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MONOGRAFÍA DCC

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ALUMNOS: GLORIA PALACIOS LADINES JESSICA NUÑEZ ZEGARRA MARIELLA NORIEGA MIANO FIORELLA QUIÑONES ROJAS ÁLVARO PLÁCIDO MARCIANI RODRIGO RIVERA CONTRERAS

ICA DEL SUR |

SEMINARIO:LUX

ÍNDICE

I. Definición

II. Epidemiología

III. Anatomía

IV. Clasificación

V. Etiología

VI. Anatomía Patológica

VII. Cuadro Clínico

VIII. Diagnóstico

IX. Tratamiento

X. Pronóstico y resultados

XI. Conclusiones

XII. Bibliografía

I. DEFINICIÓN

Es una alteración congénita en el desarrollo de la forma o configuración de la cadera en

sus componentes acetabular y/o femoral, y/o sus estructuras blandas. Esto implica una

gama de trastornos como una laxitud ligamentaria hasta la completa pérdida de

relaciones coxofemorales.

Esta perturbación en el desarrollo de la cadera se da en la etapa intrauterina antes del

tercer mes de vida fetal. Por lo cual la persona nace con este defecto y si no es

detectado y tratado a tiempo, va a progresar a subluxación y luxación.

Se debe entender a la luxación de cadera como la pérdida completa de las relaciones

articulares debido a una displasia severa del acetábulo y una anteversión femoral

totalmente aumentada.

Se debe destacar que existe una luxación intrauterina de cadera que es una afección

teratológica y se acompaña de otras malformaciones congénitas como cardiacas,

renales de columna, etc. Esta patología es generalmente de mal pronóstico y es el 5%

de las luxaciones congénitas de cadera.

Sinónimos

Otros nombres con los que se conoce a esta patología son: luxación congénita de

cadera, displasia congénita de cadera, displasia del desarrollo de la cadera y displasia

de la cadera en desarrollo.

II. EPIDEMIOLOGÍA

Es muy variable y depende de muchos factores. Se estima una incidencia mundial entre

0,5 y 2 %.

Estos son algunos países donde se ha calculado la incidencia de presentación de esta

patología. En Chile, según datos del ECLAMC (Estudio colaborativo latino americano de

malformaciones congénitas) es de 3 por mil nacidos vivos. En Alemania, la displasia

aparece entre 2 y 4% de los recién nacidos. La frecuencia de la displasia del desarrollo

de la cadera en Colombia es 1.09%.

Siendo en Perú considerada también una de las enfermedades ortopédicas más

comunes, afectando a un 0,1 a 3% de la población. Esta incidencia varía según la

presencia o ausencia de factores de riesgo, como son la raza, el sexo, antecedentes

hereditarios, factores climáticos o telúricos, presentación fetal.

Raza: Más frecuente en la raza mestiza que en la blanca, muy infrecuente en la

negra

Sexo: Las mujeres son más afectadas en proporción variable, según los diferentes

autores, entre 3 y 7 niñas por cada niño.

Lado afectado: El 60% de los casos se presenta al lado izquierdo, el 20% en el

derecho y el 20% bilateral. No se ha podido explicar el porqué de esta diferencia,

algunos aducen que se debe a la presentación intrauterina.

Herencia: Definitivamente hay un factor hereditario, puesto que la posibilidad de que

se presente esta patología, cuando existen antecedentes, aumenta notablemente.

Es así que si un padre con luxación de cadera tiene un hijo con problema de

cadera, la posibilidad de que otro hijo la presente es del 36%.

Presentación intrauterina: Si la presentación es pélvica, la incidencia puede

aumentar 4 veces.

Clima y factores telúricos: 1,5 a 1 en invierno con respecto al verano, más frecuente

en la región andina que en los litorales.

Número de gestación: Después del nacimiento de un niño afectado, el riesgo para el

próximo niño es mayor (6% si los padres son normales y un solo hijo afectado, 1%

si uno de los padres está afectado y 36% si un padre y el hijo están afectados)

Otros: Abortos anteriores, mayor peso al nacimiento, oligoamnios y coexistencia con

otras deformidades congénitas como tortícolis, etc.

III. ANATOMÍA

La cadera es una articulación sinovial y está compuesta por: acetábulo, cabeza

y cuello femoral, cápsula articular, ligamentos y músculos.

