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MÓDULO A. EL CONTEXTO UNIVERSITARIO
Isabel del Arco
CURSO 2012-2013
La universidad actual
Departamento de Pedagogía Aplicada
2
Documentos elaborado por la autora para el Máster en Formación y Gestión Universitaria Departamento de Pedagogía Aplicada.
Universitat Autònoma de Barcelona.
Prohibida la reproducción total o parcial sin la autorización de la Dirección del Máster.
© Máster en Formación y Gestión Universitaria.
3
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................ 5
2. ESQUEMA DEL CONTENIDO .......................................................... 7
3. PRESENTACIÓN ............................................................................ 9
3.1. Universidad, Sistemas Universitarios o Sistemas de Educación
Superior ................................................................................ 9
3.2. Universidad para las élites versus Universidad universalizada ......... 10
3.3. La Universidad en el contexto de la globalización y de la sociedad del
conocimiento ............................................................................ 14
3.4. Tendencias actuales en la organización y desarrollo de la uni-
versidad ..................................................................... 18
3.4.1. Principios que configuran a la universidad como organización.18
3.4.2. Teorías que explican el diseño organizativo de los sistemas
universitarios ................................................................... 20
3.4.3. La estructura de gobierno y gestión ..................................... 22
3.5. La gobernanza de las universidades ............................................ 25
3.5.1. Del gobierno a la gobernanza de las universidades ................ 25
3.5.2. Evolución de los diferentes regímenes de gobernanza en la
universidad ...................................................................... 26
3.5.3. El reto de la nueva gobernanza en la universidad del s. XXI ... 31
3.6. La cultura de la calidad en la universidad .................................... 33
3.6.1. Rankings de universidades ................................................. 37
3.6.2. Universidad de rango mundial (URM) ................................... 42
3.7. Desafíos de la universidad del s. XXI ........................................... 47
4. ACTIVIDADES .............................................................................. 53
4.1. Actividades de aplicación ........................................................... 53
4.2. Actividades de desarrollo ........................................................... 55
5. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................. 57
5.1. Bibliografía referenciada ............................................................ 57
5.2. Bibliografía complementaria ....................................................... 60
Máster en Formación y Gestión Universitaria
Para saber más
Cita
Síntesis
parcial
Propuesta de
actividad
Nota al
margen
4
5
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
1. INTRODUCCIÓN
En la actualidad, está plenamente aceptado que las universidades, además de
su función básica de formación y de su papel indiscutible en la creación de cul-
tura y conocimiento, ejercen una importante actividad investigadora.
Ambas actividades adjudicadas a la universidad: la formación y la investigación
han venido constituyendo tradicionalmente sus dos primeras misiones.
Sin embargo, hace algunas décadas, se ha incorporado lo que se ha venido
llamando tercera misión y que consiste en el desarrollo de toda actividad de
transferencia del conocimiento y de la tecnología.
Esta tercera misión supone un gran reto y una nueva relación entre universi-
dad y sociedad a través, sobre todo, de las empresas y organizaciones que la
integran.
El posicionamiento de la Comisión Europea (2000) se basó, ya en ese momen-
to, en insistir en el papel de la universidad como agente transformador, de for-
talecimiento de la innovación e impulsora de un sistema socioeconómico com-
petitivo y con capacidad de dar respuesta a las necesidades cambiantes de la
sociedad actual.
Ante esta nueva realidad, se precisan unas instituciones universitarias más
dinámicas y flexibles y, sobre todo, abiertas a su entorno inmediato, en parti-
cular, y al mundo, en general, jugando un papel activo en el desarrollo social y
en la reformulación del sistema productivo.
Todo ello conlleva una profunda transformación. Podemos afirmar que estamos
viviendo un momento clave de reforma y de reflexión en la universidad a nivel
mundial.
En Europa, la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)
y el Área Europea de Investigación (ERA) son ejemplos claros de esta preocu-
pación creciente para lograr el cambio de paradigma económico y social en una
sociedad basada en el conocimiento, más competitiva y justa, y con mayores
índices de bienestar y progreso en el marco de una sociedad democrática
avanzada.
En este momento, son muchos los retos que se plantean a las instituciones
universitarias. La presente guía didáctica pretende ser una aproximación a es-
tos retos que se dibujan para la universidad del siglo XXI.
Tales cuestiones serán tratadas en tres bloques diferenciados:
a. Primeramente, se realizará un repaso conceptual a la dimensión univer-
sal de la educación superior y a su posición en una sociedad global y del
conocimiento.
b. En segundo lugar se analizarán los diferentes modelos de organización y
gestión haciendo hincapié en las actuales líneas hacia nuevos modelos
de gobernanza universitaria.
c. Y, por último, se debatirá sobre los procesos de rendición de cuentas en
los que se ve inmersa la institución para garantizar la calidad y, a la vez,
los desafíos de la actual universidad del s. XXI.
6
7
2. ESQUEMA DE CONTENIDO
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
GlobalizaciónSociedad del
Conocimiento
Masificación Universalización
UNIVERSIDAD DEL s.XXI
NUEVA
GOVERNANZA
UNIVERSIDAD DE RANGO MUNDIAL
AUTONOMÍA FINANCIACIÓNCULTURA DE LA
CALIDAD
INTERNACIONALIZACIÓN
REDES
Retos
8
9
3. PRESENTACIÓN
3.1. Universidad, Sistemas Universitarios o Sistemas de
Educación Superior
Es necesario, antes de entrar en materia, poder definir los conceptos que a
finales del siglo pasado empezaron a adquirir notable difusión.
Términos como Educación Superior o Sistemas de Educación Superior
(Teicheler, 2001) o Sistema Universitario, se han venido utilizando como sinó-
nimos del término de Universidad y ello no ha sido gratuito.
En primer lugar, el uso de estos términos deja entrever la presencia de una
macroestructura. Se puede afirmar que las actividades e instituciones de edu-
cación superior de un país presentan similitudes e interrelaciones y en la ma-
yoría de los países esta evolución en la percepción de un sistema se evidencia
en la existencia de un marco normativo aplicable a todo el sistema.
En segundo lugar, el término superior deja entrever una calidad específica
haciendo referencia a la última fase de formación después de la secundaria y
como paso previo a la vida laboral. Sin embargo, hay otras instituciones que
también compiten en esta fase formativa con la universidad y, durante las últi-
mas décadas del s. XX, utilizaban términos que diferenciaban la Educación Su-
perior propia de las universidades y marcada, como ya se ha dicho, por una
mayor calidad y rigor cognitivo, de la etapa post-secundaria, terciaria, de ter-
cer nivel o programas y diplomas de pregrado que podían ofrecer otras institu-
ciones.
Y en tercer lugar, las instituciones de educación superior aglutinan de forma
tradicional dos funciones básicas que son la docencia y la investigación, aun-
que podemos ver que, en realidad, las fronteras del sistema pueden quedar
difuminadas, ya que se
pueden encontrar otras ins-
tituciones centradas en
otras funciones, como em-
presas privadas o de servi-
cios por ejemplo, que tam-
bién pueden ofrecer progra-
mas de educación superior
dentro de su marco institu-
cional. O también institutos,
departamentos o centros
independientes que se dedi-
can fuera del Sistema Uni-
versitario a la investigación. Los Sistemas Universitarios o Sistemas de Educa-
ción Superior garantizan, en la actualidad, las dos funciones de forma interrela-
cionada y prácticamente en la mayoría de los países son los que están recono-
cidos de forma oficial y con un marco legal de referencia.
Así, a pesar de la posible diversidad existente, al referirnos a Sistemas Univer-
sitarios o Educación Superior nos estamos refiriendo a la nueva y compleja
dimensión de la universidad en el momento actual.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
Sistema Universitario o Sistemas
de Educación Superior implica:
marco normativo, calidad y
rigor, interrelación entre docen-
cia e investigación.
10
3.2. Universidad para las élites ‘versus’ Universidad
universalizada
Se hace necesario realizar un breve recorrido a lo largo de la historia de la uni-
versidad como organización para poder entender la realidad en la que nos en-
contramos actualmente.
Las primeras universidades, Bolonia, Salerno, París o Salamanca, nacen en Eu-
ropa durante la transición del siglo XII al XIII, promovidas por gremios estu-
diantiles o magisteriales con la misión clara de garantizar la enseñanza y el
aprendizaje de todos aquellos conocimientos que se habían consolidado duran-
te la Edad Media. Esta misión de transmisión y conservación del conocimiento
otorgaba a las universidades el papel de selección y reproducción de segmen-
tos de la sociedad europea que integraba la élite gobernante, que eran los que
tenían acceso al conocimiento y que sustentaban su poder en el dominio de
saberes específicos.
Todos los historiadores coinciden al afirmar que la supervivencia en el tiempo
de la universidad ha estado garantizada básicamente por esta vinculación con
las estructuras de poder.
No es hasta el s. XIX y con la Revolución Industrial, cuando la universidad, co-
mo organización, tiene que acometer una de sus principales transformaciones.
Se inicia una nueva era donde se incrementa y a la vez se diversifica de forma
exponencial el conocimiento. Ello obliga a las universidades a replantear el pro-
pio currículum académico. Se hace preciso un conocimiento más práctico orien-
tado hacia una investigación aplicada.
Es la época en la que se plantean diferentes modelos de organización en las
universidades, entre los que podemos destacar el modelo napoleónico francés
y el modelo humboldtiano alemán.
El modelo napoleónico está centrado en la formación de profesionales
al servicio del estado. Con una preponderancia de la docencia sobre la
investigación, la universidad se convierte en una institución al servicio
del estado más que al de la sociedad.
El modelo humboldtiano, cuyo objetivo era el formar personas con
amplios conocimientos, que no necesariamente tenían que estar relacio-
nados con las demandas de la sociedad o del mercado. Se hace una
apuesta clara por la investigación, se parte de la premisa de que estu-
diar e investigar es hacer ciencia y de que solamente una sociedad for-
mada científicamente será capaz de avanzar social, económica y cultu-
ralmente.
Poco a poco y a finales del s. XIX, las universidades dejan de verse como orga-
nizaciones alejadas de la sociedad en general, y de los sectores productivos, en
particular.
Así, a finales del s. XIX irrumpe un nuevo modelo marcado por la universi-
dad norteamericana (modelo anglosajón). La universidad entendida co-
mo aquella organización que da servicio a su estado, territorio, pero al mismo
tiempo apuesta por una mayor actividad de investigación. Se produce un estre-
cho vínculo entre investigación, enseñanza y estudio.
La universidad actual
Para poder ampliar la descripción
de los tres modelos universitarios
que históricamente se han sucedido:
Ginés, J. (2004). La necesidad del
cambio para la sociedad del co-
nocimiento. Revista Iberoameri-
cana de Educación, nº35, pp. 13-
37.
También en :
http://
compartiendoexperienciauniversit
aria.blogspot.com.es/2010/07/
historia-de-la-universidad-
los-modelos.html
11
En el modelo anglosajón, subyace la idea política de utilizar a las universidades
como elemento clave para impulsar el desarrollo en la sociedad (industria),
idea que también comparte con el modelo alemán.
La universidad deja de ser, en el s. XX, una organización destinada a las élites
gobernantes y empieza a democratizarse la educación superior con los conse-
cuentes efectos:
a. La universalización de la universidad. Los estudios superiores dejan
de ser patrimonio exclusivo de determinadas clases sociales convirtién-
dose en un bien al alcance de cualquier estamento social induciendo a la
igualdad de todos los ciudadanos respecto a las oportunidades formati-
vas. Esta universalización ha generado las tasas más altas de alfabetiza-
ción y escolarización en todas las etapas del sistema educativo en la so-
ciedad contemporánea (Castro, 2011).
b. Masificación de las universidades, donde casi el cien por cien de la
cohorte de jóvenes con edad de acceso a la universidad acceden a ésta.
Esta masificación está también sujeta a los altos niveles de natalidad del
momento, sobre todo acabada la Segunda Guerra Mundial.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
Modelos
Criterios
Modelo Alemán
(Humboldtiano)
Modelo Francés
(Napoleónico)
Modelo Norteamericano
Anglosajón
Concepción
1. Formación en amplios
conocimientos científicos.
2. La investigación como
elemento clave y estructu-
rante de la universidad.
3. Separación entre forma-
ción científica y formación
profesional.
4. El profesorado participa
de forma general en la in-
vestigación: integración
entre docencia e investiga-
ción.
5. Surge como un sistema
de élite para convertirse en
un sistema de masas.
1. Formación de los profesiona-
les que necesita el Estado.
2. Preponderancia de la docen-
cia.
3. Formación profesionalizante.
4. La investigación se realiza
en otros entes externos a la
universidad.
5. Sistema para las masas y
consecuentemente fuerte ex-
pansión que a la larga trajo
problemas de financiación al
depender mayoritariamente del
estado.
1. La universidad como
espacios donde se genera
investigación.
2. Unidad entre investiga-
ción, docencia y estudio.
3. Formar a profesionales
según la demanda de la
sociedad.
4. Importancia de la for-
mación continua. Postgra-
dos y doctorados de alta
calidad.
5. Sistema de admisión de
élite en una oferta univer-
sitaria de masas.
Estructura Universidad formada por
institutos.
Universidad Academia.
Las ‘Écoles’ correspondían al
sector de élite de la educación
superior.
Universidades con departa-
mentos de grado y post-
grado.
Financiación
Inicialmente financiación
interna que posteriormente
se suma a la financiación
estatal y del sector privado.
Desproporcionalidad entre
la expansión del sistema y
la financiación.
Financiación estatal.
Preocupante desproporcionali-
dad entre la expansión del
sistema y la financiación.
Combinación de financia-
ción interna, externa y
estatal.
Menos masificación y me-
nos problemas de financia-
ción.
Cuadro 1. Modelos universitarios (elaboración propia).
Según los modelos descritos:
reflexiona en qué modelo general
se podría ubicar tu universidad.
Razona la respuesta.
12
c. La universidad adquiere una estructura particularmente compleja y
diversificada, incrementando sus servicios para dar respuesta a este
acceso amplio de los diferentes sectores de la sociedad y a esta difusión
universal de los conocimientos. Todo ello implica políticas de apoyo des-
de los estados democráticos para asegurar la equidad y la no discrimina-
ción, garantizando el acceso a todo ciudadano.
Es un momento de expansión a nivel mundial de los estudios superiores. Trow
(2000), al hablar de esta expansión y crecimiento a nivel mundial de la Educa-
ción Superior, nos señala tres momentos cla-
ves: La Educación Superior Elitista, en sus ini-
cios, la Educación Superior de Masas, cuando
los índices de matriculación se disparan, al mis-
mo tiempo que se articulan estrategias para
proteger a la élite en el marco de la universidad
de masas, y, por último, la Educación Superior
Universal, con proporciones de matriculación
superiores.
Es en este momento cuando se empieza a
hablar de diferentes Sistemas Universitarios,
que instaurados en diversos modelos organiza-
tivos conviven en el tiempo y que pretenden
alcanzar un equilibrio entre la respuesta a las
presiones del nuevo entorno tecno-económico, la creación y difusión del cono-
cimiento y la responsabilidad transformadora que la universidad tiene con la
sociedad actual.
Llegados a este punto no se puede dejar de mencionar la capacidad de la uni-
versidad como organización para evolucionar y adaptarse a las exigencias del
momento, desarrollando la actividad de preservar, difundir y generar nuevos
conocimientos socialmente aceptados y en función del momento histórico en el
que se encuentra.
Se puede decir que el último tercio del s. XX está caracterizado por la revolu-
ción tecnológica, que generó una transformación radical en las estructuras
económicas, políticas y culturales de la sociedad contemporánea.
La universidad actual
Para entender la transformación socioeconómica recurriremos a Castell (1999) quien afirma:
“La revolución de las tecnologías de la información y la restructuración del capitalismo ha
inducido una nueva forma de sociedad, la sociedad red, que se caracteriza por la globalización
de las actividades económicas decisivas desde el punto de vista estratégico, por su forma de
organización en redes, por la flexibilidad e inestabilidad del trabajo y su individualización,
por una cultura de la virtualidad real construida mediante un sistema de medios de comunicación
omnipresentes, interconectados y diversificados, y por la transformación de los cimientos
materiales de la vida, el espacio y el tiempo, mediante la constitución de un espacio de
flujos y del tiempo atemporal, como expresiones de las actividades dominantes y de las
élites gobernantes”
(Castells, 1999, p.23)
13
Este nuevo panorama social repercutirá indiscutiblemente en la institución uni-
versitaria en varios aspectos:
No obstante, son muchos las voces en contra de esta transformación de la ins-
titución universitaria hacia parámetros más mercantilistas y adaptados a las
exigencias profesionales del mercado y que se refiere a los estudiantes como
clientes, a los profesores como expertos en contenidos y a los cursos formati-
vos como productos (cfr. Press y Washburn, 2001).
