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Music Machine Magazine - Edición Impresa # 25

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Sebastián Rocca, rapero parisinio de padres colombianos con más de 20 años de trayectoria es el protagonista de nuestra edición impresa #25; como bien dice Chucky García en su artículo especial para nuestra revista "ROCCA es alguien que no puede ser considerado un visitante sino un local nacido afuera". Encuentra además reseñas discográficas de Esteman, Maité Hontelé, Curupira, Canalón de Timbiquí, Nanook el último esquimal, Sultana y Perlas del Pacífico. También artículos sobre el Bogotá Music Market, la película Colombia Magia salvaje, la tercera -y última parte- de cómo grabar baterias, entrevista al maestro Eddy Martinez, artículo de opinión sobre Nina Simone, el mítico Batori y su Papaya Republik así como una sentida carta a Radiónica. Encuentra tu ejemplar impreso sin costo en: http://musicmachine.com.co/index.php/music-machine/distribucion-bogota.html MUSIC MACHINE MAGAZINE: Música, Cultura & Opinión Independiente desde 2008. www.facebook.com/RevistaMusicMachine

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En un ambiente artístico lleno de hipocresía y falsedad como el colombiano, de trai-ciones y envidias diarias, de soportar -como buen freelancer- presiones económicas por

pagos a 60 o 90 días es normal sentirse cansado, hastiado. Fui al BOmm -Bogotá Music Market- y muchos de los que lo critican con saña estaban en primera fila, con acreditación y pelando el diente, vaya inconsecuencia entre lo que se dice Online y lo que finalmente se hace (aclaro que admiro lo que hace el BOmm pero les confieso que no soporto el ambiente que allí se respira); durante la hora y media que estuve en el primer día del BOmm 2015 no la vi a ella, lo cual me pareció muy extraño; es más, no sé si ella fue, o no sé si como yo, se cansó de ese ambiente superficial lleno de sonrisitas convenientes, palmaditas en la espalda e intercambio de tarjetas de presen-tación (“Hablamos el lunes! No me llames, yo te llamo”). A los pocos días me enteré de que ella, Luz América Posada, había fallecido. Quedé frio.

Ella, a quien dedicamos esta editorial, fue una jóven gestora cultural y luchadora incansable por la cultura en Bogotá, persistente y entradora como pocas; trabajó por varios años con artistas y proyectos culturales de diferente índole desde Barrio Colombia, empresa que lideraba y que está dedicada al management y booking de artistas.

Los gestores culturales (a diferencia de muchos managers) son esos seres anónimos que se la juegan toda, que apuestan sin tener un peso, que apoyan y difunden sin pedir nada a cambio, que soportan de sus artistas subidas inesperadas de ego -y estrato-; muchos de ellos y ellas trabajan muy duro para que se concrete una presentación, una gira, una reunión con un promotor o director de algún festival. Su labor en muchos casos no es del todo reconocida ni bien remunerada, los gestores culturales tienen corazón y alma de artista: son soñadores, apasionados, sufren, lloran y ríen celebrando hasta el amanecer al ver la buena culminación de un evento gestionado por ellos.

Muchos de los logros de artistas colombianos dentro y fuera del país se concretan gracias a estos gestores culturales que se profesionalizan cada vez más, que viajan a mercados culturales dentro y fuera del país para crear redes de trabajo, son muy pilos a la hora de organizar, apoyar y difundir el material de sus artistas; para nadie es

un secreto que Colombia pasa por un momento de expansión musical increíble, la música que acá se hace retumba y resuena en mercados musicales como el MaMA en París o el Womex que en este 2015 se realizó en Budapest (irónico que nuestra música independiente suene más afuera que en la radio comercial colombiana, pero esa es otra historia). La delegación colom-biana de gestores y artistas dejaron el nombre de nuestra música muy en alto en estos dos impor-tantes eventos… ¡Larga vida a todas las gestoras y gestores colombianos por compartir sueños y por creer en que se puede transformar desde la música la realidad de miles de personas!

Enviamos nuestras más sinceras condolen-cias a los familiares y amigos cercanos de Luz América.

Adolfo Lemos

Pdt: Paradójico ver maniobrar a tantos su ‘bici’ durante el Día Sin Carro sin una pizca de sentido común; en Bogotá también hay atravesados sobre dos ruedas.

Pdt 2: Otra paradoja -esta vez hipster-: Ser fanático de Celso Piña y no de Alejo Durán, Alfredo Gutiérrez o Andrés Landero.

Pdt 3: En Colombia las elecciones a la alcaldía de la ciudad de Yopal las ganó un candidato que está preso… ¡Ah, mi gente linda, mi gente bella! A pesar de todo hay esperanza, en los municipios de Florida (Valle) y Tinjacá (Boyacá) ganó el voto en blanco. Aplausos para todas y todos los incon-formes desobedientes de esos dos municipios. #EjemploASeguir

EDITORIAL

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Las opiniones expresadas en esta revista no son compartidas nece-sariamente por el equipo de trabajo de Music Machine Magazine. La reproducción total o parcial de los artículos, imágenes y diseños publicados en esta o demás ediciones está expresamente prohibida a menos que se conceda previa autorización.

Music Machine Magazine ®, Noviembre 2015.

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• Ganador Beca de circulación internacional – ExiB, Expo Iberoamericana de la música. Bilbao (España) – Secretaría de Cultura de Bogotá (2015).

• Ganador Premio a Medios de Comunicación Comunitaria de Bogotá – Secretaría de Cultura de Bogotá (2014).

• Ganador Convocatoria ‘Rock al Parque rueda por Latinoamérica’ México DF y Guadalajara – Idartes (2013).

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Columnistas invitados en esta edición

Chucky García, Julián Gutiérrez, Lucía Ibáñez, Alex Jiménez, Alejandro Lopera,

Luisa Piñeros, Mauricio Rodríguez, Urián Sarmiento,

Felipe Sepúlveda, José Tapias (JHT) y Jacobo Vélez.

Portada & Dirección de Arte

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* Ganador Beca de circulación internacional – ExiB, Expo Iberoame-ricana de la música. Bilbao (España) – Secretaría de Cultura de Bogotá

(2015).

* Ganador Premio a Medios de Comunicación Comunitaria de BogotÁ

Secretaría de Cultura de Bogotá (2014).

* Ganador Convocatoria ‘Rock al Parque rueda por Latinoamérica’

México DF y Guadalajara – Idartes (2013).

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Lo que hace unos años fue un golpe de suerte que le abrió una primera puerta a Esteban Mateus, con el sencillo “No te Metas en mi Facebook”, hoy es una ascendente carrera que lo pone en la mira de esta nueva ola de pop alternativo que emerge en Colombia. Esteman y su segundo disco Caótica Belleza, rati-fica que el pop no es del todo lo que estamos acos-tumbrados a escuchar, con su inmediatez y fórmula de laboratorio escrita. El músico bogotano hace una ruptura a ese concepto, y con el rótulo de “alternativo” se mete en la piel de su personaje satírico, romántico, enamorado, con el que se narran las 12 canciones. Es un viaje que arranca con el concepto de la belleza del caos, y con el sencillo que abre y le da nombre al disco, arranca el nuevo mundo de Esteman. A través del sonido del charango se evoca la inmen-sidad de los Andes o la fuerza natural que conecta con Latinoamérica, es este sencillo la evidencia más clara de las búsquedas estéticas tras las que fue el músico y su banda. En las voces se unieron la mexicana Natalia Lafourcade, Catalina García (Monsieur Periné), Edna Arcila (Pedrina y Río), Paua Arenas, Vicente García, Juan Pablo Vega, entre otros. Es un disco bien apadrinado y con el respaldo de artistas como Carla Morrison o Li Saumeth (Bomba Estéreo). Tiene un espíritu retro en algunos temas , como: “Adelante”, “Baila”, y sonidos más contemporáneos como “Los que fueron”, “La noche es corta”. Esteman es eso, un artista, quien tiene clara la impor-tancia de un buen show, de manejar un concepto tanto musical como visual, y sobre todo, tener la capacidad de mantenerse abierto para recibir nuevas rutas para la inspiración y eso es Caótica Belleza, una nueva senda para el pop alternativo.

