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Foto: Roberto Burgos DOMINGO 28 de SEPTIEMBRE de 2014 / Núm. 183 Editor: Rael Salvador Diseño: Arturo Corpus [email protected] Ni libro, ni árbol, ni hijo, recopilación de Herandy Rojas

Ni libro, ni árbol, ni hijo, recopilación de Herandy Rojas

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Page 1: Ni libro, ni árbol, ni hijo, recopilación de Herandy Rojas

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DOMINGO 28 de SEPTIEMBRE de 2014 / Núm. 183Editor: Rael Salvador • Diseño: Arturo Corpus • [email protected]

Ni libro, ni árbol, ni hijo,recopilación de Herandy Rojas

Page 2: Ni libro, ni árbol, ni hijo, recopilación de Herandy Rojas

2 DOMINGO 28 de SEPTIEMBRE de 2014

No. 183/ 28 de septiembre/ 2014

Suplemento Cultural de

Dirección GeneralJorge Camargo

Director EditorialAriel Montoya

EditorRael Salvador

Editor de FotografíaJorge Calderón

Críticos / Colaboradores Héctor García Mejía, Marcela Danemann, Ruth Gámez, Arnulfo Estrada, Federico Campbell (†), Olga Aragón, Javier Cruz, Jorge L. Osiris Fernández, Gerardo Sánchez, Montserrat Buendía, Sergio Gómez Montero, Elia Cárdenas, Jesús López Gorosave, Patrick Liotta, Paúl Nazar, Renata Sández Oseguera, Lauro Acevedo, Benjamín Pacheco, Heberto J. Peterson L., Iliana Hernández P., María Eugenia Bonifaz de Novelo, Enrique A. Velasco Santana, Mélida Ojeda López, Kepa Murua, Dr. David Rodríguez de la Peña, Ana M. Mora, Herandy Rojas, Alina I. Gallardo, Ramiro Padilla, Daniel Salinas, Óscar Ángeles Reyes, Gerardo Ortega, Aldo Calderoni Etcheverri, Elba Jordán S., Gabriel Ríos C., Diana Venegas, Fernando Macillas T., Jaime E. Delfín V., Manuel Quintero, Eduardo Cruz Vázquez.

Corresponsal en FranciaCony Singüenza

Corresponsal en ItaliaFerdinando Scianna

Corresponsal en ChileRamón Ángel Acevedo, “Rakar”

FotografíaEnrique Botello

Correo electrónico [email protected]@elvigia.net

Teléfonos para publicidad120.55.55, ext. 1023Ensenada, B.C. México.

Por Gerardo Sánchez G.

EL ROSTRO Y EL ALMA (De-bate, 2014), el reciente libró de ensayos de Francisco González Crussi explora con feroz racio-nalidad y erudición los intentos de uno de los anhelos y sueños comunes de distintas socieda-des e individuos: conocer la personalidad de alguien sola-mente por su rostro y cuerpo.

Sazonado con fi no humor, González Crussi recorre los esfuerzos de quienes a lo largo de la historia pretendieron, no únicamente lograr esa lectura del espíritu individual y espe-cífi co del ser humano por los rasgos facial y corporal, sino establecer un método infalible y certero para hacerlo.

Siete ensayos –todos buenos–, sin embargo, es el primero el más inquietante.

Se trata de una refl exión sobre la belleza y fealdad humana.

Asociar bon-dad y belleza, fealdad con mal-dad, prejuicios y equívocos histó-ricos, presentes y futuros, que han generado injusticias colec-tivas e individua-les, desde Bety la fea, pasando por Quasimodo y el francés Pelisson, a quien sus amigos acusaron de abusar del derecho de los hom-bres de ser feos.

Está también el prejuicio anta-gónico, beldad/maldad, bondad/fealdad.

La bella mujer fatal, la madrastra de Blancanieves, que quiere, in-cluso a costa del asesinato, seguir siendo la más hermosa.

O Helena, la de Troya, cuya hermosura causó una guerra, o la historia de fulano o perengano, del primo, del amigo que perdió todo por una mala y guapísima mujer.

O casos similares de hombres cuya guapura está en discordan-

cia total de la nobleza o buenas intenciones de su pensar y actuar. O el feísimo exteriormente, de

actuar noble y bondadoso.

Un tema en el que el juicio y el prejuicio brota pronto y genero-so en cada uno de nosotros.

En los años se-senta, el compo-sitor jalisciense Nicolás García

Curiel escribió su canción más fa-mosa: “Que se mueran los feos”.

Pegajosa en su letra, bailable en su ritmo, clasifi ca y condena, culpa y sentencia, ¿pero quiénes son los feos y las feas? ¿Usted?, ¿yo? ¿Aquellos o aquellas qué no nos caen bien a simple vista? ¿Los desagradables por fuera?, ¿los des-preciables por dentro?

Descifrar un rostro, concluye González Crussi, es desencriptar todos los demás, es develar ese espacio sagrado que es la faz y el alma humana.

[email protected]

GATUPERIOQUE SE MUERAN LOS FEOS...

GATUPERIOQUE SE MUERAN LOS FEOS...

“Pelisson, a quien sus amigos

acusaron de abusar del derecho de los

hombres de ser feos”

Por Iliana Hernández Partida

¿C ómo llegaste a este es-quina del mundo? No

hay respuesta que encaje. Te fuiste despojando de azules, chalecos estelares, una manta

de la infancia que te ha-cía sonrojar, los zapatos raídos, una c a m i s e t a casi transpa-rente que te mostraba sin

telarañas. ¿Cómo llegaste a este ros-

tro que te esconde del que imaginaste ser?, ni tus manos pertenecen a ese mago que fuiste de niño, eres astronauta marchito que ve incansable-mente esta Luna a miles de pasos-distancia del deseo.

