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7/23/2019 MiradasEconomiaII-cap7
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Se conoce que dentro de los graves problemas econó-micos y sociales enfrentados por el gobierno cubano
a partir de 1959, están los desequilibrios regionales, en
particular los de oriente-occidente. El Departamento
Oriental dividido en ocho jurisdicciones, pasó en 1897 a
ser la provincia de Oriente dividida en 22 términos mu-
nicipales.1 Esta división permaneció hasta los primeros
años de la década del sesenta del pasado siglo, cuando
surgió una instancia intermedia denominada región (en
esta provincia se crearon 18 de las 58 del país, subdividi-
da en municipios que llegaron a 149, de un total de 407).
La nueva división político-administrativa implementada
en 1976 y vigente hasta la actualidad, fragmentó en cinco
provincias la anterior provincia oriental, con la totalidad
del área antigua y la parte este de la antigua provincia de
Camagüey, con un total de 54 municipios.
La región oriental se destacaba en numerosos libros de
Geografía de la primera mitad del siglo xx, como la más
rica.2 De forma consecuente y nada paradójica, Oriente
era a finales de la década del cincuenta, la región de
mayor atraso social. En el ámbito académico, político y
hasta en el popular, el retraso relativo de las provincias
1 Las jurisdicciones constituyeron la primera división regional de
la Cuba, para extremar el rigor colonial en 1827 fueron creados
tres departamentos: Occidental, Central y Oriental, y en la divi-
sión territorial implantada en 1879 fueron establecidas seis pro-
vincias divididas internamente en términos municipales.
2 Ver L. Marrero: Elementos de Geografía de Cuba, 1944 y Geografía
de Cuba, 1957; A. Núñez Jiménez: Geografía de Cuba, 1954; O. E.
Rodríguez y J. L. De Lázaro: Curso de Ciencias Sociales, 1955.
El oriente cubano.
Entre rezagos y avances
Luisa Íñiguez Rojas
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Luisa Íñiguez Rojas
orientales del país es dado por aceptado. Pero poco nos
preguntamos, a qué atraso nos referimos, poco también
se intenta contextualizarlo, y mucho menos asociarlo a la
permanencia de las inequidades prerrevolucionarias; a las
desigualdades construidas durante el proceso de imple-
mentación de un nuevo modo de producción y de laspolíticas de construcción de una nueva sociedad y sus
procesos de planificación económica y física; o a las crea-
das por los efectos primarios y secundarios derivados de
la crisis enfrentada desde inicios de la década del noven-
ta del pasado siglo y de los procesos de recuperación en
las últimas dos décadas.
Este trabajo toma como sustrato algunos argumentos
históricos e indicadores económicos y poblacionales del
oriente del país, para debatir la complejidad de los con-
textos de retrasos y avances de este territorio. De mane-ra indirecta es también un ejercicio de exploración de
desigualdades espaciales y de cómo ellas intervienen en
el escabroso análisis del desarrollo territorial.
Avance económico y atraso social.El oriente rico y pobre antes de 1959
Si comparásemos las regiones geográficas en que,
usualmente, ha sido dividido el archipiélago cubano,
podemos constatar que la región oriental es la de ma-
yor diversidad natural y mejor dotada de condiciones y
recursos naturales.
Oriente a finales de la década del cincuenta poseía
gran diversificación de producciones agrícolas. En las
llanuras de suelos fértiles se extendían plantaciones
cañeras como las del Cauto, Banes, Niquero, y sus más
de 40 centrales colocaban a la provincia cada año, entre
las primeras en la producción de azúcar. Era también la
principal productora de café, cacao y plátanos (produc-
ciones que se distribuían en sus extensas áreas monta-
ñosas); contaba con una elevada proporción de la masa
ganadera del país, en especial en la extensa llanura del
Cauto; exhibía productivas áreas de granos y otros culti-
vos (como en el extenso término municipal de Holguín
llamado entones, “el granero de Cuba”) de arroz en la
llanura del Cauto, con un moderno proceso de mecani-
zación en el término municipal de Manzanillo.
Asimismo, se destacaba por su provisión y explotación
de recursos minerales, entre ellos manganeso, hierro y
las lateritas del noreste de la provincia; un elevado nú-
mero de fábricas de procesamiento de alimentos y otros
bienes de consumo. Era centro de atracción turística
internacional y nacional; la segunda provincia mejor do-
tada de puertos, con un considerable número de embar-
caderos; e inscrita su costa y plataforma sur del Golfo deGuacanayabo y la desembocadura del Río Cauto, entre
las zonas pesqueras más valoradas de Cuba.
A este pródigo retrato se oponía un nada elogioso
proceso histórico de construcción de sus espacios econó-
micos y sociales durante finales del siglo XIX y la primera
mitad del siglo xx. La explotación de sus recursos, retrasa-
da y lenta en comparación con el resto de Cuba, se vuel-
ve intensiva a partir de la proclamación de la República,
como ocurrió también en la parte centro-oriental, que se
corresponde con las actuales provincias de Ciego de Ávilay Camagüey.
Cuando una prolongada historia agrícola, en especial
azucarera, se había desarrollado en la parte occidental
y central de la isla, a inicios de siglo xx, extensas áreas
de la región oriental mantenían sus bosques y demás
formaciones vegetales prácticamente vírgenes, y se
distribuían reducidas plantaciones de caña, con unos
pocos centrales azucareros construidos en el siglo XIX;
algunas compañías atraídas por las grandes extensiones
de recursos forestales que exportaban a los Estados Uni-
dos maderas para la construcción, como en las áreas de
Manzanillo y Gibara y; plantaciones de café en sus mon-
tañas promovidas por colonos franceses, que abrieron
una base económica nueva en estos territorios, para lan-
guidecer por motivos comerciales poco después.3
Así al comienzo del siglo xx, las provincias de Oriente
y Camagüey recibieron un notable flujo inversionista, ac-
tivado por los precios a pagar por caballerías de tierras,
muy inferiores a los del resto del país, en un “atractivo”
proceso en el que se daban las condiciones ideales para el
desarrollo de redes ferroviarias y de control de los cultiva-
dores. La concentración y centralización de la económica
azucarera era privilegiada en estas provincias, con la loca-
lización de ingenios llamados “colosos” de muy elevada
capacidad de producción de azúcar, que respondieron
con eficiencia al “boom” azucarero de 1915 a 1926.
3 R. Funes: De los bosques a los cañaverales. Una historia ambiental
de Cuba (1492-1926), 2008, p.349.
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El oriente cubano. Entre rezagos y avances
En el primer cuarto de siglo xx, los recursos forestales
de las llanuras del Cauto, Manzanillo, Sagua de Tánamo,
Nipe, así como llanuras onduladas y altura de Báguanos
fueron prácticamente desbastados, para abrir el recurso
tierra a las plantaciones de caña de azúcar, y en conse-
cuencia fue decidido inducir la migración de antillanoscomo mano de obra. Estos procesos marcaron impor-
tantes cambios económicos, sociales y ambientales en
el territorio oriental, con una distribución espacial des-
igual.
Las consecuencias principales de la expansión del lati-
fundio azucarero, identificadas por Ramiro Guerra, fue-
ron: compra progresiva de tierras con la concentración de
la propiedad en manos de un reducido número de com-
pañías; aparición de una nueva clase de colonos ahora
dependientes; creación de un proletariado rural con la im-portación de braceros antillanos; restricción de los ferro-
carriles públicos y el auge de los privados; y desaparición
de pequeñas y medianas propiedades dedicadas a los
cultivos de subsistencia inexistentes en las áreas cañeras.4
Mientras, a finales de la década del veinte del pasa-
do siglo crecía la población que se “refugiaba” en las
montañas como esperanza de sobrevivencia, la mayoría
víctima de la expansión de los latifundios5 y, un proceso
similar era visible en algunas ciudades de la provincia.