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
A
Aplicación de modelos organizativos de corte empresarial. Las universidades
deben competir entre ellas para tener una cuota de mercado, teniendo en
cuenta que cada vez va a ser inferior la financiación estatal, que deben articular
procesos eficientes de financiación propia y atraer, al mismo tiempo, el capital
privado para asegurar su supervivencia.
B
Mayor capacitación de los profesionales. La educación se convierte en un valor
de cambio y las políticas del momento, que están orientadas a una expansión
del mercado, obligan a los profesionales a formarse para adaptarse a cualquier
contexto y circunstancia que pueda exigirle su actividad laboral.
C
La revolución de las tecnologías de la información incide radicalmente en la
forma de producción y distribución del conocimiento. La institución universitaria
deja de ser el único centro creador y, sobre todo, legitimador del conocimiento.
Estas funciones las deberá compartir con otras organizaciones como son los
medios de comunicación y las organizaciones culturales. No obstante, el prestigio
social de estas instituciones es su garantía para seguir liderando la legitimación del
conocimiento y la validación de la información. Todo ello obliga a las universi-
dades a trabajar con rigor y calidad.
D
La creación de redes de conocimiento se ha visto impulsada por la aparición de
las tecnologías de la información y la comunicación. El conocimiento se extien-
de, así, en todas las direcciones y en todos los planos produciéndose una des-
centralización con las consecuentes repercusiones en una imposibilidad de con-
trol regulador.
La institución universitaria ha tenido que sucumbir a la interactividad, hipertextualidad
y conectividad de la sociedad del conocimiento e Internet se ha convertido en un ins-
trumento que ha intensificado el intercambio de información entre comunidades
académicas y el trabajo en red de los investigadores. Todo ello ha permitido un
mayor dinamismo, no sólo en la velocidad de generación de conocimientos,
sino también en la modificación de los mismos.
Por primera vez en la historia, los conocimientos que se adquieren al inicio de la
formación se convierten en obsoletos de forma rápida y esto obliga al individuo
a estar en continua formación para adaptarse a los contantes cambios a los que
se verá sometido social y profesionalmente.
Cuadro 2. Síntesis sobre la influencia de lo social en la universidad actual (elaboración propia).
“Cuando se somete la educación a las reglas del mercado su calidad se degrada, pues
lo que el cliente (estudiante) pide no siempre es lo que necesita. Lo mismo sucede
con la creación artística, la investigación científica y humanística, ya que al dejar de
ser prácticas desinteresadas y perseguir exclusivamente el beneficio económico, pier-
den su autonomía y con ello su propósito fundamental”
(cfr. Press y Washburn, 2001)
14
3.3. La Universidad en el contexto de la globalización
y de la sociedad del conocimiento
El fin del s. XX deja instaurado un modelo social basado en la globalización
mundial, que consiste en un proceso económico, social y cultural que surge en
occidente y que pronto se expandirá a nivel general.
La globalización, alimentada por los avances tecnológicos, se asienta en la in-
terdependencia entre los distintos países del mundo, unificando mercados,
sociedades y culturas. Es fruto de las políticas liberales que han promovido la
democratización y las ineludibles relaciones internacionales.
La globalización, como se viene apuntando, no se limita a aspectos puramente
económicos, es un proceso multidimensional que comprende aspectos vinculados
a la economía, las finanzas, la ciencia y la tecnología, las comunicaciones,
la educación, la cultura, la política, etc.
Ante una situación de interconexión mundial y de tendencia hacia lo global,
realmente uno de los principales problemas de la globalización es, precisamente,
la acumulación de las ventajas en algunos sectores, cada vez más reducidos y
elitistas y que pertenecen a los países avanzados en detrimento de la gran
mayoría de sectores desaventajados, cada vez más amplios y mayoritariamen-
te pertenecientes a los países subdesarrollados.
La globalización se presenta entonces como selectiva, abarcando las esferas en
donde predominan los intereses de los países avanzados.
Las universidades deben erigirse como centros de reflexión e investigación sobre
este fenómeno para contribuir con diferentes propuestas a un mundo más
igualitario y justo. Los sistemas universitarios de cada país deberán contribuir a
un diseño consensuado de nación que pueda insertarse favorablemente en el
contexto internacional y que evite la posible exclusión que, el paradigma neoli-
beral que impera en la globalización del s. XXI, pueda provocar.
No obstante, uno de los grandes efectos positivos de la globalización ha consistido
en una rápida generación y difusión del conocimiento y la información. Se puede
afirmar que el conocimiento y la cultura se extienden a nivel mundial (Majo y
La universidad actual
Evolución de la universidad durante el s. XX según la población que atiende:
Características de la universidad del s. XXI:
Organización de corte empresarial
La Educación Superior como valor de cambio
Revolución de las TICs
Internacionalización: creación de redes de conocimiento y colaboración
Rendición de cuentas
15
Marqués, 2000) y con ellos aparecen fenómenos nuevos como, por ejemplo: la
libre circulación de las personas, el individualismo queda supeditado a la colec-
tividad humana, integración en una cultura global por encima de las culturas
locales, la conectividad humana gracias a la expansión de Internet, expansión
de las redes sociales de comunicación, intercambio y distribución de la infor-
mación, omnipresencia de los ‘mass media’, continuos avances científicos,
cambios en la producción y en el mundo laboral, progreso unido al dominio de
la tecnología, etc.
En la llamada Sociedad del Conocimiento éste, el conocimiento, adquiere un
papel central en los procesos productivos. El nuevo paradigma económico-
productivo se basa en la disponibilidad de conocimiento, de su uso competitivo
y de las innovaciones tecnológicas.
Resumiendo, la sociedad del conocimiento nace de la combinación de cuatro
elementos interdependientes:
La producción del conocimiento, esencialmente mediante la investigación
científica.
Su transmisión, mediante la educación y la formación.
Su difusión, a través de las tecnologías de la información y la comunicación.
Y por último su explotación, a través de la innovación tecnológica.
El crecimiento de la sociedad del conocimiento depende, por tanto, de la pro-
ducción de nuevos conocimientos, su transmisión, divulgación y comunicación,
y su empleo por medio de nuevos procedimientos industriales o servicios.
El informe Bricall (2000:97) nos resume esta compleja situación de la sociedad
contemporánea haciendo alusión a cuatro dimensiones que la definen:
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
Stiglit, J.E (2006). Cómo hacer
que funcione la globalización.
Madrid: editorial Taurus.
GLOBALIZACIÓN
Dimensiones
del
cambio
LABORAL
Aceleración de la internacionalización de las socieda-
des, de sus sistemas, estructuras y de sus economías
Transformación en el reparto de la actividad
económica entre los distintos sectores de la economía
y la consiguiente redistribución de la ocupación
TICs UNIVERSALIZACIÓN
La generación de nuevos avances científicos y
especialmente, la difusión de las nuevas tecnologías,
singularmente las de la información y la comunicación
El aumento del nivel de educación y la generaliza-
ción de ésta como la base en las sociedades más
avanzadas
Cuadro 3. Dimensiones del cambio en la sociedad Bricall (2000, p.97).
Bricall, J.M. (2000). Informe Uni-
versidad 2000. Madrid: CRUE.
16
Según la Comisión Europea, las universidades son instituciones únicas al participar
en todas las dimensiones citadas y de una manera fundamental en: la investigación
y la explotación de sus resultados, gracias a la cooperación industrial y el aprovecha-
miento de las ventajas tecnológicas, la educación y la formación, en particular la
formación de los investigadores, y el desarrollo regional y local, al que pueden
contribuir de manera significativa (Comisión Europea, 2003). No es de extrañar,
por tanto, que se asigne a la universidad un papel fundamental en la sociedad del
conocimiento y en esta sociedad global.
El informe de la Comisión Europea (Declaración Mundial sobre la Educación
Superior en el s. XXI: visión y acción) apunta el papel de la universidad ante
esta realidad compleja. Aquí se han resumido y ampliado algunos de los pun-
tos señalados por la comisión:
a. Facilitar la formación de la población. El objetivo es facilitar el acceso a
una educación general amplia, y también a una educación especializada
y para determinadas carreras, a menudo interdisciplinarias, centradas en
las competencias y actitudes, que ayuden al sujeto a adaptarse a una
realidad cambiante. La universidad debe dar respuestas y adaptarse a lo
que la sociedad demanda.
b. El papel de la universidad es el de la producción y difusión del
conocimiento, legitimándolo. Se trata de un conocimiento disciplinario
e interdisciplinario dirigido a la búsqueda de acuerdos y alianzas que
ayuden a superar los problemas de la sociedad. Para conseguir este
objetivo, la universidad ha de fomentar el trabajo en equipo, favoreciendo
los vínculos entre las diferentes disciplinas y el desarrollo de liderazgos
efectivos. Todo ello no sería posible sin el uso de la tecnología de la
información en todas las fases del proceso productivo y de distribución
del conocimiento.
c. La educación superior debe contribuir al desarrollo del territorio,
del país y también de forma específica al desarrollo del mismo sistema
educativo del país. La universidad ha de transformarse en un centro de
conocimiento crítico, orientado a la creación de espacios de diálogo
de saberes con distintos sectores sociales, en acciones que no sólo han
de resolver problemas específicos, sino también abrir canales a la
construcción de formas alternas de vida, más humanas, más justas,
más equitativas.
d. La universidad ha de estimular la generación de redes, la inter-
nacionalización de sus relaciones y la cooperación internacional, ello
asegurará un mayor intercambio de conocimientos e información y el
progreso. Junto con estos procesos de internacionalización aparece la
competitividad como un factor fundamental. De ello da cuenta el hecho
de que la calidad de la educación universitaria ya no sea medida en
función de criterios nacionales, sino con base a criterios globales que
llegan a clasificar a las instituciones de educación superior bajo algunos
ligados con los principios del mercado.
e. La autonomía universitaria adquiere una gran importancia en la
sociedad del conocimiento. Las instituciones de educación superior
no pueden caer en ser meros apéndices instrumentales de los criterios
económicos en boga. La universidad debe plantear su propio plan de
actuación según una serie de prioridades vinculadas a la sociedad a la
cual pertenece y a la cual ha de rendir cuentas.
La universidad actual
Realice una reflexión argumenta-
da del impacto de la globalización
en su realidad inmediata: a nivel
económico, cultural y social de la
universidad.
“La universidad del futuro se
vislumbra como una institución
que suministrará formación a la
gran mayoría de la población a lo
largo de toda la vida. La universi-
dad universal debe plantearse
nuevos objetivos y nuevos modos
de funcionamiento, que no se
corresponden con los que han
estado vigentes desde la Edad
Media hasta hace muy poco”
(Mora, 2001)
http://www.unesco.org/
education/educprog/wche/
declaration_spa.htm
17
Pero los efectos de la misma sociedad del conocimiento en la universidad pue-
den ser perversos, algunos de ellos los anuncia Tünnermann (2003):
1. La misma noción de sociedad del conocimiento, lejos de impulsar la
posibilidad de un avance en el desarrollo de la autonomía de las uni-
versidades, puede llegar a suponer una reducción de esta autonomía
desencadenando una heteronomía universitaria al verse abocada
a producir conocimientos destinados al aumento de la información para
el capital financiero, sometiéndose a sus necesidades y lógicas. Si se cae
en esta heteronomía, se puede llegar a considerar irrelevante la activi-
dad universitaria cuando sus investigaciones son autónomas y procuran
responder a las demandas sociales y políticas locales. La universidad se
sumerge en el ojo del huracán de la globalización en manos de los
sectores privilegiados cuando deberían ser instituciones sociales y
democráticas comprometidas con la vida de sus sociedades, dimensio-
nando internacionalmente su entorno para ocupar un lugar no excluyen-
te en el mundo globalizado.
2. La sociedad del conocimiento trae consigo la aceleración de los
acontecimientos y la reducción del tiempo que media entre la generación
de un nuevo conocimiento y su aplicación tecnológica. Esta realidad
puede generar un riesgo, que está unido a la heteronomía anunciada
anteriormente, y es que la investigación científica de la universidad
esté ligada a las aplicaciones técnicas dejando a un lado la investi-
gación básica que tradicionalmente realizaba la universidad.
3. Esta generación rápida de conocimientos o explosión del conocimiento,
como se ha venido llamando por los expertos, genera al mismo tiempo
la aparición de nuevas disciplinas y subdisciplinas, que a la vez generan
una explosión epistemológica. También este hecho tiene sus repercusio-
nes en los estudios superiores y se relaciona con la permutabilidad de los
mismos conocimientos. La universidad se instala en la incertidumbre,
ante esta constante permutabilidad e imposibilidad de predecir con cier-
to margen de confianza lo que se debe hacer o los conocimientos que se
deben desarrollar en un futuro inmediato.
4. La universidad ha de saber trabajar desde esta incertidumbre, que genera la
fragmentación y dispersión espacial y temporal que genera la globalización,
y, por otra parte, la compresión del espacio y el tiempo como efecto de
las tecnologías de la información que hace que todo suceda aquí y ahora.
La incertidumbre gestionada desde la universidad ha de ser un acicate
para la innovación, la anticipación a los cambios y la flexibilidad de las
estructuras que hagan todo esto posible.
5. Será entonces necesario educar a las futuras generaciones en el cambio
y en la gestión de la incertidumbre con la que han de enfrentarse en la
sociedad del conocimiento.
6. La complejidad de la estructura de un conocimiento mutable hace necesario
enfocar el conocimiento desde la interdisciplinariedad que conduce a una
complementariedad y enriquecimiento conjunto de las diferentes disciplinas.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
“La educación terciaria ayuda a
los países a crear economías
competitivas a nivel mundial me-
diante el desarrollo de una mano
de obra cualificada, productiva y
flexible, y la creación, aplicación y
difusión de nuevas ideas y tecno-
logías. Las instituciones de educa-
ción terciaria pueden también
desempeñar un papel fundamen-
tal en las economías locales y
regionales” (Yusuf y Nebeshima,
2007, p.67)
Armengol, C y Castro, D. (2004).
Análisis de los nuevos retos uni-
versitarios: reflexión previa a los
procesos de cambio. En Contex-
tos Educativos, 6-7. pp. 137-158.
Para tener una visión general de
los efectos de la globalización y la
sociedad del conocimiento y
además particular de los que
ocurre en Latinoamérica es reco-
mendable:
Tünnermann, C y De Souza, M.
(2003). Desafíos de la Universi-
dad en la Sociedad del Conoci-
miento, Cinco Años después de la
Conferencia Mundial sobre Educa-
ción Superior. París: UNESCO.
Los objetivos de la
universidad en la sociedad del
conocimiento pasan por produ-
cir y difundir el conocimiento,
legitimándolo a la vez, y por
formar a la población, contri-
buyendo al desarrollo del terri-
torio y del país y haciéndolo
visible y competitivo a nivel
internacional.
Su consecución se enfrenta a
grandes riesgos, efectos de la
misma globalización: la conso-
lidación de una heteronomía
universitaria, el desprecio por
la investigación básica y el
tener que gestionar en y desde
la incertidumbre.
18
3.4. Tendencias actuales en la organización y desarrollo
de la universidad
3.4.1. Principios que configuran a la universidad como
organización
Greco (2000) y Castro (2011) establecen tres variables o principios que confi-
guran el diseño organizacional de la universidad:
A. AUTONOMÍA UNIVERSITARIA: entendida como la capacidad de de-
cisión y acción de la institución a nivel curricular, con todo lo que ello
conlleva desde el diseño de programas hasta la expedición de títulos,
organizativamente incluyendo la capacidad de selección del profesorado
y del alumnado, con la determinación de las condiciones de su perma-
nencia y, por último, la libertad de decisión financiera. Con ello se garan-
tiza la capacidad de autoelección de determinadas decisiones respecto a
su propio funcionamiento.
Mora (2000) matiza esta autonomía en: autonomía substantiva que hace
referencia a la independencia de la universidad en relación a temas
académicos y la autonomía de procedimiento, referida a la libertad para
organizarse a todos los niveles para conseguir unos fines determinados.
Esterman, Nokkal y Steinel (2011) realizan un estudio pormenorizado
sobre la concepción de autonomía en una muestra amplia de universida-
des y llegan a la conclusión que al hablar de autonomía universitaria se
hace referencia a:
Autonomía organizacional. Cada universidad deberá ejercerla para
definir órganos de gobierno, liderazgo y las responsabilidades.
Autonomía financiera. Capacidad para buscar financiación, gestio-
narla, tener propiedades, etc.
Autonomía de gestión de recursos humanos. Capacidad de capta-
ción y selección de los recursos humanos, contratación, etc.
Autonomía académica. Definir programas académicos, procesos de
admisión y permanencia de los estudiantes, procesos de evaluación,
expedición de títulos, etc.
Cuando se entra en la existencia real o no de autonomía universitaria,
teniendo en cuenta los diferentes niveles señalados, se puede encontrar
con situaciones de pseudoautonomía, tal y como se presenta en el cua-
dro 4, según los datos presentados por MEC (2011).
