2
Mujer de carne y hueso portalcarmelitano.org /component/k2/item/717-mujer-de-carne-y-hueso.html Antes que santa, doctora de la Iglesia, mística o carmelita, Teresa de Jesús era simplemente un ser humano y una mujer. Decir esto parece una perogrullada pero, a veces, creemos que lo sublime consiste en olvidarse de lo elemental: con lo cual aquellas grandezas parecen no pertenecer a esta tierra nuestra; y llegamos a creer que no nos atañen a nosotros, sino a seres de otra pasta o de otro planeta. Por eso creo que no es bueno leer a Teresa olvidando sus cartas: ellas tienen una espontaneidad que no podían tener sus otros escritos, expuestos al ojo escrutador de inquisidores y teólogos. En ellas se permite referirse al Nuncio como “Melquisedec”, a los miembros de la inquisición como “los ángeles”, o a los calzados como “los del paño”. Y cuando hacen provincial a un fraile que ha tratado mal a sus monjas comenta “que debe ser porque tiene más cualidades para hacer mártires que otros”... Allí confiesa que “a una monja descontenta yo la temo más que a muchos demonios”; y por eso algunas cartas reflejan su lucha porque no se les impusieran a las monjas confesores obligados: “que yo temo más que pierdan el gran contento con que nuestro Señor las lleva, que esas otras cosas: porque sé lo que es una monja descontenta”. Y se alegra de “que mande nuestro padre que coman carne las dos de mucha oración”… porque considera que todo eso de los arrobamientos “no me parece más oración”. Reconoce que “mozas con viejas no se pueden hallar bien” y por eso dice a su querido J. Gracián que se espanta de “cómo no se cansa de mí”. Pero concluye que eso se lo da Dios para que “pueda pasar la vida que me da con tan poca salud y contento, si no es en esto”. Todas sus complicidades afectivas con Gracián (con pseudónimos y todo) darían para análisis más detenidos. Pero al menos apuntemos que a veces se pone hasta pesada, otras veces le explica cuánto le apena que tenga dolor de muelas “porque tengo harta espiriencia de cuán sensible dolor es” y que si tienes una sola dañada “suele parecer que lo están todas” por el dolor; o le encarece “si ha caído en ponerse más ropa, que hace ya frío”. En cambio cuando ve a otro fraile muy seguro sobre la admisión de una postulante porque cree que “en viéndola la conocerá”, le para los pies diciéndole que “no somos tan fáciles de conocer las mujeres”… Hacia el fin de su vida reconocerá que ha aprendido a gobernar y no es la que antes era: ahora “todo va con amor”, aunque no sabe si ello se debe “a que no me hacen por qué” o a que por fin “ha entendido que ansí se remedia mejor”. También es sabroso conocer cómo la veían algunas gentes, en las declaraciones del proceso de canonización: gentes amigas como Juana Suárez, pretendidamente neutrales como El Tostado o enemigas como la duquesa de Éboli (si es que realmente declaró). Pero baste al menos, como conclusión, que la más profunda experiencia mística no es incompatible ni con el sentido común, ni con la ironía o la lucha por lo que se cree justo, ni con un carácter enérgico o una afectividad difícil de controlar y con tendencia a posesiva… En una palabra: ni con ser como somos todos. Porque desde todas partes se puede ir creciendo. P. José Ignacio González Faus S.J. Para vos nací Este artículo ha sido tomado de la página oficial "Para vos nací"

Mujer de Carne y Hueso

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Artículo sobre Teresa de Jesús

Citation preview

  • Mujer de carne y huesoportalcarmelitano.org /component/k2/item/717-mujer-de-carne-y-hueso.html

    Antes que santa, doctora de la Iglesia, mstica o carmelita, Teresa deJess era simplemente un ser humano y una mujer. Decir esto pareceuna perogrullada pero, a veces, creemos que lo sublime consiste enolvidarse de lo elemental: con lo cual aquellas grandezas parecen nopertenecer a esta tierra nuestra; y llegamos a creer que no nos ataen anosotros, sino a seres de otra pasta o de otro planeta.Por eso creo que no es bueno leer a Teresa olvidando sus cartas: ellastienen una espontaneidad que no podan tener sus otros escritos,expuestos al ojo escrutador de inquisidores y telogos. En ellas sepermite referirse al Nuncio como Melquisedec, a los miembros de lainquisicin como los ngeles, o a los calzados como los del pao. Y cuando hacen provincial a unfraile que ha tratado mal a sus monjas comenta que debe ser porque tiene ms cualidades para hacermrtires que otros... All confiesa que a una monja descontenta yo la temo ms que a muchos demonios; y por esoalgunas cartas reflejan su lucha porque no se les impusieran a las monjas confesores obligados: queyo temo ms que pierdan el gran contento con que nuestro Seor las lleva, que esas otras cosas:porque s lo que es una monja descontenta. Y se alegra de que mande nuestro padre que comancarne las dos de mucha oracin porque considera que todo eso de los arrobamientos no meparece ms oracin.Reconoce que mozas con viejas no se pueden hallar bien y por eso dice a su querido J. Gracin quese espanta de cmo no se cansa de m. Pero concluye que eso se lo da Dios para que pueda pasarla vida que me da con tan poca salud y contento, si no es en esto. Todas sus complicidades afectivascon Gracin (con pseudnimos y todo) daran para anlisis ms detenidos. Pero al menos apuntemosque a veces se pone hasta pesada, otras veces le explica cunto le apena que tenga dolor de muelasporque tengo harta espiriencia de cun sensible dolor es y que si tienes una sola daada sueleparecer que lo estn todas por el dolor; o le encarece si ha cado en ponerse ms ropa, que hace yafro. En cambio cuando ve a otro fraile muy seguro sobre la admisin de una postulante porque creeque en vindola la conocer, le para los pies dicindole que no somos tan fciles de conocer lasmujeresHacia el fin de su vida reconocer que ha aprendido a gobernar y no es la que antes era: ahora todova con amor, aunque no sabe si ello se debe a que no me hacen por qu o a que por fin haentendido que ans se remedia mejor. Tambin es sabroso conocer cmo la vean algunas gentes, en las declaraciones del proceso decanonizacin: gentes amigas como Juana Surez, pretendidamente neutrales como El Tostado oenemigas como la duquesa de boli (si es que realmente declar). Pero baste al menos, comoconclusin, que la ms profunda experiencia mstica no es incompatible ni con el sentido comn, nicon la irona o la lucha por lo que se cree justo, ni con un carcter enrgico o una afectividad difcil decontrolar y con tendencia a posesiva En una palabra: ni con ser como somos todos. Porque desdetodas partes se puede ir creciendo.

    P. Jos Ignacio Gonzlez Faus S.J.

    Para vos nacEste artculo ha sido tomado de la pgina oficial "Para vos nac"

  • Portal de la Orden de Carmelitas Descalzos que ofrece material importante parapreparar la Familia Carmelitana al V Centenario del nacimiento de Santa Teresa deJess en 2015.

    Sitio web: www.paravosnaci.com

    Mujer de carne y huesoPara vos nac