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162 PH Boletín 38 Agradezco al Prof. Jesús Pedro Lorente Lorente, de la Universi- dad de Zaragoza, su estímulo para reflexionar sobre este tema, y a la Prof. María Luisa Bellido Gant, de la Universidad de Granada, su asesoramiento para cristalizarlo Museos de arte latinoamericano en Internet. La construcción de una realidad a partir de la virtualidad Resumen La presencia de museos en la red, y en especial los de arte contemporáneo, es un fenómeno que ha adquirido notoria importancia en el último lustro, acompañando la "revolución internet". Dicha presen- cia ha pasado de permitir la concreción de ciertos objetivos a convertirse en una verdadera necesidad, abriendo las puertas a una variable inédita dentro de la "nueva museología". En un momento en que el arte contemporáneo latinoamericano tiende a con- solidarse, los museos virtuales se erigen en factores fundamentales para difundir los conocimientos de un lado a otro del continente, posibilitando un viaje virtual al alcance de la mano y del bolsillo. En el pre- sente ensayo se da a conocer un modelo de bús- queda, captura y análisis que permita acercar al lec- tor a la realidad de los museos on line de arte latinoamericano. Palabras clave Museos / Internet / Nuevas tecnologías / Exposicio- nes / Arte Latinoamericano Introducción La prehistoria de Internet se remonta a finales de los años sesenta, pero su verdadera difusión no da- ta de más allá de quince años. En las postrimerías de los ochenta se asistía tímidamente a la aparición de las páginas web tal como hoy las entendemos, con la paulatina incorporación de imágenes acom- pañando a los textos, conformando un menú que habría de ser cada vez más completo y a gusto del consumidor. Si pensamos en los hoy arcaicos sitios gopher, dotados de una información básica, presen- tada las más de las veces de forma árida, y sin atractivo visual ninguno, podremos hacernos una idea de los avances que se han venido y se vienen produciendo sin solución de continuidad. Otro paso de gigante se daría tras la instauración de la world wide web (www) hacia 1993, ya que este avance, que llegó a calificarse de gran "telaraña mundial", permitió un más rápido acceso a las infinitas bases de datos hasta entonces dispersas en el ciberespa- cio. Se sentaron los cimientos de una verdadera re- volución del hipertexto, posibilitando a través de enlaces y subenlaces, alcanzar una internacionaliza- ción de la información casi sin precedentes, capaces de barrer con las fronteras geográficas. Nos encon- tramos así, de pronto, ante un medio que se mos- traba capaz de llevar al enciclopedismo a su máxi- ma expresión, ante el mayor muestrario de cultura y pensamiento nunca antes visto en un espacio físi- co tan reducido. La presencia de museos en la red, y en especial los de arte contemporáneo, es un fenómeno que ha adqui- rido notoria importancia en el último lustro, acompa- ñando esa "revolución internet". Dicha presencia, lejos de representar un snobismo vanguardista, muy por el contrario, ha pasado de permitir la concreción de ciertos objetivos a convertirse en una verdadera ne- cesidad, abriendo las puertas a una variable inédita dentro de la "nueva museología". Así lo determinaron los nuevos tiempos culturales, caracterizados por el sentido de "aldea global" que fue potenciado por in- ternet, y la realidad marcada por las corrientes eco- nómicas actuales, donde la promoción cultural como parte integrante del turismo internacional, juega un papel determinante. Y este proceso, consolidado en la realidad tangible, va en camino de afincarse tam- bién en la realidad virtual. A la larga, puede que el mundo de los museos quede dividido entre los que están presentes en la red y los que no lo están. Rodrigo Gutiérrez Viñuales Departamento de Historia del Arte Universidad de Granada ARTÍCULOS

Museos de arte latinoamericano en Internet. La ...rgutierr/PDF1/063.pdf · Internet. La construcción de una realidad a partir de la virtualidad Resumen La presencia de museos en

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162PH Boletín 38

Agradezco al Prof. Jesús PedroLorente Lorente, de la Universi-

dad de Zaragoza, su estímulopara reflexionar sobre este

tema, y a la Prof. María LuisaBellido Gant, de la Universidadde Granada, su asesoramiento

para cristalizarlo

Museos de arte latinoamericano enInternet. La construcción de unarealidad a partir de la virtualidad

Resumen

La presencia de museos en la red, y en especial losde ar te contemporáneo, es un fenómeno que haadquirido notoria impor tancia en el último lustro,acompañando la "revolución internet". Dicha presen-cia ha pasado de permitir la concreción de cier tosobjetivos a convertirse en una verdadera necesidad,abriendo las puer tas a una variable inédita dentrode la "nueva museología". En un momento en que elar te contemporáneo latinoamericano tiende a con-solidarse, los museos vir tuales se erigen en factoresfundamentales para difundir los conocimientos deun lado a otro del continente, posibilitando un viajevir tual al alcance de la mano y del bolsillo. En el pre-sente ensayo se da a conocer un modelo de bús-queda, captura y análisis que permita acercar al lec-tor a la real idad de los museos on l ine de ar telatinoamericano.

Palabras clave

Museos / Internet / Nuevas tecnologías / Exposicio-nes / Arte Latinoamericano

Introducción

La prehistoria de Internet se remonta a finales delos años sesenta, pero su verdadera difusión no da-ta de más allá de quince años. En las postrimeríasde los ochenta se asistía tímidamente a la apariciónde las páginas web tal como hoy las entendemos,

con la paulatina incorporación de imágenes acom-pañando a los textos, conformando un menú quehabría de ser cada vez más completo y a gusto delconsumidor. Si pensamos en los hoy arcaicos sitiosgopher, dotados de una información básica, presen-tada las más de las veces de forma ár ida , y s inatractivo visual ninguno, podremos hacernos unaidea de los avances que se han venido y se vienenproduciendo sin solución de continuidad. Otro pasode gigante se daría tras la instauración de la worldwide web (www) hacia 1993, ya que este avance,que llegó a calificarse de gran "telaraña mundial",permitió un más rápido acceso a las infinitas basesde datos hasta entonces dispersas en el ciberespa-cio. Se sentaron los cimientos de una verdadera re-volución del hiper texto, posibilitando a través deenlaces y subenlaces, alcanzar una internacionaliza-ción de la información casi sin precedentes, capacesde barrer con las fronteras geográficas. Nos encon-tramos así, de pronto, ante un medio que se mos-traba capaz de llevar al enciclopedismo a su máxi-ma expresión, ante el mayor muestrario de culturay pensamiento nunca antes visto en un espacio físi-co tan reducido.

La presencia de museos en la red, y en especial los dearte contemporáneo, es un fenómeno que ha adqui-rido notoria importancia en el último lustro, acompa-ñando esa "revolución internet". Dicha presencia, lejosde representar un snobismo vanguardista, muy por elcontrario, ha pasado de permitir la concreción deciertos objetivos a convertirse en una verdadera ne-cesidad, abriendo las puer tas a una variable inéditadentro de la "nueva museología". Así lo determinaronlos nuevos tiempos culturales, caracterizados por elsentido de "aldea global" que fue potenciado por in-ternet, y la realidad marcada por las corrientes eco-nómicas actuales, donde la promoción cultural comopar te integrante del turismo internacional, juega unpapel determinante. Y este proceso, consolidado enla realidad tangible, va en camino de afincarse tam-bién en la realidad vir tual. A la larga, puede que elmundo de los museos quede dividido entre los queestán presentes en la red y los que no lo están.

Rodrigo Gutiérrez Viñuales

Departamento de Historia del ArteUniversidad de Granada

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En la actualidad museística, la cuestión ha tomado re-lieve como tema de investigación. La teoría nació casia la par de la praxis, dándose rápidamente la manocon ella, interactuando y verificando transformacio-nes en forma conjunta. En idioma español, la ediciónde dos monográficos referidos al tema de los "muse-os en internet" publicados por Museum Internacionalen 1999 y 2000, como asimismo el dossier sobre"museos del siglo XXI" presentado por la madrileñaRevista de Museología en 20011, son síntomas cuan-to menos apreciables. En la nota editorial que acom-pañaba al primer monográfico referido, se citabandatos tan esclarecedores como rotundos, entre losque se destacaba que las visitas reales al Louvre deParís se cifraban en más de cinco millones de visitan-tes anuales; por contrapartida, los visitantes vir tualesacudían a la página web del museo en un númerocercano al millón por mes. Más del doble. En cuantoa la www se apuntaba que en sus albores, hacia1993, se contabilizaban 130 sitios, contra 650.000 apr incipios de 19972; hoy no podríamos aseverarcuantos millones de sitios existen.

