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30 | BICICLUB ue como un after office. Pero no un miércoles o un jueves entre amigos, ni tampoco en un bar de Palermo o del microcentro. Fue un sábado de verano a las cinco de la tarde entre madres e hi- jos, cuando terminó la semana laboral en el taller de mecánica Born in Garaje (BIG). Ese día, los cinco integrantes del equipo se desengrasaron las manos, abandonaron las bicis en reparación hasta el lunes y re- cibieron a sus madres, que llegaron muñi- das de medialunas, tortas, flanes caseros y budines para alimentar a sus “niños”. La idea de reunirse, que surgió como un chiste en el tiempo de trabajo, se transformó en realidad. “En una charla dijimos que teníamos que hacer una foto con nuestras madres y po- ner un cartelito en el taller, como esos que llevan los camiones, que les dedican frases a sus madres: el orgullo de la vieja es el ne- En el taller de bicicletas Born in Garage, de Cole- giales, el 2015 comenzó con un nuevo equipo de trabajo del cual sus integrantes están or- gullosos. Y no tuvieron mejor idea que celebrar- lo con sus madres, para agradecerles los valores que ellas les inculcaron y que hoy en día les permiten concretar sus metas. % Texto Rocío Cortina Fotos: Martín del Pozo gro que maneja,” cuenta Santiago Oliver, fundador de BIG. “Porque nos sentimos or- gullosos de nuestro producto. Sabemos que la perfección no existe pero buscamos hacer lo mejor, con convicción. Y creo que si estás haciendo las cosas bien, mamá está presen- te. Quien se roba un auto o estafa a alguien, no le cuenta a su madre.” BIG se completa con Francisco De Vedia y Luddite, quienes se sumergieron en el tema en el tema en el taller de mecánica popular La Fabricicleta, y dos incorporaciones más jóvenes, Renata Revsin y Nicolás Caliguri, quienes comenzaron como aprendices hace un año y hoy son pieza fundamental del en- granaje. El equipo tiene bien claros los valores por y con los que se mueve. Sustentabilidad, ho- rizontalidad, compromiso y excelencia son palabras que se escuchan a menudo: “Te- nemos la posibilidad de hacer de nuestro oficio algo para mantener valores y ética, y al mismo tiempo hacerle bien a alguien que se lleva la bicicleta lista para andar, alguien F BIG FAMILY El orgullo de mamá

Nota en Biciclub - abril 2015

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ue como un after office. Pero no un miércoles o un jueves entre amigos, ni tampoco en un bar de Palermo o

del microcentro. Fue un sábado de verano a las cinco de la tarde entre madres e hi-jos, cuando terminó la semana laboral en el taller de mecánica Born in Garaje (BIG). Ese día, los cinco integrantes del equipo se desengrasaron las manos, abandonaron las bicis en reparación hasta el lunes y re-cibieron a sus madres, que llegaron muñi-das de medialunas, tortas, flanes caseros y budines para alimentar a sus “niños”. La idea de reunirse, que surgió como un chiste en el tiempo de trabajo, se transformó en realidad.“En una charla dijimos que teníamos que hacer una foto con nuestras madres y po-ner un cartelito en el taller, como esos que llevan los camiones, que les dedican frases a sus madres: el orgullo de la vieja es el ne-

En el taller de bicicletas Born in Garage, de Cole-giales, el 2015 comenzó con un nuevo equipo de trabajo del cual sus integrantes están or-gullosos. Y no tuvieron mejor idea que celebrar-lo con sus madres, para agradecerles los valores que ellas les inculcaron y que hoy en día les permiten concretar sus metas.

