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Nº 12 - Revista Digital de Los Museos Venezolanos

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Con gran satisfacción Museos.ve alcanza su edición Nº 12. En el transcurrir de este primer año hemos ofrecido a los lectores, artículos y entrevistas a través de los cuales es posible conocer los personajes y procesos que dieron origen a nuestras colecciones y museos, la dinámica a través de la cual el Museo se reinventa día a día, asume los procesos que constituyen su razón de ser y realiza su labor:conservar, investigar, comunicar y exhibir el patrimonio cultural y natural de la nación.

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N° 12

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número 12. año 1. Julio de 2012

Edita:Sistema Nacional de Museos de VenezuelaContacto:Instituto de las Artes de la Imagen y el Espaciowww.museos.iartes.gob.vesistnac.museos@[email protected]

Coordinación General: Rebeca Guerra y Nany Goncalves.

Comité Editorial: Rebeca Guerra, Nany Goncalves y Vivian Rivas / Diseño: Maryury Rojas / Diseño de portada: Daniel Gutiérrez / Corrección: Rebeca Guerra y Nany Goncalves

Colaboraron en este número: Museo Arquidiocesano Obispo Lasso de la Vega, Armando Gagliardi, Nany Goncalves, Hyram A. Moreno, Juan Carlos Paton.

Fotografías: David Fuenmayor, Centro de Documentación Walter Dupouy, Juan Carlos Paton, Hermana Niuska Reyes.

Agradecimientos: Alfredo Shael, Jorge Bello, Evelyn Ramos, Yocselys Bermúdez.

Versión digital: www.museos.iartes.gob.ve

Depósito legal: ppi20112DC3881

ISSN: 2244-8535

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Con gran satisfacción Museos.ve alcanza su edición Nº 12. En el transcurrir de este primer año hemos ofrecido a los lectores, artículos y entrevistas a través de los cuales es posible conocer los personajes y procesos que dieron origen a nuestras colecciones y museos, la dinámica a través de la cual el Museo se reinventa día a día, asume los procesos que constituyen su razón de ser y realiza su labor: conservar, investigar, comunicar y exhibir el patrimonio cultural y natural de la nación.

Con el compromiso de continuar siendo el espacio de encuentro para los profesionales que laboran en el área museística venezolana y convencidos del lugar fundamental que ocupa el rescate de la memoria en la reconstrucción de la historia de la Museología en Venezuela, incluimos en esta edición una entrevista a la Arqueóloga y Etnóloga Lelia Delgado, quien comenta sus inicios en la Galería de Arte Nacional, vinculados a la creación de una Unidad Prehispánica. Así mismo, Hyram A. Moreno, Jefe Especialista de Colecciones, narra con detalles la historia y el origen de la Colección de Rocas, Minerales y Fósiles del Museo de Ciencias.

Incluímos también un artículo publicado originalmente en agosto de 1940 en la revista Élite, el cual reseña el primer curso de Taxidermia que se dictó en el recién inaugurado Museo de Ciencias. Nuestro acostumbrado recorrido por los museos nos acerca al Museo Arquidiocesano Obispo Lasso de la Vega (Maracaibo, estado Zulia) para conocer sus espacios y colección.

En la sección Gente de Museos, la Hermana Niuska Reyes comparte su experiencia como Directora del Museo Sacro de Caracas.

Sistema Nacional de Museos

PRESENTACIÓN

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Texto: Museo Arquid iocesano Obispo Lasso de la VegaFotograf ías: David Fuenm ayor y Rebeca Guerra

Répl ica del a lta r de la Catedra l de Maraca ibo. Pequeña Capi l la de la ant igua Casona del Obispo Lasso de la Vega

MUSEO ARQUIDIOCESANO Obispo Lasso de la Vega

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Fachada del museo

Salas de exposiciones

Répl ica del a lta r de la Catedra l de Maraca ibo. Pequeña Capi l la de la ant igua Casona del Obispo Lasso de la Vega

El Museo adscrito a la Arquidióceseis de Maracaibo, se encuentra bajo la tutela de la Vicaría de Educación y de la Academia de la Historia del estado Zulia, duran-te doce años permaneció cerrado debido a que fueron sustraídas valiosas piezas hasta que en años recientes el Museo fue restaurado, reorganizado y abierto al pú-blico.

En la primera sala del Museo, en realidad una pequeña capilla que se conserva de la antigua casona del Obispo Lasso de La Vega, se encuentra una réplica del altar de la Catedral de Maracaibo. Al frente, en un peque-ño recinto el Museo exhibe de manera permanente un pesebre. La segunda sala alberga la primera corona que lució la sagrada imagen de Nuestra Señora de Chiquin-quirá hasta de la década de los años cuarenta, además

El Museo Arquidiocesano Obispo Lasso de la Vega abrió sus puertas el 24 de octubre de 1990 por iniciativa del prebístero Gustavo Ocando Yamarte, su fundador. Está ubicado en la calle Carabobo de Maracaibo, su sede es una casa antigua cuya construcción data aproximadamente del siglo XVIII ó XIX. La casa perteneció al obispo Rafael Lasso de La Vega (1764-1831) quien llegó a Maracaibo en 1816 tras el devastador terremoto de Méri-da, sus convicciones políticas lo acercaron al Libertador Simón Bolívar, quien lo propuso para la Sede Episcopal de Quito, ciudad en la que muere.

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La sala central está dedicada a los ornamentos litúrgicos tradicionales usados en las iglesias de Maracaibo y la mitra de Monseñor Marcos Sergio Godoy, tercer obispo de la Diócesis del Zulia. En la última sala se encuentra la silla papal utilizada en 1985 por su Santidad Juan

Pablo II en la visita que realizó a Maracaibo y dos tallas, Aron y Melquisedec, ambas procedentes del altar de Maracaibo.

Además de candelabros y copones de la colección de platería, el visitante podrá apreciar otras piezas fundamentales de la colección de arte sacro que posee el Museo como el Cristo de Marfil traído por Joaquín Primo de Ribera en 1774 para la Iglesia de Santa Ana y reubicado en 1897 en la Catedral de Maracaibo y una representación de la Resurrección realizada por el maestro zuliano Julio Arraga (siglo XVI).

Museo Arquidiocesano Obispo Lasso de la Vega

Dirección: calle 93 (Padilla) con esquina salle 94

(calle Carabobo) detrás del Palacio Legislativo. Maracaibo,

estado Zulia. Telf: 0261-7225351 (Arquidiócesis de Maracaibo)

Horario: de martes a viernes de 9:00 am a 12:00 m

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"EL MUSEO ES UN ESPACIO PRIVILEGIADO para la difusióndel conocimientoantrolopológico"

Texto: Arm ando Gagl iard i Nany Goncalves

LELIA DELGADO:

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Muchas cosas comenzaron en la historia de la Museología venezolana con la creación en 1976 de la Galería de Arte Nacional, la cual proponía convertirse en un "museo de nuevo tipo" rompiendo con las formulas clásicas del "Museo tradicional", tiempo en el que se produjo un intenso debate sobre las funciones de los museos que cuestionaba sus objetivos, prácticas, discursos y métodos de trabajo. Lelia Delgado inicia su trayectoria en los Museos en este polémico punto de la historia.