Estos datos terminaron por imponerse y las direc-ciones de los museos fueron entendiendo a las pá-ginas web como una necesidad, máxime en el nue-vo modelo de museo que estipula como factorindispensable la cantidad, los números de público,en donde la apuesta está siempre más cerca depropiciar masas consumidoras que de culturalizar alas mismas como muchas veces se afirma ciegamen-te. Es que los números son los que abren la puer taa la necesaria participación de las empresas patroci-nadoras, lo cual también es ya una realidad en laweb. Muchos por tales de museos e institucionestienen ya en su por tada el cuadro que señala lacantidad de visitantes de la página, instrumento decontrol que puede ser vir de herramienta para lacaptación de patrocinio. No debemos olvidar quetoda página web, de una u otra manera, tiene algu-na aspiración económica.

En el texto de Museum al que aludíamos párrafosatrás, se citaba un conjunto de razones fundamenta-

les para convencer a cualquier gestor de museos dela impor tancia de crear para sus instituciones un"museo vir tual"; sintetizamos algunas de ellas: su ca-rácter de herramienta para proporcionar informa-ción al público; el carácter abier to de internet, suacceso público y gratuito; la posibilidad que se brin-da a los visitantes de apor tar ideas o comentarios,lo que no es posible de otra manera; la factibilidadde llegar a un público alejado de sus zonas de acce-so físico; el tener una página de presentación en laWeb da pedigrí añadido a los museos, "ya que suimagen de marca, su reputación de calidad y su au-toridad, les permiten destacarse". Y continúan las ra-zones: "Las visitas al museo vir tual de Internet com-plementan las vis i tas reales y no compiten conellas… cuanta más gente visite el sitio del museo enInternet, más gente lo visitará en la vida real"3.

En el mismo sentido, pero desde una posición más ra-dicalizada, António Cerveira Pinto dice: "Me gustaimaginar el museo del próximo siglo como una exten-sa e interactiva red de bases de datos multimedia dis-tribuida por el inmenso espacio electrónico, estimulan-do un sinfín de intercambios personales, enriquecidospor la libertad inherente a las micrologías del espaciocibernético"4. Aboga por un "museo del futuro", como"un santuario de la experiencia estética, un lugar inte-ractivo del saber, del placer y de la contemplación"que permita combatir la tendencia al espectáculo queexperimentan actualmente muchos museos, y que im-piden brindar al espectador interesado un tiempo pa-ra la contemplación filosófica, reflexión que comparti-mos sólo a medias, ya que nos situamos en la acerade los que consideran que la contemplación de unaobra original no tiene ni tendrá parangón a través deuna reproducción. En esta línea de análisis, podemosarriesgar que un museo virtual se aleja del sentido ori-ginal y etimológico de "museo" como "lugar de las mu-sas" para acercarse más al de "memoria viva y utilita-ria", aunque es justo reconocer que muchas de lassalas virtuales diseñadas expresamente, además de sucarácter propenso a la diversión, producen la sensa-ción de ser un descanso para la vista. No es lo mismover una obra de arte vir tual sobre un fondo neutro y

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Ahora los museos cuentan con una herramienta de difusión y

desarrollo museológico y científico más cercano a sus

posibilidades reales de gestión, la cual está siendo crecientemente

utilizada, y que está llamada a dar nuevos y valiosos frutos para

la cultura del continente latinoamericano y su conocimiento

interno y externo.

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muchas veces cargado de leyendas alusivas y extrañasa la misma, que apreciarlas en un espacio virtual en elque se ha puesto énfasis para crear un cierto clima derecogimiento.

Los museos vir tuales generan un nuevo tipo de pú-blico: "Se trata de un nuevo tipo de visitante de mu-seos, es más cercano a un astronauta que a un pea-tón. No sigue un recorrido predeterminado o uncamino obligado. Puede pasar de un cuadro a otrosin recorrer toda la galería o seguir una visita guiadapaso a paso, con toda suer te de indicaciones y ex-plicaciones críticas. A la salida, podría hacer tambiénalguna compra –a distancia– en la boutique del mu-seo vir tual. Por ahora no se puede sentar en el bardel museo a tomar un café vir tual con un amigo pe-ro no conviene excluir nada. Los avances técnicosnos deparan sorpresas en cada esquina"5.

De todas estas razones, válidas todas ellas para elcaso latinoamericano, nos interesa par ticularmenteresaltar la que se vincula a las distancias espaciales,físicas, para realizar una visita real. En un momentoen que el ar te contemporáneo latinoamericano, ensu carácter globalizador más acentuado, tiende aconsolidarse6, y, consecuentemente, a desper tar elinterés de un público cada vez mayor en conocer lasproducciones de sus países vecinos o de los quecompar ten la llamada "identidad latinoamericana",los museos vir tuales se erigen en factores funda-mentales para difundir los conocimientos de un ladoa otro del continente, posibilitando un viaje vir tual alalcance de la mano y del bolsillo. Esta situación haservido para que el desarrollo de los museos en in-ternet se multiplicara rápidamente en Latinoamérica,inclusive con mayor ímpetu que en Europa7. El he-cho de que la red les sirviera en bandeja un métodocómodo y barato para darse a conocer, sumado a lapenetración cultural nor teamericana en casi todoslos países, siempre más permeables que los europe-os en ese sentido, que trajo consigo y posibilitó eldesarrollo de tecnologías punta muy tempranamen-te, fue determinante. Los historiadores nos encon-trábamos a menudo con la imposibilidad de infor-marnos de las producciones ar tísticas de las otrasnaciones, realidad que con internet ha cambiado deuna manera inimaginable una década atrás.

Esta "desinformación" desde América hacia Américano tuvo su contrapar tida en nuestra mirada haciaEuropa y Estados Unidos, donde la amplia difusiónde libros y revistas con las colecciones de los gran-des museos permitieron un conocimiento estable delas llamadas "obras maestras del ar te universal"; In-ternet, en este sentido, vino a apor tar un cúmulomayor de imágenes y de perfeccionamiento de unconocimiento que nos era familiar. Pero en el casode las obras de arte latinoamericanas, insistimos, es-tamos ante una realidad totalmente nueva. Dicha re-alidad se enriquece asimismo con el ahora fácil acce-so, grac ias a la red, de textos c ient í f icos quepermiten un conocimiento más hondo de las obrasy movimientos ar tísticos de cada región, textos quepor lo general no están situados en las páginas de

los museos sino en las de universidades, centros deinvestigación o revistas electrónicas, fungiendo deverdaderos entes complementarios a la labor de losmuseos vir tuales que, ya sea por falta de espacio opor ausencia de investigadores de jerarquía en susplantillas, no pueden brindar este aporte.

Por supuesto que si bien hay razones de peso paraque los museos conformen una página web para di-fundirse, el tema presenta también inconvenientes.Maxwell L. Anderson refiere a estas desventajas, alas que contrapone nuevas evidencias que hacen po-sitivo el aggiornamiento: "En general, los que poseenun sitio Web pasan apuros para mantenerlos al día,manejar el flujo de mensajes electrónicos, que pue-de conver tirse fácilmente en inundación…", perotambién señala los beneficios: "Además de ofreceracceso permanente a un tipo de información que elpúblico suele solicitar por teléfono, fax o correoelectrónico (lo que exigía antes que el personal de-dicara parte de su tiempo a responder esas solicitu-des)… puede convertirse en un espacio de comuni-cación (y) ofrecer listas de actividades que de otromodo acarrearían gastos periódicos de impresión ycorreo". En definitiva, se trata de "una ventana abier-ta al mundo entero con un costo mínimo"8.

