10
AGRADECIMIENTOS UNO Ex pr es o a qui mi re co noc imie nt o a Daedalus por su autorizaci6n para reimprimir, muy aumentado, un ensayo que original mente se public6 en sus paginas. Tarnbien agradezco a la Facultad de Letras de la Universidad de Indiana su perrniso para reirnprimir una ver- si 6n an te ri or de l r ni sr no ens ay o que apareci6 en s u f ol le to c on me - morativo. Algunas frases de la secci6n sexta, como ya se ha seriala- do, se reproducen en Ed uc aci 6n s up er io r: de man da y respuesta ( 19 69 ), s i b ie n l a p re se nt e v er si on es p or 1 0 ge ne ra ll a m as t em pr an a. La expresi6n «El camino criticos es, segiin entiendo, un terrni- no p rop io d e l a ad min is tra ci 6n de e mpr es as que cornence a escuchar de un modo reiterado durante la preparaci6n de la Montreal Expo d e 1 96 7. Se asociaba en mi mente a las frases finales de la Critica de ia raz6n pura de Kant, donde se dice que el dogmatismo y el es- ce pt ic isr no ya h an goz ad o de su o po rt un id ad en tanto que posturas filos6ficas sostenibles y que « s6 10 q ue da a bi er to e l c am in o c ri ti co » 1• Tarnbien se asociaba a un momenta clave de mi propio desarrollo. Ha ce uno s v ei nt ic in co af ios, c ua ndo ai in me hallaba en el rnedio de m i v id a, me perdl en l a s el va os cu ra d e l as p ro fe ci as de Blake y bus- q ue al gi in c ami no que me sacara de alli. Habia much os, algunos bi en tr il l a dos y equ ip ad os c on po st es in di ca dor es , p er o to dos ap un- taban en las que p ar a m i e ra n d ir ec ci on es e qu iv oc ad as . Me encami- naban hacia las condiciones sociales de la epoca de Blake, hacia la historia de la tradici6n oculta, hacia Jos factores psicologicos de Ja mente de este autor y hacia otros temas muy validos en sl mismos. Pero mi tarea consistia concretarnente en i nt en ta r d es ci fr ar s u c 6d ig o s imb6 Ji co , y t en ia la s en sa ci 6n de que el camino pasaba directamen-" t e po r J a J i te ra tu ra mi sma. EJ c ami no c ri tic o que yo buscaba consis- tia en una teorfa de la critica que, en primer lugar, diese cuenta de los fen6menos m as i mp or ta nt es d e J a e xp er ie nc ia l it er ar ia ,_ y~ n se- g un do J ug ar me c on duj era a una vi si 6n d el pu es to que la literatur_a ocupa dentro e la civilizaci6n considerada como un todo. - Siguiendo la inclinaci6n que ~lake me h ab ia i ns pi ~a do , m e i r: lt e- rese especialmente por dos cuesuones. Una era: iCuaJ es el objeto gJ oba l d e co noc imie nt o de l que forma parte la critica? Rechace Ja 1 As1 en la mayor parte de las traducciones, si bien la palabra que Kant ernplea es Weg y no Pfod. - 12 - - 13 -

Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno

5/9/2018 Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/northrop-frye-el-camino-critico-uno 1/10

 

AGRADECIMIENTOS UNO

Expreso aqui mi reconocimiento a Daedalus por su autorizaci6n

para reimprimir, muy aumentado, un ensayo que original mente se

public6 en sus paginas. Tarnbien agradezco a la Facultad de Letras

de la Universidad de Indiana su perrniso para reirnprimir una ver-

si6n anterior del rnisrno ensayo que apareci6 en su folleto conme-

morativo. Algunas frases de la secci6n sexta, como ya se ha seriala-do, se reproducen en Educaci6n superior: demanda y respuesta

(1969), si bien la presente version es por 10generalla mas temprana.

La expresi6n «El camino criticos es, segiin entiendo, un terrni-

no propio de la administraci6n de empresas que cornence a escuchar

de un modo reiterado durante la preparaci6n de la Montreal Expo

de 1967. Se asociaba en mi mente a las frases finales de la Critica de

ia raz6n pura de Kant, donde se dice que el dogmatismo y el es-

cepticisrno ya han gozado de su oportunidad en tanto que posturas

filos6ficas sostenibles y que «s610 queda abierto el camino critico» 1 •

Tarnbien se asociaba a un momenta clave de mi propio desarrollo.

Hace unos veinticinco afios, cuando aiin me hallaba en el rnedio de

mi vida, me perdl en la selva oscura de las profecias de Blake y bus-

que algiin camino que me sacara de alli. Habia much os , algunos

bien tr il lados y equip ados con postes indicadores, pero todos apun-

taban en las que para mi eran direcciones equivocadas. Me encami-

naban hacia las condiciones sociales de la epoca de Blake, hacia la

historia de la tradici6n oculta, hacia Jos factores psicologicos de Ja

mente de este autor y hacia otros temas muy validos en sl mismos.

Pero mi tarea consistia concretarnente en intentar descifrar su c6digo

simb6Jico, y tenia la sensaci6n de que el camino pasaba directamen-"te por JaJi teratura misma. EJ camino cri tico que yo buscaba consis-

tia en una teorfa de la critica que, en primer lugar, diese cuenta de

los fen6menos mas importantes de Ja experiencia literaria,_y~n se-

gundo Jugar me condujera a una visi6n del puesto que la literatur_a

ocupa dentro e la civilizaci6n considerada como un todo.

- Siguiendo la inclinaci6n que ~lake me habia inspi~ado, me ir:lte-

rese especialmente por dos cuesuones. Una era: iCuaJ es el objeto

gJobal de conocimiento del que forma parte la critica? Rechace Ja

1 As1 en la mayor parte de las traducciones, si bien la palabra que Kant ernplea

es Weg y no Pfod.

- 12 - - 13 -

Page 2: Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno

5/9/2018 Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/northrop-frye-el-camino-critico-uno 2/10

 

respuesta: «La critica es una subdivision de la literaturas por tratarse

de un sinsentido tan evidente. La critica es teorfa de la literatura, y

no un elemento menor e inesencial de su practica. Esa nocion no es

sorprendente en profanos 0 en poetas, pero icomo puede un critico

encontrarse tan confundido ace rca de su propia funcion, hasta el

punto de adoptar la misma perspectiva que yo no podia (y atin no

puedo) comprender? Ciertamente la cririca encuentra una desventa-

ja particular en ese mirnero de personas que han derivado hacia ella

sin vocacion alguna y que tienen por 10 tanto, todo 10 inconsciente

que se quiera, un cierto interes en que siga siendo teoricameme in-coherente.