Acétabulo

o Se puede encontrar plano y poco profundo. Con su borde externo mal

definido.

o El limbo, rodete cartilaginoso para ampliar su capacidad, se puede

encontrar invertido.

o El ligamento redondo puede estar hipertrofiado.

o El pulvinar (grasa que se aloja dentro del acetábulo) puede estar

redundante.

o El ligamento transverso (se encarga de cerrar completamente el anillo

acetabular en su parte inferior) puede estar tenso lo que disminuye la

capacidad del acetábulo.

o La severidad de los cambios que hay en el acetábulo depende del

tiempo transcurrido y el desplazamiento de la luxación o subluxación.

Cabeza y cuello del fémur

o Aumento en la anteversión y el valgo.

o La cabeza presenta un retraso en su osificación y cuanto más tiempo

permanezca luxada se va aplanando en su aspecto medial y se va

volviendo ovoidea por la presión en el alerón del iliaco.

o La magnitud de la anteversión es un factor muy importante de

inestabilidad.

Cápsula articular

o Cuando la cadera es inestable, la cápsula puede ser laxa; pero a medida

que el desplazamiento de la cabeza aumenta, se va elongando y

engrosando y se va adhiriendo a la cara externa del iliaco.

Músculos

o En el nacimiento, debido a la posición fetal, hay retracción de los flexores de

la cadera y de los isquitibiales. En niños sanos la abducción con la cadera

en flexión es mayor a 70° porque los aductores no se encuentran retraídos.

o Cuando la cabeza del fémur se lateraliza o asciende se va dando una

retracción de los aductores que es clínicamente detectable a los 2 meses, ya

que se limita la abducción de la cadera. Si la luxación se prolonga en el

tiempo, hay una acentuación de la retracción de los flexores lo que produce

una hiperlordosis lumbar secundaria.

IV. CLASIFICACION

a. Típica

Es cuando se da la patología en un niño normal. La presentación puede ser

prenatal, perinatal o posnatal. Se pueden encontrar los diferentes tipos de

presentación como cadera luxada, subluxada o cadera luxable. Los signos clínicos

van a depender del momento en que se produjo la patología, a más temprana es

más severa.

b. Atípica

Es la que se encuentra acompañada de otros desórdenes congénitos severos,

alteraciones genéticas o neuromusculares. Cuando los cambios se producen en el

útero se van a dar retracciones musculares que al nacimiento la cabeza femoral se

va a encontrar ascendida y con maniobras suaves no se va a poder reducir.

V. ETIOLOGIA

Se han realizado múltiples estudios sin embargo ninguno ha sido lo suficientemente

convincente por lo que se postula que existen factores hereditarios, hormonales,

ambientales, intrauterinos, etc. Por lo que se dice que esta entidad es multifactorial.

Se considera que estos factores pueden ser endógenos o exógenos.

A. Endógenos: entre ellos consideramos

o Prevalencia del sexo femenino (6 a 1 con respecto al hombre), por lo que se cree

que hay una influencia del sexo pero no se sabe cómo.

o Herencia: se cree que hay una alteración genética entre el 20 a 40% de los casos

de luxación congénita de cadera. Hay casos donde hay antecedente familiar de la

enfermedad.

o Hormonal: un aumento de estrógenos condiciona una mayor laxitud de la cápsula

y los ligamentos, lo que facilitaría la luxación.

B. Exógenos: se postula que se puede deber por una malposición uterina (posición de

nalgas), los procesos que ocupan espacio en el útero, la tracción muscular

exagerada, el valgo y anteversión del cuello femoral.

VI. ANATOMÍA PATOLOGICA

Existen 3 formas de presentación:

A. Cadera displásica: hay verticalización del techo acetabular. La cabeza femoral está

dentro del acetábulo pero éste es insuficiente para contenerla, entonces al momento

de rotar la cabeza se produce la luxación. El reborde del cótilo o limbo está alargado

y ligeramente evertido en su parte superior. El acetábulo tiene forma elipsoide por lo

que no cubre totalmente la cabeza del fémur.

B. Cadera subluxada: se produce una mayor progresión de la eversión del limbo. La

cápsula se alarga, al igual que el ligamento redondo, pero está libre sin adherencia a

la pelvis. El acetábulo es insuficiente, poco profundo y cubre parcialmente la cabeza

femoral. La cabeza del fémur no es de forma esférica porque es más pequeña e

irregular.