La universidad actual
19
Son muchos los autores que consideran que la autonomía es necesaria
para garantizar la eficiencia de una organización compleja como es la
universidad (Rojo, 1999; Bricall, 2000; Mora, 2000; Villarreal, 2000) y,
en este caso, el control del estado debería establecerse por canales indi-
rectos y compatibles con la autonomía universitaria.
Así se han ido desarrollando estos mecanismos de control indirectos y
que Castro (2011) nos enumera:
El control establecido por un modelo de gestión participativo y de
representación institucional que obliga a que las decisiones pasen
por órganos colegiados con la representación de todos los estamen-
tos.
El control principalmente a nivel económico y financiero ejercido por
la misma sociedad a través de los Consejos Sociales.
El control ejercido a nivel de la coordinación y planificación por el
consejo de coordinación universitaria.
Control ejercido por aquellos entes que el Estado prevé para cual-
quier entidad sufragada con fondos públicos como, por ejemplo, el
Tribunal de Cuentas.
Sistemas de control informales que aparecen en el seno de la misma
dinámica de la universidad, representado por el control entre los
diferentes estamentos: grupos de profesores y personal de adminis-
tración.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
Dim
en
sio
nes
Autonomía
Organizacional
Estructuras internas
académicas y admi-
nistrativas
Mayoritariamente, las universidades tienen autonomía para
determinar estas estructuras. Se podría decir que son pocas las
que tienen restricciones de carácter legal superior.
Órganos de gobierno
La mayoría de las universidades tienen leyes estatales que les
marcan la constitución y funciones de estos órganos, así como
regulaciones de la participación de los miembros externos en las
estructuras universitarias de gobierno.
Liderazgo ejecutivo Por ley, se suele establecer el procedimiento de elección del
rector, así como su perfil.
Autonomía
Financiera
En la mayoría de los casos, está previsto legalmente la autonomía de las universidades en
la distribución interna de los recursos recibidos, así como la capacidad de autofinanciación, de
pedir préstamos. Los márgenes de decisión en las tasas y tarifas de matriculación son muy
restringidos o nulos en las universidades públicas.
Autonomía en
la gestión de
los recursos
humanos
El reclutamiento del personal diverge desde una libertad absoluta para algunas universidades
a una regulación por parte del estado, en la gran mayoría, que determina categorías, niveles
salariales, pruebas de selección. etc. aunque, en este caso, la decisión final siempre está
en manos de la misma universidad.
Autonomía
académica
Mayoritariamente, existen unos amplios márgenes de autonomía en todas las universidades,
aunque los programas de estudio deben pasar por procesos de acreditación.
Cuadro 4. Dimensiones en la autonomía universitaria (elaboración propia a partir de MEC, 2011).
Teniendo en cuenta las diferentes
dimensiones de autonomía anali-
zadas, realice una síntesis de la
situación de la propia universidad
y del sistema universitario del
propio país en general.
20
B. ACCOUNTABILITY O RENDICIÓN DE CUENTAS: un mayor margen
de autonomía implica un mayor margen de responsabilidad evidenciada
en una rendición de cuentas. Lo que ha venido llamándose
‘accountability’ o rendición de cuentas está estrechamente ligado con un
sistema universitario basado en una gestión pública, flexible, responsa-
ble y participativa (Castro, 2011).
C. SISTEMA PARTICIPATIVO: la participación es una de las característi-
cas inherentes históricamente a la organización de las universidades. En
su estructura aparecen órganos colegiados de gestión y gobierno que
obligan a que las decisiones de la institución pasen por dichos órganos y
se pongan así en conocimiento y discusión por todos los miembros re-
presentantes de los diferentes estamentos de la comunidad universitaria.
Tal como se indica en el gráfico, estos tres principios son básicos para asegurar
un correcto funcionamiento del engranaje organizativo complejo de la Institu-
ción Universitaria.
3.4.2. Teorías que explican el diseño organizativo de los siste-
mas universitarios
Son muchos los autores que explican los diseños organizativos de la universi-
dad como institución compleja y que se manifiestan de formas diversas. Nos
centraremos, en esta Guía, en la clasificación presentada por Bricall
(2000:404), quien establece como, en función de la manera como una institu-
ción universitaria concreta los principios de autonomía, participación y rendi-
ción de cuentas, se dota de un modelo organizativo interno diferente:
A. Sistemas Universitarios con organización colegial. Este modelo está
más arraigado en Europa y se identifica con un predominio de los órga-
nos colectivos frente a los órganos unipersonales. La composición de
estos órganos colegiados es altamente heterogénea, asegurando la
La universidad actual
AUTONOMIA
Figura 1. Relación Autonomía-Accountability-Participación en la universidad (elaboración
propia).
21
participación de todos los sectores de la comunidad universitaria e incluso
del contexto social de influencia directa. Resulta fundamental en este
modelo la participación y la representatividad de todos los colectivos que
forman parte de la institución. En este modelo aparecen dos característi-
cas básicas: un mayor peso de la representación del profesorado en los
órganos colegiados y la generalización de los procedimientos que tienden a
que las decisiones se tomen por consenso.
Algunos autores (Cajide, 2004; Michavila y Embid, 2001; Villarreal;
2000) apuntan las debilidades claras de esta forma de organización y
que podríamos resumir en:
El debate y la necesidad de llegar a consenso hace que, en ocasiones,
estos órganos colegiados se conviertan en unidades poco efectivas y
con escasa capacidad de reacción.
Se pueden hacer efectivas las presiones de grupos de interés que
pueden llegar a influir en las decisiones a través de pactos y lejos de
perseguir la eficacia de las propuestas.
La responsabilidad queda diluida en el colectivo, nadie es responsa-
ble directo de ninguna decisión adoptada.
B. Sistemas Universitarios con organización profesional. Modelo
organizativo propio de los países anglosajones, que hace una apuesta
clara por la profesionalización de la gestión y del gobierno de la institución
educativa. Esta premisa altera claramente la estructura organizativa de
la institución. Los directivos son contratados dentro del mercado específico
de gestores universitarios y son verdaderos técnicos. Los órganos colegiados
pasan a tener funciones claramente consultivas y dejan de tener poder
ejecutivo que lo asumen directamente los órganos unipersonales.
Algunos autores apuntan que, si bien este modelo organizativo supera
las debilidades del modelo anterior, se puede llegar a generar un espíritu
empresarial que dificulte el clima necesario para una eficiente labor
académica.
C. Sistemas Universitarios con organización mixta. La misma
globalización social ha conducido a que en Europa, particularmente, se
estén generando modelos híbridos en la organización de los sistemas
universitarios entre el modelo colegial y el profesional. Así, la dimensión
colegial cobra relevancia en las decisiones particularmente académicas y,
por otra parte, aparecen elementos profesionales en áreas de gestión
específicas que ayudan a que la institución pueda dar respuesta a las
presiones competitivas del entorno. En este modelo los órganos colegiados
tienen un papel consultivo y principalmente de control de las decisiones
tomadas por los órganos unipersonales.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
Dimensión Organizacional de
la Universidad: Principios que
la amparan: Autonomía,
Rendición de Cuentas y Parti-
cipación.
En función de la conjugación
de estos principios tendremos
diferentes modelos organiza-
cionales:
Organización colegial:
predomino de los órganos
colegiados sobre los uni-
personales.
Organización profesional:
apuesta por la profesionali-
zación de la gestión y del
gobierno.
Organización mixta: modelo
híbrido entre los dos prime-
ros.
22
3.4.3. La estructura de gobierno y gestión
Castro (2011) nos presenta las unidades organizativas encargadas del gobierno
y la gestión de las universidades partiendo de dos dimensiones básicas de cla-
sificación:
La composición, donde diferenciaremos órganos colegiados y órganos
unipersonales.
El ámbito de influencia, según que la incidencia del órgano de gobierno
sea más a menos a nivel general y para toda la universidad y conse-
cuentemente tienen una dimensión más o menos centralizadora. O bien,
si la influencia se circunscribe a un área organizativa concreta con una
dimensión claramente descentralizadora.
a. Órganos colegiados de ámbito de influencia general. Constituyen
un conjunto de unidades organizativas de carácter colectivo y cuyo
ámbito de influencia es la totalidad de la institución. En la medida en
que la universidad es una organización compleja constituida por colecti-
vos diversos, todos ellos deberán estar representados en este tipo de
unidades organizativas. La capacidad de gobierno y gestión de estos
órganos estará en función del modelo organizativo por el que se ha
apostado, y así se puede tener capacidad ejecutiva total o solamente
constituirse con capacidad de asesoramiento y consultiva. En el cuadro
presentado aparecen los órganos que según el marco legal español son
prescriptivos en el Sistema Universitario Español. Cabe remarcar la crea-
ción de los Consejos Sociales con una función clara de vinculación y con-
trol social y con poder decisorio en la aprobación de los presupuestos.
b. Órganos colegiados periféricos. En todos los países existen faculta-
des, centros y departamentos como unidades estructurales básicas o
periféricas, que representan en su conjunto las unidades más próximas
para profesores, alumnos y personal de administración y servicios y que
suele estar vinculadas a un ámbito de conocimiento específico. En estas
unidades estructurales, se reproducen de forma más específica las uni-
dades organizativas colectivas de gobierno a nivel de facultad o bien a
nivel de departamento. Otra de las características generales es que sus
La universidad actual
Castro, D. (2011). La gestión
Universitaria: la aproximación a
los centros y departamentos.
Sevilla-Zamora: Ed. Comu-
nicación Social.
Composición
Colegiados Unipersonales
Ám
bito
s d
e in
flue
ncia
Ge
ne
rale
s
Consejo Social
Consejo de Gobierno
Claustro
Junta Consultiva
Rector
Vicerrectores
Secretario General
Gerente P
erifé
rico
s
Junta de Faculta/Escuela
Consejo de Departamento
Decano/Director de Escuela
Director de Departamento
Cuadro 5. Órganos de gestión universitaria (Castro, 2011).
¿Están representados todos los
sectores de su comunidad univer-
sitaria en los diferentes órganos
de gobierno? ¿Tienen cuotas de
representación reguladas por ley?
Enuncia tres ventajas y tres in-
convenientes de los parámetros
de participación existentes en su
universidad.
23
responsables son siempre académicos. En tales unidades de gobierno
aparecen representados los diferentes colectivos del ámbito específico y
tienen capacidad de decisión en el marco de la regulación general mar-
cada desde los órganos de gobierno generales o en el marco legal uni-
versitario del estado.
c. Órganos unipersonales generales: conjunto de unidades organizati-
vas constituidas por una sola persona y cuyo ámbito de influencia es la
totalidad de la institución. Al respecto, el rector/a es la figura de máxima
autoridad institucional en la universidad aunque en estructuras altamen-
te participativas y de estructura colegial la primacía de los órganos cole-
giados sobre los unipersonales es alta y, de forma general, la incidencia
en el gobierno de las universidades de los órganos unipersonales es es-
casa.
Estudios realizados (Salaburu, 2003) ponen en evidencia diferentes va-
riables que inciden en el limitado poder de los rectores en los modelos
de organización colegial: la preminencia de los órganos colegiados sobre
los unipersonales, como ya se apuntó, la falta de preparación específica
y profesional para el desempaño de esta función gerencial, el condicio-
namiento que ejerce sobre este órgano de gobierno el Consejo Social y
el mismo Gobierno del estado y, por último, la misma eventualidad del
cargo y su misma naturaleza por ser un primus inter pares.
En el modelo de organización universitaria profesional tales limitaciones,
en relación a la máxima figura de la estructura universitaria, no se pro-
ducen. Sin embargo son muchas las voces en contra de la dimensión
empresarial que adquiere la institución de educación superior planteada
desde estos parámetros que hace que se aleje de la esencia misma de la
universidad.
d. Órganos unipersonales periféricos. Constituyen las unidades organi-
zativas de una sola persona y que tienen el ámbito de influencia propio
de facultades y departamentos. Estas unidades aseguran la descentrali-
zación del poder en la organización universitaria pero, al mismo tiempo,
son elementos de obligada presencia en los órganos de gobierno de
ámbito general y, consecuentemente, participan en la toma de decisio-
nes o en las acciones consultivas que tienen los órganos colegiados ge-
nerales.
Estos órganos unipersonales periféricos, como nos señala Castro, supo-
nen un liderazgo más próximo al profesorado y a los miembros de la
comunidad universitaria.
En ocasiones, el no alineamiento de los órganos de gobierno periféricos con las
políticas de los órganos generales puede llegar a convertir a los primeros en
verdaderos contrapoderes de los segundos. Se ha de tener en cuenta que, en
la mayoría de las universidades, la estructura organizativa se replica en los di-
ferentes niveles: general y periféricos así como las forma, de elección de sus
representantes. Ello asegura una legitimación de las figuras electas por parte
del sector universitario al que representan, pero puede llegar a erigirse en opo-
sición al gobierno general de la misma institución.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
¿Cómo se produce la elección de
rector en su universidad? ¿Está
reglamentado desde la Adminis-
tración educativa? Enumere tres
ventajas y tres inconvenientes de
la forma de elección de rector en
su universidad
24
Una vez analizadas las estructuras de gobierno general de las universidades se
hace necesario adentrarse en la forma de gobierno Sin ánimo de entrar en
concreciones específicas, se pueden detectar una serie de aspectos comunes:
1. En todas las universidades del mundo la estructura es jerárquica y verti-
cal y los responsables del gobierno son académicos.
2. Existe en todas ellas una estructura parecida (rn España se llama Conse-
jo Social; en los EEUU equivalen a los Board of Trustees; el Consejo de
Estudios y de la Vida Universitaria en Francia; los Hochschulrat en Ale-
mania) que incorpora a la gestión universitaria a personas externas a la
misma universidad. Las funciones de éste órgano difieren de un lugar a
otro, desde un perfil más político a otros casos con un perfil más profe-
sional. Otro punto en común de este órgano en todas las universidades
es que el rector forma parte del mismo y que, de forma general, tienen
una función clara de control del gobierno, aprobación del presupuesto y
contextualización de las políticas de gestión de la universidad con la rea-
lidad social del contexto donde se imbrica.
3. De forma general y en los temas académicos, el gobierno y la gestión
recae sobre los mismos académicos representados en los diferentes
órganos colegiados o unipersonales.
4. Las formas de elección del rector en las diferentes universidades varia.
Así, en Italia el rector es elegido entre los profesores y en Francia el rec-
tor es propuesto por tres Consejos Universitarios, elegidos a su vez por
la comunidad universitaria. Caso especial son las Grandes Écoles donde
es el mismo ministro quien nombra directamente al director a propuesta
del Consejo de Administración y el cargo puede llegar a recaer en perso-
nas que ni siquiera tienen la nacionalidad francesa. En Alemania, la elec-
ción de rector es por sufragio ponderado de los órganos colegiados cen-
trales que corresponden al ‘Senat’ o ‘Konvent’ que es el equivalente al
Consejo de Gobierno de la universidad.
En España, la elección es entre candidatos catedráticos de la misma uni-
versidad y mediante elección directa y sufragio universal, aunque el voto
es ponderado según los diferentes sectores de la comunidad universita-
ria.
En universidades públicas de los EEUU, la forma de elección del presi-
dente o rector se realiza en el seno de los ‘Broard of Trustees’ de la uni-
versidad. Los miembros de estos órganos son nombrados por el gober-
nador del estado. El presidente o rector se selecciona por su currículum,
su experiencia y capacidad de gestión y no por intereses políticos o co-
mo resultado de unas votaciones en masa. El mandato perdurará mien-
tras la gestión de la universidad satisfaga al consejo social. En las uni-
versidades privadas, existe una amplia diversidad en el sistema de elec-
ción del rector, pero suele prevalecer la elección entre unos candidatos
propuestos por algún órgano ejecutivo o por la misma familia fundadora
de la universidad y elegido o rechazado por el ‘Board of Oversees’ de la
universidad. El nombramiento es vitalicio aunque el contrato siempre
puede rescindirse. Podemos afirmar que en los contextos anglosajones
la elección del rector o presidente se guía por patrones con matices más
empresariales y gerenciales, buscando una profesionalización.
La universidad actual
¿En su universidad existe una
estructura de gobierno y gestión
donde participen personal externo
a la universidad como represen-
tación de la sociedad? Enuncie
las posibles funcionalidades de
estas estructuras.
25
5. Por encima del gobierno interno de las universidades, mayoritariamente,
suelen existir órganos de gobierno a nivel de estado (como en el caso de
los EEUU, de los ‘Land’ en Alemania, de Comunidad Autónoma en Espa-
ña) o a nivel nacional, que marcan las líneas políticas universitarias. Pue-
de ser que en algunos casos, con una mayor o menor descentralización
(caso de España donde aparecen dos niveles de descentralización: Esta-
do, Comunidad Autónoma o el caso de Francia con un nivel de centralis-
mo mayor), aparezcan órganos intermedios de gestión regional.
