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Carnaval de La Lectura Mes de la Primavera Peruana Educ arte Edición Setiembre Paz Juventud COMICS P r im ave ra ded icada a la lec tu ra

Newsletter September - Carnaval de la lectura septiembre

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Der graphische und virtuelle Newsletter sind Kommunikationsmedien, die ein didaktisches und strategisches Wissen hinsichtlich der Leseanimation und Leseförderung vermitteln.

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Carnaval de La LecturaCarnaval de La Lectura Mes de la Primavera Peruana Mes de la Primavera Peruana

Educ arte

Edición SetiembreEdición Setiembre

PazJuventud COMICS

Primavera dedicada a la lectura

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Extracto del texto de la conferencia pronunciada por la Mg. por Cecilia Bajourautora en la 5ª Jornada de Reflexión sobre la Lectura y la Escritura organizada por la Secretaría de Educación del Distrito y Asolectura (Bogotá, Colombia, 6 de octubre de 2008).

“(…) cuando el silencio ya era de confianza, intervenía en la música; pasaba entre los sonidos como un gato con su gran cola negra y los

dejaba llenos de intenciones.”El silencio, Felisberto Hernández

Fuente: http://www.imaginaria.com.ar/

El regreso a los textos por medio de la conversación siempre aporta algo nuevo. En principio para el que habla, ya que se escucha diciendo a otros lo que el texto suscitó en él y de ese modo ensaya su lectura como un músico cuando lee una partitura. En ese ensayo uno a veces se sorprende por los sonidos de la propia interpretación. Poner afuera, para otros, la música de nuestra lectura puede revelarnos los acentos que pusimos a lo que leímos, las melodías que evocamos o la percepción de su ausencia, los ruidos o silencios que los textos nos provocan. Esos sonidos salen y se encuentran con otros: los de las partituras de los otros lectores. Como en un ensayo de orquesta el texto crece en acordes sonantes y disonantes con ecos a veces insospechados para los intérpretes. Chambers se refiere a este encuentro con la palabra del otro, el “hablar juntos” como un momento de “despegue”, de vuelo hacia lo que hasta el momento de la charla nos era desconocido. La escucha de la interpretación de los otros se enhebra y entrama con la propia. Los fragmentos de sentido que originamos en ese encuentro, cuando entran en contacto con los fragmentos de otros pueden generar algo nuevo a lo que quizás en la lectura solitaria no se habría arribado.

Pero escuchar, así como leer, tiene que ver con el deseo y con la disposición a recibir y valorar la palabra de los otros en toda su complejidad, o sea, no sólo aquello esperable, tranquilizante o coincidente con nuestros sentidos sino también lo que discute o se aleja de nuestras interpretaciones o visiones de mundo. La escucha no se resuelve con la puesta en escena colectiva del decir de cada uno. No es cuestión de que todos tengan la palabra si esta termina en la burbuja de la autocomplacencia. Escuchar para reafirmar una verdad que sólo se mira a sí misma y que espera la palabra del otro únicamente para enaltecer la propia es la antítesis del diálogo y suele esconder intenciones de poder y de control de los sentidos puestos en juego. Se trata de un simulacro de escucha, una actuación para mantener las formas. Por el contrario, la democracia de la palabra compartida implica el encuentro intersubjetivo de voluntades que aceptan al otro en su diferencia y están dispuestos a enriquecer su vida, su lectura y su visión de mundo con esa diferencia, aunque no coincida con ella. Construir significados con otros sin necesidad de cerrarlos es condición fundamental de la escucha y esto supone una conciencia de que la construcción de sentidos nunca es un acto meramente individual.

Esta concepción dialógica de la escucha forma parte de todo acto de lectura donde se busque abrir significados y expandirlos cooperativamente. Sin embargo, me interesa especialmente ver

qué pasa con la escucha cuando la lectura tiene que ver con la literatura y con otras artes. En la lectura de textos artísticos las preguntas, la inestabilidad y provisoriedad de las respuestas, la posibilidad de crear y recrear mundos a partir de lo leído, el extrañamiento frente a lo conocido y lo desconocido se entrelazan más que en otros discursos con el juego siempre abierto de las formas. El lenguaje estético se ofrece a los lectores que se acomodan e incomodan ante maneras alternativas, diversas y a veces transgresoras de nombrar el mundo. Lo que importa allí no es sólo lo que nos sacude nuestras valoraciones, ideas o experiencias de vida sino cómo lo hace.

Destaco el cómo porque a la hora de pensar en la escucha cuando se habla de literatura en escenas de lectura escolar o en otros contextos fuera de la escuela puede quedar soslayado o en un lugar menor ante la fuerza de los temas o ideas suscitados por los textos. Muchas veces la literatura es vista como el instrumento más atractivo para hablar sobre problemas sociales, cuestiones relacionadas con valores, asuntos escolares o situaciones personales. Cuando esa perspectiva es la que predomina el lenguaje artístico corre el riesgo de quedar reducido sólo a un rol de fachada seductora por la que se entra al tratamiento de diversos temas.

Los textos literarios nos tocan e interpelan acerca de nuestras visiones sobre el mundo y nos invitan a preguntarnos cómo viviríamos lo representado en las ficciones. Esta dimensión no es menor ya que la mayoría de las veces es la puerta de entrada para hablar de lo que los textos nos provocan. Pero ante todo son una construcción artística, objetos que dicen, muestran, callan, sugieren de un modo y no de otro.

