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[GÓMEZ MURGA, Ezequiel; BARBERO RODRÍGUEZ, Jesús y DINGER, Charlotte Luisa. "Nathan Wetherell (1747-1831), un inglés por tierras de Dos Hermanas". Dos Hermanas. Feria y Fiestas, no. 63 (2006), pp. 73-79. Dos Hermanas: Ayuntamiento. ISBN: 84-95591 -20-0.] NATHAN WETHERELL (1747-1831), UN INGLÉS POR TIERRAS DE DOS HERMANAS Ezequiel Gómez Murga Jesús Barbero Rodríguez Charlotte Luisa Dinger Licenciado en Historia y Arqueólogo Licenciado en Historia Descendiente de los Wetherell de Sevilla En 1784, Nathan Wethe- rell abandonó su Ingla- terra natal para montar una moderna industria en Sevilla: la fábrica de curtidos de San Diego. Su reconocido ca- rácter filantrópico en tiempos di- fíciles, y la gran importancia de su empresa mientras estuvo al frente de ella, contrastan con el ingrato olvido de que ha sido ob- jeto con posterioridad. Esta au- sencia se hace notar, sobre todo, en aquellas obras que suelen des- tacar a los personajes y lugares más entrañables de la historia se- villana. Creemos que este español de adopción, benefactor de los pobres y luego estafado por la Corona, merece, sin duda, ser contado entre ellos. Perfilaremos brevemente su figura con el objeto de cubrir en parte este vacío, ahora que se cumple el 175 aniversario de su muerte. Nos servimos por pri- mera vez de algunas fuentes nunca utilizadas por la historio- grafía sevillana; éstas nos acer- carán más al hombre y sus vici- situdes 1 . Nos detendremos tam- bién en el capítulo de sus inver- siones agrarias en Dos Hermanas; algunas de las cuales eran desco- nocidas hasta la fecha. Nathan Wetherell nació en Darlington, condado de Durham (Inglaterra), en 1747. Hijo de John Wetherell y de Elizabeth Langley 2 . Quedó huérfano al poco de nacer, y fue su tío el Dr. Nathan Wetherell, quien lo bau- tizó con su mismo nombre y pagó por su educación. Cuando con- taba aproximadamente con 14 años de edad, su tío lo envió a 52: Convento de San Diego, donde Nathan Wetherell instaló su fábrica. Al lado la Fábrica de Tabacos (Plano de Olavide) Londres para trabajar como aprendiz en el oficio del cuero. Pasados esos años -al menos los siete preceptivos- se inició en los negocios con la apertura de una tienda en Wardour St. - Soho Sq. (Snow Hill). En 1781 contrajo matrimonio con Elizabeth Naish, 16 años menor que él. Era hija de John Naish, un vicario anglicano. Poco después tuvo lugar el decisivo encuentro de Wetherell con un comisionado español, Bernardo Arochena. Tenía éste la misión de encontrar a un in- glés hábil en la industria del cuero, traerlo a España y así po- der relanzarla también en nues- tro país; dado el grave estado en el que se encontraba esta clase de manufacturas 3 . Tras algunas dudas iniciales y negociaciones, Wetherell marcha definitivamente a Sevilla en 1784, en compañía de varios de sus ayu- dantes 4 , con grandes facilidades y privilegios, además de un prés- tamo de la Corona, que ascendía a 1.450.457 reales a devolver en 200 plazos 3 . Su fábrica fue insta- lada en el antiguo convento de San Diego, propiedad del ayunta- miento. Sus tradicionales ocu- pantes, los franciscanos descal- zos, se habían trasladado al novi- ciado de los jesuítas tras una riada ocurrida ese mismo año 6 . El edificio de San Diego, ex- tramuros de la ciudad, lindaba con la huerta del Real Colegio Seminario de San Telmo -que por entonces era aún escuela de Dos Hermanas 2006 • 73

Nathan Wetherell (1747-1831), un inglés por tierras de Dos Hermanas (Gómez, Barbero y Dinger, 2006)

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Breve estudio de la figura de Nathan Wetherell y sus inversiones agrarias en Dos Hermanas (Sevilla).

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Page 1: Nathan Wetherell (1747-1831), un inglés por tierras de Dos Hermanas (Gómez, Barbero y Dinger, 2006)

[GÓMEZ MURGA, Ezequiel; BARBERO RODRÍGUEZ, Jesús y DINGER, Charlotte Luisa. "Nathan Wetherell (1747-1831), un inglés por tierras de Dos Hermanas". Dos Hermanas. Feria y Fiestas, no. 63 (2006), pp. 73-79. Dos Hermanas: Ayuntamiento. ISBN: 84-95591 -20-0.]

NATHAN WETHERELL (1747-1831), UN INGLÉS POR TIERRAS

DE DOS HERMANAS

Ezequiel Gómez Murga Jesús Barbero Rodríguez Charlotte Luisa Dinger Licenciado en Historia y Arqueólogo Licenciado en Historia Descendiente de los Wetherell de Sevilla

En 1784, Nathan Wethe-rell abandonó su Ingla-terra natal para montar una moderna industria

en Sevilla: la fábrica de curtidos de San Diego. Su reconocido ca-rácter filantrópico en tiempos di-fíciles, y la gran importancia de su empresa mientras estuvo al frente de ella, contrastan con el ingrato olvido de que ha sido ob-jeto con posterioridad. Esta au-sencia se hace notar, sobre todo, en aquellas obras que suelen des-tacar a los personajes y lugares más entrañables de la historia se-villana. Creemos que este español de adopción, benefactor de los pobres y luego estafado por la Corona, merece, sin duda, ser contado entre ellos.

Perfilaremos brevemente su figura con el objeto de cubrir en parte este vacío, ahora que se cumple el 175 aniversario de su muerte. Nos servimos por pri-mera vez de algunas fuentes nunca utilizadas por la historio-grafía sevillana; éstas nos acer-carán más al hombre y sus vici-situdes1. Nos detendremos tam-bién en el capítulo de sus inver-siones agrarias en Dos Hermanas; algunas de las cuales eran desco-nocidas hasta la fecha.