C. Cadera luxada: se pierde la relación entre el cótilo y la cabeza femoral. La cabeza va

a estar sobre y por detrás del acetábulo. El limbo va a estar comprimido y evertido y

va a formar un falso cótilo sobre el verdadero acetábulo. La cabeza es irregular y

más pequeña. La cásula articular toma forma de reloj de arena, se adhiere a la parte

superior del cótilo y éste adquiere forma de oreja de perro.

VII.CUADRO CLÍNICO

a. Signos físicos:

Dentro del cuadro clínico de esta enfermedad se encuentran diferentes signos y

maniobras que realizar para descartar la displasia congénita de cadera:

• Maniobra de Ortolani: se debe examinar solo de a una cadera a la vez. El examinador

debe colocarse caudal al niño, se toma la

extremidad a examinar con la rodilla en

flexión de 120° y la cadera en flexión de

90º, colocando el pulgar en la cara

interna del muslo, sin efectuar presión

(provoca dolor), los dedos 2º y 3º se

colocan sobre el trocánter mayor, en el

aspecto lateral del muslo. Mediante

maniobra suave de abducción de la

extremidad, si la cadera está luxada, se observa un sobresalto y se siente un “clic” de

reducción. Esta maniobra sirve para saber que la cadera está luxada y que se puede

reducir. En términos generales, esta prueba deja de ser positiva al mes y medio, puesto

que a esta edad se empiezan a establecer las retracciones musculares.

• Maniobra de Barlow: esta es una

maniobra de provocación de la luxación y

detecta caderas potencialmente inestables. Se

debe examinar una cadera a la vez. El

examinador se coloca caudal al niño, se fija la

pelvis con una mano colocando el pulgar en el

pubis y los otros dedos en el sacro; se toma la

extremidad a examinar con la otra mano,

flejando la rodilla 120° y colocando el pulgar en

la cara interna, tercio proximal del muslo, se lleva

la cadera a una flexión de unos 50-60 grados y aducción moderada (esta posición le

crea inestabilidad), al tiempo que se efectúa una presión muy suave longitudinal sobre el

eje del muslo. Esta maniobra es positiva si se siente que la cabeza femoral se desplaza

del acetábulo.

• Abducción limitada: normalmente un recién nacido tiene la abducción completa

cuando la cadera está flexionada 90°, y su

limitación, si hay patología, suele

establecerse después de los 2 meses. Se

considera limitada la abducción si es menor

de 70 grados. Cuando se trata de una

luxación teratológica, esta limitación se

puede encontrar en el momento del

nacimiento o se instaura muy rápidamente

y es muy severa. Es quizá el único signo

que algunas veces se puede encontrar en una displasia.

• Asimetría de pliegues: estos se deben observar siempre

de frente y con frecuencia se encuentra asimetría en niños

sanos. Se examinan tanto los pliegues anteriores como los

posteriores, y la asimetría se presenta cuando el problema es

unilateral.

• Prueba de Allis: sirve para observar si existen discrepancias de longitud en las

extremidades inferiores, y es positiva si hay acortamiento unilateral. Se coloca al niño en

la mesa de examen, las caderas se flejan 45 grados y se coloca la planta de ambos pies

sobre la mesa observándose la altura de las rodillas, si existe alguna diferencia de

longitud en los segmentos de la extremidad se podrá observar una desigualdad en la

altura. Cuando hay luxación bilateral esta prueba generalmente es negativa.

• Prueba de Galleazzi: es específica para valorar discrepancias en el muslo y cadera y

es positiva si el problema es unilateral.

Con el niño acostado sobre la mesa de

examen, se toman ambas piernas llevando

la cadera y la rodilla en flexión de 90

grados observándose la altura de las

rodillas; si el segmento femoral de un lado

está más corto por luxación de la cadera,

la altura de esta rodilla es inferior a la otra.

Si la luxación es bilateral, prueba generalmente es negativa.

• Prueba de Trendelemburg: se puede efectuar

cuando el niño ya camina, no es patognomónica de

la luxación de cadera. Cuando es positiva indica

insuficiencia del glúteo medio. El paciente se

examina por detrás estando parado, y la cadera que

se evalúa es la que queda apoyando; para ello se le

pide que levante el pie de la otra extremidad con

flexión de rodilla sin mover la cadera; es positiva

esta prueba cuando se cae la pelvis del lado que no

apoya debido a que el glúteo del lado contrario no es capaz de elevar el peso del

cuerpo.

b. Examen físico

El examen físico, este generalmente es normal en la displasia o se presentan uno o

varios signos en la luxación, dependiendo de la edad y si es uni o bilateral.