El encuentro de los lectores con el arte pasa en gran medida por cómo nos sacude el cómo. La escuela es un lugar privilegiado para dar nombres posibles a este terremoto de los significados y disponer nuestros oídos y los de los otros que leen a encontrarnos con maneras de hablar sobre los textos artísticos. La escucha de los docentes necesita entonces nutrirse de lecturas y saberes sobre el cómo de la construcción de mundos con palabras e imágenes para que los alumnos crezcan a su vez en el arte cotidiano de hablar sobre libros.

Esa nutrición tiene un umbral ineludible que es la selección de los textos que se pondrán en juego en un encuentro social de lectura literaria. Por ahí se inicia la escucha: allí comienza el oído del mediador a afinarse. La elección de textos potentes, abiertos, desafiantes, que no se queden en la seducción facilista y demagógica, que provoquen preguntas, silencios, imágenes, gestos, rechazos y atracciones, es la antesala de la escucha.

Mientras elegimos qué leer con otros estamos imaginando por dónde podríamos entrar a los textos en las conversaciones literarias, por dónde entrarán los demás lectores, qué encuentros y desencuentros pueden suscitarse al discutir, cómo hacemos para ayudarlos en esos hallazgos, cómo dejamos abierta la posibilidad de que sea el propio texto el que los ayude con algunas respuestas o que les abra el camino para nuevas preguntas, cómo hacemos para intervenir sin cerrar sentidos. Aquí es interesante recuperar la metáfora de Barthes de “levantar la cabeza” y escribir la lectura de nuestras propias decisiones al elegir e inventar posibles caminos para conversar sobre los textos con los lectores. Es un ejercicio interesante el de bocetar las preguntas que potencien la discusión sobre los libros: en esa práctica releemos nuestras propias teorías sobre esos libros y decidimos posibles maneras de poner de relieve lo que nos interesa que los lectores se lleven como conocimiento o como pregunta.

Oír entre líneas: el valor de la escucha en las prácticas de lectura

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Extracto del texto de la conferencia pronunciada por la Mg. por Cecilia Bajourautora en la 5ª Jornada de Reflexión sobre la Lectura y la Escritura organizada por la Secretaría de Educación del Distrito y Asolectura (Bogotá, Colombia, 6 de octubre de 2008).

“(…) cuando el silencio ya era de confianza, intervenía en la música; pasaba entre los sonidos como un gato con su gran cola negra y los

dejaba llenos de intenciones.”El silencio, Felisberto Hernández

Fuente: http://www.imaginaria.com.ar/

El regreso a los textos por medio de la conversación siempre aporta algo nuevo. En principio para el que habla, ya que se escucha diciendo a otros lo que el texto suscitó en él y de ese modo ensaya su lectura como un músico cuando lee una partitura. En ese ensayo uno a veces se sorprende por los sonidos de la propia interpretación. Poner afuera, para otros, la música de nuestra lectura puede revelarnos los acentos que pusimos a lo que leímos, las melodías que evocamos o la percepción de su ausencia, los ruidos o silencios que los textos nos provocan. Esos sonidos salen y se encuentran con otros: los de las partituras de los otros lectores. Como en un ensayo de orquesta el texto crece en acordes sonantes y disonantes con ecos a veces insospechados para los intérpretes. Chambers se refiere a este encuentro con la palabra del otro, el “hablar juntos” como un momento de “despegue”, de vuelo hacia lo que hasta el momento de la charla nos era desconocido. La escucha de la interpretación de los otros se enhebra y entrama con la propia. Los fragmentos de sentido que originamos en ese encuentro, cuando entran en contacto con los fragmentos de otros pueden generar algo nuevo a lo que quizás en la lectura solitaria no se habría arribado.

Pero escuchar, así como leer, tiene que ver con el deseo y con la disposición a recibir y valorar la palabra de los otros en toda su complejidad, o sea, no sólo aquello esperable, tranquilizante o coincidente con nuestros sentidos sino también lo que discute o se aleja de nuestras interpretaciones o visiones de mundo. La escucha no se resuelve con la puesta en escena colectiva del decir de cada uno. No es cuestión de que todos tengan la palabra si esta termina en la burbuja de la autocomplacencia. Escuchar para reafirmar una verdad que sólo se mira a sí misma y que espera la palabra del otro únicamente para enaltecer la propia es la antítesis del diálogo y suele esconder intenciones de poder y de control de los sentidos puestos en juego. Se trata de un simulacro de escucha, una actuación para mantener las formas. Por el contrario, la democracia de la palabra compartida implica el encuentro intersubjetivo de voluntades que aceptan al otro en su diferencia y están dispuestos a enriquecer su vida, su lectura y su visión de mundo con esa diferencia, aunque no coincida con ella. Construir significados con otros sin necesidad de cerrarlos es condición fundamental de la escucha y esto supone una conciencia de que la construcción de sentidos nunca es un acto meramente individual.

Esta concepción dialógica de la escucha forma parte de todo acto de lectura donde se busque abrir significados y expandirlos cooperativamente. Sin embargo, me interesa especialmente ver

qué pasa con la escucha cuando la lectura tiene que ver con la literatura y con otras artes. En la lectura de textos artísticos las preguntas, la inestabilidad y provisoriedad de las respuestas, la posibilidad de crear y recrear mundos a partir de lo leído, el extrañamiento frente a lo conocido y lo desconocido se entrelazan más que en otros discursos con el juego siempre abierto de las formas. El lenguaje estético se ofrece a los lectores que se acomodan e incomodan ante maneras alternativas, diversas y a veces transgresoras de nombrar el mundo. Lo que importa allí no es sólo lo que nos sacude nuestras valoraciones, ideas o experiencias de vida sino cómo lo hace.

