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CARRERA PROFESIONAL: Gestión Pública y Desarrollo Social CURSO: Redacción Científica y Técnica DOCENTE: DR. LUIS HUAILLAPUMA SANTA CRUZ MONOGRAFÍA: “LA HEGEMONÍA Y DOMINACIÓN DE LA GLOBALIZACIÓN” PRESENTADO POR: CÉSAR ALFREDO LÓPEZ CONDORI II SEMESTRE Juliaca-2013 1

monografía hegemonía y dominación de la globalización CESAR ALFREDO LOPEZ CONDORI

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CARRERA PROFESIONAL: Gestión Pública y Desarrollo Social

CURSO: Redacción Científica y Técnica

DOCENTE: DR. LUIS HUAILLAPUMA SANTA CRUZ

MONOGRAFÍA:

“LA HEGEMONÍA Y DOMINACIÓN DE LA GLOBALIZACIÓN”

PRESENTADO POR:

CÉSAR ALFREDO LÓPEZ CONDORI

II SEMESTRE

Juliaca-2013

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“HEGEMONÍA Y DOMINACIÓN DE LA GLOBALIZACIÓN”

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TABLA DE CONTENIDOS:

Introducción 5

HEGEMONÍA 6

Concepto de Hegemonía en Gramsci 7

Los cuadernos de la cárcel 8

Lenin y la noción de Hegemonía 9

Marxismo y Hegemonía 10

Maquiavelo y el “moderno príncipe” 12

Materialismo vulgar 14

Hegemonía cultural 14

Post Hegemonía 14

DOMINACIÓN 16

GLOBALIZACIÓN 19

Entorno Político-económico 20

La nueva relación Socio-económica 21

Hitos en el periodo de globalización 23

CRITICA A LA GLOBALIZACIÓN 26

GLOBALIZACIÓN Y DERECHOS HUMANOS 28

Características de la globalización 29

Movimiento antiglobalizacionista 32

Causas de la globalización 33

Ventajas y desventajas 34

GLOBALIZACIÓN EN EL PERÚ 36

CONCLUSIONES 39

BIBLIOGRAFÍA 40

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INTRODUCCIÓN

En nuestro presente trabajo abarcaremos los conceptos de globalización y hegemonía; la globalización es una de las palabras que más se escuchan y se utilizan cotidianamente; se trata de un término de carácter complejo, multifacético y polémico. Además hemos tratado punto de vital importancia como la evolución histórica de la globalización y sus particularidades, hasta los conflictos que emergen de ella, conjuntamente con las posturas críticas al desarrollo que viene experimentando el fenómeno, el cual parece de carácter irreversible. Lo que ha guiado a nuestro trabajo es observar a la globalización en el marco del llamado nuevo orden mundial.

Qué es la globalización y qué hay de nuevo en ella es objeto de un intenso debate. La globalización es un proceso que reestructura, que continuamente cambia nuestro modo de vida, nuestra cultura y nuestra sociedad.

Pero podemos afirmar que cuando se habla de globalización, se hace referencia a un proceso de carácter fundamentalmente económico, no se encuentra limitado únicamente a esto último. Pone en juego también dimensiones de carácter político, social y cultural. Es un producto de la civilización occidental, pero no se trata en absoluto de un proceso homogéneo.

Las sociedades se abren a la circulación de activos financieros, a la importación y exportación de bienes materiales, pero también simbólicos, los cuales, al encontrarse inmersos dentro de esta tras nacionalización, se transforman en emblemas de un imaginario supranacional. Culturas que un siglo atrás eran ajenas a la existencia cotidiana han pasado a ser parte de nuestro horizonte diario, a lo cual ha contribuido tanto los medios de comunicación de masas, como un fenómeno social moderno como lo es el turismo el cuál no deja de representar un tipo de migración temporal de carácter circular.

En cuanto a la hegemonía la cual se refiere a la supremacía de una entidad sobre otras de igual tipo relacionado al concepto de globalización forman un tema trascendental hoy en día.

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HEGEMONÍA Y DOMINACIÓN DE LA GLOBALIZACIÓN

HEGEMONÍA

El concepto de hegemonía se refiere a la supremacía de una entidad sobre otras de igual tipo. Se puede aplicar a diversas situaciones con el mismo significado: una nación o bloque de naciones puede tenerla, gracias a su mayor potencial económico, militar o político, y que ejerce sobre otras poblaciones, aunque estas no la deseen. Por hegemonía mundial se entiende el dominio del mundo por parte de una sola nación o un grupo de naciones.

La hegemonía sólo es posible mediante un compromiso establecido colectivamente que lleva a avalar y compartir las reglas de un juego que, si no brinda perspectivas de ganar, por lo menos no atenta contra la cohesión social; la gobernabilidad está garantizada siempre y cuando se juegue, sin cambiar las normas, aun sabiendo que el juego no nos pertenece aunque nos incluya. (Ceceña, Esther, Estrategias de dominación y planos de construcción de la hegemonía mundial, 2003). Entonces, por este mismo concepto de hegemonía, es que Estados Unidos este perdiendo su posición ya que no entra más en un acuerdo colectivo, al contrario, cada vez va en contra del marco jurídico y soberano, sobre todo de países pobres, incluso de instituciones que se supone guardan el orden a nivel internacional, tales como la ONU.Entendida así la hegemonía, requiere de una construcción simultánea en varios planos: militar, económico, político y cultural.Al término de la Guerra Fría, se abrió una etapa de disputa por la hegemonía global en las principales áreas del desarrollo capitalista: entre Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, donde el primero acumula capacidad militar, económica y política, pero especialmente ideológica y cultural, con tanta iniciativa, que se coloca en la pirámide de la dominación del sistema mundial. (Holzmann, Guillermo. La Hegemonía de Estados Unidos. Diciembre, 2001)

Está claro que los EE.UU. no ejercen "hegemonía" sobre el 70% de la población urbana y rural, sobre todo sobre los obreros, campesinos y empleados públicos. La influencia ideológica norteamericana o hegemonía es ejercida sobre la élite política y económica. Es más, incluso entre la élite política, bajo la presión de las masas, a través de huelgas generales o amenazas de levantamientos populares, hay quienes, por lo menos temporalmente, rechazan las políticas norteamericanas, de ahí los esfuerzos de Washington por derrocar al presidente de Venezuela popularmente elegido.

Las relaciones EE.UU y América latina, en tanto que afectan a la gran mayoría de la población de la última, están basadas en la dominación, las amenazas económicas, militares y en la intervención directa e indirecta. La noción de imperialismo capta mejor la dual naturaleza de las relaciones de dominación, explotación y colaboración de la élite clientelar de los EE.UU. con Latinoamérica; lo que, en cierto modo, no lo hacen las de globalización y hegemonía.

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CONCEPTO DE HEGEMONIA EN GRAMSCI

Precisiones preliminares

Antonio Gramsci es sin duda, entre los teóricos del marxismo, quien más ha insistido sobre el concepto hegemonía; y lo ha hecho, en especial, invocando a Lenin. A la vez, diría que, si queremos ver el punto de contacto más constante, más profundo, de Gramsci con Lenin, creo que es el concepto de hegemonía. La hegemonía es el punto de aproximación de Gramsci con Lenin.

El término hegemonía deriva del griego eghesthai, que significa "conducir", "ser guía", "ser jefe"; o tal vez del verbo eghemoneno, que significa "guiar", "preceder", "conducir", y del cual deriva "estar al frente", "comandar", "gobernar". Por eghemonia el antiguo griego entendía la dirección suprema del ejército.

He aquí un pasaje en el que Gramsci escribe: "Todo es político, también la filosofía o las filosofías, y la única filosofía es la historia en acto, es decir la vida misma. En este sentido se puede interpretar la tesis del proletariado alemán como heredero de la filosofía clásica alemana, y se puede afirmar que la elaboración teórica y la realización de la hegemonía realizada por Ilich se ha convertido en un gran acontecimiento metafísico." 

Esta afirmación de Gramsci, referente a la teorización y a la realización de la hegemonía del proletariado, se basa en algunas tesis, contenidas precisamente en este pasaje. Por otra parte, se apoya en la afirmación de la identidad entre historia y filosofía (la filosofía y la historia en acto). Se trata de una tesis rica y con muchas implicaciones (aunque discutible, como trataré de señalar en lecciones sucesivas), pero que cito aquí para subrayar cómo Gramsci reúne en un estrecho nexo teoría y práctica, teoría y acción política.

A partir de esto se puede comprender qué entendía Gramsci cuando se refería a la tesis de Engels, contenida en la famosa obra Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, donde se dice precisamente que el proletariado alemán es el heredero de la filosofía clásica alemana, y que lo es porque aplica en la práctica las tesis de la filosofía, decide en la práctica, supera aquellas contradicciones filosóficas que no pueden ser resueltas en el plano del pensamiento especulativo, pero que en cambio sí pueden serlo en una nueva sociedad, la sociedad comunista. En ella reside la superación de las contradicciones de clase y también la superación de las contradicciones filosóficas que son, en el plano de la ideología, la expresión de contradicciones sociales insolubles por la vía especulativa y que únicamente lo son por la vía revolucionaria. Esta es la tesis de Engels y la tesis de Marx, y sobre ella insiste Gramsci. El proletariado es heredero de la filosofía clásica alemana porque traduce en realidad social lo que en esta filosofía es todavía especulativo; niega, en el sentido dialéctico del término y, a partir de ahí, supera

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la filosofía especulativa en cuanto la realiza, y la realiza en la praxis, en el trastocamiento revolucionario de la estructura de una sociedad dividida en clases antagónicas.

Gramsci agrega que la realización del aparato hegemónico, es decir, de un aparato de dirección del aparato del Estado, en cuanto crea un nuevo campo ideológico, determina una reforma de la conciencia, nuevos métodos de conocimiento y en consecuencia es un hecho filosófico.

Es clara la perspectiva en la que se coloca Gramsci: en la relación estructura-superestructura, ideológica. La estructura determina a la superestructura y de esto surge el estrecho nexo entre política y filosofía. La filosofía reside en la política. Momento culminante de la política, es la revolución, la creación de un nuevo Estado, de un nuevo poder y de una nueva sociedad. Por eso Gramsci dice que el aporte máximo de Lenin a la filosofía consiste en la obra de transformación revolucionaria. Esta identidad estrecha de política y filosofía hace que el momento culminante de la filosofía sea la política transformadora, y que el filósofo sea el hombre político en su calidad de transformador.

