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MODELO PEDAGÓGICO UNIVERSIDAD MANUELA BELTRÁN
Presentación
El modelo pedagógico de la Universidad Manuel Beltrán se constituye en una
construcción conjunta y dinámica de la comunidad universitaria que recoge los
principios fundadores de la Universidad, las concepciones implícitas en la visión y
misión institucional y los propósitos de formación inherentes a los procesos de
enseñanza y aprendizaje. Es a través del Modelo Pedagógico que son organizados y
ordenados los diversos aspectos de la vida educativa y la transformación del sujeto
a través del saber, en relación con un principio teleológico que asegura su
coherencia, organización y la adquisición del conocimiento.
El modelo pedagógico de la UMB propende por el desarrollo humano, que en lo
esencial busca promover que el hombre en cuanto individuo haga de sí lo mejor
posible, y a partir de su libre decisión construya su proyecto de vida de forma
consecuente con sus ideales y con el entorno socio-cultural que lo rodea; desde lo
colectivo a través de la democratización del conocimiento se busca que todos los
sujetos puedan acceder a el en igualdad de condiciones, de interpretarlo y desde
una postura reflexiva sobre su entorno, interiorizar conocimientos y saberes que lo
habilitan para la participación activa del mundo de la cultura, de sus avances y
transformaciones, así como la continua construcción de su realidad social.
En el Modelo Pedagógico confluyen las diferentes concepciones tanto filosóficas,
pedagógicas, epistemológicas y axiológicas que orientan las acciones de formación
llevadas a cabo por la institución, se dirige así al desarrollo de ambientes de
aprendizaje que posibiliten la autonomía, el respeto a la diversidad cultural y la
construcción de la identidad propia a través de estrategias flexibles, integradoras y
dinámicas que conducen a la interacción entre el docente y estudiante en torno a
los objetos de conocimiento, además de confrontar y dar respuesta a los desafíos
de la sociedad globalizada y en constante cambio, enfrentando de forma
responsable los momentos actuales de crisis, los conflictos, la destrucción del medio
ambiente, y la desigualdad social.
El modelo pedagógico de la UMB busca desarrollar la concepción de la “universidad
empresa”, como una postura de principio que pretende la formación de
profesionales que aporten desde sus distintos campos de formación al desarrollo del
país. Así, desde esta visión se entiende como “empresa del conocimiento” que
tiene como tarea compleja emprender la acción dinámica del sujeto-saber para su
transformación y la de su contexto, en una relación naturaleza-sociedad que dé
respuesta a las exigencias de la ciencia y la tecnología en el marco de la
globalización. Es de esta manera que la institución con el concepto “universidad
empresa” busca que sus estudiantes por medio de estrategias interdisciplinarias y
emprendedoras sean ciudadanos preparados para actuar y pensar en el mundo
actual.
ENFOQUE PEDAGÓGICO
CONCEPCIÓN PEDAGÓGICA
La educación como una práctica social que le permite al sujeto el acceso a las
estructuras del conocimiento, es legada a quienes creemos que de ella depende el
desarrollo tanto individual como colectivo. A través de ella deben hacerse
democráticas las relaciones humanas al posibilitar en igualdad de condiciones la
participación del sujeto en los avances del conocimiento, la ciencia y la tecnología.
Es tarea fundamental de la educación, convertirse en aquella mediación entre el
sujeto en construcción y la cultura, esta ultima constituida por todos aquellos
signos, símbolos, dogmas, paradigmas, ideales y sabéres que nos identifican con un
colectivo y cuya integración nos hace sentir parte de un todo y a la vez nos vincula.
Se constituye así en la herramienta esencial que recoge los cambios por los que
atraviesa la sociedad actual y en la que sus prácticas y acciones como producto de
la reflexión, dan cuenta de la participación y papel asumido por las Instituciones de
Educación Superior en el desarrollo social del país. Sus acciones propician así, la
inserción activa de los profesionales egresados en la estructura cultural globalizada,
y la posibilidad a partir de la formación para el pensamiento crítico, de construir
conocimiento innovador acorde a las necesidades del contexto.