Genuino, así se podría definir el nuevo álbum de la trompetista paisa- holandesa, quien encontró en tierras colombianas una gran fuente de inspiración. Detrás de este gran trabajo está el cerebro musical del prolífico productor y compositor Juancho Valencia quien aportó la mayoría de las composiciones, entre ellas la vibrante “Nochecita”, interpretada al lado de Herencia de Timbiquí , con quienes logran un potente bolero con sabor pacífico, donde el currulao y son cubano se entremezclan . A esto se le suman temas como “Merengue, Piano y Trompeta” , una profunda evocación al merengue dominicano, descarga limpia y bien lograda, con la participación de Juan de la Cruz “chocolate”, en la tambora y Congas; y Rafael Martínez “Yapo” en la güira , ambos percusionistas de Juan Luis Guerra. Diego Galé, el Cuarteto de Cuerdas Babalú y Alaín Pérez, también se unieron al cuarto álbum de Hontelé, quien ha logrado ponerle un sello esencial a su música. Es en definitiva un viaje por diferentes sentimientos y un repaso por las experien-cias recientes que ha vivido Maite. Cabe anotar que el álbum se grabó en sistema análogo en Merlin Produc-ciones, esto le imprime un sonido añejo, una captura diferente que se siente a lo largo de las 11 canciones que componen el disco. Es un derroche de creatividad para el buen bailador o para el que quiere disfrutar escuchando buenas letras o temas instrumentales. En todo caso es un disco estimulante.

Más que tratarse de un género musical un arrullo es una experiencia familiar, cultural, espiritual y social, donde se canta, baila y adora a Jesús. Con esa devoción fue concebido el nuevo álbum de Canalón de Timbíquí, un encuentro místico con ritmos del sur del pacífico, como la Rumba, el Currulao, la Juga, el Alabao, el bunde, entre otros. “Cuando en Timbiquí un niño nace, se recibe con su arrullo. Desde que empieza a ser niño se le enseña a bailar. Todo en mi pueblo es fiesta, hasta en el momento de trabajar. Arrullamos al que nace, arrullamos a Jesús, arrullamos a la virgen y al que al mundo dio la luz”. Musicalmente está compuesto desde el formato tradicional de bombo, cununo, guasá y las voces de las cantadoras. Su valor está en la ejecución de cada uno de los instrumentos, incluyendo las voces, que se expanden a un nivel de exploración sonora, rompiendo con la rigidez de lo folclórico y llevándolo a una experiencia elevada, donde el ritmo se adueña de los sentidos, al punto de sumergirse en un encantador ritual primitivo, conectado con los ancestros, las heren-cias y las tradiciones. Durante varios años, Nidia Sofía Góngora, cabeza principal del grupo, estuvo conversando con sus tías, compadres y gente cercana, indagando en ellos esas historias que se han vivido en Timbiquí . De allí sale por ejemplo, la jocosa rumba “Qué Pena”, composición del fallecido Justiniano Bonilla, su tío , quien años atrás vivió una triste pena de amor. El diseño de la carátula es una prueba más del deseo de sacar estas músicas del olvido y lo marginal para ponerlas en un estatus de “World Music”. En conclu-sión, se puede orar, bailando y eso tiene Arrullando . Recomendadas: Tía Tortuga, Arrullando, Canto a Mamá.

Álbum: Caótica Belleza Sello: Universal

Año: 2015www.esteman.com

Álbum: Te voy a Querer Sello: Merlin Producciones

Año: 2015www.maitehontele.com

Álbum: ArrullandoSello: Independiente

Año: 2015www.tribubaharu.com

Esteman Maite Hontelé Canalón de Timbiquí

SUENA COLOMBIA

suena colombia

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En un maratónico día de verano en Nueva York, se grabó quizá el álbum más importante de los precur-sores de las Nuevas Músicas Colombianas. Todo el combo de Curupira se metió a EastSide Sound Studio un 30 de junio de 2014. En 24 horas lograron producir su quinto disco, el mismo con el que celebran 15 años de carrera. La Gaita Fantástica es una amplia mirada a partir del jazz y la música colombiana, a las geogra-fías del mundo y la unión de diversos instrumentos. La brillantez de Juan Sebastián Monsalve y las horas de vuelo de todo el grupo, les dio la posibilidad de escribir temas donde la gaita, la percusión, la guitarra y bajo eléctrico, exploran de la mano de grandes de la escena jazzera del mundo. Es así como la marimba de chonta de Diego Obregón comparte créditos con la trompeta de Pavel Zuzaeta, el clarinete de Anat Cohen , las baterías de Pheeroan Aklaff y Ari Hoeing; la tuba de Rafi Malkiel, el gimbri y laud de Shanir Blumenkranz , el teclado de Jason Linder , las voces de Will Pantoja,Sofía Rei y Lucida Pulido. Con esta nomina soñada, Curupira abre una nueva senda a los ritmos colombianos, ampliando el espectro musical y descifrando nuevos códigos por donde pueden andar con tranquilidad los Sonidos Colombianos, los de vanguardia. Las canciones fueron compuestas por Urian Sarmiento, Juan Felipe Sálazr y Juan Sebastián Monsalve y desde las letras también están proponiendo una mirada sobre la realidad y las dificultades que el mundo afronta. Vale la pena gozarse la Gaita Fantástica, es una expe-riencia llena de laberintos, improvisaciones y muchos matices para dibujar las Nuevas Musicas Colombianas en el siglo XXI.

Álbum: La Gaita FantásticaSello Novavetera

Año: 2015www.curupira.com

Álbum: Oso Pantera CocodriloSello: GoTok Music

Año: 2015www. Sultanacolombia.com

Curupira Sultana

Usted le da play al reproductor y lo primero que escucha son las suaves notas de piano rhodes que acompasadamente van marcando el tumbao y deli-neando la ruta de viaje a donde se encamina esta segunda producción de la banda caleña. Sultana le dio rienda suelta a la creatividad y se dejó seducir por el lenguaje de la noche y de ese sentimiento que tienen los que nacen en el pacífico. “Demasiado bueno y todavía no lo han probado”, cantan Flaco Flow & Melanina, en la primera canción, de alguna manera abonando el terreno para lo que se viene pierna arriba en las siguientes siete canciones. La Merca es en definitiva la muestra clara de cómo el hip hop puede ser la base para soltar una descarga de guaguancó y beats. Lo de ellos es el dominio de las máquinas, y este disco es un viaje del tambor al sintetizador, como lo muestran en la versión “ La Vida es un Carnaval”, a la que le dieron un viraje influenciado por la electrónica francesa, la música de Daft Punk , el funk de los 70´s y la imponente voz de La Ruka, la madame de la salsa choque. Esto lo empatan con “Nuestra herencia”, un experimento donde la marimba de chonta es tocada por un sintetizador, bombo, cununo y guasá van acom-pañados por el flow , haciendo un inventario por los elementos que han heredado de la cultura africana y que hoy en día siguen presentes. Para la mitad del disco viene “Bota Candela” (instrumental) , “Rey Pací-fico” y “Oso Pantera Cocodrilo” , que le da nombre al álbum y hace alusión en la letra a la paciencia que sabe esperar por el amor. Salsa vieja, sonidos del pacífico y una mirada vanguar-dista a la música de esta rica región del país que conjugada con los beats, sabe a futuro, sabe a caña de azúcar que endulza los oídos en la pista de baile.

PorLuisa Piñeros

@RadiandoAndo

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CARTA A RADIONICA Por

Alex Jimenezhttp://pulpomandeloscorales.

blogspot.com/

Señores:

Radiónica

Cordial Saludo

Mi nombre es Alex Jiménez. Soy escritor y músico. Escribo en representación de un proyecto literario-musical llamado Pulpomán. El objetivo de esta carta es buscar claridad sobre algunos puntos de su manual de estilo, documento encar-

gado de sentar las bases sobre quiénes pueden hacer parte de la programación de Radiónica. Lo hago amparado en el artículo 23 de la Constitución Política de Colombia y en las disposiciones conte-nidas en el capítulo III de la ley 1755 de 2015. Hago pública esta carta por ser un asunto que con toda seguridad compete a muchas otras personas. Ya la he enviado a los correos pertinentes.

Ya que Radionica debe obrar bajo los preceptos de la Constitu-ción Política de Colombia, conviene recordar, antes de empezar esta discusión, el artículo 13 sobre el derecho a la igualdad, que es el punto central de esta discusión: “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión polí-tica o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados. El Estado protegerá espe-cialmente a aquellas personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan”.

Uno de los objetivos del “manual de estilo” de Radiónica dice: “Promover valores como la solidaridad, el respeto, la escucha, la participación y la democracia”. Más adelante, en los criterios de selección, la parte de producción reza: “cada material debe tener las normas básicas de un producto sonoro profesional, esto está basado en la calidad de la grabación, de la mezcla y la masteri-zación”. Mi inquietud se encamina a la falta de claridad sobre esas “normas básicas de un producto sonoro profesional”. La grabación profesional de una canción puede costar cerca de dos millones de pesos; ese hecho por sí sólo excluiría de la programación a más del 80% de los proyectos musicales del país: ¿acaso sólo quienes cuenten con el capital suficiente podrán acceder al derecho a ser programados? Eso sería anticonstitucional. Puede haber graba-ciones de 300 mil pesos con buenas interpretaciones vocales e instrumentales, y también de 2 millones o de 50. Por lo tanto, soli-

cito que se aclare la frase “normas básicas de un producto sonoro profesional”, para evitar ambigüedades.

