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FUNDADO EL 7 DE JULIO DE 1950, AÑO 57 NUMERO 20.638 SUSCRIBASE A LA TERCERA Y OBTENGA IMPORTANTES BENEFICIOS: 600 8 372 372 LUNES 11 DE DICIEMBRE DE 2006 Obituario pág. 84 Puzzle pág. 96 Carteleras TELEVISION pág. 92 CINE pág. 95 El Tiempo y Contaminación pág. 96 MARTIN THOMAS / REUTERS INDICE DE SERVICIOS COBERTURA ESPECIAL DE 68 PAGINAS Precio: $ 300 Regiones I-II-XI y XII: $ 500 Muere Augusto Pinochet Los detalles de su muerte y los incidentes que se desataron tras la noticia. La reunión de Bachelet con Izurieta y sus ministros y los preparativos del funeral. Todo sobre el ascenso, el auge y el ocaso de quien marcó la etapa final del siglo XX en Chile. HOY: Mínima 12 - Máxima 29 MAÑANA: Mínima 11 - Máxima 28 Santiago RESTRICCION VEHICULAR: 5 y 6 (1915-2006)

Muere Augusto Pinochet

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FUNDADO EL 7 DE JULIO DE 1950, AÑO 57 NUMERO 20.638SUSCRIBASE A LA TERCERA Y OBTENGA IMPORTANTES BENEFICIOS: 600 8 372 372

L U N E S 1 1 D E D I C I E M B R E D E 2 0 0 6

Obituario pág. 84 Puzzle pág. 96Carteleras TELEVISION pág. 92 CINE pág. 95 El Tiempo y Contaminación pág. 96

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INDICE DE SERVICIOS

COBERTURA ESPECIAL DE 68 PAGINAS

Precio: $ 300Regiones I-II-XI y XII: $ 500

Muere Augusto Pinochet

Los detalles de sumuerte y los incidentesque se desataron trasla noticia.

La reunión de Bacheletcon Izurieta y susministros y lospreparativos del funeral.

Todo sobre el ascenso, elauge y el ocaso de quienmarcó la etapa final delsiglo XX en Chile.

HOY: Mínima 12 - Máxima 29

MAÑANA: Mínima 11 - Máxima 28

Santiago

RESTRICCION VEHICULAR: 5 y 6

(1915-2006)

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Ascenso, auge y ocasoPocos chilenos sabían de Augusto Pinochet Ugarte en agosto de 1973,

cuando el general fue investido por el Presidente Salvador Allende comocomandante en jefe del Ejército. Todo cambió días más tarde, el 11 deseptiembre. Tras liderar el golpe que derrocó a Allende, Pinochet se convertiríaen referencia indiscutida de la historia nacional y pasaría a ser probablementeel chileno más conocido del mundo.

Ejerció el poder de manera autoritaria, transformando la economía ydejando tras de sí miles de víctimas de violaciones a los derechos humanos.Derrotado en 1988, tuvo que aceptar el retorno de la democracia. Supo entoncesreinventarse y conservar buena parte de su influencia. Tras abandonar elEjército en 1998, fue apresado en Londres. Comenzó a vivir un crecienteaislamiento político y a encarar una avalancha de recursos judiciales. En 2004,al revelarse la existencia de sus cuentas en el Banco Riggs, perdió gran parte delapoyo que le quedaba. Pinochet murió rodeado sólo de su familia y de susincondicionales más cercanos.

La Tercera repasa la era Pinochet en las próximas páginas, desde elascenso del general hasta su ocaso. Análisis, comentarios e información paracalibrar la trayectoria de un hombre polémico que marcó la historia del Chilede fines del siglo XX.

AUGUSTO PINOCHET U. (1915-2006)

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El sonido de sus pasosacompañado de los de susedecanes ponía en alertacada semana a los minis-

tros del general. Por los alfombra-dos y silenciosos pasillos del Pala-cio de La Moneda, ese suave ruidohacía que los secretarios de Estadoinstintivamente suspendieran susconversaciones y se levantaran ensilencio. Cuando el Presidenteingresaba al salón, no volaba unamosca. Entonces, Pinochet salu-daba con un simple gesto de cabe-za y se sentaba. Sólo entonces lohacían sus ministros.

Ese ritual, realizado durantemás de 16 años sin que nadie locuestionara, era una muestra másdel don de mando que ejercióPinochet como gobernante. Elhombre que acumuló en susmanos el mayor poder de la histo-ria de Chile -las atribuciones deun Presidente con facultadesexcepcionales y las de comandan-te en jefe del Ejército- inspirabarespeto y, muchas veces, terrorentre sus colaboradores. “Cuandoél tomaba una decisión, el únicocamino posible era obedecer sindiscusión”, relata un ex ministro.

Durante los 16 años y seismeses durante los cuales rigió alpaís, Pinochet basó parte impor-tante de su poder en las armas ytambién en una organizaciónautoritaria, sin Congreso, con elPoder Judicial dominado y sinsalida a expresiones opositoras.Sin embargo, su capacidad desobrevivencia política también seasentó en una personalidad mul-tifacética. Esta le permitió sorteardificultades, desplazar sistemática-mente a sus posibles rivales,

rodearse de los hombres indica-dos y terminar controlando ungobierno al cual llegó práctica-mente por casualidad. “Pinochettenía una formidable voluntad yapetito de poder; es decir, le gusta-ba mandar (...). El 11 de septiem-bre de 1973 se desencadenó esafuerza interna”, escribió el histo-riador y ex ministro de Pinochet,Gonzalo Vial en Análisis críticodel régimen militar.

Reservado eimpenetrable

El general de 57 años queencabezó el golpe noparecía tener las condicio-nes para convertirse en la

figura central de la junta militarni para acumular rápidamente elpoder en sus manos. De rostroimpenetrable, poco refinado al

hablar y alejado del mundo influ-yente, sólo el tiempo demostraríaque era sagaz y capaz de navegaren escenarios más complejos de loque parecía. Los civiles demora-rían en comprender que tras esaapariencia de militar hosco y obs-tinado existía un sutil operadorpolítico que mostraría un enormeapetito de poder.

Hasta el 10 de septiembre de1973, Pinochet había llevado unatranquila y ordenada vida de mili-tar de clase media. Aunque alcan-zó los más altos cargos en el Ejér-cito, nunca destacó como lídercarismático. Hombre de pocaspalabras, era aficionado a la lectu-ra y al estudio -fue profesor y sub-director de la Academia de Gue-rra- y nunca manifestó interés enla política contingente. Cuandollegó al gobierno, ya se acercaba lahora de su retiro.

En esos años se le recuerda reu-niéndose a menudo a tomar elaperitivo en la casa de su antece-

Desconfiado,Los rasgos de Pinochet en el poder

autoritario e impredecible � Parco y formado en una lógicade guerra, Augusto Pinochet fuedueño de una personalidad quele permitió ejercer como elmandatario con mayor poder enla historia del país. Y aunquecontaba con el respaldo de lasarmas, fueron su capacidad desobrevivencia, su astucia y sudeterminación las que hicieronque este oscuro militar seconvirtiese en un animal políticocapaz de mantener el gobiernodurante 16 años y medio.

Los civiles se demorarían en comprender que tras esaapariencia existía un sutil operador político que llegóa embriagarse con el poder.

sor en la comandancia en jefe, elgeneral Carlos Prats, los domingosjunto a su familia. Muchas tardesiba a esperar a su hija Lucía en laantesala de la oficina del DC Beli-sario Velasco -después subsecreta-rio, embajador en los gobiernosde la Concertación y hoy minis-tro del Interior-, donde ella traba-jaba como secretaria. Poco cono-cedor del mundo civil, su únicodestino militar en el exteriorhabía sido Ecuador, en los años‘50, como profesor de la Acade-mia de Guerra.

Al momento del golpe, nisiquiera sus compañeros de aven-tura -el general Gustavo Leigh y elalmirante José Toribio Merino- loconocían mucho. Había asumidola Comandancia en Jefe del Ejérci-to 19 días antes, por recomenda-ción del constitucionalista Prats,ministro del Interior de Allende.Merino y Leigh dudaron hasta elfinal si Pinochet se sumaría al gol-

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pe que llevaba muchos meses fra-guándose. Ya en esa época elgeneral revelaba un rasgo de per-sonalidad que lo acompañaríatoda la vida: una enorme cautelay reserva. Tanto así que el propioSalvador Allende creyó ver en él aun aliado.

En agosto de 1973, Allendehabía tranquilizado al secretariogeneral del PS, Carlos Altamirano,respecto de los rumores de que elcomandante en jefe participabaen un complot militar: “Pinochetes un viejo que sólo piensa enmaterias militares; ese hombre noes capaz de engañar ni a sumujer”, le dijo. Pocos días antesdel 11, nuevamente Allende seequivocó. A su amigo y asesorJoan Garcés le confidenció que sihabía un intento de golpe, él loreprimiría con el respaldo deCarabineros y del general AugustoPinochet.

Años después los ministros civi-les sufrirían en carne propia esacapacidad del mandatario de

profundamente desconfiado y“siempre estaba estudiando elescenario como si fuera un campode batalla, donde había que tenerobjetivo, ofensiva, sorpresa ylibertad de acción”, relata un mili-tar en retiro que trabajó estrecha-mente con él en el gobierno.

Los fantasmas de un complot loasediaron a lo largo de todo sugobierno. Lo vio en la fuerte per-sonalidad del comandante en jefede la Fach, Gustavo Leigh, quienterminó por ser expulsado de lajunta. También en la fracasadagira a Filipinas, cuando creyóestar sufriendo una operaciónmontada desde Santiago paraderrocarlo. “Usted no entiende,me quieren hacer un golpe deEstado”, le diría al canciller Her-nán Cubillos. Y lo volvería a sen-tir tras ser víctima del atentado enel Cajón del Maipo, en 1986. Sudesconfianza tras la emboscadallegaría hasta su propio gabineteministerial. Un testigo de esosdías recuerda que uno de los prin-

cipales ministros civiles de Pino-chet llegó a llorar al percatarse deque el general tenía dudas respec-to de su participación en loshechos.

Por esa desconfianza Pinochetsiempre mantuvo varios centrosde opinión y de confianza. LosChicago boys sabían que existíaun comité económico paralelo;sus asesores personales nuncatuvieron la certeza de que eran losúnicos escuchados. Y una de lasfunciones básicas de los subsecre-tarios era mantener informado aPinochet en forma paralela a losministros. El recelo del general lle-gaba al punto que en La Monedatenía habilitado varios salonescon entradas independientes paraque sus visitantes no se encontra-ran entre sí.

“Pinochet aplicó magistralmen-te la teoría de que la base delpoder es la inestabilidad de losotros. Nunca nadie se sintió segu-ro con él, y él sabía aprovecharese juego”, dice un hombre cerca-no. “Había que tener muchamovilidad política para podermantenerse en un cargo”, agregaun ex subsecretario.

El militar

“Los soldados somosdistintos, somos gen-te de pocas palabras,por eso los civiles

nunca nos han entendido”. Lafrase, dicha por Pinochet en 1989,resume una de las claves principa-les de la personalidad del general.

Pinochet ”oía mucho, era reservado, no revelabajamás su pensamiento y estaba formado con unalógica de guerra”, señala un personero cercano.

Su carácter militar permeó sugobierno, sus prioridades y la for-ma de enfrentar las crisis. Tam-bién fue la raíz de la profundadesconfianza que sentía hacia losciviles, ya que -como la mayoríade los miembros de las FuerzasArmadas- había vivido en escasocontacto con el mundo no unifor-mado.

“Como era esencialmente mili-tar, Pinochet priorizaba la discipli-na y la jerarquía”, relata un exuniformado que ocupó altos car-gos en el gobierno. De allí, su fuer-te autoritarismo y su necesidad deser obedecido sin cuestionamien-to. “En las Fuerzas Armadas nohay iguales, sólo superiores o infe-riores. Incluso entre los iguales,

son de mayor o menor antigüe-dad. Esa formación se le notaba aPinochet: él mandaba y el restodebía acatar”, relata un hombrecercano al ex mandatario.

Por esta concepción de mando,el general ponía y sacaba minis-tros sin ninguna consideración. Aligual que en el Ejército, los secre-tarios de Estado estaban paracumplir una misión hasta que susuperior considerara lo contrario.De allí que son muchos los exministros que aún recuerdan lafrialdad con que Pinochet los des-pidió. Con igual rapidez los cam-biaba de frente. Cuando en elverano de 1988 el ministro deObras Públicas, Patricio Torres, setrenzó en una discusión con el

titular del Comando de Ingenie-ros del Ejército, Bruno Siebert, res-pecto de a quién le correspondíaconstruir los accesos de los puen-tes en la Carretera Austral, Pino-chet cortó por lo sano. “¿Así queno están de acuerdo? Entonces,hay que hacer un trueque”, sen-tenció. Siebert fue nombrado enObras Públicas y Torres en elComando de Ingenieros. Ambosacataron sin chistar.

Al general tampoco le agradabaque le renunciaran. En una oca-sión la ministra de Justicia Móni-ca Madariaga le envió por escritosu renuncia al cargo. Pinochet nole dijo una palabra, pero a lospocos días ella recibió un sobre,dentro del cual venía su carta rota

LA JUNTA FORMADA en1973 por CésarMendoza, José ToribioMerino,AugustoPinochet y GustavoLeigh se quebró en1978, cuando esteúltimo fue expulsadotras chocar conPinochet.

ocultar su pensamiento. Cuandolos Chicago boys exponían laconveniencia de determinadamedida económica, nunca sabíanlo que pensaba el general. Conrostro impenetrable, él se limitabaa escuchar. Jamás tomó sus deci-siones en presencia de sus aseso-res y nunca comentó temas queno fueran de la cartera con susministros. “Pese a ser cercano enel lenguaje y en la forma, Pino-chet era distante. Hasta el final desus días su extrema reserva hacíaque uno nunca supiera lo queestaba pensando”, cuenta un ase-sor cercano.

Hombre deguerra

“Pinochet tenía trescondiciones clavepara la política”, ase-gura un ex personero

que lo acompañó largos años enel gobierno. “Oía mucho, ya queera lo suficientemente hábil parapercibir que había otros quesabían más que él; era reservado yjamás revelaba su pensamiento; y,lo más importante, estaba forma-do con una lógica de guerra quelo llevaba a estar siempre manio-brando y creyendo que complota-ban contra él.”

Este último rasgo de caráctermarcaría toda la era Pinochet. Elgeneral siempre creyó ver -encada hecho político o personali-dad que se destacaba- una opera-ción en su contra. Por ello era

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en varios pedazos.La diferenciación que Pino-

chet hacía entre civiles y milita-res siempre estuvo presente. Susprimeros gabinetes fueron com-puestos íntegramente por miem-bros de las FF.AA., y para él nofue fácil entregar cargos relevan-tes a los no uniformados. Sólo lainminente guerra con Argentinaen 1978 lo haría convocar a laprimera troika civil importante:Sergio Fernández en Interior,Hernán Cubillos en Cancilleríay Sergio de Castro en Hacienda.

Una de las contadas excepcio-nes en su desconfianza hacia losfuncionarios de terno y corbatafue, precisamente, Sergio deCastro, ministro que se caracte-rizó por una personalidad clara

funcionario del régimen militar.

Embriagado depoder

Augusto Pinochet fue unhombre frío, con grancapacidad para separarsus sentimientos de las

decisiones que tomaba comogobernante. Tenía también unavoluntad imperiosa. “Y no eramagnánimo: no perdonaba a susenemigos”, sostiene un estrechocolaborador.

En ese contexto, uno de los ras-gos más sorprendentes de su per-sonalidad era la flexibilidad quetenía bajo ese aspecto de terque-dad y poca imaginación. Antecada situación compleja, Pinochetfue capaz de dar un giro en 180grados, tomando un caminoimprevisto. Siempre tenía una car-ta bajo la manga o un caminoalternativo que nadie conocía.Sabía usar el factor sorpresa. Elmejor ejemplo de ello fue la crisisde 1983, cuando las protestasdebilitaron al régimen militarcomo nunca antes algo lo habíaconseguido.

Pinochet llamó al Ministerio delInterior a Sergio Onofre Jarpa -un“político”, casta que él desprecia-ba- para que negociara con laoposición. Lo que parecía impen-sable, que el general convocara aun político y estableciera un diá-logo con un sector que lo fustiga-ba, le permitió ganar tiempo ydiluir las protestas.

La capacidad de trabajo delmandatario y la energía que leimprimió a su gobierno apabulla-ron siempre a sus colaboradores.Se levantaba diariamente a las5:30, hacía gimnasia -duranteaños tuvo un entrenador coreanoen artes marciales- y a las 7:30 yaestaba en su oficina. “Leía todo,estudiaba todo y recordaba todo”,dice un ex funcionario. “Sihubiera que escoger una sola

CONSTRUIDO DURANTE EL GOBIERNO de la Unidad Popular para la reunión internacional de la agencia de la ONUpara el comercio y la inversión, el edificio de la Unctad fue rebautizado por el régimen militar como Diego Portales y seconvirtió, hasta 1981, cuando fue rehabilitada La Moneda, en sede del gobierno.

ta un ex ministro. Durante el“boinazo” de 1993 el propioPinochet le diría a EnriqueCorrea, secretario general degobierno de Patricio Aylwin:“Ministro, yo parezco huevónno más. Usted es zorro, pero yotambién”.

Cuando quería, Pinochet eraextraordinariamente simpático yenvolvente. Rápido para elcomentario o la ironía, muchasveces utilizaba el estilo llano y

simple del hombre de campochileno para tratar a la gente. Sinembargo, no estrechaba relacio-nes y tuvo muy pocos amigos.Entre los 150 y 200 ministrosque pasaron por su gobierno,prácticamente ninguno llegó aconsiderarse su amigo personal.

Pese a su autoritarismo, le gus-taba la gente franca y firme. “Laforma de granjearse su confianzaera siendo decidido y seguro deuno mismo”, relata un ex subse-

cretario. De allí que figuras comoel hoy senador Pablo Longueirao Cristián Labbé, ex ministrosecretario general de Gobierno yactual alcalde de Providencia,hayan sido vistos como los pre-dilectos del general. “A Pinochetno le agradaban los negociado-res. Al revés, su estilo era avanzary después que otros fueran arre-glando los desaguisados quedejaba. No le gustaba negociarantes de actuar”, señala un ex

SIEMPRE MAS A GUSTO ENTRE los militares que con los civiles, buena parte de la maneraen queAugusto Pinochet ejerció el poder durante el tiempo que estuvo en el gobierno sedebe a su formación y mentalidad castrenses.

“¿Ve este colorcito?Aquí está el poder.Tenga confianza en elgris del Ejército”, le dijoPinochet a Sergio OnofreJarpa en 1983.

y firme. En una ocasión el gene-ral le dijo el máximo piropo desu repertorio: “A usted sólo lefalta el uniforme”.

Ese carácter marcó todo sugobierno: una administraciónautoritaria, incapaz de distinguirmatices y gran eficiencia antelas emergencias. De igual forma,el gran bastión del poder dePinochet sería durante 25 añosel Ejército. Pese a que el generalalejó a la institución del Ejecuti-vo -los uniformados ingresabanal gobierno sólo en “comisiónde servicio”-, cada vez que Pino-chet enfrentó una crisis acudióal Ejército. Así lo hizo al díasiguiente de perder el plebiscitode 1988, cuando volvió a vestirsu uniforme después de mesesde campaña de civil. Y en mayode 1993, cuando, acosado por elcaso de los “pinocheques”, sacóa los boinas negras a la calle. Ylo volvería a hacer durante sudetención en Londres, confian-do en que la institución lo trae-ría de vuelta a Chile.

En los turbulentos días de lasprotestas de 1983, Pinochet lecomentó a Sergio Onofre Jarpa,ministro del Interior: “¿Ve estecolorcito? Aquí está el poder,tenga confianza en el gris delEjército”.

“Parezcohuevón no más”

Definido por sus ex cola-boradores como “cazu-rro”, “hábil” y“extraordinariamente

inteligente”, Pinochet fue ungobernante asertivo para detec-tar los móviles de los hombresque lo rodeaban. “Captaba rápi-damente las personalidades y,como era muy desconfiado,pocas veces se equivocaba”, rela-

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característica de su personalidad,diría que fue extremadamente tra-bajador”, afirma un ex ministro.

Pese al gigantesco aparato deseguridad que lo rodeaba -queincluía un hospital móvil en laescolta-, a la imponente casa queconstruyó en Lo Curro para lospresidentes y al secreto de suscuentas en el Banco Riggs, Pino-chet mantuvo algunos rasgosexternos del austero militar quealguna vez había sido. Frugal ensu alimentación -por razones desalud había dejado el alcohol ycomía extremadamente sano-, nofue especialmente refinado niapegado a las tradiciones. Le gus-taba trabajar oyendo marchasmilitares y en sus últimos añosacostumbraba a arrancarse a unsencillo restorán de Pomaire acomer arrollado.

Al final de su administración,Pinochet llegaría a embriagarsecon el poder. Después de 16 añosde gobierno omnipotente, eranescasos los asesores capaces deenfrentarlo o discutirle sus deci-siones. “Vive en una burbuja”,diría su ex ministra MónicaMadariaga en 1985. También, des-pués del atentado en el Cajón delMaipo se acrecentó su misticismoreligioso lo que -según hombrescercanos- lo llevó a creer que supermanencia en el poder obedecíaa un designio divino.

Su detención en Londres y suposterior batalla judicial en Chile -tanto en causas de DDHH como larelativa a sus cuentas secretas en elRiggs- acabaron para siempre conese poder omnipotente. Sinembargo, hasta el final de sus díasPinochet siguió mostrando rasgosdel gobernante que fue. “Seguíasiendo profundamente desconfia-do. Pese al pequeño círculo que lorodeaba, manejaba departamentosestancos, por lo cual nunca habíauna visión de conjunto de quiénesinfluían en él”, cuenta un colabo-rador de los últimos años. Esa mis-ma desconfianza hizo que fueramuy difícil establecer, por ejem-plo, cuánto dinero tuvo deposita-do en el extranjero, porque Pino-chet no mantenía cuentas claras yno confiaba en nadie para admi-nistrarlas. Ni siquiera su albacea,Oscar Aitken, conocía bien elmanejo de sus fondos, lo que lollevó a renunciar.

Y hasta el día de su muerte con-tinuó actuando como si siguierasiendo Presidente. “Mantuvo lanaturalidad del poder de un man-datario”, relata un cercano. Se leseguía tratando de Presidente,vivía rodeado de militares y suguardia pretoriana siguió cua-drándose ante él como si aúncontinuara siendo el jefe supremodel Ejército y del país.

En 1980, el régimen militar enfrentó unahuelga en la división El Teniente de Codelco.Pinochet estaba furioso, y citó a su ministrodel Trabajo, José Piñera. “Yo no voy a acep-tar que me vengan a hacer huelgas. Loscomunistas deben estar detrás de todoesto”, les dijo a los presentes. Entoncesinformó que tenía en estado de alerta a la VIDivisión del Ejército y había enviado tanquesal camino entre Rancagua y Santiago.

Piñera recurrió a todos los argumentosposibles para evitar una sobrerreacción delEjecutivo. Sin embargo, hubo una sola pala-bra que haría cambiar de opinión al general.El ministro dijo que era necesario desmontarel operativo antes que se supiese, para queel gobierno no quedara como timorato. “Insi-nuar que el general Pinochet pudiera llegar aser asustadizo era casi una herejía”, escribi-ría años después el ex ministro.

Finalmente, Pinochet zanjó el asuntodiciendo socarronamente:

- Yo sólo quería probar, ministro, qué tanseguro estaba usted en su posición.

En medio de la crisis económica de los 80,el empresario Javier Vial se enfrentó con elgobierno de Pinochet. Durante 1982, el minis-tro de Hacienda, Sergio de la Cuadra, citó aVial a su despacho para pedirle su renuncia ala presidencia del Banco de Chile como con-dición del Ejecutivo para ir en ayuda de lainstitución. “Pero el Presidente me ha dichoque me quede”, le dijo Vial al ministro.

Un confundido secretario de Estado volviódonde el Presidente para relatarle el diálogo.La respuesta de Pinochet fue tajante:

“No le dije que se quedara en el Banco deChile. Le dije que podía quedarse en Chile”.

Ocho episodios de un estiloContradiciendo al general

Pocos se atrevieron a contradecir a Pino-chet. Uno de ellos fue Sergio de Castro, quienentonces era un simple asesor. Durante unadiscusión, el general le comentó:

-En todo caso, nosotros tenemos la sarténpor el mango...

-No nos vayamos a quedar con el puromango... acotó De Castro.

Un enorme silencio inundó la sala. Esa tar-de, De Castro fue llamado por Pinochet, quienle dijo que había sido insolente. Pese a ello,De Castro llegaría a ser ministro y un civilrespetado por Pinochet.

Sereno e impenetrable

El 23 de diciembre de 1978, el inicio de laguerra con Argentina era inminente. Sinembargo, ese mismo día Pinochet dedicó doshoras a conversar con su ministro de Educa-ción, Gonzalo Vial, sobre temas de la cartera.Ningún gesto de Pinochet le revelaría a Vialla hora que vivía el país. “Después he pensa-do en la serenidad necesaria para hablar deeducación en una emergencia así, sin traslu-cir absolutamente nada”, escribió el exministro.

Indecisiones

En abril de 1982, Pinochet le informó aSergio de Castro que le pediría la renunciacomo ministro de Hacienda. El general lepreguntó: “¿A quién pondría usted?”. DeCastro le sugirió al economista Sergio dela Cuadra.

Al día siguiente, De Castro fue con De laCuadra a La Moneda para presentárselo aPinochet. Mientras el mandatario conver-saba con su posible sucesor, el ministroesperó en una salita. De repente, se abrióla puerta, y asomó Pinochet.

-Oiga, Sergio, ¿por qué no sigue comoministro?, le murmuró el general.

Aunque De Castro le respondió afir-mativamente, dos días después Pino-chet volvió a cambiar de opinión ynombró a De la Cuadra.

Autoritario

El Día Decisivo

En 1979, el general Pinochet publicó El DíaDecisivo, un libro en el que sostenía que él fra-guó, diseñó y ejecutó el golpe del 11 de sep-tiembre de 1973 casi sin ayuda de nadie. Elvolumen despertó las iras de José ToribioMerino, quien le encargó al almirante SergioHuidobro que, a su vez, escribiera un libro paradesmentir a Pinochet. Así nació Decisión Naval(1989), impreso en la Editorial de la Armada.

Nadie sin embargo, lograría que Pinochetcambiara su versión. En una oportunidad, el ex

director de El Mercurio, ArturoFontaine Aldunate, le pre-

guntó al general por quéhabía excluido a los

demás en El DíaDecisivo.

“Lo hice paraprotegerlos.¿No ve que o

si no losm a t a n ? ” ,

respondióPinochet.

Reacción a la huelga

Explosiones de ira

Frío y controlado la mayor parte del tiem-po, algunas de las explosiones de ira de Pino-chet se hicieron famosas. El día en que Gus-tavo Leigh se negó a firmar el decreto que lonombraba Presidente de la República, elgeneral rompió de un puñetazo el cristal deuna mesa. De igual forma, cuando perdió elplebiscito de 1988 sus gritos -“¡son todosunos traidores!”- y sus golpes sobre la mesaresonaron en La Moneda. “Cuando se enoja,los ojos celestes se le ponen grises, coloracero. Y da miedo, produce temor”, contó suhija Lucía. “Tengo la cara agria, tal vez poreso dicen que soy un dictador”, comentó élmismo en 1986.

Un peculiar regalo

En 1984 Augusto Pinochet les hizo unpeculiar regalo a todos sus ministros: unrevólver calibre 38. Sin embargo, al entregar-les el obsequio, les advirtió con claridad:“Tengan cuidado con los terroristas”, dijo.“Pero si algún ministro es secuestrado, novoy a negociar con delincuentes. Nombraréinmediatamente al reemplazante”.

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17momentos crucialesde Pinochet en el poder� Entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990,Augusto Pinochet enfrentó desde el gobierno una serie deconflictos, crisis, desafíos y reformas que marcaron al país. Parabien o para mal, fue un actor decisivo en todas esas instancias.

1Desde el Regimiento de Telecomunica-ciones de Peñalolén, con un equiporadiofónico y tres teléfonos, Pinochetdirigió el 11 de septiembre de 1973.

La decisión final había sido tomadados días antes, en su casa. Hasta allí llegóel almirante Huidobro, con una nota delalmirante José Toribio Merino. En ella leinformaba a Gustavo Leigh y a Pinochetque el día D sería el 11 de septiembre. “Siustedes no pueden cumplir esta fase conel total de las fuerzas, explíquenmelo alreverso”, decía. Más abajo, agregaba:“Gustavo: es la última oportunidad.Augusto: si no puedes con toda la fuerzadel primer momento, no viviremos parael futuro”.