A veces te recuestas sobre la aridez, sin sacudirte el polvo lunar del rostro. Amas dema-siado. Esperas, convocando astros extintos, la señal tras la nebulosa que no llega.

Soportas sin contar los días en que no amaneces.

Se te conoce poca tolerancia a los discursos vacíos con que los vecinos arman los días, si hay alguien que domine el ar-te de flotar entre la insensatez, ese eres tú. No te alimentan las

insistentes filosofías de la re-dención, has decidido creer en cuanto dios muestre amor por las bestias de carga, los perros que siempre le estorban al que no sabe observar hacia afuera. Lloras al recordar las tardes en que tus padres te llevaban al circo y el olor del excremento y los ojos negros de las jirafas te señalaban con tristeza.

Has crecido para añorar cuer-pos celestes, exoplanetas de la desilusión.

Eres el primer hombre que se ha enamorado en este plane-ta, el único que se ha quedado desolado viendo partir el amor fuera de los confines de este mundo.

Tienes derecho de proclamar también tu abandono, caminar entre cráteres y sentarte al la-do de tu bandera del exilio, a contratiempo, imaginando un cometa ardoroso o una lluvia de estrellas que te sepulte en un sueño relativo sin tiempo ni espacio, un punto en la oscuri-dad que se pierde sin haberse encontrado.

[email protected]

ASTRO-AÑORAR¿Cómo llegaste a este rostro que te esconde del que imaginaste ser?

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Page 3: Ni libro, ni árbol, ni hijo, recopilación de Herandy Rojas

3DOMINGO 28 de SEPTIEMBRE de 2014

ALEATORIEDADES

INDIO BORRADO

Por Daniel Salinas Basave

EL SOL DE MONTERREY, jura Al-fonso Reyes, sigue a los niños saltando de patio en patio y revolcándose en cada alcoba. “A mí el sol me desvestía, para pegarse conmigo, despeinado y dulce, claro y amarillo, ese sol con sueño que sigue a los niños”, escribió el hijo del ge-neral Bernardo.

Imposible no evocar ese poema cuando se lee Indio borrado (TusQuets, 2014) la más reciente novela de Luis Felipe Lome-lí, pues sus páginas están pobladas por esos niños perseguidos y castigados por lí, pues sus páginas están pobladas por esos niños perseguidos y castigados por lí, pues sus páginas están pobladas por

el canijo sol regio. esos niños perseguidos y castigados por el canijo sol regio. esos niños perseguidos y castigados por

Niños que, sin duda, nacieron a me-el canijo sol regio.

Niños que, sin duda, nacieron a me-el canijo sol regio.

diados de los años 90, al mismo tiempo se estrenaba la nueva Avenida Alfonso Re-yes, colina de pavi-mento que serpentea de la Avenida Euge-nio Garza Sada a Las de la Avenida Euge-nio Garza Sada a Las de la Avenida Euge-

Torres, surcando un cerro salvaje poblado por historias donde sobra sudor y sangre adolescente.

Junto a las clase-medieras Altavista y Más Palomas, brotaron como una erupción los barrios bravos del sur de Monterrey: la Sierra Ventana, la Campana y la emblemática Re-volución Proletaria, donde el cambio de milenio signifi có sustituir el picahielo y la navaja por el arma de alto poder.

El Güero, personaje principal de la na-rración, debe haber nacido en los años en que se estrenó esa avenida que sustituyó al Antiguo Camino a Villa de Santiago como ruta de acceso a la falda del cerro. Años en que la más extrema violencia se iba incubando, mientras la ciudad se re-godeaba en sus delirios primermundistas y los futuros capos diluían su infancia en la hostilidad de los cruceros de la Avenida Garza Sada.

Lomelí es seco, machacón e incisivo como los regios calores de agosto.

El ritmo y el lenguaje de Indio borrado

no ofrecen treguas ni concesiones. El Güero, un quinceañero del barrio Re-volución Proletaria, encarna la tragedia generacional de quienes llegaron a la pubertad en los tiempos del Casino Royale. En el personaje habitan las contradicciones y paradojas de una era cruel: por una parte, tiene las fantasías de cualquier púber y sueña con el día en que por designio divino del número 21 en el boleto del camión pueda besar a Lina, la musa con ojos de gato, pero al mismo tiempo planea el exterminio de una banda rival con arma de fuego. En el terreno de las apuestas, es más facti-ble que el quinceañero se estrene como sicario antes de dar su primer beso.

El Güero desea a Lina, mientras corre entre las azoteas en un

entorno hostil donde es preciso matar para seguir vivo mientras huele la cercanía de un padre cruel e in-cestuoso y escucha los relatos del tío Absalón, que lo remontan a se-rranías prehistóricas pobladas por cazado-res nómadas.

Por momentos, la transformación casi licantrópica del per-sonaje nos remonta a otra gran novela regia: sonaje nos remonta a otra gran novela regia: sonaje nos remonta a

El enrabiadootra gran novela regia: El enrabiadootra gran novela regia:

, de Felipe otra gran novela regia:

, de Felipe otra gran novela regia:

Montes, a quien Lomelí hace un pequeño guiño mientras la pandilla hace un pequeño guiño mientras la pandilla hace un pequeño guiño

roba una vivienda en Más Palomas.

Novela de esencia veraniega, que se lee en una sola tarde de calor; Indio borrado marca el cruce de un umbral en la carrera de Lomelí.

Tras el entorno peninsular de Todos Santos de California, el juvenil trota-mundismo sudaca de Ella, sigue de viaje y la colombianísima vibra de Cuaderno de fl ores, Luis Felipe entrega su historia más ruda y contundente.

El indio que se borra sufre una meta-morfosis, tan cruel y desgarradora como la metamorfosis de una ciudad y su gente que nunca volverán a ser las mismas.

