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Nayibe Peña Frade

La vida cotidiana:

lecho y sarcófago, refugio y prisión

Artículo de reflexión

Entregado: Agosto 29 de 2008

Aprobado: Octubre 31 de 2008

Resumen

Este artículo es una revisión de tema, en él se presenta una descripción elemental de algunos delos conceptos que han utilizado diversas disciplinas de las ciencias sociales para hacer cognosciblela estructura de la vida cotidiana. Se pretende insinuar al lector no especialista la complejidadque hay en la vida cotidiana, y la importancia que adquiere para comprender y valorar la relaciónestrecha entre individuo, sociedad y cultura. Se espera inducir reflexiones acerca de problemasactuales de la sociedad colombiana, como la conflictividad y las múltiples manifestaciones dediversas formas de violencia, desde perspectivas no convencionales.

Palabras clavevida cotidiana, prejuicio,imaginario, rol, socialización,éxito.

Key words

daily life, prejudice, socialrepresentation, role,socialization, success

Daily life: bed and sarcophagus, refuge and prison

Reflection Article

Abstract

This article is a topic review, in it a basic description of several concepts used by differentdisciplines in the field of social sciences to make the structure of daily life cognizable is presented.It is attempted to familiarize non-specialist readers with the complexity of daily life and to help them understand and value the strong relationship among the individual, society and culture. It isexpected that this article induces reflections from non-conventional perspectives about recentproblems of the Colombian society, like the conflict and multiple manifestations of diverse formsof violence.

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Presentación

ste artículo tiene dos características quedeben hacerse explícitas antes de queel lector inicie su lectura. La primera esque fue escrito para que un grupo deestudiantes de Derecho creara interés ymotivación para ver los conflictos desdela cultura y no desde la infracción a la

norma; si bien en ese contexto el temade la vida cotidiana no es más que unaparte accesoria del sentido final de unaasignatura, cobra importancia porqueen el programa de dicho curso se lopresenta como la bisagra entre individuoy cultura.

Aunque desde mediados de los años

setenta las ciencias sociales han empezadoa acumular una vasta producciónacadémica sobre la estructura, losmecanismos y los efectos de la vidacotidiana en el individuo y la sociedad,yo no disponía de un ensayo de síntesis,corto, sencillo y escrito en un lenguajeno especializado que no sólo fuera de

fácil lectura para los estudiantes, sino queles permitiera acercase a la complejidady múltiples, e inquietantes, implicacionesde la vida cotidiana. Por esa razón loescribí para ellos.

La segunda característica es que en elpresente artículo no se cita bibliografíani se mencionan autores, sin embargoestá basado en el estudio de algunosclásicos en la materia que he venidoleyendo o trabajando desde 1990, épocaen la cual me acerqué por primeravez a este tema y a las metodologíasetnográficas para llevar a cabo mi

 trabajo de pregrado. Al final se lista una bibliografía

relacionada o pertinente.

1. La rígida estructura de lo etéreo

Lo cotidiano es la esfera inmediata de vida, el segmentode tiempo y espacio que me pertenece y está bajomi control, la manera como experimento cada día,la rutina en la que me sumerjo. La cotidianidad esla acumulación lenta de los días y los hábitos; de los

acontecimientos y las situaciones que se repiten,siempre iguales; de lo que se hace tantas veces y dela misma forma, sin pensarlo realmente.

La cotidianidad es el reino de la acción sobre lareflexión, de lo conocido y lo evidente sobre losorpresivo; es el ámbito de las actitudes y conductasque se vuelven hábitos1. A lo cotidiano correspondeuna actitud natural que se basa en creer que el

mundo y la realidad son como los percibo a través delos sentidos, que son verdaderos y auténticos porquesiempre los he visto así, o han cambiado muy poco.

En lo normal del día a día no urge preguntarme acercade la causa, la razón o la naturaleza de casi nadaporque, respecto a muchas cosas que pasan creo que“son así” y que “así es como deben ser”. No gasto tiempo en pensar sobre lo que me parece natural yevidente, mucho menos si es lo acostumbrado; no espráctico hacerlo porque no son asuntos importantes.Además, si pese a su futilidad me lo preguntara, yla respuesta que me de no me placiera, tengo deantemano la certeza de que no está a mi alcancecambiarlos.

