Niño Deseao, Niño Feliz_Francoise Dolto

Embed Size (px)

Citation preview

  • Franoise Dolto

    Nio deseado, nio feliz

    g u a s p a r a p a d r e s | p a i d s

  • Franoise Dolto

    Nio deseado, nio feliz

    Claves para aceptar, comprender y respetar

    las particularidades de sus hijos

    edidonesPAIDOS

    Barcelona-Buenos Aires-Mxico

  • lilulo original: Lorsque l'enfant parat, tome 3 l uhlicado en francs por ditions du Seuil, Paris Ir.ulucdn de Alfredo Bez Sii|)(>rvisin de Nelba Martinez de Nasio

    4:' edicin, 1994

    Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacin escrita de los titulares del "Copyright", bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier mtodo o procedimiento, comprendidos la reprografa y el tratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ella mediante alquiler o prstamo pblicos.

    1979 by ditions du Seuil, Pars de todas las ediciones en castellano,

    Ediciones Paids Ibrica, S.A.,Mariano Cub, 92 - 08021 Barcelona, y Editorial Paids, SAICF,Defensa, 599 - Buenos Aires.

    ISBN: 84-7509-551-8 Depsito legal: B-20.215/1994Impreso en Novagrfik, S.L.Puigcerd, 127 - 08019 BarcelonaImpreso en Espaa - Printed in Spain

  • Indice

    1. Es menester que los dos padres deseen al hijo .............. 92. Ya ves, te toco: soy yo, eres t ........................................ 183. Fascinacin por los elementos ......................................... 214. Cuando los circuitos de la computadora se embrollan . 295. Blancanieves es alguien que trajina desde la maana a la

    noche ................................................................................... 386. No slo con los padres sino con muchos otros ............ 427. Explicar los ruidos y hacer amar la msica amndola . 528. No es bueno decir todas las verdades.............................. 599. El propio nio debe hacerse responsable........................ 70

    10. Por qu la escuela tiene que ser tan triste? .................. 7811. Preprate para el futuro! ................................................. 8612. Estoy hasta la coronilla! ........................................ .. 9813. Los nios son alegres cuando el ambiente es alegre . . . 10914. Siempre son inteligentes en algo ...................................... 815. Estar muy dotado en el plano escolar no significa ser

    superdotado ........................................................................ 13416. Mimar a los nietos no significa amarlos ........................ 4317. Quin tiene razn? ........................................................... 15118. Todo trabajo merece salario ............................................ 154Apndice: ejemplo de una psicoterapia......................... 158Indice analtico .......................................................................... 179

  • 1. Es menester que los dos padres deseen al hijo

    (Bebs program ados o bebs sorpresas?)

    Antes haba ms familias numerosas que ahora. H oy la gente tiene tendencia a decidir si el nio debe venir o no; de alguna manera se lo programa.

    En efecto, ese es un resultado de la liberacin de las medidas anticonceptivas. Muchos padres program an a sus hijos de la misma manera en que program an la com pra de una mquina de lavar o un aparato de televisin; desgraciadamente, se llama a estos hijos hijos deseados. El hijo deseado es, en realidad, el que viene por aadidura y a causa del deseo de una pareja que es ya muy feliz sin hijos. Entonces, de pronto, los miembros de la pareja se encuentran convertidos en padres.

    Una mujer le escribe a usted: Para mi marido y para m, la cuestin es sta: Vendr o no vendr un hijo? Este tema no concierne directamente a las charlas que usted da, pero a nosotros s. Esta seora explica que el marido es arquelogo investigador y que ella misma es tcnica en radiologa. Es suiza y trabaja a menudo en Suiza porque en Francia no est reconocido su diploma; el marido debe ausentarse con frecuencia para hacer trabajos

    9

  • de excavacin. Dice luego: Los dos tendramos deseos de un beb, pero no imaginamos cmo podremos vivir en el futuro con un hijo grande. Por razones de edad (esta seora tiene treinta y cuatro aos) y por razones financieras, sera nuestro nico hijo. Iji cuanto a mi marido, lo sacrifica todo a su trabajo. Yo lo comprendo, pues a m tambin me apasiona su t r a b a j o S e pregunta si no ser una tontera poner en peligro su vida de pareja, que por lo visto es muy feliz, teniendo un hijo para hacer como todo el mundo. Ella misma lo dice: Es normal tener hijos, es la verdadera vida.

    Kn primer lugar, esta mujer dice: Tengo treinta y cuatro aos como si fuera una anciana y dice tambin de manera que slo podra tener un hijo . En todo caso, sobre esto puedo asegurarle que treinta y cuatro aos es una edad excelente para comenzar a tener hijos.

    Ya saba yo que usted le iba a decir eso.

    Y hasta los cuarenta. A veces, tener el prim er hijo a los cuarenta es un poco difcil por muchas razones, pero a los treinta y cuatro aos se est realmente en la flor de la edad, en una edad de madurez. Por supuesto que se pueden tener hijos mucho antes, pero a los treinta y cuatro aos la mujer alcanza la plenitud de su salud, su madurez.

    Luego nos escribe que el m arido y ella frecuentan a amigos que son como ellos. Form an un grupo que viven un poco como los estudiantes mayores: cada cual se dedica a sus estudios y ninguno tiene hijos. Yo no creo mucho en esto. Pienso que cuando aparece el hijo, cuando est presente y se lo ama, uno se las arregla. Antes de tenerlo todo parece una m ontaa de dificultades, pero si los miembros de la pareja quieren a su hijo, aun con la profesin que ejercen, se complacern en verlo crecer, porque uno no tiene un hijo por tener un beb, de otra manera sera lo mismo que jugar con muecas. Es menester que los dos padres deseen realmente al hijo, pero tambin que sepan

  • Es menester que los dos padres deseen al hijo / 11

    que cuando el hijo nace, es l quien los convierte en padres. A partir de ese momento el hijo no es ya un beb. Los padres haban pensado en un beb y ahora se trata de un ser humano, un varn o una nia, que crece, que les abre horizontes, porque un hijo plantea constantemente nuevas cuestiones. Y esto es lo que hace evolucionar a una pareja que ya se entiende bien, una pareja acostum brada a su vida, a separarse de vez en cuando a causa del trabajo del marido. Claro est que un hijo cambiar todo eso. Es necesario que esta seora lo sepa. Pero bien vale la pena. No para hacer como los dems, sino por ella misma. Si desea tener un hijo, que lo tenga. Sin embargo, no soy yo quien pueda decirle lo que debe hacer, pues es una cuestin de la pareja.

    A l escucharla a usted, tiene uno la impresin de que es ms partidaria de los bebs sorpresas que de los bebs programados.

    S, porque representan en verdad el am or de una pareja y porque los padres se sienten felices de que ese hijo haya deseado nacer dndoles casi una sorpresa.

    Para evitar los malentendidos quiero precisar as y todo que lo que usted acaba de decir no se opone en modo alguno al hecho de que las medidas anticonceptivas son tiles.

    Desde luego. Este es un descubrimiento maravilloso que al mismo tiempo nos obliga a que hagamos grandes esfuerzos para educar a la juventud: porque evitar tener un hijo y saber que puede evitarse hace que la decisin de dar la luz verde al hijo sea muy difcil para algunos que quisieran estar ya completamente preparados para ello. A hora bien, nunca estamos preparados para la sorpresa de lo desconocido que representa un ser hum ano. Podemos impedir que se produzca un nacimiento, pero no podemos saber lo que ser un ser hum ano engendrado en el encuentro de dos seres. Lo que podemos hacer es educar a los jvenes para que un buen da estn preparados para esa

  • sorpresa. Si los medios anticonceptivos permiten que el individuo madure y se haga capaz de asum ir sus responsabilidades, no deben tam poco ser una obsesin en la inmadurez de los jvenes. No se olvide que tambin el hijo al nacer aporta a sus padres fuerzas de m aduracin, de transform acin; con el hijo los padres cambian y no siguen siendo iguales a lo que eran en el momento en que lo concibieron. Como prueba citar el caso de padres que adoptan a nios porque ellos mismos no pueden tenerlos: en el curso de la educacin de esos hijos adoptivos, adquieren frecuentemente una madurez tal que sus cuerpos se hacen capaces de concebir hijos de su propia sangre, siendo as que antes eran estriles. Se trata de una concepcin sorpresa, inesperada que, por lo dems, est muy bien.

    Podramos concluir diciendo que es el hijo quien convierte una pareja en un padre y una madre; la pareja da luz verde al hijo concebido, de acuerdo, pero no deben aguardar a ser perfectos para hacerlo. Los padres dicen: Bueno, estamos dispuestos a aceptar lo desconocido que es un hijo, si quiere venir . Y entonces la pareja adquiere nuevo sentido con la ayuda del beb.

    Aqu tenemos la carta de una madre que no haba programado el nacimiento de su hijo que ahora tiene doce aos. Cuando lo tuvo, esta mujer careca de madurez, lo mismo que el marido. Aqu est su anlisis actual: Quizs en aquella poca me faltaba tambin simple sentido comn: me senta poco equilibrada; acept de mala gana a ese hijo lo cual hizo que en aquel momento me mostrara muy dura con l; lo reprenda severamente, no lo alzaba nunca en mis brazos; el nio lloraba con frecuencia...

    Es un nio que lleg demasiado tem prano.

    Y esta seora escribe: Ahora no comprendo cmo pude pensar as un solo instante; y agrega algo que le interesar a usted: Qu extraordinario sera que en las escuelas se instruyera a los

  • Es menester que los dos padres deseen al hijo / 13

    jvenes, se les impartieran cursos, se los preparara sobre la psicologa del nio, sobre la manera de ocuparse de l!

    No creo que eso pueda ser objeto de un curso al que asiste uno sentado. Realmente pienso que es una cuestin de la vida prctica. Ese aprendizaje y esa experiencia ya no existen desde que desaparecieron las familias numerosas. Las familias numerosas tenan a veces inconvenientes, pero en todo caso ofrecan la gran ventaja de hacer parecer natural a los nios de la casa el hecho de que hubiera pequeitos y bebs en ella; al crecer, los chicos vean todo lo que se haca con los menores que form aban parte de la vida de sus padres, de la vida de la familia toda. Y como cada nio es diferente, adquiran ya una pequea experiencia psicolgica que tal vez no pudiera describirse en trminos cientficos, pero que era psicologa viva.

    Este nio de doce aos es hijo nico. Naci demasiado temprano y los padres no pudieron tener otros o se sintieron tan perturbados por la tarea de esta educacin difcil que no quisieron tener otros hijos. La madre se pregunta ahora si no habr que dar hoy lo que no tuvo cuando era pequeo a este nio que vive como si fuera menor de lo que es, que se refugia en el regazo de la madre, que le pide caricias de pequeuelo, que se come las uas.

    Esto me hace pensar en las madres que dicen: No he alimentado bien a mi hijo en su momento; no le di todos los biberones que era necesario darle; ahora tiene doce aos y voy a volver a darle los biberones que le faltaron . No, eso es asunto term inado. Ahora es preciso que viva como un chico de doce aos. Creo que se aferra tanto a las faldas de la madre porque no tiene compaeros. Lo mejor que los padres pueden hacer por el nio es ir a pasar las vacaciones a uno de esos campamentos donde hay otras familias; all los padres estarn con personas de su edad y el nio estar con chicos de la suya.