_A su v.ez, la crltica Iiteraria parecfa formar parte de dos campos

mas arnplios que se encontraban srn desarrollar. Uno era la crltica

unific~da de todas las artes; el otro consistia en algiin area de la

~xpresl0n verbal que todavia no habia sido definida, y que en este

Iibro lIamaremos mitologia. Este ultimo campo pareda mas prorne-

tedor a corto plazo; en cuanto al primero, me parecfa que en el

estribaba el destino ultimo del objeto lIamado estetica 2, en eI que

(al menos por entonces) paredan interesarse algo relativamente po-cos crfticos literarios tecnicamente competentes. Tarnbien me fije en

eI poderoso movimiento centrifugo que l Ievaba desde la crit ica a los

campos de 10 social, 10 filosofico y 10 religioso, y que se habia es-

tablecido desde al menos tan temprano como Coleridge. Encontra-

ba que en ~sto habfa algo que no tenia una motivacion clara.

Un crltico dedicado a la literatura, pero carente del sentido de su

propia fun cion disrintiva. cae a rnenudo en a tentacion de creer

que nunca podra ser otra cosa que un escritor 0 un pensador de se-

gunda, dado que su trabajo deriva de la obra-ae hombres que, en

funcion de sus propios postulados, son mas grandes que el. Sentf

entonces la necesidad de una concepcion de la critica que situase la

actividad del crftico bajo una luz adecuada y, una vez 10 hubiera-mos logrado, los restantes objetos de interes que este pudiera tener

no representarian sino una expansion natural de la critica, en lugarde una evasion de la misma.

La otra cuestion era: iComo Ilegamos al significado poetico? Es

un principio generalmente aceptado que e I significado deriva del

contexto. Pero en eI significado verbal existen dos contextos diferen-

tes: el imaginativo de la Iiteratura y e I del discurso intencional ordi-

j!ario. Tenia 1a sensacion de que ningiin critico habia prestado toda

su atencion a 10 que me pareda sec la primera operacion de la criti-

2 Para un punto de vi sta opues to, vid. F. E. ~ARSHOTI, The structure of aesthe-tics, Toronto, 1963.

- 14-

ca: intentar ver que significado podia descubrirse en las obras litera-

rias a partir de su contexto en la Iiteratura misma. Pareda como si

rodo significado literario se rernitiese en primer lugar al contexto del

significado intencional , siempre secundario y a veces erroneo. Esto

es, se suponia que el significado fundamental de una obra liter aria

era del tipo que puede expresarse mediante una parafrasis en prosa.

Este significado primario era lIamado -diteral», expresion que pre-

senta un exuberante crecimiento de marana semantica en torno suyo

que ya he discutido en otro lugar, y a la que vuelvo aqui con mayor

brevedad.

Cuando cornence por primera vez a escribir sobre teoria critica

que de asombrado al comprobar hasta que punto estaba generaliza-

do el acuerdo de que la critica no disponia de principios propios y

debia «fundamenrarses en algtin otro campo del conocimiento. Las

discrepancias no se originaban en este punto, sino en torno a la

cuestion de cuales eran los temas adecuados de los que debia depen-

der la crit ica. EI antiguo fundamento fi lologico europeo, muy sensa-

to al menos en la forma en que 10 expusieron August Boeck 3 y otros

en eI siglo XIX, habia desaparecido en gran medida de los paises dehabla inglesa. En algunos lugares, especialmente en Oxford, donde

estudie en los afios treinta, habia decaido hasta convertirse en una

concepcion mucho mas estrecha de la filologta, Esto se debio en

parte a que el cambio de eje que se produjo en los estudios literarios

con eI abandono de la lengua clasica por las modernas habia provo-

cado un prejuicio que derivaba de una de las mas extrafias perver-

siones que jamas se dieron en la etica del trabajo: que al menos la

literatura inglesa era un tema de mero entretenimiento y no debla

ser adrnitida en las universidades a menos que eI hincapie funda-

mental recayese en algo que resultara mas beneficioso para la fibra

moral , como aprender las clases de los verbos fuertes del Ingles anti;

guo. En la mayor parte de las universidades norteamericanas la ins-

t itucion cri tica descansaba sobre una mezcla de historia y filosofia,

en la suposicion evidente de que toda obra literaria era 10 que Sir

Walter Raleigh dijo de F J paraiso perdido: un monumento a las

ideas rnuertas. Yo mismo pronto quede identifi do como uno de

los criticos que extraian sus principios dek_antro ologia y la psico-

logja, que por entonces todavia se consideraban generalmente como

ternas inadecuados. Siempre he insistido en que la critica no puede

extraer sus principios de otro campo, pues significa arrancarlos de su

3 Vid. Encyklopiidie und Methodologie der philologischen Wissenschaften, Leip-

z ig, 1877, en especia l el primer capitulo, «Die Idee der Phi lologie • .

-15-

Page 3: Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno

5/9/2018 Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/northrop-frye-el-camino-critico-uno 3/10

 

contexto rea l, y que debe elaborar los suyos propios. Pero los habi-

tos mentales son difkiles de romper, especial mente los malos, y

porque encontre esencial el termino «arqueripo», aiin se me tacha a

menudo de critico junguiano y se m e clasifica junto a la senorita

Maud Bodkin 4, cuyo libro he leido con interes y a la que, ante la

evidencia de es e mismo libro, me parezco tanto como a la fa llec ida

Sarah Bernhardt.

El motivo de esta si tuacion mas bien absurda resultaba evidente.Para no extendernos, diremos que rnientras se busque su significado

fundamental mente dentro del contexto del discurso intencional, el

poema se convertira en uh documento gue debe relacionarse con

algiin area verbal de estudio que se encuentra fuera de la I iterarura.

De aqui que la critica, como en el caso de Los Angeles, se convierta

en un conglomerado de barriadas que no disponen de un centro en

la l iteratura misma. Una de estas barriadas es la biografica, donde se

toma la obra lite raria como documento que ilustra a lg iin aspecto de

la vida de su autor. La epoca en que este enfoque estuvo mas de

moda fue el siglo XI X y su exponente mas destacado era Carlyle,

para quien solo podia ser gran poesia la retorica personal de un gran

hombre . Esta teor ia exige que Shakespeare, por e jemplo , haya sido

evidente y arro lladoramente un gran hombre, 1 0 cual explica por

que en el XI X se dedico tanta energia crltica a intentar forjarle, a

partir de alusiones imaginarias de su poesia, una biografia que re-

sultara 1 0 bastante interesante. Esta desencaminada actividad ha

quedado Iimitada hoy en dla fundamenta lmente a los sonetos, don-

de, como dice Mutt en Finnegans Wake, «puede que quien escribe

runas tenga que descifrarlas a cuatro paras». El ensayo de Carlyle

sobre Shakespeare, en Heroes y culto al heroe, resulta tan ver-

borre ico y retorico sin contenido como puedan llegar a serlo dentro

del orden de 10 natural las expresiones en prosa. Algo parece no

marchar bien en la teorla, al menos cuando adopta esta forma. Sali-mos mejor parados con Goethe, pero incluso en este caso el sentido

de su grandeza personal puede relacionarse menos con la calidad de

su poesia que con el gran niimero de cosas que fue capaz de hacer

adernas de escribirla.