Un apunte final de esta introducción y antes de abor-dar directamente nuestro objeto de estudio, es situarnuestra propia visión, el punto de par tida desde elcual elaboraremos este ensayo. En tal sentido, nuestroperfil correspondería básicamente al de un usuario deinformación, en ningún caso un especialista ni en Inter-net ni en nuevas tecnologías. Se tratará pues de poneren conocimiento una experiencia personal en la utili-zación de la información proveniente de la red, en lacual seguramente se apreciarán carencias informativas,falta de conocimientos potenciales que Internet ofrecey hasta la utilización de portales con enlaces que quizágente más preparada en estos menesteres tildaría delimitadas9. Por contrapar tida, damos a conocer unmodelo de búsqueda, captura y análisis que, en nues-tro caso particular, no data de más allá de un año des-de que comenzamos a valernos de estos medios. Esesta nuestra intención, la de explicar con palabras apli-caciones prácticas, que no necesariamente se hallensustentadas siempre por la teoría, por el ya importan-te corpus científico que sostiene la rápida y firme evo-lución de los museos virtuales y digitales.

Métodos de análisis

A medida que se fueron produciendo los avances ylas adaptaciones de los museos a los "nuevos tiem-pos" tecnológicos, se fueron conociendo las especia-lizaciones y las distinciones que nos permiten hoydistinguir unos museos de otros, de permitir clasifi-car los. Así surgen a la luz dos ramas centrales: losmuseos vir tuales y los museos digitales. Esta clasifica-ción elemental, cuyas subdivisiones referiremos en-seguida, conformarán nuestra estructura básica deanálisis para entender y clasificar a los museos latino-americanos en internet.

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Los museos virtuales son aquellos que se caracterizanpor tener una existencia real, física, cuyas obras y/uobjetos son plausibles de ser fotografiados, digitaliza-dos, y difundidos a través de la red. En cambio, losmuseos digitales son aquellos cuyas obras sólo tienenexistencia en la red, ya que fueron realizados con or-denadores, y no poseen presencia física, tangible.

En el caso de los museos vir tuales podemos distin-guir tres niveles, de menor a mayor, según el gradode sofisticación alcanzada: 1) las páginas web de mu-seos reales que contienen la información básica; po-dríamos hablar de instituciones que colocan en lared el folleto de mano que normalmente se entregaal visitante real; 2) una segundo escalón, caracteriza-do por las páginas de museos ya adaptadas a lostiempos de la web, conteniendo enlaces, siendo losmás habituales "historia del museo", "el edificio", "co-lecciones", "actividades", etc.; 3) un peldaño superior,en el que nos encontraríamos verdaderas institucio-nes vir tuales, con un edificio vir tual, con un recorri-do o paseo vir tual que nos acercaría a un conceptoexperimental emparentado con los "simuladores devuelo": sentirnos "dentro", viviendo físicamente la vi-sita al museo. Este caso, en Latinoamérica, se da só-lo en contadas ocasiones, debido a sus costos y a laaun falta de profesionales especializados en realizareste tipo de diseños.

Como puede apreciarse, hemos referido a una sub-división en cuanto a la cantidad y calidad de la infor-mación brindada por los museos vir tuales. Una se-gunda subdiv is ión puede or ientar se más en elsentido del contenido: por un lado, la existencia desitios web de museos reales en particular, y por otrolos que se pueden encasillar en el rótulo de "museoimaginado", formado por obras de ar te digitalizadasy cuya proveniencia física es variada. Puede decirseque este concepto de "museo imaginado", tambiénllamado "museo imposible", saciaría –vir tualmente–todos los sueños de un coleccionista de ar te o deun experto, en el sentido de poner a su disposicióntodas aquellas obras de ar te que fueran objeto desus desvelos, sueño que sería imposible de cumpliren la vida real pero que está al alcance de la manoen la realidad vir tual.

Una tercera subdivisión se refiere a la singularidad ya la pluralidad, a la verificación del estado de vincula-ción de los museos en la red con respecto a otrosmuseos. En este sentido puede afirmarse que el te-ma en Latinoamérica aun está en pañales, ya quepor lo general el análisis lo debemos realizar indivi-dualmente; las "comunidades de museos vir tuales",que ya tiene ejemplos consolidados en los paísesmás desarrollados, por caso Estados Unidos con elAMN (Ar t Museum Network) (amn.org), apenas sise han planteado en nuestro continente. En AMN, afinales de junio de 2001, sólo adver timos la presen-cia de dos museos de países de habla hispana: elMuseo de Arte Contemporáneo de Monterrey y elMuseo del Prado; desde que forman par te de este"consorcio", los museos allí integrados han comuni-cado que sus páginas reciben el doble de visitantes.

Los museos latinoamericanos obedecen aun al mo-delo de "identidad independiente" del que habla An-derson: "Esa mentalidad 'aislacionista' sobrevive apesar de que el carácter único de la Web se derivajustamente de la posibilidad de conectar los museosentre sí, y conectarlos, a su vez, con el usuario final,en vez de basarse en enlaces hacia miles de páginasWeb desperdigadas…"10.

En definitiva se trata, ni más ni menos, de ir sen-tando las bases para la creación de un grandioso yúnico "museo vir tual", de un gran "museo imagina-do" de carácter universal donde tuvieran cabidalos museos, las galerías de ar te , las coleccionesprivadas y públicas, las casas de subastas... ¿Utopía?Quizás sí, pero no olvidemos que hoy estamos ex-per imentando de forma tangible , en la red, unautopía que pocos años atrás no era sino eso, unautopía, por la que ni el más crédulo hubiera apos-tado. El camino a seguir tiene suficientes ejemplosen otras ramas de Internet, por caso la existenciade la gran librería mundial amazon.com que pre-senta una suer te de catá logo univer sa l que e lusuario puede consultar a par tir de una búsquedaúnica por palabras claves, evitando tener que reali-zar la ya imposible tarea de consultar las páginasde cada editorial. En el caso español hay una red

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1. AMN (Art MuseumNetwork), Estados Uni-dos. www.amn.org

2. ICOM (The VirtualLibrary Museums).www.icom.org

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más modesta pero igualmente útil en este sentido,como es iberlibro.com, por tal elaborado en Astu-rias y cuya ofer ta de libros ha sobrepasado el me-dio millón en la actualidad, sustentado fundamen-talmente por numerosas librerías de viejo. SeñalaAnderson que "La comunidad museística tiene unaexcelente opor tunidad para organizarse en la websiguiendo un patrón similar… museos de ar te ydemás tipos de museos saldrían ganando si se or-ganizan en consorcios"11.

Visitando los museos

Vamos a iniciar nuestro paseo vir tual por los museosde arte contemporáneo latinoamericano. Un primerconsejo, con la finalidad de orientarnos mejor, seráel de evitar la habitual dispersión que un mundo infi-nito como Internet tiende a provocar. En los tiem-pos culturales del "homo zapping", inquieto, escruta-dor, tendiendo muchas veces al desorden y a la faltade un criterio de selección a la hora de recopilar laingente cantidad de datos que un medio como lared puede poner a su alcance, desarrollando esa ca-pacidad casi innata para visualizar todo y asimilar po-co y nada, es positivo tener las ideas claras de lo

que se quiere , e intentar crear buenas pautas decontrol y tratamiento de la información.

Partiremos pues de una página madre, la del ConsejoInternacional de Museos ICOM (www.icom.org). Dichapágina web, caracterizada por una absoluta austeridaden cuanto al diseño, donde de forma clara el contenidose prioriza sobre el continente, nos ofrece el menú máscompleto –al menos de los que hoy conocemos– paralocalizar rápidamente las páginas web de los museos la-tinoamericanos. En ella se hallan 355 de los mismos,aunque hay que decir que en algunos casos en versióndesactualizada (el del MNBA de Buenos Aires es el másevidente), quizá por la falta de un contacto directo conla institución interesada y por llegar a la página del mu-seo a través de un enlace de carácter terciario que nose renovó adecuadamente. Si bien es cierto que en lapágina del ICOM no se encuentran todos los enlacesposibles, sí aporta un amplio conjunto de museos endonde no faltan (por lo general) los más relevantes decada país. Siempre cabrá la posibilidad de utilizar busca-dores o páginas web dedicadas al arte, por lo generalemprendimientos de carácter privado, que en cada paísnos permitirán enlazar a los museos a los que no pode-mos llegar a través de icom.org.

