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NEOLOGISMO Y MORFOLOGÍA RAMÓN ALMELA PÉREZ ESTEBAN TOMÁS MONTORO DEL ARCO (Eds.) Universidad de Murcia 2008

Montoro 2008 Formaciones Nom Pluriv

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RELACIONES ENTRE MORFOLOGÍA YFRASEOLOGÍA: LAS FORMACIONES NOMINALESPLURIVERBALESESTEBAN T. MONTORO DEL ARCOUniversidad de Granada

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  • NEOLOGISMO Y MORFOLOGA

    RAMN ALMELA PREZ ESTEBAN TOMS MONTORO DEL ARCO

    (Eds.)

    Universidad de Murcia

    2008

  • NDICE

    Presentacin .. 7

    ***

    Ona Domnech Bagaria:

    Metodologa de trabajo del Observatorio de neologa del Instituto Universitario de Lingstica Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra .

    11 Gerd Wotjak

    Acerca del potencial sememogensico de los morfemas .

    39 David Serrano-Dolader

    El neologismo: teora y aplicaciones .........................

    83 Josefa Martn Garca

    Neologismo y teora morfolgica: mtodos de anlisis ... 89 Rafael Rodrguez Marn

    Los neologismos en el DRAE ............. 107

    Esteban T. Montoro del Arco

    Relaciones entre Morfologa y Fraseologa: las formaciones nominales pluriverbales ..

    121

    ***

    Apndice: Comentarios . 147

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    RELACIONES ENTRE MORFOLOGA Y FRASEOLOGA: LAS FORMACIONES NOMINALES

    PLURIVERBALES

    ESTEBAN T. MONTORO DEL ARCO

    Universidad de Granada

    1. INTRODUCCIN

    Durante siglos las unidades fraseolgicas han estado presentes en diferentes obras de ndole gramatical, pero siempre como un elemento marginal y excepcional que se resista al anlisis y siste-matizacin que pretendan sus autores (Montoro del Arco 2006b). Ubicadas en el terreno de la anomala vistas, por ende, como simples curiosidades producto del azar o del capricho del uso, no se ajustaban a los mismos principios y procesos analgicos (de-rivacin, composicin, etc.) que s han permitido regulares clasifi-caciones morfolgicas de las palabras. Ciertamente, la gramtica, que defini durante siglos sus intereses en torno a la palabra, no representaba la va ms adecuada para el estudio sistemtico de lo pluriverbal. Sin embargo, a pesar de la dificultad para integrarlo, las aproximaciones gramaticales al fenmeno (casi siempre muy vaci-lantes en la terminologa) constituyen una constante, si bien no se

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    atendi a todas las categoras de la misma manera: paulatinamente fueron apareciendo las locuciones adverbiales, posteriormente las conjuntivas, aunque con lmites poco precisos con respecto a las anteriores, y ms tarde las prepositivas (Gmez Asencio 2003, 2004; Montoro del Arco 2004a, 2004b).

    Las locuciones nominales, en cambio, llegaron ms tarde a la gramtica, asociadas al fenmeno de la composicin en la mayora de los casos, y los primeros testimonios significativos pertenecen ya prcticamente al siglo XX. Benot (1910), por ejemplo, denomi-na complexos elocutivos a unidades sustantivas de diversa ndole estructural como sangre azul, sangre de horchata, gramtica parda, sueldo pelado, gente de pergamino, terno seco, perra grande, perra chica o poltica de campanario (vid. Montoro del Arco 2006a). Posteriormente encon-tramos las unidades lxicas indivisibles (sustantivo + adjetivo) de Gili Gaya,

    [] En algunos casos el substantivo y el adjetivo forman unidades lxicas indivisibles: puerta falsa, fuego fatuo, idea fija, vida airada, ltima pena, libre albedro. A veces se escriben juntos los dos componentes: camposan-to, altavoz, librepensador. Son frecuentes las expresiones que, sin llegar a lexicalizarse, manifiestan clara tendencia a fijarse en un orden determi-nado: mala suerte, mal agero, la pura verdad, rara vez. El adjetivo mero se antepone en el el mero parecer, la mera opinin. Negro se antepone en ex-presiones particulares en las que significa aciago, desdichado, p. ej., mi negra suerte, la negra honrilla; pero al lado de ellas se usa como expresin fija la pena negra. (Gili Gaya 1969 [1943]: 221)

    que ms tarde convertir, en el Esbozo, en compuestos sintcti-cos:

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    En numerosos casos, el sustantivo y el adjetivo se unen en un orden determinado e invariable para formar unidades lxicas, verdaderos compuestos sintcticos, como fuego fatuo, idea fija, ltima pena, alta mar, puerta falsa, libre albedro, vida airada, sentido comn, Semana Santa. En oca-siones se han juntado tambin en la ortografa: camposanto, altavoz, libre-pensador, malhumor, hierbabuena. (RAE 1973: 413)

    En estos primeros testimonios encontramos ya incluidos en un

    mismo grupo los llamados compuestos lxicos, ortogrficos o propios (camposanto) y los esquemas (idea fija) y (sangre de horchata).