No m e esto y refiriendo a la biografia en su sentido mas estric to ,

sino a la idea de que la vida del poeta es clave esencial para una mas

profunda cornprension de su poesia . Ocurre a menudo que la litera-

tura interesante la produce un hombre carente de interes, en el sen-

tido de tra tarse de alguien que nos decepciona si andamos buscando

4 Archetypal Pat terns in Poetry. 1934.

- 1 6

una especie de heroe de la cultura. De ~echo, es~~ ocurre con tanta

frecuencia que, sin lugar a dudas, no exrste relacion alguna entre la

capacidad para escribir poesia y cualquier otra capacidad, 0, cuando

menos, resulta claramente absurdo suponer que todo autentico poe-

ta debe ser un determinado tipo de persona. Por ello, la formula-

ci6n «este poema es particularmente destacable por el ~odo en que

arroja luz sobre», e tc ., deja muy pronto de parecer convmc:_nte : ~o-

dos salvo a un escogido grupo de poetas. Para la comprension cnnca

se necesita algo mas, algo mas profundamente fundamentado en

una experiencia literaria de mayor envergadura. .

Hoy el enfoque biografico tiende a trasladarse del cont~m~o

personal manifiesto del poema allatente, y de un enfoque biogra-

fico propiamente dicho a otro psicol6gico. Aqui y ahora esto

equivale en gran medida a un enfoque freudiano, 0 ~ l~ q~e he da-

do en considerar como un enfoque a 1 0 Lutero en su intirnidad. Lle-

gados a este punto nos top amos con una considerable dosi~ de de-

terminismo. Todas las concepciones document a les de la Ilteratu3a

son alegoricas, y est<:_ ecno result a aiin mas eviden~e cuando l.os

poemas se toman como alegorias de represiones freudianas, co~c-tos sin resolver, tensiones entre el eg o y el ello, 0, por referirnos

tambien a otra escuela, como alegorias del proceso junguiano de in-

dividuaci6n. Pero 1 0 que es cierto para la poesia alegorica tarnbien

1 0 es para la crft ica alegorica: la alegoria es una tecnica que exige

mucho tacto , y se viol an las leyes de este cuando la blancura de

Moby Dick queda explicada como una tabula rasa lockiana, cuando

se discute sobre Alicia en el Pais de las Maravillas en. terminos de su

hipotetico aprendizaje de tocador, 0 cuando se toma la expresion de

Matthew Arnold que aparece en La playa de Dover -«Donde los

ignorantes e jercitos chocan por la noche»- como referencia .encu-

bierta a la copulacion de sus padres. Uno termina por recordar l~~

exempla que a par ti r de las ciencias na~urales formulaban_Ios predi-cadores medievales. En el siglo XI V Richard Rolle nos dice que la

abeja lleva tierra en las patas para que Ie sirva de lastre en sus

vuelos, y de este modo nos hace pensar en la Encarnaci6n, por. me-

dio de la cual Dios adopto una figura terrenal. EI ejemplo es mge-

nioso y entretenido, y solo resulta insatisfactorio cuando se esta inte-

resado en las abejas.

Si nos cansamos de es e juego de sombras chinescas que es la

explicac ion de autenticos poemas en funcion de supuestos e~ta.dos

mentales, podemos vernos em_Eujados a pensar que_la fuente ult ima

de un poe~o el poeta individual como la situaci6n so-

cial de que surge y de la que es portavoz y medio. Esto nos conduce

- 17 -

 

Page 4: Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno

5/9/2018 Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/northrop-frye-el-camino-critico-uno 4/10

al campo de la critica historicista. Aqul nos encontramos de nuevo

con que nadie puede ni debe negar la relevancia que la literatura

tiene para la historia. Pero la critica historicist a rara vez tiene verda-

dera conciencia de que la primera constituye en S I misma un ele-

mento activo del proceso hist6rico. A los poetas se les supone una

capacidad sensible de respuesta a las tendencias sociales semejante a

la del papel de tornasol, y por ello se considera que la literatura en

su totalidad es algo sobre 10 que acnia el proceso hist6rico; asi , vol-

vemos a encontrarnos con que aiin no hemos escapado al procedi-

miento documental y aleg6rico.

Una vez mas, algunos cri ticos historicistas, al igual que ocurria

con los biograficos, tenderan a desplazarse desde el contenido social

manifiesto hacia el latente, es decir, desde el contexto hist6rico del

poema a su ccntexto dentro de una determinada concepci6n unita-

ria de la historia. Aqui volvemos a encontrarnos de modo inequi-

voco con el determinismo, con el impulso de descubrir el significa-

do ultimo de la literatura en algo ajeno a ella misma. En la epoca de

que hablo, esto es hace una generaci6n, estaba en boga un deterrni-

nismo conservador y catolico muy influido por Eliot, que adopt6 eltomismo --0al menos hacia referencias a el- como cumbre de los

valores culturales de Occidente, y contemplaba benevolamente des-

de 10 alto todo 10 que sigui6 a esta corriente como si se tratara de

una especie de bajada en tobogan que pasara velozmente por el no-

minalismo, el protestantismo , el l iberalismo, el idealismo subjeti-

vo, etc., hasta llegar al solipsismo, donde se suponia que estaban

encuadrados los conternporaneos no tomistas del crit ico. El marxis-

mo es otra amplia perspectiva hist6rica muy difundida, y quiza sea

intrinsecarnente la mas seria de todas. La Iiteratura es parte de un

proceso social y por ello la rotalidad de este constituye el verdadero

contexto de la misma. En teorfa el marxismo adopta una vision so-

cial de la literatura 10 suficientemente amplia como para observarladentro de su verdadero contexto. En la practica, sin embargo, opera

como un mero determinismo mas que elude todos los aspectos de la

li teratura salvo una interpretacion aleg6rica de su contenido.

Todos estos enfoques documentales y externos, aiin cuando se

manejen correctamente, estan sujetos al menos a tres limitaciones

con las que todo estudioso experimentado debe contar. En primer

lugar, no dan cuenta de la forma literaria del objeto que examinan.

Identificar al rey Eduardo y documentar la actitud de Milton para

con la Iglesia de Inglaterra no arrojara luz alguna sobre Lycidas en

tanto que elegfa pastoril que cuenta en su ascendencia con una ra-

rna clasica y otra italiana. En segundo lugar, no dan cuenta del len-

- 18-

guaje poetico y metaf6rico de la obra literaria, antes bien, presumen

que su significado primario no es poetico. Y en tercer lugar no dan

cuenta del hecho de que la verdadera cualidad de un poeta estriba a

menudo en una relaci6n negativa con el contexte escogido. Para en-

tender el Mtlton y laJerusaiem de Blake resulta t iti l saber algo acer-

ca de suodisputa con Hayley y de su juicio por sedici6n. Pero ademas

se necesita ser conscience de la enorme desproporci6n que existe

entre estos acontecimientos menores ocurridos en el curso de una vi-

da tranquila y la transformaci6n apocaliptica que sufren en los poe-

mas. Ademas, se deberia tener conocimientos suficientes de crit ica,

y acerca de Blake, para no atr ibuir esa desproporci6n a una paranoia

de este ultimo. De modo semejante, el estudioso puede muy bien

escribir todo un estante de libros sobre la vida de Milton examinada

ala luz de la historia de su epoca, yaun asi no darse cuenta de que

su grandeza como poeta radica en gran medida en su profunda y

obstinada incomprensi6n de la misma.

