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Equilibrios Año I - Número 6 - Domingo 12 de agosto de 2007 Espacio de publicidad Prohibida su venta por separado El asesino silencioso Hipertensión: Leonor Manso: Personajes normales Madres SOS: Por los derechos del niño DAMIAN BARBAROSCH/TOMA I

N 6 Agosto 2007

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EquilibriosAño I - Número 6 - Domingo 12 de agosto de 2007

Espacio de publicidad

Prohibida su venta por separado

El asesino silenciosoEl asesino silenciosoEl asesino silenciosoHipertensión:

Leonor Manso: Personajes normales

Madres SOS: Por

los derechos del niño

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Derecho a jugar. Es el que deberían tener todos los chicos para crecer en un ambiente sano.

Estos últimos días, las calles se llenaron de gente en busca de regalos por el Día del Niño. Parece que en uno de estos pa-seos de compras, alguien entró

a una librería y le preguntó al vendedor: “Disculpame, ¿Tenés la Constitución?” Di-cen que cuando el vendedor se la acercó, esta persona la leyó detenidamente sobre el mostrador y después de un rato dijo: “Eh, sí, por favor, de esta Convención de los Derechos del Niño, deme el artículo 1, 2, 3, 6, los considerandos, los convenci-mientos…”, hizo un silencio, y parece que finalmente decidió: “No, mejor, ¿cuánto me costaría llevarme todos los derechos de esta declaración para regalo?” Al parecer, el vendedor se tomó unos minutos para pensar y le dijo: “¿Y si en lugar de rega-larles a los niños derechos que les son propios, les regala la responsabilidad de hacer que se cumplan?”

En Argentina, hay más de 7 millones de niños pobres según datos de UNICEF, y des-de 2001, 1.330 niños cayeron bajo la línea de pobreza cada día, según un estudio del INDEC ofrecido en 2004. De estos niños y niñas, hay 20.000 que no se ven. Están insti-tucionalizados bajo tutela del Estado por cau-sas asistenciales mayoritariamente y sólo el 5% por causas penales. Alejados de sus fa-milias, a veces pasan toda una vida privados de su libertad en internaciones prolongadas esperando alguna forma de acogimiento que pueda garantizar sus derechos.

Aldeas Infantiles SOS es una ONG aboca-da a guardar los derechos de la infancia en más de 132 países. Esta organización pro-mueve un modelo de acogimiento familiar a largo plazo para la atención de niños y niñas que por diferentes razones no pueden vivir con sus familias de origen. “Reconocemos el derecho que tiene cada niño y joven de

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Aldeas infantilescrecer junto a su familia. Es por eso que cuando esta posibilidad no existe, asumi-mos la responsabilidad de ofrecerles un modelo alternativo para crecer en familia y trabajamos con el juez en el proceso de acogida”, explica Pablo Lasalandra, director nacional de Aldeas Argentina.

El niño que es acogido en la Aldea tiene una madre SOS que se constituye en su lazo afectivo permanente. La mamá SOS asegura el cuidado y desarrollo del niño, llevando su familia de manera indepen-diente. Ella reconoce y respeta los antece-dentes familiares de cada niño, sus raíces culturales y su religión. Son los niños los que definen el vínculo con esas mujeres, si las llaman por su nombre, si las llaman mamá o tía. Estas mujeres se capacitan permanentemente y cuentan con el apoyo de colaboradores pedagógicos que res-paldan su labor. “Hay madres que hace 20 años que trabajan y ya son abuelas”, cuenta Pablo.

En cada familia vive un grupo aproximado de 8 niños de distintas edades que crecen juntos. Los hermanos biológicos permane-cen unidos. Los niños que son acogidos en una familia SOS son derivados a través del Juzgado de Menores, aunque la nue-va ley sancionada recientemente prevé la modificación de este mecanismo, que está siendo puesto en práctica sólo en algunos municipios, por ahora.

Cada familia SOS tiene su propia casa, la cual representa para el niño su nuevo hogar estable, que le da sentido de per-tenencia. Cada casa disfruta de su propio ritmo de vida y actividades cotidianas.

La Aldea es una comunidad formada por 12 casas familiares y es el puente de integración de las niñas y niños con la co-munidad, a través de una vida normal, sus vecinos y amigos, las escuelas de la zona, los deportes y actividades artísticas.

Fernando fue acogido con sus hermanos cuando tenía 5 años. Se crió en Aldea Mar del Plata y luego en la Residencia Juvenil de la misma zona. “Mantengo una relación afectuosa con mis tíos de la residencia y he podido reconstruir, ya de grande, un vínculo con mi familia de origen”, dice Fernando. Hoy tiene 25 años, está por recibirse de abogado en Buenos Aires y sigue vinculado a Aldeas dentro del Programa de Ayuda a Independizados. “Quiero especializarme en Derecho Internacional, aún no trabajo directamente en esto pero es cuestión de tiempo”, finaliza.

Aldeas Infantiles SOS también previene el abandono infantil, fortaleciendo a la fa-milia y el desarrollo comunitario a través de programas como Centro Sociales, Es-cuelas y Jardines de Infantes.

[email protected]

Para más información www.aldeasinfantiles.org.ar

La Convención de los Derechos del Niño describe a la familia como el gru-po fundamental dentro de una socie-dad y como el entorno natural para el crecimiento y bienestar de los niños. También reconoce la responsabilidad primaria de los padres por la educa-ción de los niños.

