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Mural de la iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán que muestra el nacimiento de Jesucrist
d e l a s C u l t u r a s d e l M u n d o
CO
RR
EO
Vol. IX, número 90, 1º de agosto de 2011 Centro de Estudios sobre la Diversidad Cultural
En este número:
• Identifican textos inéditos en lengua sumeria
• Jan de Vos, la canoa que llegó al mar
• Las grutas de Mogao en China, patrimonio de la humanidad
• Formas expresivas en antropología
• Vocación cultural de las geishas
• Condecora España al Dr. José María Muriá
• India o Pakistán
2
Correo de las Culturas del Mundo
DirectorLeonel Durán Solís
EditorMariano Flores Castro
≈
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos
y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse
fraternalmente los unos con los otros”.
art.1º de la Declaración Universal de Derechos Humanos
3
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Dos tablillas de arcilla grabadas en lengua
sumeria, que datan de 2040 a. C., y que no
se tenían registradas en el corpus de objetos con
textos cuneiformes en los archivos del mundo,
fueron identificadas por especialistas mexicanos y
españoles, luego de su investigación y traducción
al español. Se trata de piezas del acervo del
Museo Nacional de las Culturas (MNC) que serán
exhibidas próximamente en una nueva sala que
estará dedicada al Medio Oriente Antiguo.
La antropóloga Alejandra Gómez Colorado, del MNC, informó que ambas
piezas se localizaron durante el proceso de revisión de objetos que integrarán
las colecciones del nuevo guión museográfico del MNC, como parte de su
reestructuración integral emprendida en 2007 por el Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH-Conaculta).
La curadora de la Sala Medio Oriente Antiguo explicó que las tablillas se
encontraban guardadas en los acervos del museo, dentro de una colección
de 17 tablillas con escritura cuneiforme, de las cuales 14 son réplicas, varias
de ellas elaboradas en diversos museos y universidades del mundo; durante la
revisión de piezas la antropóloga del INAH se percató que tres de las tablillas
son originales y buscó los expedientes para identificarlas, hallando datos sólo
de una, y dos de ellas carecían de traducción.
Identifican textos inéditos en lengua sumeria
Las piezas pertenecen al acervo delMuseo Nacional de las Culturas
Arqueología
4
A través de El Colegio de México, Gómez Colorado estableció relación
académica con los doctores Gregorio del Olmo, especialista en estudios del
Próximo Oriente Antiguo, y Manuel Molina, del Centro de Ciencias Humanas
y Sociales, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid,
quienes advirtieron que se trata de textos antiguos escritos en sumerio.
“La especialización de Molina en lengua sumeria, principalmente del
período 2100-2000 a.C., y su gentil colaboración con el Museo Nacional
de las Culturas, posibilitó la traducción de estos textos milenarios”, destacó
Gómez Colorado.
Explicó que existen catálogos internacionales de este tipo de documentos,
y sus contenidos integran un corpus que enriquece la interpretación histórica
del Medio Oriente Antiguo. En este sentido, dijo, los especialistas de
Barcelona investigaron en los catálogos de escritura cuneiforme del mundo, y
determinaron que ninguna de las dos tablillas estaba registrada en archivos.
El sistema cuneiforme es considerado la primera forma de expresión
escrita de la humanidad; en el mundo hay muchas tablillas con textos de este
tipo que fueron redactados en gran cantidad de lenguas, como el sumerio,
acadio, elamita, hitita, hurrita, entre otros.
5
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Asimismo, hay de muchos periodos históricos, que van de 3000 a 500
a.C.; “son como un gran rompecabezas, porque cada vez que aparece una
y se traduce, los estudiosos tenemos más información para entender cómo
se vivía en la antigüedad. Con estas dos tablillas México pone su pieza en el
rompecabezas de la historia del tercer milenio antes de Cristo”.
La antropóloga Alejandra Gómez comentó que luego de la identificación
de las tablillas del Museo Nacional de las Culturas, se procedió a su estudio,
traducción y catalogación. El proceso de peritaje se trabajó con fotografías
de alta calidad tomadas a cada detalle de la grafía para que los expertos en
España pudieran ver hasta la más pequeña cuña; los sumerólogos fueron
comparando las imágenes proporcionadas por el MNC con las publicadas en
catálogos, sin haber encontrado piezas similares.
Las tablillas miden alrededor de cinco centímetros, están hechas en arcilla
y redactadas en lengua sumeria con escritura cuneiforme. Los textos son de
carácter administrativo y refieren al registro de los trabajadores de los primeros
campos agrícolas; describen cuál era la cosecha, cuánto se había obtenido
durante un día en un campo de cultivo y hacia dónde se llevaban los granos.
Alejandra Gómez especificó que la escritura cuneiforme fue un sistema
muy eficiente porque duró tres mil años. Se caracteriza por el trazo con cuñas
—de donde deriva el nombre.
Para elaborar estos documentos, dijo, se modelaba la tablilla de arcilla y
todavía fresca se ponía la escritura con unas cuñas, después se dejaba cocer al
sol. Explicó que también se elaboraban sellos cilíndricos, grabados con algún
motivo, que se rodaban sobre la arcilla fresca para marcar la tablilla con la
finalidad de darle al texto autenticidad o para constar quién fue su autor.
En este sentido, la antropóloga mencionó que una de las dos tablillas del
MNC tiene grabado un sello, el cual refiere el nombre del escriba que redactó
el texto, llamado Lugankuzu, hijo de un escudero y quien hace el recuento
administrativo de los cultivos.
La curadora comentó que el Museo tiene una colección de 17 tablillas
con escritura cuneiforme: tres originales, las dos recientemente
identificadas, y una más escrita también en sumerio, aún más antigua
(2,700 a.C.) y que también hace referencia a la administración de
campos de cultivo.