Destaco el cómo porque a la hora de pensar en la escucha cuando se habla de literatura en escenas de lectura escolar o en otros contextos fuera de la escuela puede quedar soslayado o en un lugar menor ante la fuerza de los temas o ideas suscitados por los textos. Muchas veces la literatura es vista como el instrumento más atractivo para hablar sobre problemas sociales, cuestiones relacionadas con valores, asuntos escolares o situaciones personales. Cuando esa perspectiva es la que predomina el lenguaje artístico corre el riesgo de quedar reducido sólo a un rol de fachada seductora por la que se entra al tratamiento de diversos temas.

Los textos literarios nos tocan e interpelan acerca de nuestras visiones sobre el mundo y nos invitan a preguntarnos cómo viviríamos lo representado en las ficciones. Esta dimensión no es menor ya que la mayoría de las veces es la puerta de entrada para hablar de lo que los textos nos provocan. Pero ante todo son una construcción artística, objetos que dicen, muestran, callan, sugieren de un modo y no de otro.

El encuentro de los lectores con el arte pasa en gran medida por cómo nos sacude el cómo. La escuela es un lugar privilegiado para dar nombres posibles a este terremoto de los significados y disponer nuestros oídos y los de los otros que leen a encontrarnos con maneras de hablar sobre los textos artísticos. La escucha de los docentes necesita entonces nutrirse de lecturas y saberes sobre el cómo de la construcción de mundos con palabras e imágenes para que los alumnos crezcan a su vez en el arte cotidiano de hablar sobre libros.

Esa nutrición tiene un umbral ineludible que es la selección de los textos que se pondrán en juego en un encuentro social de lectura literaria. Por ahí se inicia la escucha: allí comienza el oído del mediador a afinarse. La elección de textos potentes, abiertos, desafiantes, que no se queden en la seducción facilista y demagógica, que provoquen preguntas, silencios, imágenes, gestos, rechazos y atracciones, es la antesala de la escucha.

Mientras elegimos qué leer con otros estamos imaginando por dónde podríamos entrar a los textos en las conversaciones literarias, por dónde entrarán los demás lectores, qué encuentros y desencuentros pueden suscitarse al discutir, cómo hacemos para ayudarlos en esos hallazgos, cómo dejamos abierta la posibilidad de que sea el propio texto el que los ayude con algunas respuestas o que les abra el camino para nuevas preguntas, cómo hacemos para intervenir sin cerrar sentidos. Aquí es interesante recuperar la metáfora de Barthes de “levantar la cabeza” y escribir la lectura de nuestras propias decisiones al elegir e inventar posibles caminos para conversar sobre los textos con los lectores. Es un ejercicio interesante el de bocetar las preguntas que potencien la discusión sobre los libros: en esa práctica releemos nuestras propias teorías sobre esos libros y decidimos posibles maneras de poner de relieve lo que nos interesa que los lectores se lleven como conocimiento o como pregunta.

Oír entre líneas: el valor de la escucha en las prácticas de lectura

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La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de septiembre "como Día Internacional de la Paz, y estará dedicado a conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación y en cada pueblo y entre ellos". En un mensaje emitido en conmemoración del Día, en septiembre de 1998 el Secretario General rogó "a todo los líderes de las naciones en guerra que dejen a un lado sus propias ambiciones y que piensen en su pueblo, que resistan a la tentación de buscar la gloria por medio de la conquista y que reconozcan que la capacidad de gobernar pacíficamente, por si sola, les traerá a ellos y a sus pueblos las recompensas que merecen".

No es gratuito pensar en la necesidad de conmemorar un día de estas características. En tiempos convulsos como los que vivimos actualmente, se hace obligatoria una reflexión sobre los valores que sustentan nuestra cultura. Si hacemos de la violencia y la venganza el valor principal de nuestra convivencia no podemos pedir que las personas reaccionen con comportamientos pacíficos ante cualquier conflicto o situación. Sin embargo, si nos convencemos de una vez por todas de que sólo a través del valor de la Paz puede conseguirse un mundo mejor, empezaremos a cambiar nuestras actitudes y comportamientos, desde lo cotidiano hasta lo más excepcional de nuestras vidas. Si no, seguiremos asistiendo al imperio de la violencia en todas sus caras, la mayoría de las veces disfrazada de "justicia".

El cambio de valores empieza por cambiar la forma de pensar de las personas. Si pensamos que a través de la violencia se solucionan los conflictos, seguirá habiendo violencia. Debemos ser valientes y fuertes para intentar llevar a cabo los ideales de la vida en paz, primero con nosotros y después con los demás. Los medios de comunicación y la educación deben ser las "armas" fundamentales de esta nueva forma de "guerra" por la paz. La batalla que más merece la pena en los tiempos que corren es la de la paz, para esto sí que hay que ser verdaderamente valientes: es muy fácil llamarse a si mismo "valiente" cuando se utiliza la violencia para solucionar un conflicto: en realidad es el mayor acto de cobardía que existe. a paz requiere un esfuerzo, al contrario que la violencia, que es una reacción primaria y visceral. Y merece la pena, intentémoslo.