  • 14

    Esta seora habla tambin de las colonias de vacaciones y dice: M i hijo fu e varias veces a esas colonias, pero nunca logr sentirse a gusto en ellas...

    Porque los padres no iban...

    Ahora ya no quiere en modo alguno ir a esas colonias. Slo se siente realmente fe liz con nosotros, de manera que este ao hemos tomado la decisin de no enviarlo a una colonia...

    Este es un nio que vivi metido en un tro muy encerrado en s mismo. Por supuesto que no poda dar buen resultado enviar al nio solo a una colonia de vacaciones. No. Me refiero a esos campamentos de vacaciones o a esos hoteles familiares en que padres e hijos estn mezclados. Los chicos se divierten enormemente practicando volley, remo, natacin, con compaeros de su edad, sin dejar por eso de estar en compaa de sus padres. Y stos se divierten y distraen con los adultos tanto como sus hijos. Por el momento, este chico se encuentra como entre viejos, pues los padres llevan una vida aislada. Se siente en dificultad. Creo que tambin a los padres les vendra bien este tipo de vacaciones colectivas. Tanto para ellos como para el hijo la vida se reanimara. Me parece que eso les falt.

    Para volver a lo que deca esta seora, en efecto, me gustara mucho que los jvenes y las muchachas se adiestraran para cuidar a los pequeos. Lamento que actualmente no haya posibilidades de que a partir de los catorce o quince aos los jvenes puedan turnarse de a cuatro o de a tres para ocuparse de los pequeos y jugar con ellos en el jardn de infantes de su escuela. Probablemente esa actividad les parecera muy divertida. Y despus, alguien de la escuela tal vez la psicloga de la escuela, por qu no? , al hablarles de lo que vieron y de lo que hicieron con los pequeos podra explicarles lo que ocurri en sus relaciones con los nios. Tambin las muchachas podran prepararse para atender a nios quizs ayudando a las mams.

  • Es menester que los dos padres deseen al hijo / I

    En las guarderas y jardines de infantes podran reservarse treso cuatro plazas para muchachas que, por turno, quisieran apren der su oficio de futuras mams.

    Veamos ahora una carta referente a un hijo que lleg demasiado tarde, puesto que quien le escribe a usted es una madre de cincuenta y tres aos cuyo hijo tiene seis. El marido tiene sesenta y tres. El problema es ste: dentro de cinco aos la mujer se jubilar. Mi marido y yo iremos a vivir a un medio menos rural que el actual a las proximidades de una gran ciudad donde ha va un liceo. Siento un poco de miedo de que mi hijo se vea perturbado en su preadolescencia por esta pregunta que no dejarn de hacerle: Es tu madre o tu abuela? porque, aunque todava no soy una vieja, no puedo esperar parecer de veinticinco aos y ni siquiera de treinta y cinco. El marido opina que lo mejor es no asignar ninguna importancia a esta cuestin y dice que, despus de lodo, muchos nios tienen problemas, como por ejemplo, cuando sus padres son de razas diferentes. Su hijo slo tiene que asumir su propio problema, es decir, el de tener padres viejos. Esta seora escribe adems: Lo que me hace presentir en mi hijo un problema inexpresado es el hecho de que no le guste la gente madura, 'rente a la televisin y cuando ve a una cantante de edad madura, que a m me parece sin embargo muy seductora, declara: Es una vieja'. Por ejemplo, idolatraba a John Wayne, de quien vio muchas pelculas. Hace poco qued horriblemente decepcionado porque lo vio en un film e que databa de unos pocos aos atrs y entonces exclam: Pero si es un viejo! Esta gente tuvo, pues, un hijo muy tarde; ese hijo tiene ahora seis aos y no le gustan los viejos. La seora agrega, por lo dems: Sobre todo no vaya a creer usted que proyecto en mi hijo mi propia resistencia a envejecer. Por supuesto que me molesta envejecer, como a todo el mundo. Pero eso es todo. Entonces, qu debo hacer? Debo hablar con mi hijo y decir francamente nuestra edad (porque evidentemente nunca se lo han dicho), o hablar ms adelante o callarme, como me lo aconseja mi marido?

  • 16

    Pero vamos! Hay que decir la verdad. Cuando el chico dice que no le gustan los viejos hay que responderle: Pues no tienes la posibilidad de elegir, porque tienes padres viejos, I Entonces preguntar: Pero, qu edad tenis? En ese momento a mujer debe decirle su edad y mostrarle los documentos de lasnilia, puesto que el chico ya est en edad de haber comenzado ;i leer. Debe saber que por lo menos tiene derecho a conocer la edad de sus padres. Y sobre todo que esta seora no se crea una anciana, pues uno no tiene la edad civil...

    S, uno tiene la edad de sus arterias!

    Y tambin la edad de sus rganos: esta seora tuvo un hijo a la edad en que otras mujeres ya no pueden tenerlo. Eso prueba que tiene una edad fsica mucho menor de lo que se imagina. Se pregunta: Soy joven? Soy vieja? Lo que puedo decirle es que los hijos se sienten mucho ms embarazados con madres jvenes cuando tienen catorce o quince aos que con madres maduras: una madre m adura no puede ser la rival de las amiguitas que el chico querra tener. Lo im portante es que el lujo sepa la verdad ahora mismo. No me sorprendera que dijera: Pero cmo? No sois viejos, puesto que sois mis padres . Muchos chicos de seis aos se plantan frente a la madre de veinticinco o veintiocho aos y le declaran: Oh!, t por lo menos tienes cien aos . Si la madre responde No, no tengo eien aos , el chico dir Ah! Bueno, yo lo crea . Y eso es todo. Para los nios la edad nada tiene que ver con el nmero de aos.

    Pero si un nio hace todas esas observaciones, quiere decir que comprendi?

    No, pero debe de haberlo odo decir cuando era pequeo y aun cuando estaba en la cuna, pues todo queda impreso en el cerebro de los nios. En todo caso, ya es hora de que los padres le digan la verdad. Los padres no son ni jvenes ni viejos para

  • Es menester que los dos padres deseen al hijo / 17

    los hijos: es la madre, es el padre. Adems que la madre no se haga ideas falsas sobre lo que podr ocurrir dentro de algunos aos. Pasar lo que deba pasar da a da. Es todo. El chico sabr ms rpidam ente que debe hacerse responsable de s mismo lo antes posible. Y adems, quin dice que no lleguen a centenarios despus de todo?

    Para terminar con una sonrisa podemos referir a esta corresponsal el recuerdo que relata Pagnol en uno de los tres volmenes que dedica a su infancia: un da, cuando tena cinco o seis aos, haba odo decir a los adultos de su casa que llegara una ta que era bastante madura y de la cual todos decan: Ah, ah, y acaba de tener un hijo. Qu tarde! Ser un hijo de viejos!. Pagnol cuenta cmo, en puntas de pie, despus de la llegada de aquella ta con el hijo a quien no haba visto, haba entrado en la habitacin para inclinarse sobre la cuna. Y se sinti consternado al ver a un beb todo rosado y sin cabellos cuando l esperaba ver a un beb con una gran barba.

    Y bueno, lo que esta seora podra decirle al hijo es esto: Todava tienes suerte por no haber nacido con una barba, t que eres hijo de viejos . Es seguro que al chico le parecer cmico. Y tambin podra decirle: Mira, los hijos de viejos tienen suerte porque sus padres han reflexionado largamente y los hijos incorporaron toda la riqueza de experiencia de sus padres. Has sido muy listo al elegirnos viejos .

  • 2. Ya ves, te toco: soy yo, eres t

    (El espejo)

    Tenemos aqu un testimonio bastante extraordinario que interesar, segn creo, a muchas madres de hijos mellizos. La corresponsal que nos envi la carta tiene dos hijas de siete y ocho aos y dos varones mellizos, verdaderos mellizos, segn precisa la seora, de tres aos. Viven en el campo y van todos a la escuela que se encuentra a unos diez kilmetros de distancia (gracias a los servicios de transporte escolar). Los dos varones fueron a la escuela por primera vez a los dos aos y medio. Y en ella se encuentran a sus anchas. Segn la madre, son dos pilluelos que rebosan alegra de vivir.

    Ahora bien, vea lo que ocurri. Una maana uno de los chicos se quej de que le dola el cuello, que estaba efectivamente hinchado bajo la mandbula y una oreja. No tena fiebre, pero la madre pretiri que se quedara en casa temiendo que se tratara de paperas. Mando a Ut escuela al otro chico que no estaba muy contento, pero que de todos modos parti con sus hermanas. El que permaneci en casa, al pasar por el dormitorio de sus padres se haba mirado en un gran espejo de pared. En ese momento la madre le oy preguntar a su hermano: Cmo? Ests aqu? La madre pens al principio que el nio jugaba, pero ste insista y se puso

    18

  • Ya ves, te toco: soy yo, eres t / 19

    a llorar y a suplicar a su hermano del espejo: No tomes mi motocicleta cuando, en realidad, desde luego, era l mismo quien estaba sentado sobre la tal motocicleta. Como pareciera desesperado, la madre se le acerc, le habl y le explic que era l mismo el que vea en el espejo mientras le mostraba su propia imagen junto a la del chico en el espejo; pero el nio no dejaba de hablar con su hermano. La madre, para distraerlo de aquella situacin, trat de apartarlo y le mand que fuera a buscar el correo del da. Pero l no quera alejarse del espejo. Nunca va vestido como su hermano; siempre los consideramos dos nios diferentes. Le hice notar entonces que los zapatos y los pantalones no eran los del hermano. Entonces comenz a comprender, pero la situacin era demasiado inusitada para l y no llegaba a convencerse de que su hermano no estuviera all presente y no le hablara exactamente como cuando jugaban juntos. Lo que realmente me sorprendi era el hecho de que no finga en modo alguno y que estaba profundamente perturbado. A l cabo de un rato se fu e a buscar una caja, se mir en el espejo y entonces pronunci su propio nombre diciendo: Vaya! Aqu (en el espejo) hay una caja!

    Eso es muy curioso porque se trata de un nio que ya habla normalmente y emplea el pronom bre yo . Ahora bien, en este caso, como si fuera un nio mucho menor, utiliza la tercera persona. La madre procedi muy bien, pues este hecho demuestra hasta qu punto el nio se turb por esta inslita experiencia.

    Luego volvi al espejo para mirarse con otros juguetes. Y la madre le dio un trozo de torta que el chico comi frente al espejo haciendo visajes: De pronto tuve la impresin de que haba retornado a la tierra, pues se puso a enumerar todo lo que vea en el espejo: una silla, la cama, la ventana, un vestido, etc. Por fin, sali de la habitacin diciendo: Claro, mi hermano est en la escuela. Todo est bien. Y as termin el incidente.