% Texto Rocío Cortina Fotos: Martín del Pozo

gro que maneja,” cuenta Santiago Oliver, fundador de BIG. “Porque nos sentimos or-gullosos de nuestro producto. Sabemos que la perfección no existe pero buscamos hacer lo mejor, con convicción. Y creo que si estás haciendo las cosas bien, mamá está presen-te. Quien se roba un auto o estafa a alguien, no le cuenta a su madre.” BIG se completa con Francisco De Vedia y Luddite, quienes se sumergieron en el tema en el tema en el taller de mecánica popular La Fabricicleta, y dos incorporaciones más jóvenes, Renata Revsin y Nicolás Caliguri, quienes comenzaron como aprendices hace un año y hoy son pieza fundamental del en-granaje. El equipo tiene bien claros los valores por y con los que se mueve. Sustentabilidad, ho-rizontalidad, compromiso y excelencia son palabras que se escuchan a menudo: “Te-nemos la posibilidad de hacer de nuestro oficio algo para mantener valores y ética, y al mismo tiempo hacerle bien a alguien que se lleva la bicicleta lista para andar, alguien

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El orgullo de mamá

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Charla con el diseñador Sjoerd Smit en la UBA

para quien su bici significa mucho. Esas cosas queríamos transmitirles a nuestras madres, porque ellas tienen mucho que ver con eso,” expresa Santiago.

Sustentabilidad “Cuando mi mamá supo que íbamos a sa-car algunas fotos me miró con cara rara. Somos las dos muy tímidas. Pero después vino, trajo un flan casero, se sintió cómo-da. Ella es arquitecta y trabaja con temas de sustentabilidad y le interesó enseguida que eso sea parte del taller,” cuenta Rena-ta, de 19 años. Es la mañana de un viernes cualquiera y le toca trabajar los rodamien-tos de la maza de una bici en restauración, mientras reconstruimos la escena de aquel after office a puertas cerradas. Ciclista ur-bana desde siempre, Renata, la única mujer en BIG, conjuga sus labores mecánicas con la carrera de Biología en la Universidad de Buenos Aires: “En mi familia es muy impor-tante la bici. Siempre tuve una acorde a mi edad. De chica me costaba entender que mis amigos no tenían bici. Pensaba que te-nían malos padres.” Renata llegó al taller porque le interesaba aprender a reparar su propia bici, y al final se quedó trabajando: “Ahora salgo de cur-sar en Ciudad Universitaria a las 11 de la noche y pedaleo hasta San Telmo, donde vivo. Necesito saber qué hacer si se me rom-pe la bici a esa hora, tener las herramientas para repararla.” Santiago está atento al proceso de trabajo de su aprendiz y, mate en mano, aprove-cha para meter un bocadillo. Asegura que trabajan con sustentabilidad a todo nivel: “Para nosotros la primera sustentabilidad es que el cliente no vuelva, porque le da-mos un buen servicio y su rodado funciona. Una bici playera disfrazada de moda que no anda bien mecánicamente, no es susten-table.” Conocedor de su propio espacio de trabajo, señala las gafas que todos deben usar cuando sueldan, los auriculares con los que se protegen de los ruidos fuertes, el gasoil que intentan no desperdiciar, los pa-ños de papel-tela para limpiarse que duran una eternidad porque se cuidan, el stock de trapos limpios y sucios para distintos usos, porque ninguno se tira hasta que no aban-done la función. “Se trata de administrar los recursos”, sintetiza.

Resiliencia Santiago fue el encargado de abrir la reunión donde estuvieron madres e hijos. Lo primero que les preguntó es si sabían lo que hacían sus hijos en el taller. Las madres contestaron

que sí, que claro: armaban bicis lindas. Él les contó entonces que eso era sólo el 30% del trabajo real, y habló de cómo cada uno ha-bía aportado algo más al grupo: Renata y su organización con cuestiones administrativas y de trabajo diario; Luditte y sus ideas sobre la horizontalidad; Francisco y la capacidad de transmitir a los nuevos todo lo que se le había enseñado a él en los comienzos. “Pienso que si vamos un poco más atrás, la idea de las madres se originó cuando les pre-gunté a Nicolás y Renata si sabían que sus madres estaban acá. Porque ellos no estaban percibiendo dinero por lo que hacían. Esta-ban aprendiendo,” continua Santiago. Con el transcurrir de los meses, Nicolás y Renata se generaron un puesto a medida. Resolvieron situaciones que estaban en “un limbo” en el taller y aportaron ideas al esquema general. Nicolás armó su propio banco de trabajo para tener un espacio más cómodo y hasta trabajó en bicis de Santiago antes de meter mano en las de los clientes. Él, que entró casi al mismo tiempo que Rena-