Aldeas Infantiles SOS Argentina

l Trabaja en Argentina hace 25 años l 4 Aldeas, una en Misiones, Mar del Plata, Córdoba y Luján. l 37 casasl 300 niños acogidos l 7 proyectos asociados (Comunidades Juveniles, Jardines de Infantes, Escuelas)l Más de 1.300 beneficiarios directosl 33 jóvenes en Comunidades Juveniles y bajo el programa de ayuda a Independizados.

Derecho

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ALImEntOS

Podría pasarnos un día que el espacio público nos haga una denuncia por maltrato. En este contexto, la pintura

se propuso algo diferente: tomar los muros de la cuidad y acariciarlos con su pincel.

La calle Lanin, en Barracas, tiene sólo 3 cuadras. Sin embargo, recorrerlas tiene algo de extraordinario. Los colores primarios y las formas abstractas de los murales de Marino Santa María irrumpen en este espacio urba-no transformando el recorrido cotidiano de los vecinos.

El artista plástico propuso a los habitan-tes del pasaje cambiar la fachada de sus casas y ellos aceptaron. De esta manera, cuarenta viviendas exhiben desde sus mu-ros significados, imágenes y texturas que sobrevuelan la monotonía del asfalto.

La intención del artista fue poner el arte al alcance de la gente que no iba a los mu-seos. Es así como decide utilizar el espacio arquitectónico como soporte de sus obras y transforma el arte intramuros, en un arte que sale en busca del contacto.

Desde hace años el arte mural mira a la Ciudad de Buenos Aires esperando capturar la mirada de sus transeúntes. Antonio Ber-ni, Quinquela Martin y Siqueiros son algunos de los pintores que dejaron el caballete para subirse a un andamio y convertir a la calle en una galería de arte urbana.

Así, la arquitectura y el arte encuentran una nueva forma de vincularse. Una presta los muros y el otro los resignifica para sus ha-bitantes. Los murales del Teatro de la Ribera, del Teatro Regina, del Teatro San Martín, del edificio de Obras Sanitarias, los murales en los subtes y, actualmente, los del Centro Cul-tural de la Cooperación son algunos ejemplos de la forma en que una obra modifica la inte-racción en el espacio público. Entonces las prácticas sociales se enmarcan en contextos urbanos de ruptura de lo esperado.

Durante más de un siglo los murales de la Ciudad miran y son mirados. Interpelan. Transforman su contexto, proponen una in-

terpretación y son interpretados al mismo tiempo. Justo ahí, donde las miradas se cru-zan, es posible correrse del punto fijo desde el que percibimos para encontrar un lugar de encuentro común diferente al primero.

Los colores de los murales parpadean con la propuesta de transformar lo ordinario en extraordinario. Ahí, si observamos más detenidamente los rincones de la ciudad, aparece la magia de los espacios urbanos en los que circula el arte público.

Carolina di [email protected]

RIncOnES

Desabrida, sosa, insulsa. Distintos adjetivos –ninguno portador de hala-gos– vienen a la mente al momento

de calificar una comida sin sal o con una cantidad que peca de amarreta. ¿Por qué nuestros ojos miran con desaprobación y reproche al autor del plato? ¿Por qué no concebimos una comida sin esos granos blanquecinos que enaltecen los sabores? A no desesperar. Todo tiene una explica-ción. Y con ella, una historia.

En sus orígenes, por su poder para con-servar el buen estado de los alimentos, la sal poseía un valor equiparable al del oro. Por eso se la denominaba “oro blanco”. Su valor nominal se extiende hasta nuestros días, ya que la paga mensual que se percibe por un trabajo se conoce como “salario”, vocablo que proviene del latín salarium, que remite al puñado de sal que recibían los soldados romanos a cambio de sus servi-cios. También nos habla de este valor la tradición de apoyar el salero sobre la mesa antes de pasárselo a otro comensal. Esta acción, que busca asegurar la sal y “evitar peleas”, nos recuerda que, antaño, un pe-queño derramamiento durante su entrega

brio hídrico, la actividad muscular y la fun-ción nerviosa. A la hora de cuidar la salud, es importante considerar la cantidad de sal que se adiciona a las comidas, sin olvidar que este ingrediente se halla naturalmen-te en incontables alimentos o bien, toma parte en la elaboración de otros, como el

La sal de la vidapodía motivar grandes reyertas.

La sal puede extraerse tanto del mar co-mo de la tierra. En el primer caso, proviene de las salinas y requiere de un proceso de evaporación artificial del agua. En el segun-do, el origen se da en las minas y, por ello, recibe el nombre de sal de gema o sal de ro-ca, la cual se comercializa en sus distintas variantes: gruesa, fina o extrafina. De estas sales se desprenden las múltiples opciones que se ofrecen en el mercado, como la yo-dada y las condimentadas, entre otras.

El empleo de esta sustancia abre un mundo de posibilidades, ya que se utiliza para sazonar, como conservante (especial-mente, en pescados y embutidos), para cocciones al vapor (actúa como agente estabilizador de texturas y color), para pre-parar masas de levadura y en pastelería (permite solidificar el batido de claras para obtener un tentador merengue).

