Música de fondo: “La Misión”

Se revive Pentecostés cuando los seguidores de Jesús Resucitado:

Se hacen compañeros de camino de las personas y escuchan sus preocupaciones.

Se esfuerzan por vivir el ideal de la primitiva comunidad cristiana.

Han aprendido a perdonarse entre ellos para poder perdonar a los demás.

Son testigos del Resucitado en medio de la sociedad.

Viven su fe de una manera comprometida.

El amor a Jesucristo les impulsa a amar a los hombres y mujeres que encuentran en el su camino.

Llevan la Buena Nueva a todos los ambientes.

Tienen la firme determinación de trabajar por el bien común.

Siempre tienen una palabra de consuelo y esperanza para quienes han caído.

Reconocen la mano de Dios en todos los acontecimientos de la vida diaria.

Aman la vida que Dios les ha regalado, porque saben que Dios les ama.

Resisten con valor las contrariedades de la vida.

Luchan por erradicar la miseria.

Utilizan sus capacidades para hacer felices a otras personas.

Buscan primero el Reino de Dios.

No tienen miedo de mirar al Señor.

Pierden el miedo y salen del templo a anunciar a Jesucristo muerto y resucitado.

“LA PRIMERA NECESIDAD DE LA IGLESIA ES VIVIR SIEMPRE PENTECOSTÉS” (Pablo VI)