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A GIFT OF Ford Foundation TO THE UNIVERSITY OF THE PHILIPPINES LIBRARY

Ninay (Costumbres Filipinas)

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La primera novela filipina, escrita por Pedro Alejandro Paterno

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  • A GIFT OF

    Ford Foundation T O T H E

    UNIVERSITY

    OF T H E

    PHILIPPINES

    LIBRARY

  • NNAY

  • ALEJANDRO PATERNO

    N I N A Y (COSTUMBRES FILIPINAS)

    SEGUNDA EDICIN.

    MANILA

    TIP. LINOTYPE DKL COL. DE STO. TOMS 1917

  • /S/WTTpl

    .^vw

    Traduccin:

    S& m aadt /za As Pedro Alejandro .Volo Paterno.

  • INTRODUCCIN

    En 1 8 . . . el clera haca estragos en Manila. A montones se arrojaban los cadveres en las fosas. El camino del cementerio, en otras pocas tan solita-rio, era entonces el sitio ms concurrido. A pesar de los amistosos consejos y de las prohibiciones oficiales, los parientes

    Manila. (La insigne y siempre leal, y la muy noble ciudad de), capital del archipilago filipino y sus inmediaciones, tiene alrededor de 400,000 habi-tantes."En esta poblacin numerosa se presenta "verdaderamente un mundo cuya vista sorprende al "que llega por primera vez al pas, y nunca lo con-"sidera bastante estudiado el hombre pensador. H-

  • 8 ALEJANDRO PATERNO.

    y amigos acompaaban la ltima mo-rada los restos de las personas queridas.

    Una tarde en que sala yo de una casa infestada por el mal asitico, vi, camino deJ cementerio, un dbil anciano que casi se arrastraba,%gobiado ms que por los muchos aos, por su inmenso dolor.

    Afligido ya por las recientes escenas que acababa de presenciar, me impre-sion doblemente aquella figura abatida y solitaria, aquel rostro plido, coronado de blancos cabellos, aquel andar paso lento y penoso tras un pequeo fretro que llevaba con indiferencia el sepultu-rero.

    "liase ste rodeado de chinos, tagalos, visayas, pam-"pangos, americanos, espaoles, ingleses, franceses, "alemanes, etc.; pues casi no hay pueblo t|ue no tenga "algunos individuos en Manila."

    (Diccionario geogrfico-estadstico-histrico de las lilas Filipinas, por Fr. Manuel Buzeta, t. n, pg. 243.)

  • INTRODUCCIN. 9

    Movido de compasin me acerqu al anciano desconocido y le ofrec mi brazo ; en l se apoy sin advertir lo que haca, tan preocupado estaba su espritu! Y slo al llegar la puerta de la fnebre mansin, como despertando de su le-targo, levant hacia m sus tristes ojos, y con acento de gratitud me dijo:

    Viva V., feliz joven, muchos aos y ms que yo; al fin de la jornada en-contrar otro que le prestar el mismo servicio que acaba de prestarme ahora.

    Sorprendironme estas palabras, di-chas con tanta seguridad y firmeza, que llegaron lo ms profundo de mi cora-zn, donde las conservo para que sean manantial perenne de generosas accio-nes.

    Llegamos la fosa preparada, y al cubrir la tierra el pequeo atad, el viejo, bajo el peso de su pena, cay des-

  • 10 ALEJANDRO PATERNO.

    mayado en mis brazos, murmurando: Era mi nico consuelo, cuan slo estoy !

    Prstele cuantos socorros necesitaba para que volviera en s, lo que pude conseguir despus de algn tiempo. Le conduje por la vereda, y cuando est-bamos algo distantes de aquel lugar que tanto le afliga, le hice sentar en un banco para que se repusiera de la fatiga.

    En esto se abrieron de par en par las grandes puertas del cementerio, dando paso un fretro lujoso, seguido de gran nmero de hombres y mujeres que llora-ban amargamente.

    Ora por curiosidad, ora por distraer al anciano, dije:Quin ser esa opu-lenta persona que tantas lgrimas hace verter?

    Es V. forastero acaso; que no co-noce la hermosa Nnay?

    Como si lo fuera ; part de nio la otra orilla del mar, y despus de larga

  • INTRODUCCIN. 11

    ausencia vuelvo pisar esta patria que-rida. Mas, quin es esa Nnay?

    La ms virtuosa, cuanto la ms des-graciada joven en Manila.

    Mucho le agradecera V. *ne con-t a r a n historia que debe ser interesante, pues tan sentida es su muerte.

    Mi dbil memoria no recuerda sus pormenores. Conoce V. doa Mar-garita Busan?

    No la conozco. Nnay es sobrina suya y en su casa

    se celebra el Pasim; all, si gusta, puede ver satisfecha su curiosidad. Un amigo mio le presentar V. esa se-ora.

    Conviene explicar al lector lo que es un Pasim, antigua costumbre filipina.

    Cuando fallece alguno, su familia re-cibe donativos para sufragar los gastos del entierro. Ningn pariente ni ami-go olvida esta obligacin ; el que no pue-

  • 12 ALEJANDRO PATERNO.

    de hacerlo en metlico lo realiza en es-pecies, y si tampoco as le-es posible, en servicios personales. La casa del di-funto no puede cerrarse durante los pri-meros nueve das, pues acuden ella todos los amigos y parientes, ya vivan cerca, dentro de la poblacin, ya lejos, en las provincias.

    Es indudable que el dolor se repro-duce con ms intensidad en las som-bras de la noche ; por esto la cada de la tarde los amigos se citan en la casa mortuoria para distraer la familia apenada. Acompanla en sus rezos y luego se renen en circuios para contar los actos laudables del difunto, la his-toria de nuestras islas, los cuentos y le-yendas y las mil poesas que consuelan el espritu. A media noche todo con-cluye con la cena acostumbrada, retirn-dose luego los concurrentes sus respec-tivos hogares si son de la comarca, y

  • INTRODUCCIN. 13

    las habitaciones de la casa mortuoria si son forasteros, y los que no caben en ella se alojan en las de los amigos.

    El conjunte de lo que se hace en estos nueve das es lo que llamamos Pasim.

    Aprovech este recuerdo para poner en manos del anciio algunas monedas, y ayudndole al mismo tiempo levan-tarse del asiento, le dije:

    Como filipino y amante de nuestras costumbres, reciba V. mi donativo, pues que acaba de sufrir una prdida irrepa-rable, y nos une amistad desde ahora.

    Gracias, generoso joven,me dijo: bienaventurado el espritu que le gua! atraiga sobre su cabeza la abun-dancia de la fortuna.

    Pasim. Costumbre anticua que tambin se en-cuentra en Europa, por ejemplo, en algunos pueblos de Santander, Bretaa, Irlanda, etc.

  • 14 ALEJANDRO PATEKNO.

    Hablando as, nos alejamos del ce-menterio, y el pobre viejo, muy solcito, antes de ir su casa, me llev la de su amigo para que ste me presentase aque-lla misma noche doa Margarita.

    El amigo, persona simptica y com-placiente, accedi gustoso realizar mi deseo, y siendo ya tarde, se vino con-migo, fin de llegar las primeras cere-monias del Pasim. Dejamos al ancia-no en su casa, de quin me desped con pena, prometindole mis frecuentes vi-sitas, y partimos presurosos.

  • P R I M E R A N O C H E

    DEL

    PASIM

    Una habitacin espaciosa, profusamente iluminada; preciosos paisajes de litografa con sencillos marcos colgados en las pare-des; canaps, sillas y bancos alrededor, y una gran mesa en el centro llena de fiam-bres, frutas y dulces, fu lo primero que vi al entrar en la casa de doa Margarita Bui-san. Esta primera habitacin, especie de antesala donde suelen reunirse las familias

  • 16 ALEJANDRO PATERNO.

    para resguardarse del ardiente calor se llama en Filipinas la cada. Frente la puerta de entrada haba otra que comuni-caba con el saln, donde se hallaban orando, arrodillados delante de un altar, la familia de la difunta y todos sus parientes y amigos.

    Acabado el rezo fui presentado la seora de la casa, y por mi buena suerte hall entre los concurrentes muchos de mis amigos y en un grupo varios europeos.

    Como llevaba la imaginacin agitada por las impresiones recibidas en el cementerio, les cont lo que haba visto y rogu me re-firiesen la historia de la finada.

    Un joven indio, conocido en la localidad por su fcil y abundante frase, se prest gustoso referirla. Varios de los concurren-tes que la ignoraban tambin, entre ellos los europeos que haban acudido all slo para el

  • NNAY.I. PASIM. 17

    estudio de las costumbres tagalas, formaron conmigo un crculo para oir el relato.

    Tarc, que tal era el nombre del joven in-dio, con voz clara y dulce se expres de este modo:

    *

    * *

    A la margen derecha del Psig, cerca de tres kilmetros de Manila, levntase el pin-toresco pueblo de Santa Ana ; en l viva An-tonina Milo y Busan, llamada por su familia Nnay, joven de diez y ocho aos acariciada por la belleza y la fortuna, cuya frente pur-

    V&sig. Este ro tiene su origen en la gran laguna de Bay, y recorre unas seis leguas hasta desembocar en la baha de Manila, los 124 37' 40" long, y 14" 35' 38" lat., baando y enriqueciendo con su cauda-losa corriente numerosos pueblos que se levantan en sus riberas. Es navegable con vaporcitos y peque-as embarcaciones.

    2

  • 18 ALEJANDRO PATERNO.

    8ima besaban dos seres como nico altar de sus amores.

    Sus padres D. Evaristo y doa Carmen, ro-debanla de satisfacciones, complacindola en sus ms insignificante&jprichos, con la so-licitud de dos almas que h diez y nueve aos se unieron y cuya luna de miel an no se haba ocultado ; pues ni el ms ligero soplo de disgusto han sentido, ni nubecula alguna que les velara un instante la dicha, ha pasado por el cielo de su hogar. Todos sus deseos se cumplan, no contar con el de tener un hijo varn, que acompaara Nnay y perpetuase el nombre de la casa.

    D. Evaristo haba nacido en el laborioso arrabal de Santa Cruz; y era hombre instru-do yperito en el comercio. Su padre D. En-

    Santa Cruz. El arrabal de Santa Cruz es la re-sidencia de las principales y antiguas familias indias, y en donde se encuentran los ms afamados pintores, escultores y plateros del pas.

  • NNAY.I. PASIM. 19

    rique le haba infundido amor al trabajo. As, aunque generoso y lleno de caudales, gus-taba de administrar por s mismo sus bienes y de proseguir las tareas comerciales que haba planteado con tanto xito su antecesor.

    En uno de los viajes sus posesiones de Nueva-cija, vio doa Carmen Busari como la llamaban sus convecinos la estrella de Mapisong, joven india de escultural figura

    Conocidos son los nombres de D. Mariano de Jess, doa Felizarda Devera Ignacio y D. Ciriaco Gaudinez (en platera), y D. Lorenzo Guerrero (en pintura), y D. Jos Flameo y la Sociedad de Escultores, cuyos primorosos trabajos han sido celebrados con tanto encomio en las grandes exposiciones de Filadelfia (Estados Unidos) y de Amsterdam (Blgica).

    Mapisong, monte riqusimo en minas de hierro y carbn de piedra.

    "En las diversas islas y provincias de que consta el "archipilago, pocas de aquellas ni de estas se en-c u e n t r a n que no suministren oro, porque casi toaos "los ros lo arrastran con sus aguas, de lai; que se "saca por locin : en particular abunda mucho en las "provincias de Caraga, de Misamis, de Nueva cija "y en el pueblo de Gapang.

  • 20 ALEJANDRO PATERNO.

    y arrebatadora mirada nacida orillas del aurfero Gapang.

    "El reino mineral es ms rico en Filipinas que en "ningn otro pnto- conocido; en l se encuentran "multitud de minerales y metales de varias especies, "sobre todo con abundancias los dos ms esenciales al "hombre en la clase de metales, como son el oro y el "hierro.".