6. La práctica totalidad de las universidades cuentan con unos estatutos
propios en los que se definen sus metas y se establece el marco general
que regula su funcionamiento y gobierno.
3.5. La gobernanza de las universidades
3.5.1. Del gobierno a la gobernanza de las universidades
La noción de gobernanza se usó por primera vez en el marco de las ciencias
económicas para describir aquellos mecanismos de coordinación y dirección en
el marco de procesos económicos (Kehm, 2011).
La gobernanza de las instituciones se centra en la relación entre Estado, eco-
nomía y sociedad, desarrollando procesos de autorregulación social y formas
de cooperación con agentes sociales privados, los stakcholders, que colabo-
rarán en procesos importantes en la toma de decisiones.
La gobernanza va mucho más allá del gobierno de las instituciones, donde la
preocupación radica en quién dirige y porqué y quiénes son los dirigidos. La
gobernanza implica un cambio de conceptualización y la preocupación se insta-
la en el cómo se dirige. Se atiende entonces a las estructuras de toma de deci-
siones, procesos y objetivos, también en el liderazgo y en la inclusión de los
stakcholders en los procesos de toma de decisiones.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
A la hora de analizar las formas
de gobierno de las universida-
des a nivel mundial podemos
encontrar una serie de puntos
comunes:
Estructura jerarquizada y
vertical: órganos colegiados y
unipersonales.
El gobierno en manos de los
académicos.
Tendencia a la incorporación
a la estructura de gestión de
personas externas.
Un único cargo unipersonal
responsable último del
gobierno de la institución
con diferentes modalidades
en su selección.
Normativa/marco de refe-
rencia establecido por una
Administración superior
gubernamental (Estado).
Todas las universidades
cuentan con estatutos
propios.
26
En resumen la gobernanza se define a través de tres categorías:
Eficiencia en la gestión.
Control y rendición de cuentas, con participación civil de la sociedad.
Descentralización y transparencia.
Consecuentemente, cuando se habla de gobernanza se incluyen mecanismos
formales, como la estructura, la jerarquía de procesos, las reglas y normas es-
critas y todos aquellos dispositivos de control y rendición de cuentas, así como
todos aquellos incentivos que se desprenden de éstos. La gobernanza también
tiene en cuenta los mecanismos informales como son las tradiciones, las con-
vicciones implícitas a los modelos mentales de sus actores, a las pautas de
conducta, a los valores interiorizados de la cultura de la misma comunidad uni-
versitaria y de los grupos e instituciones con los que se interactúa.
Las teorías sobre organizaciones dejan claro que cualquier incidencia en las
estructuras y mecanismos formales afectan y acaban produciendo transforma-
ciones en los elementos informales y viceversa, y todo ello se engloba en lo
que se viene llamando como gobernanza.
En resumen, la gobernanza universitaria no afecta exclusivamente a la forma
de gobierno de la institución. Todos los estudios, al respecto, aseguran que la
gobernanza de las instituciones de educación superior se define como la forma
en que estas instituciones se hallan organizadas y operan internamente tenien-
do en cuenta a la vez su relación con entidades externas con vistas a asegurar
los objetivos de la Educación Superior (Harvey 2004-2009; Mora y Viera, 2007;
Meléndez et al. 2010). Implica, además de la mejora en la toma de decisiones,
más eficiencia y agilidad en las respuestas, impone una revisión de las estruc-
turas, centros y formas de organización de las diferentes unidades de la institu-
ción. También implica una nueva forma de relacionarse entre las universida-
des, de forma coordinada, constituyendo redes de relaciones que obligan a
constituir órganos de coordinación a diferentes niveles: supranacional, nacional
o estatal, autonómico, etc.
La gobernanza pasa por plantear un plan estratégico de actuación y la incorpo-
ración de instrumentos y estructuras internas y externas de evaluación relacio-
nados con sistemas integrales de gestión de la calidad.
El interés por modernizar las instituciones educativas induce a reflexionar en
términos de gobernanza comparando los principios de legitimidad de estructu-
ras, instrumentos o procesos con la efectividad en la toma de decisiones y en
dar respuestas rápidas a los cambios mediante la implementación de su propia
planificación estratégica.
Autores como Hénard y Mitterle (2010) y Salmi (2009, p.23) anuncian la im-
portancia de la gobernanza como variable clave para alcanzar el éxito de la
institución universitaria.
3.5.2. Evolución de los diferentes regímenes de gobernanza en
la universidad
Ante una sociedad en constantes cambios y ante la nueva realidad de la uni-
versidad orientada en dar respuesta al contexto social, a sus demandas y nece-
sidades, cumpliendo además con el principio de rendición de cuentas, las insti-
tuciones universitarias están obligadas a rediseñar sus estructuras, procedi-
mientos de gobierno y gestión, tal y como se viene anunciando hasta ahora.
La universidad actual
“”Existe una gran conexión entre
las universidades ubicadas en la
cabeza de los rankings y tres
aspectos fundamentales: concen-
tración de talento, abundante
financiación y una adecuada
gobernanza”
Salmi (2009:23)
Kehm, B. (2011). La gobernanza
en la educación superior: sus
significados y su relevancia en la
época de cambios. Barcelona: Ed
Universitaria. Octaedro. ICE-
Barcelona.
27
Una rigidez y escasa adaptación organizativa pueden convertir a la institución
universitaria en organizaciones obsoletas, con poca o nula capacidad de reacción y
adaptación, que progresivamente perderán su posición competitiva entrando
en crisis y derivando hacia su desaparición.
Al revisar las tendencias de cambio de las estructuras y los procesos de gestión
y gobierno de las universidades mundiales, tanto las de la OCDE como las de
los países latinoamericanos, se puede constatar que existen diferentes tendencias
al plantear la gobernanza.
Brunner (2011) utiliza dos criterios para clasificar estas diferentes tendencias o
regímenes de gobernanza existentes en las organizaciones de educación superior:
Principio de legitimidad, que genere y mantenga la creencia que la
organización cuenta con estructuras y procesos debidamente articulados
para adoptar decisiones y dar respuesta a las demandas del entorno, y
la vez le permita incidir en el mismo.
Según este principio, las instituciones universitarias se encontrarían entre
dos extremos en un mismo eje. Por un lado, ante la existencia de un
organismo externo representado por un organismo del estado, como
puede ser un ministerio específico, y que adopta decisiones estratégicas
y encarga su aplicación a la universidad, que se convierte en un servicio
estatal. En el otro extremo aparece el gobierno interno y colegial compartido
por los diferentes sectores de la comunidad.
Principio de efectividad, que implica organizarse y tomar decisiones
estratégicas que deriven en una continuidad de las funciones de la
universidad, produciendo los recursos necesarios para su supervivencia
y, a la vez, asegurando resultados satisfactorios para las diversas partes
interesadas.
Este principio representado en el gráfico siguiente en el eje vertical dife-
rencia la gestión burocrática que se refiere a estructuras jerarquizadas,
conductas regladas y especialización de funciones. En el extremo opues-
to, tendremos la gestión emprendedora que busca dar respuesta rápida
a las demandas con carácter empresarial.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
Gestión burocrática
Gestión emprendedora
Externo Principal agente
InternoColegial
COLEGIALEMPRENDEDOR
DE PARTES INTERESADASBUROCRÁTICO
Figura 2. Tipología o regímenes de gobernanza universitaria (Brunner, 2011:138).
Brunner, J.J. (2011). Gobernanza
universitaria: tipología, dinámicas
y tendencias. Revista de Educa-
ción, 355, pp. 137-159.
28
Interrelacionando estos principios, representados en dos ejes de coordenadas,
se pueden detectar cuáles son los regímenes de gobernanza a los que derivan
los diferentes sistemas universitarios mundiales.
1. Régimen Burocrático. Se identifica con el origen de la universidad
moderna con los dos paradigmas ya mencionados anteriormente: la uni-
versidad de investigación (humboldtiana) y la universidad estatal
(napoleónica). Ambos modelos forman parte de los procesos europeos
de secularización, racionalización, burocratización y especialización
(Rüegg, 2004).
En ambos casos, el profesorado es funcionario público y se establece
una estructura organizativa reglada y jerarquizada. Más descentralizada
y competitiva en el primer caso (humboldtiano) y más centralizada y
disciplinaria en el segundo (napoleónico). En ambos modelos existe una
fuerte dependencia financiera del Estado y ello obliga a someterse a
constantes controles de supervisión por parte de los gobernantes.
La gestión se vuelve más compleja y especializada a medida que las ins-
tituciones aumentan de tamaño y ello hace crecer las rutinas burocráti-
cas. Disponen de una cierta autonomía interna, pero externamente la
universidad se mueve en la esfera de lo nacional-estatal al servicio de la
autoridad constituida por la tecno-burocracia del estado.
2. Régimen Colegial, donde se apuesta por un modelo de autogobierno
universitario. Predominio de la comunidad académica frente el medio
exterior, erigiéndose como entidad moral independiente y dotada de
cohesión interna. Este modelo es el propio de la universidad más antigua
y tradicional: la universitas magistrorum et scholarium. Se le reconoce la
autonomía, es decir, el derecho
a actuar como un todo en sus
relaciones con el entorno. Se
organiza internamente en facul-
tades encargadas básicamente
de administrar los asuntos
académicos.
La elección del rector se realiza
entre los miembros de la comu-
nidad sin excepciones. Así un
estudiante (modelo Bolonia) o
un profesor (modelo París y
Oxford), podían llegar a ser
elegidos como rector. No obs-
tante, la autoridad administrati-
va, legislativa y ejecutiva la
representa la asamblea general
(‘congregation’).
La misma estructura se repite en los diferentes niveles inferiores: facul-
tades o colegios. Se trata de instituciones que actúan con relativa auto-
nomía y su financiación está supeditada a las donaciones de patrones o
mecenas. Los académicos, en líneas generales, dominan la organización
y la dirigen a la manera de una oligarquía académica.
La universidad actual
29
3. Régimen de partes interesadas. Se trata de regímenes de gobernan-
za articulados entorno a una gestión emprendedora y en las antípodas
de la gestión burocratizada. También ha venido llamándose régimen de
‘stakcholders’ (Jongbloed, Enders y Salerno, 2008; Bjorquist, 2009). Implica
una radical apertura de la universidad hacia la sociedad y una redefinición
de su contrato con el estado que busca estimular a las universidades
para que sean más competitivas y sepan responder a los cambios del
entorno. Los intereses académicos comparten protagonismo con los
intereses de la sociedad.
La gestión adquiere, para muchos, matices mercantilistas y es del tipo
empresarial, ya que se actúa para obtener beneficios académicos, de
investigación e incluso para buscar la autofinanciación más allá de la
financiación pública del estado. Se busca rentabilizar los recursos. La
gestión está en manos colegiales, se otorga autonomía, pero al mismo
tiempo se establecen dispositivos de rendición de cuentas y evaluación
en base a indicadores cuya consecución puede llegar a influir en la
financiación recibida desde el estado.
En este régimen, el término gobernanza alcanza su máxima expresión:
se pone el foco en los resultados y en su impacto, la organización es
más ágil, especializada, autónoma y aparece una sustitución de las
relaciones jerárquicas por contratos, existe un énfasis por la calidad y la
orientación del producto hacia los intereses y demandas del consumidor.
4. Régimen emprendedor. Es propio de instituciones privadas que operan
plenamente en mercados de estudiantes, profesores, servicios y productos
de conocimiento para la obtención de recursos y de reputación. Se requiere
una estructura de agentes externos que son los que fijan las metas a
largo plazo, establecen estrategias, asesoran técnicamente y eligen a la
persona encargada de dirigir la organización. Aparecen puestos ejecutivos
intermedios alineados con el proyecto y con la generación de ingresos.
El ‘marketing’ es importante y se suele desarrollar una red de instancias
y actividades que ayudan a vincular a la universidad con su entorno a
través de la gestión, difusión y transferencia de conocimiento.
Se busca una interconexión con el sector productivo y se ofrecen servicios:
consultorías, formación, etc. que ayudan a diversificar los ingresos y que
se orientan a generar excedentes utilizables para reforzar o financiar
innovaciones o estimular áreas de interés. Se trata de desarrollar una
cultura emprendedora a nivel organizacional y la creación de redes
periféricas de suficiente potencia como para asegurar la diversificación
de ingresos y la consolidación de la institución.
En la actualidad, se hace evidente el paso en el modelo de gobernanza de las
universidades de los dos cuadrantes superiores a los dos cuadrantes inferiores
de la figura 2, presentada en la página 27. Para algunos autores ha supuesto el
traspaso del gobierno a una gobernanza marcada por una mayor preocupación por
el contexto y por una eficiencia y eficacia de las universidades.
Se apuesta por una menor intervención del estado y se pasa de una pseudoau-
tonomía universitaria a unos márgenes de autonomía mayores donde la estra-
tegia principal de las organizaciones universitarias incide en una autorregulación
como principal mecanismo de gestión y coordinación.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
30
La supervisión se está substituyendo por estrategias de control del producto,
por una mayor transparencia y rendición de cuentas. El estado planificador,
interventor y supervisor, se convierte en un estado evaluativo.
Aparecen las nuevas formas de gobernanza donde las universidades fijarán:
prioridades y metas, incluso se buscará la propia diferenciación y especialización en
el marco del sistema de educación superior del país. Se incentivará la autoevalua-
ción según indicadores de desempeño previamente establecidos por contratos
con el estado. Se está atento a focos de eficiencia internos y externos en función
de las demandas y expectativas de las partes interesadas ajenas a la comunidad
universitaria. Se buscará ganancias de productividad académica, generación de
excedentes, contribución al desarrollo regional y local y la internacionalización
(Brunner, 2011).
Las políticas desarrolladas en los países de la OCDE que impulsan el situar a la
universidad en una gobernanza propia de la parte inferior del cuadrante, también
es seguida por los países de Latinoamérica. No obstante, el ritmo seguido por
estas universidades es diferente y mayoritariamente marcado por dos pecu-
liaridades:
El concepto de autonomía entendida como autarquía institucional frente
a gobiernos nacionales débiles en materia de educación superior
(Brunner, 2008). Esto ha llevado, en un primer momento, a gobiernos de
las universidades según oligarquías académicas y, después, al autogobierno
con una amplia participación electoral de los diferentes estamentos universi-
tarios. Y todo ello frente a un estado que provee los recursos, pero con es-
casa capacidad para impulsar políticas de educación superior. Por otra
parte, cuando el estado está en manos de regímenes autoritarios, se
eliminaba cualquier atisbo de autonomía universitaria y se sometía a la
universidad a un régimen de disciplina político-administrativa.
Crecimiento masivo de la educación superior privada.
A finales del s. XX, la mayoría de las universidades latinoamericanas se en-
cuentran en el segundo cuadrante, alejadas de las demandas del entorno y
con pocas iniciativas para constituirse en motor de la sociedad.
Pero la liberalización de la educación superior por parte del estado para poder
atender a la masiva demanda, ha supuesto la expansión de las universidades
privadas que se sitúan en un cuarto cuadrante y en la mayoría de las ocasiones
con influencias del modelo burocrático. En el modelo privado latinoamericano
se produce un gran déficit de participación y colegialidad.
En la actualidad, la convivencia entre la universidad pública y la creciente
universidad privada ha llevado a que:
Los gobiernos introducen exigentes marcos de regulaciones para el
reconocimiento oficial de la organización y de los estudios y títulos que
expide.
Se establecen agencias y procedimientos para la evaluación externa y
acreditación de las instituciones.
Paulatinamente, se va entrando en un esquema de financiación basado
en aportes del estado condicionados a resultados y desempeño. Muchos
autores consideran que se están asentando las bases de la dimensión
emprendedora y la identidad pública de las universidades está mudando
hacia una identidad empresarial como la que ya tienen las universidades
privadas.
La universidad actual
Los diferentes modelos de
gobernanza en función a dos
principios claves: principio de
legitimidad y principio de
efectividad, según Brunner:
Modelo de régimen
burocrático.
Modelo de régimen
colegial.
Modelo de pares intere-
sados.
Modelo de régimen
emprendedor.
Las tendencias de la
nueva gobernanza se
centran en los modelos
de pares interesados y
de régimen emprendedor.
Aunque en realidad el
paso de un modelo a otro
no es lineal y total y en
una misma institución
universitaria pueden
coexistir estructuras y
unidades situadas en
diferentes modelos.
31
Autores muy críticos con la evolución de la universidad latinoamericana nos
anuncian por otra parte que:
“(...) la idea de la universidad pública latinoamericana durante el siglo
XX (ya fuera de gestión pública o privada, como son las universidades de
las iglesias) connotaba calidad científica, relevancia social, pertinencia y
equidad (…), la idea de universidad corporativa del siglo XXI (…) signifi-
ca fin de lucro, intereses privados, exclusión social y predominio de las
ambiciones de los propietarios” (Mollis, 2006, p.98).
