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FUNDACION PARA LA CONMEMORACION DEL BICENTENARIODEL NATALICIO Y EL SESQUICENTENARIO DE LA MUERTE

DEL GENERAL FRANCISCO DE PAULASANTANDER, CREADAE IMPULSADA BAJO EL PATROCINIO DEL PRESIDENTE DE

LA REPUBLICA, DOCTOR VIRGILIO BARCO VARGAS.

JUNTA DIRECTIVA

Germán Arciniegas AngueiraGuillermo Hernández de Alba tOtto Morales BenítezPilar Moreno de AngelFrancisco J. Ortega AcostaCarlos Sanz de SantamaríaCarlos Valencia Goelkel

Carlos Restrepo PiedrahítaGonzalo Hernández de AlbaJavier Ocampo LópezJaime Durán PomboAlfredo Romero ForeroJaime Posada DíazCarlos Angel Guingue

Director ejecutivo:Luis Horacio López Domínguez

SOCIOS FUNDADORES

Academia Colombiana de HistoriaBanco Central HipotecarioBanco de la RepúblicaBanco PopularBanco SantanderBavaria, S.A.'EcopetrolEscuela de Cadetes General SantanderEscuela Superior de GuerraFederación Nacional de Cafeteros deColombia

Flota Mercante GrancolombianaFinanciera Eléctrica Naciona!Fondo para la Protección del Medio Ambiente"José Celestino Mutis"

Fundación Segunda Expedición BotánicaFundación Santa HelenaInstituto Colombiano de CulturaPavco, S.A.Postobón, S.A.Sociedad Santanderista de ColombiaUniversidad Nacional de Colombia

República de Colombia, Bogotá, D.E.

ESCRITOS POLITICOSy MENSAJES

ADMINISTRATIVOS1820-1837

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.J1~eFUNDACIONPARA LA CONMEMORACION DEL BICENTENARIODEL NATALICIO Y EL SESQUICENTENARIO DE LA MUERTE

DEL GENERAL FRANCISCO DE PAULA SANTANDER

ESCRITOS POLITICOSy MENSAJES

ADMINISTRATIVOS1820-1837

PROLOGO OTTO MORALES BENITEZ

BIBLIOTECA DE LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLlCAADMINISTRACION VIRGlLlO BARCO

BOGOTA, 1988

Santander. Francisco de Paula, 1792-1840Escritos políticos y mensajes administrativos 1820-1837/ Francisco de Paula

Santander; prólogo Otto Morales Benítez. -1 ed.- Bogotá: Fundación Franciscode Paula Santander. 1988.

496 p.- (Colección documentos; no. 8) (Biblioteca Presidencia de la República;administración Virgilio Barco).

1. SANTANDER. FRANCISCO DE PAULA, ESCRITOS POLlTICOS 1792-1840.2. COLOMBIA - HISTORIA. 1820-1837 3. COLOMBIA - POLlTICA yGOBIERNO, 1820-1837 1. Morales Benítez, Otto, pról. 11. Título.

CCD320.9:861

,UNIVERSIDAD NACIONALBJBLlOTECA CRN'TRAL

:¿~Se. ~SBOGOT:, C!<)-BIA

22, SEL' 1995"

Primera edición: 1988

@ Fundación para la Conmemoración del Bicentenariodel Natalicio y el Sesquicentenario de la Muertedel General Francisco de Paula Santander. 1988

Casa de Moneda. Apartado Aéreo 18708Bogotá. D. E.

ISBN: 958-64HlOO-6 (obra completa)ISBN: 958-643-030-8 (tapa dura)ISBN: 958-643-029-4 (rústica)

Diseño de portada: María Isabel GarcíaFrancisco de Paula Santander. Anteproyecto

para un sello postal conmemorativo delprimer centenario de la independencia, 1910.

Grabado inspirado en el medallón de David D'Angers,París, 1830. American Bank Note Co NY,

special C-93 colección filatélica de Colombiade don Jairo Londoño.

Cartografia: Germán RizzoPreparación litográfica: Servigraphic Ltda,

Impresión y encuadernación: Editorial Presencia Ltda,Impreso en ColombiaPrinted in Colombia

ADVERTENCIA:

Los textos 'lUC se reúnen en el presente volumenhan sido actualizados ortoalifica y tipogréflcamente.

conservando la inte.ridad de su contenido.

TABLA DE CONTENIDO

Santander: sus concepciones republicanas y su jefatura de orientadorde la conducta nacional.

atto Morales Benltez

Nota metodológica

l° A SU EXCELENCIA LA ALTA CORTE DE JUSTICIAAcerca de la necesidad de verificar la ley fundamental de la Repúblicade Colombia. Santafé, 1820 (1012)

2° LOS MOTIVOS Y RAZONES QUE OBLIGARON ALGENERALFRANCISCO. DE PAULA SANTANDER A ORDENAR LA EJECUCIONDE 38 OFICIALES ESPAÑOLES PRISIONEROS DE LA CAMPAÑADE 1819.Bogotá, 1820 (31/10)

3° BANDO PUBLICADO EN BOGOTAAcerca del armisticio del 26 de noviembre de 1820. Bogotá, 1821 (11/4)

4° DISCURSO PRONUNCIADO POR EL GENERAL SANTANDER ALTOMAR POSESION DE LA VICEPRESIDENCIA EN LA VILLADEL ROSARIO DE CUCUT A y CONTEST ACION DEL PRESIDENTEDEL CONGRESO. 1821 (3/10)

5° CONCIUDADANOS DEL SENADO Y CAMARA DE REPRESENTANTESAcerca de la verificación de tres tratados de alianza y confederaciónconcluidos en Lima y Santiago de Chile. Bogotá, 1823 (21/4)

6° A SU EXCELENCIA EL PRESIDENTE DEL SENADOAcerca de la libertad del· Perú. Bogotá, 1823 (10/5)

7° AL HONORABLE PRESIDENTE DE LA CAMARADE REPRESENTANTESSobre problemas de Guayana.Palacio de gobierno en Bogotá, 1823(20/5)

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41

45

47

51

811 AL EXCELENTlSIMO SEÑOR PRESIDENTE DEL SENADOSobre sociedades' patrióticas de origen privado. Bogotá, 1823 (28/5) 57

911 AL HONORABLE SEÑOR PRESIDENTE DE LA CAMARADE REPRESENTANTESAcerca de la penosa situación del erario nacional. Bogotá, 1824 (6/4) 59

10 AL EXCELEN'TlSIMO SEÑOR PRESIDENTE DE LA HONORABLECAMARA DEL SENADOAcerca de la seguridad de la República ante la amenaza de las potenciascontinentales europeas. Bogotá, 1824 (14/4) 67

II AL EXCELENTlSIMO SEÑOR PRESIDENTE DEL SENADOAcerca de la integración de la corte de justicia. Bogotá, 1824 (20/4) 71

12 AL EXCELENTISIMO SEÑOR PRESIDENTE DE LA CAMARADE REPRESENTANTESAcerca de la situación actual del país, tras las acciones españolas en elPerú y los sucesos de Europa. Bogotá, 1824 (23/4) 75

13 AL EXCELENTlSIMO SEÑOR PRESIDENTE DE LA CAMARADE REPRESENTANTESSobre la expulsión de los españoles y desafectos. Palacio de gobierno enBogotá, 1824 (5/5) 81

14 AL SEÑOR PRESIDENTE DEL SENADOAcerca de las facultades del Libertador Presidente de Colombia des-pués de habérsele concedido el poder supremo dictatorio en el Perú.Bogotá, 1824 (17/5) 85

15 AL EXCELENTIS{MO SEÑOR PRESIDENTE DE LA HONORABLECAMARA DEL SENADOSobre el pie de fuerza. Palacio de gobierno en Bogotá, 1825 (111 1) 87

16 AL EXCELENTlSIMO PRESIDENTE DE LA HONORABLE CAMARADEL SENADOSobre el establecimiento de relaciones diplomáticas con Guatemala ysu reconocimiento soberano e independiente. Bogotá, 1825 (12/1) 91

17 AL EXCELENTlSIMO PRESIDENTE DEL SENADOSobre acontecimientos del cantón de Caracas. Palacio de gobierno enBogotá, 1825(2811) 95

18 AL EXCELENTlSIMO SEÑOR PRESIDENTE DE LA HONORABLECAMARA DE REPRESENTANTESAcerca de las novedades ocurridas en la isla Margarita. Palacio degobierno en Bogotá, 1825 (31/1) 103

19 REPUBLlCA BOLlVARAcerca de la creación de la República boliviana. Bogotá, 1825 (6/9). 107

20 AL EXCELENTlSIMO SEÑOR PRESIDENTE DE LA HONORABLECAMARA DEL SENADOSobre la negativa a admitir la renuncia del general Santander a la vice-presidencia de la República. Palacio de gobierno en Bogotá, 1826(22/4) 109

21 CONVOCATORIA A SESIONES EXTRAORDINARIAS PEI. CONGRESOBogotá, 1826(8/5) . ... 111

22 EL GENERAL FRANCISCO DE PAULASANTANDER RENUNCIA PORSEGUNDA VEZ ANTE EL CONGRESO DE LA REPUBLICA LA VICE-PRESIDENCIA DEL ESTADO, A QUE FUE LLAMADO POR SEGUNDAVEZ POR LOS VOTOS DE LA NACIONYDELCUERPOLEGISLATIVO,CONFORME A LA CONSTITUCION. Bogotá, 1827(25/4) 115

23 AL SEÑOR GENERAL SIMON BOLIVARAcerca de las relaciones entre Santander y el Libertador. Bogotá,1827(29/4) 121

24 AL CONGRESO DE LA REPUBLICA DE COLOMBIAAcerca de las funciones administrativas desempeñadas por el generalSantander. Bogotá, 1827(12/5) 125

25 AL EXCELENTISIMO SEÑOR PRESIDENTE DE LA HONORABLECAMARA DE REPRESENTANTESAcerca del suceso de Lima del 26 de enero. Bogotá, 1827(25/5) 127

26 A SU EXCELENCIA EL PRESIDENTE DEL SENADO ,Acerca del armisticio con España. Bogotá, 1827(25/5) 135

27 CONVOCATORIA DE LA GRAN CONVENCION NACIONAL. Bogotá,1827(5/8) 139

28 EXPOSICION QUE EL VICEPRESIDENTE CONSTITUCIONAL DECOLOMBIA PRESENTARA A SU EXCELENCIA EL LlBERTADORLUEGO QUE SE ENCARGUE DEL GOBIERNO DE LAéREPUBLICAAcerca de las acusaciones de fraude en la dirección de los caudales pú-blicos, que se le imputan al general Santander. Bogotá, t827 (-/8)151

29 DISCURSO DEL VICEPRESIDENTE AL TERMINAR SUS FUNCIONESDE ENCARGADO DEL PODER EJECUTIVO DE COLOMBIA,CEDIENDO LA SILLA AL LIBERTADOR PRESIDENTE. Bogotá,1827(10/9) . 155

30 A LOS HABITANTES DE BOGOT AReconocimiento al público bogotano por su buen comportamiento departe del general Santander. Bogotá, 1827(14/9) 157

31 AL SECRETARIO DE ESTADO EN EL DESPACHODE RELACIONES EXTERIORESDel nombramiento del general Santander como ministro plenipoten-ciario cerca de los Estados Unidos de América. Bogotá, 1828(19/9) 159

32 HONORABLES REPRESENTANTES DE LA ANTIGUA NUEVAGRANADA, REUNIDOS EN CONGRESOAcerca de la publicación del proceso contra el general Santander. París,1831(15/4) 163

33 AL SEÑOR REDACTOR DE EL CONSTITUCIONAL. París, 1831(15/4) 167

34 CONCIUDADANOS DE LA NUEVA GRANADA. Nueva York, 1831(25/11) 171

35 AL CIUDADANO JOSE IGNACIO DE MARQUEZ, VICEPRESIDENTEDELEST ADO DE LA NUEVA GRANADA. Nueva York, 1832 (30/5) 177

36 MIS RESPETABLES COMPATRIOTAS'-Santa Marta, 1832 (1617) 179

37 ¡GRANADINOS! Bogotá, 1832 (8/10) 18338 AL EXCELENTISIMO SEÑOR PRESIDENTE DE LA CAMARA

DEL SENADOSobre el proyecto de ley electoral del 2 de junio de 1833.Bogotá, 1833(11/11) 189

39 A CADA UNA DE LAS CAMA RAS LEGISLATIVASAcerca del uso de las facultades extraordinarias, tras la conspiraciónde 1833. Bogotá, 1834 (13/3) 199

40 HONORABLES SENADORES Y REPRESENTANTESAcerca de la necesidad de revisar el tratado comercial celebrado entreColombia y Gran Bretaña en 1825.Bogotá, 1834(14/3). 201

41 HONORABLES SENADORES Y REPRESENTANTESAcerca de la seguridad del Estado. Bogotá, 1834 (13/5) 207

42 PROTESTA SOLEMNE DEL GENERAL SANTANDER CONTRAEL PAPEL TITULADO CUEST/ON IMPORTANTE. Bogotá, 1835(10/3) 213

43 HONORABLES REPRESENTANTESSobre las imputaciones proferidas por el doctor Liévano, Bogotá, 1835(16/5) 217

44 EL IMPERIO DE LA ,LEY ES EFECTIVO EN.LA NUEVA GRANADA.BAJO LA ADMINISTRACION DEL GENERAL SANTANDER. Bogotá,1836 (26/3). 221

45 EL CIUDADAN9 QUE SUSCRIBE INFORMA A LA NUEVA GRANADADE LOS MOTIVOS Q{jE HA TENIDO PARA OPINAR EN FAVOR DELA ELECCION DEL GENERAL JOSE MARIA OBANDO PARAPRESIDENTE FUTURO. Bogotá, 1836 (31/8) , 225ANEXO: AL PUEBLO COLOMBIANO. FIRMADO POR TRES,CIUDADANOS. Bogotá, 183,6 239

46 RECUERDOS PATRIOTICOS PARA LA HISTORIAProclama a los granadinos una semana antes de prescribir el términode su mandato constitucional. Bogotá, 1837 245

47 HONORABLES SENADORES DE LA REPUBLlCAAcerca de las acusaciones proferidas por el senador Borrero. Bogotá,1837 247

48 A LOS SEÑORES ELECTORES DE LA PROVINCIA DE BOGOTA,QUE ME HAN FAVORECIDO CON' SUS VOTOS PARA SENADQRy A LOS DE LA PROVINCIA DE PAMPLONA, QUE ME HANNOMBRADO REPRESENTANTE. Bogotá, 1837 (20/9) 253

ANEXO: ATENCION GENERAL SANTANDER. Cáqueza, 1837 (l/lO) 259

49 AL EXCELENTISIMO SEÑOR PRESIDENTE DE LA REPUBLICASobre infracciones a la ley electoral. Bogotá, 1838 (5/5) 261

50 SEÑORES DE LA JUNTA ESCRUTADORA DE LA CAPITALAcerca de la inviolabilidad de las leyes electorales. Bogotá, 1838 (7/6) 263

51 SANTANDER SUSPENDE SU COLABORACION PERIODISTICACON LA BANDERA NACIONAL GRANADINA, Bogotá, 1838 (4/8) 271

APENDICE

CARTA DE SANTANDER RELATIVA A LA MISION DIPLOMA TICA DEMONTEAGUDO EN MEJICO. Bogotá, 1823 (6/10) 277

2 AL CONGRESO DE LA REPUBLICA. Bogotá, 1827 (26/5) 281

INDICES

Cronología

301309316

339

OnomásticoToponímicoAnotado de materias

SANTANDER: SUS CONCEPCIONES REPUBLICANASY SU JEFATURA DE ORIENTADORDE LA CONDUCTA NACIONAL

1

La reunión de estos materiales de Francisco de Paula Santander,Escritos políticos y mensajes administrativos, 1820-1838, para la Bibliote-ca de la Presidencia de la República, administración Virgilio Barco y queedita la Fundación para la conmemoración del bicentenario de su natali-cio y el sesquicentenario de la muerte del prócer, fue iniciativa de Guiller-mo Hernández de Alba, con maestrías en la historia y en el señoríohumano. Son textos relacionados con unos años en los cuales sucedendemasiados acontecimientos de singular importancia histórica. En ellosse aclaran los perfiles de la creación de una República. Los postulados delos gobiernos libres se van definiendo, por primera vez, en nuestrocontinente. El sentido legalista, de integración y formación, en unanación sin tradición en esas materias, va emergiendo con resplandorespropios. A la vez que se ejecutan toda clase de labores para consolidar laindependencia, tanto en nuestro territorio y Venezuela, como en lospaíses del sur. Se van predicando las tesis de que nada es en provecho delos libertadores, sino de la comunidad. Dificil decirlo en esos días en queaquéllos tenían su imperio y su prestigio intactos. En cada iniciativa setendía a organizar un gobierno. En la turbulencia de los beligerantes,entre combate y combate, se van predicando las normas jurídicas. Todaacción administrativa, deja una pedagogía en cuanto a legislación. Alcongreso se le daba la máxima categoría y se declaraba -cuando crecíancríticas en torno de su labor- que

xv

"poco ha trabajado hasta: hoy -21 dejunio de 1823-, aunque tienependientes un diluvio de proyectos de ley. Bastante bien ha hecho,en mi concepto, con sólo haber evitado graves y funestos males".

Es un postulado de cuál es parte de su actividad más trascendental: lavigilancia. Invariablemente, puntualizando criterios legales, Santanderle dice a Bolívar:

"Si en la obediencia de la constitución se encuentra el mal, el malserá".

Y agregaba:

"Los dos estamos colocados en contradicción legal; usted puedehacerlo todo sin obligación de responder de nada, y yo no puedohacer sino lo que prescribe la constitución".

Lo que en estos dos textos se demuestra, es la altísima y clarapercepción del d.erechopúblico en un gobernante de 27 años. El libro loque establece es que Colombia, gracias a las pedagogías de Santander, esprecursor en la exposición de tesis en cuanto a los deberes del Estado; lasfunciones y limitaciones del gobernante; las obligaciones y el valor socialde su tarea. Todo esto irá manifestándose en cuanto avancemos en sulectura,

Entre los sinnúmeros acontecimientos históricos que se registran, enorden cronológico, se destaca la oportunidad en la cual el congreso deVenezuela decretó la unión de aquella nación a la Nueva Granada y aQuito, con el nombre de Colombia. Santander le da la máxima trascen-dencia. Convoca a la honorable Corte Suprema de Justicia para que enuna reunión, en el palacio de gobierno, haga cumplir la ley y ejecutarla.De esa manera exterioriza el alto significado que le entrega a ese actopolítico. Desea estrechar estas relaciones que, por cierto, nacieron débi-les en el congreso de Cúcuta y recibieron de Bolívar carta de descon-fianza sobre su viabilidad. Desde Guanare, Bolívar, el 25 de mayo de1821,decía que.

"he presentado un proyecto de constitución que no se aprobó.Aquel proyecto era mi condición para ser ciudadano de Colombia.

XVI

No habiéndose adoptado, estoy cierto de que no habrá estabilidadpolítica ni social, y añado que aquel mismo proyecto no. contienetodo lo que yo pienso que se requiere para asegurar nuestra existen-cia" .

