo de recaudación que, a su criterio, probarían la

existencia de los delitos de evasión que supuestamente requiere el delito de

asociación ilícita tributaria, elemento que, como se verá a continuación, no

prevé el tipo penal del artículo 15 inciso c” de la ley 24.769.

Pues bien, la figura penal aludida (asociación ilícita tributaria),

constituye un supuesto especial de la figura genérica reprimida por el art. 210

del C.P. Fundamentalmente, el elemento que la distingue es que el propósito de

delinquir debe estar orientado a los ilícitos previstos por la ley penal tributaria.

Se sostiene que el hecho de que aquel propósito deba estar dirigido a

ciertos delitos en particular, no implica que estos últimos deban estar

determinados, pues su indeterminación es precisamente aquello que

permite distinguir a esta figura de la mera participación por un hecho

concreto. En definitiva, se requiere que en la constitución de la asociación

exista aquel fin delictivo.

En tal sentido, respecto del caso bajo examen, se afirmó que “[…] la

reforma ha incorporado como delito independiente la denominada ‘asociación

ilícita tributaria’. Y en efecto de eso se trata, porque, a diferencia de los incisos

anteriores, la conminación de una escala penal particular para quien forme

parte de la asociación u organización indica claramente que no se trata de punir

a una participación calificada (inc. a) o una circunstancia agravante (inc. b) sino

a una conducta por completo autónoma”1.

Básicamente podría decirse que lo que se decidió criminalizar no es

tanto la finalidad de la asociación, sino que lo novedoso es que sanciona el

acuerdo para cometer delitos.

La peligrosidad que justifica la prohibición radica entonces en

el probable comportamiento delictivo posterior2.

Se trata de injustos de preparación en los que el Estado define como

ilícitas conductas previas al comienzo de ejecución de uno o varios delitos,

procurando así dotar a sus agentes de herramientas que les permitan intervenir

eficazmente en la prevención de aquellos. Pues aún cuando no han sido

1 SPINKA, Roberto E., “Derecho Penal Tributario y Previsional”, Ed. Astrea, Bs. As., 2007, p. 359. 2 GALLO, Silvia P., “Asociación ilícita y concurso de delitos”, Ed. F. Di Plácido, Bs As., 2003, p. 12.

4

exteriorizados, la agrupación con esos fines resulta una conducta disvaliosa por

sí misma.

Ello pues “no se trata de castigar la participación a un delito, sino la

participación a una asociación o banda destinada a cometerlos, con

independencia de la ejecución de los hechos planeados o propuestos”.3 Por

tanto la acción ejecutiva es precisamente la de participar en la organización,

con lo cual todo el que “toma parte” de cualquier forma, resulta autor del

ilícito.

En consecuencia, “…el delito se consuma con el acuerdo o pacto

delictuoso pues con él se ‘toma parte’: esto es lo que deriva de que la ley diga

por el sólo hecho de ser miembro de la asociación”4.

Así lo ha dicho la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba,

en cuanto precisó que “En tal cometido, puedo decir que el ilícito en cuestión –asociación

ilícita fiscal-, según la disposición normativa y acorde fue en definitiva sancionada, conforma

un t ipo penal autónomo en re lac ión a la consumación de las conductas

i l í c i tas evas ivas ; es decir, un tipo delictual de peligro abstracto que se consuma cuando se

materializa el pacto delictuoso para sus integrantes originarios y en caso de los que se

incorporan con posterioridad, a partir de ese momento. Conclusión a la que puede arribarse

teniendo en cuenta en particular, las demás hipótesis correspondientes a los incisos a) y b) de

la disposición bajo examen. Ahora bien, como lo he descripto precedentemente, en la

elaboración legislativa de la reforma, sancionada como Ley 25.874, en particular el inc. “c”

del art.15, la norma legal suprimió del proyecto original del Poder Ejecutivo, en el tipo penal

impuesto, la finalidad de brindar colaboración, facilitar o posibilitar la comisión de delitos

tributarios, sancionando la organización o asociación destinada a cometer cualquiera de los

delitos tipificados en la Ley 24.769. Supresión que me permite afirmar, a partir del vocablo

utilizado, la necesaria presencia de un delito especial…”5 (el remarcado no está en el

original).

En el mismo sentido, se destaca que este delito “Es punible con

independencia de la comisión efectiva de los delitos que constituyen su objeto: se trata de un

delito autónomo.”6.

Asimismo se ha señalado: “Que los delitos que la asociación ilícita vaya a

cometer sean aquellos que estén descriptos en la Ley Penal Tributaria no hace ninguna

diferencia en lo relativo a lo que se ha dado en llamar la dirección de la asociación a la

comisión de ‘delitos indeterminados’. Que los delitos que cometa la asociación ilícita sean de

una clase no los vuelve ‘determinados’ en el sentido con el que la doctrina fue construyendo ese

3 SOLER, Sebastián, “Derecho penal Argentino”, T. V, Ed. La Ley, p. 642. 4 CREUS, Carlos, y BUOMPADRE, Jorge E., “Derecho Penal. Parte Especial”, T. II, 7ma. edición actualizada, p. 123. 5 Voto del Juez Dr. Sánchez Torres en “Incidente de apelación por la defensa de Atilio Mengo – Dres. Deheza y Villegas Ninci – en autos 273-2008 caratulados “Averiguación Evasión Impositiva” (expte. Nº 68/-A-07 de Río Cuarto)” (expte. Nº 233/2009). 6 CATANIA, Alejandro, ob. cit. p. 224.