    "Los sitios ms ricos en oro son Benguet, Suguk y "Apayao, en el Carballo; Paracale y Mambulao, en la "provincia de Camarines, Norte; Pigtao y Pijohian, "en la de Misamis y en las montaas de Caray y de "Ceb. En la isla de Mindanao abunda tanto este "precioso metal, que los indios falta de numerario, "llevan habitualmente saquitos de oro en polvo, del "que se sirven, no slo para hacer sus compras, sino "tambin para sus apuestas en las luchas de gallos, " que son sumamente aficionados: al empezar la "lucha toman de su saquillo con las puntas de los "dedos una cantidad mayor menor, segn la apues-"ta que quieren hacer, en favor de tal cual animal. "Se asegura que podria hallarse oro en todas las pro-vincias de este archipilago, si se tomase cualquiera "el trabajo de buscarlo."

    Bu zeta, Diccionario pg. 21. Gapang, ro celebre por la calidad del oro, 22

    quilates, que arrastran sus aguas.

  • NNAY.I. PASIM. 21

    D. Evaristo se enamor apasionadamente de aquella singular hermosura y los siete meses de relaciones, se unieron en feliz ma-trimonio.

    Desde entonces aquella joven modelo, cui-dad***! las soledades de un pueblo, fu tam-bin modelo de esposas entre las agitaciones de una ciudad ; orgullosa de haberse casado con D. Evaristo, estudiaba continuamente el modo de agradarle. Cuntas solicitudes por mantener viva la llama de su primer a-mor! Cuntos sacrificios y caricias por cuidar aquella or nacida al primer murmullo del himno de sus amores: Nnay!

    *

    * -*

    Una aurora que slo se deja entrever, y ligeramente al travs de nuestras montaas, bordaba con inimitables colores deliciosa maana.

  • 22 ALEJANDRO PATERNO.

    Ni nay estaba en el jardin, ocupada en sus faenas cotidianas; la dicha animaba su ros-tro; cantando alegre se dirigi una jaula y abri la puerta.

    El pjaro encerrado, que era un tipol, sali

    "Tipol es un pjaro grulla de la altura

  • NNAY.I. PASIM. 23

    inmediatamente, ponindose bailar al son de aquella voz que le deleitaba.

    En este entretenimiento se hallaba la joven, cuando oy de improviso la detonacin de una escopeta, y sin salir an de su estreme-cimiento, vio sus pies un luin agonizando.

    "Castaetas, como quin v volar. Lo mas singu-"ar es, que quando se cansa, se v donde est el' In-"dio, y le haec mil cortesas saltando, y bajando la "cabeza, como quien dice que basta, y luego que deja "el Indio de tocar, deja de baylr la Grulla. No h "visto cosa ms propria en esta lnea, y que cierto "en Europa causar admiracin."

    (R. P. Pedro Murillo Velarde, de la Compaa de Jess, en la Introduccin la Parte Primera de las Chronica de la Stn. ['roi: in eia de S. Gregorio de las lulas Filipinas, por Fray Francisco de San Antonio.)

    Luiu. (Haliaetit. bhitjrits. guila pescadora. Smith.)

    Ave de rapina de gran valenta y tenacidad. No la ahuyenta el tiro del cazador ; vuelve una y tres veces al sitio del fuego no sentirse herida. De en-corvado pico y cortante, patas nerviosas cubiertas de escama, garras de uas puntiagudas, vista perspicaz y de un plumaje rubio encendido variado, blanco y negro. Bate el aire con sus poderosas alas, cernin-

  • 24 ALEJANDRO PATERNO.

    Quin ha disparado el tiro? se pregunt: y mir atnita al jardinero y criada que fijos en ella deseaban formular alguna observa-cin. Cuando Cristbal, el jardinero, iba coger el ave de rapia, Nnay se acord de

    dose en las nubes, desde donde se precipita sobre su presa con la rapidez del dardo; la coge entre sus ga-rras, se eleva de nuevo y suspendiendo su vuelo, planea majestuosamente mientras destroza su victi-ma. Cuando sta se halla sin vida, baja posar sobre un rbol elevado, que ha escogido para celebrar su festn. Habita las bosques situados cerca del mar, de los lagos de los ros caudalosos.

    Cuntanse varias especies y la ms comn en el ro Psig es la llamada l e fax sericea (Gray) LUIN-MUNT, de vientre y garganta color blanco argen-teado y el resto del cuerpo de un precioso negro bron-ceado. Se la podra tomar como el smbolo de la fide-lidad. En la poca de la reproduccin, el macho ayuda su hembra construir el nido. Esta depo-sita all dos tres huevos, y mientras los empolla, el macho siempre est cerca de ella, posando en rama prxima, desdo donde pasea su vista centelleante, y cuando descubre algn insecto se lanza rpidamente, lo agarra y vuelve otra vez compartir su presa con la compaera.

  • NNAY.I. PASIM. 25

    los balicasyo quienes haba dado libertad. Mis pajarillos, Cristbal, exclam entre

    nerviosa y suplicante, temiendo el estrago de otro tiro. Aydame recogerlos. Rosa, al-cnzame las jaulas.

    Dos solitarios, completamente negros, ten-dieron el vuelo hacia la pi-xima galera, asus-tados del ruido inesperado ; pero los culasisi batiendo sus alas saltaban tranquilos de ramo en ramo del gran mangal, bajo cuya pompo-

    Balicasyo. (Dicrourus balicassicus, Vieill.) "Creo que el Baliscayo es el maestro de capilla de

    los Pjaros cantores: es negro, al modo de la mirla, pero no tan grande, y su canto ms dulce, y para la enseanza dcil."

    (Descripcin de las Islas Filipinas, por Fr. Fran-cisco de San Antonio, paite I, lib. i, cap. xu, par. 133, pg. 42.)

    Culasisi. (Lorculus Coniaci, Bonap.) Especie de papagayos pequeos, tan mansos que

    se traen en la mano por juguete. Manga. (Mangifera ndica. Manga de Indias.) "La MANGA es, sin contradiccin, la mejor de todas

    "las frutas de Filipinas. Suele tener de largo esca-r a m e n t e un gema. Es algo aplastada y de igura

  • '2i\ ALEJANDRO PATERNO.

    sa copa se azoraba Nnay, y los mariacapras, an ms confiados, cantaban porfa para apagar el himno de las aguas que salan li-bres de las cascadas y fuentes.

    Nnay y el jardinero, al levantar los ojos, vieron otra guila pescadora; pero viva y hambrienta, que, dando sus acostumbrados giros, se dispona bajar en lnea recta para arrebatarles una eling, avecilla que saba articular: Nnay, Nnay. Esta, llena de es-

    "recorvada por la punta, manera de un corazn; "de color muy amarillo y de olor bastante fuerte.. . . "El rbol que la produce es muy copado y corpu-l e n t o , y no hay quizs en Europa rbol frutal que "se le parezca. Es mucho mayor que las higueras, "algarrobos y nogales."

    {Historia de los PP. Dominicos en las alas Filipi-nas, por Fr. J. Fonseca. Madrid, 1870, L. i, pg. 20.)

    Advirtase que los chinos falsifican la infusin del t con la de las hojas de la manga por sus semejan-zas en el color, olor, sabor y condiciones tnicas.

    Maria-capras. (Rhipidura nigritoryqiiea. Bonap.) Pajarillos semejantes los canarios mixtos de jil-

    guero, con cola larga V canto ms dulce. Cling: ave que aprende hablar. (Gijmnops

    calvus, Cuv.) (Pioceus philippcnsin, Bonap.)

  • NNAY.I. PASIM. 27

    panto y terror no pudo decir ms que : Dios mo! Pobre Charing!y mientras el jcrdi-dinero buscaba azorado un objeto con que ahuyentar, se oy segundo disparo, y el guila pescadora dando vueltas cay sobre el man-gal, y con sus aleteos estremeca la tierna y delicada joven.

    El jardinero y la criada corrieron hacia el ro, de donde salieron las detonaciones, de-seosos de saber quin fuese el qu.e tan afor-tunadamente haba disparado ; vieron un apuesto joven con elegante traje de caza, que con el dedo ndice derecho en la boca les im-pona silencio, mientras que con la mano izquierda mandaba los remeros alejar la banca de la orilla. Cristbal grit sin em-bargo al divisarle :

    Banca. (Del tal. bunca), f. Embarcacin pequea y estrecha usada en Filipinas y construida de un tronco ahuecado, con las dos extremidades agudas,

  • ALEJANDRO PATERNO.

    Oh, es D. Carlos!mientras Rosa se par exclamando sorprendida:

    Calle, es el hijo de D. Rodolfo ! Quin es ese D. Carlos?pregunt Ni-

    li ay. No conoce V., contest la criada, don

    Rodolfo Mabagsic que muri hace poco, de-jando su hijo muchsimas tierras y un ca-pital que puede cubrir todo este pueblo?

    Ah, s,dijo Nnay como recordando al-guna idea olvidada

    En tanto la banca se alejaba con rapidez, iluminada por los resplandores del sol na-ciente, y al tomar el recodo del ro, desapare-

    muy remangadas y planas por la parte de arriba. Carece de cubierta, quilla, timn y bancadas fijas; suele ir provista de tapancos para resguardo de la intemperie, se gobierna con la pagaya; lleva uno dos batangas, amadrinados los costados, que ase-guren su flotacin, bancadas de tablas movibles y zaguales en vez de remos.

    (Diccionario de la lengua castellana, por la Real Academia Espaola, duodcima edicin, 1884.)

  • NNAY.I. PASIM. 29

    ci al comps de los reinos y los dulces tri-nos de la avecillas que le despedan desde la copa de un corpulento mangal.

    *

    * *

    El joven, que, con religiosidad suma obser-va el mandamiento de Declogo indio: "Ama la virtud por s misma y renuncia al fruto de tus obras," porque en verdad, despus de ha-ber hecho un bien - Nnay, se ha escondido de ella como si un mal hubiera realizado, iba en una barquilla de caza, larga y estre-cha, pintada de verde, para confundirse en-tre las espigas del arroz, y cortada con habi-lidad suma para deslizarse rpida sobre las ondas del ro sobre los tallos de las yerbeci-llas de los pantanosos zaeutalea. Iba contento

    Zacatal, adjetivo. iPertcneciente relativo al "ZACATE, ni., provincial de Filipinos. Korraje com-puesto de plantas gramneas." (Dice, por la Acad. Esp.)

  • 30 ALEJANDRO PATERNO.

    y no cesaba de contemplar su escopeta ; aca-baba de prestarle un servicio por el cual sen-ta una satisfaccin inmensa, mayor an que las recibidas en todas sus caceras anteriores. Tena su pensamiento tan fijo en Nnay, que haba olvidado completamente la caza. S, haba olvidado completamente la caza. Con decir esto, creo haber pintado el xtasis ms puro de que gozaba. Acaso os extrae y sea difcil comprender semejante expresin si no. sois cazadores. Un cazador olvida con faci-lidad, la oracin, sus padres, sus hijos, su patria, en una palabra, todo; pero olvidar la caza, jams. Oh! era preciso perder la ra-zn como aquel joven, que estando frente y cortsima distancia de una numerosa bandada de caridura, no quiso disparar un tiro. Y

    Candur, avecilla de muy sabrosa carne, de la fa-milia de las escolopcidas, parecida a las chochas becadas Scolopax L. Se acerca mucho la llamada en los alredores de Madrid agachadiza (Se. (allunila L.)

  • NNAY.I. PASIM. 31

    por qu? Preguntad un corazn enamorado.

    Los remeros recibieron orden de fondear en Butin y all el joven cazador y su criado saltaron tierra.

    *

    * *

    Llego la noche. Nnay, despus de haber tomado el t, se sent en una perezosa, larga silla de bejuco colocada en la azotea.