Este es el caso de Lenin dirigente de la dictadura del proletariado, como teórico y como práctico. Esta afirmación está ligada al juicio que Gramsci hace de la obra filosófica de Lenin (conocía exhaustivamente Materialismo y empiriocriticismo, y tenía reservas de fondo sobre esta obra). Pero el juicio de que Lenin cuenta como filósofo sobre todo en su obra de político, proviene, es cierto, de esta reserva hacia la obra filosófica de Lenin, pero también de un juicio más general y que se refiere precisamente al valor filosófico de la política.

Lenin y la noción de hegemonía.

Gramsci se refiere pues a la dictadura del proletariado. En Lenin encontramos en esencia la noción de hegemonía, aunque sin el uso de este término, en todas las páginas que dedica a la dictadura del proletariado, de hecho para Lenin está claro: la dictadura del proletariado es la dirección de un determinado tipo de alianzas. Sobre esto Lenin insiste mucho. Pero cuando Lenin habla de la dictadura del proletariado, no usa nunca el término de hegemonía. Utiliza el término clásico de Marx y se comprende también por qué: está empeñado en una polémica directa, en una áspera lucha contra los reformistas, contra los socialdemócratas que niegan el concepto marxista de dictadura del proletariado. Por eso reafirma con todo vigor, no sólo la teoría, sino además el término clásico usado por Marx.

Lenin escribe en su famosa obra Dos tácticas de la social democracia: "Y como respuesta a las objeciones anárquicas de que aplazamos la revolución social, diremos: no la aplazamos, sino qué damos el primer paso a la misma por el único procedimiento posible, por la única senda certera, a saber: por la senda de la república democrática. Quien quiera ir al socialismo por otro camino que no sea el de la democracia política,

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llegará infaliblemente a conclusiones absurdas y reaccionarias, tanto en el sentido económico como en el político".* La vía de la revolución democrática en la situación específica rusa, no es la vía más larga, sino la más breve y segura hacia el socialismo. No retrasa la marcha hacia el socialismo, sino que la prepara y, dentro de lo posible, la acelera. De ahí la defensa que Lenin hace de la relación del proletariado con la revolución democrático burguesa. Dice: "Los neoiskritas interpretan de un modo cardinalmente erróneo el sentido y la trascendencia de la categoría "revolución burguesa".

En sus razonamientos se trasluce constantemente la idea de que la revolución burguesa es una revolución que puede dar únicamente lo que beneficia a la burguesía. Y, sin embargo, nada hay más erróneo que esta idea. La revolución burguesa, es una revolución que no rebasa el marco del régimen socioeconómico burgués, esto es, capitalista. La revolución burguesa expresa las necesidades del desarrollo del capitalismo no sólo sin destruir sus bases, sino, al contrario, ensanchándolas y profundizándolas. 

He aquí la relación democracia-socialismo, el desarrollo de la democracia, aun dentro de los límites burgueses, como condición de lucha y de pasaje al socialismo. "Esta conclusión puede parecer nueva o extraña y paradójica, únicamente a los que ignoran el abecé del socialismo científico, y de esta conclusión, dicho sea de paso, se desprende asimismo la tesis de que, en cierto sentido, la revolución burguesa es más beneficiosapara el proletariado que para la burguesía. He aquí, justamente, en qué sentido es indiscutible esta tesis: a la burguesía le conviene apoyarse en algunas de las supervivencias del pasado contra el proletariado, por ejemplo en la monarquía, en el ejército permanente, etc. A la burguesía le conviene que la revolución burguesa no barra con demasiada resolución todas las supervivencias del pasado, sino que deje en pie algunas de ellas; es decir, que esta revolución no sea del todo consecuente, que no se lleve hasta el final, que no sea decidida e implacable. Los socialdemócratas expresan e menudo esta idea de un modo algo distinto, diciendo que la burguesía se traiciona a sí misma, que la burguesía traiciona la causa de la libertad, que la burguesía es incapaz de una democracia consecuente.

Los cuadernos de la cárcel

Los Cuadernos de la Cárcel constituyen los apuntes que Gramsci redactó en la cárcel, desde 1929 hasta 1935, es decir, dos años después del arresto, cuando, tras el proceso, logró tener un poco más de calma, y antes que su enfermedad se agravara a tal punto de llevarlo, en los dos últimos años, a la imposibilidad de trabajar. En estos escritos Gramsci abarca una serie de temas, desarrollándolos simultáneamente, en una serie de cuadernos. Subraya el carácter provisorio, de dichos apuntes y notas. Como tales son leídos, no como textos destinados a la publicación, sino como una primera base de la

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investigación que Gramsci se proponía conducir, pensando en una obra que estuviese destinada a durar für ewig.

Esta obra no fue cumplida, y Gramsci no suponía que, en realidad, la obra destinada a permanecer "por siempre" era precisamente aquellas notas, los Cuadernos.

¿Cuáles son las líneas que guían la investigación de los Cuadernos?

Las líneas son varias: la relación entre cultura y pueblo, el proceso de formación del Estado italiano, la historia de los intelectuales italianos y sus relaciones con las masas. Están planteados problemas teóricos, pero es interesante observar cómo estos problemas aparecen siempre íntimamente ligados al análisis del proceso histórico y emergen de él. Aparecen planteados siempre no en abstracto, sino en concreto, con el fin de un objetivo político preciso.

En todo el análisis que Gramsci lleva a cabo, encuentro la presencia de un hilo rojo que le guía y está presente en todos los Cuadernos. Esta constante es, me parece, el problema de la hegemonía, en el sentido de que todos los análisis de los procesos histórico-sociales, trátese de la formación de los intelectuales o la del Estado unitario italiano, trátese de la literatura italiana y de sus relaciones con el pueblo, se retrotraen y enlazan con la cuestión de la hegemonía: cómo se efectúa la hegemonía de una clase, cómo debe desenvolverse el proceso que conduce a la hegemonía del proletariado, cuál es el modo específico en que se plantean los problemas de la hegemonía del proletariado, y, en particular, el problema de la hegemonía del proletariado en Italia, en la situación italiana específica.

Hay, por cierto, una gran analogía de mentalidad y de método entre Gramsci y Lenin; existe en Gramsci el mismo sentido de lo histórico específico que es propio de Lenin; el sentido de la concreción del proceso, de la importancia del sujeto histórico, del partido, de la conciencia de clase, de la iniciativa política y de la teoría revolucionaria. Ciertamente, Lenin es una figura de relieve internacional, sobre todo desde 1914 en adelante, cuando enfrenta y plantea los problemas del movimiento obrero internacional y no sólo del ruso; Gramsci en cambio, está empeñado en traducir al italiano, por así decirlo, en sumergir en la historia italiana el pensamiento de Lenin y de Marx. Ha desempeñado, pues, un papel fundamentalmente nacional, pero los resultados de sus indagaciones tienen un interés más general, que abarca la teoría y el desarrollo del marxismo en su conjunto.

Marxismo y hegemonía

La mediación entre los "simples" y los intelectuales se realiza por medio de la política; es la política la que, a través de la experiencia que se desarrolla en ella, establece la relación entre la filosofía superior, la concepción crítica y las masas subordinadas, permitiendo a estas últimas superar su visión no crítica.

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Gramsci usa a menudo el término filosofía de la praxis en vez de marxismo, no sólo por razones de prudencia conspirativa en otros textos, en efecto, usa también el término materialismo histórico más comprometedor, sino porque concibe el marxismo como una concepción que instituye la praxis revolucionaria transformadora, y en la praxis verifica la validez de sus propios asertos. Aparece, en esta definición, la inflexión particular que Gramsci imprime al marxismo, enlazándose con las Tesis sobre Feuerbach de Marx, el modo como subraya la unidad de teoría y acción, de objeto y sujeto.

Gramsci dice, en relación a la función del marxismo: "La posición de la filosofía de la praxis es antitética a la católica: la filosofía de la praxis no tiende a mantener a los simples en su filosofía primitiva del sentido común, sino, al contrario, a conducirlos hacia una concepción superior de la vida. Se afirma la exigencia del contacto entre intelectuales y simples, no para limitar la actividad científica y mantener la unidad al bajo nivel de las masas, sino para construir un bloque intelectual-moral que haga posible un progreso intelectual de masas y no sólo para pocos grupos intelectuales”.

El marxismo tiene esta capacidad porque expresa los intereses, las reivindicaciones y la función histórica de las clases sometidas y, en primer lugar, del proletariado. Es la única concepción que sabe guiar al proletariado para asumir una función dirigente y por tanto para construir no sólo nuevas relaciones políticas y estatales, sino también una nueva cultura, para realizar una reforma intelectual y moral. Este es el significado más profundo de la noción gramsciana de hegemonía. La hegemonía es tal en cuanto se traduce en una reforma intelectual y moral.

La clase obrera, en el proceso de su formación, no puede ser aún conciente de sus propios intereses y de su función histórica. Es el resultado de todo un proceso lo que puede volverla conciente. En dicho proceso social se entrelazan las influencias y la lucha de hegemonías diversas, ya sean políticas o culturales. La conquista de la hegemonía se entiende como proceso. "Pero la unidad de la teoría y de la práctica no es, de ninguna manera, algo mecánicamente dado, sino un devenir histórico que tiene su fase elemental y primitiva en el sentido de distinción, de separación, de independencia instintiva, y que progresa hasta la posesión real y completa de una concepción del mundo coherente y unitaria". La clase obrera comienza a sentir que las concepciones que le enseña no corresponden a sus intereses: comienza así a distinguirse, aunque sea instintivamente y encuentra su concepción autónoma en el marxismo. Lenin acude aquí en su ayuda, con la afirmación de que la teoría revolucionaria proviene del exterior de la clase obrera, elaborada por intelectuales que tienen la conciencia de las contradicciones de la sociedad en la que viven y de la función histórica de la clase obrera; proviene del exterior de la relación obrero-patrón, para llegar a la visión de la relación entre todas las clases sociales, y de las clases con el gobierno, con el Estado: "He aquí por qué es necesario poner de relieve que el desarrollo político del concepto de hegemonía representa un gran progreso filosófico, además de un progreso político práctico, porque necesariamente implica y supone una unidad intelectual y una ética conforme a una

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concepción de la realidad que ha superado el sentido común y se ha tornado crítica, aunque sólo sea dentro de límites estrechos."

La hegemonía, por lo tanto, no es sólo política, sino que es además un hecho cultural, moral, de concepción del mundo.