La Cultura de Paz es el conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto de la vida, de la persona humana y de su dignidad, de todos los derechos humanos; el rechazo de la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de democracia, libertad, justicia, solidaridad, cooperación, pluralismo y tolerancia, así como la comprensión tanto entre los pueblos como entre los grupos y las personas sin importar sexo, etnia, religión, nacionalidad o cultura.En la construcción de una cultura de paz es de gran importancia prevenir los conflictos atacando sus causas mediante el diálogo y la negociación; reconocer la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres; así como la libertad de expresión, opinión e información.Para que nosotros mismos y las generaciones venideras podamos cosechar los frutos de esta Cultura de Paz, debemos actuar desde ahora.

Es preciso:

?Fomentar la educación para la paz, los derechos humanos y la democracia, la tolerancia, y la comprensión internacional;

?Proteger y respetar todos los derechos humanos, sin excepción alguna, y luchar contra toda forma de discriminación;

?Promover los principios democráticos en todos los ámbitos de la sociedad; ?Vivir la tolerancia y la solidaridad; ?Luchar contra la pobreza y lograr un desarrollo sostenible en provecho de todos, capaz de

proporcionar a cada persona un marco de vida acorde con la noción de dignidad humana; ?Proteger y respetar nuestro medio ambiente

Cultura de Paz

21 de setiembre: Día In21 de setiembre: Día In ternacional de la Pazternacional de la Paz

Fuente: http://www.educacionenvalores.org/spip.php?article347

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La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de septiembre "como Día Internacional de la Paz, y estará dedicado a conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación y en cada pueblo y entre ellos". En un mensaje emitido en conmemoración del Día, en septiembre de 1998 el Secretario General rogó "a todo los líderes de las naciones en guerra que dejen a un lado sus propias ambiciones y que piensen en su pueblo, que resistan a la tentación de buscar la gloria por medio de la conquista y que reconozcan que la capacidad de gobernar pacíficamente, por si sola, les traerá a ellos y a sus pueblos las recompensas que merecen".

No es gratuito pensar en la necesidad de conmemorar un día de estas características. En tiempos convulsos como los que vivimos actualmente, se hace obligatoria una reflexión sobre los valores que sustentan nuestra cultura. Si hacemos de la violencia y la venganza el valor principal de nuestra convivencia no podemos pedir que las personas reaccionen con comportamientos pacíficos ante cualquier conflicto o situación. Sin embargo, si nos convencemos de una vez por todas de que sólo a través del valor de la Paz puede conseguirse un mundo mejor, empezaremos a cambiar nuestras actitudes y comportamientos, desde lo cotidiano hasta lo más excepcional de nuestras vidas. Si no, seguiremos asistiendo al imperio de la violencia en todas sus caras, la mayoría de las veces disfrazada de "justicia".

El cambio de valores empieza por cambiar la forma de pensar de las personas. Si pensamos que a través de la violencia se solucionan los conflictos, seguirá habiendo violencia. Debemos ser valientes y fuertes para intentar llevar a cabo los ideales de la vida en paz, primero con nosotros y después con los demás. Los medios de comunicación y la educación deben ser las "armas" fundamentales de esta nueva forma de "guerra" por la paz. La batalla que más merece la pena en los tiempos que corren es la de la paz, para esto sí que hay que ser verdaderamente valientes: es muy fácil llamarse a si mismo "valiente" cuando se utiliza la violencia para solucionar un conflicto: en realidad es el mayor acto de cobardía que existe. a paz requiere un esfuerzo, al contrario que la violencia, que es una reacción primaria y visceral. Y merece la pena, intentémoslo.

La Cultura de Paz es el conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto de la vida, de la persona humana y de su dignidad, de todos los derechos humanos; el rechazo de la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de democracia, libertad, justicia, solidaridad, cooperación, pluralismo y tolerancia, así como la comprensión tanto entre los pueblos como entre los grupos y las personas sin importar sexo, etnia, religión, nacionalidad o cultura.En la construcción de una cultura de paz es de gran importancia prevenir los conflictos atacando sus causas mediante el diálogo y la negociación; reconocer la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres; así como la libertad de expresión, opinión e información.Para que nosotros mismos y las generaciones venideras podamos cosechar los frutos de esta Cultura de Paz, debemos actuar desde ahora.

Es preciso:

?Fomentar la educación para la paz, los derechos humanos y la democracia, la tolerancia, y la comprensión internacional;

?Proteger y respetar todos los derechos humanos, sin excepción alguna, y luchar contra toda forma de discriminación;

?Promover los principios democráticos en todos los ámbitos de la sociedad; ?Vivir la tolerancia y la solidaridad; ?Luchar contra la pobreza y lograr un desarrollo sostenible en provecho de todos, capaz de

proporcionar a cada persona un marco de vida acorde con la noción de dignidad humana; ?Proteger y respetar nuestro medio ambiente

Cultura de Paz

21 de setiembre: Día In21 de setiembre: Día In ternacional de la Pazternacional de la Paz

Fuente: http://www.educacionenvalores.org/spip.php?article347

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La conversación literaria coExtracto del texto de la conferencia pronunciada por la Mg. Cecilia Bajour en el marco de la VII Jornada de Reflexión sobre Lectura y Escritura, organizada por Asociación Colombiana de Lectura y Escritura (Asolectura) en la Biblioteca Pública “Virgilio Barco” (Bogotá, Colombia, 17 de agosto de 2010).