Las practicas educativas en la UMB propician que el sujeto epistémico logre un total
dominio de su existencia mediante el conocimiento y reflexión sobre las leyes que
rigen la naturaleza y alcance su emancipación por el conocimiento, solo así la
educación se erigirá como una práctica democrática en la que todos se hallen en
igualdad de condiciones y el sujeto libre al separarse del orden representativo que
existe, se atreva a proponer un nuevo orden y dar así el primer paso a las
transformaciones que requiere la sociedad.
La educación como proceso socializador debe asegurar la transmisión de los
saberes y conocimientos culturales, está llamada a la formación de sujetos libres y
autónomos capaces de responsabilizarse de sí mismos como único ejercicio de su
humanidad, en el que el reconocimiento de sí mismo y del otro le permita actuar de
manera consecuente y vincular el lenguaje de la critica a la posibilidad de cambio,
lo que implica que el sujeto a partir del conocimiento y reconocimiento de su
entorno, pueda formar una visión critica sobre su situación; donde los espacios
académicos pasan a ser escenarios multiculturales en los que confluyen las
múltiples subjetividades y cada cual se individualice desde una postura critica y
reflexiva sobre lo que le rodea.
Aportes del Problematicismo Pedagógico
A través de esta concepción se busca realizar un ejercicio integrador que supere las
diferencias entre los diversos discursos pedagógicos, permitiendo asimilar y
redimensionar antiguos desarrollos teóricos y brindando estructuras complejas
que vinculan de manera orgánica ciencia y filosofía, siendo un modelo interpretativo
y operativo de los procesos educativos de carácter pluralista e interdisciplinario en
búsqueda de la universalidad y la complejidad de la teoría y praxis educativa,
alejándose de los dogmatismos, y haciendo uso de diferentes enfoques para
reflexionar la realidad educativa: trascendental, dialéctico y fenomenológico.
Trascendental: Pretende visualizar las contradicciones de la experiencia educativa
(tradición-innovación, individuo-sociedad y naturaleza-cultura) buscando la
pluralidad y universalidad en la concepción pedagógica implícita en los procesos
formativos de la universidad, así como el reconocimiento de la complejidad que
caracteriza toda practica educativa.
Dialéctico: Se parte por reconocer que el acto educativo es por naturaleza dinámico
y cambiante, por consiguiente la reflexión como posibilidad de transformación se
constituye en una premisa fundamental que orienta la experiencia educativa.
Fenomenológico: Para el reconocimiento de la complejidad del acto educativo es
necesaria la observación sistemática que permite identificar y develar los múltiples
aspectos (históricos, psicológicos, lingüísticos, culturales, etc) que se vinculan a la
experiencia de educar.
Aportes del Modelo por Proyectos
Con el propósito de permitir elementos operativos al proceso educativo del modelo,
se hace uso del enfoque por proyectos en que el conocimiento se sitúa en un
contexto de aprendizaje enriquecido, donde el sujeto de conocimiento y para el
conocimiento no se somete a la postura absoluta e irrefutable de lo conocido, sino
que entra en movilidad a través de diversas habilidades y saberes a fin de poder
construir. Existe un conocimiento base, del cual se desprende el juego de
intervenciones y acciones necesario para hacer factible el modelo, pero el grueso de
los conceptos son investigados por los estudiantes como parte del proceso de
elaboración de los proyectos.
Esta concepción tiene como fundamento la necesidad de que el estudiante
construya el conocimiento a partir de su contacto e intervención sobre la realidad,
la cual le plantea de forma permanente retos y problemas sobre los cuales deben
generarse inquietudes que operan como iniciativas de investigación y
transformación del contexto. En este sentido la concepción de modelo por proyectos
permite situar la teoría al interior de la practica, las cuales por su dinámica
constante se retroalimentan en una doble vía y en ascendencia en forma de espiral,
es decir, la teoría en el eje central rodeada por las múltiples particularidades de la
realidad evidenciadas en practicas que la contextualizan y que permiten una visión
cada vez mas compleja.