    Butn. Uno de los embarcaderos del pueblo de Psig, que cuenta alrededor de 30.000 habitantes: situado en terreno llano y la orilla del ro de su nombre, con clima templado y saludable; tiene her-mosos puentes y calzadas en todas direcciones, y ambos lados se ven jardines y huertos en abundancia.

    Perezosa. Meridiana sof de siesta. Chaise-longue de bejuco.

    Bejuco es una enredadera que crece 400 varas y ms de longitud, Calamus Rotang. Los hay de va-rias especies y colores, y hasta del grueso de una mueca.

    Calamus mnllis=Bcjuco blando, en tagalo se llama PITAN,

  • :i2 ALEJANDRO PATERNO.

    Un fresco airccillo, lleno de perfumes, agi-tuba suavemente su esplndida cabellera.

    Los soles que ruedan en la inmensidad, apareciendo brillantes, la dejaron ver escon-didos arcanos. A sus ojos se desenvolvi el esplndido panorama del cielo de Filipinas,

    Calamus,usitatnxBejuco usado.-YANTOC. Calamus maximusHcjltro muy araudc.PALASAN. Cala m us yracUix-Be juco deU/ado.TALLA. Se usa para cables en las embarcaciones, y como

    cuerdas para las balsas de los ros. De su corteza, dividida en tiras ms menos an-

    chas, se hacen tejidos de sillas, sofs y camas, esteras y cuerdas de todas clases, sombreros, chalecos y fin-simas petacas.

    Las casas de caa y ipa, en lugar de clavazn, estn todas amarradas con bejuco, y como no le ataca el gorgojo dura muchsimos aos, sobre todo cuando no se moja.

    Fin una de las Exposiciones universales de Paris las Islas Filipinas presentaron un ejemplar de esta planta que meda 500 varas de longitud, viniendo probar en el gran certamen que la fuerza productiva del pas, aun en la regin intertropical, se puede re-putar como la primera insuperable.

  • NNAY.I. P A S I A M . 33

    en quo sobre un ocano pursimo, azul, na-vegan la par los astros ms ricos, ms pre-ciosos del universo sideral.

    Qued esttica ante aquel espectculo su-blime, y sin darse cuenta abri el fondo de su corazn. Su alma, cual mariposa, vol por el espacio, de sol en sol, aspirando el infinito.

    La Osa, Sirio, Orion, La Cruz, maravillosas constelaciones que slo en estos lugares se contemplan reunidas, detuvieron aquel vue-

    Sirio. La constelacin del Gran Perro se conoce generalmente en Filipinas por su estrella de primera magnitud llamada Sirio, que ha dado origen canta-res locales inspirados en la tradicin arbiga, confir-mando las indagaciones del perspicuo crtico Raimun-do Geler en su concienzuda obra Islas Filipina*.

    La magnfica estrella Sirio, la mas hermosa de nuestro firmamento, ha ocupado un gran lugar en la astronoma egipcia, porque se regulaba por ella el Calendario antiguo, fra la famosa Cancula; pre-deca la inundacin del Nilo, el solsticio del esto, los grandes calores y las mortales fiebres; pero el seala-miento de los equinoccios hace tres mil aos ha retro-cedido en un mes y medio la poca de su aparicin, y hoy este maravilloso astro no anuncia ya nada, ni los egipcios que han muerto, ni sus sucesores.

    3

  • 34 ALEJANDRO PATERNO.

    io, y con sobrehumano lenguaje le hablaron de su destino.

    Misteriosa melancola la envolvi toda, y sinti por vez primera un vaco profundo dentro de su ser.

    En esto oy una dulce ancin que se apro-ximaba con el airecillo de las montaas por el lado donde sala la aurora. Sus oidos esta-ban habituados aquella meloda, pero nun-ca la haban conmovido como entonces. La cancin era la tradicional cundimang, acom-paada de arpa, mandolina y flauta, instru-mentos populares en las serenatas filipinas.

    Pronto la luna creciente, que se ocultaba bajo una nube, brill en las alturas, hizo re-saltar en la plateada superficie del Psig, dos bancas iluminadas con farolillos, que pare-can guirnaldas de luminosas flores.

    Mientras pasaban, Nnay reconoci en una de ellas, aquella de la maana, portadora

  • NNAY.I. PASIM. 35

    del salvador de sus pajarillos, oyendo una voz sentida y varonil que apasionadamente cantaba :

    Hacia ti camino con viva atraccin; Nnay ma, apaga la sed de mi amor.

    T eres clara fuente do se mira Dios; t eres en mi vida la gloria y el sol.

    Las bancas, siguiendo el paso lento de la corriente, desaparecieron entre los giros del ro; pero la cancin permaneci vibrando mucho tiempo en los odos de Nnay, hasta que inquieta, nerviosa, la toc en el piano y la repiti una y tres veces.

    Aquellas palabras apasionadas sorprendie-ron el corazn, h poco abierto por el espec-tculo sublime de los cielos, y cayeron-en su fondo como benfica lluvia, que apag la ar-diente sed del alma.

  • ?fi ALEJANDRO PATERNO.

    *

    * *

    Antes de salir la aurora del da siguiente, cerca de las cuatro de la maana, Carlos es-taba ya de guardin dentro de su barquilla, frente al jardn de Nnay, oculto bajo el fo-llaje de pltanos y caas que las ondas besa-ban. Escondido en este lugar sombro pas cinco maanas sin ser notado de nadie y con tal habilidad, que entre dolontas, calachuciw y sam pay vitas, observaba todo lo que ocurra

    Dolontas. planta: sus flores amarillas son llamada:-, tambin rosas ilei Japn. La infusin de estas flores en agua vino es buena contra las calenturas inter-minentes. (Matricaria Chamomilla.)

    Calachuchi. rbol; sus flores son olorosas. La corteza, segn el P. I. de Mercado, cura la hidropesa, y segn Hernndez, es remedio eficaz contra la sarna y empeines. {Phtmiera a!ha.)

    Sampaguita, f. Flor de Filipinas jue se parece al

  • NNAY.I. 1'ASiM. 37

    en el jardn. Quiso el acaso que el da ante-rior viese, las guilas amenazando de muerte los bien queridos calino, y no ocurrindo-sele otro medio mejor para conjurar el peli-

    jazmn por sus ptalos y blancura. (Dice, por la Acad.^Esp., 1884.)

    Esta planta es conocida de todos los indios; es muy olorosa su flor, y se extiende mucho por t ierra; con sus flores solas y sin jabn se lava bien la ropa blan-ca fina, la cual queda con un olor muy bueno. Se dice en la traduccin de Linneo que de las hojas tiernas y las flores hacen los naturales en la India una masi-lla que, mezclada y comida con el arroz, hace secar la sarna y otras erupciones cutneas. El agua de la in-fusin de sus flores es excelente para lavas los ojos inflamados por el calor. Florece en Diciembre. En la lengua tagala se llama Sampagu; en Visaya Ca-popot visaya; en Pampango, Campopot, Sumpagany f'ongso, Gula tai, en Botnica, Nietantes Sambac. ("Diandria"-Monoginia.)

    Tallo tendido por tierra, cilindrico y algo compri-mido. Hojas opuestas aladas sin i ir .par en nmero de tres pares. Hojuelas escotadas en la base, lan-ceoladas, aovadas, enteras y lampias. Peciolo* pro-pios muy cortos. Flores terminantes, en una especie de panoja de muchas florecitas, monofilo. Cliz en ocho nueve partes muy largas y alesnadas. Corola hendida en siete ocho partes, con el tubo largo. Estambres dos. Estilo uno. Estigma hendido en dos lminas.

  • 38 ALEJANDRO PATERNO.

    gr, hizo los referidos disparos. Carlos tea sus alegras en aquel recinto,

    en aquel templo, que aunque formado por simples hojas, le dejaba contemplar en silen-cio la imagen querida, admirar sin ostenta-cin el dolo oculto de sus ensueos, adorar cara cara al Dios de sus amores.

    El alba sali alumbrar aquel santuario y su dulce claridad pudo distinguir:

    Una joven de diez y ocho aos, de esbelta figura que iba cortando flores y arrojndolas en una preciosa cestilla de llocos colgada de un brazo. Su rostro teido de suave rubor retrata la dicha; su frente serena est un tanto velada por algunos mechoncllos de la negra cabellera, catarata abundante que cea al suelo cubriendo sus breves pies. Los ojos grandes, oscuros, soadores, resplandeciendo bajo cejas con dulzura arqueadas; pequea boca, sus labios, que se confundiran con un

  • N N A Y . I . PASIM. 39

    ptalo de la gitmamela, plegado por ol centro, murmuran caricias las dormidas (lores, cu-biertas an por el roci, que va despertando con sus diminutas manos. Si esto se aade la estatura regular de un cuerpo elegante, ceido en ligersimo traje del pas, tendremos el retrata: de Nnay, la (alaga ms bella de las orillas del Psig.

    Tal la divinidad de aquel templo, tal el amor de aquel joven, que sinti como fuego al divisarla.

    La nia candorosa no sospechaba que era objeto de adoracin, y segua cogiendo aqu un hermoso lirio, all una blanca sampaguita, ms all una encendida sampac, ms lejos

    Guamela , iosa e n c a m a d a ; es una variedad con plenitud en flor del Hibisco, rosa de China. (Hibis-cus, Rosa Sinensis.)

    Da laga , joven virfren. Sampac Champaca {Michelin SiiM)uiccn), rbol ;

    sus flores son amar i l las y de un perfume delicioso, con las que se tejen coronas.

  • 40 ALEJANDRO PATERNO.

    un embriagador lang-lang y as in-sensiblemente fu acercndose la margen del ro. Sorprendida de encontrarse en aquel sitio extendi la vista alrededor y vio la bar-quilla de la serenata, la misma que en la ma-ana ltima llevaba al joven salvador de sus avecillas ; y mostraron sus ojos sorpresa y

    Ilaug-lang' Alangilan. (Uona odoratissima.) Este rbol se eleva mucho; sus flores son en extre-

    mo olorosas, y de las cuales se extrae una embriaga-dora esencia, famosa ya en la perfumeria europea.

    Hojas alternas, oblicuarraento aovadas, alargadas, enteras y lampias. Peciolos muy cortos. Flore* axilares y terminales. Los pednculos axilares con una sola flor. Cliz carnoso en tres paites. Coralli del color del cali/'., de seis ptalos muy largos, lanceo-lados, muy aguzados y sin formar cucurucho. Es-tambres en mucho nmero, muy apretados, formando un tringulo equiltero. Filante utos collsimos y gruesos. Anteras cnicas. Pistilos en nmero de 13 hasta 10, muy poco ms largos que los estambres. Estigmas alesnados y encorvados. Fruto: los pisti-los se convierten en bayas como legumbres pequeas ovales, cada una con su piececito largo, con tres cuatro semillas de figura de lenteja, y separadas con tabiques.

  • NNAY.I. PAS1M. 41

    luego sonrisa los labios, y spose despus, que. aquella mirada, aunque inocente y sin arte, fu principio de amor para ella, corno para l, hoguera poderosa que le encendi toda e! alma.

    *

    Por aquel tiempo Manila celebraba la se-mana santa. Semana de rezos, de visitas de iglesias, al par que de esplndidos banquetes con el pretexto de ver pasar las procesiones. '

    Era Domingo de Ramos y la procesin pa-saba delante de la casa de D. Evaristo situada en la calle de Carriedo.