3.5.3. El reto de la nueva gobernanza en la universidad del s. XXI
En la actualidad, todos los sistemas universitarios europeos están en una fase
de reflexión y modificación de su modelo de gobernanza con el fin de que sus
universidades sean más competitivas y se conviertan en el motor de progreso
de Europa.
La verdad es que la última década ha sido algo convulsa para la universidad
europea. Se ha realizado toda la transformación necesaria para adaptar el
sistema universitario al nuevo modelo de Espacio Europeo de Educación Supe-
rior (EEES) resultante del acuerdo de Bolonia (1998).
Este EEES tiene unos objetivos comunes para todas las universidades europeas:
Impulsar un cambio de paradigma educativo. Se pasa de una educación
centrada en el docente a una educación centrada en el estudiante. De
una educación basada en la transmisión de conocimientos a una educa-
ción eminentemente práctica basada en competencias.
Facilitar la eliminación de las barreras de libre circulación de estudiantes
y titulados por Europa.
Transformar a Europa y a la universidad europea a máximos niveles de
competitividad a nivel internacional y con el máximo atractivo para
estudiar e investigar.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
Para profundizar en datos relati-
vos a la situación de la universi-
dad latinoamericana y la repercu-
sión en su gobernanza:
AAVV. (2007). Reflexiones y pers-
pectivas de la Educación Superior
en América Latina. Informe final-
Proyecto Tuning. América Latina
2004-2007. Bilbao: Publicaciones
Universidad de Deusto.
Brunner, J.J. (2009). Educación
Superior en Chile: Instituciones,
Mercados y Políticas Guberna-
mentales (1997-2007). Santiago
de Chile: Universidad Diego Por-
tales.
“En su desarrollo, La Declaración
de Bolonia de 1998 señala que
para el año 2010, deberá haberse
establecido el Espacio Europeo de
Educación Superior, con el fin de
alcanzar estas tres metas:
Mejorar la competitividad y el
atractivo internacional de la
educación superior europea.
Mejorar la empleabilidad de
los graduados europeos.
Desarrollar la movilidad interna
y externa de estudiantes y de
graduados.
El proceso de Bolonia es el
resultado de dos fuerzas directrices:
la necesidad de adaptarse a la
sociedad del conocimiento, y la
exigencia de acomodarse a un
mundo globalizado en el que la
europeización sea sólo un primer
paso. El llamado proceso de Bolonia
es el procedimiento de cambio de
la educación superior más im-
portante que ha ocurrido desde
principios del siglo XIX, cuando
las universidades europeas se
adaptaron a la era industrial”
(Hortale y Mora, 2004, p.103)
32
Todo ello ha supuesto una reformulación de los planes de estudio, diseñarlos
en término de competencias y que sean fácilmente reconocidos entre las diferentes
universidades europeas tratando así de impulsar la libre circulación de estudiantes.
Todo ello con mayor atención a la integración teórica-práctica, con nuevos
metodologías de trabajo y evaluación y la incorporación de las TICS como me-
dio y recurso de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
También ha supuesto, por otra parte, unos planes formativos más realistas,
diseñados prestando una mayor atención a la empleabilidad y a la influencia
del mundo laboral, con la idea de impulsar la formación a lo largo de la vida.
Todo este proceso viene requiriendo una adaptación de docentes y estudiantes
a los nuevos esquemas de docencia. Se plantean también nuevas estructuras
de organización didáctica y la utilización de nuevos medios y recursos.
Ante este proceso de reforma y transformación de la universidad europea, el
último gran reto ha consistido en la modificación de su modelo de gobernanza.
El debate sobre la gobernanza universitaria no es reciente, lleva produciéndose
en toda Europa desde 1995 y se ha venido centrando en cuestiones como los
órganos de decisión, las normativas que condicionan el funcionamiento ordinario
de las Universidades, la esencia del principio de autonomía universitaria, las
complejas estructuras internas, la formación en gestión de los responsables,
los límites de la cultura democrática, colegial y participativa, la responsabilidad
de los diferentes órganos colegiados y unipersonales, la definición de las
competencias de los centros o facultades y los departamentos ante la nueva
dimensión de la docencia universitaria ante la integración al EEES, la finan-
ciación, entre otros aspectos.
Un planteamiento de la gobernanza implica que las universidades europeas:
Mejoren el nivel de autonomía.
Se produzca una mayor presencia de la sociedad a través de miembros
externos en sus órganos de decisión.
Promoviendo una clara estrategia de rendición de cuentas accountability
y de máxima transparencia.
Ampliar los instrumentos que les permita tomar decisiones estratégicas
en los momentos de necesidad.
Mayor diversificación de las universidades, impulsando la especialización
y permitiendo una diversificación en la financiación.
Profesionalización de la dirección y la gestión. Se plantea la posibilidad
de captación de los responsables de la universidad fuera de la misma
institución emulando el sistema norteamericano.
Posibilitar diferentes niveles de gobernanza de la universidad en función
del grado de internacionalización.
Mención aparte merece la relación entre gobernanza y financiación universitaria,
que es obvia, y que remarca que el tema presupuestario no se escapa al
proceso de revisión.
En aras a la autonomía universitaria y en el ejercicio responsable de ésta, la
universidad debe articular los procesos para rendir cuentas sobre la utilización
de los recursos públicos recibidos. Al respecto, aparecen conceptos como la
La universidad actual
Para profundizar en la enseñanza
universitaria y el EEES
Zabalza, M.A. (2002). La ense-
ñanza universitaria. El escenario
y sus protagonistas. Madrid: Ed
Narcea.
“…el marco de gobernanza y la
disponibilidad de los recursos
financieros son definitivamente
esenciales porque condicionan el
grado de la autonomía de las
universidades de investigación.
Estos factores influencian la capa-
cidad de las universidades para
movilizar fondos para reclutar y
retener a los mejores académicos
y para proporcionarles la adecuada
enseñanza y la infraestructura de
investigación...“
(Salmi, 2011, p.338)
33
economía analítica que permitirá un análisis real de los costes y la financiación
de las universidades por objetivos.
Pero, además, la eficiencia presupuestaria implica una buena ejecución que es
el resultado de una eficaz y eficiente toma de decisiones económicas-
financieras optimizando los recursos disponibles.
En este sentido, mejorar, en la programación docente, la utilización de recursos
humanos de forma más flexible, el enfoque transversal e interdisciplinar, la
búsqueda de sinergias, superación de estamentos cerrados, etc. serían cuestiones
estrechamente relacionadas con una mejora de la gobernanza pero también con
una mejor utilización de la financiación.
En resumen, es el sentido más amplio de autonomía financiera el que también
puede relacionar directamente gobernanza y financiación (MEC, 2011, p.17).
Este planteamiento supone una revisión de las estructuras internas organizativas
con el fin de hacer posible la eficiencia y eficacia a este nivel de gestión.
Una nueva gobernanza que incluya la financiación admite una nueva dimensión
que tiene que ver con la responsabilidad de las mismas instituciones universitarias
de informar a la sociedad del beneficio directo o indirecto en consonancia con
la inversión realizada en las mismas. Se trataría de desarrollar modelos
normalizados de cómputo de indicadores que muestran la contribución de las
universidades, tanto a nivel social como a nivel económico, en el desempeño
de sus tres misiones: docencia, investigación y transferencia-innovación.
3.6. La cultura de la calidad en la universidad
Existe consenso en aceptar que el desarrollo económico de una nación depende
fundamentalmente de la presencia de una fuerza laboral formada y cualificada; de
ahí la importancia del sistema universitario.
Por otra parte, en un mundo globalizado, la calidad del sistema educativo pasa
por una conectividad a nivel internacional. De esta forma se facilita el conocimiento
de nuevas ideas, el intercambio y el comercio.
Dada la importancia del sistema universitario, una nación precisa conocer la
calidad de su sistema y marcar políticas que guíen a la universidad hacia la
excelencia. Una universidad de calidad generará una sociedad de calidad y de
progreso.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
La apuesta por una nueva
gobernanza en las universida-
des del s XXI pasa por:
Una mayor autonomía de
gestión y financiación.
Rendición de cuentas y
transparencia.
Profesionalización en la
gestión.
Mayor presencia de miem-
bros externos en la gestión
como representantes de la
sociedad.
Internacionalización y trabajo
en redes.
Teniendo en cuenta la realidad de su universidad, realice una reflexión argumentada de
los siguientes puntos.
¿Cómo se articula
en mi universidad?
Puntos
débiles Puntos fuertes
Autonomía financiera
Rendición de cuentas
Internacionalización
34
Consecuentemente, la calidad de la educación superior es hoy en día un objetivo
prioritario para todos los países. Se puede decir que el desarrollo de la cultura de la
calidad ha surgido de forma generalizada ante la masificación, la diferenciación
y la internacionalización de los sistemas universitarios.
Por otra parte, la cultura de calidad ha promovido el desarrollo de factores de
presión para establecer procedimientos que aseguren la calidad de la enseñanza, la
garantía del valor público de los títulos que se expiden y facilitar así la movilidad
transnacional.
Garantizar la calidad de la institución también actúa como acicate para adoptar
mecanismos de mejora continua y con ello la
transformación competitiva de la organización.
No se debe olvidar la presión que en la actualidad
realizan los mercados y el contexto general sobre
la institución universitaria.
Sin embargo, no es fácil asegurar la calidad en
un contexto de diversidad de la oferta y de
heterogeneidad de la demanda. También, se ha
de tener en cuenta que, en el mundo globalizado
la calidad de la educación superior no se detiene
en las fronteras nacionales ni se limita a la
responsabilidad del país o de una agencia de
evaluación de la calidad. Estos planteamientos
han conducido a la generación de diferentes
sistemas de aseguramiento de la calidad o sistemas de garantía de la calidad
(SGC) en los diferentes países que, si bien tienen elementos comunes entre
todos ellos, también difieren en algunos aspectos, pero que en ningún momento
deben ser obstáculo para encontrar puntos de conexión y coordinación inter-
institucional tendiendo a un trabajo en red y de reconocimiento mutuo.
Así, las agencias de aseguramiento de la calidad han proliferado en la mayoría
de los países como servicios cuya finalidad es apoyar el desarrollo de las insti-
tuciones de educación superior.
Brunner (2007) señala algunos de los aspectos que comparten los diferentes
sistemas de garantía de la calidad (SGC) a nivel internacional:
El sistema es administrado por una agencia con mayor o menor auto-
nomía y de carácter público.
En la base del sistema existe un consenso sobre estándares y expectativas
de los diferentes actores.
Todo proceso de evaluación o acreditación se inicia con un proceso de
auto-evaluación para tener conciencia de la propia realidad y se debe
completar con informes derivados de visitas de pares externos.
La agencia de evaluación se encarga de emitir un informe evaluativo o
acreditativo teniendo en cuenta la autoevaluación y los informes de
evaluación realizada por los pares externos. La evaluación realizada por
la agencia debe ir acompañada por recomendaciones a la entidad
evaluada.
Todo este proceso es cíclico e implica periódicamente un nuevo inicio del
proceso evaluador.
La universidad actual
“Muchos países están estudiando
la mejor manera de diseñar
sistemas de indicadores para los
diferentes sectores de la educa-
ción. Ellos perciben la necesidad
de un sistema de indicadores para
mejorar la comunicación sobre el
progreso de sus sistemas de
educación superior entre el
público en general y organizacio-
nes de financiación, así como
para supervisar la aplicación de
las políticas educativas”
(Martin y Sauvageot, 2011, p.9)
35
Algunos de los elementos diferenciadores más significativos, que aparecen en
los diferentes sistemas de aseguramiento de la calidad son:
La obligatoriedad o voluntariedad del proceso evaluador por parte de la
entidad. No existe unanimidad en este aspecto y así encontramos países
que regulan la obligatoriedad de someterse a procesos de aseguramiento de
la calidad por parte de las instituciones universitarias como condición
para poder seguir contando con el reconocimiento, legitimación y
financiación, mientras que otros países consideran que el proceso ha de
estar en manos de la decisión de la misma universidad en aras al derecho a
ejercer su propia autonomía universitaria.
La focalización de los procesos de evaluación puede darse en los programas
formativos o en las instituciones, o también alternativamente en ambos.
Los procedimientos de evaluación pueden ser únicos y comunes sin tener en
cuenta los distintos sectores y jerarquías de las instituciones, o bien
diseñar procedimientos diferenciados.
El proceso de aseguramiento de la calidad debe asegurar solamente
estándares mínimos de calidad o puede incluir, adicionalmente, el
reconocimiento de calidad diferenciada o méritos especiales.
Los resultados de la evaluación o acreditación son utilizados por el
gobierno como criterios para la asignación y repartimiento de recursos
públicos o como requisito para determinar las instituciones que percibirán
recursos como resultados de la evaluación.
Brunner (2006), además, hace un estudio interesante sobre las diferentes fases de
evolución a nivel internacional de los diferentes sistemas de garantía de la calidad
(SGC).
Se puede decir que las diferentes fases culminan en la necesidad de asentar la
cultura del aseguramiento de la calidad de forma autorregulada y auto-sustentada
en la misma organización universitaria.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
FASE I
Dudas sobre calidad de
programas e instituciones
FASE 2
Dudas sobre eficiencia interna de
programas e instituciones
FASE 3
Dudas sobre capacidad de innovación y
autorregulación
FASE 4
establecer cultura de la
calidad
Figura 3. Fases de evolución de los sistemas de garantía de calidad (elaboración propia, a partir
de Brunner, 2006).
36
Se pasa de una evaluación de los insumos a una evaluación de los
resultados.
De un control externo a una autorregulación y autoevaluación.
De la evaluación según estándares mínimos marcados externamente a la
institucionalización de una evaluación centrada en la rendición de cuentas
según unos criterios pactados y con los que están de acuerdo las partes.
Se tiende a la elaboración de rankings internacionales que clasifican a
las instituciones según unos criterios que pretenden ser los referentes a
nivel internacional.
La evaluación evoluciona desde una evaluación sumativa a una evaluación
formativa donde la agencia de calidad realiza recomendaciones a la
institución para que mejore y logre la excelencia. Se trata de estimular
los mecanismos de mejora.
Se avanza hacia una evaluación centrada en procesos, resultados y en la
incidencia de esos resultados en la sociedad. De esta forma, se tiende a
evaluar también el grado de inserción de los titulados, el nivel de
empleabilidad de los egresados y haciendo una evaluación prospectiva
se puede llegar a evaluar la calidad de la formación inicial recibida.
Cabe remarcar que los diferentes SGC no evolucionan linealmente según las
fases señaladas. Así, se puede encontrar sistemas instalados básicamente en
alguna de las fases, pero que al mismo tiempo desarrollan algún elemento en
otra de las fases.
La universidad actual
Fases de la evolución de los sistemas de aseguramiento de la calidad
Problema abordado Rol aseguramiento
calidad Información de base Naturaleza revisión externa
FA
SE
I
Cuestionamiento sobre
la calidad de programas
e instituciones, particu-
larmente privadas nue-
vas.
Garantizar estándares
mínimos.
Autorizar, supervisar y
acreditar nuevas institu-
ciones privadas.
Informes descriptivos de las
propias instituciones.
Cuantificación de insumos.
Sumativa: acreditación de estánda-
res; exámenes estandarizados a
alumnos y/o graduados.
FA
SE
2
Dudas sobre la eficien-
cia interna de institu-
ciones y programas.
‘Accountability’.
Orientar la asignación
de recursos fiscales.
Indicadores de desempeño.
Informes sobre procedi-
mientos de gestión.
Ranking de programas e institucio-
nes: identificación de mejores
prácticas.
FA
SE
3
Dudas sobre la capaci-
dad de innovación y
autorregulación de las
instituciones.
Garantizar mecanismos
de autorregulación.
‘Accountability’.
Estudios auto-evaluativos:
indicadores de desempeño
e indicadores de procedi-
miento.
Auditoria para instituciones y
gobierno.
FA
SE
4
Necesidad de estable-
cer una cultura auto-
sustentada de la cali-
dad.
Estimular mejoramien-
tos vía autorregulación.
‘Accountability’.
Estudios auto-evaluativos:
basados en análisis de pla-
nes estratégicos e indicado-
res de resultados.
Informes públicos auditoría. Infor-
mación sobre inserción laboral de
graduados. Información al mercado.
Cuadro 6. Fases de evolución de los sistemas de aseguramiento de la calidad (elaboración propia
a partir de Brunner, 2006).
La masificación, diferenciación
e internacionalización y la
consecuente rendición de
cuentas en la universidad
desemboca necesariamente
en el establecimiento de una
cultura de la calidad, para
ayudar a hacer más competitiva
la institución a nivel interna-
cional.
Todos los sistemas universita-
rios han generado Sistemas de
Garantía de la Calidad (SGC)
que descansan mayoritariamen-
te en agencias de calidad, ge-
neralmente concebidas como
servicios externos que sirven de
apoyo al desarrollo y consecu-
ción de la excelencia de las
universidades.