La página del ICOM tiene su origen en Inglaterra,por obra y gracia de Jonathan Bowen, profesor delDepar tamento de Informática de la Universidad deReading, quien creó la VLmp (Vir tual Librar y mu-seum pages), inaugurada en 1994 dentro de la Bi-blioteca Vir tual (Vir tual Library), un espacio abier toy global que se mejora en forma permanente graciasal apor te desinteresado de exper tos de todo elmundo. En 1996 el ICOM incluyó el reper torio deVLmp en su principal sitio Web, convir tiéndose día adía en una herramienta imprescindible para accedera los museos de todo el mundo. Este es pues el res-paldo fundamental para iniciar nuestro recorrido. Alllegar a la página icom.org/VLmp nos encontramosenlaces a los distintos continentes, y al conectar conlos de Latinoamérica tenemos una subdivisión paíspor país, con los enlaces a los distintos museos.

Para una mejor organización del recorrido a travésde los museos de ar te contemporáneo, empezare-mos de mayor a menor, siguiendo una clasificaciónque empezaría por los museos vir tuales correspon-dientes a instituciones reales de nivel nacional o quecuentan con un acervo colectivo de obras de altonivel dentro del continente; expondremos luego,aunque mínimamente, algunos ejemplos de museosvir tuales de ar tistas, intentando mostrar como insti-tuciones más modestas presupuestariamente son ca-paces de afianzar una página web de calidad; final-mente , y antes de las conclusiones, pasaremos aseñalar algunas experiencias de museos digitales. Entodos los casos, al citar los, colocaremos entre pa-réntesis, a continuación, el país y el número con elque aparecen en la página del ICOM (al menos a lafecha de realización del presente estudio).

Un primer vistazo a la información disponible arrojaun dato revelador : el país que se presenta con más

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3. Museo Virtual para el ArteComputacional, Brasil.

www.unb.br/vis/museu/museu.htm

4. MAC, Museo de Arte Contem-poráneo de Niterói, Brasil.

www.macnit.com.br

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enlaces es Brasil, con 52 museos, seguido de Colom-bia con 39, datos que definen un mapa museístico di-ferente al tradicional, donde suele prevalecer México.Brasil es el país latinoamericano que ha demostradouna mayor inclinación al vínculo entre arte y museos ylas nuevas tecnologías, y por consiguiente el que ac-tualmente muestra un mayor progreso y puesta al día.Experiencias como el Museo Vir tual para el Ar teComputacional (Brasil 48; www.unb.br/vis/museu/mu-seu.htm) son indicativo de ello. Este portal, pertene-ciente al Instituto de Artes de la Universidad de Brasi-lia, desarrolla una labor científica sin parangón en elcontinente y que está a la altura de los avances que seestán produciendo en el tema a nivel mundial. Noobstante su denominación de "virtual", se trata en rea-lidad de un museo digital, de carácter bilingüe (portu-gués e inglés), con variados enlaces. Científicamente,presenta textos de especialistas sobre el tema, con laposibilidad de comunicarse directamente con ellos através de sus e-mails personales. Esta perfecta combi-nación de ser galería-museo, a la vez de archivo, sesustenta en enlaces en los que se presentan, por unlado experiencias digitales de arte conceptual y elec-trónico, la mayoría producidos por los propios miem-bros de la Universidad, más el acceso directo a 12 "la-boratorios" de investigación, y por otro lado el corpusteórico que conforman los enlaces de "teoría, crítica ehistoria del arte" y, fundamentalmente, el de "ensayos",que contiene 12 textos de alto nivel científico referi-dos al "arte computacional" y a las nuevas tecnologías.

El buen hacer de los brasileños queda también demanifiesto en museos vir tuales como el MAC, Mu-seo de Ar te Contemporáneo de Niterói (Brasil 14;www.macnit.com.br), con varios enlaces internos enlos que sobresale el rubro "la colección" que se divi-de en cuatro bloques o subpáginas con alrededor de10 obras cada una, además de una relación de artis-tas que poseen obra en el museo (listado, pero sinobras digitalizadas). Asimismo, señalamos como in-teresantes el enlace dedicado a las exposiciones an-teriores; el mismo recoge amplia información de loseventos realizados desde 1996 a la fecha. Pero sinduda el enlace que se lleva la palma es el dedicado ala arquitectura del museo, con un detallado estudiode la misma, que se completa con un atractivo ál-bum de fotografías, en el que sobresalen vistas deledificio real y de su entorno. Estos detalles son lógi-cos pensando en la espectacularidad del edificio, quefue proyectado por el prestigioso arquitecto OscarNiemeyer ; vinculado a esto, podemos señalar comodetalle que en la página principal del museo hay unpequeño enlace a la Fundación Oscar Niemeyer.

En una escala curiosamente inferior, se encuentraotro de los museos virtuales de arte contemporáneoen Brasil, el Museo de Ar te Moderno de Río de Ja-neiro (Brasil 29; www.mamrio.com.br/index.htm). Elmismo presenta 5 enlaces principales; situando elcursor en cada uno de ellos aparece un breve resu-men del contenido de los mismos, a veces en formade índice y otras veces con una par te del texto quese incluye. Entre los enlaces destacan el dedicado a lahistoria del museo, con dos páginas que contienen

imágenes del edificio, y el del acervo, también de dospáginas, pero con un magro conjunto de imágenesdigitalizadas, 6 en total y no ampliables, tres pertene-cientes a ar tistas extranjeros y tres a brasileños. De-masiado sobrio y exiguo para la calidad de un museocomo el MAM, que podría dar más de sí mismo.

La presencia de los museos brasileños en la red, tantopor su cantidad como por su calidad de diseño, poneun listón alto en la consideración de los museos vir-tuales del continente. El contraste con instituciones deotros países suele ser marcada, aunque muchas vecespor el poco interés puesto por los museos en sus pá-ginas web. En este sentido, un caso llamativamentealarmante es el museo vir tual que propone el MuseoNacional de Bellas Ar tes de Santiago (Chile 11;www.puc.cl/faba/ARTE/Arte Museo.html ), una institu-ción con suficiente enjundia como para presentar otraimagen en la red de redes. La página de presentacióncarece de cualquier diseño, limitándose a presentarcuatro enlaces, dos referidos a la colección (siglos XIXy XX) y otros dos a exposiciones realizadas hace sieteaños, en 1994 (José Gil de Castro y Claudio Bravo).En los dos primeros enlaces se incluyen 22 pinturas y5 esculturas digitalizadas y ampliables, y en cuanto a lasexposiciones, ambas presentan digitalizadas la totali-dad de las obras exhibidas, 41 de Gil de Castro y 62de Bravo. En este sentido es el único caso en que he-mos encontrado digitalizadas todas las obras de unamuestra realizada en el museo real, modelo de graninterés científico y una saludable iniciativa que lamen-tablemente no ha tenido continuidad, dejando el asun-to en una mera anécdota.