.Queda en evidencia que el texto aprobado, de la constitución deCúcuta, no alegraba a Bolívar. Pero, además, sus concepciones en mate-ria de organización del Estado, eran diferentes. Se van uniendo estasexpresiones con su actitud, más tarde, contra ella.

Hallamos un documento importantísimo, el cual es poco conocido,No les ha dado a los investigadores ocasión para calificar el acto que seanaliza. Pero sí ha servido para hablar de la crueldad de Santander. En eldeseo de desfigurar el carácter de éste, no se detienen a apreciar lasrealidades circundantes; ni piensan cuál debe ser la conducta y losimperativos a que se ve obligado el gobernante. Pero el suceso sirve paraacumular sobre él epítetos, calificativos, innobles apreciaciones y juiciostorcidos. Ningún antecedente atenúa el furor de los detractores. Elpublica una página en la cual "presenta al gobierno de la República, ya lospueblos del mundo civilizado, los motivos y razones que le obligaron aordenar la ejecución de 38 oficiales españoles prisioneros de la campaña de1819 y verificada en la ciudad de Bogotá ell l de octubre del mismo año".Lleva fecha del 31 de octubre de 1820.

Francisco Antonio Zea, desde San Tomas, indica que en Caracastodo estaba a favor. Inclusive que Morillo recelaba de sus tropas y que,por las represalias ejercidas en Bogotá, todo vuelve a la guerra; que sedesconfía de las leyes filantrópicas y de los sabios decretos del congreso.Ya veremos más adelante cómo este comentario, está en abierta pugnacon la forma como operó cada vez que tuvo oportunidad de aplicar leyescon mercedes.

A la vez, desde el palacio de la diputación del soberano congreso de lacapital de Guayana, 24 de mayo de 1820, le comunican estas apreciacio-nes al Libertador. Este, el 25 de septiembre de 1820, se las transcribe alvicepresidente de la República de Cundinamarca, desde San Cristóbal.Así se origina su respuesta. Es un extenso documento en el cual se hacenprecisiones, aclaraciones, enumeración de los sucesos que estaban acae-ciendo, y donde hay una limpia posición de no eludir responsabilidades.Al contrario, como hombre de gobierno, las asume en su plenitud.

XVII

Cuenta cómo es el ambiente en el cual gobierna, que no tiene aire deserenidad. Que, al contrario, brinca lo inesperado; la rebeldía azuzada;los gestos violentos; las palabras ardidas de odio; las conjuras paradesestabilizar el gobierno. Las acciones son internas y externas. Algunasde ellas, propiciadas y dirigidas por España. Esta, no consiente en queha perdido su poder sobre las colonias. En los documentos que se van aleer, encontraremos, en multitud de ocasiones, el brote de la subversióntratando de ahogar el gobierno. Eso sí, cuando Santander asume unaresponsabilidad máxima, en el juicio histórico se le condena. Cuando estomada por otro de los próceres, se le elogia como calidad políticaindispensable, que linda con la genialidad.

Santander abre su escrito con una cita, en francés, de Rousseau. Leinforma al Libertador de la ejecución. Le manifiesta que le pareceoportuno darle detalles, pues los enemigos han desfigurado todo. Loprimero que le declara es que

"es verdad que todas las clases del pueblo estaban horrorizadas delos asesinatos, devastación y crueles tratamientos que recibían desus amos feroces ...".

Demasiados españoles habían sido indultados. Estos tenían conoci-das conexiones de familia. Con personas de disímiles calidades, que noestaban de acuerdo con lo que había sucedido en favor de la libertad. Nocreían en el triunfo independiente. Se mantenían vigilantes de cualquierdescalabro, dentro de la Nueva Granada, o en las expediciones del sur,fuera de que aupaban todos los brotes de insurgencia en Venezuela. Suactividad antiindependentista, es permanente.

Igualmente, se habían presentado dificultades entre los patriotas. Elejército se había dividido. Bolívar se ausentó cuarenta días después de laentrada a Bogotá. Nuestro ejército carecía de todo. No parecía triunfan-te. Se vivían escenas muy confusas: la multitud era afecta a la libertad,pero estaba temerosa de que volviera el imperio de la "época pacificado-ra". Así lo sugerían los afectos al sistema anterior, los españoles aquíguarecidos. Acolitaban los temores, sus parientes y amigos de estasbreñas.

XVIII

"Y yo -dice Santander- me encontraba aislado, sin tropa, sin losauxilios de un pueblo, que aunque idólatra de la libertad, estabaentregado a desconfianzas y recelos, que no parecían infundados".

Los fusilados tenían informes de lo que acontecía. Quienes los custo-diaban, habían sido sus súbditos. Sabían que no era segura la indepen-dencia en Antioquia y que no se alcanzó en Popayán. De suerte queSantander gobernaba todavía entre el tumulto y el desorden de la guerra.De allí que sea aún más admirable su hazaña de regir una naciónapelando a las leyes. Es su mayor ejemplo y su enseñanza.

Se levantó una instrucción, de la cual se van ofreciendo datos muyreveladores de lo que se ingeniaban hacia el futuro: habían incitado lazozobra y la pérdida de fe en el pueblo. Así proyectaban insurrecciones ylos principales actos eran los de los oficiales españoles. Las pruebas eranelocuentes de que organizaban a sus prosélitos. Tenían antecedentes paraimitar: Puerto Cabello, en 1812; San Luis de Potosí. No podía evitarseque esto sucediera, pues no había dónde tenerlos en seguridad. No habíadónde remitirlos y podría acelerarse una protesta popular. Santander noduda en hacer la aseveración que correspondía a un libertador:

"Mi deber era asegurar un territorio, que todavía estaba plagado deenemigos". '-'"

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"Un gobierno antiguo, dura por la misma virtud de lo que lo apoya. ~r'Uno nuevo, necesita despertar confianza; seguridad de que no será !,""

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abatido". z:~¡:;,

Precisamente, continúa Santander, la ejecución condujo a adhesio-nes; empujó a los tibios a la solidaridad. A quienes ayudaban a losoficiales, se les ha visto trabajar al lado de la República. Se logró uncambio excepcional.

Para que no quede duda de su obrar, le afirma a Bolívar que

Sigue razonando con criterios contundentes:

"diez años de mi carrera, me acreditan mi compasión. Tuve aver-sión a la guerra a muerte de 1813".

XIX

Reitera que aquéllos estaban para conspirar; para atentar contranuestras vidas democráticas; para romper el curso de la existencia de laRepública.

Existían peligros como los que implicaban Sámano y Barreiro. Eranincapaces de transar, de entrar en

"contestación con americanos. ¿Qué nos podían dar los españolesen cambio de los prisioneros? Ellos no los tenían nuestros, todos losque caían en su poder eran inmediatamente degollados".

Se ejecutó un acto de autoridad. No de represalia. La debilidadhubiera ahogado el comienzo de la República. Tolerarlos vivos, eraponerlos al servicio de una causa contra lo que se había independizado.Los españoles que habían recibido tratamiento de magnanimidad, esta-ban, otra vez, rebelados y buscando organizar la guerra.

"No es un acto de gobierno primo, sino con razones tácticas,estudiadas por múltiples aspectos de qué podía desencadenarse".

Relata cómo no se desconocieron por el gobierno las dos amnistíasque se habían aprobado. Ellas, no le daban esa gracia a los militaresespañoles hechos prisioneros. Reitera en que no se han violado losdecretos del 23 de junio de 1819, pues estos otorgan esa gracia a quienesde buena fe abracen el partido de la República. Y el del 12 de enero de1820, es posterior al del 11 de octubre.

Rememora Santander algunos antecedentes. A ellos se concreta:Miranda en Puerto Cabello, horrorizado ante tanto crimen español,quiso detener la sangría, mediante una capitulación. La hizo y no alcanzósu objetivo. Es indispensable evocar el tratamiento a los prisionerosamericanos en Aragua de Oriente, estando como jefe Zuazola. Lo mismoque en Calabozo yen San Juan de los Moros y hazañas sangrientas deBoves y Antoñanza; o cómo se comportó Boves en Espino; o las accionesde Francisco Tomás Morales, Yáñez, y lo horrendo de Mérida, Barinasy Caracas. Alega que se vive una guerra irregular y que son riquísimas lasmemorias de las atrocidades españolas, que llevaría multitud de hojas,enunciarlas. Recapacita en que el sistema de respeto, según un tratadista,es de individuo a individuo. Porque se pelea de Estado a Estado. Los

xx

españoles no lo acatan. Sería bueno rememorar la expresión del rey. Fernando quien acentuaba que aquí ellos habían aplicado el "extremoexterminio" .

Santander hace otras observaciones de cómo es el estado apremianteque le toca afrontar como gobernante:

"¿Qué comparación, por otra parte, entre aquellos a quienes hemosejecutado, y los que los enemigos nos han matado? Nosotros hemoshecho perder la vida a los individuos que nos han hecho la guerra,que han conspirado a ello, o que se han señalado por sus maldades,es decir, sólo hemos evitado un mal real y evidente; pero ellos hanasesinado al sencillo labradora cuyas fatigas y sudores no negaba latierra sus frutos; al solícito mercader, únicamente ocupado de laganancia en sus especulaciones; al industrioso artesano que nosprocuraba algunas comodidades; al sabio benéfico y sensible, queilustraba la juventud y difundía sus conocimientos; al padre defamilia, apoyo de una casa numerosa; al magistrado, protector delpobre y del inocente; al sacerdote austero, que nos daba lecciones devirtud y beneficencia, y hasta al jornalero, y también al infelizsoldado, que cargaba el fusil por pura obediencia. Todo, hasta losseres inanimados a los ojos del español, está fermentando la negralevadura de deslealtad y rebelión. Todo debe perecer, destruirse yexterminarse" .

Inmediatamente, Santander le repite al Libertador las mismas expre-siones que éste dijera en 1813:

"Yo no puedo menos de repetir aquí lo que escribía vuestra excelen-cia al gobernador de Curazao en la ya citada contestación al reque-rimierito hecho por la libertad de los españoles arrestados en LaGuaira. Después de que vuestra excelencia le ha citado uno a unolos hechos de Zuazola, Serveris, Antoñanza, Tiscar, Monteverde yde cien más, le decía: 'Sírvase vuestra excelencia suponerse unmomento colocado en nuestra situación, y pronuncie sobre la con-ducta que debe usarse con nuestros opresores. Decida vuestra exce-lencia si es siquiera posible afianzar la libertad de la Américamientras respiren tan pertinaces enemigos. Desengaños funestos

XXI

instan cada día por ejecutar generalmente las más duras medidas, ypuedo decir a vuestra excelencia que la humanidad misma las dictacon su dulce imperio. Vuestra excelencia pronunciará, pues, si losamericanos deben dejarse exterminar pacientemente o deben des-truir una raza inicua, que mientras respira, trabaja sin cesar pornuestro aniquilamiento"'.

y vuelve a recalcar: no es una represalia. Es un castigo. "Conclu-yo ~ice Santander- congratulándome con tres millones de colom-bianos por ver establecidos el orden, la justicia y el respeto a laautoridad suprema... Pasó el tiempo de la agitación y con él haterminado el poder de los jefes para ordenar lo que en su imagina-ción estimaban conveniente... Los súbditos no estarán adivinandoel modo de agradar a sus superiores; la ley, ese será todo su estudio".

Posesión de la vicepresidencia

Organizada la República con una constitución como la de Cúcuta, senombran presidente a Bolívar y vicepresidente a Santander. Aquél,resuelve avanzar en la guerra de otras naciones y consolidando la NuevaGranada. Santander ya había tenido la experiencia de gobernar a Cundi-namarca. El texto del discurso, brevísimo, deja varias rutas para destacarcómo era su criterio sobre el gobierno. Lo primero que sobresale, es laprecisión. El, declara que ha sido elegido "segundo magistrado de Co-lombia". Manifiesta que desde su primerajuventud se ha sacrificado poramor a la patria, "esencia de mi espíritu y mi existencia". Con énfasis:"la dicha de la República, está anexa a la sabiduría del primer magistra-do", es decir, a Bolívar.

y para que se pueda entender su actuación pública, para tenerexplicación sobre varios de sus actos, para poder situar su administra-ción, es indispensable repetir lo afortunado que él dijo:

"Me habéis encargado del timón de una nave que, aunque al abrigode las tempestades civiles, está aún fluctuando entre los escollos dela guerra y la política".

Esto lo subrayaba el 3de octubre de 1821, cuando don José Ignaciode Márquez, el gran magistrado, le toma el juramento.

XXII

Para Santander es inmodificable la orden: hacer cumplir la carta delEstado; dar existencia legal a Colombia; constituir el reino de las leyes. Yalgo que es indispensable puntualizar: que respeten todo aquello los"hombres erguidos por la victoria". Que su gobierno sea el reflejo ysíntesis de la hazaña que se ha cumplido: el triunfo de la independencia yla igualdad. Cada expresión ratifica un embrión ideológico:

"La voluntad nacional me prescribe por el órgano de la constitu-ción, el ejercicio universal del bien".

I

El acepta, cree y predica que la constitución hace el bien, por ello lallama "monumento sagrado y motor único de la profundidad de Colom-bia". Más adelante asegura:

"La leyes el origen de todo bien. A ella inclino mi obediencia".

Y agrega:

"El espíritu del congreso penetrará todo mi ser y yo no viviré sinopara hacerlo obrar".

Reitera una sentencia que ya le había escrito a Bolívar:

"La constitución hará el bien como lo dicta; pero si en la obedienciase encuentra el mal, el mal será".

Exterioriza su ambición de poder expresar:

"La nación ha sido libre bajo el imperio de la constitución y tan sóloyo he sido esclavo de Colombia".

Lo primero que él indica es que ya tenemos una existencia política.Que hay que conservar y fortalecer. Se alcanzarán estos objetivos, atándo-se el gobierno a lo indicado por el congreso de Cúcuta que ha dado lasórdenes de ajustar la patria a la constitución ya las leyes. Ambas harán elbien. Acepta que su vida no puede estar inspirada sino en los manda-mientos que ha recibido. Se despoja de otro criterio que lo pudiera

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desviar. Libertad, igualdad, deben imponerse. Esas son las dos guíasirrenunciables. Con esos preceptos 'tendrá que someter a quienes vienende la victoria, a los militares. Con carácter sostiene que una nación es lasuma de condiciones cabales de lo que elladimana, no del poder de quienorienta, sino de lo que éste alcanza al obrar como magistrado. La noblezade la vida política, depende de las tesis justas, imparciales e invariablescon las cuales se administre.

José Ignacio de Márquez señala la calidad de administración queSantander presidirá. Anuncia que gobernará con los antecedentes deCundinamarca, como son la libertad y la victoria, alcanzadas con laprudencia y la sabiduría. Con éxitos extraordinarios, como haber des-concertado al enemigo que "amenazaba gran parte de Colombia". Todoallí progresó: las rentas y las armas, pues éstas tuvieron actos de granbrillo.

"Vuestra excelencia, después de haber ceñido su frente con loslaureles cogidos en el campo del honor, se acabará de llenar degloria, afianzando la oliva de la paz en toda Colombia... Estebenemérito general, que a la vez que con su espada ha sostenido laindependencia, con su saber, su prudencia y sus talentos ha hechoreinar el orden y la paz".

Acerca del armisticio del 26 de noviembre de 1820

Uno de los singulares actos de Santander fue hacer leer un bando en elcual recapitulaba que Bolívar había roto el armisticio del 26 de noviem-bre de 1820.Ahora se revivían textos expresos para concederlo a quienesse comportaran ceñidos a.ellos, declarando según el primero;

"Se han introducido en el territorio de mi mando muchas personasde las.que habían emigrado voluntariamente con los españoles".

Y, estando en guerra, su permanencia puede ser perjudicial a losintereses de Colombia y "aun a los suyos propios". Esto es lo que disponela providencia del U de abril de 1821. En ella se consigna: que quienesvivan en Colombia tengan la misma idea de la libertad de estos pueblos; y

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que, a la vez, disfruten por su libre voluntad de los bienes del sistemaliberal, que paguen tributos con alegría y vivan la guerra "sin que laviolencia los obligue". Para ello enumera lo que se debe cumplir:

Si se ha regresado, y no se comparten las aperturas tutelares por lascuales se combate, que pidan su pasaporte y puedan retirarse con sufamilia, caudales y disponiendo de sus bienes raíces. Igual derecho se leotorga a quienes quieran cambiar de domicilio o "porque no sea suopinión conforme a la independencia" o porque teman a la guerra o noquieran pagarlas cargas tributarias. Pero si se es español, puede quedarsey solamente jurará fidelidad al gobierno y a los magistrados; que noatentará contra ellos y que defenderá la República, y con todo lo suyo,asistirá a conservarla. La inscripción se hará en un libro. Confirma que"usará de medios severos para hacer obedecer sus providencias". Da aleer el bando porque el 1º de mayo Se reanudarán las hostilidades.

Esté acto de gobierno denuncia cómo es la formación espiritual deSantander. En relación con la explicación del fus.ilamiento que acabamosde comentar, establece el contraste. Deja en claro cómo obraba: confirmeza, y con claridad en sus propósitos. No puede ser un cruel despia-dado quien produce un documento de Estado de tanta nobleza. Antes deiniciar hostilidades, le da a los enemigos todas las oportunidades deescapar a sus dificultades. No espera caer con el zarpazo en el momentode la confusión. Al contrario, declara su vocación de político respetuosode las normas humanas. El deber lo cumple sin evitar sus consecuencias:si dureza exige el poder, a ella apela: Pero si la indulgencia colabora a lagrandeza de aquél y a su imponencia, la otorga sin mezquindades. Suscriterios se encuentran, ahora, avalados por su magnanimidad. A quie-nes lo acusan de crueldad, les conviene leer este manifiesto. Allí desapare-ce cualquier sombra de ser vindicativo. El cuenta cómo con severahonestidad, toma las providencias. A nadie, aun cuando vaya a serenemigo, o eluda la guerra o sus cargas, se le impide su libre ejercicio. Lalibertad es el signo. El acato a la persona y sus opiniones, es un derechohumano. Se tolera el camino que se quiera tomar. Lo primero es lalibertad del hombre. Nada de coacción, cuando vuelve a encenderse labeligerancia; Estos derroteros dan la dimensión del verdadero caráctery sentimiento político de Santander.

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Tres tratados de la alianza y confederación

Su preocupación de gobernante, se extiende por los mas disímilesapasionamientos. El21 de abril de 1823envía al senado y a la cámara unmensaje en el cual se concentra en tres tratados de alianza y confedera-ción con Lima y Santiago de Chile. Se han firmado por insistencia deColombia. Su vocación de gobernante lo lleva a vigilar con detenimientolos diferentes frentes. Es un afán de integrar la República en sus diversosaspectos. El de la vida exterior, tiene singular alcance en una hora en queapenas principiaba a moverse hacia su reconocimiento. Su perspicacia lopone en vilo ante mil dilemas que despierta la administración pública.

Hay otro hecho que se debe singularizar: su gobierno impulsa laguerra. Pesquisa los elementos para que se realice. Hace esfuerzos a pesarde las limitaciones de un erario pobre. El desarrollar la acción militar, entodo el continente, obliga a los españoles a pedir la paz. Insiste en que esesencial que los países de nuestra área se

"entendiesen y combinasen sus recursos para hacerse terribles en laguerra y respetables en la paz".

y juzga que consolidada la paz en Colombia, México, Perú, Chile yBuenos Aires, el ejecutivo de Colombia entablará la negociación quedebe llevar a tratados. ¿Qué comprenden? Medios de ofensa y defensa;afianzan el imperio de las leyes entre todos y nos liberan de "la malainteligencia y la ambición".

