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Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta argentina Engraulis anchoita Hubbs y Marini, 1935 M. Pájaro’, R. l? SánchexlB’ y A. Aubonel,2 1 Instituto Nxional dc Investigación y lksarrollo Pesquero (INII~EI’). (X: 175. 7600 Mar del I’lilk~, Argentina. 2 IJniversidad Nacional dc Mar del PIala (UNMdP). Funes, 3350. 7600 Mar del I’lilta, Argcntin;t.

Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

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Page 1: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta argentina Engraulis anchoita Hubbs y Marini, 1935 M. Pájaro’, R. l? SánchexlB’ y A. Aubonel,2

1 Instituto Nxional dc Investigación y lksarrollo Pesquero (INII~EI’). (X: 175. 7600 Mar del I’lilk~, Argentina.

2 IJniversidad Nacional dc Mar del PIala (UNMdP). Funes, 3350. 7600 Mar del I’lilta, Argcntin;t.

Page 2: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

Kegarding thr number oJ egg~ ingestrd, we estimated a mean value OJ 10.0 eggs/Jish (.ctandard darviation: 5.04) and 0.8 (s.d.: 0.44) eggs/Jish (s.d.e.: = 0.44) ,Jbr the Buenos Aires and Patagonian populations, r+ectively. The mean number qf anchovy eggs fier .rtomach was 14.1 (s.d.: 7.9) J or nocturnal savnples and 1.0 (s.d.: 0.4) Jbr daytimr sam@. Consurnl,tion oJ’ eggs over a 12 h ,feeding pvriod was estimated to have caused 27 YO o[the total egg mortality,~~r the Buenos Aires stock and 1-2 % ,Jbr thr Patugonian stock.

Our re,sult.r indimte that intrae,speci/ic pdation on egg.~ by anchovy adults repzsen1.s a higk percentage qf the total emfrryon~c mortality, r+eïially in areas whe-re other food re,souxw arr scarw.

Key words: Cannibalisrn, Argentine anchovy, ICngraulis anchoita, eggs, predation, zooplankton.

INTRODUCCIÓN

Engraulis anchoita Hubbs y Marini, 1935, el recurso pesquero de mayor biomasa del Atlántico sudoccidental, constituye una

especie clave, desde el punto de vista trófi-

co, como alimento de varias especies comercialmente explotadas del mar Argen- tino; (Angelescu, 1982b; Ciechomski y Sán- chez, 1988).

Al menos dos poblaciones de anchoíta habitan el área de estudio en primavera y

verano: la primera, denominada población bonaerense, se sitúa al norte de los 41” S y la segunda, llamada población patagónica, en la región comprendida entre los 41” y 47” S (Brandhorst et al., 1974; Hansen, Cousseau y Gru, 1984; Ratti, 1986).

La alimentación de la anchoíta argenti-

na es de tipo microfágica con tendencia a la macrofagia; el régimen alimentario coinci- de con el de un carnívoro con hábitos de oportunista y pequeño depredador y la modalidad de ingestión de alimento es de doble proceso, con alternancia entre Iiltra- ción y aprehensión (Angelescu, 1982a). El

predominio de una u otra modalidad es importante desde el punto de vista ecológi- co, pues tiene relación con los costes ener- géticos y determina el nivel trófico en el que el alimento es consumido (Blaxter y

Hunter, 1982). Estos procesos de ingestión dependen de la relación de tamaño entre la

presa y el consumidor y del grado de abun- dancia relativa de alimento en su ambiente (Bailey y Houde, 1989).

Dentro del zooplancton del que se ali- mentan predominan, en general, dos gru-

pos de tamaño en la dieta de los adultos de

anchoítd: copépodos y cladóceros (alimen- to filtrado de tamaño inferior a 5 mm), y

eufáusidos, anfípodos y sergéstidos (ali- mento atrapado mayor que 5 mm) (Ange- lescu, 198213).