ta a BIG, también tiene una madre que anda en bicicleta y que se preparó para la ocasión. Llegó al taller con una torta decorada por su hijo menor, el hermano de Nico, con el logo de BIG. Después de conocerlos, ella definió al espacio de trabajo con un término usado en psicología, y que no todos conocían. Se refirió a la resiliencia: la capacidad del sujeto a transformar situaciones malas en aprendi-zajes positivos. “Y sí, acá todo lo transforma-mos,” garantiza Santiago. Después de todo, en BIG entran bicis casi en terapia intensiva y salen vivitas y coleando.

Made in Argentina ¿Por qué sólo madres? Esa es la pregunta que salta a la vista en la iniciativa que se ge-neró en BIG. Por coincidencias en la crianza que cada uno recibió, hay madres que están muy presentes en sus vidas y padres que no tanto. Así lo expresa Santiago: “Mi vieja es licen-ciada en enfermería con un gran recorrido académico. Ella me crió y es una mina muy

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correcta. Yo no terminé el colegio. Ella no siempre estuvo de acuerdo con lo que yo hice. Fue una lucha demostrarle que no se-guí estudiando pero que igual hacía las co-sas bien, con valores, con ética, que me es-taba generando un oficio. Y en parte, el BIG es un poco de ella, porque me prestó dinero cuando empecé con el local.” En este peculiar after office se compartieron medialunas y flan, risas y anécdotas un poco vergonzosas que siempre hay en la historia familiar. Y también se afirmó una filosofía de trabajo que a veces se cree en extinción, esa que tiene que ver más con un sujeto y menos con una máquina: “Queremos que se conozca que en Colegiales, Buenos Aires, Argentina, hay un nicho donde pasa algo que tiene que crecer, donde se trabaja con respeto y apuntando a la excelencia,” sinte-tiza Santiago. 2

Born in Garage (BIG) surge como un taller privado de bicicletas que funcionaba en una casa particular, con un nicho selecto de clientes que deseaban hacerse de bicis personalizadas o restauradas. Santiago Oliver, su creador, venía con muchos años de experiencia en mecánica y a fines de 2009 había decidido brindarse por completo a su emprendimiento. En muy poco tiempo, BIG creció, se mudó a un local a la calle mucho más espacioso –donde actualmente funciona–, sumó a sus filas a Francisco De Vedia, quien venía de trabajar en el taller popular de ciclomecánica La Fabricicleta con reparaciones básicas de bicis, y se convirtió en la mano derecha de Oliver, y Francisco Benve-nutti, también de la Fabricicleta. “A partir de ahí empecé a aprender a enseñar y transmitir el oficio, algo que nunca había hecho. En este trabajo, que es autodidacta, hay muchas maneras de llegar a un resultado final.”Entre medio, el taller recibió una sponsorización de Shimano y se convirtió en un service oficial de la marca. Con los años, Benvenutti tomó por otros caminos y el equipo de BIG se completó con Luditte y dos incorporaciones jóvenes, Nicolás Caliguri y Renata Revsin. El objetivo de Oliver fue siempre entregar tra-bajos de alta calidad, algo que, según él mismo asegura, hoy en día está logrado: “La idea es no dejar nada sujeto al azar. Para eso hay todo un trabajo detrás de cada bici. En el rodado terminado se ve sólo un 30%, pero además de eso hay muchas otras cosas.”

BORN iN gARAgE

La gestación