    Un joven recin llegado de Hong-Kong, admiraba la religiosidad, el silencio y el or-den de los mulares de devotos que con velas encend.las en la mano se sucedan unos

    1 Costumbres espaolas del siglo xvi.

  • 42 ALEJANDRO PATERNO.

    otros sin interrupcin, confirmando las noti-cias que haba recibido de las magnificencias de las procesiones de Manila. l

    Mas cul no fu su sorpresa y admiracin cuando al levantar lo? ojos vio una bellsima

    "Las fiestas religiosas de los alrededores de 3a-"nila merecen ser visitadas por el extranjero, n-"que no sea ms que por ver Uis numerosas y indas "mestizas indias que se dan cita por las tardes y "noches para lucir sus mejores galas en las calles, "festivamente iluminadas y adornadas con banderas "y guirnaldas. Su vista es muy agradable para el "que acaba de llegar ele pases malayos. Las indias "tienen buena estatura, magnfico pelo negro y gran-"des ojos oscuros; la parte superior de su cuerpo la "visten con una camisa blanca de tela del pas; esta "camisa es veces preciosa, de transparente finura "y blanca como la nieve. Desde las caderas llevan "un vestido de muchos pliegues (saya), cuya parte "superiorhasta la rodilla menos, segn la moda "est cubierta por una sobrefalda oscura (tpis), tan "ceida al cuerpo, que los pliegues de la vistosa saya "salen de ella corro los ptalos de la flor del granado "de su cliz. Las muchachas apenas pueden dar pa-"sitos cortos, lo cual, unido su mirada, fija en el "suelo, les presta un gracioso tinte de modestia y pu-"dor. Los pies, desnudos, lucen diminutas chinelas "bordadas

    "Unos pantalones y una camisa suelta, ambas "prendas de basta guiara, constituyen, con el soni-

  • NNAY.1. PASIM. 43

    joven que enviaba una sonrisa hacia alguien de la calle.

    Sigui la direccin de aquella sonrisa, y fJo pudo distinguir la muchedumbre que se arrodillaba murmurando oraciones al paso del suntuoso carro del Nazareno. Carlos se confunda entre esta multitud.

    Pasada la procesin, el joven pregunt su compaero:

    Quin es el dueo de esa preciosa casa? sealando la de Nnay.

    Es mi amigo D. Evaristo Milo, uno de los propietarios ms ricos de este pas.

    "brero, el traje de los indios pobres. Las camisas de "los ricos son veces tie costosas telas del pas (te-"jidos finsimos de la fibra de la pina, f'romelia Ana-"nasa L.), lisa con listas de seda. Tambin las hay "de juxi (seda de florete china), que no pueden la-"varse, y slo sirven para una postura. El sorn-"brero, llamado salacot (un segmento esfrico de "tejidos indgenas), sirve de paraguas y de quitasol; "sanse algunos de gran valor, con adornos de plata."

    (Viaje por Filipinas, de F. Jagor, cap. III.)

  • 44 ALKJANDR PATERNO.

    Parece que tiene recepcin. Sin duda ; he visto asomadas las venta-

    nas las familias ms distinguidas de Manila. Podra ser presentado ese rico propie-

    tario? No hay inconveniente, hoy mismo. Pero sin anunciarme Aqu hay mucha hospitalidad, no son ri-

    gorosas las etiquetas. l

    Excelente costumbre. El general me es-perar; pero maana le dar la explicacin de mi falta.

    1 En Filipinas se practica mucho la siguiente ley

    de Manu: "Que el jefe de la familia no coma ningn manjar

    "sin compartirlo con su husped: honrar al que visita "es el jiidio de obtener riquezas, gloria, una larga "existencia y,.el Paraso (Swarga.)

    Las leyes de Mann, ill, 72, 80, colocan los huspe-des junto los dioses.

    Se oye con frecuencia en las. casas contar los nios el siguiente pasaje del Bhgnvata Puri'tna, el libro sagrado de los adoradores de Bhgarad:

    "Un rey, despus de haber estado dos das sin co-

  • NNAY.I. PASIM. 45

    Subieron los dos amigos la casa de don Evaristo, y D. Lus lvarez present Fede-rico Silveyro, hijo del capitalista portugus D. Juan, el hacendado ms influyente de Antipolo.

    Un traje tan sencillo como elegante, unas maneras llenas de soltura y cortesa, una voz dulce la vez que varonil, conquistaron favor del joven presentado la benevolencia de toda la reunin. No pareci ajeno al lujo de la morada del fastuoso propietario. Doa Carmen le recibi con exquisita finura, y Nnay sin afectacin, natural y sencilla, con

    "mer ni beber, tomar alimento. En aquel instante "llegan pedirle hospitalidad un brahman, un sudra, "un homber con perros hambrientos. El rey les da "todo porque ve Dios en sus huspedes. No le que-"da ms que agua para apagar el fue

  • 46 ALEJANDRO PATERNO.

    lo cual debi parecerle ms bella y ms en-cantadora. Observ, cmo estos dos ngeles del hogar amaban D. Evaristo, y cmo le rodeaban de ese profundo respeto que las fa-milias inglesas tributan al representante del rbol genealgico, y cmo tambin los ami-gos de la casa queran sinceramente esta familia, tal vez porque nada hay ms grato que ver personas felices. Todas sus observa-ciones, todo lo que vea se armonizaban con sus deseos. Una joven espiritual, elegante, un nido de amor en medio de un lujo asom-broso, oriental

    Para decirlo de una vez, Federico se ena-mor de Nnay, y bendijo el capricho que le llev visitar el suelo filipino.

    Federico, criado en la opulencia, estaba acostumbrado los placeres ; pero joven arre-batado y vehemente, oy un da describir las agitaciones terribles de nuestro suelo, y se

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    traslad l para recibir las impresiones de las sacudidas que conmueven la tierra y las tempestades que descomponen los cielos ; nunca haba contado con los terremotos del corazn, con las tempestades del alma.

    Con motivo de las procesiones de Semana Santa, Federico vio con frecuencia el ideal de sus ensueos. Gozaba de la vida que se ima-ginara en la fantasa. A la verdad, oir la voz melodiosa de Nnay ; aspirar la atmsfera im-pregnada de aromas y virtudes que la envol-va; acercarse la lumbre de aquellos ojos ardientes y apasionados, era vivir en un edn tropical henchido de placeres y de principios creadores. Si en las semanas consecutivas no la pudo visitar tantas veces, no obstante, el pensar en ella constantemente, el verla siem-pre con los ojos del alma, y el encontrarla de cundo en cundo en los paseos en su elegan-te coche, como una flor en su bcaro, inspi-

  • -18 ALEJANDRO PATERNO.

    raban al joven voluptuosidades misteriosas y llenas de vida que se desarrollaban en el fon-do de su pecho.

    Por otro lado Nnay le reciba cariosa, na-tural, sin coquetera, con esa bondad atrac-tiva de las manilenses, movindose entre la ternura y la abnegacin con que siempre nos agrada una mujer, desplegando el alma con esa instruccin propia de la gente de calidad que hace creer lo sabe todo al venir al mundo ; pues educada con singulares cuidados, pin-taba bien, tocaba el piano maravilla, ha-blaba el chino el ingls adems del tagalo y el espaol, y saba envolver en la prudencia del silencio lo que ignoraba. A doa Car-men agradaba los finos modales del joven, su gentileza y maneras delicadas, su conti-nente noble y rico, que demostraba no tener necesidad de incrustarse, como un gusano en las hojas del presupuesto, para vivir en la

  • NNAY.I. FASIM. 49

    abundancia. En fin, todo contribua para au-mentar la fogosa pasin de Federico.

    En esto llegaba la narracin, cuando los criados de la casa anunciaron que estaba sor-vida la cena. Tarc suspendi el relato y pro-meti continuarlo al da siguiente.

    Nos levantamos todos para cenar, depo-sitando yo en las manos de doa Margarita mi donativo, por no haberlo hecho, como es costumbre, antes de enterrar la finada.

    En la mesa advert un puesto vaco, cu-yos platos estaban cubiertos con las hojas del Balete, al cual miraban con gran vene-racin. Para salir de mi extraeza pregunt al joven indio que estaba mi lado la causa de ello, y me contest que aquel lugar era el ocupado en vida por la difunta, y reser-vado ahora para honrar su memoria.

    4

  • II.-PASIM

    Al toque de la Oracin del da siguiente march apresurado casa de doa Marga-rita, deseando oir la comenzada historia de Nnay. Encontr la mayora de los de la noche anterior que principiaban los rezos de costumbre, y un ellos los mos.

    Apenas terminamos rogu Tarc reanu-dase su interrumpida relacin, teniendo en cuenta que haba all personas recien llega-das Manila, y por consiguiente ignoraban por completo los pormenores de nuestro suelo y de nuestras costumbres, por lo que procu-rase detallar lo ms posible, como si relatara

  • 52 ALEJANDRO PATERNO.

    la historia slo los europeos. As lo pro-meti, y continu de esta manera:

    Antipolo es un pueblo del distrito de M-rong situado sobre una montaa cercana Manila. Tiene un santuario donde se venera la Virgen de la Paz, que es origen de su his-toria, vida de su poblacin y causa de su grande y popular celebridad. Tan popular y tan grande, que no.puede encerrarse su fiesta en un novenario; es preciso para ella todo un mes, y un mes el ms esplndido de todo el ao, en que la permanente primavera de Fili-pinas convierte las montaas en jardines, cu-bre de abundante verdura hasta las mismas rocas, multiplicando por bosques y praderas, por montes y valles, por lagos y ros, por todas partes, sus deleites, sus aves y sus flores, sus luces y sus reflejos, sus encantos y sus ar-monas.

  • NNAY.II. PASIM. [,3

    Nada ms hermoso y animado que contem-plar la numerosa poblacin de Manila y sus extensos arrabales, los vecinos de todos los pueblos de la provincia, los habitantes de las inmediatas y muchos de las lejanas dirigirse durante todo el mes de Mayo, en alegres co-mitivas, unos en coche, otros caballo, algu-nos pi y muchos en carros y hamacas, en cancos, paraos y bancas, al venerando santua-rio para llenar sus altares de riqusimas ofrendas.

    Es un sbado, y un centenar de bancas adornadas con guirnaldas de follaje salen del embarcadero del puente colgante. Algunas llevan personas muy conocidas en la poblacin y dalagas graciosas que esparcen la agitacin y la alegra en las orillas del Psig.

    Atraen las miradas tres bancas largas y es-

    Cascos y paraos, embarcaciones indias. Dalagas, jvenes doncellas.

  • 54 ALEJANDRO PATERNO.

    trechas, cubiertas de hojas de pltanos, bor-dadas sus toldillas con arcos de cinamomo, cabiqu y balibago; de elfos salen los acordes de una orquesta que acompaa el comintang, cancin primitiva del reino tagalo, sentida y conmovedora, que mece el alma en ondas me-

    Cinamomo (Lausonia .nermis). Arbusto con ra-mas esparcidas, hojas opuestas, lanceoladas, anchas, enteras, lampias y tiesas, y con flores olorosas ter-minales en panojas racimosas. Son de unos tres me-tros de altura, sin espinas, aunque veces los extre-mos de las ramillas tienen apariencias de tales. Son indgenas de Filipinas; se dan tambin en Arabia, en Kgipto, en la India, y los llaman Alchna, Alcana y Alhea oriental.

    Los turcos emplean la raz como cosmtico; adems todas las partes del rbol contienen una materia co-lorante roja. Las hojas secas y reducidas polvo im-palpable sirven, despus de humedecerle con unas go-tas de agua, para pintarse el rostro, lo que practican particularmente las mujeres. Esta pintura no se quita sino cuando se renueva el cutis, y aun aseguran que se conserva en las momias despus de muchos siglos.

    Cabiqu, rbol grande; su flor es olosora y pe-quea; su fruto es comible.

    Balibago, arbolito famoso por la tenacidad de su corteza ; sus flores sirven para calmar dolores de odos y de su carbn se hace la plvora. (Hibiscus tiliaceus.)

  • NNAY.II. PASIM. 55

    lodiosas, arrebatndola con sobrehumanas y misteriosas armonas. La tripulacin de cada banca se compone de dos remeros y un ti-monel, llevando todos uniformemente salacot blanco de anahao y penacho de estambre en-carnado.

    Los pasajeros son unos diez y seis jvenes, aficionados Melpmene, mejor dicho to-das las musas del Parnaso ; unos llevan ca-

    Salacot es un sombrero modo de cazuela de una sombrilla abierta, que suele ser por lo regular de junquillo de hojas de palma; se hace tambin de carey (concha), de nito y otras materias de lujo, y se le adorna por encima con figuras caprichosas de me-tales preciosos.