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término. La indeterminación de los hechos es un instrumento conceptual para distinguir la

existencia de una asociación ilícita, como delito autónomo, de la mera reunión para planear

un hecho concreto, fenómeno que corresponde a la categoría más simple de la participación

criminal. Es decir, una asociación ilícita es, en principio, y como se explicó supra, una

estructura, un sistema, o una organización en la que cada miembro aporta algo; pero esta

organización se distingue claramente de los hechos particulares, ‘determinados’, que puedan ir

planeándose a lo largo de la vida de esa institución. El requisito de que la organización esté

destinada a cometer delitos ‘indeterminados’ implica, más que nada, que en la constitución de

esa asociación figure el fin delictivo, que trascienda al planeamiento ocasional y concreto que

podría existir, incluso contemporáneamente al momento de la formación, de algún hecho”7.

Al respecto se ha sostenido que: “la esencia de este delito es la de no

requerir ni siquiera el comienzo de ejecución de alguno de aquellos delitos”8.

Además, siguiendo la doctrina que emana de la jurisprudencia de la

Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba, referida más arriba en los

autos “Averiguación Evasión Impositiva” (L°296, F°90), el Dr. Sánchez Torres

expresó en su voto: “Por otra parte, en la conducta descripta, como delito asociativo

propiamente dicho, lo que se reprime es la calidad de miembro de la asociación por el mero

hecho de su creación, independientemente de que se consuma el objetivo criminal perseguido por

la organización –los delitos fiscales-, no exigiéndose siquiera su comienzo de ejecución.

‘Dicho de otra manera, la cr iminal izac ión de una asoc iac ión i l í c i ta no

podría depender de la cant idad de de l i tos que cometa cuando, justamente ,

parte de la idea cons is t e en e l ade lantamiento de la punic ión hasta e l

momento de la l es ión misma. Prec i samente , la pena puede ser apl i cada aún

cuando la asoc iac ión i l í c i ta no haya logrado cometer todavía ni un so lo

i l í c i to ’ (Guillermo Orce-Gustavo Fabián Trovato: DELITOS TRIBUTARIOS –

Estudio analítico del régimen penal de la Ley 24.769; ed. Abeledo Perrot; pág.262).” (El

subrayado y remarcado no es original).

Por otra parte, existe una diferencia conceptual en la descripción de

la conducta típica: el término “habitualidad”. Éste, contenido en la figura del

art. 15 inc. c) de la ley 24.769, no supone que los miembros de la organización

ya hayan cometido aquellos delitos, sino que remite al propósito requerido para

la organización; el de cometer los delitos previstos por la ley penal tributaria9.

7 ORCE Guillermo y TROVATO, Gustavo, “Delitos tributarios. Estudio analítico del régimen penal de la Ley 24.769”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, p. 260. 8 CATANIA, Alejandro, “Régimen Penal Tributario. Estudio sobre la ley 24.769”, Editores del Puerto, Buenos Aires, p. 225. 9 ORCE Guillermo y TROVATO, Gustavo, ob. cit. p. 262. En sentido contrario, DE LLANO, Hernán, “El delito de asociación ilícita fiscal” en “Derecho Penal Tributario: Cuestiones críticas”, Rubinzal – Culzoni Editores, Buenos Aires, 2005, p. 264.

6

En aquel sentido, se ha indicado que aquella referencia alude a los

elementos que deben caracterizar a aquel fin: su continuidad en el tiempo y

la reiteración o repetición del propósito de cometer tales hechos

delictivos10. Esa es la interpretación que se condice con la idea del

adelantamiento de la punición hasta el momento anterior a la lesión que

supone este tipo penal. En efecto “La criminalización de una asociación ilícita no

podría depender de la cantidad de delitos que cometa cuando, justamente, parte de la idea

consiste en el adelantamiento de la punición hasta el momento anterior a la lesión misma.

Precisamente, la pena puede ser aplicada aun cuando la asociación ilícita no haya logrado

cometer todavía ni un solo ilícito”11 (el subrayado es de mi autoría).

Pero, de seguirse la interpretación del a-quo, se advierte algo más

peligroso aún que se desprende de su razonamiento: podría llegarse incluso a

impedir que se avance procesalmente en esta investigación, por cuanto la

“certeza” o “probabilidad” mencionadas en la resolución respecto a la

comisión de otros delitos tributarios, remiten a la idea de la necesidad de una

posible “condena” o un “procesamiento” por los delitos atribuibles al accionar

de la organización criminal, cuya acreditación (no requerida por la ley)

vulneraría –cuanto menos- la garantía a ser juzgado en un plazo razonable,

impidiendo el progreso de esta acción al supeditarla a la verificación de tales

extremos (condena o eventualmente procesamiento), por delitos que la

asociación hubiera cometido.

Que ello implica notoriamente arrogarse funciones legislativas, al

introducir en la figura requisitos típicos que –repito- la ley no prevé,

vulnerando el principio republicano de división de poderes establecido en

nuestra Constitución Nacional.

2) Desde otro costado, la resolución también es arbitraria pues el

magistrado expresamente señala que se aparta del criterio delineado por la

Cámara Federal en la causa “SERI, Miguel Angel; GASPARINI, Diego

Nazareno y otros p.ss.aa. infracc. art. 15 inc. “c” - Ley 24.769” (Expte. N°

436/2009)”, oportunidad en la que como vocal de ese tribunal adhirió al voto

del Dr. Sánchez Torres, quien expresó que “Considerado así el marco jurídico

aplicable al caso bajo estudio y lo actuado hasta el presente, me encuentro en condiciones de

afirmar que el tipo penal en cuestión, aún tratándose de un delito especial propio, en razón de

exigirse la calidad de contribuyente tributario u obligado, en los términos de la Ley 11.683,

ello no implica ni surge del texto legal de la norma que todos los integrantes de la asociación u

organización deban revestir igual condición jurídica. Por otra parte, en la conducta descripta,

como delito asociativo propiamente dicho, lo que se reprime es la calidad de miembro de la

10 CATANIA, Alejandro, ob. cit., p. 225

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asociación por el mero hecho de su creación, independientemente de que se consuma el objetivo

criminal perseguido por la organización –los delitos fiscales-, no exigiéndose siquiera su

comienzo de ejecución. Ello así, puede decirse que la previa resolución administrativa de

determinación de oficio….., no resulta requisito que impida valorar judicialmente una

presunta violación al bien jurídico que se entiende tutelado por la normativa legal vigente en

la materia, teniendo en cuenta que lo que se tipifica como punible es una forma de actividad

preparatoria… (Del voto del suscripto en autos “Averiguación Evasión Impositiva”,

L°296, F°90).”