Estas alteraciones por la edad de los niños no hay manifestación de síntomas y no es

dolorosa. El cuadro clínico varía según sea el momento en que se examina al niño, si el

compromiso es uni o bilateral o si la cadera es inestable, etc.

De 0 a 45 días:

En este período el diagnóstico es clínico y se busca la luxación y la inestabilidad de la

cadera, no así la displasia acetabular; las radiografías son de difícil interpretación y con

frecuencia la luxación se reduce en el momento de su toma, al traccionar los miembros

inferiores.

o Si la luxación es unilateral se encuentra el signo de Ortolani positivo, y se pueden

encontrar los signos de Allis, Galleazzi, y asimetría de pliegues positivos si la cabeza

está ascendida.

o Si la luxación es bilateral, el único hallazgo va a ser la prueba de Ortolani positiva.

Algunos signos como la limitación para la abducción, pueden ser negativos, porque

aún no ha transcurrido el tiempo necesario para que se produzcan las retracciones

musculares, responsables del ascenso del fémur.

o Si la cadera es luxable uni o bilateral, únicamente se va a encontrar como dato

positivo la prueba de Barlow, y generalmente desaparece antes de la tercera

semana de vida.

De 45 días a 12 meses

El diagnóstico puede ser clínico y/o radiológico. Clínico por la presencia de signos que

sugieren la luxación, y radiológico por estudios que muestran la presencia de displasia o

la confirman. Si la cadera está luxada, alrededor de los dos meses se inician las

retracciones musculares y la cápsula se comienza a engrosar perdiendo laxitud, de tal

manera que no se puede lograr fácilmente la reducción de la cabeza, por tanto, la

maniobra de Ortolani con frecuencia es negativa, y la de Barlow, no se logra cuando

está subluxada o es inestable.

Entre más joven sea el niño, menos ascenso femoral hay con respecto del acetábulo,

haciendo que estos signos sean de difícil apreciación; por el contrario, se puede

encontrar con mayor facilidad y excursión el signo del pistón o telescopaje del fémur. Por

regla general, en las caderas luxadas después de los 5 - 6 meses ya hay ascenso franco

de la cabeza femoral y la extremidad tiende a la rotación externa.

o Luxación: si es unilateral, se puede encontrar asimetría de pliegues, los signos de Allis

y Galleazzi positivos, desviación de los genitales, diferencia en la base del triángulo de

Bryant y limitación para la abducción del lado comprometido, pero si la luxación es

bilateral los anteriores signos no se manifestarán y los hallazgos van a ser el

telescopaje, la limitación para la abducción y, si las caderas están ascendidas, se harán

positivas las líneas de Shoemaker y de Nelaton-Rose; ocasionalmente en los niños

menores se puede encontrar positivo el Ortolani, cuando la displasia es muy severa y la

luxación recién se produce.

o Displasia: si la patología es unilateral, ocasionalmente se encuentra una diferencia en la

amplitud de la abducción de las caderas, pero si es bilateral, el hallazgo clínico puede

ser la retracción de los aductores, aunque no siempre se presenta.

Del año en adelante

El diagnóstico de luxación es mucho más fácil, ya que alrededor del año de edad el niño

inicia la deambulación y es cuando aparece la cojera, caracterizada por el signo de

Trendelemburg, mas los signos anteriores. Cuando el niño está de pie, en los casos de

luxación unilateral, se encuentra una escoliosis de columna, secundaria al acortamiento

de la extremidad comprometida, y si la luxación es bilateral, se va a encontrar una gran

hiperlordosis lumbar y la marcha es anadeante (de pato).En caso de displasia de cadera

lo único que se encuentra, muy ocasionalmente, es la limitación en la abducción de la o

las caderas.