Nathan Wetherell nació en Darlington, condado de Durham (Inglaterra), en 1747. Hijo de John Wetherell y de Elizabeth Langley2. Quedó huérfano al poco de nacer, y fue su tío el Dr. Nathan Wetherell, quien lo bau-tizó con su mismo nombre y pagó por su educación. Cuando con-taba aproximadamente con 14 años de edad, su tío lo envió a

52: Convento de San Diego, donde Nathan Wetherell instaló su fábrica. Al lado la Fábrica de Tabacos (Plano de Olavide)

Londres para trabajar como aprendiz en el oficio del cuero. Pasados esos años -a l menos los siete preceptivos- se inició en los negocios con la apertura de una tienda en Wardour St. - Soho Sq. (Snow Hill). En 1781 contrajo matrimonio con Elizabeth Naish, 16 años menor que él. Era hija de John Naish, un vicario anglicano.

Poco después tuvo lugar el decisivo encuentro de Wetherell con un comisionado español, Bernardo Arochena. Tenía éste la misión de encontrar a un in-glés hábil en la industria del cuero, traerlo a España y así po-der relanzarla también en nues-tro país; dado el grave estado en el que se encontraba esta clase de manufacturas3 .

Tras algunas dudas iniciales y negociaciones, Wetherell marcha definitivamente a Sevilla en 1784, en compañía de varios de sus ayu-dantes4, con grandes facilidades y privilegios, además de un prés-tamo de la Corona, que ascendía a 1.450.457 reales a devolver en 200 plazos3. Su fábrica fue insta-lada en el antiguo convento de San Diego, propiedad del ayunta-miento. Sus tradicionales ocu-pantes, los franciscanos descal-zos, se habían trasladado al novi-ciado de los jesuítas tras una riada ocurrida ese mismo año6.

El edificio de San Diego, ex-tramuros de la ciudad, lindaba con la huerta del Real Colegio Seminario de San Telmo - q u e por entonces era aún escuela de

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Otras inversiones industriales. Sociedades mercantiles

ACTIVIDAD SOCIEDAD CON INICIO CANCELACIÓN

Fábrica de exprimir orozuz en hacienda la Pintada

Diego y Patricio Wisseman 9-1795 12-4-1798

Fábrica de curtir y zurrar pieles en Marbella

Diego Stalker y Juan Kiernan (director)

23-2-1802 Antes de 1814

Fábrica de curtidos en Málaga Tomas Livermore y Tomas Stalker 5-1805 4-1811 Almacén de bacalao en Sevilla Antonio Gragea 1807 8-2-1811 Fábrica de curtidos de Santa Lucía Pedro María Adriaensen, Diego

Naish y Francisco Peringer 7-6-1815 23-12-1817

Arrendamiento de tierras

FINCAS INICIO PRECIO DURACIÓN FINAL

CONTRATO ESTIPULADA CONTRATO

Molino en el Guadaira 13-4-1787 500 rs. an. - 10-11-1791 Hacienda la Pintada 18-3-1794 5.500 rs. an. 8 años 5-7-1796

20-5-1796 6.200 rs. an. 6 años -

Cortijo Serrezuela (?) 3-10-1794 770 rs. an. 3 años -

Cortijo Despreñada 26-1-1795 500 rs. an. 5 años -

Molino Cerrajas 15-1-1810 2.200 rs. an. 8 años | Cortijo Luchena 21-6-1811 23.700 rs. an. 5 años -

Tierras S. Isidoro del Campo 1-1812 - - -

Cortijo Villadiego 16-9-1813 21.000 rs.an. 4 años 20-6-1815 Hacienda Quintos 26-4-1814 4.000 rs. an. 9 años 1815?

Huerta del Rincón h.1816 3.500/4.500 rs. an. h.1823 Sembradura del Marqués de la Mina 1820 3.900 rs. an. h.1820

Hazas en Bellaflor 2-10-1823 7.894 rs. an 6 años 12-11-1825 Huerta naranjal de San Telmo 23-10-1828 8.500 rs. an. 1831

Compra de tierras

FINCAS COMPRA PRECIO VENTA

Pinar Chico 20-7-1815 3.000 rs. h.1828 Cortijo de San Antón 1819 (Lote con casas) 1820 Huerta de la Isabela 1824 180.000 rs. 18-1-1833

navegantes- y con la huerta de la Isabela. Hoy, el solar de la an-tigua fábrica está ocupado por el Casino de la Exposición y Tea-tro Lope de Vega. En dirección hacia el Prado de San Sebastián se encuentra la actual Glorieta de San Diego, en recuerdo del edificio conventual.

La fábrica de Wetherell se convertirá en una de las más im-portantes de España por cantidad, calidad y variedad de produc-ción7. Mención aparte merece su trabajo en material para el ejército que, paradójicamente, será uno de los principales causantes del pos-terior declive de su negocio.

Su hijo John (1790-1865) cuenta hasta qué extremo perju-dicó a Wetherell el impago de este material, debido fundamental-mente a los acontecimientos ocu-rridos durante la Guerra de la In-dependencia y, sobre todo, al torpe y desastroso gobierno de Fernando VII8. Hasta tal punto que el propio John, en 1852, ins-talado ya definitivamente en Lon-

dres, aún esperaba cobrar cierta cantidad adeudada por éste9 y, se-gún él, había dejado por imposi-bles otras muchas causas pen-dientes. Por su parte, aún le res-taban varias deudas que saldar en metálico, y ya en su día se había desprendido de las propiedades hipotecadas10. Richard Ford (1845) se expresa en parecidos términos para criticar al que sin duda fue el peor cliente que tuvo Wetherell, en lo que a expectati-vas malogradas se refiere: "Este inteligente caballero, que estable-ció una curtiduría, e introdujo ma-quinaria de vapor y obreros en España, fue arruinado por la mala fe del gobierno, que falló tanto en pagos como en promesas".

Otro problema que tuvo que solventar Wetherell, y que le obligó a realizar importantes gas-tos entre 1816 y 1820, fue la ne-cesidad de buscar acomodo a los franciscanos, a cambio del edifi-cio de San Diego, una vez que a los jesuítas les fueron devueltas sus propiedades.

Aunque la fábrica de curtidos de San Diego ocupó la mayor parte de las energías de Wetherell, éste también realizó otros nego-cios e inversiones11, que irían des-tinados a diversificar sus activi-dades, a la par que su fuente de ingresos: (Ver tablas).