Sin dar fundamento alguno que justifique y explique su

decisión, el juez se aparta de esta interpretación sostenida por el

superior jerárquico del cual formó parte al resolverse la cuestión.

Que la exigencia de fundar las resoluciones judiciales proviene

eminentemente de la garantía constitucional del debido proceso, que debe

cumplirse respecto de todas las partes que intervienen en la causa, incluso del

Ministerio Público Fiscal, como órgano acusador representante del Estado.

Es que el imperativo de que las resoluciones de los poderes públicos

sean motivadas, es decir, que no sean adoptadas de manera arbitraria, sin

razonar de manera sólida y fundamentada, se desprende sin más de los

principios que informan el Estado constitucional de Derecho, máxime si, como

en el caso que nos ocupa, se muta o modifica el criterio sostenido con

anterioridad.

3) Desde otro costado, el señor Juez diferencia el bien jurídico

protegido por el artículo 210 del CP con el del 15 inciso c), y así parece

entender que, como el bien jurídico protegido por la 24.769 es la hacienda

pública, ésta sólo se vería afectada en el caso del 15 inciso c) si se cometen las

evasiones. En efecto, en su resolución señala que: “la denominada ‘asociación ilícita

tributaria’ tiene como objetivo la protección de un bien jurídico distinto del protegido por la

asociación ilícita del Código Penal”.

En primer lugar, como ya se señaló, el delito de asociación ilícita

tributaria consiste en un supuesto especial de la figura reprimida por el art. 210

del CP, pero la diferencia radica en que el propósito de delinquir debe estar

orientado a los ilícitos previstos por la ley penal tributaria.

Cabe destacar que en una causa en la que se investigó una

organización destinada a proveer facturas apócrifas, la Sala III de la Cámara

11 ORCE Guillermo y TROVATO, Gustavo, ob. cit. p. 262.

8

Nacional de Casación Penal se refirió al bien jurídico protegido por el artículo

210 del CP, en estos términos: “no parece razonable sostener que la sociedad no habrá

de conmoverse, afectándose la tranquilidad pública, en casos análogos a los que se investigan

en la presente causa, en los que se evidencie una empresa criminal cuyo objetivo último es

lograr la comisión de múltiples e indeterminados delitos tributarios. Muy por el contrario,

somos de la opinión que la exis tenc ia de una asoc iac ión de las caracter í s t i cas de

la que se inves t iga en es tas ac tuac iones , por e l pe l igro que impl i ca para la

preservac ión de l orden soc ia l l egalmente es tablec ido , posee v ir tual idad

suf i c i ente para afe c tar e l orden públ i co y la paz soc ia l . Por lo demás, no

podemos dejar de señalar que la rec i ente sanc ión de la l ey 25874 -que incorporó

en la l ey tr ibutar ia la f igura de asoc iac ión i l í c i ta tr ibutar ia , la que ahora

se encuentra conminada con penas más severas que las prev is tas en e l ar t .

210 CPen.- es también c laramente demostrat iva de l cr i t er io expuesto .” 12

(el remarcado es de mi autoría).

Es decir que se hace referencia a la sanción del artículo 15 inciso c)

que contiene penas mas graves que el artículo 210 del CP como fundamento

para sostener que esta última norma se aplica a organizaciones destinadas a

cometer múltiples e indeterminados delitos tributarios, ya que se ve afectado el

orden público y la paz social. Asimismo, sostienen que: “(…) la figura del art.

210 CPen. no requiere para configurarse la existencia de otros delitos consumados o,

siquiera, que se comience con su ejecución, lo es que la existencia de múltiples conductas

delictivas no demuestra per se la presencia de una asociación ilícita”13.

En definitiva, ya sea que se trate de la asociación ilícita del artículo

210 del CP, como la asociación ilícita tributaria del artículo 15 inciso c) de la ley

24.769, no se requiere la prueba de la efectiva comisión de los delitos

para los cuales se formó la organización. Por ello, no es cierto que la

afectación al bien jurídico protegido por el art. 15 inc. c) no se produzca hasta

tanto se pruebe la comisión de esos delitos.

Así, es dable aclarar que “el delito de asociación ilícita en materia tributaria

y previsional, se trata de un delito pluriofensivo por cuanto pretende la protección de más de

un interés además de reprochar los fines delictivos que perturba el orden público cualquier

asociación ilícita, en perjuicio final de la recaudación de la renta que afecta a la sociedad toda

en su conjunto14.

En este orden, si bien la mayoría de los tribunales se han

pronunciado por la afectación al orden y a la tranquilidad pública, pues se dice

que la comisión de este delito pone en crisis las expectativas sociales sobre el

leal acatamiento del derecho y jaquea la confianza de la sociedad en el respeto

12 Cámara Federal de Casación Penal, sala III, causa “Real de Azúa, Enrique C.”, 21/12/2006, ABELEDO PERROT Nº: 35010992. 13 Ídem.

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que han de generar las normas jurídico-penales15, lo cierto es que con la

prohibición analizada también se tiende a proteger la intangibilidad de la

recaudación de los tributos y demás recursos de que se vale el fisco a fin

de permitirle al Estado cumplir con sus objetivos específicos de bien

común o bienestar general (Fallos 308:1). Así, y a mero modo de ejemplo,

salud, educación, vivienda, previsión social, infraestructura (autopistas y rutas),

sólo por citar algunos.

Ello pues la sujeción de los particulares a las normas tuteladas por

los tipos penales que describe la ley 24.769, constituye el núcleo sobre el cual

gira todo el sistema económico y la circulación de bienes (Fallos 314:1376).