Por otra parte, el criterio de actualidad dice que “el mate-rial sonoro debe corresponder a las estéticas de la época, esto significa que debe estar actualizado con las tendencias artísticas del momento”, lo cual se presta de nuevo a peligrosos malentendidos. Antes de discutirlo, conviene citar a Borges, quien hablaba del absurdo afán de querer parecernos a nuestra época, de “ser contemporáneos”, pues “ya todos, fatalmente, lo somos”. A menos que hayamos descubierto la forma de viajar en el tiempo, todos estamos permeados por nuestra época y por lo que en ella ocurre. Pero entrando a un terreno menos filosófico (por extrañas razones es lo inmediato lo que nos atañe), el criterio en cuestión pareciera sugerir que sólo podrían ser rotadas en la programación las propuestas que se parecen a algo que estén haciendo otras personas; o que, en todo caso, las propuestas con una estética única quedan excluidas por no hallar resonancia en otras, lo cual no sólo volvería a ser inconstitucional, sino que además castraría cualquier posibilidad de una revolución estética nacida en Colombia (lo cual es peor). Agrego esta inquietud: ¿el hecho de que algo no suene “actual” lo hace menos relevante en una emisora pública cuyos valores son más culturales que comerciales? Solicito entonces que se aclare este punto.

En cuanto al criterio de originalidad, concepto tan nebuloso como inasible, más nos valdría no meternos con él. Sin embargo, como ya nos metimos, veamos qué dice su manual al respecto: “siempre existe en todo proceso de creación un aspecto que diferencia un producto de otro”. Entonces el asunto ya lo resol-vieron ustedes mismos: basta que un músico sea una persona (no dos) para que lo que haga lleve su sello. Creo poder demostrar cien-tíficamente (como no sea con la física cuántica, que es capaz de demostrar incluso que esta discusión no existe) que una persona es una persona y no dos. Con menos rodeos lo dice un adagio: el estilo es el hombre. Sin embargo, más adelante agregan algo sobre ese aspecto diferenciador: “en muchos casos está concentrado en la interpretación, pero en otros, quizá cercanos a la genialidad, en el concepto. Es importante que el material tenga esa visión estética”. Mis preguntas son: ¿por qué es importante eso? ¿el arte conceptual es más relevante que otro tipo de arte? ¿los intereses de

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LEA LA RESPUESTA A ESTA CARTA

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cada artista lo excluyen de la programación? Si un artista no tiene ningún interés en explorar el arte conceptual, ¿es esto motivo para rechazar su propuesta? Sobre la entusiasta frase “quizá cercanos a la genialidad”, debo reprochar que cualquier persona (muy inteligente o muy tonta) puede dedicarse a explora-ciones conceptuales, sin que eso la acerque o la aleje de la genialidad. Sobre este punto, tal vez nos ayude una revisión de la historia de la música y de la literatura, para recordar que, más que conceptos, son individuos con una fuerte personalidad quienes se han quedado en la memoria de la humanidad. Solicito entonces que se aclare o se cambie este punto, y agrego una opinión personal: lo conceptual es simplemente el nombre que asumió la actitud de hacer arte con ideas, lo cual podría remontarse hasta los griegos, y seguramente antes.

El siguiente punto no es una objeción sino una sugerencia: por experiencia, sé que el material de un artista está sujeto a demasiados azares cuando es revi-sado por terceros, y el más común de todos es vérselas con una persona que no está en condiciones anímicas o incluso intelectuales de evaluarlo correcta-mente. La sugerencia es entonces que cuando se reciba un material nuevo, se tenga un diálogo directo con el artista que lo envía, con el fin de velar porque el producto tenga el tratamiento que merece después de haber pasado por los largos procesos intelectuales y sentimentales que suele tener un trabajo artístico. Esto evitará que esos largos procesos sean mal comprendidos y desechados.

En la parte de Concepto General Musical, dice que “la programación musical de las emisoras de la Subgerencia de Radio de RTVC Sistema de Medios Públicos se caracteriza por incluir en un alto porcentaje las músicas actuales de Colombia y el mundo”. Quisiera que aclararan con exactitud ese porcentaje.

En definitiva, pienso que en una radio pública los únicos criterios que no se prestan a tergiversaciones y a exclusiones inconstitucionales son los de tener una grabación bien hecha y bien ejecutada, sea de 50 millones o de 100 mil pesos. Creo que me apoyan el artículo citado de la constitución y dos párrafos que extraigo de su “Concepto General Informativo” y de su “Concepto General Musical”:

“Dado que la producción de contenidos en las emisoras de carácter público requiere que estos sean además de ágiles y actuales, democráticos, plurales y con contexto, la Subgerencia de Radio aboga por que los colom-bianos participen y con ello contribuyan a la construcción y proyección de valores ciudadanos, a la incorporación de nuestra nación en las dinámicas globales y al reconocimiento de sus identidades.”

“Las programaciones musicales deberán reconocer, difundir y compartir la riqueza de nuestra variedad de expresiones musicales y culturales, con el fin de establecer un diálogo directo y activo con las propuestas del mundo, involucrando el concepto de lo colombiano como parte de lo universal y lo universal como elemento dinámico de lo colombiano.”

Agradezco su atención. Feliz día.

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UN EMBRUJO... MAGIA DE SALVAJES.

POR Felipe

Sepúlveda@SepulFeli

Impresionante nuestra naturaleza, impresionantes nuestros colores, impresionante el regalo de haber nacido y vivir en esta tierra, impresionante la magia. Magia que realmente nos obnubila con una neblina espesa que llega hasta nuestro corazón y nues-

tras mentes.

Al parecer, cada persona que ha visto MAGIA SALVAJE ha tenido un delirio frenético por nuestra Colombia, patria enarbolada por éxitos difusos y una naturaleza hermosa, que innegablemente, es nuestro mayor tesoro, nuestra tierra.

MAGIA SALVAJE ha permitido reencontrarnos de una forma espectacular con la belleza de nuestra fauna y flora, con la riqueza de nuestra tierra, inmensa y poética, de hecho nos llena de patrio-tismo y unas ganas inaguantables por conocer, recorrer y consumir literalmente nuestro entorno. El efecto publicitario es efectivo y contundente.

A través de este viaje por nuestro territorio conocimos especies

de la fauna maravillosas y tiernas a la vez “pechichonas” como se dice en el caribe colombiano; no obstante, fueron excluidas espe-cies que han venido procreándose en estos últimos siglos: elefantes blancos, sanguijuelas, mamuts, conejos, camaleones de corbata, entre muchos más. Algunos como yo, esperamos atentos si apare-cían en MAGIA SALVAJE, pero no fue así, por lo que me embargó la tristeza.

Nuestra selva urbana y semi rural ha recibido un embrujo muy especial por parte de estas especies. Se nota porque expele olores corruptos, de tamal trasnochado y alcohol bajo las temperaturas agrestes de la sequía, detrás de caravanas politiqueras. Estas espe-cies, depredadoras de todo color y belleza de la naturaleza, han logrado una adaptación increíble y una dominación de especies menores. Sus estrategias en estas épocas “electorales” son las más depravadas y descaradas. Sus formas de empatía con la naturaleza, se glorifican en la escalada minera y el desplazamiento de campe-sinos hacia grandes urbes, el color se desvanece poco a poco. Sus nidos son construidos con los residuos de los esfuerzos de quienes perecen ante su devastadora sevicia, un embrujo se ha lanzado en todo el territorio y el nido se hace tan fuerte como el nogal de la sabana cundiboyacense.

En efecto, así como las especies dialogan y disfrutan de su entorno, de igual forma somos testigos de cómo otras nos embrujan por todos los medios... Caudillos manteniendo sus genes desde altas curules mientras todos vivimos bajo la neblina de un embrujo realizado por SALVAJES.

¡¡¡VIVA COLOMBIA, VIAJA POR ELLA!!!

CINE

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Bogotá -la capital de un país corrupto y decadente- es un caldo de cultivo propicio no sólo para la desilusión y la delincuencia, también lo es para

que un grupo de jóvenes plasmen en canciones y letras la realidad de una ciudad dura y arribista, distante y fría.