BAJO LA TUTORÍAde José María Cruxent

Me formé como Arqueólo-ga en la Universidad Cen-tral de Venezuela, en aquel tiempo las tesis en la espe-cialización de arqueología se hacían en el Instituto Ve-nezolano de Investigacio-nes Científicas (IVIC), mi interés por la arqueología histórica me colocó bajo la tutoría del profesor José María Cruxent (1911-2005). Quien había sido fundador

de la Cátedra de Arqueo-logía y Director del Museo de Ciencias Naturales de Caracas entre 1944 y 1963.El profesor Cruxent, era uno de esos seres que son difíciles de definir bajo una "etiqueta": fue pintor, etnó-logo, arqueólogo, botánico, espeleólogo, paleontólogo, geógrafo, diría una suerte de viajero moderno. Llegó a nuestro país después de la

Guerra Civil Española. Sus exploraciones lo llevaron a recorrer y conocer en exten-so la geografía venezolana y a participar en legenda-rias expediciones como la de las cabeceras del Orino-co o la del Rey Leopoldo de Bélgica hacia la ruta del Darién. Se hace arqueólogo directamente en el trabajo de campo. Es coautor de la Arqueología Cronológica de

Venezuela, junto con Irving Rouse, uno de los últimos investigadores de la Univer-sidad de Yale que vinieron a nuestro país, tras la saga de la política del "buen ve-cino", implementada por Juan Vicente Gómez en los años treinta, la cual abrió las puertas y la riqueza nacional a la participación extranjera.

ARQUEOLOGÍA NORTEAMERICANA

Me tocó vivir un momento de intensa pugnacidad en la Arqueología venezolana. La obra de Cruxent y Rouse había sentado las bases de una arqueología cuyo marco teórico-metodológico, se fundamentaba en el paradigma norteamericano de la descripción de estilos cerámicos, a fin de establecer centros de difusión de rasgos culturales. A la par, en America Latina y particularmente en Venezuela, otra tendencia teórica se orientaba hacia el estudio de los contextos sociohistóricos del pasado influenciada por las ideas del etnólogo Miguel Acosta Saignes. Por los años setenta, cuando yo ingresé a estudiar en la Universidad, comenzaba a tomar fuerza la Arqueología Social.

y Arqueología Social

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El ascenso de la Arqueología Social constituyó, además de un cambio de paradigma teórico en la arqueología de ese momento, un plan-teamiento ético-político de compromiso social, lo cual trascendía el estudio del pasado y se dirigía a com-prender las causas originarias de las condiciones sociales del presente venezolano. Los principales representantes de esta línea de pensamiento en nuestro país fueron y siguen siendo los profesores Mario

Sanoja e Iraida Vargas. Ellos han escrito las obras funda-mentales de una corriente, apoyados en los principios fundamentales del mate-rialismo histórico, se inte-resaron por el estudio de las relaciones sociales, los modos de vida y producción, en fin, las formas como los hombres y mujeres origi-narios de este país, en cada tiempo histórico, organi-zaron su vida a partir de ac-ciones cotidianas concretas.

LOS COMIENZOS en la GAN

Comencé a trabajar en la Galería de Arte Nacional (GAN) cuando la institución tenía como tres años de fundada. Yo había hecho una pequeña pasantía, pero no fue sino hasta 1980 cuando entré formalmente. Su Director, Manuel Espinoza, me invitó a formar parte del equipo de investigadores, a raíz de un ensayo que publiqué en el Papel Literario de El Nacional. Este ensayo que titulé Huellas. De la Estética a la Antropología, comentaba la expo-sición Huellas que había sido curatoriada desde la GAN, y presentada en los espacios del Museo de Ciencias.

Desde la creación de la Galería de Arte Nacional, ya sus fundadores, Manuel Espinoza, Quintana Cas-tillo, Alejandro Otero y el mismo Juan Calzadilla entre otros, hablaban de la creación de un área que se ocupara del estudio de las artes indígenas venezolanas, así surgió la Unidad Prehispánica.

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Con la creación de la Unidad Prehispánica, por primera vez un museo venezolano contó con un área especia-lizada. Su principal obje-tivo fue la inclusión de un espacio destinado al estudio del arte y la cultura de los pueblos originarios, cuyo co-nocimiento había sido hasta ese momento, exclusivo de los centros de investigación arqueológica, ubicados en algunos departamentos uni-versitarios, como fueron la cátedra de arqueología de la UCV, el Departamento de Arqueología del IVIC y la sección antropológica de la Fundación La Salle, sin que ninguno de ellos se ocupara particularmente sobre temas estéticos. Esto significó un avance si consideramos que el tema de las "artes indíge-nas", no era de mayor in-terés para un país que ape-nas en 1999, reconoció en la Constitución venezolana a estos colectivos sociales con su plenitud de derechos.

La Unidad Prehispánica se constituyó en un centro de consulta accesible a cual-quier persona interesada en saber la procedencia de una pieza arqueológica, su valor cultural o las leyes de patri-monio que impedían su ven-ta, respondíamos consultas a estudiantes en todos los nive-les de escolaridad, desde la escuela primaria haciendo tarea, hasta artistas interesa-dos en conocer las practicas estéticas de pueblos origina-rios. Intentó llenar el vacío de información, que para ese momento se tenía, sobre el extenso periodo histórico y cultural en el que se confor-mó nuestra herencia cultural. Las funciones de esta Uni-dad, enmarcadas en el campo de la investigación museo-lógica abarcaron proyectos expositivos, educativos, do-cumentales, de conservación y salvamento del patrimonio arqueológico, lo cual se co-rrespondía con los ideales fundacionales de la Galería de Arte Nacional. En ese tiempo podíamos ir al cam-

po arqueológico, excavar y hacer exposiciones a partir de nuestra propia investiga-ción. Las exposiciones "Ha-bitantes de lo Imaginario" y "Formas del inicio. La pin-tura rupestre en Venezue-la", fueron ejemplo de ello.

Las exposiciones se hacían básicamente con objetos donados que conformaban la pequeña colección de la Galería de Arte Nacional, algunas piezas en comoda-to pertenecientes a Sagrario Pérez Soto y los prestamos de piezas del Museo de Ciencias. Ramón Lanci-ni, su Director en los años ochenta, me distinguió con su confianza permitiéndome entrar en los depósitos del Museo para trabajar con esa colección, en ese entonces bastante desorganizada y sin investigar pero de gran riqueza. Muchas de las pie-zas conservaban las etique-tas originales escritas por los pioneros de la arqueo-logía en Venezuela, allí se encuentran todavía piezas

de las colecciones presen-tadas por Adolfo Ernst, las cuales formaron parte de la Exposición Nacional (1883).

He escrito la historia de la Unidad Prehispánica, pues tengo el vicio de la memo-ria y también su disciplina. He registrado lo que se hizo desde su apertura con Jeani-ne Sujo, las exposiciones, los planes educativos, la ex-periencia de la arqueología de rescate, la creación de los módulos de conservación arqueológica, la reedición y rescate de libros fundamen-tales para la arqueología venezolana, la creación de pequeños museos o salas de exhibición locales, asesorias, consultas y charlas, nuestra participación activa en las excavaciones arqueológi-cas de Lara. Fue una labor realizada por un equipo mí-nimo, visto esto en perspec-tiva, me sorprende la canti-dad de cosas que hicimos.