Nathan Wetherell y Elizabeth Naish tuvieron tres hijos, todos ellos nacidos en Mile End, Lon-dres. Dado que sabemos que We-therell no volvió a pisar Inglate-rra desde que instaló su residen-cia en Sevilla, este hecho parece indicar que Elizabeth, por causas fácilmente deducibles, se des-plazó a Londres para alumbrar y bautizar a sus hijos. El primero de ellos, John, nacido en 1783 -cuando al parecer la familia aún se encontraba en Londres- no so-brevivió. Mary Elizabeth nació en 1785; posteriormente se casó con Rupert Leigh Hipkins (1811), aunque enviudaría pocos meses más tarde, no sin antes quedar embarazada de gemelas. El ter-cero de los hijos de Wetherell, na-cido en 1790, fue bautizado de nuevo con el nombre de John. De él conocemos más datos, quizá por ser el único hijo varón y, por tanto, la prolongación natural de Nathan. Viaja en varias ocasiones a Inglaterra para realizar sus en-cargos, y a la vejez de éste se ocu-pará en la práctica del funciona-miento de la fábrica. Sin em-bargo, tras la muerte de Nathan, John solicita que se declare la "testamentaría en concurso", en vista de las graves deudas contra-ídas y los créditos hipotecarios que recaían sobre sus propieda-des. A partir de entonces, coinci-diendo también con su casa-miento, alterna sus estancias en-tre Sevilla y Londres, para final-mente acabar sus días en esta úl-tima capital. Su madre, en cam-bio, permanecerá en Sevilla, donde muere en 1850.

Amigo de los pobres Hay numerosos testimonios que

hablan de la bondad y filantropía de Nathan Wetherell; particular-mente de su atención a los más desfavorecidos. Es digno de men-

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donar que durante la hambruna se-villana de 1812, Wetherell repartió una sopa diaria en su fábrica, he-cha a base de verduras y despojos de animales. John Wetherell narra una anécdota ocurrida durante esos días, que ejemplifica muy bien el respeto general que se le tenía a su padre: en cierta ocasión, al parecer, uno de sus criados se disponía a transportar dos jamones a su casa12, procedentes de su finca de Santiponce. Al entrar en Triana, después del crepúsculo, lo asalta-ron dos ladrones hambrientos que, sin embargo, tras oír quién era el propietario de estos jamones, deja-ron al criado proseguir con tan su-culenta carga13.

Cuando el duque de Montpen-sier fijó su residencia en el palacio de San Telmo, se convirtió, ade-más, en el dueño de la fábrica de San Diego, así como de otras tie-rras de los alrededores. John We-therell escribió a éste para que hi-ciera el favor de respetar los restos de su padre, que descansaban en las inmediaciones de dicha fábrica. En una carta de respuesta, fechada en 3 de septiembre de 1849, se dice que "él es consciente de los servi-cios que su Señor padre ha rendido a Sevilla y será un placer para él conservar su tumba"14.

Nathan Wetherell murió en Sevilla, el 20 de mayo de 1831,

y fue enterrado, como hemos di-cho, en su propio jardín; ya que como protestante, al igual que otros ingleses que vivían en la ciudad, no tenía derecho a una tumba1 5 . Su epitafio -destruido a finales del siglo XIX o princi-pios del XX, pese a las promesas del duque-, rezaba así16:

NATHAN WETHERELL, FUNDADOR DE ESTE ESTABLECIMIENTO

AMIGO DE LOS POBRES MURIÓ 1831

Inversiones agrarias de Nathan Wetherell en Dos Hermanas

El primer "contacto" de Na-than Wetherell con las tierras na-zarenas parece producirse a prin-cipios del s. XIX, concretamente en 181417. En ese año toma en arrendamiento18 la Hacienda de Quintos y sus tierras, propiedad del Monasterio de San Clemente de Sevilla19. Las monjas de San Clemente habían alquilado la he-redad de Quintos hasta 1734. Desde esa fecha el propio monas-terio gestionó la hacienda de ma-nera directa, debido en gran parte a la falta de confianza en los arren-datarios. Pero tras la Guerra de la Independencia (1808-1814), la co-munidad tiene que hacer frente a numerosos problemas, y no puede

administrar esas tierras, por lo que decide ponerlas de nuevo en arren-damiento. Es en ese intervalo cuando entra en escena el dueño de la fábrica de curtidos de San Diego, don Nathan Wetherell.

No sabemos qué motivó a We-therell a realizar esta inversión. Es posible que viera en ello una forma de recuperar parte del di-nero perdido durante la Guerra de la Independencia, en un momento en el que se cotizaban muy alto los productos de la tierra.

El contrato de arrendamiento se firmó en la escribanía pública de don Juan Francisco González de Andía de Sevilla20 el día 26 de abril de 1814. En él se describen los bienes arrendados: se trata de una hacienda de olivar formada por una casa, una casa de "cogedera", almacén de aceite, molino de acei-tuna, caballeriza y torre21. Asi-mismo, las tierras de la hacienda están compuestas por cuatro suer-tes de olivar que ocupan una su-perficie de 130 y 3/4 aranzadas (unas 62,23 hectáreas), y una de-hesa de monte alto y bajo con una extensión de 155,5 fanegas (99,52 hectáreas aproximadamente).

El período de arrendamiento sería de nueve años, contando desde enero de 1814 hasta di-ciembre de 1822. Wetherell debía pagar por cada año la cantidad de

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John Wetherell = Elizabeth Langley ( -1750)

(1752) John Naish = Mary Pangbourne (1724-1795)

(1781)

Nathan Wetherell = Elizabeth Naish (1747-1831) (1763-1850)

John Wetherell (1783)

(1811) Rupert Leigh Hipkins = Mary Elizabeth Wetherell

( -1812) (1785- )

(1831) John Wetherell = Sophia W. Gilbert

(1790-1865) (1813-1845)

Emil Bouisset = Eliza Wetherell Hipkins Antonio Escudero = Amelia Thomasina Hipkins

John Trajan W. (1835-1843)

[Varón] W. (1836)

Horatio Cecil Augustas W. (1837-1840)

Matilda W. (1840-1865)

Horatio W. (1842-1880)

Nathan W. (1845-1883)

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cuatro mil reales de vellón y ciento cincuenta arrobas de aceite. Se especifica en el contrato que esa cantidad se debe pagar en mo-neda de plata o de oro, y no en Vales Reales ni otro tipo de papel amonedado. Las monjas eran conscientes de la mala situación en que se encontraba la Hacienda Real en esos momentos y, por tanto, de la casi imposibilidad de convertir el papel moneda.