De este modo, resulta evidente que el legislador entendió que la

tutela que abarca el art. 210 del CP resultaba insuficiente para el caso de las

organizaciones que busquen fines ilícitos tributarios, pues tipificó como delito

especial autónomo a la asociación ilícita fiscal, de manera que aquí también se

encuentra satisfecha la protección a la Hacienda Pública Nacional.

En el mensaje que envió el Poder Ejecutivo Nacional para

incorporar el actual texto a la ley 24.769 se indicó que “…la experiencia recogida

por la Administración Federal de Ingresos Públicos ha permitido apreciar la proliferación de

un alto grado de especialización en la ejecución de conductas delictivas, habiéndose detectado la

actuación de verdaderas organizaciones ilícitas dedicadas a ‘vender’ –como si se tratara de un

producto- el soporte técnico, logístico o intelectual para la comisión de delitos de evasión…el

Código Penal tipifica como delito a la figura de la asociación ilícita (art 210 del CP)

existiendo opiniones divergentes para su aplicación en los supuestos de índole tributaria y

previsional por lo que entonces resulta pertinente proponer su adecuación…la figura que prevé

incorporarse permitiría que las investigaciones se dirijan no sólo a los contribuyentes que han

utilizado tales mecanismos para evadir sus impuestos sino también posibilitaría la

individualización de las organizaciones delictivas que les han facilitado tal operatoria

permitiendo su desbaratamiento y desalentando la comisión de delitos de esta especie…”16

En definitiva, se trata de un ilícito penal que protege directamente

los bienes jurídicos tutelados por los tipos de la misma ley antievasión, vale

decir, los recursos y gastos de la Hacienda Pública nacional y las rentas

de la Seguridad Social nacional, como también –en forma mediata-

resguarda el orden y la tranquilidad pública.

14 Cámara Federal de Córdoba, sala B, “Averiguación evasión impositiva”, expte. 273/08, rto. el 24/9/2008. 15 Cámara Federal de Casación Penal, Sala I “Palacios, Alberto M. s/ recurso de casación” rto. el 19/02/2007, Sala III “Real de Azúa s/ rec de casación”, reg. 1558, rto. el 21/12/2006 ya citado. 16 Citado por Villegas, Héctor Belisario, “Régimen Penal Tributario Argentino”, 3ª edición, Ed. La Ley, Bs. As., 2007, pp. 367/8.

10

4) La resolución es arbitraria además, porque si bien el magistrado

advierte prueba suficiente para considerar que existe una asociación ilícita

tributaria, luego brinda un fundamento aparente para no ordenar el

procesamiento de los imputados pues -como vengo expresando- agrega un

elemento al tipo penal del artículo 15 inciso c de la ley 24.769 que éste no

contempla.

En su resolución el magistrado sostiene que: “No se desconoce que de la

profusa prueba colectada, como así también de la fijación de los hechos efectuada por la

Fiscalía Federal, se podría configurar el ilícito de “asociación ilícita tributaria”, es decir,

manifiesta en forma expresa que existen pruebas relativas a la

posibilidad de que exista una asociación ilícita, a la que califica como

“profusa”, circunstancia que, en esta etapa, habilitaría el dictado de un

procesamiento, pero, sin embargo, a renglón seguido señala que: “no puede

pasarse por alto que, hasta el momento, no se ha demostrado, ni aun indiciariamente, qué

delitos de evasión tributaria –ya sea del IVA, Ganancias u otro impuesto- se habrían

cometido” es decir, ofrece como único reparo la falta de demostración de delitos

de evasión tributaria.

De esta manera, frente a indicios que den cuenta de la

comisión del supuesto delictivo mencionado, la existencia o no de una

determinación de oficio en los términos del artículo 16 y siguientes de la

ley 11.683, o de una observación efectuada por la AFIP, no incide en la

relevancia penal a la conducta.

Y es que con independencia de las facultades de los órganos

recaudadores, no resulta posible desconocer las atribuciones otorgadas a los

jueces de la Nación por la Constitución Nacional con relación a conocer y

decidir en el marco de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la

Constitución Nacional y por las leyes de la Nación (art. 116 de la Constitución

Nacional). En cuanto a ello, la regla prevista por el artículo 9 del Código

Procesal Penal de la Nación es precisa e inequívoca al establecer que los

tribunales deben resolver todas las cuestiones que se susciten en el proceso,

con excepción de las prejudiciales, naturaleza que no revisten la determinación

del hecho imponible ni la existencia de la obligación tributaria, circunstancias

que, en principio, no pueden dejar de establecerse jurisdiccionalmente con

relación a imputaciones como las de esta causa.

A su vez, la jurisprudencia ha sostenido que: “…Tampoco puede

argüirse que sin la determinación de oficio no es posible establecer si la conducta relativa al

hecho imponible constituye un delito o una infracción administrativa por cuanto la instrucción

penal tiene por objeto, precisamente, ‘1) comprobar si existe un hecho delictuoso mediante las

Ministerio  Público  Fiscal  de  la  Nación  

 

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diligencias conducentes al descubrimiento de la verdad, 2) establecer las circunstancias que

califiquen el hecho, lo agraven, atenúen o justifiquen o influyan en su punibilidad’ (art. 193

CPPN.). Es decir, la comprobación de la materialidad del ilícito, la responsabilidad y

punibilidad corresponde al Poder Judicial y no a la Administración. En el punto no es

correcto afirmar que el organismo recaudador estatal cuente con mayores atribuciones

pesquisitivas (arts. 33 y 35 ley 11683) que el órgano jurisdiccional competente o la Fiscalía

a la cual éste puede delegarle la instrucción porque los últimos son los únicos que cuentan con

las facultades más amplias otorgadas por la ley para colectar medidas de prueba.”