Nanook el último esquimal es una de esas bandas bogotanas que desde hace 10 años ha sabido abrirse campo desde la disidencia del underground, su segundo álbum ‘El pánico no se azara’ fue grabado en los estudios de la Coneja Ciega bajo la producción de Juan Carlos Rojas, bajista de la mítica banda bogotana 1280 Almas.

El álbum está compuesto por trece canciones -y un bonus track- potentes y

EL SEMILLERO: NUEVOS PROYECTOS QUE EMERGEN DE LA URBE PRESENTA:

NANOOK EL ÚLTIMO ESQUIMAL

llenos de ironía, inteligencia desde lo lírico y versatilidad en lo interpretativo que nos llevan poco a poco hacia una tarde-noche de viernes en Chapinero, yendo desde La playa -el lugar donde los mariachis se venden al mejor postor- subiendo por Latino Power y terminando en la 59 con 7ª entre viajes de LSD escuchando a Héctor Lavoe y leyendo o reinterpretando a Lou Reed. Es todo un buen viaje.

Sus presentaciones en directo son impecables, van directo al pecho y cuentan con una alta dosis de humor negro (“Esta canción se llama Tengo pus en el oído, ¡por favor lametéamelo!”), es una banda recomendada para el que aún no los ha escuchado ya que demuestran que el

rock bogotano sigue y seguirá vivo, que se transforma y vive a su manera gracias a la inspiración que dan sus calles deso-ladas y habitadas por seres anónimos. Su propuesta es honesta y está muy alejada de realities o festivales musicales que pretenden hacernos creer que vivimos en un país diferente al que nos tocó por fortuna nacer.

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ENLACES

www.facebook.com/NanookelultimoesquimalPAGE

www.laconejaciega.co

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EL BOMM; LA OPORTUNIDAD DE

HACER LOBBY

La última edición del Bogotá Music Market (BOmm) ofreció una intensa programación de conferencias, paneles y showcases, además de las ruedas de negocios con promotores y artistas. Fueron tres días de intensa actividad en donde, a pesar de las

críticas y las inconformidades, gran parte de las personas involu-cradas en la industria musical local se hicieron presentes.

La agenda del evento estipuló el intercambio de materiales y cono-cimientos, aunque muchas personas aprovecharon la oportunidad para generar sus propios momentos de encuentro. Sin duda, el espacio no oficial en donde se dio el mayor número de interac-ciones entre los asistentes fue el lobby del Auditorio de la Cámara de Comercio de Bogotá, en su sede Salitre.

Justamente, en ese lugar, dialogamos con varias personas que compartían una mirada positiva de esta iniciativa, en especial frente a las posibilidades que podrían resultar sólo por estar presentes. Desde distintas ópticas e intereses, nos expresaron su interés en participar y sacar el mayor provecho posible de la situación.

Roberto Chevarría, director ejecutivo de El Rockadero, asistió al BOmm para promocionar en Bogotá una exposición y una fiesta en relación con la música peruana. En ese marco, se hizo la presenta-ción de un disco de artistas contemporáneos de diversos géneros que cantan en lenguas nativas de diversas regiones del Perú.

Roberto valora lo que define como la explosión musical que ha sucedido en Colombia durante los últimos 10 años: “Acá ya hay

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Por

Juan Alejandro Lopera@cubara

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bandas que se ven como una empresa y hay una industria musical. Incluso alguien me comentaba que la gestión cultural en general habría reportado más ganancias que el café. Nosotros queremos eso también para Perú”. Roberto llegó a Bogotá para llevarse cosas buenas a su país: “En Perú hay eventos similares, pero en compara-ción con este son más estáticos. Acá hay presentaciones y confe-rencias que se alternan a la par, y la producción nos pareció súper buena. Es algo que nos queremos llevar para copiar en buena forma”.

Por el lado de los locales, una de las personas que más dio de qué hablar fue Simón Cabezas, un músico colombiano radicado en Alemania. El ex guitarrista de la banda bogotana Canibal Smith, a partir de su historia personal, ofreció una charla motivacional enfo-cada hacia las claves de la autogestión.

“Colombia está en el ojo del mundo”, afirmó Simón cuando le preguntamos por la importancia de estar en el BOmm. “Al tener la oportunidad de venir a un lugar donde mucha gente está echán-dole ojo a los proyectos, lo más importante es hacerse visible. El resto es el ejercicio que tú hagas para lograr buenos acuerdos. La idea no es que ellos te ofrezcan a ti y tú aceptes, sino que tú ofrezcas y ellos digan algo como me llevo a estos chicos porque me encanta su propuesta”.

Además de la vitrina, a Simón le gustó el formato reducido de las ruedas de negocios del BOmm: “Si tienes dos mil compradores, va a ser muy difícil organizar citas para cada uno, porque el comprador

no puede ver todo a la vez. Aquí todos están preparados para ir a

la fija, no es un mercado en donde se tiene que llegar a buscar. Me gusta porque es una apuesta para los músicos, chiquita pero potente”.

No todas las 187 agrupaciones que aprovecharon esta oportunidad están radicadas en Bogotá. La Margarita, por ejemplo, es una agru-pación que llegó desde Barranquilla para participar en las ruedas de negocios. Para Keren Vargas, su vocalista, vale la pena hacer el intento: “Hay que disminuirle a los ensayos y acrecentar la parla para convencer a los compradores de que lo nuestro es bacano y nos lleven a su país”.

Por supuesto, no todos se atreven a tomar la decisión porque no es un asunto fácil. “La música tiene tanto de feeling que a veces es

complicado meterse a esto de hacer empresa”, afirmó Keren. “Uno se queda en la composición, pero hay que moverse, hay que sacar material, hay que tener un portafolio, hay que tomar fotos.”

A pesar de lo poco cómodo que resulta para un músico tocar ante sus colegas, o del temor ante la calidad de las ofertas de los compradores, Keren considera que el valor de un evento como el BOmm está en la posibilidad de hacer lobby: “Si no sale nada aquí, que no creo, seguiremos haciendo contactos. La música se hace con amor, paciencia y ganas”.

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SEBASTIAN ROCCA

REDA

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Bogotá Paris, el nuevo álbum del rapero parisino cierra una etapa de trabajo de casi 15 años en la escena colombiana. Y abre las puertas para apreciar el estilo que mejor le calza, aquel en donde se mueve como pez en el agua.

En el año 2001, Universal Music lanzó en Colombia Elevación, segundo álbum de Sebastián Rocca en solitario. Diez años atrás, más exactamente en 1990, este parisino de padres colombianos había comenzado a versar con éxito sobre la

realidad que afrontaban los jóvenes en la Francia de la época, y su vehículo no había sido otro que el grupo de hip hop La Cliqua. Lo que se vivía bajo la pasarela del país de la moda era un infierno (sobretodo en las calles de las comunidades donde prevalecían los hijos de inmigrantes) y sumado al talento de quienes querían hacer una revuelta urbana desde la música el caldo para que el rap francés viviera su época de oro estaba dado. La Cliqua se convirtió justa-mente en uno de esos referentes, y con el sello Arsenal Records llegó a publicar dos álbumes certeros entre 1995 y 1999.

Entre esos dos elepés, Rocca debutó como solista con el disco Entre deux mondes (“Entre Dos Mundos”), y en su aventura estuvo acompañado por una discográfica que a esas alturas ya contaba casi medio siglo de historia y había pasado a ser de propiedad de Universal (Barclay Records). Esto, como para entender que Entre deux mondes no era un proyecto cualquiera sino un repertorio que se sabía iba a calar entre la audiencia y a tener una escala impor-tante de ventas, lo que finalmente se tradujo en un doble Disco de oro en Francia y algo que de paso le dio la confianza necesaria a Sebastián para continuar incluso si la disolución de La Cliqua estaba a la vuelta de la esquina, como también sucedió.

Hacia el comienzo de la década del 2000, entonces, Rocca vino a Colombia a promocionar Elevación y a partir de ahí comenzó a quedarse cada vez más tiempo hasta que prácticamente se esta-bleció por completo. Elevación venía antecedido por el impacto de su sencillo El Original, una canción que apoyada en un videoclip rodado en los sectores populares de Cartagena y en su tumbao salsero lo desmarcaban de la imagen más sobria y dramática de las rimas cosechadas con La Cliqua e incluso de las del disco Entre deux mondes. Pero en comparación con el resto del repertorio, El Original era solo un slide muy delgado del pastel completo que proponía Elevación, un disco locuaz y con beats que golpeaban directamente al pecho. Digan lo que digan, uno de los mejores títulos de los últimos 15 años que se han editado en el país por dentro y por fuera del hip hop, siendo Rocca en todo caso alguien que no puede ser considerado un visitante sino un local nacido afuera.