Asimismo, en el contrato se es-tablecen hasta diez condiciones de obligado cumplimiento por ambas partes. Recogeremos a continua-ción las más destacables: Wetherell debía pagar por adelantado la renta de dos años. Esa cantidad se des-contaría de los dos últimos años del arrendamiento. Esta medida ven-dría explicada por la precariedad económica de la comunidad reli-giosa tras la invasión francesa, y a la morosidad que acostumbraban los arrendatarios en el pago de las anualidades. Igualmente, el arren-datario entregaría a la comunidad -según su voluntad- varios pro-ductos, a saber: leña, aceitunas, miel, y cera. Por otro lado, Nathan Wetherell debía avisar a la comu-nidad con un año de antelación si deseaba ampliar o no el plazo de arrendamiento. Si no lo hacía, ten-dría que pagar la renta del siguiente año. Además, no podía subarren-dar o traspasar la hacienda sin el consentimiento de las monjas. Por otra parte, el arrendatario se com-prometía a sembrar cada año vein-ticinco o treinta estacas nuevas de olivo, no pudiendo limpiar del monte más que lo estrictamente ne-cesario para el gasto de la hacienda.

Dos días después de la firma del documento, el escribano pú-

blico Juan Francisco González de Andía se dirigió al monasterio de San Clemente para que la abadesa del mismo, doña Nicolasa Cava-leri, y las tres claveras22 del mo-nasterio, María Manuela Serrano, María de los Reyes Muñoz, y Ma-ría Gertrudis Navamuel, rubrica-ran el contrato. Para terminar di-remos que el arrendamiento no llegó a durar los nueve años que el contrato estipulaba, pues ape-nas permaneció efectivo dos (1814 y 1815)23.

Poco tiempo después del arrendamiento de la Hacienda de Quintos, Wetherell compra a prin-cipios de 1815, por tres mil reales de vellón, un pinar, llamado Pi-nar Chico24, propiedad de don Mariano Illanes y Adorno2 5 , si-tuado en el término municipal de Dos Hermanas. Esta finca naza-rena perteneció desde la primera mitad del s. XVIII hasta 1761 a don Francisco de Guzmán y Ponce de León, caballero veinti-cuatro de la ciudad de Sevilla, y miembro de dos grandes familias nobiliarias de la capital. El 21 de marzo de ese último año, Fran-cisco Xavier de Illanes, vecino de Sevilla y del comercio de la ma-dera, adquirió este pinar. Final-mente, éste último cedió la finca a su hijo Mariano de Illanes, el 30 de diciembre de 1797.

Pero, ¿por qué Nathan Wethe-rell compra el Pinar Chico? En esto hay que recordar que era dueño de una fábrica de curtidos, y que la corteza de pino se utili-zaba también para curtir y dar co-lor26, si bien él utilizaba sobre todo la corteza del alcornoque, y potenciaba sus efectos agregando hojas de arrayán27. Para el blan-

queo de las pieles usaba cenizas de cardos silvestres obtenidos en las afueras de Sevilla. Con ellas Wetherell obtuvo mejores resul-tados que con las cenizas proce-dentes de Inglaterra28.

En esta ocasión, la firma del contrato de compra-venta no se produjo en la capital hispalense, sino en la villa de Dos Hermanas, y más concretamente en la escri-banía de don Juan Nepomuceno Muñoz29, la única que existía en la villa. Por tanto, los dos intere-sados tuvieron que desplazarse a la vecina Dos Hermanas. Don Mariano de Illanes no pudo asis-tir, por lo que el 26 de junio de 1815, y ante el escribano público y de número de Sevilla don Ma-nuel María Rodríguez de Que-sada30, dio poder especial y cum-plido a Juan Ramón Ximénez31, vecino de Dos Hermanas, para que lo representara en el acto de la firma del contrato.

En el mencionado contrato se describe el Pinar Chico. La finca tenía una superficie de cinco aran-zadas (unas 2,4 hectáreas), y es-taba situado en el sitio de la Ca-rraholilla32 o Carrajolilla. Sus lin-deros eran los siguientes: lindaba con el camino de la Ruana (hoy calle Tajo y carretera que va a Utrera), por otro de sus lados con pinar que fue de don Tomás Dio-nisio de Rivas, por otro con man-chón con algunos pinos propio de la ermita de Señora Santa Ana de esta villa, y por último con pinar del monasterio de Nuestra Señora de las Cuevas de Sevilla.

Nathan Wetherell llegó a Dos Hermanas el día 20 de julio de 1815. ¿Cómo era la Dos Herma-nas que observó este industrial in-glés? Pues un pueblo tranquilo, eminentemente agrícola, de casas bajas y modestas (salvo contadas excepciones), y con calles terrizas, casi intransitables. Estaba recupe-rándose de las terribles secuelas de la Guerra de la Independencia, que precisamente había terminado el año anterior. Quedaban cerca la presencia de las tropas francesas en la villa, y el llamado "año del hambre" (1812), que tantos estra-gos causó en la población naza-

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rena. Hacía bien poco que el rey Femando VII, aquel que el pueblo llamaba "el Deseado", había res-tablecido el absolutismo en Es-paña. De este modo, en Dos Her-manas se suprimió el Ayunta-miento Constitucional, y se res-tauró el viejo concejo nazareno. A pesar de esos cambios políticos municipales, no se restableció el señorío del Marqués de Dos Her-manas sobre esta villa.

En cualquier caso, la presencia de Wetherell en Dos Hermanas de-bió ser breve, centrada en la firma del mencionado contrato. Es posi-ble que aprovechara su estancia en esta villa para acercarse a la finca, y así poder inspeccionarla y ver en qué situación se encontraba.