Especificó que las tres tablillas originales ya habían sido exhibidas en
este recinto; las piezas llegaron en los años 70 por un intercambio
con la Universidad de Pensilvania (EEUU), institución académica que tiene un archivo
importante porque llevó a cabo trabajos de excavación en Iraq.
Gómez Colorado indicó que las colecciones de tablillas originales con escritura
cuneiforme, fuera de Irán, Siria e Iraq (la antigua Mesopotamia), se conservan en las
Universidad de Pensilvania, Filadelfia y en el Instituto Oriental de Chicago, en EU; así
como en los principales museos del mundo. “Aquí en México, salvo alguna colección
particular, hasta el momento el Museo Nacional de las Culturas es el único recinto que
tiene tablillas originales”.
Las otras 14 piezas de la colección del MNC son réplicas de piezas emblemáticas,
cuyos originales se exhiben en los principales museos del mundo, entre éstas, Gómez
Colorado destacó una que describe El Diluvio citado en la Biblia, pero según la versión
mesopotámica, “porque el mito de la gran inundación es mesopotámico, escrito en
cuneiforme y posteriormente retomado por los hebreos, por quienes lo conocemos”.
Finalmente, la especialista en cultura persa y también curadora de la muestra
Persia: fragmentos del paraíso, que se exhibió en el Museo Nacional de Antropología
(noviembre de 2006 a mayo de 2007), adelantó que la colección de tablillas se podrá
apreciar en la nueva Sala Culturas del Medio Oriente Antiguo, en la sección dedicada
a Mesopotamia; dentro de un panel que dará cuenta de la evolución de la escritura,
donde se presentarán con su traducción, resultado de esta investigación.
Fuente: Reforma/ editado por el Correo
Jan de Vos: la canoa que llegó al mar
por Luis Hernández Navarro
Artesano comprometido con la elaboración de una
historia que sirva de herramienta para la recuperación
de la dignidad de los pueblos indios, historiador riguroso e
imaginativo, crítico del poder, Jan de Vos falleció el pasado
24 de julio.
El autor de de Nuestra raíz nació en 1936 en Amberes,
Bélgica, en el seno de una familia católica de nueve
hermanos. Su lengua materna fue el flamenco. Creció en
plena guerra mundial y vivió en una casa ocupada por el ejército alemán. Con el inicio
de los bombardeos se trasladó al campo.
Asistió a un colegio de jesuitas y a los 17 años entró a una universidad francófona.
Durante dos años estudió historia y derecho. A los 19, influido por un maestro al que
admiraba, entró a la vida religiosa. Terminó la carrera de historia y se siguió con las de
filosofía y teología.
Sus primeros años de vida profesional se desempeñó como profesor en colegios
jesuitas, hasta que se cuestionó dedicarse a educar a los hijos del príncipe y chocó con
una vida académica gris. En 1973 se trasladó a Colombia a realizar trabajo pastoral.
Vivió, primero, en un barrio pobre en la ciudad de Medellín, y luego en un pueblo
de campesinos y pescadores negros y mulatos, descendientes de esclavos, en la zona
selvática. Se enamoró de la población afrodescendiente, de la selva tropical, del océano
Pacífico y de las hamacas, que le recordaban con su movimiento el útero materno.
La experiencia colombiana lo marcó para siempre. En 1973 se fue a vivir a Chiapas,
donde colaboró con la diócesis de San Cristóbal, dirigida por don Samuel Ruiz. Un año
In memoriam
8
antes se había publicado el libro de Gustavo Gutiérrez sobre la Teología de la
Liberación. En 1974 se realizó en la entidad el Congreso Indígena, momento
nodal en la reconstitución de los pueblos originarios en el estado.
Jan de Vos hizo trabajo pastoral en la entidad, vinculado al proyecto Los
indígenas merecen ser sujetos de su propia historia. Fue comisionado para
colaborar en la reconstrucción de la historia indígena regional. Atendió los
servicios religiosos de la parroquia de San José Obrero, una modesta ermita
en San Cristóbal. Como oficiaba cantando y tocando la guitarra, se corrió el
rumor de que era protestante.
Su primer escrito fue un ensayo sobre fray Lorenzo de la Nada, el dominico
que el siglo XVII chocó con la jerarquía religiosa y huyó a la selva para vivir con
los indios. Con paciencia y fortuna, De Vos siguió sus huellas y se identificó
con su actitud vital.
En 1981 y 1982 las autoridades gubernamentales lo quisieron detener y
expulsar del país por su compromiso con los indígenas, por lo que dejó el
convento de Chilón. Tuvo entonces que dedicarse al trabajo escolar en la
Universidad Iberoamericana. Su interés en ser historiador surgió así del fracaso
de su vocación inicial como agente de pastoral. Nunca fue un historiador
académico tradicional.
En 1986, a los 50 años de edad, tomó la difícil decisión de abandonar la
Compañía de Jesús, tanto por razones personales como institucionales. Un
factor central en su ruptura con la jerarquía religiosa fue su incomodidad
con la clericalización de la institución. Tuvo entonces que dejar su trabajo de
investigador del CIES.