En una charla hace unos años con maestros de Bogotá a propósito del rol de la escucha del mediador en situaciones de lectura literaria planteaba que en la selección de textos “se inicia la escucha: allí comienza el oído del mediador a afinarse. La elección de textos potentes, abiertos, desafiantes, que no se queden en la seducción facilista y demagógica, que provoquen preguntas, silencios, imágenes, gestos, rechazos y atracciones, es la antesala de la escucha”.

El momento de selección de los textos siempre supone la puesta en escena de manera más o menos explícita de representaciones, teorías y problemas acerca de la literatura, la lectura y los lectores.

En nuestra experiencia, pensamos en la instancia de la elección como una ocasión formativa y no partimos de “criterios de selección” fijos y previos para desde allí elegir los textos. Muchas veces la idea de “criterio” se confunde con la de “receta”, como si hubiera un conjunto cerrado y único de conceptos o razones para tener en cuenta a la hora de elegir textos literarios.

Diversas experiencias demuestran que la búsqueda de criterios de selección suele obtener como respuesta un esquema o grilla con variables diversas desde las cuales entrar a considerar y elegir los textos. Muchas veces esas entradas desestiman la centralidad de lo estético y se proponen clasificaciones y tipologías que ubican en un segundo plano lo literario y lo artístico, como son las que tienen que ver con la enseñanza de valores, para dar un ejemplo muy conocido de demandas extraliterarias. O que si tienen en cuenta lo literario, rápidamente le encuentran la vuelta para encerrarlo en esquemas que no toleran la incertidumbre, las zonas híbridas, los límites difusos. Ese posicionamiento ante la selección, además de ser reduccionista presupone una mirada sobre la lectura en la que la teoría (más precisamente, unos usos “aplicacionistas” de ella) la precede para condicionarla. Entonces unos criterios predeterminados operan como punto de partida para ver si los textos se adaptan o no a esquemas digeridos de antemano. Los textos literarios, mirados así pierden además su singularidad, su “personalidad propia” que se disuelve en la aplanadora clasificatoria que tiende a homogeneizar todo.

Vale aclarar que la problematización de este uso de la teoría no implica negar su valor para el despliegue de lecturas más interesantes y complejas de los textos. Por el contrario, las teorías son caminos flexibles para entrar en diálogo con la lectura teniendo en cuenta la libertad de los lectores, a su vez dueños de sus propias teorías e hipótesis en el acto de leer. Es decir, las teorías no existen para ser aplicadas sino que constituyen visiones de mundo que vale la pena conocer de modo crítico para encontrar algunas posibles claves de lectura y construir otras nuevas.

El énfasis en propiciar un posicionamiento crítico en torno a la relación entre selección de textos y teoría va de la mano con la convicción de que cuanto más conozcamos acerca de los textos y los modos de leerlos, más autonomía tendremos para no quedar atados a recetas, esquemas, criterios fijos, etc., a la hora de elegir.

Escuchemos algunas voces de maestros y profesores que narran en el informe final de su trabajo de campo qué decisiones fueron tomando y cómo reflexionaron en torno a la selección de los textos que propusieron en sus prácticas.

“Ya había llegado el momento de compartir el tercer encuentro, esta vez no tenía tantas dudas con respecto a qué libro llevar, porque tenía planificado llevar tres opciones de libros-álbumes para que en esta oportunidad los niños tuvieran que enfrentar democráticamente la elección. Así que el problema era qué libro no llevar. Para que el resultado no fuese 'catastrófico' para mí, elegí libros que conocía muy bien por haberlos trabajado y también por habérselos leído a otros niños de Nivel Inicial y por sobre todo haberlos disfrutado en gran manera en cada lectura. Como primer requisito busqué la presencia en cada libro de una estética particular, porque deseaba presentar técnicas plásticas variadas, con diferente relación color, luz y sombra, espacios en blanco, con o sin marco, y además que difieran en su formato, tamaño, distribución del texto en la página, etc. Luego de una ardua contemplación los tres seleccionados fueron a parar a mi cartera.”

En el relato de la docente Andrea Abdala aparece con mucha fuerza la importancia de “conocer muy bien” los textos que se eligen para garantizar autoconfianza a la hora de la práctica y, podemos agregar, la posibilidad de escucha fina de lo que suceda en la puesta en escena de la lectura de esos textos, en la conversación. En sus palabras aparece la relevancia dada a lo estético, en este caso con particular énfasis en los signos plásticos, ya que se trata de libros-álbum, y a la búsqueda de lo singular en cada libro.

Por otra parte es posible ver en sus palabras un tema que suele preocupar a las conciencias de quienes eligen: la democracia en la elección. Como plantea Aidan Chambers en Dime, debido a que “el libro que elijamos contendrá las potencialidades de nuestra conversación —temas a tratar, ideas, lenguaje e imagen, incitadores de la memoria, etcétera— su elección es una actividad de mucho valor. Aquellos que eligen están ejerciendo poder.”

Si ponemos en relación los dichos de Chambers con las preocupaciones de Andrea Abdala podemos reflexionar acerca de cómo posicionarnos ante el poder implícito en todo acto de selección sin caer en actitudes tales como el autoritarismo o la demagogia. Es decir, ni la tendencia de los mediadores o instituciones a arrogarse unilateralmente el control de lo que se elige ni la posición contraria: la decisión de dejar solos a los niños y jóvenes en la elección sin intervención alguna por parte del mediador. Ambas posturas extremas le quitan el cuerpo a la idea de selección como un momento clave en la transmisión dialógica de saberes.Una postura flexible basada en la confianza en lo que los niños y jóvenes son capaces de hacer cuando eligen abre camino para aprender mutuamente sobre las razones que están detrás de toda elección. Estar bien predispuestos a la inclusión de libros elegidos por ellos aunque dudemos sobre su valor es una puerta abierta para discutir sobre libros y ayudarlos a afianzar las argumentaciones sobre sus gustos y saberes.