LA UNIDAD Prehispánica

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En 1960 abriendo una calle en el casco central de Quibor, fueron encontrados, frente a la iglesia, un conjunto de esqueletos de tallas muy pequeñas, los cuales se atribuyeron a la existencia antigua de Pigmeos en

esa región. Este importante yacimiento arqueológico, fue destruido por ordenes del Gobernador de estado, quien so pretexto de organizar el tráfico del centro, ordenó tapiar el yacimiento y pavimentar la calle que había estado cerrada durante algún tiempo al paso automovilístico, con la subsecuente destrucción del sitio, cuestión que

ocasionó un escándalo entre la comunidad científica, denuncias y comentarios en prensa nacional e internacional. No fue sino hasta 1981 cuando se reabrieron nuevas excavaciones en un lateral de la calle del "cementerio boulevard de Quibor", el cual junto con el Museo Arqueológico de Quibor, se convirtieron en escuela de

SEIS ENSAYOSde Estética Prehispánicaen Venezuela (1989)De la experiencia en la Unidad Prehispánica y de la necesidad de contar con un manual que teorizara sobre las prácticas estéticas de los pueblos antiguos de mi país, distinto a los planteamientos del "Arte Prehispánico", surgió mi libro Seis ensayos de estética Prehispánica en Venezuela, publicado por la Academia Nacional de la Historia. Se trataba de hacer una propuesta alternativa, desde la Arqueología Social, a la manera como habían entendido estas "artes", autores clásicos como Miguel Arroyo, Alfredo Boulton y Lourdes Blanco, entre otros. Dar una respuesta a una visión, a mi manera de ver, eurocéntrica y descontextualizada, la cual trataba de aplicar de manera mecánica las categorías de las artes de occidente, a objetos producidos en sociedades completamente distintas, sociedades que correspondían a otras lógicas, a otras maneras de estar el mundo, a otras maneras de crear. Como todo libro que intenta una propuesta teórica, hice una revisión crítica de las tesis anteriores que se habían escrito sobre esta temática, esto significó mi separación forzosa de la Galería de Arte Nacional y la desaparición de la Unidad Prehispánica.

EL PENSAMIENTO de Sanoja y Vargas

Catá logo de la exposición

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campo para los estudiantes de arqueología de la UCV. En ese entonces, aunque ya trabajaba en la GAN, apliqué como estudiante graduada para participar en las excavaciones, de esta forma los profesores Sanoja y Vargas se convirtieron en mis maestros durante un año, en el que leí sus libros y pude comprender a cabalidad su propuesta metodológica, cuestión que me hizo más cercana, desde un punto de vista ideológico, a los planteamientos de la Arqueología Social, que a los paradigmas de la arqueología anglo-norteamericana.

Mi acercamiento a la Ar-queología Social significó pues mi separación del IVIC y en consecuencia de la "tu-toría" del profesor Cruxent, separación que terminó con una carta en la que le ex-presaba mi afecto y grati-tud, pues debo reconocer la generosidad con la que me

LA SEPARACIÓN de Cruxent

distinguió, sin embargo, para ese momento, ya me encon-traba en las antípodas ideo-lógicas de su pensamiento teórico. La carta comenzaba

Catá logo de la exposición

diciendo algo así como: Pro-fesor Usted ha sido un gran maestro para mí, además de un gran amigo, apelo a su condición de anarquista, por

favor no me exija una leal-tad que no puedo darme sino a mí misma.... Nunca contes-tó y yo tampoco me atreví a acercarme.

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Al tiempo de la publicación del libro Seis ensayos de estética Prehispánica en Venezuela, y del retiro de la GAN, Edgardo González Niño se vio obligado a vender su colección etnográfica, la cual había estado guardada en el Museo de Ciencias. Cuando Carlos Andrés Pérez inicia su segundo periodo presidencial (1989-1993), le piden sacarla de los depósitos del Museo, como para ese momento no tenía casa,

ni espacio ofreció la colección en venta al estado venezolano, pero no lo consiguió. Entonces se la ofrece a Patricia Phelps de Cisneros, a quien había conocido en Amazonas, así es como se adquiere esa extraordinaria colección.

Edgardo sugiere mi nombre para que haga la catalogación. En principio me negué pues en realidad me había

Edgardo González Niño (1926-2002) fue un viajero legendario en el Amazonas, un hombre revolucionario, contrario a la dictadura de Pérez Jiménez, vinculado al partido comunista y a las guerrillas del Llano de Colombia. Un hombre a quien Pérez Jiménez no metió en la cárcel, pero que exilió a una zona remota como era Puerto Ayacucho para ese entonces. Edgardo fue una persona de sensibilidad social, se internó al sur de Venezuela y fue descubriendo y enamorándose de la vida de la selva, así como de los pueblos que encontró a su paso. Gran conocedor de la historia, geografía, flora y fauna de lo que en su momento se llamó el Territorio Federal Amazonas, el cual recorrió a pié y en curiara guiado por entrañables amigos yekuana, yanomami, wotuja, entre tantos otros pueblos que habitan en las regiones aledañas al Orinoco. Esta travesía le permitió reunir una colección de aproximadamente 2.000 objetos etnográficos a los que se sumaron numerosas fotografías, libros y escritos.

Tuve la suerte de conocerlo cuando era una niña durante una visita escolar a una de las primeras exposiciones en las que se presentaban, fotos y objetos etnográficos de su colección en Caracas, recuerdo que fue en los espacios expositivos de Pro-Venezuela. Escuche con atención la visita tan emotiva que nos dio, llena de sabiduría y anécdotas de su vida en la selva, esa visita fue un punto de no retorno en mi vida, desde ese momento supe lo que iba a ser de grande, siempre he recordado ese momento y hasta ahora nunca he tenido dudas, ni arrepentimientos sobre mi vocación antropológica.

En los primeros años que entré a trabajar en la GAN se estaba preparando la gran Exposición Amazonas, que abarcó el Museo de Ciencias, el Museo de Bellas Artes y la Galería de Arte Nacional. Allí volví a encontrarme con Edgardo González Niño, pues se trataba de la exhibición de toda la colección, fue un encuentro emotivo del cual surgió nuestra amistad.

LA COLECCIÓN DE OBJETOS etnográficos de Edgardo González Niño

LA COLECCIÓN Orinoco

Exhibición ORINOCO, Indígenas de la SelvaAmazónica, en El Museo Etnográf ico de Eslovenia

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Alrededor de 1998 toda la colección estaba catalogada y fotografiada. Recibimos la primera invitación a exhibir-

LA EXPOSICIÓN Orinoco

formado como arqueóloga y no como etnóloga. Entonces Edgardo me convenció con la promesa de acompañarme en el proceso de catalogación. Así nos sentamos juntos a trabajar durante algún tiempo, en el que se hicieron grabaciones de las historias que narraba sobre cada pieza. Aprendí con él a diferenciar los materiales, huesos de animales diversos, pelos, picos, uñas, plumas; aprendí sobre tecnología indígena de caza y pesca; técnicas de manufactura; a reconocer las fibras, las maderas, las resinas, las semillas, los colorantes, en fin, una infinidad de conocimientos que no se aprenden en una Universidad; los cuales venían de la experiencia directa de cincuenta años de vida entre los pueblos originarios del Amazonas.