[email protected]

EN EL PAREDÓNLA LEY (I DE II)

Por Eduardo Cruz Vázquez

¿LE GUSTA LEER EN VIVO y en directo los artículos de una ley?

Dirán que es cosa de abogados y licenciados afi nes. Pero no. Al menos para los promoto-res, gestores y emprendedores culturales es una obligación. Su papel mediador les impone estar al día de lo que sucede en el sector cultural y transmitirlo en sus ámbitos de acción. Es una noble tarea en virtud de que a muchos músi-cos, bailarines o videoastas, entre otros traba-jadores de la cultura, les da pereza la literatura legaloide.

Diré que incluso a no pocos académicos dedi-cados al campo de lo cultural no les conmueve el formato de una ley. Y si se emocionan, queda su sentimiento reducido a los alumnos, es de-cir, no lo comunican más allá del aula. Si tanto le hemos puesto empeño, vayamos a las letras de la iniciativa de Ley General para el Acceso, Fomento y Disfrute de la Cultura. El añorado documento para reglamentar las reformas de 2009 al artículo 4o Constitu-cional. Celebro se concrete a 16 días de la propuesta de reforma cultural enarbolada por el GRECU de la UAM Xochimilco.

Recordarán que en este paredón hemos dado cuenta del proceso que al fi n, este miércoles 23 de septiembre, tuvo lugar en el Senado de la República. El texto lo pueden consultar en http://www.senado.gob.mx/sgsp/gaceta/62/3/2014-09-23-1/assets/documentos/gaceta1.pdf

Viene el la página 111.En esta y posterior entrega

les diré cuáles son los conte-nidos que me parecen más relevantes, para que con esta orientación, uste-des lean con mayor amplitud la Ley General.

Arranquemos con el Capítulo I, el de las Dis-posiciones Generales. El Artículo 11 expresa que “La política cultural a cargo de las insti-tuciones gubernamentales tiene los siguientes objetivos” y nos remitimos a dos fracciones: “V. Escuchar y atender la opinión de artistas, intelectuales y productores de arte y cultura de reconocida trayectoria en la asignación de recursos para la creación artística”, y la XVIII, “Promover la creación de nuevas empresas cul-turales y creativas, y apoyar la permanencia y

desarrollo de las existentes”.¿Atender a los de reconocida trayectoria para

repartir los fondos públicos? ¿Alguien puede decirme cómo entender esto?

En contraste (es una iniciativa de claroscuros, supongo no quedaba de otra...) celebro ¡grito! ¡festejo! que nos hayan hecho caso: incluir el es-tímulo a la economía cultural y a las empresas culturales. No digo que sea una victoria, pero

resulta trascendente que en la ley quede lo que son: empre-sas culturales y no industrias creativas o industrias cultu-rales, como a tantos les gusta para engalanar su negocio o práctica comercial.

Finalmente unos olvidos bastante graves. Por las pri-sas, seguro. En el Artículo 19 se lee: “Las dependencias, entidades y órganos públicos federales con intervención en el cumplimiento de la pre-sente ley son”, y condenso: las secretarías de Educación Pública, Desarrollo Social, Gobernación y Turismo. ¿Y la de Relaciones Exteriores y la de Economía?

El otro olvido viene ense-guida, al nombrar al Conaculta, al Fondo de Cultura Económica, al INAH, el INBAL y el IMCINE. El decreto de creación del Conaculta establece que es el órgano coordinador de las dependencias del subsector de Cultura y Arte de la SEP. Según el Programa Especial (PECA) incluso son más instituciones bajo su mando. ¿Ley con decreto vigente? ¿Eso es posible? ¿Problema de redacción? Por cierto, también se incluye al Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, sectorizado en la SEP. Seguiremos.

[email protected]

“Escuchar y atender la opinión

de artistas, intelectuales y productores de arte y cultura de reconocida trayectoria en

la asignación de recursos para la

creación artística”

Rafael Tovar y de Teresa, titular del Conaculta, y el presidente Enrique Peña Nieto.

se estrenaba la nueva Avenida Alfonso Re-yes, colina de pavi-mento que serpentea de la Avenida Euge-

entre las azoteas en un

transformación casi licantrópica del per-sonaje nos remonta a otra gran novela regia: sonaje nos remonta a otra gran novela regia: sonaje nos remonta a

El enrabiadootra gran novela regia: El enrabiadootra gran novela regia:

Montes, a quien Lomelí hace un pequeño guiño mientras la pandilla hace un pequeño guiño mientras la pandilla hace un pequeño guiño

roba una vivienda en

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4 DOMINGO 28 de SEPTIEMBRE de 2014 5DOMINGO 28 de SEPTIEMBRE de 2014

Por Sergio Gómez Montero*

U no de los géneros emergentes den-tro de la literatura

es el periodismo, aunque sus orígenes sean remotos.

La imprenta de Gutenberg es sus orígenes sean remotos.