    Es un caso muy interesante. La madre precisa que esos nios ya haban tenido la experiencia del espejo. Puesto que ese

  • .()

    espejo se encuentra siempre en el mismo lugar en el dorm itorio de los padres, los chicos sin duda se haban m irado en l, pero juntos, jugando, por ejemplo, sin darse cuenta de que estaban viendo su propio rostro y no slo el del otro hermano. En realidad, crean que vean la imagen del otro. Algunos nios a veces aun sin ser mellizos experimentan inslitas sensaciones el da en que descubren su imagen en el espejo. Creen que de pronto y por arte de magia un pequeo cam arada entr en la habitacin; le hablan y viven momentos de desrealizacin, como este chico. La nica manera de hacerlos salir de esta situacin es obrar como lo hizo esta madre. Primero, ponerse frente al espejo y decirle al nio: Ya ves, te toco, soy yo, eres t y esto es fro, es un espejo; lo que ves es tu imagen ; no hay que decir: Eres t sino que hay que decir Es tu imagen; es mi imagen . Y eso de darle de comer est muy bien, porque el acto de comer no puede pasar en el espejo: nuestro mellizo al comer y tambin al sostener aquella caja tuvo la sensacin de que se trataba de l mismo. Despus de eso, despus de haberse visto en el espejo con la madre, despus de haber comido y haber captado la realidad de su ser interno por el alimento, pudo jugar a todo lo que quiso frente al espejo. Se encontraba centrado en sus propias visceras, y si me es lcito decirlo as, en su cuerpo existencial separado de la presencia de su hermano mellizo, cuya apariencia poda confundirse con la suya en el espejo.

  • 3. Fascinacin por los elementos

    (El fuego, el agua)

    Vamos a recordar un viejo adagio. Siempre se dice que no hay que dejar a los nios que jueguen con fsforos, que jueguen con fuego. Creo que la persona que escribe esta carta tiene razones para plantear la cuestin. Se trata de la abuela de un varoncito de seis aos. Hace poco pas una temporada en casa de su hijo y comprob que el nieto se senta muy atrado por l fuego: Ya muy pequeo quedaba fascinado por la iluminacin de las tartas de cumpleaos; guiado por la mano de un adulto l mismo encenda y volva a encender las velitas. Luego lo fascinaban las hogueras de hojarasca y de ramas que el abuelo quemaba en el fondo del jardn. A l llegar a casa de su hijo, esta seora se enter de que la semana anterior el pequeo haba puesto fuego a una manta... que fu e en seguida apagada porque haba alguien en el apartamento. En aquel momento, los padres hablaron con el hijo y le explicaron que lo que haca era muy peligroso, que habra podido incendiar toda la casa, etc. En suma, trataron de pintarle la catstrofe que habra podido provocar. Ahora bien, despus de esta conversacin, los padres advirtieron que el nio haba robado una caja de fsforos en la cocina, siendo as que hasta entonces nunca haba ocultado nada de su vida: cuando tomaba algo (unas

    21

  • tijeras, un libro), se lo deca siempre a los padres. Estos se preguntaron entonces: De manera que el dilogo no sirve para nada? Lo ms grave tal vez fu e que la vspera de la llegada de la abuela y sta es la razn que la lleva a escribirnos, unos vecinos vieron al pequeo encender papeles de los recipientes de basura de un edificio prximo. Los recipientes quedaron fundidos. Otro chico que estaba con l escap corriendo porque tena miedo; en cambio, l permaneci en el lugar fascinado por las llamas. La seora pregunta: Qu hay que hacer? Si el dilogo no sirvi para nada, habr que castigarlo? Y cmo vigilarlo? Eso no es posible. No se puede vigilar a un nio de esa edad durante las veinticuatro horas del da. Habr que quemarle ligeramente una mano para mostrarle que es peligroso el fuego? Eso me parece cruel y extremado. Una amiga de la fam ilia sugiri la idea de quitarle el gusto por el fuego por obra del exceso, es decir por ejemplo, obligarlo a encender todas las cerillas de veinte cajas. La abuela quiere saber qu piensa usted de todo esto.

    El fuego es efectivamente un problema en los chicos, porque los fascina, lo mismo que el agua, lo mismo que la arena sabemos de muchos nios que sufren accidentes al excavar agujeros en montculos de arena para meterse en ellos; muy a menudo se sofocan ; tambin el aire los fascina; a los chicos les gusta mucho hacer volar globos. Les fascinan los elementos, como a todos los seres humanos desde que el m undo es mundo. El nio se desarrolla a medida que va dom inando los elementos. A hora bien, esta abuela nada nos dice sobre el grado de desarrollo del nio. Nos da la edad, pero nada nos dice sobre su habilidad manual, sobre el nivel de su vocabulario, sobre su rendimiento escolar, sobre su sociabilidad con los adultos, con los otros nios...

    Dice simplemente que es un hijo nico y que los padres proyectan tener pronto un segundo hijo.

    Tambin nos proporciona un detalle sobre el pasado del nio que es muy importante. Nos dice que en la ocasin de un

  • Fascinacin por los elementos / ? J

    cumpleaos, cuando todava era demasiado pequeo para hacerlo solo, una persona mayor le guiaba la mano para que encendiera y reencendiera las velas de la torta. Lo cierto es que minea hay que guiar la m ano de un nio para ayudarlo a hacer algo que todava no est autorizado a hacer por s mismo. Y esto es im portante porque el fuego es fascinante. Me pregunto si este chico no tra ta de encontrar de nuevo una mano que lo gue en todo, como cuando era pequeo; si no se acuerda de una manera bien clara, recuerda inconscientemente aquel da de Tiesta en el que, de pronto, hizo algo peligroso como si fuera un adulto, aunque sin darse en modo alguno cuenta, en aquel momento, de que lo ayudaban.

    Es como esos padres que sentados frente al volante tom an a sus hijos en sus rodillas para hacerles conducir el automvil. Eso es espantoso. Y tambin es espantoso que, siendo el nio bastante grande (once o doce aos), conozca los principios de manejar un automvil y se lo deje manejarlo cuando la ley prohbe semejante cosa si no se han reunido los correspondientes requisitos; esta conducta es extremadamente peligrosa, porque indica que el padre tambin est fuera de la ley, fuera de una ley que es la ley de todos.

    En este caso particular, qu sentido tiene el consejo de los vecinos de obligar al nio a encender el contenido de veinte cajas de cerillas? Se pretende fastidiarlo? Aburrirlo? No ser aburrindolo como podr ayudrselo. Y si alguien puede prestar ayuda a este nio, no ser una mujer, ahora que tiene seis aos y considerando que el fuego es smbolo de deseo; creo que la persona indicada es el padre. Que la madre lo vigile, que hable con l del fuego, que le pida que dibuje llamas, que cada vez que tiene ocasin de hacer algo relacionado con el fuego (como encender el gas o los leos, si hay una chimenea) le ensee la utilidad del fuego; que le diga: Voy a m ostrarte . Pero no debe hacerlo con demasiada rapidez ni guiarle la mano, sino que habr de m ostrarle como ella misma lo hace explicndoselo con palabras. Luego el nio har lo mismo. Si hay un poco de peligro y si se quema un poco, la madre comentar:

  • 24

    Ya ves, te has quemado; pero si lo haces bien, si lo haces con las mismas precauciones que yo tomo, no te quem ars . Que le ensee a utilizar el fuego y que le muestre la tcnica de hacerlo.

    Habr que poner Ios fsforos bajo llave?

    No, eso es imposible. Seguramente el chico encontrar fsforos en otro lugar. En cambio me parece que estara bien que, por ejemplo, bajo un grifo o un fregadero donde no haya peligro, el padre encendiera fuego o dijese: M ira, puesto que te fascina el fuego, pasaremos un rato hablando del fuego. Disponemos de una media hora, de una hora. Y como te gusta tanto ver fuego, vamos a hacer una hoguera . Le explicar tambin por qu el fuego es muy peligroso, no? Castigar a un nio que hace fuego no sirve absolutam ente para nada, pues se tra ta de una fascinacin que tiene su fuente en lo ms profundo del inconsciente. Es menester que el nio llegue a dom inar el fuego y a saber que no debe encenderlo en lugares peligrosos. Con la ayuda del padre llegar a dominarlo.

    Agrego que, ante la idea de que la madre pudiera estar em barazada, el nio de seis aos siente particularm ente necesidad de la atencin y del afecto tutelar del padre, necesidad de explicaciones no slo sobre ese fuego que lo atrae y lo fascina, sino tambin sobre la vida con todos sus interrogantes.

    S. Yo tambin pude darme cuenta del efecto que produjo ulteriormente la visin de un incendio de un bosque en una nia de ocho o nueve meses. Un ao despus, o un ao y medio despus, cuando la nia no haba tenido ninguna otra ocasin de ver fuego, puesto que el incendio ocurri en el campo y ella viva en la ciudad, volvi a hablar de aquello. Apenas vea algo que arda pronunciaba unas pocas palabras: fuego, bosque, crac, ruido, etc. Tena aspecto un poco alucinado. Aquella imagen evidentemente la haba impresionado con gran energa.

  • Fascinacin por los elementos / 2.*i

    Eso me interesa mucho, porque recuerde que antes siempre haba fuego en las chimeneas. Y tambin a los adultos nos resulta fascinante pasar el tiempo viendo cmo arde el fuego del hogar. Hoy, con la calefaccin central, ya no tenemos ocasin, como los nios de antes, de gozar de ese encanto del fuego.

    A s se pasaban las veladas.

    S. Y los chicos vean cmo los padres encendan el fuego, cmo lo alim entaban, etc. En la historia de este chico quiz haya alguna otra cosa ms que la mano sostenida por un adulto para ayudarle a encender las velas; puede haber tambin un recuerdo de incendio o de fascinacin por el fuego. No s. Pero en todo caso si se pretende ayudarlo, hay que intervenir de la manera que dejo dicha.

    Aqu tenemos dos cartas que tratan de la misma cuestin: el miedo al agua en ciertos nios. En cada caso ese miedo se traduce de manera diferente. La primera madre tiene una hija de quince meses que tiene miedo, hasta horror, del agua. Teme la lluvia, tiene miedo de su baera de beb, etc. Se pone literalmente a dar alaridos, dice la madre. Qu hacer? Aclaro que siempre utilic un termmetro de bao, de manera que nunca hubo problemas de temperatura del agua. Hasta prob baando los juguetes. Nada dio resultado. Cmo debo obrar? Meterla conmigo en la baera? Pero, no sera eso acostumbrarla mal? Deber esperar y por el momento lavarla sobre un gran toalln con una esponja de bao? Debo hacerla jugar con agua?

    El caso que expone la otra corresponsal es un poco diferente, se trata de gente que vive a orillas del mar y que tiene un varoncito de diecinueve meses. Durante todo el invierno pasado el chico no tuvo miedo del agua. Luego, cuando lleg el verano y los padres lo dejaron chapotear en el agua, el nio concibi sbitamente un terror pnico por el mar, tal vez, como escribe la madre, porque cuando estaba lanzando guijarros al agua un da lo

  • derrib una ola. Desde entonces no hubo manera de llevarlo a orillas del mar. La madre lo prob todo, lo llev en sus brazos, con ella. Pero el nio llora aun cuando no est junto al agua; llora cuando ve que los padres se acercan a ella.