Por el tiempo en que comence a escribir critica, elllamado «new

crit icism» se habia establecido como tecnica de exposici6n. Se trata-

ba de una forma ret6rica de la cririca, y la palabra ret6rica viene sig-nificando dos cosas desde el principio: )o...f ig tivo delleng,wtje y

los poderes de persuasi6n de un orador. El «flew criticism» se ocup6

de la ret6rica en el primer senti do , y estableci6 un contrapeso al en-

toque biografico que vela la poesia como ret6rica personal. El gran

merito de la cri tica expositiva consistio en que como base del signifi-

cado poetico aceptaba la forma y el lenguaje poeticos, Sobre esta

base levant6 una resistencia frente a toda la cri tica de «trasfondo»,

que describla 10 l iterario en terminos de 10 que no 10 era. Ala vez,

se priv6 del aspecto mas posit ivo de la cri tica documental: el sentido

del contexte. Exponfa sencillamente una obra tras otra, prestando

escasa atenci6n al genero 0 a cualquier otro principio estructural de

mayor envergadura que relacionara las distinras obras objeto de laexposici6n.

Las limitaciones de este enfoque se hicieron pronto evidentes, y

antes 0 despues la mayor parte de los nuevos criticos retornaron al

seno de algun contexto documental ya establecido, generalmente al

historicista, si bien al principio se les consideraba opuestos a e1. Uno

o dos se acercaron incluso al marxismo; pero el movirniento en ge-

neral, al menos en America, fue antimarxista, Anteriormente los

marxistas habian condenado una tendencia en cierto modo sernejan-

te a esta que habia aparecido en la critica rusa bajo el nombre de

«formalismo», pues cayeron en la cuenta de que si comenzaban por

aceptar la forma literaria como fundamento del significado literario

- 19-

 

Page 5: Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno

5/9/2018 Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/northrop-frye-el-camino-critico-uno 5/10

acabarian por debili tar enormemente los principios que servian a las

burocracias rnarxistas para racionalizar su censura sobre las artes. Por

16gica, tam bien habrian terminado otorgando efectivarnenre a poe-

tas y novelistas el mismo tipo de libertad que de mala gana se ha-

bran visto obligados a conceder a los cienrificos fisicos.

Mas recientemente, Marshall McLuhan ha dado salida a una teo-

ria formalista, resumida en la expresi6n «el medio es el rnensaje»,

que se inserta en el contexte de un deterrninismo neomarxista, se-gun la cual los medios de comunicaci6n cumplen el mismo papel

que desernpefian los instrurnentos de producci6n en un marxismo

mas ortodoxo. EI profesor McLuhan esboz6 este nuevo codigo rno-

saico muy influido por el ala conservadora del nuevo rnovimienro

critico, y en La Galaxia Gutenberg pueden encontrarse muchas

huellas del anterior determinismo tomista. Ejemplo de ello es esa

dist incion tan curiosarnente exagerada que establece entre la cultura

del manuscrito, propia de la Edad Media, y la cultura dellibro ori-

ginada por la pagina impresa, que siguio a la anterior.

Me pareda evidente que, tras aceptar la forma poetica de un

poema como base fundamental de su significado, el paso siguiente

consistfa en buscar un contexto en la propia Iiteratura. Por supues-

to, el mas evidente contexto literario de un poema es la produccion

completa de su autor. AI igual que la exposition habla creado un

corrector para los excesos de la critica biografica al hacer hincapie en

el aspecro mas objetivo de la retorica, el estudio de toda la obra de

un poeta podia llc.:gara convertirse en la base de una especie de cri-

tica «psicologica» que operase dentro de la literatura y proporcionase

asi un equilibrio frente a la critica que desemboca en el sene de

Freud. Despues de todo, la poesia es una tecnica de cornunicacion:

se dirige tanto a la parte consciente de la mente como a sus zonas

mas oscuras, y 10 que un poeta logra comunicar a los dernas resulta

por 10 menos tan importante como 10 que no consigue resolver ensu interior.

Caemos pronto en la cuenta de que cada poeta tiene su propia

estructura distint iva de imagenes, que normalmente aparece incluso

en su obra mas temprana, y, en 10 esencial, ni cambia ill puede

cambiar. Este mas amplio contexte de un poema, cefiido a la totali-

dad del «paisaje mental» de su autor , es algo que se encuentra en la

mejor exposicion -la de Spitzer, por ejemplo. Tome conciencia de

su irnportancia cuando trabajaba sobre Blake, al darme cuenta de

que tanto sus substantivos sirnbolicos especlf icos como otros aspec-

tos semejantes forma ban de modo efectivo una verdadera estructura

de imagenes poeticas, y no un «sistema» -a pesar del empleo que

- 20-

e l hada de la palabra- al que se encontrara ligado como un adrni-

nistrador a su computadora. Sin embargo, a medida que iba estu-

dian dola , esta estructura de imageries cornenzo a rnostrar cada vez

mas semejanzas con las de otros poetas. Siernpre se habia considera-

do a Blake como poeta que poseia un esimbolismo privados encerra-

do en el interior de su mente; pero esa concepcion resultaba tan

increlblemente falsa que el vencerla me llevo mucho mas lejos de

la simple correccion de una idea equivocada sobre nuestro autor.

En concreto me vi arrastrado a t ees conclusiones. Primero, no

existe un simbolismo privado: la expresion carece de sentido.

Pueden darse alusiones 0 asociaciones privadas que requieran de no-

tas a pie de pagina, pero no llegaran a formar una estructura poeti-

ca, ni siquiera en el caso de que el poet a fuera un psicotico. La

estructura del poema no dejara de ser un esfuerzo de cornunicacion

por mucho que esta fracase. En segundo lugar, como acabamos de

decir, cada poeta tiene su propia estructura de imageries, y cada de-

talle de la misma encuentra un analogo correspondiente en las

estructuras de todos los dernas poetas. En tercer lugar, si seguimos

ese modelo de estructuras analogas descubriremos que no nos con-duce a la semejanza sino a la identidad. Sernejanza irnplica unifor-

rnidad y monotonia, por 10 que cualquier conclusion que afirme

que todos los poetas son muy sernejantes en el aspecto que sea es

demasiado falsa a la luz de nuestra experiencia liter aria para poder

sostenerse. Lo que hace pos ible la individualidad es la identidad: los

poemas estan hechos de las mismas imageries, aI igual que todos los

poemas en ingles estan hechos de la rnisma lengua. Este contraste

entre semejanza e identidad es uno de los problemas mas arduos de

la teorfa crftica y tendremos que retornar a el en varias ocasiones a 10

largo de este libro.