VIII. DIAGNÓSTICO

a. Radiología:

Una placa radiográfica es básicamente una proyección de sombras, de modo

que entre menos nítida es la estructura que se desea valorar, más complicada

es su evaluación, es por esto que las radiografías de caderas, los primeros dos

meses de vida, son difíciles de interpretar, además que frecuentemente

cuando están luxadas, durante las maniobras para tomarlas se pueden reducir

y el estudio es interpretado como normal, entonces:

Ortolani positivo más radiografía aparentemente normal: luxación congénita

b. Técnica:

Se ha estandarizado que para tomar las radiografías en menores de 12 meses,

debido a la retracción normal de los flexores por la posición fetal, las caderas

deben estar en flexión entre 20 y 30 grados para eliminar la inclinación anterior

de la pelvis y permitir el apoyo completo de la columna lumbar en la mesa de

examen; las rodillas deben de tener una distancia similar a la de las espinas

iliacas antero-superiores, quedando los fémures paralelos, para evitar en lo

posible proyecciones en abducción o aducción y el rayo debe centrarse sobre

la sínfisis púbica. La placa radiológica debe mostrar una pelvis centrada, con la

proyección de los agujeros obturadores y los alerones iliacos lo más simétricos

posibles; el observador debe evaluar la forma de acetábulos que en caderas

normales son ligeramente cóncavos y su borde externo bien definido.

Posteriormente se deben ubicar los puntos de referencia para trazar las

diferentes líneas sobre las cuales se apoyará el diagnóstico correcto.

Cuando en menores de 6 menes hay luxación de cadera, hay una proyección

especial con cadera en flexión mayor de 90 grados y abducción entre 45 y 60°

para valorar la orientación del cuello y la cabeza femoral con respecto al

acetábulo y decidir si se usa Arnés de Pavlik o se coloca en tracción cutánea

para descender la cabeza y permitir una reducción fácil y sin presión anormal

que lleva a una necrosis avascular.

Puntos de referencia:

Son dos y se trazan la radiografía anteroposterior con extremidades en neutro.

Se deben ubicar ambas caderas: el primero en la parte posterior del cartílago

trirraidado sobre el vértice inferior del íleon y el segundo en el borde más

externo del acetábulo.

Línea Y o de Hilgenreiner

Se traza horizontalmente atravesando los puntos del cartílago trirradiado. Sirve

como referencia para muchas medidas como el índice acetabular, la línea de

Perkins, la distancia H, el estadio de ascenso en las caderas según Gage y

Winter.

Índice acetabular

Está dado por el ángulo formado por la líneas Y una línea que une los dos

puntos entre el del cartílago trirradiado y el del borde osificado más lateral del

acetábulo, es muy variable según las tablas de los diversos autores, es más

alto el lado izquierdo y en las mujeres. Generalmente antes de los dos y tres

meses de edad, su interpretación es difícil debido a la mala definición de las

estructuras osificadas.

El índice acetabular un poco aumentado (2-4 grados) , no constituye por si

mismo una displasia, se debe correlacionar con la apariencia del acetábulo, la

aparición del núcleo de osificación de la cabeza femoral, las medidas para

saber si la metáfisis femoral esta lateralizada y ascendida, si hay dudas es

necesaria una nueva radiografía 1 o 2 meses después.

Línea de Perkins o de Ombredanne

Se utiliza la Línea Y y un alinea vertical perpendicular esta, trazada sobre el

punto del borde más externo del acetábulo; debe cortar el borde superior del

cuello del fémur en la unión del tercio interno con los dos tercios externos, si

está cortándola más medial se habla de lateralización y si no toca el cuello hay

una luxación.

Arco de Shenton

Para su adecuada interpretación, es importante que la radiografía este bien

tomada, es decir, sin aducción o abducción del fémur y sin rotaciones, puesto

que cualquiera de estas posiciones lo altera. Normalmente una línea arciforme

trazada siguiendo el borde inferior del cuello del fémur debe hacer continuidad

con una línea trazada sobre el borde superior óseo del agujero obturador, por

esto también se denomina arco cérvico-obturatriz. Si el fémur está ascendido,

este arco no se forma. Un inconveniente grande es la subjetividad de quien lo

trata.

Línea M

Descrita por el Dr. Valentín Malagón, solo sirve durante el primer mes de vida

y consiste en que al trazar una línea tangencial al borde superior del cuello

femoral, debe caer dentro del acetábulo; si la cadera está luxada cae por fuera

del mismo.

Distancia H

Descrita por Hilgenreiner, de gran valor en los casos unilaterales porque sirve

para saber si el fémur está ascendiendo. Se traza tomando la distancia que

existe ente la línea Y y el punto más superior y lateral del cuello del fémur, la

disminución comparativa de esta longitud sugiere ascenso de la cadera. Para

algunos autores esta distancia no debe ser menor de 9cm.