    Al contrario de lo sucedido en las gramticas de nuestra tradi-cin, en el marco de la actividad lexicogrfica han sido muchos los autores afanados desde antiguo por recoger las UF y mostrarlas en repertorios de todo tipo. De hecho, una vez alcanzado un cierto nivel de desarrollo metaterico, la lexicografa moderna actu co-mo acicate para su consiguiente estudio pormenorizado e intrnse-co. As, fueron problemas de identificacin y lematizacin de estas unidades, en los preparativos para el diccionario histrico de la Real Academia, los que dieron origen a uno de los primeros inten-tos serios de clasificacin y sistematizacin de la fraseologa espa-ola, el de Casares (1950). Segn pudo comprobar, en los principa-les diccionarios previos se utilizaba una terminologa totalmente confusa y ambigua, por lo cual se haca necesaria la bsqueda de rasgos comunes y tendencias ms o menos generales en un terreno hasta aquel momento tan estril e improductivo como el de las locuciones, las frases proverbiales, los modismos o idio-tismos, etc. Aunque su inclinacin fuera quizs prctica en princi-pio, el captulo III de su Introduccin a la lexicografa moderna constitu-

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    ye un hito fundamental que marca el comienzo de un verdadero inters cientfico por este componente1.

    Cuadro 1

    geminadas = tren botijo

    denominativas Nominales

    complejas = tocino de cielo

    singulares = la carabina de Am-brosio

    infinitivas = coser y cantar

    Adjetivales = de brocha gorda

    Significantes Verbales = tomar el olivo

    Participiales = hecho un brazo de mar Adverbiales = en un santiamn Locuciones Pronominales = cada quisque Exclamativas = Ancha es Castilla!

    Conjuntivas = con tal que Conexivas Prepositivas = en pos de

    Su clasificacin de las locuciones (cuadro 1), unidades defi-

    nidas por l, entre otras cualidades, por su pluriverbalidad, est basada en una relacin ancilar con respecto a las clases de palabras, a las que se consideran equivalentes categorial y funcionalmente. En lo que a nosotros respecta, constituye una de las primeras 1 Su estudio es muy celebrado en la actualidad unas veces como punto de parti-da de la Fraseologa terica espaola, otras como precedente aislado hasta la consolidacin de la disciplina ya en los aos 90 del siglo pasado. Sin restarle un pice de su importancia, la investigacin historiogrfica ya ha contribuido a desmitificar la originalidad de los postulados casareanos y ha sacado a relucir la existencia de otros autores anteriores que pudieron contribuir a la conforma-cin de los mismos.

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    lo que a nosotros respecta, constituye una de las primeras teoriza-ciones acerca de la existencia dentro de la clase sustantiva de una categora especfica para lo que vamos a denominar cautelar-mente, para evitar ambigedades, formaciones nominales pluri-verbales (FNP).

    Sus locuciones nominales son todas de ndole substantiva y equivalen, por tanto, a un nombre: papel moneda, ave del Paraso, la carabina de Ambrosio, coser y cantar. Las denominativas, en particu-lar, sirven para nombrar una persona, cosa o animal, como lo hacen los nombres apelativos o genricos, esto es, los nombres comunes. Clasifica las locuciones de este grupo en geminadas y complejas, segn la estructura que tienen: en el primer caso es-tn compuestas por dos palabras, un sustantivo nuclear y otro en aposicin; en el segundo, por ms de dos. Aparte de las denomina-tivas, encontramos las locuciones singulares y locuciones infini-tivas: las primeras, dotadas de cierto significado traslaticio, estar-an ms cercanas al nombre propio en su modo de significar; las segundas reciben el nombre de infinitivas al estar encabezadas por un verbo en dicha forma no personal.

    En la clasificacin de Casares se adivina una clara voluntad de sistematizacin de un terreno nuevo y casi no hollado antes. Sin embargo advertimos cierta mezcla de criterios: al basarse en la me-ra equivalencia con un sustantivo, el hipernimo locucin nomi-nal permite incluir cualquier segmento que tenga un modo de significar substantivo, independientemente de su estructura, de su proceso de formacin (y de la productividad del mismo) o de su grado de fijacin o idiomaticidad2. Pero lo importante es que se

    2 Tampoco es muy cientfico el criterio cuantitativo que sirve para distinguir

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    trata de un primer reconocimiento de la existencia de un espacio de elementos con valor sustantivo que no encajan ni en la Morfo-loga y la Lexicologa ni en la Sintaxis, en el marco de una discipli-na emergente, la de la Fraseologa, que ya por esa poca comenza-ba a abrirse paso y a tomar conciencia de s misma frente a las de-ms (Isaenko 1948).