El canibalismo sobre huevos ha sido estudiado en poblaciones de peces marinos

de diferentes partes del mundo, y se ha cita- do frecuentemente como causa importante

de mortalidad denso-dependiente (Hunter y Kimbrell, 1980; MacCall, 1980; Hourston, Rosenthal y Kerr, 1981; Brownell, 1985, 1987; Santander, 1987; Valdés Szeinfeld et al., 1987; Valdés Szeinfeld, 1991; Pájaro,

1998). Entre las especies caníbales dentro de la familia Engraulidae encontramos a Engraulis capensis Gilchrist, 1913 (Valdés Szeinfeld et al., 1987; Valdés Szeinfeld, 1990, 1991; Valdés Szeinfeld y Cochrane, 1992), E. japonica Houttuyn, 1782 (Hayasi, 1967), L;. mordax Girard, 1854 (Loukashkin,

1970; Hunter y Kimbrell, 1980; MacCall, 1980), E. ringens Jenyns, 1842 (Rojas de Mendiola et al., 1969; Rojas de Mendiola y Ochoa, 1973; Rojas de Mendiola, 1980; Alheit, 1987) y E. anchoita (Ciechomski, 1967; Angelescu, 198213).

En los últimos años la importancia del

canibalismo como causa de mortalidad embrionaria en el género Engraulis ha sido demostrada comparando de manera cuanti- tativa la producción diaria de huevos con la proporción de huevos consumidos. Se han calculado valores de mortalidad embriona- ria por canibalismo que abarcan desde el

0,5 % al 70 % del total de la mortalidad embrionaria natural (Hunter y Kimbrell,

Page 3: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

c s

Page 4: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

a

Q

Page 5: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

85

Campaña Región

Fecha Estaciones

dc CTI1

Eslaciones Lances CalVET/ pelágicos

Estómagos

PairoVETT mucstreados analizados

OR-1 1/x3 Bonaerense OB-13/93 Bonaerense

6-lo-93/27-10-93 86 1

23-I l-93/10-12-93 88

A continuación se presenta la ecuación

de MacCall (1980), que determina la pro- porción del coeficiente de mortalidad dcbi- da al canibalismo, M,.:

En esta expresión:

l F es la tasa diaria de consumo de hue- vos por gramo de anchoa, y se determina mediante

[21

donde HC es el número de huevos ingeridos,

G es la tasa de evacuación gástrica (Hunter y Kimbrell, l%W), T es la duraci6n del perio- do de alimentación en horas y P, es el peso total promedio de las anchoas en gramos.

l L, es la tasa diaria de producción de

huevos por gramo de anchoa, determinada por la ecuación

L=F,..S.K [SI

en la que F, es la fecundidad parcial por gramo de hembra, S es la frecuencia de desove y R es la proporción entre sexos.

l L,a expresión (1 - e-z’) es la tasa de mortalidad natural (incluido el canihalis- mo) que afecta a los huevos y en ella Z es el coeficiente de mortalidad total (incluido el canibalismo) y t la duración del periodo de

incubación. MacCall (1980) asume que el producto

del consumo diario de huevos de una cohorte multiplicado por el tiempo trans- currido entre la Ièrtilización y la eclosión,

es equivalente al consumo de huevos de dicha cohorte durante los días transcurri- dos entre la f’ertilizacií,n y la eclosión.

El lapso de tiempo transcurrido entre el

momento en que el huevo cs desovado y la su eclosión (t) es una función de la tempe- ratura del agua en el lugar. Para calcular el valor t, se utilizó la ecuación propuesta por Ciechomski y Sánchez (1984)

t = nnlilqqt, (2,503 - 0,046 Tm) [41

donde: Tm es la temperatura del agua.

‘Iabla II. Parámetros y variables básicos para cl cálculo del canibalismo en ambas poblaciones. (1): Hunter y Kimbrell (1980); (2): De Pájaro (1998); (3): De Pájaro, Macchi y Sánchez (1997); (4): De

Ciechomski y Sãnchez (1984).