La imprenta de Gutenberg es sus orígenes sean remotos.

el germen del género, puesLa imprenta de Gutenberg es

el germen del género, puesLa imprenta de Gutenberg es

las gacetas que se comienzan a producir con el germen del género, pues

las gacetas que se comienzan a producir con el germen del género, pues

ella fueron sustituyendo a los pregoneros que, las gacetas que se comienzan a producir con

ella fueron sustituyendo a los pregoneros que, las gacetas que se comienzan a producir con

en la Edad Media, difundían las noticias que ella fueron sustituyendo a los pregoneros que, en la Edad Media, difundían las noticias que ella fueron sustituyendo a los pregoneros que,

nocer. Pero no es sino a fi nes del XIX cuando el periodismo adquiere un lugar primordial en el ámbito de la masifi cación comunicativa y el lenguaje que surge de él se torna veloci-dad, perentoriedad y agotamiento, aunque, y el lenguaje que surge de él se torna veloci-dad, perentoriedad y agotamiento, aunque, y el lenguaje que surge de él se torna veloci-

también, ello es precisamente lo que le otorga dad, perentoriedad y agotamiento, aunque, también, ello es precisamente lo que le otorga dad, perentoriedad y agotamiento, aunque,

singularidad. Así, desde entonces, el lenguaje también, ello es precisamente lo que le otorga singularidad. Así, desde entonces, el lenguaje también, ello es precisamente lo que le otorga

periodístico adquiere carta de arraigo en las singularidad. Así, desde entonces, el lenguaje periodístico adquiere carta de arraigo en las singularidad. Así, desde entonces, el lenguaje

sociedades contemporáneas.periodístico adquiere carta de arraigo en las sociedades contemporáneas.periodístico adquiere carta de arraigo en las

Paulatinamente ese lenguaje se diversifi ca en la medida en que sus funciones se multiplican

Paulatinamente ese lenguaje se diversifi ca en la medida en que sus funciones se multiplican

Paulatinamente ese lenguaje se diversifi ca en

y de ser un lenguaje generalizado (un lengua-je informativo) pasa él a ser diverso según el y de ser un lenguaje generalizado (un lengua-je informativo) pasa él a ser diverso según el y de ser un lenguaje generalizado (un lengua-

hoy peligro, lamentablemente, de desaparecer. Pero se mantiene y eso es muy bueno.

Es bueno, como en el caso de este libro que recoge los textos de la joven sonorense Herandy Rojas, quien profesionalmente se ha formado entre nosotros, aquí en Ensenada, tanto como universitaria como ya excelente periodista, reconocida no sólo a nivel local, sino también nacional, y eso quiere decir que sus textos tienen una calidad sobresaliente.

Pero, ¿cómo es que estos textos han sido es-critos? Quienes conocemos personalmente a esta escritora, reconocemos que la formación de ella como narradora no parte del perio-dismo. Que antes de ello, Herandy comenzó escribiendo otro tipo de textos (poesía, rela-dismo. Que antes de ello, Herandy comenzó escribiendo otro tipo de textos (poesía, rela-dismo. Que antes de ello, Herandy comenzó

tos breves) y de allí saltó al periodismo en el afán de darse a conocer como escritora más tos breves) y de allí saltó al periodismo en el afán de darse a conocer como escritora más tos breves) y de allí saltó al periodismo en el

ampliamente. Fue así como, en aumento cada vez, se comprometió con ello intensa, profun-damente, llegando hoy a escribir textos que rozan indistintamente diferentes campos: la damente, llegando hoy a escribir textos que rozan indistintamente diferentes campos: la damente, llegando hoy a escribir textos que

literatura, la educación, el arte en general, la fi losofía o la psicología, refl ejando que literatura, la educación, el arte en general, la fi losofía o la psicología, refl ejando que literatura, la educación, el arte en general,

su formación integral se está consolidando la fi losofía o la psicología, refl ejando que su formación integral se está consolidando la fi losofía o la psicología, refl ejando que

cada vez más, porque ve con mayor rigor su formación integral se está consolidando cada vez más, porque ve con mayor rigor su formación integral se está consolidando

la vida cotidiana. En ella, pues, han venido cada vez más, porque ve con mayor rigor la vida cotidiana. En ella, pues, han venido cada vez más, porque ve con mayor rigor

madurando de manera paralela el ofi cio de escribir, la capacidad de lectura y la visión

del mundo, lo que conduce a provocar escribir, la capacidad de lectura y la visión

del mundo, lo que conduce a provocar escribir, la capacidad de lectura y la visión

una maduración sólida e integral.Con estos textos de Herandy

una maduración sólida e integral.Con estos textos de Herandy

una maduración sólida e integral.

uno, lector, puede reconocer Con estos textos de Herandy uno, lector, puede reconocer Con estos textos de Herandy

con facilidad algo que muchas veces el periodismo no alcanza:

con facilidad algo que muchas veces el periodismo no alcanza:

con facilidad algo que muchas

hacer de la escritura un ejercicio de rigor y disciplina, que tiene también ras-

hacer de la escritura un ejercicio de rigor y disciplina, que tiene también ras-

hacer de la escritura un ejercicio de

gos de calidad indeleble. Pero no sólo eso. rigor y disciplina, que tiene también ras-

gos de calidad indeleble. Pero no sólo eso. rigor y disciplina, que tiene también ras-

Las notas de este libro invitan de continuo a gos de calidad indeleble. Pero no sólo eso.

Las notas de este libro invitan de continuo a gos de calidad indeleble. Pero no sólo eso.

la refl exión, mostrándonos que la vida coti-diana no es precisamente fácil, sino que ella, vista a través de los ojos de Khalo, Rothen-

berg, Jodorowsky o de Henry Miller contiene la tragedia que Aristóteles decía era la mar-ca de casa de los humanos, aunque también comentaba que esa vida no carecía de ironía o de comedia, como en Lilus Kikus nos lo hace ver Elena Poniatowska y lo aprendemos también en el texto que Herandy escribe al respecto. Mas ésa no es la única lección de este libro. En él uno también aprende, a través de las reseñas de los libros de otros autores, que la lectura es una verdadera caja de Pan-dora de donde surgen, siempre, lecciones de vida invaluables que nos hacen ver que ella, la lectura, aunque Peter Sloterdijk se niegue a reconocerlo, es el ejercicio que mejor con-tribuye hoy a hacer del ser humano un ser pensante, refl exivo, cuya capacidad de comu-nicación es sorprendente. Leer, pues, es vivir la trascendencia que tanto llegaba a festejar José Saramago.