El peso de la producción azucarera oriental pasó del
17,2 % en 1904, al 24 % en 1914 y al 34 % en 1935; para
a partir de entonces oscilar entre un 25 y un 30 % de la
producción nacional hasta finales de la década de los cin-
cuentas. En 1955 a pesar de que el 62 % de los centrales ya
eran de propiedad cubana, la capacidad de molida de los
centrales de propiedad norteamericana superaba el 50 %
de la producción total de azúcar. A inicios de esa década,
la parte sudeste y este de Oriente era destacada como la
región cafetalera más importante de Cuba, y en seis tér-
minos municipales6 se concentraba del 85 al 90 % de la
producción nacional de café. 7
Pero, sin duda el retrato más lastimoso del oriente del
país a finales de esa década era el social. La estructura
latifundista y las formas de organización productiva de
compañías norteamericanas, pero también cubanas, no
4 R. Guerra: Azúcar y población en la Antillas, 1976,1927, pp. 87-92.
5 A. Nuñez Jiménez: Geografía de Cuba.
6 Alto Songo, Yateras, El Cobre, Jiguaní, Guantánamo y Bayamo.
7 A. Truslow: International Bank for...
habían creado alguna opción al “tiempo muerto”; no se
incrementaban las fuentes de empleo, seguían redu-
cidas las opciones de escolarización y de acceso a los
servicios de salud. Crecían los desalojos de las viviendas,
en especial en las áreas rurales; mientras un elevado por-
centaje de tierras se conservaba “en reserva”, y en el casode una de las principales compañías monopolistas radi-
cadas en el territorio, la United Fruit Company , mantenía
aproximadamente el 50 % de sus tierras sin uso.8
Según el censo de 1953, Oriente era la provincia más po-
blada de Cuba, lugar que mantenía desde el censo de 1919.
Con 1 797 606 habitantes concentraba el 30,84 % de la po-
blación del país, había tenido el mayor crecimiento en el
último decenio (1943-1953), y era la segunda provincia con
menor porcentaje de población rural con solo el 39,8 %. En
ello intervenía la ciudad de Santiago de Cuba, la tercera demás cantidad de población, cuyo pequeño término muni-
cipal del mismo nombre, poseía solo el 1,9 % de población
rural y, si no consideráramos la población de este término,
el porcentaje de población rural de Oriente se elevaba al
68 % de la población total. Dos provincias superaban las
densidades medias de Cuba, Oriente la más densamente
poblada, a expensas del ritmo de su crecimiento natural y,
La Habana por su atracción migratoria histórica.
Era esta provincia la de mayor porcentaje de desocupa-
dos con el 74,01 %, y la única del país donde el analfabetis-
mo superaba la mitad de la población con un 52,53 %. El
porcentaje de analfabetos de la población infantil en áreas
urbana era del 81,2 % y en las áreas rurales de un 89,5 %,
también los más elevados del país, como su población no
blanca (negra y mestiza) que alcanzaba el 38,14 % del to-
tal, cuando en Cuba apenas se superaba el 25 %.9
8 Colectivo de autores: United Fruit Company: Un caso del dominio
imperialista en Cuba, 1976.
9 Censo de Población y Viviendas de 1953.
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Luisa Íñiguez Rojas
La prosperidad económica del territorio oriental, inclui-
da en libros de textos de diferentes niveles escolares y
otros más generales, destacaba poco su costo social, en
el relato de la modernidad de sus grandes ciudades no
se aludía a los múltiples barrios de precarias condiciones
de vida y, las amplias desigualdades sociales y espacialeseran escondidas o de forma tenue mencionadas, con
excepciones entre las que cabe destacar la Geografía de
Cuba del Dr. Antonio Nuñez Jiménez publicada en 1955.10
Territorio predominantemente rico y población en su
mayoría pobre, eran resultado de una larga historia colo-
nial-capitalista en esta región de Cuba, que combinaba
la explotación intensiva o extensiva del recurso tierra, de
los recursos forestales y mineros, con grandes extensio-
nes sin uso, “guardadas” para cuando sus dueños lo deci-
dieran, y un predominio de población abandonada a susuerte, obreros mal pagados, agricultores de subsistencia,
desempleados y sin oportunidades de instrucción.
Oriente a partir de 1959.Efectos de la revolución económica, social y espacial
A partir de 1959, la región oriental comenzó a experimen-
tar transformaciones en sus estructuras espaciales pro-
ductivas, donde la nacionalización y las reformas agrarias
desempeñaron de inicio un papel esencial. La revolución
económica y social emprendida por el gobierno cubano,
también significaba una revolución espacial que de forma
sintética enfrentaba los siguientes desafíos:
• Elevada ruralidad en áreas de llanuras y de montañas,
donde era necesario localizar importantes volúmenes
de inversiones en infraestructura de vivienda, de sa-
neamiento básico, de viales, de servicios educaciona-
les, de salud y otros.
• Deterioro de condiciones y recursos naturales entre
los cuales se identificaba la urgencia de un desarrollo
hidráulico, que elevara la disponibilidad de recursos
hídricos en algunos territorios.
10 Este libro considerado una geografía patriótica fue quemado por
el gobierno en la imprenta donde se reproducía, por sus efectos
nocivos sobre el estudiantado cubano, pues ponía al descubierto
los resultados del modelo de desarrollo desigual capitalista impe-
rante en el país. Fueron salvados algunos ejemplares.
• Elevado analfabetismo, baja escolaridad e insuficiente
número de profesionales y técnicos para asumir los
procesos de dirección de los nuevos proyectos econó-
micos y sociales.
• Necesidad de crear una cultura del trabajo, en corres-
pondencia con nuevas estructuras de propiedad ynuevos proyectos.
Los esfuerzos desplegados por el gobierno cubano para
corregir las inequidades en el territorio oriental fueron
logrando de forma progresiva, la igualdad de acceso de
su población a servicios esenciales como la salud y la edu-
cación, más difíciles aún en asentamientos poblacionales
rurales llanos y de montañas, que en algunos casos requi-
rieron de su relocalización, en especial los dispersos, para
que su concentración facilitase los procesos en marcha.Cambios en las condiciones materiales de vida resul-
taban de los avances de las políticas encaminadas a la
disminución de su rezago regional, y a partir de la déca-
da del setenta en el contexto del proceso de industria-
lización del país, la planificación física localizaba zonas
de nueva asimilación industrial o de activación de las
existentes basadas, sobre todo, en los recursos natura-
les, como el desarrollo minero-metalúrgico de Moa; o
con el fin preciso de acelerar el desarrollo territorial, por
ejemplo, las industrias del vidrio y laminadores de acero
de Las Tunas, la Megatextilera de Santiago de Cuba o de
la Gráfica en Guantánamo.
Las posibilidades de irradiación del beneficio de la ma-
yor parte de estas industrias eran muy limitadas, pues
no contemplaban encadenamientos productivos dentro
del territorio provincial y estaban muy comprometidas
con importaciones de materias primas y otros insumos.
Enfrentaban también factores socioculturales, como las
fricciones que producía a nivel familiar la necesaria in-
corporación de la mujer al trabajo.
Continuaba la producción de sus 42 complejos agroin-
dustriales azucareros, y en lo fundamental por carencias
de la base alimentaria no avanzaba el desarrollo gana-
dero al ritmo deseado; mientras de forma modesta e
inestable marchaba la producción de café y cacao, estas
últimas con requerimientos de atención a los cultivos, en
ocasiones escasos.
El incremento de la significación relativa de la población
provincial en la total del país, entre los censos de 1953 y
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El oriente cubano. Entre rezagos y avances
1970 se registró solo en dos provincias, en Pinar del Río
con un 0,1 % y en Oriente, que pasó de un 31,6 % en 1953
a un 35, 1 % en 1970, seguía manteniéndose como la más
poblada del país.11
La fragmentación de la provincia oriental en 1976 ponía
en evidencia la diversidad natural y la heterogeneidad delos procesos de construcción socioespacial de este terri-
torio. Al interior de ellas la heterogeneidad multiplicada,
hacía más palpable las diferentes líneas de base para
enfrentar el desarrollo. Las provincias quedaban con des-
igual distribución de recursos naturales y productivos, así
como de cantidad de población: Las Tunas y Guantánamo
con las poblaciones más pequeñas y similares, Holguín y
Santiago de Cuba también similares y más elevadas, Gran-
ma ocupaba una posición intermedia. Según la extensión,
Holguín y Granma concentraban el 48 % de la superficietotal, mientras el resto poseía alrededor de 6 000 km2(Cua-
dro 1).
Cuadro 1. Distribución de población y extensión de las pro-
vincias orientales en 1976.
Provincia Población (habitantes) Área km2
Las Tunas 385 785 6 373
Holguín 772 241 9 105
Granma 649 708 8 452
Santiago de Cuba 793 490 6 343
Guantánamo 416 676 6 366Fuente: DPA, División Político-Administrativa, DOR, La Habana, 1976.