Segula sin sentirme satisfecho: pretendia un enfoque historico

de la Iiteratura, pero el que buscaba debfa ser -0 incluir- auten-

rica his toria de la misma, y no tratarse de una simple asirnilacion de

la literatura a algun otro tipo de historia. Fue entonees ruando se

me impuso sola la enorme importancia de ciertos elementos estruc-

turales de la tradicion literaria, como las convenciones, los generos y

la utilizacion recurrente de ciertas imageries 0 grupos de imagenes

que di en llamar arquetipos. T. S. Eliot se habia referido ya a la tra-

dicion como fuerza creadora e informadora que acnia sobre el poeta

visto en concreto como artesano, y no vagamente como una persona

meramente cultivada. Pero ni el ni ningtin otro parecian haber lle-

gada a identificar los factores de esa tradicion, 10 que hace posible

la creacion de nuevas obras literarias a partir de otras anteriores. Los

-21-

 

Page 6: Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno

5/9/2018 Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/northrop-frye-el-camino-critico-uno 6/10

nuevos crl ticos se habian enfrentado al enfoque cri tico de trasfondo,

pero no hab1an destruido la concepcion oratoria de la poesia consi-

derada como ret6rica personal.

Ahora bien, dentro de la literatura la convenci6n parec1a ser una

fuerza atin mayor que la historia. Las diferencias entre las conven-

ciones de los poetas medievales que escribian en el Londres de R i-

cardo II y las de los poetas cortesanos que 10 hacian en el de Car-los II son mucho menores que las existentes entre las condiciones so-

ciales de ambas epocas. Comence a sospechar que la relaci6n que se

establece entre un poeta y la poesla se parece mucho mas de 10que

generalmente se piensa a la que se establece entre un estudioso y su

estudio. Con independencia de 10 que se escriba, los procesos psico-

logicos que se ponen en juego son muy semejantes. El estudioso no

puede llegar a serlo hasta que no se sumerge en su objeto, hasta que

no liga su propio pensamiento al conjunto de 10que se haya pens ado

en su epoca sobre el mismo. Un estudioso como tal no puede pensar

por su cuenta 0 al azar: s610 puede ampliar un cuerpo organico de

pensamiento, es decir, afiadir algo que este relacionado logicamente

con 10que el u otro han pensado ya. Yes precisamente de este mo-

do como siempre se han referido los poetas a su relaci6n con la

poesia. Desde Homero han insistido continuarnente en verse como

meros espacios donde podia tomar forma propia alguna novedad

surgida de la l iteratura,

Uegados a este punto queda claro que se debe dar un paso defi-

nitivo. La critica debe desarrollar la nocion de una historia propia de

la Iirerarura que sirva de complemento a la cri tica historicista , que la

relaciona con su trasfondo hist6rico no literario. Debe desarrollar

tam bien una forma propia de vision hist6rica unitaria que se funde

en 10 q ue existe en el interior de la literatura antes de en 10 q ue es

externo a ella. En lugar de encajarla en un esquema prefabricado dela historia, el critico deberfa contemplarla como una 'estructura

coherente que esta condicionada historicamente , aunque configura

su propia historia, y que responde a un proceso hist6rico externo sin

que su forma quede determinada por el. Este cuerpo global de la li-

teratura puede estudiarse a traves de sus principios estructurales mas

amplios, que acabo de describir como convenciones, generos y gru-

pos recurrentes de imageries 0 arquetipos. Estos principios estructu-

rales son ignorados en gran medida por la mayor parte de los criticos

sociales. Como consecuencia, el trato que otorgan a la literatura es

normalmente superficial, un simple ir recogiendo elementos de las

obras li terarias que parecen interesantes por motivos no Iiterarios.

Cuando la critica desarrolla una noci6n adecuada de la historia

- 22-

de la literarura, la historia exterior a la misma no deja de existir ni

de ser relevante para el critico. De modo semejante, la observaci6n

de la literatura como unidad independiente no la sustrae de su con-

rexto social; por el contrario, se hace mucho mas fieil descubrir cual

es el lugar que ocupa dentro de la civilizaci6n. La critica siempre

rendra dos aspectos: uno apunta hacia la estructura de la literatura y

otro 10hace hacia los dernas fenornenos culturales que consti tuyenel medio social de la misma. Juntos, se equilibran mutuamente:

cuando uno se desarrolla a costa del otro la perspectiva cri tica queda

desenfocada. Si la critica se encuentra debidamente equilibrada re-

sulta mas inteligible la tendencia de los criticos a pasar de las cues-

tiones criticas a otros temas sociales de mayor amplitud. Una ten-

dencia semejante ni debe ni necesita tener su origen en una insatis-

faccion producida por la estrechez de la critica considerada como

disciplina, sino que deberfa ser tan s610 resultado de la nocion

de contexto social, noci6n que se encuentra presente en todos los

critic os de los que se tiene menos probabilidades de aprender

a1go.

El «new criticism» presentaba otra dificultad que s610 era tecnica

y que seguia apuntando a la necesidad de una noci6n de contexto.

Cada vez que leemos algo realizamos dos opera~iones ment~e~ que

se suceden en el tiempo.~. n rimer lugar seguirnos el rnovimiento_/'.~ .. d

narrative propio del acto e a lectura, pasan 0 pagu~as y slgUlen .5 !

un-trazado que a de 1Uriba abajo y ae izquier a a derecha. Des-

pues podremos contemplar la obra como unidad sirnultanea y es~u-

diar su ructura. ste U tirno acto nstituye la res u ta critica

ropiamente lcha, y el lector ordinario rara vez necesit ocu arse

de el. El dato mas importante para el arul:l.isisretorico.se.centra en-el

estudio de la «textura» poetica, y este nos sumerge en un compli~

do laberinto de ambiguedades, significados-multJEles, imageries re-currentes y ecos de sonidos y sentidos. La exposicion completa ~e

una obra extensa y compleja basada en el proceso de lectura podria

muy bien llegar a alcanzar mayor extension y resultar mas dificil de

leer que la obra misma. Estas exposiciones lineales ofrecen a_lgu?,as

ventajas como rnetodo de ensefianza, pero a efecto.s ,de publicacion

result a mas sencillo empezar por la segunda operacion. §!.22u one

~sis._tet6 ico a armazon deductiv ue der~~ d:l

tud·o de la estructura; el context60e la mis es 10 que nos )ndl.- I__ca._.Qonik9fQemos empezar a b~car l~age~ ambi uedades

'fundamemales.---- ----r:;dificultad de trasladar la exposici6n desde el proceso de lectu-

ra al estudio de la estructura ha dejado algunas huellas curiosas en

- 23-

 

Page 7: Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno

5/9/2018 Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/northrop-frye-el-camino-critico-uno 7/10

la nueva teoria cririca . Encontramos una en Ransom y su arbitraria

suposicion de que la textura es de algun modo mas irnportanre para

el critico que la estructura; orra la encontrarnos de nuevo en

McLuhan, quien ha inf1ado los dos elementos no resueltos de la ex-

posicion hasta convertirlos en un portentoso contraste historico entre

las exigencias «lineales» de los antiguos medics impresos y el irnpac-

to «simultaneo; de los recientes medios electronicos. Sin embargo, la

verdadera distincion no es la que se establece entre los diferentes ti -

pos de rnedio , sino entre las dos operaciones de la mente que se po-

nen en juego cuando esta entra en contacto con un medio cual-

quiera. Existe una respuesta «sirnultaneas ante 1 0 irnpreso como

exis te una respuesta «lineal» ante una pinrura, dado que realizarnos

con la vista una danza prelirninar antes de captar el cuadro en su

conjunto; en el extremo opuesto de la experiencia tenemos la rmisi-

ca, que cuenta con una partitura, representacion espacial que sirn-

boliza su cornprension sirnultanea. En la lectura de un periodico

entran en juego dos operaciones lineales prelirninares, la ojeada a

los encabezamientos y el seguimiento de un art iculo.