Desplazamiento lateral

Son múltiples las referencias que se utilizan, tanto femorales como de la pelvis,

según los diferentes autores. Los puntos femorales que se utilizan son el borde

más medial de la metáfisis o el centro del núcleo de crecimiento de la cabeza, y

los puntos pélvicos usados son la línea media del sacro, el borde más lateral

del isquion y la pared más medial de la ¨gota de lágrima¨, pero tienen el

inconveniente que su valor es comparativo y la pelvis debe estar perfectamente

centrada, sin inclinaciones ni rotaciones, y los fémures deben estar simétricos,

sin rotaciones, abducción, o aducción; todos estos requisitos son muy difíciles

de obtener cuando se toma la radiografía con el niño despierto, porque se está

moviendo, asustado o llorando.

Ángulo CE de Wiberg

No tiene ninguna utilidad antes de los tres años puesto que el centro de

osificación de la cabeza femoral aparece excéntrico con respecto de la

metáfisis femoral; para su medición se debe tener la cabeza bien desarrollada,

y antes de esta edad no se puede apreciar la cabeza en toda su redondez, ni

su relación completa con el acetábulo.

Está medición relaciona el centro de giro de la cabeza femoral con respecto al

borde externo del acetábulo, y entre menor sea el ángulo, mayor es el

descubrimiento de la cabeza.

Anteversión femoral

Se trata de la relación que existe entre el eje del cuello femoral con respecto al

eje transverso de los cóndilos del fémur. Esta anteversión es de 50°

aproximadamente al momento del nacimiento y disminuye progresivamente

hasta llegar a 17° en la mujer adulta y 12° en el hombre. La luxación congénita

y la displasia de cadera, generalmente se acompañan de un aumento en esta

anteversión, que se puede llegar a 90°, creando inestabilidad de la cadera, aun

con acetábulos normales o muy cercanos a la normalidad. Esta anteversión se

puede medir con radiologías del cuello femoral o con una TAC, pero los

resultados varían según los puntos de referencia que utilizan los diferentes

autores.

Existen tres criterios mayores para efectuar el diagnóstico de la displasia

simple de cadera:

Morfología acetabular

La luxación, no tiene dudas ni controversia desde el punto de vista clínico, ni

radiológico después del mes y medio de edad. Considera que el problema de la

displasia no es numérico sino morfológico, y para ello está planteado que hay

tres criterios mayores en el diagnostico radiológico:

1. La forma del borde externo del acetábulo

2. La profundidad del fondo acetabular y

3. La distribución de su esclerosis, secundaria a la zona de apoyo de la

cabeza en él.

Lo demás son criterios menores que ayudan pero no son diagnósticos. Para

hacer el diagnostico la lateralización de la esclerosis debe estar acompañada

por alguno de los otros signos.

IX. TRATAMIENTO

Cuanto más joven es el niño, mayor velocidad tendrá en lograr los objetivos

deseados con el tratamiento. Los objetivos del tratamiento de luxación

congénita de cadera son: conseguir la reducción articular de preferencia

concéntrica, mantener la máxima estabilidad de la cadera, resolver la frecuente

displasia residual.

La metáfisis se divide en tres porciones. La línea de Perkins debe cruzar la

porción media o externa, si la línea cae por la porción interna de dicha metáfisis

hay subluxación y si cae más adentro, la cadera está luxada.

Cuando se trata la displasia antes de los 8 – 9 meses de vida, el tiempo mínimo

de tratamiento con ortesis es el doble de la edad en meses más dos. Ejemplo:

si se trata a los 6 meses, el tratamiento dura aproximadamente unos 14 meses.

Advertir a los padres que el control es continuo hasta que cese el crecimiento.

Se coloca la cadera en una flexión mayor de 90 grados y una abducción no

mayor de 60 – 65 grados; por riesgo de necrosis avascular de la cabeza

femoral.

Esquema del tratamiento:

Primer mes:

A esta edad la cadera se encuentra con deformidad en flexión por la retracción

de los flexores, la cabeza no se ha ascendido, reduce con la maniobra de

Ortolani y no hay retracción de los aductores, por eso el tratamiento se realiza

con cualquier aparato que permita la abducción sin flexión.