“En rigor el art. 18 parte 1ª ley 24769 en cuanto establece que el organismo

recaudador formulará denuncia una vez dictada la determinación de oficio de la deuda

tributaria, indica los trámites que debe cumplir un organismo dependiente del Poder Ejecutivo

Nacional pero no regula la actuación del Ministerio Público Fiscal que es un órgano

‘independiente y con autonomía funcional’ (art. 120 CN.), libre de injerencia de aquel poder,

ni la actuación del Poder Judicial.”

“Por otra parte, no deja de ser relevante a los fines de concluir que la

determinación de oficio practicada en sede administrativa no es vinculante para el proceso

penal el hecho de que la AFIP puede denunciar aun cuando el acto administrativo estuviera

recurrido y no existe previsión alguna que ordene suspender el proceso penal hasta que aquélla

quede firme; por el contrario, el art. 20 ley 24769 dispone que: "la autoridad administrativa

se abstendrá de aplicar sanciones hasta que sea dictada la sentencia definitiva en sede

penal"17.

En definitiva, la determinación de deuda no es una condición de

procedibilidad de la acción ni cuestión prejudicial. No es requerida por el tipo

penal del artículo 1º de la ley 24.769 y menos aún para acreditar, con el alcance

exigido en esta etapa del proceso, la existencia de una asociación ilícita

tributaria en los términos del artículo 15 inciso c) de aquella misma ley.

La determinación de oficio servirá, en todo caso, para saber

qué contribuyentes y en qué medida se beneficiaron con la actividad de

la asociación ilícita. Eventualmente, se podrá ampliar la imputación por

hechos de evasión a dichos contribuyentes.

* En este punto cabe hacer una digresión, en torno a la cita que

realiza el señor Juez en el punto IV de la resolución impugnada, respecto de

una causa en la cual tuvo oportunidad de dictaminar esta sede (“ANDRÉS N.

BERTOTTO SAIC S/ INFRACCIÓN LEY 24.769” (expte. 1332/2011), en la

17 Cámara Federal de Casación Penal, Sala I, “Müller, Carlos Eusebio s/ recurso de casación”, 22/03/2006.

12

que se expresó que previo a la promoción de acción penal que correspondiera,

se debía esperar la determinación de deuda de la AFIP. Vale aclarar que en

aquella causa el delito investigado es el de EVASIÓN, y no el de asociación

ilícita fiscal, razón por la cual el parangón resulta totalmente inadecuado.

Téngase en cuenta que la misma representación fiscal a la que alude

el juez (que habría sido demostrativa de un obrar mesurado y prudente del

órgano acusador que se expidió en aquel momento), formuló requerimiento de

instrucción penal en la causa “SERI” –similar a la presente- sin contar con

determinación de deuda alguna por parte de AFIP, puesto que en dicha causa

se investiga el delito previsto en el art. 15, inc. c) de la ley 24.769.

Por ello la comparación efectuada por el juez deviene –cuanto

menos- desafortunada, y no hace más que demostrar palmariamente la

confusión que padece entre los tipos penales de evasión y el de

asociación ilícita fiscal.

5) Que, de acuerdo a lo que vengo postulando, lo que debería

examinarse con el grado de probabilidad que se exige para un procesamiento,

es que exista una organización compuesta por tres o más personas que tengan

el propósito de cometer delitos tipificados en la ley 24.769 y que las personas

que la integran conozcan acerca de esa situación, circunstancia que está

probada en la causa. La prueba en ese sentido que el propio juez señala

como “profusa”, determina que corresponde el dictado de un

procesamiento con respecto a los imputados.

Cabe recordar que el procesamiento es un juicio de probabilidad

[CNCP, Sala III, ED, 187-1237; CCCF, Sala I, DJ, 2001-2-322; CCC, Sala IV,

JA, 1995-IV-573], que no requiere, por tanto, certidumbre apodíctica [CCCF,

Sala I, LL,2001-B-110; CF Corrientes, LLLitoral, 2001-1036; CF Bahía Blanca,

DJ, 2001-2-883; CCC, Sala I, DJ, 2001-3-333] y que importa el reconocimiento

del mérito de la imputación [Clariá Olmedo, Tratado…, t. IV, p. 351].18

6) Que los requisitos exigidos por la jurisprudencia (en especial por

parte del máximo tribunal federal de esta provincia), en torno a los elementos

típicos para la configuración del delito de asociación ilícita tributaria, se

encuentran efectivamente presentes en los hechos que se investigan en

autos. En este sentido, seguiré el voto del Dr. Abel Guillermo Sánchez Torres

(al cual adhirieron los vocales Dr. Luis Roberto Rueda y José María Pérez

18 NAVARRO Guillermo Rafael, DARAY Roberto Raúl, “Código Procesal Penal de la Nación, Análisis doctrinal y jurisprudencial”, T 2, Hammurabi, José Luis Depalma Editor, Buenos Aires, p. 914.

Ministerio  Público  Fiscal  de  la  Nación  

 

13

Villalobo) en autos “Albano, Walter - Weht, Carlos – Ledesma, Jorge y otros p.ss.aa. de

infracción a la ley 24.769” 19.

Allí se expresó que los elementos típicos que unánimemente

requiere la doctrina para la configuración del delito de asociación ilícita

tributaria son: acuerdo de voluntades, permanencia, número mínimo de

integrantes y pluralidad de fines delictivos tributarios, cuyas implicancias

son examinadas separadamente en el voto mencionado.

