Upload
anatanael
View
225
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Novela ¡Mamá, tengo un secreto! Autor: Anatanael PARA MÁS INFORMACIÓN http://facebook.com/soyanatanael [email protected]
Citation preview
¡MAMÁ, TENGO UN SECRETO!
2
Anatanael es amante de las letras y la estética,
pasa sus días leyendo, escribiendo y apreciando
las maravillas de la naturaleza.
Docente de profesión
3
© Anatanael
¡Mamá, tengo un secreto!
Santiago, Chile. 2014
ISBN: 978-956-358-229-1
Diseño de portada: Anatanael
Ilustraciones: Anatanael
Edición de textos: Romualdo Sánchez Becerra
Todos los derechos reservados.
Esta publicación no puede ser reproducida, en todo o en parte, ni registrada o transmitida por sistema alguno de recuperación de información, en ninguna forma o medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, fotocopia o cualquier otro, sin permiso previo, por escrito del autor.
ISBN: 978-956-358-229-1
Primera edición: Octubre, 2014.
Registro de propiedad intelectual: N° 247.236
4
5
6
MAMÁ, TENGO UN SECRETO!
A mi madre que fue partícipe de una u otra forma de mi
propia confesión.
7
8
I
Ad portas de cumplir mis tres décadas
– una semana - me encuentro tendido arriba
de un diván negro, escribiendo lo que serán
mis memorias. Pasajeramente junto a mí se
halla Perssi el erizo de mi novio. Llevo 8 días
junto a él. Me parece una criatura muy
atestada de emociones. Le ha tocado duro...
Ha sido mi gran testigo frente a las
revelaciones que encausan mi pasado.
Perssi se divierte en su jaula. A él le
gusta el deporte y la magia. Sí, es un gran
mago. Se oculta de mí, huye y me hace
sonreír... A veces llorar.
Insistir en escribir luego de tanto
tiempo... Los recuerdos lejanos y absueltos
que poseo se remontan a una época muy
similar a esta, en donde el dolor y el
desconsuelo ocupaban un lugar inmenso en
mi vida.
9
En la oficina todo se ha vuelto
monótono. El café de la mañana, los archivos
de la tarde, incluso las reuniones en el
departamento de Marketing.
Hay una voz – si es que así puede
llamarse- dentro de mí que me exige estar
atento, atosigándome a cada instante.
Desearía no oírla, pero está aquí y el
problema es que no quiero aceptarlo. (No
puedo, no debo)
Podría comenzar esta desgraciada
historia mencionando que por esos días me
encontraba en la encrucijada de delatarme o
no, liberarme o continuar atado a unas
cadenas gruesas y pesadas que impedían un
caminar tranquilo y ya olvidado.
Recuerdo que antes de esa fecha ya lo
había develado posiblemente a unas cuantas
y otras almas, empecinadas en torturarme.
10
Cuando lo confesé por primera vez
seguí sufriendo, hundido en mi obediencia de
mentirme - Con una mano atada y otra en el
aire -.
Carente de oportunidades en un
momento en que los hilos de la ilusión me
atravesaban día y noche. Era todo demasiado
tormentoso en ese entonces, me pasaba la
vida atemorizado, naufragando ante un
rumbo desconocido y algo confuso.
Escapar debía ser la solución, jamás lo
hice, no tenía el valor de hacerlo y reconocerlo
ante una multitud que me miraba con recelo
y exclusión. ¿Será que tan solo lo imaginaba?
O ¿realmente estaba en medio de ese mar
inmenso y avasallador?
Con el tiempo me he dado cuenta que
el miedo sigue aquí y que es una barrera
invisible ante los ojos del que no se detiene a
observar con detenimiento.
11
II
Aquel día desperté con la esperanza de
que mis pensamientos y emociones sortearan
otro rumbo. Uno más decidor frente a los
obstáculos que yo mismo anunciaba.
Sin desearlo, con tantas fuerzas – como
sí lo había hecho en otras largas noches – lo
escupí.
El hundimiento de ese barco ante un
oleaje alto – pocas veces visto – me dejó sin
respiración. Sensaciones de asfixia y
remordimientos me acechaban en aquel
momento.