    Hoy da el alcance del concepto de locucin es muy impreci-so, ya que las propiedades de fijacin e idiomaticidad son graduales por definicin. Aparte, no slo se ha reflexionado sobre las FNP en el marco de esta moderna disciplina, sino que en ellas confluyen los intereses de muchas otras, tericas o aplicadas. Esto ha genera-do dos tipos de confusin: primero, la derivada de la extraordinaria extensin y heterogeneidad del fenmeno de las combinaciones pluriverbales nominales a medio camino entre la palabra y el sin-tagma3 que, a pesar de tener apariencia sintagmtica, no respon-den a las reglas de la llamada sintaxis libre; y, segundo, la de la

    locuciones geminadas de locuciones complejas. No obstante, es importante la distincin entre las locuciones equivalentes a nombres comunes y las equivalen-tes a nombres propios, antecedente de los onymische Wortverbindungen (Fleischer 1997 [1982]: 69 y ss.), onymische Phraseologismen (Burger 1998: 47), es decir, construcciones onmicas o nombres propios fraseolgicos que, como tales, no tienen un valor clasificador sino identificador de realidades. 3 En la bibliografa fraseolgica ha sido siempre muy frecuente recurrir a dicha metfora espacial: Le terme de locution doit donc tre rserv de prfrence toute squence lexicale situe un point quelconque entre le syntagme libre, o la combinatoire des mots est gouverne par les rgles de la syntaxe et les compatibilits smantiques, et la suite entirement fige qui, elle, quivaut vri-tablement au mot unique (Gaatone 1984 : 73). Sin embargo, no deja de ser una vaguedad pues, como seala acertadamente Bosque (2001: 9) cuando decimos de algn concepto (sea lingstico o no) que est a caballo entre dos discipli-nas o que sus propiedades, se sitan a medio camino entre las que corres-ponden a otros conceptos bien caracterizados, raramente estamos haciendo un anlisis ajustado de la nocin que nos proponemos desentraar.

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    terminologa acuada por los distintos autores para nombrar una variada gama de fenmenos situados en esa zona.

    Ya antes de la propuesta de Casares y del desarrollo moderno de la Fraseologa en Espaa, Schehaye (1921) se plante la nece-sidad de diferenciar entre compuesto y locucin. Posteriormente son muchos los autores que se han ocupado de este particular en los mismos trminos (Kooij 1968). Algunos han intentado incluir las locuciones nominales como un grupo peculiar dentro de una amplia concepcin de la composicin (Bustos 1986; Gross 1996). Otros se han visto obligados a emprender la misma bsqueda de criterios ya desde la ptica fraseolgica (Zuluaga 1980; Castillo Carballo 1998a; Ruiz Gurillo 2002)4. Unos y otros, en definitiva, se han adentrado en tan resbaladizo terreno y a veces han barrido para casa, pero sin poder evitar referirse a la existencia de categor-as difusas, lo cual pone de manifiesto la envergadura del problema y la dificultad de su solucin.

    La indefinicin terica que acusa el rea de las FNP quiz no sera tan molesta si no fuera porque ocasiona no pocos contra-tiempos en actividades aplicadas como las del Observatorio de Neolo-ga del IULA, cuyos responsables, si bien se han planteado la nece-

    4 Castillo (1998a), por ejemplo, termina afirmando el criterio de separacin gr-fica como determinante, lo cual no resuelve nada desde el punto de vista terico, aunque s desde el punto de vista lexicogrfico. Por su parte, Ruiz Gurillo (1997) utiliza los criterios de ncleo y periferia y los aplica a unos cuantos ejemplos, lo cual constituye una solucin terica, pero que no satisface a la lingstica aplica-da, ya que no permite identificar unidades claramente dentro de los esquemas que propone: a) Locuciones totalmente fijas e idiomticas con palabras diacrti-cas y/o anomalas estructurales (agua de borrajas); b) locuciones idiomticas en diversos grados (caballo de batalla); c) locuciones mixtas (dinero negro); d) coloca-ciones (momento crucial); e) compuestos sintagmticos o preposicionales (reloj des-pertador, agua de colonia).

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    sidad de detectar los neologismos pluriverbales e incluirlos de for-ma adecuada en bases de datos como la del OBNEO, reconocen que sta es una tarea harto complicada5. 2. LAS FNP, ENTRE LA PALABRA Y EL SINTAGMA

    Aparte del de locucin, se maneja en la actualidad un nutrido

    conjunto de trminos relacionados con el fenmeno de las FNP. En primer lugar, tenemos el concepto de sinapsia de Benveniste (1966), que se refiri con l a estructuras propias del mbito cientfico o tcnico, tales como gardien dasile, valet de chambre, chemin de fer, que a pesar de tener naturaleza sintctica (no morfolgica), constituyen entidades lxicas plenas con un significado constante desde el punto de vista semntico.