Uno puede, en las páginas de este libro, encontrar muchos párrafos aleccionadores. Pero no me puedo resistir a transcribir el

NI LIBRO, NI ÁRBOL, NI HIJO,RECOPILACIÓN DE HERANDY ROJAS

Con estos textos de Herandy el lector puede reconocer con facilidad

algo que muchas veces el periodismo no alcanza: hacer de la escritura un

ejercicio de rigor y disciplina, que tiene

también rasgos de calidad indeleble

en la Edad Media, difundían las noticias que al poder monárquico le interesaba dar a co-

je informativo) pasa él a ser diverso según el campo que le toque cubrir: noticias, política, je informativo) pasa él a ser diverso según el campo que le toque cubrir: noticias, política, je informativo) pasa él a ser diverso según el

vida cotidiana, deportes, etcétera. Lo cultural es uno de los últimos campos en incor-

porarse al periodismo y él corre

esta escritora, reconocemos que la formación de ella como narradora no parte del perio-dismo. Que antes de ello, Herandy comenzó escribiendo otro tipo de textos (poesía, rela-dismo. Que antes de ello, Herandy comenzó escribiendo otro tipo de textos (poesía, rela-dismo. Que antes de ello, Herandy comenzó

tos breves) y de allí saltó al periodismo en el afán de darse a conocer como escritora más tos breves) y de allí saltó al periodismo en el afán de darse a conocer como escritora más tos breves) y de allí saltó al periodismo en el

ampliamente. Fue así como, en aumento cada vez, se comprometió con ello intensa, profun-damente, llegando hoy a escribir textos que rozan indistintamente diferentes campos: la damente, llegando hoy a escribir textos que rozan indistintamente diferentes campos: la damente, llegando hoy a escribir textos que

literatura, la educación, el arte en general, la fi losofía o la psicología, refl ejando que literatura, la educación, el arte en general, la fi losofía o la psicología, refl ejando que literatura, la educación, el arte en general,

su formación integral se está consolidando la fi losofía o la psicología, refl ejando que su formación integral se está consolidando la fi losofía o la psicología, refl ejando que

cada vez más, porque ve con mayor rigor su formación integral se está consolidando cada vez más, porque ve con mayor rigor su formación integral se está consolidando

la vida cotidiana. En ella, pues, han venido cada vez más, porque ve con mayor rigor la vida cotidiana. En ella, pues, han venido cada vez más, porque ve con mayor rigor

madurando de manera paralela el ofi cio de escribir, la capacidad de lectura y la visión

del mundo, lo que conduce a provocar escribir, la capacidad de lectura y la visión

del mundo, lo que conduce a provocar escribir, la capacidad de lectura y la visión

una maduración sólida e integral.Con estos textos de Herandy

una maduración sólida e integral.Con estos textos de Herandy

una maduración sólida e integral.

uno, lector, puede reconocer Con estos textos de Herandy uno, lector, puede reconocer Con estos textos de Herandy

con facilidad algo que muchas veces el periodismo no alcanza:

con facilidad algo que muchas veces el periodismo no alcanza:

con facilidad algo que muchas

hacer de la escritura un ejercicio de rigor y disciplina, que tiene también ras-

hacer de la escritura un ejercicio de rigor y disciplina, que tiene también ras-

hacer de la escritura un ejercicio de

gos de calidad indeleble. Pero no sólo eso. rigor y disciplina, que tiene también ras-

gos de calidad indeleble. Pero no sólo eso. rigor y disciplina, que tiene también ras-

Las notas de este libro invitan de continuo a gos de calidad indeleble. Pero no sólo eso.

Las notas de este libro invitan de continuo a gos de calidad indeleble. Pero no sólo eso.

la refl exión, mostrándonos que la vida coti-diana no es precisamente fácil, sino que ella, vista a través de los ojos de Khalo, Rothen-

Page 5: Ni libro, ni árbol, ni hijo, recopilación de Herandy Rojas

4 DOMINGO 28 de SEPTIEMBRE de 2014 5DOMINGO 28 de SEPTIEMBRE de 2014

siguiente, que si bien recupera a Juan Rulfo, recupera también, diversificada, la capacidad lectora de Herandy:

«“Lilus sabía poner orden en el mundo con sólo quedarse quieta, sentada en la escalera espiral de su imaginación, donde sucedían las cosas más asombrosas, mientras con los ojos miraba cómo se formaba el rocío y un gato se mordía la cola o crecía la sonrisa de la primavera”, redactó Rulfo. Estas frases me convencen de lo transpa-rentes y espontáneos que son los sentimientos sinceros».

Esta y otras sorpresas es fácil encontrar en Ni libro, ni árbol, ni hijo. Periodismo, arte y literatura, el extraordinario libro de Herandy Rojas.

[email protected]

*Prólogo de Ni libro, ni árbol, ni hijo. Periodismo, arte y literatura, de Herandy Rojas Gerardo. Ensenada,

B. C., septiembre de 2014. Colección Palabra.

“Este libro que recoge los textos de la joven sonorense

Herandy Rojas, quien profesionalmente se ha formado entre nosotros, aquí en Ensenada, tanto como universitaria como ya excelente periodista,

reconocida no sólo a nivel local, sino también

nacional, y eso quiere decir que sus textos tienen una

calidad sobresaliente”

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La muerte también es universal a las 10:00 a.m. (Imagen de la autora incluída en la edición). Entrevistando al escritor Federico Campbell.

El ensayo de la autora sobre Hélène Cixous toca fibras de un feminismo inspirador.

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Page 6: Ni libro, ni árbol, ni hijo, recopilación de Herandy Rojas

6 DOMINGO 28 de SEPTIEMBRE de 2014

Lugar: México, Distrito Federal.Ocupación: Estudiante de Química en alimentos.