Leigh y Pinochet pusieron su firmabajo una palabra que escribió el coman-dante en jefe de la Fach: “Conforme”.

Aunque Pinochet relataría que él inicióla planificación del golpe, lo cierto es queel general fue el último en sumarse, des-pués de la Armada y la Fuerza Aérea, y queotros generales del Ejército fueron los quehicieron el grueso del trabajo previo den-tro de la institución.

A las 3 AM del 11, mientras la Marinahabía zarpado a alta mar aduciendo ejer-cicios navales, en Santiago se cortaronlos teléfonos de 1.800 dirigentes del

gobierno. La Operación Silencio acallóradios y televisoras. Una red de radiosecreta vinculó a los comandantes enSantiago.

A las 7 AM, Pinochet fue informado deque el retorno de la Marina a Valparaísohabía sido un éxito y que ésta controlabala ciudad. También sabía que Allende,alertado, se había desplazado a La Mone-da. Hombre de decisiones rápidas, susprincipales contactos serían Leigh, elvicealmirante Patricio Carvajal -quiencoordinaba las fuerzas totales- y sushombres en el frente de batalla: HermanBrady, Sergio Arellano y César Benavides.

A las 8:30, por radio se emitió la pri-mera proclama de la Junta de Gobierno.Las conversaciones de Carvajal con elPresidente Salvador Allende -quienrechazaba negociar- eran lo que máspreocupaba al general. “¿Con todo loque se ha hecho ¿no ha reaccionado elcaballero?”. “¡Le dije que ese desgraciadoes un tramposo”.

A las 11:52 los Hawker Hunter comen-zaron el bombardeo. Era el principio delfin. A las 13:48 Carvajal comunicó aLeigh y a Pinochet que Allende se habíasuicidado.

La acción no había durado más de seishoras. Comenzaba la era Pinochet.

El día más largo

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32 Peligro en lafrontera norte

Entre 1974 y 1975, Pinochetenfrentó la más oculta y silen-ciosa amenaza armada del sigloXX con Perú. A seis meses deasumir el gobierno militar, elfantasma de una guerra tomóribetes críticos, iniciándose enel país uno de los más fabulo-sos rearmes y el mayor despla-zamiento estratégico de la his-toria moderna chilena. Todo enel más absoluto silencio.

Con un país quebrado polí-ticamente y la economíaarruinada, Chile enfrentó aJuan Velasco Alvarado, gober-nante peruano que soñabacon recuperar los territoriosperdidos en la Guerra del Pací-fico. Abastecido por la UniónSoviética, entre 1972 y 1973Perú duplicó su stock de arma-mento, acumulándolo en lafrontera con Chile.

Mientras desde Lima resona-ban las voces revanchistas, losuniformados chilenos evalua-ron que existía un 70% de posi-bilidades de un enfrentamien-to. Por ello, desde 1974 el Ejér-cito, la Armada y la FuerzaAérea iniciaron un gigantescomovimiento de hombres yarmas hacia el norte. El mate-rial bélico se trasladó a las cer-canías de Arica, el contigenteen la zona se multiplicó porocho en menos de dos años yla totalidad de la Escuadra, sub-marinos y fuerzas anfibias seinstalaron de Puerto Aldea (IV

Región) hacia el norte. Mien-tras la enorme marea humanaacampaba en el desierto, másde 20 mil minas se repartieronen la frontera. El gobiernoduplicó el gasto de Defensa, elservicio militar fue aumentadode uno a dos años, y entre1974 y 1975 Pinochet viajó sie-te veces a Arica.

El momento más tenso sevivió en julio de 1975. En másde una ocasión los ejércitosperuanos se movilizaron, pro-vocando el despliegue de lastropas chilenas en sus sitios decombate. Se estimaba que labatalla se daría en las calles deArica. En caso de caer la ciudad,la Armada estaría a cargo de lareconquista por las costas.

Las razones de por qué Velas-co Alvarado finalmente noconcretó su anhelo territorialaún no están claras. Versionesperuanas sostienen que EE.UU.habría detectado por satéliteslos movimientos de tropas, pre-sionando a Perú para quedesistiera. Otros afirmanque la Marina peruanaera reacia a la aventura yque el tiempo jugóa favor de Chile,permitiendo laconsolidaciónde sus fuerzasdefensivas.

La banda presidencialDesde antes del 11 de septiembre de 1973,

el tema de quién ejercería la autoridad alinterior de la Junta de Gobierno fue centrode conflicto. La primera polémica se originóel día 9, al evaluarse a quién le corresponde-ría el mando, de acuerdo a la antigüedad decada uno. Si bien Gus-tavo Leigh, comandan-te de la Fuerza Aérea,había sido nombradoen su cargo tres díasantes que Pinochet -loque le otorgaba el dere-cho- se acordó quesería el Ejército, larama más antigua, laque tendría preemi-nencia en la junta. Apesar del consenso,desde esa conversaciónPinochet desconfió deLeigh, combatiendosoterradamente susupuesto anhelo depoder.

Apenas asumieronel gobierno, loscomandantes en jefeevaluaron la posibili-dad de una presiden-cia rotativa, idea dese-chada por impractica-ble. Durante el primeraño Pinochet comen-zó a concentrar elpoder. Un decreto ley de junio de 1974 aca-bó con el concepto, ideado por Pinochet, de“primero entre iguales”. Se estableció unorden de precedencia donde él sería prime-ro, Merino segundo, Leigh tercero y Men-doza, cuarto. En diciembre de ese mismoaño, sin embargo, Pinochet lograría el máscrucial acuerdo de la primera época del

gobierno militar: el 17 de diciembre fuenombrado por decreto ley Presidente de laRepública, jefe del Ejecutivo y Jefe Supremode la Nación.

Según consigna el libro La historia ocultadel régimen militar, Pinochet citó ese día en

la mañana a la junta auna reunión de urgen-cia. Cuando llegó Gus-tavo Leigh, el más desa-fiante, los otros tres yahabían firmado eldecreto.

-Sólo faltas tú, ledijeron.

Leigh se negó, argu-mentando que sólocorrespondía entregar eltítulo de Presidente aquienes eran elegidos deacuerdo a las normasprevistas en la Constitu-ción de 1925. La discu-sión subió de tono yLeigh fue acusado deprovocar un quiebre enlas Fuerzas Armadas.

Exaltado, Pinochet legritó:

-¡Eres un ambicioso!Lo que te pasa es quetienes ambiciones depoder! Eres un obceca-do, un egocéntrico, un...un... ¡político!

La furia le hizo dar un tremendo puñetazoen la mesa. El vidrio de ésta se quebró.

Leigh cedió:-Sabís que más... ¡ahí tenís tu decreto!Y puso su firma en el decreto ley 806.La ceremonia donde Augusto Pinochet se

cruzó la banda presidencial en el pecho fuetensa e histórica.

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7La destituciónde Leigh6

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Shock yreforma

“Perdone Presidente, usted va a quedarcomo el enterrador de Chile si no toma medi-das urgentes ahora mismo”.

La frase de Roberto Kelly, ministro directorde Odeplan, hizo reaccionar a Pinochet. Era el4 de abril de 1975 y el panorama era desastro-so. La inflación crecía y existía el temor de quealcanzara una cifra similar a la de 1973(508%). El Banco Central ya había emitido enel cuarto mes del año todo lo programadopara 1975. Urgía tomar medidas.

Ocho días después se aprobó un decreto quele entregó al titular de Hacienda, Jorge Cauas,los máximos poderes económicos de unministro en el siglo XX. Sus facultades le per-mitirían controlar las finanzas de todos losministerios a través de subsecretarios nombra-dos por él. Comenzaba el “shock del 75”.

Los ministerios redujeron su presupuestoentre 15% y 25%. Las ventas cayeron y el con-sumo de alimentos disminuyó 14,8%. Lainflación alcanzó en 1975 el 340,7 % y lacesantía se empinó a 17,6%, para aumentar alaño siguiente a 19,8%, casi el doble del máxi-mo registrado en la historia de Chile (10,4%,en 1959). Para paliar estas cifras se creó el Pro-grama de Empleo Mínimo (PEM).

Junto con el shock, en 1975 se iniciaron lasgrandes reformas estructurales hacia el libremercado. Se aprobaron las leyes de apertura ala inversión extranjera y se redujeron losaranceles para incentivar las exportaciones.También fue el año de las privatizaciones: aliniciarse el proceso, la Corfo controlaba 507empresas; en 1976 le quedarían sólo 123.

El ambiente fue resumido por Cauas enjunio de 1975: “La situación del país no esadecuada para timoratos ni asustadizos; losdébiles de carácter que se asustan a la primeraquiebra o al primer desocupado no tienennada que decir en una situación tan complejacomo la que vive el país hoy”.

“En el mundo militar... nunca más hubo unabierto desafío a su autoridad y nunca más sepuso en duda el poder que él empuñaba”, escri-bió el historiador norteamericano James Whelansobre las consecuencias de la destitución de Gus-tavo Leigh el 24 de julio de 1978.

La pugna fue agudizándose a medida quePinochet acumuló atribuciones y se diluyó elplazo para el retorno a la democracia. Si bienlas relaciones entre ambos se enfriaron paula-tinamente, dos sucesos de 1978 marcaron lacrisis final.

La acusación norteamericana de que OrlandoLetelier había sido asesinado por organismos deinteligencia chilenos llevó a Leigh a declarar que,de comprobarse la acusación, evaluaría su per-manencia en la junta. A esto se agregó el fortale-cimiento personal de Pinochet tras el muy espe-rable triunfo en la consulta de enero de 1978.

La gota que rebasó el vaso fue una entrevistadel comandante de la Fach al periódico italianoIl Corriere della Sera, donde declaró que habíaque fijar un itinerario institucional para entregarel poder en cinco años. Lo que produjo la mayorira de Pinochet fue, sin embargo, la aseveraciónque Chile “no podía seguir manteniéndose hastael infinito en la negación de la libertad”.

Pinochet decidió moverse rápido. Después deque Leigh se negara a retractarse por la entrevis-ta, Pinochet acuarteló a sus hombres y movilizótropas desde regiones. El 24 de julio el edificioDiego Portales amaneció bajo control de solda-dos en tenida de combate. A media mañana,Leigh se reunió con la junta. En el escritorio des-cansaba una dimisión ya redactada.

-Yo no voy a renunciar, dijo Leigh.-Entonces, lo voy a destituir, le respondió

Pinochet. Al mediodía, la remoción de Leighhabía sido cursada por la Contraloría.

Ocho generales de la Fach se negaron a reem-plazar al jefe saliente, siendo nombrado Fernan-do Matthei en el más alto cargo de la FuerzaAérea. Otros 10 generales renunciaron como pro-testa.

El nacimientode la Dina

El 18 de junio de 1974 se publicó en elDiario Oficial el decreto ley que dio naci-miento a la Dina. Ello fue sólo la formali-zación de un organismo de inteligenciaque -dependiendo directamente de la jun-ta- había comenzado a trabajar inmediata-mente después del golpe.

Al mando del coronel Manuel Contre-ras, su creación le permitió concentrar unenorme poder, que hasta ese entoncescompartía con otros cinco servicios deinteligencia: los de las tres ramas de lasFFAA, Carabineros e Investigaciones.

Diseñada a semejanza de la inteligenciabrasileña, la Dina administró los centrosde detenciones, las brigadas especiales,además de tareas de infiltración -queincluían a las FF.AA.- y operaciones en elexterior. Mientras la maquinaria represivatrabajaba eficientemente, Contrerasganó una omnipotencia que le per-mitió enfrentar a generales y minis-tros que intentaron coartar sus atri-buciones o informar de sus excesos.

A un año de su creación, la Dinacontaba con dos mil hombres, dosmil empleados civiles y una red deinformantes estimada en 16 mil per-sonas. En sus tres años de vida consi-guió prácticamente acabar con elMIR. No logró, pese a la brutalidadde los métodos utilizados, un resulta-do similar con el Partido Comunista,colectividad mucho más fuerte yarraigada y que había vivido períodosde clandestinidad.

Las revelaciones de la OperaciónCóndor, el atentado contra BernardoLeighton, el crimen de Carlos Prats ysu esposa, la solapada guerra internade Contreras con las ramas de lasFF.AA. y -sobre todo- el asesinato deOrlando Letelier en Washingtonmarcaron el fin del organismo enagosto de 1977. En sus años de fun-

cionamiento, según consta en el Informede las Fuerzas Armadas a la Mesa de Diálo-go, fue responsable de gran parte de lasmás de tres mil muertes que se produje-ron durante el régimen militar. También,de acuerdo al Informe Valech, de buenaparte de las torturas que sufrieron unas 27mil personas a lo largo del país.

En su reemplazo nació la Central Nacio-nal de Informaciones (CNI). Aunque Con-treras la dirigió por unos meses, el mandode ésta recayó finalmente en el general (R)Odlanier Mena, el gran rival de Contreras.

Los efectos de las violaciones a los dere-chos humanos en que incurrió la Dina seconvertirían en la gran piedra en el zapatode Pinochet. Las repercusiones para el paísy el ex mandatario serían interminables,acompañándolo hasta su muerte. “Coronel, quiero que me responda tres

preguntas. La primera: ¿Tuvo que ver laDina en el asesinato de Letelier? Dos:¿Tuvo que ver alguien del gobierno? Ytres: ¿Quién cree usted que lo hizo?”.

Frente a sus ministros, Augusto Pino-chet interrogaba a Manuel Contreras. Sibien el jefe de la Dina negó todo y acusóa la CIA, el seudointerrogatorio de Pino-chet reveló el espeso ambiente que sevivía al interior del gobierno. La posibili-dad de que Chile estuviera envuelto en elcrimen del ex canciller de Salvador Allen-de -cuyo auto explotó en septiembre de1976 en Washington- se cernía sobre elgobierno militar.

Los temores no eran infundados. Elcaso Letelier se convirtió en una espinapara el régimen, así como en la causa delas más tensas relaciones chileno-norte-americanas de la era Pinochet. Años des-pués, el historiador Gonzalo Vial se pre-guntaría “qué puede haber sido más per-judicial para Chile, además de inútil, queel asesinato de Letelier. No se me ocurrenada, absolutamente nada”.

En 1978, el Departamento de Estadonorteamericano envió un exhorto paraubicar a dos personas que habían viajadoa Estados Unidos y Paraguay con pasa-portes falsos. Eran el capitán ArmandoFernández Larios y Michael Townley,agentes de la Dina. Tras una fuerte pre-sión diplomática, el 8 de abril Townleyfue entregado a las autoridades del FBI.

Townley confesó haber recibido órde-nes de Contreras para organizar el atenta-do contra Letelier, así como los contra elex jefe del Ejército Carlos Prats y Bernar-do Leighton. Condenados Townley y doscubanos, el siguiente paso fue la peticiónde extradición para Contreras, el coronelPedro Espinoza y Fernández Larios. LaCorte Suprema chilena se rehusó, tensan-do las relaciones bilaterales.

Pinochet mantuvo su decisión de noentregar a su jefe de inteligencia. AunqueFernández Larios huyó a Estados Unidosen 1987, confesando su participación enel crimen, nada ni nadie lo movió de sudeterminación. En 1995 Contreras fuecondenado por tribunales chilenos.

Asesinato en Washington

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8 9Tensión en el Beagle El respaldoconstitucional

-Presidente, el canciller me ha comunicado quela visita ha sido cancelada, anunció a través de laradio del avión el tembloroso embajador chilenoen Filipinas, Charles Le May.

Augusto Pinochet guardó un minuto desilencio.

-¿Qué razones le dieron?-No dan razones, Presidente.Pinochet cortó la comunicación en silencio

y, envuelto en un profundo mutismo, volvió asu asiento del avión sin comunicarle la noticiaa nadie.

Era la mañana del 22 de marzo de 1980, y mien-tras el Lan Chile continuaba su destino a la anhe-lada gira por el Pacífico, Pinochet analizaba unescenario más complicado que un bochornosoincidente internacional: una maniobra para derro-carlo, orquestada desde Chile y el exterior.

Poco después del anuncio, el avión presidencialhizo escala en Fiji, según lo previsto. Allí, la comiti-va se enteraría de la cancelación de la invitación yPinochet rompería su silencio para gritar, apuntan-do a Hernán Cubillos, ministro de Relaciones Exte-riores: “¡Usted no entiende lo que está pasando!¡Me han hecho un golpe de Estado!”.

Sindicado como el más probable cerebro de uncomplot, un aire helado comenzó a rodear alministro. A las 5 de la mañana, sin embargo, lascomunicaciones provenientes de Chile calmaron aPinochet. El país estaba tranquilo.

Aunque el tiempo demostraría que el retiro de lainvitación del Presidente Ferdinand Marcos obede-ció a una operación orquestada desde Washingtonpor el Presidente Jimmy Carter, las siguientes 48horas se convertirían en una pesadilla repleta detensión: manifestaciones en su contra en el aero-puerto de Fiji, rechazo a una recepción oficial yhuelga de los operarios para no abastecer el aviónacompañaron a una comitiva que volvía a Chileaterrorizada por el recelo de Pinochet.

El suceso fue uno de los golpes personales másduros para el general. A Cubillos se le pidió larenuncia 24 horas después de llegar a Chile, trasuna reunión de ministros donde Mónica Madaria-ga, apuntándolo con el dedo, le gritó: “¡Traidor!”.

La operación fue simple. Frente aun pizarrón blanco, y en presenciade sus ministros, Pinochet tomó unplumón y trazó una línea. “Aquí secorta”, dijo. “Ocho años primero, yotros ocho después. Dos períodos, yal medio un plebiscito”.

De esta forma, en julio de 1980terminaba una larga polémica sobreel tipo de transición que incluiría lanueva Constitución. Esta se encon-traba en su etapa final, y si bien susreformas eran más profundas quelos plazos del retorno a la democra-cia, el tema fue muy debatido. ElConsejo de Estado había entregadouna propuesta que incluía un perío-do de transición de ocho años. Alpasar a las manos del comité asesordel Ejecutivo, no sólo se le realiza-ron 145 cambios; además establecióun período de 16 años con el gene-ral en la Presidencia.

Alarmado, Enrique Ortúzar asistióa la reunión de ministros para argu-mentar que la idea era “una locura”,y que la ciudadanía no lo aprobaría.Con el plumón en la mano, Pino-chet oyó... y zanjó la discusión.

El plebiscito para ratificarla fue laprimera vez que el gobierno seenfrentó a la DC en un escenariosimilar a una campaña política:aprobar o rechazar la Constitución.

Denunciando que el referéndum

no contaba con las mínimas condi-ciones -no había registros electoralesni partidos legales-, el ex PresidenteEduardo Frei Montalva lo catalogócomo “farsa” y llamó públicamentea votar No. En agosto se organizó unmitin político en el Teatro Caupoli-cán, donde miles de personas sequedaron sin poder entrar al recintomientras Frei era el principal orador.Se trataba del primer acto políticoopositor autorizado en casi sieteaños de régimen militar.

La oposición percibía que, de rati-ficarse la Constitución, Pinochetargumentaría que contaba con elmandato del pueblo. Y así fue. El 11de septiembre de 1980 Pinochetvivió una noche de triunfo, despuésque la Constitución se aprobara conun 67% de los votos.

Pese a su fuerte carácter presiden-cialista, la Constitución del 80 noreflejó totalmente el pensamientopolítico de Pinochet. El hubiera que-rido, y así consta en las actas delConsejo de Estado, que no existie-ran los partidos políticos, a los quedespreciaba profundamente. Tam-bién, que las Fuerzas Armadas man-tuvieran una mayor tutela sobre lademocracia.

En todo caso, un articulado transi-torio permitió a Pinochet seguirgobernando de manera autoritaria.

A las 22 horas del 22 dediciembre de 1978, todoestaba listo para la guerra.Era la “hora-cero” determi-nada por Argentina parainiciar la invasión a las islasdel canal Beagle. La ordende ataque ya había sidodada, y mientras la escua-dra argentina se aprontabaa zarpar, el general transan-dino Benjamín Menéndezmovilizaba sus tropas.

En tierra chilena, 15 milsoldados se encontrabanen sus puestos, y la Marinase disponía a impedir eldesembarco argentino. Laguerra entre ambos paísesparecía un hechoconsumado.

Desde que en enero de1978 el gobierno del general JorgeRafael Videla declaró nulo el laudo arbi-tral británico sobre la soberanía de lasislas, Pinochet se abocó al manejo de lacrisis. Durante ese año por primera vezel general delegó la administración delpaís en manos de una troika civil -SergioFernández, Sergio de Castro y HernánCubillos- para aprestarse a un enfrenta-miento que se preveía de largo alcance,y con el riesgo de que Perú y Boliviaintervinieran.

Con inferioridad en armas y hombres-en el sur la relación era de 15 mil chile-nos contra 50 mil argentinos-, mientrasel 98% de la Marina fondeaba en maresy canales del sur, la Fuerza Aérea seasentó en Punta Arenas y aviones LanChile transportaban pertrechos en vue-los nocturnos. En Punta Arenas se cava-ron refugios antiaéreos, se planificó eloscurecimiento de la ciudad y escuelas yhospitales fueron pintados con crucespara los bombardeos. Un segundo fren-

te, casi sin armamento, se preparaba enel norte de Chile, con una central deoperaciones bajo tierra y en manos delgeneral Julio Canessa, para el caso deque Perú y Bolivia entraran al conflicto.

“Ustedes nunca sabrán lo cerca queestuvieron de la guerra...”, escribiría des-pués el cardenal Samoré, quien se con-vertiría en la figura clave de la media-ción papal. De hecho, la noche del 21de diciembre barcos argentinos zarparonpara desembarcar en territorio nacional,pero una tormenta los hizo devolverse.“¡Dios es chileno!”, exclamó por radioun comandante chileno al informar lanoticia.

La hora establecida por Argentinapara iniciar la Operación Soberanía eranlas 22 horas. Un mensaje del Papa JuanPablo II ofreciendo su mediación, quedescansaba sobre el escritorio del Presi-dente Videla, sería lo que lograría, a las18:30 de ese mismo día, detener la inmi-nente tragedia.

10El papelóndiplomático

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El Papa en Chile

El 8 de septiembre de1986, un día después delfallido atentado contra Pino-chet en el Cajón del Maipo,el gabinete esperaba al gene-ral en las puertas de LaMoneda. Al acercarse éste,con rostro adusto y unamano vendada, el ministrodel Interior, Ricardo García,se adelantó a saludar al man-datario que había escapadode la muerte. Sin embargo,Pinochet lo miró duramentey lo mantuvo a distancia,dándole la mano con frial-dad. Cada uno de los minis-tros fue saludado así, dejan-do en todos la sensación deque eran sospechosos.

Después del atentado laparanoia de Pinochet se agu-dizó. “¿Quién planificó,quién preparó a la gente?Muchos que hoy día sepasean por la calle (...) aveces nos miramos y nossaludamos no más. Sé quié-nes son los que planificaronel atentado”, diría más tarde.

La emboscada, ejecutadapor el Frente PatrióticoManuel Rodríguez, dejó cin-co escoltas muertos y nueveheridos, pero falló en suobjetivo central: eliminar a

Pinochet.La Operación Siglo XX

comenzó a gestarse en mayode 1986 y contemplaba, ini-cialmente, asesinarlo conuna bomba a control remo-to. Posteriormente se optópor una emboscada directa.

La reacción del gobiernono se hizo esperar. Esa tardese decretó el estado de sitio,hubo intensos operativospoliciales y, el lunes 9, cuatroopositores al régimen fueronsecuestrados y asesinados.

El atentado remeció elescenario político. La imagende Pinochet se fortaleció yen septiembre de ese año elmandatario pensó, incluso,en adelantar el plebiscito.Sergio Fernández regresó algobierno con una solamisión: lograr que Pinochetganara el 88. El socialismo,que desde la internación dearmas de Carrizal Bajo eva-luaba su relación con laextrema izquierda, inició uncamino de ruptura con el PCy su proyecto insurreccional.La DC disolvió sus contactoscon los comunistas y comen-zó a apostar firmemente porvencer al régimen desde supropia institucionalidad.

La emboscada

Protestas: el desafío popularEn 1983, el régimen militar

enfrentó el inicio de las protestasmasivas, debiendo encarar uno delos momentos más frágiles de sugobierno y del cual sólo salió des-pués de hacer concesiones.

El desafío popular en las callescontra el gobierno militar se ini-ció el 11 de mayo de 1983.Durante ese año y el siguiente serepitió otras seis veces. El paísvivía un derrumbe financiero, laclase media se sentía traicionadapor la crisis económica e inclusoalgunos seguidores del generalcomenzaron a abandonarlo. Ade-más, en 1985 la junta sufriría susegunda baja: el general CésarMendoza se alejó del mando deCarabineros debido al caso de lostres profesionales comunistasdegollados. Lo reemplazó el gene-ral Rodolfo Stange.

La oposición, que comenzaba aorganizarse a través de la AlianzaDemocrática (nacida en agostode 1983), se alió con la poderosaConfederación de Trabajadores

del Cobre para llamar a protestasmensuales.

El episodio más duro se vivió lanoche del 11 de agosto de 1983.Mientras unidades militares delnorte fueron trasladadas a Santia-go, 18 mil soldados salieron a lascalles, allanando poblaciones,deteniendo a dirigentes sindicalesy opositores. El saldo: 27 muertos,200 detenidos y restablecimientodel toque de queda. Hasta ese día,Pinochet había enfrentado las pro-

testas con el uso de lafuerza. Sin embargo,después de esa jorna-da nuevamenteemergió ese imprede-cible rasgo de la per-sonalidad de Pino-chet. Llamó al Minis-terio del Interior a Ser-gio Onofre Jarpa -un“político”- para gene-rar un plan de apertu-ra e iniciar conversa-ciones con la AlianzaDemocrática.

Varios meses después, Pinochethabía superado la crisis. Si bien laoposición se anotó varias victorias-salió de la semiclandestinidad,retornaron 1.100 exiliados y emer-gieron cinco movimientos políti-cos (Alianza Democrática, UDI,Unión Nacional, MovimientoDemocrático Popular y AvanzadaNacional)-, Pinochet bajó la pre-sión con su llamado al diálogo,continuó con su itinerario y laeconomía comenzó a despegar.

El “jueves negro” de la bancaEl 13 de enero de 1983 pasaría a la historia como

el “jueves negro”. La intervención de la banca queanunció el ministro Rolf Lüders fue el desenlace dela segunda gran crisis económica del régimen mili-tar. También significó poner un abrupto término alllamado “boom económico” y el fin de los gruposeconómicos más poderosos: Vial y Cruzat-Larraín.

El anuncio produjo un terremoto financiero.Cinco bancos quedaron intervenidos, tres en liqui-dación y otros dos bajo inspectores de la Superin-tendencia. En total, estas instituciones -con unpasivo que superaba más de una vez su patrimo-nio- representaban el 39,6% del total de las coloca-ciones del sistema financiero. Fue una catástrofepara empresas y depositantes.

Por segunda vez desde 1973, el crecimiento delPGB fue negativo (-14,1%). La cesantía se empinóal 23,7% y el ingreso per cápita descendió 15,5%.

Tan grave como la crisis fue comprobar que loscimientos del milagro económico eran aún débiles.El “boom” se había originado, en gran parte, por

un exagerado endeudamiento externo y una grancantidad de créditos relacionados de los gruposeconómicos. También, por la política de paridadcambiaria (39 pesos por dólar) a la cual se habíapuesto fin en junio de 1982.

El biministro Rolf Lüders recordaría más tardeque a medida que la crisis se agudizó Pinochet sehizo cargo personalmente del asunto. En noviem-bre de 1982, el general decidió intervenir los ban-cos. Personalmente le encargó al coronel EnriqueSeguel, subsecretario de Hacienda, un plan operati-vo para la intervención masiva.

Como era necesario aprobar tres leyes y existía elpeligro de filtraciones y pánico bancario, Pinochetcitó a la junta. Allí, se aprobó la legislación. Tresdías después, la ciudadanía fue informada .

La gran secuela del “jueves negro” fue que enjulio de 1983, bajo fuerte presión de la bancaacreedora extranjera, el Estado debió otorgar suaval a garantías y créditos del sector por siete milmillones de dólares.

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14Pinochet tomó la palabra solemne-mente. Era el 27 de febrero de 1987 yen La Moneda se desarrollaba una reu-nión con obispos, el nuncio AngeloSodano y varios ministros para afinarlos últimos detalles de la visita del Papaa Chile. El general dijo que a él comocatólico le dolía que a los miembros desu Iglesia les diera vergüenza que elPapa le estrechara la mano. Sodano,incómodo, le dijo: "Pero general, haycosas que se pueden arreglar". Despuésde ello, le ofreció que Juan Pablo II visi-tara la capilla del palacio presidencial.

