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Relatos sobre el pasquin ecuatoriano El Perico.
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Montoneros emplumados
Sandra González Donoso
Llegó Francisco Martínez a Quito con su sonrisa
de comercial de Colgate y derrochando suspiros
de damiselas por doquier. Era el partido completo
para cualquier señorita. Un doctor graduado de la
Universidad de Pensilvania en Filadelfia, donde además
trabajó como profesor de obstetricia. Se le consideraba
el introductor de la cirugía moderna en el Ecuador.
En el año de 1877 regresa a su país natal, al saber
del asesinato del presidente García Moreno. Retorna
para apoyar al partido liberal, con el cual se sentía
identificado.
El siglo XIX, en Latinoamérica y específicamente en
Ecuador, puede parecer un siglo de mucha inestabilidad
o de construcción, dependiendo del punto desde donde
se lo vea. Tal vez las distintas revoluciones no son tan
legendarias y míticas como la que estaba por suceder
años después de la llegada de Martínez Aguirre al
Ecuador. La Revolución Liberal fue defendida por un
ejército de campesinos y montubios que peleaba con
1 El 10% de esta historia es producto de mi imaginación. No sé realmente si era tan guapo, pero sí tenía una carrera envidiable.
2 Fue presidente del Ecuador de 1861 a 1865 y de 1869 a 1875. Recalci-trante conservador y religioso. Ases-inado por querer quitarle la mujer a otro señor.
3 A veces creo que se exagera mu-cho la historia, incluso la Revolución Liberal.
1
2
3
amorfinos y machetes. Tal vez por esto se consideraba
distinta a las otras revoluciones: ésta incluía al pueblo
directamente y no sólo a la gente culta que sabía usar
un arma. ¿Pero cuál fue el papel del brillante cirujano
Martínez dentro de la revolución?
“Si no había montoneras, había en cambio escritores,
como aquellos que redactaban El Perico, periódico
satírico que desde hacía tiempo rompiera los fuegos
contra “la argolla”. Lo dirigía un reputado cirujano,
Francisco Martínez Aguirre”.
De pronto es mucha información y no queda claro aún
todo el asunto, a menos que ya nos sepamos la historia
de memoria. Quédense conmigo, es una historia caótica
y no del todo lineal. Empecemos a ponernos un poco en
contexto sobre lo que estaba pasando en el Ecuador y por
qué se daban todas estas revoluciones, por qué este doctor,
además de tener una carrera envidiable en medicina,
también decide dedicarse al periodismo satírico político,
etcétera, etcétera.
En el año de 1884 sube a la presidencia quien –según
algunos curas– era un liberal incomprendido, aunque a los
liberales no les gustaba para nada lo bien que trataba a la
Iglesia: el doctor José María Plácido Caamaño. En 1883
participó en la conspiración para acabar con la dictadura
del general Ignacio Veintimilla. Fue parte del llamado
pentavirato , y luego se le otorga la presidencia mediante
unas elecciones dudosas. Una vez en el poder, empieza
a perseguir a todos los que se pusieran en su contra,
4
4 Alfredo Pareja Diezcanseco, La Hoguera Bárbara I Vida de Eloy Al-faro (Lima: Biblioteca Digital Andina, 2003), p. 192.
5 Gobierno provisional conformado por José María Sarasti, José M. Plácido Caamaño, Agustín Guerrero, Luis Cordero y Pedro Carbo.
5
Francisco Martínez Aguirre, Ilus-tración de artículo en El Perico, época 3 - vuelo 2.12 de diciembre, 1903. Archivo histórico del Guayas.
principalmente miembros del Partido Liberal, por lo que
tuvo que enfrentar la Revolución de los Chapulos. Ésta era
una especie de fracción de la Revolución Liberal defendida
por campesinos y montubios, como dije anteriormente;
tomaron ese nombre porque se reunieron cerca de un
estero llamado Chapulo, en la provincia de los Ríos, y
adoptaron el nombre de Húsares de Chapulo, que luego
se redujo solamente a chapulos. A los militantes de esta
revolución les tocaba vivir bajo un régimen donde le debían
mucho dinero a su patrón, y ésta era la oportunidad para
dejar de tener aquellas deudas.