Su politica no se detiene allí, en la simple firma de unos tratados.Tiene más dimensiones. En ella persistió; inclusive cuando se reunió elcongreso anfictiónico en Panamá. Con ocasión de la firma de los trestratados, manifiesta al parlamento colombiano:

"Tengo fundadas esperanzas de que si vosotros convenís, como loespero, en las miras políticas del ejecutivo, se reunirán en todo elaño entrante los plenipotenciarios de toda América antes española,y se perfeccionará este pacto verdaderamente grande que dará atodos una importancia extraordinaria en la opinión del mundo, sinprivar a ninguno de la menor porción de su soberanía con respecto alas demás potencias neutrales".

XXVI

Esto lo proponía naturalmente antes de conocer el pensamiento deBolívar, puntualizado en carta de éste a Santander el 30 de mayo de1825. De suerte que es de subrayar el criterio internacional del prócergranadino. Tenía concepciones integrales de la política que debía regir anuestros países. Es anterior a todas las enunciaciones de políticas inter-americanas. Es armar, así, un continente. Darle contenido político yprolongarlo en sus objetivos mancomunados.

Solicita que se aprueben, a pesar de que ello no ha sucedido en losotros países, pues se han firmado por "iniciativa de Colombia" y conellos se desea ir diseñando en el continente una política de vigor yproyecciones. Santander cree que con su aprobación se ha alcanzado "elacto más grande de su administración". Vuelve a ser palpable que sunoción del gobierno no tiene límites en la ambición de perfeccionarinstituciones y actividades.

La liberación del Perú

El 10de mayo de 1823 se dirige al senado de la República. Cuentacómo el Perú está en peligro, después de la acción de Moquegua dondederrotó a los patriotas el general español Canterac. Profundiza más ensus razonamientos: fuera de esta derrota, crece el escepticismo en unasociedad recién organizada; cuando siente tan poderoso al enemigo ycuando la penúltima administración del Perú causó tanto desaliento.

Como fue norma de su vida, vienen las exaltaciones para Bolivar:

"El Libertador presidente no ha vacilado en franquear auxilios'superabundantes" .

Lo hizo con las autorizaciones ilimitadas de la ley del 9 de octubre delaño 11 y agrega:

"Que se ha procedido con legalidad, utilidad y justicia".

Aduce otra serie de razones para justificar lo que se ha hecho.Manifiesta que el Libertador considera debe ir al Perú. Pide, a través

del vicepresidente, permiso para avanzar desde Guayaquil, donde seencuentra. Y agrega:

XXVII

"El poder ejecutivo y el Libertador presidente llenaron los deseosdel congreso".

Algunos autores han sugerido que Santander tuvo la vocación deretener el poder, especialmente cuando se presentó la disputa con Bolí-var, más tarde. El mismo dice cuáles son sus sentimientos:

"Al verme en la precisión de dirigir esta nota, siento el más vivodolor de concurrir con mi opinión a la ausencia temporal del Liber-tador presidente. Cuando admití por sus instancias el ejercicio de.poder ejecutivo, presumía que no sería dilatada la comisión delLibertador y lo veía en nuestro territorio. Aún sin terminarse lacampaña de Quito, empleé todos los esfuerzos posibles para incli-narlo a venir y tomar las riendas del gobierno; no una sino dos vecesle he instado con eficacia, muchas ocasiones le he escrito de oficio,confidencialmente y por medio de sus amigos a fin de destruir esarepugnancia invencible que ha mostrado al mando político, y ponerla República en la feliz situación de aprovecharse de sus luces,experiencia y reputación. Todo ha sido infructuoso. Parece que elcielo ha querido poner a Colombia en la dura prueba de experimen-tar a todos sus hijos, y reconocer si su existencia puede ser duraderamás allá de los días de su Libertador".

Invariablemente la loa encendida para Bolívar. Los mejores adjetivospara calificar sus acciones; los juicios más entusiastas para destacar susvirtudes. A la vez, Santander precisa, con elocuencia, lo difícil que es elgobierno de un "Estado nuevo". Que existe una vigilancia constante deEuropa. Y con énfasis ratifica que sale adelante con la cooperación de loslegisladores y la ayuda de las autoridades y vuelve a repetir que

"la República no experimentará detrimento en su marcha constitu-cional".

Los problemas de Guayana

Van quedando patentizadas las altísimas condiciones de gobernantede Santander. El 20 de mayo de 1823se dirige al presidente de la cámara

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de representantes, transmitiéndole las siete demandas que presenta ladiputación de Guayana:1. Creación de un nuevo departamento compuesto de las provincias de

Barinas y Guayana.2. Restablecimiento del batallón Angostura.3. Prohibición de reclutamiento.4. Asignación de dineros.5. Envío de eclesiásticos.6. Establecimiento de un colegio.7. Exención del pago de derechos de exportación.

Es prudente singularizar un rasgo característico de Santander: cadaacto de gObierno,. aspira a que sea cuidadosamente examinado por elcongreso. Es una constante manifestación derespeto a éste. Es expresiónde lo que para él representa aquél y la trascendencia que le otorga a cadaacto que él puede discutir. No desea que esté a la expectativa sinoconfundido con el mismo destino de la patria. Sus luces son indispensa-bles en lo más arduo de la labor del ejecutivo.

Otro rasgo de Santander: precisa todo ante el congreso. No consientelas materias sin calificación. No le entrega las demandas, sin él expresarsu pensamiento. No deja que prosperen los equívocos. Reseña en estadode claridad cada resolución, explicitando por qué obra así o por quéopina de esa manera. Sin menospreciar al congreso ni tratar de interferirsus funciones. Al contrario, invariablemente realza la tarea del parla-mento. Le da máxima relevancia. A la vez, le habla con mucha objetivi-dad. Así, va fortaleciendo su vocación de estabilizar ~n régimen demo-crático.

Al comentar el primer punto, la organización política del territorio,destaca que la gente respeta sus antiguas segregaciones o divisiones. No leagrada que las dividan. Rememóraque la provincia de Caracas fuevíctima de la guerra civil por pretender subdividir su territorio. Y enunciatodos los efectos de la propuesta: crear un departamento, produciría ladivisión de la "hermosa provincia de Caracas", se segregaría el Zulia, y sefijaría la capital de esta entidad departamental contra los intereses deAngostura y de Barinas. Esto requiere tiempo y

"nociones prácticas del territorio, que hoy no tiene el gobierno".

XXIX

En estas anotaciones, es impresionante la estrictez. Los ejemplos soncerteros y aleccionadores. Demuestra la apreciación acerca de la sensibi-lidad de los pueblos, que el que orienta debe respetar. Muestra losdesarreglos que se producirían. Así gobernar, es prevenir.

Para esto, es indispensable que el gobernante ilustre. Que se desta-quen ante la opinión las ventajas y las que trastornan el proceso social.Usando inclusive lo que Santander invocaba permanentemente comogran vehículo: la imprenta. Que la comunidad lea y sepa qué se le sugiere.Que que~e con el material para volverlo a analizar; para reexaminar laspropuestas o las respuestas. No es la noción omnipotente del poder.Termina por sentenciar:

"Una ley peligrosa por los efectos que puede producir en los pueblossin ilustración, es preciso prepararlos de antemano y convencerlosde su importancia y utilidad".

Para la Guayana se requiere una ley que no dé margen a la arbitrarie-dad, conceptúa. Avanza en sus juicios: si allí ha habido hostilidades hasido por los nuevos códigos, por "la infancia de nuestra sociedad" y,también, por los "hábitos de una guerra desordenada".

Cada vez son más irrebatibles sus condiciones de conductor; resplan-dece su lucidez sociológica de cómo se forman los pueblos; cómo hay queconducirlos a su felicidad.

La cercanía a lo democrático, no le permitía a muchos ciudadanos, lacerteza de sus deberes. Lo que desvela manejar la "infancia de unasociedad". Agrega que vivimos una guerra desordenada, sin rigores enlas reglas bélicas. Así se engendra un hombre díscolo. Igualmente, lainexperiencia de los hombres para gobernar con benignidad y modera-ción. Lo dice con humildad, sin alarde de soberbia. Como disculpándosede puntualizar los defectos de los otros. Termina sentenciando: "somostodos nuevos en esta carrera". Su preocupación es de que se gobiernebien y respetando la ley.

En cuanto a la segunda solicitud, el establecimiento del batallónAngostura, recalca que el ejecutivo va a distribuir las fuerzas. Indica quela petición está mal formulada, porque allí no se requiere infantería, sinoun astillero bien dotado y con competentes oficiales de marina. Ellosasegurarían la tranquilidad no sólo en el departamento, sino en el Orino-

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co. Declara con energía: "sin fondos no puede haber cuerpos". Impetraque el congreso provea el dinero y con éste habrá suficientes tropas detodo orden. La solución la enuncia con abundancia de datos, con razona-mientos lógicos.

La tercera solicitud, la prohibición de reclutamiento, tiene una pre-sentación odiosa, porque entrañaría un privilegio. Puede llevar a queotros departamentos se despueblen, para acogerse muchos habitantes aesa calidad favorable. Se debe estudiar de acuerdo con los equilibrios derecursos y con las demandas de la agricultura. Salta el sentido previsor de!quien gobierna. e l

j

No tiene reparos en cuanto a los auxilios pecuniarios, si los acuerda el ¡,)

legislativo.En cuanto al envío de tres eclesiásticos, 10juzga aconsejable. La gente

trabaja mejor, declara, donde hay sacerdotes. Caroní progresó gracias alos padres capuchinos. En Guayana hay que organizar un convento. Paraque suceda es indispensable que el legislativo y el gobierno le creenrentas, pues algunos querrán estar en otros territorios, de mejores pers-pectivas económicas. El Estado debe asumir esos costos. Que se le den al.gobierno disposiciones para el traslado de eclesiásticos, sin ser tildadocomo despótico, pues en ese momento "sólo por la fuerza se llevaneclesiásticos a Guayana".

La manera como razona Santander y presenta las perspectivas decada problema, demuestra su discernimiento, en cada materia, abundan-te en los detalles. La solidez en los juicios, orienta hacia lo que conviene.Lo que es pertinente. Algo más peculiar: aconseja la manera como sepuede hacer. No hay juego. Lo que se explicita es el conocimiento ypericia del conductor.

El colegio ha contado con la limitación de no tener información delgobernador -obedeciendo a una dirección del ejecutivo-, pues no haavisado "los fondos que debían servir para las casas de educación".Agrega con marcada intención:

"El ejecutivo jamás piensa que no se debe engañar a los pueblos conpalabras y papeles, sino que, poco a poco, y del modo que lopermitan las circunstancias, se les debe ir haciendo tocar palpable-mente los bienes de su independencia y libertad".

XXXI

Enemigo de la demagogia, no le gustaría que se dictase

"un decreto que apenas existiría sobre el papel, y que sólo serviríade pregonero de la importancia de llevarse a efecto".

En lo referente a la exoneración de derechos de aduana, declaraSantander que

"en una República donde se ha proclamado la igualdad, parececontradictorio un privilegio como el de que se trata, y sólo pudierajustificarlo una urgente necesidad. La esperanza de gozar del bien,mantiene al hombre con sufrimiento en sus privaciones, y si lospueblos desolados tienen el consuelo de que les ha de llegar su turnode exenciones, ellos proseguirán constantemente en la empresa deasegurar su independencia".

Es una concepción esencial en el gobierno: que la igualdad de oportu-nidades, debe ser acicate de la vida colectiva. No se pueden tomarmedidas que no den plenitud de la justicia a todos los pueblos. Porque sedesarmoniza el conjunto social.

Las juntas patrióticas

Santander, frente a la proliferación de juntas patrióticas, solicita quese reglamenten. No pueden actuar como ruedas sueltas. Inclusive enEspaña' tuvieron que dictarles un estatuto. Ellas, a veces fomentan lailustración y mejoran la calidad de los pueblos. Pero el tinte demagógicolas desborda de sus propósitos: tratan de imponer respeto a las autorida-des y a convertirse en legisladores.

El vicepresidente no acoge el bochinche como manera de gobernar.Ni tolera la influencia de quienes pretenden substituir el orden legítimo.No está estructurado para abrazar la arbitrariedad. No le interesa dedónde sale el exceso del poder para condenarlo. Es una permanente de suinteligencia y de su espíritu, Entiende que el pueblo debe actuar, indicarsus vocaciones democráticas, ayudar a consolidar el sistema republicano.Organizado, no puede intimidar al poder; ni tratar de substituir lasautoridades; ni mermar la capacidad de acción legislativa.

XXXII

No puede haber desorden en el gobierno

Las cartas de Santander a Bolívar, invariablemente van con abundan-tes noticias. En la del 6 de octubre de 1823, le hace relatos con datos queimpresionan por su riqueza de información. Su preocupación se centraen observar la vida internacional, siempre en relación con los intereses deColombia y nuestro continente. Por ello le cuenta qué ha pasado enPortugal; cuál es la suerte de los "españoles constitucionalistas"; dóndeestán ubicados los franceses en la península; cuál es la política de la SantaAlianza, la cual

"quiere hacer en el reino de Wurtemberg lo que ha hecho en Es-paña".

Para abundar, le remite gacetas francesas donde aparecen los diferen-tes aspectos del mundo. Es, así, impresionante su actitud de vigilancia.

A la vez, le comenta el nombramiento que ha hecho Bolívar deMonteagudo para representarnos en Méjico. Fue un acto con el cualpodrían presentarse confusiones. El, como hombre de gobierno, deseaevitarlas. Habla con franqueza, aun cuando en idioma de amistad yreconocimiento a los méritos del presidente titular. Pero no se permitelicencias en la vigilancia de cómo deben manejarse los asuntos delEstado. Por ello le habla a Bolívar sin ocultar su pensamiento:

"Permita usted que le declare que no ha parecido bien la misión deMonteagudo, porque damos la idea de que en Colombia hay dosgobiernos y estas cosas las reparan mucho en Europa, donde noatienden sino a la regularidad de nuestra marcha política. El gobier-no de Méjico se verá embarazado con dos ministros acreditados pordos distintas autoridades que no reconocen la constitución. Hahecho impresión ver a Sucre, llamarse comisionado del gobierno deColombia cuando no lo es, ni llamando la constitución gobiernosino al que despacha el poder ejecutivo, que bien puede ser elpresidente del senado. Yo. por mi parte. digo que cuanto usted haga esbueno: pero mi opinión no es la de la República. ni puedo con una manodeshacer lo que con la otra se trata de edificar. Si Monteagudo llevócarácter de ministro extraordinario, se podía exponer a no ser

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admitido, porque los ministros son nombrados, no por el presidentede la República, sino por el poder ejecutivo. Espero que usted noreconozca en esta franca exposición sino mis deseos de que las cosasmarchen con la regularidad que usted proclama y todos queremosseguir. Mi deferencia por lo que usted propone y hace es notoria yusted ha recibido pruebas incontestables".

Reafirma la tesis esencial de que el orden y la disciplina en el mandoadministrativo, son tan fundamentales como en el militar. Además,tratando de organizar un gobierno, en el momento en que se buscabareconocimiento de los otros Estados, para consolidar su presencia comonación, se debía obrar con la máxima serenidad y severidad. Esta nuevaadvertencia de su inteligencia avizora, nos indica cómo era la estrictavocación de gobernante que destaca a Santander.

La penosa situación del erario nacional

Al presidente de la cámara se dirige el6 de abril de 1824para hacerleuna presentación del déficit del erario nacional.

Al reseñar los embarazos que se atraviesan, hay, en mente, la defensade la libertad; la urgencia, en tan precarias limitaciones, de sostener losejércitos en el sur. No separa las gravísimas incidencias que tendría elabandonar la suerte de la empresa de Bolívar por falta de previsión yprovisión inmediatas. Insta en la grave calamidad por la cual atraviesanlas tropas, el aprieto para fortalecer la marina, pues los anuncios deinvasiones se escuchan permanentemente. Concluye diciendo que en lapenuria,

"la seguridad de la República no tiene otro garante que la fama desus recientes y pasadas glorias".

Lo preocupa la realidad de las provincias, que demandan todos losdías nuevos aportes económicos y es necesario sortear lo imprevistodentro de la administración. Se estaba montando, apenas, un sistema. Larealidad fue tan angustiosa que para poder atender a la burocracia tuvoque autorizar la rebaja en

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"la paga a las clases superiores y aumentando cuanto me pareciójusto y posible a las inferiores ... y me he sujetado a recibir de misasignaciones lo que buenamente se me pueda dar".

ciónPara obtener algunos elementos indispensables para la administra-,

"debo confesar que si no hubiera comprometido mi palabra convarios comerciantes de un modo capaz de inspirarles confianza",

no se habrían alcanzado. Mientras tanto se iban amotinando las tropas enSanta Marta, en el Zulia y hubo amagos en Neiva.

En la exposición, su mayor preocupación es la defensa del ejército.Juzga que no es posible que esté con tantas privaciones. Recalca que noha recibido sus mesadas hace diez meses. Y esto ha acrecentado losalborotos.

No se preocupa de presentar lo negativo, solamente. Con criterio deldestino futuro, Santander solicita ampliar el pie de fuerza para cumplirlos deberes en el sur, donde Bolívar adelanta la campaña. Entre todas lasprivaciones, sorprende que él esté mirando los deberes para afianzar lalibertad. Esta no se asegura en Colombia, concluye, si tenemos escollosen los países vecinos. Tiene un juicio integral acerca de la emancipación.El mismo que manifestaba cuando trataba las relaciones internacionales.Cuenta que los empréstitos internos no han logrado favorable acogida yse han visto obstaculizados. Vuelve a surgir su gran preocupación: el queno se vaya a debilitar la libertad alcanzada. Si España trata de invadir-nos, nadie resistirá. Por esto mismo, le presenta la realidad al congreso.Este debe tomar las medidas conducentes. Que no se alegue, mañana, queno se habló a tiempo y sin eludir los temas.

Amenazas de las potencias continentales europeas

Las amenazas de las potencias europeas, se reanudan. Así lo comunicaal presidente del senado el 14 de abril de 1824. Asevera que

"la política de las potencias continentales de Europa, principalmen-te después de la destrucción del sistema constitucional de la penín-sula, concurre ahora a dar nuevo vigor a aquellos temores".

xxxv

Los poderosos creen que

"los pueblos no pueden mejorar por sí solos su suerte sin el consenti-miento gratuito de aquellos".

Si se desea identificar sus temores, es bueno repasar la prensa de Parísy de San Petersburgo; o los discursos de los embajadores de la SantaAlianza ante el rey Fernando, cuando éste fue restablecido en el poder.

Las potencias europeas tratan de mezclarse en los negocios de estospaíses. Lo intentan de un extremo a otro del viejo continente. Informaque, recientemente, trató de desembarcar un agente de su "majestadcristianísima" en Cartagena, quien venía en un barco francés. No se ha-brían detenido tantos intentos, si no se hubieran puesto de nuestro lado,como sucedió, de manera resuelta, Washington y Saint James, contro-lando a los aliados de España.

Profundiza más en la complejidad de la postura al anunciar unpróximo rompimiento

"para cuya crisis es preciso estemos preparados de antemano connuestra acostumbrada energía".