Este punro es crucial para la teorla cririca, dado que toda con-

cepcion del significado «literal» entendido como parafrasis en prosase basa en una concepcion que en realidad es precrftica. Es al esfor-

zarnos por asimilar 1 0 que se nos presenta cuando reducimos el sig-

nificado poetico al inrencional, pues atendemos antes a 10 que la

obra dice explkitamente que a 10 que realrnenre es. La experiencia

precritica de la literatura no dispone de palabras, y toda la critica

que intenta basarse en ella tiende a suponer que el acto critico fun-

damental consiste en una reaccion sin palabras que debera ser

descrita mediante alguna merafora que refleje el contacto inmediato

y no verbal, como la palabra «gusto». Desde esta perspectiva la crl-

tica verbal es una operacion secundaria que consis te en intentar en-

contrar palabras para descr ibir el gusto. Los estudiantes a quienes heanimado a meditar sobre estas lineas me preguntan a menu do por

que presto tan poca atenci6n a la «singularidad» de la obra l iteraria.

Puede parecer absurdo que la expresion «singular» se convierta en

un terrnino de valoracion , dado que el peor poema del mundo es

evidentemente tan singular como cualquier otro: sin embargo, esta

palabra revela con mucha c1aridad la confusion de pensamiento sub-

yac~nte. La crit ica es una estructura de conocimiento, en tanto que

10 SIngular como tal no es cognoscible ; la singularidad es una cate-

gorla de la experiencia, no del conocirnienro; mas concretamente, 10

es de aquel aspecto de la experiencia que no puede formar parte dela estructura del conocimiento.

- 24

Una palabra mas apropiada, como «individual idad», plante aria

problemas mas profundos. Ciertamente , la base del conocimiento

critico es la experiencia directa de la literatura , pero la experiencia

como tal nunca es adecuada. Una y otra vez nos encontramos en la

tesitura de leer F J para is o pe rd ido con la resaca de haber vis to F J re y

L ear con una Cordelia incornpetente, 0 de no disfrutar de una nove-

la porque alguna de sus escenas se asocia a algun recuerdo reprirni-

do; a menudo, nuestras respuestas mas profundamente satisfactoriashan tenido lugar en la infancia s610 para ser contempladas despues

como inmaduras reacciones incontroladas. A 10 largo de toda una

vida a duras penas pueden coincidir en mas de una 0 dos ocasiones

el momenta propicio, el estado de arumo adecuado y el grado de

desarrollo apropiado para no dejar escapar la ocasion. Sin embargo,

parece que la idea de una experiencia concluyente en el tiempo es la

hip6tesis en que se apoya la critica. Desde luego, el objetivo de esta

ultima es la reconstruccion del tipo de experiencia que pudimos y

debimos tener, y de este modo acoplarnos a ella, incluso si la «sorn-

bra» de L os ho mbre s hue co s de Eliot la ha oscurecido para siempre.

As! pues, en tanto que estructura del conocimiento , y a semejanza

de otras ta les, la critica es en cierto sentido un monurnento al fraca-

so de la experiencia, una Torre de Babel, 0 una de las «ruinas del

tiernpos que, en palabras de Blake, «edifican mansiones en la eter-

nidad», A ello se debe la popularidad de la crltica valorativa 0 del

gusto, que parece apuntar arras hacia una intensidad de respuesta

mayor de la que puede transrnitir la propia critica. La nocion de que

todo 10 escriro por el poeta es sirnplemente algo que se ha podido

salvar de cierta «inspiracior» original de un tipo mucho mas nurni-

noso corresponde a una perspectiva popular en la poesla misma. En

dicha nocion se contiene una autentica verdad, pero requiere ser

expresada de orro modo.

Existen dos categorfas de respuesta ante la literatura que muybien pudieran describirse con los terminos ingenuo y sentimental

empleados por Schiller), si los utilizamos en el senti do en que el lo

hizo pero trasladandolos de las cualidades intrinsecas de la literatura

a las de su experiencia. A la que estarnos refiriendonos ahora es a la

experiencia «ingenua», a la respuesta lineal, participadora, precr!ti-

ca, que se lanza adelante hacia la conclusion de la obra a medida

que el lector pasa las paginas 0 que el auditorio del teatro escucha

expectante. Esta conclusion no es sencillamente la ultima pagina 0

) Los he empleado antes, en un contexto distinto, en Anatomy of Criticism

(1957), 35.

- 25 -

UNIVERSIDAD .JAVERIANA

SIBLIOTECA GENERAL

CRA 7 No 41 - 00

BOGOTA

 

Page 8: Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno

5/9/2018 Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/northrop-frye-el-camino-critico-uno 8/10

el Ultimo verso recitado, sino «el reconocimremos que, concreta-

mente en una obra de ficci6n, acopla el final con el principio y tira

~e la l inea rec.ta de respuesta hasta convert ir la en parabola. El obje-

tlVO que persiguen todos los escritores que fundamentalmente se

consideran entretenidos consiste en una respuesta que suponga el

pure placer de participar, sin otra finalidad, y algunos de elIos

cuando se enfrentan a la operacion critica que sigue a esa respuesta

la ignoran, se resisten 0 se of end en.

Sin embargo, este placer estriba en un estado de inocencia que

raramente se alcanza en la'vida adulta. Muchos tenemos autores «fa-

voritos», que son para nosotros una especie de jardin cerrado por el

que podemos vagar en un estado de receptividad totalmente satis-

fecha. Pero cada lector tiene muy pecos, y normalmente fueron des-

cubiertos y l.eidos bastante temprano. El sentirnienro de culpa que

provoca la Iiteratura de «evasion» consiste en una ansiedad moral

que proviene principalmente de la sensaci6n de tratarse del substi-

t~to de una experienci.a .no vivida, y de la idea de que si este tipo de

Iiteratura realmente hiciera 10 que declara no seria tal Iiteratura de

evasi6n. Como regIa general, el placer de la respuesta directa es deun tipo mas amortiguado y diseminado. Nace del hiibito de leer 0

de ir al teatro, y procede en gran parte de una expectativa muy des-

arrolIada que abarca muchas obras y muchos afios. En vez de jugar

en una maquina tragaperras cuyo premio fuera una experiencia

ideal, 10 cual puede que nunca nos compense, 10 que hacemos es

edificar algo, establecer un fondo global de experiencia para el que

cada respuesta particular supone una inversion.