    Son dos casos muy diferentes, porque la nena siempre tuvo miedo del agua, hasta del agua de la baera. En cambio, el caso del varoncito es completamente clsico.

    1 ,a madre de esa nia puede ayudarla hacindola jugar con agua pero fuera del agua, junto a una tina o una palangana. Si tiene la suerte de poseer un pequeo jardn con arena, sera conveniente que la chica tuviera una tina cerca de ella para mezclar la arena con el agua. La actividad manual con el agua tranquiliza a los nios y adems les desarrolla la inteligencia ile sus manos. Creo que esta pequea est en la edad de jugar con agua. Que ponga, pues, en la tina objetos pequeos que floten, que se deslicen (muecas, un bibern, vasitos para trasvasar agua, cacerolitas y tacitas de t para jugar a lavar la vajilla).

    Pero todas esas actividades debern hacerse fuera de la hora del bao, no?

    Por supuesto! La nia, llevando un delantal de goma para no mojarse la ropa, podr jugar con el agua hasta dos o tres horas por da. Este juego es completamente diferente del bao, en el que el agua dom ina a la nia, en el que ella est a merced del agua; aqu, por el contrario, el agua es una cosa que la nia dom ina, est a merced de ella. Esto es algo que todos los padres deberan hacer con sus hijos, pues los nios tienen necesidad de jugar con agua. Nunca debera haber dramas alrededor de esta cuestin. Si la nia, por prim era o segunda vez, moja otra habitacin al salir del cuarto de bao, no hay que regaarla a ella, hay que regaar a sus pies que m ojaron el piso, que la llevaron fuera del cuarto de bao. Adems hay que pensar que jugar con agua provoca en los nios deseos de hacer pip y que

  • Fascinacin por ios elementos / 27

    para ese caso hay que tener a m ano un recipiente y no reprenderlos si se mojan las ropa mientras juegan.

    En cuanto al varoncito que estaba tan tranquilo hasta los diecinueve meses...

    . . . y que hasta soaba con ir al mar. Los padres deban decirle: Pero ahora estamos en invierno. No puedes ir...

    ...S, es un caso perfectamente clsico. H asta los dieciocho, diecinueve o veinte meses, los nios no tienen sentido del peligro. En el caso de la niita no es miedo de un peligro real; se tra ta ms bien de una fobia. Pero este chico era como todos los otros, es decir, que al ver agua senta deseos de meterse en ella. Generalmente los pequeos adoran el agua. Pero ocurri que una ola lo derrib; en aquel momento el chico no pareci asustado. Fue despus, cuando concibi miedo por el agua (o quiz se sinti humillado). De todas maneras eso le habra ocurrido el prxim o ao, pues durante por lo menos una estacin el nio se hace observador y llega a comprender los peligros de las olas y del mar; todava no est bastante seguro de s mismo ante esa inmensidad viva, que se mueve, aun cuando no se interne mucho en el agua. Creo que hay que dejarlo tranquilo. Y sobre todo no hay que burlarse de l ni llamarlo cobarde. Eso en m odo alguno!

    Eso ocurrir entonces el ao prximo, no ahora.

    S, se acostum brar el ao prximo jugando con otros chicos. Pero tam bin ayudara el hecho de que ya ahora jugara con agua en el bid, metiendo objetos en l; porque en ese juego no puede sentir miedo y recuperar su confianza en el agua, un agua que l dom inar con sus manos mientras tiene los pies bien apoyados en la tierra.

  • Hoy se habla mucho de bebs que nadan. Est bien o est mal meter la cabeza debajo del agua, en las piscinas, a bebs muy pequeos?

    Por qu no? A esa edad no tienen absolutam ente miedo,l os instructores, las madres o los padres que se sumergen llevando al nio entre los brazos deben aprender a no respirar dentro del agua, siendo as que el beb lo sabe por instinto, listo es muy curioso. No se me habra ocurrido si no hubiera ledo artculos y escuchado testimonios. Pero cuidado. Esos chicos estn con la madre en la piscina, pero en el m ar la reaccin sera la misma que la de nuestro varoncito a causa del movimiento de las olas que llegan y que luego al retirarse se llevan la arena que tenemos bajo los pies y producen esa curiosa sensacin que todos experimentamos cuando estamos en el mar. Para que el nio no tema esas pequeas sensaciones desconcertantes, es menester que tenga la certeza de su identidad de su jeto que dom ina el agua y sea muy gil con sus piernas y sus pies.

    ; k

  • 4. Cuando los circuitos de la computadora se embrollan

    (Bilingismo)

    Sobre los problemas que se plantean los padres frente al bilingismo de sus hijos, un da pidi usted testimonios. Y aqu nos han llegado algunos. El primero es el de un francs que vive en Espaa; los dos hijos varones que tiene son bilinges y adems aprendieron otras dos lenguas con facilidad. El hombre refiere tambin la historia de una nia de padre alemn y de madre inglesa, que entre s hablan en francs y que tenan en la casa una sirvienta italiana. Aquella pequea slo comenz a hablar a los ocho aos, pero cuando lo hizo habl en las cuatro lenguas a la vez.

    Ah, s! Es un testimonio muy interesante! Porque en realidad el aprendizaje del lenguaje es algo parecido a la organizacin e instalacin de una com putadora. Es cierto que hay nios que permanecen mucho tiempo sin hablar y que de pronto se ponen a hablar perfectamente. Y tambin hay otros que desde muy tem prano y durante mucho tiempo hablan en su media lengua, y luego rara vez hablan muy bien. Slo llegan a hablar realmente bien los nios que hablan en poco tiempo. Por eso no hay que apremiarlos.

    29

  • 10

    ln esa familia deben de haber pensado que la chica tardaba en hablar a causa del multilingismo. En todo caso y a juzgar por lo que luego se vio, se trataba ciertamente de una nia que se comunicaba mediante intercambios de mmica y gestos con las cuatro personas que hablaban lenguas diferentes. Y a los ocho aos, edad en que los nios se liberan de los problemas de la primera sexualidad que culmina en el complejo de Edipo, es decir, despus de dejar atrs el complejo de Edipo y volcada a lo social la chica pudo hablar las cuatro lenguas sin dificultad. Ciertamente debe de haber experimentado muchos problemas. I'ero no se senta aprem iada a hablar porque los padres no manifestaban angustia o inquietud. Es muy im portante que los padres no se angustien porque el hijo no hable, si por otra parte ste se hace com prender mediante ademanes y gestos. Slo debe preocuparse uno con los nios que permanecen replegados en s mismos, que no tienen un lenguaje (de intercambio) con la mirada, de comprensin, ni de inter-comprensin con sus semejantes y que no juegan. Esta nia deba de ser una nenita vivaracha en la que sencillamente se haban embrollado los circuitos de la com putadora.

    Aqu tenemos otros problemas de circuitos. Muchas parejas bilinges se preguntan cul debe ser la primera lengua en la que se hable al hijo. Tenemos un testimonio que se remonta a los aos I93H-I940, que es bastante revelador y que, segn creo, puede interesar a muchos padres. Quien escribe es una madre: Soy austraca de lengua alemana y en casa hablbamos en alemn con nuestro hijito. En los primeros aos de la dcada de 1930, durante la crisis, vivieron algunos aos en una granja del Tirol. All continuaban hablando alemn en la casa, pero tambin se hablaba el dialecto tirols de la regin. El chico diferenciaba muy bien entre aquel dialecto y el alemn. Pero en 1938 la familia emigr al Per y colocaron l nio, que tena entonces cinco aos y medio, en una escuela angloperuana, en una clase de transicin. El nio no saba ni el espaol ni el ingls. La madre dice: No

  • Cuando los circuitos de la computadora se embrollan / 31

    podamos pensar en enviarlo a una escuela alemana, porque la que haba all era una escuela nazi. Prefirieron entonces mandarlo a una escuela en la que se hablaban lenguas que el nio no conoca. I)e pronto un da en plena clase, aquel chico que permaneca siempre mudo, que no hablaba ni el espaol ni el ingls, se levant de su asiento y se puso a dar alaridos como un demente. El maestro hizo llamar a otro nio que hablaba alemn y que se dirigi al primero en alemn: No estars loco? Inmediatamente el pequeo exiliado dej de gritar; se haba calmado y de pronto, como si algn mecanismo interior se hubiera liberado bruscamente, se puso a hablar con toda correccin a la vez en espaol y en ingls.

    Es una ancdota maravillosa. Es extraordinaria la comprensin por parte del maestro peruano de la relacin humana; se le ocurri apelar a otro nio que, con voz de nio y en la lengua que hablaba el otro cuando era ms pequeo, pudo decirle la palabra loco . Y precisamente el chico se senta loco por no poder expresarse! Por eso tuvo esa explosin de clera. Ciertamente el resurgimiento de la lengua de su infancia ante todos y gracias a la ayuda del maestro, le permiti establecer el nexo entre su niez y el presente; descubri que todava poda or de un semejante aquella misma lengua que slo oa hablar ahora a sus padres... y que, por lo tanto, en sociedad no estaba excluido, no quedaba completamente fuera del lenguaje. Esta historia interesara por cierto a los lingistas, a los ortofonistas y a los socilogos.

    La misma corresponsal volvi a escribir unos das despus para completar su testimonio. Aquel nio tiene ahora cuarenta aos bien cumplidos. Es cirujano, se cas con una francesa y tiene tres hijos varones. Pero lo que nos interesa ms directamente es el hecho de que a los doce aos de edad tuvo ciertos problemas. En la vida social haba conservado algo de sus traumatismos de la niez. Y siendo alumno de un colegio ingls, empez a experimentar grandes dificultades con sus camaradas. Entonces la madre no

  • 32

    vacil en recurrir a una psiclogo experimentada que en cuatro sesiones pudo liberar al chico de todos sus problemas.

    Eso es tambin interesante, porque muchos padres no saben que, cuando un nio est traum atizado por problemas de relacin con sus cam aradas, recurrir a un psicoterapeuta puede ser muy oportuno; tam poco saben que cuando el nio est motivado se es el m om ento para recurrir a tal remedio. En esas etapas de la prepubertad, los desrdenes se arreglan a veces muy rpidamente.

    Esta seora escribe adems que, alrededor de los diecisis aos, su hijo tuvo de nuevo dificultades y le cuenta a usted cmo reaccion ella: Le dije que saba que tena problemas; que a esa edad todo el mundo los tena, pero que uno no se los contaba a su madre; que tal vez bastara que l supiera que yo, su madre, lo saba. Esta seora aplic lo que yo llamara el mtodo Dolto.

    En todo caso, habra que aconsejar a todas las madres que quieran conocer los problemas de su hijo de diecisis aos que lean estas lneas. Esa seora ha manifestado una actitud muy sabia, muy respetuosa del pudor del muchacho por parte de una madre que no insiste en querer saber ms. Y justam ente a los diecisis aos ste es un hecho muy importante.