Pero, si la hegemonía es la superación de la contradicción entre la práctica y la teoría, ¿quién debe ser el mediador, el unificador, ya que esa unidad no se produce automáticamente, sino que es el resultado de todo un proceso y de un proceso de lucha entre diferentes hegemonías? El unificador de la teoría y de la práctica, el demiurgo, si se quiere, aunque Gramsci no usa este término, es el partido.

Maquiavelo y el moderno príncipe

El partido es, para Gramsci, el príncipe moderno. Se refiere a Maquiavelo, y, ubicándolo históricamente, ve en él el teórico del Estado unitario moderno, quien reflexiona sobre la experiencia del Estado unitario monárquico francés, español, inglés y transmite esta experiencia a Italia, como la vía para superar la crisis de la que está investida la sociedad italiana.

Gramsci pone muy de relieve que el método que enseña Maquiavelo para hacer política, parte de la conciencia de que la política tiene una autonomía propia, obedece a sus propias leyes, que no pueden derivar de la moral sino que fundan una nueva moral, una moral inmanentista, cuyo fin no es la salvación del "alma" individual, 'sino de la colectividad estatal. La violencia y el engaño, cuyo uso es teorizado y justificado, se vuelven en realidad contra las clases dominantes, contra la aristocracia, no contra el pueblo (la burguesía mercantil).

Esta ubicación histórica de Maquiavelo permite superar las disputas frívolas sobre el maquiavelismo. Lo que interesa señalar es que el moderno príncipe es para Gramsci un unificador, un gran reformador intelectual y moral.

Maquiavelo pensaba en dicho reformador, pero en su tiempo no era posible. En los tiempos modernos este reformador es el partido. El príncipe de Maquiavelo, según Gramsci, no es un simple individuo; es, en realidad, la expresión de un proceso colectivo, de una voluntad colectiva que tiende hacia un fin político determinado. Hoy es el partido el que crea una voluntad colectiva; el partido es la primera célula en la que se resumen "los gérmenes de la voluntad colectiva que tienden a devenir universales y totales", en el sentido de que en el partido hay ya una visión total de la sociedad, una visión de la que deberá ser la sociedad del mañana. En este sentido Gramsci habla del partido que prefigura la sociedad del mañana, es decir, de la que existe una visión total y de la que anticipa las características. Aquí se puede discutir la relación entre la totalidad de la conciencia y la totalidad de la realidad; se trata de un problema que trataremos.

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El partido está en esencia constituido, dice Gramsci, por tres elementos; por un estrato que adhiere a la organización esencialmente por fe, por entusiasmo, sin una precisa conciencia crítica y sin una gran capacidad unificadora, organizadora. En segundo lugar está constituido por "El elemento de cohesión principal, centralizado en el campo nacional, que transforma en potente y eficiente a un conjunto de fuerzas que abandonadas a sí mismas, contarían cero o poco más. Este elemento está dotado de una potente fuerza de cohesión que centraliza y disciplina y sin duda a causa de esto está dotado igualmente de inventiva. Es verdad también que un partido no podría estar formado solamente por este elemento, el cual, sin embargo, tiene más importancia que el primero para su constitución. Se habla de capitanes sin ejército, pero en realidad es más fácil formar un ejército que formar capitanes". Después de este elemento cohesivo de carácter nacional, existe un tercer estrato, intermedio, que enlaza el núcleo dirigente con la base.

Los tres elementos son indispensables para que exista el partido. Pero el elemento inicial, sin el cual no puede comenzar a vivir un partido, es el que realiza la síntesis crítica, el capitán que crea el ejército.

Vuelve aquí plenamente la concepción de Lenin que, en polémica con la derecha del Partido obrero socialdemócrata ruso, afirmaba en Un paso adelante, dos pasos atrás (1904), que el partido no se construye de abajo arriba, sino de arriba abajo. Esta afirmación no obedece a una visión burocrática o disciplinaria del partido, como se le reprochaba, sino a la exigencia de poner de relieve el momento de la conciencia, del conocimiento crítico. Por arriba Lenin entendía el congreso, como instancia suprema, síntesis general. El modo como Lenin subraya con fuerza que el partido es el momento de la conciencia, de la síntesis crítica, la fuerza organizadora capaz de cohesionar las masas, vuelve plenamente en Gramsci.

Como es evidente, toda esta concepción da el máximo relieve al factor ideal, cultural, al factor de la intervención crítica, al sujeto revolucionario, es decir a la conciencia. Es de este concepto de hegemonía del que parte la crítica de Gramsci a las deformaciones del marxismo, entendido como materialismo mecánico y vulgar, que explica mecánicamente todo y todo lo reduce a la economía. La polémica de Gramsci está dirigida contra toda una interpretación del marxismo, la de la II Internacional, que lo deforma en sentido positivista. En esta interpretación se pierde de vista el momento de la lucha política, de la acción cultural, de la influencia de las ideas, que ya para Engels era el tercer frente de lucha, junto con el económico y el político. El materialismo mecánico concibe al desarrollo social como rigurosamente determinado por causas objetivas, que no dejan espacio efectivo para el sujeto, para el partido, para la iniciativa política. Dado este desarrollo de la sociedad, rigurosamente determinado por causas objetivas, la crisis y el hundimiento del capitalismo son inevitables y el proletariado fatalmente está destinado a vencer: esta es sumaria y esquemáticamente la conclusión a que arriba aquella interpretación del marxismo. Lenin, en cambio ponía de relieve el

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hecho de que la caída de la burguesía no es nunca fatal. Las condiciones para la caída del capitalismo se determinan objetivamente. Pero el capitalismo siempre puede lograr superar su propia crisis. Lo que puede impedirlo es la iniciativa revolucionaria.

El materialismo vulgar

Gramsci combate duramente las deformaciones mecanicistas del marxismo, que pasaron del Partido socialista al ala bordighiana del Partido comunista. Observa que el materialismo vulgar es, en realidad, la expresión de una clase que, aún tratando de darse una ideología no subordinada, una ideología capaz de dirección revolucionaria, permanece en realidad como clase subordinada, precisamente porque piensa que su victoria se debe al curso objetivo de las cosas y no a su función, a su iniciativa, a su capacidad de hegemonía. Se sitúa por ello pasivamente en el devenir obligatorio de la sociedad.

En realidad este materialismo vulgar es una forma de religión experimentada en forma inmanente. Puede ser una fuerza mientras la clase permanece subordinada, dominada, derrotada (no olvidemos que Gramsci escribía en la cárcel), pero "cuando el subalterno se torna dirigente y responsable de la actividad económica de masas", cuando la clase obrera asume el poder, "el mecanicismo aparece en cierto momento, como un peligro inminente, y se produce una revisión de toda la manera de pensar porque ha ocurrido un cambio en el modo social de ser".

Hegemonía cultural

Según la opinión de Gramsci, la hegemonía existe cuando la clase dominante no sólo es capaz de obligar a una clase social subordinada o minoritaria a que satisfaga sus intereses, renunciando a su identidad y a su cultura grupal, sino que también la primera ejerce control total en las formas de relación y producción de la segunda y el resto de la sociedad.

Se puede matizar este argumento señalando que el autor expresa que este proceso no posee un carácter explícito, sino que más bien se da de manera sutil. En ese sentido, la clase social subordinada o minoritaria adopta las concepciones de la clase dominante y las incorpora a su repertorio ideológico, hecho ligado a lo que comúnmente se denomina «sentido común».

Post hegemonía

Teniendo en cuenta que la hegemonía se instaura a menudo mediante un conflicto entre ideologías mayoritarias y minoritarias en el que el eje es la persuasión dialéctica, cuando este proceso culmina con el dominio de una ideología sobre otras, comienza a desarrollarse un periodo de instauración paradigmática entendido como

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«poshegemonía» en el que la persuasión pasa a un discreto segundo plano, ya que no hace falta convencer, sino controlar y mantener la ideología dominante, es decir: reproducir en los sectores sometidos el modelo establecido.

Las personas que viven en el periodo poshegemónico han interiorizado el discurso y las prácticas de la ideología dominante (marco cultural), y las han integrado en su repertorio comportamental en los planos conductual, emocional y cognitivo (construcción simbólica de la identidad individual).

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DOMINACIÓN

Acción de tener bajo el poder o la autoridad, especialmente un rey o gobierno sobre un país o pueblo.

El método más recurrente desde los últimos años ha sido el intento de desestabilización económica y golpes cívico-militares. Como bien sabemos y ya señalamos, esos intentos no sólo han fracasado rotundamente, sino que también posibilitaron que en los países donde existen gobiernos sustentados por la voluntad de las clases populares se tornaran revolucionarios y proclamaran el socialismo como alternativa económica y política.

Es aquí donde las políticas de desintegración que promueve el imperialismo dejan de ser una política estrictamente "golpista" para transformarse en una política estrictamente "reconciliadora", cuestión que el gobierno de Obama intentará fortalecer. Pues bien, con algunos sectores sociales que, si bien forman parte de los intereses nacionales opuestos al imperialismo, mantienen una posición ideológica estructural antagónica a los intereses socialistas. Tal reconciliación tiene sus especificidades propias según sean los países a los que nos refiramos.

En los países donde históricamente logró desarrollarse un proceso de industrialización y existió una burguesía nacional e industrial arraigada a las estructuras del poder estatal, durante el apogeo neoliberal la burguesía industrial, los empresarios nacionales y un sector de la nueva pequeña burguesía mantenían sus alianzas con la oligarquía y el imperialismo en base a la expansión del mercado externo y el colapso de la economía nacional. La burguesía industrial dependía de la inversión extranjera a través de la inyección de capital privado para la producción de bienes y servicios volcados al proceso de exportación de materias primas. El reducido empresariado nacional se inclinaba hacia los espacios selectivos y limitados que las grandes empresas privadas monopolizaban para afianzar el ciclo de exportación, aunque conservaban reservados sus lugares irrisorios para el mercado interno. El sector de trabajadores privados y la pequeña burguesía, mientras tanto, lograban mantener la alianza con el capital extranjero y la oligarquía financiera por medio del impulso y prosperidad de las privatizaciones.

Como resultado de la crisis internacional, el fracaso del neoliberalismo en esos países y la derrota del capital trasnacional para conseguir el consenso de las alianzas mantenidas hasta entonces, el imperialismo albergándose en el poder de la oligarquía- busca recomponer estas alianzas ante la pérdida del control estatal y el desgaste de los gobiernos neoliberales. En cuanto a la burguesía industrial, el imperialismo intenta incorporarla directamente (sin la intermediación total de la oligarquía) al proceso de exportación e importación de bienes industriales, reservando la mayor cantidad de producción a la oligarquía agropecuaria en el monocultivo primario y permitiendo a la burguesía industrial acceder al mercado externo en productos semi manufacturados.