    Martinet (1968), por su parte, acu el trmino sintema con el objetivo de soslayar las dificultades inherentes a la defini-cin de la clsica unidad de la palabra, a la que sustituye por otras unidades (monema, sintagma, sintema). Su sintema no se define por la pluriverbalidad en el plano formal, sino por la combinacin de monemas conjuntos o libres, o sea, unidos grficamente o no que se comportan sintcticamente de forma unitaria y que configuran la proyeccin de una imagen nica, lo cual suele llevar aparejada cierta opacidad semntica. En contraposicin al sintema, el compuesto, por un lado, tendra transparencia semntica; y el sintagma, por otro, se presenta como un agregado de dos signos 5 Vid. la contribucin de Ona Domnech en este mismo volumen, as como el texto del comentario correspondiente, en el Apndice.

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    (monemas) que tienen significacin categorial propia. Ejemplos de sintemas seran: bonhomme, avoir lair, bon march, ministre du commerce, machine--laver, etc.6

    Dentro del terreno de la lexicologa o semntica lxica, Pot-tier (1974), con el mismo propsito inicial que el anterior, trata de unificar bajo el concepto de lexa todas las unidades con valor lxico (frente al sintagma), que clasifica a su vez en distintos subti-pos segn su grado de complejidad morfolgica. Si atendemos a los ejemplos nominales que ofrece, tendramos las lexas simples (rbol), compuestas (matasellos) y complejas (a horcajadas). Con ello afirma la naturaleza lxica de todas estas construcciones.

    Por su parte, Coseriu (1977) con el trmino de perfrasis lxicas selecciona un conjunto de unidades pluriverbales suscepti- 6 En el mbito espaol, este concepto ha sufrido grandes modificaciones tras la primera formulacin de Martinet. As, Gonzlez Calvo (2006) crea el grupo sintemtico para buscar lmites entre Morfologa y Sintaxis, y para incluir la Fraseologa en bloque como parte de esta ltima: Si en sintaxis se puede hablar de sintagma simple y sintagma compuesto (o grupo sintagmtico), en morfologa se podra establecer la diferencia y relacin entre sintema simple (luz) y com-puesto (buscarruidos). Las palabras compuestas de dos o ms races seran autnti-cos sintemas compuestos. Desde esta perspectiva, las unidades fraseolgicas seran grupos sintemticos, es decir, grupos de dos o ms sintemas con la misma funcin o valor que los sintemas simples o compuestos. A esto es a lo que en la actualidad algunos autores llaman compuestos sintagmticos, para distinguirlos de los compuestos lxicos (los por m llamados sintemas compuestos). Un sintema com-puesto, o compuesto lxico, es un sintema, es decir, una pieza lxica, una pala-bra. Un grupo sintemtico consta de ms de un sintema (simple o compuesto); es sintaxis fija, no formacin morfolgica. La fraseologa no puede ser, sin ms, una parte de la lexicologa, a no ser que se modifique de manera importante el alcance de la lexicologa tal como hasta ahora se ha entendido. Ms reciente-mente ha sido reformulado por Pamies (2007), quien, en otro intento ms por superar las diferencias entre composicin y fraseologa, le ha dado una dimen-sin mayor y lo ha tratado como hipernimo de todos los sintagmas con fija-cin no slo nominales albergando as en su seno compuestos, locucio-nes, fraseotrminos, phrasal verbs y construcciones onmicas.

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    bles de ser interpretadas en el nivel lxico. Se definen por la posibi-lidad de ser reemplazadas por palabras simples: le for intrieur (el fuero interno), une poule mouille (fig. un gallina), huis clos puerta cerrada, vis--vis.

    En 1986 Bustos Gisbert, en un estudio amplio y detallado del fenmeno, puso en funcionamiento uno de los trminos ms utilizados en la bibliografa actual, el de compuesto sintagmtico. Con este concepto vinculaba definitivamente las formaciones no-minales pluriverbales al mbito morfolgico de la composicin, uniendo as indisolublemente Morfologa y Sintaxis en torno a las FNP.

    Desde entonces han sido muchos los intentos de buscar ana-logas de comportamiento semntico, sintctico y formal entre unidades complejas y compuestas, que implican dos polos: por un lado, el mecanismo morfolgico de la composicin, definido en gran medida por la regularidad y la productividad; y, por otro, el mbito de la fraseologa, definido por su anomala, como decamos ms arriba. En medio, una interfaz que incluye segmentos pluri-verbales con apariencia sintagmtica, pero cuyos componentes no disfrutan de la libertad combinatoria que se da en los sintagmas plenos.

    Desde hace relativamente poco en la lingstica espaola ha entrado en liza un nuevo elemento nominal, la colocacin, para la cual disponemos ya de un abundante bibliografa (Castillo Carballo 1998b; Bosque 2001; Koike 2001). No podemos detenernos en su caracterizacin, pero s apuntar que tambin se ha visto mezclada con el resto de FNP7, si bien la solidaridad que se forma entre sus

    7 Por ejemplo Ruiz Gurillo (1997) considera las colocaciones como un nivel por

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    dos componentes (dos palabras que suelen coocurrir en el discurso porque una selecciona a la otra) es ms laxa que la de otras forma-ciones ms paradigmtica que sintagmtica y por ello no tie-nen que ir seguidas inmediatamente, como en los siguientes ejem-plos: su error fue realmente garrafal, Manejaban cifras que eran realmente astronmicas.