En la distribución de la fuerza de trabajo al crearse las
nuevas provincias en 1976, se destacaban Las Tunas y
Granma con la mayor vinculación al sector agrícola, y a
Santiago de Cuba y Guantánamo con el más alto por-
centaje de vinculados al sector industrial (Fig. 1).
A finales de la década del setentas, el desarrollo so-
cioeconómico desigual y el atraso relativo de las pro-
vincias orientales era señalado, cuando tomando en
consideración el PIB, la productividad media y el nivel
de vida de la población, se destacaban con la situación
más desfavorable.
El Censo de Población y Viviendas de 1981 mostraba
que las provincias orientales habían incrementado su
peso proporcional en la población del país, que repre-
sentaba ahora el 35,7 %. El cambio del modelo de dis-
11 CEDEM: La población en Cuba, 1976.
tribución poblacional, sobre todo los producidos en
la década del setenta, consiguió disminuir los grandes
contrastes regionales y en particular, los de la vida rural
y urbana; pero no logró reducir la concentración demo-
gráfica en las provincias orientales, a expensas, en lo
fundamental de su elevada fecundidad, asociada a sumayor ruralidad y atraso relativo.12
Cuando el porcentaje de inactivos en Cuba era de
43,7 %, en la totalidad de las provincias orientales se su-
peraba esta cifra y los más altos índices se registraban en
Granma con 53,5 %, seguida de Holguín, Guantánamo y
Santiago de Cuba. Estas cifras se elevaban en la pobla-
ción femenina que superaba el 70 %, y en la provincia de
Granma llegaba a 77,5 %; mientras para Cuba las mujeres
inactivas representaban un 67,2 %.13
Era también significativo en los datos censales, que elgrado promedio de escolaridad de la población de 6 y
más años en todas las provincias orientales se encontraba
por debajo de 6,4 años (promedio alcanzado para el país);
Granma y Las Tunas mostraban los más bajos valores de
5,5 años, que descendían aún más en la población rural
con 4,8 años promedio.
Entre la población activa el país eran trabajadores es-
tatales el 93,4 %, y a excepción de Las Tunas, en el resto
de las provincias orientales el porcentaje de trabajadores
estatales era ligeramente inferior, con el valor más bajo en
12 J. L. Luzón: Economía, población y territorio en Cuba (1899-1983),
1987, p. 165.
13 CEE, 1984.
60
50
40
30
20
10
0
S a n t i a g o d e C u b a
H o l g u í n
G u a n t á n a m o
G r a n m a
Agrícola
Industrial
Construcción
Servicios
L a s T u n a s
%
Fuente: DPA, División Político-Administrativa, DOR, La Habana, 1976.
Fig. 1 Distribución de la fuerza de trabajo por sectores en 1976.
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Guantánamo (86,8 %); provincia que también registraba
el porcentaje más elevado de pequeños agricultores del
Oriente con el 8 % y de trabajadores por cuenta propia
con el 2,6 %. El promedio de población activa con prima-
ria sin terminar, alcanzaba el mayor índice en Las Tunas y
Granma con el 29,0 % del total; mientras la primaria termi-nada era el nivel de escolaridad predominante en todas
las provincias orientales.
En los años finales de la década del ochenta algunas
características del desarrollo económico del país, mos-
traban la permanencia del retraso relativo del territorio
oriental. En un estudio sobre las desproporciones del
nivel de vida, los municipios del país se clasificaron me-
diante un indicador sintético que evidenciaba la repro-
ducción de las distancias económicas y sociales entre el
oriente y occidente, así como entre aquellos de mayorproporción de población urbana y rural. En otro estudio
posterior se incorporó a esta clasificación la tasa neta
de migración en el quinquenio 1981-1985, se estableció
una relación entre nivel de vida y condición migratoria.
El 73,25 % de los municipios con nivel de vida relativa-
mente bajos y emisores de población, se localizaron en
las cinco provincias del extremo oriental del país.14
El peso de la población rural de las provincias orientales
en relación con la rural del país se había incrementado de
51,46 % en 1970 a 53,55 % en 1981, aunque en las demás
esta población se había reducido en términos absolutos
y porcentuales. Las Tunas con el valor más elevado y San-
tiago de Cuba con el más bajo. La provincia de Holguín
continuaba concentrando la mayor cantidad de pobla-
ción rural, pasó de 474 081 habitantes en 1970 a 455 817
en 1981 (Figs. 2 y 3).
A inicios de la crisis económica de los noventas del
pasado siglo, se llamaba la atención sobre la alta vulne-
rabilidad del oriente durante el período especial del país,
y las menores posibilidades de amortiguar los impactos
negativos, en especial en el nivel individual-familiar. No
todas sus provincias tenían iguales contextos para acoger
los nuevos procesos derivados de la crisis y a mediados de
los noventas, la utilización de los recursos laborales dis-
ponibles mostraba los menores índices en las provincias
orientales con el 58,5 %, mientras que en las occidenta-
14 L. Iñiguez y B. Morejón: “Desigualdades espaciales en Cuba.
Antecedentes…”, 1995.
les esta cifra alcanzaba el 66 %. A pesar de los favorables
indicadores de incorporación de las mujeres al trabajo (a
finales del 1990), las provincias orientales presentaban los
menores porcentajes, que en Holguín alcanzaba el más
bajo de todos, con 31,7 % del total en edad económica-
mente activa.La situación más desfavorable del territorio oriental era
también destacada en otros estudios, como el de la evolu-
ción regional de la llamada “población en riesgo”, que des-
tacaba que entre 1989 y 1996, aunque todas las regiones
500 000
400 000
300 000
200 000
100 000
0
L a s T u n a s
G r a n m a
G u a n t á n a m o
S a n t i a g o d e C u b a
Población rural 1970 Población rural 1981
H o l g u í n
número de habitantes
80,00
60,00
40,00
20,00
0,00
S a n t i a g o d e C u b a
H o l g u í n
G r a n m a
G u a n t á n a m o
Población rural 1970 Po blació n rural 1981
L a s T u n a s
%
Fuente: DPA. División Político-administrativa, DOR, La Habana, 1976.
Fig. 3 Población rural (número de habitantes).
Fuente: DPA. División Político-Administrativa, DOR, La Habana, 1976.
Fig. 2 Población rural en porcentajes
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El oriente cubano. Entre rezagos y avances
incrementaban los porcentajes de población urbana en
riesgo, en las orientales se pasaba de un 12 % en 1989 a un
22 % en 1996, cuando el incremento en la región occiden-
tal para los mismos años había sido del 4 al 12 %.15
Otro análisis territorial sobre la vulnerabilidad de la po-
blación ante los procesos de cambio, que consideraba lainsuficiente capacidad para la producción de alimentos,
la política industrial y del turismo, así como el empleo-
desempleo, identificó 14 municipios con muy alta vulne-
rabilidad (todos localizados en las provincias orientales)
y 24 municipios de alta vulnerabilidad, concentrados
en las provincias orientales y la parte norte y central de
la provincia de Sancti Spíritus.16 El diagnóstico sobre la
diferenciación de los impactos negativos del período
especial en los municipios del país, identificó 36 muni-
cipios más deprimidos o “críticos”, todos localizados enprovincias de la región oriental.17
Los actores económicos que emergieron en los proce-
sos de recuperación de la crisis de la década del noventa
del pasado siglo, tuvieron en las provincias orientales al
igual que en el resto, una localización focal. Los más nota-
bles se asociaron a sectores priorizados para reanimar la
descalabrada economía del país, como la ampliación del
polo minero-metalúrgico del nordeste de la provincia de
Holguín y el impulso a la explotación de los recursos tu-
rísticos en el centro norte de esta provincia, y de algunos
enclaves con valores histórico-culturales y naturales (en el
municipio de Santiago de Cuba, en la ciudad de Baracoa y
sur de Granma, por ejemplo).
Un estudio detallado sobre la vulnerabilidad ante la
inseguridad alimentaria realizado a inicios de la presente
década, con información fundamental referida a la segun-
da mitad de la década de 1990, halló que el 61 % de los
municipios de las provincias orientales eran muy vulnera-
bles, el 20 % vulnerables y el 18,5 % poco vulnerables; por
lo que el 81 % de los municipios y el 85 % de la población
contenida en ellas poseían vulnerabilidad alimentaria. 18
15 A. M. Ferriol, G. M. Carriazo, O. Echevarría y M. D. Quintana:
“Efectos de las políticas sociales sobre los niveles de pobreza…”,
1998, pp. 376-377.