Una de las funciones basicas de la critica estriba en explicar que

ocurre con el habito de leer, empleando la palabra «leer» como ter-

mino general referido a toda experiencia l iteraria. Sila lectura fuese

tan s610 una serie inconexa de experiencias -una novela, un poe-

rna, una obra drarnatica tras otra- tendria ese senti do de distrac-

ci6n 0 de pasatiempo vado que le atribuyen tantos de los que tern en

el ocio. El autentico lector sabe mas: sabe que penetra en una estruc-

tufa de experiencia coherente, y que la critica, que estudia la litera-

tura a part ir del esquema organizador de sus convenciones, generos

y arquetipos, le perrnite ver 'en que consiste esa estructura. Esta

c~it ic~ a duras penas puede dafiar la -singularidad» de cada expe-

nencia: antes al contrario, rechaza la jerarquia valorativa que nos li-

mira a la lista de lecturas confeccionada por el evaluador, y alienta a

cada lector para que se niegue a aceptar sucedaneos en su busqueda

de la infinita variedad. Simplemente no es cierto que los «grandess

escritores suministren toda la variedad de experiencia que ofrecen

- 26-

los que solo son «buenos»: si Massinger no es sucedaneo de Shakes-

peare, este tampoco 10 es suyo. .

Existen todavia menos rnotivos para afirrnar que el estudio de las

pautas estructurales recurrentes de la literatura lIeva al lector a la

convicci6n de que esta es muy semejante en todas partes. Ello se de-

be a que dicho estudio, como acabamos de decir, no tiene por o?je-

tivo hacer que el estudiante vuelva una y otra vez a puntos sernejan-

res, sino siempre al mismo, a la idea de identidad de la experiencia

literaria, que es la contrapartida objetiva de su prop ia identidad. EI

hecho de que la variedad y la novedad s610 puedan encontrarse

donde este la identidad es el tern a de que se ocupa gran parte de la

literatura que tiene mayor influencia en nuestro siglo -la de los

Cuartetos de Eliot, con sus ajos y zafiros que se cuajan en un eje

atascado; la de los Cantos de Pound, que insisten en «hacerlo

nuevo» pero permanecen en el centro del «pivote que no se t~ba-

lea»; la de ese himno tremendo a la eterna novedad de 10 mismo

que es Finnegans Wake. A duras penas puede esperarse que la cri-

tica del siglo XX que no comprende uno de los te~as fundame~ta-

les de la literatura de su propia epoca logre infundir mucho sentidoa la literatura del pasado.

Esto nos lleva al t ipo de respuesta «sentimental», que arranca del

mismo punto que la critica, dado que lee en la unidad de la obra.

En la literatura moderna se ha hecho un fuerte hincapie en solicitar

una respuesta del lector que minimice todo .~o «ingen,uo»,. tod~ 1.0

que se relacione con el suspense 0 la expectacion. Este enfasis se 101-

cia en la l iteratura inglesa con las Profedas de Blake, concretamente

con el Milton y la Jerusalem, que e1uden la sensacion de narraci6n

lineal y repiten una y otra vez su terna central en una serie de ~on-

textos que va en aumento. La ficci6n tiende cada vez mas a abolir la

trama teleologic a que tiene al lector preguntandose «que es 10 que

va a pasar»; la poesia abandona el tejido conectivo de la na~racion a

favor de episodios discontinues: enMatiarme y otros lIe~a incluso a

evitar el movimiento centrifuge de nombrar 0 sefialar objetos que se

sienten ajenos al poema. Este enfasis , aunque empieza aplicandose

a la unidad, no es gratuito, sino que en realidad se ejerce so?re !a

intensidad, palabra que nos devuelve a la noci6n de una eXpe!lenCla

ideal . Hopkins, con su «insaje» y su «insion»' , Proust con s~s mstan-

tes de recuerdo y reconocimiento, Eliot con sus momentos intempo-

rales en el eje del mundo, y multitud de escritores mas reciente~ con

sus misticas del orgasmo, de las drogas y de los momentos cuasi bu-

«Inscape» e anstress» en el origina l [N. d el T .] .

-27-

 

II

Page 9: Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno

5/9/2018 Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/northrop-frye-el-camino-critico-uno 9/10

distas de iluminacion , nos hablan de una forma de experiencia ideal

que de un modo u otro parece ser el verdadero objetivo de la vida.

La experiencia ideal misma, al menos para los mas perspicaces de es-

tos autores, nunca tiene lugar, pero con concentracion y practica in-

tens a puede alcanzarse en muy contadas ocasiones una aproxima-

cion profundamente satisfactoria. El curioso lazo que establecen con

la religion -pues incluso escritores que no son religiosos emplean

frecuentemente la terminologia 0 el simbolismo propios de esta en.~ela~ion con el tema que nos ocupa, como 1 0 hacenJoyce y Proust-

indica que esta analogia djrecta de la experiencia ideal es un camino

mas propio del mfst ico 0 del santo que del artista -una «ocupacion

para un santo», como la llama Eliot, si bien afiade inmediatamente

que no puede tratarse en senti do alguno de una ocupacion.

El pensarnienro cristiano tradicional contaba con una explicacion

para el dilema de la experiencia que por 1 0 menos tenia sentido

dentro de sus propios postulados. Segun ella, Adan disponfa antes

de su caida de un~ capacidad de experiencia preternatural que nos-

otros hemos perdido. Por ese motivo nuestras estructuras de razo-

namiento e irnaginacion son constructos analogicos destinados a re-

cobrar, sin salirnos de los procesos mentales que son propios de

nuestro estado actual, parte de esa inmediatez de aprehension que

hemos perdido. As], Milton podra definir la educacion como «un

intento de reparar la ruina de nuestros primeros padres recobrando

el conocimiento correcto de Dios». En nuestros dias sigue ernplean-

dose un lenguaje semejante. Proust concluye su colosal anal isis de la

experiencia observando que los iinicos paraisos son los perdidos;

Yeats, de un modo mucho mas despreocupado, nos dice en «Salo-

mon y la bruj~»,. anticipandose a los mas recientes cultos del orgas-

rno , que una unrca uruon carnal perfecta restauraria el mundo ante-

rior a la caida. Desde este punto de vista, al menos la Iiteratura, la

filosofia y la religion son analogias articuladas de una experiencia

que no solo va mas alla de la articulacion, sino tam bien de la capa-cidad humana.

El mundo cristiano de la caida es solo una de las fotmas que

ad.opta una concepcion que ha tecorrido la imaginacion y el pensa-

miento del hombre desde los tiernpos mas rernotos basta nuestros

dias, segun la cual el mundo existente es, pot asi decirlo, el nivel in-

ferior del ser.o .la realidad. Por encima se encuentra un mundo que

puede no exisnr (realmente no sabemos que exista aunque pueda

pare~ernos que tenemos una experiencia del mismo), pero que no

consiste en la nada 0 la no existencia; tampoco se trata sencillarnen-

te de un mundo ideal, porque puede actuar como principio infor-

- 28-

mador de la existencia, y sin embargo no puede ser asignado con-

vincente mente a ninguna categorla interrnedia de esta ul tima, como

por ejemplo la potencial. Hoy nos referimos cada vez mas a este

mundo -que la analogia relaciona con el mundo inteligible del fi-

losofo y del cientifico , con el imaginable del poeta y con el revelado

de la religion- utili zando el terrnino «modelo». En religion, como

ya hemos indicado, este mundo modelo se presenta normalmente

como algo que realmente existe y ha sido creado por Dios, si bienpor ahora se encuentra mas alla del alcance humano. En filosofia 1 0

enconttamos en conceptos como el aristotelico de causa final; y en

las estructuras de los poetas, mas desinhibidas, se trata del mundo

idealizado de las visiones rornantica *, pastoril 0 apocaliptica. Como

tal, sugiere un mundo con el que deberiamos desear identificarnos,

o identif icar algo que existe en nosotros, y de este modo se convierte

en el mundo que viene indicado por la analogia de la experiencia

ideal que acabamos de mencionar.