Prácticamente hice otra carrera, leí la bibliografía etnológica necesaria para contextualizar los objetos en el marco de la cultura; trabajo que ameritaba otro

Muest ra de a lgunas de las piezas que conforman la exibición ORINOCO, Indígenas de la Selva Amazónica, en El Museo Etnográf ico de Eslovenia

tipo de formación. Siempre le estaré agradecida por haberme abierto ese cofre de inestimables conocimientos, razón por la cual le dediqué el libro Vida indígena en el Orinoco, en cuyo epílogo cuento parte de su historia de vida y de la colección que reunió en sus años de vida en el Amazonas.

la en Europa por parte de Museo Nacional de Alemania, Kunst-und Ausstellungshalle, esta se presentó con el nom-bre de Orinoco-Parima, entre agosto 1999- febrero 2000, para conmemorar el aniversario del los 200 años del viaje de Humboldt. Ese año el Museo de Berlín organizó la Exposi-ción Viaje a las Regiones Equinocciales, este fue el primer montaje que se hizo de la colección reunida por Edgardo González Niño.

El éxito alcanzado en Bonn, que recibió incluso la visita del Presidente Chávez, garantizó invitaciones a exponer en mu-seos de toda Europa. Estuvimos en Frankfurt, más tarde en la Feria Mundial de Hannover, en Biarritz (Francia), Rusia, Ginebra, Praga, Finlandia y Suecia. Eran tantas las invita-ciones que tuvimos que dividir la colección en dos proyectos expositivos paralelos. Fuimos a museos etnográficos muy importantes como el Museo de Pedro El Grande en San Pe-tersburgo, el Museo Etnográfico de Frankfurt y el Naprsteck Museum de Praga, entre muchos otros.

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ORINOCO OnlineComo en aquel momento era también el boom de las páginas de Internet, me correspondió hacer la investigación para la página Orinoco Online. Esta página fue seleccionada para el Premio al Desafío de Estocolmo 2000, reconocimiento internacional que recompensa el uso de las tecnologías informáticas en beneficio de las comunidades. Orinoco Online fue premiada como finalista, por su difusión del conocimiento de las culturas de los indígenas de la región amazónica de Venezuela.

LA SALA de los Pueblos Originarios Ingresé de nuevo a los museos en el 2008, por invitación de Zuleiva Vivas que era la Presidenta de la Fundación Museos Nacionales para ese entonces, con la idea de hacer la Sala de Pueblos Originarios de la GAN, que ha sido mi sueño desde hace más de treinta años. Esta ciudad requiere de un espacio en el que se muestre la historia y sabiduría de los pueblos indígenas de nuestro país, cuyas raíces hunden su memoria en un tramo, de por lo menos 15.000 años de historia cultural. Para ello se necesita un ámbito adecuado, de cierta intimidad, para exponer no solamente lo arqueológico sino lo etnográfico y revitalizar la adquisición de una buena colección etnográfica por parte del Estado para la divulgación y reconocimiento de nuestra herencia cultural. A lo mejor todavía se requiera de una mayor comprensión sobre la importancia de este legado; y tal vez no sea a mi a quien le toque ejecutarlo, pero por lo menos me queda la satisfacción de haber contribuido a sentar las bases, para la reflexión sobre este tema: hay libros desde donde teorizar, exposiciones, un blog de estudio, en fin, la investigación de toda una vida dedicada a la inclusión de las culturas originarias en los museos nacionales.

ht tp://www.or inoco.org

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Lelia Delgado

Arqueóloga y Etnóloga

[email protected]

Los actuales cambios sociales y culturales sacuden las paredes de los museos, soplan vientos de renovación, tiempo de reinventarse, tiempo de propuestas sobre prioridades, sobre formas de exposición, sobre la misión, incluso, sobre el propio concepto de museo. Es tiempo de hacer una pausa en el diario tráfago del trabajo, para revisar contenidos y objetivos de nuestra propia práctica y avizorar algunos retos y debates que plantea los nuevos discursos museológicos, entre otros la capacidad de readaptarse a los cambios socio-históricos, a la inserción cada vez mayor de un público

multiétnico, diverso culturalmente, que amerita otras formas de representación, pues a estas alturas ya no es posible ver al otro "distante", al final solo nos exponemos a nosotros mismos. En este orden de ideas he propuesto la creación de una Unidad de Estudio de la Estética Indígena, que funcionaría como centro de consulta y estudio sobre temas, estéticos, arqueológicos, etnográficos, y de reconocimiento del patrimonio indígena venezolano, que estaría adscrita a la Fundación Museos Nacionales, y se ejecutaría en cualquiera de sus museos.

UN NUEVO DISCURSO museológico

Sala de la Colección la Sa l le, Museo de Barquisimeto, 2012

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LA MATERIA CON LA CUAL SE ERIGEUNA HISTORIA:

Texto: Hyram A. MorenoFotograf ías: Centro de Docum entación Wal ter Dupouy

la Colección de rocas, minerales y fósiles del Museo de CienciasNaturales de Caracas

Inauguración de la nueva sede del Museo de Ciencias Natura les de Caracas, En la fotograf ía: Walter Dupoy, Di rector; la pr imera dama y el P residente de la Repúbl icaGenera l Eleaza r López Cont reras, José Nucete Sardi; Ar turo Usla r Piet r i

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Se establecen, de manera provisional, dos lapsos temporales en el largo itinerario del Museo de Ciencias. El primero se inicia con la creación del Museo Nacional (MN) y finaliza en una sede provisional, el edificio N° 379 de la avenida San Martín, con el nombre de Museo de Ciencias Naturales (MCN). El segundo es marcado con la mudanza en 1939 para la nueva sede, situada a la entrada del Parque Sucre o Los Caobos y abarca, por lo menos, siete décadas de vida institucional y del disímil ejercicio de once directores y dos directoras en su gestión.

A MANERA de introducción

Atendiendo a las sensibilidades e intereses del orbe ilustrado del país, el Presidente interino de la República durante el Gobierno de José Ruperto Monagas, Guillermo Tell Villegas, decreta el 28 de octubre de 1869 la creación de un Museo de Historia Natural. Este decreto fue reformado por la administración de Antonio Guzmán Blanco, quien convierte el proyecto originario en un trasunto (reflejo o imitación fiel) de Cámara de Maravillas, donde se juntaba la historia natural con la pintura, el grabado y la escultura.

A la postre, el fraguado de esta iniciativa sería bajo la conducción de Gustavo Adolfo Ernst (1832-1899), quien inicia la marcha del Museo Nacional entre los años de 1874 y 1875 y logra reunir a los naturalia, objetos de la naturaleza como rocas, minerales o plantas y animales con los de arte e historia (artificialia).

LA CREACIÓN DEL Museo Nacional

En esta etapa inicial, los fondos de colección se constituyen con la puntillosa colección de rocas, minerales y plantae exsiccatae -especímenes de herbario- del médico José María Vargas (ver Stauffer et al., 2006). Y una diversidad de “objetos de historia natural" cedidos por la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales de Caracas (1867-1878). A los cuales, se van incorporando piezas arqueológicas o etnográficas e históricas, así como diferentes productos orgánicos e inorgánicos de la comarca, reunidos por Ernst y exhibidos en la exposición del Primer Centenario del Nacimiento del Libertador (1883).