De esa forma Pinochet obtuvo untriunfo -que después incluiría una clarautilización de la figura pontificia- en lasoterrada lucha que se desarrolló entrela Iglesia y el gobierno para la visitapapal entre el 1 y el 6 de abril de 1987.El episcopado temía que la llegada deJuan Pablo II fuera utilizada como unrespaldo al gobierno, mientras en LaMoneda inquietaba que el evento seconvirtiera en una manifestación con-tra el régimen.

El gobierno negoció con la jerarquíaeclesiástica las transmisiones de televi-sión. El anuncio de que el Papa seencontraría con Carmen Gloria Quin-tana, la joven quemada en 1986, tam-

bién despertó la alerta del gobierno,pero la agenda no se modificó.

La mayor jugada de Pinochet seprodujo durante su encuentro con elPapa la mañana del 2 de abril. Des-pués de reunirse privadamentedurante 40 minutos -la agenda esta-blecía la mitad del tiempo-, al salirdel salón y mientras 15 mil personascoreaban el nombre del Juan Pablo IIen la Plaza de la Constitución, Pino-chet le susurró al Papa: “Santidad,hay gente en la plaza que lo quierever”. La foto de Pinochet y el Papasiendo aclamados por miles de perso-nas dio la vuelta al mundo, anotandoun triunfo para el general. La ideahabía sido largamente pensada; dehecho, hombres de confianza dePinochet sabían de antemano que elmandatario intentaría salir al balcónde La Moneda con Juan Pablo II.

No todo, sin embargo, fue favorablepara el gobierno durante la gira delPapa. Las manifestaciones en la misade beatificación de Teresita de LosAndes, los actos de disidencia y lasseñales que dio el Pontífice en lugarescomo el Estadio Nacional fueron reve-ses en un momento en que todo eraleído en clave política.

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15El modelose consolida

“Cómpreme un diccionario de términoseconómicos para entender las cosas quehablan estos caballeros”. La orden de Pino-chet a su edecán muestra la importancia queles dio el gobierno militar a las cuestioneseconómicas.

Más allá de la impericia técnica del man-datario, fue a fines de los 80 cuando Pino-chet y los Chicago boys comenzaron a cose-char los frutos definitivos del modelo. Entre1985 y 1989 Chile experimentó la consolida-ción económica: no sólo después de 15 añosde apertura la riqueza de las personas sehabía duplicado; también fue el momentoen que la segunda generación de economis-tas liberales profundizó la senda reformista.

Bajo la conducción del ministro deHacienda, Hernán Büchi (1985-1989), y des-pués de dos severas crisis, a finales de ladécada la economía chilena ya había despe-gado con tasas de crecimiento entre el 6% y7% anual que acompañarían al país por casi10 años. Si en 1985 el PGB había crecido en2,4%, en 1988 lo hizo en 7,4%; la inflación,que en 1985 había alcanzado 26%, cayó en1988 a menos de 2%. Y el desempleo -porprimera vez en mucho tiempo- descendió acifras de un dígito. Fueron los años en queChile se convirtió en el exportador de frutasmás grande del hemisferio y la inversióncreció a pasos agigantados.

La estrategia de Büchi y sus hombres-todos economistas que habían participadoen puestos de segunda línea en la época fun-dacional del modelo- fue continuar con losgrandes lineamientos de las reformas de los70, pero poniendo énfasis en las exportacio-nes y el ahorro interno y revirtiendo laorientación nacionalista que quiso darle a laeconomía la dupla conformada por SergioOnofre Jarpa (Interior) y Luis Escobar Cerda(Hacienda), quienes se mostraron reacios aaplicar las recetas de los Chicago boys parasalir de la crisis.

La llegada de Büchi y su equipo consoli-dó, asimismo, la apertura al mercado inter-nacional de capitales y la segunda ola deprivatizaciones, llamada “capitalismopopular”. El prestigio internacional de laeconomía chilena aumentó, mientras queel boom interno, a diferencia del experi-mentado en 1980, esta vez sí mostrababases sólidas.

“¿Dónde está el champagne?”

La entrega del mandoEl 11 de marzo de 1990, pasado el

mediodía, Augusto Pinochet cerró unciclo de la historia del país. En unmomento que probablemente fueuno de los más difíciles de su vida, leentregó el mando al Presidente electoPatricio Aylwin. Había estado en elpoder exactamente 16 años y medio ydurante los últimos meses de sugobierno se dedicó a hacer “giras dedespedida” por todo el país. Algunosvieron en ellas un interés electoralpara el futuro, pero él respondió que“cuando me voy de una casa o decualquier parte, me despido”.

El general inauguró el 11 de marzocon una misa en la Escuela Militar.Posteriormente tomó un helicópteroy llegó hasta la Intendencia en Valpa-raíso, para una ceremonia que fuebreve, tensa y rodeada de manifestan-tes a favor y en contra. Para la oposi-ción que lo había combatido pordécadas fue un momento histórico.Pinochet lo resistió impenetrable y deaparente buen humor, pese a las con-tramanifestaciones que obligaron asus guardaespaldas a recurrir a para-guas para proteger al general en sucamino al Congreso. Después deingresar al salón plenario, entregó labanda, le dio un apretón de manos a

Aylwin y se retiró.Posteriormente sería el primero en

presentarle sus saludos al nuevo man-datario en la residencia presidencialde Cerro Castillo. En su nuevo rol decomandante en jefe del Ejército, loacompañaban las cinco mayores anti-güedades de la institución castrense.

De ahí, Pinochet partió, a bordo desu Mercedes Benz, a la Escuela deCaballería de Quillota, donde le espe-raban, en un almuerzo final, genera-les, ex ministros, y antiguos funciona-rios de su administración. Muchos deellos portaban una medalla que decía“Misión cumplida”.

La inquietud del nuevo gobiernodemocrático era que Pinochet no seresignara a cumplir un papel secunda-rio. Todo el espectro político especula-ba acerca de la supuesta intención delgeneral de intentar volver cuatro añosmás tarde.

Las recién asumidas autoridadesdebían navegar por una transiciónque se avizoraba difícil. Tan conscien-tes estaban de ello, que mientras reco-rría el trayecto entre el Congreso y elPalacio Castillo, Aylwin le habíacomentado a Enrique Krauss, suministro del Interior: “¿Te das cuentaen lo que nos estamos metiendo?”.

16Instalado en el búnker de La Mone-da, Pinochet vivió su más amargaderrota el 5 de octubre de 1988. Y esamisma noche la Junta de Gobiernodetuvo los planes del general para des-conocer los resultados del plebiscito.

Ya a las 7 de la tarde en La Monedase sabía que la derrota del Sí era irre-versible, pese a que los informes ofi-ciales se dilataron sistemáticamente.A esa hora la ira de Pinochet se volcócontra Sergio Fernández, ministro delInterior. “¡Un engaño! ¡Todo fue unengaño! ¡Aquí hay puros traidores ymentirosos!”, diría furioso, responsa-bilizándolo de los resultados.

Sin embargo, la hora más crucial seviviría a la 1 de la mañana, cuandolos miembros de la junta -José ToribioMerino, Fernando Matthei y RodolfoStange- entraron al palacio presiden-cial. Durante toda la tarde no habíanpodido contactarse con Pinochet,pese a sus esfuerzos por saber qué

estaba pasando. Ya Sergio Onofre Jar-pa había reconocido por televisión eltriunfo del No. Lo propio habíahecho Matthei al entrar a La Moneda,mientras el centro de Santiagocomenzaba a quedar extrañamentesin vigilancia policial.

Al reunirse con la junta, Pinochetseguía furioso y daba golpes sobre lamesa. Sergio Fernández tomó la pala-bra para explicar que pese a la derro-ta, el respaldo obtenido por Pinochetera contundente. Entonces, Mattheipreguntó con ironía: “¿Dónde está elchampagne?”, refiriéndose a que si elresultado era tan positivo deberíanestar celebrando. Dijo que un plebis-cito se gana con el 50% más uno delos sufragios y no con el 43%, la vota-ción alcanzada por la opción Sí.

Fue entonces cuando se le solicitó ala junta que firmara un papel que leentregaba amplias facultades a Pino-chet para actuar en los días siguientes.

Todos se negaron. Matthei argumentóque la Constitución se cumplía talcual estaba, pero fue un sereno Meri-no quien dijo la última palabra:“Augusto, la Constitución se respetaíntegramente”.

Según un informe desclasificado dela CIA, el plan alternativo de Pinochetera dilatar los resultados, entregar pri-mero los votos favorables al Sí y cuan-do la oposición reaccionara con fuer-za, llamar al Ejército para restablecer elorden y suspender el plebiscito.

La calma de la oposición, el prontoreconocimiento de algunos líderes dela derecha del resultado y la firmezade la junta impidieron que el autogol-pe se concretara. Al día siguiente,Pinochet -abandonando el traje decivil que usó en la campaña y vistien-do de uniforme- dijo por cadenanacional que respetaría el triunfo delNo. Era el principio del fin de sugobierno.

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Las dos grandes

Augusto Pinochet dejóuna honda huella con elasunto más doloroso queenfrentó Chile en el siglo

XX: las masivas violaciones a losderechos humanos.

La represión desplegada por elrégimen militar fue inédita en lahistoria nacional. Ese hecho, quehoy todos los sectores reconocen,fue consignado en 1991 en losseis tomos del Informe Rettig;más tarde, como producto de laMesa de Diálogo, las FuerzasArmadas aceptaron que habíanlanzado al mar los cuerpos dedesaparecidos; en 2003, al recor-darse el trigésimo aniversario delgolpe, el comandante en jefeJuan Emilio Cheyre lanzó el“nunca más”, y en 2004 se hizopúblico el Informe Valech sobretortura y prisión política.

Aunque durante sus casi 17años en el poder Pinochet nuncafue denunciado judicialmente,una vez que dejó La Monedacomenzó a ser cuestionado: acu-sado en más de 300 querellascomo presunto autor de los deli-tos, sometido a un juicio en Espa-ña -“por genocidio y terrorismode Estado”-, desaforado por laCorte Suprema y más tarde pro-cesado por la Caravana de laMuerte (sobreseído por razonesde salud), la Operación Cóndor yotras causas.

Responsabilidad históricaAunque Pinochet nunca aceptó

que las violaciones a los derechoshumanos fueran más que “exce-sos” cometidos por subordinadossin su autorización, persiste eldebate en torno al rol que jugóen los hechos.

El propio Cheyre terminó porreconocer que las violaciones alos derechos humanos cometidaspor el Ejército tuvieron un carác-ter institucional. Aunque su jui-cio no fue compartido por laArmada, la Fach ni Carabineros,ha cobrado fuerza la noción deque los más de tres mil muertos-2.095 ejecutados y 1.197 desapa-recidos, según la CorporaciónNacional de Reparación y Recon-ciliación- y los 27 mil torturados-de acuerdo al Informe Valech-fueron víctimas de una políticade Estado. Y las culpas apuntan,obviamente, a Pinochet, quienfundamentó su poder en unalógica de persecución permanen-te a sus detractores.

La defensa jurídica y política de

Pinochet se fundamentó en treslíneas: que no hubo intención deorganizar un estado policial, queel general desconocía las violacio-nes, y que sólo sus subordinados“sobrepasaron la ley” (una líneade argumentación que lo llevó aenfrentarse con algunos de sus excolaboradores). Y, cuando esto norindió frutos en tribunales, se aña-dió una cuarta: que Pinochet nose encontraba en condiciones desoportar un juicio debido a su pre-caria salud y su condición mental.

Lo que es indiscutible es queestos sucesos oscurecieron gra-dualmente la figura de Pinochet ysu gobierno. En 1985, el historia-

dor y ex ministro del régimenmilitar Gonzalo Vial vaticinó laresponsabilidad histórica que car-garía Pinochet. Cuatro meses des-pués del crimen de tres militantescomunistas degollados, Vial men-cionó tres responsabilidades: unaprofesional -“de nuestros servi-cios policiales, de investigación yde seguridad”-; otra política -“delgobierno, especialmente del gabi-nete”-, y una histórica. Esta “esde S.E. el Presidente de la Repú-blica. A él, fundamentalmente,cargará o abonará la posteridadtodo lo sucedido bajo el régimeny gobierno militar. El encarna,para muchos, los principios éticosy políticos en nombre de los cua-les se dio el 11 de septiembre de1973, y que son los mismos quese oscurecen y ultrajan con crí-menes tan detestables”.

Las violaciones a los derechoshumanos fueron más allá de losmuertos, torturados y miles deexiliados. También se sumó el cie-rre del Congreso Nacional, laproscripción de los partidos polí-

� Pese a que Pinochet siempre argumentó su desconocimiento de lasviolaciones a los derechos humanos en su gobierno, la herencia demás de 3.000 muertos y sobre 27 mil torturados por razones políticasopacó irreversiblemente su gestión. En sus últimos años, a partir de ladetención en Londres, el general enfrentó una serie de procesosjudiciales que lo mantuvieron a la defensiva y que lo fueron aislandode manera cada vez más intensa.

1.- Los atropellos a los DDHH quelo hicieron tristemente célebre

ticos, los tribunales de guerra, lapersecución, prisión y/o exilio desus principales dirigentes y mili-tantes, la prohibición de circular adiarios y revistas, los estados deexcepción, los artículos transito-rios de la Constitución de 1980, ladetención arbitraria, la tortura y larelegación. La presión sobre losjueces y el consiguiente debilita-miento del Poder Judicial sonotras de las facetas oscuras de eseperíodo.

La primera etapa de la represiónDesde el día del golpe y hasta

principios de 1974, las violacionesa los derechos humanos fueronbrutales. Los informes Rettig yValech y los documentos de laVicaría de la Solidaridad consig-nan que en los días posteriores alOnce se registraron las primerasejecuciones y torturas. Los defen-sores del régimen militar definenese período como de guerra inter-na, aunque se trata de un califica-tivo cada vez más desahuciado. Seregistraron enfrentamientos entre

ambos bandos, muertos civiles enhoras de toque de queda, deteni-dos por delaciones, tribunales deguerra, ejecuciones sumarias yallanamientos. También de eseperíodo es la Caravana de laMuerte, los 126 cuerpos no identi-ficados del Patio 29 y los cadáve-res en el río Mapocho.

Poco después, sin embargo,comenzó a operar en la EscuelaMilitar un organismo que dirigióla primera etapa represiva, el“Comité de Coroneles”. Esa espe-cie de embrión de lo que sería laDirección de Inteligencia Nacio-nal (Dina) estuvo a cargo delentonces coronel Manuel Contre-ras y funcionó en la Escuela Mili-tar. En noviembre de 1973 loscomandantes en jefe de las tresramas de las Fuerzas Armadas y elgeneral director de Carabinerosordenaron a sus unidades destinarpersonal para crear la “ComisiónDina” y comenzaron a operar losmás conocidos centros de deten-ción y tortura: Cuatro Alamos,Ritoque y Villa Grimaldi, que se

AGRUPADOS Y muy bienorganizados, los familiares de losdetenidos y ejecutados políticosreclamaron por años para conocer eldestino final de sus parientes.Unalucha que continúa hasta hoy.

TRAS LA DISOLUCION forzosa del ComitéPro Paz en 1975, el Arzobispado deSantiago creó la Vicaría de la Solidaridadpara dar apoyo a quienes eran perseguidosy sus familiares.

Hoy ya ha cobrado fuerza la noción de que losmás de tres mil muertos -2.095 ejecutados y1.197 desaparecidos- y los 27 mil torturadosfueron víctimas de una política de Estado.

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herenciassumaron a los ya existentes dePisagua, Tejas Verdes, las islas Qui-riquina, Dawson y muchos más alo largo del territorio, como loestableció el Informe Valech.

La Dina “informal” perfeccionóel sistema de interrogatorio y tor-tura. Las desapariciones estabandestinadas a paralizar la organiza-ción opositora, especialmente elMIR y el Partido Comunista.

El Decreto Ley 521, del 18 dejunio de 1974, creó definitiva-mente la Dina. Una estructuracon financiamiento, organizacióny poder, a cargo de Contreras, quefuncionó con brutal eficiencia. Eneste período operó también elComando Conjunto, integradopor funcionarios del Ejército,Carabineros y la Fuerza Aérea.

El Informe Rettig consigna queen ese período los cuerpos de losmuertos desaparecieron, los tribu-nales no acogieron los recursos deamparo y el Ministerio del Inte-rior negó las detenciones.

A esa época corresponde elmayor número de torturados,muertos y desaparecidos. Segúnantecedentes de la Vicaría, entre1973 y 1975 hubo 42.486 deten-

ciones políticas. También se danpasos para la creación de la Ope-ración Cóndor -el sistema quecoordinó a los organismos deinteligencia de los regímenes mili-tares del Cono Sur- y se produjoen Buenos Aires uno de los críme-nes que ayudaron a teñir la ima-gen de Pinochet: el del ex coman-dante en jefe Carlos Prats, y suesposa, en septiembre de 1974.

El efecto CarterEn 1977, el demócrata Jimmy

Carter asumió en EE.UU. y desa-rrolló una política exterior fun-dada en la defensa de los dere-chos humanos, con la que justi-ficó el embargo de venta dearmas a Chile y marcó el fin dela colaboración de Washingtoncon los regímenes militares lati-noamericanos.

En septiembre del año anterior,la Dina había asesinado enWashington al ex canciller de laUnidad Popular Orlando Letelier.La administración Carter presionóal régimen militar, el cual respon-dió con señales de apertura: cerróCuatro Alamos y Villa Grimaldi y,según documentos de la Vicaría

de la Solidaridad, disminuyó con-siderablemente el número de opo-sitores muertos. En agosto de1977 Pinochet reemplazó a laDina por la CNI, puso fin al esta-do de sitio y permitió circular a laprimera revista opositora, Hoy.

Estas señales y las críticas inter-nas y extranjeras por la apariciónde 15 cadáveres en los hornos deLonquén marcaron el debilita-miento de los sectores más duros.Al año siguiente, Contreras fue lla-mado a retiro y sometido a procesoen Estados Unidos por el crimende Letelier, junto al brigadier PedroEspinoza y al capitán ArmandoFernández Larios. Michael Town-ley, agente de la Dina, fue expulsa-do del país y enjuiciado comoautor del atentado.

La “represión selectiva”El 19 de abril de 1978, Pinochet

firmó la Ley de Amnistía. El Infor-me Rettig consignó más tarde queel régimen dio así por “superadala etapa considerada como deguerra civil y enfrentamiento a lasubversión”. La disolución de laDina y la amnistía provocaron unefecto notorio, disminuyendo lasdesapariciones.

Pero en 1980 la represión recru-deció. Como se haría común enlos años siguientes, comenzaronlos crímenes y las venganzas. ElMIR asesinó al coronel Roger Ver-gara, jefe de la Escuela de Inteli-gencia del Ejército, por lo quePinochet retiró a Odlanier Menade la dirección de la CNI y pusoallí al general Humberto Gordon.En represalia por el crimen deVergara, apareció el Comando deVengadores de Mártires-un grupo de extrema derechacon vínculos con los ex Dina-que secuestró a 14 personas, ase-sinando a una de ellas.

En 1981, el PC en el exilio vali-dó la lucha armada y en Chile serearticuló el MIR. Ambos hechosmarcaron una nueva fase, caracte-rizada por una firme respuesta alos atentados del MIR y por unacompleja crisis económica.

Las violaciones a los derechoshumanos se expresaron entoncesen una nueva oleada de relega-ción y exilio de líderes opositores,censura de la prensa y frecuentes

declaraciones de estado de sitio.Fueron los años de lo que el

Informe Rettig llamó “represiónselectiva”, muchas veces en res-puesta a los actos del MIR y aldebutante FPMR. En 1983 fueronasesinados tres dirigentes del PS ydos del MIR. El 84 el camioneroDC Mario Fernández. El 85 apare-cieron degollados tres profesiona-les comunistas. El 86 fueron que-mados Carmen Gloria Quintana yRodrigo Rojas, quien murió. Enseptiembre de ese año, luego delatentado al general Pinochet en elCajón del Maipo, el denominado“Comando 11 de Septiembre”mató a cuatro dirigentes del MIR,PS y PC.

El acuerdo de la transiciónEn los últimos años -mientras

buscaba validarse como el candi-dato del régimen al plebiscitopara mantenerse en el poder hasta1997- Pinochet dio nuevas señalesde apertura. Le impuso a la CNI laexigencia legal de detener a lagente en sus casas o en cárceles-no en centros secretos-, decretó

el fin oficial del exilio y firmó laConvención en contra de la Tor-tura de la ONU.

Después de que Pinochet perdióel plebiscito y entregó el poder en1990, la transición a la democra-cia se inició con un acuerdo noescrito: para garantizar la pazsocial era necesario mantener aPinochet fuera de los tribunales.Aunque al abandonar la Coman-dancia en Jefe, en 1998, Pinochetya tenía tres querellas en su con-tra por violaciones a los derechoshumanos, nada hacía pensar queprosperarían.

Considerado un intocable-“todo el mundo sabe que enChile no se le va a juzgar ni aho-ra ni nunca”, dijo Jorge Schaul-sohn, ex presidente del PPD-, ladetención en Londres cambiópara siempre el escenario. El añoy medio de reclusión no sóloterminó con su poder y losumió en la soledad política.También fue el inicio de otraetapa: empeoró aún más su ima-gen internacional y en Chile seinterpusieron en su contra unas300 querellas.

Aún así, el general murióargumentando que no tuvoconocimiento de la represión. Apesar de que algunos de sus par-tidarios reconocieron los gravesdelitos de su régimen, hasta elfinal él dijo que las acusacionesen su contra no eran “más quela venganza de los comunistas”.En su última entrevista pública,realizada con un canal de Mia-mi en noviembre de 2003, Pino-chet señaló que se sentía “unángel” y preguntó “¿por quétengo que pedir perdón?”. Aña-dió que a esas alturas sólo espe-raba la justicia divina e insistióen su inocencia. “Cuando unoestá a punto de morir no mien-te”, dijo.

En 1990 la transición seinició con un acuerdo noescrito: al generalPinochet se lemantendría alejado delos tribunales paragarantizar la paz social.

A partir de la firma de laLey de Amnistía en 1978 seinició la etapa de la”represión selectiva”,que supuso un cambio enel foco de los organismosde seguridad.

En los primeros años del régimen militar se dio conmás fuerza la represión y se contabilizó el mayor númerode víctimas: muertos, torturados y desaparecidos.

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2.- La revolución económica queimpulsó el modelo neoliberal

Afines de los 80 ya estabaclaro: Chile estaba vivien-do un milagro económi-co, cosechando por fin de

manera estable los frutos de lasreformas iniciadas en los 70 y queconstituyen una de las indiscuti-bles herencias del gobierno deAugusto Pinochet. Para 1989, el exmandatario podía exhibir resulta-dos alentadores: en 16 años lasexportaciones se habían multipli-cado por ocho; la inflación-que en los 70 bordeaba el 500%-había descendido a 27% en 1990 yal término del régimen militar lariqueza de las personas se habíaduplicado.

Tan importante como ello, unanueva cultura económica seextendió en la ciudadanía. Lareducción del aparato estatal y laliberalización de las trabas paraemprender llevaron a que los chi-lenos dejaran de confiar en el“Papá Fisco” y salieran en buscade negocios. Este nuevo escena-rio, cuya paternidad pertenece alos Chicago boys, es hoy uno delos legados más permanentes delrégimen de Pinochet.

Los Chicago y la Marina“De no haber existido Pino-

chet, no hay modelo económico(...) El advirtió que tenía la posibi-lidad de hacer algo grande,importante. Y no temía tomardecisiones, aunque fueran impo-pulares”, señaló el ex ministro deHacienda Sergio de Castro, unode los arquitectos de la reforma.

Sin embargo, el hombre que lle-gó al gobierno el 11 de septiembrede 1973 no abrazó el libre merca-do desde el principio. CuandoPinochet tomó el poder, pocosabía de economía y de las teoríasliberales. Tampoco tenía la deci-sión de llevar al país por esa senda.En 1973 nadie daba por sentada lareceta liberal y Pinochet proveníade un Ejército que, al igual que

todas las Fuerzas Armadas latino-americanas, se sentía interpretadopor el estatismo. “Los militares porsu formación tienen cierta inclina-ción natural hacia el socialismoplanificado”, explica el ex minis-tro de Economía Pablo Baraona.

La primera aproximación dePinochet a los Chicago boys, quepredicaban con pasión las bonda-des del mercado, tampoco fue poriniciativa propia. Meses antes delgolpe, la Marina había enviado unmensaje a Roberto Kelly, ex oficialde la Armada con contactos en elmundo de los negocios, manifes-tándole que, de tomar el gobierno,los uniformados no sabrían quéhacer con la economía.

Ello gatilló que desde agosto de1972 un grupo de economistas -lamayoría muy jóvenes y formadosen Estados Unidos- comenzara adelinear un plan económico alter-

nativo, que sería conocido como“El Ladrillo”. Ese proyecto fue loque el 12 de septiembre de 1973encontraron sobre sus escritorioslos generales que tomaron pues-tos clave en el gobierno.

Como Pinochet se había suma-do a última hora al golpe, y laMarina era la que había estado encontacto con los economistas, elalmirante José Toribio Merinoquedó a cargo del sector. Sinembargo, pese a que él llamó a losprimeros Chicago al gobierno, eseliderazgo fue de corta duración.Dada la situación económica,muy luego las decisiones las tomóla Junta de Gobierno en pleno,adoptando Pinochet un rol cru-cial. A medida que el general acu-muló poder, aumentó su injeren-cia en el área. Y des-pués de ser nombra-do Presidente de laRepública en 1975,Pinochet asumiótotalmente las rien-das de la economía.Los Chicago tuvie-ron claro que teníanque convencer a un

solo interlocutor.

Intuición y desconfianzaFue su instinto de sobrevivien-

cia lo que hizo a Pinochet aferrar-se a los Chicago. “Los militares notenían en quién confiar. Tampocosabían de economía”, señalaBaraona. “Aunque nuestras ideasno eran aceptadas, Pinochet casipor instinto confió en nosotros.No tenía opción”, agrega Kelly.

Durante la época fundacionaldel nuevo sistema económico(1973-1981), la única certeza delgeneral -quien, más que transfor-mar la economía, buscaba solucio-nar problemas- era que no se podíavolver a las políticas del pasado.

Pero en ese período -mientrasun sinnúmero de decretos comen-

zaba a desenredar la economíaestatista- la típica desconfianza dePinochet también golpeó al equi-po económico. Sus dudas respectode los Chicago eran agudas, en unmomento en que el país vivía unagran convulsión. Cuando en 1978se liberó el precio del pan, Pino-chet le advirtió al ministro Barao-na: “Bueno, pero lo hace usted; yono le he dicho nada”. El mensajeera claro: si la medida provocabaun alza de precios, el secretario deEstado se iba.

Los debates pasaron a ser la úni-ca forma de que Pinochet perci-biera que era ineludible pagar cos-tos sociales para revertir los dese-quilibrios existentes. Hubo reu-niones extremadamente tensas.“Aquí está el señor Fulano de Tal.Yo quiero que ustedes escuchensus planteamientos, y despuésquiero oír lo que ustedes, señores,responden a estos planteamien-tos”, ordenaba Pinochet a los eco-nomistas, según relata ArturoFontaine en su libro Los econo-mistas y el Presidente Pinochet.Durante el debate, el general per-manecía atento y en silencio,

En 1973 nadie daba por sentada la receta de losChicago boys. Además, Pinochet provenía de unEjército que se sentía interpretado por el estatismo.

EL SURGIMIENTO, a fines de los 70, de los “caracoles” dio inicio a un espectacular auge delconsumo masivo entre los chilenos.

Aunque optó por el libre mercado,Pinochet no siempre estuvoconvencido. A menudo organizabadebates entre economistas para verqué propuesta le convencía más.

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LA APERTURA AL COMERCIO exterior fue una de las grandes innovaciones que impuso el régimen militar. Entre 1973 y 1990 las exportaciones chilenas se multiplicaron por ocho. Al mismotiempo, la diversificación exportadora se hizo realidad, con productos como las frutas y la madera.

la disminución de los comités eco-nómicos paralelos.

Aunque ya en esa época el gober-nante había aprendido de econo-mía y estaba más seguro de sus pro-pias determinaciones y conoci-mientos en ese ámbito, la hondarecesión reveló que Pinochet aveces tomaba sus decisiones basadoen criterios poco técnicos.