El paladar, fiel vocero del cuerpo, clama por sal en las comidas. Y esto no se res-tringe al gusto que la misma aporta, sino que se expande a las necesidades del or-ganismo, como el aporte de cloro y sodio que este necesita para mantener el equili-

pan y las sopas. Sin lugar a dudas, la sal le otorga mucho más que gusto a la vida. Aporta salud, historia y hasta una frase popular: ¿Qué gusto tiene la sal?

Carolina [email protected]

Arte público

damian barbarosch/toma i

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Arte permanente. Es lo que ofrecen los murales de la calle Lanin.

Derrame. Para evitar malos presagios se recomienda agarrar un montoncito de sal y arrojarlo hacia atrás.

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Demasiada presión

La llaman “el asesino silencioso”, y no sin razón. La hipertensión arterial provoca año tras año en el país alrededor de 300.000 muertes por enfermedades vin-culadas a ella, sobre todo infartos

y accidentes cerebrovasculares. No tiene síntomas, aunque algunas veces sucede que el paciente concurre a la consulta con mareos, náuseas, cefaleas, con la nariz san-grante o la visión borrosa, y se entera de que es hipertenso. Son los afortunados, los que pueden luego “contar el cuento”. Porque en la mayoría de los casos, la hipertensión ar-terial se manifiesta cuando ya es demasiado tarde, provocando la muerte, o dejando con graves secuelas a quien la padece.

El doctor Horacio Carbajal, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (www.saha.org.ar), define como hi-pertenso “a quien tiene habitualmente una presión igual o superior a 140/90 milíme-tros de mercurio (14/9). Se estima que en

Argentina son hipertensos 30 de cada 100 habitantes de más de 18 años. El porcen-taje aumenta con la edad y en los mayo-res de 60 años más del 60% padece esta enfermedad. Utilizando el promedio de dos o más mediciones en, por lo menos, dos ocasiones diferentes, la presión se clasifica en normal: menos de 120/80 mm Hg, en prehipertensión: 120-139/80-89 mm Hg, e hipertensión: igual o más de 140/90 mm Hg en el aumento de los valores de presión sanguínea en las arterias y el corazón”. A

desarrollo de enfermedad cardiovascular, como la diabetes y los trastornos de los lípidos. Los cambios saludables incluyen: combatir el sedentarismo, abandonar el ta-baquismo, reducir el consumo de sal, adel-gazar, limitar la ingesta de alcohol, aumentar el consumo de vegetales y frutas y reducir el de grasas saturadas y de grasas totales. Los cambios saludables en el estilo de vida deberían inculcarse desde temprana edad pues pueden, además, evitar el incremento de la presión con la edad y el desarrollo de hipertensión”.

Diagnóstico y tratamientoSi bien dijimos que no tiene síntomas espe-cíficos, la hipertensión aguda suele mani-festarse bajo la forma de ansiedad, mareos, fatiga, dolores de cabeza. Si es grave, puede implicar confusión, visión borrosa, náuseas y vómitos, dolor en el pecho, respiración entre-cortada, sensación de zumbido en los oídos, sudoración excesiva y hemorragia nasal. El

diagnóstico temprano ayudará a encarar el tratamiento adecuado. Además de la toma de presión arterial, el médico puede reco-mendar análisis oftalmológicos, de sangre y orina, electrocardiograma y rayos X del tórax, a fin de tener un panorama claro del funcio-namiento del cuerpo del paciente. Es posible que sumado a una dieta que excluya parcial o completamente la sal, se requiera el uso de algún medicamento que controle los ni-veles de tensión arterial. En algunos casos se recetan diuréticos, para facilitar la elimi-nación de líquidos y sales. La administración es específica para cada paciente, pudiendo no resultar un medicamento y ser necesario cambiarlo por otro, por lo tanto es funda-mental evitar la automedicación y seguir las indicaciones del profesional. En los menores de edad, para comenzar un tratamiento es necesario que existan otros factores de ries-go, como una lesión cardíaca, insuficiencia renal, diabetes o antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares.

El cuerpo recibe sales del agua y los ali-mentos, por eso se recomienda la ingesta de 5 gramos por día (lo que cabe en una cápsula del blíster de aspirina). Sin embar-go, los argentinos consumimos entre 12 y 15 gramos, con lo cual aumentamos con-siderablemente las posibilidades de sufrir enfermedades relacionadas con la hiper-tensión. El doctor Carbajal señala que en el incremento de la presión con la edad y el desarrollo de hipertensión intervienen 2 factores: la carga genética, que no pode-

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lo largo del día la presión sufre alteraciones propias de las actividades que desarrolla-mos. Algunos motivos que pueden aumen-tar de manera transitoria estos valores son la actividad física, cambios climáticos o traslado a un lugar con clima distinto al que estamos acostumbrados, los trastor-nos emocionales, una mala noticia, miedo, ruidos, discusiones o problemas psíquicos, o el vernos involucrados en una actividad que suscite toda nuestra atención, como determinados trabajos mecánicos, manejar un auto o hablar frente al público.