Inauguración del Museo de Ciencias Natura les de Caracas, 24 de jul io de 1960

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Para 1909, la situación del Museo sería descrita por Christian F. Witzke (Director del Museo Nacional entre 1908-1920) con lo que viene de seguidas: no existen ni inventarios detallados ni catálogo explicativos de ninguna clase. Décadas más tarde y luego de recurrentes mudanzas y resguardos en lugares inapropiados, tanto para su conservación como exhibición, el Museo de Ciencias Naturales de Caracas se establecería como el repositorio de un gran conjunto heterogéneo y caótico de artefactos arqueológicos o etnográficos; restos óseos humanos; algunos ejemplares zoológicos y paleontológicos o diferentes muestras de rocas y minerales del antiguo museo. Los actuales fondos de la colección de rocas, minerales y fósiles están conformados por sub-colecciones con diferentes niveles de información. Existe un libro de adquisición o de ingreso general del Museo de Historia Natural (Estados Unidos de Venezuela, 199 páginas numeradas) y cuatro libretas de voucher o “boleto de adquisiciones”, que van desde 1942 hasta 1946. La primera anotación, en el libro, es del 25/01/1940 y la última 19/10/1961, correspondiendo a una muestra de roca o “ágata” (N° 3031).

La Colección de rocas y minerales del Dr. José María Vargas tiene un catálogo hológrafo, es decir escrito de puño y letra, sin fecha ni paginación, denominado “Colección Geológica clasificada para servir al estudio de esta ciencia” [sic]. Son 76 páginas de papel verjurado de algodón con notas anejas en otra calidad de papel y con lápiz de grafito. Se presume que una gran parte de la escritura corresponde a Vargas.

Desde el punto de vista geológico, el catálogo presenta un orden taxonómico congruente con los criterios geognósticos

de Christian Herrgen y la teoría del Neptunismo de Abraham G. Werner sobre la formación de la Tierra de principios del siglo XIX: Formación primitiva; 2a Formación de transición; 3a Formación de transición superior o de carbón mineral y Fósiles de transición antes del calcáreo betuminoso en rocas de transición. Ulterior a esta valiosa pieza de archivo, se carece de algún otro catálogo o de un inventario detallado y actualizado; existiendo formales discrepancias en cuanto al número definitivo de muestras que integran dicha sub-colección.

Procedente también del Museo Nacional es la donación del Barón Alfred de Loë, Secretario de la Sociedad Arqueológica de Bruselas. Se trata de un conjunto de minerales, fósiles y sílex –es posible que se refiera a la presencia de artefactos líticos-. Su ingreso es circa 1890. Tiene un inventario manuscrito (original) y una trascripción hológrafa y traducida –correspondiendo posiblemente a la pluma de Ernst-. Es necesario un inventario de su actual condición y una detallada descripción con base en los documentos señalados.

Más reciente es la entrada en 1942 de la donación del extinto Servicio Técnico de Minería y Geología del Ministerio de Fomento. Parte de esta colección fue expuesta en la inauguración de la nueva sede, bajo la curaduría del Dr. Víctor López; Director del Servicio y miembro del Comité Organizador del Instituto de Geología, creado en 1937 y adscrito al Ministerio de Educación Nacional (Urbani, 2007). En ésta deben hallarse algunas de las muestras coleccionadas por la Comisión Exploradora, en la primera y segunda expedición, a la Guayana venezolana (1939). Tiene datos y requiere de registro e inventario.

Finalmente están las muestras reunidas durante la Expédition Léopold au Territorio d’Amazonie (ELATA) de 1952; carece de inventario o registro, desconociendo el número total de muestras.

ROCAS y minerales

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Esqueleto del fel ino dientes de sable

VERTEBRADOS fósilesSe encuentra una parte del material paleontológico colectado, en 1938, por el célebre paleontólogo norteamericano George Gaylord Simpson y el Hermano lasalllista Nectario María en la población de San Miguel, al SW de Barquisimeto (estado Lara). Sobre éste el paleontólogo venezolano Omar Linares ha expresado: Las mejores piezas fósiles de Simpson están

depositadas en el American Museum of Natural History, New York, mientras que el resto del material -muy fragmentario- reposa en cajones en el Museo de Ciencias Naturales de Caracas (Linares, 1983: 3). Ingresa sin clasificar en 1963 y aún conservan, muchos de ellos, los encamisados de yeso aplicados al material para su traslado.

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Otros fósiles, son partes del esqueleto de un megaterio (Eremotherium sp.) encontrado en la Hacienda Tazón (El Valle), actual Municipio Libertador del Distrito Capital. Fue excavado, en 1954, por los geólogos Dionisio Zozaya Figuera y Erimar von der Osten del Ministerio de Minas e Hidrocarburos y donado por dicho Ministerio y el de Obras Públicas. Se desconoce el número total de huesos hallados o del lote ingresado a la colección (Nº 1823 del 5/11/1954).

Y el esqueleto del felino dientes de sable (Smilodon populator) donado junto a otros fósiles por la Universidad de California y el U. S. National Museum de los EE. UU, según nota publicada en la Revista Nacional de Cultura (1951, N° 89, página 324). La fecha de entrada es 25/11/1954 (Nº 1826).

En el año 2001 ingresa, de manera informal y por repatriación, un lote de vertebrados (peces, reptiles y mamíferos) provenientes de Urumaco (NW del estado Falcón). El hallazgo es de la primera expedición paleontológica extranjera a Venezuela (1972); dirigida por Bryan Patterson junto a los investigadores A. D. Lewis, R. C. Wood, D. C. Fisher, R. W. Repennig y M. F. Stanford. Se tiene copia de la libreta de campo y un inventario (field list, 1972) facilitados por el Museum of Comparative Zoology (Universidad de Harvard).

La colección cuenta con nueve holotipos (o también tipos portanombres), son aquellos ejemplares a partir de los cuales han sido descritas nuevas especies de animales. Y siendo un material de notoria importancia, visto desde la propia gestión museológica o de los estudios de sistemática de vertebrados, la institución debe implementar las necesarias acciones para su conservación, reconocimiento y accesibilidad para su estudio (ver Código Internacional de Nomenclatura Zoológica).

A saber, son cuatro mamíferos: Proticia venezuelensis Patterson, 1977 (MCNC-237), el registro más antiguo de mamíferos que se conoce en Venezuela y el único resto hallado hasta el presente. Bolivartherium urumaquensis, descrito en el 2006 por Alfredo A. Carlini y colaboradores (números provisionales de campo 170-72V, 85-72V y 71-72V); Asterostemma venezolensis Simpson, 1947 (MCNC-1043) y Megatherium venezuelensis von der Osten, 1951 (especie inválida).

Cuatros tortugas Stupendemys geographicus Wood, 1976 (MCNC-244); Chelus lewisi Wood, 1976 (MCNC-239); una de caparazón blando perteneciente a la familia Trionychidae (género y especie indeterminados, MCN-238); Podocnemis geologorum Simpson, 1943 (MCNC-915; A.M. Nº 6781) y un caimán Melanosuchus fisheri Medina, 1976 (MCNC-243).