Al encontrar Ortolani positivo, se debe tratar aun sin ser confirmado por

radiografía. Se puede colocar cualquier aparato no dinámico de abducción, con

las caderas en flexión de 90 y una abducción mayor a la necesaria para reducir

la cadera.

El arnés de Pavlik es un aparato dinámico, que reduce la cadera y se debe

adaptar al niño. Realizar un control a los 8 días con radiografía sin quitar el

arnés. Luego control clínico semanal y a las 3 semanas tomar una radiografía

sin el arnés; si las caderas se han estabilizado, se debe continuar con este

aparato y se puede retirar una vez al día para el baño del niño.

Del primero al sexto mes:

Al mes y medio se inicia la retracción de los aductores y la capsula va

perdiendo elasticidad. Se debe mantener la cadera dentro del acetábulo

mediante la flexión por encima de los 90° y la abducción a 45°, usando el arnés

de Pavlik tanto para luxación como displasia.

Cuando la cadera esté luxada y no haya ascenso de la metáfisis femoral,

colocar un arnés de Pavlik, con flexión entre los 90° y 100° y que la abducción

esté entre los 40 y 70°. Si a los 20 días no se logra estabilidad de la cadera,

abandonar este método y llevar al niño a artrografía, reducción cerrada y

espica de yeso.

Si la cadera se encuentra luxada y ascendida, colocar al niño en tracción

cutánea hasta hacer que la

metáfisis femoral esté por debajo

de la línea Y, colocar un arnés de

Pavlik o realizar una tenotomía de

aductores, reducción cerrada y

espica de yeso.

El arnés de Pavlik es efectivo en

un 90%, disminuyendo su efectividad en casos bilaterales. No se usa

tratamientos con doble o triple pañal porque no se ha demostrado su

efectividad.

De 18 meses a 3 años:

La posibilidad de reducción es remota, por eso se debe colocar el paciente en

tracción cutánea el tiempo que sea necesario hasta que descienda la cabeza

femoral, y llevarlo a cirugía para una reducción abierta con la corrección

intraarticular, tenotomía de aductores y del psoas, plicatura de la cápsula y

osteotomía del iliaco, ya sea tipo Salter o Pemberton.

De 3 a 7 años:

En este grupo de edad es imposible el descenso del fémur mediante tracción,

por eso se les realiza tenotomía de aductores y psoas, acetabuloplastia ya sea

Salter, Pemberton o Chiari, reducción abierta y diafisectomía femoral.

En displasia, se realiza osteotomía de tipo Salter, Pemberton, doble o triple

osteotomía del ilíaco, u osteotomía femoral de centramiento. Siempre practicar

un test de centramiento radiológico.

Por encima de los 7 años:

Cuando la luxación sea unilateral, realizar reducción abierta, acetabuloplastia y

diafisectomía femoral. Si la luxación es bilateral, no realizar ningún tratamiento,

porque ambas caderas pueden quedar limitadas y con algún grado de dolor.

En displasias realizar la cirugía que de una cadera lo más cercana a lo normal,

según lo anatómico y funcional.

En el ilíaco están las osteotomías de Salter, que orientan el acetábulo;

osteotomías que liberan el acetábulo como la doble de Sutherland, la triple de

Steel, la pericapsular de Ganz;

acetabuloplastia como la de

Pemberton.

Existe la posibilidad de

obtener curación:

Con la restitución funcional total, si

el niño recibe el tratamiento

adecuado antes de los 3 años de

edad.

Con buena capacidad funcional, de los 3 a los 6 años si es bilateral o de 3 a los

8 años si es unilateral. Más allá de este grupo de edad el tratamiento es sólo

paliativo.

Tipos de Osteomías:

Osteotomía de Salter:

Es una osteomía pélvica a través del hueso inominado para reorientar la

oblicualidad acetabular.

Complicaciones: Migración del injerto o de las agujas, desmontaje de la

osteotomía, corrección insuficiente por mal posición del injerto, alargamiento

del miembro con tensiones de estructuras musculares.

Osteotomía de Pemberton:

Es una acetabuloplastia u osteomia

pericapsular del íleon. Se realiza una

reorientación del acetábulo mediante

una osteotomía desde el íleon

superior hasta acetábulo seguido de

un apalancamiento del techo.

Complicaciones: rigidez

postquirúrgica y alteración del

crecimiento acetabular. Ventajas:

posibilidad de bilateralidad y no

necesita osteosíntesis.