Base Epistemológica del Modelo Pedagógico
El modelo pedagógico de la UMB parte de considerar el conocimiento como una
estructura ascendente, determinada por la relacion y accion del sujeto sobre su
entorno que parte de lo particular y en ascendencia en forma de espiral permite la
produccion de conocimiento con base en la accion o intervencion del sujeto sobre el
contexto, fundamentado en la teoria que recoge los fenomenos o hechos que se
observan.
En este sentido las practicas educativas dentro de la universidad tienen como punto
de partida el contacto del estudiante con la realidad la cual le presenta una serie de
problemas, que operan como inquietudes de indagacion y necesidad de produccion
de conocimiento pertinente, que le permiten al sujeto una interaccion mas efectiva
con su entorno y sobre esta dinamica el conocimiento se estructura como evolución
que faculta al sujeto para una participacion activa en los avances y
transformaciones del mundo de la cultura.
ENFOQUE METODOLÓGICO
Las prácticas pedagógicas en la UMB se caracterizan por una participación activa de
docentes y estudiantes en la construcción dinámica, creativa y critica de los objetos
del conocimiento propios de la formación general y disciplinar, participación que se
refleja en cuatro aspectos fundamentales:
- El estudiante como eje del acto educativo debe ser participante activo de su
propio proceso de aprendizaje.
- Estudiante y Docente participan en conjunto de la construcción del
conocimiento.
- Las experiencias educativas deben ser significativas para el estudiante en la
medida que tienen como punto de partida la realidad.
- Los procesos de enseñanza y aprendizaje se orientan a fortalecer el sentido
crítico y la visión transformadora del sujeto (Docente-Estudiante).
Los conocimientos pertinentes y relevantes responden a un concepto de democracia
participativa y abierta, a criterios éticos y estéticos, al desarrollo científico y
tecnológico, enmarcados en un ambiente de logro y felicidad que permite el
crecimiento personal y de la comunidad en una sociedad altamente competitiva.
Por esta razón, es responsabilidad de la docencia investigar el proceso educativo,
en este sentido profesores (maestros) y estudiantes se obligan a examinar los
objetivos, los contenidos y las estrategias didácticas; en esta perspectiva se
desarrollan procesos de investigación acción protagónica entendida como todas
aquellas acciones de sistematización e investigación de la practica docente que
aspiran a perfeccionar la mirada del maestro sobre su quehacer a través de la
reflexión y la acción y que configuran la praxis educativa.
En particular los docentes poseedores de una practica que acredita su condición,
requieren investigarla para auto perfeccionarla; el rol preferible el deseado, les
permitirá mirar en retrospectiva su experiencia, sistematizarla, analizarla y
reconstruirla con el propósito fundamental de cualificarse, teniendo presente que
en este proceso se involucra su propio plan de vida y así potenciar su capacidad
de persuadir a los alumnos para que asuman su formación como un proceso de
construcción de la autonomía. Un aprender haciendo que le permita saber ser; que
lo integre al mundo global con una visión de liderazgo en si mismo y en su entorno;
que la autodisciplina y la responsabilidad le permitan asumir el rol de estudiante
con una mirada llena de satisfacción por los logros paulatinos que le conducirán en
el camino esforzado de construcción de valores sociales y adquisición de
conocimientos.
En la práctica esto significa la construcción de unos planes de curso congruentes
con la política de formación de la UMB; flexibles por que permiten al estudiante
avanzar según sus propios ritmos apoyados en las tecnologías de información y la
comunicación, que aseguran la dinamicidad en los procesos académicos y la
innovación en las estrategias de enseñanza y aprendizaje. Así mismo, en la tutoría
como estrategia de la acción docente que permite la individualización en los
procesos de enseñanza para así reconocer la particularidad del estudiante y en
estrategias novedosas que le garantizan un transito feliz en el aprendizaje.