16 M. E. Bermúdez, J. L. Gerharts, N. H. Quintana, C. M. Mendoza and P.
M. Roig: “Esquema Nacional de Ordenamiento Territorial…”, 1997.
17 C. A. Guzón: “Estudio de los municipios críticos del país”, 1998.
18 IPF-PMA: Análisis y Cartografía de la Vulnerabilidad a la Inseguridad
Alimentaria en Cuba, 2001.
Este documento identificó seis condicionantes bási-
cas que determinaban la vulnerabilidad alimentaria. La
primera alude al comportamiento climático, que señala
la combinación del riesgo de sequías o por el contrario
de inundaciones, a lo cual podemos integrar otra de las
condicionantes enunciadas, la de poseer relativamentepoca superficie cultivada bajo riego. La distribución de
la población aparece también como otra condicionante
de la vulnerabilidad, a saber, su concentración en muni-
cipios que albergan capitales provinciales y otras ciuda-
des principales de la región con elevadas densidades de
población por una parte y, las bajas densidades de esta
en zonas montañosas por otra, que podemos relacionar
con la condicionante que expresa que la población de
las montañas posee una capacidad débil de respuesta
ante los riesgos, a pesar de que estos no son elevados.Por último destacamos lo más polémico de las condi-
cionantes expuestas para argumentar la vulnerabilidad
alimentaria del oriente del país: “[…] la baja disponibilidad
de superficie de cultivos alimentarios per cápita, determi-
nado en parte por la existencia de un uso de la tierra favo-
rable a la caña de azúcar y en menor grado a otros cultivos
no alimentarios” y “[…] las bajas categorías de agropro-
ductividad de los suelos prevalecientes en la región”.
A propósito, el “uso favorable” fue decidido en las pri-
meras décadas del siglo xx, por los que en general no
tenían preocupación por las fuentes de alimentación de
la población territorial, aunque pueden hallarse en algu-
nos documentos, citas sobre la necesidad de proteger
los territorios cañeros de las carencias alimentarias, en-
tre los cuales destacamos el capítulo XVIII de Problemas
de la Nueva Cuba, publicado en el año 1935, en que se
expone un Programa de Auxilio Inmediato a la solución
de los problemas alimentarios de la población vinculada
a la industria y áreas azucareras de Cuba, a causa del
desempleo agudizado en el tiempo muerto. Se propone
que la población de los centrales pueda abastecerse de
alimentos y se incrementen los ingresos familiares me-
diante huertos o granjas de subsistencia, y aunque se
destaca la urgencia de tal plan, se concibe que pudiera
quedar establecido de forma permanente.
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- 150 -
Luisa Íñiguez Rojas
La comisión que escribió este libro le sugirió al gobier-
no que dictara una ley que exigiese que cada central y
también los colonos, dedicasen una cantidad de sus tie-
rras a la producción de alimentos y al fomento de huer-
tos familiares.19
Después de 1959, las plantaciones de caña de azúcar yde pastos fueron ampliadas hacia las áreas “guardadas”
casi vírgenes, y se le dio menor prioridad a la creación de
condiciones para otras producciones de alimentos, que
incluso podían haberse logrado sin perjudicar la produc-
ción de azúcar.
La reestructuración de la agroindustria azucarera en el
país tuvo menores impactos en la región oriental, don-
de poco más del 30 % de sus fábricas de azúcar fueron
desactivadas; mientras que en el occidente y centro dejaban
de producir la mitad o más de la mitad de sus centrales.La disminución del área de caña patrimonial del Minis-
terio del Azúcar y la orientación de su reconversión a la
producción de alimentos para la población, no tendría los
efectos que se esperan en el resto del país, en este terri-
torio de mayor vulnerabilidad alimentaria, al ser en estos
donde menos desactivaciones de las industrias azucare-
ras fueron propuestas.20
Por otra parte, en un estudio sobre la adaptabilidad
de los suelos para la caña de azúcar en el territorio patri-
monial de los complejos agroindustriales, dirigido por el
Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar del Mi-
nisterio del Azúcar, mostró que los menores porcentajes
de suelos muy aptos para el cultivo se obtenían, precisa-
mente, en las provincias orientales (Fig. 4). La adaptabili-
dad de los suelos, factor decisivo en el proceso de rees-
tructuración de la agroindustria azucarera, no explicaría
la menor reducción de las industrias en esta región, por
19 Remontados a la época de estas consideraciones, parece evi-
dente que a la preocupación por la miseria de amplias capas de
trabajadores azucareros, se sumaban a otras colocadas en se-
gundo lugar, como los gravámenes financieros que pesaban so-
bre las compañías azucareras, los subsidios a pagar por cocinas
económicas, entrega gratuita de alimentos, e incluso el peligro
de la agitación obrera y de huelgas radicales como las produ-
cidas a inicios de la década, hasta que se haga “insostenible la
posición de los capitalistas”. Foreign Policy Association Incorpo-
rated: Informe de la comisión de asuntos cubanos. Problemas de
la Nueva Cuba, 1935, p. 490.
20 R. R. Castellanos, P. M. C. Medina, T. M. Abreu y B. J. Martínez:
“Reestructuración de la agroindustria azucarera”, 2003.
lo que es posible que el aspecto tecnológico-industrial
fuera priorizado, teniendo en cuenta que en la región
oriental se concentra un número importante de los in-
genios “colosos” del país,21 sin descontar la protección a
las fuentes de empleo que ella genera.
Como se conoce, los impactos negativos más intensos
se esperaron donde las industrias a desactivar se loca-
lizaban en asentamientos con categoría de cabeceras
municipales, o muy próximos a ellas. En las provincias
orientales fueron los casos de Manatí y Jobabo, en Las Tu-
nas; Rafael Freyre y Frank País, en Holguín; y de Río Cauto,
Campechuela y Pilón, en Granma. En estos territorios es
comprensible que la creación de procesos productivos y
los retos de la creación de identidades ocupacionales re-
quieren de mayores esfuerzos.
En la década del 90, el oriente reforzó su condición
de emisor de población con dos corrientes de diferente
origen: una dirigida, formal, organizada, motivada por
la necesidad de recursos laborales para asumir tareas,
entre ellas, las constructivas, de seguridad, o de direc-
ción administrativa hacia varias provincias (la Ciudad de
La Habana con mayor incidencia); y la otra, espontánea,
inducida a nivel individual-familiar por varios móviles,
por ejemplo se destacan con más frecuencia, la propia
percepción de retraso y las aspiraciones de mejoras de
21 IPF: “Restructuración de la agroindustria azucarera.. .”, 2003, p. 17.
Fuente: INICA/MINA Z, IPF, 2003.
Fig. 4 Adaptabilidad de los suelos para caña por provincias.
Matanzas
Cienfuegos
La Habana
Pinar del Rio
Sancti SpíritusCamagüey
Ciego de Ávila
Villa Clara
Guantánamo
Santiago de Cuba
Las Tunas
Granma
Holguín
0,00 20,00 40,00 60,00 80,00%
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El oriente cubano. Entre rezagos y avances
vida, incluyendo las de autorrealización, no alcanzables
en sus lugares de origen o residencia, con intervención
de las llamadas cadenas migratorias.22 Se ha comproba-
do que este componente se frena a partir de 1997 y ha
sido interpretado como efecto del Decreto-Ley 217 que
regula la migración interna hacia la capital del país al irdisminuyendo de forma general, el movimiento migra-
torio y en particular, en la parte oriental.23
Cuatro décadas de trabajo para disminuir los desequili-
brios territoriales, consiguieron que, en especial en indi-
cadores de educación y salud, y de dotaciones de otros
servicios básicos, las provincias orientales se aproxima-
ran al resto de las provincias. Los logros en materia de
igualdad de oportunidades son evidentes y han sido
profusamente documentados en anuarios estadísticos
e investigaciones. Mientras, algunos indicadores econó-micos y sociodemográficos muestran las brechas inter e
intrarregionales. Continúa con baja productividad, como
la de más alta natalidad y fecundidad, la menos enveje-
cida, al tiempo que mantiene su condición de emisora
de población, sobre todo hacia el occidente, con pocas
excepciones como por ejemplo el municipio Moa.
Las reconfiguraciones resultantes de las nuevas políti-
cas de la organización productiva y social desplegadas
desde 1959 para enfrentar el desequilibrio territorial de
este territorio, ha logrado indudables avances, tal vez no
tan veloces como los que se esperaba, donde sin duda,
ha participado la historia de la construcción social de sus
espacios geográficos, los cambios de su estructura eco-
nómica, social y espacial en las últimas cinco décadas, y
componentes culturales, que aunque difíciles de dimen-
sionar, tienen que haber participado en la inercia de sus
dinámicas territoriales.