Jan de Vos hablaba flamenco, francés, alemán, inglés y español. Leía, además,
griego y latín. En su formación influyó decisivamente la obra de Hegel,
especialmente el capítulo sobre La conciencia infeliz de La fenomenología del
espíritu y la dialéctica del amo y el esclavo. La temprana lectura de la novela
La vida sencilla, de Wiechert Ernst, lo marcó para siempre y lo inspiró para
alejarse del poder.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Grutas de Mogao en China
Las grutas de Mogao, Patrimonio de la Humanidad de la Ruta de la Seda,
están situadas cerca de la antigua ciudad de Dunhuang en el noroeste de
China. Datan del IV al siglo XIV, y constituye un antiguo sitio budista que
contiene 492 templos decorados en cuevas excavadas en 1.6 kilómetros
de acantilado. El sitio incluye más de 45,000 metros cuadrados de pinturas
murales y más de 2,400 esculturas policromadas que comprenden el cuerpo
más grande del arte budista en China.
Foto: Richard Ross
Arte
10
En virtud de un acuerdo de colaboración con la Administración Estatal de
Patrimonio Cultural (SACH), el Getty Conservation Institute (GCI) ha estado
trabajando con la Academia de Dunhuang desde 1989 en la conservación
de las Grutas de Mogao. Los primeros cinco años de colaboración estuvieron
dirigidos a temas relacionados con el sitio , que culminó en una conferencia
internacional en 1993: Conservación de sitios antiguos a lo largo de la Ruta
de la Seda, cuando también se conmemoró el quincuagésimo aniversario
de la Academia de Dunhuang. Desde 1997, la colaboración se ha centrado
principalmente en la conservación de las pinturas murales de Mogao.
Durante un lapso de mil años, los templos de las grutas de Mogao fueron
excavados en un acantilado de roca de conglomerado suave. Las paredes del
templo estaban cubiertas con una mezcla de arcilla, arena y fibras vegetales, y
las pinturas fueron ejecutadas como dibujos en tinta roja y negro en una capa
de tierra que cubre el yeso de barro, luego se llena con pigmentos minerales
brillantes y lavados de colorantes orgánicos. Durante siglos, las pinturas han
sufrido un deterioro de diversos tipos, de descamación de la capa de pintura
a la pérdida progresiva de la adherencia entre el conglomerado y el yeso de
arcilla. Este último problema es el más grave, que resultó en el desprendimiento
o separación de yeso pintado —un problema común a Mogao y otros sitios de
la Ruta de la Seda. Grandes áreas de las pinturas se han perdido.
El deterioro de las pinturas murales en Mogao nunca ha sido estudiado
de una manera que permita el desarrollo de la conservación a largo plazo y
con soluciones de mantenimiento. Como resultado, el deterioro a menudo se
repite después de los trabajos de conservación, y con el tiempo puede escalar
en intensidad. Las causas del deterioro de las pinturas murales se identifican
tanto en el pasado como en el presente. Influyen inundaciones de las cuevas
y los terremotos, sin contar con los cambios graduales físico-químicos de
los materiales originales que componen las pinturas, el continuo deterioro
causado por fluctuaciones en las condiciones ambientales en relación con
la presencia de sales solubles. Teniendo en cuenta que ciertos problemas no
12
pueden ser eliminados por completo, es importante entender estas causas y
procesos —en particular el papel de la humedad y las sales solubles — con el
fin de desarrollar intervenciones apropiadas de conservación y las medidas
preventivas que puedan reducir la tasa de deterioro en el largo plazo. La cueva
85, completada en el año 867, es una de las más grandes de Mogao y contiene
algunas de las pinturas murales de más alta calidad de la dinastía Tang tardía.
La cueva se compone de una antecámara, corredor y gran cámara principal
que contiene alrededor de 350 metros cuadrados de pintura y tres esculturas
policromadas en una base de gran altar. Dieciséis sutras grandes pintadas que
decoran las paredes de la cámara principal. La cueva tenía varios períodos de
actualización, incluyendo la adición de las cifras de los donantes en el corredor
de la entrada pintada en las Cinco Dinastías (907-960), redecoración de la
antecámara de la dinastía Yuan (1271-1368. La cueva 85 fue seleccionada
debido a que el deterioro de sus pinturas murales, en particular la exfoliación
generalizada de la pintura y el desprendimiento de yeso de la roca, la hacen
representativa de los problemas que se enfrentan en muchas otras de las
cuevas del lugar.
El proyecto, desarrollado con el apoyo de la Administración Estatal
de Patrimonio Cultural, se llevó a cabo en colaboración con la Academia
de Dunhuang como un componente del plan maestro para el sitio de las
Grutas de Mogao.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Colección de antiguas recetas de cocina babilónicas, © U. de Yale, EEUU.
14
Formas Expresivas en Antropologíade Claudio Esteva Fabregat
por Leonel Durán Solís
Cuando recibí la invitación del Dr. Carlos Serrano
para participar como comentarista en un nuevo
libro del Dr. Claudio Esteva Fabregat Formas
Expresivas en Antropología, acepté de inmediato,
no obstante los pocos días para la presente
reunión. Carlos dijo una frase clave: fuiste alumno
de Claudio y por eso te convocamos. Recibí el
libro sin tener antecedentes del mismo. Ahora
puedo afirmar que es un libro extraordinario. El
prólogo de Andrés Fabregas Puig lo ubica a uno
rápidamente en las variables que aborda el autor y en una valoración de
la importancia del texto. Es un libro que seduce y que se puede abordar
desde diferentes lecturas: en una secuencia de página por página o
también abordar cada una de sus partes por separado.
El campo fundamental del análisis y reflexiones del Dr. Claudio Esteva
Fabregat gira en torno a la antropología desde su primer acercamiento
como estudiante y su continua reflexión hasta el presente sobre la
misma, caracterizada como la Escuela Mexicana de Antropología, en
su carácter holístico enriquecida por nuevas disciplinas de las que
él ha sido un estudioso y participante activo. Desarrolla con suma
claridad el conjunto de relaciones de las disciplinas que caracterizan a
esta Escuela Mexicana, aplicadas a la investigación y a la docencia en
formas constantes, de tal manera que le otorgaron una identidad por
Libros
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
sus maneras características de enfoque y aplicación, que se expresaron
en formas que se manifestaron con claridad y fuerza.
