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Sakaguchi Ango: “Darakuron” (堕落論 , “La tesis decadente”, 1946) Más que la tradicional belleza y las formas intrínsecamente japonesas, necesitamos ser más convenientes en nuestra vida cotidiana. La destrucción de templos en Kyoto y las estatuas budistas de Nara no nos molestarían tanto como otros verdaderos problemas: si nuestros autos dejasen de funcionar”. - Sakaguchi Ango, “Nihon bunka shikan” (1942) Un autor post-metafísico, es decir, anti-fundacional y anti-esencialista. Estaría relacionado con el así llamado “giro lingüístico” del pensamiento occidental, según el cual la filosofía debe de encargarse no ya de algo pre-existente, independiente del sujeto, sino de las construcciones, los buildung, la formación del en-sí-mismo (Bergmann & Wittgenstein). Se requiere un análisis previo del lenguaje para acceder al conocimiento. De todas formas, Sakaguchi se diferencia al incluir las premisas budistas de contingencia, el vacío y el no-ser, entre otras, evitando caer en el vacío romántico y en el ser-trascendental. Cambio de significación en la palabra daraku; se transfigura en potencia del sujeto japonés de la Posguerra. Puede pensarse a Sakaguchi también como un precursor del pensamiento posmoderno en términos de: 1) movilidad cultural; 2) relación de interculturalidad dinámica; 3) ausencia de “originalidad” y presencia de un sentido que debe ser “re-examinado” constantemente; 4) la cultura sería “una cuestión de elecciones y decisiones” (Nishikawa Nagao). Aunque sólo tenía veinte años cuando finalizó la democracia Taishō en 1926, se vio influenciado por el modernismo occidental. El ensayo “Darakuron” es producto de la “Declaración de humanidad” (Ningen sengen, 人間宣言) el 1 de enero de 1946, en donde el Emperador o “Dios viviente” se declara a sí mismo ただの人間 (“solamente humano”). A aquel ensayo de Sakaguchi lo siguió “Zoku darakuron” y relatos cortos en la misma línea. Sus escritos encapsulan las particularidades de la inmediata Posguerra: no sólo un sentimiento de shock sino además la devastación, el agotamiento, la angustia, así como también las consecuencias de la Ocupación y el nacimiento de un “nuevo Japón”. Junto a otros como Oda Sakunosuke y Dazai Osamu, se lo considera parte de la escuela Burai-ha, llamada también escuela de “villanos”, “libertinos”, “disolutos”, “delincuentes” o, también, “la escuela del cuerpo”. La particularidad de esta escuela fue evitar el racionalismo lógico de la filosofía para afirmar que no existe nada sólido que pueda mantener su identidad. La decadencia y la carne serían los nuevos valores con los cuales medir al sujeto.

Notas Sobre Ango Sakaguchi

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Page 1: Notas Sobre Ango Sakaguchi

Sakaguchi Ango: “Darakuron” (堕落論 , “La tesis decadente”, 1946)

“Más que la tradicional belleza y las formas intrínsecamente japonesas, necesitamos ser más convenientes en nuestra vida cotidiana. La destrucción de templos en Kyoto y las estatuas budistas de Nara no nos molestarían tanto como otros verdaderos problemas: si nuestros autos dejasen de funcionar”.

- Sakaguchi Ango, “Nihon bunka shikan” (1942)

Un autor post-metafísico, es decir, anti-fundacional y anti-esencialista. Estaría relacionado con el así llamado “giro lingüístico” del pensamiento occidental, según el cual la filosofía debe de encargarse no ya de algo pre-existente, independiente del sujeto, sino de las construcciones, los buildung, la formación del en-sí-mismo (Bergmann & Wittgenstein). Se requiere un análisis previo del lenguaje para acceder al conocimiento. De todas formas, Sakaguchi se diferencia al incluir las premisas budistas de contingencia, el vacío y el no-ser, entre otras, evitando caer en el vacío romántico y en el ser-trascendental.

Cambio de significación en la palabra daraku; se transfigura en potencia del sujeto japonés de la Posguerra. Puede pensarse a Sakaguchi también como un precursor del pensamiento posmoderno en términos de: 1) movilidad cultural; 2) relación de interculturalidad dinámica; 3) ausencia de “originalidad” y presencia de un sentido que debe ser “re-examinado” constantemente; 4) la cultura sería “una cuestión de elecciones y decisiones” (Nishikawa Nagao).