Fuente: http://www.imaginaria.com.ar/

mo situación de enseñanza

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La conversación literaria coExtracto del texto de la conferencia pronunciada por la Mg. Cecilia Bajour en el marco de la VII Jornada de Reflexión sobre Lectura y Escritura, organizada por Asociación Colombiana de Lectura y Escritura (Asolectura) en la Biblioteca Pública “Virgilio Barco” (Bogotá, Colombia, 17 de agosto de 2010).

En una charla hace unos años con maestros de Bogotá a propósito del rol de la escucha del mediador en situaciones de lectura literaria planteaba que en la selección de textos “se inicia la escucha: allí comienza el oído del mediador a afinarse. La elección de textos potentes, abiertos, desafiantes, que no se queden en la seducción facilista y demagógica, que provoquen preguntas, silencios, imágenes, gestos, rechazos y atracciones, es la antesala de la escucha”.

El momento de selección de los textos siempre supone la puesta en escena de manera más o menos explícita de representaciones, teorías y problemas acerca de la literatura, la lectura y los lectores.

En nuestra experiencia, pensamos en la instancia de la elección como una ocasión formativa y no partimos de “criterios de selección” fijos y previos para desde allí elegir los textos. Muchas veces la idea de “criterio” se confunde con la de “receta”, como si hubiera un conjunto cerrado y único de conceptos o razones para tener en cuenta a la hora de elegir textos literarios.

Diversas experiencias demuestran que la búsqueda de criterios de selección suele obtener como respuesta un esquema o grilla con variables diversas desde las cuales entrar a considerar y elegir los textos. Muchas veces esas entradas desestiman la centralidad de lo estético y se proponen clasificaciones y tipologías que ubican en un segundo plano lo literario y lo artístico, como son las que tienen que ver con la enseñanza de valores, para dar un ejemplo muy conocido de demandas extraliterarias. O que si tienen en cuenta lo literario, rápidamente le encuentran la vuelta para encerrarlo en esquemas que no toleran la incertidumbre, las zonas híbridas, los límites difusos. Ese posicionamiento ante la selección, además de ser reduccionista presupone una mirada sobre la lectura en la que la teoría (más precisamente, unos usos “aplicacionistas” de ella) la precede para condicionarla. Entonces unos criterios predeterminados operan como punto de partida para ver si los textos se adaptan o no a esquemas digeridos de antemano. Los textos literarios, mirados así pierden además su singularidad, su “personalidad propia” que se disuelve en la aplanadora clasificatoria que tiende a homogeneizar todo.

Vale aclarar que la problematización de este uso de la teoría no implica negar su valor para el despliegue de lecturas más interesantes y complejas de los textos. Por el contrario, las teorías son caminos flexibles para entrar en diálogo con la lectura teniendo en cuenta la libertad de los lectores, a su vez dueños de sus propias teorías e hipótesis en el acto de leer. Es decir, las teorías no existen para ser aplicadas sino que constituyen visiones de mundo que vale la pena conocer de modo crítico para encontrar algunas posibles claves de lectura y construir otras nuevas.

El énfasis en propiciar un posicionamiento crítico en torno a la relación entre selección de textos y teoría va de la mano con la convicción de que cuanto más conozcamos acerca de los textos y los modos de leerlos, más autonomía tendremos para no quedar atados a recetas, esquemas, criterios fijos, etc., a la hora de elegir.

Escuchemos algunas voces de maestros y profesores que narran en el informe final de su trabajo de campo qué decisiones fueron tomando y cómo reflexionaron en torno a la selección de los textos que propusieron en sus prácticas.

“Ya había llegado el momento de compartir el tercer encuentro, esta vez no tenía tantas dudas con respecto a qué libro llevar, porque tenía planificado llevar tres opciones de libros-álbumes para que en esta oportunidad los niños tuvieran que enfrentar democráticamente la elección. Así que el problema era qué libro no llevar. Para que el resultado no fuese 'catastrófico' para mí, elegí libros que conocía muy bien por haberlos trabajado y también por habérselos leído a otros niños de Nivel Inicial y por sobre todo haberlos disfrutado en gran manera en cada lectura. Como primer requisito busqué la presencia en cada libro de una estética particular, porque deseaba presentar técnicas plásticas variadas, con diferente relación color, luz y sombra, espacios en blanco, con o sin marco, y además que difieran en su formato, tamaño, distribución del texto en la página, etc. Luego de una ardua contemplación los tres seleccionados fueron a parar a mi cartera.”

En el relato de la docente Andrea Abdala aparece con mucha fuerza la importancia de “conocer muy bien” los textos que se eligen para garantizar autoconfianza a la hora de la práctica y, podemos agregar, la posibilidad de escucha fina de lo que suceda en la puesta en escena de la lectura de esos textos, en la conversación. En sus palabras aparece la relevancia dada a lo estético, en este caso con particular énfasis en los signos plásticos, ya que se trata de libros-álbum, y a la búsqueda de lo singular en cada libro.