¿Por qué soy hipertenso?Los científicos están abocados a investigar los motivos, y recientemente dieron a co-nocer en el Reino Unido un estudio: luego de analizar medio millón de regiones del ge-noma de 17.000 voluntarios, identificaron 24 factores genéticos que influyen cuando se habla del riesgo de sufrir 7 de las en-fermedades más comunes, entre ellas la hipertensión arterial. Si bien no se puede hablar de causas específicas, hay factores que se repiten en la mayoría de los casos. La herencia es uno: los padres pueden transmitir una tendencia o predisposición al desarrollo a sus hijos. Las posibilidades son el doble que en aquellos cuyos padres no son hipertensos. En cuanto al sexo, los hombres, sobre todo a partir de los 40 años, son más proclives que las mujeres. Cuando ellas llegan a la menopausia, las estadís-ticas muestran que no hay gran diferencia entre uno y otro sexo. La edad es otro factor: a partir de los 60 años, la cifra de hiperten-sos trepa al 60%. Según Carbajal, “la hiper-tensión no tiene manifestaciones, la única manera de detectarla es midiéndola, y si no es tratada adecuadamente, se desarrollan sus complicaciones. Con el tiempo produce lesiones en diversos órganos: el corazón, el sistema nervioso central, los riñones, las arterias y la retina. Así es capaz de contribuir al desarrollo de angina de pecho, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, insuficien-cia renal, ataque cerebral, etc. Es una enfer-medad crónica que requiere tratamiento y control toda la vida. El tratamiento en todos los casos incluye cambios saludables en el estilo de vida y, en la mayoría de los casos, el agregado de medicamentos. Los cambios saludables en el estilo de vida no sólo des-cienden la presión sino también contribuyen a corregir otros factores de riesgo, para el

La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que no tiene síntomas específicos, y que puede llevar a la muerte. El 30% de la población argentina mayor de 18 años es

hipertensa, pero más de la mitad lo ignora. Diagnóstico temprano, cambio de hábitos y un tratamiento adecuado son las recomendaciones para no disminuir la calidad de vida.

Los cambios saludables incluyen: combatir el sedentarismo, abandonar el tabaquismo, reducir el consumo de sal, adelgazar, limitar la ingesta de alcohol, aumentar el consumo de vegetales y frutas y reducir el de grasas saturadas y de grasas totales.

mos modificar, y factores culturales que sí pueden corregirse con cambios saludables del estilo de vida. Estos factores afectan también a los otros miembros de la familia y los cambios saludables son difíciles de adoptar sin la ayuda de todos los convivien-tes. La adopción de cambios debería ser una propuesta para todos, ya que contribu-ye a reducir los factores de riesgo que oca-sionan enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte en nuestro país. Merece un comentario especial el control de la hipertensión: “Se estima que sólo 15% de los hipertensos tiene su presión con-

Prevención y control

l Controle su presión arterial al menos una vez al año, sobre todo si es mayor de 40 años o tiene antecedentes familiares. Visite al médico clínico.l Evite el sobrepeso y la obesidad. Los valores de tensión arterial tienden a normalizarse cuando el peso corporal es el adecuado.l Modere el consumo de alcohol, de alimentos salados, y evite el agregado innecesario de sal en sus comidas. l De acuerdo con sus posibilidades, realice ejercicio físico. Una caminata diaria de 30 minutos ayuda a tener un cuerpo saludable. l Prefiera las carnes magras e incorpore frutas, verduras y legumbres. Esto ayudará a tener arterias limpias y a favorecer la circulación sanguínea. l No fume, y evite los ambientes de fumadores.

La hipertensión no tiene manifestaciones, la única manera de detectarla es midiéndola, y si no es tratada adecuadamente se desarrollan sus complicaciones. Con el tiempo produce lesiones en diversos órganos: el corazón, el sistema nervioso central, los riñones, las arterias y la retina

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Diagnóstico temprano y prevención. Para reducir la probabilidad de accidentes cardiovasculares, infartos y/o insuficiencia cardíaca.

Cambios saludables. Combatir el sedentarismo ayuda a bajar la presión.

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trolada. En este punto es muy importante conocer las metas de presión que deben alcanzarse con el tratamiento. La meta de presión en los hipertensos en general es menos de 140/90 mm de Hg, pero en los hipertensos con diabetes y en aquellos con alto o muy alto riesgo cardiovascular (por ejemplo en quienes han sufrido un infarto, ataque cerebral o tienen insuficiencia renal) la meta es más exigente, menos de 130/80 mm Hg” - señala el doctor-. Los beneficios que otorgan la prevención, el diagnóstico temprano y un tratamiento a la medida de cada paciente, se reflejan en las cifras. Es posible reducir en un 40% la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, entre un 15% y un 30% los infartos y más de un 50% insuficiencia cardíaca.

Mariela [email protected]

Tabla de valores

Para los adultos las guías de medi-ción son las siguientes: l Presión de diástole por debajo de 85 mmHG: normal.l Presión de diástole de 85 a 89: normal alta.l Presión de diástole de 90 a 104: hipertensión leve.l Presión de diástole 105 a 114: hi-pertensión moderada.l Presión de diástole por encima de 114: hipertensión grave.

Cuando la presión de diástole está por debajo de los 90 mmHG:l Presión de sístole por debajo de 140: normal.l Presión de sístole de 140 a 159: en el límite de hipertensión.l Presión de sístole por encima de 160: hipertensión de sístole.