En un primer momento los montoneros son
campesinos costeños que como pago de las deudas
contraídas con el patrón se ven obligados a ir a la
lucha, con el objeto de descargar sus deudas (Ayala
1994). La Montonera para estos campesinos era
la posibilidad de acabar con sus deudas y a la vez
convertirse en campesinos autónomos, por tanto sin
sujeción a la hacienda y al patrón. Son pueblos que
se arman para la lucha, no es un ejército que lucha
por el pueblo, sino un pueblo que decide luchar por
sí mismo, nadie va a poner los muertos por ellos.
Los montubios, que han participado en varias
revoluciones apoyando al partido liberal, han tomado
algunos nombres entre los que están chapulos o
montoneros. Es bueno retener este dato porque ellos son
algunos de los héroes o personajes principales de nuestra
historia (la del Ecuador y la de este ensayo).
Los chapulos se pusieron bajo el mando del guerrillero
Nicolás Infante, y no mucho después de conformarse
tomaron Palenque y Vinces. Levantaron su acta
revolucionaria y desconocieron el gobierno del Dr.
Caamaño. Nombraron jefe supremo al general Eloy Alfaro,
ese señor de corta estatura que era líder de los montoneros,
los chapulos y, esencialmente, la figura máxima de los
liberales, el viejo luchador que en el 2005 ganó el concurso
del “mejor ecuatoriano”.
6
6 Efrén Avilés Pino, “Enciclopedia del Ecuador”, consultada 12 de sep-tiembre, 2014, http://www.enciclo-pediadelecuador.com/temasOpt.php?Ind=1927&Let=.
7 “La Montonera Radical: Eloy Alfaro y la revolución”, Revista Rupturas, abril 2012, consultada 12 de sep-tiembre, 2014, http://issuu.com/revistarupturas/docs/revista_rup-turas_7_final.
8 “Al mejor ecuatoriano de la historia le sobran méritos”, El telégrafo, 5 de junio, 2011, consultado septiembre 13, 2014, http://www.telegrafo.com.ec/noticias/informacion-general/item/al-mejor-ecuatoriano-de-la-historia-le-sobran-meritos.html.
7
8
Esto no le gusta para nada al presidente Caamaño, así
que envía represalias y, después de algunas batallas y
algunas traiciones, sus fuerzas militares logran encontrar
a Nicolás Infante y lo fusilan en Palenque el 1º de enero de
1885. Esto fue un poco la gota que derramó el vaso para
nuestro ken de la historia, el Dr. Francisco Martínez, que
funda el 7 de noviembre de ese mismo año el semanario
satírico El Perico. Martínez no se encontraba sólo en
esta tarea, otro rompecorazones lo acompañaba: José de
Lapierre, acusado por Wilfrido Loor de ser un “vicioso por
las mujeres”. Pero esos son chismes de farándula política.
Así como tenía muchas habilidades con el bisturí, el
doctor Martínez tenía un notable talento para el dibujo, la
ilustración y el grabado –éstas fueron sus principales y más
recordadas tareas en el semanario–. Lapierre lo acompañó
haciendo coplas y décimas; bajo el hermoso encabezado
hecho por Francisco Martínez, anunciaban en forma de
lema: “Cada pájaro taje su pluma y enristre”, refiriéndose
al periodismo político que se trataba en la publicación. En
la época probablemente se escribía con plumas de pájaro,
9
9 Un historiador, escritor y biógrafo.
10 Rodolfo Pérez Pimentel, “Diccion-ario biográfico Ecuador”, consultada septiembre 13, 2014, http://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo4/m4.htm.