La Foto de la Semana es un reconocimiento que se otorga por el mayor número de votos, avalando el dominio del tema, en el sitio de Facebook Fotografía Diaria.

FOTO DE LA SEMANA: DESFILE Presentación editorial

Rubén Vizcaíno Valencia:Los afanes de un universitario

CARLOS OMAR ROSAS GARCÍA

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Por Enrique A. Velasco Santana

E n el marco de las VI Jornadas Vizcaínas, se llevó a cabo la presentación del libro Rubén Vizcaíno Valencia. Los afanes de

un universitario, realizado en coautoría por el dr. David Piñera Ramírez, historiador y Doctor Honoris Causa por la UABC, a cuya pluma se debe una extensa obra sobre el pasado peninsular y el tema fronterizo; el dr. Gabriel Trujillo Muñoz, poeta y escritor mexicalense, y Mélida Ojeda, colaboradora del maestro Vizcaíno en sus últimos años, quien efectuó la primera etapa de la organización de su archivo y biblioteca personales, acervo que, con el nombre de “Colección Rubén Vizcaí-no”, se encuentra en la biblioteca del Instituto de Investigaciones Históricas de la UABC.En este evento, que tuvo lugar en las insta-laciones del Centro Cultural Tijuana (CECUT), se expuso lo sustancial de un trabajo en el que se abordan la personalidad, el ideario y la obra de Vizcaíno, desde tres perspecti-vas que se complementan magníficamente, y conforman un retrato de este hombre al que no es raro que, quienes lo conocieron, se refieran, seguramente por su impetuosi-dad característica y su pasión por dar forma y fortalecer la identidad local a través del arte y la cultura, como a un personaje de leyenda, alguien a la altura del mito.

La Californidad como leitmotiv En este primer segmento, el dr. Piñera se ocupa de la Californidad, término acuñado por Vizcaíno para referirse a las caracterís-ticas de las gentes de la entidad. Como estudiante de Filosofía en la UNAM en los años cuarenta del siglo pasado, él había sido amigo de quienes originaron la filosofía de lo mexicano y, al llegar a estas tierras a inicios de la década de los cincuenta, se encuentra con que la concepción social, humana, de la gente de la frontera estaba muy influida por la cultura Norteamericana. “¿Desde dónde –se preguntó– reflexionar sobre la cultura e identidad de Baja California? Entender lo bajacaliforniano no sería fácil, por ello ese empeño intelectual se convierte en su cruzada personal. Su leitmotiv”, señala el dr. David Piñeira.

Las múltiples facetasde un intelectual fronterizoEn el segundo segmento del libro, el intelec-tual mexicalense Gabriel Trujillo Muñoz afir-ma: “Don Rubén, aun desaparecido, sigue en-tablando combate por Baja California. Como el Cid Campeador, incluso muerto triunfa en batallas que nuestra entidad necesita ganar:

las del conocimiento integral de lo humano, las de la crítica a los mitos del pasado y a los demonios de la ignorancia, las del arte como enriquecimiento colectivo”.

Un hombre a laaltura de sus quimerasEs el tercer segmento de este interesante trabajo en el que Mélida Ojeda López, a partir de la tierra de origen del protagonista, Comala, Colima, a la que éste describía como “un pueblecito precioso del trópico”, narra su trayectoria existencial: muy niño va a vivir en Perote, Veracruz, con sus familiares; de allí pasarán a Orizaba, para después estable-cerse en el D.F., donde el futuro promotor cultural estudiará en la Escuela Nacional Pre-paratoria, y enseguida en la UNAM, en las carreras de Derecho y de Filosofía, sin llegar a concluirlas, pero participando activamente en los círculos intelectuales que se reunían en el Café de París, en el do Brasil, etc. Pero, convertido en agente de una compa-ñía que vendía calendarios por todo el país y Sudamérica, llega por primera vez a Baja California. Realiza varios viajes a este recién conocido destino decidido por el azar, como le gustaba decir: “A Baja California yo me la saqué en una rifa”. En efecto, la compañía sor-teó varias rutas entre los agentes, tocándole a él en suerte la que incluía nuestro estado. Y así comenzó todo. En 1952 decide esta-blecerse en Mexicali, en donde participa en política y se inicia en el periodismo. A partir de 1959, se incorpora al recién creado diario “El Mexicano” en Tijuana, desde donde es-tablece nexos con historiadores, escritores, poetas, artistas plásticos, dramaturgos, de los entonces cuatro municipios (Ensenada, Tijuana, Tecate y Mexicali), en una labor de impulso y difusión de sus obras que du-rará hasta el fin de sus días; extenderá su campo de acción a la cátedra, y gestando o participando en cuanto proyecto tuviese qué ver con la definición-expresión del ser bajacaliforniano.

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Lic. Mélida Ojeda López y el dr. David Piñera Ramírez, en las VI Jornadas Vizcaínas.

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7DOMINGO 28 de SEPTIEMBRE de 2014

IMAGO

DANTE Y VIRGILIO EN EL INFIERNO*

Por Alex Ruiz Espinosa

EN LO MÁS NEGRO de la tenebra eres postrera agoníaincisivo que en mi tibia yugular se hundeinfecta saliva que mi blandengue humanidad corroecáustico brebaje de los abismos fuego que me circunda como inextinguible tea.

Mi marchito corazón latiendo anuncia la lucha cual tambor batiente final confrontación de nuestras pieles herejes.

Virgilio y Dante azorados observan se compadecen y asquean al mismo tiempo de nuestros constreñidos cuerpos que se torturan mutuamente hasta el maras-mo.

Llameantes fuegos fatuoscadáveres reanimados en tribulación eternablanqueados sepulcros efigies relucientes que ocultan putrefacción y pestilenciaagusanadas viandasfrugal convite en el festín de la muerte.