Los SGC ayudan a asegurar la
calidad de las enseñanzas,
garantizar el valor internacional
de los títulos expedidos por la
institución universitaria,
garantizando, así, la movili-
dad transnacional de titulados
y profesionales de toda índole.
Además los SGC, apuntan en
qué aspectos y procesos se ha
de incidir para el mejoramiento
continuo.
37
3.6.1. Rankings de universidades
Si bien los SGC han ido expandiéndose por todos los países, se debe tener en
cuenta que la resistencia a la cultura de la evaluación por parte de las instituciones
universitarias ha estado siempre presente.
No obstante, cada vez más se ha ido reforzando la necesidad de rendir cuentas
a la sociedad y más cuando la financiación de los docentes e investigadores
universitarios es fundamentalmente pública. Además, existe también una clara
responsabilidad de aquellos que diseñan las políticas universitarias para contrastar
los éxitos o ajustes a los cuales deben someterse sus propuestas según los
resultados evaluativos.
Esta resistencia a la cultura evaluativa se ha visto afectada también por la
aparición en los últimos años de los rankings que clasifican a las universidades. Al
hacer referencia a los rankings es preciso partir de una definición de base. Se
toma como referencia al autor Pérez Rassetti (2012, P.46) para quien un ranking
es:
“una lista ordenada jerárquicamente, en la cual el orden es el resultado
de una operación de evaluación efectuada de acuerdo a un modelo teórico
compuesto por una serie o batería de indicadores (operación de selección y
combinación de información) y su ponderación (operación de valoración
relativamente diferenciada)”
Las dos clasificaciones internacionales más conocidas en la actualidad son la de
de The Times Higher (THES) y la Universidad Jiao Tong de Shanghai (SJTU). A
continuación, en el cuadro
siguiente, se comparan ambos
rankings en el año 2010-11
mostrando las 20 primeras
universidades mundiales.
La primera (THES) apareció
por primera vez en el 2004 y
hace una selección de las 200
principales universdades del
mundo. Los criterios de va-
loración se centran en: la
reputación internacional, la
combinación de aportaciones
subjetivas (como las revisiones
por pares y las encuestas de
reclutamientos para empresa-
rios), datos cuantitativos (incluido el número de estudiantes y profesores
internacionales), y la influencia del profesorado (representada por las citas
de investigación).
La STJU está operativa desde el 2003 y utiliza como indicadores para clasificar
500 universidades del mundo algunos como: el rendimiento académico y de
investigación de los profesores, antiguos alumnos y personal, publicaciones,
citas y exclusivos premios internacionales (como los Premios Nobel y las Medallas
‘Fields’).
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
AA.VV. (2007). 10 años de la
evaluación de la calidad de las
universidades (1996-2006). Ma-
drid: ANECA.
38
Se puede comprobar que en los primeros puestos y de los dos rankings se re-
piten las mismas universidades. Teniendo en cuenta los países de procedencia,
también se evidencia que la mayoría de universidades situadas en primeras
posiciones provienen de un número reducido de países.
Según el ranking SJTU, la mayoría son de los EEUU y del Reino Unido y la úni-
ca que se coloca fuera de estos países en la lista de las 20 primeras es la uni-
versidad de Tokio. THES presenta una gama algo más amplia de países al in-
troducir alguna universidad de Australia. Al revisar las 50 primeras podemos
constatar que el THES amplia la lista de países a China (Hong Kong) Nueva
Zelanda y Singapur.
La aparición de los rankings universitarios no ha estado exenta de polémica a
nivel mundial y el foco de atención se ha centrado de forma casi unánime en la
selección y consideración cuantitativa de los indicadores de clasificación. Indis-
cutiblemente para seleccionar los indicadores y para establecer cuál será la
ponderación a aplicar en el análisis de los mismos se debe partir de una con-
cepción clara de calidad y es aquí donde puede haber problemas en consen-
suar globalmente una idea definida.
La universidad actual
Cuadro 7. Comparación de rankings.
39
Algunas de las razones de rechazo a los rankings de universidades se centran
en:
La mayor tradición evaluativa en los EEUU que en otros países como los
europeos o latinoamericanos. La competitividad de las universidades
norteamericanas induce a rankings como estrategia de marketing com-
parando las universidades. Desde este marco de referencia, se considera
que los indicadores seleccionados pueden resultar sesgados a favor del
país que más tradición tiene al respecto.
Los rankings comparan universidades entre sí y en base a una serie de
criterios cuestionables y sesgados hacia el país o los países que fomen-
tan el ranking. Se debe tener en cuenta que la mayoría de los rankings
eran elaborados por periódicos, sin explicación metodológica y con poca
información sobre los valores utilizados.
Cuando se realizan las clasificaciones mundiales de las universidades,
caso del ranking Sangai y el de The Times Higher, se reduce la descrip-
ción de una institución tan compleja como una universidad a una única
cifra.
Se realiza una agrupación y comparación de instituciones educativas
muy diferentes. En realidad, no se tiene en cuenta la eficiencia de la ins-
titución, sino el identificar capacidades y prestaciones globales.
Estas clasificaciones son demasiado rígidas, con unas variables y unos
pesos predefinidos y que parecen arbitrarios. Generalmente, se seleccio-
nan variables de estudio teniendo en cuenta la disponibilidad de infor-
mación.
La mayoría de los rankings se centran sólo en la actividad investigadora,
ignorando las otras misiones académicas. Aunque es cierto que existen
algunos rankings basados únicamente en datos bibliométricos.
En todo caso, lo que si es cierto es que la aparición de estas clasificaciones ha
tenido repercusiones en los diferentes países: desde la reorganización del sis-
tema universitario debido a los malos resultados obtenidos (caso de Francia) a
las protestas manifiestas por las instituciones e incluso por los propios países
afectados generando verdaderos incidentes diplomáticos.
El caso es que la universidad del s. XXI no puede volver la espalda a estas cla-
sificaciones, porque además pueden dar pistas para marcar políticas educativas
hacia la mejora y la excelencia.
A este respecto Aguilló (2012, p.36) nos argumenta, en relación a la utilidad de
los rankings por parte de las universidades, que hay que “tenerlos en cuenta
en el diseño de estrategias políticas universitarias, pero identificando metodo-
logías, intereses comerciales, sesgos injustificados, etc., que de todo hay, ad-
mitiendo la preocupación por la brecha cada vez más profunda entre universi-
dades”.
Sin embargo, ya se ha apuntado que para algunos autores la forma de clasifi-
cación de los rankings actuales no es la más correcta, ya que compara univer-
sidades aisladamente sin tener en cuenta su contexto, la financiación, su im-
pacto en el entorno, etc.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
“Cada año, cuando la Universidad
Jiao Tong de Shangai publica su
clasificación mundial de universi-
dades, Francia responde con una
mezcla de indignación y conster-
nación. Indignación, porque los
educadores franceses se quejan
de que el sistema favorece las
universidades “anglosajonas” y no
tiene en cuenta la atípica división
en Francia entre las grandes éco-
les de élite y las universidades
para las masas. Consternación,
porque ni una sola universidad
francesa ocupa una posición entre
las 40 universidades más impor-
tantes del mundo. Su institución
mejor situada –París VI– ocupa
sólo el lugar 45”.
Fuente: The Economist 2006
40
La tendencia, al respecto, es desarrollar evaluaciones comparativas, para que
así los gobiernos y los líderes universitarios puedan utilizar las clasificaciones
resultantes como una herramienta estratégica para comparar sistemáticamente
la práctica y el desempeño de sus instituciones o del sistema universitario en
general con sistema de pares o de países. Esta forma de entender la clasificación
de las universidades puede ayudar a realizar diagnósticos para sustentar pro-
gramas de mejora continua.
Hazelkorn (2012) nos argumenta, al respecto, que la utilización de los rankings
puede tener un efecto perverso y que, en el momento actual en el que nos
encontramos, los gobiernos están más ocupados en la remodelación de sus
sistemas e instituciones, sus prioridades educativas y sus valores sociales,
resultándoles difícil, por no decir que imposible, el cumplir con una serie de
indicadores diseñados por otros con fines comerciales o de otro tipo.
Los últimos años ha vivido intentos para dibujar clasificaciones desde una
evaluación comparada, como son los casos del "Ranking de los sistemas de la
Universidad”, que mide el desempeño de 17 países de la OCDE teniendo en
cuenta seis criterios: la integración, el acceso, la eficacia, el atractivo, rango de
edad y la capacidad de respuesta, teniendo en cuenta los niveles de participación y
la inversión pública.
Más recientemente, Salmi en el 2011 ideó de forma deliberada una herramienta de
evaluación comparativa en lugar de un ranking, con el objetivo de evaluar la
eficacia de un sistema de educación universitaria y si produce los resultados
esperados. También evalúa los insumos, procesos y factores propicios necesarios
para obtener buenos resultados.
Así, utiliza dos indicadores generales que aglutinan: los logros de aprendizaje,
la equidad, la investigación, la transferencia de conocimiento y tecnología, los
valores, comportamientos y actitudes, el entorno macroeconómico, el liderazgo
a nivel nacional, la gobernanza y la regulación marco, el sistema de garantía de
la calidad, los recursos financieros e incentivos, los mecanismos de articulación y
de la información, la ubicación y las infraestructuras de telecomunicaciones.
Y en junio del 2012, aparece otra apuesta por una evaluación comparativa con
la nueva SUB-21: clasificación del Sistema Nacional de Educación Superior que
establece 20 criterios agrupados en cuatro categorías principales y ponderadas
de forma diferente en la puntuación final:
Recursos (25%): inversión por parte del gobierno y del sector privado en
la enseñanza y la investigación.
Potencia de salida (40%): investigación e impacto y la capacidad del
sistema para producir una fuerza laboral educada y que satisfaga las
necesidades y demandas del mercado de trabajo.
Conectividad (10%): mide el número de estudiantes internacionales así
como la proporción de artículos en coautoría con colaboradores interna-
cionales.
Medio Ambiente (25%): mide la política del gobierno y las regulaciones
institucionales y socio-económicas, la diversidad y las oportunidades de
participación.
Esta es la clasificación final después de aplicar el análisis ponderado.
La universidad actual
“Es importante centrarse en la
capacidad del sistema en su con-
junto y no simplemente en el
rendimiento de las entidades de
élite. He planteado el reto de la
política en términos de promover
un sistema de clase mundial en
lugar de universidades de clase
mundial”
(Hazelkorn, 2012, p.154)
41
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
Cuadro 7. U21 Ranking of National Higher Education Systems. A project sponsored by Universitas
21 (Williams, 2012, p.17).
¿Cuál es la situación de las
universidades de mi país en los
rankings mundiales? Argumente
la respuesta.
El formar parte de los rankings y
alcanzar un buen posicionamiento
¿Es un objetivo de las políticas
del país que se evidencia en alguna
estrategia concreta?
42
3.6.2. Universidad de rango mundial (URM)
Se puede estar de acuerdo o no con los sistemas de clasificación mundial de
las universidades pero lo que si es cierto es que son una realidad y que la mayoría
de los gobiernos y los líderes universitarios están pendientes de estas clasifica-
ciones para reorientar las políticas en materia de educación superior. Es más,
en los últimos años, el impacto de estas clasificaciones a través de los ‘mass
media’ ha sido relevante, generando opinión entre la población sobre el propio
sistema universitario. No se debe olvidar la importancia de las instituciones
universitarias para impulsar el progreso en la sociedad del conocimiento.
Al constatar, como ya se ha visto, que las universidades que ocupan los primeros
lugares en los diferentes rankings, son siempre las mismas, el efecto es que
estas universidades sean consideradas como Universidades de Rango Mundial
(URM).
A principios del s. XXI, el término URM se ha convertido en un término sinónimo de
calidad de la enseñanza y la investigación de la educación superior y, además,
sinónimo de capacidad para ser competitiva en el mercado mundial desarrollando y
generando conocimiento avanzado. Estas universidades se convierten en polos
de atracción internacional para los estudiantes que desean acudir a las más
prestigiosas de las universidades a nivel internacional.
Antes de entrar en materia, se debe dejar claro que aunque se crea comúnmente
que las instituciones de rango mundial son, por lo general, universidades de
investigación, es importante señalar que también hay instituciones de educación
terciaria de fama mundial que no se centran en la investigación y que tampoco
funcionan como universidades en la interpretación más estricta de ese término.
Los gobiernos miran estas universidades como modelos a imitar (Williams y
Van Dyke 2007), sin embargo Altbach (2004, p.38) hace una reflexión interesante
sobre la paradoja que puede suscitar las mismas URM: todo el mundo quiere
una, nadie sabe lo que es y nadie sabe cómo obtenerla.
Siguiendo a Sami (2009), las URM son reconocidas básicamente porque:
Producen graduados universitarios excepcionalmente cualificados.
Existe una alta demanda del mercado laboral por los graduados de estas
universidades.
Desarrollan investigaciones de vanguardia.
Publican en las principales revistas científicas.
Son instituciones orientadas hacia la ciencia y la tecnología y contribuyen
a la innovación técnica a través de patentes y licencias.
Pero para ser excelentes en estos indicadores es necesario definir qué tienen
estas universidades que las diferencia del resto de universidades y que,
además, les permite obtener unos buenos resultados y catapultarlas a los primeros
lugares de los rankings internacionales.
Altbach (2004), Khoon et al. (2005) y Niland (2000, 2007), entre otros, han
analizado las características de las URM y coinciden en:
Profesores altamente calificados.
Excelencia en investigación.
La universidad actual
“En esta carrera por una educa-
ción de “lujo”, los países están
tratando de establecer
“universidades de rango mundial”
que encabecen el desarrollo de
una economía basada en el cono-
cimiento. Debido al poder de las
clasificaciones, las instituciones
están tendiendo a buscar la inno-
vación e inversión a la luz de las
metodologías de clasificación, tal
vez a costa de sus verdaderos
puntos fuertes, posibilidades
financieras y capacidad institucio-
nal.
A pesar de su carácter controver-
tido y deficiencias metodológicas,
las clasificaciones de las universi-
dades se han generalizado y no
es probable que desaparezcan.
Dado que ellos definen el concep-
to de “rango mundial” para una
amplia audiencia, no pueden ser
ignorados por todos los que estén
interesados en evaluar el funcio-
namiento de las instituciones de
educación terciaria”
(Salmi y Saroyan, 2007, p.136)
43
Calidad de la enseñanza.
Fuentes considerables e financiación gubernamental y no gubernamental.
Estudiantes sobresalientes e internacionales.
Libertad académica y atmósfera de entusiasmo intelectual.
Estructuras autónomas de gobernabilidad bien definidas.
Instalaciones bien equipadas para la enseñanza, la investigación, la
administración y para la vida estudiantil.
Fuerte conexión con las necesidades de la sociedad.
Actividades que contribuyan a la vida cultural, científica y cívica de la
sociedad.
Alden y Lin (2004) amplían esta lista de características enunciando las siguientes:
Posee una reputación internacional por su enseñanza.
Tiene un número de investigadores estrellas y líderes de fama mundial
en sus respectivas especialidades.
Es reconocida no sólo por otras universidades de rango mundial (por
ejemplo, el grupo de universidades Ivy League de Estados Unidos), sino
también fuera del mundo de la educación superior.
Tiene algunos departamentos de rango mundial (aunque no todos,
necesariamente).
Se identifica y se basa en sus excelentes capacidades en el campo de la
investigación y tiene una reputación y un enfoque especiales (por sus
“principales” temas de investigación).
Genera ideas innovadoras y produce numerosos resultados de la investiga-
ción básica y aplicada.
Produce resultados de investigación muy innovadores, que son reconocidos
por sus pares y premiados (como el premio Nobel, por ejemplo).
Atrae a los estudiantes más capaces y produce los mejores graduados.
Puede atraer y retener al mejor personal.
Puede contratar a personal y a estudiantes en un mercado internacional.
Atrae a una gran proporción de estudiantes de postgrado, para obtener
diplomas con tesis de investigación o sin ella.
Atrae a una gran proporción de estudiantes extranjeros.
Funciona dentro de un mercado mundial y tiene muchas actividades de
carácter internacional (por ejemplo, vínculos de investigación, intercambios
de estudiantes y personal y visitantes de categoría internacional).
Tiene una base financiera sólida.
Recibe grandes donaciones de capital y tiene altos ingresos.
Tiene fuentes de ingresos diversificadas (por ejemplo, el gobierno, el
sector de las empresas privadas, los ingresos de investigación y las cuotas
de matrícula de los estudiantes extranjeros).
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
Salmi, J. (2009). Desafíos de
crear universidades de rango
mundial. Washington: Banco
Mundial. Ed Mayol.
Williams, R; Rassenfosse, G;
Jensen, P; Marginson, S. (2012).
U21 Ranking of National Higher
Education Systems. University of
Melbourne.