Fuente: Sociedad Argentina de Hiperten-sión Arterial: www.saha.org.ar

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Y jugar por jugar“Cuando el canal era un río, cuando el estanque era el mar, y navegar, era jugar con el viento, era una sonrisa a tiempo.” (Barquito de papel. Joan Manuel Serrat)

El tiempo fue oro desde que dejó de medirse en ciclos. Pasamos a dividirlo en horas, y perderlo se convirtió en un pecado. Pero en los chicos, el tiempo juego

es una parte esencial en la constitución de su subjetividad. IPA es la sigla (en in-glés) de la Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar, una organiza-ción no gubernamental fundada en Dina-marca en 1961, donde personas de todas las profesiones trabajan para o con los niños. En la sede argentina, en la Ciudad de Buenos Aires, nos reciben la licenciada en Educación, actriz y profesora de teatro Elsa Aubert y Beatriz Caba, profesora, es-pecializada en Coordinación de Juego y formación de coordinadores en la temáti-ca lúdica. Son parte de los que idearon el proyecto El Globo Rojo y tienen un currícu-lum que les permite, desde la experiencia, hablar del juego y su importancia. Y de los derechos no respetados.

El adulto cree que el niño tiene que tener un producto: “Jugar por jugar no lo tiene –apunta Caba– por lo tanto se lo empieza a desvalorizar. Quieren que esté ocupado en cosas que le den una formación para cuando sea grande, por eso le llenan agen-das completas. El que no tiene recursos trabaja, es abusado y una cantidad de otros derechos no son respetados, pero los dos extremos terminan en las mismas evasio-nes: la droga y el alcohol son cosas en las que caen muchos chicos, por no tener sus derechos habilitados. Las opciones de recreación son la computadora, el cíber, la televisión. No hay un abanico cultural y artístico donde puedan tener además un paseo o juego libres, por inconciencia o fal-ta de información del adulto acerca de qué produce el fenómeno del juego y cuál es la importancia: el desarrollo de la subjetividad, de la capacidad creadora. Si no hay espa-cio-tiempo de juego, esto se obstaculiza y a veces hasta se anula”. Aubert, por su par-te, cree que tenemos que “desaprender” un camino, y volver a educar a través de la conciencia: “Repasar la matriz lúdica, mirar para adentro y ver como éramos de chicos.

en el adulto a través de la formación, por-que es el que da el permiso, el que puede crear o implementar espacios y tiempos de juego, independientemente de los que genera el chico. IPA Argentina dicta cursos de formación de ludo-educadores. “Recibi-mos pedidos de toda América latina. Nos sorprende, pero evidentemente no es sólo una problemática argentina”. Es inevitable pensar en la historia latinoamericana, en dictaduras que marcaron por generaciones la constitución de la subjetividad: “Para algunos –concluye Caba– es mejor educar a gente pasiva que tener gente pensante, creativa, que decida. A veces por ignoran-cia, pero otras por decisión. Todo el que trabaje con la infancia y la adolescencia debe tener una formación integral, artísti-ca, que le permita pensar de otra manera y no tradicionalmente. Hay cosas que hay que transformar. Si el chico de hoy se pone violento, es porque falla la comunicación, por el uso de un lenguaje que no puede entender”. La Lic. Aubert señala: “Hay que tener tiempo para compartir, un adulto que guíe, que proponga y destrabe. Pero los adultos tenemos que trabajar, tenemos que ser responsables, tenemos que…”. En los cursos, hay sensaciones que movi-lizan: al recordar cómo éramos de chicos, y proyectar a lo que somos ahora, muchos se asustan. Volver a mirar al niño con tu mirada de niño, esa que no deberíamos perder, no es fácil. Agacharse y mirarlo a los ojos, prestarle tiempo, es la única manera en la que, estamos convencidos, vamos a trascender”. Para Caba, “mirar a los ojos a los chicos significa que ten-go que tomar tiempo de mi tiempo para formarlo, para escucharlo y ver qué ne-cesidad e intereses tienen y comprar un juguete en base a eso, no en base a lo que dice el comercial, o a lo que a mí me gustaría tener hoy. Pasa por el ser padres responsables, formar a nuestros hijos y no hacerlos pasar el tiempo para que rápida-mente sean adultos. Cuando entramos a una juguetería, lo primero que nos invade

ConduceSebastián Delfino

son los que tienen mucha publicidad, pero buscando bien, o visitando las artesana-les, encontramos juguetes de madera, de tela o de goma, con propuestas simples, donde el acento está puesto en el pro-tagonismo del chico y no del objeto. Lo más caro es la presencia del adulto. No se puede comprar, pero que el papá o la mamá se sienten a jugar un rato, te puedo asegurar que cualquier chico, aunque no pueda decirlo con palabras, lo agradecerá con los brazos abiertos”.