Por algo parecido tampoco pongo en duda quecomprendo a las demás personas: hacen lo mismoque yo, lo bueno y lo malo que les sucede es muysimilar a lo que me pasa a mí, si les pregunto medoy cuenta que desean y temen parecido. Me digoentonces: si todos hacemos casi lo mismo, tenemosmás o menos las mismas necesidades, estamos sujetosa parecidísimos estímulos y reaccionamos bastante

1

En cursiva y negrilla aparecenlos nombres de los conceptos

principales que forman la

estructura analítica de la vida

cotidiana. Más que definirlos,

en el artículo se “narran” o

describen.

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igual, es difícil pensar que no pueda entender a

alguien, tendría que ser una persona muy distinta amí. Por tanto, de las personas también puedo decirque “son así”, o que “son como son”.

Esa apariencia compartida por todos de que larealidad es clara, rutinaria y predecible, y de quelas personas son iguales a nosotros, que son “gentecomo uno”, se convierte en la certidumbre colectivaacerca del mundo y las personas. Esa convicciónfuera de toda duda es la que me permite acumularconocimientos de receta, es decir, prácticas querepito o medidas que aplico en todas las situacionesque parecen similares a otras que ya conocí. Lofijo y recurrente de la rutina me permiten dar porhecho que si un acontecimiento pasado y otro actualse asemejan en algo y, por esa razón, aplico ahoraun procedimiento que ya utilicé, voy a obtener el

resultado que obtuve entonces. Esa es la base de lamayoría de nuestras decisiones y acciones.

En la cotidianidad las situaciones, las gentes y loshechos se definen y ordenan según los rasgos másgenerales que los equiparan a otros ya acontecidos;una vez identifico su similitud con algo ya ocurrido,los clasifico y les asigno una importancia determinada.De esa forma convierto situaciones, gentes y hechosheterogéneos en situaciones típicas  en las queempleo un específico procedimiento de receta.

Una gran parte de los conocimientos que aplico alas circunstancias de cada día la he adquirido por laexperiencia, pero no sólo por la mía sino por la deotros, de la que me entero por relatos que escucho, yque reconozco como experiencia verosímil, funcional

y eficaz en determinada situación. Así pues, en la vidacotidiana sólo me detengo a pensar aquello que sesale de lo común, que no tiene ningún antecedentey, por tanto, me es desconocido.

En la vida cotidiana creemos que es verdadero todoaquello de lo que no dudamos. También opinamos que

es válido lo que es efectivo y es efectivo

lo que nos soluciona o evita problemaso esfuerzos adicionales, eso que acerca opropicia la consecución de nuestros fines,o lo que nos asegura la aprobación delgrupo al que pertenecemos. Como esaforma de actuar me ha funcionado hastaahora, sigo haciéndolo así, sólo cambiaríade método si no obtuviera el resultado

previsto. De esa manera, en la vidacotidiana terminan por ser homólogosverdad y acier to, pensamien to y acción.

Ejemplos: la forma como distribuyo

el tiempo del que cada semestre

dispongo para estudiar; cómo

priorizo mis gastos o cuál recibo

dejo vencer; a quién de los que me

hablan le pongo plena atención ya quién dejo de atender porque

 ya no me interesa lo que dice; de

qué tipo de personas, de calles

o de situaciones desconfío, la

manera como supero las penas de

amor, la estrategia que uso para

desquitarme…

2. Pedagogía de la reiteración

Los conocimientos de receta y laactitud natural son posibles porque elindividuo desarrolla con el grupo y conla sociedad una relación de mimesis, es decir, de imitación de conductas,prácticas, formas de pensar y expresar,creencias y percepciones que facilitan laintegración y pertenencia sin roces. Asíes como me construyo una identidad:me porto como lo hacen los otrosmiembros de un grupo y por eso ellosme reconocen y me tratan como suigual. Esa imitación no es deliberada y

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conciente sino una interiorización de

conductas y concepciones que dura todala vida de un individuo. Uno se formacomo miembro de un grupo –grandecomo un país, chico como una secta- a través de la socialización en diversasinstancias, las principales y “clásicas”instancias socializadoras son la familia, laescuela y el trabajo.