Vdriablc Poblacií>n Poblacicín

bonacrcnse patagónica

Tasa de evacuaci6n gástrica (C) I Duracií>n de la alimentaci6n (T) 2 Peso medio de cada pez (Pt) 2 Huevos desovados/peso de la hembra (Fr):4 Proporci6n de hembras desovdntes cada noche (S) s ProporciGn de hembras en el cardumen (1~) 2 Duración del estadio de huevo en días (t) 1 Coeficiente de morlalidad embrionaria diaria (z) 2

0,701 12 18,7

493,75 0,123 0,54 S,fx 0,20

0,701 12 19,5

x0,30 0,155 0,62 8,lO 0,39

Page 6: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

El valor de Tm correspondio a la tempe- ratura promedio a 10 m de profundidad para el área estudiada, siendo de 12,16 “C y 13,73 “C (Martos, com. pers.) para las regio- nes bonaerense y patagónica respectivamen- te.

Otra manera de estimar la proporción de mortalidad embrionaria natural total atribuible al canibalismo fue propuesta por Aubone y Pajaro (M.S.) y efectuada en este trabajo. A diferencia de MacCall (1980), se estimó Mc para cada lance (MCI), utilizando

el Hcl y el Pt1 correspondientes con la ecua- ción básica [ 11, donde los otros factores se

consideran constantes. Luego, se estimaron la media poblacional de Mc (McA) y el correspondiente intervalo de confianza suponiendo una distribucion de probabili- dades del tipo delta de los MCI por lance (De la Mare, 1994) (una variable aleatoria se dice que tiene una distribución de pro-

babilidades del tipo delta si los valores son no negativos y la distribución de los valores positivos es lognormal; la distribución delta es aplicable cuando existe una proporción de valores cero y la curva es de tipo asimé- trica, con frecuencias altas en los valores bajos y frecuencias bajas en los valores más

altos). El estimador de la media de mínima varianza (Pennington, 1983) correspon- diente a la distribución delta y el respectivo intervalo de confianza fueron obtenidos utilizando el programa DELTA (Aubone y Hansen, M.S.).

RESULTADOS

Selectividad del alimento e índice de repleción estomacal

Mediante la aplicación del U-test no paramétrico de Mann-Whitney U, ya que los datos no presentaban distribución normal, se determinaron diferencias altamente sig- nificativas (p < 0,001) para ambas regiones. En la zona patagónica la abundancia de copépodos en el plancton prácticamente

duplicó el valor de la región bonaerense. Dicho grupo predominó en la mayoría de

los estómagos analizados de ambas pobla-

ciones, junto a una gran variedad de presas del mesozooplancton (menos de 5 mm de

longitud) ingeridas por filtración como, por ejemplo, quetognatos, postlarvas de bivalvos, ostrácodos, pterópodos y apendi- cularias.

En lo que respecta a presas mayores de

5 mm, fueron escasos los individuos con un elevado número de eufáusidos, anfípodos o

sergéstidos en los contenidos estomacales. Cabe destacar que en la región bonaerense, entre los organismos gelatinosos (salpas, ctenóforos y pequeñas medusas) determi- nados en los contenidos estomacales, se analizó una muestra con un elevado núme- ro de salpas.

El cálculo del cociente de repleción estomacal (CRE) permitió tener una idea del índice de saciedad de los animales estu-

diados. Valores comprendidos entre 0,5 y 5 pueden considerarse como normales,

mientras los menores de 0,5 representan estómagos vacíos 0 con poco alimento (Angelescu, 1982b). Agrupando los valores promedio de CRE de cada lance en rangos de clases de acuerdo con la descripción hecha en el párrafo anterior, se observó que el 70 % de los estómagos en la pobla-

ción bonaerense, quedaron incluidos den- tro del rango O-0,49, mientras en la patagó- nica el 46 % se ubicó en el rango 0,51-l (figura 3).

El canibalismo y su relación con la densidad de huevos en el plancton, el tipo de presa, la talla del pez y la hora del día

En la época de estudio, la mayor densi- dad de huevos de anchoíta en el plancton

de la región bonaerense fue encontrada próxima a la costa, dentro de la isóbata de 50 m (figura 4). En cambio, la presencia de huevos de anchoíta en el área sur (figura 4) estuvo supeditada principalmente a la for- mación de sistemas frontales de marea, como indican Sánchez y Ciechomski

(1995). En cuanto al número de huevos ingeri-

dos por canibalismo identificados en los estómagos, se determinaron valores medios

Page 7: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

CRE

e co

Page 8: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

88

encontradas en los estómagos, a partir de los lances y de las muestras -de plancton en las estaciones próximas.