Por otro lado, cabe pregun-tarse qué fue del Pinar Chico33. Por los Padrones de la Contribu-ción General conservados en el Archivo Municipal sabemos que Wetherell posee el pinar hasta 1828. Eso sí, la extensión del pi-nar entre 1814 y 1828 va decre-ciendo paulatinamente. Prueba de ello es que en 1821 la superficie de la finca es tan sólo de una aranzada (47,5 áreas). Es más que probable que Wetherell fuera pro-gresivamente vendiendo porcio-nes de la finca para pagar sus deu-das, que en ese período eran nu-merosas. A quién vendió el pinar es algo que desconocemos. No hemos encontrado en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla ningún contrato de compra-venta relacionado con esta finca fe-chado en 1828 ó 1829.

Por esas mismas fechas (ha-cia 1816 ó 1817) Nathan Wethe-rell lleva a cabo una nueva in-versión agraria en el término na-zareno. Y es que toma en arren-damiento la Huerta del Rincón (o Rincón del Copero), propiedad en esos momentos de don Fran-cisco Antonio Rodríguez, vecino de la ciudad de Sevilla.

Los datos que poseemos de esta huerta proceden en su mayo-ría de los citados Padrones de la Contribución General de 1819, 1820 y 182134, pues no hemos po-dido localizar el contrato de arren-damiento. Luis Lobo Manzano, en

su libro sobre la economía y so-ciedad de Dos Hermanas en el s. XVIII, nos dice que la huerta del Rincón era la "flor" de las huertas nazarenas35. La finca se encon-traba en la zona occidental del tér-mino municipal, a legua y media de la villa. Lindaba por un lado con el río Guadalquivir, por otro con El Copero, y por otro con tie-rras de sembradura del marqués de la Mina. Tenía una superficie de veintisiete aranzadas, o lo que es lo mismo, 12,83 hectáreas. En 1819, el valor de la casa de la huerta era de 15.614 reales. Ade-más, existían en la finca los si-guientes árboles frutales: 300 na-ranjos chinos, ochenta naranjos chinos de mediana calidad, 118 na-ranjos agrios, 100 limoneros, 170 plantones de naranjos, y un ex-tenso granadal. El valor total de to-dos los árboles ascendía, en el mencionado año, a 149.100 reales.

Gracias a los mencionados Pa-drones sabemos también que Na-than Wetherell pagaba al año de arrendamiento entre 3.500 y 4.500 reales. El período de arren-damiento de la huerta del Rincón debió finalizar hacia 1823.

No debió quedar satisfecho con el Rincón, pues en 1820 toma en arrendamiento algunas tierras de sembradura situadas junto a la citada huerta, propiedad del mar-qués de la Mina, y pagando por ellas 3.900 reales de vellón. En estas tierras poseía además cuatro vacas y dos crías. Parece ser que este arrendamiento sólo duró un año, ya que en los padrones de 1819 y 1821 no se menciona arrendamiento alguno.

FUENTES DOCUMENTALES: Archivo Histórico Provincial de Se-

villa, sección Protocolos Históricos No-tariales, leg. 811 (1814).

Archivo Histórico Provincial de Se-villa, sección Protocolos Históricos No-tariales, leg. 3174 PB (1812-1815).

Archivo Histórico Provincial de Se-villa, sección Protocolos Históricos No-tariales, leg. 6562 (1831).

Archivo Municipal de Dos Herma-nas, sección Secretaría General, Padro-nes y censos. Estadística, catastros y ami-llaramientos, leg. 64 (1819-1822).

Archivo Municipal de Dos Herma-nas, sección Secretaría General, Padro-nes y censos. Estadística, catastros y ami-llaramientos, leg. 66 (1828-1839).

Biblioteca Nacional, Tomás López, Sevilla, ms. 7306.

John WETHERELL: The Great Mis-fortune I met with on the 22nd March 1845. Suggested Tliese gleaningsfor the benefit ofMy Children, manuscrito hacia 1852-1860 (propiedad particular).

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GALI LASSALETTA, A. (1892): Historia de Itálica, municipio y colonia romana, Sevilla.

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NOTAS: 1. El germen de nuestra investigación

sobre los Wetherell de Sevilla comenzó en la primavera de 2004, gracias a la inicia-tiva del profesor José Beltrán Fortes, de la Universidad de Sevilla; quien dentro del proyecto de investigación "Historiografía y Patrimonio Andaluz" (PAI. HUM-402), había ofrecido al primero de los firmantes de este artículo la posibilidad de estudiar algunos aspectos de la documentación reu-nida por el académico sevillano Antonio Delgado y Hernández (1805-1879). Ello propició, de un lado, el contacto con los actuales descendientes de la familia We-therell, y de otro, la recopilación de la in-formación dispersa en torno a esta fami-lia: tanto la bibliográfica como la existente en diversos archivos. Queremos expresar también nuestra deuda con el trabajo pre-vio de la Dra. ÁLVAREZ PANTOJA (1977), marco fundamental para quienes preten-dan seguir adentrándose en la vertiente económica de la familia. Para el estudio biográfico nos hemos servido en gran me-dida de las breves pero interesantísimas memorias de John WETHERELL, The Great Misfortune... (ms. h. 1852-1860).

2. Última voluntad de don Nathan Wetherell, A.H.P.S., sección Protocolos Históricos Notariales, leg. 6562 (1831), fols. 144r°-145v°.

3. "El arte del curtido no está quizá en ningún sitio tan mal organizado como en España; donde en ninguna parte puede obtenerse buen cuero, a menos que pro-venga de Inglaterra. Consciente de ello, el Ministro de Hacienda puso su empeño en persuadir a algún extranjero, hábil en los negocios, para que trasladase su resi-dencia a España." (TOWNSEND 1 7 9 2 : p. 3 3 5 ) . Vid. también ÁLVAREZ PANTOJA 1 9 7 7 : p p . 1 3 4 - 1 3 6 .

4. No en vano, esta fábrica fue cono-cida con el sobrenombre de "fábrica de los ingleses" (ÁLVAREZ PANTOJA 1977: p. 137).

El viaje de Wetherell y sus acompañantes hacia Sevilla, con escala en Ferrol, parece tener lugar a finales de octubre de 1784 (GÓMEZ CAMPELO 1994: p. 234). John We-therell, sin embargo, da la fecha de 1783 (WETHERELL 1852-1860: ms.).