Aprender a ser parte competente delgrupo en el que nací o al que escogívincularme es saber diferenciar ocasionesy comportarme en cada una como esdebido. Es conocer las innumerablesreglas que regulan tanto el trato que seespera que otorgue a los demás, comoel que puedo y debo recibir de ellos

según su jerarquía o autoridad respectoa mí. Es no ignorar cuáles son las formasy razones definidas por el grupo paraagredir, irrespetar, contrariar, ofender oherir a sus propios miembros o a los deotros grupos, y cuáles las consecuenciasde hacerlo cuando no corresponde. Esestar al tanto de cómo se corteja, se

consuela o se expresan la decepcióno la solidaridad, o hasta dónde puedenllegar la complicidad o la afectuosidad.Ese conjunto de prácticas son los usos que diferencian a unos grupos de otrosy permiten una rápida identificación delos propios y los ajenos.

“Imitar” hace parte de los medios que

han utilizado los seres humanos paracrear y mantener una sociedad y unacultura. Buena parte de la vida sociales aprendida por imitación y por esose vuelve habitual y se naturaliza. Confrecuencia ser parte de una sociedad

 termina reduciéndose a cumplir hábitos, observar

costumbres y participar en ceremonias, aunquesea de una forma mecánica, ritual o instintiva. Es lareproducción social.

Si lo cotidiano es una secuencia de accionesy reacciones que se repiten y que, por esomismo, arrojan resultados conocidos, entonces losconocimientos más valiosos son los que puedenconvertirse en una acción eficaz, y ésta última lo es

porque da el resultado esperado, el que necesitabapara realizar mi objetivo particular. En el día a díano tengo el tiempo ni la necesidad de experimentarformas nuevas para lograr lo que quiero, menos aúnsi ya se qué hacer porque lo hice antes, o conozco loque han hecho otros para obtener algo equivalenteo idéntico a lo que se me ocurrió a mí.

En el reino de la acción, la actitud más adecuada esdisminuir el contexto a generalidades; el paso previopara actuar sobre él es convertirlo en típico, en yaconocido porque entre menos tenga que pensar,mejor. En esta economía del pensamiento  semanifiesta la actitud pragmática. La imitación y lareiteración propias de la vida cotidiana son las quemuestran a la realidad social como “natural”, “dada”y clara. Las ultrageneralizaciones son diagnósticos

rápidos, simples y unívocos (no importa si son veraces)que me muestran sin lugar a dudas las decisiones yacciones que debo tomar o emprender.

En la vida cotidiana quiero actuar con presteza y pocao ninguna posibilidad de error, la manera más segura dehacerlo es repetir lo que ya dio resultados favorablesen situaciones parecidas. Ultrageneralizar es eliminardetalles, simplificar, despojar de especificidad; es una

operación mental estratégica que convierte lo queme rodea en conocido y familiar y, de esa forma, encomprensible y manipulable. El mecanismo consisteen dar por hecho que la parte tiene las mismascaracterísticas del todo al que parece pertenecer,o que se puede incluir dentro de un conjunto ya

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conocido a un elemento que posee alguno de los

rasgos que definen a los demás componentes dedicho conjunto. Ultrageneralizar también es situar enuna sola categoría, y afincarlo allí, a un elemento aúncuando posea características que lo podrían señalarcomo parte de otras.