En la zona bonaerense no existi6 rela- ci6n. alguna entre ambas variables (figura

un amplio rango de den- n el plancton, desde 100 huevos/N m? Por otro la figura 6b, correspon-

aumentar con la densid

tivamente distinta de 433-o (p > 0,35) * ara el analisis del nfimero de huevos umidos par pez en relaci6n con el

mesozooplancton y el macrozooplancton ingeridos, Únicamente los individuos de la

POb ión bonaerense capturados en areas don se registro mgs de 1 huev promedio (n = 383) se a gas de clases,

Goma se aprecia ro de huevos cons inealmente en flrnción e la densidad del

mesozooplancton (p < 0 rio, permaneció prácti ente constante con el aumento del ma~r~z~~pl~nctur~ (p > ($7) (figura 7b). Se analizó la incidencia de

la cantidad de

eces presentaron con. una amplia dispersi

(línea) muestran todo el rangu, una ximos a I y el otro en 445.

Por otra parte, el ntimero de huevos eridos y la talla del predador no presen-

taron una relación clara; no obstante, el or rango de tallas mostró

una tendencia incremento del canibalis- mo al aumentar el tamaño (figura 9) e

En el análisis de los contenidos estoma- cales en función de la hora, fueron identifi- cados huevos de anchoita en prácticamente todo el rango horario. Sin te las horas diurnas se o cantidad de huevos depredadas (figura lo),

laciones, tomadas en con-

, de los estómagos analiza- OS durante las huras diurnas y el 19,3 % de

los de horas nocturnas contenían huevos ientras el número anchoíta por estó

14,l (d. e,: í’,9) y I,O (d. e.: 0,4) ente (tabla III) e Por otra parte, del núme-

ro total de huevos identificadas en los estó- fueron obtenidos durante

mus y sólo el 3 % durante los nocturnos.

Page 9: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

Figura 6. Número de huevos consu- midos en funcihn de la densidad de huevos en el plancton. A los datos se le aplicó la transformaci6n nt 1. (a) : poblaci6n bonaerense; (b): pobla-

ci6n patdgí>nica.

1000 3 a

f

&

2 0

E IU 100 :

8 a 0

.g g 0 10: 8 0

a

8 OO 0 0

5 0 z 8O* 0

0 0

17 0

.,....* ,o. ,.....I ,.,,,,,

100 1000 10000 100 000

Densidad de huevos en el plancton +1 (10 m*)

Tdhla III. l’orcent+je de est6magos con huevos y número promedio dc huevos de ;ulchoíCd por estómago.

Est6magos con huevos Huevos de XlChOítd

(SI,) (promedio) Día Noche Día Noche

Número de lances Promedio

22 17 22 17 42,7 19,s 14,l 1,o

Cuantificación del canibalismo Mientras en la pohlacií>n bonaerense se determinó un valor medio de 5,l huevos

El cálculo de la tasa diaria de consumo por gramo de pez por día (intervalo de de huevos por gramo de anchoa, mediante confianza: 2,8-22,1), en la patagónica fue la ecuación [2], permitió observar clard- de sólo 0,4 (i. c.: 0,2-13). mente la diferencia en el impacto del cani- La estimacion de la mortalidad embrio- balismo en las dos poblaciones estudiadas. naria natural por canibalismo (Mc) alcanzõ

Page 10: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

90 M. hijuro, R. I? Sínchez y A. Aufmw

g 350

; 300

z s 250

; 200 0 $ 150

: 100

50

0

a

0 M = -30,90 + 0,32 l-k

F? = 0,81

/” ,’

,’ ’ 0 ,--

_,’ 5-’

_* 0

0 ,’ ,’

,” 0 Q-’

_ ,_’