Dinámicos porque centrados en los estudiantes contemplan sus presaberes y
permiten que los significados nuevos respondan a sus expectativas y se ajusten de
manera variable a su capacidad y de manera cooperativa apoyados en el grupo
puedan superar los obstáculos enriqueciéndose mutuamente. Admitiendo y
respetando la mirada critica que los individuos, los subgrupos y la comunidad
tengan sobre el proceso, propiciando la reconstrucción, la reevaluación y todas las
estrategias posibles para asegurar la efectividad en las acciones educativas.
En un mundo globalizado caracterizado por la incertidumbre lo inesperado también
requiere creatividad; en este sentido la didáctica, entendida como la reflexión
implícita en los planes de curso sobre las condiciones reales del sujeto del
conocimiento, posibilita particularizar los ritmos de aprendizaje y atender a los
requerimientos propios de las condiciones individuales. Lo importante es que en la
investigación de su propia experiencia, en la sistematización de la práctica, de
manera interdisciplinar se develen los estilos o supuestos implícitos en que cada
docente obtiene mejores resultados, y ajuste las estrategias a las particularidades
propias del curso que orienta y favorezca el aprendizaje autónomo.
En la tarea de administrar el proceso educativo los docentes pueden apoyarse sin
perder su identidad en nuevas tecnologías, las TICS permiten cualificar el proceso,
pero estas no deben reemplazar la orientación individual y la asesoria personal de
las tutorías; las particularidades de los estudiantes en lugar de convertirse en
barrera pueden aprovecharse en beneficio de todos, es preciso evitarles que
tropiecen con problemas insolubles, no significando esto que se eluda las
dificultades, por el contrario, reconociendo en ellas una oportunidad de
perfeccionamiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Integración Académica
El quehacer educativo de la institución promueve un sistema de integración de los
procesos académicos, con el fin de garantizar la calidad en las estrategias de
formación en la UMB y unificar los criterios en busca de la coherencia entre las
acciones y procesos de cada área con las políticas institucionales. Se consolida el
uso de las tecnologías como innovación pedagógica en los procesos académicos
permitiendo que la información vuelta saber, fluya por los canales de comunicación
institucional.
Los procesos académicos se definen como las estructuras metodológicas y
operativas del Modelo Pedagógico que recogen en esencia los principios de la UMB y
los componentes del Proyecto Educativo Institucional. Los procesos académicos dan
cuenta de la gestión del Modelo Pedagógico en la cotidianidad de las prácticas
educativas de la universidad, permitiendo a través de los canales de
retroalimentación que el modelo se constituya como una construcción dinámica,
reflexionada a partir de la experiencia. En este sentido la institución implementa un
sistema de evaluación centralizada, que tiene como propósito unificar los criterios
de valoración de los aspectos relativos a la actividad académica, a partir de un
análisis de carácter interdisciplinar que aporten al desarrollo curricular información
que retroalimente el proceso y favorezca el diseño e implementación de estrategias
de auto-perfeccionamiento.
ENFOQUE CURRICULAR
Estructuras Curriculares, flexibilidad y pertinencia
Entendida la flexibilidad curricular como un proceso de apertura y
redimensionamiento de la interacción entre las diversas formas de conocimiento
(Objetos de Aprendizaje) que constituyen el currículo. Articula el desarrollo del
conocimiento con la acción, hacia una mayor interdependencia entre el saber y el
saber hacer, fomentando la capacidad de decisión del estudiante sobre la selección
y combinación de contenidos y planes de trabajo, así como sobre las secuencias o
rutas y ritmos de su formación. La flexibilidad se evidencia por tanto en la
multiplicidad de opciones complementarias de formación en cada área del plan de
estudios, con metodologías diversas y entendidas como un valor agregado al plan
de estudios dada la calidad de las actividades, de sus docentes y de las
metodologías utilizadas, al igual que de los resultados obtenidos.