Modestas son también dos páginas web ecuatoria-nas, la del Museo de Ar te Moderno (Ecuador 24;www.cultura.com.ec/martemoderno.htm) y la de losMuseos del Banco Central del Ecuador (Ecuador 31;www.bce.fin.ec/museo/f1museos.html), en especialesta, cuya baja calidad y escuetísima informacióncontrastan con la labor que se viene llevando a cabodesde hace años en el edificio real, un verdaderomodelo para las instituciones surgidas en el seno deuna entidad financiera –lo que es una cuestión cre-

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5. Galería de Arte Nacional,Venezuela. www.wtfe.com/gan

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ciente en el continente–, tanto por el continente co-mo por el contenido, cuya impor tancia ha sido so-bradamente difundida en publicaciones de alta cali-dad de imagen. Su presentación se div ide eninstituciones ubicadas en tres ciudades diferentes,Quito, Guayaquil y Cuenca. Si entramos al enlace dearte contemporáneo del siglo XX, ubicado en la pri-mera de las columnas, veremos sólo 12 obras digita-lizadas y ampliables, a las que no acompañan textosexplicativos. La información parece no haber sidoactualizada desde septiembre de 1998, fecha de laque datan comentarios e información acerca de unaexposición realizada en sus salas. En cuanto al Mu-seo de Ar te Moderno, presenta a par tir de su por-tada, enlaces para visualizar una breve historia y losdatos básicos de la institución, además de las colec-ciones con muy pocas imágenes digitalizadas (porcaso, sólo 4 para el siglo XX); completa el menúuna barra de enlaces a los diferentes estamentos delConsejo Nacional de Cultura del Ecuador.

A medio camino entre el modelo del brasi leñoMAC de Niterói y el de Bellas Artes chileno, se hallael Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires(Argentina 18; www.mnba.org.ar). Aquí hay que ha-cer una crítica al ICOM en el sentido de no exponerla página actual del museo ya que al acceder desde

allí aparece el viejo y primitivo diseño, que ya ha si-do sobradamente superado por el MNBA. Esto esmás criticable tratándose del museo más importantede la Argentina. No obstante este desliz del ICOMque apuntamos, el hecho nos brinda la posibilidadde comparar ambas páginas y fijar los progresos quese hicieron. En aquella página (caducada en 1995)aparecían solamente 8 obras digitalizadas, que con-trastan con las 73 actuales a las que se puede acce-der por enlaces de "ar tistas" y "obras". En 2001 eltexto dedicado a la historia del museo es uno de losmás extensos de cuantos aparecen en los museoslatinoamericanos. Otros enlaces son los correspon-dientes a las plantas del museo y otro titulado "bole-tín" con información no del todo puesta al día, sipensamos que en este momento (junio) la última in-formación que aparece data de abril.

A una altura similar al de Buenos Aires se encuentrala versión vir tual del Museo de Ar te Moderno deMéxico, al que accedemos en la página del ICOMdesde Art & History Museums (México 1; www.arts-history.mx/museos/mam/home.html). Un primer fac-tor a destacar, en el que supera al argentino, es la ca-lidad de las imágenes digitalizadas y la rapidez conque las mismas pueden observarse. Entre los enlacespropios, sin duda el más importante es el correspon-diente a la "colección", ordenada por los artistas me-xicanos del siglo XX cuyas obras la componen. Porcada artista se presenta una biografía y algunas de lasobras que pertenecen al MAM. Respecto de México,debemos señalar que siendo uno de los países lati-noamericanos más avanzados en el estudio de la his-toria de sus ar tes plásticas y en la difusión de susavances científicos, esta situación no tenga reciproci-dad en sus museos vir tuales, al menos al nivel que sele podría exigir a la fecha.

Otros museos oficiales que podríamos situar en cuantoa calidad en una situación intermedia, son el Museo Na-cional de Artes Visuales de Montevideo (Uruguay 14;www.zfm.com/mnav) y la Galería de Arte Nacional (Ve-nezuela 1; www.wtfe.com/gan). El primero de ellos, aunsiendo algo sobria su presentación, brinda una suficienteinformación acerca de sus actividades y su acervo. Co-mo distinción respecto de la mayoría de los museos la-tinoamericanos, cada una de sus páginas informa de lafecha de su "última modificación", un detalle que agra-deceríamos se concretara en el resto de los museos,para tener claro la actualidad de la información que ma-nejamos. Otro detalle importante de este museo vir-tual es la amplia información acerca de las exposicionesque se realizaron y se realizan en el museo, con enlacesque datan desde 1996 al día de hoy, y que incluyen am-plios comentarios sobre las mismas e inclusive imáge-nes; en este aspecto podemos compararlo con el yaanalizado MAC de Niterói, Brasil, quien como vimos re-aliza una tarea similar que cumple funciones de verda-dero archivo. En cuanto a la colección permanente, elMuseo uruguayo presenta enlaces para varios de sus ar-tistas, incluyendo un máximo de 4 obras digitalizadaspor autor y biografías de los mismos, en los que apare-cen útiles hiper textos que permiten vinculaciones aotros artistas y a movimientos artísticos.

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6. Museo de Bellas Artes deCaracas, Venezuela. www.museo-

debellasartes.org

7. Museo Nacional de Colombia,Colombia.

www.museonacional.gov.co

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En lo que respecta a la Galería de Arte Nacional deCaracas, se parte de una presentación más atractiva,con una obra de Arturo Michelena recortada sobreun fondo negro. En la portada principal un pequeñoenlace remite a la "programación junio 2001", ele-mento que el museo utiliza para remarcar el carác-ter actual de la página web. Entre los enlaces princi-pales , además de los cor respondientes ainformación general, publicaciones (del período1993-97), sociedad de amigos y la colección (quecontiene imágenes digitalizadas divididas por perío-dos, con sus datos técnicos respectivos), destaca eldedicado a la educación en el museo, enlace desa-rrollado con un amplio cúmulo de actividades.

De todos los "museos nacionales" que analizamos,destacaríamos como los mejores, sin dudarlo, al Mu-seo de Bel las Ar tes de Caracas (Venezuela 11;www.museodebellasar tes.org), al Museo Nacionalde Colombia (Colombia 34; www.museonacional.gov.co), y al Museo de Arte de Lima (Perú 7; muse-oar te.perucultural.org.pe). El primero de ellos dis-pone una visita atractiva y de fácil realización, conenlaces a las exposiciones permanentes y tempora-les, a las colecciones, publicaciones, eventos, y, final-mente, una visita vir tual a par tir del edificio real. Enlas colecciones destacan como subenlaces los de las"obras sobre papel", "pintura y escultura" y "conser-vación y restauración", este último de carácter bási-co aunque no es nada desdeñable el dato de su in-clusión. Por el de "pintura y escultura" podemosacceder por ejemplo a las obras de "ar te latinoame-r icano" con un pequeño texto introductor io y 8obras digitalizadas que nos dan una idea de la cali-dad de la colección. Lo más atractivo visualmente esel "tour vir tual", organizado a par tir de un plano lo-calizador de las salas tomado de un diseño del pro-pio autor del edificio, el conocido arquitecto vene-zolano Carlos Raúl Villanueva; situando el cursor encada una de ellas nos brinda información acerca delcontenido, lo que es de gran utilidad para localizarrápidamente la información que nos interesa.

El Museo Nacional de Colombia, con sede en Bogo-tá, posee un portal que mantiene un equilibrio de al-to nivel entre las distintas par tes que lo componen,concretando un acer tado papel de utilidad tanto enlo que se refiere a información general como en loque a cuestiones científicas se refiere. Este museovirtual lo señalaríamos como modelo a seguir por lasinstituciones de su mismo nivel en el continente, ypodemos afirmar que su presencia en la red, junto alpor tal de la Biblioteca Luis Arango al que referire-mos más adelante, ponen a Colombia en una situa-ción destacada en Internet en lo que respecta al artey la cultura, y en particular a los museos.

E l Museo Nacional de Colombia par te de unaatractiva presentación, cuya página principal se divi-de en dos bloques principales, entre los que se ubi-ca una barra de enlaces conteniendo informaciónbásica del museo. De esos dos bloques centrales,uno está dedicado a "la pieza del mes", lo cual es in-dicativo de una voluntad de marcar la actualidad

permanente del por tal del museo, en una dimen-sión que no hemos apreciado en otras páginas webde museos latinoamericanos. Esta "pieza", cuya fotoy comentario respectivos se incluyen, tiene un enla-ce titulado "visitas comentadas a la pieza del mes",en donde se apuntan dos horarios diarios para co-nocer in situ la pieza real; vemos pues un ejemploen el que la página web intenta ser vir de ganchopara que la gente se acerque al museo real. Otropequeño enlace de la página principal, "consulte lonuevo", es una muestra más del interés de actuali-dad puesto por el Museo.