Y jugando de local, Sebastián comenzó entonces a trabajar en una serie de lanzamientos discográficos que habrían de suceder a Elevación y que a la vez lo llevaron por distintos caminos en la

música; con cambios constantes de ritmos y composiciones en donde si bien la base era el hip hop la música colombiana de raíz también estaba presente. Rocca llegó a compartir estudio con el maestro y as de la salsa Yuri Buenaventura (la llave se formó para la creación de uno de los temas de la banda sonora de La Vida Loca, un documental sobre las pandillas salvadoreñas que de entrada le costó la vida a su realizador Christian Poveda); y sobretodo juntó fuerzas con el rapero colombiano P.N.O. para hacerse escuchar con la agrupación Tres Coronas, originada en Nueva York y de la cual también hizo parte fundamental el dominicano Reychesta.

Con Tres Coronas (y en un comienzo con el apoyo del sello inde-pendiente de La Etnnia, 5-27 Records), Rocca sumó dos mixtapes y dos álbumes más: Nuestra Cosa, reeditado por Universal Music a través de su filial Machete Music; y La música es mi arma, prensado por Audio Lírica de Bogotá y Parcero Productions, que es el sello que Sebastián ha venido usando para todo en lo que ha estado metido desde la época de Elevación. Ha sido un ir y venir, en todo caso, con una etapa en Nueva York que también permeó su visión del rap en español, de las comunidades a quienes ha dirigido su mensaje y de la música emergente, esa que parece no agotarse en cuanto a verbo y que tiene que vomitar lo que tiene entre el estómago para no enfermarse, mejor aún si es en un álbum doble.

Y aquí tenemos a Rocca, una vez más, firmando un disco solo con su apellido y presentando el que en retrospectiva bien puede ser su material más cercano a lo propuesto por Elevación y Entre deux mondes. De hecho no parece coincidencia que lleve como título Bogota Paris, que la portada sea una imagen de ese mismo muchacho que tímidamente asomaba la cara en la tapa de “Entre Dos Mundos” pero que en este caso y casi 20 años después luce mucho más presencial y curtido; y que en el mismo paquete del álbum además de una versión de las canciones en francés venga una en español. En lo musical, Sebastián regresa a ese estilo que mejor le calza y en el que se mueve como pez en el agua, navegando en todo caso en algunas corrientes de tendencia como la electrónica y el dancehall pero manteniendo el tono áspero incluso cuando flirtea con la música tropical y el latin jazz. Están esa nostalgia tan propia de la lírica de Rocca, ese recogimiento tenso de quien reflexiona sobre el contraste de realidades en el que nos encontramos a diario en la calle y los momentos en donde se suelta para pegarle a los tambores pero sin dejar el micrófono de lado. Sebastián Rocca, como diría Willie Colón, se pone en camino al barrio, como bien sabe hacerlo, y si hay gente que no sabía de él hasta el momento, este es un buen momento para hacerlo y escuchar un Bogota Paris con el que sin duda está de vuelta al ruedo.

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Rocca,de vuelta al ruedo

PorChucky García

@chuckygarcia

Fotografia: Feroz

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Por Jacobo Vélez

Mesa@MambaNegraLatin

EDDY MARTINEZ, UN PIANO

EN EL COSMOS

He tenido la fortuna de coincidir con Eddy Martínez tres veces en mi vida, cada uno de esos encuentros ha sido memorable, eso pasa cuando

uno se topa con un ser humano con tanta luz y conocimiento. El primer encuentro fue en Bogotá en el siglo pasado, 1994, cuando apenas tenía 18 años y recibí dos portentosas clases de Piano con él. La segunda fue 18 años después en Queens, Nueva York, él llegaba de Atlanta y yo de los Ángeles después una larga gira con Sargento García, nos encontramos en la entrada del metro, al principio no me reco-noció. Tuvimos una maravillosa conver-sada en el Metro, mientras cada uno se encaminaba a su destino a bordo del vientre de la torre de babel horizontal, esa oruga gigante de metal que recorre la gran manzana. Las dos primeras conexiones con Eddy, me cautivaron, no solamente por que sabia que la vida me había privile-giado acercarme a una leyenda de la salsa y el jazz latino, si no por que presentía que había un maestro espiritual al que no había accedido. Un par de años después me di a su búsqueda por que supe que estaba viviendo en Colombia y la misión que me movía era hacerle un homenaje público. Sin embargo, en un inicio no pude completar la tarea, no lograba localizarlo y mucho menos emprender la misión.

En una tarde caleña de 2014 mi telé-fono sonó, quede sorprendido cuando

supe que quien estaba al otro lado de la línea era Eddy, me saludó y me dijo que sabia que lo estaba buscando, le conté mi idea y me dijo que estaría dispuesto, pero que antes necesitaba de mí un favor: Nada menos y nada más que reunir a los mejores músicos de Cali para hacer una Big Band donde él tocara sus arreglos y montara su música. El final de esa historia es una gran amistad que sigue alimen-tándose y un maravilloso concierto en el cierre del Ajazzgo, (Festival de Jazz en Cali), donde me invitó a tocar un solo de saxofón en uno de sus temas. Mi sueño se había cumplido. No solo toqué con él sino que descubrí a aquel maestro espiri-tual que presentía. Además, al presentarle a Carlos Ospina -cineasta y comandante de la Topa Tolondra, templo de la salsa y la rumba caleña- y, a Gary Domínguez, el homenaje se concretó. Gracias a estos dos grandes de la colección de vinilos de la música latina se le hizo un merecido reco-nocimiento en la feria de Cali.

Por mi parte, también hice un home-naje, no tan público pero si lleno de respeto

FOTOGRAFIA

Lucas Mejía

16 17 ENTREVISTA

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y admiración, dedicándole el primer álbum de la Mambanegra “El Callegüeso y su Malamaña” donde sus notas, están en la canción “Yo cantaré para vos”, con las que despide el tema en un maravilloso solo cargado de historia; de esa historia que solo un grande como él puede contar. No quiero decir de Eddy lo que se puede encontrar en Internet, quiero conducirlos al corazón de un hombre que sigue haciendo parte fundamental de la historia de la Salsa y el Jazz Latino en el mundo. Quiero invitarlos a que descubran, en el trasfondo de sus respuestas a preguntas deliberadamente cortas, el por qué lo llamo uno de mis maestros espirituales.

J: El amor: Eddy: Yo te diría Dios, Dios el Padre, el Padre Celestial, en mi entendimiento.

J: La música. Eddy: Es mi segundo Dios, después del Padre Celestial

J: Nueva York: Eddy: La ciudad de todas las ciudades

J: El jazz Eddy: La música perfecta

J: El latín jazz: Eddy: La otra música perfecta, la unión de dos culturas que hacen la música perfecta

J: Mongo Santa María: Eddy: Maestro, ¡inspirador¡

J: "The other Road": Eddy: El único réquiem que existe en el género de Latin Jazz

J: Eddie Palmieri: Eddy: Mi gran hermano, amigo, compartimos el mismo instrumento, compartimos muchas ideas en común

J: Tito Puente: Eddy: ¡Gran maestro¡

J: Angel Canales: Eddy: Buena suerte

J: Ray Barreto: Eddy: Uno de mis mentores

J: Round About Midnight: Eddy: Una de las muchas facetas de Thelo-nius Monk. Tal vez la más… en inglés un slick composer, un compositor que se mete por todos los lados.

J: Jerry González: Eddy: Mi gran amigo y excelente músico

J: Louie "Perico" Ortíz: Eddy: ! Oh ¡mi hermano, mi hermano y exce-lente músico

J: Paquito de Rivera: Eddy: Mi hermano y excelente músico

J: Cocktail Time in Havana: Eddy: Eso lo grabamos con Paquito, ¿No? creo que sí. Cocktail Time, una obra muy bella

J: Small Band Jazz Ensamble: Eddy: Está incluida en el cosmos

J: Mozart : Eddy: ¡Oh¡, Eso está divino, no, eso está divino, ¡La perfección¡

J: Beethoven: Eddy: Hablando la misma lengua, musical-mente, la perfección también

J: John Coltrane: Eddy: La perfección

J: El Último Tango en París: Eddy: Una obra maestra del maestro Gato Barbieri

J: La percusión: Eddy: El cosmos en un tiempo delicioso

J: La salsa: Eddy: Un plato… sumamente delicioso

J: Una película: Eddy: La vida

J: Una pintura: Eddy: El cosmos

J: Una canción: Eddy: ¿Una canción? la música es una canción

J: Un álbum: Eddy: Liguety es el compositor y el titulo de la obra se llama Atmosferas. Es música clásica espacial, contemporánea

J: Un pianista: Eddy: ¡Uy¡, tal vez Chopin fue el hombre que fue mandado al planeta tierra

J: Un músico: Eddy: Stravinski

J: Un deseo: Eddy: La paz

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18 19 PERSONAJE

NINA SIMONE, NETFLIX, Y EL PODER

DE LA BLANCURAPor

José Tapias@JHTRAP

Ver el documental de Netflix “¿What Happened Miss Simone?” resulta doloroso por el lado que se lea. Sobre todo al identificar la manipulación al

que sigue siendo sometida Nina Simone, su negrura, sus aflicciones, para comercia-lizar un producto mediático.