Por otra parte es posible ver en sus palabras un tema que suele preocupar a las conciencias de quienes eligen: la democracia en la elección. Como plantea Aidan Chambers en Dime, debido a que “el libro que elijamos contendrá las potencialidades de nuestra conversación —temas a tratar, ideas, lenguaje e imagen, incitadores de la memoria, etcétera— su elección es una actividad de mucho valor. Aquellos que eligen están ejerciendo poder.”

Si ponemos en relación los dichos de Chambers con las preocupaciones de Andrea Abdala podemos reflexionar acerca de cómo posicionarnos ante el poder implícito en todo acto de selección sin caer en actitudes tales como el autoritarismo o la demagogia. Es decir, ni la tendencia de los mediadores o instituciones a arrogarse unilateralmente el control de lo que se elige ni la posición contraria: la decisión de dejar solos a los niños y jóvenes en la elección sin intervención alguna por parte del mediador. Ambas posturas extremas le quitan el cuerpo a la idea de selección como un momento clave en la transmisión dialógica de saberes.Una postura flexible basada en la confianza en lo que los niños y jóvenes son capaces de hacer cuando eligen abre camino para aprender mutuamente sobre las razones que están detrás de toda elección. Estar bien predispuestos a la inclusión de libros elegidos por ellos aunque dudemos sobre su valor es una puerta abierta para discutir sobre libros y ayudarlos a afianzar las argumentaciones sobre sus gustos y saberes.

Fuente: http://www.imaginaria.com.ar/

mo situación de enseñanza

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Premio Literario Casa de las Américas 2012

La Casa de las Américas convoca para el año 2012 a la 53° edición de su Premio Literario. En esta ocasión podrán concursar obras inéditas en los siguientes géneros y categorías: a) Teatro, b) Literatura para niños y jóvenes, c) Premio de estudios sobre latinos en los Estados Unidos y d) Premio Extraordinario de estudios sobre la presencia negra en la América

contemporánea. Además, se convoca a la literatura brasileña (con libros de no ficción escritos en portugués y publicados en esa lengua durante el bienio 2010-2011) y a la literatura caribeña en francés o creol (con libros publicados durante el período 2008-2011).

Los autores concursantes en teatro, literatura para niños y jóvenes, Premio de estudios sobre latinos en los Estados Unidos y Premio Extraordinario deberán regirse por las bases que se explicitan más abajo.

En el caso específico de literatura para niños y jóvenes solo podrán participar autores latinoamericanos, naturales o naturalizados, con obras inéditas, mecanografiadas a dos espacios y foliados, que no excedan de las quinientas (500) páginas. Se otorgará un premio único e indivisible por cada género o categoría, que consistirá en 3000 dólares (o su equivalente en la moneda nacional que corresponda), y la publicación de la obra por la Casa de las Américas. El plazo de presentación finaliza el 31 de octubre de 2011.

Las bases también se encuentran publicadas en la página web de Casa de las Américas:http://www.casadelasamericas.com/premios/literario/convocatoria.php

Fuente: http://www.imaginaria.com.ar/

Cuba

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El vinculo de la lectura

Hay que desarrollar actividades para vincular la lectura en la realidad, para mostrarla en relación a la vida y cotejarla con el mundo circundante.

En tal sentido son recomendables los paseos en relación a la lectura: ir al río, al campo, al bosque, a la playa para leer signos y escribir historias.

Porque, preguntamos: Cuál de las siguientes propuestas será más convincente en relación a la lectura y entusiasmará más al niño y le dejará una enseñanza imborrable para, a partir de ello, implementarla en el hogar o en el aula:

– ¿Vamos a conocer los animales del bosque?, o– ¿Vamos al bosque a conocer los animales?

Indudablemente, la que no solo interesará sino que ha de inquietar y hasta apasionar al niño será la segunda opción porque nos vincula al mundo libre interno y externo. Mahatma Ghandi, ante la mota de algodón en flor, en los campos de la India, enseñaba todo, tanto ciencias naturales, química, ciencias físicas, consideraciones acerca del medio ambiente o historia de la comunidad.

Y animaba a leer sobre dichas realidades, vistas y palpadas. Vinculaba los libros a aquellos elementos de la realidad que rodeaban a los niños que enseñaba.

En el Perú, el maestro Nicanor Rivera Cáceres hacía lo mismo: rompía todos los esquemas, abolía todos los horarios, superaba todas las normas y no se reducía a abrir su libro y dictar la lección de una manera inerte, encerrada, desconectado del mundo circundante.

Él llevaba a sus niños al campo, les hacía portar sus cometas y sus juguetes para compartir y aprender alrededor suyo, confrontados con el juego y la vida misma, en esta aventura que es la existencia. Y también les narraba cuentos que luego invitaba a leerlos en los libros.

De allí que hay que establecer el vínculo de la lectura con la vida, la calle, la plaza, la realidad y la libertad del niño para construir por sí mismo su orientación y su atalaya en la vida.