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Por el lado del empresariado nacional, ante el crecimiento del mercado interno impulsado por las políticas macroeconómicas de estos países y el incremento de las pequeñas y medianas empresas en la producción nacional, el imperialismo y la oligarquía aspiran inmovilizar su desarrollo nacional e interno por medio de la asociación de las empresas nacionales a las reglas oligopólicas de las grandes firmas internacionales y a través de los bloqueos bancarios o de capital impedir su acceso al sistema financiero de manera progresiva. El sector de trabajadores privados y la pequeña burguesía, insertos en el mercado formal caen en esta encrucijada y son intimidados a perseguir las ofensivas contra toda política nacional implementada por el Estado.

Por otro lado, en Venezuela, Bolivia o Ecuador, donde los gobiernos populares han desplazado a las burguesías nacionales para la construcción de nuevos modelos económicos y políticos sustentados en las masas más desposeídas, en el período neoliberal la pequeña burguesía, las fracciones más poderosa del Ejército y la franja de trabajadores privados y pequeños propietarios de clase media, mantenían sus alianzas con la oligarquía y el imperialismo de manera estable. La pequeña burguesía, intelectual y manual, establecía una dependencia estructural y procuraba alcanzar los niveles sociales más elevados por medio del ascenso jerárquico que brindan las instituciones burguesas. El Ejército no fue más que una trinchera feudataria de los intereses extranjeros y la franja de trabajadores privados y pequeños propietarios de clase media conservaban la alianza con el capital extranjero y la oligarquía financiera por cuanto el proceso privatizador les otorgaba cierta estabilidad y enriquecimiento.

Cuando la crisis sacudió estos países y las ataduras del imperio con estas clases, fracciones e instituciones se atenuaron, de la misma manera el imperialismo buscó recomponer estas alianzas. La pequeña burguesía, los trabajadores privados y un sector importante de propietarios de clase media son amedrentados por el clima de inestabilidad internacional, el bombardeo de los medios de comunicación y la pérdida de ascenso social ante la disposición de un régimen de igualdad social. Aprovechando estos argumentos, la oligarquía y el sistema financiero global proceden a desabastecer los mercados internos, generar temor en la población por medio de despidos masivos en determinadas empresas extranjeras, etc. En cuanto al Ejército, se procura promover divisiones en su interior que produzca inestabilidad y disidencia.

No vamos a ahondar ahora sobre las particularidades de cada sector social en esta nueva reestructuración de clases, pero en todos los casos, las formas de reconciliación consisten en generar una unidad de intereses entre esas clases y fracciones y la oligarquía nativa en cada uno de aquellos países. De manera que la unidad nacional, indispensable para todo proyecto de independencia nacional, no sólo pretende ser desarticulada sino que la columna vertebral de los movimientos aspira a ser cercada ante la deserción de las otras clases y fracciones que componen el movimiento.

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En un contexto de crisis y contracción de la ofensiva imperialista es difícil fundar una reconciliación de clases con el imperialismo que no afecte directamente la agudización de la lucha de clases, pero al fracasar los intentos de intervención directa asoman otros mecanismos no menos peligrosos.

Lo cierto es que son los encuentros y choques sociales, alianzas y enfrentamientos, los que permiten la constitución, por un lado, de un proceso de unidad nacional en el seno de un movimiento político que recurre sólidamente a las demandas y reivindicaciones populares y, por otro lado, de un frente contrarrevolucionario de derecha en el seno delas oligarquías criollas. En este sentido, entendemos que el proceso de unidad nacional se asienta sobre las franjas populares, a las que se agrega una fracción importante de la clase media y el consentimiento político del sector más nacional de la burguesía, puesto que es allí donde los choques sociales se han revelado de manera más coherente, es decir, de manera que sus encuentros han resultado ser de gran motor para su unidad y predominio. Estos choques sociales ofrecen, pues, las condiciones económicas para la emergencia de los movimientos y procesos revolucionarios en América Latina.

En conclusión, es importante dejar en claro no sólo la diferencia que separa a América Latina de los países capitalistas centrales en cuanto a la composición de las clases sociales y sus formas de construcción coaliciones y segmentaciones sociales, sino también las necesidades que ensayan los países de América Latina de bloquear las divisiones, fragmentaciones y alianzas que pretende encarar el imperialismo y la oligarquía. Mientras en los países centrales es necesario forjar el frente proletario o frente de izquierda unificado contra la burguesía, en los países coloniales o semi coloniales corresponde el frente único antiimperialista que aglutine a todos los sectores perjudicados por la dependencia, incluso a las burguesías nativas que produce para el mercado interno. Solo la participación en el frente antiimperialista posibilita el progreso del socialismo. 

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GLOBALIZACIÓN

Es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales.

Este proceso originado en la Civilización Occidental y que se ha expandido alrededor del mundo en las últimas décadas de la Edad Contemporánea (segunda mitad del siglo XX) recibe su mayor impulso con la caída del comunismo y el fin de la Guerra Fría, y continúa en el siglo XXI. Se caracteriza en la economía por la integración de las economías locales a una economía de mercado mundial donde los modos de producción y los movimientos de capital se configuran a escala planetaria (Nueva Economía) cobrando mayor importancia el rol de las empresas multinacionales y la libre circulación de capitales junto con la implantación definitiva de la sociedad de consumo. El ordenamiento jurídico también siente los efectos de la globalización y se ve en la necesidad de uniformizar y simplificar procedimientos y regulaciones nacionales e internacionales con el fin de mejorar las condiciones de competitividad y seguridad jurídica, además de universalizar el reconocimiento de los derechos fundamentales de ciudadanía.

En la cultura se caracteriza por un proceso que interrelaciona las sociedades y culturas locales en una cultura global (aldea global), al respecto existe divergencia de criterios sobre si se trata de un fenómeno de asimilación occidental o de fusión multicultural. En lo tecnológico la globalización depende de los avances en la conectividad humana (transporte y telecomunicaciones) facilitando la libre circulación de personas y la masificación de las TICs y el Internet.

En el plano ideológico los credos y valores colectivistas y tradicionalistas causan desinterés generalizado y van perdiendo terreno ante el individualismo y el cosmopolitismo de la sociedad abierta.

Mientras tanto en la política los gobiernos van perdiendo atribuciones ante lo que se ha denominado sociedad red, el activismo cada vez más gira en torno a las redes sociales, se ha extendido la transición a la democracia contra los regímenes despóticos, y en políticas públicas destacan los esfuerzos para la transición al capitalismo en algunas de las antiguas economías dirigidas y la transición del feudalismo al capitalismo en economías subdesarrolladas de algunos países aunque con distintos grados de éxito. Geopolíticamente el mundo se debate entre la unipolaridad de la superpotencia

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estadounidense y el surgimiento de nuevas potencias regionales, y en relaciones internacionales el multilateralismo y el poder blando se vuelven los mecanismos más aceptados por la comunidad internacional.

La valoración positiva o negativa de este fenómeno, o la inclusión de definiciones o características adicionales para resaltar la inclusión de algún juicio de valor, pueden variar según la ideología del interlocutor. Esto porque el fenómeno globalizador ha despertado gran entusiasmo en algunos sectores, mientras en otros ha despertado un profundo rechazo (antiglobalización), habiendo también posturas eclécticas y moderadas

Entorno político-económico

Aldo Ferrer señala que el actual proceso de globalización es parte de un proceso mayor iniciado en 1492 con la conquista y colonización de gran parte del mundo por parte de Europa. Marshall McLuhan sostenía ya en 1961 que los medios de comunicación electrónicos estaban creando una aldea global. RüdigerSafranski destaca que a partir de la explosión de la bomba atómica en Hiroshima en 1945 nació una comunidad global unida en el terror a un holocausto mundial.

También se ha asociado el inicio de la globalización a la invención del chip (12 de septiembre de 1958), la llegada del hombre a la Luna, que coincide con la primera transmisión mundial vía satélite (20 de julio de 1969), o la creación de Internet (1 de septiembre de 1969).

Pero en general se ubica el comienzo de la globalización con el fin de la Guerra Fría, cuando desaparece la Unión Soviética y el bloque comunista que encabezaba, cuyo experimento fallido de colectivismo representaba el ocaso de los proyectos de sociedades cerradas y economías protegidas. Si bien la autodisolución de la Unión Soviética se produjo el 25 de diciembre de 1991, se ha generalizado simbolizarla con la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.

El proceso de globalización también hace entrar en crisis al proteccionismo y al Estado de Bienestar había ganado popularidad en período entreguerras, cuando en las naciones capitalistas se difunde la noción de que el Estado tiene una doble función fundamental en el buen funcionamiento de la economía: uno en asegurar la prosperidad de la población y el otro en evitar los ciclos de crecimiento y recesión. Se crean así las bases para la aparición del keynesianismo y el Trato Nuevo. En las siguientes décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial se vio la emergencia a la preeminencia de las "corporaciones" o empresas multinacionales, que desplazan la importancia de las empresas del capitalismo clásico que tanto Adam Smith como Karl Marx conocieron cuando formularon sus teorías. Se vio en Alemania un precedente del

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éxito de la liberalización que tomarían otros países: el resurgimiento de su nación en el denominado Milagro alemán.

Ya desde la década de los 70 y 80 del siglo XX varios analistas y políticos encontraron necesario o conveniente efectuar una fuerte critica, sea desde un punto de vista pragmático o desde un punto de vista liberal a formas socio-político y económicas anteriores, que ellos consideraban estatizantes y en consecuencia restrictoras tanto de las libertades individuales como del desarrollo económico y social, proponiendo nuevas formas a fin de crear un terreno favorable para la revitalización de las economías.

A partir de entonces otros gobiernos aplicarían medidas combinando algún nivel de liberalismo económico junto con la tecnocracia estatal, muchas veces para poder contentar con algún grado de intervencionismo a sectores sociales y grupos de presión que rechazan el desmantelamiento del Estado de Bienestar. Todo este fenómeno en políticas públicas sería conocido, especialmente por sus críticos provenientes del socialismo post-Guerra Fría, bajo el confuso término de "neoliberalismo".