Otra lectura conduce al reconocimiento en sí y de los valores
fundamentales a la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Qué
impresionantes memoria y claridad de Claudio para referirse al ambiente
escolar y académico de la ENAH, así como de los que estudiábamos en
ella en su época. Y cómo lo forman a él
considerando que la antropología es una
sola, si bien se distinguen las cuatro ramas
básicas, posteriormente enriquecidas por
lo que él llama los encuentros laterales
con la geografía, antropogeografía y los
aledaños científicos, como la ecología.
En esa interacción de las cuatro ramas
principales permiten explicar múltiples
problemas buscando superar los enfoques
fragmentados.
Desconozco si en la ENAH actual se han
llevado a cabo esfuerzos para recobrar los
valores de su memoria, analizar sus procesos
de desarrollo y abordar el análisis de la antropología contemporánea
para la formación de nuevos cuadros profesionales y revisar en qué
medida los más de 70 años transcurridos desde su fundación, la ENAH
actual ha llegado a la construcción de una antropología que pueda
caracterizarse como la antropología mexicana para el siglo XXI, no
sólo para México, sino también para América Latina. Particularmente,
llama la atención cómo la sólida formación de Claudio lo lleva a España
a extender la Escuela Mexicana de Antropología y hacer la obra de
pionero y sembrador de una nueva antropología española.
16
La otra lectura tiene un gran tema e hilo conductor: la vida de
Claudio Esteva Fabregat, que se relaciona con México en lo que él llama
las primeras circunstancias y primeras experiencias y su integración a
la cultura mexicana. Y las llama primeras circunstancias que no meros
antecedentes.
El libro no es autobiográfico, pero el autor extrae de su vida misma
aquello que lo relaciona con antropología: sus primeros estudios, su
formación profesional, los umbrales y orientaciones de la disciplina, sus
valoraciones de la antropología de la ENAH y su posterior reorientación
en la antropología española. En el libro que hoy comentamos, va a
plantear los nuevos retos analíticos a la antropología, a los cuales
Claudio Esteva Fabregat responde puntualmente en la parte tercera
que denomina “ Percepciones y Derivas” .
Retornemos al inicio. El joven Claudio Esteva Fabregat llegó a México
el 13 de junio de 1939 en plena época cardenista y él como muchos
otros trasterrados entra al proceso de elaborar una nueva identidad en
un país que a su vez estaba en la efervescencia de su formación.
Claudio se sumerge en una nueva vida de múltiples estímulos que
lo llevan a conocer la realidad mexicana. Venía de un drama enorme
de España y de las rebeldías catalanas, pero se sumergió en una crisis
de renacimiento, y para sortearla busca las soluciones por el camino
intelectual que lo acerca a la antropología y al conocimiento de su
nuevo país, sin que ello le evite vivir la nostalgia del país ausente
Claudio experimentó dos grandes nostalgias: la del país y su gente que
tuvo que abandonar por fuerza para salvar la vida. La otra llegó muchos
decenios después cuando ya había recobrado sus espacios de origen y
el desarrollo de una muy brillante carrera profesional y académica, no
pudo dejar de experimentar otra nostalgia diferente, la de México y sus
circunstancias, y que durante muchos años llevo consigo aún en sus
lares recobrados que lo impulsaron a regresar en distintos momentos a
17
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
nuestro país y radicar actualmente en Zapopan como profesor émerito
del Colegio de Jalisco y ahora, felizmente, aquí lo tenemos en una
celebración académica que reconoce en él sus valores como antropólogo
formador de instituciones, acucioso investigador y prolífico autor.
En la lectura de su introducción y los “Umbrales y Orientaciones” en esas
etapas de su vida encuentra uno al antropólogo de gran talla y de una vida
totalmente entregada a la antropología, que va desde su formación inicial a su
enriquecimiento paulatino, explicaciones que enriquecen sus investigaciones
como antropólogo, pero, vale la pena reiterarlo, con la perspectiva de otras
disciplinas. Y con esa memoria privilegiada que lo caracteriza, menciona a sus
maestros, bajo nombres que nos son familiares, y los ubica en la coherencia
del ejercicio de la antropología y en la valoración de las cuatro ramas básicas
de la antropología y su enfoque holístico y cómo esta visión que él va
ampliando a partir de otros recursos explicativos (etnohistoria, antropología
social, la psicología, el psicoanálisis etc.) que le permiten entender y explicar
numerosos problemas y escribir los libros de los que él es autor.
Pero, no sólo menciona a quienes fueron sus compañeros menciona
también a los que fueron sus profesores, entre los cuales hay un
importante grupo de los exiliados que influyeron en el desarrollo de la
antropología mexicana y cuando va uno leyendo los nombres de esas
personas y de maestros algunos de los cuales fueron nuestros, sucede
un hecho interesante, su lectura no se queda sólo en los ojos y en la
mente sino comienzan a surgir las imágenes de la época en que nos
toco ser estudiantes de la misma escuela, los rostros de esas personas
mencionadas. Y leyendo a Claudio, acercarse uno de nueva cuenta a
nuestra querida ENAH y a interesarse profundamente en esa ENAH
que va describiendo el maestro y preguntarse finalmente ¿cuál es la
ENAH de ahora? en qué medida responde a un proyecto nacional e
institucional.