0 200 400 600 800 1000

Número de organismos del mesozooplancton

b

250 1

m= 119,72 -17,56 Hc

l? = 0,02

0 0,5 1 1,5 2 23 3

Número de organismos del macrozooplancton

Figura 7. Número de huevos consu- midos en función del tamaño del zooplancton (región bonaerense). (a): mesozooplancton (fracción < 5 mm) ; (b) : macrozooplancton (frac- ción > 5 mm). (Hc) : huevos consu- midos; (M): mesozooplancton; (m):

macrozooplancton.

valores del 26,s % y el 2,l Yc, respectiva- mula básica de MacCall (1980), se obtuvie-

mente, para las poblaciones bonaerense y ron estimaciones de Mc para la población

patagónica de anchoíta argentina. bonaerense del 27,O % (intervalo de con-

Siguiendo la metodología propuesta por fianza de la distribución delta, calculado al

Aubone y Pájaro (MS.) a partir de la fór- 95 %: 13,9-117,9) y para la patagónica del

g 500

a ‘5 400 ; .- $ 300

L : 200

100

0 1 2 3 4 5 6 7

CRE

30 E

25 g

20 :: z

15 $

Figura 8. Número de huevos consu- midos para cada clase de cociente de repleción estomacal (CRE); los puntos sobre la línea representan

los valores medios.

Page 11: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

Canibnlisrno PYL onchoíta argentino 91

Figura 9. Número de huevos consu- midos para cada clase de talla (mm); los puntos sobre la línea

representan los valores medios.

500 , r 16 .o Ti

450 -

400 -

350 -

300 -

250 -

200 -

150 c

-

100 - /

70 90 110 130 150 170 190

Talla (mm)

0,9 % (i. c.: 0,X3,9). Comparando los resul- tados alcanzados con ambas metodologías, los valores fueron muy similares.

Asignación de edades a los huevos identificados en los contenidos estomacales

La asignación a cada huevo de su corres- pondiente estadio embrionario fue realiza- da sobre la base de la escala propuesta por Ciechomski y Sánchez (1984). Los porcen- tajes de estadios correctamente determina- dos en todos los lances fueron bajos: 17 %

en la región bonaerense y 8 % en la patagó- nica. Las clases más fácilmente identifica-

bles en ambas poblaciones fueron la VI B y la VII A, que comprenden desde el cierre del blastoporo hasta el comienzo de des- prendimiento de la cola del embrión, y, en

menor medida, los estadios II y III, que abarcan desde que la división del huevo alcanza los 16 blastómeros hasta la forma-

ción del primer esbozo del eje embrionario. Con el fin de determinar si la conducta

caníbal de los peces era selectiva hacia un determinado estadio de desarrollo se reali- zó una comparación de los estadios embrio- narios en el plancton y con en los de los contenidos estomacales. Para ello, se utili-

zaron aquellos lances en los que se contaba con un número representativo de huevos cuya clase embrionaria fue identificada con exactitud, tanto en los estómagos como en las muestras de plancton analizados (figura ll). De este estudio se desprendieron dos aspectos importantes. En primer lugar, se

hallaron en los contenidos estomacales todos los estadios embrionarios descritos por Ciechomski y Sánchez (1984); en segundo lugar, se destaca que, a diferencia

0

0

Figura 10. Número de huevos con- sumidos (datos transformados n+ 1)

en funcibn de la hora del día.

NOChe

Rango horario

Page 12: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

0 Plancton q Estomagos n

Estadios embtiorwios

de los huevos recolectados en el mar, los determinados en los con tenidos estomaca- les presentaron en la mayoría de los casos dos grupos definidos: uno con moda en el estadio III A, y otro en los estadios VI B y VII A.

DISCUSIÓN

La abundancia de copépodos estimada en este trabajo para el &rea bonaerense fue baja. En general, duran te primavera, las biomasas de zooplancton, constituidas prin-

cipalmente por copépodos, son inferiores a las registradas en las regiones de transición y de plataforma externa, aumentando des- de la costa hacia el talud (Ciechomski y Sanchez, 1983; Akselman, Carreto y Ramí- rez, 1986; FernAndez Arao,, 1991). Aksel- man, Carreto y Ramírez (1986) indican que la reqi6n costera es la mas pobre en bioma-

sas ie copépodos de toda la plataforma bonaerense, con valores maximos de

150 000 indiv./mz, similares a los encontra- dos en este trabajo.