Ejemplos emblemáticos: todos los hombres son

iguales, los políticos son corruptos, las mujeres

son más emotivas que racionales, los sindicatos

quiebran las empresas, los bachilleres de colegios

públicos salen mal preparados, los desplazados

aumentan la inseguridad…

Un resultado de las ultrageneralizaciones, y a la vezun insumo para hacer las, son las representaciones

sociales, a las que también se les da el nombre deimaginarios. Son el retrato que se hace un gruposocial de otro y que da por cier to, fijo y exacto; cadaindividuo cree de las personas lo mismo que juzgade ellas el grupo del que hace parte. No es sólouna opinión, es una explicación de cómo son y porqué son así; la representación social se convier te enuna valoración de los otros que los sitúa respectoal sujeto o grupo que los valora. Los imaginariosdeterminan en gran parte con quién me relaciono ycon quién no, quién me parece “gente como yo” y a

quién considero diferente; por ellos puedo clasificara los extraños y distintos como neutros, peligrosos,repulsivos o interesantes. Asumiré a unas personascomo inferiores a mí, y a otros como superiores, porestos últimos sentiré envidia, recelo, temor o respeto,por los primeros, lástima, vergüenza, prevención odesconfianza.

3. Estigmas, viacrucis y condenasSe infiere así que las representaciones sociales sonel origen y fundamento primario tanto del trato quedamos a los demás y del que recibimos de ellos,como la explicación de porqué los otros aceptanesas maneras o porqué las tolero yo. Pero, puestoque en la vida cotidiana tiene gran importancia

la generalización, me tratarán según

aquellos a quienes me parezca y recibiréel trato que a ellos se les da. Si measemejo a esas personas por azar opor un rasgo que no depende de mivoluntad, tendré que hacer un esfuerzomuy grande por demostrar que enverdad no soy como ellos y que, porlo tanto, no merezco ser tratado así.

En esos casos seré víctima de unestereotipo.

Ejemplos hay miles: la repre-

sentación social de género (ser

mujer u hombre, ser homo, bi o

heterosexual), etárea (ser infante,

adolescente, joven, adulto o viejo),

étnica (ser indígena, afro, mestizo

o blanco), regional (ser “pastuso”,

“costeño”, “boyaco”, “paisa”,

“gringo” o “veneco”), ideológica

(ser “facho”, “mamerto”, “plástico”

o “nerds”), ocupacional, gremial,

estética…

Un trato estereotipado es el que recibo

cuando me asumen como parte de uncolectivo del que circulan imaginariossociales negativos o desvalorizantesy me transfieren a mí todas lascaracterísticas negativas que se leatribuyen a ese grupo. También cuandose toman en cuenta sólo los rasgosmás negativos de ese conglomerado,

aquellos que lo destacan, no sólo comodiferente sino como portador de unaparticular idad (conducta, creencia, estilo,fenotipo, lenguaje, expresión corporal,procedencia) que genera sentimientoso reacciones de repudio, rechazo,desprecio, sorna o miedo.Estereotipar  

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a una persona es suponerla idéntica

a lo que creemos de ella, pedirle oesperar de ella siempre lo mismo, estar tan seguros de saber lo que siente y loque piensa que ni siquiera pensamos enconfirmarlo.

La representación social que yo tengade los otros determina si me junto o nocon ellos y para qué, explica mi actitudhacia ellos, la naturaliza y justifica y deesa forma la vuelve un conocimientode receta. A partir de los imaginarios nosólo me explico las formas de ser o dehacer de alguien, sino que anticipo susacciones y me prevengo, me aseguro ome confío. La importancia que tienenlas representaciones sociales es que

permiten que cada individuo le otorguesignificado, orden y sentido al mundosocial que lo rodea.

De l a s u l t r agenera l i z ac iones yestereotipos se derivan los  prejuicios,que son juicios de valor acerca de losotros, que las personas y grupos insisten

en dar como ciertos a pesar de que larazón, la ciencia o su propia experienciahayan demostrado su falsedad. Losprejuicios son sociales y desde ahíson incorporados por el individuo; lapersona prejuiciada muy rara vez haexperimentado por sí misma lo quecree verdadero, como no duda de quesea cierto, no siente ningún interés encomprobarlo. El que sea una afirmacióncompartida por muchas personas es loque hace que se tome como verídica.