El otro bloque central presenta un corpus científicode destacado nivel, a la altura del papel divulgativoque el Museo ha venido marcando en los últimosaños, con un departamento de investigaciones dirigi-do magistralmente por Beatriz González, cuya laborha quedado explicitada en numerosas exposicionesy sus catálogos respectivos. Entre los enlaces "cientí-ficos" campean una interesante historia del museo,las colecciones, las exposiciones, los programas edu-cativos y las publicaciones, sin obviar los dos enlacesdestinados a la arquitectura que refieren a la restau-ración del edificio y al proyecto de ampliación. Encasi todos estos enlaces se hallan hiper textos quevan componiendo una red de alto nivel científico,muy útil para cualquier historiador que se interesepor el arte colombiano.

Es esta la forma en que un museo vir tual puedeconvertirse en una herramienta para el investigadorde ar te. Debe indicarse que la presencia de los mu-seos vir tuales y de lo que podríamos llamar archivoso repositorios vir tuales, favorecen más la tarea delhistoriador del ar te preocupado por los análisis detipo conceptual, que la del que se inclina por la ver-tiente formalista, la cual, aunque se enriquece de da-tos válidos para el desarrollo de su labor, pierdebastante terreno. Como señala José Ramón Alcalá,"Valores como textura, escala o tactilidad, ya no re-presentan gran cosa en la valoración del hecho ar-tístico. Otros, como sensitividad, color, autoría, hanmodificado sustancialmente sus contenidos" 12.

En el Museo de Arte de Lima encontramos varias se-mejanzas con el modelo colombiano, sobre todo en elpapel de divulgación científica que alcanza en su páginaweb. En la parte inferior de la portada de este museovirtual se encuentra una herramienta de enorme utili-dad, verdaderamente ejemplar para otros museos de sucondición; se trata de un enlace titulado "mapa del web"que nos permite fácilmente ubicar cada una de las pági-nas y subpáginas que componen el museo. Los enlacesque se proponen tienen gran valor e interés, destacandolos de "historia y organización", el novedoso "conserva-ción y restauración" que incluye el programa "recuperan-do las obras del museo" (1997 a la fecha) y el referido ala "biblioteca y archivo" con subenlace al "catálogo elec-trónico" de la institución. En cuanto a la colección, pode-mos señalar dentro de la "exhibición permanente" las 4páginas dedicadas al "arte del siglo XX" y las 7 de "artecontemporáneo", con textos científicos y algunas (pocas)imágenes digitalizadas y ampliables.

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Vimos con anterioridad el alto papel científico quedesarrollan dos museos como el de Ar te de Lima,y en especial del Museo Nacional de Colombia. Es-te último país presenta una experiencia aun más in-teresante desde el punto de vista de la investiga-ción, un modelo que estimamos único dentro delcontinente y cuya progresión en el tiempo marcauna línea decidida hacia el modelo de museos vir-tuales que consideramos deberemos alcanzar en elfuturo. Se trata de la Colección Banco de la Repú-blica, ligado a la Biblioteca Luis Arango de Bogotá,a la que se accede a través del enlace "museumsdirectory" (Colombia 39; www.banrep.gov.co/blaa-vir tual/letra-d/dirmus/museos.htm). En la par te in-ferior de la página que se abre se encuentra otroenlace, "Biblioteca Luis Angel Arango", que nos lle-va a su vez a un menú en el que encontramos las"Colecciones Banco de la República"; de ellas nosinteresa detenernos en la "colección permanentede ar tes plásticas", la "Donación Botero" y la "visitavir tual". En cuanto a la "colección", una atractivafórmula de búsqueda alfabética permite entrar acada uno de los autores que tienen obra en la ins-titución. A par tir de allí hay enlaces para cada unade sus obras y para "ver más sobre el autor" su-benlace que nos lleva a una página donde apareceuna fotografía del ar tista y dos subenlaces más, degran utilidad: "bibliografía" y "páginas en la red so-bre el ar tista", que permiten acceder a un tercernivel de información. La información básica y locientífico van inteligentemente de la mano.

La "Donación Botero", si bien por la envergadura dela misma como por la del artista que la propició me-recen un enlace principal apar te, como de hechoocurre, mantiene una perfecta unidad estructuralcon las obras de la "colección", con clasificación simi-lar e iguales enlaces, lo cual puede verse si accede-mos por una de las cuatro opciones que se nos faci-lita, en este caso la referida a "autores". En cuanto ala "visita vir tual", permite recorrer a par tir de un di-seño de planta, las distintas salas reales de la institu-ción. Al ingresar en una de ellas, podemos hacer unrecorrido rotativo a partir de las flechas del ordena-dor, con el plus añadido de que al pinchar cada unade las obras contenidas en una sala obtenemos alinstante información sobre ella.

En consonancia con esta magnífica información queproporciona la sección ar tística de la Biblioteca LuisArango, debemos destacar el aporte científico más so-bresaliente de la institución, la "biblioteca vir tual", a laque podemos acceder a través de un pequeño enlaceque aparece en la par te inferior del menú desde elque partimos. No nos referiremos detalladamente aella para no descentrarnos de nuestro objeto específi-co de estudio que son los museos. Sólo diremos quese trata de un gran menú de menúes que nos permiteun acceso de fácil manejo, no obstante su amplitud ycomplejidad, diríamos casi infinito, a las posibilidadesque nos ofrece internet. Allí podremos encontrar in-formación de arte, museos y todos los aspectos de lacultura virtual que nos puedan ser de utilidad para lastareas de investigación y conocimiento.

Apartándonos ya de los museos a los que considera-mos de real envergadura dentro de la comunidad mu-seística latinoamericana, haremos una breve parada enrescatar tres museos de artistas, cuyos objetivos, lejosde la magnificencia y el carácter colectivo de los anali-zados, permiten y aspiran a hacer conocer a fondo laobra de un artista en particular. Nos interesa no sola-mente por mostrar sus diferencias con los modelos delos "museos importantes" sino también porque estemodelo va en camino de multiplicarse en el continen-te latinoamericano. Si el museo virtual ayuda al museoreal, como se señaló en otra parte de este trabajo, es-to se hace más evidente en el caso de los museos pe-queños, de cuya existencia nos podemos hacer eco aveces sólo en la red, ya que muchos de ellos no sue-len aparecer en el limitado espacio de la convencionalguía turística por falta de entidad.

Para este breve análisis, utilizaremos como muestraslos museos de Xul Solar (Argentina 22; www.xulso-lar.org.ar), Armando Reverón (Venezuela, 4; www.cy-berven.com/reveron) y el de Cándido Portinari (Brasil17; www.casadeportinari.com.br). De los tres citadosel más atractivo es el primero de ellos, creado en1999. Se trata de un museo virtual de destacado con-tenido científico, que nos recuerda al The Virtual Die-go Rivera web museum (México 4; www .diegorive-ra.com/index.html), con una barra de información enla parte superior conteniendo enlaces dedicados a lasexposiciones realizadas por el artista, listado de textospropios y ajenos sobre su obra, y, en el caso de XulSolar, la transcripción de tres de ellos, realizados porJorge Luis Borges, Rafael Squirru y Natalio Povarché.Propone asimismo distintos recorridos por el museo ypresenta, divididas en tres períodos, la casi totalidadde las obras normalmente expuestas en su versión di-gital; en total son 88, número que comparado a las 73que presenta el Museo Nacional de Bellas Artes, noshabla a las claras del interés puesto por la instituciónen la difusión de su patrimonio. Consideramos a estemuseo virtual un modelo perfecto a seguir por muse-os de artistas (en España se utiliza más el concepto deCasa-Museo) y museos de pequeño calado. Quizáapuntaríamos una sola objeción, fácilmente subsana-ble: echamos en falta un enlace que refiera al magnífi-co edificio del Museo, obra del arquitecto Pablo Beitíaque fue premiada en la I Bienal Iberoamericana de Ar-quitectura (Madrid, 1999), uno de los ejemplos másnotables de arquitectura de museos de cuantos exis-ten en el continente13.