El niño que fuimos ¿En qué se convierte un niño sin juego? Para Aubert, en un ser inseguro, por no probar diferentes caminos, sin la espon-taneidad o esa libertad que te da el jue-go, y que no sentís en otra actividad. Para Caba: “En un adulto pasivo, que espera qué hacer, que se aburre y no sabe ma-nejar su libertad, su tiempo libre, insatis-fecho, que no crea, no puede trabajar en equipo, ser flexible. Se trata de personas con estructuras muy rígidas”. Lo cierto es que los espacios de juego están cada vez más limitados: en la calle, en la casa, en la escuela. Si desaparecen, ¿dónde van a jugar los chicos? Para la gente de IPA, “tenemos que ser donantes de tiempo y espacio para jugar con ellos, o que ellos jueguen, siendo nosotros la contención. Son los artículos 31 de la Convención de los Derechos del Niño, y 75 de nuestra Constitución. No estamos hablando de una cosa idílica, el derecho a jugar existe, y es vulnerado. Pongámoslo en un cuadrito en la pieza de nuestros hijos, para acordar-nos de cuánto falta por hacer”. Una buena idea es marcar el 27 de septiembre en el calendario como el día del derecho al jue-go. Otra es ahondar más en IPA Argentina, a través de la web: www.ipaargentina.org.ar o http://www.educared.org.ar/infancia-enred/elgloborojo.

Mariela [email protected]

No sólo en casa sucede que los horarios están marcados: andá a bañarte, apagá la tele, vamos a cenar. Cuando los chicos ter-minan el jardín, pareciera que primer grado es algo absolutamente diferente, ya no pue-den ir libremente por el aula, como si todo lo que aprendieron de los 0 a los 6 años se debe borrar de allí en adelante”.

Es cuestión de actitudLo más importante es el cambio de actitud

Imaginar. Un juego en el que el tiempo sea pura creación.

damian barbarosch/toma i

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maRca PaIS

Resulta difícil explicar por qué, en el transcurso de los primeros años de nuestra vida, son de vital importancia ciertos artefactos a los que llamamos juguetes. El primero es aquel que elegimos a muy

temprana edad y con el que establecemos una relación irreemplazable. Lo elegimos siendo aún bebés, por lo que nos aferramos mucho a él, debido a que nos brinda protección, aunque años más tarde lo olvidamos por completo.

Con el paso de los años y acompañando el avance de la tecnología, los juguetes se han ido transformando. Desde los muñecos de trapo, hechos por alguna abuela voluntariosa, hasta los videojuegos, las empresas se las han ingeniado para acercarse más a la realidad.

El juguete es símbolo de inocencia, es lo que le permite al niño, no sólo interactuar sino también construir un mundo nuevo. Por eso, siempre hay uno en especial que queda escondido en nuestra memoria, como ese que usamos hasta que su estructura se deshizo, aquel que nos trajo Papá Noel en Navidad o, quizás, uno que heredamos de algún primo lejano. En fin, miles de razones pueden hacer especial a un juguete.

Muchos argentinos han incor-porado en sus vidas miles de ob-jetos que caracterizan una etapa determinada del país. Uno de los juguetes más recordados por quie-nes, en la actualidad, rondan los 30, 40 y, por qué no, 50 años son los autos Duravit. Esa generación, que también se aferró al Tiki-Taka y a las zapatillas Flecha, vio cómo pa-saban los años 70 y 80 llevándose tablitas, australes y Primaveras.

La historia de Duravit comenzó en 1945, cuando Ricardo Macchia-vello desarrolló una fórmula con la que apuntaba a la construcción de un juguete irrompible, es decir, un superjuguete. La fabricación de estos vehículos en miniatura dependía de la aparición de nuevos modelos en el mercado automotor.

Una de las características más significativas del peculiar diseño de los Duravit era su perdurabilidad, buscaba ser un juguete que durara para siempre.

Un juguete que abandonó la idea de ser descartable y que logró tran-sitar por la vida de muchos argentinos, sin importar edades ni crisis económicas.

Si bien muchos son los factores que inciden en el niño a la hora de la elección de su juguete, no podemos obviar que, actualmente, el vínculo que se establece entre ambos es producto de una conexión efímera. Co-nexión que contribuye a que el niño interiorice necesidades desprovistas de sustento y que sólo aprenda a sustituir objetos que no estimulan su imaginación.

Juliana [email protected]

Juguetes para siempre

afInES

En este país faltan leyes”, dice una voz popular, pero enseguida aparecen los

otros que sostienen que “ya es-cribimos todas las leyes, lo que hay que hacer es cumplirlas”.

Sin entrar en el terreno de la discusión política, sólo por hoy queremos defender a los prime-ros, ya que hay infinidad de situa-ciones cuya resolución queda en nuestras manos porque no hay normas que las regulen.

Como prueba de lo que de-cimos, vaya este artículo y que nuestros legisladores se pongan a trabajar.

Los espacios comunes siem-pre han sido un desafío a la bue-na vecindad.

Lo saben los que comparten medianeras o los que viven en una planta baja con patio de un edificio con varios pisos.

Y la cosa se pone difícil cuando la proximidad es circunstancial, léase asientos contiguos en el cine, teatro, medios de transpor-te o consultorio donde debemos compartir un apoyabrazos.

El apoyabrazos único para dos personas genera conductas de culpa, egoísmo y escrúpulos. Es-tá el expansivo, que desparrama todo su brazo obligándonos, inclu-so, a reducir nuestro espacio en el asiento.

(Ni que decir cuando tenemos expansivos por derecha y por iz-quierda)

Están los repelentes, que usan-do remeras de manga corta, no quieren exponer su piel a ningún

contacto y no se permiten siquie-ra el intento de apoyar su brazo, por las dudas.

Está el ecuánime, que im-parte justicia por mano propia y si la película dura 2 horas, él colocará su brazo por una hora exacta, dejando para el vecino la otra hora.