Para encararla, es indispensable que el legislativo diga a quién puedeexpeler el ejecutivo. Porque, dice Santander, éste se siente frenado por elartículo 183, título 8, que dispensa protección a cualquier extranjero. Esotra vez el acatamiento a la carta magna, que es preocupación de suinteligencia. Solicita una ley que deniegue el derecho a entrar a lossúbditos de los países de la alianza con España, "si dieran el menorindicio de miras siniestras". Reclama autorizaciones para embargarpropiedades, prohibir comercio con sus puertos y declarar la guerra sifuere indispensable. España edita libelos infamándonos e incita a losafricanos, diciéndoles que viven en la degradación, a pesar de que

"por nuestras leyes fundamentales están incorporados a la masa delos ciudadanos y que por consiguiente disfrutan de todos los dere-chos".

Destaca, así, la política adoptada en la constituyente de Cúcuta,después de los elocuentes discursos de José Félix de Restrepo.

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Los sucesos son aún más alarmantes:

"No ha mucho tiempo que se vio en La Guaira a un jefe de SantoDomingo, o Haití, promoviendo entre ellas una revolución españo-la de acuerdo con los españoles de Puerto Cabello. Se han disemina-do, así mismo, espías de la misma isla de Haití por mucha parte delos departamentos de Venezuela, y aun de los naturales de Colom-bia adictos a la causa del rey, como se ha visto en Cumaná y otrospuntos, en que la actividad y vigilancia de las autoridades locales hasofocado el germen del mal. Estas ideas han cundido también pordesgracia en el Valle de Upar de la provincia de Santa Marta, a queha sido necesario ocurrir en tiempo para evitar consecuencias desas-trosas. Y si combinamos estos hechos aislados con los proyectos quehan abortado ha poco en Martinica, Jamaica y sobre todo enDemerari, se verá cuánto hay que recelar de semejante contagio".

Plantea que se comercia con Haití y que de allí salen "los predicado-res del desorden". O se prohíbe o se regula de otra manera el intercambio.

Después de leer todos los amagos de invasión; de levantar subversio-nes, de acicatear desórdenes en diversas comarcas, de estimular vocescontra la independencia y prometer diversas venturas si se apoya elregreso a las viejas fórmulas coloniales, se da el lector cuenta de que noera fácil mantener el equilibrio de la libertad. Esta se ve saeteada portodos los costados políticos. Así no se estaba lejano de otros e inconcebi-bles desafueros. Todo era bien difícil, intrincado, enmarañado en unEstado republicano que comenzaba. Y es, precisamente, lo que da ladimensión a Santander como gobernante.

Integración de la honorable Corte de Justicia

El 20de abril de 1824se dirige al presidente del senado para informar-le algunas novedades y pedirle fidelidad legislativa en otras. Cuenta quellenó unas plazas en la honorable Corte Suprema de Justicia, provisoria-mente. Hubo reclamos de ésta. Por lo tanto, pide que

"se dicte una norma clara que corte en lo sucesivo dudas de estanaturaleza, porque se había acostumbrado nombrar conjueces,pero así se viola el artículo 166 de la constitución".

XXXVII

Porfía en que haya rigor, pues no quiere que la facultad le quedeabierta. Ama el reglamento legal. Porque en su apremio de organizar unEstado, demanda más severidad, pues ha nacido entre resplandores defuego. Igualmente, precisa que la

"alta corte (señaló) dietas a los conjueces a costa de las partes",

y así no se podía obrar. Por lo tanto, espera un rigor claro. Que no hayaposibilidad de inventar salidas, ni a la honorable corte ni al mismogobierno. Porque él juzga aquel acto como

"una atribución ajena al poder judicial y opuesto a las disposicionesde las leyes vigentes".

Es la transparencia legal la que defiende.Como se ha observado, tiene la costumbre de mandar todos los

acuerdos y cada uno de los actos, al examen riguroso del congreso, y queéste dictamine. No quiere que prevalezca su criterio.

Que el legislativo vigile al máximo. Proclama el acatamiento a lasleyes "cuya línea de demarcación jamás ha pensado traspasar". Quiereobrar de conformidad con la carta magna. Lo que exige básicamente, esclaror. Que no haya normas incompletas. Como se está organizando laadministración pública, espera cooperación, con reglamentaciones ex-haustivas, que no permitan eljuego de interpretación, que, a veces, lleva ala arbitrariedad.

Las acciones españolas en el Perú, los sucesos de Europa y nuestra situación

Se han obtenido triunfos por el despotismo europeo, según lo comu-nica al presidente de la cámara de representantes, el23 de abril de 1824,yen el Perú los españoles han tenido algunos éxitos. España amenaza anuestro continente con la suerte de Piamonte, Nápoles y Portugal. Lasacechanzas son innumerables. El sistema liberal se ve entorpecido por laautoridad que tiene el poder absoluto. Y agrega:

"La República de Colombia, a la vanguardia de la revolución en elmundo fisico y moral, es el blanco de las empresas militares, y debe

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ser el de las maquinaciones secretas de todos nuestros enemigos; lasuerte del Perú le está tan íntimamente unida que perdida aquellaRepública, está inmediatamente a nuestras puertas un ejército for-midable".

Recalca:

"Legislar y gobernar en tiempo de calma y de tranquilidad, no espara hombres de genio superior, pero legislar y gobernar en díasrodeados de embarazos y obstáculos casi insuperables, es sólo paracolombianos".

Dice que pensaba retirarse del gobierno, pero que frente a tantashostilidades, allí permanecerá para hacer todo

"cuanto ordenen las leyes, la necesidad y mi propio deber".

Con lógica declara que

"el gobierno no ha dado auxilio alguno al Perú, porque no hay leyque lo haya autorizado, y las reglas de la conducta del gobierno sonlas leyes".

Reafirma: no predomina la voluntad omnímoda del gobernante ni elcapricho ni la emoción que lo embargue ni el sentimiento abierto fácil-mente a una solución ni lo imperioso de lo inmediato. Lo dice teniendoconocidos los peligros que hay para Colombia. No lo impulsa ningunaligereza.

Lo que impresiona en los escritos de Santander, es la luminosidad enel razonamiento. No se desvía de sus propios sentimientos. Plantea, lasconclusiones con escueta limpieza. Así lo declara en esta misiva:

"El gobierno no ha dado auxilio alguno al Perú, porque no hay leyque lo haya autorizado, y las reglas de la conducta del gobierno sonlas leyes. Si el Libertador ha creído necesario para cumplir lacomisión que voluntariamente se impuso de libertar al Perú, que elgobierno de Colombia pusiese a su disposición los pocos recursos

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con que apenas puede contar para defender la República, el Liberta-dor ha olvidado que el poder ejecutivo tiene un código de leyes a quésujetarse irremisiblemente y un cuerpo de los representantes de lanación donde se examina y se debe examinar escrupulosamente, si elejecutivo ha correspondido a los deberes para que lo ha constituidola misma nación".

Las disertaciones no son confusas: para actuar un gobierno se debeapoyar en ley expresa que lo faculte; a las que preexisten se debe ceñir elgobernante; y el congreso vive para juzgarlo. Aún más grave hubierasido el acto, si tenemos en cuenta las circunstancias desfavorables queenvolvían a nuestro territorio:

"Haber dispuesto de un hombre, de un fusil o de un cartucho enfavor de un Estado amigo, sin precedente ley que autorice el auxilio,yen circunstancias en que la República debía temer las empresas dela España y de la Santa Alianza, habría sido una falta grave en elgobierno, que no podía excusarse con la ley de facultades extraordi-narias".

Todo esto no lo limita en el interés de pedir que se cumpla con lasolicitud de Bolívar. Al contrario, dice qué acciones puede tomar y cuálesle corresponden al congreso. Su lógica en la toma de providencias, esresplandeciente por su orden y su severidad. No se desperdicia en divaga-cienes:

"El ejecutivo, apoyado en la constitución, repite al congreso que esnecesario el levantamiento de una fuerza respetable para ocurrir alsur y auxiliar al Libertador, según antes lo he indicado y creo que lacámara se inclina a decretarlo, como también los recursos suficien-tes para su reclutamiento, equipo, armamento, movimiento y sub-sistencia, y para comprar las provisiones navales para el comple-mento de las que se pidan y para reemplazar las que salgan ahora denuestros almacenes. Por mi parte daré órdenes para remitir volandoa Guayaquil los efectos navales que permitan evitar el mal surti-miento de nuestros almacenes".

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y agrega que desea obrar de acuerdo con el congreso; inclusive darletodos los informes y que

"de acuerdo hagamos, el ejecutivo y el legislativo, todo lo que seaconducente y necesario para conservar intacto el precioso tesoro dela independencia y libertad de Colombia, que hemos logrado des-pués de 14 años de sacrificios inmensos".

Expulsión de españoles y desafectos

Explica a la cámara de representantes, el 5 de mayo de 1824, cómofueron expulsados los españoles y los desafectos a la independencia. Darazón de la faena del general Carlos Soublette, la cual tuvo algunasinterferencias que, por fortuna, no impidieron que tuviera éxito. Reseñaotras que evidenciaban que aún subsistía algo de propensión hacia elantiguo poder. Pero la tarea se cumplió con abundancia de detalles, queejemplarizaban y nos libraban de futuras acechanzas. Sólo ha existido unobstáculo, que Santander, con juicio político, destruye:

"Ella solamente ha sido atacada por los escritores del periódico ElVenezolano. los que han visto la cuestión por ellado que nos podíaser perjudicial, es decir, en cuanto perdíamos hombres y capitales enlas personas expelidas, cuando necesitamos mucho de uno y de otro.Aunque esto puede ser cierto, entre diferentes males debe el políticoescoger el menor, y no hay duda de que nuestras circunstancias, si laexpulsión de españoles y desafectos nos trae la tranquilidad interiory la seguridad externa, debe realizarse aunque perdamos hombresenemigos y algunos capitales".

No desea que subsistan ambigüedades. Impetra, por lo tanto, que si seexpide una nueva ley, se contemplen varios aspectos:

1. Que se fijen con plenitud las circunstancias de invasión. Estasolicitud se basaba en el temor de que Espafta y Francia pudieran, comose aseguraba, apoyar a los soldados de Fernando VII;

2. Cuándo se debería juzgar que había peligro o conmoción interna.No debe tenerse en cuenta un término fijo, sino las circunstancias querodeen a los-hechos;

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3. Que se clasifiquen los individuos que han de ser expelidos:

"De este modo el ejecutivo y sus agentes tendrán reglas invariablesque deban seguir, evitándose quejas y arbitrariedades".

Era tan incipiente nuestra vida republicana, que se urgía de losdiferentes organismos públicos, mucha certeza en las disposiciones. Queellas no condujeran a vaguedades. La legislación debía dimanar delcongreso. El ejecutivo expresaba sus apreciaciones, que no eran enreve-sadas, y no soslayaba sus obligaciones y sus juicios. Pero pedía que sereglamentara, sin que el funcionario pudiera esquivar el cumplimiento dela norma.

Poderes dictatoriales a Bolívar en el Perú y solicitud de claridaden los de Colombia

Informa al senado, .el 17de mayo de 1824, que de acuerdo con la leydel 9 de octubre de 1811, se concedieron al presidente facultades extraor-dinarias. El Libertador presidente ha

"ejercido en efecto aquellas facultades extraordinarias en los depar-tamentos recién liberados de Quito y Guayaquil, que han estadobajo su inmediata inspección, sin que el poder ejecutivo haya inter-venido si no es en muy pocos negocios de aquellos departamentos yen los que no quería mezclarse el presidente".

Cuenta que debido a la pérdida de El Callao, el congreso del Perú leha dado a Bolívar poderes dictatoriales. Le asaltan dudas; desea conocerel pensamiento del legislativo para actuar de conformidad con éste, puesquiere que se hagan las definiciones a tiempo. Más adelante, pueden crear-se confusiones. Es el orden mental que no tolera perturbaciones ni desvia-ciones ni inmiscuirse en posibles errores. Quiere un gobierno sin sobre-saltos y sin torcidas intefpretaciones de la ley. Al efecto, consulta:

"De estas circunstancias peculiares en que se halla el presidente deColombia, resultan cuestiones importantes y dudas que para suresolución propongo al congreso, como encargado del poder ejecu-

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tivo. Sea la primera: ¿Ausente el Libertador y ejerciendo el mandosupremo de otro Estado, habrá por el mismo hecho cesado en elejercicio de las facultades extraordinarias que le confirió la ley de 9de octubre del año l12? ¿Continuará ejerciéndolas la persona aquien las delegó antes de su partida, respecto de los departamentosde Quito y Guayaquil, quedando sujeto al poder ejecutivo de laRepública? ¿Podrá el Libertador presidente comunicar órdenes quedesde el Perú deban cumplirse en el territorio de Colombia?

"Otra cuestión importante nace de las mismas singulares circuns-tancias en que se halla el presidente de la República. Tal es la de losgrados que confiera en las tropas colombianas mientras haga laguerra en el Perú y ejerza allí el mando supremo. ¿Deberán estosgrados ser reconocidos por el gobierno de Colombia luego que sustropas regresen a su territorio, o los oficiales serán consideradossolamente en el rango que antes obtenían? La resolución de éste y delos demás puntos que dejo indicados, es urgente y de la más altaimportancia para la marcha del gobierno .. Este nada desea tantocomo seguir por la senda constitucional, removiendo cualesquieradudas y dificultades.

"Espero, pues, que meditando el congreso con su detención yacostumbrada sabiduría los puntos que hoy sujeto a su considera-ción, los resolverá en la presente sesión del modo que juzgue másconveniente a la felicidad de la República".

Sobre el pie de fuerza

Los pueblos principiaban a resentirse por los continuos reclutamien-tos, dice Santander al presidente del senado, elll de enero de 1825.La leyde 6 de mayo de 1824,disponía que se hiciese por cincuenta mil hombres.

"En virtud del estado calamitoso de la península, reduje el contin-gente a 20.000".

Fue urgente hacerlo

"cuanto que los continuos reclutamientos que habíamos hecho du-rante seis años tienen considerablemente agobiada a la población".

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Igualmente, "existían varios cuerpos de milicias regularmente orga-nizadas". De los reclutados, 8.300 irán de inmediato para el Perú.Rememora que del año anterior a hoy "fueron cambiando las circunstan-cias en contra de la República".

Pasa a enumerar los escollos:

1. El Estado español renovó hostilidades;2. "La guerra del Perú" fue presentando mayores dificultades por la

perfidia de sus gobernantes;3. Los Estados Unidos comenzaron a predicar neutralidad;4. Inglaterra ofrecía "mayores dificultades" para reconocer nuestra in-

dependencia;5. La Santa Alianza ponía su influjo para "inclinar en contra de la

América a los gabinetes neutrales o amigos".

No se guarda sus enunciados. Va destacando las causas:

a) No había dinero para un contingente nuevo de cuarenta mil almas;b) Usar el empréstito daría para un año;e) Existía cansancio del pueblo para levantar ejércitos;d) Había agotamiento en la población;e) Repugnancia de dejar sus hogares para ir al Perú;f) El decreto de reclutamiento fue recibido con disgusto general.

El, pregunta al congreso si se podía avanzar hasta los cincuenta milhombres. Entrega su actitud ejecutiva al juzgamiento del congreso. Sinomitir en relatar que se han presentado demasiados disturbios:

"Dicté todas aquellas medidas enérgicas que fueran capaces derestablecer la tranquilidad en Margarita, Barcelona y Apure, yaprobé las que habían tomado las autoridades del Cauca, Apure,Zulia y Guayana; para castigar a los facciosos de Barcelona sonperseguidos tenazmente, los pueblos perturbadores. El éxito ha idocorrespondiendo a mis esperanzas: el Apure está tranquilo; Marga-rita ha vuelto sobre sus pasos; los han descansado de los recluta-mientos y están contentos con la milicia; las tropas son asistidas conregularidad, y si la España abandonara sus intentos, yo estoy seguro

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de que ahorraríamos muchos gastos en el ejército y daríamos alpueblo el día de mayor contento anunciándole que ya no habíanecesidad de frecuentes y precipitadas levas".

Así se gobernaba: entre penurias y disturbios; entre rebeliones ydesasosiegos colectivos. La mano firme del mandatario, devolvia lasaguas populares, encrespadas y díscolas, a sus cauces. Todo sin olvidarlos deberes con el congreso: éste debía juzgar, aprobar, impugnar, exal-tar, rechazar o elevar su consentimiento. Es otra escuela que propiciaSantander.

Relaciones con Guatemala

Santander al presidente del senado, el12 de enero de 1825,le comuni-ca que ha llegado un ministro acreditado de Guatemala. Que no lo harecibido por dos motivos:

1. Aquel1as provincias -que las l1aman "Provincias unidas del Cen-tro de América" - no han sido reconocidas como Estado soberano porColombia;

2. Porque habiendo sido Guatemala, parte, en algún tiempo deMéjico, no es factible reconocerla sin oír a éste que es nuestro aliado.

Ya le escribió al representante de Colombia en Méjico. Lo que vaquedando para advertir es la cautela, el tacto en lo internacional. Elpropósito del vicepresidente, ya expresado varias veces, era armonizarlos afanes del continente. Nuestras alianzas tenían una finalidad: afian-zar la libertad y evitar posibles brotes de hostilidad de España y de lospaíses europeos. E110requería firmeza y cálculo diplomático.

Cree que el reconocimiento debe ser un acto del legislativo. Agrega:

"Si el legislativo resuelve que sí, 'el gobierno de Colombia se hallaráasí expedito para firmar con Guatemala una convención de alianzay confederación perpetua'. 'Si después de esto Méjico conserva aúnalgunas pretensiones justas sobre aquel1as provincias, la Repúblicade Colombia no intervendrá en el1as porque la política no tieneprincipalmente otro objeto que combinar los esfuerzos de todosnuestros aliados contra un enemigo común que es España' ".

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Se hace apreciable cómo Santander prevé las diferentes variantes quepueden operar con el reconocimiento de Guatemala. Trata de manteneren el plano de la delicadeza las relaciones con Méjico. No intervenir ensus pretensiones. Tener estimulada la urgencia de unión de nuestrospueblos. Este es un objetivo ya demasiado recio en las decisiones y en lasexpresiones ejecutivas de Santander. El continente en atadura de integra-ción por encima de cualquier otro propósito.

Sobre acontecimientos del cantón de Caracas

Han ocurrido graves perturbaciones en Caracas, que tienen diversosmotivos. Así se lo informa al presidente del senado el 28de enero de 1825.Y agrega:

"Sería un verdadero fenómeno en política que una sociedad nacien-te marchase sin obstáculos y pequeñas oscilaciones hacia su prospe-ridad".

Como conductor indica errores, dificultades, lo que va amarrando alos desafectos, los despropósitos a que se inclinan, lo grave de lo que seenuncia, los desmanes que se crean con las prédicas. Analiza lo respectivo-de lo de hoy, de lo pretérito- que daña y conturba. Las noticias quearriban son del intendente y del comandante general de Venezuela. Sos-tienen que las tentativas son las de sublevar el país en favor del gobiernoespañol. Y aún "el mal no está cortado". Es extraño, comenta Santander,pues lo que pasa en Colombia se destaca

"como la marcha brillante que lleva y que publican observadoresimparciales por todo el mundo".