De principio a fin aparecen las ya clásicas referencias que identifican este tipo de panfletos: un río de rostros blancos determinando el “destino” de una mujer negra. Desde la maestra que alimentó sus poderes introduciéndola a Bach, hasta sus “amistades” en los circuitos musicales y del espectáculo.

Nina Simone vivió una época en la que los negros de Estados Unidos cuestionaron a fondo qué significado tenía ser negro, huérfanos de saberes al venir de una historia esclavista que les arrebató sus nombres, comunidades, historias, maneras de amar. La esclavitud como secuestro masivo de su piel materna para rebajarlos a objetos abyectos, intercambiables y acumulables, cual combustible de un mundo blanco supremacista sostenido sobre esa violencia estructural. Capaz de clasificar a los habitantes de todo un planeta.

Hoy por hoy algunas personas negras saben que la lucha no es por los dere-chos civiles dado que la misma sociedad

civil se posibilita siempre que sostenga un mundo anti-negrura. Dicho de otra forma: la sociedad civil no es más que el refinamiento del campo de algodón.

Siguiendo los estudios de la pensadora negra Saidiya Hartman y su excelente trabajo Scenes of Subjections, desde el momento que el cuerpo negro fue empacado en los barcos para ser vendido como mercancía el hombre blanco ya gozaba de su sufrimiento, no sólo en todo tipo de aberraciones sexuales sino también al obligarle a bailar en cubierta por aburrimiento, diversión, apuestas. Ya en tierra “Americana” la tarima de subastas (tarimas=espectáculo) funcionaba como entretenimiento para peatones blancos en la naciente sociedad civil. El producto tenía que ser “maquillado” para ser “vendido”. Familias enteras fueron humilladas y sepa-radas en un largo lamento que comen-zaba a ser insoportable para el hombre blanco, quien no dudó en usar el látigo para hacerles cantar y bailar, aminorando su propia culpa. Fue en ese complejo nexo de terror y regocijo (bajo los caprichos del “amo”) que nació lo que conocemos por espectáculo. La violencia del espectáculo en un entramado de representaciones, performances, y lamentos convertidos en canción, devinieron alegrías indignas que hoy por hoy determinan quién es quién en el divertimento popular. Músicas como el Blues o el Jazzfueron inseparables a ese dolor, de allí que cuando el hombre blanco comercializa, co-opta, e interpreta esos ritmos, literalmente sigue encontrando placer en el dolor del negro.

“¿What Happened Miss Simone?” fue dirigido por una mujer blanca en el cual el dolor de una mujer negra es -una vez más- vuelto entretenimiento para la sociedad civil y no hace justicia a lo que verdade-ramente Nina Simone representaba; sus luchas, dilemas, angustias. “¿Qué pasó señorita Simone?” pregunta el hombre blanco como si no lo supiera.

Si bien el documental muestra cómo cantar en contra de la supremacía blanca cierra puertas y elimina toda posibilidad de hacer “carrera” en el MUNDO de la música, lo hace de manera ambigua y disimulada, casi diciendo al espectador “mira, esto es lo que te puede pasar si te las vienes a dar de listo”. En palabras de Nina:

“Se que cantar protesta puede ser duro, aquellos que no lo hacen son más felices. Pero yo no puedo dejar de ser lo que soy, Nina Simone”

Una mujer negra en un mundo anti-negrura.

Siguen las imágenes, pareciendo proyectar el dolor de Nina como resultado de un esposo machista y sexista. Se da a entender que fue él quien la exprimió e hizo fortuna de su cuerpo, golpeándola tras los escenarios. Nada se habla de cómo ese hombre hace parte de una dinámica histó-rica de colonización; lo reducen al “villano” de la narrativa mientras caricaturizan a una Nina en “declive” al comprometerse con las luchas negras de su generación, plena-mente conciente de que un sistema nacido en violencia sólo puede ser destruido con violencia. Incluso así lo hizo saber a Martin Luther King, Jr.antes de su asesinato (“I am not non-violent”).

Tal compromiso la va describiendo como “errática”, “incoherente”, de “nervios rotos”, “rabiosa”, “incontrolable”. Términos usados en su mayoría por su esposo blanqueado y sus “amigos” blancos de la industria musical (Al Shackman, Gerrit De bruin) quienes aparecen durante el último cuarto de documental como los típicos salvadores blancos “ayudándola” a liberarse de tales “desviaciones” para resucitar su carrera. Verdaderos mercaderes -dueños y señores- de la música negra (desde el Blues al Rap).

Quienes además la “sanan” patologi-zando su rabia (rabia justificada como la deberían sentir todos los negros y descen-dientes indígenas del planeta si conocieran su historia y la repercusión que ésta tiene en el presente) recetándole TRILAFON, una potente droga que actua sobre los químicos del cerebro. De nuevo el cuerpo negro como experimento y commodity.

NO dejan de ser cínicas las palabras de sus “amigos”. Dice Al Shackman:

“Algo la estaba comiendo ¿qué te está comiendo Nina? Luego se volvió más fuerte (durante la lucha por los dere-chos civiles). No estaba con mi hermana, estaba con ‘esa’ y ‘esa’ podía llegar a ser amenazante (...) Era lidiar con eso (el TRILAFON) y perder sus habilidades en el piano, la voz, y recibir un irreversible

Nina sabía. Sí que sabía.

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deterioro de su mente-cuerpo, o enfren-tarla dañandose a sí misma o a alguien más (...) Pero el TRILAFON realmente ayudó. Después de eso nos encontrá-bamos sentados en Holanda, de nuevo tomados de las manos sin hablar por horas, tan sólo disfrutando del día: volvió a ser mi hermana”.

Dice Gerrit De Bruin:

“Se metió tan de lleno en esa mierda (¿la lucha por los derechos civiles? ¿el reconocimiento de una supremacía blanca/mundo anti-negrura?) que al final se dio cuenta que era MORIR o ceder. Y cedió puesto que le dijimos: Nina, te damos casa, carro, conciertos, músicos y lo que quieras, pero tienes que hacer lo que decimos (...) tienes que tomar las medicinas y trabajar. DIOS te ha habili-tado para hacer lo que tienes que hacer

¡así que hazlo! Lo último que queríamos escuchar era ‘sí’ o ‘no’...ella dijo sí, con lágrimas en los ojos” (Mayúsculas mías).

Estas últimas palabras describen perfectamente la muerte social del negro, en esta ocasión en relación al mundo del espectáculo y el entretenimiento.

Para finalizar me gustaría llamar la atención acerca de dos elementos impor-tantes. Uno es la audiencia. Siempre es gente blanca, privilegiada, la que asiste o queda registrada en los conciertos de los talentos negros. Esto lo he experimentado de primera mano en Londres y sitios como el Jazz Café o el Ronnie Scotts, donde he podido presenciar a músicos negros y “latinos” de excelente nivel...disfrutados por audiencias blanco supremacistas en una especie de zoológico humano 2015. Ellos son quienes “degustan” y encuentran

placer en dichos espectáculos mientras la población negra o “latina” asea sus baños, sin tiempo para estudiar un instrumento. Escuchando lo más basura de la música rap contemporánea. `

Lo segundo que merece mención es la participación de Lauryn Hill en la banda sonora del documental. Si alguién de nuestra época ha tenido que vivir similar muerte social en el mundo del entrete-nimiento por denunciar a la supremacía blanca, es ella, quien durante los últimos años ha sido silenciada, tildada de “loca”, “racismo inverso”, invisibilizada, encarce-lada, etc. No deja de ser curioso que su regreso esté relacionado con esta mierda de documental, probablemente Netflix le ofreció un contrato para ceder o morir; un “sí” o un “no”...quizás cedió con lágrimas en los ojos.

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Baterías Parte 3

Por Mauricio Andrés

Rodríguez@mguezz

El beat, el alma de la canción, la espina dorsal del ritmo. El impulso grave del bombo que hace que el corazón se sincronice con la canción. El ataque

de ruido blanco que produce el entor-chado del redoblante y marca la diferencia entre que lo que oímos sea rock o reggae. El rítmico patrón del hi-hat, y el imprescin-dible recordatorio del crash y los platillos en los cambios de sección. Los toms y esas sonoridades tribales que nos recuerdan nuestros inicios como especie en las plani-cies africanas.

