MUY ILUSTRE, REAL E IMPERIAL COFRADÍA DEL MILAGROSO PENDON DE SAN ISIDORO

LEÓN Nº 4, Navidad 2.012 GRAN MAESTRE IMPERIAL S. M. EL REY JUEZ CONSERVADOR PERPETUO ILMO. SR. ABAD-PRIOR COLEGIATA MIEMBROS NATOS PERPÉTUOS EXCMO. AYUNTAMIENTO DE LEÓN EXCMO. AYUNTAMIENTO DE BAEZA (JAEN)

COFRADES DE HONOR

CARDENAL. Fr. CARLOS AMIGO VALLEJO CARDENAL D. JOSE MANUEL ESTEMA LLAURENS GENERAL D. PABLO CASTILLO BRETÓN

CABILDO

ABAD

HERMENEGILDO LÓPEZ GLEZ.

CAPELLÁN

D. LUIS GARCÍA GUTIÉRREZ

PRIMICERIO

EDUARDO DE PAZ DÍEZ

TENIENTE DE PRIMICERIO

GONZALO F. GONZÁLEZ-CAYÓN

REGIDORES

JOSÉ LUIS BAYÓN ASTORGANO Mª JESÚS GARCÍA ARMESTO JESÚS SEXMERO CUADRADO FRANCISCO LUIS RODRÍGUEZ FERBNÁNDEZ CRONISTA Y EX ABAD

EUGENIO DE MATA ESPESO

EX ABADES

FLORENTINO ARGÜELLO SIERRA JUAN MANUEL NIETO NAFRÍA

ESCRIBANO

MANUEL T. GONZÁLEZ MEDINA

CONTADOR

ANTONIO SUÁREZ GORDÓN

MAESTRO DE CEREMONIAS

ESTANISLAO DE LUIS CALABUIG

TENIENTE DE ARCHIVOS

RAFAEL CEBALLOS ROA

SALUDA DEL ABAD

De nuevo la vida, incluso el consumismo de estos días nos sitúan ante la Trascendencia; el recuerdo de la llegada del Niño Dios se hace cada vez más presente e inunda las calles, un tanto amortecidas, esta vez, ¿para qué negarlo, puesto que las causas nos son bien conocidas? Mas, a pesar de todo, los hombres de buena voluntad siguen evocando ese momento de felicidad suprema para el mundo, hasta quizá suspirando por una nueva oportunidad.

¡Pero ahora, eso nos toca a nosotros! La Paz la recuerdan los ángeles en sus cantos, pero es cosa de los hombres lograrla y trabajar por ella; la Solidaridad, tan necesaria por esta crisis que nos ahoga, debe también ser buscada y vivida desde el Amor; la Esperanza, tanto en su vertiente más humana como en esa otra más espiritual, debe encontrar su apoyo en la Fe. Esos son nuestros apoyos más firmes, nuestras referencias más seguras y nuestros objetivos irrenunciables; sin duda también muchos de nuestros propósitos para los nuevos tiempos. Que la ternura del Niño Dios llene vuestros corazones y los de vuestras familias y que el Santo Isidoro se muestre, en este su año especial, tan magnánimo con nosotros como nos tiene acostumbrados. Sinceramente y en nombre de todo el Cabildo

Hermenegildo López González

BAEZA, CUNA DE UNA HISTORIA DE IX BAEZA, CUNA DE UNA HISTORIA DE IX BAEZA, CUNA DE UNA HISTORIA DE IX BAEZA, CUNA DE UNA HISTORIA DE IX

SIGLOSSIGLOSSIGLOSSIGLOS....

La Imperial CofradíaLa Imperial CofradíaLa Imperial CofradíaLa Imperial Cofradía del Pendón Isidoriano de Baeza, del Pendón Isidoriano de Baeza, del Pendón Isidoriano de Baeza, del Pendón Isidoriano de Baeza,

visita oficialmente la ciudad.visita oficialmente la ciudad.visita oficialmente la ciudad.visita oficialmente la ciudad.

Después de nuestra visita protocolaria en el año 2010, con motivo de vuestra celebración de la declaración de Patrimonio de la Humanidad, en la que tuvimos el placer de explicaros a todos los baezanos un poco más de la historia y los lazos indisolubles que nos unen, aún en la distancia desde León; en el presente año hemos tenido el honor de poder realizar una visita muy ansiada por todas la Damas y Caballeros Cofrades de esta Orden de Caballería, devenida Cofradía Sacra, fundada como todos sabéis, después de la toma de la ciudad, “Nido de Gavilanes”, el 25 de Julio de 1147, por el Emperador leonés Alfonso VII, el único coronado en España. Nuestra presencia los días 9 y 10 de junio pasados, en el lugar de nacencia de nuestra Imperial institución, tenia unas connotaciones de “obligación histórica”, pues nuestra última visita había sido en 1971, es decir hacía ya 41 años y además veníamos a entregar la mayor y mas alta distinción de nuestra Cofradía, el nombramiento a la ciudad de Baeza, representada por su Ilustrísimo Ayuntamiento y en la persona de su Alcalde, D. Leocadio Marín, como “MIEMBRO NATO PERPETUO”, en reconocimiento del lugar