Aun así, es necesario aclarar que la red PairoVET fue diseñada para capturar huevos

de anchoita, y, probablemente, puedan esca- par al arte algunos de los copépodos caláni- dos más grandes, así como tamhikn, organis- mos del macrozooplancton, como adultos de anf’ipodos, eufáusidos y sergkstidos.

El alto porcentaje de estcírnagos vacíos o

con escaso alimento, registrados para esta kpoca, pone de manifiesto la escasa dispo-

Figura 1 1. Pr~~~nt~jc de los estadios cmhrionarios determinados en los contenidos estomacales y en el plancton prcwenien tes de lances y estaciones prhximas espacialmente.

nihilidad de alimento en el área de puesta. A pesar de su baja densidad, el predominio de copépodos ditermina que el mecanismo de alimentacibn predominante sea de fil- tracion, con la consecuente disminuci6n en la eficiencia tr¿Xca, ya que ello requiere

mayor tiempo de btisqueda de alimento. Al parecer, la anchoíta no podría cubrir sus necesidades diarias de alimento sO10 por f-il- tracion, excepto en áreas con elevadas con- cen traciones de mesozooplancton (Leong y O’Connell, 1969),

En los peces, la conducta caníbal está influida por una gran variedad de factores, como la talla de los depredadores, la distri-

buci6n y el comportamiento de los cardú- menes, el tipo y densidad de las presas; tam- bien por pdctores abi&icos, como la temperatura y la estratificaciiin de la colum- na de agua (MacCall, 1980).

La diferencia en el número de huevos

identificados en los est6magos entre las dos áreas estudiadas posiblemente se relacion6 con la distribuci6n de los huevos planctóni- cos y del mesozooplancton. El más alto canibalismo registrado en la poblaci6n bonaerense pudo estar asociado a la distri- bución más humogenea de los huevos en el plancton, lo que facilitaría a los peces la

posibilidad de hallarlos y predarlos. A su vez, y como consecuencia de una baja den- sidad de cop6podos disponibles en el planc- ton, el cardumen filtraría un mayor volu- men de agua en busca de alimento, elevandose también la tasa It)m capita de canibalismo (MacCall, 1980). En la pobla-

Page 13: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

ción patagí>nica, las areas con densidades más elevadas de huevos y de copépodos coincidieron generalmente corr las regio-

nes frontales. Como consecuencia, el cani- balismo sobre huevos en esa región í’ue bajo, ya que los cardúmenes contaban con otras presas alternativas.

El incremento de la densidad de meso- zooplancton en el área, principalmente

copépodos, puede provocar en el cardu- men una aceleración en la velocidad de fil- tración en el cardumen, aumentando así la probabilidad de ingerir pasivamente más huevos (Hunter y Dorr, 1982). Esta hipóte- sis explica, en nuestros resultados, el incre- mento lineal del consumo de huevos con la

densidad de mesozooplancton (figura 7a). El elevado número de huevos hallados en algunos peces (433 y 273 en este trabajo; 730 en Hunter y Kimbrell (1980); 815 en Valdés Szeinfeld s¿ al. (1987) ) permite con-

cluir que, al rnenos ocasionalmente, las densidades de huevos de anchoíta en el mar son suficientemente altas como para estimular la alimentación selectiva por Iil- tracion, pero, en general, esos huevos son capturados cuando los peces son estimula- dos para filtrar otras concentraciones más

importantes de otras presas (MacCall, 1980; Hunter y Dorr, 1982).

En nuestros estudios, la rnayor cantidad de huevos ingeridos predados se determinó

en peces con muy poco alimento ingerido, o pr6ximos a la saciedad. En el primer caso,

probablemente, los peces incorporaron los huevos por filtracicín selectiva de los mis- mos, al ser estos uno de los pocos grupos de alimento disponible. En cambio, los peces con estómagos repletos de alimento quir.5 los ingirieron pasivamente, al filtrar aclivd- mente el mesozooplancton (copépodos)

presente en el &-ea.