Fuente: http://i-elanor.typepad.com/casadelarbol/actividades_para_fomentar_la_lectura/

Danilo Sánchez LihonFragmento extraído de: Plan Lector Principios y fundamentos

con el mundo exterior

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23 de setiembre:

Si bien la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en 1999 el día 12 de Agosto como día internacional de la juventud, en el Perú se celebra este día el 23 de Setiembre, fecha en la que se da inicio a la primavera.Cada 23 de septiembre se celebra en nuestro país el inicio de la primavera, de la amistad y de la juventud. El día de la primavera simboliza la renovación de la naturaleza y la creatividad del espíritu humano.Todos los 23 de septiembre la juventud es la protagonista, pues en el desarrollo del ser humano la juventud es la edad que equivale a la primavera de la vida, los jóvenes de edad y espíritu despiertan a la vida llenos de energía, de proyectos y de optimismo.Esta es una fecha dedicada a resaltar los valores de la juventud, sus

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23 de setiembre:

Si bien la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en 1999 el día 12 de Agosto como día internacional de la juventud, en el Perú se celebra este día el 23 de Setiembre, fecha en la que se da inicio a la primavera.Cada 23 de septiembre se celebra en nuestro país el inicio de la primavera, de la amistad y de la juventud. El día de la primavera simboliza la renovación de la naturaleza y la creatividad del espíritu humano.Todos los 23 de septiembre la juventud es la protagonista, pues en el desarrollo del ser humano la juventud es la edad que equivale a la primavera de la vida, los jóvenes de edad y espíritu despiertan a la vida llenos de energía, de proyectos y de optimismo.Esta es una fecha dedicada a resaltar los valores de la juventud, sus

Día de la Juventud

Fuente: http://www.tudocente.com/23-de-setiembre-dia-de-la-juventud/

aspiraciones y su futuro inmediato.También se ve a la primavera como la estación más enamoradiza del año. El amor y la amistad son dos palabras que siempre se tienen presentes en los discursos ofrecidos por los colegios y demás instituciones los 23 de septiembre.Los jóvenes están dispuestos a darse a sí mismos por un ideal. Son positivos y altruistas.Rubén Darío el gran poeta nicaragüense, al referirse a ellos decía, en unos sus poemas, que la juventud. Era un “divino tesoro”Los jóvenes, por eso, para realizar todos sus anhelos deben estudiar para

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Esta actividad consiste en crear un espacio en casa donde puedas pasar un momento acogedor y divertido leyendo con tus hijos pequeños..

Que se necesita:..

El lugar: Lo primero que necesitarás es buscar un sitio de la casa donde instalar un asiento confortable y algunos libros. Lo más importante es que esté lejos de la televisión y ruidos que puedan distraer.

Los libros: Un estante pequeño, un baúl, cajas forradas y decoradas o canastas pueden servir para guardar los libros favoritos de tu hijo.

Donde sentarse: El sofá favorito de la sala, varias almohadas o cojines apilados, un saco de dormir para acampar o una colchoneta son lo suficientemente cómodos y mullidos para disfrutar de una buena lectura “juntos”.

Grabadora: Un pequeño equipo de música, grabadora o cd player puede servir para escuchar cuentos, cantar canciones o grabar sus propios cuentos y escucharlos cada tarde.

La caja mágica: Una caja de zapatos llena de papel, colores, crayolas o plumones, stickers o recortes de revistas, puede servir para dibujar a los personajes de los cuentos, crear y escribir historias y hasta crear sus propios libros. .

Edades: Ideal para niños de 0 a 5 años

Fuente: http://i-elanor.typepad.com/casadelarbol/2008/08/un-rincn-mgico.html

Un rincón mágico para leer juntos

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ACTIVIDADES DE ANIMACIÓN A LA LECTURA

Fuente: http://www.educarecuador.ec/_upload/Animacion...pdf

Semana del cómic (Exposición y trabajos relacionados con el cómic):

Exposición de cómics?Visualización de películas relacionadas con personajes de cómic.

?Elaboración de dibujos de gran tamaño de los personajes más populares que el mundo del cómic ha producido.

?Trabajos concretos de creación de historietas.

?Realización de algún muñeco, a tamaño natural, que represente a uno o varios personajes.

?Diversos trabajos realizados en clase.

Cuando la biblioteca se disfraza de quiosco (Exposición de periódicos; su aprovechamiento pedagógico) ?Exposición de periódicos internacionales, nacionales, regionales y locales. Realización de mapas

murales: ?mapa mundi, mapa de España, mapa de la comunidad autónoma y localización de los países, provincias

o ciudades y localidades de las que se exponen ejemplares?Exposición de varios periódicos de un mismo día. ?Paneles con los elementos de una noticia. ?Dossier para el profesorado?Trabajos diversos sobre prensa realizados en clase.

¡Cuidado, la poesía anda suelta! (Homenaje a diversos poetas)? Exposición y realización de poemas.? Murales con referencias de prensa. ?Exposición de libros. ? Audición de poemas suyos musicados por distintos cantautores. ?Elaboración de separadores de lectura conmemorativos.

Un libro, un viaje (Cuando alguien lee un libro, realiza un viaje con la imaginación. Aprovechando ese día, hacemos esta actividad)

Crear tres países imaginarios: Naturilandia, Librolandia y Fantasilandia en diferentes lugares del colegio, de forma que haya que trasladarse de uno al otro. Países imaginarios que se anuncian con una pancarta y que tienen una amplia exposición de libros para hojear y leer.

Elaboración de un pasaporte para viajar por ellos, que será sellado convenientemente.

Pensar en una actividad que los niños y niñas deberán hacer en cada “país” para que los responsables les visen el pasaporte: colorear una portada de un libro, aportar una fotografía o una noticia de prensa relacionada con la naturaleza, escribir una opinión tras la lectura de un libro, fragmento, poema...

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Carnaval de la Lectura2011

Es producido por la AsociaciónEducarte con el auspicio del Goethe-Institut.

Agradecemos su colaboración por los artículos remitidos. Pueden enviar sus contribuciones a la

dirección: [email protected]

Educ arte