donde fue instituida nuestra antiquísima Orden y todo ello sin olvidarnos de nuestras raíces andaluzas de nacencia, entregándole el diploma acreditativo e imponiendo la Medalla de Honor al Alcalde, para los actos protocolarios en los que participe, portándola ya ese mismo día 9 de junio, por la tarde, en el Solemne Traslado en Procesión Cívica del Milagroso Pendón de Baeza, desde el

Ayuntamiento a la S. I. Catedral, así como al día siguiente en la Festividad del Corpus Christi. Del mismo modo también tuvimos el altísimo honor que nos concedió el Ilustrísimo Ayuntamiento de Baeza, de ser testigos directos de la imposición al histórico Pendón Isidoriano de Baeza, que tiene rango de honores de Capitán General de los Ejércitos de España, de la Medalla de Oro de la Ciudad de Baeza, que había sido aprobada por unanimidad, en Pleno de la Corporación Municipal del Ayuntamiento de

Baeza y que fue colgada por el Alcalde. Todo ello tuvo lugar en el magnífico Salón de Plenos del Ayuntamiento, contando con la representación institucional de dos miembros de la Corporación Municipal del Ayuntamiento de León, lleno de baezanos y con la representación leonesa formada por 74 Damas y Caballeros Cofrades y acompañantes.

Pero nuestra ilusión todavía se vio recompensada con otro hito en nuestra querida y hermana ciudad de Baeza, pues el Ayuntamiento había tenido a bien conceder el nombre de una hermosa avenida de la parte nueva, denominándola “Avenida Reino de León”, en honor y recuerdo del 1100 aniversario del Reino de León, que se celebró en el 2010, año en que el Alcalde y una representación del Ayuntamiento de Baeza, estuvieron presentes en algunos de los actos conmemorativos en la ciudad regia de León. Allí fue inaugurado un monolito, gemelo del existente en León, en la Plaza de San Isidoro, con bronces representativos del propio Pendón y del emblema de la Cofradía. Indudablemente una jornada intensa, plena de emociones y de vivencias, en una ciudad que nos ha acogido como hermanos, como ciudadanos baezanos y a la que siempre tenemos presente, tanto por su belleza monumental como por la grandeza de sus gentes. Pero si intensa fue la jornada sabatina, no lo fue menos la dominical, fiesta grande de la Iglesia, el Corpus Christi. La acogida en la propia Catedral, por parte del Cabildo, la emoción de los momentos tan intensos vividos durante la Misa Concelebrada por un Obispo colombiano y el aire de fiesta grande que se respiraba en el templo, forman ya parte de nuestros momentos más íntimos. El inicio de la Solemnísima Procesión con la colocación del Santísimo en el viril de la fantástica custodia de Gaspar Núñez de Castro, dio paso a otro de los espacios reservados en el interior de cada Dama y Caballero Cofrade. La petalada delante del Altar Mayor fue indescriptible por lo que tiene de emotivo y popular. En la salida del Santísimo, hacia el recorrido procesional, también fue un momento inenarrable, sonando la Marcha Real y a

continuación el himno del “Imperial Pendón Isidoriano de Baeza”, interpretado magistralmente por la Banda de Música de Baeza, bajo la magistral batuta del maestro D. Martín Morales, que ha hecho una magistral adaptación. Nuestras emociones tuvieron su punto álgido cuando, por invitación del Cuerpo de Horquilleros del Santísimo de Baeza, veintidós Caballeros Cofrades tuvimos el grandísimo honor de poder portar el Santísimo en su trono, en un tramo del recorrido procesional, pisando las primorosas alfombras realizadas con mimo extremo y rezando ante los incomparables altares engalanados como solo, vosotros hermanos baezanos, sabéis hacerlo. Una experiencia inolvidable, de esas que se suele decir “para contar a nuestro nietos”. Una vivencia única e insustituible.