El 9 de noviembre de 1989, se produjo la caída del Muro de Berlín, abriendo camino a la implosión de la Unión Soviética en 1991 y la desaparición del bloque comunista. A partir de ese momento comenzó una nueva etapa histórica: la globalización. Ante los hechos en julio-septiembre de 1989 el economista político estadounidense Francis Fukuyama publica un artículo titulado El fin de la Historia, llegó a decir que «lo que podríamos estar viendo no es sólo el fin de la Guerra Fría, o de un particular período de post-guerra, sino el fin de la historia como tal: esto es, el punto final de la evolución histórica de la humanidad y la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano».

La Nueva Relación Socio-Económica

La globalización en sí misma es un proceso continuo y dinámico, que desafía las leyes de los países en su forma de regular el funcionamiento de empresas y el comportamiento económico de los individuos a nivel internacional que, si bien pueden dar trabajo a la mano de obra desocupada o ser los contratados, también pueden beneficiarse de irregularidades y debilidades subsistentes en un determinado país.

Es fácil para estas empresas simplemente trasladar sus centros de producción a lugares en los cuales se les del máximo de facilidades. Es también un desafío a los proyectos de desarrollo de los países, especialmente para aquellos que están en vías de desarrollo, pues no sólo considera cualquier intervención estatal como inimica a los intereses de esas empresas (en la medida que tales planes implican regulaciones y demandan impuestos y otros recursos) sino que además asevera que la idea misma del desarrollo social como meta y objetivo gubernamental o estatal precluye la libertad individual y distorsiona tanto la sociedad como el mercado.(ver por

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ejemplo posición paretiana en: Estas fueron las pautas de un primer momento en esta nueva relación socio-económica.

Se puede observar, como ejemplo, que los altos costes de producción en los países desarrollados, que confluyendo con una apertura de los países del este oriental, especialmente China e India, a los mercados de capitales y su inclusión como miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC), resultó en el traslado masivo de la producción industrial desde Europa y EE. UU.a esos u otros países que ofrecían condiciones más favorables al incremento de las ganancias de esas empresas internacionales.

A nivel cultural, el incremento de la la intercomunicación física y virtual, han incrementado y facilitado este proceso. La interconexión física se basa en la masificación del transporte. La interconexión virtual se basa exclusivamente en la tecnología, por ejemplo, Internet.

Esto ha llevado a dos resultados contradictorios: por un lado la centralización del control administrativo y político a niveles gubernamentales y corporativos se ha visto facilitada enormemente.

Por otro, se ha facilitado de manera igualmente enorme la diseminación de ideas críticas y la comunicación a nivel de ciudadanos comunes y corrientes, que anteriormente estaban para su información a merced de los medios establecidos o no podían responder rápida y efectivamente a decisiones que los afectaban. Un último punto de interés es el crecimiento económico a nivel mundial desde la introducción del proceso.

Según datos del FMI, todos los países desarrollados y muchos de los que se encuentran en vías de desarrollo, han experimentado un crecimiento sostenido de sus economías, lo que ha y está permitiendo la incorporación de cientos de millones de habitantes a las economías modernas. Esta es generalmente la justificación más usada en favor de la globalización.

En la cultura

La globalización en la cultura se manifiesta en la integración y el contacto de prácticas culturales: marcas, consumo de medios, valores, iconos, personajes, imaginario colectivo, costumbres, relaciones, etc. En un sentido restrictivo del concepto de cultura, se entiende sobre todo lo relacionado con la difusión y consumo de los productos culturales a alcance mundial, fundamentalmente cine, televisión, literatura y música, en los que el factor tecnológico multiplica su capacidad de difusión a gran escala.

A esto se suma la existencia de focos de atracción para un intenso turismo cultural, manifestados en los principales destinos turísticos y en los grandes eventos expositivos (grandes museos, ferias y convenciones) que aspiran a hacer accesible una cultura de

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alcance mundial, en estrecha relación con la ampliación de las redes de transporte internacionales, especialmente el aéreo.

El mercado mundial para la industria del entretenimiento, de las que el cine estadounidense ha sido el mayor exponente a lo largo de todo el siglo XX, depende de dos factores técnicos: medios de comunicación e idioma. La barrera del idioma sigue dependiendo de la realización de doblajes y traducciones, en las industrias de contenidos narrativos, creándose mercados sectoriales para las grandes lenguas multinacionales como el español o el francés, además de la posición dominante del inglés.

Con la progresiva y rápida digitalización de todos los soportes de comunicación, se reducen las barreras a la difusión mundial, reservada durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX a las firmas de radiodifusión, los circuitos de exhibición y los acontecimientos de cobertura internacional (especialmente los deportivos). La cultura global es por lo tanto audiovisual, y de masas. Los argumentos universales narrativos y simbólicos tienden a fundirse en los nuevos iconos audiovisuales, renovados en su estética (estilo, actores, efectos especiales, ambientación, etc.)

Hitos en el periodo de globalización

A continuación algunos hitos de la creciente interdependencia entre los países del mundo. No es una lista que refleje todo lo que la globalización es, pero estos eventos pueden identificarse en el contexto de la misma.

En noviembre de 1989 el economista estadounidense John Williamson incluyó en un documento de trabajo una lista de diez políticas que consideraba más o menos aceptadas por los grupos económicos con sede en Washington y lo tituló el Consenso de Washington. para algunas personas representan los puntos claves de la globalización, sin embargo ambas cosas no son lo mismo.

La creación en 1995 de la Organización Mundial de Comercio (OMC) es uno de los momentos decisivos de la globalización. Por estar integrada por la mayoría de los países de la población mundial: propiedad intelectual, regulación de empresas y capitales, subsidios, tratados de libre comercio y de integración económica, régimen de servicios comerciales (especialmente educación y salud), etc.

Detención de Pinochet y creación de la Corte Penal Internacional: En octubre de 1998 el ex-dictador de Chile, Augusto Pinochet, fue detenido en Londres acusado en España por tortura y terrorismo. El 24 de marzo de 1999 el Tribunal de los Lores del Reino Unido resolvió que Pinochet podía ser extraditado, aunque finalmente la extradición no fue completada debido a la supuesta

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demencia del comandante. El hecho es destacado como un punto de inflexión en la globalización de los derechos humanos.

Simultáneamente en 1998 se firmó el Estatuto de Roma creando la Corte Penal Internacional, que entró en vigor el 1 de julio de 2002 luego de alcanzar la cantidad de ratificaciones necesarias. En 2003 la Corte penal Internacional quedó constituida. El principal problema para el funcionamiento de la misma es la posición de los Estados Unidos, opuesto a su jurisdicción.

Ingreso de China en la OMC: En 2001 (Ronda de Doha) y después de 15 años de duras negociaciones, China ingresó en la OMC. De este modo el país más poblado del mundo (22% de la humanidad), quinta economía mundial y la de mayor crecimiento en los últimos 30 años, se incorporó plenamente al mercado mundial. Los enormes desplazamientos de capital y trabajo que está causando la economía china, así como las consecuencias para el sistema mundial que tendrá la vinculación de una gigantesca y pujante economía de "mercado socialista" (ver también socialismo de mercado) con el sistema capitalista mundial, son discutidas apasionadamente por los estudiosos de todo el mundo. Existe sin embargo un amplio consenso de que China, y su creciente liderazgo económico en Asia, está impulsando un proceso histórico que será determinante en el curso del siglo XXI y la orientación de la globalización mundial.

Los atentados del 11 de septiembre de 2001, contra el Centro Mundial de Comercio (WorldTrade Center) de Nueva York y el Pentágono, transmitidos en vivo y en directo por las cadenas globales de televisión a toda la Humanidad, adquirieron una significación mundial.

A partir de ese momento, la lucha contra el terrorismo internacional y la defensa de la seguridad nacional de los Estados Unidos, adquirirá una jerarquía prioritaria en la agenda global, propondrá la necesidad de restringir los derechos humanos para garantizar la seguridad, y reinstalará el valor del Estado.

La globalización desde un punto de vista crítico

La globalización es un fenómeno complejo, no debería ser sorpresa por lo tanto que provoque diferentes reacciones entre diferentes individuos o grupos.

Para algunos, como el senador canadiense, amenaza la estructura misma de la "Nación estado" y el concepto moderno de democracia, mientras que para otros, tales como los partidarios del Islamismo político, busca imponer estructuras políticas no islámicas (es decir, la democracia) sobre países que lo rechazan.

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Para otros, amenaza la identidad nacional, mientras que otros por ejemplo para el escritor Mario Vargas Llosa ven esa identidad como una construcción impuesta que busca obliterar diferencias individuales y culturas locales en aras de una unidad artificial.

Aún otros ven el proceso como simplemente una continuación o incluso agudización de procesos explotativos, resultado directo del neocolonialismo capitalista, mientras para otros amenaza el fin de esa predominancia. Para algunos, promete una nueva era de riquezas para todos, para otros, tales como el escritor Eduardo Galeano es la seducción de un consumismo que arruinará económica y moralmente a la mayoría (comparar también con la posición de la Iglesia católica).

Antes de hacer una crítica es necesario considerar un aspecto fundamental: la diferencia entre lo que los partidarios del proceso proponen y la manera que esas propuestas han sido o están siendo implementada.

El libre comercio de la globalización no sólo se refiere al libre movimiento de capitales sino que también al libre movimiento de bienes y personas. Por lo tanto los globalistas consideran inaceptable, como se ha visto, las barreras aduaneras y tratos preferenciales que los países desarrollados imponen o practican cuando así les conviene.

Puntos a considerar según los críticos

La apertura generalizada de los mercados de bienes y capitales que sugiere el fin de los bloques comerciales, tratados regionales e independencia económica de los países pero al mismo tiempo facilita la capacidad de resolver necesidades económicas que actores locales han sido incapaces de satisfacer.

La creciente Privatización de los sectores económicos, junto al auge de la empresa multinacional y el decaimiento de empresas y estado nacionales.

El aumento de la competencia que por un lado incrementa la cantidad y calidad de los productos y por el otro amenaza las condiciones de trabajo (incluyendo salarios) y la sobrexplotacion del medio ambiente.

El acceso irregulado de los países a los mercados internacionales, lo que por un lado facilita la venta de sus productos y la adquisición de tecnologías y mercancías y promueve empleos y por el otro desprotege los de menor calibre económico y lleva al abandono de intentos organizados de promover progreso y justicia social.

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El intercambio cultural que amenaza una pérdida en la integridad de las culturas o identidades nacionales de los países participantes versus la oportunidad de diversificar y enriquecer las costumbres.