    Tambin le han enviado un testimonio en el que el problema de las lenguas se repite de generacin en generacin. Se trata de una mujer joven, cuyos padres eran suizos de habla alemana y que vivi en Francia desde los seis meses: Durante toda mi juventud me sent una extranjera tanto en Suiza como en Francia. Pasbamos las vacaciones en Suiza, lo cual no me gustaba nada; durante toda mi niez domin la parte francesa. Slo muy rara vez mis hermanos y yo hablbamos en el dialecto suizo alemn. Nuestro vocabulario se enriqueca sobre todo con palabras francesas. Pero era como si yo no tuviese buenas races. A los dieciocho aos,

  • Cuando los circuitos de la computadora se embrollan / 33

    despus de terminar el bachillerato, la familia se radic en Suiza y emprend estudios universitarios en alemn. M i francs permaneci en el nivel del bachillerato y mi alemn nunca recuper los aos de escolaridad que le haban faltado. A menudo tengo la impresin de que no domino realmente ninguna de las dos lenguas. Adems, el hecho de haberme desarrollado a caballo de dos culturas me ha dado una especie de dos personalidades.

    Eso podr parecer raro, pero la influencia del lenguaje y de todo lo que ste entraa es muy grande en nuestro modo de ser y de pensar. No se siente lo mismo al hablar en francs y al hablar en suizo alemn.

    Esta corresponsal hace tambin una curiosa observacin: Y esto en modo alguno me pasa con el ingls, pues no he vivido la cultura inglesa. Ahora, en efecto, se ve obligada a hablar en ingls porque su marido trabaja en Africa. Y es aqu donde vuelve a surgir el problema en otra generacin: Los nios uno tiene cuatro aos y medio y el otro tres aos marchan muy bien. El segundo slo comenz a hablar a los tres aos, pero en unos pocos meses habl al mismo tiempo el ingls y el suizo alemn sabiendo perfectamente cundo y cmo utilizar una u otra lengua.

    La madre no se preocup de que el hijo no hablara antes, pues precisamente ella tena su propia experiencia. Necesitaba algn tiempo para poner en orden los circuitos de su computadora.

    En realidad, es como retroceder para saltar mejor!

    Si usted quiere! Y el da en que el chico habla, lo hace perfectamente bien y valindose de las dos lenguas.

    Les hablo poco en francs: de vez en cuando les canto una cancin. Le cuento a mi hija mayor que tiene cuatro aos y medio que, cuando yo era nia, viva en Francia y hablaba en

  • M/ranees y en suizo alemn. Ella ahora habla en ingls r en suizo alemn."

    Como se ve, se puede vivir con las dos personalidades de las dos lenguas en uno mismo y vivir muy bien. Eso no quiere decir que no se lo sienta, que uno no se acuerde.

    S, y esto da una respuesta a las preguntas que se hacen los padres sobre lo que ocurre en la cabeza de los nios que adquieren dos lenguas a la vez.

    Para terminar, veamos una ltima carta sobre el bilingismo. Es de una corresponsal marroqu de veinte aos; el padre es marroqu y a madre francesa. Los padres de esta joven viven en Marruecos y ella realiza estudios en Francia, ya comprender usted por qu. Mi lengua materna es el francs y hasta ahora no he logrado hablar en rabe. Por qu? Porque, para ella .esa lengua est relacionada con una especie de complejo, con cierta angustia. Experimenta un bloqueo total en lo que se refiere a la lengua del padre. Durante todos los aos de escuela que pas en Marruecos, nunca fu e a una escuela rabe, sino que acuda a una escuela francesa. De manera que en la escuela hablaba francs. Sin embargo, era la nica entre todas sus compaeritas que no hablaba un poco el rabe. A causa de eso me senta diferente de las dems. Experimentaba esta ignorancia de la lengua rabe como una especie de enfermedad vergonzosa. Me senta humillada cuando me hablaban en rabe porque comprenda muy bien lo que me decan, pero en el momento en que me dispona a responder, algo me paralizaba. Y la carta contina as. An hoy contina teniendo miedo de pronunciar mal, de acentuar mal las palabras rabes. Le aflige la separacin entre ella y sus padres que resulta de esto. Le pide a usted que trate de explicarle ese bloqueo interior. Cmo podra superrselo?

  • Cuando los circuitos de la computadora se embrollan / 35

    Bah! Explicar, explicar... no es eso lo im portante... Lo que hay que hacer es salir de esa situacin, porque parece que le complica la vida y, sobre todo, que la angustia.

    S. Escribe lo siguiente: Soy incapaz de hablar con mis parientes, con mis padres. Pero el problema se manifiesta sobre todo con respecto al padre: Tengo una imposibilidad casi fsica de pronunciar una palabra rabe delante de l. Tengo un miedo terrible de decepcionarlo.

    Es difcil responder a esta joven porque no sabemos nada sobre la familia del padre. Slo nos habla del padre mismo. Me parece que vivi su niez sin atreverse a hablar con el padre la lengua de su pas porque quera primero ser la hija de su mam y hablar en francs. Y luego, de todas maneras, su padre dese que ella se desarrollara en francs en la escuela, puesto que la envi a una escuela francesa.

    Dice nuestra corresponsal que en aquella poca estaba de moda, y hasta era marca de esnobismo, enviar a los nios a una escuela en la que se hablara francs.

    S. Pero con nios que ya hablaban todos rabe.

    Evidentemente.

    Ahora bien, esa chica no poda hablar en rabe, tal vez porque no le gustara una abuela o una ta rabe u otros miembros de la familia rabes.

    Creo que hay aqu un problema de identidad. Ser la hija de su padre: no era claro que ella pudiera conservar con el padre relaciones castas hablando rabe. Le pareca que si desarrollaba la parte rabe de s misma, desarrollaba algo que le faltaba a la madre y que entonces se convertira, por as decirlo, en la concubina rabe de su padre, que tena una mujer legtima francesa. Debe de haber ocurrido algo por el estilo en la prime

  • 16

    ra sexualidad de la chica, esa sexualidad que llamamos preed- pica, en el mom ento de la obligacin de m antener con el padre relaciones castas y de comunicarse con l mediante el lenguaje verbal.

    Me pregunto si esta joven no podra encontrar ayuda frecuentando a otras estudiantes marroques de Pars, confindose a una de ellas. Porque el paso que hay que dar es crear una relacin de herm ana a herm ana, de herm ana m arroqu y francesa a herm ana m arroqu. A hora y a su edad podra sentirse como una herm ana tanto de la madre como del padre. Pero, en realidad, no puede hablar a su padre en una lengua en que le hablara una hermana de su padre.

    Al aprender a hacerlo con una amiga, se preparara para hablar en rabe tambin con cam aradas masculinos y, poco a poco, quedara vacunada contra esa imposibilidad tan selectiva de hablar la lengua de su padre . Esta joven parece, a juzgar por su carta, ser hija nica, y no haber tenido ningn hermano. Precisamente ese intercam bio fraternal con su padre es lo que tendra que abordar: la joven entiende perfectamente la lengua rabe, pero no puede responderle al padre porque no tuvo en la familia ningn modelo, un yo auxiliar , una herm ana o un hermano para hablar en rabe, la lengua del padre pero no la de la madre. Ese es el obstculo que hay que superar. Creo que, en todo esto, hay un pequeo problem a de carcter por el hecho de ser hija nica. Le falt una gran familia quiero decir abuela, ta, to del lado paterno en la que se viviera hablando la lengua rabe, y le faltaron hermanas y hermanos, primas y primos que en rabe y hablando con ella y con el to, con el padre, le hubieran servido de modelos, de entrenadores lingsticos.

    Para decirlo todo, hay que admitir que despus de esta abundante correspondencia que hemos recibido sobre el bilingismo, ste no determina grandes problemas en la mayora de los casos.

    Eso es lo que me interesa hacer notar.

  • Cuando los circuitos de la computadora se embrollan / 37

    Por o dems, hay padres que le escriben a usted: Creo que, ante un nio que parece tener problemas para adquirir una de las dos lenguas, no hay que mostrar preocupacin delante de l. Eso resuelve muchas situaciones.

    Claro est! Ni delante de l ni a espaldas suyas hay que hacerlo. La mayor parte de los testimonios m uestra que por momentos existen pequeos bloqueos y que luego todo se arregla; que hay que respetar las dificultades que tiene un nio, pero no convertirlas en un problem a psicolgico del que todos hablan en familia. Eso es lo ms importante.

  • 5. Blancanieves es alguien que trajina desde la maana a la noche

    (Del buen uso de los cuentos)

    Aqu est a carta de una madre que no tiene propiamente un problema, pero que est muy intrigada por el comportamiento de su hija de cinco aos r medio.

    Pues yo creo que ah s hay un problema!

    La nia tiene una hermana de catorce aos. La madre no trabaja. El marido se ocupa bastante de la hija, pero no demasiado, segn escribe esta seora. La chica va al jardn de infantes desde los dos aos y medio y la madre precisa que se aburre mucho en l.

    Pero, por qu m andar a un nio al jardn de infantes si all se aburre?

    Aparentemente fue ella misma quien quiso ir, pero se desilusion mucho al darse cuenta de que en el jardn de infantes no estaba con su hermana. Debe de haber pensado que yendo tambin a la escueta podra encontrar en ella a la hermana mayor. Bueno, lo que ocurre es lo siguiente: oye muchos discos y relatos que le

    38

  • lilancanieves es alguien que trajina desde la maana a la noche / 39

    cuentan. Es, digamos, completamente normal y se conduce como una nia de su edad, slo que est profundamente fascinada por el cuento de Blancanieves. La madre escribe: Lo est hasta un punto tal que, desde hace dos aos, oye el diseo aproximadamente dos veces por da. La propia madre debe leerle el cuento constantemente en todas las versiones, la de Disney, la de Grimm, etc. Claro est que con mi ayuda, pudo hacer una copia del vestido de Blancanieves. Tambin querra teirse los cabellos de negro. No tiene zapatos de tacones altos, pero habla con frecuencia de ellos porque le gustara tenerlos. Y cuando durante la lectura llegamos al momento en que el prncipe encantador despierta a Blancanieves con un beso, como en La bella durmiente del bosque, sus ojos expresan un arrebato total. La madre aclara que la chica es bastante linda pero que en la casa no se la alaba durante todo el da, y ella misma, la madre, ha pedido que no se le hagan demasiados cumplimientos.

    Cree usted que la chica est fascinada porque Blancanieves es bonita en los cuentos? Qu significa su actitud? La madre, por ejemplo, ley en el libro de Bruno Bettelheim sobre el Psicoanlisis de los cuentos de hadas [Pars, Laffont, 1940] todo lo que se refiere a Blancanieves, pero no le parece que corresponda a lo que le ocurre a su hija.

    De todas maneras, cualquiera sea la atraccin que un nio experimenta por un hroe y Blancanieves es una heroina , los padres pueden utilizarla para ayudarle a que se desarrolle. Pero en este caso, en cambio, la nia est fijada en algo que es imginario, en una especie de xtasis. Y en ltima instancia, no se desarrolla en modo alguno, contina siendo la nia que ella sola hace las preguntas y da las respuestas, una nia que vive completamente sola. Ahora bien, hay algo que la madre no dice: si tambin le ha confeccionado los enanitos... puesto que parece una mujer que dispone de tiempo.

    En todo caso ha confeccionado el vestido.