18
Claudio Esteva Fabregat no propone que la estructura de su libro sea
un método para otros autores, pero uno no puede dejar de advertir que
la parte primera se aproxima a lo autobiográfico y que posteriormente
se aplica al análisis de las problemáticas de investigación y docencia y a
pensar en otros ejemplos: ¿por qué Alfonso Caso se hizo antropólogo
y desarrolló instituciones?, ¿por qué el Dr. Daniel Rubín de la Borbolla
recorrió toda America convocando a estudiantes de esos países para
que vinieran a México a estudiar antropología?, ¿por qué Jorge A. Vivó
después de recorrer el mundo buscando su transformación a una nueva
era se hace antropólogo y profesor distinguido muy distinguido de la
ENAH?, ¿por qué Eusebio Dávalos Hurtado el primer graduado de la
ENAH fue un excelente Secretario Académico de la ENAH, Director del
Museo Nacional, Director General del INAH, que impulsa la creación de
nuevos museos, y se niega a proporcionar los nombres de estudiantes
que participábamos en un movimiento nacional y en la primera huelga
reivindicativa para la ENAH? ¡Y cómo no tener en cuenta las imponentes
presencias de Pedro Bosch Gimpera, Paul Kirchoff, Pablo Martínez
del Río, Wilberto Jiménez Moreno, Alejando Dagoberto Marroquín
Arturo Monzón, Fernando Cámara Barbachano, Ricardo Pozas, Julio
de la Fuente, Gonzalo Aguirre Beltrán! Y de la misma manera que uno
podría entender mejor sus maestros y sus obras habría que incorporar
su método de conocimiento preguntarnos sobre las motivaciones de
sus vidas para convertirse en antropólogos en nombres de los que
están aquí presentes como son los de Guillermo Bonfil Batalla, Rodolfo
Stavenhagen, Carlos Navarrete, Mercedes Olivera, Margarita Nolasco,
Lina Odena Güemes, y muchos etcéteras más.
Tal como se construye el presente libro, hoy objeto de nuestros
comentarios, metodológicamente a partir del acercamiento biográfico
permitiría acercarse a la explicación de sus acciones de los antropólogos
mencionados: sus experiencias formativas, docentes, por qué sus temas
19
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
de investigación y sus contribuciones a la antropología. Preguntarse
¿cual es la versión de uno mismo al mirar a los otros? Como dice el
Maestro Estava Fabregat: “viéndolo y observándolo, soy sujeto de
descripción de mí mismo, por lo menos en el hecho de que reacciono
por ser yo también una prueba de experiencia de una sensibilidad
personal”. “Soy pues, mis palabras, y soy en ellas una forma implícita
de construir mi propia realidad”. Y la construcción de la propia realidad
son las acciones más allá de los procesos de investigación, el desarrollo
de proyectos, de programas, gestión de instituciones, y sumándose
a otras causas de interés humano; es decir, aquellas praxis sociales,
como dice Claudio, “que más de ser específicas de pensamientos son
específicas de acción”. Hay una praxis, una intervención para diseñar,
modelar e impulsar acciones a partir de un enfoque antropológico
que no sólo es investigar sino también un actuar y ahí se ubican
antropólogos egresados de la ENAH con una participación muy activa
en instituciones del Estado mexicano en diferentes dependencias de
gobierno en Agricultura, en la Secretaria de Educación Pública, en
el INAH, Instituto Nacional Indigenista, CIESAS, Dirección General de
Culturas Populares, en las universidades, etc.
Presentación de Libro
Julio 29, 2011.
20
Tradiciones
Cuando escuchamos la palabra “geisha”, se suceden una serie de
imágenes. Esas delgadas mujeres envueltas en hermosos kimonos,
caminando a pasitos rápidos y cortos por las estrechas calles de Kyoto, con la
cara pintada de blanco, semejando a un mimo o a un Pierrot, con la mirada
perdida, sumida en sus propios pensamientos.
Tras la desaparición de la figura del samurai, la geisha junto con los
luchadores del sumo, son el único exponente del pasado de Japón. La Geisha
aún permanece con el paso del tiempo, después de más de 400 años, y en el
presente sigue causando fascinación, y muchas preguntas en torno a ella. El
Festival más esperado cada año en Gion, es el de los cerezos en flor, para ver
salir en todo su esplendor a todas las Geishas y maikos de sus hanamachi.La
palabra GEISHA proviene de los fonemas chinos “Gei”, que quiere decir arte,
habilidad, y “Sha” que significa persona. Eso es lo que representa una Geisha,
una persona con la habilidad en distintas artes.
En la antigüedad, específicamente en la Era de Edo hasta la Era de Meiji,
esta palabra se utilizaba para referirse a cualquier persona que perteneciera a
las artes (poesía, teatro, pintura), pero se extendía a otros sectores (religioso,
deporte, maestros de lenguas extranjeras, e incluso para referirse a los cirujanos
de la época), también se designaba con este nombre a los que actuaban en
locales cerrados o privados, que quizás es lo que se acerca también a la idea
de la Geisha. La Geisha aparece en la era de Edo, conocida también como “la
Geisha machi”, la Geisha urbana.
La antecesora de la Geisha, son las odoriko, las bailarinas, pero si nos
remontamos años más atrás, podríamos sacar sus raíces del “kabuki odori”
Vocación cultural de las geishas
21
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
(bailarines del teatro ambulantes).
Estas bailarinas, hermosamente
ataviadas en kimonos de seda,
realmente eran hombres en
su mayoría, y se encargaban
de bailar ante los samuráis,
de realizar la ceremonia del
té, servirles sake, y de tocar
el shamisen (instrumento de
cuerda parecido a la guitarra,
pero de tres cuerdas, y con
un sonido muy melódico).
Este baile era conocido como
okuni.