22 Migrantes asentados con anterioridad en otros territorios que
facilitan la llegada a ellos, de otros parientes o vecinos.
23 N. R. Montes, G. G. Lantigua y O. E. San Marful: Exploración sobre
las migraciones internas de las provincias y los municipios de Cuba,
2001.
Contextos del desarrollo en el oriente del país en elsiglo XXI. Heterogeneidad interna de la distribuciónde recursos naturales y población
La región oriental posee el relieve más accidentado de
Cuba y contiene dos de sus cuatro sistemas montañosos:las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba tie-
nen más de la mitad de su superficie montañosa y la de
Holguín solo un poco menos; mientras en la provincia
Granma las áreas montañosas no superan el 30 % y el
área de la provincia de Las Tunas presenta relieves llanos
y ligeramente ondulados (Fig. 5).
Los suelos valorados como muy productivos y produc-
tivos apenas alcanzan el 15 % en Guantánamo, aproxi-
madamente el 25 % en Holguín y Granma, y poco más
del 30 % en las provincias de las Tunas y Santiago deCuba; cuando en provincias occidentales como La Ha-
bana y Matanzas, superan el 50 %. Por otra parte, más
del 70 % de los suelos en la región oriental tienen agro-
productividad baja, sin embargo en la occidental apenas
llega al 40 %. Los procesos de deterioro del recurso tierra
son notables y en ella se concentra el 55 % de la super-
ficie afectada por la salinización en el país, el 42 % de la
superficie afectada por erosión y el 65 % de las áreas de
muy fuerte y fuerte erosión de Cuba. 24
Los recursos hídricos subterráneos son muy escasos, con-
trastan con la abundancia de los superficiales; la provincia
Granma contiene la mayor área de la cuenca hidrográfica
del Cauto, que es a su vez la más extensa de Cuba, y su
llanura aluvial tiene numerosas restricciones productivas
por los procesos de erosión, salinización y vulnerabilidad a
las sequías e inundaciones. En la cuenca de río Toa, el más
caudaloso del país, viven menos de 20 000 habitantes y
ciudades de importancia regional o nacional se encuen-
tran a relativamente grandes distancias de estas fuentes.
Se considera que menos del 40 % de los recursos hí-
dricos disponibles son aprovechables y representan sólo
el 25 % del total del país; como consecuencia de ello, el
menor volumen de agua disponible por habitante está
en este territorio. Los favorables resultados de la regu-
lación hídrica con la construcción de embalses en todas
las provincias, se ven afectados por intensas sequías que
reducen, periódicamente, los volúmenes disponibles
24 PMA, IPF 2001.
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Luisa Íñiguez Rojas
para el abasto de agua a la población y a actividades
productivas. El riesgo de sufrir de sequías es alto y muy
alto en gran parte de las provincias de Las Tunas y Hol-
guín, norte y extremo este de la provincia Granma y sur
de la provincia de Guantánamo reportados como de al-
tos índices de aridez climática. 25
En contraposición, el paso de eventos meteorológicos
extremos ha elevado, temporalmente, la disponibilidad
de agua y los volúmenes embalsados, y han causado
graves daños económicos y sociales, con pérdidas millo-
narias en infraestructuras productivas, de servicios y en
especial en el fondo de viviendas. Como característica
de la excelente estructura de respuesta ante desastres
es, cuidadosamente atendida la población que es afec-
tada por estos eventos, y salvo contadas excepciones,
no se producen pérdidas de vidas humanas. De los 14
eventos que han azotado al país desde 1959, seis de ellos
afectaron las provincias orientales, el último, el huracán
llamado Ike, transitó por este territorio en el 2008.26
25 Ibídem.
26 G. L. Ramos: Huracanes. Desastres Naturales en Cuba, 2009.
El riesgo de sequías y la necesidad de riego resultan de
la variabilidad climática del país, y fueron enfrentados
con logros demostrados desde1959, con acciones exito-
sas desde la creación del Instituto Nacional de Recursos
Hidráulicos en 1962, cuando inspirado en un movimiento
denominado “voluntad hidráulica” se desarrolló un in-
tenso programa de regulación fluvial; otras acciones no
pudieron ser mantenidas por la escasez de recursos como
las referidas a la lluvia provocada, mientras las relacio-
nadas con la construcción de acueductos, la mejora del
abastecimiento de agua a la población, y la construcción
de redes infraestructurales para el riego avanzaron sin
conseguir satisfacer las demandas, algunas históricas y
otras recientes.
Ninguna de estas condicionantes de su contexto geo-
gráfico es determinante para el aprovechamiento racional
de sus recursos naturales, pero es comprensible que im-
ponen una elevada disponibilidad de recursos humanos
preparados e inversiones de montos considerables.
La superficie agrícola en relación total con las provincias,
muestra notables diferencias asociadas con el relieve. Para
el 2008, los valores más elevados se registran en Las Tu-
nas y los más bajos en Guantánamo; mientras Santiago de
Fuente: Modelo digital de elevación obtenido del SRTM* USGS Servicio Geológico de EEUU 2003, Mapa 1:250000,GEOCUBA.
Fig. 5 Mapa de relieve de Cuba.
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El oriente cubano. Entre rezagos y avances
Cuba y Holguín se destacan por sus mayores porcentajes
de superficies cultivadas. A excepción de la provincia de
Granma, en el resto predominan las superficies bajo cul-
tivos permanentes y las plantaciones de caña de azúcar
tienen notable peso en las provincias de Las Tunas, la más
llana y eminentemente azucarera, seguida de Holguín. Porotra parte, en Guantánamo y Santiago de Cuba el peso
mayor lo tienen las plantaciones de café (Figs. 6 y 7).
Una dramática situación se aprecia en cuanto a las su-
perficies cultivadas bajo riego que representa menos del
5 % de la superficie cultivada en todas las provincias, a
excepción de Granma algo superior, pero que no alcan-
za el 10 %. Es esta la única provincia donde los cultivos
temporales sobrepasan a los permanentes, a expensas
del cultivo de arroz que es tradicional en estos espacios
(Fig. 8).En el presente siglo la población oriental ha experimen-
tado pocas variaciones. Entre el 2000 y el 2008 se obser-
van incrementos de casi 7 000 y hasta 15 000 habitantes a
excepción de la provincia de Holguín, que crece en poco
más de 20 000 habitantes. Para el año 2008, las provincias
de Santiago de Cuba y Holguín con valores muy próximos
superaban al millón de habitantes; Granma y Guantánamo
poseían poco más de 500 000 y Las Tunas ocupaba una
posición intermedia con más de 800 000 habitantes (Fig. 9).
Los municipios del territorio (Fi. 10) oriental manifiestan
la mayor amplitud en la cantidad de población entre re-
giones del país. Para el 2008, el municipio de Caimanera
registraba poco menos de 11 000 habitantes y Santiago de
Cuba el más poblado de Cuba, más de 490 000 habitantes.
Fuente: Anuario Estadístico territorial 2008, ONE, 2009.
Fig. 7 Distribución de las superficies de cultivos permanentes y
temporales por provincia.
Fuente: Anuario Estadístico territorial 2008, ONE, 2009.
Fig. 8 Principales cultivos permanentes por provincia.
Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, ONE, 2009.
Fig. 9 Población de las provincias orientales 2008.
La Tunas
Guantánamo
Santiago de Cuba
Holguín
Granma
0%
Superficie con cultivos permanentes Superficie con cultivos temporales
40%20% 60% 80% 100%
Superficie con caña de azúcardel total con cultivos permanentes
Superficie con cafédel total con cultivos permanentes
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
L a s T u n a s
H o l g u í n
G r a n m a
S
a n t i a g o d e C u b a
G u a n t á n a m o
%
Población total 2008
1 200 000
1 000 000
800 000
600 000
400 000200 000
0
G u a n t á n a m o
L a s T u n a s
G r a n m a
H o l g u í n
S a n t i a g o d e C u b a
N ú m e r o d e p e r s o n a s
Fuente: Anuario Estadístico territorial 2008, ONE, 2009.
Fig. 6 Superficie agrícola y cultivada por provincias.