Actúo con prejuicio cuando no puedoponderar -o no estoy dispuesto ahacerlo- lo que hay de particular en un

individuo que se parece o hace parte de los miembros

de un grupo que me genera desconfianza, rechazoo animadversión; cuando le doy a un ser humano elmismo tratamiento que le daría a otro cualquieraque haga parte de dicho grupo aunque éste tengaalgo distinto. Cuando restrinjo o condiciono el tratohacia alguien por parecerse o ser parte de... cuandono dudo de que es aceptable, legítimo o moral utilizarformas de violencia simbólica, verbal, gestual o física

contra un grupo o un individuo.Porque los prejuicios se convierten en pasióncolectiva, en sentimiento o en doctrina político-religiosa, la humanidad ha vivido situaciones tanatroces como los progroms, las ratzias, el apartheid, los etnocidios, los campos de concentración, lasdepuraciones étnicas, linchamientos y torturas; eldesmesurado crecimiento de los  ghettos  en todas

las ciudades es otro ejemplo indignante de prejuiciosconvertidos en dogma y programa político.

Los prejuicios determinan el curso de la acción ylas formas de relación social; hacen parte de losconocimientos de receta y sirven porque permitena las personas actuar de manera rápida y segura,las eximen de hacer su propio diagnóstico porqueadoptan para sí el que ya está hecho, no importa sies injusto o estúpido. En la esfera de lo cotidiano lode menos es si algo es o no verdadero, importa quelas personas actúan como si lo fuera.

4. Mores y humores

El universo cotidiano es previo y sobrevive alindividuo. Al nacer entré a un mundo que ya existíay tenía una estructura determinada; los cambios que

puedo introducir en él son nimios, cuando yo muerael mundo seguirá tal cual como lo dejo, mi decesono hará mayor diferencia. Es por esa percepciónde permanencia inalterable de la realidad social,casi de eternidad inmutable, que la naturalizamos;creemos que los fenómenos sociales están dados,que son espontáneos, que siempre han sido así, tan

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perpetuos e impasibles como el mar, las cordilleras

o las estrellas.En la vida cotidiana la complejidad y riqueza de larealidad y el mundo se comprimen a lo que atañedirectamente a cada persona, a lo que la afecta deforma inmediata. Me interesa y me conviene conocerla porción de realidad que va a perjudicarme o afavorecerme en el presente, y apenas lo necesario paradecidir cómo protegerme de ella o aprovecharla. De todo lo que pasa me basta saber apenas lo indispensablepara ejercer control, evitar problemas y lograr con elmenor esfuerzo lo que me propuse. Con ese mínimode información le otorgo un nivel de significancia a laspersonas, métodos, conocimientos y objetos; todosellos son más o menos relevantes de acuerdo a suefectividad, rapidez y eficacia respecto a lo que quieroo necesito. El mundo se experimenta como hábito 

porque el espectro de acciones que ejecutamos no esmuy diverso, amplio ni original, por eso, para llevarlasa cabo, no hace falta pensar o conocer más allá de loya sabido o del sentido común.

El mundo que se experimenta en la vida cotidianaes acotado, estrecho, fragmentado, chato, aburridoe incomprensible en su falta de totalidad y en sueterno presente. La inconmensurabilidad temporal

de la realidad no naturalizada, más que intimidarnoso atraernos, nos tiene sin cuidado; la pongo entreparéntesis, no por humildad ante su vastedad, sinoporque no la percibo como real y menos aún comoimportante para mis fines prácticos. Por eso ni se meocurre gastar tiempo o energía vital en comprendermejor, y menos aún en cambiar, mi medio social; es másurgente adaptarme a él y sacar ventaja, o no sucumbir.

Además, todos conocemos ejemplos de personas queno se adecuaron, se rebelaron o que fracasaron en suintento de introducir modificaciones.

En la vida cotidiana los individuos son pragmáticos:piensan y ejecutan su acción de acuerdo a objetivosy fines muy concretos y perentorios. Pero la eficacia

de lo que hacen, o dejan de hacer,

depende bastante del conocimiento yla conciencia que tengan acerca de losmedios o recursos de los que disponen.Ser pragmáticos es hacer lo que sea paralograr los propósitos, es considerar losinstrumentos o estrategias disponiblessolo por su eficacia para conseguirlos fines propuestos. Es ajustar los

medios a las pretensiones, escoger loscaminos y mecanismos más rápidos,económicos y certeros. Valorar losmedios desde algún punto de vista ético-normativo y descartarlos por ese tipo deconsideraciones, es ajeno al pragmatismode la vida cotidiana, incluso es una prácticamal vista entre muchas personas quela consideran, no una manifestación desensibilidad, altruismo y responsabilidad,sino un indicio preocupante de estulticia,enajenación o candidez.