En cuanto a los otros dos mencionados, sus conteni-dos se asemejan al de Xul Solar, aunque en menorescala científica; ambos contienen enlaces sobre latrayectoria biográfica de los artistas, a su vez con su-benlaces en el caso de Reverón, noticias institucio-nales y colección del museo. Como portal, el de Re-verón se presenta más atractivo visualmente que elde Por tinari, aunque en información corren parale-los. El de Por tinari presenta tres miradas diferentessobre el ar tista rescatando su labor como político,poeta y diseñador, además de una relación sobre el"acervo" dividida según los espacios reales del edifi-cio; las imágenes digitalizadas carecen de buena cali-

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dad. Como dato curioso, puede apuntarse que hayun enlace de carácter interno sobre la ciudad paulis-ta de Brodowski, donde se encuentra el museo.

Un último apartado en este estudio estará dedicadoa las experiencias que suponen los "museos digitales",sin presencia física en el mundo real, pero que vanconsolidando una trayectoria en la red. En este apar-tado, sin duda, el modelo más brillante se localiza enUruguay, y se trata del MUVA, magnífica iniciativa dela historiadora y crítica Alicia Haber apoyada por elprincipal diario uruguayo, El País, y consolidada con latarea interdisciplinar de arquitectos, diseñadores ehistoriadores, como se analizará más adelante. En di-cho caso se trata de un edificio de naturaleza "digital"que alberga obras de carácter "virtual".

Antes de tratar este caso, consideraremos otras ins-tituciones "digitales", entre los que podemos señalarel MVAB , Museu Vir tual de Ar te Bras i le ir a(www.museuvir tual.com.br) y el MAV, Museo de Ar-te Virtual (Chile, 8; www.mav.cl), que por aquella ca-rencia de existencia física sus nominaciones de "vir-tual " no cor responderían con sus verdaderoscaracteres de "digital", siguiendo los parámetros deanálisis expuestos en este estudio. Más allá de lasdenominaciones, algo que no es más que anecdóti-co a estas alturas, tenemos ante nosotros dos expe-riencias que podemos signar entre las más destaca-das de cuantas se producen en Latinoamérica.

Centrándonos en el MVAB de Brasil, se trata de unmuseo con doble ver tiente vir tual y digital, ademásde bilingüe, creado en 1999 y sostenido con el pa-trocinio de una empresa privada de conocido pres-tigio y del Ministerio de Cultura de ese país. Hacereferencia a un promedio de 50.000 vis i tantesmensuales, los que al ingresar a la página principaldel Museo se encuentran con un enlace directo auna serie de ar tistas (también situados en la llama-da "Sala Pr incipal") , de los que se presenta unaobra con sus datos técnicos; muy escueto y sim-plón para lo que se espera a priori. Más pretencio-so es el enlace "galería XXI" en el que se enlaza ala obra de 9 ar tistas contemporáneos, menos co-nocidos, pero que introducen más obras y hasta ladirección de e-mail para ser contactados por quienasí lo desee . Dos enlaces más son destacables,"ciencia y ar te" que apor ta textos con imágenes ymuchos hiper textos de utilidad, y "café museum"con los subenlaces "sala de vídeo", "nuevas tecnolo-gías" y "panorama de ar te brasileño" que consignalos eventos de ar te más importantes.

Pasando al MAV chileno, localizamos enlaces propios enla par te inferior de la página principal, entre los quedestacan por su originalidad los dedicados a "foro cultu-ral", uno de los medios participativos más relevantes ensu caso, y el completísimo índice de webs de arte y cul-tura dividido en temas. Como único inconveniente po-demos señalar en este caso la tardanza en abrir cadauna de las páginas, debido seguramente a la pesadez delas imágenes incluidas, problema que no descartamospueda ser obviado con un ordenador más potente que

los convencionales, como es el que utilizamos en nues-tro caso. Los señalados "foros de discusión" o chats seerigen en un factor aun no del todo desarrollado parapermitir una relación más social en el ciberespacio. De-be apuntarse que la mayoría de los chats se planteanpor lo general fuera de los sitios de los museos, ya quees una característica más ligada a las páginas surgidas deemprendimientos privados, ávidos de atraer al público ypor ende a los patrocinadores.

Esta realidad va pues en consonancia con uno delos grandes objetivos finales, la par ticipación activadel público, que ha promovido la difusión de untérmino cada vez más habitual: la "interactividad".La red permite acceder a una nueva realidad, deorigen creativo, para contraponerse a la realidadseñalada por Rober to Velázquez: "…el Museo de-termina la ordenación de las colecciones y lasorientaciones de comisarios y responsables de lainstitución construyen una determinada estética,con lo que el Museo no sólo legitima las obras ex-puestas sino que encauza una cier ta interpreta-ción"14. La red y la información que ella ofrece ,que en el caso de los museos permite acceder aobras que normalmente no están expuestas física-mente en las salas del museo real, permite al usua-rio interesado en crear nuevas lecturas a par tir de

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8. MAV, Museo de ArteVirtual, Chile.www.mav.cl

9. Acceso al MUVA,Museo Virtual de Arte,Uruguay. www3.diarioel-pais.com/muva

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10. Hall de Entrada delMUVA, Uruguay.

11. Exposición virtualde Pedro Figari en el

MUVA, Uruguay.

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las imágenes, conver tirse en cier ta manera en unaespecia de "comisar io" a par tir de sus gustos, suentendimiento, o simplemente como un medio dediversión, un factor esencial de la red que los mu-seos no deben desdeñar por trivial que parezca.

Se habla pues de una idea aneja al concepto de "mu-seo imaginado" ya que, como en el caso del MUVAdel que hablaremos enseguida, se trata de crear unmuseo virtual con obras reales digitalizadas, cuya pro-cedencia es variada. Los "museos imaginados" tienenun parentesco con las ediciones de revistas y librosconteniendo imágenes de obras de arte, en grabadoso fotografía, tendencia que comenzó a acentuarse enel siglo XIX y que ya desde hace var ios años nosofrece a través de libros de impecables ilustraciones acolor un amplio cúmulo de imágenes de obras de ar-te, acompañados en muchos casos por sólidos textoscientíficos de análisis e interpretación. Cabría enton-ces preguntarse qué ofrece un "museo vir tual" queno ofrezca un buen libro de ar te. Si bien es cier toque la imagen digitalizada a la que accedemos a tra-vés del ordenador no alcanza la calidad impresa enpapel, el "museo virtual" tiene otros atributos: por unlado la capacidad ilimitada de información, aspectoque se vincula al formato CD ROM, cuya capacidadde archivo, las más de las veces cómodamente pre-

sentada, es incuestionable15. Se habla de la posibilidadde que en un futuro termine por reemplazar a los li-bros editados sobre papel, lo cual aun se nos antojautópico ya que vemos como muy lejana la supuestaposibilidad de que la informática termine por almace-nar demasiados siglos de publicaciones.

A favor de lo "vir tual", podemos anotar la utilidadque brindan los hipertextos, a los que ya hicimos re-ferencia, y la posibilidad de alcanzar más informaciónacerca de un tema o de una obra de ar te con unsimple click del ratón sobre un enlace, faceta que nonos está permitido en un libro convencional. Otroaun no cotejado debido a la falta de una perspectivahistórica que lo sustente, es el tema de la conserva-ción de las obras "reproducidas" y "digitalizadas"; sa-bemos del desgaste que el uso y el tiempo puedeproducir en un libro impreso, pero desconocemos aciencia cier ta –aunque se hable de su supuesta pe-rennidad– la verdadera duración de la imagen digita-lizada. El tiempo lo dirá.

Una última diferencia que podemos señalar entre unlibro y un museo vir tual, es la sensación de movi-miento que se puede experimentar en una "visitavir tual" a aquellos museos que lo permiten, pasandode una sala a otra, en donde las obras aparecen col-gadas como si de un museo real se tratara. En ho-nor a la verdad, debemos decir que este ítem, másque vinculado a un carácter científico, se emparentamás con el concepto de diversión a los que se en-tiende debe aspirar un museo vir tual, a esa necesi-dad de hacer atractivo un espacio destinado a los vi-sitantes de la red.