    El centro forma una concavidad circular hecha de junquillo, para recibir la cabeza, y lleva unos cordo-nes que se atan por debajo de la barba estilo de barboquejo.

    Estos sombreros preservan del sol y de la lluvia, reuniendo an la ventaja de poder servir de almo-hada para dormir.

    Palabra aceptada por la Academia Espaola. Anahao (Coripha minor L.). Es conocida tambin

    con el nombre de palma brava; su madera es muy dura; sus hojas anchas, en forma de abanico, sirven para sombrero y para techar casas.

  • 56 ALEJANDRO PATERNO.

    misa de gasa de varios colores ; otros de jsi de Malabon, y varios de pina de Visayas. Su fisonoma revela naturales del pas, per-tenecientes buenas familias indias.

    Cuando la orquesta termin sus acordes, 4ue atrajeron alrededor de las mencionadas bancas otras muchas, un joven dijo :

    Banquero, acerque V. ms nuestra em-barcacin esa otra, que parece un cestllo de flores.

    No podemos estar ms cerca,repuso otro joven, aadiendo maliciosamente:lo que t querras sera entrar en el jardn.

    Jsi, m. Tela de Filipinas, clara como gasa y lis-tada de colores fuertes, que se teje con seda y con hi-lazas de la China, (l)ic. de la Acad. Esp., 1884.)

    Pina (Bromelia Anunassa L.), planta. De sus ho-jas se sacan hilos con que se tejen finsimas telas. La pina algo verde dada en ayunas los nios es un remedio para hacerles arrojar las lombrices. Su fruta en sazn es sabrosa. Voz aceptada por la Aca-demia Espaola.

    Banquero, m. Remero de las bancas.

  • NNAY.II. PASIM. 57

    Soy corto de vista, y quisiera distinguir si son sampaguitas lang-lang.

    Son todas lang-lang; no lo notas por el aroma que despiden?

    Estas frases galantes hicieron bajar los ojos de las dalagas aludidas, y animaron otros jvenes mezclarse en la conversacin diciendo:

    Por eso es tan delicioso aspirar el aire. Buenos das, Cndeng,dijo Tuson ;

    no pens tener la dicha de ver V. ahora; o que saldran maana.

    Hemos preferido salir hoy,contest una joven de ojos rasgados y dulce mirada,para ir reunidas todas las amigas.

    Y sus padres de V.?

    Sampaguitas, flores de suave aroma como el de los jazmines. Adman.ve mucho con ellas las dalagas.

    lang-lang-, "flores de aroma tan fuerte que causa dolor de cabeza al que duerme encerrado en una habitacin con un puado de ellas.

  • 58 ALEJANDRO PATERNO.

    Van en la banca inmediata del otro coa-tado ; sta ha sido la destinada para las j-venes.

    Perdonen ustedes, seoritas, el ruido que hacemos,dijo el bizarro Hcson.

    Es da de alegra,contest la bella Cn-deng,y nos agrada toda animacin.

    Y otra joven no menos linda, la encanta-dora Mntang, exclam:

    Qu bien cantan las avecillas en San Miguel!

    Porque las avecillas tienen obligacin de cantar cuando ven la aurora, estn en San Miguel en otra parte,contest Hcson.

    Para mejor entender este dilogo, preciso ser decir que aquella multitud de bancas ca-minaba entonces delante del pueblo de San Miguel, entre la isla de Convalecencia y aque-llas hermossimas casas de ricos propietarios de Manila, cuyo conjunto forma el barrio ms aristocrtico de la capital.

    All estaba la preciosa casa de Carlos Ma-

  • NNAY.II. PASIM. 59

    bagsic, en cuyo fondeadero se pararon las tres bancas de nuestros conocidos jvenes.

    A embarcarse pronto, querido Carlos; estamos todos.

    Bien veo que nadie falta,respondi ste entrando en una de las embarcaciones.

    Vamos, amigos, -tocar alguna marcha, como saludo nuestro capitn.

    Capitn yo?murmur Carlos. S, querido ; jefe de la expedicin te ha-

    cemos desde este momento; con que diri-girnos.

    Los banqueros principiaron remar, y la orquesta dej oir el animado y bullicioso ba-litao, marcha popular de las islas Visayas.

    Las bancas se deslizaban con rapidez fa-vor de la corriente que segua entonces el llu jo del mar.

    El ro Psig continuaba desarrollando sus variados y pintorescos paisajes distribuidos con profusin ambas orillas: ora las mag-nficas casas de Malacaang; ora los modes-

  • (50 ALEJANDRO PATERNO.

    tos y rientes caseros de Uli-Uli ; all lejos Samploc, con sus calzadas, convidando al paseo ; ac Santa Mesa, con su elegante hip-dromo y casas de tiro ; aqu los grupos de ba-os de Nactjan escondindose entre cocos y pltanos; all Pandcan con su elevado cam-panario, convocando sus fieles en medio de blancas casitas, como un palomar rodeado de blancas palomas. Por varios sitios, la som-bra do los caaverales, vense grupos jugue-tones de : dalagas de mrbidas formas, ya sumergindose en las ondati, ya levantando espumas con sus pies al nadar, ya formando cascadas al tabearse, ya poblando el aire de voces alegres, ya esparciendo su rededor las aguas, que forman al caer una lluvia de esmeraldas, rubes y topacios, producida por los indiscretos rayos del sol, que al penetrar

    Tabear. Verter agua sobre la cabeza con el tabo. "Tabu, m. Vasija filipina hecha con la cascara interior y d'ir.-ima del coco." (Die. de la Acad. E.sp., 1884.)

  • NNAY.l. PASIM. 61

    por entre las hojas de la caa parecen ofre-cerlas todas las maravillosas combinaciones de su luz encantadora. Quin no recuerda ante este cuadro, que tiene por fonda el pa-norama ms esplndido de la naturaleza, la creacin brahamnica de las apsaras, baila-rinas celestes, naciendo de las espumas del mar, rodeadas de azaras y de ras, bajo los bambes del Ganges?

    Los jvenes cesaron de tocar; cortaron de repente las melodas del Condimang; los hu-rras y aplausos sucedieron las armonas de la orquesta. Por qu? Saludan Carlos. Por qu saludan Carlos?

    A la margen derecha del ro contemplaban una villa pintoresca, asentada sobre macetas de llores. En su atmsfera se respira el arte ; la elegancia la ha escogido por residencia. Es la morada de los ms ricos propietarios

    Apsaras: ninfas acuticas ciel paraso de Indra. Azuras: demonios. Bevasi dioses buenos genios.

  • IV. ALEJANDRO PATERNO.

    (lo Manila, donde se admiran sus graciosas casas de campo ; cuyos baos se mecen en las ondas, haciendo resaltar las curvas de mis orillas con la flexibilidad de sus ondulan-tes caas y la variedad de sus numerosos y esplndidos paisajes. Parece una bayadera en su pagoda, excitando los sentidos, entre areas bongas, que se levantan como colum-nas hasta el azul de los cielos. Llmanla con razn los poetas tagalos la entrada (ll paraso, y la "Gua oficial" desgnala con el nombre de la madr de la Virgen Mara : Pueblo de Santa Ana. Aqu vive la sin par Nnay, amor y vida, dolo de Carlos; su elegante morada, colocada en medio de la poblacin, resalta sobre todas las dems casas por su hermosura y magnificencia. Esto explica la admiracin y los aplausos de los amigos de Carlos.

    Adems vean la misma Nnay con sus

    Bongas, especie de palmeras de enhiestos y ele-vados troncos. (Areca catechu.)

  • NNAY.II. PASIM. 63

    padres entrar en una banca espaciosa, acom-paados de numerosos amigos y de una bri-llante orquesta, los cuales se acomodaban en otras anchurosas embarcaciones cubiertas de verdes hojas y adornadas con banderolas de distintos colores.

    Los banqueros agitaron las pagayas, y al comps de la msica march gozosa la ani-mada comitiva.

    El rio continuaba desenvolviendo su rico y vanado panorama. A una y otra orilla os-

    "Pagaya, f. Retino filipino, especie de zagual, pero ms largo y de pala mayor, sobrepuesto y atado con bejuco. Sirve indistintamente para bopar y sustituir al timn, como la espadilla. En el primer caso, el marinero se sienta al revs (vuelto hacia la proa), coge el centro del palo de la payaya con una mano y con otra la muletilla, y rema cucharadas, hechando el agua para atrs ." Y cuando el marinero se cansa, toma el "Tiqun, m. Especie de bichero, sin gancho, hecho de un largo trozo de caa de bamb, de que se valen los indios filipinos, en lugar de remos, para na-vegar por los ros, apoyando una de sus puntas en el fondo de agua." (Die. Acad. Esp. 1884.)

  • 6-1 ALEJANDRO PATERNO.

    tenta casitas de madera de caa y ipa, ro-deadas de follaje, con ramilletes de arecas graciosamente recortados como plumas, de lindos cercados que lamen las ondas resguar-dando cristalinos baos. Llaman la atencin las canoas y balsas con sus redes y enseres para la pesca, los carihans, tiendas de ro, cual otros war ron gs javaneses que cien ban-queros venden comida, tuba, frutas, tabaco y buyo, y por todas partes se presentan la vis-

    Nipa (del malayo ipa), f. Especie de palma que se cra en las Indias orientales y en Filipinas, de cuatro a cinco metros de altura, de hojas aladas con hojuelas ensiformes, numorossimas y reunidas por pices durante algn tiempo, como las del coco; sus flores son monoicas, en espata, y el fruto forma raci-mos de muchas drupas aovadas y apiadas. Con sus hojas se tejen esteras, ms menos delicadas y fuer-tes, para diferentes usos, y se cubren los techos de las casas de caa y madera, y de su savia se hacen bebi-das espirituosas. (Die. de la Acad. Esp., 1884.)

    Tuba, savia de palma fresca poco fermentada. Buyo, m. Composicin que usan los indios de Fi-

    lipinas y mestizos para mascar, hecha con el fruto de

  • NNAY.II. PASIM. 65

    ta los coseos y falas cargados, que bajan y remontan el ro fatigando las aguas.

    A medida que va marchando nuestra comi-tiva, mayor se hace ; agrganse otras embar-caciones de personas amigas que se separan de los diferentes grupos que cubren la super-ficie del ro. Las tres bancas de los jvenes conocidos se agregan tambin, y crece la ani-macin en todos lados, y en todos lados en-sordecen las voces de placer.

    nicamente dos seres se quedan mudos de alegra ; no se pueden hablar ; tal vez no con-siguen verse ; pero no importa, saben que van cerca uno de otro, y palpitan sus corazones de jbilo.

    A los sones de las dos orquestas que se dis-

    la bonga areca, hojas de betel y cal de conchas. (Dice. Acad. Esp.)

    Betel (Paperaceas, Piper bctle Linn.)fonga (Areca catechu.)

    Cascos y falas, embarcaciones indias. 5

  • 66 ALEJANDRO PATERNO.

    putan la supremaca ; al comps de los cantos alegres de los romeros, nuestra comitiva pas sucesivamente delante de los preciosos pue-blos de Mandalyon, Lamyan, San Pedro Macat. Cuntos recuerdos suscita el cai-mn convertido en piedra1 al pi del derruido

    1 Como homenaje de gratitud los extranjeros que

    visitan nuestro pas, y se dedican estudiar el Folk-lore filipino, voy trascribir la leyenda del Caimn convertido en piedra tal como lo escribi el ilustrado francs P. de la Girniere en su elegante idioma :

    "Je remontai dans ma pirogue, qui volait sur les "eaux comme une mouette lgre, la jolie rivire de "Pasig qui sort du lac de Bay, et va se jeter dans la "mer en traversant les faubourgs de Manille.