Estando sus raíces ligadas al
teatro kabuki, podemos inferir
que de allí también proviene la
tradición de pintar su cara de
blanco.
En la Era Edo, los que tenían
el poder económico eran los
comerciantes. Éstos buscaban formas de distracción, con lo cual los sitios
donde se representaba el kabuki fueron en crecimiento. No solamente las
artes fueron en ascenso sino también la prostitución, convirtiendo ciertos
sitios en perniciosos. El shogunato de Tokugawa no vio con buenos ojos
las representaciones del kabuki en el distrito de Yoshiwara, porque eran las
causantes de que se hubiesen iniciado “nuevas prácticas de placer”. Esto
motivó su prohibición, y todo tipo de actividad de distracción fue arrinconada
en lo que se denominó “distritos de placer”. Es decir, la prostitución no fue
prohibida sino confinada a estos sitios, y bajo el control del gobierno.
22
En el año 1779, las geishas fueron reconocidas como artistas, y se adoptó
el sistema “Kenban” para supervisar a las geishas de la zona, y se restringió
su número por debajo de 100 artistas, protegiendo así a las geishas de que
cayeran en la prostitución. El kenban, permanece aún hoy en día funcionando
como una especie de sindicato de las geishas.
Las geishas y maikos vivían en “hanamachis” (ciudad de flores, hana=flor,
machi=ciudad), que eran las ciudades autorizadas a que fueran habitadas por
ellas. En la actualidad, son cinco comunidades en Kyoto: Ponto-cho, Gion-
Kobu, Gion-Higashi, Miyagawa-cho, y Kamishichiken. Las geishas de Kyoto
hablaban en dialecto “kiotense”, que se sigue usando en la actualidad. En
kiotense geisha es geiko.Muchas prostitutas trataban de imitar el estilo de las
geishas, pero no tenían la formación artística de éstas. Se vestían en kimonos,
con exceso de maquillaje y demasiados adornos en el peinado, por lo que
por nuevo edicto del shogun Tokugawa, y para protección de la imagen de
las geishas, se obligaba a las mismas a moderar su vestuario y maquillaje para
poder diferenciarlas de las simples prostitutas. Quizás sea por ello que durante
un tiempo se confundían a las geishas con éstas, porque vivían además en
las casas de “lámparas rojas”, pero el caso es que no podemos decir que las
geishas fueran prostitutas.
Ellas sólo se encargaban de distraer a los hombres, con amenas conversa-
ciones, con danza, o tocando el shamisen. Las geishas y maikos que bailaban
se denominaban Tachikata, y las que se dedicaban a tocar un instrumento,
Jikata.
El tiempo de la geisha y maiko con cada hombre, se media en varitas de
incienso, cuando ésta se consumía había finalizado su tiempo.
Las geishas y maikos contaban con un pacto de silencio, por lo que
cualquier hombre podía estar tranquilo con las conversaciones que se
mantuvieran delante de ella, o con ella.
Fuente: http://culturajaponesa.blogspot.com
23
Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Distingue España a José María Muriá con la Orden de “Isabel la Católica”
Sr. Embajador, señoras y señores:
Este servidor de ustedes no es más que un historiador
de una provincia mexicana —aunque no una provincia
cualquiera, eso sí—, quizá por ello le resulte aún
más satisfactorio recibir una distinción de tamaña
envergadura.
No sé —lo digo con sinceridad— si la merezco
o no, sin embargo prefiero no aclarar la duda. No
vaya siendo que se arrepientan y me priven de este
espléndido masaje al ego.
Muchas gracias, pues, Señor Embajador. Mucho,
también, le ruego que las haga extensivas a quienes
allá intervinieron para concederme este galardón, que a quienes tuvieron la iniciativa
aquí, en México, ya me he encargado de hacerlo personalmente.
Pero debo confesar que recibirlo contiene una fuerte carga agridulce, emanada
de la enorme complejidad de mis relaciones con España, lo mismo que lo son –
supongo- para la mayoría de los mexicanos.
Igual que si se tratara de conyuges, de vecinos o de parientes, hay de todo en
nuestro trato, máxime que es el suyo un país de muchos contrastes, igual que el mío.
Bien podríamos decir que hay en ambos, como si fueran tamales: de chile, de dulce
y de manteca.
Viajé a España por primera vez en 1964 y no he dejado de hacerlo con intervalos
Reconocimiento
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cada vez menores. Desde entonces mucho me ha sucedido, como aquel policía
vestido de gris que arremetió contra mí, cuando presenciaba una manifestación
pacífica a favor o en contra de no sé qué.
Era una España muy gris aquella, máxime si la comparamos con lo que se ha ido
convirtiendo después. Es por ello que, si de esos tiempos antiguos se trata, prefiero
en cambio recordar esa “España Peregrina” que a todos nos cautivó. Ahora, por
ejemplo, echo de menos a mi maestro José Gaos, a quien tanto debo. Él se definía a
sí mismo como un “profesor de filosofía”, pero en realidad fue un gran defensor de
principios fundamentales de la descolonización intelectual. No en vano se convirtió
en la insignia de la inmigración republicana en México.
Quiero hacer también memoria de nuestra querida ex cónsul en Guadalajara,
quien se metió en el corazón de los tapatíos que tuvimos el privilegio de tratarla.
Aguas Ocaña, merece gratitud por ser como es y por haberle dado nueva vida al
consulado de España.
Pienso por igual en los amigos que, hace unos diez años, frente al monumento
del patriota liberal Julián Sánchez, apodado “El Charro”, que se yergue en Ciudad
Rodrigo, me comprometieron etílicamente a desentrañar los orígenes de la charrería
mexicana. Ahí nació mi reciente libro sobre ese tema.