Sirvan estas consideraciones para introducirnos en elúltimo museo que integra nuestro recorrido, el MU-VA, Museo Vir tual de Arte (Uruguay 20; www3.dia-rioelpais.com/muva), el cual, debido a su impecable di-seño, puede decirse que se trata en sí mismo de unaverdadera obra de arte digital. Para aludir a él nos val-dremos directamente de textos que se incluyen en losenlaces del museo, que ilustran suficientemente las ca-racterísticas y contenidos del mismo16. En primer lugar,señalar como uno de los objetivos principales la crea-ción de un museo virtual, vinculado a la imposibilidadde asumir la construcción de uno real: "La posibilidadde construir un museo para las ar tes como los quedestacan en las grandes capitales metropolitanas delmundo habría insumido más de 40 millones de dóla-res, cifra inalcanzable para la realidad uruguaya. Sinembargo, los avances en materia de realidad vir tual yel desarrollo de Internet permitían intentar la granaventura: diseñar ese museo imposible en forma vir-tual, para ser puesto luego en Internet".

Dadas así las cosas, el paso siguiente fue el de diseñarel edificio del museo, que habría de tener una dimen-sión real-virtual, para lo cual se encargó el proyecto acuatro arquitectos. "A par tir de los planos comenzóel diseño, donde elaboradas texturas de pixeles enmiles de colores dan forma a paredes, escaleras, vi-drios, veredas, techos, spots, e iluminación vir tuales.(…). El área edificada es 6000 m2 y su ubicación vir-

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tual es el sector sur-este de la Plaza de Cagancha, condesarrollo de fachada sobre la plaza, Av. 18 de Julio,calles Z. Michelini y San José. El edificio se desarrollaen 5 plantas principales y 3 plantas menores, interco-nectadas espacialmente a través de la utilización dealturas múltiples. La planta baja se vincula a la plazamediante un espacio de transición en forma de pasi-va, que oficia de basamento al desarrollo de fachadasuperior, el que a su vez es rematado mediante unafalsa fachada porticada que respalda al patio de escul-turas ubicado en la terraza".

De esta manera se llegó a concretar este museovir tual, "cuya estructura es similar a la de los gran-des museos metropolitanos del mundo: un hall deingreso, con acceso a escaleras y ascensores parallegar a los seis pisos del edificio. En cada piso hayun hall central al cual desembocan todas las salascon muestras o exposiciones. Se puede ir de salaen sala, o de piso en piso, utilizando diferentes me-canismos de navegación que permiten largos reco-rridos o rápidos atajos. El usuario estará “dentrode” una estructura edilicia con diferentes niveles yespacios a explorar".

Solucionado el continente, llega el turno del conteni-do y su montaje. Entre los cometidos esenciales delMUVA "se encuentra reunir en el espacio virtual obrasque se encuentran en los talleres y las colecciones pri-vadas, y que rara vez llegan a museos, centros de ex-hibición o galerías. Ello incluye tanto a los artistas másemergentes como a los más consagrados. Juntar esasobras en un solo espacio real es muy difícil, práctica-mente imposible; un medio electrónico-virtual permi-te hacerlo. Quien visite el MUVA se encontrará contodo tipo de exposiciones temporales, entrevistas, vi-sitas a talleres, exhibiciones de creaciones vir tuales y

expresiones multidisciplinarias. El MUVA ofrece ade-más una biblioteca y archivo con la más amplia biblio-grafía de arte uruguayo, abriéndose como un espaciode consulta a todos los que quieran descubrir la apa-sionante realidad del ar te del Uruguay y de AméricaLatina". En cuanto al montaje se añade: "Las obras vir-tuales son colgadas o presentadas en las salas y reci-ben la iluminación adecuada"; gracias a la programa-ción se puede "navegar por las salas, obser var loscuadros en primer plano, con zoom o desde lejos, irdetrás de cada cuadro para conocer datos técnicos oun análisis de composición de cada cuadro, con linkshacia análisis más profundos de toda la obra, biografíadel autor homenajeado, e información general relativaa los temas que aborda la muestra".

En definitiva, una experiencia alentadora, proyectaday cristalizada en uno de los países más pequeños delcontinente latinoamericano, pero que supo afrontar através de la creación de un espacio vir tual la imposi-bilidad de pensar en algo semejante o hasta muy infe-rior en la realidad física. Queremos terminar con estaejemplar experiencia uruguaya para reflexionar acercade las posibilidades que ofrece Internet para los mu-seos y el arte contemporáneo, en un continente don-de las distancias y las posibilidades económicas se eri-gen en dos l imitaciones demasiado frecuentes yacentuadas. Ahora los museos cuentan con una he-rramienta de difusión y desarrollo museológico ycientífico más cercano a sus posibilidades reales degestión, la cual está siendo crecientemente utilizada, yque está llamada a dar nuevos y valiosos frutos parala cultura del continente y su conocimiento interno yexterno. Se traza así un camino que creemos nos lle-vará a la construcción de una nueva realidad culturala par tir de la vir tualidad, idea con la que comenza-mos el presente estudio.

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SNotas

1. BELLIDO GANT, MARÍA LUISA (coord.). "Museos del sigloXXI" (dossier), Revista de Museología, Madrid, Nº 21, 1er. Cua-trimestre de 2001.

2. "Editorial". Museum Internacional, París, UNESCO, 1999, nº 204, p. 3.

3. Ibídem.

4. CERVEIRA PINTO, A. "Museos virtuales",www.risco.pt/pmv/ex_mater/docs_es/ex_museus_es.html

5. BATTRO, ANTONIO M. "Museos imaginarios y museos virtua-les", www.byd.com.ar/bfadam99.htm, 1999.

6. Podemos citar sintéticamente como ejemplos el "boom" delarte latinoamericano a partir de su crecimiento en las salas desubastas norteamericanas desde los ochenta, la formación decolecciones privadas especializadas en una visión continentaldel arte como la del argentino Eduardo F. Costantini, o la cre-ciente circulación de exposiciones de arte de un país a otro.

7. Ver BELLIDO GANT, MARÍA LUISA. Arte, museos y nuevas tec-nologías, Gijón, Ediciones Trea, 2001, p. 255.

8. ANDERSON, MAXWELL. "La coordinación de los museos enlínea". Museum Internacional, París, UNESCO, 1999, nº 204, p. 25.

9. También tener en cuenta como limitación el carácter efímero ycambiante de la información en internet, que puede invalidaren pocos meses algunas de las conclusiones aquí recogidas(junio de 2001).

10. ANDERSON, MAXWELL. Ob. cit.

11. Ibídem.

12. ALCALÁ, JOSÉ RAMÓN. "El museo de arte en la era deInternet". En: LLEÓ, JUAN ANTONIO, El arte en las redes :libres para siempre, Madrid, Anaya-SGAE, 1997, p. 98.

13. Al respecto puede consultarse: BEITÍA, PABLO TOMÁS. "Fun-dación Pan Klub. El Museo Xul Solar". Revista de Museología,Madrid, Nº 12, octubre de 1997, pp. 61-64.

14. VELÁZQUEZ, ROBERTO. "Museos con red". El Urogallo,Madrid, junio de 1996, nº 121, p. 48.

15. "Un CD-ROM puede almacenar la información equivalente a250.000 páginas de texto, más de 7.000 imágenes fotográfi-cas, 72 minutos de señales similares a los que contiene unacinta VHS normal, o hasta 19 horas de señales de audio tipoconvencional". BELLIDO GANT, MARÍA LUISA. Arte, museosy nuevas tecnologías, Gijón, Ediciones Trea, 2001, p. 255.

16. Cfr.: www3.diarioelpais.com/muva/. Además de la citada,puede encontrarse muy amplia información acerca delmuseo, sus métodos de navegación, su arquitectura virtual, yotros variados asuntos.