El resultado que obtengamos de lacombinación de medios a nuestroalcance y fines perseguidos, es lo quenos pone o nos saca de entre los que tienen éxito. En la vida cotidiana eléxito es cumplir las metas y tener loque deseamos, pero sobre todo essentirse aceptado y aprobado por laspersonas que nos interesan, o de las que tenemos una representación social muypositiva. “Exito” también es orientarseen el entorno inmediato, no sentirsefuera de lugar o despistado, sobrevivir

con facilidad y sin conflicto, sintiéndosebien en el mundo tal como es. Quien tiene éxito obtiene gratificaciones, esenvidiado o tomado como modelo;está bien porque tiene, hace o es lo queambiciona.

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Para sentirme exitoso es imprescindible

que los otros me reconozcan como tal, y lo hacen porque muestro lascaracterísticas de aquellos a los quese atribuye tener éxito. Hay muchasrepresentaciones sociales en torno aqué es éxito y qué no, los estándarese indicadores son diferenciales pormúltiples criterios: género, edad,

ocupación, clase social, estado civil, lugarde procedencia y de residencia, fenotipo,profesión, características de la familia,membresías, etc.

Ejemplos: la posición económica

es una forma de éxito reconocida

en toda la sociedad occidental; hay

otras particulares y exclusivas: el

 grupo de porristas de un colegiode barrio, los agentes de bolsa, los

practicantes de yoga, las prácticas

amorosas entre adolescentes, los

académicos con doctorado, los

travestis de Chapinero…

Los deseos y a sp i r ac iones depersonas y grupos están cada vez másinfluenciadas por ideologías, imágenesy representaciones que se difunden yrefuerzan en los medios de comunicación.En las expectativas y anhelos de unapersona se manifiestan los de su mediosociocultural; su concepción del mundoes reflejo de la que tiene la colectividad.Es claro, por un lado, que el éxito es una

representación social, una construccióncolectiva que se lleva a cabo en la vidacotidiana; y, por el otro, que en la sociedad,lo mismo que en la imagen que tenemosde nosotros mismos, se traslapan, sesuperponen o se contradicen muchas

formas de tener o no éxito, tantas como papeles

sociales desempeñemos.Pero, pese a esas implícitas diversidad y variabilidad,el éxito representa una permanente presión sobrelas personas y tiene gran incidencia en la creación derepresentaciones sociales. Por eso, en últimas, el éxitoes ser reconocidos como notables por los miembrosdel grupo al que pertenecemos, o como iguales porlos que integran el medio al que queremos ingresar.

5. El papel, el ser y la máscara

Entre nuestro ser interior y el mundo hay muchas“capas”, no estamos directamente expuestos. Unade ellas es la vida cotidiana, otra la cultura, unamás, pero no la última, es la sociedad. La nave enla cual surcamos la sociedad y la cultura es el rol o papel social. Una sociedad sobrevive porque se ha

dotado de un sistema de funciones que le permitensatisfacer sus necesidades, tanto las colectivascomo las individuales. Cada persona desempeñadiversas funciones sociales y adquiere por esoresponsabilidades y derechos. Todos cumplimosdistintos papeles de manera simultánea.

Por ejemplo: ser padre y ser hijo, empleador y

empleado, esposo y esposa, profesor y estudiante,

médico y paciente, víctima y victimario, jefe y

subalterno, amigo y enemigo, nativo y extranjero,

hombre y mujer, niño y anciano, amante y amado,

comprador y vendedor, seductor y seducido...