Por ello, y a los fines de explicar acabadamente las razones por las

que esta representación del Ministerio Público Fiscal considera que debe

revocarse la falta de mérito dictada por el a-quo, y en su lugar, ordenar el

procesamiento de los encausados, analizaré uno a uno los requisitos exigidos,

vinculando cada uno de ellos con las circunstancias y probanzas existentes en

autos:

a) Acuerdo de voluntades

Que a los efectos de entender que entre los imputados ha habido un

acuerdo criminoso para la configuración del delito de asociación ilícita fiscal,

debe atenderse a la división de tareas que cumplían los integrantes de manera

permanente, como modo de facilitar la perpetración de los ilícitos tributarios

que se propusieron cometer. Así, de la “profusa” prueba documental

(utilizando el mismo término del a-quo) secuestrada en los allanamientos, se

desprenden las distintas tareas que llevaban a cabo los encausados, como un

tramado de ocupaciones que cada uno debía cumplir de acuerdo al plan. Que a

fin de ilustrar sobre el particular, a más de acudir a aquella documentación

incautada (por demás de elocuente) vale también atender al trabajo de análisis

que esta sede efectuó en la ampliación de promoción de acción (fs. 3205/3221

vta.). De allí se desprende el rol que desempeñaban cada uno de ellos, a modo

de ejemplo pueden citarse: Fernando Luis Cuello, quien actuaba bajo la

pantalla de proveedor de servicios de administración de las empresas que

integran la asociación ilícita, pero en realidad se encargaba de dirigir a las

contribuyentes ALGECIRAS SA, Daniel Pelayes, PRODUCTAN SRL,

VERCOVIR S.A. y CORRETAJES GROUP S.A., ARBOL GRANDE S.A.,

SWETENSON S.A., y SISTEMA Y CONTROL DE GESTIÓN SA. Resulta

esclarecedor observar la documentación secuestrada en su vivienda (por caso,

19 Expte. 601/2009, auto de fecha 19/12/2011. En dicha resolución la Cámara declaró la nulidad del auto de procesamiento dictado por el Juez Federal de Río Cuarto, por falta de fundamentación. Que en el voto que menciono, el magistrado desarrolló los elementos que debían ser tenidos en cuenta por el juzgador para entender viable el dictado del auto de procesamiento por el delito de asociación ilícita fiscal previsto en el art. 15, inc. c) de la ley 24.769.

14

de titularidad de EFCE SA), tales como sellos, cheques en blanco, anotaciones,

escrituras, facturas, etc. Del mismo modo, la pareja de Cuello, Natalia de los

Ángeles Paulus –quien convivía con el nombrado en el domicilio ubicado en

zona rural sur s/n camino a campo Romero de la ciudad de Río Tercero- quien

cumplió un rol preponderante como organizadora del grupo, toda vez que era

accionista de mayoría de las empresas que integran la asociación ilícita, a saber:

SWETENSON S.A.; ARBOL GRANDE S.A.; EFCE SA y, asimismo se

encargaba de la dirección y gestión diaria de esas contribuyentes; Diego

Gastón Ludueña cumplió también el rol de organizador de la asociación

ilícita, ya que era accionista de muchas de las sociedades que integran la

organización, EFCE S.A, SWETENSON S.A y ARBOL GRANDE S.A., y, a

su vez también se encargaba de la dirección y gestión de esas empresas. Por su

parte, los imputados Jorge Ricardo Ferrer y Sergio Luis Guevara, cumplían

también un rol determinante en la organización, pues eran socios de FG

CEREALES SA, empresa que fue utilizada por el grupo para la concreción de

un significativo volumen de operaciones de compraventa de granos de un

modo irregular. Entre los datos relevantes obtenidos de las investigaciones

realizadas en el marco de la presente causa, que confirman la función

determinante de esta empresa y sus socios en la presente organización delictiva,

se encuentran los resultados de las intervenciones realizadas sobre algunas

líneas telefónicas, de las que surgen conversaciones relativas a la

comercialización en negro de cereales, a la simulación de determinadas

operaciones (prestamos y facturación de servicios), al transporte de cereales

desde establecimientos agropecuarios con destino a puerto; principalmente,

estas conversaciones involucran a personas relacionadas con la presente

organización: Ferrer, Guevara, Ceva, Paulus y Cuello (Cf. fs. 648/651 y

707/721 de estas actuaciones); Rubén Rodolfo Ceva, era el encargado de

prestar el asesoramiento técnico y realizar las tareas necesarias para documentar

las operaciones en cabeza de las contribuyentes controladas por la

organización, así como también confeccionar las declaraciones juradas

impositivas de las empresas que comercializaban el grano. Asimismo los

nombrados Ferrer y Guevara (FG Cereales SA) y Luis Fernando Farías y

María Fernanda Farías, Julio Daniel Luján y Pablo Martín Zotello

(integrantes en diferentes momentos de la empresa Luis F. Farías e

Hijos SRL -hoy CERCAL SRL) operaron habitualmente en el mercado de

granos adquiriendo cereal en forma marginal, utilizando para el blanqueo de las

operaciones, entre otras, a las firmas ALGECIRAS SA, -cuyos accionistas en

el año 2010 y parte del 2011 fueron los imputados Félix Armando Cabral y

Julio Omar González, y en el año 2011 fueron los imputados Rubén Omar

Ministerio  Público  Fiscal  de  la  Nación  

 

15

Di Primio y Miguel Ángel Ortega, y su representante legal era Juan José

ROS-, VERCOVIR SA -cuyos accionistas son los imputados Rosendo Cesar

González y Matías Elvio Giuggioloni-, CORRETAJES GROUP SA -

cuyos accionistas son los imputados Diego Gaston Ludueña -desde 2007

hasta el 5/4/2010-, Horacio Omar Cismondi y Matías Elvio Giuggioloni–

a partir del 5/4/2010 como presidentes y director suplente respectivamente-;