Conflicto entre la concepciones de la cultura como "civilización" o 'Alta Cultura' versus la extensión de la "Cultura del Hombre Común" o cultura popular.

La posibilidad del reflorecimiento de culturas regionales o folclóricas y valores individuales versus la homogeneización producto de la masificación e internacionalización de los medios.

El reforzamiento de una conciencia de "comunidad humana" versus la adquisición a critica de elementos culturales de sociedades dominantes.

Posible sobrevaloración de lo material por sobre lo social o moral versus la satisfacción de necesidades materiales mínimas de amplios sectores.

El posible decaimiento del nacionalismo y surgimiento del internacionalismo. El poder político de empresas sobre los países.

La generalización de la democracia y el estado de derecho como formas de gobierno predominantes a nivel mundial versus el resurgimiento de áreas y periodos de profunda inestabilidad política debido, por un lado, a la pérdida de poder por parte de los gobiernos (produciendo los llamados estados fallados) y, por el otro, al rechazo a lo que se ve como concepciones occidentales de hacer política.

La disminución paulatina en los controles migratorios, que puede llevar a la perdida de los sectores más innovadores (ver fuga de cerebros) y la 'invasión' de élites empresariales internacionales en países pobres.

La búsqueda de un mucho mejor ordenamiento económico y social, por la vía del uso de monedas nacionales nominativas y con trazabilidad de cadenas de pago, y por la vía del uso en la economía mundial de una verdadera moneda internacional no vinculada en forma rígida con canastas de monedas nacionales.

CRÍTICAS

Las críticas radicales al proceso globalizador configuran lo que se denomina movimiento antiglobalización o altermundismo y sus cabezas mediáticas generalmente están ubicadas en un contexto nacionalista, de extrema izquierda, de alguno de los nuevos movimientos sociales progresistas, de la socialdemocracia ortodoxa (aquella que rechaza la Tercera Vía) o del populismo tercermundista (que puede incluir componentes

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antioccidentales o antiestadounidenses), así mismo varios movimientos religiosos conservadores y la extrema derecha se han posicionado en contra de la globalización.

El punto en común mayoritario que tienen estas críticas es que equiparan globalización a imperialismo y neocolonialismo (ver Teoría de la dependencia), todas se oponen a lo que han denominado fundamentalismo de mercado y acusan a la globalización de fomentar un estilo de vida consumista y postmaterialista.

Como solución más generalizada todas estos credos ideológicos apuntan a la necesidad de un Estado fuerte y regulador para la sociedad y proponen el resurgimiento del desarrollismo, el dirigismo y el proteccionismo en las políticas económicas de las naciones, a la vez que reclaman reeducar a la sociedad en torno a valores que contrarresten los valores y costumbres individualistas.

Una primera crítica utiliza los puntos de vista de los teóricos de la globalización misma. Como se ha visto, estos se oponen a las barreras y trabas al movimiento tanto de bienes como de personas que los gobiernos que dicen seguir las políticas globalización imponen sobre los productos y personas de otros países. Igualmente cuestionable son las subvenciones y otras medidas proteccionistas que esos países utilizan. En ese sentido, se ha afirmado que las instituciones del "Consenso" están al servicio de sus accionistas mayores (es decir, EE. UU.) y no al de quienes fue creado para beneficiar.

Otra crítica que se puede aducir es que si aceptamos la sugerencia de los proponentes de la globalización que tanto la democracia como el capitalismo fueron las fuentes de la prosperidad económica de los países desarrollados, sigue que el rol que el estado ejerció a nivel nacional en la emergencia de esa prosperidad necesita ser replicado no sólo al nivel de los países que se integren al sistema sino también al internacional y Incluso algunos proponentes de la globalización reconocen esto (a pesar que se argumenta que la democracia por sí misma no promueve el crecimiento económico cabe considerar que el origen de los presentes niveles de Desarrollo económico y Bienestar social en ciertos países se debe a consideraciones políticas que se hacen urgentes con la expansión y profundización de la democracia ver "Origines y Evolución" en estado de bienestar quizás se puede sugerir que si bien la mera democracia no produce prosperidad, una vez que se ambas se hacen presentes crean un sistema de retroalimentación positiva.

En adición, se puede mencionar que la disminución en las tasas de pobreza relativa en países que aplican las políticas del FMI no parece estar lográndose gracias a la disminución de los extremos en la distribución del ingreso, sino gracias a la pérdida de ingresos de las clases asalariadas de países industrializados y la pauperización de las clases medias, especialmente en países desarrollados y de ingresos medios, tales como los de América latina.

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La concentración de propiedad a nivel mundial continúa y se acentúa, lo que no debería ser sorpresa, ya que en la segunda mitad de la década del noventa del siglo pasado algunos estudiantes de las políticas del desarrollo por ejemplo, Michael P. Todaro "Economic Development" advertían que la presencia de empresas multinacionales en países en desarrollo podría resultar en el empobrecimiento a largo plazo de esos países debido al desplazamiento de empresas locales, la desviación de recursos locales a fin de servir mercados mas lucrativos en otras regiones y la exportación de ganancias, etc.

Las políticas tanto del Consenso de Washington como del resto de los proponentes de la globalización sugieren que seria posible lograr niveles de prosperidad económica a nivel mundial similares a los que se ven en Europa o EE. UU. Esta presunción es cuestionable, especialmente desde un punto de vista ecológico.

Globalización y derechos humanos

La aparente paradoja a la que nos enfrentan los Derechos Humanos cuando, por un lado, todos los aceptan en su discurso formal al tiempo que cada vez hay más violaciones a los mismos. Pero, estos Derechos Humanos que son aceptados están vaciados de contenido reivindicatorio, de crítica, de acción emancipadora, y se han integrado-asimilado al discurso hegemónico.

El ejemplo más claro de esta paradoja lo podemos encontrar en la política de los EE.UU., el estado que se arroga el deber-derecho de proteger al mundo de las violaciones a los Derechos Humanos, pero desde el cual se vetan las Resoluciones del Consejo de Seguridad y se votan en contra de las Resoluciones de la Asamblea General cuando son condenados ellos o sus aliados de turno por flagrantes violaciones a los Derechos Humanos.

EE.UU no ha ratificado la Convención de los Derechos del Niño, no es parte del Tribunal Penal Internacional, sigue manteniendo la pena de muerte en muchos de sus estados y, como vimos, utiliza el terrorismo de estado como consuetudinaria política exterior.

Podríamos decir, que EE.UU. es el verdadero estado canalla de los últimos tiempos. Un Estado que no se considera obligado a actuar de acuerdo con las normas internacionales, aunque, para ellos, los actuales estados canallas sean Irak, Cuba, Bolivia, Ecuador y Venezuela, entre otros países.

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Podemos reconocer, de esta forma, que esta calificación no está relacionada únicamente al cumplimiento o no de los Derechos Humanos, ya que un estado canalla no es sencillamente un Estado criminal, sino un Estado que desafía las órdenes de los poderosos, quienes, desde luego, están exentos.

Por tanto, los Derechos Humanos se siguen moviendo en la línea de las funciones, en las que, en lugar de transformar la función de legitimación del poder, se transforman en herramientas de ese poder otorgándole mayor legitimidad y convirtiéndose en la estrategia discursiva funcional del capitalismo neoliberal y de la democracia formal pensamiento cero.

En consecuencia, si esperamos una democracia participativa que defienda derechos sociales, económicos y culturales, que persiga el bienestar y la calidad de vida de todos los ciudadanos, una democracia pluralista y abierta, tenemos que reivindicar el rol de un Estado social fuerte que sea garante de la igualdad real en este mundo globalizado.

Los Derechos Humanos se encuentran, entonces, en una encrucijada vital: o siguen como están, siendo parámetro legitimador de la globalización actual, alejados por completo de la faz emancipadora y sin reclamar para sí funciones especiales que le identifiquen del sistema jurídico ordinario. O bien, asumen un cariz emancipador y libertador y se reconstruyen (o construyen) como instrumento de crítica, de análisis, de lucha y de reivindicación.

La alternativa es la reideologización de los Derechos Humanos frente a la ideología de la globalización contemporánea, desde la que sea posible reclamarles otras funciones que le permitan ser instancia y escenario de diálogo intercultural entre todas las culturas, una red de política cosmopolita en la que puedan construirse estrategias de liberación y de calidad de vida desde el lenguaje de la emancipación, decodificando y deslegitimando los discursos y las prácticas de dominación, constituyéndose en interlocutor válido y fuerte frente a las instancias de poder para que la efectividad de los Derechos Humanos no sea sólo una quimera.

Características de la Globalización

La globalización es la estrategia del imperialismo en su fase de decadencia. La paralización de la economía norteamericana y del conjunto de las economías atadas a la dinámica imperialista, revela que no resolvió nada la explotación salvaje que sus transnacionales vienen realizando sobre el conjunto del mundo.

En la tentativa de imponer su dominio mundial, el imperio norteamericano usa su fuerza política, económica y militar, no sólo con sus propios instrumentos de poder como el Tesoro, el Pentágono y sus bancos y empresas nacionales, también a través de instrumentos internacionales que controla como el FMI, el BM o la OMC. Esas

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organizaciones internacionales en verdad sólo funcionan en la medida en que sirven a la estrategia del imperio.

Las principales características de la actual etapa del capitalismo que Marcos Kaplan resume de esta manera:

"Un orden internacional de alta concentración de poder a escala mundial: la tercera revolución industrial y científico tecnológica, la tras nacionalización, una nueva división mundial del trabajo y un proyecto político de globalización que se corresponde en lo interno con un nuevo modelo de crecimiento neocapitalista. Fuerzas y procesos abarcan la mayor parte del planeta u operan mundialmente. Se multiplican los nexos e interacciones entre Estados y sociedades, y de acontecimientos, decisiones y actividades en una parte del mundo con consecuencias muy significativas para individuos y comunidades en distantes espacios del planeta. Se avanza hacia la unificación de la población mundial.

Corporaciones trasnacionales adquieren primacía mundial planetaria y mundializan sus estrategias y políticas. La economía de mercado se extiende hacia un solo sistema económico mundial. Se liberan los flujos financieros y movimientos de capital. Surgen y avanzan un capitalismo financiero internacional y especulativo, y un mercado financiero mundial tecnológicamente integrado.