La Tunas
Granma
Santiago de Cuba
Holguín
Guantánamo
0,00
Superficie cultivada de la agrícola Superficie agrícola
40,00%
20,00 60,00 80,00
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Luisa Íñiguez Rojas
El 53 % de los municipios tienen menos de 50 000 habitan-tes, el 30 % entre 50 000 y 94 000 y el 17 % más de 100 000
habitantes, integrado por nueve municipios27 que concen-
tran la mitad de la población total del oriente.
Mientras el país registra un 75 % de población urbana, las
provincias orientales se mantienen como las más rurales,
con diferencias interprovinciales que apenas superan el
10 % y la más urbana Santiago de Cuba en el 2008 (según
los últimos datos disponibles alcanzaba el 69,47 %) (Fig. 11).
No obstante, como prueba del incremento de la hete-
rogeneidad intraterritorial al descender a unidades sub-
nacionales de segundo nivel (54 municipios), se aprecia
una elevada diferenciación de la relación entre pobla-
ción urbana y rural, con municipios que superan el 80 %
de población rural o con menos de 20 % (Fig. 12).
El 57 % de los municipios del oriente del país tiene sólo
uno o dos asentamientos urbanos, y el 41 % entre tres y
seis. Los municipios de Yara, en la provincia de Granma
y Mayarí, en la de Holguín registran siete asentamientos
urbanos. Por el contrario, los asentamientos rurales son
muy numerosos, la mayoría de los municipios superan
los 50 asentamientos y las diferencias van desde tres en el
municipio Caimanera, en la provincia de Guantánamo, a
135 en el municipio de Holguín (Fig. 13).
En cifras absolutas, en el 2002 vivían en asentamientos
rurales poco más de 1 400 000 personas, y los montos ma-
27 Santiago de Cuba, Holguín, Guantánamo, Bayamo, Las Tunas,
Manzanillo, Palma Soriano, Contramaestre, Mayarí. Las cinco
capitales, dos ciudades de Santiago de Cuba, una de Granma y
otra de Holguín.
Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, CEPDE/ONE, 2009.
Fig.12 Distribución de la población urbana y rural en municipios
de las provincias orientales.
Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, CPDE/ONE, 2009.
Fig. 10 Población de los municipios de las provincias orientales.
Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, CEPDE/ONE, 2009.
Fig.11 Distribución de la población urbana y rural en las provin-
cias orientales 2008.
C a i m a n e r a
M a n u e l T a m e s
Y a t e r a s
C a u t o C r i s t o
S .
A n t o n i o d e l S u r
P i l ó n
B u e y A r r i b a
C o l o m b i a
G u a m á
M e l l a
A m a n c i o
N i q u e r o
U r b a n o N o r i s
E l S a l v a d o r
R í o C a u t o
S a g u a d e T á n a m o
R a f a e l F r e y r e
B a r t o l o m é M a s ó
Y a r a
G i b a r a
B a n e s
S a n L u i s
S o n g o -
L a M a y a
C o n t r a m a e s t r e
M a n z a n i l l o
B a y a m o
H o l g u í n
Población total 2008
5 000 000
4 500 000
4 000 000
3 500 000
3 000 000
2 500 000
2 000 000
1 500 000
1 000 000
500 000
0
N ú m e r o d e h a b i t a n t e s
50%
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
%
% de población rural % de población urbana
Granma Guantánamo Las Tunas Holguín Santiago
de Cuba
100908070605040302010
0
%
Población urbana Población rural
M a i s í
S .
A n t o n i o d e l S u r
C a u t o C r i s t o
G u a m á
C a l i x t o G a r c í a
J e s ú s M e n é n d e z
B á g u a n o
T e r c e r F r e n t e
I m í a s
G u i s a
F r a n k P a í s
M a n a t í
S a g u a d e T á n a m o
B a r a c o a
N i q u e r o
c a c o c u m
J i g u a n í
S a n L u i s
P u e r t o P a d r e
M a n u e l T a m e s
P a l m a S o r i a n o
A m a n c i o
B a y a m o
C a i m a n e r a
L a s T u n a s
H o l g u í n
S a n t i a g o d e C u b a
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El oriente cubano. Entre rezagos y avances
yores de población rural, superiores a los 300 000 hab., se
encontraban en las provincias de Holguín, Granma y San-
tiago de Cuba (Fig. 14).
Una característica de particular significado en la dis-
tribución interprovincial del poblamiento es la diferen-
cia entre población urbana y rural, según áreas llanas y
montañosas. Las provincias de Holguín y Granma en los
inicios del presente siglo poseían, relativamente, poca
población rural en las montañas; mientras en Santiago
de Cuba y Guantánamo superaba la de los asentamien-
tos rurales en llanuras.
Aunque Santiago de Cuba poseía la mayor cantidad de
población rural montañosa, Guantánamo tenía el más
alto porcentaje de este tipo de poblamiento (28 % de
la total) y por otra parte, Holguín concentraba la mayor
cantidad de población rural llana. Este indicador poco
tratado es de suma importancia en el análisis y proyec-
ción del desarrollo territorial, en las dotaciones de recur-
sos y, en las oportunidades de desempeño existoso de la
gestión municipal (Fig.15).
El peso de la capital provincial en el total de la pobla-
ción es también una característica que diferencia el pobla-
miento de las provincias orientales, así Santiago de Cuba
y Guantánamo concentran más del 40 % de la población
total en sus capitales; un peso inferior tienen las capitales
de las provincias de Las Tunas y Holguín, y en Bayamo, la
capital de la provincia Granma sólo reside el 17 % de la po-
blación provincial. Esta diferenciación es totalmente de-
pendiente de la existencia de otras ciudades de importan-
Fuente: Anuario Estadístico Territorial 2008, ONE, 2009.
Fig.13 Distribución de asentamientos urbanos y rurales por municipios de las provincias orientales.
Fuente: Censo de Población y Viviendas 2002, La Habana, ONE.
Fig.14 Distribución provincial de la población rural en el 2002.
Fuente. Censo de Población y Viviendas 2002, ONE.
Fig.15 Distribución de la población de llanuras y montañas.
1 4 0 9
1 1 1 4
1 4 1 0
1 4 0 8
1 4 0 6
1 4 0 7
1 2 0 2
1 3 0 2
1 0 0 7
1 1 1 0
1 4 0 5
1 3 0 4
1 0 0 8
1 3 0 8
1 0 0 4
1 0 0 5
1 1 1 2
1 2 0 1
1 1 0 9
1 4 0 8
1 0 0 6
1 2 1 2
1 2 0 8
1 2 0 7
1 4 0 2
1 0 0 1
1 2 1 0
1 2 0 9
1 2 0 5
1 3 0 9
1 4 0 1
1 2 0 8
1 1 0 8
1 1 0 4
1 2 0 5
1 2 1 1
1 1 1 3
1 3 0 3
1 3 0 1
1 4 0 4
1 3 0 6
1 3 0 7
1 1 0 7
1 3 0 5
1 2 1 3
1 1 0 2
1 1 0 5
1 0 0 8
1 1 0 1
1 1 0 3
1 0 0 2
1 2 0 4
1 1 1 1
1 1 0 6
160
140
120
100
80
60
40
20
0
N ú m e r o d e a s e n t a m i e n t o s
Municipios rurales Municipios urbanos
0 100 000 200 000 300 000 400 000
Holguín
Granma
Santiago de Cuba
La Tunas
Guantánamo
Número de habitantes
350 000
300 000
250 000
150 000
50 000
0
L a s T u n a s
H o l g u í n
G r a n m a
S a n t i a g o d e C u b a
G u a n t á n a m o
Rural llano Rural montaña
n ú m e r o d e h a b i t a n t e s
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Luisa Íñiguez Rojas
cia en el territorio provincial, que en general, resultan de la
historia del poblamiento y de la tendencia de las corrientes
migratorias antiguas y más recientes (Fig. 16).
Los principales cambios en los patrones espaciales de
distribución espacial son el incremento del grado de ur-
banización, la concentración de población en capitalesprovinciales, y la relativa recuperación del poblamiento
en la montaña, como efecto de una política de estabili-
zación de la población y de atención a la producción y
los servicios, cuidadosamente implementada desde los
años ochentas del pasado siglo, mediante el Programa
denominado “Plan Turquino”, que también ha sufrido
los impactos negativos primarios y secundarios de la cri-
sis de los noventas. Mientras, el número de asentamien-
tos rurales de base productiva agropecuaria continúa
elevado, para concentrar más del 50 % de los totales delpaís, al igual que su población dispersa.