Después de un largo debate entrelos economistas respecto a devaluarla moneda o mantener el cambiofijo, el 11 de junio de 1982 Pino-chet llamó al ministro de Hacienda,Sergio de la Cuadra. “He tomado ladecisión de devaluar”, le dijo. Sinmás, sacó de su bolsillo una imagende la Virgen del Carmen y se lamostró en silencio. El ministro -quecompartía la idea de devaluar- sóloatinó a repetir el gesto, sacándosepor el cuello de la camisa su propiamedalla y mostrándosela al Presi-dente. Tres días después se anuncióuna devaluación de 39 a 46 pesos, alo que le seguiría una crisis econó-mica de proporciones, con una caí-da vertical del PGB y el colapso deuna banca plagada de préstamosincobrables.

Después de ese tercer terremotofinanciero comenzó el viaje sinretorno del sistema neoliberal. Laola privatizadora tomó fuerza y yano hubo grandes turbulencias,mientras los dardos contra el libremercado eran cada vez más débiles.Entre 1988 y 1989 se vivió el perío-do de consolidación del sistema y laciudadanía ya sentía los efectos dela recuperación.

El nombramiento de HernánBüchi como ministro de Hacienda(1985-1989) fue un paso clave. Jun-to a él ingresó a la conducción eco-nómica la segunda generación deeconomistas liberales, quieneshabían tenido puestos de segundalínea durante el período fundacio-nal. El país comenzó a crecer a tasasdel 6% y 7% y, por primera vez enaños, el desempleo cayó a cifras deun dígito. También fue la época enque nació el espíritu empresarialentre los chilenos: en 1970, el 2,1%de la fuerza laboral se autodefiníacomo “empleador” o empresario,mientras en 1992 la proporción lle-gaba al 6,6 %.

El principal triunfo de la revolu-ción económica de Pinochet seprodujo después de 1990. Tras 16años de gobierno, tres crisis eco-nómicas y un alto costo social, losgobiernos de la Concertación-encabezados por sectores que seopusieron al modelo en sus ini-cios- abrazaron el sistema impues-to por Pinochet. La estabilidad yla continuidad que esto produjole permitieron al país seguir poruna ascendente senda de creci-miento.

Pese a que fueron los Chicagoboys quienes pusieron el conoci-miento y la capacidad técnica parael éxito del modelo, fue Pinochetquien tuvo la audacia política dejugársela por una economía abiertaen momentos en que el resto delmundo prefería el desarrollo “haciaadentro”. Por eso, la profunda refor-ma económica es, sin duda alguna,uno de sus legados más duraderos.

midiendo “con especial cuidadolos argumentos de una y otra par-te”. Una vez que el ministro Ser-gio de Castro hacía trizas los plan-teamientos contrarios, la reuniónterminaba con una aprobación alos Chicago para continuar lamarcha. Pero la victoria era pasa-jera; muy luego otro oponentesembraría dudas, dando inicio auna nueva ronda de discusiones.

En mayo de 1974 Pinochet creóun organismo que reflejó fielmentesu desconfianza. El Comité Asesorde la Junta era un organismo inte-grado por uniformados, cuyamisión era actuar como contrapesoa los economistas liberales.

El hombre de las crisisEs difícil determinar el momen-

to preciso en que Pinochet inicióel camino sin retorno hacia ellibre mercado. Fue una ruta plaga-da de vacilaciones y obstáculos. Almenos en tres oportunidades,grandes crisis económicas hicie-ron peligrar el sistema económi-co. En todos aquellos momentos,la figura del general fue decisiva.

La primera se dio en 1973,semanas después del golpe. Enoctubre, el gobierno anunció doscontrovertidas medidas, pilaresdel nuevo sistema: el Estado deja-ría de fijar el precio para miles deproductos y se devaluaría el escu-do, la moneda nacional. Inmedia-tamente hasta la oficina de Pino-chet comenzaron a llegar vocesalarmistas. Altos miembros de lasFuerzas Armadas vaticinaban

desastres económi-cos y políticos.

Aunque Pinochety Merino resistieronlas presiones, aque-lla primera crisis evi-denció una caracte-rística de la revolu-ción económica chi-lena. “En materia

económica no hubo un gobiernode las Fuerzas Armadas. Fue elgobierno de los comandantes enjefe, y principalmente de Pino-chet”, dice Alvaro Bardón.

Dos años más tarde, en 1975, seinició la segunda crisis. La caídadel precio del cobre y las alzas delpetróleo empantanaron el procesoeconómico y agudizaron las dife-rencias al interior del gobierno.Tras meses de incertidumbre,Pinochet zanjó el debate, al respal-dar una cirugía rápida para liberarla economía a través del “Progra-ma de Recuperación Económica”,que implicó un severo ajuste.

La peor crisisPara la tercera crisis, en 1982,

Pinochet ya creía en los Chicago,los cuales copaban ministerios ygran parte del aparato estatal.Dicha confianza podía medirse en

Pese a haberse opuesto duramente al modelo mientrasfue oposición, la Concertación terminó aplicándolo, enlo que constituye un gran éxito de Pinochet.

En 1973, 1975 y 1982 la economía sufrióseveras crisis. En cada una de esasocasiones, el gobierno militarterminó manteniendo el curso yprofundizando las reformas.

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� Augusto Pinochet perdiósu enorme poder mucho

antes de morir. Suinfluencia comenzó a

decaer desde queabandonó la Comandancia

en Jefe del Ejército, yespecialmente después de

su detención en Londres,que gatilló el progresivo

distanciamiento tanto dela institución castrense

como del mundo civil quelo respaldaba. Esto lo fue

relegando cada vez máshacia una creciente

intrascendencia política.en la que el caso Riggs

terminó siendo lapidario.

En sólo ocho años el hom-bre que todo lo controla-ba y que llegó a desafiaral mundo con frases

como “no se mueve ni una hojasin que yo lo sepa”, vivió sus últi-mos días como el Pinochet queno encontraba respaldo cerradosiquiera en la derecha o en lasFuerzas Armadas. El punto departida de su definitiva pérdidade influencia fue en marzo de1998, cuando entregó el bastónde mando como comandante enjefe del Ejército y se sacó el uni-forme militar.

Ese mismo año, el general quese había planteado ser una especiede “custodio” del modelo políticochileno no sólo enfrentó unahumillante detención de 503 díasen Londres. Además, volvió enfer-mo y sólo fue liberado por las cor-tes inglesas por una supuestaincapacidad para defenderse judi-cialmente. Desaforado en Chile,el diagnóstico de “demenciasenil” fue lo único que lo salvó deser procesado por la justicia chile-na en el caso Caravana de laMuerte, aunque no lo libró desimilar destino en la investigaciónsobre la Operación Cóndor ni enla del caso Riggs.

Pinochet perdió todo el poderque le quedaba en la arena políti-ca chilena. Abandonado por laderecha, el viejo gobernante pasóa ser una figura incómoda paraun sector más interesado enmirar al futuro que en centrarseen un fantasma de un pasadodoloroso y convulsionado. Elempresariado -otro de sus pilaresdurante más de 20 años- poco apoco dejó de apoyarlo y, una vezque Pinochet estuvo de vuelta enChile, se desmarcó completa-mente de su defensa pública, enespecial después de las revelacio-nes acerca de sus cuentas secretas.

Considerado un intocable parala justicia hasta su viaje a Londres,con su detención desapareció unode los acuerdos tácitos de la transi-ción: para lograr la paz social eranecesario mantener al ex manda-tario lejos de tribunales. Las másde 300 querellas en su contra y susdesafueros y procesamientos evi-denciaron la incontrarrestable

merma de su gravitación.

El poder que entregóEl primer eslabón del ocaso de

Pinochet se produjo la tarde del10 de marzo de 1998 cuando,rodeado de fornidos guardaespal-das y a poco de cumplir 82 años,dejó el cargo de comandante enjefe del Ejército. Desde el minutoen que le entregó el bastón demando a su sucesor, Ricardo Izu-rieta, Pinochet no sólo cumpliócon el último paso del articuladotransitorio de la Constitución polí-tica. También comenzó a desvane-cerse su centro de poder. “El ori-gen, el respaldo y el alimento desu poder estuvieron en el cargo(de comandante en jefe del Ejérci-to) desde que Salvador Allende lodesignó en él y durante los 25años siguientes”, escribió AscanioCavallo. Al punto que, según Car-los Huneeus, Pinochet “mantuvola Comandancia en Jefe para dis-poner de una base sólida para suautoridad y poder”.

El general ya no trataba de disi-mular la hernia discal que le pun-zaba la espalda. Llevaba audífonosy marcapasos. Sin embargo, nadiecuestionaba su lucidez ni su capa-cidad para operar políticamente.Prueba de ello fue que, después deabandonar la comandancia,durante los pocos meses que ejer-ció su cargo de senador vitalicio,recibió todo el respaldo de la dere-

cha y continuó orquestando estra-tegias políticas.

Desde sus oficinas del Senado, laFundación Pinochet y su despa-cho en Málaga 379, jugó un rolclave en la eliminación del feriadodel 11 de septiembre, presionó envarias otras iniciativas de la dere-cha, pero -sobre todo- dio inicios asu más secreta operación, sólointerrumpida por la detención enLondres: abortar la candidaturapresidencial de Joaquín Lavín e

imponer un candidato que él con-sideraba más capacitado paraenfrentar a Ricardo Lagos en 1999(ver recuadro).

Sin embargo, Londres y la exito-sa carrera presidencial de Lavínacabaron con la incondicionali-dad de esa derecha que durantedécadas se arremolinó a su lado.La auspiciosa campaña de Lavín-quien se desmarcó sistemática-mente de su figura- y el 48% queobtuvo en la primera vuelta ledejaron al sector una gran lección:sus posibilidades electorales esta-ban condicionadas al alejamientode Pinochet. En 2005, la campañade Sebastián Piñera hizo hincapiéen el hecho de que el candidatohabía votado No en el plebiscitode 1988 y en su carácter de“humanista cristiano” que lohabía llevado a estar en el actoopositor presidido por EduardoFrei Montalva en el Teatro Caupo-licán en 1980. Y el propio Lavínllegó a decir, al fragor de la campa-ña, que él también hubiera votadoque No en 1988. Este año, llamó ala Alianza a hacer un “nunca más”por las violaciones a los DD.HH.durante el régimen militar.

El distanciamiento con la dere-cha se empezaba a palpar muchoantes: cuando Pinochet volvió aSantiago, en marzo de 2000, elpaís ya lo había dejado atrás. Parauna gran mayoría él era parte delpasado. Según una encuesta

Feedback-Qué Pasa de diciembrede 1998, un 87% de la poblaciónopinaba que una vez que regresaraa Chile, el general debía retirarsede la política.

El mismo día que aterrizó enChile, sin embargo, Pinochet intu-yó algo más grave que la indiferen-cia del país y de la derecha. Segúnrelata un estrecho colaborador delex mandatario, la recepción quetuvo, sin discurso de bienvenida, lehizo prever que el Ejército ya no

estaba dispuesto a pagar cualquiercosto por su seguridad, y que Izu-rieta había comenzado a distan-ciarse de él. Pinochet esperaba serrecibido en un recinto militar conun potente acto de desagravio porparte de las Fuerzas Armadas.

El ultimátum del EjércitoPese a que Pinochet e Izurieta

nunca fueron muy cercanos, ladetención en Londres, el debilita-miento físico del general y la arduabatalla judicial inglesa obligaron ala institución a tomar el control dela vida de Pinochet.

Después de más de dos décadasde seguir fielmente las directrices

El ocasode un intocable

Tanto el Ejército como la Alianza y el empresariado, sus principales apoyos, terminaron marcando distancias con el general

PROTECCION EN LOS BOLDOS Y LA DEHESA

Un entorno seguroHasta su muerte, Pinochet vivió entre

su residencia en La Dehesa y su parcelade Los Boldos. Sus principales acompa-ñantes eran su familia y un grupo demilitares y médicos. Ya ni siquiera reci-bía la cantidad de visitas que tuvodurante su detención en Londres.

Su rutina diaria estaba limitada a unaalimentación estrictamente controlada.Pasaba cada vez más en cama. Su fríamirada, que en el pasado despertóterror entre sus colaboradores, habíasido reemplazada por unos ojos cansa-

dos, que a veces parecían perdidos,como quedó en evidencia en su ultimaaparición pública, en su cumpleaños 91.

Sin embargo, según cuentan cerca-nos, el entorno de seguridad que leentregó el Ejército hasta el día de sumuerte fue vital para el anciano, quienno alcanzó a percibir con claridad supérdida de poder.

Pese a que el alto mando de la insti-tución le retiró el apoyo político, “elgeneral vivió en un ambiente donde,pese a ser muy reducido, seguía actuan-

do como Presidente del país”, relatauna persona cercana.Le organizaban laagenda y un enorme aparato de seguri-dad y un gran número de personal loseguía tratando como Presidente.

“Si hubiera que imaginar cuálhubiera sido el golpe más duro para elgeneral, no fue el desafuero. Muchomás importante para él habría sido queel Ejército lo abandonara material yemocionalmente en ese estrecho círcu-lo de poder que lo acompañó durantesus últimos días,” dice un cercano.

El mismo día que llegó proveniente de Londres,Pinochet se dio cuenta de que el Ejército no estabadispuesto a pagar cualquier costo por protegerlo.

EL 3 DE MARZO de 2000, Pinochet volvió aChile tras 503 días en Londres.

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del ex mandatario, había llegadola hora en que el alto mando delEjército se hiciera cargo del desti-no del anciano líder. La negocia-ción del gobierno sobre el futurode Pinochet tuvo como únicointerlocutor y aval a las FuerzasArmadas. Pero, de vuelta en Chile,cuando arreció la batalla judicialen contra del desaforado senador,se produciría el punto de quiebreentre la institución y los abogadosy familiares de Pinochet.

La primera semana de enero de2001, los abogados de Pinochet-buscando presionar para lograruna salida política al caso- recha-zaron los exámenes médicos orde-nados por la justicia y el general senegó a comparecer ante el juez,declarándose en rebeldía.

Fue entonces cuando, la tardedel viernes 5 de enero, el coman-dante en jefe Ricardo Izurieta yquien más tarde lo sucedería en elcargo, el entonces jefe de EstadoMayor Juan Emilio Cheyre, aterri-zaron en un helicóptero Superpu-ma en la cancha de tierra de laresidencia de Pinochet en Los Bol-dos para realizar una intempestivavisita al ex mandatario. Izurieta yCheyre le entregaron un duromensaje al general: él y sus aboga-dos, al negarse a cumplir lo orde-nado por la justicia, estaban tras-pasando el límite. Si pretendíadesafiar a los tribunales, el Ejércitono lo respaldaría.

Aunque Pinochet respondióque ese asunto debían conversarlocon sus abogados, al final delencuentro agregó: “Ustedes vinie-ron a amargarme la tarde”.

La reacción del entorno dePinochet fue inmediata. Sabía quesin el apoyo del Ejército cualquierintento de politizar el caso eraestéril. Se redactó una declaracióndel ex mandatario: “El senadorvitalicio respeta el Estado de Dere-cho y manifiesta su preocupaciónporque su situación no afecte aotros campos de la vida del país”.

Pocas horas antes de la visita deIzurieta a Los Boldos, el obispocastrense Pablo Lizama le había

entregado al Presidente Lagos elinforme de las FF.AA. sobre losdetenidos desaparecidos duranteel régimen militar. Sin consultar niinformar a Pinochet, el Ejércitoreconocía lo que el general nuncahizo: que la institución había lan-zado al mar los cuerpos de almenos 200 desaparecidos.

Seis meses después, el general

sería sobreseído temporalmentepor demencia senil en el casoCaravana de la Muerte. Fue sóloun respiro, porque el juez JuanGuzmán insistiría de nuevo, estavez por la Operación Cóndor yconseguiría procesarlo y lograrque la Corte Suprema rechazaraun recurso de amparo de la defen-sa que recurría a motivos de saludpara sobreseer la causa.

Pinochet, que antes había vistoa Cheyre -en su rol de comandan-te en jefe- pronunciar su “nuncamás” y, más tarde, aceptaba la res-ponsabilidad institucional delEjército en los abusos a los dere-chos humanos, se quedaba cadavez más solo.

Ya sin apoyos políticos, elgeneral vio decrecer aún más sudisminuida figura cuando seconocieron las millonarias cuen-tas en el Banco Riggs. Muchosde los pocos defensores que lequedaban se sintieron defrauda-dos. Se trataba, aparentemente,de un episodio de enriqueci-miento personal que casi nadieestaba dispuesto a justificar. Elaislamiento se intensificó.

Y aunque el Ejército mantuvo asu alrededor todo el aparato logís-tico para que viviera en paz susúltimos días (ver recuadro), en lafigura de Augusto Pinochet ya noquedaba nada de aquel hombreque alcanzó a acumular en susmanos el mayor poder de la histo-

Si Pinochet no hubiera sidodetenido en Londres, quizásJoaquín Lavín no habría sidocandidato presidencial ni sehabría convertido en la prin-cipal figura de la derecha deprincipios de esta década. Laúltima operación política delsenador vitalicio buscó des-bancar a Lavín como abande-rado del sector. Esta comenzóa gestarse en agosto de 1998.El general estaba obsesionadopor detener la candidatura deRicardo Lagos y considerabaa Lavín un contendor muydébil.

La tesis de Pinochet y de sushombres más cercanos era quehabía que romper la unidadde la Concertación y aglutinara la derecha con un candidatoDC como Andrés Zaldívar.

La frialdad hacia Lavín sehizo patente en el primerencuentro que tuvieron tras ellanzamiento de la candidaturadel alcalde de Las Condes, el19 de agosto de 1998. En unavisita al Congreso, Lavínsubió a saludar al senadorvitalicio. Testigos de esa reu-nión recuerdan que, aunquePinochet le dijo “échele paraadelante”, su trato fue frío ydistante. Pocas semanas des-pués, mientras coqueteabaabiertamente con Zaldívar

-”es un hombre muy capaz yun sabio político, que haríaun muy buen papel en elgobierno”, dijo- disparó susdardos contra Lavín. “Esmucho cacareo y pocos hue-vos”, dijo.

La sorpresiva detención enLondres del general detuvouna maquinaria que, para elcírculo de hierro de Lavín,constituyó el mayor riesgo dela campaña. “Si no hubierasido detenido, probablementePinochet hubiera logrado consus maniobras abortar la can-didatura de Lavín”, afirma undirigente de derecha. Para laUDI y el sector más pinoche-tista del empresariado habríasido muy difícil respaldar a uncandidato que no tuviera elbeneplácito del general.

Aunque en Londres el exmandatario se concentró en supropia lucha judicial, los hom-bres de Lavín no olvidarían lafría reacción del senador vitali-cio cuando el 5 de noviembrede 1998 el abanderado de laderecha llegó a visitarlo en unintento por recomponer lasrelaciones. “Ah, usted tambiénestá aquí”, fue el único comen-tario del general, hasta enton-ces un hombre poco acostum-brado a perder en sus operacio-nes políticas.

Su últimaoperación política

Boicot a campaña de Joaquín Lavín en 1998

ria de Chile. Su muerte políticahabía ocurrido mucho antes.

A principios de 2005, uno de susúltimos defensores públicos, Her-mógenes Pérez de Arce, escribíó enEl Mercurio de la “traición” dequienes apoyaron a Pinochet:“Nunca tantos se habían dadovuelta la chaqueta tanto como res-pecto del gobierno militar.Comenzando por los militares”.

El 5 de enero de 2001Pinochet fue notificado deque el Ejército no loapoyaría si no acatabaórdenes de la justicia.

HACIA EL FINAL DE SU VIDA,el general Pinochet caminaba

con dificultad y era visitado porel estrecho círculo de

familiares y ex colaboradoresque se mantuvo leal.

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LA TERCERA Lunes 11 de diciembre de 200646

El otro “Once”de Augusto Pinochet

El general (R) estaba procesado por el caso Riggs, junto a su esposa y a cuatro de sus cinco hijos

� Tras los atentados del 11-S, EEUU aprobó una ley que tuvoinsospechadas consecuencias en Chile: el Senado norteamericano revelóla fortuna que Pinochet mantenía en el extranjero y que lo llevó aenfrentar cargos por evasión tributaria y uso de pasaportes falsos. Unescándalo que, además, minó uno de los aspectos de su imagen quequienes lo seguían respaldando consideraban intocable: su probidad.

El 15 de julio de 2004, quie-nes seguían reconociéndosecomo partidarios del gene-ral (R) Augusto Pinochet

sufrieron un golpe inesperado. Esedía, un informe del Subcomité Per-manente de Investigación delSenado de Estados Unidos revelóque el general poseía cuentas secre-tas en el Banco Riggs, que lohacían poseedor de una millonariafortuna.

Hasta entonces Pinochet habíasido indagado por homicidios,secuestros y desapariciones, perosu manejo financiero no habíasido cuestionado. Incluso, quieneslo seguían respaldando recordabansus declaraciones de 1975, cuandoaseveró que al dejar el poder,“seguramente lo haría con menos(dinero) del que tenía cuando asu-mí el cargo”.

Por eso, el escándalo que se desa-tó con el hallazgo de las cuentassecretas caló hondo en los círculos

que defendían la obra del régimenmilitar. Incluso ex ministros civi-les, en su mayoría economistasque estuvieron dispuestos a traba-jar por poco dinero al servicio delgobierno, han comentado en pri-vado que su decepción por esosdías fue total y que el hecho termi-nó por marcar un vuelco en laimagen que solían defender del excomandante en Jefe.

Paradójicamente, la investiga-ción del Senado norteamericanotuvo su origen en la llamada Acta(ley) Patriótica, reforma legal anti-terrorista establecida en EE.UU.tras los atentados del 11 de sep-tiembre de 2001. Esta había endu-recído los controles para detectarflujos de lavado de dinero y redesde financiamiento al terrorismo. Elbanco Riggs había caído bajo lalupa precisamente por ese motivopues aparecía en operaciones irre-gulares con una serie de autorida-des y compañías, como el ex man-datario de Guinea Ecuatorial, Teo-doro Obiang Nguema; tres petrole-ras de Arabia Saudita, y Pinochet,quien figuraba con 125 cuentassólo en Estados Unidos.

La información motivó a losabogados Carmen Hertz y AlfonsoInsunza a querellarse en su contrapor enriquecimiento ilícito: se leacusó de evadir impuestos, de mal-versación de caudales públicos yhasta de lavado de dinero. Luegose sumaron el Servicio de Impues-tos Internos (SII) y el Consejo deDefensa del Estado y las indagacio-nes judiciales quedaron en manos

del ministro Sergio Muñoz.

Cuentas secretasFuera de los US$ 8 millones que

descubrió inicialmente el Senadode Estados Unidos, la investigaciónderivó en varias aristas: bancosextranjeros, paraísos fiscales, socie-dades off shore y nombres falsos.

Un segundo informe de EE.UU.dio cuenta que en ese país el exmilitar tenía cuentas, además delRiggs, en el Spirito Santo, Citibank(Nueva York), Banco Atlántico(Nueva York), Banco de Chile,Bank of America (Simi Valley) yPacific Bank de Los Angeles. Lainvestigación chilena amplió elespectro y se detectaron cuentas enLondres, Gibraltar, Zúrich y Baha-mas, entre otros destinos.

También se descubrió que el exuniformado utilizó para ocultar lareal propiedad de estos fondosvarios nombres falsos. Entre ellos,Daniel López, y combinaciones desus propios nombres, como José P.Ugarte y Ramón Pinochet. Con elmismo fin se constituyeron almenos ocho sociedades con accio-

DURANTE AÑOS, el Riggs había sido el banco en el que los militares chilenos abrían cuentas enWashington.

Muñoz en abril de 2005 contraAitken y la secretaria privada dePinochet, Mónica Ananías. Ambosfueron encausados en calidad decómplices en la evasión tributariaque supuestamente hizo Pinochetentre 1998 y 2004 con un perjui-cio fiscal de $1.500 millones.

nes al portador en paraísos tributa-rios. Un papel clave para este fin lojugó su ex albacea, Oscar Aitken.

La carta de PinochetLa primera consecuencia del

caso Riggs en Chile fue el procesa-miento que dictó el ministro

AYUDO A CREAR EMPRESAS DE PAPEL Y ALTERO NOMBRES

El rol del Banco Riggs en el ocultamientoUna auditoría al Riggs para verificar el

cumplimiento del Acta Patriótica (promul-gada tras el 11-S y que fijó a los bancosprocedimientos estrictos para detectarlavado de dinero) descubrió seis cuentasy depósitos a plazo que Pinochet mantuvoallí entre 1994 y 2002, por US$8 millones.

Entre otras acciones destinadas ano despertar sospechas, el Riggs loayudó a crear empresas de papel yalteró los nombres de sus cuentas per-sonales y de su familia. Además, trans-firió a Pinochet US$ 1,6 millones pese

al embargo del juez Baltasar Garzón.El banco, que alguna vez fue el más

prestigioso de EE.UU., se declaró culpa-ble de no reportar transacciones sospe-chosas y acordó cancelar US$ 41 millonesen multas. También aportó a un fondo deUS$ 9 millones para víctimas de violacio-nes a los derechos humanos.

La investigación en Chile pudo compro-bar que el Riggs también fue usado porlos agregados militares y jefes de misio-nes, y que ciertos dineros fueron transfe-ridos al general (R) o su entorno.

2004

CRONOLOGIA INVESTIGACION

Julio15 El Senado de EE.UU. informaque el Riggs de Washington ayu-dó a Pinochet a esconder US$ 8millones entre 1994 y 2002.

Diciembre10 El juez Sergio Muñoz embargay congela S 2.500 millones en bie-nes y US$ 7 millones en depósi-tos, pertenecientes a Pinochet.

2005Enero14 Procesan y detienen por com-plicidad en delito tributario aMónica Ananías y Oscar Aitken.

Agosto10 El juez procesa a la esposa dePinochet y a su hijo Marco Anto-nio por complicidad. Lucía Hiriartqueda detenida en el HospitalMilitar. Al día siguiente, el magis-trado embarga los dineros que lafamilia, los ex agregados milita-res, su secretaria y su albaceatenían en trust y cuentas extran-jeras.

Junio10 El juez Muñoz pide el desafue-ro de Pinochet por malversaciónde causales públicos provenien-tes de la Casa Militar. Ese mismodìa, jura en la Corte Suprema. Elpedido luego se concedió.

Noviembre23 El ministro Carlos Cerda -ahoraa cargo del caso- procesa y dejacon arresto domiciliario a Pino-chet por cuatro delitos. De ellos,están firme dos: declaración deimpuestos maliciosamente falsa(perjuicio fiscal de $5.700 millo-nes) y pasaportes falsos.

2006Enero23 Juez procesa a la esposa ehijos de Pinochet como autoresde declaraciones maliciosamen-te incompletas, omisión de ren-tas, y pasaportes. La hija mayor,Lucía, no se presenta para sernotificada. Viaja a EE.UU., dondepide asilo. Luego acepta volver.

Abril25. Con los votos del ministro Jor-ge Zepeda y Angela Radovic, y laoposición de Haroldo Brito, laCorte de Apelaciones revocó pro-cesamientos contra Jaqueline,una de las hijas de Pinochet.

Hasta el hallazgo de lascuentas, Pinochet habíasido acusado porhomicidios, secuestros ydesapariciones, pero sumanejo financiero nohabía sido cuestionado.

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ASPECTOS DESTACADOS

Las clavesdel caso� Identidades falsas: Pino-

chet las usó para ocultar fon-dos. Ellas fueron: DanielLópez, Rapi Augusto Ugarte,J.P. Ugarte, José P. Ugarte, J.Ramón Ugarte. A sus cuentastambién llegaron dineros pro-venientes de John Long, iden-tidad que correspondería algeneral (R) Jorge Ballerino.Su familia también utilizó“alias”.�Pasaportes falsos: fueron

usados para abrir cuentas.Tenían arrancadas las páginascon las fotos, la firma y la huelladigital.� Casa Militar: la investiga-

ción apuntó a que desvió fon-dos hacia las cuentas de Pino-chet y su familia. Generales(R) jefes de ella se encuentraninculpados: Jorge Ballerino,Ramón Castro Ivanovic y Gus-tavo Collao.� Estrategia: Los ministros

Sergio Muñoz y Carlos Cerdaenfrentaron la recusación delos defensores. Ambas fueronrechazadas.� Fichados: Pinochet, su

esposa y sus hijos fueronprontuariados. Este tipo dediligencia nunca había podidoser concretada por otros jue-ces en casos de derechoshumanos.� Salud mental: ha sido

invocada varias veces por ladefensa de Pinochet, perotras las cuentas secretas nofue considerada en los fallosde mayoría.� Exclusiones: tres situa-

ciones por las cuales Pinochetinicialmente fue investigadoquedaron, algunas por pres-cripción, fuera del proceso. Setrata de su situación tributa-ria desde 1980 a 2004; de unadeclaración jurada de bienesante notario fechada el 19 deoctubre de 1989, a lo que sesuma la obtención, confeccióny utilización de pasaportes ycertificados de ingresos emi-tidos por la Subsecretaría deGuerra para eludir el embargodel juez español Baltasar Gar-zón. Se agrega la adquisiciónde distintos terrenos en elsector de El Melocotón.