GONZALO F. GONZALEZ-CAYON Teniente de Primicerio

SALUDA del ALCALDE DE BAEZASALUDA del ALCALDE DE BAEZASALUDA del ALCALDE DE BAEZASALUDA del ALCALDE DE BAEZA

En Baeza, la existencia del Pendón de San Isidoro o Pendón de Baeza en León y la Cofradía y Orden que lleva su nombre, fue durante mucho tiempo, para la mayoría de los baezanos, una referencia lejana e inconcreta; una vieja historia del pasado, una reliquia entre mitológica y real que afortunadamente ya se ha superado gracias a los recientes acontecimientos que han tenido lugar en nuestra ciudad. Esta nueva etapa de acercamiento mutuo le debe mucho a la voluntad de la propia Institución Isidoriana y especialmente al esfuerzo y tesón del Abad, de cuyo entusiasmo y preparación hemos aprendido, al menos quienes hoy dirigimos el consistorio baezano y nos ha descubierto aquellos lazos que desde antiguo nos unieron. Todo arranca con mi participación en las Fiestas de las Cabezadas del año 2010, que personalmente recuerdo con cariño y gratitud. Allí surgieron proyectos de colaboración y encuentro que venimos concretando y materializando, en la medida de lo posible, sobre todo con voluntad y luchando contra una

situación económica tan difícil como la actual. Una de esas actuaciones y que Baeza vivió con expectación y jubilo ha sido la participación de esta “Muy Ilustre, Real e Imperial Orden y Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro”, en la solemne procesión del Corpus Cristhi, aunando dos tradiciones para dar mayor realce a la celebración. Fue emotivo contemplar como los caballeros y las damas de la Orden portaban en sus hombros la custodia procesional, de la que tan orgulloso se siente el pueblo de Baeza, y su participación en la fiesta religiosa previa, dejando un profundo recuerdo por su proceder antes, durante y después de los actos. Pero esa jornada de convivencia entre baezanos y leoneses no acabo ahí sino que vivió momentos históricos cuando tuvieron lugar dos actos protocolarios: el primero, por su significado, fue la imposición de la Medalla de Oro de la Ciudad al Pendón. Acto que resultó para mi especialmente emotivo al recibir de manos del Abad el pergamino que declara al Alcalde de Baeza “miembro nato perpetuo” de la Imperial Cofradía. Enseguida el descubrimiento del monolito en el que Baeza, por acuerdo plenario de su Corporación Municipal, da el nombre de Reino de León, a una avenida del ensanche urbano, quedando así plasmada en piedra, simbólicamente, los lazos que existen entre ambas y que pretendemos seguir estrechando. Espero y deseo que este mutuo reconocimiento profundice aquí y allí en nuestras comunes raíces y la simpatía que hoy sentimos se consagre en el futuro. Larga vida para la Cofradía

Leocadio Marín Rodríguez

Se nSe nSe nSe nos fue don Antonio…os fue don Antonio…os fue don Antonio…os fue don Antonio… Cuando fallece alguien, es complicado aludir a la persona finada sin, previamente, hacer de «San Miguel Arcángel» y pesar en la balanza de su vida méritos, denuedos y defectos. Todos más o menos lo hacemos con las personas que conocemos, incluso fríamente, con aquellos que nos son más cercanos, aunque queramos poner pequeñas pesas en el platillo de los méritos. Hay personas que llevan el «don» en el nombre. En León había uno que sobresalía: don Antonio; sí, don Antonio Viñayo. De su vida conocemos mucho, pues logró ser un leonés público desde sus diversos lugares de origen. Digo diversos, porque don Antonio nunca renunció a su patria chica, Otero de las Dueñas, en la Montaña. Y tampoco renunció a su entraña: San Isidoro y su Colegiata, de la que fue Abad durante treinta y dos años (casi la edad de Cristo), y al esqueleto de su entraña: León, a la que siempre se refirió como urbe regia e imperial, cabeza del Reino de León, Región Leonesa a la que don Antonio ensalzó. Y qué decir de nuestra Imperial Cofradía, a la que siempre sirvió como Caballero, en el más alto sentido de la palabra. Porque en don Antonio,

la expresión gálica «nobleza obliga» (noblesse obligue) se encarnó en su sacerdocio y en su leonesidad. Podríamos haber mentado su labor como académico de la Real Academia de Historia, numerario de la Real Academia de Doctores, Abad de San Isidoro y relatar su presencia en los múltiples lugares isidorianos como su Biblioteca, la Colegiata, su Claustro, el Panteón…. Pero hay un sitio donde siempre se mostró tal cual era: en la Sede del Presbiterio. Su predicación siempre fue honda, locuaz, apegada a la tierra, cargada de Evangelio, y sobre todo práctica, muy práctica. Porque un buen cura de almas de la Montaña sabe y vive bien aquello de «predicar y dar trigo». Y don Antonio Viñayo siempre acompañó cada palabra con un buen ramo de gavillas. Murió rodeado de los suyos. De sus hermanos presbíteros y de los leoneses… pero también vive con San Isidoro y Santo Martino junto a Dios. Porque María, esa Virgen del Milagro, lo recogió en sus brazos, para llevarlo a la Eternidad. Nosotros seguiremos viéndole en la Plaza de San Isidoro recogiendo el cirio «de arroba bien cumplida», que ése es el peso de las almas de los leoneses justos…

Antonio Viñayo ���� (Otero de las Dueñas, León 1922 – León, 13 de

diciembre de 2012)