El, comenta que

"desde que Caracas fue incorporada en la República, y se anunció laconstitución de 1821, se ha pronunciado un partido contra lasinstituciones y régimen actual. No sé si en él se reúnen hombres

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absolutamente desafectos o se compone de patriotas reconocidos; lafama pública ha sostenido que este partido tiene de unos y de otros".

No se limita en hacer el enunciado. Profundiza en las causas:

l. Mayor número de españoles en Caracas, con conexiones y riquezasconjuntas;

2. La guerra a muerte "encendió pasiones y arraigó odio contra lospatriotas" ;

3. La indulgencia del Libertador en 1821 y la obligación de cumplir eltratado de regulación de la guerra, ayudaron a los españoles y criollos,aliados de éstos;

4. La ley de 1821"pudo haber librado a la República del maligno influjode tales enemigos".

El intendente Toro resolvió pelearle a Soublette. "Regresaron variossin conocimiento del ejecutivo" y "El país quedó plagado de desafectosde todas clases y estados". ,~

"Estoy muy distante de creer que los patriotas, es decir, los pocosque forman el club de oposición en Caracas. procedan de acuerdocon los enemigos en labrar la ruina de la República. No tengomotivos para juzgarlo, pero sí puedo asegurar que ellos contribuyenindirectamente a favorecer las miras .de la España, reducidas asembrar la desunión y encender la guerra civil".

Este párrafo divulga el cuidado que ponía Santander en no desatarninguna resistencia nueva, por culpa de sus palabras. Menciona unaparte de los patriotas -que está obrando de conformidad con losespañoles- con máximas delicadezas para no despertar mayores con-mociones y llamando su atención para que no persistan en las aprensio-nes que hacen daño a la patria. Es el equilibrio mental en la tormenta.

Vuelve a desentrañar qué daños se están produciendo:

a) Abusando de la imprenta, desacreditan la constitución;b) Atacan la unión Venezuela-Colombia;

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e) Se lanzan "especies odiosas" contra la residencia del gobierno enBogotá;

d) Ridiculizan al congreso y al ejecutivo;e) Atacan todas las leyes;f) Insultan a las autoridades departamentales;g) Incitan al pueblo alodio de las instituciones, leyes, congresos, ejecuti-

vos y toda autoridad;h) Existían más de cien oficiales americanos, de todas las graduaciones,

que habían servido al rey bajo el mando de Morillo y de Morales.

Como se puede observar, allí hay un fermento grave contra la consti-tución de 1821y contra la Gran Colombia. Ambas, nacieron con dificul-tades y sin afecto, por parte del Libertador, desde su origen en Cúcuta.

Santander plantea un enfoque de estadista. No se le escapa ningúndetalle, pero no levanta un solo adjetivo que pueda encender más laardentía de lo interno. Tiene leyes que lo autorizan para obrar, perocomo el artículo 128 de la constitución le reserva al congreso

"la facultad de ser el gran consejo del ejecutivo",

se somete mejor a éste. Evita que, por ser él parte de las autoridadescriticadas, sus acciones se puedan juzgar parcializadas. Apela a unainstancia de juicio crítico de donde le pueden venir nuevas venturas en lainspiración de las medidas que se deben tomar. Como no quiere dubita-ciones ni se las puede consentir el hombre de gobierno, habla con energía,indicando qué se debe hacer. Cada juicio va emergiendo explícito, sindudas, con valor, sin vacilaciones. Su criterio lo somete, como lo haceinvariablemente, a la decisión de los representantes del pueblo.

Novedades ocurridas en la isla de Margarita

Cuando se dirige a la cámara de representantes, el 31 de enero de1825, cuenta las novedades ocurridas en la isla de Margarita, lo mismoque una sedición en la provincia de Barcelona.

Evoca que es la tercera vez que ello sucede en Margarita: en 1819,cuando Bolívar envió a Urdaneta, en la campaña bravía de Morillo, y se

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sublevaron. En 1821, que concurrieron con trescientos hombres paracolaborar a ocupar a Caracas:

"La impunidad de estos dos atentados ha sido, sin duda alguna, lacausa que ha promovido el tercero, y si el gobierno pudo disimularlos primeros porque en aquéllas horas obraba discrecionalmente ysin responsabilidad, el poder ejecutivo actual se ve obligado asostener la constitución y las leyes, de cuyo cumplimiento es respon-sable".

Más adelante agrega:

"Es verdad que esta conmoción armada no amenazaba la indepen-dencia de la República, pero también lo es que ella minaba ydestruía el espíritu base de la unión e integridad de Colombia".

Es la certeza de que con la constitución no se retoza, Ni el gobernantepuede permitirse licencias con ella, ni éste puede soportar ligerezas frentea aquélla. Su actividad es de vigilancia, pero a la vez de aplicación de laconstitución y de las leyes. Es el orden que emana fácil del cumplimientode las normas.

Las propuestas son de gran dureza. No hay ninguna timidez en lasrecomendaciones. Los castigos que propone serán ejemplares. La aven-tura con el orden público, no puede estar a merced ni de los ambiciosos nide los aventureros. La unidad no puede conservarse cediendo a todas laspretensiones. La urgencia de que se sepa que existen unas jerarquías,trasciende en momentos en los cuales el pueblo está más fácil a lasturbulencias que al sosegado imperio del orden legal.

República Bolívar

La República Bolívar nació el 6 de agosto de 1825, aniversario deJunin, y "víspera-de la famosa Boyacá", que dirigió y ganó Santander.Con tal motivo, éste publica una bella página de elogios al Libertador.Lo hace sin reticencias. En plenitud de celebración de su gloria. Sonpalabras de consagración en las cuales resplandecen la admiración y elafecto.

XLIX

Sesiones extraordinarias del Congreso

EIIQ de mayo de 1826,cierra el congreso sus sesiones. El8 de mayo de1826, es convocado por Santander, apoyado en el artículo 115 de laconstitución. Lo hace por las siguientes razones:

Colombia no puede pagar los intereses de la deuda externa, ni abonarpara la amortización. El Perú resolvió negociar un empréstito paracancelarnos, pero ha tenido tropiezos. Reclama una ley que funde elcrédito público y cree un impuesto extraordinario auxiliar del mismo.Insiste en que se debe cumplir con los compromisos, porque, al nohacerlo, desmerece Colombia: la desacreditan sus enemigos; se cancela-ría el derecho al respeto; habla de "nuestra actitud política y moral paramantener nuestra posición en el orden de las sociedades".

Con el sentido del trabajo que lo distingue, le implora al congreso que"deben quedarnos algunos momentos libres que no es justo desperdi-ciar". Sugiere que se continúe el estudio del código penal.

Segunda renuncia de Santander a la vicepresidencia

El 25 de abril de 1827dirige una carta al congreso de la República enla cual declara que la gran obligación, es servir. Ratifica algo más:

"No sólo es buen patriota el que acude a servir a su país cuando lollama a un destino, sino también el que evita desempeñarlo habien-do riesgo de no hacer ningún bien".

Rememora que ha servido 17 años; que por el honor y grandeza deColombia, recibió heridas en los campos de batalla; que ha obedecidocuando ha habido urgencia de mantener la disciplina y el orden. Que hacumplido las más disímiles tareas en todos los aspectos. Desde el retiro deCasanare hasta la batalla de Boyacá, su conducta estuvo ceñida a comba-tir por la grandeza de la independencia. Que gobernó a Cundinamarca

"no para organizarlo y conservarlo solamente, sino para libertarlodel yugo español".

Fue llamado a la vicepresidencia en 1821 y

L

"cinco años he gobernado un pueblo ciertamente dócil y digno de lalibertad; pero recién salido de la más ignominiosa esclavitud, inex-perto, fácil de ser seducido, combatido por los elementos contra-rios, y reducido a la miseria por el régimen colonial y por la guerra".

Hace una afirmación que es indispensable subrayar:

"Yo no vine al gobierno a organizar y conservar, sino a crearlo todo,seguir el mandato de la ley fundamental y de la constitución. No tuvepor delante administración alguna que me sirviese de modelo paraconducirme en la mia. El primer ejecutivo nacional que tenia Colombiaera yo, cuya profesión según el sentir del Libertador, era un oficio demuerte".

Repite que el pueblo en 28 asambleas electorales, por más de dostercios, lo llamó dos veces a la vicepresidencia. Poco se publicó esteacontecimiento. Estallaron desórdenes en Venezuela.

Las razones de su renuncia las explica en estas serenas palabras. Es lavoz de un estadista:

"En esta virtud, señor, lleno del más profundo reconocimiento a lanación y al cuerpo representativo, y animado de los más puros ydesinteresados deseos, renuncio ante el congreso la vicepresidenciade la República, ~ que he sido llamado constitucionalmente por elpresente período. La renuncio porque no quiero servir en ella deobstáculo a la dicha y prosperidad de la República; la renuncio,porque no estando en armonía con los intempestivos pasos que handado algunos pueblos, no quiero verme otra vez abandonado en eldeber de sostener las instituciones; la renuncio, porque deseo verlaservida por quien pueda corregir los errores de mi administraciónpara el bien de la patria; la renuncio, porque jamás podré disimularnada que sea ilegal, turbulento y sedicioso; la renuncio, porquedebo cegar la fuente de donde se ha tomado recientemente la idea deimputarme rivalidad con el Libertador y perfidia a su amistad; larenuncio, porque debo procurar como buen patriota que ella nosirva otra vez de pretexto para turbar la tranquilidad interior yhollar el pacto social; la renuncio, porque deseo gozar de la vida

LI

privada y vindicar mi conducta y combatir a mis calumniadores; larenuncio, porque de este modo compruebo con hechos incuestiona-bles que no he tenido ni tengo más ambición que la de merecer por larectitud de mis procedimientos la estimación pública; la renuncio,en fin, porque mi salud está deteriorada con el trabajo del gobiernoy debo recuperarla. Tantas causas y todas justas, políticas y deconveniencia, deben decidir al congreso a usar de la autoridad que leda la ley y admitirme la presente dimisión. Así lo espero de vuestrarectitud y de vuestra consagración al bien de la nación".

Los hechos que se han sucedido tenían que precipitar la renuncia deSantander. La forma de encarar los acontecimientos y las soluciones a losconflictos, concordaban con su pensamiento de gobernante. La ocasiónle permitió formular dos declaraciones:

"Nací colombiano y moriré colombiano; las doctrinas republicanashan penetrado en mi espíritu, y nunca seré sino republicano".

Los sucesos habían sido diversos. Reseñamos algunos que justifican,ampliamente, la renuncia:

l. Durante meses Santander dirige a Bolívar cartas de una extrema ynoble generosidad, en las cuales le comunica que en Colombia no haysentimientos para imponer un gobierno por la fuerza. Los testimoniosson innumerables.

2. Santander indica que hay un rechazo a las actas que vienen hacien-do firmar amigos de Bolívar y que vuelcan las orientaciones republica-nas. Le hace informes detallados, en tono de profunda y generosa amis-tad. No hay una frase desequilibrada en la correspondencia de esa época,como no existió en cualquiera otra.

3. En esto coincidía con la hermana de Bolívar, María Antonia, lacual, igualmente, insistía en que no creyera en los Guzmanes que recogíanfirmas y que protestaban ser amigos del Libertador. Ella, fraternalmente,creía que le hacían daño.

4. Santander tuvo afán en que Bolívar regresara al poder. Su oposi-ción era a la actitud política de Bolívar, porque conturbaba tesis demo-cráticas que aquél juzgaba que no debían traicionarse.

LU

5. Santander, en una de las mismas cartas que se incluyen en estevolumen, explica que con los poderes que le otorga la constitución aBolívar, éste queda en capacidad de tomar las medidas extremas que seanurgentes. Con diligencia y prudencia se formarán los partidos aconseja-bles para modificar la constitución, sin violentar sus reglas. Que estoharía daño permanente a la República y al prestigio del mismo Bolívar.

6. Cuando Bolívar asoma a Bogotá, se le hace conocer el pensamientopopular en la Exposición que había preparado don Vicente Azuero y quese le entregó el 14 de noviembre de 18261•

7. Santander le informa a Bolívar de los acontecimientos de Valenciaen Venezuela, sucedidos en junio de 1826, y va precisando, sin omitirdato o detalle que ilustre, todo lo que se mueve por debajo en estamarejada de insurrección. El 21 de junio le hace la siguiente reflexión:

••...pero no tengo duda de que todos los desorganizadores trabajanpor llevar a cabo su proyecto de separar a Venezuela de la antigua'Nueva Granada' ".

Este sentimiento lo hemos leído en el curso de la lectura de estarecopilación. No era una expresión espontánea y que reflejase un instantepasional. Había una corriente subterránea que, permanentemente, insur-gía contra la Gran Colombia.

8. El congreso enjuicia a Páez. Santander le comunica a Bolívar que loacusan de "frioleras". Es el calificativo que emplea. Tiene la seguridad deque si se presenta al congreso, tendría un éxito total. Así se lo indica encarta al mismo Páez. De ella dijo el humanista y expresidente de Colom-bia, Eduardo Santos:

"Para evitar tamaña desventura escribió Santander el documentomás hermoso de nuestra historia: su carta al general Páez, en que le

. pedía que se sometiera a la ley y no destruyera el orden constitucio-nal de Colom bia. En todas las páginas de ese documento inmortalvibran el amor ardiente por la patria grande y por el ideal republica-no y una generosidad magnífica. Ante nada retrocede allí el generalSantander para salvar la unión colombiana. ¿Se cree que paralograrlo convenga su propio sacrificio y su retiro del mando? Losofrece sin vacilar. Tiende ambos brazos al caudillo rebelde y expresa

UII

con una emoción que, 115años más tarde, nos conmueve hasta en lomás hondo de nuestro ser. Un insigne historiador venezolano decla-ra que cuando escribía esa carta el general Santander, 'estabaejerciendo la enseñanza civil de la República', frase feliz que tam-bién es justa y exacta para el conjunto de su magna obra de gober-nante'".

9. En otros ensayos! he contado, detalladamente, cuál fue el compor-tamiento de Bolívar en su viaje a Venezuela para intervenir en el manejode estos asuntos. No vino Páez al congreso. Lo desconoció. Fue confir-mado en su poder político y militar. Se dejó la sensación de consentirparte de lo que allí había sucedido. Se relegaron los términos constitucio-nales y legales. Ello precipitó la disolución de la Gran Colombia.

Santander consideraba que había sido relevado de su cargo, pues nopodía concurrir con su silencio a la permanencia de la insurrección y eldesconocimiento de los cánones de la carta y de la legislación. Ese es elalcance de su renuncia.

Rompimiento de Bolivar con Santander

Santander le dirige una carta a Bolívar el29 de abril de 1827,en la cualle habla con serena grandeza de hombre:

"No puedo menos que agradecer a usted mucho su carta del 19demarzo, en que se sirve expresarme que le ahorre la molestia derecibir mis cartas, y que ya no me llamará su amigo".

Le ratifica que había demasiada gente empeñada en romper esaamistad. En que no perdurara. Que en cuanto ella estuviera viva, Bolívariba a estar recibiendo el influjo del pensamiento de Santander. Porqueéste no ocultaba su posición ideológica y dejar de señalar los peligros quese avecinaban para la patria y para el prestigio del Libertador.

Le repite todo lo que ha hecho por Bolívar, sin rehusar nada. No tratade disminuir lo que ha sido la parábola de su solidaridad.

Santander le insinúa a Bolívar cómo ha sido de intenso su sentido de laatadura a su nombre y a su gloria. Lo consigna:

LIV

"Debo sentir el más vivo pesar al verme defraudado del título deamigo que he sabido cultivar en una larga serie de pruebas y dehechos irrefragables que ninguno otro ha tenido ocasión de darle.Nueve años de estar contribuyendo de cuantos modos me ha sidodable al incremento de su gloria y al brillante éxito de sus empresaspatrióticas, como que merecían otro desenlace. Cuando eran muyseñalados sus amigos, y cuando los sucesos no habían borrado ensus enemigos la ojeriza con que le miraban, yo era fiel amigo deusted y el más sumiso y obediente de los que estaban bajo susórdenes. Yo, obedeciendo a usted cerca de su persona o lejos de supresencia, con tropas a mis órdenes lo mismo que sin ellas, en elprimer asiento de Colombia como en el último, constantementesometí mi voluntad a la de usted y me porté con lealtad y honradez.Yo... pero, ¿para qué me empeño en recordar unos hechos hartonotorios, si la sentencia está pronunciada y he de sufrirla?".

Finalmente, hay un párrafo de una grandeza espiritual que conmue-ve. Allí brota la honda sensibilidad que sacudía el alma del vicepresi-dente. Con arrebato sentimental declara:

"Mis votos serán siempre por su salud y prosperidad; mi corazónsiempre amará a usted con gratitud; mi mano jamás escribirá unalínea que pueda perjudicarle; aunque usted no me llame en toda suvida ni me crea su amigo, yo lo seré perpetuamente con sentimientosde profundo respeto y de justa consideración".

Acerca de las funciones administrativas desempeñadas por Santander

Alega Santander que el 12 de mayo de 1827 deberia juramentarse,nuevamente, como vicepresidente. No lo hace, pues espera que el con-greso

"pronuncie el juicio competente sobre mi buena o mala conducta delas funciones administrativas que he desempeñado".

Plantea por qué se le debe juzgar:

LV

"Las turbulencias de Venezuela han acumulado sobre el poderejecutivo una multitud de acusaciones que es preciso examinar; lanegociación y administración del empréstito de 1824 ha servido depretexto a la ignorancia y a la perversidad para arrojar dudasdeshonrosas sobre la conducta del gobierno, y esjusto aclararlas. Heaquí, señor, los dos puntos principales a que deseo que el congresocontraiga sus investigaciones y su juicio, sin que se crea por esto quetemo el que se extiendan a cualquier otro objeto de las atribucionesdel poder ejecutivo".

"No tomaré ninguna resolución antes de que el congreso impar-ta la suya de los puntos que acabo de exponerle, porque si soyrealmente delincuente, quiero ser el primer magistrado de Colombiadestituido de sus funciones por sólo el ministerio de la ley, y si no losoy, quiero oírlo de bocade los representantes del pueblo y saber quehe renunciado la vicepresidencia de Colombia, no porque una malaconducta me haya hecho desmerecerla, sino por causas honrosas ybenéficas a la patria y que acreditarán siempre mi desinteresado ypuro patriotismo".

En otro aparte, hace hincapié en que

"lejos de que me cause rubor el provocar un juicio nacional ypresentarme a él, me glorío, señor, de requerir a mis enemigos queme acusen, y de someterme a las leyes en una época en que tanto selas ha ultrajado, y en que somos muy señalados los que las hemosvenerado con firmeza".

Lo primero que hay que relievar es el respeto al congreso. Su juicio loacepta como sentimiento popular. No quiere tener poder, para que susenemigos puedan levantar todas las acusaciones contra su nombre. Ejem-plariza cuando se desconocen las normas constitucionales y legales, élaspira a que tengan plena vigencia aquellas. Es una ratificación de lo queha sido su constante de gobernante y de político. No tolera la clemencia.Ni trata de menospreciar a sus enemigos, a quienes no califica. Losemplaza para que digan todo lo que tengan acumulado contra su reputa-ción; los cita para responderles. Quedan en evidencia el carácter, la

LVI

dignidad, la severidad. No tolera que se atrevan con su honor. Hay algomuy importante, que se debe singularizar: a Santander lo que le importaes que el juicio se cumpla "en desagravio de los u/trajes que han recibido/asleyes".