    Todo este conjunto de propuestas se ha visto gravemente enmaraado por varias razones: en primer lugar, porque casi todos los trminos locucin (nominal), sintema, lexa (compleja), compuesto sintagmtico, colocacin, etc. han sido acuados para identificar so-lamente una parte del conjunto amplio de fenmenos que hemos llamado aqu globalmente FNP, pero, sin embargo, han sido utili-zados posteriormente como hipernimos, esto es, como trminos genricos (y a veces incluso equivalentes); en segundo lugar, por-que tambin la mayora de ellos ha surgido para explicar eductos no exclusivamente nominales, sino asimismo verbales (coger onda, poner en rbita, romperse la cabeza, entablar amistad), adjetivos (sano y salvo, bon march), adverbiales (a horcajadas, a matacaballo, tal vez), pre-positivas (au-del de), etc.; por ltimo, porque algunos no se aplican exclusivamente a secuencias de elementos separados grficamente, sino que consideran el criterio de separacin grfica secundario frente a otros criterios como el semntico8.

    encima de los compuestos sintagmticos o preposicionales en una escala de grados de fijacin e idiomaticidad: las colocaciones seran poco fijas (pero ms que los compuestos) y nada idiomticas, frente a las locuciones prototpicas, que tendran un alto grado de fijacin formal y especializacin semntica. Vid. nota 4. 8 Para Martinet, por ejemplo, son sintemas tanto pomme de terre y chemin de fer co-mo bonhomme o chaise-longue. La lingstica inglesa, por su parte, considera central la idiomaticidad, de modo que los idioms no son necesariamente pluriverbales.

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    En suma, los nicos rasgos comunes que aglutinan estas unidades podran ser los siguientes: a) un modo de significar sus-tantivo; b) ser plurilexemticas, esto es, constar de varios lexemas (no necesariamente palabras independientes); c) una relacin no completamente libre (desde los puntos de vista sintctico y/o se-mntico) entre sus componentes. Ms all de ellos, la confusin est servida, y se encuentran unidades de todo tipo, pues los crite-rios que se suelen manejar (fonolgico, morfolgico, sintctico, semntico) no permiten establecer clasificaciones discretas9: unida-des como telaraa, pelagatos, correveidile, dieta-milagro, juez-estrella, buque escuela, pez martillo, la juerga padre, pirata informtico, alta mar, traje de bao, brazo de gitano, castillo de naipes, cabeza de turco, etc., pueden ser consideradas tanto locuciones como compuestos, dependiendo del autor. 3. UNA NUEVA PROPUESTA

    El intento por parte de los gramticos de encajar las FNP en los esquemas de comportamiento de los compuestos lxicos quiz ha sido uno de los principales obstculos a la hora de describir la naturaleza de aqullas. El criterio de separacin grfica, desde mi punto de vista, ha de ser tenido en cuenta, al menos para la Fraseo-loga espaola, que ha definido su objeto de estudio claramente en torno a l. Algunos autores ponen en duda su validez a partir de a) la existencia de pares como hoja de lata/ hojalata, tela de araa/ telara-a, campo santo/ camposanto; o b) por el hecho de que la misma enti- 9 Para una crtica de los criterios utilizados hasta la fecha para distinguir com-puestos y locuciones, vid. Almela (1999), Val lvaro (1999) o Pamies (2007).

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    dad es designada en una lengua con una sola palabra y con varias en otra (esp. ojo de buey, ingl. porthole; esp. huelga patronal, ingl. lockout; esp. fecha lmite, ingl. deadline; esp. espada de Damocles, al. Damoklessch-wert).

    Lo cierto es que la sintagmacin (formacin de una estructura sintctica lexicalizada) es un procedimiento de formacin de pala-bras diferente al de la composicin, tal y como se refleja en los ca-tlogos y clasificaciones con que se trabaja en neologa. En relacin con a), es cierto que, a causa del uso frecuente y continuado, los componentes de una FNP pueden llegar a unirse primero fnica-mente y posteriormente en la escritura, siguiendo un proceso dia-crnico natural, de lexicalizacin o gramaticalizacin en cada caso. Apenas y a lo mejor tienen ambas una estructura similar y una fun-cin supraoracional o discursiva, pero son formalmente diferentes y solo la segunda forma parte de la fraseologa. Aunque no sea perceptible en sincrona, el cambio de naturaleza seguramente ten-dr consecuencias para el significado de la unidad, de forma que los miembros de cada par no siempre sern intercambiables en el discurso, como ha ocurrido con a penas/ apenas. En cuanto a b), lo comn en ambas lenguas es el acto mismo de designacin, pero no el procedimiento formal utilizado para ello. El hecho de que una lengua recurra ms a la composicin que a la sintagmacin depen-de de factores diversos, tanto lingstico-tipolgicos como mera-mente circunstanciales o extralingsticos.