Carlos Cerda F.EL JUEZ QUE HEREDO LAINVESTIGACION DE MUÑOZ

� Asumió el caso a fines de2005. Procesó a la esposa, loshijos y la nuera de Pinochet.Otorgó acceso al sumario atodos los abogados e hizopúblicas sus resoluciones.Enfrentó una recusación yqueja disciplinaria. Fue pro-puesto para integrar la Supre-ma, pero el Senado lo rechazó.

Sergio Muñoz G.EL MINISTRO QUE COMENZO LAINVESTIGACION

� En un año y tres meses acargo del caso, descubrió la fal-sificación de pasaportes, des-víos de la Casa Militar y triangu-laciones relacionadas conarmas. Pidió desafuero por seisilícitos. De ellos, Pinochet semantiene procesado por dos.Dejó el caso tras ser nominadopara la Corte Suprema.

Mónica Ananías K.LA EX SARGENTA Y SECRETARIAPERSONAL DE PINOCHET

� Aportó datos para las decla-raciones de impuestos de Pino-chet sin incorporar cuentas enel Riggs, aunque supuestamentesabía de ellas pues cobró che-ques con el alias de su jefe ytuvo contactos con ejecutivosEdgar Tatman y Carol Thomp-son. Procesada como cómplicey autora de delito tributario.

Oscar Aitken L.EL EX ALBACEA Y ADMINISTRADORDE LA FORTUNA

� Creó sociedades a Pinochetpara “administrar su herencia”.Asesor legal de Famae en los90, creó sociedades para nego-cios en el exterior. ControlóCornwall Overseas Corp. yEastview Finance, receptorasde dineros de empresas dearmas. Procesado como autor ycómplice de delito tributario.

Lucía Hiriart R.PROCESADA COMO COMPLICE YAUTORA DE DELITO TRIBUTARIO

� Se la investiga por, supues-tamente, ayudar a esconder lafortuna de su marido con cuen-tas en el extranjero bajo nom-bres falsos y sociedades “depapel”. No tributó $ 449 millo-nes. Su reclusión de dos díasen la UCI del Hospital Militarmotivó una carta pública dePinochet.

Joseph AllbrittonEX PRESIDENTE Y EX PRINCIPALACCIONISTA DEL RIGGS BANK

� Conoció a Pinochet en los80. Lo convenció de invertir sudinero en el banco y le ofrecióaltos intereses. Según la inves-tigación del senado norteame-ricano, ordenó no divulgar laverdadera identidad del exmandatario en los formulariosinternos. Se ha hablado de unaamistad personal entre ambos.

Aunque esta deuda fue cancela-da en su totalidad, en agosto de2004, el ministro Muñoz procesópor el mismo delito a la esposa delgeneral (R) Lucía Hiriart y a su hijomenor, Marco Antonio.

En medio del impacto por susdetenciones, el general (R) emitióun comunicado: “Asumo toda laresponsabilidad por los hechos queinvestiga el ministro señor Muñozy niego toda participación que enellos pueda corresponder a mi cón-yuge, mis hijos y mis colaborado-res más próximos”, señaló Pino-chet, en un gesto que no había rea-lizado con los casi 400 oficiales

procesados por violaciones deDD.HH. que sirvieron bajo sumando. Eso, como reconoceríanfuentes castrenses, mermó su res-paldo al itnerior de la institución.

Arresto domiciliarioDe la mano de la Brigada de

Lavado de Activos, el ministro Ser-gio Muñoz calculó la fortuna dePinochet en casi US$27 millones.Tres veces más que lo estimado porEE.UU. Entonces, el juez pidió eldesafuero del general por los deli-tos de evasión triubutaria, falsifica-ción de documentos, fabricación yuso de pasaportes falsos y eludir elembargo del juez Baltasar Garzón.La Corte de Apelaciones, y más tar-de la Suprema, lo respaldaron,pero eliminaron el último de losdelitos, que patrocinaba la funda-ción española Salvador Allende.Con el ascenso de Muñoz a laSuprema, el máximo tribunaldesignó al ministro Carlos Cerdapara seguir la investigación. Esteinterrogó a Pinochet y lo procesóel 23 de noviembre de 2005. Que-dó con arresto domiciliario el mis-

mo día en que cumplió 90 años.

Viaje desesperadoEn enero de 2006, el ministro

Cerda llegó a la conclusión que lafamilia de Pinochet en pleno eraresponsable de los ilícitos persegui-dos. Y citó con un día de anticipa-ción a todos sus miembros a laEscuela de Gendarmería, para noti-ficarlos de sus procesamientos.

A la hora acordada llegaronMarco Antonio, su esposa SoledadOlave; Augusto y Verónica Pino-chet; Lucía Hiriart, Oscar Aitken yMónica Ananías. La única que fal-tó fue Inés Lucía. La hija mayor delgeneral había viajado dos díasantes a Argentina y la misma jor-nada en que sus hermanos fueronprocesados se dirigió a EE.UU. Su

EN JULIO DE 2004, laplana mayor del BancoRiggs,encabezada porsu presidente y CEOLawrence Hebert(izquierda),comparecióante un subcomité delSenado de EE.UU.porlas cuentas secretas.

El primer procesamientoen el caso afectó a OscarAitken y a MónicaAnanías, sus dos mascercanos colaboradoresen sus finanzas.

El escándalo le dio un golpe frontal a su imagen entresus propios partidarios. Sólo un puñado lo defendió esteaño cuando surgieron falsos documentos que acreditabanun depósito por 9,6 toneladas de oro en Hong Kong.

salida se convirtió un dolor decabeza para el gobierno, pues pidióasilo político y las autoridades laencerraron en una cárcel parainmigrantes. Tras una noche,regresó a Chile y fue procesada.

Al momento de su muerte, elcaso Riggs tenía a Pinochet proce-sado, con cargos por evasión tribu-taria y uso de pasaportes falsos, yviendo a su entorno familiar caerdetenido por la mismo causa. Peoraún, el hallazgo de los senadoresnorteamericanos le había propina-do un golpe frontal a su imagenentre sus propios partidarios. Sólomuy pocos lo salieron a defender,incluso, cuando este año surgieronfalsos documentos que acreditabanun depósito por 9,6 toneladas enlingotes de oro en Hong Kong.

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El clanque llegó

a seromnipotente

La familia Pinochet vivió una trayectoria similar a la del ex comandante en jefe

La tarde del 10 de septiem-bre de 1973, AugustoPinochet, entoncescomandante en jefe del

Ejército, envió a su mujer, LucíaHiriart, y a sus hijos Marco Anto-nio y Jacqueline a la Escuela deMontaña de Río Blanco. Al díasiguiente, el general dirigiría des-de el Comando de Telecomunica-ciones en Peñalolén el golpe deEstado que cambiaría para siem-pre la historia de Chile y que tam-bién alteraría de raíz la vida de losPinochet Hiriart.

Hasta entonces, el hogar forma-do por Augusto Pinochet Ugarte yLucía Hiriart Rodríguez tras sumatrimonio en 1943 no se distin-guía demasiado de los de otrosmilitares de alto rango. La parejahabía residido en distintas ciuda-des -incluyendo una estadía enEcuador-, conformando una fami-lia de clase media que, con cincohijos, incluso pasaba algunasapreturas económicas. Vivían conausteridad en una casa de propie-dad del Ejército.

Mientras el jefe de familia habíahecho carrera -en palabras de subiógrafo Gonzalo Vial- como “unsoldado nato, apegado a los regla-mentos, de inteligencia normal

hacer comida especial”.Todo cambiaría ese 11

de septiembre. Pinochetse transformó en el hom-bre más poderoso del paísy la vida familiar se vioalterada para siempre.

Una mujer influyenteEl general se dedicó a

consolidar su posición alinterior de la Junta Militar y a apla-car todo asomo de resistencia departe de quienes resistían al gobier-no. Su esposa, mientras tanto, seconcentró en las labores sociales.Llegaría a dirigir 10 institucionesde voluntariado femenino (CemaChile fue la más importante) don-

de participaron más de 45 mil“damas de colores”, en su mayoríaesposas de militares que le guarda-ban devoción y le profesaban untemor reverencial por su estiloautoritario y su fiera personalidad.Porque poco quedaba de la sumisamujer que no pudo estudiar dere-

cho después de que su marido se loprohibió. Lucía Hiriart hizo oír suvoz, ejerciendo con mano de hie-rro su rol de Primera Dama, impi-diendo que algo o alguien obstacu-lizara su gestión. Cuando en 1973fue creada la Secretaría Nacional dela Mujer, se sintió amenazada y laboicoteó; tres años más tarde elministro de Educación, almiranteArturo Troncoso, perdió el puestopor resistirse a entregar el controlde los jardines infantiles a la Pri-mera Dama. En no pocas ocasio-nes la mujer se mostró incluso másintensa que su esposo: “Si yo fuerajefa de este gobierno, sería muchomás dura que mi marido y tendríaen Estado de sitio a Chile entero”,dijo en una ocasión.

Este fuerte carácter también sedejaba sentir puertas adentro.Lucía Hiriart recelaba del entornodel general y de las mujeres que sele acercaban demasiado. Casitodos los que estuvieron cerca delmatrimonio Pinochet Hiriart ase-guran que ella tenía poder sobreél, pero la ex Primera Dama inten-tó desmentir esa versión ennumerosas oportunidades.”Hanexagerado mucho mi influencia”,señaló en 2000, refiriéndose al“muy antiguo chiste” de que “yo

Lucía Hiriart se mostró enno pocas ocasiones másimplacable que su esposo:“Si yo fuera jefa de estegobierno, sería muchomás dura que mi marido”.

El subteniente Augusto Pino-chet Ugarte llegó en 1940 destina-do a la Escuela de Infantería deSan Bernardo. El joven oficial con-taba 24 años y cruzaba la plaza dela ciudad cuando vio por primeravez a Lucía Hiriart, quien, vestidadel uniforme escolar del Liceo deSan Bernardo, pedía dinero para

una colecta. Morena, delgada, deojos oscuros, vivía en una quintaen el paradero 30 de Gran Aveni-da. Lucía era hija de OsvaldoHiriart, político radical que fuesenador por Tarapacá y Antofagas-ta y ministro del Interior del Presi-dente Juan Antonio Ríos.

Después de ser presentados for-malmente, Pinochet empezó elcortejo formal de la liceana. Ladiferencia de edad (siete años)hizo que a Pinochet sus compañe-ros de regimiento lo motejaran “elinfanticida”. El mismo generalreconoció más tarde que su suegra-Lucía Rodríguez, de quien su hijaheredó la firmeza de carácter- “metenía alguna desconfianza”. Aun-que el pretendiente fue finalmen-te aceptado, en la familia HiriartRodríguez siempre hubo un res-quemor hacia Pinochet, un militarsin grandes conexiones.

Finalmente, el matrimonio secelebró el 30 de enero de 1943en la iglesia de los SSCC de laAlameda. Después de una lunade miel que los llevó a Quilpué,Viña del Mar y el fundo El Trapi-

che en Talca, los Pinochet Hiriartvivieron por un corto período encasa de los padres de la novia,hasta que arrendaron un depar-tamento en Santiago (calle Die-ciocho con Las Heras).

La primera hija de la pareja lle-garía a fines de ese año y seríaseguida por cuatro más. Hastaque en 1971 se asentó definitiva-mente en Santiago, la familiaPinochet Hiriart fue destinada adistintas ciudades del norte delpaís y también, entre 1956 y1959, a Ecuador.

Aunque la vida del matrimonioPinochet Hiriart cambiaría brusca-mente en 1973, la relación entreambos cónyuges siempre se man-tendría firme. Como afirma el his-toriador Gonzalo Vial, por más de60 años, “con carácter voluntario-so y resuelto, una energíainexhaustible y los errores y vacíospropios de todo ser humano,(Lucía Hiriart) sería consejera ydefensora decidida y serena, yapoyo constante e imperturbableen los momentos buenos omalos” de Pinochet.

La influencia de Lucía HiriartAugusto Pinochet y ella se casaron en enero de 1943

pero no destacada, estudioso, tra-bajólico, excelente para mandar yobedecer, un ejecutor insuperablede directivas ajenas, fiel, silencio-so, disciplinado, que nunca deli-beraba, sin ambiciones, sin ideaspropias ni vuelo personal... el ayu-dante por naturaleza”, su esposajugaba -en palabras de Moy deTohá, quien la conoció de cercaen el tiempo en que su maridoJosé fue ministro de Defensa delgobierno de la Unidad Popular-“el rol de la madre modelo y de ladueña de casa perfecta. Hablabade los niños, de que a Augusto legustaba la cebolla frita al estilonorteamericano, de que a Jacque-line, la más chica, le tenía que

� Los Pinochet Hiriart supieron de altibajos: vivieron como unatípica familia de clase media hasta 1973, fueron omnipotenteshasta 1990, intocables hasta 1998 y sufrieron el abandono demuchos de sus cercanos después de la detención en Londres,

los juicios por violaciones a los derechos humanos y lasinvestigaciones por el caso Riggs.

� La familia terminó dividida, con fuertes diferencias entre loscinco hermanos por las preferencias del padre, los celos queéstas originaban y los afanes de protagonismo que persiguió

cada uno de ellos.

EL TENIENTE AUGUSTO PINOCHET se casó con Lucía Hiriart, hija de unconocido político radical, en la iglesia de los SSCC de laAlameda, en Santiago.

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LA TERCERA Lunes 11 de diciembre de 2006 49

tenía un grado militar más queAugusto en mi casa”.

El golpe de Estado también cam-bió las vidas de los hijos del gene-ral. “Si no hubiera pasado lo quepasó, yo habría sido una burguesaacomodada como cualquiera (...)Pero al entrar mi padre a la esfera

Vivimos una crisis y se dividió lafamilia”.

El retorno del general a Santiagomotivó la multiplicación de losrecursos legales en su contra y laconsolidación de Marco Antoniocomo el vocero más articulado dela familia, pese a que ello no lesgustó a los otros hijos, que todavíaaspiraban a ejercer una influenciaen su padre. No siempre esa dispu-ta jugó a favor del ex comandanteen jefe del Ejército. En 2003, cuan-do Jacqueline gestionó una entre-vista televisiva del general al canal22 de Miami, el efecto fue devasta-dor: los querellantes la utilizaroncomo prueba de que el ex militarestaba en condiciones de enfrentarun juicio y la Corte Suprema aco-gió el argumento.

A medida que el ex gobernantese iba quedando sin apoyos políti-cos y de que su salud se iba resque-brajando, el rol de la familia en sudefensa fue incrementándose.Cuando en 2004 una investigacióndel Senado norteamericano revelóla existencia de las cuentas en elBanco Riggs, Pinochet fue repudia-do incluso por muchos de quieneshabían sido sus más fervientes par-tidarios. Cada vez más solo, serefugió en su familia, pasando lar-gas temporadas en la residencia deLos Boldos, en Bucalemu.

La investigación por las cuentasdel Riggs terminó involucrando ala familia. El juez Sergio Muñoz-el primero en tomar la causa-

estableció que las inversiones enel extranjero de los PinochetHiriart totalizaban US$ 27 millo-nes. El peor golpe para Pinochetfue el procesamiento de LucíaHiriart y Marco Antonio en agos-to de 2005 como cómplices deevasión tributaria.

En medio de la presión de los tri-bunales, el general emitió uncomunicado en el que asumía“toda la responsabilidad por loshechos que investiga el ministroseñor Muñoz y niego toda partici-pación que en ellos pueda corres-ponder a mi cónyuge, mis hijos ymis colaboradores más próximos”.Más tarde, a comienzos de 2006, eljuez Carlos Cerda procesaría a todala familia por evasiones tributariasde distintos montos. Acusando unmaltrato por parte del magistrado,Inés Lucía Pinochet huyó a EEUU,donde, luego de pedir asilo, retor-nó a Chile a ser notificada de suprocesamiento.

El inesperado viaje de la hijamayor de Pinochet puso en evi-dencia hasta qué punto los inte-grantes de la familia se sentíanahora desamparados.

Las cosas habían cambiadomucho desde aquel 11 de sep-tiembre de 1973. Tanto, queAugusto hijo, meses antes de lamuerte de Pinochet, habíacomenzado a vender recuerdos ybienes que la familia guardaba enla residencia de Bucalemu y laparcela de El Melocotón.

menor, Jacqueline (1959), fuesiempre la más cercana a su padre.

Para ninguno de ellos fue fácilser hijo de Pinochet. “Mi papáconfía más en sus militares que ensus hijos”, se quejó Inés Lucía. “Megustaría creer que nadie me va aperseguir por mi apellido”, dijoMarco Antonio después de queestallara el caso Riggs. La alta expo-sición y el poder absoluto del quegozaron tuvieron un costo perso-nal. Lucía enfrentó agudas polémi-cas políticas. Marco Antonio se vioenvuelto en un accidente automo-vilístico en el que falleció su acom-pañante. A fines de los 80, Augustorecibió US$ 3 millones por la ventade la empresa Valmoval al Ejército,en una transacción que más tardesería conocida como el caso de los“pinocheques”, que terminósobreseído en 1995, luego del“ejercicio de enlace” de 1990 y del“boinazo” de 1993.

Crecen las diferenciasDurante todo este período, la

relación entre los hijos de Pinochetfue afectada por los celos y las riva-lidades mutuas que despertabanlas preferencias paternas. CuandoPinochet abandonó el poder en1990, las relaciones entre varios deellos ya estaban quebradas y algu-nos se radicaron en Estados Uni-dos. La detención en Londres, enoctubre de 1998, hizo ostensibleslas diferencias, pese al objetivocomún de traer de vuelta a Pino-chet, quien pasó 503 días recluidoen la capital británica junto a sumujer, quien se mantuvo a su lado.Según Inés Lucía Pinochet, duran-te la detención de su padre enGran Bretaña los hijos “tuvimosposiciones radicalmente distintas.

“Si no hubiera pasado loque pasó, yo habría sidouna burguesa acomodadacualquiera. Pero nuestrospapeles se alteraron”,señaló Inés Lucía Pinochet.

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Marco Antonio(1958)� El menor de los hijos varoneses hoy el principal vocero de lafamilia. En su juventud se vioenvuelto en un accidente en elque resultó muerta su acompa-ñante. En 1981 viajó a EE.UU., don-de residió hasta 1987. Ganó prota-gonismo tras la captura de supadre en Londres y se ha vistoenvuelto en la investigación porlas cuentas en el Banco Riggs, enla cual se encuentra procesado.Según un informe del Senadonorteamericano conocido en2005, mantuvo numerosas cuen-tas en EE.UU.

Jacqueline (1959)� Siempre se dijo que el generalPinochet tuvo una especial debili-dad por su hija menor, lo cualgeneró roces con los demás Pino-chet Hiriart. Casada en tres oca-siones, vivió una corta tempora-da en Estados Unidos a principiosde los 90. Le fue levantado el pro-cesamiento dictado por el minis-tro Cerda por evasión tributaria.

Verónica (1948)� Fue la que cultivó el más bajoperfil de todos sus hermanos. En1969 se casó con Julio PonceLerou, de quien se separó en1995. En 2006 fue procesada poruna evasión tributaria de $540mil por el juez Carlos Cerda.

Inés Lucía (1943)� La hija mayor es la que tuvouna presencia más activa duranteel gobierno de su padre. Inicial-mente cercana a la DC, derivó aposiciones nacionalistas. Casadaen cuatro ocasiones, ha reconoci-do que entre 1973 y 1990 secometieron abusos. En 2006, trasser procesada por el juez CarlosCerda, buscó fallidamente asiloen EEUU, país donde residió enlos 90.

Augusto (1945)� La vida del mayor de los hom-bres cambió en 1974, cuandosufrió un accidente en el Ejército.Perdió estabilidad y debió partir aEstados Unidos. En 1989 recibióUS$ 3 millones por la venta deValmoval al Ejército, transacciónque dio origen al caso “pinoche-ques”. Separado y en constantesapuros financieros, enfrenta pro-blemas con la justicia por recep-tación de vehículos robados ytenencia ilegal de armas.

Lucía Hiriart (1922)� Casada en enero de 1943 conPinochet, Lucía Hiriart se convir-tió 30 años más tarde en PrimeraDama. Ejerció ese rol desarrollan-do una amplia labor social y sinaceptar interferencias. Su fuertecarácter le entregó gran influen-cia sobre su esposo. Aunquesiempre afirmó que no tuvo nadaque ver con la forma en que sumarido manejaba su dinero, fueprocesada dentro del marco delcaso Riggs.

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del poder, nuestros papeles se alte-raron”, señaló en 2000 Inés Lucía,la mayor de los Pinochet Hiriart.Ella (nacida en 1943) fue la quemostró un papel político más acti-vo. A fines de los 60 había trabaja-do como secretaria de BelisarioVelasco, entonces gerente generalde la ECA, quien la describió como“leal, seria y eficiente”. Durante elrégimen militar se alineó con losgrupos nacionalistas que lo apoya-ban. El segundo hijo, Augusto(1945), era teniente cuando se pro-dujo el 11 de septiembre. Un acci-dente que sufrió en 1974 lo obligóa recibir atención en California. Deahí en adelante perdió estabilidady vivió entre Estados Unidos yChile. La tercera hija, Verónica(1948) fue la que mantuvo siempreel más bajo perfil, mientras queMarco Antonio (1958) vivió unaagitada juventud y también residióen EE.UU. entre 1981 y 1986. La

Las relaciones entre los hijos se hicieron tensas.Durante la detención de su padre en Londres “vivimos una crisis y se dividió la familia”, dijo uno de ellos.

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LA TERCERA Lunes 11 de diciembre de 200650

Patricio Aylwin inició, el 22 demayo de 1993, una gira porEuropa en su mejor momento. ElPresidente era popular, la econo-mía crecía y la tensión cívico-militar se había distendido, alpunto que el general Pinochethabía concurrido por primeravez a presenciar el discurso deAylwin el 21 de mayo. Un son-riente Enrique Krauss asumió lavicepresidencia.

Pero el ambiente de optimis-mo cambiaría bruscamente lamañana del viernes 28. Ese día,cuando Pinochet leyó la portadade La Nación (“Reabren casocheques del hijo de Pinochet”),se enfureció. El diario se refería ala investigación judicial iniciadaen el Quinto Juzgado del Crimena instancias del Consejo deDefensa del Estado un mesantes. Rápidamente, el coman-dante en jefe se reunió con unacuarentena de generales en eledificio de las Fuerzas Armadasen calle Zenteno, mientras afue-

ra montaban guardia unidadesde elite vestidas con atuendo decombate y boinas negras. El“boinazo” estaba en marcha.

Aunque en un principio lasdemandas del general al gobier-no eran pedir una rectificacióndel titular de La Nación y per-suadir al CDE para que nosiguiera adelante en tribunalescontra Pinochet hijo, pronto elpetitorio se amplió a decenas detemas. Por supuesto, en primerlugar estaban los numerosos jui-cios por causas relacionadas a laviolación de los derechos huma-nos. Más atrás figuraban laremoción del ministro de Defen-sa, Patricio Rojas, la detenciónde la propuesta de reforma a laLey Orgánica Constitucional delas FFAA, una mejora en lasremuneraciones, etc. Por el Eje-cutivo negociaban Krauss y elsecretario general de gobiernoEnrique Correa, mientrasAylwin continuaba su gira porEuropa para dar una señal de

Boinas negras en las calles

En diciembre de 1990, AugustoPinochet protagonizó uno de losmomentos más tensos de la transi-ción. Una comisión de la Cámara deDiputados inició una investigaciónrespecto de tres cheques por 971millones que el Ejército le había can-celado en 1989 a Augusto PinochetHiriart. El hijo del comandante enjefe del Ejército fue citado a declarar.

La alerta entre los hombres dePinochet alcanzó los más altos deci-beles. Las repercusiones no sólo toca-ban la imagen pública del ex manda-tario; sería muy difícil justificar loscheques al interior del Ejército. El 10de diciembre, Pinochet reaccionóante los hechos diciéndole al generalJorge Ballerino la frase con quedurante décadas había soñado laConcertación:

-Bueno, si el precio de todo es... Alo mejor podría pensarse en el reti-ro... Quizás cuando se vaya Aylwin,los dos juntos...

Era la primera y última vez en 17años que el general hablaba de aban-donar. Pero el mal manejo del

El día enque ofreciórenunciar

“EL BOINAZO”: elsegundo momentode máxima tensióndurante el gobiernodeAylwin tuvo lugar

cuando elPresidente estabade gira por Europa.

normalidad. Por el Ejército,Pinochet y el general JorgeBallerino. Acordaron crear comi-siones para analizar y resolverlos problemas, con lo cual se diopor superado el incidente. El 1de junio el movimiento llegó asu fin.

Al terminar su gira, ya devuelta en Chile, Aylwin se reu-nió con Pinochet en dos ocasio-nes y lo increpó duramente.Pero el general había consegui-do su objetivo primordial: elcaso Pinocheques no volvería adarle problemas. Un mes des-pués del boinazo, fue pasado alSegundo Juzgado del Crimen,donde registró escaso movi-miento. En julio de 1995, des-pués de que un grupo de milita-res celebrara un “picnic” en lasafueras de Punta Peuco, el Presi-dente Eduardo Frei le pidió alCDE que no apelara el sobresei-miento de la causa dictado porla justicia. En agosto, el caso secerró definitivamente.

COMO“EJERCICIO DE

SEGURIDAD,alistamiento y

enlace”denominóel Ejército la

muestra de fuerzade Pinochet a La

Moneda por elcaso

“Pinocheques”.

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de Pinochet en democracia

1990-2006: de las demostraciones de fuerza al declive

� Desde el “ejercicio de enlace” en diciembre de 1990 hasta la revelación de la existencia de sus cuentas secretas en el Banco Riggs, en julio de2004, pasando por el “boinazo” de 1993, su retiro y su detención en Londres en 1998 y la avalancha de querellas criminales en su contra a partirde ese año, el otrora omnipotente jefe militar pasó de demostrar su fuerza a las autoridades electas a ver crecer su aislamiento y su soledad enpolítica. Estos son los hitos de ese proceso.

Seis episodios clave

ALEJ

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ALTE

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VO

gobierno impediría que se concretarala renuncia

Cuando el ministro de Defensa,Patricio Rojas, tomó el caso, todoabortó. Su nula capacidad negocia-dora y el errado diagnóstico de queestaba frente a un hombre derrotadolo llevó a adoptar una posturaintransigente: exigió el retiro dePinochet para abril de 1991, un pla-zo muy lejos de los planes delgeneral.

A las 5 de la tarde del 19 dediciembre, Pinochet tomó otro cami-

no. Después de despedir a sus aseso-res diciéndoles “ustedes me handado una solución jurídica; yo tengootra”, se inició el acuartelamiento engrado “máxima emergencia” delEjército. Todos los oficiales fueronrequeridos a sus unidades. A las 7PM el acantonamiento se habíaextendido a la mayor parte del país.La opinión pública fue informada alanochecer por un nervioso ministroRojas.

La tensión comenzó a decaer pasa-da la medianoche. El ministro Enri-

que Correa y Ballerino sellaron unpacto al día siguiente: el general nosería afectado por la investigaciónparlamentaria. A las 10 de la mañanael Ejército dio por concluido el “ejer-cicio de seguridad, alistamiento yenlace” a través de un comunicadoen el que señalaba que “alcanzó enplenitud los objetivos perseguidos”.Aunque Pinochet hijo concurrió adeclarar en enero de 1991, el informede la comisión -aprobado con ante-rioridad por Ballerino- no hizo alu-sión alguna al comandante en jefe.

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LA TERCERA Lunes 11 de diciembre de 2006 51

“Aquí culmina mi carrera dearmas”, sentenció al borde delas lágrimas Augusto Pinochet.El general ponía así, a través delacto celebrado en la EscuelaMilitar, a 65 años de trayectoriacastrense. El 10 de marzo de1998, quien fuera comandanteen jefe por casi un cuarto desiglo entregó el mando a susucesor, Ricardo Izurieta.

Como en la mayoría de losmomentos trascendentes de laera Pinochet, hasta el últimominuto predominó la incerti-dumbre respecto de los pasosque seguiría el general. Despuésde una tensa y larga negocia-ción, Pinochet había accedido aretirarse el 27 de enero.