Pero permítanme contarles una pequeña historia —historia verdadera, como
diría el gran Bernal Díaz del Castillo— que simboliza mi relación con la España
contemporánea.
A mediados de 1983, otro de mis grandes y queridos maestros, Miguel León-
Portilla, fue nombrado Presidente de la Comisión Nacional que habría de encarar
el quinto centenario del año de 1492. A su vez, Miguel pidió que se me nombrara
Secretario y empezamos juntos una aventura que nos atrajo muchos coscorrones y
una que otra mentada, pero también muchas y grandes satisfacciones.
Nuestra presentación en el cónclave internacional, que ya había decidido
“celebrar” el quinto centenario del “descubrimiento de América”, no pudo ser
más desoladora. La reunión fue en Santo Domingo, en 1983, y ninguna delegación
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
respaldó nuestra posición. Solamente Panamá no se declaró en contra… Lo que
pedíamos era no celebrar —esto es: no hacer una fiesta— sino “conmemorar”;
esto es, traer a la memoria, analizar y ponderar lo que con mayor visión preferíamos
denominar “encuentro de dos mundos” que no se habían conocido antes y, con
mucho de malo y de bueno, empezaron a desenvolverse juntos a partir de entonces.
Recuerdo cómo nos incomodó la postura del presidente de la Comisión española
—ginecólogo de oficio—, cuando procedió a explicarnos la misma tesis que había
esgrimido mucho tiempo atrás un profesor de nombre Manuel Ballesteros Gaibrois,
de que los mexicanos prehispánicos no habían sido capaces de construir ideas
abstractas.
El comentario de Miguel, fue el siguiente:
–¿Este señor representa a un gobierno socialista o a la España de Franco?
Había mucho de razón: el franquismo sobrevivía en algunos miembros de la Comisión
Española…
Entre 1984 y 1985 hubo varios cambios de gobierno en América, de manera que
la tendencia predominante se inclinó hacia la democracia y a nuestro favor.
Pero lo más relevante se produjo en Madrid, a fines de julio de 1985, con motivo
de la visita oficial del Canciller de México. Éste me pidió que lo “blindara”, eso dijo,
contra cualquier planteamiento de su homólogo español y procedí a prepararle
tarjetas que le permitieran sortear cualquier tipo de “ataque”.
¿Ataque? ¿Cuál ataque? El nuevo ministro español, Francisco Fernández
Ordóñez, había hecho suya la postura mexicana, por creerla más conveniente tanto
para la nueva política exterior española como para la idea que se estaba gestando
sobre la comunidad de países de la península y de América Latina. Así lo manifestó
oficial y públicamente y en la coraza de mi Secretario no había ninguna tarjeta
preparada para responderle. De esta manera hubo de improvisar –lo cual detestaba-
para dar las gracias.
Cuando regresó a México la regañada fue mayúscula.
Pocos años después el Canciller español escribiría: “Conmemorar ‘el encuentro
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de dos mundos’ es una realidad que contribuyó a que la idea de la historia se hiciera
más universal.” (América 92. Revista del Quinto Centenario. Mayo de 1989. p. 7).
He de decir también que, al final de la reprimenda, Sepúlveda me felicitó por
lo que consideró un éxito más de aquella diplomacia mexicana que entonces podía
correr por el mundo con la frente muy alta. Lo cierto es que la tortilla ya se había
volteado. En la siguiente Conferencia de Comisiones Nacionales, que tuvo lugar en
Buenos Aires, solamente dos representantes se aferraron al viejo molde: uno era el
de Pinochet y el otro del gobierno de Perú.
La zozobra nos la trajo después el deseo intenso que manifestó Estados Unidos
de incluirse con pleno derecho (voz y voto) en aquella Conferencia Iberoamericana
de Comisiones Nacionales que pretendía ser de condición latina.
Se respaldaban en la gran cantidad de llamados “hispanos” que ahí residen; el
problema era la percepción diferente de las cosas: mientras nosotros nos esforzábamos
por publicar libros, restaurar monumentos, acercar a nuestros hombres de letras y
artistas y gestar una mayor comunicación y un mejor entendimiento entre nuestros
países, la Comisión norteamericana, que era presidida por un cubano que vendía
llantas en Miami, presumía que su actividad principal del año había sido preparar una
“paella” para diez mil personas. Sólo el pensar en el sabor que debe haber tenido
aquello, supongo, hizo que muchos de los delegados se manifestaron en contra
de su incorporación con pleno derecho.
Lo cierto es que, dadas las ocultas intenciones de la Cancillería española, de las
que puso sobre aviso a la representación mexicana y se coludió con ella, la presencia
de Estados Unidos resultaba inconveniente, ya verán ustedes por qué, de manera
que este servidor, que quedó sólo al frente de las representaciones de México en las
siguientes reuniones, y el mero Ministro de España, codo con codo, llevamos a cabo
varias negociaciones, maquinaciones y operaciones de resistencia de las que yo, por
no ser diplomático de oficio, podía arriesgarme a ser agresivo portavoz, sin que haya
habido graves consecuencias porqué Fernández Ordóñez hizo las cosas muy bien.
Finalmente, a pesar de todas las presiones, la Comisión de Estados Unidos quedó
como observadora y punto.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
¡Cómo aprecié y admiré el valor y la calidad humana del Canciller Fernández
Ordóñez! Con qué sencillez y calidez pudimos entendernos y salirnos con la nuestra.
Bueno, aparte de vernos en muy diversos lugares, en Madrid, París, Lisboa, Puerto
Rico, Caracas, etc. para que nadie nos interrumpiera ni espiara, lo que hicimos en
varias ocasiones, hasta altas horas de la noche, fue encerrarnos en mi habitación de
hotel, planeando, escribiendo, leyendo y corrigiendo.