La batería es algo serio, muy serio. Bien grabada y todo lo que pongamos encima de la grabación sencillamente surfea sobre el ritmo de la batería; si queda mal grabada nada de lo que hagamos luego va a disimular el defecto. No hay tiempo para chistes en esta edición de Ars Futura así que a continuación algunas conside-raciones y configuraciones que podemos usar.

Fases

Por fin mis queridos lectores es nece-sario que hablemos de las fases, pues cuando grabamos con más de un micrófono pueden ocurrir los

famosos errores de fase. Un error de fase ocurre cuando el mismo sonido llega a dos micrófonos distintos, y dado que el sonido tarda más en llegar al micrófono más lejano, el mismo llega en una fase distinta. Al sumarse el sonido de ambos micrófonos las frecuencias fuera de fase se cancelan, deformando el sonido. Sin embargo, y sin tener que entrar en detalles físicos, podemos detectar el error si pres-tamos mucho cuidado a lo que estamos haciendo. Cuando vayamos a grabar, podemos pedirle al batero que nos regale algunos compases y grabarlos. Luego debemos chequear en mono el primer canal, oírlo sólo y recordar todos sus sonidos. Luego se añade el segundo canal a la mezcla. ¿El sonido pierde calidad? ¿Todos los elementos que se oyen en un canal o se oyen de la misma manera cuando se añade el segundo canal? Si hay alguna alteración en los sonidos hay un error de fase. En general también podemos observar la regla del 3 a 1: cuando hay dos micrófonos la distancia entre ambos debe ser al menos 3 veces mayor que la distancia del primer micrófono a su fuente. Es decir, si el primer micrófono está a 10 cm de la fuente del sonido, el segundo micrófono debe estar a una distancia de al menos 30 cm de distancia del primer micrófono.

Opción de grabación casera #1 (2 canales)

•Computador

•Interface USB de 2 canales (M-Audio Fast Track o similar)

•Micrófono dinámico cardioide

•Micrófono de condensador cardioide

•2 cables XLR

•2 bases de micrófono

La idea es que el micrófono conden-sador, que tiene una respuesta en general mucho más plana sea el que recoja todo el kit de una forma natural.

Hay que experimentar un poco con la ubicación de este micrófono de tal forma que tenga un balance natural entre el redo-blante y el hi-hat, pero en general vamos a encontrar buenos resultados entre 40 cm y 80 cm directamente arriba del redo-blante. El éxito de esta técnica está en que el batero sea capaz de producir un beat estable y balanceado a lo largo de todos los elementos de la batería. El micrófono diná-mico se ubica dentro del bombo, directa-mente apuntando hacia el golpeador a una distancia entre 4 cms y 10 cms. La idea es buscar la definición en el ataque que ocurre entre 1kHz y 5kHz. El resultado es una batería en mono que va a funcionar muy bien en géneros como indie rock, hip-hop o reggae. Lo bueno de una batería mono es que además podemos procesarla muy fácilmente, dejando muchísimo lugar en la mezcla para guitarras y sintetizadores. Las baterias mono son uno de los grandes aciertos de discos revolucionarios como el Ok Computer de Radiohead, al usar poco espacio la batería es posible construir sonidos muy complejos en los extremos izquierdo y derecho del campo estéreo sin que estorben al beat.

Opción de grabación casera #2 (4 canales)

•Grabadora portatil (Zoom H4n o similar)

•2 Micrófonos dinámicos cardioides

La Zoom tiene un par de micrófonos de condensador estéreo, así que podemos ubicar la grabadora directa-mente frente al kit, con el redoblante

en el centro. Es importante chequear con audífonos que la imagen estéreo sea adecuada, que el bombo y redoblante suenen lo más cercano al centro. Una vez tengamos una imagen adecuada, añadimos los dinámicos, uno en el bombo como en el ejemplo anterior y otro encima

20 21 ARS FUTURA

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del redoblante, apuntando hacia el centro del parche a unos 4 centímetros del mismo. De nuevo, la idea es obtener definición de los micrófonos dinámicos. En el caso del redoblante podemos escoger en poner el micrófono encima para un sonido grave, o debajo para resaltar el entorchado, la decisión depende del estilo musical que estemos grabando.

Opción de grabación casera #3 (4 - 8 canales)

•Computador

•Interface de grabación de 8 canales

•6 micrófonos dinámicos cardioides

•2 micrófonos de condensador de diafragma pequeño y patrón cardioide

Esta es para los que ya tienen algunos equipos de más, sin embargo les recuerdo que de ninguna manera podríamos argumentar que una grabación con más micrófonos es mejor que una con menos. Depende del género. En este caso vamos a microfonear todos los elementos que consideremos importantes para tener el máximo control sobre ellos, este tipo de grabación es común en géneros de rock pesado y metal. Podemos además microfonear el redoblante por encima y por debajo teniendo en cuenta que en el software debemos invertir la fase de cualquiera de los dos canales para que no se cancelen los micrófonos mutuamente. Al construir el sonido de una batería con múltiples micrófonos es importante construirlo en base a los 2 micrófonos de conden-sador con el que construiremos nuestra imagen estéreo. Una búsqueda rápida en Google de “técnicas de grabación estéreo” les mostrará las diferentes alterna-tivas de grabación, siendo las más relevantes para el estudio casero las técnicas XY, ORTF, NOS, y par espaciado. Hay suficientes ejemplos en internet de todas estas técnicas. Lo importante es probarlas todas y encontrar la que mejor se ajuste al género y resultados deseados.

Es muy importante primero construir la imagen estéreo con los condensa-dores y después ir metiendo los dinámicos para resaltar diferentes aspectos de la batería.

En la sesión

Una vez afinada la batería y ubicados los micrófonos es hora de empezar la grabación. Es muy importante que el batero tenga unos audífonos adecuados que no permitan que el click se salga y contamine los micró-fonos de la batería. Una idea para minimizar este problema es cambiar el

sonido del click, buscando un sonido menos llamativo que el tradicional bip - bip - bip al que los bateros están tan acostumbrados.

Es muy importante que el baterista tenga una buena pista con la que va a trabajar, debe haber suficientes elementos para que se sienta suficientemente acompañado del bajo, guitarras y sintetizadores pero en ningún momento esos instrumentos pueden distraer al batero del click. Si en la maqueta hay errores de tiempo, el batero va a tender a seguir esos errores.

Y lo más importante…

Experimentar. Nadie se hace un profesional grabando baterías sin cometer varios errores primero. Mejorar nuestras técnicas de grabación es el proceso de cometer errores y aprender de ellos. Y no importa lo que nadie diga, si una técnica de grabación les funciona, por rara que sea, si suena bien,

funciona. En el arte no hay reglas y si Uds. son capaces de hacer sonar bien una batería con un micrófono de karaoke de $10.000 pesos eso es lo que importa: que suene bien. Algunos de los sonidos más interesantes que le he sacado a una batería los he logrado usando técnicas inusuales, modificando micrófonos, y procesando señales de formas que el manual prohíbe.

Eso es todo en este especial de 3 partes sobre grabación de baterías, nos vemos a la próxima con otro encantador tema: vamos a grabar al degenerado mechudo del guitarro. (Y vamos a usar muchos pedales…).

Hasta la próxima.

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22 23 SONIDOS ENRAIZADOS

Llora el Agua, Llora el Agua.De vera, de vera é

PorLucía Ibáñez &

Urián Sarmiento@sonidosenraiz

Llora el Agua mientras recorre sus selvas, montañas y guandales, al ver las tro neras creadas por la “retro”, los confrontamientos, los cultivos de pancoger esté-riles, los pueblos abando-nados, los animales muertos, la mancha de petróleo que cambia el color de los bolsi-llos de las piangueras.

Y bueno, en este país, la modernidad nos toca en diferentes instancias.

En un barrio llamado Viento Libre, al lado del Puente del Pindo,

puente que une la isla principal de Tumaco al continente, vive Eva Pastora Riascos Baguís, directora del grupo Perlas del Pací-

“Llora el agua, llora el agua”, coro de la Juga Grande, resuena como una alegoría de la tragedia, personifi-cando al agua como si ésta sintiera en un llanto, la catás-trofe que está viviendo en las orillas del mar Pacífico en el departamento de Nariño.

fico. Todos los músicos de Perlas viven en Viento Libre y del otro lado del Pindo. Estos barrios son parte de Tumaco, la segunda urbe más grande del Pacífico colombiano y dentro de ellos se respira el ambiente rural de los habitantes que lo fundaron venidos de los ríos aledaños como el río Mira, Gualajo, Chaguí, Patía que llegaron a Tumaco buscando oportunidades entre los 60 s y 80 s.