El acuerdo lo alcanzó con elministro Edmundo Pérez Yoma,con quien logró una alta sinto-nía política que le había costadono pocas críticas al titular deDefensa. Cuando éste recibió dePinochet la Gran Cruz de la Vic-

Adiós alEjército

LONDON CLINIC:el 16 de octubre de1998,Pinochet caíadetenido en el país

que más lefascinaba.No

regresaría a Chilehasta marzo de

2000.

Ningún otro país fascinaba tantoa Pinochet como Gran Bretaña.Por esa razón, el senador vitalicioescogió un hospital de Londrespara operarse una dolorosa herniacervical, pese a que su entorno leaconsejaba lo contrario. Existíanquerellas en su contra en España yun juez en especial, Baltasar Gar-zón, se mostraba muy activo. Pino-chet desoyó a sus asesores y se obs-tinó con el viaje, que inició a finesde septiembre de 1998. Un par desemanas después se internó en laLondon Clinic. El 16 de octubre,convaleciente y fuertemente seda-do escuchaba a un oficial deScotland Yard comunicarle suarresto debido a una petición emi-tida desde Madrid por Garzón.

Fue un golpe del cual nuncapudo recuperarse. El hasta enton-ces intocable ex gobernante se vioobligado a pasar 503 días detenidoen el Reino Unido. Sólo retornódespués de un tortuoso procesojudicial y de una resolución admi-nistrativa del ministro del InteriorJack Straw. Fue un período quedesató la euforia de sus detractores,la preocupación de sus partidariosy que puso en aprietos al gobiernode Eduardo Frei, que estuvo en laincómoda posición de tener quedefenderlo con el argumento deque los tribunales europeos notenían jurisdicción sobre él.

Después de que Pinochet atrave-sara por una serie de instanciasjudiciales que abrían la posibilidad

El peor de los traspiés

10 DE MARZO DE1998. Pinochet (deespaldas) entrega elmando a Izurieta alborde de laslágrimas.

Su llegada al Congresofue igualmentepolémica. Diputados dela DC presentaron unapetición de inhabilidadpara evitar queasumiera comosenador vitalicio.

toria días después de que elgeneral amenazara a dos sena-dores, un grupo de diputadosDC anunció que presentaríauna acusación constitucionalcontra el todavía comandanteen jefe.

Pinochet hizo saber entoncesal gobierno que postergaba suretiro, lo cual terminó por alejardel cargo a Pérez Yoma. Final-mente, Pinochet se acogió a“retiro absoluto” y su estandartede cinco estrellas fue arriado porúltima vez en la ceremonia de laEscuela Militar.

Un día después, la llegada alCongreso de Pinochet fue igual-mente polémica. Diputados dela Democracia Cristiana presen-taron una petición de inhabili-dad del general para evitar queasumiera como senador vitali-cio, aunque finalmente nada

pudo evitar su ingreso comomiembro del Congreso. Luegoinsistirían, acompañados porcolegas del PPD y el PS, a travésde una acusación constitucionalque no fructificó.

Desde un escenario distinto ydesconocido para él, el nuevoparlamentario ejercería unamermada -pero aún existente-influencia sobre la políticanacional.

Sus apariciones por Valparaísofueron escasas y sólo logró algu-na relevancia al negociar conAndrés Zaldívar el reemplazodel feriado del 11 de septiembrepor un “día de la unidad nacio-nal” que tuvo corta vida.

A partir de entonces el generalen retiro ya no contaría con eleje de su poder durante más dedos décadas: el mando delEjército.

de extraditarlo a España paraenfrentar a Garzón, Straw decidió,en enero de 2000, someterlo a exá-menes médicos. Los peritos con-cluyeron que no se encontraba encondiciones de encarar un juicio.El 2 de marzo, en consideración alinforme médico, el ministro britá-nico lo dejó en libertad. De inme-diato se activó un operativo paratraerlo de vuelta lo más rápidoposible. El general y sus familiaresabordaron el avión Aguila de laFach que esperaba desde hacía un

mes y medio en Inglaterra y rápi-damente dejaron Gran Bretaña.

Pinochet llegó a Chile el 3 demarzo de 2000. Lo esperaba unarecepción con alfombra roja y ban-da militar. El general (R) bajó delavión en silla de ruedas, pero tardópoco en caminar e incluso enlevantar los brazos en señal de vic-toria. Sin embargo, el retorno ledaría pocos motivos para celebrar:su salud estaba deteriorada, la dere-cha se había dado cuenta del costode apoyarlo, él había perdido suinfluencia política y enfrentaríauna avalancha de querellas.

Pinochet vivió el retorno como victoria.Pero su salud estaba deteriorada, laderecha le daría la espalda y él enfrentaríauna avalancha de querellas.

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Curiosamente, fueron los aten-tados del 11 de septiembre de2001 en EE.UU. los que permitie-ron descubrir las cuentas secretasque Pinochet tuvo en el BancoRiggs de Washington. Buscandoalgún vínculo con Al Qaeda, elsubcomité permanente de investi-gación del Senado de ese país sededicó a investigar las operacionesde las instituciones financieras y seencontró con los depósitos realiza-dos por Pinochet. El 15 de julio de2004, el subcomité dio a conocerla existencia de las cuentas y sostu-vo que entre 1994 y 2002 el bancoayudó al general chileno a escon-der US$ 8 millones. El juez SergioMuñoz, quien tomó la investiga-ción en Chile hasta que fue pro-movido a la Corte Suprema enjunio de 2005, llegó a establecer enUS$ 27 millones la fortuna perso-nal de Pinochet. El magistradoalcanzó a pedir el desafuero dePinochet, el que fue concedidocuando el juez Carlos Cerda ya sehabía hecho cargo de la causa. FueCerda quien procesó a Pinochet en

Riggs: el golpe final

Después de que el 12 de enerode 1998 la dirigenta comunistaGladys Marín presentara la prime-ra querella criminal contra Augus-to Pinochet, cientos de accionessimilares coparon los tribunales.Tantas, que la justicia debió divi-dir las causas entre dos jueces:Juan Guzmán Tapia y VíctorMontiglio. A su retorno de Lon-dres, Pinochet se encontró conque no sólo había perdido poder einfluencia, sino también con queesto se reflejaba en la avalanchade acciones penales en su contra.Desde ese momento, el ex gober-nante se vio rodeado de abogadosque hicieron frente a las denun-cias por violaciones a los derechoshumanos.

Pinochet fue desaforado porprimera vez en agosto de 2000por la Corte Suprema y procesadoluego en diciembre de ese año porel ministro Guzmán en el casoCaravana de la Muerte. Y aunqueel máximo tribunal lo sobreseyó

en 2002 por demencia moderada,una entrevista que concedió elgeneral el año siguiente a uncanal de televisión de EE.UU. sir-vió a sus querellantes como argu-mento para demostrar que estabaen condiciones de enfrentar uninterrogatorio. Vinieron nuevosdesafueros y nuevos procesamien-tos.

Frente a la ofensiva legal de susdetractores, Pinochet siempremantuvo que él nunca ordenótorturar ni matar a nadie, aña-diendo que, si se produjeron crí-menes, éstos se debieron a “exce-sos” de subalternos. Ello lo llevó aperder respaldo entre los cientosde uniformados que enfrentabanjuicio por causas por violaciones alos DDHH. El choque más signifi-cativo lo tuvo con el generalManuel Contreras, quien inclusoen noviembre de 2005 sostuvo uncareo con Pinochet ante el juezMontiglio en el proceso por elcaso Colombo. Justo un año

Avalancha entribunales

Pinochet sumaba cerca de400 querellas y estabaprocesado por tres casos deDDHH y un delito tributariopor las cuentas del Riggs.

Seis episodios clave

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antes, Contreras había señaladoque le “hubiera gustado que Pino-chet dijera lo mismo que el gene-ral Juan Emilio Cheyre”, despuésde que éste señalara que hubo res-ponsabilidad institucional delEjército en los atropellos a losderechos humanos durante elrégimen militar.

INTERROGATORIOS EN LA DEHESA: la escena se repitió con los jueces Guzmán,Muñoz, Cerda y Montiglio

noviembre de 2005, acusándolo decuatro cargos (actualmente semantienen sólo dos procesamien-tos), y quien más tarde tambiénhizo lo propio con la familia del exgobernante.

La revelación de las cuentas enel Riggs (luego se supo de otras envarios bancos de EE.UU e incluso

de Europa) cayó como una bombaen Santiago. Las acusaciones abrie-ron un nuevo flanco hasta enton-ces no expuesto para Pinochet: elde la probidad. Antes de 2004, elgeneral y sus adeptos habían soste-nido que éste había salido delgobierno con el mismo patrimo-nio con el que entró. Pero esa per-

cepción se derrumbó tras el descu-brimiento de las cuentas, pese aque la familia insistió en que lafortuna se debía a donaciones.Muchos partidarios del ex coman-dante en jefe del Ejército se mos-traron desilusionados y el aisla-miento de Pinochet se acentuóaun más.

Las acusaciones provenientes de EEUUabrieron un nuevo flanco para Pinochety su entorno: el de la probidad, que habíaestado ausente durante sus primeros 14años fuera del poder.

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LA TERCERA Lunes 11 de diciembre de 2006 NACIONAL 53

Efectuar un balance es siempreazaroso; tratándose de la his-toria, que tiene tantas caras,puede resultar artificial.

Entendiendo, sin embargo, que esuna manera de pensar nuestro pasadoinmediato, podría señalar lo siguientecomo los elementos de juicio másrelevantes.

Enfocaré a Augusto Pinochet, quienacaba de fallecer, actor insustituibledel gobierno militar, pero no su únicomotor. La intervención militar queculminó el 11 de septiembre fue pro-ducto de la más grave crisis política ydel Estado en la historia republicanadel país. No es extraño, entonces, quelo que parecía “normal” se haya des-carrilado y que hoy día provoque latotal incomprensión y, muchas veces,total repudio moral.

Sin Pinochet, es probable que laJunta de Gobierno hubiera seguidolas pautas de otras juntas de la histo-ria latinoamericana: junto al poderpolítico total, caos organizacional ycarencia de estrategia política. Por lodemás, fue el caso chileno en1924/25 y 1931/32.

Pinochet, quien se había manteni-do en la penumbra hasta poco antesdel 11, desarrolló una ambición des-mesurada, de la que al parecer antesnadie se había dado cuenta. La mis-ma ambición le sirvió de disciplinapara organizar al gobierno no comomero uso del poder, sino con unafinalidad o “proyecto”. Su legitima-ción estaría en servir a una idea paraorganizar al país.

* Historiador

cional que, junto a las transformacio-nes económicas y sociales, fue una res-puesta aproximadamente acertada alas necesidades del mundo de hoy.

Parcialmente, entonces, estuvo enla estela de Prieto y Portales. Estolegitimó una parte sustancial de laactuación del gobierno militar y, enmenor medida, al mismo Pinochet.Pese a estar lejos del tipo del caudillolatinoamericano fútil, o del dictador

Sin Pinochet, es probable que la Junta de Gobierno hubieraseguido las pautas de otras juntas de la historia latinoamericana:junto al poder político total, caos organizacional ycarencia de estrategia política. Por lo demás, fue el caso chilenoen 1924/25 y 1931/32”.

pias, con una transformación que lepermitió adaptarse exitosamente alentorno que apareció con el cambiode siglo hacia el 2000. En los momen-tos de indecisión -también en suserrores- estuvo Pinochet, y su apuestapor jugarse a una carta de manera sis-temática. Puso la autoridad al serviciode una transformaciónmodernizadora. No erael punto omega de laexistencia del país, peroeste cambio ayudó deci-sivamente al país aenfrentar la realidad tandiferente del nuevo siglo.

En el mundo, Pinochetes el autor de un “golpe”,y un déspota por antono-masia. Pero dentro deChile, sin los abusos dehechos como la Caravana de la Muer-te, y la Dina, incluyendo casos comoel del general Prats (los hechos de los‘80 pertenecen, a mi juicio, a otro con-texto), si hubiera tenido la genialidad,el tino y la conciencia de los límites, yhubiera podido evitar esto -como engran medida sucedió a partir de 1978-el 11 se aplaudiría, o se comprendería,o se perdonaría. Porque al final seemprendió una construcción institu-

Si Pinochet fue un actor destacado,¿cómo lo logró, aparte de tener elpoder total? No bastaban las armas.La Dina casi lo derrumba por sus con-secuencias, y su herencia está destru-yendo su imagen. Su capacidad pro-vino de un extraño talento, con gra-ves limitaciones, pero talento sobresa-liente al final de cuentas.

La disciplina militar que bebió des-de su adolescencia debe haber obra-do; la energía con que animó algobierno -rara vez vista anteriormen-te- hasta el final de los casi 17 años.Lo ayudó también su ambición deidentificarse con una nueva etapaque perdurara más allá de él, aunqueentretanto él debía estar ahí hastaprácticamente el final de su vida.Mostró inusual capacidad como polí-tico, para conocer instantáneamentea su interlocutor y percibir la realidadíntima de los chilenos en lo que serefiere a su relación con el poder.Simon Collier y William Sater capta-ron bien este elemento, muchas vecessoslayado, de que era un dictador,pero “un dictador chileno”, en susvirtudes y defectos. Entre estos últi-mos, se le escapó la desmesura y ello,con toda probabilidad, va a enturbiarel recuerdo de su imagen.

totalitario que convierte todo enestructura de poder, compartió algu-nos rasgos de ambos.

Hay una desmesura en Pinochetque se refleja, en primer lugar, en ins-tituciones como la Dina, donde existeun sesgo revolucionario, nihilista, unalógica de exterminio, aunque menor

de lo que se ha dicho.Hubo una desmesura enel personaje provisto delpoder total, de confusióndel hombre con el Esta-do. También en que hizodepender el “proyectoinstitucional” por llamar-lo de alguna manera, desu propia persona,poniendo en grave riesgoel futuro del país. MarioGóngora habló en 1984

acerca del afán de Pinochet “por per-durar”. A Pinochet no se le ocurrióaquello de la “impersonalidad”, comonombrar a otro candidato para el ple-biscito de octubre de 1988, quehubiera tenido probabilidades deganar. Su nombre debía estar en pri-mera plana, y su familia se hizo notardemasiado para la tradición chilena.Se ascendió y se condecoró a sí mis-mo. De ahí a las “cuentas en el Riggs”,no había más que deducir. Lo quelogró en términos creativos, lo hizoporque encontraba límites. Entonceshacía gala de su ingenio político. En laeconomía había una realidad inexora-ble, y confió en un grupo de expertosque tenía una estrategia realista, consu cuota de embriaguez también. Suidea de repetir a Franco topó con laoposición internacional, y adoptó lade Jaime Guzmán y de otros deencontrar un camino intermedio: unademocracia con fuertes restricciones.A pesar de desconocer el carácter de lapolítica mundial, mostró un extraor-dinario realismo, y hasta genialidad,en la cuasi guerra con Argentina en1978: la genialidad de ser a la vez fir-me y consecuente, de ser también fle-xible, diestro en la maniobra. Después,la crisis interna y la atmósfera de rebe-lión de inicios de los 80 lo llevaron a

Siempre se pone el acento en lasreformas económicas y en sus sucesi-vas fases. Pero allí hubo sufrimiento;sobre todo es difícil pensar que nopudo hacerse nada para evitar caídasdel producto tan terriblemente pro-nunciadas como las de 1975 y 1982.La diferencia con el resto de AméricaLatina no fue sólo lo que en los 90 sellamó el “modelo chileno”, sino que elpaís aprendió a vivir de fuerzas pro-

aceptar un plebiscito de verdad. Alperderlo, y al aprender sus adversariosde qué se trataba la política de fin desiglo, se salvó lo positivo del gobiernomilitar. Después de la derrota, se avi-no a la Gran Transacción, que a míme parece un momento de particularacierto en la historia de Chile del sigloXX: la transición a la democracia ple-na, con restricciones bastante meno-res. Su mismo éxito conllevaba laderrota que se presencia a partir de1998. En un país “normal” no sepodían aceptar la violencia y el cri-men; además, está aquello que “delárbol caído...”.

La misma ambición desmesuradaque tuvo Pinochet le sirvió dedisciplina para organizar al gobiernono como mero uso del poder. Sulegitimación estaría en servir a unaidea para organizar al país”.

O P I N I O N D E J O A Q U Í N F E R M A N D O I S *

Talentoso y desmesurado

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O P I N I O N D E C A R L O S H U N E E U S *

La figura del general Pino-chet estará presente en lahistoria de Chile pormucho tiempo, porque su

nombre seguirá asociado a unrégimen rechazado en el mundopor la durísima represión, concerca de tres mil muertos, conatentados que costaron la vida algeneral Carlos Prats y su esposaen Buenos Aires, que fueracomandante en jefe del Ejércitodurante el gobierno del Presiden-te Allende, de Orlando Letelier,en Washington DC, que fueministro de éste, y el frustradocontra el DC Bernardo Leighton ysu esposa en Roma, fundador dela DC y ex ministro del Interiordel gobierno de Eduardo FreiMontalva (1964-1970). Estasacciones fueron realizadas por laDina, una organización criminaldirigida por el general ManuelContreras. En los años 80, laDirección de Inteligencia del Ejér-cito (Dine) realizó tareas represi-vas, como el asesinato del diri-gente sindical Tucapel Jiménez en1983 y existen fundados temoresque intervino en la muerte del exPresidente Frei en 1982, que falle-ció a consecuencia de una opera-ción relativamente simple.

El rechazo internacional -justifi-cado por él y sus numerosos cola-boradores civiles como expresiónde la decadencia de las democra-cias occidentales, que estabanbajo la influencia de los comunis-tas- condujo a su humillantedetención en Londres en 1998 y auna batalla judicial que perdió alser desaforado por la Corte Supre-ma, teniendo que ampararse ensu deterioro mental por senilidad.En los últimos años de su vida elSenado de EE.UU. descubrió quetuvo millonarias cuentas secretasen el Banco Riggs de WashingtonDC, lo que cayó como una bombade racimo entre sus partidarios,convencidos que fue un Presiden-te honesto. Ellos justificaron losatropellos a los derechos huma-

* Cientista político, director del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (Cerc)

las han formado por la socializa-ción familiar, la educación y lainformación entregada por losmedios de comunicación, espe-cialmente en los últi-mos años. Sus partida-rios han terminadoinhibiéndose deexpresar su admira-ción por él, porquecada vez aparecenmás condenables loshorrores.

La represión hadejado en un segundoplano la ambiciosatransformación eco-nómica neoliberalimpulsada por su régimen, y ella,en verdad, ha sido identificadacon los civiles que la impulsaron,“los Chicago boys”. Ella produjo

Junto a las violaciones a los DDHH se encuentra una figura política quetuvo la destreza para mantenerse en el poder por más tiempo que todoslos gobernantes en la historia de Chile. Ello no se explica sólo por la represión”.

Un general cubiertopor las sombras

una importante modernizacióneconómica, con importanteslimitaciones, porque fue impulsa-do por un régimen autoritario.

Por ejemplo, el des-mantelamiento delmovimiento sindi-cal por la reformalaboral de 1979 fueprecedido y acom-pañado por la repre-sión de los dirigen-tes de los trabajado-res. Sin Parlamento,ni prensa libre y conun debilitado movi-miento sindical, enun escenario sin

libertad política, el equipo econó-mico actuó con condiciones ópti-mas para producir “el milagroeconómico” y esconder sus debi-lidades y errores. Las privatizacio-nes de los años 80 fueron aprove-chadas por los altos ejecutivos delas principales empresas públicas,que las vendían y las comprarona bajo precio, convirtiéndose enflamantes “empresarios”. Sólo enRusia ha ocurrido una situaciónsimilar, cuando los funcionariosdel Partido Comunista se apode-raron de las empresas luego deldesplome de la Unión Soviética,para luego venderlas a inversio-nistas extranjeros, obteniendo

nos porque habría habido una“guerra civil larvada”, pero notoleraron que se haya beneficiadoeconómicamente. Es una penosainversión de valores.

Predomina entre los chilenosuna imagen negativa de Pinochet,aunque tiene una significativaminoría que lo respalda. En 1995,ante la pregunta (abierta) “cómopasará el general Pinochet a la his-toria” predominaron las respues-tas negativas, 38%, y hubo un sig-nificativo 22% que tuvo opinio-nes positivas. Los resultados del2004 mostraron un empeora-miento, que muestra que el tiem-po corre en su contra: las negati-vas subieron a 53% y las positivasdisminuyeron, aunque levemen-te, a 17%. Las críticas son predo-minantes entre los jóvenes, que

grandes utilidades.Los chilenos se preguntarán

cómo fue posible este régimenrepresivo y que Pinochet semantuviera en el poder por mástiempo que todos los gobernan-tes en la historia de Chile. La res-puesta no se encuentra sólo porla represión. Hay que considerarsus habilidades políticas y el res-paldo que le dio gran parte de laderecha, que lo apoyó en los tresplebiscitos que convocó para for-talecer su poder (1978, 1980 y1988). El mayor apoyo civil fue-ron “los Chicago boys” y “losgremialistas”, un influyente gru-po de poder bajo el liderazgo deJaime Guzmán, su principal ase-sor en temas políticos e institu-cionales, que reclutó centenaresde activistas desde la Universi-dad Católica, que controló desdesu dirección académica y sufederación estudiantil.

Pinochet supo mantener lacohesión y mística de la coalicióngobernante. Ninguno de susministros lo abandonó, como leocurrió al dictador Franco enEspaña (1939-1975). Pudo conse-guir la adhesión entusiasta deuna parte del pueblo, que conser-vó hasta su muerte.

Tuvo dos grandes aciertos: reco-nocer su derrota en el plebiscitode 1988, permitiendo el cambio ala democracia, y haber evitadouna guerra con Argentina en1978, buscada por la dictaduradel otro lado de los Andes.

Su muerte no significa quePinochet desaparecerá del escena-rio nacional, aunque no tendrá lafuerza que tuvo hasta el hallazgode sus cuentas en el Riggs. Man-tendrá partidarios pasivos, quedefenderán con discreción surégimen y guardarán silenciohacia su persona. Seguirá presen-te indirectamente por el impactode las consecuencias de sus políti-cas. Ahí están, todavía, la subor-dinación de la política al desem-peño de la economía; la críticaobsesiva a los partidos y la políti-ca, que ha debilitado la legitimi-dad de las instituciones democrá-ticas, especialmente el Parlamen-to y las enormes desigualdades,no sólo económicas, sino tam-bién de poder, pues los empresa-rios poseen poderosas organiza-ciones, que son ampliamenteconsideradas por la autoridad, ylos trabajadores carecen de ellas.La consolidación de la democra-cia requiere la eliminación deesas raíces autoritarias.

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O P I N I O N D E T O M A S M O U L I A N *

Para comprender a la dictadurachilena y a Pinochet, cabezavisible del bloque de clases,hay que decir sin ambages que

fue un político de fuste (y fusta).Pero un gran político maquiavélico,

uno de aquellos para quienes los obs-táculos éticos no existían, eran nega-dos por la razón de Estado.

Este individuo entró enla historia por los erroresde otros. Si el general Pratsy el Presidente Allendehubiesen conocido lacapacidad de traición dePinochet, éste hubiese ter-minado sus días como unoscuro general en retiro.

En la etapa decisiva desu entronización, el méri-to de Pinochet fue la simulación. Esmuy posible que ni él mismo supie-se lo que quería ese día de fines deagosto de 1973 en que el PresidenteAllende le confió la dirección delEjército.

Aparentó un apego irrestricto a laConstitución. Hasta los últimosmomentos, multiplicó ante el Presi-dente Allende las zalamerías delsubordinado que busca congratular-se con su jefe. Ese hombre de aspec-to romo, que gustaba fotografiarseocultando los ojos, había reciéncomenzado la ejercitación que loconvirtió en un maestro de conspira-

ciones aviesas. Desde la mañana deldía 11 empezó a actuar como perrode presa. No resulta extraño que sehaya referido al Presidente, antequien juró lealtad constitucional,como sólo puede hacerlo un hombrede espíritu vacío.

No es extraño entonces que esehombre que copió al Maquiavelo dela pura astucia, experto en el uso devenenos, de intrigas, del asesinato yasalto del poder, se haya convertidoya desde la misma mañana del día 11en un buitre entre los halcones. El fuequien insistió con más obstinaciónen el bombardeo de La Moneda,augurio de la destrucción institucio-nal y corporal que después vendría.

A partir de entonces Pinochetempieza a desarrollar el personajedel déspota revolucionario. Uso lapalabra revolucionario, que algunossuponen que sólo puede aplicarse alíderes progresistas de izquierda (¿ose equivocó entonces Marx en 1830,1848, 1871?), para caracterizar a

* Sociólogo

Un déspotasin moral

Estado y su patrimonio para salvarla banca amenazada, como tampocoen sacrificar a los dos principalesgrupos económicos, fuertementeendeudados con la banca extranjera.Todo esto lo realiza para preservar loesencial, la continuidad del mode-lo. En ese momento él encarnabala burguesía.

Múltiples indicios muestran queel día del plebiscito quiso descono-cer los resultados. Sólo la oposiciónconjunta de los otros jefes, y elhecho de que Matthei ya había

reconocido el triunfo de la opo-sición, impidieron que

este político maquia-vélico impusiera suvoluntad de ganar

como fuera.Pero así como la

suerte y el desconoci-miento de su oportu-nismo lo catapultaron a

la fama, su obstinación yla omnipotencia de quien

se cree tocado por unamano bendita lo arrastraron a

la humillación. El mismo sefue a colocar al alcance del juez

Garzón. La noche que los detecti-ves de Scotland Yard entraron asu pieza para notificarlo de sudetención, Pinochet vivió suprimera agonía.

La forma como enfrentaesa situación y los juicios cri-minales consiguientes mues-tran la falta de moralidad delpersonaje. Presiona, obligan-

do al gobierno a embarcarseen una estrategia aberrante quedesconoce los principios de unasana política de derechos huma-nos. Nunca alega su inocencia,

se conforma con ser sobreseídoen base a argumentos formales.Muere sin gestos de arrepenti-miento, ni siendo fiel a sus jura-mentos de soldado, degradandode paso a su institución. Quienno tuvo compasión con nadie nopuede esperarla para él.

Ni Pinochet ni su gobiernopueden ser juzgados sumando yrestando. ¿Cómo sería? ¿Diezpuentes y cien millones deinversión extranjera se colocanen haber y 30 desaparecidos endebe? Con ese criterio se podríallegar a beatificar a Stalin, elmodernizador de un gran impe-rio destruido por tres guerras.Para mí no existe en la gestiónde Pinochet ningún aspectoque se pueda salvar, porquetodos están contaminados porel uso bárbaro del terror. Sólopuedo reconocer que fue para

la realización de sus objetivos máseficiente que otros violadores de losderechos humanos. Reconocimien-to terrible.

Pinochet, pero sin separarla nunca dela otra, la palabra déspota. Sólo usan-do el terror se pudo comenzar latransformación de un capitalismoestancado en otro. La larga adminis-tración de este modelo permitió quehoy algunos vivan en el luminosomundo hiper moderno, la mayoría

en el mundo del empleosupraexplotado o preca-rio y el 20% en el univer-so del David Copperfieldde Dickens.

Es un delirio afirmarque Pinochet produjo lamodernización del capita-lismo chileno. El sólocreó, con ayuda del terrory su secuela el miedo, lasbases de un modelo de

desarrollo desigual, depredador, con-centrador de la pro-piedad y los ingresos,que se ha encargadode expandir la Con-certación.

Pero el éxito relati-vo del bloque pino-chetista en lo eco-nómico y el triun-fo en lo político(Constitución del80), así como la capaci-dad de expandir losvalores burgueses comonormas humanas, marcala diferencia entre Pino-chet y otros tiranos. Pino-chet se ha convertido en unespécimen que no deja indi-ferente a nadie. Sea paraodiarlo o para amarlo, secumple el adagio de que losvencedores escriben la histo-ria, aunque en este caso sólopodrán retocar de maneramínima la imagen gangrena-da del salvador de otrora. Perono merecería ni eso. Lo tendráporque los capitalistas chilenosse lo deben.

Reconocen que durantemuchos años los reemplazó en laempresa que les correspondía. Pino-chet para crear su mundo neoliberaltuvo que proceder a destruir cuerpos(¡pobres cuerpos!), instituciones,valores, arraigos, como el capitalis-mo lo viene haciendo desde sus orí-genes, consumiendo el cuerpo deltrabajador.

Ninguno de los grandes crímenescometidos fueron excesos. Se trató dela aplicación de una concepción sobreel ejercicio del poder, basada en laimportancia del efecto intimidatorio.