PRODUC TAN SRL –cuyos accionistas en el año 2009 y 2010 fueron

Néstor Rubén Beltrame y Marcelo Alberto Sbagzdis- y la persona física

PELAYES DANIEL RAMON entre otras, todas las cuáles revisten el

carácter de contribuyentes funcionales a la emisión de facturas apócrifas que

habrían sido controladas por los sujetos componentes de la organización

mediante el manejo remoto de claves fiscales y bancarias; Rosendo Cesar

González (accionista de la firma VERCOVIR SA) supervisaba y controlaba

los pagos realizados a los supuestos “valijeros”, que son los intermediarios de

la venta de cereales entre las empresas ALGECIRAS S.A. y VERCOVIR S.A. y

los verdaderos productores de cereales ocultos. Así en la documentación

secuestrada en el domicilio de González, se puede apreciar que se consignan

nombres y seudónimos tales como: DV, JR, BRUNO, NICO,

CABEZADOLARES, VICTOR, TETE, ALMADA, CONTADOR CEVA,

CACAIO, ARRONDO, ORTIZ, ALLOCO, HC, COLO,CACHILO, CJ,

DEVOLUCIONES FARÍAS, MARCOS (GUILA), MARCOS

(FINANCIERA), DEPOSITO LOGINT, COMISIONES FG, NICO

(CULI), MARCOS (CULI), entre otros, y al lado el monto de la compra y el

monto de la comisión del medio por ciento, tal como surgen de las planillas

diarias que se confeccionaban (ver por ejemplo fs. 8/10 Lote N° domicilio en

calle Francisco Ramirez N° 361 de la localidad de Río Tercero). Dichos pagos

se habrían realizado de manera personal en efectivo a fin de evitar que queden

debidamente registradas las operaciones con los productores. Todo ello luego

se ve reflejado por los montos diarios que se cobraba en determinados bancos.

A modo de ejemplo, se destacan estas planillas que corren a fojas 28, 123, 158;

por su parte, los prestanombres (“carpetas” o “usinas”) que son las personas

insolventes y sin capacidad económica, que aparecían como accionistas de las

personas jurídicas manejadas por el grupo, y que no habrían participado en la

toma de decisiones y en las ganancias de las empresas, e incluso en algunos

casos eran empleados de dichas empresas, o desempeñaban actividades u

oficios que nada tienen que ver con la comercialización de cereales (Pelayes –

16

sargento de la policía de la provincia de Cba.-, Giuggioloni –analista de

sistemas-, Sbagzdis -realiza sistemas de calefacción en Río Tercero y

constructor-, Cabral –realiza parquizaciones-, Julio Omar González –

también parquizador- , etc.).

Que a los efectos de una pormenorizada relación de las tareas que

desempeñaba cada imputado dentro de la organización, y en honor a la

brevedad, es menester acudir al dictamen de ampliación de promoción de

acción de fs. 3205/3221.

b) Permanencia

Que conforme se desprende de los elementos obrantes en autos,

puede considerarse que la organización funcionaba –con los rasgos descriptos

precedentemente- ya a comienzos del año 2009, y hasta la fecha de los

allanamientos ordenados por el juez de instrucción (septiembre de 2012). La

actividad de la asociación ilícita habría tenido lugar en distintas localidades,

entre ellas Río Tercero, San Agustín, Despeñaderos, todas de la provincia de

Córdoba y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

De la documentación incautada se advirtieron maniobras y

movimientos desde el momento mencionado, en los que se observan vgr.: en la

base de datos de AFIP se detectaron proveedores de granos del mismo grupo

económico investigado (CORRETAJES GROUP SA, ALGECIRAS SA.,

PELAYES DANIEL RAMON, PRODUC TAN SRL y VERCOVIR SA),

éstos a partir del año 2009; poder general de administración y disposición, de

fecha 17/11/2009, que SWETENSON S.A., representado por Diego Gastón

Ludueña, efectúa a favor de Fernando Luis Cuello; resúmenes de cuenta al

04/09/2012 de las firmas Corretajes Group S.A., Comercial Río Santiago SRL,

Vercovir S.A., Algeciras S.A., Productan SRL, Pelayes Daniel Ramón, Arbol

Grande S.A., Swetenson S.A. (ver “documentación Cercal SRL” y listado de

cartas de porte período 01/08/2012 al 04/09/2012, de 42 fojas de la Caja N° 8

del domicilio de la empresa investigada); también cabe destacar la existencia de

libros diarios de los años 2009, 2010 y 2011y libros de IVA compras períodos

enero de 2009 a diciembre de 2011, en los que se encuentran registradas las

compras detalladas en los resúmenes de cuenta de las firmas Corretajes Group

S.A., Comercial Río Santiago SRL, Vercovir S.A., Algeciras S.A., Productan

SRL, Pelayes Daniel Ramón, Árbol Grande S.A. y Swetenson S.A (ver caja n°

5), asimismo cabe agregar que de la documentación secuestrada en el domicilio

de la firma FG CEREALES SA surgen Cartas de porte emitidas por Cercal

S.R.L., de junio a septiembre de 2012; esto entre muchos otros datos que se

desprenden, como dije, de la documentación secuestrada, a la cual

Ministerio  Público  Fiscal  de  la  Nación  

 

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evidentemente no ha acudido el a-quo, pues no la menciona en ningún

punto a lo largo de la resolución que aquí se impugna.

c) Número mínimo de integrantes

Este requisito surge sin dudas de la totalidad de personas

mencionadas precedentemente, las cuáles intervenían de un modo u otro en la

conformación de la asociación ilícita, cada uno con un rol determinado, a

sabiendas de la actividad ilícita que se llevaba a cabo de manera indiscriminada.

La maniobra también está descripta en la promoción de acción de fs.

1098/1107 y con mayor precisión en su ampliación de fs. 3205/3221 vta.

d) Pluralidad de fines delictivos tributarios

El grupo conformado por los imputados habría organizado e

instrumentado acciones destinadas a la adquisición de cereal en forma

marginal, utilizando lo que comúnmente se denomina “carpetas” (personas

físicas o jurídicas), mediante las cuales se “blanquea” el cereal comprado en

forma marginal a los verdaderos productores ocultos detrás de esta simulación,

utilizando a determinados contribuyentes (las denominadas “carpetas”) con el

propósito de hacerlas aparecer ante el Fisco Nacional como vendedoras de

determinada mercadería o prestadora de ciertos servicios a fin de introducir y

hacer circular en el mercado legal productos agrícolas obtenidos del mercado

marginal. Así, con la emisión de facturas comerciales por aquellas operaciones

a nombre de esas contribuyentes se logra: a) ocultar a los verdaderos

vendedores, lo que proporciona un medio para que éstos evadan los tributos a

su cargo, y b) que los adquirentes de la mercadería o el servicio computen

crédito fiscal en concepto de Impuesto al Valor Agregado que implicaría la

evasión del pago de ese gravamen.