    "Les bords de cette rivire sont plants de touffes "de bambous et parsems de Jolies habitations indien-"nes; au-dessus du grand bourg de Pasig, elle reoit "les eaux de la rivire de San Mateo l'endroit o "cette rivire se reunit au fleuve de Pasig.

    "Sur la rive gauche, on aperoit encore les ruines "de la chapelle et du presbytre de Saint-Nicolas, le-"vs par les Chinois, dit la leggende que je vais essayer "de vous raconter.

    " une poque recule, un Chinois qui se trouvait

  • NNAY. IT. PASSA M. 67

    templo de San Nicols! cunta.- memoria* de amor despertadas por !a cueva Jo doa .Jer-nima! cuntas proezas de valor contadas por Maialici ria bot!

    La animacin so aumenta, el bullicio croce. Grupos de jvenes, grupos populares uni-

    "flans uno pirofilo et naviguait, soit sur la rivire de "'twit/, soit sur cello fio San Mateo, aperut tout v "coup un caiman qui so dirigea vers sa frle einhar-"cation, et la fit chavirer. A cotto vue, et en se son-"tant tomber a l'eau, l'infortun Chinois, qui avait "pour perspective de servir de pture au froce ani-"mal, appela son secours saint Nicolas. Vous ne 'Tucssiez peut tre pas fait, ni moi non plus, et nous "rions eu tort; l'ide tait bonne.

    "Le grand saint Nicolas entendit les cris de dtresse "du naufrag, lui apparut, et d'un coup de baguette, "cornine eut pu le faire une fe bienveillante, changea "le caman importuni en un rocher le Chinois "fut sauv.

    "Ne croyez pas que la lgende s'arrte la: les Chi-"nois ne sont pas ingrats; la Chine est le pays de la "terre porcelaine, du th, et de la reconnaissance.

    "Le Chinois chapp au sort cruel qui l'attendait "voulut consacrer le souvenir du miracle, et, de con-

  • ['fi ALEJANDRO PATERNO.

    dos por bandas de msica agitan pauelos y banderas, lanzan cohetes y bombas. Era ca-lillan Tnong. con la principala del pueblo de Psig, que reciban I). Evaristo y sus nu-merosos amigos en el embarcadero del pueblo.

    "cert avec ses frres de Manila, il leva une jolie "chapelle et un presbytre au grand saint Nicolas.

    "Cette chapelle fut longtemps desservie par un bon-"ze, et tous les ans, la Saint-Nicolas, les riches Chi-"nois de Manille se runissaient, au nombre de plu-s i e u r s milliers, pour donner des ftes qui duraient "quinze jours.

    "Mais il arriva qu'un archevque de Manille trouva "que ce culte de la reconnaissance chinoise tait du "panagisme, et fit enlever le toit du presbytre et cc-"lui de la chapelle.

    "Ces mesures brutales n'eurent aucun rsultat, si "ce n'est de laisser l'eau du ciel pntrer dans les b-"timents.

    "Mais pour le culte vou a saint Nicolas, il dura "toujours, et dure encore. Peut-tre est-ce bien par-"ce qu'on a voulu l'interdire!

    "De nos jours, a l'poque ou cette fte a lieu, c'est-"-dire vers le (i novembre de chaque anne, on peut "jouir d'un coup d'cel ravissant.

    "Le Punii/ Saint-Nicolas offre la nuit une dli-

  • NNAY.11. 1'ASIM. OU

    El embarcadero del Psig, durante el mes de Mayo, es casi indescriptible; es el punto de descanso de los romeros ; all hay fondas de bien surtida mesa; all, tiendas porttiles de dulces y refrescos, y todo gnero de fru-

    "cieu.se perspective: on y voit de grandes cmbarca-"tions amenes ;i grands frais do Manille, sur lesque-l l e s sont btis de vritables palais plusieurs ta-"ges, termins en pyramides, et clairs depuis la "base jusqu'au sommet.

    "Toutes ces lumires se refltent dans les eaux pai-s ib les de la riviere, et semblent augmenter le nombre "des toiles qui tremblent en se mirant a la surface "des flots: c'est Venise improvise.

    "Dans ce palais, on joue, on fume de l'opium, on "fait de la musique.

    "Le pvt, encens chinois, brle partout et conti-nuellement-en l'honneur de saint Nicolas, que l'on "invocale chaque matin, eu jetant dans la rivire des "petits carrs de papier de diverses couleurs. Saint-"Nicolas ne parait pas: la fte dure deux semaines, "au bout desquelles les fidles se retirent jusqu' "l'anne suivante."

    {Aventuren d'un Gentilhomme Union aux Iles Phi-lippine*, cap. vil, pginas 98, S)t> y 100, Pari, 1S7.)

  • 70 ALEJANDRO PATERNO.

    tas; all, los petates de btir, los ajuares de casa y la cermica del pas cubriendo el suelo. Todo el mundo compra algo; en Antipolo no hay ms que habitaciones ; falta todo, todo 2s caro.

    Nuestros amigos saltaron tierra. Clamo-res de jbilo y entusiasmo los acogieron; ha-banse con cario, saldanse con efusin, di-

    Petate. (Del mejicano petlatl), ro. Estera que se hace en Amrica y Filipinas, y que usan los indios para dormir sobre ella. (Din, por la Acad. Esp.)

    Bur. (Corypha umbraculifera. Corifa que lleva parasoles.) (Flora de Filipinas, por el P. Blanco.)

    "Esta palma se eleva mayor altura que los cocos, y es de mayor cuerpo tambin. Las hojas son tan grandes, que con una sola se pueden cubrir ms de cuatro hombres; con ellas hacen los indios petates y muchas cosas tiles y curiosas. De las pencas coci-das en agua sacan tambin unos hilos que emplean en hacer una especie de esteras llamadas Sagoran. Cor-tando el tallo de las flores que se ven en el extremo, y haciendo all un hoyo, se recoge todos ios das una gran porcin de licor dulce que se llama tuba, como el del coco, y se considera de iguales virtudes al dol

  • NNAY.II. PASIM. 71

    rgense sonrisas y preguntas, que respon-den con agradecimiento los recin llegados; todos toman parte en el preparado festn. Cmo describir ahora su animacin, su mo-vimiento, el espectculo de los trajes vistosos de seda, de diferentes combinaciones de co-lor, agitados por el viento bajo los resplando-res de un sol meridional?

    cabo Negro para los ticos. De l se hace tambin vinagre y una especie de miel negra que se llama Pacascas. De sus frutas maduras se hacen rosarios muy hermosos y con mucha facilidad, por estar casi hecho el agujerito. Las ligaduras de las hojas del 6

  • ALEJANDRO PATERNO.

    Los romeros han reposado ya, y prosiguen su camino empujados por las ondas bullido-ras ; y despus de haber pasado por entre las mrgenes cubiertas de patos,1 llegaron al em-barcadero de Cainta.

    Figuraos una sementera inmensa, limitada en lontananza por bosques de bambes que se desvanecen en las azules montaas, inte-

    Se alude al pueblo de Pateros. "Es admirable el mtodo que usan los indios de

    "Pateros y Taguig para empollar los huevos de los "patos. Los echan en grandes eauas, especie de cal-"deras, entre la cascara del grano de arroz, y slo "con el calor lento del fuego los hacen nacer y los "cran millares. Les 'forman sus casas cerca del " r o ; los alimentan con unos caracolillos que sacan "en abundancia del mismo ro de la laguna de Bay. "Salan los huevos sin abrirlos, cuya habilidad han "aprendido de los chinos, y los venden buen precio. "La cra de los patos es la subsistencia principal de "estos pueblos."

    (Historia de los l'P. Dominicos en las Islas Filipi-nas, por Pr. Juan Ferrando, corregida, variada y re-fundida por Fr. Joaqun Fonseca. Madrid, 1870, t. i, pgs. 28 y 29.)

  • NNAY.II. PASIM. 73

    rrumpida un lado por millares de grupos de tiendas porttiles para apagar la sed de los romeros, y al otro por calesas, carros, hamacas, bfalos y caballos de montar, y en cuyo centro pase una lnea blanca, formada por la senda, que se oculta bajo los rboles para aparecer una y otra vez siguiendo las ondulaciones de los montes, ya en el risueo valle, ya en la escarpada altura, y tendris una plida idea del embarcadero de Cainta.

    Nuestros romeros se arremolinan en varios grupos; hablan, beben cantan, saludando el nuevo suelo; unos eligen hamacas, otros buscan caballos, estos ajustan calesas, ms all aquellos trasladan de la banca la ca-rreta los ajuares, tilles convienen en ir pi, cules buscan con afn un nio extraviado; hay nias que ren, pequeuelos que se im-pacientan lloran ; una algazara, en fin, que presta este cuadro la ms extraordinaria animacin.

    Carlos dijo aproximndose Nnay :

  • 74 ALEJANDRO PATERNO.

    Mis amigos y yo pensamos ir pi hasta Antipolo ' para escoltar su hamaca.

    Y Nnay contest: No ir en hamaca, sino caballo. Mi

    madre lo prefiere, pues la han animado sus amigas antiguas de Nueva-cija que vienen con nosotras ; m tambin me gusta.

    i "Las aguas de Arrtipolo gozan de gran reputa-c i n ; los enfermos van tomarlas todos los aos en "la poca de la fiesta de la Virgen de Antipolo, que "dura diez y ocho das. Por todas partes se ven-lle-"gar en peregrinacin numerosas turbas de indios, "de mestizos, de chinos y de espaoles. Todos asisten " la gran procesin, llevando capillitas, imgenes de "la Virgen y aceites bendecidos. El pueblo de Anti-bo lo est situado en la cima de las ms altas mon-t a a s que rodean el lago de Bay; esta posicin tiene "un golpe de vista sorprendente y hermossimo.

    "Al subir hacia el pueblo se van descubriendo el "lago, despus una gran parte de la provincia de la "Laguna, luego la de Tondo, y finalmente Manila con "su baha, los diferentes pueblos que la circundan, las "numerosas islas de que est salpicada y todos aque-l l o s lugares que una vista ejercitada tabe unir sus "nombres medida que los reconoce al traves de un

  • NNAY.II. PASIM. *5

    Entonces voy avisar mis compaeros para que escojan los mejores caballos.

    Carlos fu avisar, en efecto, sus amigos que de entre ellos se juntaron jvenes, unos de Batangati, cubiertos con sus brillantes sa-lacots de carey, con adornos de plata; otros con relucientes salacots de asta de bfalo con incrustaciones de oro bruido ; varios con los estimados de nito, adornados de monedas ra-

    "anteojo. Agradable cosa sera para nosotros hacer "comprender i nuestros lectores la belleza encanta-d o r a de este paraje y el placer que ofrece el corto "viaje de Antipolo, que se verifica parte por agua, so-"bre el ro Psig, y parte en una especie de literas 6 "hamacas de bamb llevadas por dos hombres. Los "devotos van pi y tambin descalzos; pero la ma-"yor parte no van con otro objeto que divertirse, "Los chinos glotones van hacer grandes comilonas.

    (Leu Philippines, par J. Mallat, t. i, c. vil, pgs. 124 y 125. Paris, 1846.)

    Carey, concha de la tortuga paiiiam. Nito, m. Helcho que se cra en Filipinas, de tallo

    casi voluble y hojas que nacen por detrs de ste so-bre un pezoncito, todas ladeadas y divididas en dos.

  • 76 ALEJANDRO PATERNO.

    rsimas; todos vestidos con camisas traspa-rentes de alegres colores.

    Dirigise Carlos adonde se hallaban Nnay y doa Carmen, y las ofreci dos caballos mansos, pero andadores. Ellas los montaron agradecidas.

    D. Evaristo acababa tambin de encontrar una segura calesa, y se coloc en ella con toda comodidad.

    Doa Carmen, Nnay y las amigas hicieron andar los caballos, que las mecieron sobre sus grupas, con el paso portante, tan picado y uniforme, que hubieran podido llevar en la mano un vasolleno de agua sin derramarla.

    De los peciolos se saca el filamento, que sirve para construir sombreros y petacas. {Dir. por la Acad. Esp., 1884.)