Esta mezcla de maquiavelismo yradicalidad también la aplica Pino-chet en el enfrentamiento de lascoyunturas adversas. En la crisis eco-nómica de 1982 probó que era eladecuado conductor para unmomento crítico en el desarrollo deuna dictadura con proyecto capitalis-ta. Demostró persistencia en los obje-tivos, pragmatismo y capacidad deprivilegiar los intereses de reproduc-ción del modelo por encima de losintereses de sus fracciones particula-res. No trepida en comprometer al

Pinochet muere sin gestos de arrepentimiento, ni siendo fiel asus juramentos de soldado. Quien no tuvo compasión con nadie nopuede esperarla para él”.

No es extraño que esehombre que copió alMaquiavelo de la puraastucia, experto en el uso delasesinato y asalto del poder,se haya convertido el 11 de septiembre en el buitre entre los halcones”.

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ABUSOS DE PODER: “Yo notolero las arbitrariedades, nilas injusticias, ni los abusosde poder. Cada vez que hetenido conocimiento de algu-

na acción en tal sentido, he dispuesto laaplicación de las medidas del caso”.

(22 de mayo de 1977)

ADIVINO: “Yo no soy Cassandra y no sécuál podrá ser el futuro; nadie puededecir qué pasará”.

(24 de mayo de 1991)

AFAN DE PODER: “Ustedes los jóvenesno deben echarse a perder. No vayan acometer el error de considerar la políticacomo un negocio, como lo han hechootros, a quienes sólo los mueve el afán depoder”.

(21 de agosto de 1985)

ALEGRIA DE VIVIR: “Tengo 60 años en lainstitución y no he conocido la juventudni la alegría de vivir”.

(24 de agosto de 1994)

ALERGIA: “Soy yo el que les produce aler-gia. Porque el comunismo es como unareligión y mientras no me vean muerto,ellos no van a estar contentos”.

(17 de junio de 1995)

ALLENDE, SALVADOR: “Fue un Presiden-te, trató de hacer lo mejor y no lo hizobien. (...) el problema fue que trató dehacerlo basado en ideologías extranjerasque no dieron resultado en Chile”.

(9 de septiembre de 1998)

AMBICIONES: “Soy un hombre viejo. Notengo grandes ambiciones en mi vida.Todo lo que hago es por mi país. He mos-trado una actitud de reconciliación, perono veo que sea recíproca”.

(Octubre de 1998)

AMBICIONES PERSONALES: “En cuantoa una posible candidatura presidencial,debo señalar que sólo me interesa Chiley que tengo muy claro que en cualquiermomento podría caer o morir. Lo queme interesa es realizar un gobierno nocon ambiciones personales, sino paralevantar a Chile”.

(15 de septiembre de 1979)

AMNESIA: “Todo se ha olvidado en estepaís... parece que una sombra de amnesiahubiese pasado por las mentes, y no hantrepidado en forma permanente en agre-dir a la institución”.

(24 de agosto de 1993)

ANALFABETOS: “Parece que estos señoresno saben leer. Que lean las declaracionesque desde Cuba hacen el comunista Cor-valán y el mirista Pascal Allende. Esto,señores, lo vengo diciendo desde hacemucho tiempo, pero ellos, por ingenui-dad o por ambición, no lo han queridoreconocer. Como nada aprendieron,entonces les volveremos a enseñar”.

(20 de agosto de 1985)

APELATIVOS: “Me tachan de asesino, fas-cista y delincuente”.

(21 de febrero de 1974)

ARELLANO, SERGIO: “...Arellano no esresponsable de lo del norte. Arrellano esamigo mío. ¡Era! amigo mío. Dejó de ser-lo porque se enojó conmigo. El era demo-crático de una manera y quería que yofuera democrático de su misma manera.Yo era tan democrático como él, pero éltiene su manera de actuar, yo la mía. Nopor eso he dejado de sentir afecto por él”.

(15 de septiembre de 1991)

ARRESTO EN LONDRES: “Fui arrestado

Durante más de tres décadas las frases y dichos de Augusto Pinochet coparon el escenario políticonacional. A través de ellas y de las reacciones que generaron se perfilan la personalidad y lasconvicciones del hombre, el político y el militar.

cuando tenía inmunidad diplomática co-mo jefe de Estado, como senador de la Re-pública y como jefe del Ejército. No estabaen Inglaterra como un vulgar bandolero”.

(18 de julio de 1999)

ATENTADO DE 1986: “Estamos en gue-rra. Tienen que entender que es unaguerra. Yo lo vengo hablando desde el11 de septiembre. No me creen”.

(8 de septiembre de 1986)

AYLWIN, PATRICIO: “Si Aylwin es Presi-dente nos diremos ‘buenos días’, ‘bue-nas tardes’, y si pregunta algo del Ejérci-to, le diré que todo anda bien. ¿Nosquiere echar a pelear usted?”.

(6 de junio de 1989)

BANDA PRESIDENCIAL:“Algunos jamás creyeronque me iba a sacar la banday me la saqué. Otra vez seequivocaron, y se van a

seguir equivocando”.(19 de agosto de 1990)

BARNES, HARRY: “Hubo un enviado deese país (Estados Unidos) que no hizo otracosa que hacer propaganda política paradestruir el gobierno, pero ya le dije adiós”.

(28 de noviembre de 1988)

BEATERIA POLÍTICA: “Pluralismo... plu-ralismo... Usted también está enferma depluralismo -dice riéndose-. ¿Sabe cómollamo eso yo? La beatería política (...) Asícomo la hay religiosa, la hay política.Casi todos los políticos son beatos de la‘democracia’; creen que el único sistemaque hay en el mundo es la democracia”.

(25 de julio de 1982)

BUKOVSKY, VLADIMIR: “No podría

silenciar ... el legítimo orgullo que sientocomo Presidente de Chile, frente al grantriunfo obtenido sobre el comunismosoviético, al obligarlo a liberar al intelec-tual disidente Vladimir Bukovsky”.

(2 de enero de 1977)

BUSCHMANN, SERGIO: “Nadie ha pen-sado que el señor Sergio Buschmanntrajo 60 toneladas de material bélico;fusiles, munición, metralletas, ametra-lladoras, explosivos... y no era para ir adivertirse en caza, para ir a disparar alblanco. Era para matar a ciudadanoschilenos, eso se nos ha olvidado...

(9 de noviembre de 1995)

CADAVERES DE DETENI-DOS DESAPARECIDOS:“Qué economía más gran-de” (cuando le informaronque había tumbas con dos

cadáveres).(8 de septiembre de 1991)

“¿Y cree que abrir las tumbas ayuda a lareconciliación nacional?... Me dicen que sehan encontrado cadáveres y qué les voy acontestar... bueno, felicito a los que estánencontrando cadáveres... Pude haber sidomuy duro en la respuesta... bueno, pocoatinada. Pero la pregunta también lo era.No me arrepiento nunca de lo que digo...pero no estaba despreciando, estaba con-testando, estaba desviándome. ¿Qué que-ría que dijera?, que me pusiera a llorar, oque exclamara; ¡ay, qué lamentable!Lamento que hayan puesto dos, ya”.

(9 de septiembre de 1991)

CANDIDATURA: “Aceptaría una candi-datura sólo si el pueblo lo pidiera. Estoycansado y ya tengo cumplida la etapa.Sólo si el pueblo lo pidiera, como cosa

irreparable, entonces podría ir a actuar”.(15 de junio de 1989)

CAPACIDAD DE PERDON: “Tengo facili-dad de perdonar, excepto cuando se tratade un problema de carácter nacional, unproblema que ataque al país, a la patria.Entonces no soy yo, no me afecta a mí,sino al país, y es distinto. Una traición queafecte al país no la podría perdonar”.

(6 de junio de 1988)

CARRERA MILITAR: “Yo no he escogidoninguna carrera política. Yo escogí la carre-ra de las armas y llegué a ser Presidente dela República por el destino”.

(6 de junio de 1988)

CARTA AL GENERAL GORDON: “Estas fal-sas patrañas son falsas de falsedad absolu-ta” (respecto a involucrarlo en la muertede Tucapel Jiménez).

(18 de septiembre de 1999)

CASO DEGOLLADOS: “Soy un enemigodel crimen y no lo apruebo... Los chilenosno matan cortando cuellos”.

(23 de junio de 1985)

CASO LETELIER: “El gobierno de Chilenada tiene que ver con el llamado ‘asun-to Letelier’...”.

(8 de mayo de 1987)

CATOLICO: “(Rezo) con la frecuencia quecorresponde a un buen católico. En lamañana, en la tarde y en la noche. Perome he alejado un poco de ciertas activida-des”.

(13 de junio de 1984)

CELEBRACION DEL ONCE: “Siempre vana recordar el 11 de septiembre como unafecha que es parte de la historia del país. Escomo cuando nace un hijo, que es parte dela historia de la familia, aquí nace un nue-vo Chile y es el que hoy tenemos”.

(9 de septiembre de 1998)

CHILE: “Quiero decir enfáticamente que yono tengo partido. Mi partido se llama Chi-le. Lo demás no importa”.

(29 de junio de 1985)

CIELO: “Me iré al cielo. ¿Dónde me habríaido según usted? ¡Al infierno! No, estétranquilo. Iré al cielo”.

(10 de julio de 1989)

CINCINNATUS: “Cuando Roma estabasitiada, fueron a buscarlo para salvar lapatria. Los mensajeros encontraron a Cin-cinnatus arando su tierra. Era un hombresencillo y de costumbres sobrias. Se puso suuniforme y entrando en campaña derrotóal enemigo. Se le rindieron honores, luegoregresó a su arado... Hay una segunda parte.Nuevamente Roma fue sitiada, y de nuevofueron a buscar a Cincinnatus. Pero estaparte yo no la he contado. Solamente la pri-mera”.

(2 de enero de 1989)

CNI: “Gracias a ellos hemos descubiertolas actividades ilícitas, el tráfico dearmas, sus planes. ¿Esto les molesta hoydía? Pero me encantaría conocer el nom-bre de un país civilizado que no tengaservicio de inteligencia”.

(2 de enero de 1989)

COHABITACION: “Yo jamás he empleadoesa palabrita francesa”.

(13 de junio de 1989)

APinochet de la

B C

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ZCOMANDANCIA EN JEFE DEL EJERCITO:“Me quedo como comandante en jefe delEjército porque tengo que asegurar la ins-titucionalidad de Chile (...) Por eso mequedo, para dar seguridad a lo que hay.Ahora, si no quieren seguridad, me voytambién... si no tengo ningún problema”.

(6 de junio de 1989)

COMUNISMO: “Los que están en contradel comunismo están junto a nosotros ylos que están a favor de esa ideologíaestán en contra de nosotros”.

(8 de octubre de 1983)

CONCERTACION DE PARTIDOS POR EL“NO”: “De los 14 partidos que están por el“No”, yo les digo señores que hay dos deellos que están bien y los otros 12 en forma-ción(...) Numerosos personajes del hampa,asaltantes de caminos, de bancos y rateros sereunieron para atracar un banco. Lo planifi-caron y estuvieron de acuerdo. Llegó el día ytuvieron éxito, robaron todo. Pero cuandoprocedieron a la repartija, el matón sacó unapistola y mató a varios y otro hizo lo propioy al final quedaron dos. Así va a pasar aquí,mis amigos. Los partidos políticos no seentienden entre ellos y se han entendidosólo para lo que van a hacer”.

(1 de marzo de 1988)

CONTINUIDAD: “El régimen va a conti-nuar mas allá de 1989, nosotros no vamosa entregar el gobierno por puro gusto”.

(11 de julio de 1986)

CONTRERAS, MANUEL: “Le creo a Con-treras, siempre le he creído. Eso no lo hedicho ahora, lo he dicho siempre”.

(4 de junio de 1995)

“Contreras no es un bandido. Fue unhombre que actuó en la defensa del país”.

(17 de junio de 1995)

CONTROL: “En este país no se mueveninguna hoja sin que yo lo sepa”.

(7 de octubre de 1981)

CORREA, ENRIQUE: “Si lo hubiera conoci-do cuando era Presidente, lo habría nom-brado ministro de lo que es actualmente:secretario general de Gobierno, porque esbastante hábil, inteligente y muy buenopara la dialéctica, y da vuelta las cosas... Esmuy asequible. Y es diablo. Tiene una facili-dad de dialéctica salvaje”.

(9 de septiembre de 1991)

DELEGACION DE FUNCIO-NES: “Delego trabajo, pero laresponsabilidad global la ten-go yo y debo asumirla”.

(25 de octubre de 1981)

DEMOCRACIA: “Chile volverá a su tradi-cional sistema democrático. No sé cuán-do, pero volverá”.

(17 de septiembre de 1973)

“Aquí hay democracia. La gente va dondequiere, lee lo que quiere y dice lo que quiere”.

(25 de julio de 1988)

DEMOCRACIA ORTODOXA: “No tengoconfianza en la democracia ortodoxa, por-que es demasiado fácil de infiltrar y des-truir”.

(9 de agosto de 1984)

DEMOCRACIA AUTORITARIA: “Haymuchas democracias... puede haber una

Aa lademocracia protegida como la que estamosestableciendo... Estamos en una democraciaautoritaria”.

(28 de junio de 1984)

DEMONIO: “El demonio es manejado porMoscú”.

(21 de diciembre de 1987)

DERECHA: “A la derecha la veo, lamenta-blemente, muy dividida y todos se conside-ran con condiciones para llegar a ser Presi-dente de la República. ¡Y para ser Presidentehay que tener muchas condiciones!”.

(15 de septiembre de 1991)

DERECHOS: “Entre asegurar los derechosde unos 10 mil disociados o garantizar losde 10 millones, no tuvimos duda”.

(Septiembre de 1977)

DERECHOS HUMANOS: “A cada rato salenlos derechos humanos. Bueno, y esto otrono pesa en la balanza. Todo lo que se hizono pesa. El otro día una señora periodista, aquien respeto mucho, me decía: pero laspobres madres que habían perdido a suhijo y al hijo lo llevaban preso y no volvíamás. ¡Chis, era que hubiera vuelto también!Si un bandido era, pues... ¡Un bandido,pues!”.

(8 de septiembre de 1993)

“Yo no conozco eso de los derechoshumanos. ¿Qué es eso?”.

(4 de agosto de 1995)

DESAPARECIDOS: “Las bajas fueron un he-cho bélico. En cuanto a los desaparecidos,no los hizo desaparecer el gobierno”.

(Octubre de 1983)

DESCONFIANZA: “Soy desconfiado por-que la vida le enseña a uno a ser descon-fiado. (...) Soy confiado totalmente conmi mujercita, mis hijos y mis nietos”.

(6 de junio de 1989)

DE BAJA: “En cualquier momentopueden darme de baja, pero trasmí hay otro que piensa igualque yo”.

(15 de julio de 1988)

DICTABLANDA: “Esto no hasido nunca una dictadura.Es una dictablanda”.(5 de septiembre de1985)

DICTADOR: “Fui sólo unaspirante a dictador. Siem-pre he sido un hombremuy estudioso, leomucho, especialmente his-toria. Y la historia nosenseña que los dictadoresnunca terminan bien”.

(Octubre de 1998)

DINERO: “La salud muybien. El dinero... corto,como siempre”.

(12 de septiembre de1993)

DOLOR: “En mi alma no exis-ten odios ni rencores. Es más, eldolor de quienes han sufrido nome fue ajeno en el pasado y menoslo es hoy. Lamento todas las situa-ciones de beligerancia y hechos deviolencia que lo causaron”.

(14 de septiembre de 1999)

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pueblo es capaz de muchas cosas y quelos va a repudiar”.

(9 de julio de 1988)

“Yo no (...) puedo adivinar si va a llegara la presidencia o no. Ahora, si llega ¿quéle vamos a hacer, pues?”

(1 de junio de 1989)

“Una persona capaz, inteligente, hábil...”.(26 de septiembre de 1997)

LEIGH, GUSTAVO: “Al general Leigh lotenían por hombre fuerte, decidido. Amí me agradaba que fuera así, un hom-bre tan valiente... No me siento ni indig-nado ni traicionado (por él), siento pena,que es distinto. Dolor de ver un generalactuando en esa forma... Yo no tengointerés en atacar al general Leigh”.

(28 de junio de 1984)

LEIGHTON, BERNARDO: “Señor, yocreo que usted está atrasado en noti-cias, porque salió en un diario que elseñor Leighton había sido atentado porun grupo de cubanos que se llama“Agrupación Cero”. Nosotros no tene-mos nada que hacer en este problema”.

(24 de noviembre de 1975)

LIBERTAD DE PENSAMIENTO: “Novamos a controlar la manera de pensar.Usted podrá pensar como marxista ocomo católico, pero no venga a aplicarsus ideas en forma negativa para las acti-vidades del país”.

(27 de septiembre de 1973)

LUCIA HIRIART: “(Ella ) me da cariño,

ECONOMIA SOCIALISTA:“¿Cuál política es mejor, lasocialista o la economía socialde mercado? La economíasocialista da trabajo, pero el

hombre no tiene nada”.(15 de septiembre de 1979)

EJERCITO ESTOICO: “El Ejército no deli-bera, en primer lugar. En segundo lugar,cuando está molesto es estoico, guardasilencio, (y en este momento) está guar-dando cierto silencio”.

(6 de septiembre de 1990)

EJERCITO CASTRADO: “Este Ejército(...) no es deliberante, estimados ami-gos, pero tampoco es castrado mental.Tenemos que pensar, señores. Cómono vamos a pensar”.

(8 de septiembre de 1993)

ENRIQUECIMIENTO: “Jamás me enri-quecí. Todos saben que hasta mi suel-do era donado”.

(24 de noviembre de 2003)

EXPECTATIVAS: “Hacia 1985 ó 1986 cadatrabajador chileno va a tener auto, casa ytelevisor. No va a tener Rolls Royce, perotendrá una citroneta del 75”.

(11 de septiembre de 1979)

EL MELOCOTON: “Han buscado enlodarmi nombre y el de mi familia, con unfamoso terreno que se compró única yexclusivamente para dar seguridad allugar donde voy a descansar a veces”.

(30 de mayo de 1984)

EL PODER: “El poder lo acepto como unanecesidad para poder gobernar. El poderpor el poder no me gusta”.

(5 de septiembre de 1988)

ENFERMEDAD CARDÍACA: “Me gustabacaminar y no tenía problema por el blo-queo de la rama derecha del corazón conque nací. Porque la rama izquierda es lamolesta... Es más grave”.

(6 de septiembre de 1992)

ESTADOS UNIDOS: “Ellos nunca hanganado una guerra. La Segunda GuerraMundial fue ganada por los rusos, lue-go la guerra de Corea la ganaron losrusos, en Vietnam los rusos vencieron,en Nicaragua, Rusia ganó. ¿Y en Irán,quién ganó? Good bye”.

(14 de septiembre de 1986)

FALLO SOBRE LAGUNADEL DESIERTO: “A mí seme cayeron las lágrimas detodo. De rabia, de indigna-ción, no indignación de

Argentina, indignación de los míos. Delos que tienen responsabilidad, que sonlos jefes de Estado”.

(9 de noviembre de 1995)

FREI MONTALVA, EDUARDO: “Teníamuchas reservas cuando voté por Freipara Presidente de la República. Perotuve que hacerlo para evitar a Allende.En política hay que elegir entre las posi-bilidades que se presentan, lo demás esser un iluso”.

(7 de septiembre de 1980)

FREI RUIZ-TAGLE, EDUARDO: “El Presi-dente actual es un hombre joven, inteli-gente y capaz como su padre”.

(26 de septiembre de 1997)

FUTURO PERSONAL: “Después de migobierno me veo como persona, nomás... escribiendo historia.Investigando”.

(13 de junio de 1984)

Pinochet de

GENERAL DE LOS POBRES:“He tratado de ser el gene-ral de los pobres, porquecomo soldado sé lo que sig-nifica tener frío y dormir en

el suelo”.(25 de julio de 1988)

GESTACION DEL 11 DE SEPTIEMBRE:“Muchas noches fueron de desvelos,meditando y pensando cómo tomar laresolución para no producir este quiebreque habría significado, sin lugar a dudas,la guerra civil en Chile”.

(23 de agosto de 1984)

GESTOS DE RECONCILIACION: “Qui-nientas mil veces he dicho que inicial-mente hubo excesos por A y por B. Eso lohe dicho siempre. No, más gestos no...¿Por qué vamos a lamentar, cuando nosquerían matar? ¿Qué vamos a lamentar?”.

(22 de septiembre de 1995)

GOBIERNO: “No estábamos preparados...la única diferencia es que nosotros loreconocemos, porque sólo decimos la ver-dad. Ninguno de los gobiernos anteriores,en lo que va del siglo estaba preparadopara gobernar cuando asumieron”.

(13 de noviembre de 1973)

GOBIERNO MILITAR: “Con los años, yno muchos, van a estar pidiendo quevuelva el gobierno militar”.

(2 de diciembre de 1989)

GOLPE DE ESTADO: “Corría la voz deque venía un golpe de Estado. De quién,pregunto yo, porque tengo que preguntar.No hay golpe de nadie (...) ¡Si aquí el úni-co que se podría sublevar sería yo!”.

(20 de agosto de 1985)

GUERRA CHILE-ARGENTINA: “No tene-mos ningún espíritu bélico. No he movi-do, bajo palabra de soldado, ninguna uni-

dad. Los pocos movimientos de tropasque se han hecho son los que correspon-den a esta época del año”.

(15 de enero de 1978)

GUERRILLEROS: “Nosotros no luchamoscontra gente desarmada, sin preparacióno inocente. Aquí en Chile había 15 milguerrilleros comandados por el generalcubano La Guardia, según declaró él mis-mo... esos hombres no habían venido aChile a jugar a las bolitas, sino a prepararmilicias para eliminar a un millón depersonas como decían ellos”.

(8 de septiembre de 1993)

HISTORIA: “La historia,maestra de la verdad, hasido llamada a repasar nues-tra obra y sabrá hacer justi-cia”.(13 de septiembre de 1995)

IGLESIA CATOLICA: “Esasdeclaraciones (del ComitéPermanente del Episcopado)me parecen re buenas, peroen ese problema yo no me

meto. Como ustedes han de saber, en losorígenes de la religión católica estuvieronsan Pedro y san Pablo. Estos dos caballe-ros se pelearon seis años y casi llegaron alas trompadas. Ahora, si esos santos varo-nes no pudieron ponerse de acuerdo, cal-cule para nosotros”.

(17 de agosto de 1988)

IMPERIALISMO SOVIETICO: “El imperia-lismo soviético jamás perdonará al únicoEstado del mundo que ha sido capaz deponer fin a un régimen marxista”.

(29 de diciembre de 1982)

INGLATERRA: “Inglaterra es mi país favori-to, el lugar ideal para vivir debido a su civi-lidad, moderación y respeto por las reglas”.

(Octubre de 1998)

IQUIQUE: “Iquique tiene un embrujoque atrae a pesar de sus limitaciones, escomo esas mujeres feas a las que uno lesva tomando cariño y al final las encuen-tra hermosas”. (22 de mayo de 1983)

JUSTICIA DIVINA: “Sólo espe-ro la justicia divina. Cuandouno está a punto de morir nomiente. Me afecta que los chi-lenos me odien, pero todo lo

hice por mi país”.(24 de noviembre de 2003)

KENNEDY, EDWARD: “Vamosa tener un cohete bueno,nacional y gracias a una perso-na que nos obligó a hacertodo lo que estamos hacien-

do en material bélico y estamos muy con-tentos. (...) Para qué lo voy a nombrar.Nos prohibió esto y lo otro. Es un gordo,guatón...”.

(3 de octubre de 1995)

LAGOS, RICARDO: “Hay untal Froilán que vocifera porcuatro y un “noble” que hacelo mismo. A estos caballerosles vamos a demostrar que el

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Ala a la ZPERDON: “¿Por qué tengo que pedirperdón? Si estuvieron a punto dematarme en el Cajón del Maipo. Sonellos los que me tienen que pedirperdón a mí. Ellos, los marxistas”.

(24 de noviembre de 2003)

PEREZ YOMA, EDMUNDO: “Es unhombre inteligente y criterioso. Por-que hay personas que siendo inteli-gentes son faltos de criterio...”.

(26 de septiembre de 1997)

PETICION: “Lo único que pido esque me recuerden como un chilenoque amó a su patria, luchó por ella ytrató de hacerla grande”.

(9 de septiembre de 1998)

PLEBISCITO 1988: “Sólo algunasmentes obcecadas desconocen el éxi-to de este gobierno. A estas alturasdel proceso político no resulta razo-nable visualizar un resultado negati-vo en el plebiscito...”

(12 de agosto de 1988)

POLITICA: “He sido antipolitiquero,antidemagogo. Pero político he sidodurante todo el gobierno; quiengobierna hace política”.

(28 de junio de 1984)

POLITICOS: “(Los políticos) sonunos caballeros que han estadocesantes durante los últimos onceaños y desean volver al poder y susprivilegios”.

(7 de agosto de 1984)

“A los políticos opositores les digodesde acá que ligerito los vamos amandar a sus covachas para que ter-minen sus problemas”.

(15 de junio de 1983)

POSTERIDAD: “Cuando termine mivida y esté al otro lado, me gustaríasólo que se dijera en este país que estehombre lo hizo bien. Nada más. Yono me creo nada. Me siento un hom-bre normal, un hombre que tuvosuerte, que el destino me puso unproblema y lo he resuelto con la ayu-da de la estrella buena que he tenidoy que Dios me ha ayudado”.

(8 de marzo de 1981)

PRATS, CARLOS: “Prats era amigomío (…) Yo le puse gente para que locuidara. Yo le facilité medios para quese fuera a Argentina. ¡Aquí sí que loquerían matar! ¡Aquí!”.

(15 de septiembre de 1991)

PRENSA INTERNACIONAL: “Creo quesi se juntaran todos los artículos quese han publicado sobre el que habla,sería un ser más diabólico que Satán,por todo lo que dicen de mí”.

(25 de agosto de 1981)

PRESIDENCIA DE LA JUNTA: “Yo fuielegido Presidente por ser el más vie-jo; en realidad es porque el Ejército esla institución más antigua y existe alo largo de todo el país. Pero no sóloyo seré presidente de la junta; des-pués de un tiempo lo será el almiran-te Merino, luego el general Leigh y asísucesivamente”.

(27 de septiembre de 1973)

PRESOS POLITICOS: “No tenemospresos políticos. Tenemos ‘trasladospolíticos’... Los detenidos políticos ytrasladados no alcanzan en estosmomentos a 600”.

(24 de noviembre de 1975)

afecto y ternura. Además me da la posibi-lidad de compartir con ella una cantidadde problemas que llevo sobre mis hom-bros. Eso no quiere decir que se locomente absolutamente todo, claro está,puesto que yo soy hombre muy discreto”.

(22 de mayo de 1977)

LUCHA CONTRA LA POBREZA: “Hemosluchado para que en Chile haya cada díamenos pobres y no menos ricos”.

(9 de junio de 1988)

M A L A G R A D E C I D O S :“Díganles a esa gente (enValparaíso) que son unosmal agradecidos... soy deacá y nací en esa esquina”.

(2 de junio de 1989)

MARXISMO: “El marxismo cambió decara, pero nunca de idea”.

(11 de noviembre de 1995)

MARXISTAS: “Lamentablemente, casitodos en el mundo son marxistas, auncuando ellos mismos no lo saben”.

(Octubre de 1998)

MENTALIDAD: “La mentalidad del chile-no, en comparación con hace 15 años,es otra... no están todos pensando enque para poder subsistir es necesario unpuesto publico”.

(2 de marzo de 1988)

MERITOS PERSONALES: “¿Por qué seráque algunos siguen añorando un siste-ma en que el carné del partido valía

más que los méritos personales?”(11 de septiembre de 1983)

MISERICORDIA DIVINA: “Guardo la fir-me esperanza de que el Señor en su infi-nita misericordia aplique mis más ínti-mos sufrimientos por quienes murieroninjustamente en esos años de enfrenta-miento”.

(11 de diciembre de 1998)

MUERTE: “Yo soy soldado. La muertepuede estar en cualquier parte. Pero yame han amenazado, han atentado con-tra mi vida y ¿me ha visto alguna vezasustado? Por qué voy a cambiar”.

(25 de febrero de 1990)

MUJER CHILENA: “La mujer chilena esúnica. Valiente, inteligente, de granarrojo y capacidad... ellas son las res-ponsables de que sus hijos se formencon el alma limpia”.

(24 de agosto de 1974)

NIETOS: “Mis nietos (cuandohablan del dictador Pinochet),hay algunos que se enojan ypelean. Tengo reclamos, por-que todos son karatecas y

todos saben boxeo. Se enojan, pelean, peronormalmente son tranquilos y dicen: elabuelo no es así”.