El mensaje sobresale por el exceso de firmeza. No confunde. Nopermite desviar el debate.

Acerca del empréstito, al cual se hacen referencias, sin que se puntua-lice el origen de las aseveraciones, es bueno singularizar algunos he-chos. El primer empréstito se consiguió para pagar muchas de las acreen-cias que ya existían. Antonio María Barriga Villalba" enumera quiénesactuaron para adquirir aquellas:

l. Luis López Méndez, quien fue nombrado por Bolívar, agentedesde 1817,logró "enviar material de guerra y barcos para la armada delalmirante Brion, para la expedición del coronel Elson y la del coronelEnglish. Todo a crédito y prestando dinero para el pago de oficiales ysoldados" .

2. Don José María del Real, acreditado ante su majestad británica ypor las provincias confederadas de la Nueva Granada, "envió elementosde la propia expedición del general Me Gregor";

3. "Es bueno recordar que el mismo Libertador preparó desde 1816yllevó a cabo la fantástica y efectiva Expedición de los Cayos, todo, absolu-tamente todo, a debe".

4. Zea viajó a negociar. "Recibió de manos del propio Libertador, el24 de diciembre de 1819, las órdenes más completas para los finesdiplomáticos y financieros que se necesitaban ... ". "A la llegada delvicepresidente (Zea) a Londres, los numerosos acreedores lo asediaronprácticamente. Abrió oficina especial para atender los reclamos, y pudocomprobar el pésimo estado del crédito del país y el valor nulo a quepodrfan llegar los documentos crediticios. Era un ambiente imposible parasolicitar ayuda financiera".

David Bushnell, profesor estadounidense y autor de un importantelibros, hace referencia a los siguientes hechos que notifican en demasíacuál era el clima que se vivía en cuanto a los empréstitos:

a) "Se retenían ciertas sumas en Londres, destinadas al pago deintereses futuros, a comisiones, etc., de manera que solamente un tercio

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del crédito debía pagarse en efectivo y sin embargo no toda esa suma seentregó realmente".

b) Tanto Zea, como López Méndez, quien obraba a nombre deVenezuela, se extralimitaron en sus funciones y "el gobierno se negó aasumir la responsabilidad por los 2.000.000, que fue el último compro-miso".

e) El general Soublette, como jefe superior de Venezuela, emitióórdenes de pago, apoyado en ese empréstito.

d) En 1824 se consiguieron otras 4.750.000 libras (20.000.000). Eldescuento fue del 15% y los intereses del 6%.

e) El venezolano José Rafael Revenga dijo que había otra firma quedaría ese dinero en mejores condiciones. "Ninguno de estos puntos pudoaclararse realmente, pues las acusaciones de Revenga no estaban basadasen pruebas documentales sino únicamente en su interpretación personalde lo que la firma inversionista rival había querido decir en su oferta";

f) "Los cargos se convirtieron en caballo de batalla de La Gaceta deCartagena, que estaba dirigida por Juan Bautista Calcaño, agitadorvenezolano" ;

g) Lo que decía Calcaño lo repetía en el congreso Juan de FranciscoMartín, rico comerciante cartagenero. Más adelante anota Bushnell que"De Francisco hizo también uso en una extensión de por lo menos$120.000 ... sin que tuviera que adelantar la suma total de pesos al obtenerlas órdenes de pago en Colombia". ¿Un privilegio? ¿En qué instanteresolvió arremeter contra la administración?, es la pregunta que se debeformular;

h) Todos los ataques al empréstito fueron coreados con vigor por lasfracciones disidentes en Venezuela, mientras el sacerdote caraqueño JoséAntonio Pérez secundó en la cámara de representantes las arremetidas deDe Francisco;

i) El empréstito fue de 30.000.000.00, de los cuales 10.000.000.00 sedestinaron a pagar el de Zea;

j) Hay que descontar las tasas de descuento, el pago anticipado de dosaños de intereses, las comisiones, etc.;

k) Si hubo ganancias ilícitas "probablemente ... fue a manos de loscostosos proveedores extranjeros".

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1) Después de un largo examen de cómo se invirtió el empréstito,concluye Bushnell, esto no significa que Santander y sus ministros estu-vieran asaltando personalmente el tesoro. Y más adelante afirma: "elhecho de que nunca haya existido una prueba concreta de tales irregulari-dades, es por lo menos significativo".

Renueva su renuncia

El 16 de mayo de 1827, se dirige, nuevamente, al congreso de laRepública de Colombia, diciéndole:

"Ayer supe que hoy deben reunirse ambas cámaras para tomar enconsideración la renuncia que el Libertador ha hecho de la presiden-cia del Estado, y aprovecho tan preciosa ocasión para rogar alcongreso se sirva tomar también en consideración la mía ... No soyhipócrita, mi lengua habla lo que mi corazón siente. En las actualescircunstancias, lejos de ser útil a mi patria, puedo ser perjudicial.Mientras que no haya un acuerdo sincero, firme y absoluto entre lospartidos y las autoridades, mi destino no servirá sino de estorbo albien que el congreso pueda obrar. Acusado de enemigo de losgrandes planes que se proyectan, y de entusiasta fanático de lasinstituciones que nos rigen, mis palabras y mis obras tendrán en elconcepto de los anticonstitucionalistas el sello de la parcialidad, demiras ambiciosas, de rivalidad con el primer ciudadano del Estado,y de perjuicio para los pueblos ...".

Santander no tolera que se aplace tomar una resolución hasta tantovenga el Libertador para que lo reemplace. Considera que ello es inadmi-sible, porque demuestra falta de seriedad en el cuerpo representativo. Elno puede admitir que ello suceda, porque no le da crédito a que elcongreso pueda actuar con esas parquedades.

Viene la votación: la renuncia de Bolívar no la aceptan 50votos contra24. La de Santander se.rechaza por 70 votos contra cuatro. Está expresa-da la voluntad ciudadana. Y se manifiesta cuál es el criterio político quepredomina en Colombia.

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Acerca de los sucesos de Lima

Cuando le cursa un mensaje el 25 de mayo de 1827al presidente de lacámara en cuanto a los sucesos del mes de enero en Lima, señala cuál fuela reacción del ejecutivo, declarando que "el acto de indisciplina no hapodido aprobarlo el gobierno".

Hace una observación pertinente:

"Yo no encuentro la razón de diferencia, y me parece que desde quese fabricó impunemente en Valencia el primer eslabón de la cadenade tumultos y de infracciones de las leyes, no ha podido castigarse alos que fabricaron el último en Lima".

Se detiene en indicar los argumentos y las medidas que se han tomado,en el año de 1826,y que seguramente influyeron en las tropas en enero de1827:

"El Libertador había corrido un velo sobre todos los acontecimien-tos que habían trastornado la República, sin entrar a examinar sihubo razón para desobedecer al senado y al ejecutivo, para deponerlas autoridades designadas por el gobierno, y ~ara celebrar actas quelas leyes no autorizan; su objeto ha sido reconciliar los ánimos,volver las cosas a su estado natural, no hacer cargos a ningúndelincuente, olvidar, en fin, todos los hechos inconstitucionales ycontrarios a las leyes civiles y a las militares. Esto mismo es lo que haejecutado el gobierno con los actos del 26 de enero: no desesperar asus autores, excusarles de algún modo sus faltas, abrirle campos alarrepentimiento, y correr un velo sobre cualquier exceso que come-tieran en el dicho acontecimiento. El ejecutivo no se ha separado unpunto de esa línea adoptada por el Libertador, verdaderamentelaudable y especialmente útil a la reconciliación general. Habría sidoun acto de la más detestable injusticia castigar a los oficiales denuestra división por un hecho que, semejante a otros ocurridos enColombia, había merecido de parte del Libertador disculpas, per-dón y olvido. Nos habríamos hecho acreedores a la más justacensura y aun a la execración general, si hubiéramos sido severos yrígidos con los que, quebrantando las leyesmilitares, habían renova-

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do sus protestas de sostener las instituciones y el honor de la patriaen los días de su aflicción, cuando ya habíamos sido indulgentes ycompasivos con los que habían hollado sus mismas leyes y mancha-do el lustre de la República saltando por las b~rreras que ellas leshabían fijado".

Lo que expone, es que el no tomar las providencias recomendables atiempo, desquicia al Estado. El gobierno pierde autoridad y cuandoquiere exigir comportamiento ajustado a la ley, no encuentra respuestas.Se deben tener en cuenta las circunstancias políticas, pero no supeditar aéstas el acatamiento a las normas, sino se desean peores desequilibrios enel futuro.

El armisticio con España

Una vez más, lo internacional es la preocupación primordial delpensamiento de hombre de gobierno que distingue a Santander. El 25 demayo de 1827,por conducto del presidente del senado, les hace entrega alos representantes del pueblo de varios documentos en los cuales se hablade un posible armisticio con España. Lo considera esencial para seguirimpulsando los actos de crecimiento de las diversas actividades en laRepública. En esa acción intervienen los Estados Unidos, Rusia, Lon-dres. Se "hubieran curado en gran parte los males de que adolece laRepública, especialmente en el departamento de hacienda". Llama laatención con preocupación: España, para no firmarlo, se ha apoyado "ennuestras desavenencias internas". Para lograrlo, se tuvo la solidaridad delPerú. Méjico, en cambio, expresa que cree que sólo se allana España a laindependencia cuando sienta el imperio del acoso.

Convocatoria de la convención de Ocaña

Sabemos todos que las actas que se firmaban estaban dirigidas haciala dictadura, para el desconocimiento de la constitución de 1821.Contraella ya se han intentado varias rebeliones en Venezuela. Las relaciones deSantander y Bolívar han sufrido desajustes precisamente por la posición

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de aquél al criticar, de la forma más alta y noble, estos propósitos. Lasdesavenencias no fueron personales. Tenían un alto alcance ideológico.Representaban dos maneras de comprender el gobierno. Las diferenciaseran sustanciales. Tenían una trascendencia total, porque se definían loscaminos que transitaría el país: democracia o dictadura. A la primeraestaba adicto, con razonado juicio, Santander. Bolívar creía, siguiendosus enunciados desde la Carta de Jamaica y más tarde plasmados en laconstitución de Bolivia, que era recomendable la dictadura.

Pues bien: el 5 de julio de 1827, Jerónimo Torres, como presidentedel congreso, le envía al vicepresidente encargado del poder ejecutivo un"proyecto de decreto".

A pesar de que tendía a reunir una convención para la reforma de laconstitución, decía:

"Al mismo tiempo juzga el congreso que en todo caso deben respe-tarse, por la convención, las disposiciones contenidas en las seccio-nes primera del título primero y segunda del título segundo de laconstitución; y desde ahora por sí y a nombre del pueblo, cuyarepresentación ejerce, y que por medio de sus diputados en elcongreso general de 1821,se impusieron las leyes allí contenidas co-mo condiciones perpetuas e irrevocables de su pacto social; declara yprotesta solemnemente que será contra sus deseos e intencionescualquier acto por el cual se destruyan o alteren las bases quecontienen las secciones precitadas".

Para mayor precisión, leamos a qué partes se hace mención y cuál essu alcance. La sección primera del título primero dice:

"Sección 1. De la nación colombiana."Artículo primero: La nación colombiana es para siempre, e

irrevocablemente, libre e independiente de la monarquía española; yde cualquiera otra potencia o dominación extranjera; y no es, ni seránunca, el patrimonio de ninguna familia ni persona".

"Artículo segundo: La soberanía reside en la nación. Los magis-trados y oficiales del gobierno investidos de cualquier especie deautoridad, son sus agentes o comisarios y responsables a ella de suconducta pública.

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"Articulo tercero: Es un deber de la nación proteger, por leyessabias y equitativas la libertad, la seguridad, la propiedad y laigualdad de todos los colombianos".

y la sección segunda del título segundo de la misma dice:

"Sección 11.Del gobierno de Colombia."Artículo noveno: El gobierno de Colombia es popular y repre-

sentativo."Artículo décimo: El pueblo no ejercerá por sí mismo otras

atribuciones de la soberanía que la de las elecciones primarias, nidepositará el ejercicio de ella en unas solas manos. El poder supremoestará dividido para su administración en legislativo, ejecutivo yjudicial.

"Artículo decimoprimero: El poder de dar leyes corresponde alcongreso; el de hacer que se ejecuten, al presidente de la República; yel de aplicarlas en las causas civiles y criminales, a los tribunales yjuzgados" .

La vocación democrática no sufría perturbaciones. Hacer esa aclara-ción cuando Bolívar persistía en sus criterios dictatoriales, era ponerleunos parámetros democráticos a gravitar, que debian continuar operan-do en Colombia.

El encargado del poder ejecutivo, devuelve el proyecto al congreso el28 de julio con una serie de observaciones:

"Pocas cuestiones o casi ninguna se han presentado a la considera-ción del gobierno de la República de una naturaleza tan grave y detantas consecuencias como la presente y, por lo mismo, en ninguname he visto tan acosado de dudas y del temor de una enormeresponsabilidad" .

Hace una distinción: el primer punto para resolver: ¿Puede efectuarsela reunión de la convención antes del transcurso de los diez años? Segun-da: ¿Se puede hacer mediante interpretación del artículo 189de la mismaconstitución?

"Mi respuesta -dice Santander- en el primer caso, es claramentenegativa. Al dar esta opinión parto del principio de que los poderes

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constitucionales son limitados y de que ninguno tiene más necesidadde reducirse a términos precisos que el cuerpo legislativo".

Agrega más adelante:

"Desde que un cuerpo legislativo, que debe su origen y su poder a laconstitución del Estado, traspasa los límites que ella le ha prescrito,sus resoluciones no tienen fuerza de ley o pueden desobedecerselegítimamente" .

"La solución de esta cuestión no interesa sólo a Colombia,interesa también al orden social, a la estabilidad de las leyes y de losgobiernos, porque ella va a consagrar o proscribir la injerencia de lafuerza armada en los cambios políticos".

Luego aclara: no han pedido el cambio

"ni la mayoría de los departamentos ni la mayoría numérica de loscolombianos" .

"Las agitaciones -dice Santander- en que ha estado envueltala República de un año a esta parte, los partidos que la han disocia-do, la mengua que ha sufrido la constitución en su fuerza moral, elentorpecimiento de la acción de las leyes y del gobierno, los votosque se han emitido en favor de las reformas y los síntomas dedisociación que se han apercibido, todo es obra de la insubordina-ción, de la violencia y de asonadas de la milicia. El primer grito porreformas se dio en Valencia, y los actos que le precedieron son yademasiado notorios para que vuelva a repetirlos; los pueblos de loscantones de Venezuela correspondieron al llamamiento, menospor deliberación de espontánea voluntad, que por temor a la fuerzaque había expresado sostener los escándalos de Valencia. La fuerzaarmada fue la que sometió al pueblo de Apure y la que intimidó a lospueblos del Istmo, Cartagena, Guayaquil, y Ecuador. Los apóstolesde las reformas en Valencia fueron los mismos que ya habíancometido el atentado de sacudir la obediencia debida al senado, algobierno ejecutivo y a las leyes; ellos abrazaron el partido de acoger-se a la inmunidad, de pedir reformas, porque así creyeron cohones-tar su levantamiento y disminuirla gravedad de su falta, a la manera

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como un homicida o un salteadorcreen ser absueltos de su delito conrefugiarse en una iglesia que goza del privilegio del asilo".

y más adelante agrega:

"La incapacidad que se supone al ejecutivo para restablecer lapaz y la marcha tranquila del sistema y que implícitamente tambiénse atribuye al congreso, no dimana, en mi opinión, de falta demedios, de energia ni de cooperación de una parte considerable de laRepública, sino del enorme contrapeso que opone la persuasión enque está el Libertador de que ella desea la anticipación de la granconvención, independientemente de los odios y venganzas persona-les que se han dejado traslucir contra el actual encargado del gobier-no".

Santander preveía lo que se iba a suscitar en el país. Persistía con sustesis ante el congreso:

"Esas actas ilegales y tumultuarias cuyo origen nadie desconoce,esos periódicos que han dictado el odio y las personalidades, esasasonadas de que la milicia ha dado repetidos ejemplos, permítameelcongreso decir que son fuentes turbias en las cuales no se puedetomar la verdadera opinión nacional de un pueblo. Desde el mo-mento en que el congreso se apoye en los votos emitidos por lasreformas, deja sancionado el modo de manifestar aversión a unsistema y ha abierto la puerta para que en lo sucesivo, en casossemejantes al en que hemos estado en 1826, se emitan votos contra elsistema por los mismos medios reprobados con que se ha verificadoahora. Ninguna constitución es capaz de conciliar los interesesencontrados de un pueblo; cualquiera que sea la que se sanciorie en lagran convención dejará descontentos y si estos la pueden amenazaraun cuando se forme con todos los caracteres de legitimidad quereconoce el derecho polí tico, ¿no está más expuesta a sus amenazas ya su destrucción dejándoles libres las avenidas de emitir sus votospor medios tumultuarios? Nada adelantará Colombia con que en elpresente afio y en el siguiente se restablezca la concordia nacional yse abran las fuentes de su prosperidad por medio de la reunión de la

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convención, si al año siguiente o después han -de renovarse lasagitaciones, la desconfianza general. su deshonra y quizá la guerradoméstica, por causa de haberse apoyado hoy la convocatoria de laconvención en principios anárquicos y destructores de la estabilidadde los gobiernos. Yo ruego al congreso encarecidamente que meditecon su acostumbrada sabiduría los riesgos a que expone al buenpueblo colombiano, si insiste en apoyar su resolución en los pronun-ciamientos que se han hecho hasta ahora en algunos departamentosde la República contra las actuales instituciones".

Lo que dijo e/26' de mayo de 1827

Santander en el mensaje de objeciones dice:

"Yo recuerdo en esta parte y pido que se examine nuevamente elmensaje del ejecutivo del 26 de mayo, en que presenté al congreso laopinión del gobierno sobre elmodo de reconciliar a los colombianosen la presente crisis".

Repasemos ese documento unido entrañablemente al anterior. Debe-mos declarar que esde excepcional alcance. Dentro del desvelo concilia-dor que lo distingue, no omite hacer las críticas' pertinentes de los fe-nómenos nacionales. Una vez más, la lucidez es otro de los recursosprimordiales con que trabaja la inteligencia de Santander. El principiapor insistir en que

"no pudiendo ni debiendo' guardar silencio en la ocasión precisa dehablar, me veo forzado, en cumplimiento de mis deberes y por elbien público, a presentar al congreso el resultado demisobservacio-nes",

Lo primero que sugiere es que si se desea algo benéfico para la Ilación,lo fundamentales "conformar un plan uniforme sobre el cual giren todaslas medidas".

Porque es gravísimo

"la esfera a la cual están reducidos los poderes de la autoridadnacional. Pero no puedo prescindir de llamar la atención del con-

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greso al estado presente de la República: verse cuatro departamen-tos del norte sustraídos provisionalmente de la dependencia: delgobierno nacional por un decreto del Libertador; entre ellos seenumeran varias provincias que siempre se mantuvieron fieles a lasleyes y al gobierno como las de Barinas; Mérida y Guayana; otrasque sostuvieron al menos ostensiblemente lo que llaman causa de lasreformas, y otras que aún subsisten agitadas en el departamento deMaturín, y todas sujetas a tribunales ilegales, a un nuevo arreglo dehacienda, y, en una palabra, a facultades extraordinarias".