Las estructuras curriculares de la UMB responden a los principios de flexibilidad e
innovación acorde a los avances de la ciencia y la tecnología, su organización y
distribución corresponde con las estructuras lógicas del conocimiento, en el que se
parte de lo simple como fundamento, para el desarrollo posterior de estructuras
complejas de pensamiento. Diseños curriculares que permiten el abordaje
multidisciplinar de conocimientos básicos, pertinentes a la formación profesional en
los diferentes programas, y estimulan la movilidad académica para que nuestros
estudiantes puedan acceder y desenvolverse de manera eficaz en diversos
escenarios.
Los Planes De Curso
Los planes de curso como el instrumento que permite la organización de la práctica
pedagógica, responden a los objetivos fundamentales de conocimiento para cada
curso y su correspondencia con la estructura curricular a la cual aportan.
Los planes de curso se fundamentan en el desarrollo de competencias:
Cognitivas que favorezcan la capacidad de aprender, analizar, discernir y
el desarrollo de estructuras conceptuales complejas que habiliten al
estudiante para elaborar cadenas de razonamiento, estructuras
argumentativas y conexiones entre conceptos.
Investigativas que se estimulan desde los procesos de investigación en el
aula y se fomentan en el ámbito educativo desde la observación cotidiana y
el registro, hasta la teorización y la construcción de saberes nuevos.
Comunicativas mediante las cuales el estudiante adquiere las herramientas
y destrezas que le permiten expresar su propio pensamiento, comprender y
ser comprendido, establecer relaciones sociales articulando sus realidades
internas con el entorno social, de manera general perfeccionar las destrezas
para comunicarse en forma verbal y escrita así como interpretar,
argumentar y proponer a partir de la lectura sobre la realidad y los
mensajes y expresiones de sus interlocutores.
Socio-afectivas que le permitan ser competente para trabajar en grupo,
manejar las tensiones emocionales, relacionarse con los otros, con el mundo
y con su ser íntimo.
El Estudiante, Eje Central Del Proceso Educativo
El estudiante Manuelista se caracteriza por ser el protagonista central de su proceso
de formación, está obligado a comprometerse de manera crítica en la construcción
de su propia identidad, fundada en la formación en valores, en la autodisciplina y
responsabilidad. El estudiante se constituye en eje fundamental de las acciones
educativas implementadas por la Universidad, en el cual a partir de una concepción
integral de lo humano se busca fortalecer las habilidades de interacción social que
lo posibiliten para una participación activa al interior de su comunidad, con
capacidades de liderazgo, prospectiva y compromiso con su desarrollo personal y
colectivo, que le permitan estar en constante vigencia y evolución.
El Docente Manuelista Protagonista De La Acción Pedagógica
El docente de la Universidad Manuela Beltrán se caracteriza por ser un intelectual
transformador que esta en permanente reflexión y perfeccionamiento de su
práctica, para quien el análisis del macro-contexto y micro-contexto que le rodea se
constituye en el principal insumo de orientación de sus acciones, las cuales a su vez
tienen como punto de partida el reconocimiento del rol actual de la docencia al
interior de las instituciones, las implicaciones sociales de su ejercicio y el impacto
de los cambios socio-culturales sobre las estructuras educativas y dinámicas
propias de la institución.
En este sentido, el docente Manuelista identifica en los procesos de formación una
estructura dinámica, que a partir del reconocimiento de las condiciones actuales
ubica su quehacer como una acción social puesta al servicio de la colectividad, es
decir, que parte de lo social y a la vez allí debe retornar. La docencia debe integrar
los avances de la ciencia y el conocimiento y los desarrollos en las tecnologías de la
información y comunicación en beneficio de la cualificación y pertinencia de su
quehacer. El rol que asume el docente Manuelista implica que su distinción deja de
ser la posición arbitraria del conocimiento para adentrarse en el plano de mediador
y conciliador, no sólo entre el estudiante y el conocimiento sino entre las múltiples
subjetividades presentes en el discurso. Los procesos de enseñanza deben darle el
valor necesario al lenguaje, cuestionarse por su fin y objeto e interesarse por la
comprensión más allá del código, reconocer en el conocimiento una estructura
cambiante cuya asimilación depende de quien conoce y de su deseo de conocer,
deseo que se vincula a lo motivante y seductor de lo que se aprende y de cómo
seduce quien enseña. Es tarea docente lograr que su estudiante se enamore del
conocimiento y sea feliz en el aprendizaje, debe potenciar capacidades y desarrollar
fortalezas que aseguren un saber hacer en contexto, o en términos modernos, ser
competente.