Mientras tanto el cáncer iba haciendo mella. ¡La batalla exterior la ganamos! De
aquella Conferencia de Comisiones Nacionales del V Centenario del Encuentro de
dos Mundos, a la postre, pudo emerger la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado
y de Gobierno, que se estrenó en el año de 1991, precisamente en Guadalajara.
La selección de esta plaza no fue casual: fue una deferencia de Francisco en la
sugerencia que le hizo al presidente Salinas.
Ya reintegrado yo, con todo y chivas, a la vida académica jalisciense lo ví por
última vez al salir del teatro Degollado, precisamente al término de aquella reunión
de 1991. Nos dimos un gran abrazo sabiendo que no habría más. Vicente Fernández
cantaba en plena calle: “Volver, volver, volver…”
La otra batalla la perdimos: el 2 de junio de 1992, Francisco dejó el cargo. Sólo
tardaría 65 días en morir. Una de las peores pérdidas de la diplomacia de nuestros
países. Un hombre íntegro del que me hice verdaderamente amigo durante aquellos
años. ¡Claro que me acuerdo de él ahora! Como siempre, lo hago con mucho cariño
y un chorro de admiración.
Señor Embajador. Señoras y señores: además de agradecer muy especialmente
a todos su fraternal presencia aquí, absolutamente a todos, espero que perdonen
mis emociones contradictorias. Pero me reafirmo en la idea de que, si bien es cierto
que hay elementos en España –igual que en México– de los que nos debemos cuidar
todos, también los hay, y muchos, que pueden reforzar la búsqueda conjunta de un
mejor futuro del que espero ver todavía los primeros pasos, antes de irme a reunir
con Fernández Ordóñez, con todo y la condecoración que hoy recibo, para seguir
conspirando juntos a favor de nuestras muchas coincidencias.
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Nota del editor. El pasado 20 de junio, en la residencia del
embajador de España en México tuvo lugar la condecoración
con la Encomienda de la Orden de “Isabel la Católica” al doctor
José M. Murià, investigador del INAH, miembro del Sistema
Nacional de Investigadores y miembro numerario de la Academia
Mexicana de la Historia.
Las razones que el embajador adujo fueron la brillante
trayectoria académica de Muriá, como historiador de Jalisco con
una proyección universal, y también el brillante desempeño que
demostró al servicio de las buenas relaciones de los países de
habla española cuando fue Secretario Ejecutivo de la Comisión
Nacional Conmemorativa del Quinto Centenario del Encuentro
de dos Mundos y la aterrizada defensa que hizo, junto con el
ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández
Ordóñez, de la postura de que en la Conferencia de comisiones
nacionales no fuese admitido ningún país que no fuese de origen
ibérico, lo cual permitió que aquella Conferencia derivara en la
Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica que se
reunió por primera vez precisamente en la capital de Jalisco.
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
India o Pakistán
Libros
Laura Carballido Coria
Centro de Estudios Asia Y África de El Colegio de México
Primera edición, 2011
¿India o Pakistán? Ésta fue la pregunta que tuvieron que
responder los habitantes de la India colonial en 1947. Tras una larga lucha,
el 3 de junio de 1947, finalmente se anunció que la independencia se
lograría pronto; pero la colonia no daría paso a un Estado-nación, sino a
dos. El resultado fue la partición de India. En esta obra se desentrañan las
circunstancias de ese complejo proceso, cuyas consecuencias están hoy más
presentes que nunca y afectan el escenario regional y global. En sus páginas
se delinean las diferentes fuerzas políticas anticoloniales, presentes desde
finales del siglo XIX, para luego centrarse en el final del periodo colonial en
una provincia, Bengala, y en la creación de la frontera entre los dos nuevos
países. Laura Carballido Coria analiza de manera detallada la composición
de la provincia en términos sociales, religiosos y étnicos que se expresó en
varias propuestas sobre la independencia. Esta aproximación le permite al
lector apreciar las tensiones entre las dirigencias centrales de los principales
partidos políticos y las ramas provinciales, entre los partidos políticos grandes
y las pequeñas organizaciones políticas, entre las mayorías y las minorías
religiosas, entre las castas altas y bajas, y entre los grupos privilegiados y
las clases pobres. Ésta es una obra fundamental para los estudiosos de los
procesos de descolonización, particularmente del sur de Asia, así como para
los interesados en las relaciones entre mayorías y minorías.
Fuente: www.colmex.mx
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Cultura ibérica. Finales S. III, inicios S. II a.C.
Directorio
INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
DIRECTOR GENERALALFONSO DE MARIA Y CAMPOS CASTELLÓ
SECRETARIO TÉCNICOMIGUEL ÁNGEL ECHEGARAY
SECRETARIO ADMINISTRATIVOEUGENIO REZA SOSA
COORDINADORA NACIONAL DE MUSEOS Y EXPOSICIONESLOURDES HERRASTI
DIRECTOR DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURASY DEL CORREO DE LAS CULTURAS DEL MUNDO
LEONEL DURÁN SOLÍS
EDITORMARIANO FLORES CASTRO
ÉSTA ES UNA PUBLICACIÓN DELCENTRO DE ESTUDIOS SOBRE LA DIVERSIDAD CULTURAL (CEDICULT)
DEL MUSEO NACIONAL DE LAS CULTURAS
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS POR LOS RESPECTIVOS AUTORES DE LOS ARTÍCULOS, NOTAS Y FOTOGRAFÍAS.
MÉXICO, D.F., 1º DE AGOSTO DE 2011.