10
Francisco Martínez, encabezado de El Perico, época 3 - vuelo 2.12 de diciembre,1903. Archivo histórico del Guayas.
Derecha: Francisco Martínez, Lluvia de candidatos municipales, El Perico, época 1 - vuelo 4. 28 de noviembre, 1885. Archivo histórico del Guayas.
entonces, una posible interpretación es que el pájaro se
arranca una pluma y apunta o ataca con ella, en este caso
el periodista en vez del pájaro o el perico. Pues que utilicen
su pluma como un arma.
Bajo este lema, advierte de manera graciosa lo
siguiente: “A nadie se ofenderá á lo menos á sabiendas;
de nadie bosquejaremos retratos. Si algunas caricaturas
se pareciesen á alguien, en lugar de nosotros corregir el
retrato, aconsejamos al orijinal que se corrija: en su mano
estará, pues, que deje de parecérsele” (sic.). Las ediciones
no se marcaban por números, sino como vuelos. En el
semanario se criticó fuertemente el régimen político de
Caamaño, la Iglesia, la existencia de “La Argolla” y los intereses
de todos ellos.
Algunos frailes abrieron campaña contra El Perico. El
inquieto humor de esa gente no les daba paz. Sección
especial mantenía abierta para el clero: Sermones del
loro Predicador. Allí un viejo loro con sotana, la pata
derecha levantada; la izquierda sobre el apoyo del
púlpito. ¡Y qué sermones!
Lapierre hacía coplas que acompañaban las caricaturas;
éstas eran similares a las que escribía el amorfino
montubio, lo que de alguna forma debió pensarse no sólo
como registro de dicha costumbre, sino para simpatizar
con los principales personajes de esta revolución. El propio
Alfaro era considerado como uno de éllos. Incluso en el
vuelo número 12 (1886) aparece representada una pareja
de pericos humanizados, haciendo el baile que acompaña
la tradición del amorfino. Según William Ordoñez Iturralde,
el amorfino se puede definir como un verso de amor o doble
sentido. Música para baile tradicional montubio, sirve para
conquistar, ocultar algún hecho o demostrar antipatía
con un semejante. De esta manera, el hombre o la mujer
montubios expresan angustias, justicia, reclamos, juergas,
patriotismo, etcétera.
En su primera temporada, El Perico sólo dura 15 vuelos.
El 13 de febrero de 1886 ambos autores del semanario
11
11 Grupo de familias ecuatorianas que, por su poder económico, podían influir en las decisiones del gobierno.
12 Alfredo Pareja Diezcanseco, op. cit., p. 194.
13 William Ordoñez Iturralde, Amor-fino. Canto mayor del montubio (Guayaquil: Shaman, 2004), p. 11.
12
13
Anterior izquierda: Francisco Martínez, La madre celestina en su laboratorio, El Perico, época 1- vuelo 6. 12 de diciembre,1885. Archivo histórico del Guayas.
Anterior derecha: Francisco Martínez, Galería de celebridades contem-poráneas, El Perico, época 1 - vuelo 7. 19 de diciembre, 1885. Archivo histórico del Guayas.
Arriba: Francisco Martínez, Sermones del loro predicado, El Perico, época 3- vuelo 3. 19 de diciembre,1903. Archivo histórico del Guayas.
Derecha: Francisco Martínez, El amor fino, El Perico, época 1- vuelo 12. 23 de enero,1886. Archivo histórico del Guayas.
son obligados a salir del país por orden del presidente,
Francisco a Panamá y Lapierre a Chile. Martínez viaja de
Panamá a Lima; ahí se encuentra con el general Alfaro, que
también había sido desterrado¬. En Lima, junto a otros
liberales exiliados, ayuda a planear la campaña liberal
de ese año. Pero no es sino hasta 1888, cuando asume
la presidencia el Dr. Antonio Flores Jijón, que pueden
regresar al Ecuador Alfaro, Lapierre y todos los exiliados.