    Es el Lyyo>odium circinatum de Swarts, helcho que no es trepador, sino verdaderamente asidor, el nico gnero del grupo que tiene esta especialidad. Sus races son remedio para curar las mordeduras de animales nonzoosos, mascndolas y aplicndolas so-bre ellas.

  • NNAY.II. PASIM.

    Hay un espacio despejado en la sementera; gnanlo. Los caballos espoleados agitan sus crines al par que los trajes movidos por el viento.

    La tierra removida como las ondas del ro se levanta en nube de polvo que las va envol-viendo.

    Un numeroso grupo de jvenes se lanza seguirlas cual nube de flechas disparadas con-tra ejrcito enemigo. Con sus relucientes sa-lacots, con sus blancos sombreros de jipi-japa y sus camisas de brillantsimos colores, se-mejan fugitivas bandadas de garzas y oro-pndolas espantadas al tiro del cazador.

    Carlos sigue con amorosa mirada Nnay ; ora el follaje del camino la esconde ; ora los carros y coches la confunden entre la multi-tud; ya la ve subiendo una montaa; ya des-aparece al torcer una vereda; quiere acercar-se ella, pues se acorta la distancia, pero un grupo le estorba ; desea hablarla, persigela, la alcanza tal vez, pero es la madre entonces

  • 78 ALEJANDRO PATERNO.

    alguna amiga quien lo impide; el corazn late con violencia ; su felicidad huye sin darle tiempo de hablar. Un torbellino de polvo la

    :lta, pero una rfaga de aire limpia la lsfera y el joven contempla su adorada

    sonriente sobre el caballo andador. El ca-mino termina, la comitiva para, y Nnay en-tra en el "santuario de Mara. Carlos sien-te inmensa pena por no haber podido conver-sar con su amor; pero su mirada triste se de-tiene en el altar, y halla en los ojos de la Ma-dre de Dios la vida, la luz y la esperanza.

    Entonces comprendi que la felicidad en la tierra es como dice el poeta : '

    Nube azul, blanca y ligera, que los sentidos engaa, y tras

  • NNAY.II. PASIM. 79

    l l ega . . . . se f u . . . . s ige la . . . . piensa asirla cada instante. . . . la nube siempre delante, pero siempre ms all.

    * *

    Los romeros se despiden unos de otros en el patio del templo para volverse ver pron-to; D. Evaristo con su familia se alojaron en la casa de D. Joaqun. Este les tena prepa-rada adems otra cercana para la bulliciosa comitiva.

    Quiero pasar en silencio la animacin des-usada que se nota en la calle; los naturales del pueblo con sus trajes oscuros asomndose las ventanas y empinndose en los botalo-nes, para admirar los recin llegados ; las

    Batalanes, especie de terrazas hechas con palma brava y bamb.

  • 80 ALEJANDRO PATERNO.

    mujeres llevando sus pequeuelos ; los nios que se agrupan alrededor de los carromatos para hacer comentarios sobre los variados objetos que se van descargando.

    Aquel seala con el dedo un petate finsi-mo de Baluac ; este unos abrazadores de seda ; el de ms all los mangustanex de Mindanao; aqu se recrean con los pichones de siete colores vivsimos del montes Busan ; all con las tinajas de hojaldres de Ceb y los grandes cntaros llenos de roscas de San Se-bastian.Qu hermosos nidos de salangan!

    Abrazador, almohadn, cuya forma es cilindrica, como de tres y medio pies de larpfo y sobre diez pul-padas de dimetro, el cual sirve para facilitar la cir-culacin del aire entre las piernas y los brazos donde se coloca.

    Mangustan, fruta riqusima del pas. (Graciana Mangostava Lin.)

    Salangan, avellila de pico diminuto, parecida la golondrina. Gray, en su obra Genera of birds (G-neros de aves), trae su descripcin (Collocalia troglo-

  • NiNAY.II. PASIM. 81

    observan algunos.Qu exquisito nntanjn! qu sabroso panait! exclaman otros.Cui-

    dytes Gray) ; pero no conviene completamente con la salangana filipina.

    Hay dos especies: la esculenta y la tiidificu. Viven casi siempre sobre las aguas del mar, alejndose mu-chas leguas de las playas. Ctrnensc sobre las olas, y acaricindolas con la punta de las alas, recogen con el pico en la superficie del agua una (roma blanca y difana, sustancia glutinosa, que llevan las caver-nas, situadas entre rocas las ms ridas y ms escar-padas, para construir su nido. Este, despus de su-frir una preparacin culinaria, es un manjar exqui-sito, por cuyo motivo se recoge con mucho anhelo, y forma un artculo preciado de comercio bajo el nom-bre de nido. Abunda mucho en Calamianes.

    Pansit, manjar chino. "Quant au pansit, qui est "devenu d'un usage gnral chez tous les habitants "de Manille, il y en a de deux espces: l'une se com-"pose d'nue pte de riz appele laxa, espce de ver-"micelle, de miqui ou farine de froment form en "macaroni, et d'un lgume appel mongo no nacido. "Ces ingrdients, ayant t cuits sparment, sont "remus et remis sur le feu dans de la raisse; on "y ajout edes chevrettes, du cachai, espce d'cha-l o t e de Chine, de la feuille de tango ou oreille-de-rat,

  • 82 ALEJANDRO PATERNO.

    dado qu de suman y potos tan ricos! mur-muran muchos.^ Yo me contentara con la

    "de la chair saucisse cuite enveloppe d'une pte "de farine, du quechui, espce de soya fait de chevret-"tes piles; puis, au moment de servir, on exprime "dessus du jus de citron.

    "L'autre sorte de pansit, appele lanlan (ou sutan-" jun) , est une espce de vermicelle transparent qui "vient de Chine; on y ajoute du bouillon de poulet et "de la chair de porc coupe par petits morceaux."

    (Mallat: Les Philippines, t. II, pgs. 142 y 143.) Suman, pastel de arroz reblandecido en agua cerca

    de diez horas, de una en el zumo de la fruta del coco y cocido luego al horno, envuelto siempre en hojas de pltanos de palmeras. Si se hace con arroz malat-(itit, se llama suman sa ibtts; si con arroz blanco y negro mezclados y aceite de coco, pinipic; si con maz, sa ditu; y si con arroz molido, boquerones, yema de huevo, coloreado con azafrn, entonces se denomina sa ligia, que es un manjar muy estimado.

    Poto, pastelito, cuya composicin se hace con arroz, aceite de coco, nuez del mismo rallada cruda, frita y azcar, envolvindola con hojas de pltanos de palmeras. Toma distinto nombre, como puta bum-bling, maya, cuchinta, etc., segn la clase del arroz con que se confecciona.

  • NNAY.II. PASIM. 83

    bibinca y los dulces de guayaba y santol. Quin pudiera comer aquellos chicos y chu-par aquellas manyan!

    Pero, batan, dejadnos pasar,dicen unos

    Bibinca, especie de pastel cocido al horno, com-puesto de arroz, en sus diversas variedades, azcar, aceite de coco y las veces huevo. Su forma 'es la de una tortilla la espaola. Generalmente se toma en el desayuno y la merienda con el chocolate, caf t, en lugar del pan y bollos que se acostumbre en Europa. Los forasteros se aficionan pronto este suave manjar que ocupa un sitio preferente en las mesas.

    Guayaba. (Psidium aromatieum.) Su fruta es sabrosa y de la cual se hace en las confiteras una jalea exquisita.

    Santol. (Satidorcum ternatum.) Su madera es de olor muy agradable, y con su fruto se hace riqu-simo dulce.

    Chicos, frutos del Achraa Sa pota. Achras sapote. "Los chicos, algo parecidos los nsperes en su

    "tamao y color, tambin son fruta delicada, as como "los Imizonex, que se dan en grandes racimos en los "troncos de sus rboles." (Fr. Ferrando, Historia, t. i, pgina 21.)

    Bata, palabra tagala que significa nio, muchacho. Voz aceptada por la Academia Espaola.

  • 84 ALEJANDRO PATERNO.

    caballeros que entran saludar la familia recin llegada.

    Dejad la puerta libre,grit una voz con acento imperativo desde dentro de la casa.

    Buenas tardes, D. Evaristo,dijeron los que entraban en el zagun ;corre de casa en casa la noticia de su llegada, y nos apre-suramos darle la bienvenida.

    Muchas gracias,respondi . Evaristo saliendo al encuentro de ellos.

    Qu tal ha sido el viaje? estarn ustedes fatigados,aadi uno de los amigos con la mayor solicitud.

    Qu calor y qu polvo habrn sufrido en el camino,repuso otro.

    Sin embargo, no ha habido tanto como lo esperbamos,respondi D. Evaristo.

    Es que esta maana ha llovido un poco, y por cierto nos ha extraado ver como pie-dras de agua, que se deshacan en nuestras manos al cogerlas.

  • NNAY.II. PASIM. 85

    Se llaman granizos,dijo D. Evaristo, en los pases fros se ven con frecuencia.

    *

    Los ltimos rayos del sol doraban las cum-bres de aquellas montaas bordadas de ma-nantiales ; el airecillo de la noche comenzaba agitar las siempre verdes hojas de sus r-boles, cuando las campanas del santuario to-caron la Oracin.

    La multitud alborozada reprimi sus gritos de jbilo al oir este toque tan sagrado; pro-fundo silencio rein por breves momentos, y comenzaron oirse esos murmullos, voces del alma que se remontan al cielo.

    Despus del rezo, como es costumbre en Filipinas, todos los de la casa saludaron D. Evaristo, como jefe de la familia, y doa Carmen aprovech esta ocasin para entre-

  • 80 ALEJANDRO PATERNO.

    gar sus huspedes los salbong, presentes que siempre llevan los recin llegados sus amigos antiguos.

    Doa Carmen, dirigindose la mujer de I). Joaqun, dijo sealando cuatro sacos de arroz de Taal que haba en un rincn de la cada :

    Tenga V. la bondad de admitir esos sacos. Y entregando varios paquetes que tena en

    la mano aadi: Y adems estas camisas de Agnoy y es-

    tas sayas de Ilo-llo.l

    Doa Paz, que as se llamaba la mujer de D. Joaqun, conociendo el valor de aquellos regalos, exclam:

    Esto es demasiado; V. siempre tan es-plndida con sus amigos.

    1 Las eamisfas de Agnoy son estimadas en Manila

    por la finura y delicadeza del tejido, y las de Ilo-Ilo por su rica seda de brillantes colores. El arroz de Taal es de lo mejor de Filipinas.

  • NNAY.II. PASIM. 8?

    Y su hija Loleng?pregunt Nnay con gran inters doa Paz, extraando no ha-berla visto an.

    A esta pregunta, doa Paz ocult el rostro entre ambas manos, dejando oir reprimidos sollozos.

    Ay, mi Loleng, mi hija querida,mur-mur,ha desaparecido !

    Desaparecido !exclamaron todos sor-prendidos.

    Cmo ha sido eso?replic Nnay con ansiedad.

    Los sollozos de la madre slo se oan en el silencio, que se apoder de los nimos, y al fin dijo doa Paz despus de un profundo suspiro :

    Triste es recordarlo! De qu enfermedad muri?pregunt

    Nnay con acento conmovido. Ay, no ha sido enfermedad! pero qu

    digo? tal vez ahora est enferma, y yo no puedo asistirla ; tal vez haya muerto, y no he

  • 88 ALEJANDRO PATERNO.

    sido yo quien le ha cerrado los ojos,con-test la madre angustiada.

    Pero qu ha pasado?pregunt doa Carmen con voz dulce y cariosa, llena del mayor inters;cuntenoslo, se lo rogamos.