“Cuando yo me veo, pangora, por los arrabales, pangora, caminando juntos, pangora, con los animales, pangora, Pango-rita pangoriii¨ verso del bambuco viejo, Pangorita.

Llora el Agua es el nombre del primer disco de la agrupación Perlas del Pacífico. Tiene como valor especial, que es es la primera publicación dedicada al registro de un estilo de interpretación muy particular al Nariño Pacífico, hoy día casi en desuso por la mayoría de agrupaciones de marimba: el bambuco viejo, o “de costa abajo” como lo llaman ellos. La música registrada en el

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disco Llora el agua pertenece a esta espe-cial tradición que la agrupación Perlas del Pacífico viene cultivando desde el año 1960 y que mantiene en una firme y estoica posición de no dejarse arrastrar por las olas de estandarización, comercialización y tarimización. Este disco resulta ser uno de los precedentes de un estilo que proba-blemente sea una de las manifestaciones más antiguas registradas hoy del bambuco viejo del Pacífico sur colombiano. Llora el Agua, nos trae el sonido antiguo de cuando el bambuco vivía aún en la selva, de cuando las historias de aparición del Diablo en las fiestas, de cuando la vida se perdía en una pelea a machete después de una épica tocata.

¨Ninguno se admire, que el mundo es así, niñas del convento, salen a parir¨, verso del bambuco viejo, Pangorita.

Con su lenguaje honesto, frentero y sencillo del mundo campesino, de una madre que tocaba violín y un padre músico de guitarra, nace, en la vuelta de Pumbí del río Patía Bajo, Eva Pastora Riascos Baguí. A finales de los 70 s migra a Tumaco a abrir caminos. Si hoy este viaje dura aproximadamente 24 horas pasando por el río Telembí, Roberto Payán, Barba-coas y por la carretera a Pasto, no imagino cuánto duraba en ese entonces. Duraba tanto, que seguro por eso no volvió hasta 35 años después, cuando su territorio de origen se había reconfigurado para ser totalmente desconocido y casi invisitable; en todo caso infotografiable, pues está prohibido entrar cámaras ahí, prohibición tácita, como muchas otras de la región.

Hay tipos de música que no funcionan como espectáculo, que no son para entre-tener, que más bien son para transportar a través del sonido al oyente a lugares desconocidos.

Su ubicación casi circular nos enseña que hay prioridades que olvidamos a la hora de pensar en que la música llegue a grandes audiencias. Sin embargo, esa puesta en escena abre grandes interro-gantes: ¿homogeneización de la diver-sidad musical? ¿espectacularización de la música? Al final, ¿qué es la música para nosotros? ¿Qué función cumple?

Ya sea en el Petronio Álvarez, en el patio de la casa de la señora Pastora o en el teatro más elegante, su ubicación para tocar es y será la misma, como si formaran una sólida burbuja sónica en la que la prio-ridad no es como los vea mejor la gente sino la manera como ellos aprendieron a transmitir de forma contundente su arte. En círculo, mirándose entre ellos, como para no cortar el diálogo, así toca Perlas, como en un ritual, donde nada se puede cambiar porque sino no sucede la magia: el bambuco viejo.

Cuando llegó a Tumaco, encontró en La Cueva del Sapo las fiestas de los “suyos”. Era un lugar donde se reunían todos los ribereños que habían migrado y que traían destrezas distintas en el arte de tocar la marimba, el bombo, el cununo y en el arte de cantar. Los músicos que frecuentaban La Cueva del Sapo se volvieron leyendas, como la del bombero albino que todos los viejos aseguran nunca haber visto a nadie tocar mejor.

Pastora entró a Perlas del Pacífico siendo una mujer joven que portaba “lo viejo” de los sonidos de la selva a penas llegó a Tumaco y creció con este grupo hasta ahora. Esta música y sus personajes están cargados de la hostilidad de su medio que cambió tanto y ahora está inmerso en una realidad de guerra muy distante para los de las grandes ciudades.

“Usté sabe que a mi no me gusta ese tal micrófono cerca” palabras de Pastora en prueba de sonido en el Teatro Colón día del lanzamiento del disco.

Hay tipos de música que es mejor escu-charlas al natural, de cerca y sin nada más que amplifique su sonido que la propia naturaleza acústica de sus instrumentos. Ir a un concierto hoy día consiste en dirigirse a un lugar adecuado para esto, hacerse al frente de la tarima y recibir lo que los músicos mandan desde allí a través del equipo de sonido; para el músico, ponerse la pinta, dirigirse al mismo lugar al que va el público a verlo, salir a la tarima, hacerse al frente del público y lanzarles música a través del equipo de sonido.

ENLACES

www.sonidosenraizados.com

@Sonidosenraiz

https://sonidosenraizados.bandcamp.com/album/perlas-del-pacifico-llora-el-agua

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24 25 CINE

Mauricio ‘Batori’ Pardo

SUSANA CARRIÉ

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La Serenísima República de la Papaya

Por Julián Felipe

Gutiérrez @jackmulligan

PAPAYA REPUBLIK

Andrés Ospina, escritor y hombre de radio que le ha dedicado buena parte de su obra a Bogotá, ha comentado, con razón, como, en los últimos años, la imagen nacional ha experimentado una progresiva ‘caribificación’ en la que, de la misma manera que a la hora de pensar en lo típicamente argentino pensamos en lo porteño, a la hora de pensar en lo típicamente colombiano las imágenes y sonidos de lo caribe acuden a la mente.

Este escenario, el cual ha sido impulsado en buena parte por un proyecto como Sidestepper, ha dado pie al surgi-miento de una serie de proyectos los cuales han tenido distintos grados de éxito dependiendo de su capacidad de presentar algo nuevo e interesante o de la simple imitación, un panorama que nos ha traído a bandas como Bomba Estéreo o, quienes ocupan a estas líneas, Papaya Republik, proyecto encabezado por Mauricio ‘Batori’ Pardo a finales de 2009 y que el mismo define como una ‘mezcla ecléctica de música afrocaribe, electrónica, rock, jazz, cumbia, porro, chalupa, y chandé’.

Batori, músico bogotano que ya lleva varios años trabajando con proyectos de rock que el mismo define como ‘una experiencia muy bacana’, ha logrado crear un ensamble que trabaja una propuesta que recoge las influencias de sus integrantes y las mezcla con un sonido de la herencia caribe colombiana como lo sugiere su definición antes citada. Su disco Papaya Republik: Volumen 1 es un buen portafolio de lo que ha implicado ese proceso de mezcla y construcción en el que Batori considera necesario ‘tener la mente abierta a muchas vertientes musicales’, proceso que el mismo ha descrito como enriquecedor.

Para el escucha casual, el tema que abre el álbum, La Flaquita, puede no parecer particularmente interesante e incluso, dirían algunos, genérico, sin embargo, los siguientes temas agarran velocidad y recorren caminos inte-resantes, siendo Grajo y Culo’e Vaina Jopo exponentes de los intentos exitosos de la banda de explorar un sonido mas intenso y acelerado, mientras que Hola Soledad es una exploración exitosa de la canción que Rolando LaSerie popularizó en su momento.

La sección final de este trabajo de 2010 presenta los temas que de lejos son los más interesantes del disco, siendo Esquizoo un tema que arranca con elementos electrónicos para pasar a un sonido que perfectamente podría encajar en una persecución de alta velocidad de Starsky & Hutch; el cierre del disco, Mi PC, es una pieza completamente distinta a todo lo que presenta con anterioridad sin que eso signifique discordancia con el resto del disco, cosa que pocas canciones en su misma situación logran. Es en este momento donde aparece, en Papaya Republik la idea original detrás de una papayera y el producto de la experiencia como músico de Batori. Al preguntarle sobre cómo es posible que puedan convivir varios lenguajes sin problema dentro de un disco me lo explica de manera sencilla: ‘Nos gustan varios tipos de musica y una papayera tradicional generalmente hace versiones de muchas otras musicas… en nuestro caso no estamos casados con una sola tendencia musical’.

En lo personal, siempre he sentido que si bien la ‘caribificación’ que mencionaba al comienzo es buena por si misma, no lo es tanto cuando se hace en desmedro de otras herencias culturales colombianas. Así mismo, músicos como Batori o Papaya Republik no pueden ser culpados de un proceso que es mas responsabilidad de quienes controlan los canales de transmisión. Sea como fuere, músicos como él y su proyecto son necesarios y bienvenidos en tanto creadores de lo que podríamos llamar, el rock de nuestro pueblo.

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