La diferencia entre la incidencia de canibalismo durante el día y durante la noche, pudo estar relacionada con la mayor

vulnerabilidad de los huevos al estar expuestos a la luz del día, aunque, en gene- ral, debido a su transparencia, serían rnenos vulnerables a la depredación que otros organismos (Brownell, 1985). Otra posibilidad a considerar es que la alimenta-

ción sea mas intensa durante el día, resul-

Lando en una mayor depredación de hue- vos. En las anchoas argentina y sudafricana,

la mayor cantidad de huevos ingeridos se obtuvieron en las muestras diurnas. En cambio, en li’. mordnx el consumo de huevos fke independiente de la hora del día (Hun- ter y Kimbrell, 1980).

La cuantificación de la mortalidad

embrionaria natural total por canibalismo, en especies del género Kngraulis, aplicando las metodologías propuestas por Hunter y Kimbrell (1980) y MacCall (1980)) ha dado como resultado diferentes valores. En

I!‘rgruuli~s [email protected], 1:‘. mordux y 1:‘. rinps, el canibalismo ha sido responsable de entre el 0,5 y el 30 $6 de la mortalidad ernbrionaria natural total (MacCall, 1980; Hunter y Kim- brell, 1980; Santander el al., 1983; Alheit, 1987; Valdés Szeinfeld, 1991; Álamo at ul., 1997). Sin embargo, en áreas de puesta

rnuy intensa, puede alcanzar valores de has- ta el 70 % (Vdldbs Szeinfèld el al., 1987).

En nuestro trabajo, el canibalismo en el área total de puesta de la población bonae- rense presentó valores elevados para la especie (27 %). En la población patagóni- ca, en cambio, el bajo porcentaje (1-2 %) fue similar al hallado por Valdés Szeinfeld

(1991) en la anchoa sudafricana.

En cuanto a la metodología para del cal- culo del canibalismo, los porcentajes de mortalidad embrionaria por canibalismo comúnmente citados en la bibliografia se obtienen a partir de la media aritmética del

número de huevos ingeridos por pez, no siendo posible calcular los intervalos de confianza de dichos valores. Aplicando una metodología diferente, Valdés Szeinfeld cl al. ( 1987)) estimaron empíricamente la media y la varianza de la proporción de la morlalidad embrionaria causada por el canibalismo, utilizando una simulaci6n de Monte Carlo; con ello, los autores pudieron

obtener un intervalo de confianza para el porcentaje de canibalismo, aunque asu- rniendo una distribucií)n normal de los datos.

En este trabajo, a partir de la rnetodolo- gía propuesta por Aubone y I%jaro (M. S.),

el LISO de la distribución delta (Pennington,

Page 14: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

1983; De la Mare, 1994) permitió, no sólo

obtener mejores estimadores de la media de huevos consumidos por lance: también

calcular intervalos de confianza para las medias a partir de la distribución delta. Estos intervalos presentaron amplitudes grandes, especialmente en la población bonaerense, donde la incidencia de caniba- lismo presentó variaciones más amplias que en la población patagónica.

La correcta identificación de los diver- sos estadios embrionarios en los contenidos

estomacales es importante, pues posibilita determinar la existencia o no de una mor- talidad diferencial durante el periodo de desarrollo, desde la puesta hasta la eclosión de la larva (Valdés Szeinfeld el al., 1987). La

asignación de edades a los huevos depen- dió de dos factores: la duración del estadio

de permanencia en el plancton, hasta pasar al siguiente, y la mayor 0 menor resistencia a los jugos gástricos del depredador. Aun- que el corion puede ser identificado en los contenidos entre 3 y 12 horas, no ocurre lo mismo con el embrión y el vitelo, que son digeridos al cabo de 2 horas (Hunter y Kim-

brell, 1980; Daan, Rijnsdorp y Van Overbe- eke, 1985). La mayor detección de estadios VI-VII tiene una posible explicación: en estos estadios, el embrión, ya prácticamente formado, tardaría más en degradarse, lo que facilitaría su correcta identificación. Esto podría representar un sesgo en la asig-

nación de edades: debido a que el huevo, a partir del estadio VI, resulta más claramen- te identificable que el huevo con escasas horas de vida, cuya determinación, por otra parte, es más difícil. A una temperatura

media de 15 “C, se necesitan aproximada- mente 12 horas para completar el estadio VI y otras 12 horas para el estadio VII (Cie- chomski y Sánchez, 1984). Santander et al. (1983) también calcularon una sobrestima- ción de esos estadios, aunque concluyeron que podría deberse, quizá, a que los dife-

rentes estadios se ubicaba en distintos nive- les de la columna de agua.