La experiencia 0 aprehension directa de ese mundo seria una vi-

vencia microcosrnica, una inteligencia 0 imaginacion que se en-

cuentra en el centro de una totalidad intel igible 0 imaginable, y ex-perirnenta asi, por un instante todo 1 0 breve que se quieta, sin resi-

duo alguno de alienacion. Asi, tambien serfa experiencia de la iden-

tidad finalmente alcanzada 0 recobrada. Si no todos, al menos la

rnayoria de nosotros nunca llegamos a ella directarnente por medio

de la experiencia -si es que se puede llegar de este modo- sino

solo pot medio de una de las analogias articuladas, entre las que

ocupa un lugar destacado la literatura. Sea 1 0 que fuere, represent a

el final de nuestro camino crftico, aunque todavia no 1 0 hemos re-

corrido.

Mientras 1 0 hacemos debemos mantenernos en una via interrne-

dia que se encuentra entre dos extremos no criticos. Uno es la fal~-cia centrffuga del determinismo, la idea de que la literatura carece

de referencia social a menos que se ignore su estructura y se rela-

• Nor throp FRYE,en e l g losa rio que_incluye . a l f inal de su Anatomfa de la cri tica

( traducci6n de Edison Simons, Monte Avila Editor es , C A. Caracas , 1977) descnbe

«romance> asi: 1) Mythos de la literatura que trata principalmente de un ~undo

ideal izado. 2) Forma de la f icci6n en prosa que uti li za ron Scott , Hawthorne, Wtlham

Morris, etc., y que se diferencia de la novela:. .

En el mismo lugar romdntico queda descrito como srgue: 1) Modo ficcional en

que los personajes prin cip ales v iven en un mu~do de ~aravillas (romance mgenuo ),

o en el que el estado de animo es elegtaco 0 i di li co , razon por l acual s e prest a menos

a la c ti ti ca soc ia l que los modos rni rneti cos. 2) Tendenc ia general a presenrar el mito

y la rnetafora bajo una forma humana idealizada, a rnedio cammo entre el rmto no

desplazado y el «real isrno» [N . del T. ].

- 29-

 

Page 10: Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno

5/9/2018 Northrop Frye - El Camino Crítico - Uno - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/northrop-frye-el-camino-critico-uno 10/10

cione su contenido con algo que se encuentra situado fuera de ella.

Ninguna teoria sirve de nada a menos que explique los hechos, pero

tanto aquella como-estes deben situarse en el mismo plano. Las

teorias psicologicas y politicas solo pueden explicar hechos psicologi-

cos y polit icos: los hechos literar ios no pueden expl icarse s i no es con

una teoria literaria. Recuerdo a un estudiante interesado en el pe-

dodo victoriano que rechazo varios clasicos de la critica sobre el te-

ma por «carecer completamente de senti do social» . Al final me ente-. re de que para el sentido social significaba la cantidad de espacio

que concedia un libro, tratara de 10 que tra tata, a l rnovimiento

cartista * . El cartismo y los dernas movimientos sociales tienen cierta-

mente su importancia para la literatura; pero esta consiste en otra

cosa, aun cuando su tema declarado sea la protesta social.

El otro extremo es la fa lacia centripeta , donde no logramos sepa-

rat la critica de la experiencia directa y precritica de la Iiteratura.

Conduce a una critica valorativa que impone las valoraciones pro-

pias del critico -nacidas de los prejuicios y ansiedades de su epo-

ca- a toda la literatura del pasado. La critica. como la religion, es

uno de esos campos infraacadernicos donde una gran cantidad depersonas siguen disfrutando de libertad para dar rienda suelta a sus

ansiedades, en lugar de proceder al estudio del tema. Cualquier

rnencion que se haga de este hecho puede provocar la respuesta:

«Por supuesto, usted no entiende 10 import antes que son nuestras

ansiedades.» Lo entiendo 10 bastante como para haber dedicado

buena parte del presente ensayo al tema de la ansiedad social y a su

relacion con la verdadera critica, Nos damos cuenta de que las dos

falacias mencionadas resultan ser en 10 esencial una misma, como

tan a menudo ocurre con los extremos opuestos.

• Cartismo: Movimiento obrero del siglo XI X que reclarnaba reformas parlamen-

tarias [N. del T].

- 30-

DOS

Las convenciones , los generos y los arquet ipos de la l iteratura no

aparecen por las buenas: deben desatro.llatse hist?rica~er:te a partir

de ciertos origenes, 0 quiza de un ong:n comun. SI.gU1~nd? e sta

linea de pensamiento me he vuelto repetldamente hacia VlCO , uno

de los rnuy escasos pensadores que han comprendido algo .a~e.rca~el

papel his torico que el impulso poetico des .empena en la civilizacion

como conjunto. Vico describe como la sociedad establece en su fase

mas temprana un armazon mitologico a partir del cual se desatro.lla

toda su cultura verbal , incluyendo la l iteratura. Este autor se dedica

fundamental mente a la historia del derecho, pero no resulta dificil

aplicat sus principios a otras discipl.inas.

La primitiva cultura verbal consiste entre otras cosas en un con-

junto de natraciones. A m~dida que pasa el tiem~o. algunas de ellas

adquieren una importanoia fundamental y can.oOlca: se cree que

ocurrieron realrnente. y en todo caso que explican 0 rela tan algo

~e~ una importancia fundamental para.la histori~, .la religion

o la estructura de una sociedad. Estas narraciones canonicas son, Q

llegan a ser , 10 que Vico denomina «fibulas verdaderas 0 mites». En

su forma Iiteraria los rnitos son semejantes a los cuentos populates y

; las Ieyendas.ipero cumpJen ~n~funcion ~~ distinta"Josttuy.en

vez que deleitan, y en ocasiones un grupo de ellos llega a con-

vertirse en un conjunto de relatos esotericos que solo se revelan a los

iniciados. Ciertarnente , una sociedad dada puede no tener mucha

conciencia de sernejante distincion; sin embargo, podemos observar

retrospectivamente que la funcion 0 situacion social especifica de un

1 vico. Scienza nuova, etc., trad. como The New Scie~ce of Gia"!battista Vic~,

T. G. Bergin y M. H. Fisch. 1948 (rev. 1968). Vid. especlalmente libro 2, .Poeuc

Wisdom•.

-31-