    La desgraciada madre, tomando aliento para reprimir su dolor, comenz de esta manera :

    "Un da de la poca de los-s-es J fuimos mi

    1 La poca- de los ates es Marzo y Abril.

    "El Ate es comn de todas estas islas: el rbol no "es de especial grandeza; pero su fruta en el sabor, "olor, y dulzura no me parece, que tiene quien la com-"pita. Es de la hechura de una Pina pequea esca-l a d a , pero redonda : quando se sazona, destila una "finissima agua rossada, y al comerla se experimenta "esta fragancia misma. Esta llena de huesecitos ne-"gros, y de entre estos se chupa su meollo, que es "suavissimo, como vnas Mantequillas."

    (Fr. Juan Francisco de San Antonio, Descripcin de las Islas Filipinas, parte i, libro I, cap. lx, par. 113, pg. 37.)

    Hojas alternas, medio elpticas, aquilladas, ondea-das y apena^ vellosas por las orillas y pgina infarior. Flores axilares, solitarias y pndulas. Cliz peque-

  • NNAY.II. PASIM. 89

    hija y yo baarnos. Oh, qu presente est an en mi memoria aquel instante! Ella sa-li por esa puerta llorando;" y doa Paz se-alaba la puerta de la escalera; sus ojos se llenaron de lgrimas, y mientras los enjugaba con la palma de las manos aadi:

    "La pobrecilla sollozaba bajo, y aun me

    simo, con tres dientes. Corola grande, hendida casi hasta la base en tres partes carnosas, con tres ngu-los. Estambres en mucho nmero, y colocados de-bajo de los pistilos, con los cuales forman la figura de un cono. Filamentos cortsimos. Anteras cuadri-longas, comprimidas. Pistilos en mucho nmero, re-unidos sobre los estambres en forma cnica. Estilos cortsimos. Estigmas gruesecitos cnicos. Fruto de figura de corazn, cubierto de escamas, con innume-rables semillas medio ovales, con la corteza huesosa, envuetas en un arilo membranceo y pulposo, y fijas todas alrededor de un eje cnico.

    Estos arbolitos se elevan la altura de ocho nueve pies. La carne del fruto es aromtica, muy blanda y de las mejores de Filipinas. Sus flores des-piden un olor parecido al del vino de coco. Las ra-ces, cocidas con leja, dan un color encarnado dbil, Florece en Febrero. (Fr. Manuel Blanco, Flora de Filipinas.)

  • 90 ALEJANDRO PATERNO.

    pareci haberla odo suspirar:Ay, madre ma!Pero como haca tres das que la ob-servaba en ese estado, no quise decir nada por no afligirla ms, y segu mi camino, y ella me sigui.

    "Mientras nos babamos omos el arrullo de la paloma montesa y el trino armonioso del Mara capra en los prximos caaverales. Not que Loleng se haba estremecido ; me acerqu para preguntarla:

    "Qu tienes, hija ma? "Y ella, ahogando un suspiro, me contest: "Nada, madre mm ; el canto de esas ave-

    cillas me causa tanta pena ! me oprime tan-to el corazn ! ahora tan alegres, y quiz antes de caer la tarde sus polluelos habrn de llorarles !

    "El sol estaba alto, y pisbamos ya la som-bra de nuestras cabezas ; el canto de los pja-ros segua arrullando nuestros odos, confun-dindose con el murmullo de las aguas.

    "Mi Loleng aproxim su cabeza la ma,

  • NNAY.II. TASIM. 91

    y viendo juntos nuestros cabellos, exclam: " Oh, qu hermoso es el vuestro, madre

    ma!y con frentica pasin lo cubri de besos.

    "Dejme sorprendida este arrebato, pero call. Se visti lentamente, mirndome con infinita ternura, y luego dijo:

    "Mientras conclus de vestiros, madre querida, voy recoger algunas flores.

    "Y se alejo, ; ay de m. para no verla ya ms ! "Cmo haba de figurarme que seran es-

    tas palabras las ltimas que oira de sus la-bios? Que aquella mirada tan cariosa se-ra el ltimo adis que me daba?"

    Apenas pudo terminar esta frase la infor-tunada madre; la pena le embarg la voz.

    Todos los que la escuchaban habanse con-movido, y brotaron de los ojos de Nnay las lgrimas contenidas entre sus prpados para no aumentar la amargura de la madre des-venturada.

    Despus de breve pausa doa Paz continu:

  • 92 ALEJANDRO PATERNO.

    " Se fu, y en vano esper su vuelta ! La busqu por todos lados; pregunt los que encontraba, y nadie me daba razn de ella. Loca de dolor volv casa ; la llam y no me contestaba; fui la iglesia, la plaza, la casa de nuestros amigos y parientes, y todos se admiraban de mis preguntas.

    "Entonces empezaron mis sospechas; vol-vieron pasar delante de m los hechos que haba presenciado aquel da. Su salida de esta casa, sus lgrimas escondidas, sus sollo-zos comprimidos, los ayes que se le escapaban, las palabras cariosas, los besos mi cabello, aquella mirada tan triste, ay ! todo, me evi-denci que era para despedirse de m, y yo, infeliz, nada haba comprendido.

    "Sin embargo, dud. Cmo pensar que mi Loleng me haba de abandonar, si ella y yo nos queramos tanto ! Me dirig la casa de su novio, y all me dijeron que no le haban visto desde la madrugada. Entonces fu cuando vi la triste realidad, y no pude menos

  • NNAY.II. PASIM. 03

    de llorar, y hasta ahora dura ini llanto. Oli, si al menos la hubiese besado; si la hubiese dado mi bendicin, tendra hoy algn con-suelo! Pero cmo no lo comprend, Virgen santa? y eso que mi corazn parece que me lo deca! Mas cmo sospecharlo, si haca tres das que ella estaba triste, afligida, ape-nas poda comer, ni dormir? Ahora la veo, sola, abatida, retorcindose de dolor, sufrien-do horriblemente pensando en su fuga.

    "Oh, la Virgen de la Paz la proteja! Si el cielo tocara su corazn y volviese esta casa, yo la perdonara, yo la recibira, como si no hubiera cometido ninguna falta ; la ama-ra ms, si esto fuese posible."

    As desahogaba el corazn apenado aque-lla madre sin consuelo.

    D. Evaristo y su familia escucharon con lgrimas en los ojos esta triste relacin.

    Cmo obraron as?pregunt doa Carmen ;pues segn he comprendido cono-ca usted al novio.

  • 91 ALEJANDRO PATERNO.

    S, seora, le conocamos, y es de buena familia; pero era enemigo de D. Juan Silvey-ro, y no quera casarlos. Nosotros, temiendo la ira del poderoso, tampoco quisimos con-sentirlo.

    "Terminaba la estacin de los Umaonesl

    cuando nos pidi por tercera vez Berto, que

    1 Termina la estacin de los lansones por el mes

    de Noviembre. Lansones. Tronco derecho, ramoso. Hojas alternas,

    aladas, sin impan Hojuelas lanceoladas, ondeadas, tiesecitas, enteras y lampias. Peciolos cortsimos. Flores en espiga. Cada flor tiene en la base tres es-camas, la. del medio mayor. Cliz en cuatro cinco partes redondeadas y sobrepuestas unas otras. (orla poco ms larga que el cliz, de cinco ptalos redondeados, cncavos y sobrepuestos unos otros. Sectario globoso y con ocho diez dientecillos en el borde. Estambres desde ocho hasta diez, fijos en el borde del nectario. Filamentos, ninguno. Antera* regulares, larguitas. Germen superior, cnico. Es-tilo grueso, con estras. Estigma grueso, deprimido, apenas hendido en dos partes, y cada una de estas con dientecillos. Baya oval, cubierta con una mem-brana blanca y tenaz; la carne, dividida en cinco segmentos, cubiertos todava con una membrana pro-

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    as se llama el infame seductor, la mano de nuestra Loleng, y nosotros le quitamos toda esperanza, prohibindole que viniese verla.

    "Ella estuvo desde entonces triste. Con este motivo el Sr. Silveyro vena vernos menudo, pero Loleng le tena tal odio que ape-nas le divisaba entrando en el portal, hua la casa de su amiga."

    pia, y en cada uno una semilla oval comprimida; al-gunas abortan.

    Este rbol, que es indgena de las islas, se da muy bien en la provincia de la Laguna y en otras partes. Se eleva la altura de doce pies, y en otros lugares mucho ms. En los montes de Balanga se encuen-tran lanznos silvestres de sabor spero. El fruto del lanzn cultivado no deja de ser sabroso; su cor-teza despide una leche pegajosa, y las semillas son verdes y amargas. Es conocido de todos en las islas, pero ignoro si la palabra Ian-ones lansones es ex-tranjera del pas; ella tiene semejanza con lasona, que es cebolla; y en efecto, los lansones se parecen en ciertas cosas esta raz. He odo que se ha formado un gnero nuevo de estos rboles. Florece en Junio. Conviene con la Ekebergia de Jussieu.

    (Flora de Filipinas por el P. Blanco.)

  • 96 ALEJANDRO PATERNO.

    En esto llegaba la relacin de doa Paz, cuando la brillante orquesta entr en la casa tocando un wals de Straus para dar las bue-nas noches la familia de D. Evaristo.

    La madre angustiada, al oir aquella m-sica alegre, se entristeci mucho ms. Cada nota le pareca un dardo que penetraba en su corazn.

    Infeliz!exclam D. Evaristo, y aa-di:Ya hallaremos su hija; pondr todos los recursos para encontrarla.

    Dios lo quiera!murmur doa Paz, que recogiendo silenciosamente los presentes de doa Carmen se retir su cuarto para llorar solas su pena.

    Los acordes de la orquesta atrajeron gentes del pueblo; tales se sentaban en los tramos de la escalera, cules ms atrevidos se aso-maban la puerta de la cada en apiado (rupo para mirar los msicos.

    Varios criados de diferentes casas entraron presentando regalos: aves, frutas, miel, se-

  • NNAY.II. PASIM. 97

    gun costumbre del pueblo, los cuales recorda-ron doa Carmen la hora de la cena, y mientras la preparaban acudieron otras mu-chas personas saludar la familia de I). Evaristo por su feliz llegada.

    Como la servidumbre advirtiese que la mesa del comedor iba en un carro retrasado, se dis-puso que el servicio se extendiera en el suelo de la espaciosa cada.

    En efecto, as se hizo. Trazaron con pla-tos una gran circunferencia, dentro de la cual pusieron las fuentes de pavos, adobos, frita-das y otros exquisitos manjares, formando un apretado crculo.

    Entre este crculo de fuentes y la circunfe-rencia de platos humeaban grandes platones de morisqueta y brillaban vasos y copas refle-jando los fulgores de encendidas bujas.

    Morisqueta, arroz cocido. "El arroz se da en todas partes, y lo hay de varias

    calidades, algunas de las cuales son ms finas, blan-7

  • 98 ALEJANDRO PATERNO.

    Alrededor extendieron las esterillas de Ba-luac para sentarse.

    Encendironse los globos y faroles colgados en las ventanas, los que iluminaron capricho-samente aquella alegre estancia.

    Los criados presentaron palanganas para lavarse las manos; las criadas distribuyeron cojines y almohadones, y todos los presentes se sentaron, comenzando el improvisado fes-

    cas y sabrosas que el de Valencia. El que llaman de monte se siembra como el trigo, y el llamado bacal por los tagalos se da en menos de dos meses. . . . En tierras buenas produce regularmente el arroz cin-cuenta por uno de su semilla. El arroz tubigan de regado se siembra primeramente en almcigas, y cuando tiene media vara de altura se planta en la tierra preparada, que por lo regular est cubierta de agua. Esta operacin se hace regularmente por Agosto en tierra de tagalos, y se corta por Diciembre. Es el arroz el verdadero pan de los indios filipinos: lo comen cocido con agua solamente, y sin ella lo conservan hasta veinticuatro horas."

    (Historia de los PP. Dominicos, por Fr. Ferrando, t. I, pginas 21 y 22.)

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    tin. Y si hubieseis visto sus sencillos movi-mientos, sus ingenuos modales, su modo de sentarse y hasta el uso de los dedos para to-mar los manjares, os hubieran