Además de su práctica de medicina, el Dr. Martínez
no dejó de hacer periódicos, semanarios, en general
publicaciones de contenido periodístico, aprovechando
que aparentemente en este gobierno hubo mayor libertad
de prensa. En febrero de 1889, Batman y Robin volvieron a
las andadas: El Perico recargado regresó para su segunda
temporada de vuelos el 5 de enero de 1889. Dicen algunos
historiadores que El Perico gozaba de una popularidad
envidiable, que a veces hasta se lo arrancaban a los
vendedores de periódicos.
Caamaño era amigo de Flores Jijón, y eso no le ayudaba
mucho en su imagen frente a los liberales. Se dice que la
misma argolla quien lo eligió como sucesor–cual hijo de rey–
a la presidencia. No hay que sentirse demasiado indignado
y alarmado por este tipo de elección; probablemente es
como se manejan muchas elecciones presidenciales en
la actualidad. Sin embargo, este candidato representaba
un obstáculo para la Revolución Liberal. Dicen algunos
conservadores y curas que Jijón solamente quería
continuar la instauración de lo que en el momento se
llamó progresismo –al parecer, una veta que planteaba
dejar de pensar en conservadurismos y liberalismos, e ir
directamente a lo que interesa realmente a todo político: el
control del dinero del Estado”, o más sutilmente explicado,
“la estabilidad nacional”.
De hecho, Flores Jijón era muy amigo de Lapierre.
Aparentemente habían tenido algunas parrandas en
Nueva York años atrás; le ofreció algunos cargos públicos
a nuestro poeta emplumado, pero éste no traicionó sus
creencias ideológicas y rechazó dichas propuestas. En
esta segunda temporada, El Perico sólo salió hasta el 9 de
agosto de 1890. Martínez y Lapierre se dedicaron a publicar
14 Rodolfo Pérez Pimentel, op. cit.
15 Cuando hablemos de sucesor, en teoría no es porque así sea en el sentido de sucesor al trono. Proba-blemente sí se hicieron elecciones, pero hubo fraude electoral, o no eran elecciones del pueblo, sino que era el gobierno quien elegía.
16 Efrén Aviles Pino, op. cit.
17 Rodolfo Pérez Pimentel, op. cit.
14
15
16
17
Anterior izquierda: Francisco Mar-tínez, En el banco de la paciencia rezo, El Perico, época 1- vuelo 10. 9 de enero,1886. Archivo histórico del Guayas.
Anterior derecha: Francisco Martínez, La apoteosis de un ministro, El Perico, época 1 - vuelo 11. 16 de enero, 1886. Archivo histórico del Guayas.
Derecha: Francisco Martínez, modelo de vestido para los consejeros de 1886, El Perico, época 1- vuelo 8. 26 de diciembre,1885. Archivo histórico del Guayas.
un diario titulado La Reacción y asumieron varios cargos;
por ejemplo, Francisco fue nombrado vicepresidente de la
Sociedad Liberal Democrática y Lapierre también formó
parte de ésta como vocal.
En 1892 subió a la presidencia Luis Cordero. Algunas
personas dicen que El Perico cambió de nombre a El
Cordero para arremeter contra este presidente; otros dicen
que no fue un cambio de nombre, sino simplemente otra
publicación.
El Cordero, periódico de propaganda ovejuna.
Órgano de los intereses de “La Argolla”... El Cordero
está en venta. Hostigado por el foete del oficialismo
progresista, me he de ir allá... arriba, al Calvario,
donde, sobre el sillón presidencial se padece el dolor
de los dolores, en vista de la crucifixión de la Patria;
y entonces mi programa será: por el pueblo, para el
pueblo y con el pueblo. Es decir: por el pueblo he de
ser rico, pues él con contribuciones llenará mis arcas;
para el pueblo todos los gravámenes y con el pueblo
en el bolsillo me he de mandar a cambiar hasta...