Está también el tímido, que resignará sus derechos sobre el apoyabrazos a fin de evitar cual-quier discusión o malentendido.

Está el paralizado, que parece que le hubiesen pegado con ce-mento los brazos al asiento. El

previsor, que pide asiento punta de fila a fin de, al menos, tener un apoyabrazos para él solo.

Y el mimoso, que no tendrá ningún prurito en recibir nuestras caricias, que no tienen otra inten-ción que hacerse un pequeño lu-gar para nuestra comodidad.

En definitiva, el apoyabrazos se-rá otro de los tantos termómetros que medirán quiénes somos a la hora de compartir este mundo que tanta gente tiene.

Ricardo [email protected]

l Mr Delawood, de Toronto, Canadá, desde que terminó su etapa escolar sólo concurría al cine o al teatro con Peter Perigotti. El resto de sus amigos no entendía el porqué de esta extraña amistad. Años más tarde, se supo que Delawood era fóbico a compartir el apoyabrazos de las butacas, por eso se hacía acompañar por Perigotti, que era manco, lo que le evitaba al menos el 50% de una discusión.

l El país del mundo que menos utiliza los apoyabrazos es Costa Rica, seguido por Noruega y Nueva Zelanda, en cambio los polacos, los

portugueses y los japoneses son los que más los usan.

l Finlandia es considerado el país de mayor cortesía, por lo que es común que muchas personas se pierdan partes importantes de espectáculos mientras se ceden mutuamente sus apoyabrazos.

l En algunas salas de cine de Singapur, a mitad de una película suena un pitido que obliga a turnarse en el uso de los apoyabrazos, hasta el silbato los usan los asientos pares y luego los impares.

NumEro ImagINarIos

Irrompible. La lógica de mercado actual no

soportaría un juguete así.

El apoyabrazos damian barbarosch/toma i

PEquEños PErsonaJEs… cotidianos

Page 8: N 6    Agosto 2007

8 - equilibrios / personas Domingo 12 de agosto de 2007 - perfil

Se estrenó Aniquilados, de Sarah Kane, la escritora inglesa que se suicidó en 1999 a la edad de 28 años y se convirtió en la re-

volución de la dramaturgia. Después de protagonizar 4.48 Psicosis, Leonor Manso se pone en el rol de directora para darles vida a las criaturas encarnadas por Patri-cio Contreras, Belén Blanco y Fabio Di To-masso en una obra donde la crueldad y la violencia verbal nos remiten a lo cotidiano, indagando en los sitios más oscuros del ser humano.

Equilibrios: ¿Cómo percibe la respuesta de la gente?

Leonor Manso: Aniquilados no es una obra complaciente. Patricio (Contreras) tiene doble trabajo, porque Ian es un pe-riodista de un diario local, pero en reali-dad su verdadera función es la otra, lo cual también Cate (Belén Blanco) desconoce, se entera ahí, no le queda más remedio. Muchos están fascinados porque realmen-te es muy revulsiva, no hay tanto teatro re-vulsivo, donde se plantean muchas cosas al límite...

E: Es una obra de aplausos cerrados...M: ... Sí.... sí, en 4.48 pasó lo mismo, y

yo quería que nadie iniciara el aplauso. A veces yo saludaba, me iba, y recién ahí se paraban y empezaban a aplaudir, es fan-tástico que pase eso. Este teatro propone otra cosa, y para el actor no es tan fácil salir de ese mundo que te genera el teatro de Sarah Kane.

E: ¿En qué rol se siente más cómoda? ¿Como directora o actuando?

M: Son distintas sensaciones, yo básica-mente soy actriz, pero lo que ocurre es que la dirección es una visión distinta, porque es ver el total y además llevar el proyecto a puerto, que no es poco. Y los directores también tienen esa responsabilidad, pri-mero entusiasmar a los actores y a todos los que colaboran en el proyecto y después estrenarla.

E: ¿Cómo fue llamar a Patricio (Contre-ras) para que se sumara a este proyecto?

M: No, solito vino, porque yo no lo había llamado.

E: ¿No hubo que convencerlo?M: No, yo creo que él estaba convencido

desde un principio, por algo me pidió leerlo por segunda vez, sin yo saber que tenía idea de hacerlo. Después me pidió unos días para pensarlo y finalmente dijo que sí. Lo que ocurre es que son personajes muy expuestos, pero bueno, ése es el trabajo del actor y del teatro. Tal vez ahora todo es tan “light”, que también se considera que los actores tienen que ser todos be-llos, delgados y buenos los personajes... ¡y no!, nuestro trabajo, justamente –sobre todo en el teatro– es mostrar lo oculto, aquello de lo que no se habla. Como Ha-mlet o Macbeth, que son personajes de una complejidad muy grande, donde no hay juicios de valor del tipo “el malo, el bueno, el lindo o el feo”, sino que son parte de la humanidad.

E: ¿Está satisfecha con el resultado de Aniquilados?