Osteotomía de Ganz:

Es una osteotomía periacetabular de forma cuadrangular y se moviliza el

fragmento fijándolo con tornillos canulados.

Ventajas: posee gran capacidad de corrección, no cambia el diámetro del canal

pélvico, la columna posterior permanece intacta y se encuentra escasa

osteosíntesis que permite movilización precoz.

Complicaciones: distrofia simpática refleja, parálisis de nervios con secuelas

permanentes, necesidad de reintervención, fracturas intraarticulares, fractura

de la columna posterior, sangrado mayor y pérdida de fijación.

Osteotomía de chiari:

Es una artroplastia de interposición capsular, que permite un aumento de la

superficie de contacto de acetábulo-cabeza, a través de la medialización de la

cadera.

Complicaciones: lesiones neurológicas del femorocutaneo o ciático,

disminución del tamaño del canal del parto en las bilaterales, desmontaje de la

osteotomía por hiper o hipocorreción, dolor en la cadera por la alterada

distribución de cargas, puede persistir el Trendelemburg.

X. PRONÓSTICO Y RESULTADOS

Las DCD bilaterales tienen peor pronóstico que las monolaterales. Los niños de sexo

masculino con luxación congénita de cadera presentan mayor dificultad para su

reducción y mayor índice de complicaciones, si se comparan con niñas de la misma

edad, por lo tanto, tiene un peor pronóstico y deben ser considerados como un grupo

de alto riesgo para su tratamiento.

Entre más tardío sea el inicio del tratamiento, peores serán los resultados finales del

mismo.

Si la displasia de cadera no es diagnosticada, se presenta un desarrollo anormal por

lo que el niño queda con una cadera displásica. La historia natural de la DDC no

tratada es variable, pero mientras más tiempo dure la displasia o la luxación, mayor

es el compromiso de la cabeza femoral y del desarrollo de la cadera.

Finalmente, cualquier deformidad residual de la articulación de la cadera originará un

mal funcionamiento y se producirá un desgaste precoz que conducirá a una artrosis.

Con el tiempo, la artrosis de cadera puede hacer necesaria una operación como

colocar una prótesis de la articulación.

XI. CONCLUSIONES

La displasia de cadera se debe a una falta en el desarrollo de la cadera que

ocurre en el 3° mes de vida intreuterina.

Se afectan todas las estructuras que implica la articulación de la cadera:

acetábulo, cabeza y cuello de fémur, cápsula articular, ligamentos y

músculos.

Su etiología se considera multifactorial porque no hay un factor netamente

definido, se postulan causas como los factores genéticos, el sexo, factores

hormonales, posicionales, etc.

Hay tres grados de presentación: cadera displásica, cadera subluxada y

cadera luxada.

Una de las causas por el que hay diagnósticos tardíos es porque esta patología

es difícilmente dolorosa hasta antes de la adolescencia.

Si bien muchas caderas luxables se curan espontáneamente, muchas

otras progresan a la sub-luxación y a la luxación, por eso es importante el

diagnostico en los primeros días de vida ya que es la única prevención.

A más tiempo pase el paciente con la luxación de cadera más difíciles son

de tratar, y aun con tratamiento no dejan una cadera normal

El tratamiento busca lograr la reducción, estabilización y anatomía normal de

cadera. Se debe educar a los padres de que el tratamiento es prolongado y que

no deben retirarle los aparatos, además los controles continúan hasta el cese del

crecimiento.

Se prefiere que luego de hallar la prueba de Barlow positiva, se debe proteger al

niño con un aparato de abducción. El tratamiento dependerá de la edad del niño,

gravedad de trastorno, tolerancia a terapias, medicamentos y procedimientos..

XII. BIBLIOGRAFÍA

Rodríguez Alvira J. C. Cadera congénita. Sociedad colombiana de Pediatría. Vol.

6(2). p. 14-18

Jiménez R. Luxación congénita de cadera. Protocolos Diagnóstico Terapéuticos de

la AEP de Neonatología. 2008. Cap. 48. p. 369-370

Laguna Castillo V. Luxación congénita de la cadera. Cap. 28

Cymet-Ramírez J., Álvarez-Martínez M., García-Pinto G., Frías-Austria R., Meza-

Vermis A., Rosales-Muñoz M., Isunza-Ramírez A., Brito-Ramírez J., Anaya-García

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