    Tambin nos parece conveniente no integrar en esta zona de las FNP las formaciones del tipo palabra-clave, juez-estrella, etc. Al margen del hecho de que a veces se utilice el guin o no lo cual depende a veces de los mismos manuales de estilo de las publica-ciones peridicas, la naturaleza de estas FNP es diferente: sus-

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    tantivos apositivos como estrella, clave, etc. no estn especializados con un tipo de sustantivo en particular, sino que su combinacin es ocasional (novela clave, libro clave, acontecimiento clave, hecho clave, ar-gumento estrella, producto estrella). Adems, su posibilidad de varia-cin en nmero es vacilante y los encontramos tanto en singular como en plural: una serie de discursos claves. En este sentido, pare-ce ms bien que dichas piezas lxicas se han especializado semnti-camente con un modo de significar adjetivo, no sustantivo, de forma que las construcciones en las que aparecen constituyen ms bien sintagmas en los cuales modifican, igual que lo hara un adje-tivo prototpico, a un ncleo nominal.

    Por otro lado, es necesario mantener la diferencia que ya puso en circulacin Casares entre las FNP cuyo contenido es equipara-ble al de un nombre comn y aquellas que se comportan como un nombre propio. Para stas ltimas se puede mantener el fraseo-trmino construcciones onmicas o adaptar directamente el ale-mn onymische Phraseologismen como fraseologismos onmi-cos. Correspondera a unidades que designan realidades nicas, como la Cruz Roja, la Casa Blanca, etc. Pero, ojo, para identificarlas hay que fijarse bien en su uso y no dejarse llevar por las aparien-cias, como hizo Casares: para l la carabina de Ambrosio10 era una locucin nominal singular esto es onmica pero, aunque primariamente tuviera una funcin identificadora, lo cierto es que se usa en la actualidad para clasificar la realidad: concretamente

    10 Otros ejemplos que da Casares son: el perro del hortelano, el huevo de Coln, la espa-da de Bernardo, la purga de Benito, la maza de Fraga, el gallo de Morn, el reloj de Pamplo-na, el santo de Pajares, la familia del to Maroma.

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    para referirse a instrumentos que no sirven para nada o no fun-cionan de la forma prevista11.

    3.1. Dicho esto, hay que tener en cuenta que la fraseologa se defi-ne, en primer lugar, por la pluriverbalidad (Montoro del Arco 2006c: 35 y ss.) y que esto nos brinda la oportunidad de estudiar los fenmenos pluriverbales en un marco propio, sin las constric-ciones terico-metodolgicas de otras disciplinas como la Morfo-loga, que ha girado siempre en torno a la palabra. En segundo lu-gar, y aqu reside la principal dificultad epistemolgica, es el terre-no de la irregularidad (la falta de productividad de los esquemas, o la limitacin de stos) y la gradualidad, esto es, la prctica inexis-tencia de categoras discretas. As, aparte de la diversidad estructu-ral, una unidad puede ser muy idiomtica y poco fija o viceversa.

    Sin embargo, s se pueden establecer mximos y mnimos, n-dices que nos permitan discernir unos fenmenos de otros. Por ello hay que observar criterios de diversa ndole, pero no con el mismo peso especfico, sino jerarquizados. La pluriverbalidad, en combinacin con la habitualizacin o reproduccin y consolida-cin de estas unidades son los rasgos mnimos suficientes como para no considerarlos sintagmas, pues stos se definen por su crea-cin ocasional. A partir de aqu podemos exponer los criterios que nos permitirn establecer lmites en el campo de las FNP. 3.1.1. En primer lugar, desde los estudios de Coseriu, una precau-cin epistemolgica nos obliga a mantener separados en el anlisis

    11 Me he comprado estas tijeras especiales para cortar papel y son la carabina de Ambrosio; ms que cortarlo lo arrancan, ejemplo extrado de Buitrago (2003).

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    palabras de la lengua comn y trminos12, lo cual es aplicable tam-bin al mbito fraseolgico. Las lenguas especializadas necesitan dar nombre a nuevas realidades (sean concretas o conceptuales), esto es, cumplen por definicin una funcin denominativa. Aun-que el procedimiento sea el mismo en uno y otro mbito, nos ve-mos obligados a separar la fraseologa comn (las locuciones no-minales) de las sinapsias (Benveniste 1966), unidades terminolgi-cas polilexemticas (Cabr, Estop y Lorente 1996), trminos fra-seolgicos o fraseotrminos (al. einstweilige Verfgung, spitzer Winkel, Schneller Brter; esp. medida cautelar, ngulo agudo, reactor rpido)13, co-mo polos opuestos del campo de las FNP, tal como se refleja en el siguiente esquema:

    12 Las terminologas cientficas y tcnicas no pertenecen al lenguaje ni, por con-siguiente, a las estructuraciones lxicas del mismo modo que las palabras usua-les: constituyen utilizaciones del lenguaje para clasificaciones diferentes (y, en principio, autnomas) de la realidad o de ciertas secciones de la realidad. En parte, las terminologas no estn estructuradas en absoluto (son simples no-menclaturas enumerativas que corresponden a delimitaciones en los objetos) y, en la medida en que lo estn, su estructuracin no corresponde a las normas del lenguaje, sino a los puntos de vista y a las exigencias de las ciencias y tcnicas respectivas, que se refieren a la realidad misma de las cosas [] Para las ciencias y las tcnicas las palabras son efectivamente los substitutos de las cosas, es decir que, desde su punto de vista, la significacin coincide con la designa-cin, lo que no ocurre en el lenguaje como tal (Coseriu 1977: 96). 13 Segn Cabr, Estop y Lorente (1996), estas unidades, aparte de ser pluriver-bales y ocupar en la oracin la posicin de constituyente autnomo, tienen las siguientes caractersticas distintivas: desde el punto de vista semitico, pueden ser asociadas de manera estable y codificada a elementos referenciales; desde el punto de vista de su uso, forman parte de un mbito temticamente especializa-do. No obstante, es sabido que el uso habitual de los trminos fuera de los m-bitos de especialidad puede terminar haciendo que se integren en la lengua co-mn (aldea global, orden del da).

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    fraseotrminos locuciones nominales (denominatividad) (productividad)

    (atributividad)

    (improductividad) Frente a los fraseotrminos, en el otro extremo se sitan las locu-ciones nominales prototpicas. stas se caracterizan por cumplir normalmente una funcin que denominamos de atributividad. Ya Casares se dio cuenta de este hecho, que ha pasado muy des-apercibido14. Estas unidades tienden a ser atributos de predicados nominales o a aparecer en comparaciones formalmente explcitas (smiles) o intrnsecas (metforas). Con ello se consigue caracteri-zar a un individuo (del que se dice que es un pao de lgrimas, que es utilizado como cabeza de turco, o que es un chivo expiatorio) o, ms frecuentemente, una situacin (juego de nios, cuento chino, pan comido). En nuestra opinin, cumplen la funcin primaria de la fraseologa, la de resumir de forma sencilla una situacin compleja (Zuluaga 1997). Por esta razn, resisten la prueba de su combinacin con ser (como), convertirse en y expresiones anlogas, porque as es precisamente como se suelen presentar en el discurso15:

    14 Otra singularidad de estas locuciones [la carabina de Ambrosio, el huevo de Coln, etc.], desde el punto de vista sintctico, consiste en que su funcin normal se reduce a servir de predicado nominal de los verbos copulativos y similares, sin que nunca aparezcan en el habla como sujeto de oraciones predicativas ni atributi-vas. Dirase que su papel se limita modestamente al de un trmino de compara-cin (Casares, 1992 [1950]: 172). 15 Est claro que tambin pueden utilizarse de este modo ciertos fraseotrminos y decir de alguien que es un avin a reaccin, pero esta sera una construccin ocasional, no habitualizada y reconocida como tal por los hablantes, como las locuciones.

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    La ley por la que se rigen las televisiones privadas impide que stas sal-gan a la Bolsa. Sin embargo, el Banco Santander, que preside Emilio Botn, ha entrado en la operacin contando con que Antena 3 podr vender y comprar acciones en el mercado de valores. Esto es: Telef-nica ha embarcado a los bancos en esta operacin sabiendo que la prohibicin legal se va a convertir en papel mojado tan pronto como lo quie-ra el Gobierno (El Pas, 26/07/1997)16

    Pegarse a ella en el ltimo segundo, meterle el can de la pistola en los riones y traspasar el umbral sera un juego de nios, pero ignoraba lo que encontrara dentro. Se arriesgaba a que el conductor lo cosiera a ti-ros. Sin informacin detallada y un croquis de las habitaciones era sui-cida intentar un asalto. (Alfonso Rojo, Matar para vivir, 2002)

    Tambin pueden coaparecer casi obligatoriamente con un verbo, como colocaciones complejas: hacer/prestar odos sordos, tener lengua de trapo, quedarse en agua de borrajas:

    Me gustara decirte que ya que informis de las colas que se producen en Comisara todos los das informarais tambin de los problemas que tenemos para pasar por esa acera todos los das. Yo voy con un beb en un carrito y hacen odos sordos, es que ni se mueven. Me toca todos los das bajarme de la acera porque es que ni se mueven. (El Peridico Medi-terrneo, 21/05/2004)

    El problema es que han sido consideradas siempre de forma para-digmtica, fuera de todo contexto, y equiparadas a otras muchas con las que comparten un mismo esquema formal. No se ha aten-dido a su uso pragmtico y a su correspondiente combinatoria sin-tctica. 16 REAL ACADEMIA ESPAOLA, Banco de datos (CREA) [en lnea]. Corpus de referencia del espaol actual. [06/01/08].