Aunque sólo tenía veinte años cuando finalizó la democracia Taishō en 1926, se vio influenciado por el modernismo occidental. El ensayo “Darakuron” es producto de la “Declaración de humanidad” (Ningen sengen, 人間宣言) el 1 de enero de 1946, en donde el Emperador o “Dios viviente” se declara a sí mismo “ ” ただの人間 (“solamente humano”). A aquel ensayo de Sakaguchi lo siguió “Zoku darakuron” y relatos cortos en la misma línea. Sus escritos encapsulan las particularidades de la inmediata Posguerra: no sólo un sentimiento de shock sino además la devastación, el agotamiento, la angustia, así como también las consecuencias de la Ocupación y el nacimiento de un “nuevo Japón”. Junto a otros como Oda Sakunosuke y Dazai Osamu, se lo considera parte de la escuela Burai-ha, llamada también escuela de “villanos”, “libertinos”, “disolutos”, “delincuentes” o, también, “la escuela del cuerpo”. La particularidad de esta escuela fue evitar el racionalismo lógico de la filosofía para afirmar que no existe nada sólido que pueda mantener su identidad. La decadencia y la carne serían los nuevos valores con los cuales medir al sujeto.

Page 2: Notas Sobre Ango Sakaguchi

Sakaguchi estudió filosofía hindú en la universidad de Tōyō y existe un cruce entre su decadencia y budismo: liberación, sufrimiento y contingencia. El satori (o también liberación) es para Sakaguchi un asunto de “vida y muerte”, siempre y cuando sea comprendido por la población toda y no por grupos reducidos: la institución budista y los maestros individuales, a quienes critica. “No se trata de un problema de principios filosóficos sino de interpretación y carácter”. La idea de contingencia incluye: 1) la doctrina de la impermanencia; 2) el no-ser; 3) la idea de una conclusividad de la vida. Según Sakaguchi, la decadencia sería un proceso insustancial que sigue estos principios de contingencia, y que la única transformación o “salvación” recaería en el consentimiento de esta condición. Por último, la idea de sufrimiento (que en el budismo sería la contraposición entre el modo-impermanente-de-ser y nuestros deseos y anhelos) se presenta en Sakaguchi al considerar que el sufrimiento es la consecuencia de incluir a los sujetos individuales dentro de “modos-impermanentes-de-ser” presentados como trascendentales (tanto el sistema imperial como la democracia). Las tres juntas presentan la crítica de Sakaguchi al sistema cultural de Posguerra (lo que mencionamos como post-metafísico o anti-esencialista). Nos queda por analizar, dado que él no lo hace, las diferencias entre lo que podríamos llamar nacionalismo cultural y política nacionalista, conceptos casi análogos para Sakaguchi y sin embargo diferentes.

“Darakuron” es en parte ensayo autobiográfico, confesión, texto filosófico, un manifiesto y un análisis sociológico. Su inicio se plantea como un cambio total: “En el curso de medio año, nuestras vidas han cambiado por completo” (p.1). Relación con sistemas míticos propios del sakoku: el bushido, la lealtad y los cuarenta y siete ronins. Aceptación del enemigo y por lo tanto del sistema de vida occidental-norteamericano: “Nuestra verdadera naturaleza es compartir el optimismo que el enemigo de ayer es el amigo de hoy” (p.3-4). Explicita que el pueblo japonés “acepta sumiso su destino” (p.5) y propone hacer lo mismo con la decadencia. Analiza el “deseo de extinguir la belleza” (p.8) como intrínseco de la tradición nipona y propone otra vez a la decadencia como valor fundante del nuevo Japón. Perspectiva personal: un enamoramiento de la destrucción. El “mercado negro” (p.14), junto a la decadencia de las vírgenes y del honor, será el nuevo modelo de implementación social una vez que se abrace el daraku. El momento de la guerra es visto como un momento de gloria, de belleza, porque el sujeto podía realizarse de alguna forma; no así la Posguerra (p.15). Cierre cuasi-individualista: “debemos salvarnos gracias a descubrirnos a nosotros mismos luego de haber caído hasta el fondo del camino de la decadencia” (p.17).