5 . ÁLVAREZ PANTOJA 1 9 7 7 : p . 1 4 4 . Esta misma profesora (pp. 143-144) nos habla de ciertas irregularidades de Ber-nardo Arochena, que obligaron a la Co-rona a invalidar un trato inicial, en el que participaba éste, y firmar este nuevo acuerdo con Wetherell.

6. El cambio de domicilio de los fran-ciscanos a raíz de la riada de 1784 se co-menta en las notas de Antonio María Espi-nosa a la reedición de los Anales de ORTIZ DE ZÚÑIGA (tomo V, "Año 1649": p. 51). En la Guía de Forasteros de 1817 (p. 46) también se da la fecha de 1784; sin em-bargo, parece existir una Real Provisión de 17 de marzo de 1781 donde la Corona or-dena la entrega del edificio al asistente de la ciudad y al ayuntamiento (cit. en ÁLVA-REZ PANTOJA 1977: p. 143). "El primer asiento y talleres de esta fábrica se pusie-ron en los dormitorios, refectorio y demás partes del convento que el año antes habían dejado los religiosos Diaguinos por su tras-lación al noviciado que había sido de los je-suítas nombrado de S. Luis; y en lo que ha-bía sido Iglesia se hizo un grande almacén de pieles curtidas para su despacho" (GON-ZÁLEZ DE LEÓN 1844: p. 297). Vid. también MADOZ,T . X I V , 1849: p p . 3 2 2 y 4 0 5 .

7. "Esta manufactura produce sema-nalmente, ochocientas pieles curadas de va-cuno, y una cantidad proporcional de pie-les de caballos, ciervos, ovejas, cabras, cor-deros y chivos; algunas de los cuales se venden en forma de cuero, pero la mayor parte se convierte, dentro de la [propia] fá-brica, a los diferentes artículos para los que estaban pensadas." (JACOB 1811: p. 1 6 5 ) . "Ésta primitiva fábrica de curtidos de todas clases de pieles, la instaló por los años de 1785 al de 1790 el filantrópico inglés D. Nattan Wetherell, en la cual mantenía más de cuatrocientos operarios, con grande uti-lidad de esta población. Había grandes y bien dirigidos talleres de varios ramos de esta industria, no sólo en la parte de co-lambres, sino en la construcción de botas, zapatos, correajes, guantes de ante &c. &c." (GONZÁLEZ DE LEÓN 1 8 4 4 : p . 2 9 6 ) . Vid. también MADOZ,T . XIV, 1 8 4 9 : p. 4 0 5 .

8. "Mi padre prosperó en sus negocios como fabricante de equipamiento para el ejército hasta la primera invasión francesa de 1808, cuando él se consideraba a sí mismo que valía un millón de dólares o doscientas mil libras. En los años prece-dentes él curtió semanalmente quinientas pieles de vacuno y el mismo número de pieles de caballo; una cosa que creo, no se daba en ninguna [otra] curtiduría de Eu-ropa; éstas eran después, en gran medida, transformadas en sillas de montar, arneses, botas, zapatos, mochilas, cinturones, mo-rriones, etc., en sus propias dependencias. Las invasiones francesas de 1808 y 1823, añadidas al hostigador, tiránico y débil pe-riodo del reinado de Fernando VII, arrui-naron el país y la fortuna de mi padre." (WETHERELL 1852-1860: ms.).

9. Se refiere en particular a un contrato por equipamiento para el ejército y hoja de tabaco; pedido que debió entregarse poco antes de producirse la invasión francesa de 1808. El tabaco aún permanecía empaque-

tado en la Real Fábrica de Tabacos durante la Guerra de la Independencia. Curiosa-mente el Mariscal Soult, que pretendía pa-garle sus servicios en especie, prometió a Wetherell una cierta cantidad de mercurio y el mismo tabaco que Wetherell esperaba cobrar. Una vez reinstaurada la monarquía de Fernando VII, el mercurio se convirtió en monopolio real y se dijo que nadie a tí-tulo individual podía poseer tabaco, por lo que Wetherell dejó de cobrar tanto los pe-didos de la Corona española, que se había declarado en bancarrota, como aquellos rea-lizados por el Mariscal Soult (WETHERELL 1852-1860: ms.).

10. FORD (1845) dice que "la propie-dad ha pasado ahora, mediante una arti-maña española, a otras manos, que sobor-naron a la corte de apelación para permi-tir un documento o Escritura falsa", y MEYRICK (1851: Chapter XVIII) habla de

"un proceso familiar entre los tribunales de España y Nápoles" que hicieron a la fa-milia perder sus propiedades. Nada de esto nos consta por la documentación mane-jada hasta el momento, pues la pérdida de la fábrica de San Diego se debe a que la empresa se hallaba en quiebra, y el edifi-cio hipotecado.

11. Extractamos las inversiones in-dustriales y agrarias que se han podido lo-calizar hasta la fecha. La mayoría de ellas han sido tomadas del citado artículo de la

*

Dra. ALVAREZ PANTOJA, a excepción de las inversiones agrarias localizadas por noso-tros en Dos Hermanas, como explicare-mos más abajo. No podemos olvidar, ade-más, la participación de Wetherell en la Real Compañía de Navegación del Gua-dalquivir, creada en 1815, y en la que ocupó durante algún tiempo, junto con otros individuos, el puesto de codirector. Por mediación de su hijo, desplazado a In-glaterra, trae las primeras máquinas de va-por a Sevilla, destinadas a las obras que la compañía pretendía hacer en el río, así como al primer barco de ruedas, el Betis (se puede ver una maqueta del mismo en un artículo aparecido en esta misma revista el pasado año (2005), p, 189).