  • 40

    S, precisamente. Y en realidad no es muy difcil poner tacones a los zapatos de la chica (se les puede agregar unas rodajas de cuero para que parezcan tacones). Y tambin podra encontrar alguna vieja peluca, por qu no? A los chicos les gusta disfrazarse. Pero y los enanos? Esta pequea finge ser Blancanieves, muy bien, pero Blancanieves es alguien que trajina de la m aana a la noche. No es as? Hace las camas, confecciona mantas para los enanitos con cuadros de todos los colores, barre la casa, canta, etc. Justam ente porque tena una madre malvada, Blancanieves se escap, pero se salv de aquella situacin slo para convertirse en una madre de los siete enanitos. Y bien sabe Dios cunto se ocupaba de ellos! Es una madre y ama de casa extraordinaria! Pues bien, sabe esta pequea conducirse como una madre y ama de casa? Que se disfrace de Blancanieves, muy bien, pero que tambin limpie las legumbres, que guise y que diga que su madre, su herm ana, en fin, todos los miembros de su familia son sus enanitos y que ella se ocupar de ellos. Por lo menos...

    Creo que entonces va a cambiar de cuento. Se convertir en La bella durmiente del bosque/

    Hay que servirse de los cuentos para que el nio desarrolle la inteligencia en la realidad. Esta nia se evade a un mundo imaginario y la madre sencillamente se presta a ese juego. Pero debera hacer o tra cosa. Por qu no servirse del hroe para hacer que el nio se identifique con l en la realidad, no slo en un mundo imaginario? A hora bien, Blancanieves es realmente el am a de casa, es el tipo contrario al ideal del Movimiento de Liberacin de la Mujer, no es cierto? Y Blancanieves es realmente un buen modelo que puede ayudar a la nia a desarrollarse. Que la madre le muestre mediante dibujos todo lo que Blancanieves hace en la casa; que le muestre que los enanos tambin trabajan y que cuando regresan todo est bien hecho, todo est preparado. Es menester que la nia se identifique con las actividades de Blancanieves y no slo con su vestido, con su

  • Itluncanieves es alguien que trajina desde la maana a la noche / *11

    belleza y con su soledad, como parece ser el caso aqu, lin esta nia hay algo que me inquieta: ese fastidio, esa evasin nica mente a un m undo imaginario en el que ella se habla a s misma, esa nulidad en los quehaceres domsticos, esa pasividad en la escuela y en la casa, perdida continuamente en su sueo, esperando a un hipottico prncipe encantador para extasiarse.

    Pero en general, cuando se cuenta una historia, una leyenda o un cuento de hadas a un nio, hay que insistir en el hecho de que se trata slo de algo imaginario?

    Aqu no se trata de hay que .

    Entonces, qu es lo deseable?

    Digo que cuando un nio adm ira a un hroe, debe identificarse con l, no slo en pensamientos, sino tambin en actividades. Ser Robin Hood, por ejemplo: a muchos chicos les gtisla disfrazarse de Robin Hood. Y por qu no? Bueno, pero que se les ensee tambin a tener buena puntera. Eso no es difcil. Se hace un buen blanco y se apunta a l cada vez desde ms lejos con una flecha que no sea peligrosa (ahora se pueden confeccionar pequeas flechas caseras con pasta de modelar puesta en el extremo de un lpiz). Si eres Robin H ood, sabrs tambin manejar bien el arco . No es cierto? Y luego el chico tendr la destreza, la acrobacia de Robin Hood que salva a las muchachas de los malvados, etc. En suma, que el cuento no sea una mera historia en el aire, que est slo en la cabeza. Todo lo que haga el nio debe tener por objeto su desarrollo, es decir, sacarlo de su impotencia para hacerlo diestro en la realidad tom ando el ejemplo de su hroe. Ahora bien, en estos cuentos, si los hroes son seres imaginarios, son tambin seres ejemplares que desarrollaron su cuerpo y que son hbiles y eficientes. A eso deben tender los nios: aplicarse en la realidad de su ser social para desarrollar las cualidades del hroe o de la herona que admiran.

  • 6. No slo con los padres sino con muchos otros

    (La lectura, la televisin)

    Tiene uno la impresin de que muchos padres estn decepcionados con sus hijos porque stos no son exactamente lo que haban deseado o soado que fuesen.

    Ah, s!

    La madre de un chico de trece aos le escribe lo siguiente: No le gusta la lectura, lo cual nos sorprende mucho porque el padre y yo siempre tenemos muchos libros al alcance de la mano. Leemos regularmente, pero nunca pudimos interesar a nuestro hijo en la lectura. Lee historietas de dibujos (ya es mejor que nada) y antes durante mucho tiempo slo miraba lminas y lea las leyendas nicamente cuando no comprenda los dibujos. Por ejemplo, cuando tena seis aos le gustaba or discos que contaban historias, especialmente El principito contado por Grard Philipe. Cuando aprendi a leer, la madre trat de hacerle leer El principito mientras oa el disco. Pero al cabo de unos minutos el nio perdi todo inters en el libro, lo cerr r no volvi a tocarlo. En definitiva, aprendi a leer como un loro, sin comprender bien el sentido de las palabras, hasta que un da encontr en una revista

  • No slo con los padres sino con muchos otros / 43

    para nios un juego que lo divirti. Entonces hizo esfuerzos para leer. Esta seora nos da an otros ejemplos y concluye: Pienso que tal vez se le desarrolle el gusto por la lectura, como ocurri con todas las otras cosas: a los catorce meses le sali el primer diente y un buen da rechaz el bibern y slo quiso que se lo alimentara con la cuchara. Le gustan los deportes, las actividades manuales, la msica. En el liceo sigue cursos musicales y lee a primera vista en el rgano. Lo escuchamos, pues siempre dialogamos. Pero es una lstima que no le interese la lectura, pues a vosotros nos gustara que apreciara todo lo que hay en los libros y que a nosotros tanto nos gusta. La lectura le ayudara tambin en su trabajo escolar.

    Entonces tena usted razn: stos son padres que no tienen el hijo con el que haban soado. Tienen un hijo que, en realidad, es diferente de ellos. Y tal vez sea diferente de ellos precisamente porque cuando los ve absortos en los libros se siente ausente de las preocupaciones de los padres. La nica manera de hacer apreciar la lectura a un nio es leerle relatos en voz alta, durante mucho tiempo. No hay otro medio.

    Sin embargo cuando era pequeo...

    S, muy bien, pero se trataba de discos, de la televisin, de la radio, de audiovisuales. Cuando le contaban un cuento le gustaba, pero a los chicos les gusta an ms que el padre o la madre les lea. Y como a estas personas les gusta leer y el hijo tiene trece aos a los trece aos uno es absolutamente como un adulto en lo tocante a la lectura , pueden leerle en voz alta todo lo que ellos leen; si el chico se aburre, se m archar; si no se aburre, escuchar y aprender de sus padres. Es un muchacho muy activo. Debo decir que en el caso de los varones, el hecho de leer a edad tem prana representa muy a menudo una evasin de la realidad. A los padres les encanta que el hijo lea mucho; pero eso es malo. En la actualidad no slo existen ocupaciones como aquellas a las que se entrega este muchacho

  • 44

    (actividades manuales, fsicas, deportivas, etc.), sino que tambin est la televisin y la radio. Vivimos en otra poca. Aun cuando esta seora y su marido eran jvenes, haba seguramente muchos de su edad que se evadan de la realidad y los contactos personales, del deporte y del trabajo m anual con el pretexto de abismarse en un mundo imaginario, que era entonces el mundo de la lectura. El hijo de esta corresponsal es un muchacho que tiene necesidad de la vida real y por eso lo felicito. La edad conveniente para gustar de la lectura es alrededor de los diecisis aos, cuando uno tiene tiempo y se aburre un poco porque no mantiene bastantes contactos humanos. Pero la verdadera edad para leer, para leer de una manera que aporte realmente algo positivo, es todava ms tarde, alrededor de los dieciocho o diecinueve aos, porque entonces ya tiene uno experiencia de la realidad y del m undo al que los libros hacen alusin. De otra m anera, se trata de una experiencia falsa, slo verbal; una experiencia que no se puede relacionar con la vida, que no desempea su funcin de enriquecer lo que uno ya conoci y experiment agregando lo que no vio y lo que quisiera uno conocer.

    A l decir usted: Como tiene trece aos, los padres pueden leerle en voz alta todo lo que leen, me imagino que har saltar a muchos. Hay frmulas que son lugares comunes: por ejemplo, se habla siempre de esos libros que no hay que poner en todas las manos...

    Por supuesto! Pero no creo que sea de esos libros que hablan los padres.

    Quiero decir que se considera que ciertos temas no son convenientes...

    Pues eso no es cierto. Cuando los libros estn bien escritos cualquiera que sea su tema no hablo de los libros pornogrficos o erticos, por supuesto; hablo de novelas, de ensayos, de

  • No slo con los padres sino con muchos otros / 45

    libros de docum entacin , son interesantes a partir de la edad, digamos, de diez u once aos, si los padres hacen participar a sus hijos de sus propias lecturas. Pueden decir: Ves, ese captulo contiene esta media pgina que es extraordinaria. Me pareci extraordinaria. Te la leer , y entonces los chicos pueden discutir con los padres. Y es as como comienzan a aficionarse por un autor. Porque un libro no tiene sentido si uno no se pone en contacto con el autor que lo escribi. Sin ese contacto los nios no comprenden un libro: un libro es papel, es una cosa. Se convierte en algo vivo cuando los padres lo han hecho vivo. Por lo dems, la prueba de lo que digo est en que a ese nio le gustaba El principito, aun a travs de una voz que no le era familiar, pero que daba vida al tema. Es seguro que si uno lee lo hace para tener la historia en la oreja y en el espritu. Si alguien aporta esa historia, uno se siente contento. Si estos padres quieren abrir el espritu del hijo, deben proceder como lo dejo dicho y no imponerle una lectura solitaria que para el muchacho es un fastidio.

    Ya que hablamos del despertar del espritu, hagamos notar que es ste un tema que todava no hemos tratado aqu y que interesa a muchos padres: Deben los nios mirar televisin? Qu aporta la televisin a los nios? De qu los priva? Es conveniente para ellos? Es malo?

    En efecto, ste es el problem a de muchas familias, sobre todo porque una familia es algo en que viven juntas personas de edades diferentes y que por lo tanto no tienen todas ni las m ism as m otivaciones ni los mismos intereses. Esto es lo complicado.

    Una madre declara sin ambages que es hostil a la televisin: Soy contraria a la televisin porque atrae a la gente como un imn; las personas quedan prisioneras de la televisin, que mata las conversaciones, que es una trampa para los nios, que les

  • 46

    cansa los ojos. Y adems la televisin mata la vida de familia. En casa tenemos televisin, pero no permito que mis hijos la miren. Esta seora compara la televisin con una especie de droga de la que la fam ilia ya no puede librarse.

    Qu edad tienen los hijos?

    Siete aos y dos aos y medio; la corresponsal no precisa si son varones o nias. Escribe: Son muy brillantes en la escuela...

    Pero vamos! Siete aos! Dos aos y medio! Brillantes en la escuela!