*Dante y Virgilio en el Infierno es un cuadro del pintor William-Adolphe Bouguereau. El pintor usa un episodio de la Divina comedia de Dante Alighieri, que describe la entrada de Virgilio y el propio poeta en el Octavo círculo del Infierno, donde se encuentran los falsificadores.

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Por Gabriel Ríos Cortés

E lsa Cross había estado en Grecia realizando trabajos académicos. A su regreso me concedió esta en-

trevista, en la que abordamos parte de su obra y obtuve reflexiones de la poeta que ha publicado una veintena de libros, algunos premiados nacional e internacionalmente.

Gabriel Ríos Cortés: ¿Dice usted que es en el Oriente donde ha habido de modo único, la posibili-dad de conjuntar la mística y el erotismo sin conflictos ni rupturas?

Elsa Cross: Ese comen-tario surge, después de ob-

servar y practicar algunas de las corrientes tántricas que existen en tradiciones hin-dúes y budistas

G.R.C.: Usted hace alusión a la cita del Hevajra Tantra que Octavio Paz utilizó como epígrafe de su libro Blanco. “Por la pasión, el mundo queda atado. Por la pa-sión, también se libera”. ¿Qué nos puede decir?

E.C.: Puede relacionarse con la cercanía que he tenido con el pensamiento hindú que tiende a borrar conflictos, para ver en el universo el fruto de un principio único. Visión que permite dejar a un lado duali-dades maniqueas con las que a veces se vive y complican tanto la existencia.

G.R.C.: ¿Le vino a usted de adentro su interés por la espiritualidad de Oriente?

E.C.: Totalmente. No surgió como resul-tado de lecturas, sino de experiencias de meditación, lo que me hizo ir a la India y lo que me llevó después a conocer algunas corrientes de la filosofía hindú. Fue de aden-tro hacia fuera. Es un interés permanente. Para mi es un estímulo constante y aunque no sea ya tema de mis poemas está ahí como una fuerza actuante.

G.R.C.: En el poemario Canto malabar se dice al final del texto: “Mi ser se pierde en ti/ y en la raíz de tu nombre se libera”. ¿La mujer salva a su amado de la muerte en ese sueño que significa una odisea?

E.C.: Este libro lo escribí hace muchos años, precisamente un 2 de octubre, en la India, a partir de la muerte de mi maestro de meditación. Es una fecha conmemora-tiva para mí. Yo estaba en la India cuando ocurrió el deceso. Fue una experiencia muy poderosa, porque se trataba de un ser ilu-minado, con un gran poder espiritual.

Ocurrió en una época en la que pasé dos años en la India y desde que llegué, cinco meses antes de su muerte, todo lo que es-cribía tenía que ver curiosamente con la muerte y no sabía porqué. Había escrito unos versos que quedaron finalmente en

otro poema que decía “Aquí vine a morir entre estos lotos”. Y lo vine a entender cuan-do en su funeral las personas llevaron a su sepulcro una gran cantidad de guirnaldas de lotos en flor.

Realmente el tema del libro, aun con las imágenes amorosas que es una transposi-ción, porque el fondo y el tema es la rela-ción que hubo entre maestro y discípulo. La última vez que miré al maestro en vida, estaba junto a un baniano. Entonces, la es-critura del poema es la experiencia de esa muerte, que puede considerarse la fusión con el todo.

G.R.C.: Escribe usted que una parte de la obra poética y en algunos ensayos de Octavio Paz, hay referencias directas e in-directas al tantra hindú y budista, y tam-bién al taoísmo y al zen. Menciona usted que el tantra es un modo de ver el mundo y de vivirlo.

E.C.: Una vez le pregunté a Octavio Paz si en el momento que había estado en la India había hecho contacto con alguna escuela de meditación o disciplina, y él me contestó: “Mi única disciplina es la poesía”.

G.R.C.: En su libro El vino de las cosas. Ditirambos, persiste un paisaje interno más que externo, como una metáfora del reino imaginario en el que moran los arquetipos en forma de dioses. A Baco no lo vemos, pero lo sentimos. En ese sentido, Grecia nos brinda la oportunidad de corregir nuestras almas por medio de lugares y personas más que por el tiempo.

E.C.: El libro tiene un epígrafe de Tales de Mileto que dice. “Todo está lleno de dioses”, y es un poco lo que traté de rescatar. Esa po-sibilidad de ver los divino en las cosas o de las cosas como divinas, sagradas. Cambia mucho esa perspectiva y es la que tenían las sociedades primitivas, de ver la naturaleza, sobre todo como algo sagrado y de pedir permiso y perdón a un árbol o a una flor antes de cortarlos. Es decir, que había una conciencia ecológica que derivaba de esa visión de la naturaleza como algo sagrado. Es sentirse integrado al mundo natural, ser parte de él, tomar lo que necesito, no explotarlo ni destruirlo.

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CONVERSACIÓN CON ELSA CROSS

AQUÍ VINE A MORIR ENTRE ESTOS LOTOS

«Una vez le pregunté a Octavio Paz si en el momento que había estado en la India

había hecho contacto con alguna escuela de

meditación o disciplina, y él me contestó: “Mi única disciplina es la poesía”» Elsa Coss.

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Page 8: Ni libro, ni árbol, ni hijo, recopilación de Herandy Rojas

DOMINGO 28 de SEPTIEMBRE de 20148

Por Rael Salvador

“En la vida no hay clases para principiantes: enseguida exigen

de uno lo más difícil”. Rainer Maria Rilke.

D ado que los libros son costosos, éstos deben

ser rentables. Ante tal reclamo, lo que

debemos exigir del ritual literario es la alianza con la imaginación y, a través del intelecto, escribir como lo hace esta joven periodista: con elegancia suprema y una loable impresión de lucidez.