Una división mundial del trabajo científico acentúa la desigualdad en el intercambio y la brecha diferencial entre potencias, países desarrollados y en desarrollo. No se liberan los movimientos internacionales de mano de obra y de migrantes. Un sistema mundial de información y comunicaciones (telemática) se vuelve factor fundamental de transformación y supervivencia; el mundo se cubre de redes que tratan en tiempo real las transacciones comerciales y financieras entre diferentes puntos del planeta.

Por otra parte, se multiplican las organizaciones e instituciones mundiales: económico financieras, políticas, estratégico militares. La cultura tiende a globalizarse.

Avanza una conciencia universalizante, vehiculada por organizaciones e instituciones trasnacionales en ideología y práctica. Se extiende el concepto de derechos humanos, los movimientos de ciudadanos planetarios, las demandas de justicia penal internacional para delitos contra la humanidad. Apunta la necesidad de regulación y gobernabilidad globales. Una conjunción de factores y procesos restrictivos comienza a poner en tela de juicio la existencia y soberanía del Estado nacional.

Mercados y corporaciones, organismos internacionales y Estados de potencias y países desarrollados serían las principales agencias condicionantes o determinantes de la organización y el funcionamiento de la economía, de la sociedad y del sistema político de las naciones. Desde ya se afirma la necesidad y conveniencia, la fatalidad e irreversibilidad del eclipse, el debilitamiento o la extinción de todo lo que es nacional.

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La libre movilidad del comercio y los capitales aumentaría los flujos de recursos a los países del Tercer Mundo. Se requeriría de ellos el cumplimiento de requisitos para su plena integración en la globalización y para el logro de un tipo dado de un crecimiento neocapitalista periférico, insuficiente y desigual, centrado en la prioridad a las exportaciones y al financiamiento externo, con ignorancia y desdén de las necesidades humanas y sociales de las mayorías.

El propio avance de las fuerzas y procesos de tras nacionalización y mundialización desgastan o destruye actores y tejidos sociales, bases socioculturales y políticas, que son necesarias para la misma existencia de la eventual globalización y para su reproducción ampliada y su triunfo definitivo.

Ello converge en la crisis del sistema económico financiero mundial, del sistema político interestatal y del modelo de crecimiento neocapitalista tardío o periférico que se ha intentado e intenta aplicar en las últimas décadas. La globalización en sentido estricto es un escenario posible, pero no probable."

Noam Chomsky avisa que el actual proceso de globalización profundiza la diferencia entre una minoría muy rica y una inmensa mayoría de desposeídos. También advierte que será necesario usar la violencia para controlar las masas excluidas y así como en el pasado fueron creadas las fuerzas armadas para defender los intereses económicos la militarización llegará a la última frontera, o sea, al espacio sideral. "O tenemos un mundo sin guerras o no habrá más mundo".

Los seres humanos poseen medios de destruirse y las grandes potencias llegaron muy cerca de ello en los últimos 50 años. Según el lingüista, los seres humanos constituyen una especie en peligro y, considerando la naturaleza de sus instituciones, probablemente se destruirán a sí mismos dentro de un plazo relativamente corto.

El capitalismo y sus derivados fomentan pues un desarrollo insostenible del planeta que lleva progresivamente a la destrucción medioambiental y a la aniquilación de gran parte de la humanidad por enfermedades, hambre y guerras.

La globalización neoliberal ha provocado dos grandes fracturas. Una que afecta al planeta, que está rompiendo el equilibrio de nuestra relación con el medio ambiente. Otra que afecta a la humanidad, que divide a las personas por su lugar de nacimiento, su origen, su condición económica o sus ideas.

El Informe sobre el Desarrollo Humano de 1996 del Programa de la ONU para el Desarrollo reconoce que más de cien países no se benefician del sistema económico mundial, que los auténticos beneficiarios son sólo diez países.

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El informe define cinco modelos negativos de crecimiento económico: sin empleo, despiadado (que genera exclusión social), sin voz (sin democracia política), sin raíces (que arrasa las estructuras autóctonas) y sin futuro (depredador de los recursos naturales). La FAO cifra en 800 millones el número de personas que pasan hambre, la cuarta parte son niños menores de cinco años.

Los problemas socioeconómicos colombianos son una copia "colombiana" de los problemas a nivel mundial. Si bien cada lugar tiene sus características diferenciadas, los efectos perversos del capitalismo se repiten en gran parte del planeta en casi todos los ámbitos de la vida humana. Si hay zonas en las que no se ha implantado el sistema capitalista es por la heroica resistencia de determinadas comunidades o porque hasta allá todavía no ha llegado nadie.

Así, en todos los estados del mundo se sufren los efectos del capitalismo (directa o indirectamente) aunque expresados de formas diversas pero siempre siguiendo una misma tendencia.

El problema de la falta de trabajo es un asunto no resuelto por el capitalismo porque ya le va bien así. En un mundo donde los recursos naturales y la tecnología solucionarían las necesidades básicas de toda la población: el trabajo asalariado y la educación son formas de control social y el paro lo es de represión laboral; el hambre, la guerra y las enfermedades son formas de control demográfico.

Todos los resortes del sistema son instrumentos coercitivos e ideológicos para asegurar la dominación de una mayoría por una minoría y legitimar la subordinación del primer grupo a unas dinámicas económicas que favorecen al segundo.

Así, las carencias y dificultades de cada subsistema (conocimiento, natural, económico, social y político) son espejos macabros que en cada lugar deforman la realidad y nos explican unos problemas que el sistema capitalista no va a solucionar. Y si no lo va a solucionar no es por su incapacidad sino porque le interesa y le favorece. Es entonces que se plantea la disyuntiva de reformar el sistema desde dentro y humanizar el capitalismo reduciendo sus efectos perversos o se le da la vuelta al sistema desde fuera para organizar nuestras vidas atendiendo a otros intereses y expectativas.

Las instituciones económicas del imperio y sus tratados son usadas para imponer a los países de la periferia los programas llamados "neoliberales", que procuran someter sus economías a la política "globalizadora", esto es, expoliadora del imperio.

Fue así que derrumbaron la protección de sus economías a fin de permitir la invasión de la producción extranjera, forzaron la entrega de sus empresas estratégicas (principalmente las de minería, petróleo, energía y telecomunicaciones) para grupos extranjeros, quebraron sus derechos laborales con vistas a abaratar el costo de la fuerza de trabajo y así aumentar los lucros y la "competitividad" de las transnacionales,

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promovieron la desregulación financiera a fin de favorecer la libre circulación de los capitales especulativos.

El Movimiento Antiglobalización

Al movimiento anticapitalista mundial se le define como "antiglobalización", una manera de desvirtuar al movimiento y de quitarle las connotaciones radicales que siempre ha tenido la resistencia anticapitalista. Es un arma propagandística del poder para decir que las alternativas al capitalismo se oponen a la integración universal de los pueblos, idea totalmente falsa.

En detalle, y según Chomsky, la estructura es más compleja. Desde cierto punto de vista, la globalización era mayor antes de la Primera Guerra Mundial. Un ejemplo es la "libre circulación de trabajadores", la base del libre mercado según Adam Smith, aunque no de sus admiradores contemporáneos.

Desde otro punto de vista, la globalización es mucho mayor actualmente: un ejemplo terrible (y no es el único) es el flujo de capitales especulativos de corto plazo, muy superior a cualquier valor precedente. La distinción refleja algunas de las características centrales de la versión de la globalización preferida por los amos del universo: en una medida que excede toda norma, el capital es prioritario y las personas son incidentales.

La globalización económica

La globalización económica consiste en la creación de un mercado mundial en el que se suprimen todas las barreras arancelarias para permitir la libre circulación de los capitales: financiero, comercial y productivo.

El capital financiero, es el dinero, los préstamos y créditos internacionales y la inversión extranjera. Su característica es que no ocupa un lugar determinado y que gracias a la tecnología puede trasladarse de un lugar a otro con rapidez.

El capital productivo, lo constituyen el dinero invertido en materias primas, bienes de capital (maquinaria, herramientas, edificios, terrenos, vehículos, etc,) y la mano de obra.

El capital comercial, son los bienes y servicios que finalmente se compran y se venden en el mercado internacional. En este mercado internacional, los principales vendedores son las empresas multinacionales como por ejemplo: la Shell, la Coca Cola, Sony, IBM, Unilever, Phelps Dodge, etc. Los compradores son las poblaciones de cada país y también hay muchísimos vendedores de su fuerza de trabajo, estos son los que constituyen la mano de obra, ya que ellos venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario.

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La globalización entonces, vendría a ser como la etapa de culminación del proceso histórico de expansión del capitalismo, con dos objetivos: la libre movilidad del capital y la creación de un solo mercado mundial.

CAUSAS DE LA GLOBALIZACIÓN

Los procesos de la globalización se han visto favorecidos por diversas estrategias destinadas a consolidar el comercio mundial.La promulgación de leyes y acuerdos internacionales para favorecer la libre circulación de capitales, materias primas y productos manufacturados, así como la creación de bloques comerciales, entre los que se encuentran la Union Europea, Mercosur, BRIC, etc.

Principales agentes

Los principales agentes o impulsadores de la globalización son los bancos y las empresas multinacionales.

Las empresas multinacionales son empresas muy grandes que operan en muchos países del mundo a través de sus filiales. Son como un “pulpo” que hace llegar sus tentáculos a varios países del mundo. Las empresas multinacionales tienen su sede en los países desarrollados, son muy poderosas y controlan prácticamente el mercado de los principales rubros de exportación. Las empresas multinacionales aprovechan la mano de obra barata de los países en vías de desarrollo y de acuerdo a esto se trasladan hacia estos países.

Los bancos multinacionales, son el apoyo financiero de las empresas multinacionales, solo que aquí se trata de hacer crecer el capital financiero a través de las inversiones en los diferentes países. Estas inversiones se realizan en las bolsas de valores de todo el mundo, principalmente en Nueva Cork, Londres, Tokio, París, Frankfurt, Ámsterdam, Singapur, Hong Kong, etc. Los bancos multinacionales actuan unidos en grandes consorcios financieros y algunos abarcan bancos de muchos lugares. Por ejemplo. El consorcio financiero ORION, comprende los siguientes bancos: Westminster Bank (Gran Bretaña), WestdeutshcheLandesbank (Alemania), Crédito Italiano (Italia), Banco de Santander (España), Chase Maniatan Bank (USA), Mitsubishi’s Bank (Japón) y Orio Royal Bank (Canadá).