12. Según M. J. ÁLVAREZ PANTOJA (1977: p. 141), Nathan Wetherell pudo ins-talar primitivamente su residencia en la pro-pia fábrica, pero luego siempre aparece en la documentación notarial como vecino de la collación del Sagrario, mientras que la fábrica se encontraba situada extramuros. Además, a lo largo de su vida compra y arrienda diversas casas en Sevilla. Aún así, la correspondencia parece dirigirse siem-pre a la fábrica de San Diego, y en ella dis-ponía de diversas estancias acordes con lo que podríamos llamar una vivienda. En 1803 se solicita una cocinera para este lu-gar, sin que sepamos para qué función en concreto: "En la Fábrica de San Diego se necesita una buena Cocinera de mediana edad, cuya habilidad se gratificará con un crecido salario. La que apeteciere este aco-modo acudirá a dicha Fábrica, extramuros de esta Ciudad" (Correo de Sevilla del sá-bado 12 de noviembre de 1803: p. 103).

13. WETHERELL 1852-1860: ms. 14. WETHERELL 1852-1860: ms. El re-

verendo James Meyrick (MEYRICK 1851: Chapter XVIII) también se hace eco de este sentir del duque.

15. "Mr. Wetherell yace enterrado en su jardín, rodeado por aquellos de sus com-patriotas que han muerto en Sevilla: re-quiescant in pacer (FORD 1845). Se trata del "cementerio de los ingleses".

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1 6 . Lo copia GALI LASSALETTA 1892: p. 43.

17. La Dra. María José ÁLVAREZ PAN-TOJA, profesora de la Universidad de Se-villa, en su mencionado artículo afirma que en octubre de 1794 Nathan Wetherell toma en arrendamiento el cortijo de la Se-rrezuela que ella erróneamente sitúa en el término municipal de Alcalá de Guadaíra (en la población vecina no existe ningún cortijo o hacienda con ese nombre). En cualquier caso, no hemos podido encon-trar en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla el contrato que confirme tal arren-damiento ("Cesión de arrendamiento de cortijo por Cristóbal Fernández a Nathan Wetherell, de 3 octubre 1794. A.P.N.S. No-taría 9, 1794, fols. 494-501" (ÁLVAREZ PANTOJA 1977: p. 161)), por lo que no será tenido en cuenta en el presente estudio. La finca constaría de 124 fgs., y pasaría con una renta de 770 rs. anuales, más 8.000 rs. que Wetherell entrega por una vez al arren-datario anterior, en calidad de indemniza-ción por las mejoras y desmontes que ha-bía efectuado en ella.

18. Arrendamiento de Hacienda. Mo-nasterio de San Clemente a Don Nathan Wetherell, de 26 de abril de 1814. A.H.P.S., sección Protocolos Históricos Notariales, leg. 811 (1814), fols. 255r°-257v° {vid. ÁL-VAREZ PANTOJA 1977: p. 163). En el Catas-tro de Ensenada la hacienda aparece com-puesta de caserío, molino y almacén de aceite, 12 fanegas de sembradura, 127 aran-zadas de olivar y 55 fanegas de dehesa (A.C.S., Mesa capitular, libro 1.174(94)). Vid. LÓPEZ MARTÍNEZ 1992 : p . 3 0 3 .

19. El Real Monasterio de San Cle-mente de Sevilla, de religiosas cistercien-ses, está situado en el barrio de San Lo-renzo, junto al actual puente de la Barqueta. El edificio se levanta sobre el solar que ocu-paban los palacios de Bib-Ragel. La tradi-ción dice que fue fundado por el rey Fe-mando III "el Santo" al poco de conquistar la ciudad, aunque lo más probable es que fuera fundación de su hijo Alfonso X. Su comunidad recibió numerosos privilegios y donaciones a lo largo de los ss. XIII-XVIII. En él profesaron infantas castella-nas como doña Berenguela, hija de Alfonso X, y muchas mujeres pertenecientes a fa-milias poderosas de la ciudad de Sevilla. Según cuenta Pascual MADOZ (T . XIV, 1849: pp. 327-328), el monasterio de San Clemente tuvo que hacer frente a graves problemas durante la Guerra de la Inde-pendencia (1808-1814). Así, el 22 de junio de 1811, la comunidad se vio obligada por los franceses a abandonar el monasterio y trasladarse al vecino convento de Santa Clara. Poco tiempo permanecieron allí las monjas, pues el 7 de octubre del año si-guiente volvieron al monasterio de San Cle-mente, sin esperar la licencia del gobierno. Pero los problemas subsistieron, y como consecuencia de las desamortizaciones de los bienes eclesiásticos del s. XIX, la orden inició un progresivo empobrecimiento. Así, con la desamortización de 1836, salió a la venta la hacienda de Las Monjas en Quin-tos, que había pertenecido al monasterio desde que en 1284 se la concediera el rey Alfonso X "el Sabio" (GONZÁLEZ JIMÉNEZ 1999: p. 68).

20. Era la escribanía núm. 1, sita en la plaza de San Juan de la Palma. Su hermano José, que también era escribano público, re-sidía en el mismo lugar, pero ejercía su pro-

fesión en la Alcaicería de la Seda (escriba-nía núm. 14), además de ser secretario ho-norario del Santo Tribunal de la Inquisición.

21. Esta torre, de carácter militar, aún se conserva en la actualidad. Tiene planta cuadrada de siete metros de lado, tres plan-tas, y mide trece metros de altura. Data, al parecer, del s. XIII.

22. Las claveras son las encargadas de administrar los bienes de la comunidad re-ligiosa, y cobrar sus rentas. Además, cus-todiaban las llaves (en latín clavis -de ahí el nombre de claveras-) del monasterio.

23. Según el estudio realizado por A. L. López Martínez sobre la economía de las órdenes religiosas en el Antiguo Régimen (LÓPEZ 1992: pp. 303-305).

24. Venta de Pinar. Don Mariano Ylla-ñes y Adorno a don Nathan Wetherell, de 20 de julio de 1815. A .H .P.S., sección Pro-tocolos Históricos Notariales, leg. 3174 PB (1812-1815), fols. 49r°-52v°.

25. Mariano de Illanes y Adorno nació en la ciudad de Sevilla a mediados del s. XVIII, y era el segundo hijo de Francisco Xavier de Illanes y de María Magdalena de Adorno. Tenía dos hermanos: Juan, y Ma-ría de la Concepción, ésta última casada con José Ramírez de Arellano. Al igual que su padre, él también se dedicó al comercio de maderas. Sabemos que entre 1801 y 1803 estuvo matriculado en el Consulado Nuevo de Sevilla. Un familiar suyo, Antonio de Illanes, poseía en 1819 el llamado rancho de Ayala, situado en el término municipal de Dos Hermanas.