    S, tal vez generaliza con cierta prisa. Contino la lectura de la carta: Son muy brillantes. Por lo dems, pienso que lo son porque no miran televisin. En casa hacemos otras cosas con nuestros hijos. Organizamos juegos, leemos, hacemos msica, paseos, tenemos discusiones. Esta seora agrega, sin erhbargo, que el marido no est completamente de acuerdo con ella y que le reprocha no vivir de conformidad con el tiempo. En realidad, le pregunta a usted quin de los dos tiene razn y quin se equivoca y le pide sobre todo que no vacile usted en decrselo, si ella est equivocada.

    Es absolutam ente imposible decidir en esta cuestin. Hay que adm itir que esta carta es un poco sorprendente, porque la madre habla de su hijo de siete aos de la misma manera en que habla del hijo de dos aos y medio. Cmo un chico de dos aos y medio puede tener discusiones? Parece que la madre se refiere mucho ms al mayor, con el que mantiene una relacin muy ntima, lo cual tal vez al m arido le moleste un poco, ya que a causa de ese nio se ve privado de la televisin.

    Por lo dems, debo agregar que puede obtenerse un buen provecho de la televisin en el caso de nios pequeos; a los dos aos y medio las historias que se presentan en la televisin ocupan mucho la imaginacin de los nios. Para ellos es ya un

  • No slo con los padres sino con imn/ios oros / (/

    aspecto social que les da un medio para hablar de otras cosas que nada tienen que ver con la familia cuando se encuentran con otros compaeritos en la plaza o en el jardn de infantes. A priori no soy contraria de la televisin. Estoy contra la droga, es decir, contra la m onotona y la falta de un criterio selectivo en las emisiones. Prohibir en todos los casos la televisin en una casa, creo, es adoptar una actitud retrgrada en la educacin de los nios de nuestra poca.

    Adems, las transmisiones de los mircoles que miro cuando tengo tiem po son notables. Ensean a los nios muchas cosas que no necesitan ser comunicadas mediante las palabras de los padres, puesto que quienes hablan saben ensear. Se trata de historias de animales o de geografa viva... Hay tambin dibujos animados. Tal vez a esta seora no le gusten los dibujos animados, pero hay algunos que son muy bonitos y desgraciadamente tambin hay otros que son tontos...

    Sea ello lo que fuere, qu ocurre en realidad? Esos chicos irn a casa de compaeros de la escuela que ven televisin y pensarn que su madre est retrasada. Y eso sera una lstima. Creo que lo que debe hacer esa seora es seguir los programas y elegir. Podr decir: Mira, esta noche habr algo realmente interesante; si quieres y los nios no estn obligados a mirar aquel program a porque mam dijo que era bueno lo veremos . Lo mismo en el caso del pequeo; que la madre mire un da sola las transmisiones destinadas a los pequeuelos para darse cuenta de lo que la televisin hace por ellos.

    En suma, el marido no est del todo equivocado, no?

    En ltima instancia, tampoco l tiene la posibilidad de mirar televisin para evitar que los nios tengan un rgimen aparte.

    Lo cierto es que no creo conveniente que los padres estn nicamente concentrados en la educacin y el despertar del espritu de sus hijos. Siempre eso y nada ms que eso. Pero, y ellos mismos entonces?

  • 48

    Esta carta contiene una segunda cuestin. Acaba usted de decir que el desarrollo educativo de los hijos no es el nico que cuenta y que hay tiempo para todo. Y precisamente el problema del despertar del espritu de sus hijos parece preocupar a esta seora que le pregunta a usted: Cuando advierte uno que sus hijos son inteligentes, que asimilan con rapidez, es bueno o malo urgidos a estudiar, mostrarles el alcance de los estudios, hacerles comprender que el trabajo es un tesoro? Cmo conducirse? Tengo razn o es mejor dejarles que vivan su niez?

    Tengo la impresin de que esta seora ya lo sabe! Cuando escribe que vivan su niez , yo le respondo: Por supuesto . De otra m anera, los hijos son como una parte de la madre. Es menester que los padres sepan que todo lo que los hijos adquirieron, experim entaron, vivieron con slo el padre y la madre o slo para complacer a los padres debe caer, como hojas m uertas, en el momento de la pubertad. El adolescente slo retiene de su niez lo que ha sido integrado, no con sus padres solamente sino con muchas otras personas al mismo tiempo. Esto es muy im portante.

    Ahora, qu quiere decir eso de urgirlos? En todo caso, puedo asegurar que es muy malo para un nio saltar un grado. Vale ms que no vaya al jardn de infantes y que entre directamente si ya sabe leer y escribir, desde luego a los cinco aos y medio o a los seis aos en el prim er grado o en el segundo curso preparatorio. Pero, a partir del mom ento en que entr en la escuela, no debe saltar grados. He visto muchos accidentes de nios que haban saltado un grado para complacer a sus padres: luego se encontraban aplazados. Si el nio puede aprender a leer, a escribir y a contar con la madre y el padre, muy bien, y hasta es mejor que si lo hace en la escuela, con la condicin de que tenga otras posibilidades de frecuentar a nios a partir de ese momento para participar en juegos o en actividades de taller.

  • No slo con los /im/rcs sino ion niiii htn niio\ / 'I')

    Al orla hablar tengo la impresin de que a usted no le gusta la gente que quiere urgir a sus hijos...

    s Es que eso me parece peligroso.

    . . . y que tiene tendencia a descubrir a un pequeo superdotado en la familia.

    Los nios son todos inteligentes. La inteligencia escolar no es casi nada al lado de la inteligencia general. La inteligencia significa dar un sentido a todo en la vida; no es slo la inteligencia de la escuela. Y se despierta mediante el trabajo de los msculos, el trabajo del cuerpo y la habilidad de las manos. Tambin est la memoria que form a parte de esa inteligencia; hay que hacer trabajar la memoria con poesas, con cuentos, que el nio sepa narrar, con una transmisin de televisin para que el chico retenga lo que se ha dicho; esas cosas desarrollan la inteligencia; es preciso relacionar todo lo que se ve y no reducirlo todo a los trminos escolares. Quisiera que los padres comprendiesen que es necesario desarrollar la inteligencia y la sensibilidad ante la vida por todos los medios de que dispone el cuerpo para expresarse.

    Con frecuencia, cuando los padres empujan demasiado a sus hijos advierten que stos tienen reacciones de rechazo...

    Eso es.

    ... para con la escuela, porque han ponderado demasiado sus mritos en la casa.

    Por otro lado, los nios precoces, esos que, por ejemplo, llegan adelantados a los exmenes finales, entran en la pubertad abarrotados de conocimientos escolares. Y cuando, en la edad de ser estudiantes, deben vivir la vida del cuerpo que todava no conocieron suficientemente, desarrollar su sensibilidad

  • frente a los dems (a las muchachas o a los muchachos), su sensibilidad artstica, se registra una cada: esos muchachos ya no tienen inters por los estudios, lo cual es una lstima, en chicos que haban sido tan promisorios, no es cierto? Nosotros, los franceses, debemos reaccionar contra esa cantarela, si puedo decirlo as. Se ha asignado exagerada im portancia a la escolaridad, creyendo que era lo esencial para desarrollar la inteligencia del nio: Mi hijo est en quinto grado. A su edad, es maravilloso! Tal vez, en efecto. Hay naturalezas que se abren muy pronto a muchas cosas, pero esa no es una razn para em pujarlas exclusivamente a la vida escolar. La probidad de carcter, el am or por la naturaleza y su observacin, las plantas, los animales, la alegra de vivir, la inventiva industriosa, la destreza m anual y corporal, la afectividad, la experiencia psicolgica de los dems y de la vida colectiva, la aceptacin de la diferencia de los otros, la aptitud para hacer amigos y conservarlos, el conocimiento de la historia de su propia familia, de su ciudad, de su regin, de su pas, el despertar de la sensibilidad al arte, a las manifestaciones culturales, la aficin por los deportes, el sentido de la propia responsabilidad, la curiosidad por todo y la libertad de satisfacerla, todas estas son cualidades que a menudo no se desarrollan cuando el xito escolar es el nico valor por el cual los padres aprecian a su hijo.

    Un nio personalmente m otivado por algo por cualquier cosa es un nio vivo; si para superar sus fracasos y sus decepciones escolares o sentimentales se ve apoyado por el afecto de los padres y la confianza que stos saben darle en un ambiente de distensin, ese nio tiene la promesa de un futuro de xito.

    Agrego que antes de alegrarse por tener un hijo adelantado en los estudios, habra que interrogarse no slo sobre su capacidad de asimilar conocimientos, sino tambin sobre los compaeros que puede buscar en ese estadio de su desarrollo y por quines puede ser acogido como un igual. Son dos im perativos que hay que modular. Estar adelantado pone al chico en peligro de segregarse, si es fsicamente y luego sexualmente

  • No solo i d i i lo\ puil ii s uno in i i mili has unos M

    inm aduro respecto de los dems. Y es hasta un obstculo paia el desarrollo del carcter encontrarse ms adelantado que los compaeros de la clase. Es pues inteligente evitar que un nio brillante se adelante en los estudios antes de haber cumplido los quince aos.

  • 7. Explicar los ruidos y hacer amar la msica amndola

    (Los sonidos: ruidos y msica)

    En esta sociedad vivimos rodeados y a veces hasta agredidos por ruidos y sonidos... Sobre esta cuestin, muchos padres jvenes le preguntan a usted cmo puede acostumbrarse a los bebs a los ruidos, cmo pueden presentarles los sonidos que los nios descubren casi a cada minuto, todos los das, y que los asustan, muchas veces porque no pueden identificarlos.

    Debo decir que en la casa lo que asusta al nio son los ruidos de la m quina aspiradora, de los aparatos elctricos que zumban y las descargas de agua del inodoro. La nica manera de prevenir o de vencer esas angustias consiste en tom ar al nio en los brazos y explicarle: M ira, ese ruido que no te gusta lo hace la aspiradora; y se es el ruido de la descarga de agua, etc. , mientras se da el nombre de las cosas. Ven, ya vers.

    Aun cuando el nio tenga unas pocas semanas?

    Desde luego! Aun cuando tenga quince das, ocho das! Que la madre haga or al hijo todos esos ruidos familiares

    52

  • Explicar los ruidos y hacer amar la msica amndola / 53

    mientras lo sostiene en sus brazos. De esa m anera los ruidos entran a form ar parte de una m amaizacin tranquilizadora.

    Mamaizacin? Vaya con la palabreja!

    Me gusta este neologismo. Cuando todo est m am aizado en la vida de un nio, en la vida familiar, todo es seguridad, pues todo form a parte de la intimidad con la mam. Dir que si el nio tiene miedo del ruido de la m quina aspiradora es porque generalmente lo oye en momentos en que la madre est agitada, desgreada, trajinando; es un fastidio para ella, pero debe hacer ese trabajo. Y el beb siente todo eso como una tensin. Lo que lo asusta es lo que rodea toda esa actividad, sobre todo si no la vio antes cuando era muy pequeo como algo que form aba parte de la vida habitual, cotidiana, de la madre.