De igual importancia, es el calco de la mandíbula de Xenastrapotherium christi (Stehlin 1928) y de la hemimandíbula derecha y otros huesos de Eremotherium laurillardi (Lund). El primero corresponde a material tipo y fueron adquiridos por J. M. Cruxent, director del MCN entre 1948-1962, al Naturhistorisches Museum de Basilea (Suiza); ingresando a la colección en 1959 (N° 2944).

Mater ia l procedente de Urumaco, estado Falcón, y de la expediciónde B.Paterson ( 1972 )

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Otra importante pieza paleontológica, son los huesos mandibulares de un pez del Cretáceo superior (Formación Querecual); donada por el Dr. Ely Mencher y hallada en la isla La Bo-rracha (NW de Puerto La Cruz, estado Anzoátegui). Ingresa con el N° 755 el 30/09/1946. El Dr. Mencher fue pro-fesor de paleontología y director téc-nico (1941) del Instituto de Geología.

Un largo itinerario de 137 o 138 años exhibe la historia del actual Museo de Ciencias, desde su inicio en la postrimería del siglo XIX. Debido a ello se ha propuesto un corte temporal y presentar, de esta manera, el bosquejo sobre la conformación de una colección y el valor e importancia de la misma, a pesar de los avatares y las pérdidas de información. Se destaca, además, la lista de tipos portanombres de especies fósiles resguardadas por el Museo de Ciencias.

Sin embargo, es necesario un trabajo más exhaustivo tanto en archivos y bibliotecas como en los fondos de la colección, para lo cual es forzoso el concurso de especialistas.

REFERENCIASLinares, Omar. 1983. Mamíferos fósiles del Pleistoceno de Venezuela. Quíbor (estado Lara): FUNDACULTURA, Museo Arqueológico de Quíbor. 16p.

Stauffer, F. W., R. Duno de Stefano, L.J. Dorr, F. Jacquemond y N. Fumeaux. 2006. Contribución del Dr. José María Vargas a las ciencias botánicas en Venezuela. Acta Botánica Venezuelica, 29(1): 135-164.

Urbani, Franco. 2007. Del Instituto de Geología (1937) a la Escuela de Geología, Minas y Geofísica. Revista Aula y Ambiente, 7(13-14): 15-28.

Hyram A. Moreno

Jefe Especialista de Colecciones

Museo de Ciencias, Fundación

Museos Nacionales

[email protected]

A MANERA de conclusión

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Revista ELITE, 1940

Año XV. N° 777

Caracas, pág. 52

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Texto y fo tograf ías: Juan Carlos Paton

I ENCUENTRO NACIONAL de Museos Comunitarios de Bolivia

EVENTOS Y ACTUALIDAD MUSEÌSTICA INTERNACIONAL

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La organización del Encuentro fue resultado de los acuerdos tomados por los participantes durante el 1er Taller Nacional de Creación y Desarrollo de Museos Comunitarios de Milluni, el cual se realizó en noviembre de 2011, en la Comunidad de Bajo y Alto Milluni, Distrito 13, Municipio de El Alto, donde participaron comunidades de Sucre, Cochabamba, Oruro, La Paz y El Alto. Este encuentro tuvo como objetivo general impulsar los trabajos para la creación y consolidación de los museos comunitarios, fortalecer la visión de los museos, dar seguimiento a los planes de acción elaborados y acordar acciones de apoyo mutuo entre las comunidades. Es importante destacar la participación de jóvenes de la comunidad, quienes mostraron interés en conocer y apoyar

las distintas actividades que desarrolla el Comité de Turismo y el Museo de la Comunidad de Potolo.Durante el encuentro se destacó el trabajo que viene realizando el Comité Impulsor de Museos Comunitarios de Bolivia. Actualmente se estudia la posibilidad de realizar el 2do Segundo Encuentro Nacional de Museos Comunitarios de Bolivia en la comunidad de Incallajata (Cochabamba) y próximamente se determinará la sede para el VIII Encuentro Internacional de Museos Comunitarios de América, 2013.

En el 2010 Bolivia participó en los talleres de capacitación realizados en Oaxaca (México) y en el VII Encuentro Internacional de Museos Comunitarios de América (Costa Rica

2010), donde se determinaron líneas de acción para los miembros de la Red de Museos Comunitarios de América, a fin de fortalecer las distintas iniciativas que cada país viene trabajando sobre museos comunitarios. En esa oportunidad el evento contó con la participación de los compañeros de Oaxaca: Teresa Morales Lersh (Asesora de la Red de Museos Comunitarios de América), Cuauhtémoc Camarena y Francisco Hernández (Facilitadores de Museos Comunitarios de América).

Del 25 al 27 de mayo del 2012 se realizó en el Municipio Autónomo de Sucre, Departamento de Chuquisaca – Comunidad Potolo, el I Encuentro Nacional de Museos Comunitarios de Bolivia.

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Juan Carlos Paton

Facilitador de Museos Comunitarios

de Bolivia

[email protected]

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HERMANA NIUSKA GUADALUPE REYES LOVERADIREC TOR A DEL MUSEO SACRO DE C A R AC AS Texto:: Nany Goncalves / Rebeca Guer raFotograf ías: Hna. Niuska Reyes

Hace diez o doce años. Comenzó como una inquietud por conservar algunas obras congregacionales y hacer un museo. Esta inquietud me llevó a hacer cursos de conservación y mantenimiento de obras y más tarde a inscribirme en la Maestría en Museología que ofrece la Universidad de Coro (estado Falcón). Inmediatamente me enlace con el área museística a través del Museo Arquidiocesano de Coro. Luego me llamó la Conferencia Episcopal Venezolana para que orientara y diera mis aportes profesionales al Museo Sacro de Caracas, en el cual yo había hecho una pasantía. Inesperadamente me nombraron Directora en el 2006, hace 6 años.

¿Cuántos años tiene trabajando en el museo?

¿Cómo nace esa inquietud por los Museos?

GENTE DE MUSEOS

Juan Carlos Paton

Facilitador de Museos Comunitarios

de Bolivia

[email protected]

Luego he tenido la oportunidad de asesorar en el área museológica y museográfica a otros Museos, como el Diocesano de Coro, el Museo Coromotano y el Museo de la Divina Pastora.

Quizás por el mismo ambiente patrimonial de Coro, las casas coloniales, la idea de conservar los objetos que tenemos de nuestros antepasados. Tengo esa afinidad con los museos desde muy pequeña. Monseñor Iturriza, fundador del Museo Arquidiocesano de Coro, era muy amigo de mi padre y fue mi padrino de Bautizo, cuando visitaba la casa siempre hablaba de fundar un museo.

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¿Por qué la selecciona la Conferencia Episcopal Venezolana?

Mi tesis de Postgrado consistió en hacer una propuesta a la Conferencia Episcopal Venezolana a fin de organizar los Museos Diocesanos y Parroquiales del país. Eso me llevó a recorrer museos en Barquisimeto, Mérida, Caracas, Coro, San Cristóbal, Trujillo, para entrevistar a los Directores, tomar fotos y comparar las condiciones en las que se encontraban.