26."[.. .] últimamente, quien tiene con comodidad zumaque, corteza de encina, ro-ble, alcornoque, aliso y pino, no piensa en algunos otros materiales para el curtido en general." (MIGUÉLEZ 1805: p. 11). La cor-teza de pino se solía utilizar, por ejemplo, en varias fases del proceso de fabricación de la denominada "suela colorada o de la tierra", ampliamente producida por quienes no contaban con mejores conocimientos técnicos, y de uso muy extendido entre la población (MIGUÉLEZ 1805: pp. 29-30,32).

27. "Utiliza la corteza interna extraída del alcornoque, con hojas de mirto [arra-yán] que sirven aceptablemente bien a su propósito" (TOWNSEND 1792: p. 336),"[...] pero, como ésta contiene menor propiedad curtiente, se requiere aproximadamente un tercio más de ella para curar el cuero. Se obtiene de Palamonos, un río entre Gibral-tar y Malaga, donde el precio es aproxima-damente de setenta y cinco chelines por to-nelada " (JACOB 1811: p. 165).

28. A.G.S., Secretaría y Superinten-dencia de Hacienda, Leg. 800. Tomado de GÓMEZ CAMPELO 1994 : p . 2 3 6 .

29. Juan Nepomuceno Muñoz y Ar-quellada nació en la ciudad de Sevilla a me-diados del s. XVIII y era hijo de Pedro Luis Muñoz, de Sevilla, y de Beatriz de Arque-llada, natural de Dos Hermanas. A finales de esa centuria se establece en esta villa. Contrajo matrimonio en Sevilla con Fran-cisca Bocardo, natural de la guarda y co-llación de Triana, y tuvieron cinco hijos: Francisco -que fue escribano de Dos Her-manas entre 1819 y 1857-, Nicolás -que fue ganadero-, María del Amparo, Anto-nio, y Francisca Muñoz Bocardo. Quedó viudo poco después. Años más tarde con-trae segundas nupcias con Francisca Ro-dríguez de Quesada, de cuya unión hubo tres hijos: Manuel, José, y Juan Nepomu-ceno Muñoz Rodríguez de Quesada. Fue escribano público de Dos Hermanas desde enero de 1801 hasta 1819, salvo el período de 1812-1814 en que fue sustituido por Lo-renzo Bravo Ferrer. Su escribanía se en-contraba en la calle del Canónigo. Además,

ocupó el cargo de Alcalde Único Constitu-cional de Dos Hermanas entre enero y mayo de 1814. En ese último mes Femando VII restableció el absolutismo, por lo que fue destituido, ocupando la alcaldía naza-rena José Tristán y José Jurado. También tuvo numerosos bienes en Dos Hermanas: una suerte de olivar en la zona de la Carra-holilla, varias casas en las calles del Canó-nigo y de la Marea, y varias yeguas. En 1811, fallece Cristóbal de Arquellada, y todo su patrimonio pasa a su sobrino car-nal Juan Nepomuceno Muñoz. Componían esos bienes la hacienda de Doña Ana, y la suerte de la Cazorla. Finalmente, fallece en la villa de Dos Hermanas a principios de 1819, sin otorgar testamento.

30. Ejercía frente a Santa Catalina (escribanía núm. 3), y residía en la Calle del Moro.

31. Juan Ramón Ximénez nació en la villa de Dos Hermanas a mediados del s. XVIII. Sabemos que contrajo matrimonio con su paisana María Rubio Barbero en la iglesia de Santa María Magdalena. Tuvo propiedades en el término municipal. Así, era dueño de dos aranzadas de tierra plan-tadas de olivar en el sitio de Las Norietas. Trabajó como pinero y apreciador de la vi-lla. Residió en la calle del Canónigo. El día

1.º de diciembre de 1825 otorgó testamento ante D. Francisco Muñoz y Bocardo, es-cribano de la villa, y dejó como único al-bacea testamentario a don Diego Delgado y Rivas, cura y beneficiado de la iglesia de Santa María Magdalena. Falleció en esta villa en diciembre de 1825.

32. El sitio de la Carraholilla o Carra-jolilla (el nombre puede proceder de "Ca-bra Holilla") se encuentra en la parte orien-tal del término municipal de Dos Herma-nas, entre los caminos de Alcalá, y del Ne-vero, y lindando con la Vereda del Rayo, lí-mite de nuestro término. Era un lugar donde predominaban los pinares. Curiosamente, don Juan Vázquez Soriano, párroco de Santa María Magdalena a fines del s. XVIII, en el plano del término de Dos Her-manas que dibujó para el Diccionario Ge-ográfico de Tomás López, resalta este lu-gar y anota: "Fuertes Piñales para Madera" (Tomás López , Sevilla, B.N. Ms. 7306, fol. 142). Hoy en día se levantan en esta zona, entre otros, el Colegio de San Hermene-gildo, y las barriadas de Pachico, y de Con-solación. Precisamente entre estas dos ba-rriadas nazarenas existe una zona denomi-nada Pago de los Ingleses o simplemente Los Ingleses. Es muy probable, por lo tanto, que este topónimo haga referencia a los Wetherell y sus empleados ingleses, si bien es verdad que esta denominación tan suge-rente se repite, por motivos diversos, en va-rios lugares de la toponimia nazarena.

33. Es curioso como en el Reparti-miento de la Contribución Territorial de esta villa de 1821, conservado en el Ar-chivo Municipal de Dos Hermanas, se nombra a este Pinar Chico como "Pinar de Santa Clara".

34. A.M.D.H., sección Secretaría Ge-neral, Padrones y censos. Estadística, catas-tros y amillaramientos, leg. 64 (1819-1822).

35. "La flor de las huertas nazarenas era la ya nombrada huerta del Rincón, a más de legua y cuarto de Dos Hermanas, cuando el Guadalquivir se aprestaba a de-jar de ser el lindero del término municipal para introducirse en el de Coria del Río; en sus 27 aranzadas de dimensión se locali-zaban las mejores plantaciones de naran-jal agrio y granadal y las únicas de naran-jal chino y limonar de todo nuestro territo-r i o " (LOBO 1998: p . 3 8 ) .

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