Herandy Rojas Gerar-do (Los Mochis, Sinaloa, 1989), escritora en activo del suplemento cultural Palabra (del diario El Vi-gía) y otros medios de Baja California y Sonora, com-piló parte de sus reseñas y críticas sobre periodismo, arte y literatura, publicadas en los 2 últimos años en su columna semanal Ni libro, ni árbol ni hijo y las ofrece, para nuestra conformidad y comodidad, en formato de libro.

En el hoja por hoja, paso y repaso columnas leídas con delicada lógica en la sala de redacción –como su editor– y ante la relectura nutricio-nal, igual que ayer, surge una obsequiosidad extra, fi gurante, complementaria: la palabra, en su distensión iniciática, como puerta abierta a la comprensión de una belleza nueva.

Se apuesta por el juicio y el gusto, y le doy la razón a la autora de Ni libro, ni árbol ni hijo. Periodismo, arte y literatura (Colección Palabra, 2014), porque la belleza nace, sobre todo y

en contra de cualquiera, en el espacio de la disciplina y de la ética.

Hora precisa, donde Ar-thur Rimbaud suelta y no-sotros tomamos; donde el poeta queda y la poesía nos acompaña; donde las opinio-nes no sólo son reacciones, sino fl orecimientos de ima-ginación que surgen de un discernimiento estudiado, cuando el estudio es pasión en su atrevida naturalidad.

Sólo quien atraviesa el es-pejo de la lectura sabe que la poesía engendra sueños que la razón entiende.

Cada uno de los escritos de

Herandy Rojas –La muerte también es universal a las 10:00 a.m., Didáctica de la virtud rebelde o La ética de Hélène en la Cixous femi-nista, etc.– guarda aquello que René Descartes atinaba a vociferar en su juventud primera: “¡Hay en nosotros semillas de verdad, los fi ló-sofos las sacan por la razón, los poetas las arrancan por la imaginación, y entonces lucen con una luminosidad más fuerte aún!”

El lado escrito de la lectu-ra: Artículos (42 de ellos) que Herandy nos regala para aligerar la carga de su

brillantez y riqueza. Ya lo declaraba fervien-

temente Hermann Hesse: “Quien carece de sensibili-dad para el verso (la poesía) es seguro que, a la hora de leer buena prosa, también pasarán por alto los valores y encantos más delicados de la belleza lingüística”.

El libro que nos ofrece He-randy, tan vivo como otros animales en vías de extin-ción, nos dice que lo bello de los escritores salvajes aún está lejos de terminar.

Lejos, en la pelea, pero vulnerable. Sí, ante el par-que temático de la “litera-tura”, entendida ésta como entretenimiento venial y caudillismo presupuestal (escritores que no han demostrado que escriben, ante una sociedad de lecto-res que no han demostrado que leen), sumada a la mi-nusvalía del analfabetismo funcional y otras miopías que la avaricia insensible antepone al intelecto y sus maravillas.

(El intelecto cultivado por la literatura universal es el lenguaje que va más allá que todas las pala-bras, pero que necesita de éstas para comunicar sus hallazgos: ahí la necesidad del libro como apoyo para mover el mundo.)

Mas… ¿cómo ofrecerle existencia social a una co-

lumna de opinión?La respuesta está en la tin-

ta, publicada con entrega y ferviente rigor, que ahora habría que preguntarse: ¿Cómo ofrecerle existencia social a un libro?

En su amplia extensión de enemistad declarada, el lugar común queda fuera: Nietzsche, Chillida, Luis Buñuel, Henry Miller, Eduardo Galeano, Carlos Fuentes, Hélène Cixous, Teixeiro, Roberto Bolaño, Caparrós y muchos de los autores y protagonistas re-visitados –cineastas, escri-tores, poetas, educadores, periodistas, músicos, etc.– dejan la tierra media de lo ya dicho y reencaminan su discurso bajo la protección de una renovada personali-dad que los describe al am-paro de la lealtad, el ideal y la dignidad literaria.

Se respira frescura, gráfi -cos en la brisa; se exhala un singular placer de páginas y memoria.

La reseña se vivifi ca en en-sayo, deja de ser una asigna-tura colegial y se convierte en utilidad insobornable ante el sobrio pesimismo literario de la época.

Decía Octavio Paz que “las revistas culturales son un espejo de la vida lite-raria”, advirtiendo que son también la literatura mis-ma. Y, delectación irreme-diable, por placer y no por deber, este libro resulta hijo del árbol de la palabra: ela-borado con el hilo conduc-tor de una columna sema-nal, una máquina de coser y un paraguas en una mesa de disección.

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A PROPÓSITO DE NI LIBRO, NI ÁRBOL, NI HIJO

EL LADO ESCRITODE LA LECTURA

Artículos que la autora nos regala para aligerar la carga de su riqueza

“Sólo quien atraviesa el espejo de la lectura sabe

que la poesía engendra sueños

que la razón entiende”

NUMERALIA

10 libros de

periodismo activo:

1. Los cínicos no sirven

para este oficio,

de Ryszard Kapuscinski.

2. Nosotros decimos no,

de Eduardo Galeano.

3. Periodismo 2.0,

de Mark Briggs.

4. El estilo del periodista,

de Alex Grijelmo.

5. La prensa sin

Gutenberg, de Jean-François

Fogel y Bruno Patiño.

6. Blanco Móvil,

de Miguel Ángel Bastenier.

7. Los elementos del

periodismo, de Bill Kovach

y Tom Rosenstiel.

8. Entrevista con la

historia, de Oriana Fallaci.

9. Ejercicio periodístico,

de Manuel Buendía.

10. Noticia de un

secuestro,

de Gabriel García Márquez.