A partir de las relaciones observadas entre los directivos, accionistas

y empleados de estas contribuyentes, así como también en virtud de sus

actividades afines o complementarias referidas a la venta de cereal (acopio e

intermediación en la compra venta de granos, principalmente; transporte de

cargas) y por las importantes operaciones detectadas entre ellas (compras,

ventas, servicios y préstamos) puede concluirse que estas contribuyentes eran

controladas por la organización para llevar a cabo las maniobras mencionadas.

La organización investigada utilizaba personas jurídicas y/o

personas físicas a las que se les daba apariencia de verdaderos contribuyentes

18

mediante el cumplimiento de determinados requisitos relativos a aspectos

societario, impositivo y contable. De esta manera, las operaciones de venta de

cereal se documentaban a nombre de estos contribuyentes, es decir, se los

colocaba como vendedores de esa mercadería, al tiempo que se organizaban las

operaciones y se preparaba la documentación de respaldo de forma tal que

pese al volumen de ventas declarado en cabeza de estos contribuyentes no se

ingresaban montos por impuestos nacionales que guardaran relación con ese

volumen de ventas. Es decir, se lograba canalizar la venta del cereal a través de

estas empresas y se arbitraban los medios para que ello no significara el ingreso

de sumas de dinero significativas en concepto de impuestos por esas

operaciones.

Con ello se advierte la finalidad de la asociación en cuanto al

tramado de tareas para llevar a cabo delitos tributarios indeterminados, en el

sentido explicado anteriormente en este libelo.

Nótese que la maniobra investigada en estos autos es ciertamente

similar a la ventilada en los autos “SERI, Miguel Angel; GASPARINI, Diego

Nazareno y otros p.ss.aa. infracc. art. 15 inc. “c” Ley 24.769”, Expte. N°

106/2011, tramitados en esta misma circunscripción de Villa María, en los que

la apelación por parte de los imputados del auto de procesamiento fue resuelta

por VV.EE. con fecha 13/10/2011. Allí se lleva adelante la investigación del

delito de asociación ilícita tributaria por hechos relacionados a la compra

marginal (en negro) de cereal a productores que permanecían ocultos ante la

Administración Federal de Ingresos Públicos, y su posterior introducción al

circuito legal del comercio de granos, mediante personas jurídicas “fantasmas”

(creadas al efecto) sin capacidad económica ni productiva, que aparecían como

productoras o acopiadoras de cereal, pero que sus socios eran personas físicas

insolventes.

A partir de lo expuesto en este acápite, se vislumbra que se

encuentran verificados –con el grado de probabilidad exigido en esta etapa- los

requisitos típicos de la figura penal prevista y reprimida por el art. 15, inc. c) de

la ley 24.769.

� En definitiva, después del análisis minucioso que esta sede ha

efectuado de las constancias de autos, admite concluir que el juez no ha

meritado acabadamente los hechos y las pruebas que dan sustento a la presente

investigación, y que la falta de mérito dictada a favor de los imputados no se

encuentra adecuadamente fundamentada, transgrediendo con ello la debida

motivación que deben exhibir las resoluciones judiciales a fin de ser

consideradas como actos jurisdiccionalmente válidos.

Ministerio  Público  Fiscal  de  la  Nación  

 

19

Que desde el lado opuesto, la cuantiosa prueba colectada y los

elementos presuncionales de cargo, permiten considerar –en esta primigenia

etapa procesal- que existen elementos de convicción suficientes para estimar

que se ha perpetrado un hecho delictuoso y que los imputados fueron

partícipes del mismo, cumpliéndose de este modo con los requisitos exigidos

por el artículo 306 del CPPN a fin de que sea dictado contra ellos el

correspondiente auto de procesamiento.

-III- INTRODUZCO CUESTIÓN FEDERAL

Que los agravios expuestos en esta apelación suscitan cuestión

federal suficiente, pues lo decidido por el a-quo no constituye derivación

razonada del derecho vigente con aplicación a las circunstancias comprobadas

de la causa (Fallos: 308:914, entre muchos otros).

Que asimismo, la interpretación adoptada por el magistrado de

primera instancia con relación al artículo 15, inc. c de la ley 24769 –ley federal-

es contraria a principios constitucionales fundamentales como el principio de

legalidad del art. 18 de la C.N., suscitando cuestión federal compleja indirecta.

En efecto, la exigencia de un requisito típico para la configuración

del delito de asociación ilícita no previsto por la norma (la pretensión de

“certeza” o “probabilidad” de comisión de delitos tributarios) importa una

clara intromisión de la judicatura en funciones legislativas. En este orden, el

planteo de la cuestión federal deviene evidente, atento encontrarse en juego el

principio republicano de gobierno, y las funciones exclusivamente asignadas al

Poder Legislativo por la Constitución, que el juez parece arrogarse.

Por todo ello, introduzco la cuestión federal en los términos del art.

14 de la ley 48, a fin de su reserva para ser considerada por la vía que

corresponda.

-IV- PETITORIO

En virtud de todo lo expuesto, solicito se tenga por interpuesto en

tiempo y forma el presente recurso de apelación y se digne S.S. elevar en

consecuencia los autos a la Excma. Cámara Federal de Apelaciones de

Córdoba, a quien impetro se sirva revocar el auto de fecha 20 de marzo

de 2013 (fs. 3366/3380), en todo aquello que ha sido materia de recurso.

20

FISCALÍA FEDERAL de Villa María (Cba.), 25 de marzo de

2013.-