Cada papel que interpreto me pone en relación conotros, en mis diversos desempeños estoy sujeto anormas. Ese sistema de papeles, funciones y reglas

no siempre es coherente y complementario. Raravez lo es. Hay personas que tienen más habilidadespara desempeñar sus diferentes papeles sin quecolisionen unos con otros, es más, los individuosbien habilidosos y versátiles logran que sus papelesse complementen y se sir van entre sí.

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Algunas personas cumplen sus diferentes funciones

en ámbitos culturales, circunstancias sociales y entrepersonas muy distintos. Muchas se limitan a ir yvenir, a entrar y salir por esos contextos, otras loscomunican porque al fluir por uno y otro, de unoal otro, aprenden en ambos y llevan aprendizajespropios de uno al otro. Ellos recontextualizan saberesy esparcen otras formas de ser y hacer 2. Quienesse desempeñan en heterogeneidad de papeles y

medios socioculturales suelen tener una experienciamás amplia de la existencia, aumentan sus fuentes deconocimiento, contrastan sus creencias con realidadesdesconocidas o extrañas, y, en consecuencia, tienenmayores posibilidades de “poner entre paréntesis”, opor lo menos mirar desde afuera su vida cotidiana.

Los roles que se desempeñan en el trabajo, elestudio y la vida cívico-social o política nos insertan

en instituciones, y el conjunto de ellas conformael universo de lo público. Las instituciones son lasmúltiples fuentes de normas que tiene una sociedad;es la red de regulaciones, mandatos y costumbres quevan encauzando los comportamientos individuales,que marcan ciclos y pasos de uno a otro, que ordenany sincronizan el proceso de socialización. Todocontexto sociocultural tiene sus reglas e instituciones

propias.Ejemplos: la institución empresa, escuela,

familia, matrimonio, iglesia, tribunal, grupo, ley,

vecindario, partido, organización, gremio, banda,

relaciones filiales y/o fraternas, espíritu de cuerpo,

obediencia debida…

El mundo de lo privado, contrapuesto al de lo público,

es el que experimento al retornar al hogar, sitio ésteen el que satisfago las necesidades relacionadas conel mantenimiento integral de mi cuerpo y mi vidafísica, emocional y psíquica; el lugar de los afectos ydesafectos, de las alegrías y los dolores, del consuelo yla herida… del poder. La intimidad donde me esperanla familia, los amigos, la parejas y en circunstancias

especiales, los vecinos; el momento en

el que somos hijos e hijas, padres ymadres, hermanos y hermanas, noviosy novias, vecinos y vecinas, amigos yamigas de alguien. Antes que un rol enacción, en la vida privada soy individuoparticular, diferenciado y reconocido enesa especificidad, con pasado y linaje.Sin embargo, pese a connotar afecto,

autenticidad y sosiego, el privado es ununiverso regido por reglas muy distintasde las que operan en la vida pública, pero tan claras y rígidas, o más.

Estar en el espacio público exige observarotras conductas y poner en juegodiferentes destrezas. Requiere análisis,conocimientos objetivos, comunicación

explícita y sujeta a unos procedimientosreglados, un actuar ajustado a normasclaras. En la vida privada están elconocimiento rutinario y predecible, lasdecisiones emotivas, el actuar impulsivoo contenido, la intuición como guía delo que se dice o se calla. El modo comosalimos del atolladero en las situaciones

íntimas más difíciles, pocas veces podríaaplicarse a los desafíos que aparecen enla universidad, la fábrica, la oficina, la calleo el mercado.

La privada y la pública son dos vidasdistintas pero imbricadas, a veces son tanopuestas que se vuelven antagónicas yexcluyentes, otras lo son tan poco quepodemos comportarnos igual en lasdos. En ocasiones experimentamos esadiferencia de manera muy fuerte, comouna ruptura total que nos exige ser dospersonas distintas habitando un mismocuerpo tensionado. En otras la semejanza

2Esta idea se puedeprofundizar en muchos

ensayos de Antanas Mockus.

Se le puede rastrear como

“anfibios culturales” o

“divorcio ley, moral y cultura”.

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es tan grande –o nuestra capacidad para

discriminar tan poca- que sentimos laexperiencia de vivir como un apaciblediscurrir sin tropiezos.