44
Proporciona, en las áreas de la enseñanza y la investigación, un entorno
de gran apoyo y de alta calidad tanto para su personal como para sus
estudiantes (por ejemplo, edificios e instalaciones de alta calidad/un
campus de alta calidad).
Tiene un equipo de administración de primera clase con una visión y
planes de ejecución estratégicos.
Produce graduados que acaban en posiciones de influencia y/o de autoridad
(como primeros ministros y presidentes).
Tiene una larga historia de magníficos logros (por ejemplo, las universidades
de Oxford y Cambridge en el Reino Unido y la Universidad de Harvard en
Estados Unidos).
Hace una gran contribución a la sociedad y a nuestra época.
Se compara continuamente con las principales universidades y depar-
tamentos en todo el mundo.
Tiene la confianza y seguridad necesarias para establecer sus propios
objetivo.
Salmi (2009) resume todas estas características y nos habla de tres grandes
grupos de factores que ayudan a definir la URM:
Una alta concentración de talento: profesores y estudiantes.
Abundantes recursos para ofrecer, es decir, lo que Salmi llama un fértil
ambiente de aprendizaje y para llevar a cabo investigaciones avanzadas.
Características favorables de gobernabilidad que fomenten una visión
estratégica, innovación y flexibilidad. Se trata que las instituciones tomen
decisiones y administren sus recursos sin ser obstaculizadas por la
burocracia.
La universidad actual
Estudiantes
Personal Docente
Investigadores
Internacionalización
Marco
normativo
de apoyo
Autonomía
Libertad académica
Equipo de liderazgo
Visión estratégica
Cultura de excelencia
Recursos del
presupuesto
público
Ingresos de fondos de
donaciones
Precio de la matrícula
Becas de investigación
URM
Transferenciade
tecnología
Ab
un
dan
tes
recu
rsos
Gob
ern
ab
ilidad
favora
ble
Concentración de
talento
Figura 4. Características de una Universidad de Rango Mundial (URM): conjugación de factores
clave (Salmi, 2009, p. xxi).
45
Salmi (2009) va más allá en sus análisis sobre las URM y apunta una serie de
estrategias para que las instituciones universitarias alcancen la categoría de
URM:
1. Estrategias referidas al gobierno, de carácter externo a la misma
institución universitaria. Al respecto, los gobiernos tienen tres opciones
para transformar el sistema universitario y sus universidades en URM:
mejorar un pequeño número de universidades que tienen posibilidades
de sobresalir (seleccionar a los ganadores), estimulando a instituciones
existentes para que se combinen y se transformen en una nueva universi-
dad (forma híbrida), o bien creando nuevas universidades a partir de
cero (fórmula tábula rasa).
En el cuadro 9 se analizan de forma resumida cada una de las opciones
posibles para ser adoptadas por los gobiernos, teniendo en cuenta que
cada una no excluye a las demás y que un gobierno puede llegar a optar
por diferentes alternativas a la vez y establecer como reparte los recursos o
por cual de los enfoques invierten los mismos.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
Enfoque
Condiciones Mejorar las instituciones
existentes
Fusionar las
instituciones existentes
Crear nuevas
instituciones
Capacidad para
atraer talento
Difícil de renovar el per-
sonal y cambiar el lema
para atraer a los mejores
estudiantes.
Oportunidad para cambiar
de liderazgo y para atraer
nuevo personal; resistencia
del personal existente.
Oportunidad para selec
cionar lo mejor (personal y
estudiantes); dificultades
para atraer a los mejores
estudiantes a una institu-
ción “desconocida”; necesi-
dad de fomentar las tradi-
ciones de la investigación
y la enseñanza.
Costos Menos costoso. Neutral. Más costoso.
Gobernabilidad
Difícil de cambiar el mo-
do de funcionamiento
dentro del mismo marco
regulador.
Mejores probabilidades de
trabajar en una situación
legal distinta a la de las
instituciones existentes.
Oportunidad de crear un
adecuado marco regulador
y un sistema de incentivos.
Cultura
institucional
Difícil de transformar
desde dentro.
Puede ser difícil crear una
nueva identidad a partir de
distintas culturas institucio-
nales.
Oportunidad de crear una
cultura de excelencia.
Cambio en la
administración
Importante campaña de
comunicación y consulta
con todos los interesa-
dos.
Enfoque “normativo” para
educar a todos los interesa-
dos acerca de la cultura
institucional y las normas
esperadas.
Enfoque “adaptable al tipo
de ambiente” para comuni-
car y promocionar social
mente la nueva institución.
Cuadro 8. Costos y beneficios de los enfoques estratégicos para establecer universidades de ran-
go mundial (Salmi, 2009, p.xxiii).
46
2. A nivel interno. Cada universidad debe dar una serie de pasos en
particular para poder transformarse en URM y para Salmi esto pasa por
un fuerte liderazgo, una visión clara y arriesgada de la misión y objetivos
de la institución y un plan estratégico claramente articulado que se debe
concretar en programas y objetivos. Además las universidades que aspiran a
convertirse en URM deben impulsar la cultura de la evaluación, bajo
criterios de objetividad, reformulando procesos que posibiliten mejorar y
alcanzar cotas de excelencia.
Llegados a este punto, la verdad es que no existe ninguna receta universal o
fórmula mágica para convertir una universidad a URM. Los contextos nacionales y
los modelos institucionales son lo suficientemente diversos de un país a otro y
de una universidad a otra, hecho que hace difícil encontrar unos parámetros
concretos aplicables a cualquier situación.
Por lo tanto, cada país debe elegir entre las diferentes soluciones posibles, fruto de
las diferentes experiencias desarrolladas a nivel internacional, la estrategia que
más se adapte para potenciar su propio sistema universitario.
Teniendo en cuenta que no se trata de un proceso inmediato, hay que ser
conscientes que alcanzar una cultura de la excelencia y conseguir resultados
de calidad requiere de muchos años y de un constante compromiso por parte
de toda la comunidad universitaria y de los poderes políticos, así como del
contexto social donde se inserta la institución. Otro factor a tener en cuenta es
que la transformación del sistema universitario nunca se puede dar de forma
aislada por lo que esta transformación influye en el contexto y el contexto
influye en hacer posible la transformación.
El cambio hacia una URM pasa por una clara estrategia económica de país y de
desarrollo social, en general, por cambios y reformas en todo el sistema educativo
en su conjunto; también, en niveles inferiores a la universidad y, asimismo, por
el desarrollo de planes para el impulso de otros tipos de instituciones de
educación terciaria con el fin de poder crear un sistema integrado de enseñanza,
de investigación y de instituciones orientadas hacia la creación de tecnología,
todas ellas interconectadas y que contribuyan de forma coordinada al progreso
socioeconómico del país.
En resumen, en la medida que los países emprenden la tarea de establecer
universidades de rango mundial, también deben considerar la necesidad de
crear, además de universidades de investigación, excelentes instituciones
alternativas para satisfacer la amplia gama de necesidades de formación y
educación que se espera del sistema de educación superior.
La universidad actual
La cultura evaluativa ha
impregnado la dinámica inter-
na de los sistemas universita-
rios mundiales. La generación
de Sistemas de Garantía de la
Calidad (SGC) ha sido la
respuesta de las instituciones
como mecanismo de mejora
continua y de transformación
competitiva.
Para ello, se han definido
indicadores de evaluación que
en una sociedad globalizada
trascienden las fronteras de la
misma institución y del país.
Han proliferado los rankings
como sistemas de clasificación
de las universidades, colocando
a unas pocas en los primeros
lugares de estas listas. Son las
llamadas Universidades de
Rango Mundial.
La preocupación de los países
y líderes universitarios está en
colocar a su universidad en
las primeras posiciones,
promoviendo analizar qué
hace que las URM tengan la
consideración de excelencia.
Una alta concentración de
talento, abundantes recursos
y características favorables de
gobernabilidad que fomenten
una visión estratégica, innova-
ción y flexibilidad, con una
amplia autonomía, son a juicio
de Salmi (2009) los factores
más influyentes.
En la actualidad, no todos los
países están en condiciones de
tener URM y la pregunta subyacen-
te es si ¿todos los países deberían
tener URM?
47
3.7. Desafíos de la universidad del s. XXI
Las universidades capaces de renovarse y reinventarse continuamente, con
una capacidad de adaptación rápida, con estrategias para asimilar en poco
tiempo nuevas ideas y transformarlas en beneficio de la organización y de sus
fines, serán las únicas capaces de sobrevivir en un entorno cambiante.
La universidad del s. XXI, si quiere sobrevivir, ha de moverse en estos parámetros
como organización. Gairín (2000) señala, al respecto, que la universidad para
conseguir mantenerse en esta nueva era como estructura de referencia debe
considerar varios factores que interactúan entre sí:
Planificación, que implica hacer un diagnóstico de la situación y establecer
un programa estratégico de intervención con un eficiente programa de
autoevaluación permanente.
Formación, con una adecuación constante de los recursos humanos a las
nuevas exigencias y necesidades tanto de la institución, como personales y
sociales.
Perseverancia y compromiso con el cambio, que implica un verdadero
proceso de superación de la cultura anterior que puede lastrar a la
institución. Se puede generar la pérdida de una seguridad adquirida en
una forma de hacer tradicional y estable que hace que abunden periodos
de incertidumbre e incluso resistencias al cambio.
Tiempo. Se entiende que todo cambio es un proceso y que, por
consiguiente, los resultados no serán inmediatos. Todo cambio se da
en un tiempo, exige otro tiempo y se consolida con el tiempo.
Más de ocho siglos después de su fundación, la universidad se encuentra en
medio de una revolución tecnológica, en un mundo dividido, necesitando ahora
hacer su propia revolución. Durante los anteriores apartados ya se han ido
apuntando algunos de los retos y desafíos con los que se enfrenta la universidad
en este siglo. Aquí y ahora se quiere hacer un resumen de los desafíos que, a
nivel general, se consideran válidos para todas las universidades, para después
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
Planificación
Formación
Universidad
del
s. XXI
CompromisoTiempo
Figura 5. Factores que interactúan en la universidad (elaboración propia a partir de Gairín, 2000).
48
hacer un breve recorrido por los retos a los que se enfrenta la universidad
latinoamericana.
Así destacamos:
1. La universidad ha de luchar por su reconocimiento social y ello incluye
una mayor presencia de la sociedad en la universidad. Algo que
en los EEUU es una constante y que en Europa es algo que aún no se ha
desarrollado con normalidad. En la mayoría de las ocasiones, la sociedad
no se identifica con la universidad y al no hacerlo no se hace una apuesta
clara por la misma.
Claramente el reto está en fomentar una mejora en las relaciones entre
universidad y sociedad. La sociedad debería estar informada de lo que
sucede en la universidad, de los profundos cambios a los que se ha visto
sometida a finales del siglo pasado y principios de este, y se debería tener
información sobre el impacto de la universidad en su entorno económico,
social y cultural.
2. Ninguna universidad tiene el monopolio en el cumplimiento de
sus misiones de crear y aumentar el conocimiento, difundirlo a la
sociedad y aplicarlo al desarrollo y a la innovación. La diversidad entre
las universidades es clara y viene dada por la combinación concreta que
puedan hacer de las misiones que le son requeridas y, al mismo tiempo,
de su capacidad de renovación y de adaptarse a un entorno competitivo
y cambiante, movilizando su capital intelectual.
3. Es necesario potenciar una universidad dinámica. La Universidad no
puede encarar el conocimiento de forma estática, como si el saber tuviera
una larga duración compatible con el horizonte de la vida de sus pro-
fesores. Hoy, el conocimiento empieza a cambiar en el instante en que
es creado, y la universidad tiene que incorporar esa dimensión en el rol
que desempeña. Los más críticos consideran que para llegar a generar
una universidad dinámica es necesario que los títulos tengan plazo de
duración, ya que la universidad del siglo XXI no puede responsabilizarse
por los conocimientos de un ex alumno formado hace algunos años.
Consecuentemente, un título universitario debe conllevar la exigencia de
reciclaje del conocimiento a lo largo de toda la vida profesional. Los
doctorados deben ser actualizados, el profesorado sometido a concursos
periódicos que revaliden sus conocimientos, etc. En la universidad del s
XXI, la formación a lo largo de la vida (‘life long learning’) se convierte
en un objetivo central.
4. Ante el nuevo entorno competitivo, las universidades han de ser capaces
de ajustarse a las demandas de la sociedad, de demostrar la
eficiencia en su gestión interna y de disponer y gestionar la financiación
precisa para su autonomía y sostenibilidad. Un marco regulador respe-
tuoso con la autonomía universitaria, flexible en su aplicación y estable
en sus principios básicos, es el elemento estratégico coadyuvante para
lograrlo.
5. Las universidades del futuro deben liberarse de la tutela del estado
y gozar de una mayor autonomía. En la mayoría de los países, existe
un sobredimensionamiento de la legislación: por un lado, una cultura
universitaria muy proclive a regular de forma exhaustiva todo lo que no
ha legislado la Administración; y, por otro lado, una tendencia de la misma
La universidad actual
49
Administración a uniformizar y, consecuentemente, a generar normas
para todos. En este sentido, se debería producir un cambio drástico.
6. Existe una correlación entre la autonomía universitaria y la
rendición de cuentas a la sociedad. La realización de cualquier tipo
de actividad por parte del sector público viene de forma ineludible
acompañada del reconocimiento de la capacidad de los ciudadanos de
exigir cuentas a los gestores. La Universidad realiza un servicio público
y, además, en régimen de autonomía: desarrollo de la educación superior.
Esta misión le compromete al deber de aceptar una completa rendición
de cuentas institucional de sus resultados a la sociedad en general. La
rendición de cuentas debe estar enraizada en la cultura de la misma
institución, como una actividad más. Se
deben compartir y conocer los indicadores de
evaluación, se deben identificar ciclos
medibles en esta rendición de cuentas y
también convenir los principios subyacentes a
estos procesos y las consecuencias que se
derivan de los resultados obtenidos.
Por otra parte, la rendición de cuentas
supondrá para la universidad una fórmula
para generar y mejorar su financiación
ante la imagen de eficiencia y confianza
que proyecta en su entorno.
7. La gobernanza de las universidades requiere la mayor participación
posible de los sectores implicados en sus decisiones estratégicas. La
asunción compartida de responsabilidades y la identificación con la
institución de todos los grupos sociales que concurren en su actividad,
resultan vitales para la cohesión interna y la reputación externa de cada
universidad.
8. Se hace necesario una diferenciación y especialización estratégica
de cada universidad. Cada universidad debe buscar su eficiencia organizadora y
de gestión con base a sus recursos, su “saber hacer” y sus potencialidades
en la generación del conocimiento. No se puede pretender que todas las
universidades hagan todo. La diferenciación es fundamental y es la única
forma de competir que tiene una universidad hoy en día. La diferenciación
implica ofrecer un valor añadido por encima de las restantes. Para ello,
es preciso desarrollar planes estratégicos bien trabados, participados y
que aúnen el compromiso de toda la comunidad universitaria en programas
de acción coherentes y operativos. Se debe desterrar la idea de la
uniformidad entre universidades e incluso entre los centros que integran
una misma institución universitaria. No se debe caer en la idea de que la
diferenciación genera centros de primera y centros de segunda, sino
centros que tienen diferentes misiones, diferentes objetivos.
9. Las universidades deberían diversificar las fuentes de financiación.
No basta con que el presupuesto esté sujeto a las subvenciones
gubernamentales, a los ingresos por las matrículas o a los recibidos de
los contratos de investigación. Se debe explorar otras fuentes de ingresos,
por ejemplo, el tejido empresarial o las donaciones de particulares. Las
universidades norteamericanas, a diferencia de las europeas, reciben
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
50
muchas donaciones de empresas, particulares y antiguos estudiantes.
Proveer de fondos a la universidad debe formar parte de lo que podríamos
llamar cultura universitaria social. Y todo ello debe estar acompañado de
un cambio en el sistema fiscal del país con políticas de desgravaciones
adecuadas.
10. Se debe profesionalizar la gestión y romper con la endogamia presente
en las universidades. Endogamia en la selección y contratación del
profesorado, endogamia en la docencia de materias y endogamia en la
selección de cargos. Las universidades son hoy en día instituciones muy
complejas y que, además, se mueven en una sociedad compleja. Los
responsables deben ser verdaderos expertos en la gestión, rompiendo si
es preciso con la tradición de que la máxima responsabilidad deba recaer
en alguien interno aunque no esté preparado para la gestión, no aceptando
la posibilidad de que alguien de fuera pueda ocupar el liderazgo si tiene
un caudal de conocimientos y experiencia mayor y exitosa.
11. Las TICs suponen una pieza clave en la universidad del s. XXI
para lograr los objetivos fundamentales de funcionamiento, eficiencia,
calidad, posicionamiento y competitividad. En este sentido, será necesaria la
alianza entre universidades y las empresas del medio para el desarrollo
de infraestructuras, contenidos, metodologías, buenas prácticas y, en
definitiva, la modernización de la institución universitaria en todas las
dimensiones: docencia, investigación y gestión y extensión.