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    139

    3.1.2. El segundo criterio en importancia ha de ser el semntico interno, es decir, la relacin semntica que mantienen los compo-nentes de la FNP y de esta con la realidad designada. Los fraseo-trminos suelen tener un significado transparente, mientras que las locuciones son altamente opacas o idiomticas. Entre ellos hay gra-dos:

    a) FNP con significado compositivo (relacin de especifica-cin entre los componentes): vagn restaurante, buque escuela, caballo de tiro, molino de viento, traje de bao.

    b) FNP con significado semi-compositivo (relacin de especi-

    ficacin + metaforizacin de un elemento): o El elemento nuclear es metafrico o metonmico:

    cabeza de partido, diente de ajo, pirata informtico, lengua de fuego, olfato de gol.

    o El elemento no nuclear es metafrico o metonmi-co: mercado negro.

    c) FNP con significado no compositivo (por metaforizacin

    o metonimia que afecta al conjunto): o Con funcin denominativa: lengua de gato, ojo de buey,

    diente de len, orden del da, cabeza de partido, aldea global. o Con funcin atributiva: castillo de naipes, buque insig-

    nia. Las unidades de a) son, a mi modo de ver, los autnticos com-puestos sintagmticos. Las de b) y c) seran locuciones, por tener

  • Relaciones entre Morfologa y Fraseologa

    140

    algn grado de idiomaticidad: unas cumplirn una funcin deno-minativa, como los fraseotrminos y los compuestos sintagmti-cos, y por ello las denominamos locuciones nominales denomina-tivas. Otras, como hemos comentado antes, cumplirn una fun-cin atributiva, por lo que las denominamos locuciones nomina-les atributivas. 3.1.3. En ltimo lugar, interesa la estructura formal. Este criterio no suele ser definitorio porque las distintas estructuras se repiten en todos los tipos semnticos sealados arriba. Sirve para estable-cer subtipos formales dentro de las categoras. No obstante, aque-llas que tengan ms restricciones estarn, como es obvio, ms cer-canas a las locuciones. Segn un criterio sintctico-estructural, te-nemos, pues, construcciones:

    a) regulares y productivas o [Sustantivo + sustantivo] (Sustantivos en aposi-

    cin): buque escuela, vagn restaurante, buque insignia, lengua madre, nio prodigio.

    o [Sustantivo + prep. + sustantivo] (Estructura pre-positiva): diente de ajo, lengua de gato, traje de bao, orden del da.

    o [Sustantivo + adjetivo]: lengua muerta, pirata informti-co.

    b) Irregulares y/o improductivas: o [Adjetivo + sustantivo]: alta mar. o Odos sordos, malas lenguas (siempre en plural).

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    141

    3.2.4. En definitiva, proponemos distinguir varios grupos dentro de las formaciones nominales pluriverbales, que se resumen en el siguien-te cuadro:

    TERMINOLOGA LENGUA COMN

    (denominatividad) (transparencia) (productividad)

    (atributividad)

    (opacidad) (improductividad)

    FORMACIONES NOMINALES PLURIVERBALES

    FRASEOTRMINOS COMPUESTOS SINTAGMTICOS

    LOCUCIONES NOMINALES

    DENOMINATI-VAS

    LOCUCIONES NOMINALES ATRIBUTIVAS

    ngulo recto Medida cautelar

    Peso mosca Pez espada

    Avin a reaccin

    Opciones sobre acciones

    Buque escuela Camin cisterna Lengua madre

    Vagn restaurante

    Cepillo de dientes Lmpara de petr-

    leo Traje de bao

    Mercado negro Pirata informtico

    Cabeza de partido Brazo de gitano Diente de ajo

    Lengua de gato Ojo de buey Olfato de gol

    Buque insignia

    Cuento chino Papel mojado

    Cabeza de turco Castillo de naipes Cortina de humo Juego de nios

    Lengua de trapo Torre de marfil

    4. CONCLUSIN

    La gran paradoja de la Fraseologa consiste en haber intentado acotar una parcela lingstica discreta y haber utilizado sin embargo categoras radicalmente difusas para rellenarla. Existe un evidente desfase entre las primeras investigaciones en torno a las unidades

  • Relaciones entre Morfologa y Fraseologa

    142

    fraseolgicas en el marco de disciplinas como la Morfologa, la sin-taxis y la Lexicologa y las que se realizan en la actualidad. En este trabajo se intentan conciliar ambos anlisis y se ofrece otra posible solucin a los problemas de clasificacin de las formaciones nomi-nales pluriverbales. Sin duda se trata simplemente de otra propues-ta ms, pero esperamos que al menos pueda servir como punto de partida terico para acometer trabajos de ndole aplicada en los que estas unidades se ven involucradas. REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS ALMELA PREZ, Ramn (1999): Procedimientos de formacin de palabras en

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