M: Sí, porque yo estaba haciendo 4.48 Psicosis cuando leí esta primera obra de Sarah Kane, y me impactó. Es de una va-lentía impresionante y me dije: hay que

hacerla. Como no hay personaje para mí, porque es una mujer joven, dije: bueno la dirijo, y compré los derechos. Después me empecé a asustar, porque el lenguaje es otra de las formas de agresión, sobre todo en el personaje de Ian. Y finalmente me sobrepuse y la estrenamos. Es un proyecto mío, donde adhirieron los actores. Es una cooperativa, somos los productores, es to-do a riesgo y ganancia, porque después de trabajar por estas obras... no es lo mismo, ni como persona ni como actor. Son obras muy particulares, muy profundas, por lo tanto son muy enriquecedoras.

E: ¿La seduce jugar con la psicología y la locura del personaje?

M: Es que yo creo que la normalidad es la locura. Asomá la nariz a la calle y vas a ver. Vivimos en un mundo que nos enlo-quece, estos personajes son cotidianos, no algo excepcional. No sé... cuando yo hacía Vulnerables, ¡me contaban cada co-sa, que María Elena quedaba hecha un po-roto! En Locas de amor, la señora esa que vivía ahí encerrada y con esa relación tan extraña con su hija... pero está bien, por-que quiere decir que muestran aspectos nuestros. Creo que somos individualida-des pero formamos parte de una totalidad, que es la humanidad, entonces lo que es de otros también es mío, porque yo soy humanidad.

Leonor Manso

damian barbarosch / Toma i

“El trabajo del actor es mostrar aquello de lo que no se habla”

E: Cuando hace tele, ¿le gusta verse? ¿Es de analizarse y criticarse?

M: No, la verdad es que no me veo mu-cho. Veía a lo mejor los primeros capítu-los...

E: ... es raro verse actuar...M: ... sí, muy raro. Además, no tiene sen-

tido para mí. El hecho es para los demás, ya está, lo mío es en el momento en que lo vivo. Además uno, como es parte del hecho vivo, mientras va viendo el programa va recordando las cosas que ocurrieron, que a lo mejor no tienen que ver concreta-mente con el hecho artístico, entonces no se puede ser objetivo.

E: ¿Qué espacios busca para reflexionar y cortar con el ritmo urbano?

M: Mi casa, mis amigos, la lectura... en realidad yo soy muy tranquila, y cuando no puedo estar acá por trabajo, extraño.

E: ¿Qué significó para usted hacer teatro durante el Proceso?

M: El teatro en realidad es resistencia, siempre lo fue en la historia de la huma-nidad, porque no hay intermediarios. Es el lugar donde el hombre se ve a sí mismo. Fijate, Aniquilados, una obra inglesa, qué resonancia tiene en nosotros. Uno lo tiene en el alma, en el cuerpo, en los huesos, en la memoria más profunda. Por eso para no-sotros, “aniquilados” es una palabra que no está clara todavía, es una palabra con muchas resonancias.

E: Desde un lugar usted también resis-tió...

M: Cuando nos quemaron el teatro, con Teatro Abierto, era el primer día del ciclo que después repusimos en la calle Corrientes, y justo la obra en la que yo actuaba. Estábamos con miedo, porque si quemaron un teatro podían poner una bomba, realmente no teníamos certezas, pero igual lo hicimos y no por valientes, si-no porque hay cosas que no podés dejar de hacer. Cuando me avisaron que se estaba quemando el Teatro del Picadero y fuimos a ver, éramos un grupo de actores y auto-res de Teatro Abierto y alrededor nuestro en un bar en Callao había unas personas con unos pilotos, que eran como policías, con diarios, observando. Decíamos: ¿quién nos va a dar un teatro después de esto? Desde (Alejandro) Romay hasta (Carlos) Rottemberg, todo el mundo ofreció sus teatros; eso habla de nuestro país: la pro-pia gente fue la que hizo del incendio del Picadero un hecho político, porque noso-tros no sabíamos que iba a pasar eso, nos reuníamos para hablar de cosas que no se podían hablar en otros lados, por supuesto de manera muy metafórica la mayoría de las veces.

E: ¿Está devaluada la profesión del ac-tor?

M: No, está devaluado el ser humano. Todo está devaluado, el ingeniero, el mé-dico, el maestro. Hay una devaluación de los valores, entonces dentro de eso está el actor y también el teatro, y sobre todo, en el centro de eso está el ser humano, el ciudadano. Pese a eso, la prepotencia del teatro se impone en un hacer constante, basta con mirar las carteleras y observar todo lo que se hace.

E: ¿Alguna vez trabajó de otra cosa?M: Fui maestra rural, pero muy poco

tiempo E: Qué importante, ¿no?, vivir de lo que

a uno le gusta...M: Eso es lo importante, y lo que te

puede dar momentos de felicidad, porque si uno hace las cosas que le gustan, en ese momento pierde las coordenadas de tiempo y espacio, está en las de su trabajo creativo, y eso realmente a uno lo hace feliz.

Sebastián [email protected]

Staff Equilibrios

Producción integral: Intratopía SRL. Dirección: Ricardo Federici. Editor general: Sebastián Delfino. Redacción: Carolina Di Palma / Mariela Bosqui / Carolina Tapia. Colabora en este número: Juliana Manero. Ilustración: Eric A Cusit. Publicidad: (15) 6171-7484 / 5510-5048 [email protected]. Mail: [email protected]

Resistencia. “Siempre lo fue en la historia de la humanidad, porque no hay intermediarios”, cuenta Leonor sobre el teatro.