12. La universidad del s. XXI es una universidad en red, unificada, donde
cada estudiante pueda formular su propio programa de curso, eligiendo
los profesores y las disciplinas en escala global, en una red que abarca al
mundo entero. Al mismo tiempo, la universidad ha de estar abierta para
todos.
Si ponemos la atención en las universidades latinoamericanas, a los retos
enunciados anteriormente se deben añadir
1. Hay un aumento de la movilidad transfronteriza de estudiantes y
de personal académico. A esto se suma la aparición de múltiples y diversos
programas formativos y también de instituciones en diversas modalidades
(presenciales, virtuales, a distancia). Se acentúa, así, la diversificación
de las instituciones de educación superior (universidades públicas
o estatales, privadas de servicio público, privadas con ánimo de lucro,
empresariales y corporativas, colegios universitarios, universidades
tecnológicas, institutos tecnológicos, universidades especializadas,
institutos universitarios, etc.), generando una fuerte competencia por un
mercado en clara expansión.
Esta gran diversidad de instituciones y programas ha generado al mismo
tiempo una mayor desigualdad en la calidad y, consecuentemente,
una segmentación entre los sistemas universitarios. Así, algunos
desarrollos son, por ejemplo, la emergencia de las universidades corpo-
rativas, cuya preocupación principal no es la calidad sino el negocio lucrati-
vo, o también las universidades empresariales, creadas por las propias
empresas para dar adiestramiento a su personal o generar tecnología
punta que haga que sus productos sean más competitivos.
La universidad actual
Teichler, U (2009). Sistemas
comparados de educación supe-
rior en Europa: marcos concep-
tuales, resultados empíricos y
perspectiva de futuro. Barce-
lona: Ed. Octaedro.
51
Se hace necesario impulsar sistema de garantía de la calidad de la
educación superior y organismos independientes encargados de este
seguimiento y acreditación. Pero en más de una ocasión, los procesos
de evaluación institucional se han vuelto burocráticos y ritualistas, y en
nada han contribuido a generar una “cultura de evaluación”.
3. A nivel general, se observa un avance del sector privado. Según
Brunner (2009), la matrícula en las instituciones de educación superior
privadas se expande con más rapidez que en el sector público, llegando
a incorporar para el año 2011 a un tercio del total mundial de estudiantes,
cifra que en América Latina llega a un 50%. Esta privatización de la
educación superior hace que se convierta en un bien accesible a unos
pocos y que sean sólo unos pocos los que reciban formación, con la
incidencia que tiene en el desarrollo de la misma sociedad.
4. Tünnermann (2011) haciendo referencia a la universidad latinoamericana,
nos recuerda, en la lección inaugural del curso 2011-12 en la Universidad de
Managua, que el modelo de financiamiento que sigue predominando
en la educación superior pública latinoamericana es el histórico incremental
o negociado y, en la privada, el pago de matrícula y colegiatura. Argumenta
que recientemente, se han introducido en las universidades públicas de
algunos países (México, Chile, Argentina) otras modalidades: el presupuesto
por incentivos; las asignaciones extrapresupuestarias sujetas a la
introducción de determinadas reformas que interesan al Estado; fondos
concursables, etc.
El bajo presupuesto destinado a la universidad es una realidad y sólo
cabe comprobar que el presupuesto promedio de la educación superior
en América Latina y el Caribe es inferior al 1,5% del PIB, lo que es
claramente insuficiente para satisfacer las necesidades de un sistema en
desarrollo y, en particular, para atender las demandas nacionales de la
investigación. El promedio de la inversión en Ciencia y Tecnología de los
países de la región es del 0,7% del PIB. Hace ya más de treinta años
que la UNESCO recomendó a los países una inversión no menor del 1%.
Brunner (2009) afirma que América Latina representa el 9% de la población
mundial y el 8% del P.I.B. global. Sin embargo, produce apenas el 3%
de publicaciones mundialmente registradas; el 0.19% de las patentes
concedidas por la Oficina de Patentes de los Estados Unidos y atrae a
menos del 2% de estudiantes de otras regiones. No cuenta, dice Brunner,
con ninguna Universidad entre las 100 primeras del ranking de Shanghai. La
primera universidad latinoamericana en la lista, la de Sao Paulo, ocupa
una posición entre los lugares 101 y 150, por debajo de las universidades de
Hawai, Miami y Pisa. El gasto total chileno en educación superior, de
fuentes públicas y privadas, se estimó en aproximadamente 3.100 millones
de dólares en el año 2008. Esta cifra equivale a un 54% del presupuesto
de la Universidad de Pensylvania de los Estados Unidos. Todo ello nos da
una idea de la profunda transformación que ha de experimentar la
universidad latinoamericana para alcanzar cuotas de excelencia y
convertirse en competitiva.
5. Aparece una tendencia al estancamiento de la investigación en el
ámbito universitario. En algunas universidades latinoamericanas, la
investigación se encuentra en fase inicial, seguramente provocado por
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
En la propia universidad se están
desarrollando políticas de estimu-
lación a la investigación, ¿cómo?
La carrera investigadora tiene
repercusiones en la carrera pro-
fesional del docente universitario
¿en qué medida?
52
una demanda de formación en estudios superiores que, mayoritariamente,
ha sido absorbida por instituciones orientadas principalmente a la
enseñanza. Esta situación no favorece a la producción del conocimiento,
siendo necesarias verdaderas políticas de impulso a la investigación, la
generación de redes y la internacionalización de las universidades.
6. Se precisa una reflexión profunda sobre la gobernanza y gestión en
las universidades latinoamericanas, que en los últimos años han deriva-
do hacia un modelo colegial, con poca participación de entes sociales y
con una nula profesionalización de sus líderes. Además, y en algunos
casos, la fuerte articulación y dependencia del gobierno reducen la capa-
cidad de autonomía y vinculan el gobierno de la universidad a regulacio-
nes externas marcadas por la misma administración.
7. La Universidad del futuro necesariamente tiene que integrarse en las
redes académicas y de cooperación, y participar activamente en el mun-
do universitario internacional y regional donde abunda la integración de
todas estas redes de investigadores y académicos en una “red de redes”.
Se trata de hacer un cambio de la transnacionalización a la inter-
nacionalización. La primera persigue facilitar el establecimiento en los
países iberoamericanos de filiales de universidades extranjeras, promo-
viendo una cooperación dominada por criterios asistenciales, y estimu-
lando la venta de franquicias académicas. Esto incluye la creación de
universidades corporativas, auspiciadas por las grandes empresas trans-
nacionales, y las universidades virtuales, controladas por universidades y
empresas de los países más desarrollados.
Sin embargo la internacionalización propugna una cooperación interna-
cional solidaria, con énfasis en la cooperación horizontal, basada en el
diálogo intercultural y respetuoso de la idiosincrasia e identidad de los
países participantes, así como por el diseño de redes interuniversitarias y
de espacios académicos ampliados. Es preocupante que en los países el
panorama universitario tienda hacia lo transnacional y el reto es impul-
sar la internacionalización y en última instancia la creación de espacios
supranacionales de cooperación latinoamericana.
A estos grandes retos se podrían sumar otros no por ello menos importantes:
8. Construir una sociedad más justa basada en el conocimiento y afianzan-
do la identidad cultural en un mundo globalizado y contribuyendo a la
integración latinoamericana.
9. Prolongar la educación a lo largo de la vida y vincular no solamen-
te la formación inicial sino la formación permanente con las empresas e
instituciones para así contribuir como motor a su desarrollo y progreso.
La universidad actual
Brunner, J.J. (2010). Globalización
de la educación superior: crítica
de su figura ideológica. UNIVER-
SIA, (1) 2. Disponible en: http://
ries.universia.net
La universidad del s. XXI tiene
ante sí una serie de retos
importantes:
Conseguir mayor reconoci-
miento social y la presencia
de la sociedad en la univer-
sidad.
Convertirse en una univer-
sidad dinámica, flexible e
innovadora que sabe adap-
tarse a las demandas
sociales.
Conseguir unos altos niveles
de autonomía.
Consolidar la cultura de la
calidad que lleva a procesos
de rendición de cuentas.
Desarrollar campos de
especialización y diferen-
ciación para hacerse más
competitiva.
Profesionalizar la gestión.
Diversificar las fuentes de
financiación.
Internacionalización con la
ayuda de la consolidación
del uso de las TICs.
A estos retos las universidades
latinoamericanas tienen que
sumarle:
Impulsar la investigación.
Substituir tendencias de
transnacionalización por
una clara internacionaliza-
ción.
Potenciar la universidad
pública ante la fuerte
expansión de la universi-
dad privada.
Consolidar sistemas de
garantía de la calidad y de
acreditación que aseguren
la calidad de un sistema
terciario fuertemente di-
versificado y en expansión.
53
4. ACTIVIDADES
4.1. Actividades de aplicación
1. Elabore un organigrama de la estructura organizativa de gestión interna
de su universidad en pequeños equipos de trabajo. Se deberán indicar
las relaciones entre las diferentes unidades estructurales y definir tres
funciones básicas de cada unidad.
2. La atracción de talento es uno de los retos de la universidad del s. XXI.
Después de leer el siguiente texto, comentar las ideas principales y
relacionarlas con el tema trabajado.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
La Universidad de Oxford ha nombrado al vicepresidente de la Universidad de
Yale, el profesor Andrew Hamilton, como su próximo vicerrector. Si los profesores
de la universidad aprueban su nombramiento, Hamilton sustituirá al actual
rector, doctor John Hood, que se va de la universidad el próximo año cuando
termine su primer contrato de cinco años.
Es uno de los pocos académicos nombrados para dirigir Oxford, que no se
graduó de la universidad y es sólo el segundo –después de Hood, que proviene
de Nueva Zelanda– que fue contratado fuera del país.
Su nombramiento ocurrió después de que Oxford anunciara el mes pasado
una masiva campaña de recaudación de fondos de 1,25 mil millones de libras
esterlinas (unos 2,5 mil millones de dólares) para atraer a los más importantes
académicos del mundo, entre los cuales, en lo que respecta a la universidad,
se encuentra claramente Hamilton.
El Chancellor de Oxford, Lord Patten, presidió el comité de nominaciones y
dijo que Hamilton poseía una notable combinación de liderazgo académico
plenamente demostrado y excelentes logros académicos “que lo convierten
en una opción excepcional para guiarnos a entrar en la segunda década del
siglo XXI”.
Fuente: UWN 2008B
54
3. Ante la realidad actual de la universidad de su país, trate de hacer un
diagnóstico sobre el desarrollo de mayores niveles de autonomía de las
universidades a través de un análisis DAFO: indicar las fortalezas del
sistema universitario (o de su universidad), para alcanzar mayores cuo-
tas de autonomía, y sus debilidades. Las amenazas que se presentan
ante una mayor autonomía y las oportunidades que pueden surgir.
4. Cumplimentar el cuadro atendiendo a las ideas que se exponen.
La universidad actual
Temas candentes en Europa para reflexionar sobre la gober-
nanza en las universidades:
Revisión del modelo de participación de los diferentes estamentos:
eficiencia de la organización.
Modelo homogéneo en las organizaciones universitarias o modelo di-
ferenciado para cada universidad.
Actualización de las funciones de los diferentes órganos: fa-
cultades y centros y solapamiento actual de funciones.
Actualizar las estructuras organizativas que atienden a la
investigación: institutos de investigación, parques tecnológicos, funda-
ciones, escuelas de doctorado, departamentos universitarios, etc.
Toma de decisiones desde cargos individuales y los colegiados como
consultores: eficiencia y agilidad = responsabilidad y rendición
de cuentas.
Profesionalización de los cargos académicos y responsables de
estructuras de gestión de investigación.
Simplificar la normativa y coordinar la normativa autonómica y
estatal.
Avanzar en el planteamiento de seguimiento y mejora de sistemas de
financiación y rendición de cuentas. Sistemas de garantía de la
calidad.
Plantear posibles fórmulas de elección de órganos unipersonales incluso
en la elección del rector: elección y criterios de los candidatos.
Visualización, impacto, internacionalización y eficiencia de las
universidades: agregaciones estratégicas, campus de excelencia,
concentración de universidades.
Qué ideas son las comparables en el contexto
de su universidad
55
4.2. Actividades de desarrollo
1. Comente el siguiente texto interrelacionado con el tema estudiado.
Postgrado en Formación docente del profesorado universitario
¿Les interesa a los gobiernos la educación terciaria?
“Con el simple fin de provocar una reflexión, consideremos el siguiente caso:
¿Cómo funcionaría el equipo profesional de fútbol de Barcelona (FC Barcelona) si
se viera limitado por todas las normas por las que se rigen nuestras universi-
dades? ¿Qué pasaría si todos los jugadores fueran funcionarios públicos con
salarios determinados por un ministerio del gobierno y si se les permitiera
seguir jugando todos los días, independientemente de su rendimiento durante los
juegos oficiales y de su comportamiento durante las sesiones de práctica?
¿Qué pasaría si los ingresos del club no tuvieran ninguna relación con el
resultado de los partidos, y si el club no pudiera pagar salarios más altos
para atraer a los mejores jugadores del mundo, o si no pudiera deshacerse
rápidamente de los jugadores que rinden poco? ¿Qué pasaría si la estrategia
y la táctica del equipo fueran decididas por el gobierno, en lugar del entrenador?
¿No sucedería con este tipo de enfoque el riesgo de relegar al equipo de
Barcelona al borde de la mediocridad? Si estamos de acuerdo en que este
enfoque no es el adecuado para un equipo deportivo, ¿por qué permitimos
que nuestras universidades funcionen bajo tales condiciones? Esto sugiere
que, en el fondo, nos preocupamos más por el fútbol que por la educación de
nuestros hijos”.
Fuente: Adaptado por Jamil Salmi y Richard Hopper del artículo de Xavier
Sala-i-Martín*, “Un gran sentido del humor”, Vanguardia (17 de noviembre
de 2006).
*El profesor Sala-i-Martín enseña en la Universidad de Columbia en Estados
Unidos y en la Universidad Pompeu Fabra de España.
56
2. Sami (2009) establece que hay que responder a las siguientes preguntas
antes de emprender el camino hacia la transformación en URM
Se trata de responder a las preguntas que a nivel institucional (interno)
se proponen para saber cuál es la posición de la propia universidad para
iniciar la transformación a URM.
La universidad actual
Lista de chequeo. Sami (2009)
A nivel externo del gobierno
1. ¿Por qué necesita el país una universidad de rango mundial? ¿Cuál es la justifi-
cación económica y el valor agregado esperado en comparación con la contri-
bución de las instituciones existentes?
2. ¿Cuál es la visión de esta universidad? ¿Cuál es el nicho que va a ocupar?
3. ¿Cuántas universidades de rango mundial son deseables y asequibles como inver-
sión del sector público?
4. ¿Qué estrategia funcionaría mejor en el contexto del país: modernizar las insti-
tuciones existentes, fusionar las instituciones existentes o crear nuevas institu-
ciones?
5. ¿Cuál debería ser el proceso de selección entre las instituciones existentes, si
se elige el primero o el segundo enfoque?
6. ¿Cuál será la relación y articulación entre la nueva institución, o institucio-
nes, y las instituciones existentes de educación terciaria?
7. ¿Cómo se financiará la transformación? ¿Qué proporción del gasto debería formar
parte del presupuesto público? ¿Qué proporción debería ser financiada por el
sector privado? ¿Qué incentivos se les debería ofrecer (por ejemplo, subvencio-
nes de terrenos y exenciones de impuestos)?
8. ¿Cuáles son las disposiciones de gobernabilidad que hay que implantar para facili-
tar esta transformación y apoyar prácticas de gestión adecuadas? ¿Qué nivel de
autonomía y formas de rendición de cuentas deben ser los adecuados?
9. ¿Cuál será el papel del gobierno en este proceso?
A nivel interno e institucional
10. ¿Cómo puede la institución establecer el mejor equipo de liderazgo?
11. ¿Cuáles son las declaraciones de visión y de objetivos, y cuáles son los ob-
jetivos concretos que la universidad trata de lograr?
12. ¿En qué nicho, o nichos, buscará la excelencia en la enseñanza y la investiga-
ción?
13. ¿Cuál es la población estudiantil que se quiere conseguir?
14. ¿Cuáles son los objetivos de la internacionalización que la universidad necesita
lograr (con respecto a profesores, estudiantes, programas, etc.)?
15. ¿Cuál es el coste probable del aumento de categoría propuesto? ¿Cómo va a
ser financiado?
16. ¿Cómo se va a medir el éxito? ¿Qué sistemas de control, indicadores de resul-
tados y mecanismos de rendición de cuentas se utilizarán?
57
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MÓDULO A-1
La universidad actual
Departamento de Pedagogía Aplicada