Los otros agentes de la globalización son: los tecnócratas internacionales, que son los intelectuales que trabajan para las multinacionales y las financieras; los gobiernos, que con sus políticas ayudan a las multinacionales a realizar sus operaciones; y, los organismos financieros internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que condicionan sus préstamos a que los países adopten métodos orientados a eliminar las barreras a la libre circulación del capital.

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VENTAJAS Y DESVENTAJAS

Algunas ventajas de la globalización son:

Se disminuyen los costos de producción y por lo tanto se ofrecen productos a precios menores.

Aumenta el empleo en los lugares donde llegan las multinacionales, especialmente en los países subdesarrollados.

Aumenta la competitividad entre los empresarios y se eleva la calidad de los productos.

Se descubren e implementan mejoras tecnológicas que ayudan a la producción y a la rapidez de las transacciones económicas.

Mayor accesibilidad a bienes que antes no se podían obtener en los países subdesarrollados.

Algunas desventajas de la globalización

Mayor desigualdad económica entre los países desarrollados y subdesarrollados debido a concentración de capital en los países desarrollados (acumulación externa de capital).

Desigualdad económica dentro de cada nación ya que la globalización beneficia a las empresas grandes y poderosas.

En los países desarrollados aumentará el desempleo y la pobreza porque las empresas grandes emigran hacia otros lugares en busca de mano de obra y materia prima barata.

Mayor injerencia económica de parte de los países desarrollados hacia los países subdesarrollados o en vías de desarrollo.

Degradación del medio ambiente por la explotación de los recursos.

Menor oportunidad de competir con esos grandes monstruos que son las empresas multinacionales.

Mayor fuga de capitales porque cuando las empresas multinacionales lo decidan, se trasladan hacia otros países que les ofrezcan mejores ventajas en su producción.

BENEFICIOS DE LA GLOBALIZACION

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Pudiésemos pensar que la globalización beneficia a aquellos países que han alcanzado altos niveles de desarrollo, por ejemplo si ponemos el caso del NAFTA, ¿a quién beneficia la rebaja de aranceles, a Estados Unidos o a México?, bueno pues a ninguno de los dos países ya que en ambos pierden los más pobres y sólo ganan los empresarios dueños de los capitales, lo que quiero demostrar aquí es que la globalización económica sólo beneficia al 20% de la población mundial que tienen en sus manos el control de la economía planetaria, como decía anteriormente la globalización no conlleva beneficios territoriales sino al capital.

La actual concepción económica impuesta por la globalización ha significado un serio deterioro en el medio ambiente planetario, esto debido a que existen economías cuya base de su crecimiento ha sido la explotación irracional de recursos naturales.

Cuando estas economías intentan desarrollar en algún nivel la manufacturar de sus propios recursos, las economías más desarrolladas imponen aranceles proteccionistas que no permiten el acceso de dicha manufactura a su territorio. Por otra parte algunos países han obviado normativas medio ambientales para el funcionamiento industrias que producen un serio deterioro medio ambiental esto argumentando la necesidad de inversiones en sus territorios.

Tanto la explotación irracional de recursos naturales como la ausencia de normas medio ambientales significan pan hoy y mucho hambre mañana ya que la capacidad de resiliencia de nuestros ecosistemas se encuentran absolutamente colapsadas generando problemáticas cuyo costo de restitución es infinitamente mayor a las escuálidas ganancias que deja en los países los capitales transnacionales.

¿Las condiciones de trabajo mejoran?

Evidentemente no sólo no mejoran sino que se produce un retroceso de décadas en las condiciones laborales, la transnacionalización de los capitales implica la posibilidad de creación de cadenas de subcontratación aprovechando “las ventajas comparativas del mercado laboral” existente en determinados países, es decir la cadena de producción no se realiza en un lugar determinado sino que se va desarrollando en distintos territorios de modo tal que permita minimizar los costos de producción aun aumentando los costos asociados al transporte la ganancia dada por la explotación a los trabajadores es mayor.

LA GLOBALIZACIÓN EN EL PERÚ

En el Perú, la globalización es entendida como un proceso de liberalización del movimiento de capitales, bienes y servicios. Desde inicio de los 90 se adoptó un modelo de desarrollo basado en la competencia que pretende que la actividad económica en el país sea regulada por los mercados. 

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El proceso continuó con los acuerdos comerciales y se ha profundizado con los Acuerdos de Complementación Económica y Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados por el Perú, en los cuales bienes y servicios son objeto de libre comercio.

Si bien es cierto existen importantes ventajas en la globalización, principalmente en el intercambio económico y cultural, que enriquecen a los pueblos con información y oportunidades hasta hace poco insospechadas. No obstante, la globalización presenta también grados importantes de incertidumbre y de riesgos aún no mensurados como son: las reacciones de nacionalismos excesivos, proteccionismo económico, etc. Todo ello demanda continuar analizando y revisando los alcances de este proceso en el tiempo.

Logros alcanzados por el Perú Perú tiene relaciones con más de un centenar de países; ha firmado acuerdos económicos con regiones y países (de complementación económica y tratados de libre comercio); tiene participación activa en instancias internacionales, regionales y subregionales (Consejo de Seguridad de la ONU, en la O.I.T., Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Unión Interparlamentaria Mundial); es proactivo en pro de la seguridad internacional y la inclusión de los más pobres e impulsor de la iniciativa de la Cumbre para combatir la pobreza y el hambre; ha sido sede de eventos de alcance mundial (Cumbre ALCUE y Cumbre APEC, 2008). Gracias a las exportaciones de bienes primarios impulsadas por las relaciones comerciales con el extranjero, Perú ha mejorado sus índices macroeconómicos y empieza a destacar por su dinamismo económico. La apertura comercial (suma de exportaciones e importaciones como porcentaje del PBI) creció de 26%, en el 2000, a 32.7% en el 2004; el ingreso per cápita de los peruanos ha mejorado entre el 2001 y 2008, y también ha empezado a disminuir los índices de pobreza. (pero mantiene desequilibrios o desigualdades en la distribución del ingreso). Todo esto hace que el Perú ocupe el lugar 58 del ranking mundial de globalización 2007 (Consultora A.T. Kearney con factores: existencia de TLC, calidad de redes de comunicación, usuarios de Internet, adhesión a tratados internacionales y participación en misiones de paz de ONU). Globalización, Regiones y Ciudades en el Perú

Con la globalización se han producido cambios sustanciales en la estructura de la actividad económica, con serias repercusiones en la organización del territorio. Las transformaciones son observadas a través de los cambios en los sectores de la actividad económica y en las transformaciones espaciales (urbano regionales y también rurales).

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Las ciudades en las diferentes regiones toman un papel principal en las relaciones que existen en los diferentes territorios, de tal manera que a nivel mundial ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Paris, Londres, Tokio etc., tienen una gran influencia comercial y política sobre regiones de otros países del mundo

Lo que ocurre a nivel mundial, se ve reflejado en las regiones interiores de nuestro país, de tal manera que en los espacios regionales de cada país existen ciudades rectoras de cada región. En el Perú, proceso de globalización incorpora a Lima Metropolitana y principales ciudades macro regionales (Arequipa, Trujillo) y regionales (Chiclayo, Piura, Cajamarca, Huancayo, Cusco, Iquitos, entre otras). Cada departamento región tiene ciudades principales que influyen en los territorios aledaños.

Lima y las metrópolis regionales son atractivas para inversiones ligadas al sector servicios y al sector industrial. En estas ciudades surgen múltiples centros especializados y redes de actividades informacionales, industriales, comerciales y culturales, que generan alta densidad de actividades y flujos de capital e información.

Las ciudades consideradas como competitivas atraen inversión extranjera en sectores de manufactura. Otras inversiones se orientan a la generación de negocios y la producción de bienes para exportar. En el Perú se invierte en ciudades con manufactura, también llegan capitales al sector financiero. Se observa tendencia por invertir en centros de formación y educación así como en áreas de investigación y desarrollo tecnológico.

Las diferentes regiones y ciudades experimentan la globalización de diferente manera.

Las regiones que crecen, no necesariamente desarrollándose, son las que han podido insertarse bien en la economía mundial a través de sus recursos naturales renovables o no renovables, de procesos exportadores asociados a industria manufacturera liviana a través de centros metropolitanos articulados a economía mundial por servicios financieros, comerciales y turísticos. Se distinguen cuatro conjuntos de espacios regionales: convergentes, ganadoras, estancadas y declinantes.

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CONCLUSIONES

El termino hegemonía ha sido utilizado indistintamente y alternativamente. Esto implica supremacía, poder global, proponderancia, imperio, preeminencia internacional, con tal de hacer referencia a un estado que es líder del sistema.

Gramsci define hegemonía como el conjunto de grupos de la sociedad, donde el dominante establece un liderazgo moral, político e intelectual sobre sectores subordinados, haciendo que sus intereses sean los intereses de la sociedad.

Immanuel Wallerstein se refiere a la hegemonía como un sistema normativo “basado en la dominación, coerción, explotación y la desigualdad, evitando el término dirección o cualquier cualidad positiva que se le atribuya”.

Del análisis anterior podemos concluir que el motor primordial de la globalización son las empresas multinacionales, que buscan con la encarnizada competencia por el control del orbe, reducir costos, aprovechar recursos naturales, materias primas y mercados de los países en desarrollo y barrer los obstáculos que les puedan representar los estados.

El aspecto económico clave consiste en que el interés fundamental de las multinacionales no es solamente operar en los mercados interiores de dichos países, sino también tomarlos como plataforma de su disputa mundial. Ello no obsta para que la arremetida de dichas empresas, apoyada por políticas como la liberalización comercial y la revaluación de la moneda, tengan en graves apuros a la industria y agricultura locales de los países en desarrollo, al tiempo que se transfieren a propietarios extranjeros los activos de las empresas de servicios y del estado.

Los oligopolios están demandando, pues, la ampliación de los mercados, derribar todas las barreras y dejar en indefensión a las fuerzas que les han levantado obstáculos: el obrerismo, que es atomizado mediante la dispersión productiva, y los estados nacionales, mediante la atomización regional. Claro que la inversión extranjera exige medios de transporte y comunicación y “capital humano”, con la preparación indispensable para la explotación económica. Pero estamos viendo cómo esas funciones se transfieren cada día a las regiones.

La globalización crea oportunidades, pero a la vez origina problemas. Por consiguiente, se debe evitar caer en la pasividad social. Los ciudadanos debemos comprometernos con movimientos sociales y proyectos éticos que promuevan la mejora de la calidad de vida.

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