Realmente las medidas de Bolívar tienen un alcance mayor del que seha juzgado hasta ahora.

En cuanto a la reforma de la constitución existe "no poca vacilaciónsobre la conveniencia de reformarla".

Para Santander se presentan dos temas radicales: el estado politiconacional, que es el básico, y la penuria de la hacienda pública. Superadoaquel estado de incertidumbre, cree que la segunda causa de preocupa-ción puede manejarse con buenos resultados.

Se debe actuar de inmediato, pues la condición es aflictiva: nose pagaa los empleados civiles ni a los militares y no se atiende la deuda pública.

Santander señala muy explícitamente cómodebe comportarse el con-greso:

"No puede por consiguiente el congreso subirse una línea más alláde los límites prefijados en la constitución, so pena de verse desobe-decido plenamente y de dar armas al descontento y a la ambiciónpara echar a tierra cuanto hoy edificara en virtud de faculta<:iesqueno tiene".

Para serenar a los combatientes, para recobrar el ambiente de eficaciadel gobierno yde la ley frente a todo el turbión de incomprensiones que seha acumulado, sería factible una amnistia. Inclusive él ocuparla a quienesgozaran de ese beneficio. Porque hay urgencia: social de reconstruir launidad y fijar preceptos prístinos hacia el futuro. Juzga que el congresodebe preocuparse preferentemente de esta ley.

No puede tolerarse más la reunión de asambleas irregulares, que notienen reglamentación. Debe dictarse una ley para que los conspiradores

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sepan a qué regulación deben ajustar su conducta o de resto tendrán loscastigos previstos. Lo mismo que es inaplazable que el ejército tengauna ley

"severa de responsabilidad para los casos en que emplee su poderque la nación le ha confiado, contra su régimen político, sus leyes ysus autoridades constituidas. Estas disposiciones deben ser parte deuna ley sobre conspiraciones".

Se permite anotar que aquellas las solicitó en otras legislaturas. Lalentitud en adoptar las medidas, produjo los desequilibrios que seestabanviviendo. No hay que mirar los acontecimientos como pasajeros. No. Seatentó contra la unidad nacional. Y así fue, porque ese es el comienzopara la desintegración futura de la Gran Colombia. De esa manera serompió en 1826, en Valencia, la fuerza moral que tenía el país.

Repasa cómo las autoridades no sabían cuál era su deber. Algunas seinclinaron a ser complacientes. Otras dudaban. Para otras

"era forzoso el disimular para impedir que el empleado suspenso desu destino por negligente y el ciudadano castigado por haber eludidola ley, se reuniesen al partido enemigo del orden constitucional".

Sólo nos salva el "bien de la rigidez". Se solicita que se le otorgue aquien gobierne "un poder fuerte, inmediato y activo en el cual reprimael conato de eludir las leyes por menosprecio o frialdad ...".

Entra a contemplar las dificultades que se han creado en el ejércitocon todos los desarreglos que se han producido:

"Es harto notorio que una de las causas que han influido en agriarlos ánimos y refrescar antiguas y perniciosas rivalidades, han sido laspromociones a grados superiores que el Libertador en uso de faculta-des extraordinarias ha decretado, y muchos de ellos a favor de losque más se han esmerado en atacar el régimen político y sostener susagitaciones" .

En el texto de este documento, debemos subrayar dos hechos impor-tantísimos. El primero, que Santander no evita señalar fallas que pueden

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ser acumuladas a su gobierno. En segundo lugar, que no vela, conprudencia, reticencias o mañosidades, lo que piensa de cómo ha actuadoBolívar. Sus juicios son de extrema severidad. No elude su pensamiento.Al contrario, irrumpe exacto, sin titubeos, y dice sus aseveraciones sinrománticos despliegues retóricos, pero sin que extremen las confusionespolíticas. Su prosa de gran serenidad, reflexiva y ordenada, va condenan-do lo que le corresponde a su período y lo que dimana de la política delLibertador.

Puntualiza por qué se ha tenido prudencia en la exaltación de losgrados y por qué es perjudicial usar las facultades extraordinarias cuandoéstas van a crear desniveles:

"La ley, por una parte, había resistido el número de los generales ycoroneles efectivos, así para disminuir el excedente como para eco-nomizar gastos; por otra parte, el gobierno no era capaz de resolver-se a dejar un funesto ejemplo en Colombia de hacer uso de faculta-des extraordinarias sin una necesidad notoriamente reconocida enfavor de la nación, y por otra, debía cuidar de no dar lugar a que se leacusase de jefe de partido por las promociones que hiciera, a la parde las concedidas por el Libertador".

Si era aconsejable exaltar sus méritos, se hubiera podido propiciar laexpedición de una norma que permitiera elevar el rango -pues para elmilitar el honor es lo más crítico- sin haber gravado inútilmente altesoro. Y así lo recomienda. Insiste en su vieja confianza de que es buenoque Bolívar ocupe el mando. Ya lo había dicho varias veces. Confirma surenuncia. Se entusiasma en algo que es de la esencia:

"Oigo decir que el congreso ha empezado a ocuparse de un proyectode ley en que manda restablecer plena y absolutamente el ordenconstitucional. Creo que las circunstancias justifican esta determi-nación, y ella es una prueba de los sentimientos del cuerpo nacionalen quien tienen clavados los ojos los pueblos, sus comitentes, y lospueblos extranjeros".

Se preocupa Santander de hacer una distinción entre quienes seresisten a tener fe yconfianza en la constitución de Cúcuta. Declara que sedebe renovar el juramento de obediencia a ella; que al empleado que

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disienta, se le prive del cargo, y si resiste, se le someta' por la fuerza.Persevera en que "el Libertador sea quien dirija la administración consti-tucional de la,República". Solicita que se haga precisión que algunas leyessecundarias, que desatan incomodidad, no son expresión o culminaciónde los postulados constitucionales de Cúcuta. Contra ésta, cuando sepublicó" se editaron muy pocas protestas. Apenas su murmullo se prolon-gó hasta el año 1823, cuando actuó el primer congreso constitucional. Noha habido protesta de los nombrados representantes por Venezuela o delZulia para reformarla, ni lo hicieron, tampoco, las asambleas que sereunieron en 1822 y 1825, ni las juntas provinciales, ni las municipali-dades:

"Ninguno representó al congreso pidiendo que la constitución sealterase ni en parte, ni en el todo, ni menos que se anticipe la épocade la convención general. ¿Se ha olvidado ya cuándo fue queempezaron a oírse los clamores por reformas y por la anticipación dela convención?".

El destaca a "La Cosiata" o a Valencia como el origen de este desvío.Comenta que el tema no ha tenido suficiente debate: los brotes ocurridosdespués del 30 de abril de 1826hasta hoy, "no pueden calificarse de ser laexpresión libre de la República de Colombia". Se permite sugerir quemediante un consejo nacional, que se reuniese fuera de Bogotá, sin lapresión de la fuerza militar, se indagase si era necesario o no reformarla constitución,' pr,~v,iainterpretación del congreso del artículo 191de lamisma. Si así sucediere, el congreso del año entrante, o sea 1828 -San-tander presenta estas amonestaciones el 26 de mayo de 1827-, puedetomar las providencias pertinentes, para lo cual él indica en detalle todo elprocedimiento que se debe cumplir, sin contrariar las voces de la constitu-ción que ordena que sólo se hagan modificaciones en 1831. Pero Santan-der plantea algo más:

"Un caso sólo podía presentarse en que se debía evitar la reunión delconsejo nacional, y es que el Libertador prestase el juramentoconstitucional, se encargase del ejecutivo y prometiese notoriamentesostenerla constitución hasta tanto que reformada en la época queen ella prefija, dejase de obligar a ningún ciudadano" ..

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Vuelve a persistir en su renuncia, declarando que

"el espíritu de partido influye considerablemente en las agitacionespresentes. Yo no sólo he renunciado por mi libre voluntad como unhombre enfermo y ya hostigado de vicepresidente, sino por el nobleorgullo de dar una prueba de desprendimiento y de amor a Colom-bia".

Esta memoria es trascendental. Quedan puntualizados los orígenes delo que viene perturbando al país. Se indican los embrollos que se estánafrontando. No trata de evitar su responsabilidad, pero no mengua la quele corresponde a Bolívar. Aspira, con su renuncia y los métodos queindica para reformar la constitución, que no se precipiten las circunstan-cias que romperán el orden constitucional colombiano. Los dos escritos,el mensaje al congreso del 26 de mayo y el escrito de objeciones del 28 dejulio, son de serena grandeza. Ni un capítulo puede herir al Libertador.Presiona en la urgencia imperiosa de conservar la unidad nacional. Esdonde él centra su meditación. Colombia, como preocupación cardinal,gobierna la totalidad de su pensamiento. Son dos comunicaciones quepoco se han aprovechado en el trabajo histórico colombiano. Ellas abrenlas perspectivas de interpretación más amplias sobre un período nacionalque estuvo asistido de sombras contra los deberes y el destino republi-canos.

La continuación en el poder

El 12de mayo de 1827,manifiesta a los"Ciudadanos del senado y dela cámara" que ha continuado en el poder por haberlo así ordenado elLibertador. Relata lo que se ha hecho después del 2 de enero, cuando hadebido reunirse el congreso. En el aspecto internacional, se ha avanzado,mejorado y consolidado las relaciones con los Países Bajos que hannombrado cónsul general y un vicecónsul, con residencia en Bogotá, y uncónsul en La Guaira. Hoy esto nos parece poca cosa. En el nacimiento deuna República tenía especial significado. Implicaba que Europa ibaaceptando nuestra realidad como ente público independiente.

Francia tenía un agente superior de comercio, y ha recibido el nom-bramiento de inspector de comercio de Bogotá.

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El rey de Dinamarca, el de Persia yel de Baviera, han mostrado interésen establecer relaciones con nosotros.

Mientras tanto, Bolívar ha ido a Venezuela y ha dictado un decreto,expedido en Maracaibo, en el cual declara que "su deber lo conducía aemplear la fuerza armada". E informa Santander:

"El mal parecía inevitable: En Cumaná había corrido la sangrepreciosa de los colombianos; en Puerto Cabello tronaba el cañónfratricida; en Apure se preparaba un desastrado combate entre losmismos soldados que habían hecho morder la tierra al ejércitoespañol; los odios, las venganzas y los partidos amenazaban envol-ver la República en muerte y desolación".

Ambiciona que se haga un gran escrutinio de la educación y que tomeel congreso las providencias que sean acertadas, para evitar que seproduzcan reacciones contra algunos de sus sistemas, que no han dadolos rendimientos esperados. Notifica que la recaudación fiscal ha aumen-tado en relación con el año anterior, dejando asomar su gran preocupa-ción por la atención rigurosa de la deuda, pues el no hacerlo creaconfusión sobre el juicio y el apoyo que nos pueden entregar los paísesextranjeros. Cuenta qué oficiales ha separado' de la división auxiliar delPerú, por los acontecimientos que ya había repasado.

Al final, en vista de las agitaciones que se vivían, y teniendo en cuentala importancia que se le daba a las habladurías contra su vida y suhonra, se despide diciendo:

"Los pueblos han mostrado la confianza que les habéis merecido alencargaros en el cuerpo legislativo de sus más caros intereses. Ha-ceos dignos de ella y de las bendiciones del mundo liberal consagra-dos con celo y firmeza a curar radicalmente las heridas del cuerpopolítico" .

Y enfatiza:

"En cuanto a mí, primer representante de la República de Colom-bia, su primer magistrado en el ejercicio actual del gobierno, solda-do antiguo de la libertad y fiel súbdito de las leyes, ni he estado ni

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estoy resuelto a trocar la gloria de mi patria y sus leyes por elenvilecimiento y la anarquía".

La exposición al Libertador

Santander entendía que el ambiente de entendimiento con Bolívar sehacía imposible cada día por mayor presencia de razones que nacían deatropellos que recibía; de la chismografía de sus enemigos; aceptación delos cargos contra él sin valorarlos. Cuando Bolívar lo destituye de lavicepresidencia, el27 de agosto de 1828,Santander presenta una exposi-ción a aquél el 10 de septiembre siguiente, en la cual asoma la palabraindignada de un hombre honrado:

"Vuestra excelencia \abe que mis enemigos me han imputado frau-des en la dirección de los caudales públicos, y aunque jamás hanpresentado aquellas pruebas que en casos semejantes se necesitanpara justificar estos hechos, no han cesado de repetir en sus libelostan infame imputación. Hasta ahora es verdad que el suceso no hacorrespondido a sus depravadas miras: lo vociferaron cuando senegoció el empréstito extranjero de 1824,y el congreso en las sesio-nes de 1825 y 26 no halló dato ninguno ni aun para proceder ainvestigaciones; lo repitieron en la época de las elecciones constitu-cionales, y 28 asambleas electorales y el congreso, por más de dostercios de sus votos, me llamaron por segunda vez a la vicepresiden-cia de Colombia, despreciando los desahogos del encono y de lacalumnia; volvieron a repetirlo en las turbaciones políticas que hanlacerado la República, y ni la cámara de representantes en estaúltima sesión de 1827ha encontrado sobre qué proceder conforme alartículo 89 de la constitución, ni el congreso entero ha queridoexonerarme de la vicepresidencia, que dimití por segunda vez. Todasestas repetidas demostraciones de confianza y de honor han debidotranquilizarme y ponerme a cubierto de persecuciones y calumnias".

Más adelante hace peticiones con el objeto de que su existencia seaexplorada sin ninguna reticencia. El señala cuáles pueden ser los procedi-mientos:

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"Lo que yo tengo que solicitar de vuestra excelencia es que, usandode la autoridad suprema que ejerce, haga indagar por todos losmedios legales que están en su poder, lo siguiente:

"1. Si en algún banco extranjero o en alguna casa existen algu-nos fondos de mi pertenencia.

"2. Si por algún punto de la República se sabe que haya entradoalguna vez cualquier cantidad de dinero que me perteneciere, o si envez de moneda se sabe que haya recibido libranzas, por quién hansido giradas, y quiénes las pueden haber cubierto.

"3. Si durante mi administración se sabe que haya tenido nego-ciaciones mercantiles, o por mí solo o en compañía, y cuál ha sido ésta.

"4. Si se sabe que he negociado por mí o por apoderado confondos o vales de la República, dentro o fuera de ella. •

"5. Si se sabe que haya sostenido alguna compañía o asociaciónde agricultura, minas o tierras baldías; si he tomado parte en algúnprivilegio de los que ha concedido el congreso, y si he recibidoalguna adjudicación de bienes nacionales fuera de los que vuestraexcelencia mismo me adjudicó en 1819.

"Sobre estos puntos exijo que interponga vuestra excelencia suautoridad suprema para que se haga la más escrupulosa indagacióny se admitan, no rumores infundados ni calumnias, sino datoscapaces de proveer aquellas pruebas que en toda legislación seexigen.en casos de esa naturaleza".

Para- haeer claridad, relata los bienes en que consiste su fortuna, porcierto por adjudicaciones y pago que le hizo Bolívar:

"Colombia verá entonces más de bulto que mi fortuna no consisteen otra cosa que en los bienes nacionales que vuestra excelencia meadjudicó en cumplimiento de la ley, y que he procurado mejorar conlos ahorros de mi sueldo, no obstante los cuantiosos gastos públicosque de él hehecho en estos siete años, y en la deuda nacionalreconocida por mis sueldos de vicepresidente de Cundinamarca.Esta es la fortuna que poseo y que confesaré, sin rubor, que no la headquirido de mis mayores sino de mis personales servicios a la patriapor el espacio de 17 años, con fidelidad y celo. Mis sueldos y mihaber militar, he aquí todo el patrimonio con que Colombia me ha

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enriquecido, y con el cual me creo verdaderamente dichoso. Ha sidola patria la que me ha hecho rico, no el fraude, la perfidia ni el abusode autoridad".

Haciendo énfasis máximo dice con precisión irrefutable por qué nopodía tomar dineros de los empréstitos. Sus adjetivos arden de pasiónhumana ofendida:

" ...en cuanto a las instrucciones, el congreso ha expresado, en undecreto, que el ejecutivo había desempeñado a su satisfacción elencargo que le había hecho sobre la negociación del préstamo".

Agrega con energía:

"Nada más tengo que satisfacer en el particular, porqu.e ni yo herecibido losfondos ni los he manejado" .;;;';

Bolívar se toma el poder r .J

Bolívar se posesiona del poder ellO de septiembre.deISz". Santanderse dirige en un breve escrito a los habitantes de Bogotá. Destaca laconducta del pueblo de respaldo a su persoQIl.Yde respeto a Bolívar. Este,"es una prueba de que yo no he tenido interés ninguno en prevenir a estebenemérito pueblo contra el primer magistrado de la República"; losegundo, "no se permitió (ese pueblo) la menor expresión ni la máspequeña señal de ofensa a mí; este mismo pueblo no está descontento conmi conducta gubernativa". ,;,

Mensaje al secretario de relaaone« exteriores

Le dirige una carta, 19de octubre de 1828,al secretario de relacionesexteriores, en la cual agradece el nombramiento ante los Estados Unidos,que "me hace creer que el gobierno piensa que todavía puedo prestar a mipatria algún servicio, aunque lejos de ella". Acepta, pero presenta excusaspara poder viajar. Se han extremado tanto los excesos contra Santander,la persecución es tan ardua, que él juzga que no puede ausentarse, pues,tiene que defender su patrimonio de sus enemigos:

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"No parece justo que abandone a una pérdida segura los únicosmedios de subsistencia que tengo para vivir, solo, o asociado a unacompañera y menos ahora en que parece que se intenta hacerreclamación contra ellos, la cual, aunque por los documentos queposeo la creen injusta los profesores de derecho, mi ausencia inme-diata puede hacer enturbiar mi justicia".

Este nombramiento es parte de la culminación de un propósito extra-ño en el cual "los generales que rodeaban a Bolívar en las batallasforcejeaban por reducir las Repúblicas a feudos militares". Santander eraquien con su prédica doctrinaria, lo evitaba. Fue grave la confusión que seprodujo después del regreso de Bolívar de Lima. Todo queda resumido enesta cita del maestro Germán Arciniegas":

"Dos figuras se salen de lo corriente y permiten llegar a este resulta-do que también sobrepasa los modelos europeos: Bolívar y Santan-der. Decenas de veces lo precisó Bolívar, en un constante reconoci-miento, desde 1821 hasta 1826, destacando el valor de la Repúblicaorganizada por Santander como fundamento para la acción de losejércitos. Rodó con increíble suerte el Libertador teniendo comocompañero de su empresa al más afirmativo entre los hombresciviles de la América española, y resulta cuando menos extraño elesfuerzo de algunos intérpretes de la vida colombiana haciendomalabares de dialéctica para romper esa unidad, la más notable yfecunda en la formación de nuestra nacionalidad".