Como en Venezuela no hay mucho material bibiográfico sobre museos eclesiásticos y me costaba conseguir información, escribí a Roma, al área de Cultura del Vaticano. Para mí sorpresa la Maestría en Museología recibió una bendición del Papa, porque Juan Pablo II fue uno de los que pidió a la Iglesia que sus miembros estudiaran Patrimonio, Museología y Archivos Eclesiásticos. Con ese impulso las Congregaciones Religiosas incentivaron los estudios en estas áreas. A partir del diagnóstico que hice y los materiales y libros que recibí del Vaticano, propuse unos lineamientos que abarcan los distintos aspectos técnicos de la gestión de museos.

Viendo esa afinidad familiar y al escuchar desde niña esa inquietud del Obispo y de mi padre, mantuve ese clima interior para entrar a formar parte del área museística.

¿Cómo fueron los inicios en el Museo de Arte Sacro?Me encontré con un Museo cerrado, no había

exposiciones temporales y eso me afectó mucho. Me parecía inverosímil que teniendo un personal profesional, administrativo y obrero el Museo permaneciera cerrado por problemas económicos e internos. Abrir sus puertas fue el mayor reto, el otro fue organizar una primera exposición temporal con motivo de la Semana Santa, estudiar las piezas de la colección y darles una lectura museológica, respetando la museografía que es del Arquitecto Ciro Caraballo.

¿Recuerda haber visitado otros Museos antes de trabajar en uno?

Cuando asumí el Museo habían tres salas permanentes, organizadas a la manera del Director anterior, una sala temporal y dos espacios pequeños que no funcionaban. Hoy en día el Museo tiene ocho salas, siete permanentes y una temporal, más los espacios abiertos que están musealizados. Reorganicé las salas una por una, reubiqué las obras, organicé la caminería interconectando las salas y los espacios abiertos. La secuencia va de lo Divino al Misterio de Cristo, es una reflexión personal sobre cómo podemos encontrar la vida de Cristo en un Museo.

El Museo Sacro de Caracas funciona bajo la figura de autogestión. Ofrece al público exposiciones y talleres, cursos de iconografía, algunos son dictados por sacerdotes y religiosas. Tiene también un Café que contribuye a que sea más visitado y un blog en internet al que pueden escribirnos.

Sí. El primer museo que visité fue el Museo de Diocesano de Coro. He visitado muchos otros museos, tanto a nivel Congregacional como Eclesiástico. Cuando viajo me gusta visitar museos, pienso en el planteamiento humano, social y religioso que podemos hacer. Como Religiosa puedo hacer muchísimo en la parte apostólica, histórica y sacra de un museo. Va muy bien con mi vocación religiosa, porque el Arte es lo creado por el hombre que al mismo tiempo es lo creado por Dios.

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29¿Un recuerdo, una experiencia especial?

La Maestría en Museología, me marcó la vida. Es un aprendizaje que anhelaba. A pesar de que estudié primero Ciencias Religiosas, soy Educadora, he hecho cursos de Teología y doy clases. Fue una experiencia para mí muy viva, porque estudié con otras personas no religiosas, con las que conservo una bella amistad y mantengo el contacto con profesores como Armando Gagliardi.

Después están los viajes que hice a México, Ecuador, Roma, para conocer los museos y hacer cursos de conservación preventiva de objetos sacros. Tuve la oportunidad de ir en México al Museo de la Guadalupe y recibir un curso sobre telares. Aprendí cómo hacer el mantenimiento, el inventario, aspectos de la catalogación. El Museo de Arte Sacro tiene alrededor de 100 piezas ornamentales, bordadas a mano con hilo de oro.

¿Una obra de la colección, un espacio, un personaje, una exposición?

Una obra, las piezas de Arte Sacro, para mí es como estar viviendo lo que asumí como Religiosa, me encargo personalmente de su limpieza y conservación. Un espacio, los pasillos del Museo, es mí área preferida por el silencio, te permite conectarte con el arte, escuchar el viento y los murmullos que llegan de la Plaza Bolívar. Un personaje, más bien hablaría de personajes: los artistas. El Museo Sacro no tiene los medios ni el personal técnico para todas las áreas, pero los artistas, algunos con mucho sentido de pertenencia hacia el Museo, hacen de “curador”, colaboran en el mantenimiento y conservación de las obras. Ellos me ayudan a seguir en el Museo y a hacer una mejor gestión. Una exposición, la que organicé hace dos años con todas las obras de la Colección del Museo Sacro. Me di a la tarea de observarlas una por una. Eso me permitió ver la riqueza que posee el Museo, desde obras muy antiguas que datan de 1800 hasta obras muy contemporáneas. Esta exposición la titulé Obras Sacras del Museo Sacro de Caracas.

¿Qué le ha dado el Museo como profesional?Mucho. He tenido un aprendizaje con la Curaduría, la

Conservación Preventiva, los artistas y otros profesionales. Sobre todo me ha ayudado al trato con el público, como todas las exposiciones son sobre el tema Sacro me ha tocado a mí como Religiosa dar el discurso museológico. Eso me anima a continuar con mi profesión y mi vocación religiosa, porque me inserta en el mundo que escogí.

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Necesitamos del Museo para sentirnos realmente diferentes. Es un espacio en la vida en el que podemos callar y admirar, cosa que pocas veces hacemos en nuestro mundo. Siempre le agradezco a la gente que visite el Museo y al mismo tiempo los invito a hacer silencio y a admirar interiormente para poder captar lo que nos dice la imagen, porque la imagen nos habla a todos de distintas maneras, dependiendo de nuestro estado de ánimo.

¿Por qué y para qué ir a un Museo?

Si quieres contarnos tu historia

o la de alguien especial,

escríbenos a

[email protected]

¿Qué piensa que le ha aportado al Museo?

¿De qué manera el Museo ha influido en su vida personal?

Le he dado mi vida, mi trabajo, el Museo me atrapa.

Me ha ayudado a crecer en mi vida espiritual. El Arte nos ayuda a ver la parte mística, lo Divino, me ayuda en mi vida Religiosa. Pienso que los cambios que hago en los espacios del Museo me ayudan al cambio espiritual.

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Si quieres contarnos tu historia

o la de alguien especial,

escríbenos a

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CONVENCIÓN:La Convención, aprobada en París el 14 de noviembre de 1970 durante la 16a reunión de la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), establece una serie medidas destinadas a prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales. Constituye un instrumento jurídico internacional para la protección de bienes culturales, en este sentido resulta trascendental ya que establece las bases del derecho internacional en este tema y enuncia principios y valores en cuanto a los bienes culturales.

Sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales (1970)

Para los efectos de la Convención se considerarán como bienes culturales

Los objetos que, por razones religiosas o profanas, hayan sido expresamen-te designados por cada Estado como de importancia para la arqueología, la prehistoria, la historia, la literatura, el arte o la ciencia y que pertenezcan a las categorías enumeradas a continuación:

a) Las colecciones y ejemplares raros de zoología, botánica, mineralogía, anatomía, y los objetos de interés paleontológico;

b) Los bienes relacionados con la historia, con inclusión de la historia de las ciencias y de las técnicas, la historia militar y la historia social, así como con la vida de los dirigentes, pensadores, sabios y artistas na-cionales y con los acontecimientos de im-portancia nacional;

c) El producto de las excavaciones (tan-to autorizadas como clandestinas) o de los descubrimientos arqueológicos;

d) Los elementos procedentes de la desmem-bración de monumentos artísticos o histó-ricos y de lugares de interés arqueológico;

e) Antigüedades que tengan más de 100 años, tales como inscripciones, monedas y sellos grabados;

f) El material etnológico;

g) Los bienes de interés artístico tales como:

i) Cuadros, pinturas y dibujos hechos enteramente a mano sobre cualquier sopor-te y en cualquier material (con exclusión de los dibujos industriales y de los artículos manufacturados decorados a mano);

ii) Producciones originales de arte esta-tuario y de escultura en cualquier material;

iii) Grabados, estampas y litografías originales;

iv) Conjuntos y montajes artísticos ori-ginales en cualquier materia;

h) Manuscritos raros e incunables, libros, documentos y publicaciones antiguos de in-terés especial (histórico, artístico, científi-co, literario, etc.) sueltos o en colecciones;

i) Sellos de correo, sellos fiscales y análo-gos, sueltos o en colecciones;

j) Archivos, incluidos los fonográficos, fotográficos y cinematográficos;

k) Objetos de mobiliario que tengan más de 100 años e instrumentos de música antiguos.

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32Para los efectos de la Convención forman parte del patrimonio cultural de cada Estado Miembro

Los bienes que pertenezcan a las categorías enumeradas a continuación :

a) Bienes culturales debidos al genio individual o colectivo de nacionales de Estados de que se trate y bienes culturales importantes para ese mismo Estado y que hayan sido creados en su territorio por nacionales de otros países o por apátridas que residan en él;

b) Bienes culturales hallados en el territorio nacional;

En el marco de la Declaración de los Principios de Cooperación Cultural Internacional, los Estados Miembro de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se comprometen a COMBATIR la importación, exportación y transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales, SUPRIMIR las causas, DETENER el curso de estas prácticas y EFECTUAR las reparaciones que se impongan. Para ello adoptan una serie de disposiciones:

c) Bienes culturales adquiridos por mi-siones arqueológicas, etnológicas o de cien-cias naturales con el consentimiento de las autoridades competentes del país de origen de esos bienes;

d) Bienes culturales que hayan sido objeto de intercambios libremente consentidos;

• Establecer en su territorio, en las condiciones apropiadas a cada país, uno o varios servicios de protección del patrimonio cultural.

• Contribuir a la preparación de los proyec-tos de textos legislativos y reglamentarios que permitan la protección del patrimonio cultural y de un modo especial la represión de las importaciones, exportaciones y transferencias de propiedad ilícitas de los bienes culturales.

• Establecer y mantener al día un inventa-rio nacional de bienes culturales.

• Fomentar el desarrollo o la creación de las instituciones científicas y técnicas (museos, bibliotecas, archivos, laboratorios, talleres, etc.), necesarias para garantizar la conservación y la valorización de los bienes culturales.

Disposiciones adoptadas en esta Convención

• Organizar el control de las excavaciones arqueológicas, garantizar la conservación in situ de determinados bienes culturales y proteger ciertas zonas reservadas para futuras investigaciones arqueológicas.

• Dictar, con destino a las personas intere-sadas (directores de museos, coleccionistas, anticuarios, etc.), normas que se ajusten a los principios éticos formulados en la pre-sente Convención y velar por el respeto de esas normas.

• Ejercer una acción educativa para estimular y desarrollar el respeto al patrimonio cultural de todos los Estados y difundir ampliamente las disposiciones de la presente Convención.

• Velar por que se dé la publicidad apropiada a todo caso de desaparición de un bien cultural.

• Establecer un certificado adecuado, en el cual el Estado exportador autorice la exportación del bien o de los bienes culturales de que se trate y que deberá acompañar a todos los bienes culturales regularmente exportados.

• Tomar todas las medidas necesarias, conformes a la legislación nacional, para impedir la adquisición por parte de los museos y otras instituciones similares, de bienes culturales que hayan sido exportados ilícitamente.

• Prohibir la importación de bienes cultu-rales que hayan sido robados en un museo, un monumento público civil o religioso, o una institución similar, siempre que se prue-be que tales bienes figuran en el inventario de la institución interesada.

e) Bienes culturales recibidos a título gratuito o adquiridos legalmente con el consentimiento de las autoridades competentes del país de origen de esos bienes.

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De acuerdo a la Convención se consideran ilícitas

La Convención es sometida a la Ratificación o a la Aceptación

Los Estados Miembros se comprometen

• Tomar las medidas apropiadas para decomisar y restituir, a petición del Estado de origen, todo bien cultural robado e importado después de la entrada en vigor de la presente Convención.

• Restringir, por medio de la educación, de la información y de la vigilancia, la transferencia de bienes culturales ilegalmente sacados de cualquier Estado Parte en la presente Convención.

• Obligar a los anticuarios, en la forma pertinente de cada país y bajo pena de sanciones penales o administrativas, a llevar un registro que mencione la procedencia de cada bien cultural, el nombre y la dirección del proveedor, la descripción y el precio de cada bien vendido, y a informar al comprador del bien cultural de la prohibición de exportación de que puede ser objeto ese bien.

Para conocer el contenido de la

Convención puedes consultar:

http://www.unesco.org

La exportación y la transferencia de propiedad forzadas de bienes culturales que resulten directa o indirectamente de la ocupación de un país por una potencia extranjera.

De los Estados Miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con arreglo a sus procedimientos constitucionales respectivos. El 21 de marzo de 2005, Venezuela depositó ante el Director General el instrumento de aceptación de la Convención.

A RESPETAR el patrimonio cultural, IMPEDIR por todos los medios adecuados, las transferencias de propiedad de bienes culturales que tiendan a favorecer la importación o la exportación ilícitas de esos bienes; COLABORAR para efectuar lo antes posible la restitución, a quien corresponda en derecho, de los bienes culturales exportados ilícitamente; y RECONOCER el derecho imprescriptible de cada Estado Miembro en la presente Convención de clasificar y declarar inalienables determinados bienes culturales, de manera que no puedan ser exportados, y a facilitar su recuperación por el Estado interesado si lo hubieren sido.

Los Estados Miembros de la Convención deben indicar, en los informes periódicos que presenten a la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en las fechas y en la forma que ésta determine, las disposiciones legislativas y reglamentarias, así como las demás medidas que hayan adoptado para aplicar la Convención, con detalles acerca de la experiencia que hayan adquirido en este campo.

• Esforzarse, por medio de la educa-ción, en crear y desarrollar en el público el sentimiento del valor de los bienes culturales y del peligro que el robo, las excavaciones clandestinas y las exportaciones ilícitas representan para el patrimonio cultural.

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Cristo de Marfil. 1 metro de alto. Escultura en marfil de estilo bizantino. Fue traída por Joaquín Primo de Ribera en 1774, para la iglesia de Santa Ana. Se trasladó a la Catedral de Maracaibo en 1897. Actualmente pertenece al Palacio Arzobispal de Maracaibo

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