Ante estos patrones, aunque fuese minimizada la vul-
nerabilidad alimentaria municipal por autoabastecimien-
to local, continuaría actuando la complejidad que aporta
para el desarrollo económico y social territorial, el nece-
sario incremento de producciones agrícolas o pecuarias
destinadas a la comercialización intermunicipal, o incluso
intramunicipal, en el caso de extensos municipios, con o
sin elaboración industrial previa, a lo que se integran otros
necesarios intercambios sociales, para los cuales las redes
de comunicaciones y la disponibilidad de transporte con-
tinúan como factores decisivos.
Las provincias orientales comienzan el siglo con tasas
de crecimiento poblacional superiores a dos por mil
habitantes, que a partir del 2003 se frena para llegar,
incluso, a valores de cero o negativos, como en el caso
de las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba.
De forma similar, el crecimiento natural de la población
experimenta un descenso en la totalidad de las provin-
cias, con una cierta recuperación en los dos últimos años
analizados (Fig. 17).
A pesar de la disminución en las tasas de migración
desde finales de la década del noventa, todavía se man-
tienen negativas y las provincias orientales no revierten
su condición de emisoras de población. Aunque la per-
cepción de la población sobre la decadencia o el atraso
relativo en sus lugares de residencia, se refiere como uno
de los móviles de tal comportamiento, no se descuenta
el hecho de que a medida que se eleva el bienestar en
determinados aspectos básicos, las aspiraciones se mue-
ven hacia “necesidades” de otros bienes, que se perci-
ben como no alcanzables en los lugares de origen.
Entre el 2000 y el 2008, los saldos migratorios totales
son negativos en todas las provincias. Las tasas de sal-
do migratorio interno muestran diferencias notables. Sedestacan las más bajas y, relativamente, estables en Las
Tunas, caracterizada por los menores volúmenes de mi-
grantes en las últimas décadas, el descenso de los saldos
Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, CEPDE/ONE, 2009.
Fig. 17. Crecimiento poblacional 2000-2008 de las provincias
orientales.
Fuente: Anuario Demográfico de Cuba 2008, CEPDE/ONE, 2009.
Fig.16 Población en las capitales provinciales, 2008..
45
4 0
35
30
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10
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B a y a m o
H o l g u í n
L a s T u n a s
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%
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Las Tunas
Holguín
Granma
Santiago de Cuba
Guantánamo
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El oriente cubano. Entre rezagos y avances
negativos en la provincia Granma desde mediados de la
década y, el incremento en las provincias de Guantánamo
y Santiago de Cuba. Por otra parte, los saldos migratorios
externos mantienen un comportamiento interprovincial
más estable y similar entre provincias, a excepción de
las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba, querefuerzan su condición de principales emisoras de pobla-
ción en la región oriental del país (Figs. 18 y 19).
No obstante, llama la atención que en los municipios
donde se localizan las capitales provinciales, los comporta-
mientos migratorios son diferenciados. Pierden población
los municipios de Santiago de Cuba y Guantánamo y ga-
nan los de Las Tunas, Holguín y Bayamo (Fig. 20).
Algunos indicadores económicos evidencian una eleva-
da heterogeneidad territorial intraprovincial. En el 2002-
2008 se observan incrementos en el monto de inversionesen todas las provincias, en la que sobresale Holguín, privi-
legiada como hemos planteado por la localización de po-
los productivos priorizados (en el 2008 se localizaron cerca
del 40 % del total de las inversiones de la parte oriental
del país y en tres de sus municipios poco más del 90 % de
las inversiones medias de la provincia en el período). En el
resto, el valor de las inversiones es muy similar en todas las
provincias (Fig. 21).
En general, las inversiones se focalizan en los munici-
pios donde se localiza la capital provincial, la distribución
de las inversiones totales por provincia para el período
2002-2008, destaca a Bayamo con el 70 % del total de las
Fuente: Anuario Estadístico territorial Cuba 2008,ONE, 2009.
Fig. 19 Saldos migratorios externos de las provincias orientales
2001-2009.
Fuente: Anuario Estadístico territorial Cuba 2008, ONE, 2009.
Fig.18 Saldo migratorio interno de las provincias orientales 2000-
2008.Fuente: Panorama Territrorial Cuba 2008, ONE, 2009.
Fig. 21 Inversiones en las provincias orientales 2002-2008.
Fuente: Anuario Estadístico territorial Cuba 2008,ONE, 2009.
Fig. 20 Saldo migratorio de las provincias orientales y los muni-
cipios donde se localizan las capitales provinciales 2008.0,0
-1,0
-2,0
-3,0
-4,0
-5,0
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Las Tunas Holguín
Granma Santiago de Cuba
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Las Tunas Holguín
Granma Guantánamo
Santiago de Cuba
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Provincia Municipio donde se encuentra la capital provincial
L a s T u n a s
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700
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2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Las Tunas Holguín
Granma Santiago de Cuba
Guantánamo
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Luisa Íñiguez Rojas
inversiones de Granma, Santiago de Cuba con el 77 % y
Guantánamo con el 66 %. Constituye una excepción, el
municipio de Holguín donde se localizó menos del 40 %
de las inversiones, valor similar al obtenido por el munici-
pio Moa. En el municipio Las Tunas se concentra el 78,5 %
de las inversiones de la provincia para el año 2008.Las inversiones per cápita provinciales en el 2008,
muestran valores similares interprovinciales, de entre
200 y 250 pesos per cápita a excepción de Holguín con
poco más de 500 pesos (Fig. 22). Como se aprecia en el
mapa, la mayoría de los municipios registran menos de
200 pesos per cápita, mientras en el rango en que se en-
cuentran la mayoría de las provincias (entre 200 y 250
pesos), solo aparece el municipio de Imías en la provin-
cia de Guantánamo (Fig. 23).
Poseen las mayores inversiones per cápita, las capita-les provinciales y los municipios beneficiados por la lo-
calización de nuevos actores económicos, implicados en
el desarrollo minero-metalúrgico, así como el municipio
Niceto Pérez, vecino de la provincia de Guantánamo con
una función económica predominante agrícola.
Con el 30 % de los trabajadores promedio del país, en el
2008 la producción mercantil en las provincias de la parte
oriental representaba el 18 % del total nacional, con dis-
tancias interprovinciales que muestran a Guantánamo y
Las Tunas con los menores valores, más elevados y muy
próximos en las provincias de Granma y Santiago de Cuba,
y la provincia de Holguín bien distantes del resto (Fig. 24).
El promedio de trabajadores en el período 2001-2008
exhibe incrementos discretos con valores similares a las
provincias de Las Tunas y Guantánamo, y en Granma
y Holguín; mientras Santiago de Cuba presenta el más
elevado número medio de trabajadores por año. A pro-
pósito, llama la atención que el porcentaje de población
en edad laboral es muy homogéneo, alrededor del 60 %
para todas las provincias, con diferencias en el 2008, de
menos de un 2 %.
La evolución de la estructura del nivel educacional de
la población trabajadora 2001-2008, muestra disminución
en el porcentaje de los trabajadores con nivel primario
terminado o no, de aproximadamente un 10 % (sólo San-
tiago de Cuba está por debajo del porcentaje medio del
país). Coherente con ello, los trabajadores con nivel medio
superior y superior se incrementa en todas las provincias,
aunque solo Santiago de Cuba se destaca por encima de
Fuente. Anuario Estadístico Territorial 2008, ONE, 2009.
Fig. 24 Producción mercantil de las provincias orientales 2008.
1 178 a 4 424
306 a 560
200 a 250
16 a 181Pesos per cápita
Fuente. Anuario Estadístico Territorial 2008, ONE, 2009.
Fig. 23 Inversiones per cápita en los municipios de las provincias
orientales 2008.
Fuente: Panorama Territrorial Cuba 2008. ONE 2009
Fig. 22 Inversiones per cápita (en pesos) en las provincias orientales.
Holguín: 563,32
HOLGUÍN
SANTIAGODE CUBA
GUANTÁNAMO
LAS TUNAS
GRANMA
Santiago de Cuba: 243,10
Guantánamo: 239,19
Las Tunas: 218,33
Granma: 205,83
4 000 000
3 500 000
3 000 000
2 500 000
2 000 000
1 500 000
1 000 000
500 000
0
G u a n t á n a m o
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G r a n m a
S a n t i a g o
d e C u b a
H o l g u í n
Miles de pesos
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El oriente cubano. Entre rezagos y avances
la media del país y próxima a esta. Las Tunas y Guantána-
mo (Fig. 25) son, precisamente, las que presentan los más
bajos valores de la productividad del trabajo, calculada
sobre la base de la producción mercantil.