Ambos universos, el público y elprivado, uno racional-objetivo, el otroemocional-subjetivo, plantean retos, nosponen frente a situaciones difíciles quedeben ser afrontadas. Algunas personas

disponen de mayores recursos paravivir esos mundos distintos de maneraplacentera y armónica, sintiéndose tranquilos y capaces en ambos. Otras, alcontrario, tienen que dejar de ser en unolo que son el otro y eso les produce unintenso sufrimiento; sus esfuerzos no seven recompensados con lo que obtienen

y entonces sienten que no casan, que noengranan, que no tienen un lugar suyoen el enorme cosmos.

Hay un tercer grupo de personas, lasque al no poder diferenciar lo público delo privado se ven sometidas a menudoa sufrir desaires, críticas, reproches,burlas, sanciones, rumores, rechazos,malas evaluaciones. Están incómodosy frustrados pero no saben qué hacer,ensayan y yerran, se agotan o son elhazmerreir.

Por último hay unos pocos individuosque saben y entienden que el público yel privado, el externo y el interior, son

mundos distintos y que una personano puede ser idéntica en los dos pero,aún sabiéndolo, han escogido, de formaautónoma y conciente, no escindirse;deciden mantener sus ideologías políticaso religiosas, sus principios éticos omorales y actuar siempre y en todo lugar

en consecuencia con ellos aunque eso les represente

sufrimiento y conflicto.6. Legados, encargos y expoliaciones

¿Qué recursos son esos que ayudan a tener unamejor experiencia de vida? Y lo contrario ¿Quélo obstaculiza o impide? No es sólo un asunto depersonalidad y actitud. Son factores protectores y factores de riesgo que tienen un mismo origen:están en la cultura y en la familia, también en el lugarque nos criamos y las formas particulares comopasamos de niños a adultos.

La familia es el punto de partida de nuestrainserción en la sociedad, es con sus patrimonios yrecursos que arrancamos y son los únicos de losque dispondremos por todo el tiempo que nos tome adquirir nuestro propio capital cultural, social,

simbólico y económico. Nuestros padres, madresy parientes cercanos también nos muestran estilosparticulares de relacionarse con otras personas, deellos aprendemos a ceder o imponer, a comunicaro callar, a manipular o razonar. Ellos nos entregansu diagnóstico del mundo, esa lectura es la primeraque orienta nuestras acciones mientras construimosuna propia. Es su mundo el que vivimos hasta quesalimos a explorar.

La primera salida vacilante que hacemos nos pone enla calle, sea de un barrio o una vereda; después voy aestudiar y el mundo se despliega ante mí. Me maravilloy me aterro, me motivo y me hastío, me siento seguroo me lleno de angustia, me creo capaz o presientoque no voy a poder. Me dispongo a aprender y vivir, ome pongo a la defensiva y me protejo en la reclusión

emocional o intelectual. Al regreso de cada incursión traigo conmigo cosas de afuera: conocimientos, ideas,valoraciones, miedos y deseos.

Es así, en ese constante entrar y salir, que tomoconciencia de mis debilidades y carencias, y me llenode coraje para superarlas, o aprendo a evadirlas o

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disimularlas. De esa forma también voy dándoles

un estatus a los demás: son competidores o socios,instrumentos o aliados. Me explico mis condicionesde vida en relación con los otros: soy víctima inocentede la maldad o el egoísmo ajeno; nací con mala suerteo un destino adverso ya trazado; soy producto dela mediocridad colectiva y todos son culpables; no tengo la inteligencia o la actitud adecuadas. Decido simiento o convenzo, si confío o amedrento. Establezco

qué quiero o hago lo que se puede.

Esos sentimientos y autoimágenes

hacen las veces de equipaje, caja deherramientas y monedas que utilizo deahí en adelante para vivir la vida. Al cabode los años me he convencido de queno luché, desperdicié o fui despojado; deque el mundo está en deuda conmigoo que recibí más de lo que merecía; deque no tengo nada pero nadie me quita

lo bailado.

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La vida cotidiana:lecho y sarcófago,refugio y prisión

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