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Siglo nuevo
4 Sn
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Una cortesana llamada Ninn de Lenclos
Olga de Juambelz
Hoy voy a platicarles de una cor-tesana que hizo historia por sus caractersticas especiales: en esos tiempos, hace cuatro siglos, las cor-tesanas eran mujeres muy hermosas, ele-gantes, cultas, educadas, y que saban dar grandes placeres a los nobles caballeros de alcurnia.
Damas como Mim de Sevign la protegieron y cultivaron. Esta cortesana se llamaba Ninn de Lenclos. Naci en Francia en 1616 y muri a la edad de 99 aos. Entre sus amantes se encontr al marido de su protectora, y sta deca de Ninn: Tiene un corazn latente en me-dio de la nieve... es la ms honesta, entre las deshonestas.
Pero todo esto no fue su ciente, pues las relaciones de Ninn tambin las tuvo con el hijo y despus hasta con el nieto de su protectora. Tuvo tiempo, como podrn leer, ya que vivi casi un siglo.
Sobre Lenclos se escribi mucho. Saint Simn, en sus memorias rindi homenaje a su singularidad y audacia de pensamientos, para nalmente alabar su clase y exquisitos modales.
Adems, frecuentemente se le relacio-naba con el joven Voltaire, aunque se supo que recibi del padre de ste, una impor-tante parte de su biblioteca (posiblemente el padre tambin fue su amante).
Todos los grandes seores le pagaban sus favores (o servicios; no se les llama-ba sexoservidoras como hoy en da) con enormes palacios, hermossimas y muy valiosas joyas y vestuarios hechos por los ms renombrados modistos de la poca, en n, viva como una marquesa y quiz muchas de las cortesanas lo eran.
Las tertulias de Ninn de Lenclos eran
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famosas por la cantidad de artistas que reciba: grandes escritores, pintores, ac-tores, msicos y muchos intelectuales de la poca; esto ayudaba a darles fama, de modo que este saln era muy solicitado.
Si analizamos un poco, veremos que los tiempos y las modas pueden cambiar; los apelativos de diversas profesiones y o cios tambin, pero siguen existiendo mujeres que viven algo parecido a la vida de Ninn. Tienen grandes fortunas y mu-chos amantes. Un da escuch a alguien decir: todas estas grandes seoras son
ms prostitutas que las de la calle, porque tenindolo todo, optan por hacer y ser como ellas, y muchas de las mujeres de la calle lo hacen por hambre, por falta de principios, de educacin y de una direc-cin familiar.
Antes de morir, ya vieja, Ninn mand cubrir todos los espejos que la rodeaban, se encerr y no volvi a salir de su casa, hasta que muri. No quiso verse ni que la vieran ya decrpita.
Pero as es la vida y seguir siendo, la historia no cambia... se repite.