Soy un pillo como todos mis coargollistas, y aunque
un día balé plácidamente –¡cómo rabiaría Plácido
Caamaño!–, ante el pienso de dulces esperanzas, hoy
estoy puesto en el caso de aullar, como los lobos con
quienes he contraído alianza.
El pequeño detalle en el mandato del presidente Cordero
fue la venta de la bandera. Se supone que Cordero realmente
no tuvo nada que ver, sino nuestro amigo Caamaño, quien
en este periodo fue nombrado gobernador de Guayaquil.
Sin embargo, al que le cayó el guante fue al jefe de Estado.
En resumen fue más o menos algo así:
Los sucesos se iniciaron a fines de 1894 cuando
China y Japón se encontraban envueltos en guerra,
y este último país necesitaba con urgencia adquirir
armas para su defensa. Al ser notificado del conflicto
el Ecuador no se declaró ni neutral ni beligerante,
18
18 Alfredo Pareja Diezcanseco cit-ando a El Cordero, op. cit., p. 194.
no así Chile que adoptó la neutralidad y, en
consecuencia, de acuerdo con las normas de derecho
internacional estaba impedido de vender armas a
los países en conflicto; mas, como deseaba vender al
Japón el crucero de guerra “Esmeralda”, se valió para
el caso de un medio al parecer inocente y sencillo:
la falsa y doble transferencia del buque “Esmeralda”,
figurando como que el Ecuador lo compraba a Chile
y lo vendía luego al Japón. Este asunto no habría
tenido mayor importancia, si no se hubiera dado el
caso de que el buque zarpó de Valparaíso llevando
izada la bandera ecuatoriana -cuando lo correcto era
que lleve la japonesa-, y en esa forma cruzó el Pacífico
con destino a Yokohama.
En ese entonces no teníamos redes sociales como para
enterarnos realmente de qué bandera llevaba el barco,
no obstante, el chisme siempre ha existido con o sin
Twitter. Alguien se enteró, consiguió los contratos, hizo
las denuncias. Todo se supo, todos los ecuatorianos se
ofendieron. Caamaño quiso declararse único culpable, como
lo era, pero la oposición liberal no iba a desaprovechar el
relajo. Cordero tuvo que presentar su renuncia. El ejército
de los liberales se puso en marcha y, después de algunos
vericuetos, se marcó el triunfo de la Revolución Liberal el 5
de junio de 1895, declarando como jefe supremo al general
Eloy Alfaro. El mismo Martínez Aguirre firmó el acta de la
revolución y fue designado en distintos cargos para apoyar
este periodo presidencial, por lo que no se verán mucho
sus publicaciones.
Esta revolución siempre se describe como un cambio
radical para el Ecuador, principalmente porque se buscó la
educación laica, se decretó la libertad de culto y de prensa.
En esencia, la aportación más importante fue el trabajo
para separar al Estado de la Iglesia. Por esto el clero hizo
una fuerte campaña en contra del gobierno; llamaron ateo
a Alfaro, a pesar de que iba a misa los domingos. Con todo
y la mala propaganda, su gobierno terminó en 1901, como
lo dictaba la constitución. Sin embargo, no todo era limpio,
19
19 Efrén Aviles Pino, op. cit.
Derecha: Francisco Martínez, Yo también quiero empollar mis huevi-tos, El Perico, época 3- vuelo 4. 26 de diciembre, 1903. Archivo histórico del Guayas.
y de nuevo se eligió a un sucesor. El viejo luchador pensaba
que no iba a perder con papelitos lo que había ganado con
fusiles. Llegó entonces a la presidencia el general Leónidas
Plaza. Así empezó una historia del tipo “beso de judas”.