    Tambin est el ruido de la sirena del prim er jueves de cada mes. Si los padres viven cerca de una de esas sirenas, es menester que las madres tengan en brazos al hijo ese da a partir de las doce menos diez para estar seguras de que a medioda los primeros sonidos no lo asusten. Y si est en la calle debe tom ar en brazos al hijo apenas oye la sirena. La sirena es algo antifisiolgico. Al orla, algunos lactantes se encogen y se ponen azules de angustia. Pero la madre puede tranquilizarlos m irndolos a los ojos y dicindoles: Eso que oyes no es nada, se llama la sirena. No debes tener miedo. Mam est aqu, ya ves! Despus los chicos podrn or toda clase de sirenas, las de los automviles patrulleros y las sirenas de los techos, sin temor alguno. Sencillamente hay que poner cuidado las primeras veces.

    En cuanto a los ruidos de las descargas de agua del inodoro, hay que tener en cuenta que al nio le preocupa el destino de sus excrementos que todava form an parte de l, y tiene miedo de verse arrastrado con ellos, si algn da por casualidad se encontrara all. Se siente, pues, como arrastrado por ese ruido. Tambin hay nios que se turban mucho cuando la baera al vaciarse hace un ruido de sifn, como si temieran verse arrastra

  • 54

    dos por el agua que desaparece. Estas cosas hay que decrselas con palabras, cuando todava no estn dispuestos a mirarlas y luego hay que hacrselas observar; as se acostum brarn muy pronto.

    Pero sobre todo, no hay que burlarse de un nio que tiene miedo de un ruido. No hay que decirle nunca: Ah, qu tonto eres! Es la aspiradora! Hay que considerar que un nio quiere saber y entonces hay que explicarle el ruido con palabras y tranquilizarlo.

    Ni hay que vacilar tampoco en hacer funcionar esos aparatos?

    Eso es! Y hay que m ostrar al nio cmo l mismo puede hacer funcionar el aparato apretando un botn.

    Consideremos ahora una cuestin diferente. Sin querer decidir sobre problemas que no entran en el campo de la especialidad de usted, pero que de todas maneras se refieren al nio, hemos elegido unas cartas sobre el despertar musical de los nios, especialmente o relacionado con las lecciones de piano. Porque en nuestro correo las lecciones de piano son un tema que aparece a menudo. Tenemos aqu una carta que representa muchas otras; es de una corresponsal que tiene tres hijas de once, nueve y cuatro aos. El problema estriba en que la abuela materna de las nias, que es profesora de piano, da lecciones a Ia chica de nueve aos. Antes haba dado lecciones de piano a a hija mayor, pero, como dice la madre, las abandon despus de uno o dos aos de gritos, llantos, escenas de mal humor por parte de la nia, cada vez que deba acudir a las lecciones. Mi segunda hija haca, por dems, lo mismo el ao pasado. Siempre haba protestas y deca No quiero ir', No me gusta el piano', 'Prefiero hacer otra cosa', etc." Por ltimo, los padres se preguntan ahora si deben perseverar y obligar a las hijas a aprender msica mediante esas lecciones de piano y si ms adelante ellas no se mostrarn agradecidas a los padres por haberlas obligado a pasar ese escollo. El padre, cuando se lo

  • Explicar los ruidos y hacer amar la msica amndola / 55

    interroga sobre lo que hay que hacer, responde: Ahora comienzan con las lecciones de piano, luego ser la escuela. Tampoco querrn ir a la escuela.

    Pero es un asunto completamente diferente, puesto que la escuela es obligatoria! Si a un chico no le gustan las lecciones de piano, ello se debe a que el profesor no supo infundirle el gusto por esa disciplina, ya a causa del ambiente que crea en las lecciones, ya porque el profesor mismo no est encantado con su oficio. En efecto, si uno practica esa actividad docente en estado de nerviosidad, eso prueba que no est uno contento con lo que hace. Si ensea para ganarse la vida, corre el riesgo de quitar a los nios el gusto por lo que les ensea. Cuntas personas vi que eran msicos innatos y que perdieron el gusto por la msica a causa de un profesor en cuyas lecciones lo pasaban muy mal? Y luego el profesor debe adaptarse. Ve que a un nio no le gusta tocar el piano? Pues bien, ya que se le paga por una hora o una media hora de msica, que en ese tiempo toque algo para el nio. Eso es mucho mejor que hacerle tocar el piano, si al chico no le gusta. La msica es un placer para quienes la aman. Se experimenta el placer de escucharla y no siempre se experimenta el placer de tocarla uno mismo.

    Por lo dems, no s cules son las relaciones entre esas pequeas y su abuela, ni si nuestra corresponsal es ella misma una buena pianista, ni si ama la msica. Si a ella misma le gusta la msica, la oir a menudo y deber hablar del placer que experimenta al escucharla y al tocarla. Y es precisamente as como los nios aprenden a am ar la msica: oyndola desde pequeos, porque sus padres hacen msica, gustan de ella y desde tem prano tratan de descubrir cul es la msica que gusta a su beb.

    Vuelvo a decirlo, es menester que los padres mismos gusten de la msica. Un nio ama algo en fusin afectiva, emocional con su madre. Si estas nias aprenden a tocar el piano porque la madre quiere complacer a su propia madre, fracasarn. Y

  • 56

    fracasarn porque la motivacin est en la madre con su propia madre y no en la relacin con sus hijas. Adems, eso de que ms adelante las hijas se lo agradezcan..., verdaderamente..., hacer algo para que los hijos nos lo agradezcan..., es lo que yo llamo educacin al revs.

    Ya me he referido al am or del profesor por su oficio y al am or de los padres por la msica; pero tambin hay que tener en cuenta el movimiento propio del nio. Hay que ensear un arte a un nio que lo ame. El mismo, ms adelante, buscar el arte que amen sus hijos. Tal vez esta mujer no fue educada por su madre? O tal vez su madre no buscaba lo que le gustaba a la hija? De otra manera no insistira en hacer estudiar a una nia un instrum ento de msica que a sta no le gusta.

    En cambio, se las podra llevar a audiciones de piano de otros chicos o a conciertos. Uno siempre le puede decir a un hijo: A m me gusta tanto la msica! Quieres acom paarm e al concierto? Si te aburres, saldrs de la sala y me esperars afuera . Y entonces se le dir a la acom odadora: Yo quiero or el concierto y usted me har el favor de cuidar al chico aqu afuera . Poco a poco, los nios que ven cmo sus padres gustan de la msica comienzan a am arla ellos mismos, sobre todo si no se trata de una imposicin.

    Desde luego que los nios no gustan en seguida de cualquier msica. En el caso de los bebs, por ejemplo, la experiencia nos permite afirm ar que lo que gusta a los ms pequeos son las secuencias muy breves de msica de M ozart y de Bach variaciones, por ejemplo , tocadas con uno o dos instrumentos (violonchelo y piano; piano y violn); para los muy pequeos la msica de rgano es demasiado compleja, pues no pueden analizarla; el odo de los nios analiza inconscientemente muy bien la msica, en la medida en que no est ensordecido por demasiada intensidad sonora. Pero, por ejemplo, el Librito de Anna M agdalena Bach, con clavecn, piano, flauta, violn, violonchelo es algo que les gusta mucho. Para cuando son mayores, existen maravillosos mtodos para form ar el gusto musical y el odo armnico. Por ejemplo, el mtodo de Marie Jael TAssocia-

  • tion Marie Jael, 17 Boulevard Jules-Sandeau, Pars XVI' |; hav profesores del Estado form ados segn ese mtodo (por c i e r t o que existen otros, pero yo conozco ste). Adems est el canto, los coros de nios. Y si al chico le gusta, por qu no, la danza?

    A veces ocurre que un nio comience a aprender a tocar un instrum ento y luego lo abandone. Eso no significa que no ame la msica. Hay que decirle: Como este instrum ento no te gusta, el dinero que yo destinaba a las lecciones lo guardar aparte para cuando quieras cultivar algn arte, ya se trate de la msica, ya se trate de o tra cosa . Es as como los padres m uestran que estn atentos al am or de sus hijos por un arte. Pues es muy cierto que encontrar un arte que nos prodigue placer en la vida es una alegra grande, muy grande; cuando uno trabaja y ha pasado el da fuera de la casa, al regresar fatigado es algo extraordinario poder contar con el consuelo del arte. Entonces, como estos padres tienen dinero para hacerlo, que separen la cantidad correspondiente a las lecciones y que digan al hijo mientras anotan en una libreta: Esto es lo que cuesta la leccin; habras tenido una leccin por semana, de manera que en un mes el importe sera de...

    Es todo lo que puedo decir. Pero me consterna ver a nios ir a las clases de piano como si se encam inaran a sesiones de tortura, eso es espantoso! Lo repito, el disgusto de los nios se debe a la profesora o se debe a la relacin del nio con ella o se debe realmente al hecho de que al nio no le gusta la msica. Y ste es un hecho que hay que respetar.

    Todava una pregunta sobre las lecciones de piano. Los padres siempre se preguntan: "Hay una edad ideal para estudiarlo? Cundo debe comenzarse?, en el supuesto desde luego de que el nio muestre disposiciones, como suele decirse.

    Se refiere al piano o a la iniciacin musical?

    A las dos cosas, a las lecciones, por un lado, y a la iniciacin musical, por otro.

    Explicar los ruidos r I h u c i i i i i i u i l u n n n i i

  • La iniciacin musical debe comenzarse lo antes posible: a los dos meses si se puede y hasta in tero. Eso es lo que hacen los cngaros: in tero y durante las semanas que siguen al nacimiento, el mejor de los gitanos va a tocar algn instrum ento junto a la mujer em barazada y luego toca junto a la cuna del beb durante los primeros meSes de su vida. Se ha observado que un nio que oy tocar un instrum ento de esta manera, generalmente se dedica a cultivar ese instrum ento, si es msico. Son interesantes estas tradiciones de un pueblo musicalmente muy dotado.

    Por otro lado, en Alemania se comienza la iniciacin musical en el jardn de infantes y hasta en la guardera cantando al ritmo de tamboriles. Los instructores del conservatorio reconocen, segn parece, a los nios que tienen aficin por la msica y el odo justo. A partir de los dos aos y medio, se los lleva al conservatorio, a la clase de los pequeuelos, luego, ya en el jardn de infantes, los que muestran gusto por la msica son iniciados en ella mediante los instrum entos que les gustan: durante dos meses se practica con un instrum ento, durante dos meses, con otro. Se siguen los gustos del nio y su inters m om entneo, porque los nios se apasionan verdaderamente por un instrum ento alrededor de los cinco o seis aos; o bien se los coloca en coros y en grupos de danza y de canto. En general, continan as su educacin musical. En algunos casos el deseo de dom inar un instrum ento se manifiesta a veces a los nueve o diez aos y ms frecuentemente en la pubertad; pero todos han sido preparados por esa educacin. Que la iniciacin musical haya precedido al momento de la pubertad es algo excelente si no se ha cansado al nio, si se la lleva a cabo como jugando y con un odo musical ya form ado. La msica, los ritmos y los sonidos forman parte de la vida, como las formas y los colores, y