El segundo grupo detectado mayorita- riamente fueron los estadios correspon- dientes al III A. Posiblemente, en él se hallen algunos huevos correspondientes al

estadio 1, ya que, al degradarse parcialmen- te el contenido (embrión y vitelo), no sería difícil confundir esos estadios. Aun así, San-

tander et nl. (1983) concluyeron que la fase 1 del huevo sería particularmente resistente a los procesos digestivos, lo cual sostendría su hipótesis de vulnerabilidad diferencial a la desintegración de las diferentes fases embrionarias.

Probablemente, todos estos factores, sumados a la dificultad de diferenciar algu- nos estadios embrionarios de otros cuando se hallan en avanzado estado de degrada- ción, puedan provocar cierta confusión cuando se intenta determinar la existencia

de una mortalidad diferencial en las distin- tas fases del huevo.

CONCLUSIONES

En nuestro estudio, el alimento predo- minante de la anchoíta argentina fueron los copepodos, lo que se relacionó positiva-

mente con la tasa de canibalismo: el mayor consumo de copépodos coincidió con un aumento en el canibalismo. Por el contra- rio, el alimento ingerido por aprehensión fue ocasional, y no se comprobó relación alguna con la ingesta de huevos.

De acuerdo al análisis de los contenidos

estomacales de las dos poblaciones de anchoíta, la mayoría de los estómagos se hallaron vacíos o con escaso alimento.

No se halló una relación concluyente entre la densidad de huevos en el plancton y en los estómagos.

El más elevado número de huevos inge- ridos se correspondió con las horas diur-

nas, así como también el mayor porcentaje de peces caníbales.

El canibalismo en la población bonae- rense contribuyó con el 27 % de a la mor- talidad embrionaria natural total; sin

embargo, en la población patagónica, esta proporción alcanzó sólo al 1-2 %. Esta dife-

rencia estaría relacionada con la distribu- ción de los huevos y de presas en el planc- ton y con la abundancia de alimento disponible.

Page 15: Mortalidad embrionaria por canibalismo en la anchoíta

En los contenidos estomacales se pudie-

ron identificar todos los estadios embriona-

rios descriptos por Ciechomski y Sánchez (1983), destacándose principalmente dos modas en la distribución de huevos que no

coincidieron con las observadas en la de los

huevos determinados en las muestras planc- tónicas. Esto se debió posiblemente a la

mayor cantidad de horas que esos estadios embrionarios permanecen en el mar hasta

pasar a la fase siguiente, y a la mayor resis- tencia del vitelo y el embrión de esos hue- vos a los jugos gástricos del depredador.

Todas estas conclusiones proporcionan

una idea del papel que desempeña la depredación intraespecífica como meca- nismo de mortalidad embrionaria en la

anchoíta argentina durante la época de

puesta intensiva de la especie. Consideran- do el porcentaje de mortalidad por caniba- lismo estimado para la región bonaerense,

probablemente es verosímil que dicha con-

ducta sea responsable de una proporción importante de la variabilidad en la abun- dancia de esa población. Finalmente, es cla-

ro que debe prestarse una mayor atención a

este tipo de mortalidad embrionaria, explo- rando el posible impacto que pueda llegar a tener el canibalismo sobre una determi-

nada cohorte y/o la población.

AGRADECIMIENTOS

Los autores desean expresar su agrade- cimiento a los Sres. C. Bertelo y P. Quiroga por la recolección del material y al Sr. D.

Brown por la colaboración brindada en el

procesamiento del material.

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