El escupitajo generó en ella un torrente
aun mayor al que en ese preciso momento
experimentaba. No era indolente frente a sus
emociones, no era sencillo, no era real. No lo
soporté. Sentí que mis 19 años habían
transcurrido en un absoluto silencio. Uno que
ocultaba mundos paralelos. Inolvidables
12
hasta hoy. Las lágrimas cayeron. Tantas
veces lo imaginé. De múltiples formas, colores
y texturas. Jamás como lo pensé… Sus ojos se
perdieron en un entorno añejo y desgastado.
Preguntó tres veces o más ¿Por qué? No había
palabras vivas que pudieran romper esa
lejanía, ese opaco momento.
Si sus ojos hubieran entrado en un
profundo contacto con los míos esta historia
sería distinta. El frágil pero vivo a la vez
recuerdo que viene a mi mente atenúa los
efectos secundarios que han persistido hasta
la fecha.
Marcaron en mi existencia las palabras
que siguieron en aquel instante. Ella lo
anunciaba, no lo entendía, afirmaba que ya lo
sabía desde hacía un tiempo (3 años) pero no
podía, no debía aceptarlo.
Mi madre me amaba, indudablemente
lo hacía, pero como ya dije… no podía, no
debía.
13
Aquella noche el calor era
sencillamente insoportable. En casa la
temperatura bordeaba los treinta y cuatro
grados Celsius. El sudor era una especie de
molestia inexorable, por tanto, el nerviosismo
frente a la espera conjugaban ya una mala
fortuna. Mi destino estaba escrito. En mil
hojas de papel, en mil hojas de árboles
abarrotados.
Mi delgado cuerpo denotaba un camino
lleno de dolores, noches empoderadas por
sueños fantásticos. Manos escurridizas,
realizaban movimientos de vaivenes,
inscritas en un nerviosismo brutal. El asesino
tiempo jugaba un papel crucial, habían
pasado tantos años de desconsuelo. Mi
corazón ya no latía, se hundía en mi pecho.
Una vida obstaculizada por temores
desmesurados. Mi madre lo sabía mejor que
yo. Siempre trabajando, ocupada en sus
quehaceres profesionales y domésticos. Corría
14
entre la multitud, intentando salvarse ella
misma. Esquivando minuto tras otro a los
narcotizados seres que debía visitar. Día y
noche, noche y día.
Ser una profesional de la salud mental
no es tarea fácil, menos para una mujer que
pedía de manera indolente ayuda a sí misma.
Quizá el consuelo hacia el resto le
proporcionaba el antídoto anestésico que
necesitaba para hacer de todo, un arcoíris
palpitante.
Tres hijos tan diversos eran el
resultado de un fatídico y magistral romance.
Siempre de negro, sedas, encajes, paños… tan
solo paños que ocultaban algo. En reiteradas
ocasiones me pregunté si sería necesario
admitirlo. No podía causarle tan feroz daño,
puesto que la vida ya se había encargado de
ella. Poseía un gran peso espiritual que ardía
entre frondosos árboles de una primavera a la
que nadie quería contemplar.
15
Su vida – mi vida – desde que es vida,
estuvo marcada por situaciones
desilusionantes (hubiera dado todo por su
felicidad). Un caminar alucinante la
destacaba entre tanta oveja que adora
pertenecer. Cuantas veces la escuché
sollozar, observándola desde lejos yo también
lo hacía, creía entender a la perfección cada
una de las situaciones que la amedrentaban.
Nunca – pudiéndolo asegurar – busqué
sentirme de este modo. DEMASIADO
ERRÓNEO FUE MI NACIMIENTO. Esa
noche de concepción que me arrastró a lo que
soy ahora.
*
El reloj apunta las 4 am y mañana me
levantaré temprano. Debo estar al servicio de
Perssi.
16
17
SI TE GUSTÓ EL INICIO DE ESTA NOVELA, ¡¡COMPÁRTELO!
¡¡DESCARGA LIBERADA!!
ESTA ES LA LECCIÓN DE ALGUIEN COMO TÚ O COMO TANTOS OTROS QUE VIVEN ATEMORIZADOS
NO ESPERES A QUE SEA DEMASIADO TARDE
¡MAMÁ, TENGO UN SECRETO! Í
@
Facebook.com/soyanatanael