A excepción de la provincia de Holguín, en el resto se
obtienen las más bajas productividades entre las provin-cias del país. Entre el 2002 y el 2008, se amplía la brecha
que separa la productividad del trabajo de Holguín de las
demás provincias orientales, que por el contrario, tienen
un comportamiento relativamente homogéneo, con in-
crementos que apenas superan los 100 pesos (Fig. 26).
El sector que decide la productividad en la provincia
es el de explotación de minas y canteras, asociado a la
producción del polo minero-metalúrgico del nordeste
de oriente; en el resto de los sectores la productividad
se mantiene estable a excepción de la manufactureracon un mantenido y discreto incremento relativo. Por
otra parte, en la provincia de Guantánamo, la de más
baja productividad, los sectores también manifiestan un
comportamiento estable a excepción de incrementos en
el sector de industrias manufactureras y de electricidad,
gas y agua, con un descenso notable en el sector de ex-
plotación de minas y canteras, probablemente, asociado
a la extracción de sal.
¿Atraso o avances del oriente del país?Posibilismo versus determinismo geográfico
Variadas tramas de causas en el tiempo explican las dis-
tancias económicas y sociales entre el oriente y el resto
del país. Sin aceptar la teoría del determinismo geográfi-
co, no es posible dejar de considerar las condicionantes
de su geografía física y humana. Oriente fue antes de
1959, la más rica y la más pobre región del país, la que
ofrecía las mayores ventajas y las menores restricciones
para hacer sus territorios productivos, a costa de un
desarrollo desigual económico territorial y en especial,
social.
Las políticas del gobierno cubano a partir de 1959, con-
siguieron reducir la pobreza de su población y acercar
indicadores sociales de esta provincia y con posterioridad
de sus cinco provincias, a los del resto del país; no obstan-
te, las revoluciones económicas, sociales y espaciales en
este territorio enfrentaron más amplias restricciones que
en otros.
Un componente difícil de dimensionar, pero que con
toda probabilidad ha participado en la trama de sus
retrasos, es la insuficiente disponibilidad de recursos fi-
nancieros y laborales en general, y en particular, de los
recursos técnicos para asumir la dirección del desarrollo
productivo.
Fuente: Anuario Estadístico Territorial 2008. ONE, 2009
(Calculado sobre la producción mercantil)
Fig. 26 Productividad del trabajo en las provincias orientales
(2002-2008).
Fuente. Anuario Estadístico Territorial 2008, ONE, 2009.
Fig. 25 Trabajadores de las provincias orientales con nivel medio
y medio superior.
75
70
65
60
55
50
45
40
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Las Tunas
Holguín
Granma
Santiago de Cuba Cuba
Guantánamo
18 000
16 000
14 000
12 000
8 000
6 000
4 000
2 000
0
Miles de pesos por trabajador
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Las Tunas
Holguín
Granma
Santiago de Cuba
Guantánamo
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Luisa Íñiguez Rojas
La escasa posibilidad de irradiación de las ventajas
de localización de los actores económicos nuevos o
reanimados desde mediados de la década del 90, mar-
can hasta la actualidad, una disparidad en varios indi-
cadores económicos y demográficos analizados, como
la distribución de inversiones, o los saldos migratorios,sin contar con efectos no cuantificables pero visibles, de
incremento de la heterogeneidad espacial de dimensio-
nes de vida, aún dentro de provincias como Holguín e
incluso al interior de sus municipios.
Las iniciativas de desarrollo territorial en el oriente
asumen la elevada heterogeneidad interna de la distri-
bución de sus recursos naturales y humanos. En la geo-
grafía de sus provincias se alternan extensas montañas
y extensas llanuras, intensas lluvias e intensas sequías,
abundantes recursos hídricos en algunas llanuras y mon-tañas, y escasez casi total en otras. A lo que se une, la
mayor concentración de población en ciudades grandes
del país y el porcentaje más alto de población en asenta-
mientos rurales; las plantaciones de caña y la producción
azucarera que la acompañó desde su apertura econó-
mica, con la explotación de yacimientos minerales de
significado mundial de un lado, y de otro, el implacable
factor “precio” de ambos en el mercado internacional. Y,
asimismo, entre una parte de su población que permane-
ce y se reproduce según sus referenciales de vida, con ele-
vado sentido de pertenencia e identidad y otra, que con
esos mismos sentimientos, abandona este territorio, con
o sin condiciones para ser acogidos en otros, en espera
de mejorar sus vidas.
El Plan Especial de apoyo económico a organismos de
las provincias orientales implementado por el Ministe-
rio de Economía y Planificación, u otro tipo de ayuda o
subvención, tal vez ni a corto ni a mediano plazo podrá
ser eliminado para algunos de sus municipios más depri-
midos. En consonancia, la colaboración internacional en
la última década direccionada con prioridad hacia estas
provincias, y que actúa en más de la mitad de sus muni-
cipios, probablemente continuará.
Otra posibilidad menos destacada y complementaria
estaría en, fortalecer la práctica de la horizontalidad es-
pacial, entendida como apoyo y cooperación intra e in-
terterritorial, en la que, entre municipios, asentamientos
y, otras estructuras productivas más o menos favoreci-
das por sus recursos naturales, infraestructurales y hu-
manos, vecinos o no, se fomente la complementariedad
y se formen agregados territoriales que favorezcan la
cohesión y la solidaridad territorial.
Repensar el oriente del país exige ir más allá de los lími-
tes municipales o provinciales, que como se conoce son
recortes territoriales que pueden cambiar, ampliarse, re-ducirse en área o hasta desparecer para integrarse a otro
vecino, y transitar escalas, de forma que se ascienda en
algunos casos hasta la escala supranacional, para de nue-
vo descender al lugar, a los asentamientos poblacionales.
Mirar al interior de los municipios y hacia fuera de ellos,
procurando identificar posibles regiones geográficas y
económicas, ahora con o sin contigüidad, que incluso
pueden atravesar las actuales fronteras provinciales.
Agregar y no pulverizar acciones, y nunca menospreciar
la presencia de múltiples condicionantes históricos yrecientes, atrapados en la memoria de sus espacios geo-
gráficos, porque están en ellos las fuerzas inquietas o
tranquilas que deben levantarse para conseguir avances
económicos necesarios, sin lastimar los logros alcanza-
dos en el ámbito social.
En el futuro del oriente del país podemos imaginar a
la gran llanura del Cauto recuperada con predominio
de una organización espacial de elevada productividad
ganadera y arrocera; el oeste de la actual provincia de
Holguín rescatando su condición de granero del país;
reanimadas las áreas cañeras y diversificada y moder-
nizada la economía azucarera en sus llanuras; sus mon-
tañas y premontañas convertidas en fuertes regiones
cafetaleras o cacaoteras, y con un potente desarrollo de
industrias procesadoras asociado a ellas.
Visualizaríamos también la reducción de los saldos mi-
gratorios negativos y, la estabilización de la población,
el incremento de la producción, de la productividad, y el
mantenimiento de la calidad de la cobertura de servicios
básicos, y muchos más componentes de escenarios de
avances, que deberán evitar a toda costa los retrocesos.
Tal vez sea esta región la más atrasada de Cuba, como
de forma comparativa se señala al sur de Italia, de los Esta-
dos Unidos de América y de España, o el norte de Argen-
tina o el nordeste de Brasil; pero de lo que estoy segura es
que la parte oriental sufrió, crudamente, los resultados del
desarrollo desigual capitalista, cuyas honduras no podían
rellenarse en cincuenta años, y, que en su situación social
actual no es posible descontar errores en la planificación
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El oriente cubano. Entre rezagos y avances
económica del territorio, e incluso deterioros ambientales
resultantes de ellos, ni tal vez, la insuficiente atención que
se le prestó en esta parte del país a barreras más subje-
tivas o menos tangibles, que exigían programas o pro-
yectos más detallados que redujeran las diferencias entre
intenciones, acciones y resultados.Oriente sin determinismo geográfico ha de anclarse
en el posibilismo que aportan sus recursos naturales y
humanos para ser de nuevo un territorio rico, producti-
vo; pero esta vez interesado en el progreso social que se
ha alcanzado, para aproximarse al verdadero desarrollo
a escala humana y territorial.
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