En este sentido se hace necesario especificar que la sistematización de la
enseñanza más que reducirse a la estructura formal al interior del currículo y plan
de curso, se refiere a la permanente reflexión que el docente hace sobre sus
practicas, lo cual le permite identificar además de lo acertado aquellas deficiencias
sobre las cuales debe centrar su atención y establecer una relación dialéctica con su
ejercicio, es decir, una reflexión en que el docente se constituye en profesional
autónomo y la enseñanza como una actividad critica.
La docencia como acción social retoma los espacios de conversación en
introspectiva sobre la practica, fortalecida por la interacción entre pares, es decir, la
docencia y el enseñar al interior de la universidad están en permanente analisis a la
luz de los resultados obtenidos sobre la practica, cuestionamientos que no solo
vienen de afuera hacia adentro, por el contrario, parten del adentro de quien
enseña, de quien es docente, de quien día a día en su encuentro con el otro mide
su capacidad de persuadir, de convencer, de educar, reflexiones que lo llevan a la
resignificación o variación del método, la inclusión de nuevas metodologías, el
establecimiento de nuevas relaciones, en fin, a la reflexión pedagógica que lo
concentra en la forma mas adecuada de interactuar en torno al conocimiento.
ENFOQUE EVALUATIVO
La Evaluación Como Reflexión De La Práctica Pedagógica
La evaluación como proceso integrador se constituye en parte fundamental de la
academia, asegura el cumplimiento de los propósitos de formación, de la visión y
misión institucional y evidencia la calidad y estructuración de los procesos al
interior de la práctica pedagógica. La reflexión que suscita esta integración se
configura en el conjunto de pensamientos, creencias e ideas que se articulan en el
ejercicio práctico de la evaluación y son reflejo de las concepciones filosóficas y
metodológicas que se manejan al interior del modelo.
En el marco del pensamiento pluralista y dinámico de la institución la evaluación
debe constituirse en un proceso global que reúna y articule las diferentes acciones,
los procesos interdisciplinarios, los saberes, las competencias, en una propuesta de
encadenamiento de los instrumentos evaluativos; los trabajos, las practicas, los
exámenes y de manera general las cuestiones y cuestionamientos (preguntas) que
se realizan a los estudiantes y que deben conformar una estructura coherente con
los planes de curso y propósitos de formación.
La evaluación en un sentido global debe propiciar una reconstrucción de la realidad
institucional que equilibre la mirada interna de cada una de los actores del proceso
(directivos, docentes y estudiantes) con la mirada externa de las organizaciones y
estamentos que contextualizan la institución y los campos de formación y
desempeño profesional.
En esta dirección la evaluación como reconstrucción debe propiciar una mirada
retrospectiva con una visión prospectiva, que asegure el seguimiento de los
procesos académicos y aporte mecanismos de regulación de la propia evaluación y
permita:
- Coherencia en el proceso evaluativo en correspondencia con los propósitos
de formación.
- Fortalecimiento de una evaluación significativa para el estudiante, el curso y
la disciplina profesional.
- Claridad en los objetivos, referentes y criterios de la evaluación.
- Participación de estudiantes y docentes que potencialice la toma de
decisiones y la reflexión en torno a los objetos de conocimiento.
- Integración y fortalecimiento de los canales comunicativos que permitan el
aprovechamiento de los resultados de la evaluación para el diseño de planes
de mejoramiento.