Esta expresión tal vez le saque una sonrisa, pero debo
decirle, señor lector, que estamos a punto de entrar en
un periodo oscuro de la historia ecuatoriana, o tal vez no
entremos en esa oscuridad, ya que el cuento de El Perico
se termina mucho antes. Para mantener el suspenso,
volveremos a nuestro duo dinámico, que se reunió
nuevamente para hacer El Perico por última vez, desde el 3
de diciembre de 1903 hasta el 27 de agosto de 1904, año
en el que se encuentra en el poder Leónidas Plaza (1901-
1905). Además de coplas, El Perico también tenía prosa
escrita por Martínez Aguirre, que criticaba finamente
a los regímenes políticos sin llegar a insultos. Muchas
veces la crítica se narraba en una especie de historia
donde aparecía un perico como personaje, con escenas
20
20 Una de las frases célebres de Alfaro en este momento fue: “No vamos a perder con papelitos lo que hemos ganado con fusiles”.
Francisco Martínez, ¡Perico, Perico, sal del cozo!, El Perico, época 3- vuelo 1. 3 de diciembre, 1903. Archivo histórico del Guayas.
donde se evidenciaban las intenciones de los gobernantes
sin acusarlos directamente. Se podían completar las
acusaciones mediante las caricaturas presentadas.
El problema más grave con Leónidas Plaza fue que de
pronto, al subir al poder, parecía que le había entrado un
poco de complejo de imagen. Creía en el liberalismo y llevó
a cabo muchas obras dentro de ese corte ideológico, pero
no quería ni ser sombra ni vivir bajo las órdenes de Alfaro,
así que lo fue despojando de apoyo dentro del gobierno.
Una vez terminado su periodo constitucional, Plaza
decide no consultar a Alfaro, sino colocar a un sucesor
de su preferencia: Lizardo García. Esto obviamente no le
cayó nada bien al viejo montonero, así que organizó una
revolución y se proclamó dictador. Plaza huyó del país
durante esta dictadura, que se mantuvo desde 1906 hasta
1911. A pesar de que no volvió a salir El Perico, les contaré
lo que sucedió cuando Alfaro quiso dejar el poder en 1911.
Antes de terminar su mandato, Alfaro quiere que
Emilio Estrada Carmona lo suceda, pero este último está
Francisco Martínez, Arroz con carne ministerial, El Perico, época 3- vuelo 13. 24 de abril, 1904. Archivo histórico del Guayas.
muy mal de salud y muere a los pocos meses de tomar el
poder. Plaza regresa del destierro y se asegura de que los
mandos militares estén de su lado. Alfaro se ve forzado a
exiliarse en Panamá y por un corto sube al poder tiempo
Freile Zaldumbide. Se le pide a Alfaro que regrese para
que guíe a su ejército en lo que pronto será una guerra
civil. Empieza a alargarse la historia, pero en resumen,
Alfaro que ya estaba muy viejo, sólo quería la paz, y
acordó eso con Leónidas Plaza, que guiaba al ejército de
Zaldumbide. Después de la firma del tratado, los liberales
deciden irse a su casa a descansar, y resulta que Leónidas
Plaza aprovecha esto para capturarlos con facilidad. Se los
llevan a Quito en el ferrocarril que Alfaro había construido
(Con Alfaro adentro). Ya en la capital, se les asesina; sus
cadáveres son arrastrados por la ciudad como espectáculo
público y, finalmente, son quemados. Este triste capítulo
de la historia fue llamado la Hoguera Bárbara.
Martínez Aguirre, que había ejercido algunos cargos
durante este periodo gubernamental de Alfaro (por ejemplo,
ministro de Educación), fue desterrado a Lima después
del arrastre y no regresó al país sino hasta 1915. Lapierre
protestó contra los crímenes cometidos, ganándose la
enemistad de Leónidas Plaza. Es difícil concluir algo
después de un hecho histórico así.
Aunque Martínez y Lapierre no estuvieron del todo en
el campo de batalla con los montoneros, defendieron la
Revolución Liberal con los medios que tenían, sin miedo
alguno y exitosamente, sin dejar de lado su caballerosidad,
o en el caso de Martínez Aguirre, su profesión de médico.
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