(9 de septiembre de 1991)

NUEVO CHILE: “Hemos construido unnuevo Chile. Antes nuestro país era admi-rado por sus poetas, hazañas bélicas y victo-rias morales, pero ahora podemos exhibir

un país moderno, abierto al mundo...”.(17 de agosto de 1988)

OBEDIENCIA: “Yo obedezcoal Presidente (...) Con la gar-ganta atorada, pero cumpli-mos, porque somos fuerzasno deliberantes. No voy a

decir nada más. (...) Si el ministro nos dauna orden, también obedecemos”.

(22 de septiembre de 1995)

OBLIGACIONES: “Yo les digo, cuando uste-des eran gobierno, señores, ¿hacían lademocracia que propician ahora? Cuántasveces yo como oficial me vi obligado acumplir órdenes donde se amordazaba a lasradios o se tomaban otras medidas queahora critican”.

(2 de marzo de 1988)

ODIO: “No tengo odio ni rencor. Soy bue-no, me siento un ángel. ¿Cómo soy real-mente? No lo sé, no me he analizado. Nun-ca me quejo, jamás lloro”.

(24 de noviembre de 2003)

OPERACION CONDOR: “No me acuerdo yno era problema mío. Yo era Presidente ydespués estaban los servicios de inteligen-cia. Eso era cosa, me imagino, de mandosmedios. Ni Cóndor ni nada de eso era pro-blema mío”.

(25 de septiembre de 2004)

PANTALONES: “A Diosgracias tengo los pantalo-nes amarrados con fie-rro”.

(Noviembre de 1977)

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Pinochet deRECONCILIACION: “Esmuy difícil que hayareconciliación por elcamino de reabrir heridas,sobre todo en forma

tendenciosa, sesgada y parcial”.(19 de agosto de 1990)

“Yo estoy reconciliado hace mucho tiempo”.(septiembre de 1991)

REFORMAS A LA CONSTITUCION: “Noles voy a aceptar que me vengan a cam-biar la Constitución. La Constitución semantiene y se va a cumplir”.

(26 de octubre de 1984)

RELACIONES CHILE-BOLIVIA: “Chile nole debe nada a Bolivia”.

(3 de enero de 1986)

RELACIONES CON RONALD REAGAN:“Ni tan cercanas como para que yo mepueda quemar, ni tan lejanas como paraque yo me pueda enfriar. Somos amigosde Estados Unidos, pero no somos nisubordinados ni una colonia”.

(23 de junio, 1985)

RESPONSABILIDAD POLITICA: “No teníatiempo para controlar lo que otros estabanhaciendo. Decir eso es una gruesa calumnia.Me concentré en hacer cosas para mi país”.

(18 de julio de 1999)

“Yo tomo la responsabilidad política,no judicial, de lo contrario, todos sería-mos responsables. El señor Clinton seríaculpable por algunas cosas en Kosovo”.

(18 de julio de 1999)

“Hoy, cerca del final de mis días, quieromanifestar que no guardo rencor a nadie,que amo a mi patria por encima de todoy que asumo la responsabilidad política

de todo lo obrado”.(25 de noviembre de 2006)

RICOS: “Los ricos son los que producenplata. A ellos hay que tratarlos bien paraque den más plata”.

(26 de mayo de 1988)

RIGGS: “Entregué, por razones de pru-dencia, ya que sería objeto de persecu-

ción y hostigamiento político, a insti-tuciones profesionales extranjeras

los ahorros de toda mi vida.Si hubo alguna diferencia

tributaria mis asesoreshan pagado todo loque corresponde”.

Asumo toda la res-ponsabilidad por los

R hechos que investiga el ministro señorMuñoz y niego toda participación que enellos pueda corresponder a mi cónyuge, mishijos y mis colaboradores más próximos”.

(10 de agosto de 2005)

ROPA: “Me gusta la buena ropa, los bue-nos zapatos, la buena camisa y me gustael traje recto o cruzado. Los zapatos italia-nos son mis preferidos, desde hacemuchos años. Y en cuanto a corbatas, megustan aquellas con el nudo hecho”.

(26 de septiembre de 1997)

SACRIFICIO PERSONAL:“Ojalá el mío fuera el últi-mo sacrificio. Ojalá misdolores y los agravios deque soy víctima pudieransatisfacer los siempre insa-

ciables sentimientos de venganza, y sir-vieran para que quienes aún siguenanclados al rencor, puedan encontrar lapaz para sus conciencias”.

(11 de diciembre de 1998)

SECUESTRO: “Estoy secuestrado. No hahabido un juicio, no ha habido investiga-ción sobre evidencia que sustente susacusaciones contra mí. Es por eso que noestoy dispuesto a contestar ninguna pre-gunta de aquellos que me quieren presoy extraditado a España”.

(18 de julio de 1999)

“SEÑORES POLITICOS”: “¡Qué impudi-cia la de esos señores políticos! No tre-pidan en lanzar violentos e injuriososataques a las Fuerzas Armadas (...) Aellas les deben su propia vida. ¿O yaolvidaron cuando golpeaban las puer-tas de los cuarteles clamando amparo,protección y justicia?”.

(13 de abril de 1988)

“Después de usurpar y obtener muchasganancias, hoy día se quejan porque lesha afectado el bolsillo”.

(26 de mayo de 1983)

SILENCIO: “Del 11 de marzo en adelanteno hablaré más de política”.

(25 de febrero de 1990)

SISTEMA ECONOMICO LIBERAL: “Enun sistema dirigido, usted manda a lapersona a la Estación Central fijándolecómo y por dónde se irá. En el sistemaliberal, el cómo y por dónde es proble-ma de él. Nuestro error fue quizás decirsolamente vaya a la Estación Central,sin agregar respete las luces, los discospare y la dirección de las calles”.

(19 de octubre de 1983)

SOBRIEDAD: “A mí no me gusta la ostenta-ción, no me han gustado las fiestas, no megusta la jarana, he sido sobrio. Bebo sola-mente agua y me gusta mantenerme en for-ma haciendo gimnasia todos los días”.

(28 de junio de 1984)

SOCIALISTAS: “Para mí los socialistas sonprimos hermanos de los comunistas”.

(23 de junio de 1985)

SOLDADO: “Soy un soldado, y para mílo que es blanco es blanco y lo que esnegro, negro”.

(7 de agosto de 1984)

“No se olviden que soy soldado y si elpueblo me pidió que me fuera, me voy”.

(2 de diciembre de 1989)

TALON DE AQUILES:“La democracia tieneun “talón de Aquiles”que no tienen los regí-menes totalitarios. La

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LA TERCERA Lunes 11 de diciembre de 2006 63

la A a la Z

democracia permite a aquellos quequieren destruirla, infiltrarse y des-truirla desde el interior”.

(2 de enero de 1989)

TEMOR: “Nunca he sentido temor. Yusted ha de saber que para el 18 y el 19de septiembre voy a pecho descubierto,porque no tengo temor”.

(6 de junio de 1988)

“Sé que me van a atacar a mí y a mifamilia. Hay una campaña organizadapara destruirme. Que traten, pero yono les tengo miedo”.

(25 de febrero de 1990)

THATCHER, MARGARET: “En sus tresperíodos de gobierno logró que Ingla-terra recuperara, en gran medida, susitial de potencia mundial. Si bien nopudo seguir liderando su revoluciónliberalizadora, sigue siendo el soportede la actual Inglaterra. No hay queolvidar que muchas veces los pueblosno reconocen la bondad de sus gober-nantes, sino con los años”.

(3 de agosto de 1996)

TOMA DE DECISIONES: “Yo no creo nien los halagos, ni creo que me dicentoda la verdad. Creo que me ocultansiempre algo. Creo que siempre mepresentan las cosas bonitas. Por eso, yodecido sólo cuando ya tengo muy clarala idea o el concepto o la situación enque se vive”.

(8 de marzo de 1981)

TONTOS UTILES: “¡Perdóneme! Nunca

dije yo cuánto tiempo. Nunca se dijodos o tres años. Quienes se fijaron pla-zos fueron los políticos, que siemprehablaron de cuatro, seis, siete o 10 años.¿Por qué? ¿Qué querían ellos? Que leslimpiáramos la casa, la dejáramos pinta-dita, que los tontos útiles sirvieran paraeso, y entonces llegaran ellos a ocuparlade nuevo. ¡Y volveríamos a las mismas!”

(20 de agosto de 1975)

TRIUNFO DEL NO: “Si bien es ciertoque en el plebiscito triunfó la oposición,no olvidemos que se debe ese triunfo aRusia, Estados Unidos, a países america-nos y europeos, que la apoyaron condinero; así como a la Iglesia y a algunossacerdotes; y a los políticos que fueron amendigar afuera”.

(15 de febrero de 1989)

UGARTE, AVELINA: “Mimadre era mi consejera y miconfidente. Hasta el último,cuando ya tenía 90 años, cre-yó que yo era chico. Me dabaórdenes...”.(26 de septiembre de 1997)

“UPELIENTOS”: “Por eso, cuando escu-cho por ahí a algunos grupos que tie-nen muchas ideas y miro la lista dequienes componen ese grupo, y meencuentro que están ahí, unidos, estosmalabaristas upelientos que con undescaro, con una faz de hipócritas, seatreven a pedir radios y televisión anivel nacional. ¿Qué se han imagina-do? Si quieren alguna cosa, pídanla

como corresponde”.(3 de octubre de 1979)

VALDES, GABRIEL: “El esun caballero, educado. Yyo me creo que soy caba-llero, también educado.Hay una convivencia debuena relación humana....

Dice también que lo mojó un guana-co. Era conveniente que lo mojara elguanaco”.

(9 de septiembre de 1991)

VICARIA DE LA SOLIDARIDAD:“(Ahí) están representadas todas lastendencias, en especial la socialistay la comunista. Para mí, como Augus-to Pinochet personalmente, esa vicaríano tiene absolutamente ningunacredibilidad”.

(3 de enero de 1986)

VIEJO: “Dije que un político tiene queevaluarse y ver si está o no en condi-ciones de ir a un organismo de talenvergadura como es el Senado. Yo mehe puesto viejo; tengo 80 años; perocreo que aún estoy en condiciones deseguir sirviendo a mi país por largotiempo”.

(27 de septiembre de 1995)

ZALDIVAR, ANDRES: “Hasido un hombre muy defe-rente. Zaldívar tiene unapalabra para definirlo:caballero”.(9 de septiembre de 1998)

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LA TERCERA Lunes 11 de diciembre de 200664

� No existe en la historia de Chile unpersonaje que haya despertado tantaspasiones como Pinochet. Centro de losataques más virulentos como de lasdefensas más acérrimas, durante más detres décadas fue juzgado, descrito yanalizado por las más diversas figurasnacionales y extranjeras.

Pinochet instituyóla clase de políticaeconómica que yo

instituí. Mantuvo lacreatividad

empresarial encrecimiento y él

privatizó cosas, demodo que la

economía surgióvelozmente y enforma sólida. (...)

No creo que nadiepueda despojarlo de

esos logros”.Margaret Thatcher,

ex primera ministra de GranBretaña (27-3-94)

“Siempre he considerado yestoy absolutamenteconvencido de que Pinochetes uno de los héroes de laGuerra Fría”.

Robin Harris,político británico y ex asesorde Margaret Thatcher(4-7-99)

“Su estirpe es la de losmacabros personajesshakespeareanos, Macbetho Ricardo III, bañados ensangre, hedonistas de lacrueldad, inviolables en lasagrada satisfacción desus crímenes”.

Carlos Fuentes,escritor mexicano(25-11-98)

“Lo admiro porqueacabó con la extremapobreza, porque derrotóa Allende, y meopongo a su detenciónen Londres. Además noera universalmenteodiado. Obtuvo el 43%de los votos en unplebiscito en su propiopaís”.

Vernon Walters,ex subdirector de la CIA.(1-9-99)

“Durante 17 años losciviles hemos estadodiscutiendo si Pinochet erao no inteligente, mientrasél hacía lo que quería connosotros”.

Gonzalo Vial, historiador(1993)

“Augusto Pinochet es unmonstruo. Debería estarmetido en una jaula conanimales fétidos yaditamentos quehiciesen reflexionarsobre esta basuraespiritual y política queha sido el dictadorchileno”.

Ernesto Sábato,escritor argentino(12-11-98)

“Conozco de su aprecio(de Pinochet) por lasformas en las relacionespersonales, su educaciónque raya en la finura;nunca dice malas palabrasen reuniones privadas”.

Hernán Felipe Errázurizex canciller (1998)

“Solamente deseo queen el invierno de suvida, el general pidaperdón”.

Isabel Allende,escritora (5-9-99)

“No acepto que quien cerró elParlamento durante 17 años y denostó alos políticos como él lo hizo, esté hoysentado entre nosotros. A ello se agregael hecho de que es una persona quelleva varios días sentado en el Senado yno aporta nada. Siento que ese abusoinstitucional tiene mucho que ver con uncapricho individual que es lo que haceque su presencia sea inaceptable”.

Carlos Ominami,senador(7-8-98)

“Hay que celebrar que lo sentencien.Ojalá que un dictador, por una vez, seacastigado internacionalmente por suscrímenes. Servirá de escarmiento en elfuturo para que los aspirantes adictadores lo piensen dos veces. Esapolítica (la caza de dictadores) debeaplicarse sin excepción a todos lostiranos comenzando por Pinochet,siguiendo con Alfredo Stroessner yterminando por Fidel Castro”.

Mario Vargas Llosa,escritor peruano (23-11-98)

Todos condenamos lo quehizo en su época; cuandoyo era estudiante todos lecondenamos”.Tony Blair,Primer ministro de Gran Bretaña (22-10-98)

”“

Dijeron de él

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Pinochet esalguien que yapasó, está enplena decadenciapolítica”.Fidel Castro,(20-10-98)

(En la firma del tratado dePanamá todos los actoresconocidos estabanpresentes y también)... “elpersonaje odiable porexcelencia, el generalPinochet en persona.(...)Tenía el mentón tanhundido que parecíacarecer de cuello, ojosinteligentes y sarcásticos,con una expresión de falsacordialidad que parecíadecirnos que no tomásemosen serio todas aquellashistorias de muertes ytorturas que surgían deSudamérica. Pinochet,estoy seguro, sabía quedominaba la escena”.

Graham Greene,escritor estadounidense en“Historia de un compromi-so” (5-9-88)

“Pinochet es para nuestraépoca lo que Francosignificó en el mundo enlos años 30, es laquintaesencia del símbolode una barbarie”.

Joaquín Leguina, diputa-do socialista español.(26-10-98)

“Como casi todos los dicta-dores de su especie,Pinochet se cree un envia-do de la Providencia,alguien que encarna el bieny que ha sido destinado aexterminar el mal, noimporta por qué medios. Esla misma sensación deomnipotencia de los ayato-las, de Pol Pot y de cientosde fanáticos fundamenta-listas que andan sueltospor el mundo, pero su casoes más patético (...) porquees infinitamente másmediocre”.

Tomás Eloy Martínez,escritor argentino(15-11-98)

“La gente extraordinariasiempre será objeto dediscusiones, en el sentidonegativo o positivo”.

Lech Walesa,ex presidente polaco,en alusión a Pinochet(25-2-95)

“En toda la historia deChile, probablemente laúnica persona que puedecompetir con él enimportancia histórica esPortales. No veo otro quepueda decir desde el másallá: ‘Yo fui tan importantecomo Pinochet’”.

José Piñera,ex ministro de Estado (1998)

“Es un hombre trabajador,muy cauto en todo lo quedecía y hacía. Un hombrebastante porfiado en susideas (...) No creí quellegaría a esos puestos”(de gobernante ycomandante en jefe).

Roberto Viaux,general (R)(8-4-96)

“Pinochet es un líder innato,natural. Y lo sigue siendo (...)Lo que hizo fue salvar lademocracia, reconstruirla yentregarla. ¿Dónde me ponenal dictador ahí? La historiareconoce que un estadistaactúa para las generacionesfuturas, no para laselecciones”.

Cristián Labbé,alcalde de Providencia(15-10-90)

No hay duda de que Pinochety sus colaboradores se pasaronrespecto a las normasmoralmente aceptables unavez en el poder. No se puedejustificar medidas tales comola “desaparición” depresuntos opositores con elterrorismo que practicaron losadversarios de la JuntaMilitar”.Henry Kissinger,ex secretario de Estado norteamericano (1990,en sus memorias)

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LA TERCERA Lunes 11 de diciembre de 2006NACIONAL66

(Pinochet) “acabó con la charlata-nería y puso a todo el mundo a

trabajar”

Alexander Lebed, general ruso yex parlamentario (4-9-95)

“Debemos encontrar una maneraamistosa -o una no tan amistosa-

de librarnos de Pinochet”.

Bettino Craxi, ex primerministro de Italia (1-3-85)

“Yo le tengo un alto grado de respetopor su grandeza indiscutible enmomentos difíciles: es una roca

inconmovible en la defensa de losprincipios fundamentales. Es un hom-

bre grande al que no le tiembla lamano”.

Fernando Matthei, ex comandanteen jefe de la Fuerza Aérea (1-8-89)“Ni es un estadista, ni un

político, ni un militar. Es unmaestro del miedo. Un señorde la guerra. La guerra sin

guerra. Un artista de laamenaza”.

Marco Antonio de la Parra,siquiatra y dramaturgo

(1-4-98)

“El enorme triunfo de la maquinariade propaganda comunista internacio-nal fue convertir al general Pinocheten un demonio. Eso se anotará en la

historia. Fue su último y gran triunfo.(...) Si lo miramos fríamente, le hizoun enorme daño al mundo comunistay por eso se enfocaron contra él”.

Paul Johnson,historiador británico (6-6-99)

“Es una persona que ahora tiene 83años, pero cuando cometió los delitostenía sus facultades físicas y menta-les en óptimas condiciones. Lo ancia-

no no le quita lo criminal”.

Sola Sierra, ex presidenta de laAgrupación de Familiares de Detenidos

Desaparecidos (14-12-98)

“La democracia chilena permiteque un personaje execrablecomo Pinochet se incorpore

como senador”.

Raúl Alfonsín, ex Presidente deArgentina (12-3-98)

“Desde el día en que el generalPinochet se hizo del poder en 1973,pasando por el asesinato de Orlando

Letelier en las calles de Washington yahora hasta la feroz ejecución de

Rodrigo Rojas (...) el reino del terrordel general Pinochet continúa.

Hay quienes continúan apoyando aeste régimen represivo en nombre dela lucha contra el comunismo. Pero lamanera más segura de hacer llegar alos comunistas al poder en Chile esque el general Pinochet y sus desal-

mados secuaces se mantengan en él”.

Edward Kennedy,senador demócrata estadounidense

(9-8-86)

“El verdadero símbolo de Latinoamérica deestos tiempos va a ser Augusto Pinochet

Ugarte, aunque no les guste a algunos. PorqueChile marcó el sello del cambio de este conti-

nente en la segunda mitad de este siglo y Chileera dirigido por el Presidente Pinochet”.

Hernán Buchi, economista y ex ministro deEstado. (29-10-91)

“Yo siempre he tenido la impresiónde que el general Pinochet sienteque ha recibido una especie de

‘misión’, que ha tenido una revela-ción particular de Dios”.

Sergio Contreras, obispo (4-1-88)

“El actual presidentede Chile es un paria

internacional. Ningúnprimer mandatario quese respete lo invita ni

lo visita”.

Juan Somavía,director

general de la OIT(3-10-88)

“Nunca creí que iba a durar tantotiempo (…) El tiempo me convenció

que yo estaba equivocado. Habíadejado que Pinochet me impidiera deescribir, o sea me había sometido a

una autocensura”.

Gabriel García Márquezescritor colombiano (13-9-97)

“Es un hombre demuy poco nivel

intelectual”.

Volodia Teitelboim,ex secretario del PC

(28-8-98)

(Pinochet es) “unaexpresión de

inhumanidad”.Gladys Marín,

ex presidenta del PartidoComunista (27-9-98)

“Pinochet nos dejóabsolutamente solos, perdióla oportunidad de haber sido

un líder”.Manuel Contreras,

general (R) y ex directorde la Dina (27-9-98)

“La humanidad ya ha hecho sujuicio y le ha condenado como

violador de los derechos huma-nos. Nadie ha podido negar su

responsabilidad”.

Isabel Allende Bussi,diputada“Creo que es un hombre que tiene extraordinarias condiciones de

mando y, sin duda alguna, el poder absoluto que ejerció durante 16años y medio le dio una amplia experiencia en el manejo de losasuntos de gobierno. Tiene esa característica propia del pueblo

chileno que es que -aunque no se haya estudiado sicología- conocela naturaleza humana y conoce su fortaleza y sus debilidades”.

Patricio Rojas,ex ministro de Defensa (16-9-94)

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No hay vuelta: Chile tendrá queseguir viviendo con Pinochet untiempo más todavía. Primero por-que parte importante de su obra

permanecerá aunque duela y, segundo, por-que esta sociedad seguirá necesitando unculpable para eludir el trago amargo de laresponsabilidad por sus extravíos en losaños 60 y 70.

A Pinochet lo juzgará la historia, en espe-cial la historia de Chile, al margen de lassentencias de la actual generación y de laopinión pública internacional. Pero comonadie puede esperar cien años para aguar-dar ese fallo, lo más prudente por ahora estomar distancia, porque aprobar en estosmomentos una figura como la suya consti-tuye una bofetada contra la corrección polí-tica, moral y cultural de estos tiempos.

Nada ni nadie ha dividido en los últimosaños tanto a los chilenos como este generalque se subió a última hora al golpe militardel 73, que gobernó con mano de hierrodurante 17 años, que abandonó puntual-mente el poder tras una derrota plebiscita-ria imprevista para sus cálculos, que creyóhaber dejado “todo amarrado y bien ama-rrado” y que en su etapa final perdió com-pletamente el radar. El mismo hombre quese jactaba de madrugar a sus adversarioscon intuición animal para anticiparse a dis-tintos escenarios de conflicto, cometió dosimprudencias serias. La primera fue irse ameter a Londres cuando todo jugaba en sucontra. La segunda fue vivir más de la cuen-ta. Las dos le salieron caras. Curiosamenteel único éxito que tuvo en los últimos años-el regreso a la patria- fue al final la piezaque terminó dejándolo acorralado en unamaraña irreversible de querellas y fracasosprocesales. En definitiva para lo único quele sirvieron los exámenes médicos y lasexcepciones formales, las leguleyadas y losresquicios, fue para trizar su propia imagende general de acero, de hombre duro, de

* Director editorial de revista Capital

no en materia de represión y eliminaciónselectiva de opositores. Nunca pensó que loscadáveres algún día iban a reflotar. Aprove-chándose del juego que le hizo el terroris-mo, predispuso a las Fuerzas Armadas paraun cesarismo mesiánico en la retórica, refor-mador en la agenda, visionario en sus trans-formaciones y sórdido en la trastienda. Laguerra sucia que toleró, ordenó y capitalizóvino a coronar el proceso de desintegraciónde la democracia chilena que había llevadoel país a los infiernos en 1973. El descenso alas tinieblas se prolongó, sin embargo, hastamucho después de septiembre de ese año.Sólo la paranoia de un gobernante enfermi-zamente inseguro y sólo el odio y el resenti-miento existentes en la base social puedenexplicar lo ocurrido. Porque, aparte de silen-cio, también existió indolencia y colabora-ción. Ahora es fácil, además de tranquiliza-

dor para la buena conciencia,echarle la culpa sólo a Pinocheto a los militares por la larganoche nacional de los derechoshumanos. Pero la verdad es quenada muy distinto de lo sucedi-do termina por ocurrir cuandolos países rompen sus consensoselementales, cuando se farreanla democracia en forma delibe-rada, cuando sucumben a lahipnosis de la confrontación, se

dejan seducir por la violencia y entonancantos de sirena a la dictadura, sea del prole-tariado o de un militar. Para qué seguirnegándolo: el hundimiento de la democra-cia en Chile comenzó mucho antes del ‘73y sus incidencias terminaron mucho,muchísimo después.

El mismo hombre que se jactaba de madrugar a sus adversarios con intuición animal para anticiparse adistintos escenarios de conflicto, cometió dos imprudencias serias. Primero, irse a meter a Londres cuando todo jugaba en su contra. Segundo, vivir más de la cuenta”.

des del aislamiento y la pobreza reciéncon Pinochet. Eso es mérito suyo y porsupuesto los chilenos lo agradeceríamosbastante más si hubiese sido obra de unmandatario cívicamente intachable, deuno de esos hijos preclaros de la larga,buena y a veces estéril tradición republica-na chilena, y no de este soldado descome-dido y atropellador, de oratoria lamenta-ble y adicto al poder que quedó a la cabe-za de la sublevación militar de 1973.

Pinochet nunca dimensionó el costo quefinalmente iban a tener para él y su gobier-no los desafueros y atropellos de su gobier-

ticas y económicas con las cuales Chilehabía estado marcando el paso por décadas.

Pinochet ya estaba muerto. El prontua-rio de los organismos de seguridad de sugobierno, el siniestro operativo de remo-ción de los cuerpos de los detenidos-desa-parecidos, el informe de la ComisiónValech o el imprevisto episodio de lascuentas del Riggs, entre otras vergüenzas,hace rato que lo habían sepultado. Sudefunción paradójicamente lo trae de vuel-ta y le recuerda al país que vamos a tenerque vivir como sociedad en la mala con-ciencia por un tiempo todavía. Primero,porque, nos guste o no, parte importantede su obra permanecerá y, segundo, por-que esta sociedad seguirá necesitando unculpable para eludir el trago amargo de suresponsabilidad luego de incurrir en cuan-ta estupidez nos vendieron la Guerra Fría yel cretinismo político autóctono en losdesastrosos 60 y 70. Las sociedades quejuegan con fuego, como los niños, nunca

Desde que apareció en la escena pública,Augusto Pinochet Ugarte no hizo otra cosaque traspasar límites. Límites de distintanaturaleza. De moderación y riesgo, dedecencia y lealtad y también de palabrería yconformismo pacato. Porque Pinochet sesaltó en Chile la enfermiza tradición de pre-sidentes quejumbrosos y pusilánimes, timo-ratos y devorados por el día a día, y pudollevar a cabo cambios necesarios y profun-dos. Lo hizo no sólo porque su poder notuvo contrapesos sino también porque seatrevió a remover inercias, demoler estruc-turas ruinosas y pulverizar las ficciones polí-

autócrata irreductible y -en dos palabras- degran cabrón. Triste final el suyo porque lefaltó coraje y grandeza para asumir oportu-na y resueltamente -cuando ya tenía pocoque perder y mucho que ganar- la facturade las responsabilidades políticas e históri-cas que los nuevos tiempos le estaban pre-sentando.

No va a ser fácil disociar la figura dePinochet de la más profunda moderniza-ción económica y social que vivió el país

en el siglo XX y de las infamiascometidas durantesu régimen enmateria de dere-

chos humanos.Junto con ser su gran victoria -desde el

momento en que hasta sus más severosadversarios terminaron acatándola-, lamodernización del país fue el factor queprecipitó su derrota el 5 deoctubre del 1988. El mercadoadquirió dinámica propia yterminó comiéndoselo inclu-so a él, lo cual tampoco for-maba parte de sus cálculos.Aunque Pinochet estuvosiempre lejos -lejísimo, enrealidad- del peso intelectualde la Thatcher o de la empa-tía comunicacional de Rea-gan, en realidad su gobiernose les anticipó en la reivindicación delmercado, en las políticas privatizadoras yen el paradigma del Estado reducido. Sibien se ha dicho falazmente que no estabaen condiciones de aplicar otra política eco-nómica que no fuera la de Chicago, loconcreto es que Chile despejó las fatalida-

salen indemnes, y después ni siquiera tie-nen mucho derecho a chistar.

Desaparecida la figura que más identifica-ba el trauma del golpe militar, el pasadopor fin debería ir quedando atrás, tanto enlos hechos que sabemos como en las dudasque persistan. El tiempo de las explicacio-nes y contraexplicaciones del pasado termi-nó. Los chilenos son libres de embalsamar,enterrar o seguir encendiéndole velas a esaetapa. Da igual. Quizás algo hayamosaprendido. Ahora Pinochet ya no está y nodeberían quedar coartadas para seguir elu-diendo el futuro. Por fin.

Desde que apareció en la escena pública, Augusto PinochetUgarte no hizo otra cosa que traspasar límites. Límites de distinta

naturaleza. De moderación y riesgo, de decencia y lealtad y también depalabrería y conformismo pacato. Porque Pinochet se saltó en Chile la

enfermiza tradición de presidentes quejumbrosos y pusilánimes.

Muerte ysobrevivencia

O P I N I O N D E H E C T O R S O T O