Viene un período amargo de la patria. Inclusive un hombre como JoséMaría Córdova se dirige al Libertador, el 21 de septiembre de 1829, porcarta que, según el profesor Gerardo Molina, va definiendo el contenidodoctrinario de los partidos políticos colombianos:

"Si el romper una constitución y negarse un pueblo entero a cumplirsus juramentos, con el pretexto de leyes inconvenientes, es el ejem-plo más funesto para la posteridad; no es menos cierto que laspúblicas violaciones de las leyes fundamentales de un Estado, he-chas sin rubor por el primer magistrado, es el medio más seguro paraarrastrar a un pueblo a la desobediencia y al desprecio de las

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instituciones, a la rebelión y a la anarquía ... No esmi ánimo atacar avuestra excelencia; pero si pretende obligar por la fuerza a estospueblos a volver al yugo de un gobierno arbitrario, que acaba deromper, yo sostendré su libertad hasta con la última gota de misangre, aunque sea muy doloroso dirigir las armas contra vuestraexcelencia" .

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En esta admirable recopilación del maestro Guillermo Hernández deAlba, se destaca una segunda parte. Es cuando vive en el exilio; después eselegido presidente de la Nueva Granada -rota ya la Gran Colombia- yse dirige por varias ocasiones a sus compatriotas. Es rica esta documenta-ción por la nobleza de Santander para reaccionar ante el porvenir. No hayuna frase turbia; una palabra desviada; un adjetivo rencoroso. Se plantaante lo que viene, desconociendo todas las secundarias limitaciones que lehabían impuesto. Su decoro intelectual vuelve a resplandecer en sus escri-tos. Lo único evidente, en ambas etapas, es la unidad ideológica de supensamiento.

Ahora se dirige a los "honorables representantes de la Antigua NuevaGranada; reunidos en congreso", desde París, el 15 de abril de 1831:

"Perseguido atrozmente en odio de los esfuerzos que hice comovicepresidente de la República, como diputado a la convención deOcaña y como ciudadano, para sostener la constitución de 1821contra el plan de una dictadura militar y de instituciones indignas delos sacrificios de los colombianos, en vano he solicitado la publica-ción de la causa que puso término a mis persecuciones. Lo solicité ami partida de Bogotá en noviembre de 1828,y el Libertador, enton-ces jefe del Estado, negó redondamente mi solicitud. Insté nueva-mente a su excelencia el general Bolívar en 13 de diciembre delmismo año desde las bóvedas de Bocachica, por conducto del bene-mérito general Montilla, y ni aun se me acusó el recibo de larepresentación. Volví a instar desde esta capital en 13 de abril de1829,dirigiéndome al mismo general Bolívar por medio del coronel

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Palacios, agente del gobierno, y tampoco he recibido contestación.Así es que se me han tenido cerradas todas las puertas legales parahacer la justificación de mi conducta con la publicación del procesoque me suscitaron con motivo de la conjuración de Bogotá del 25deseptiembre de 1828.

"Esperando a que el tiempo y la calma de las pasiones dejasen oírla voz de la justicia, he sabido con indecible placer que el orden legalempieza a restablecerse en mi patria, y que hay esperanzas de quecesen las disensiones que desgraciadamente la han despedazado.Aprovechando tan feliz coyuntura, me apresuro a elevar a vuestrasmanos este memorial, para pediros en justicia que interpongáisvuestra respetable voz, a fin de que se publique por la imprenta elenunciado proceso y la representación que he dicho haber dirigidodesde Bocachica al Libertador. Esto sólo satisface mis deseos y miambición, porque la publicación de estos documentos manifestará atodo el mundo las.iniquidades cometidas en un país a quien se dabael nombre de República, y bajo un régimen en que se había prometi-do respetar los derechos individuales, contra un ciudadano quehabía consagrado a su patria sus servicios durante 18 años sin unsolo día de interrupción; que había merecido dos veces los votosnacionales para la segunda magistratura del Estado, y que lo habíagobernado los primeros seis años del régimen constitucional. Lapublicación de este proceso hará ver hasta qué punto ha podidollevarse el encono y la arbitrariedad contra un magistrado, que, fiel asus principios, a sus promesas y a sus juramentos, había tenido queoponerse firmemente a proyectos que, entonces como ahora, hecreído contrarios a la libertad de mi país: ella pondrá de manifiestoun procedimiento violento y arbitrario, donde se prescindió dereunir el tribunal militar que las leyesprescribían; donde se omitió laconfrontación de todos los testigos con el acusado; donde no sepermitió ni hacer una simple defensa, y ni aun nombrar un defensor;donde, en fin, se tuvo la audacia de alterar todos los hechos y deinventar cargos que no resultaron; ella, por último, servirá paradecidir que las víctimas de la libertad, inmoladas por el ejércitoespañol en 1816, fueron juzgadas con más regularidad porque si-quiera se les permitió defenderse ante el tribunal designado parasacrificarlas" .

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Para entender mejor este inexplicable suceso, es bueno repasar laspáginas del libro del historiador Horacio Rodríguez Plata? acerca delexilio de Santander. Este documento es un aporte valiosísimo y del cualsale uno estremecido de pensar cuántas injusticias sepueden cometer, porhombres de dimensión tan grande como el Libertador, cuando la pasiónpolítica enceguece el discernimiento intelectual y humano.

Santander sufre un enjuiciamiento por la conspiración del 25 deseptiembre. Fue condenado a muerte por Rafael Urdaneta. Se salvó porlas súplicas de los ministros y de gentes de los más altos valores intelectua-les y políticos. Lo recluyeron en Bocachica. Más tarde salió hacia eldestierro.

Cuando muere Bolívar, especulan que Santander volvería al país. Else apresura a manifestarle al director de El Constitucional que no piensahacerlo ni siquiera cuando comienzan a dividirse los "dictatoriales".Explica por qué fue perseguido:

"He sufrido una persecución encarnizada por haber. como vicepre-sidente, sostenido vigorosamente la constitución de 1821,por haber-me opuesto a su trastorno, a la dictadura militar, a la constituciónboliviana y a todos los otros proyectos que entonces, como hoy, hecreído contrarios a la libertad de mis conciudadanos y absolutamen-te opuestos a mis principios, a mis deberes y a mis juramentos. Estapersecución se redobló al tiempo de la convención de Ocaña, endonde di mi voto por el gobierno federativo. Si me presentara enColombia actualmente que las pasiones parecen querer ceder a larazón, alarmaría el partido de Bolívar, que.no dejaría de imputarmedeseos de venganza y pretensiones al poder, y que, en consecuencia,podría arrojarse a nuevas agitaciones".

y lo reafirma en esta aseveración final de su carta:

"Pero es fuera de duda que habiendo prometido a la nación colom-biana observar y sostener la constitución de 1821, que habiendoprestado juramento de defenderla y de someterme a las sabiasdisposiciones que ella contenía para proveer a su reforma, he sabidocomprender y apreciar mis deberes sin que me fuese permitidodiscutir y decidir si ella convenía o no a los colombianos. Sobre esto

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nada tengo que vituperarme. Yo tenía reglas fijas que seguir ydeberes sagrados que llenar, y traté de cumplirlos con riesgo de lavida, sacrificándoles empleos, honores, fortuna, tranquilidad, afec-ciones y el derecho de vivir en mi patria".

Su conducta doctrinaria no la modifica. Su posición ante los proble-mas del país conserva la misma línea de severa entereza que cuandopropuso todas las fórmulas posibles para que no se rompiera el ordenconstitucional y Bolívar no perdiera parte de su influencia, comprome-tiéndose en actos que no tenían el respaldo popular.

Desde New York se dirige a sus conciudadanos

Instan a Santander para que vuelva. Se evidencia una presión de loscírculos de Nueva Granada. El pueblo se expresa por medio de sus repre-sentantes. Es un movimiento nacional pidiéndole que se reincorpore. El,reacciona con prudencia. No tiene interés de excitar más el deseo deretaliación, que se ha apoderado de algunos. Solicita serenidad y que losnegocios públicos se manejen con mano firme en la serenidad y en lacautela, para que no se encuentren más perplejidades entre los neograna-dinos. Sus sugerencias son las de un patricio que comprende que la naciónse debate entre contradicciones y odios. Lo aconsejable es que regresentodos a la apreciación de las dificultades del país.

Exalta la lucha de los pueblos de Venezuela, Ecuador yNueva Grana-da por una doctrina. Es lo primero que le interesa establecer a Santander.

"Después de que el campo ha quedado en poder del pueblo, esmenester asegurarle la posesión contra todos los enemigos queconcitan en Europa al absolutismo ...

"Yo he alentado la esperanza de los que desean que Colombiaaparezca de nuevo tranquila, bajo instituciones liberales que modifi-cando el anterior régimen político, faciliten en cada sección losmedios de gobernarse por sus propias leyes".

Entre los conceptos que vivamente plantea como anhelos para lacomunidad, se destacan:

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l. La paz;2. La vigencia del orden democrático;3. Que cambien la centralización que prevalece por un sistema fede-

rativo.Vuelve a reafirmar su confianza en el régimen republicano. No se

permite en esto ninguna licencia. Predica cómo nada puede desviarnos delo democrático:

"Nunca más amigo del orden y de la verdadera libertad que despuésde que he visitado las monarquías, que he visto las cortes y acercádo-me a los soberanos".

Levanta una admonición que era muy pertinente en esos instantes quevivía la patria:

"Tolerancia de todas las opiniones debe ser la divisa de los magistra-dos y del pueblo, en tanto que ellas no tiendan a trastornar elsistema, infringiendo leyes preexistentes".

Lo primero que se debe poner de relieve es que no se tolera actuarcontra el orden legal. El individuo tendrá las ideas que desee, si ellas noestán atentando contra un sistema normativo aceptado por el pueblo. Y,a la vez, encomia:

a. La libertad de imprenta y discusión;b. La enseñanza primaria y la educación pública, que fueron invaria-

bles nortes en su acción de gobernante;c. La riqueza territorial como asiento para la prosperidad colectiva;d. Economía en los gastos y cumplimiento con los deberes crediticios

en el extranjero.Como se advierte, predominan todas las premisas relacionadas con su

concepción del gobierno.

Cuarta vez jefe del ejecutivo

En el año de 1832 lo reeligen para la presidencia de la República.Santander le escribe una carta a José Ignacio de Márq uez el30 de mayo de1832 desde New York, en la cual le declara que se siente honrado de

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comunicarse con él, en su calidad de vicepresidente, ••...porque vuestronombramiento procede del verdadero origen del poder popular represen-tativo". Su escogimiento, por lo tanto, ha sido expresión del sentimientocomunitario. Agrega:

"Esta es la cuarta vez que mi patria me llama por la voz de suslegítimos representantes a ocupar la primera magistratura del Esta-do".

Acentúa lo que ha distinguido su batallar, por el cual ha sufridoprisión y destierro:

"Después de mi carrera pública, una sola gloria me queda a quéaspirar: a la gloria de merecer realmente el bello título deHombre delas leyes".

No tiene para qué proclamar cómo piensa gobernar. En ese consagra-torio renombre está la minuta de 10 que pueden ser las acciones delconductor en el futuro.

Palabras desde Santa Marta

Al desembarcar en Santa Marta el 16 de julio de 1832, lanza unaproclama. La encabeza diciendo:

"Mis respetables compatriotas: No vuelvo a vengar mis agraviospersonales, ni a indagar quiénes han sido mis perseguidores.Vengo a prestarle todos los servicids de que sea capaz con eldesinterés y patriotismo con que he servido sin interrupción desde el20 de julio de 1810".

Formula una exacta definición de lo que es un gobierno democrático.Con concisión, denuncia lo que ya hace parte irrenunciable de su existen-cia:

"Compatriotas de todos los estados y opiniones: yo os declaronuevamente que magistrado o ciudadano privado, soldado o labra-

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dor, la libertad bajo un gobierno republicano continuará siendo miídolo, las leyes la única regla de mi conducta, y la utilidad de lamayoría, el objeto de mis investigaciones y de mis sacrificios ... ".

Ese es el lenguaje creado por el jefe superior en servicio de la comu-nidad.

Su mensaje de fe política

En su escrito del 8 de octubre de 1832, "A los granadinos", al queespontáneamente llama su "profesión de fe política", no se halla un solopárrafo que pueda revivir viejas rencillas, o dejar escaparun resentimien-to, o poner en evidencia un ánimo de retaliación. Cada uno de ellosfacilita la reflexión del destino que a cada cual corresponde.

Mi deber "es arreglar mis funciones a la constitución, sostenerla entodas las circunstancias y hacerla observar con fidelidad". Y continúa:

"el vuestro es vivir sometidos a la misma constitución, respetar lasleyes, obedecer a las autoridades legítimas y contribuir con vuestraspersonas, vuestras fortunas y vuestras vidas, al sostenimiento de laindependencia y libertad de la Nueva Granada".

Hace la exaltación y señala el alcance de la libertad de imprenta. Eljuzga que la controversia debe librarse en ella: el publicar los actos delgobierno; el analizar los derroteros nacionales, contribuye a la armoníade los pueblos.

Proclama lo que él entiende que debe ser un gobierno:

"Las leyes serán una realidad; respetaré los derechos de la minoríasin permitir que triunfe de la voluntad del mayor número; la fuerzaarmada no será protegida a expensas de los derechos del pueblo, nirecompensada por erigirse en cuerpo deliberante; las autoridadesno traspasarán impunemente la esfera de sus atribuciones; el verda-dero patriotismo no será despreciado; se podrá pensar libremente ydecir con libertad lo que se piensa; todo se hará por el voto delmayor número y para la utilidad de la nación. Sacrificaré a nuestro

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código político aquella gloria que sirve de compensación al despo-tismo, y de donde los gobiernos absolutos reclaman su nacionali-dad. Bajo el régimen legal que la Nueva Granada ha escogido,nuestra gloria consiste en un sometimiento absoluto a la ley, comolo único que puede darnos tranquilidad, abundancia, honor ydicha" .

Destaca cómo manejará las relaciones con los otros Estados queintegraban la antigua Colombia:

"Presidente de la Nueva Granada, mis preferentes atenciones seránla prosperidad del pueblo que ha depositado en mí toda la con-fianza; pero sin descuidar por eso las íntimas relaciones de fraterni-dad que deben existir entre la Nueva Granada y los otros estados deColombia. Yo emplearé siempre el poder de la razón en la discusiónde nuestros intereses comunes, y el establecimiento de los pactos quehayan de unirlos para darles aquella fuerza moral, tan indispensableen nuestras circunstancias y en el presente estado de Europa. Lasleyes deben ser en Venezuela y en el Ecuador, como en la NuevaGranada, la regla de los gobernantes y de los gobernados; los unos ylos otros no olvidarán, al menos yo lo tendré siempre presente en micorazón, que juntos hemos arrostrado unos mismos peligros,juntoshemos participado de una misma gloria, y juntos hemos vivido bajounas mismas leyes y formado una sola familia".

Se preocupa de completar su visión de la vida internacional:

"Incorporados en la sociedad de las naciones, mi deber me imponela obligación de respetar las instituciones y las autoridades de todoslos pueblos, cumplir fielmente los tratados existentes con algunosgobiernos, recibir con benevolencia a todos los extranjeros quevengan a nuestro territorio, y darles la protección que la ley lesconcede. Nunca permitiré que ellos vengan a insultar nuestrasinstituciones, y menos que, abusando de su carácter público, semezclen en nuestros negocios internos. Jamás un gobierno extranje-ro permitiría que un colombiano tomase parte en las diferenciaspolíticas que pudieran comprometer la seguridad pública. Nuestra

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política respecto de las cuestiones europeas está indicada por nues-tra feliz posición geográfica y por el ejemplo de un pueblo realmentelibre" .

Renueva su vigorosa idea de cuáles deben ser las ataduras de lospaíses de Indoamérica. En esta materia, es un estadista con muchaperspicacia del futuro y de la trascendencia de la integración:

"Las relaciones amistosas que felizmente existen entre nuestro paísy los nuevos Estados americanos serán para mí un objeto de particu-lar atención. La estrecha amistad y alianza entre los pueblos que sehan separado de la monarquía española, y la mejor armonía einteligencia con nuestros hermanos mayores del norte, son de tantointerés a la causa de la libertad, que por mi parte no perderé ocasiónde cultivarlas cuidadosamente. Inmensa sería la felicidad de laAmérica entera si un día todos sus gobiernos y sus habitantespudieran unirse en intereses políticos, así como lo están en el ordencomercial y geográfico".

Formula una breve descripción del estado en que recibe la nación:"fortunas arruinadas, leyes sin vigor, partidos rencorosos y gastos enor-mes". Nueva Granada reintegrada a sus límites meridionales. Para ellacombate por la integridad en el reposo público y el orden legal. Impetracolaboración: que la autoridad civil administre pronta y recta justicia,que se preocupen de acelerar las soluciones para la educación y el trabajo,que los militares y los sacerdotes depongan todos sus arrebatos frente a laley porque "ya no queda sino un medio de merecer la estimación pública,y el título de buen ciudadano: el sometimiento absoluto y sincero a lasleyes" .

El derecho del sufragio

Elll de noviembre de 1833tiene que dirigirse al presidente del senadopara objetar el proyecto de ley del 2 de junio del mismo año, relacionadocon las elecciones. En primer lugar, discierne que el plazo de la elección ala reunión de los concejos, es muy corto. Se contraría la constitución en el

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artículo 168,que establece que habrá concejos únicamente en las cabece-ras de provincia y de cantón. La nueva disposición los instituye en todoslos municipios. Su inconstitucionalidad salta a la vista. Pero es inconve-niente, igualmente, por el mal uso del idioma; por imprecisiones en ellenguaje para indicar y calificar ciertos .actos; por imposibilidad de apli-carla; por crear tensiones de una parte contra las de otra; por mal ideadaal querer imponer obligaciones cuando el individuo tiene el derecho devotar o no.

La conspiración de Sardá

El 23 de julio de 1833se presentó la conspiración de Sardá. Santanderse dirige a Tomás Herrera el 2 de agosto de 1833:

"Después de que Sardá, acompañado de los mismos conspiradoresy revoltosos del año 30 intentó derribarme el 23 del pasado, todosigue marchando con tanta tranquilidad, que no parece que haocurrido semejante escándalo" .

. y el 9 le confirma: "No parece que hubiera ocurrido novedad alguna,pues todo está perfectamente quieto y tranquilo".

A ambas cámaras legislativas les informa de cómo utilizó lasfaculta-des extraordinarias.llarnó al servicio a 150hombres, comisionó jueces yletrados para la investigación, nombró un oficial para pesquisas enAmbalema; finalizadala causa, declaró la cesación de aquellas. Preguntaal congreso si las usó bien o mal. No puede haber más sencillez paracomentar un suceso que ha podido sacrificar la vida de Santander y elorden público. La austeridad en las medidas asegura la confianza quetenía en el buen suceso de su administración. Es otro rasgo de sumagnanimidad, que contraría el dictamen de cruel de sus enemigos. Elinforme al congreso es ordenado y explicativo de cómo usó los medioslegales que le entregaron. No abunda en detalles. Es escueto. Se ve queactuó con mano firme, pero sin dureza de retaliador.

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Tratado con Inglaterra

En el orden administrativo, no abandona ningún asunto trascendentesin sus serios y ordenados comentarios. Rememora que el gobiernobritánico había rehusado convenir en reformar algunos artículos relati-vos al tratado de comercio con Colombia, en 1825, que "se firmó enpeculiares circunstancias". Por cierto que no favorecen a la NuevaGranada. No se puede desconocer que "las partes contratantes no soniguales en poder marítimo, en riqueza, en capitales y en habilidadindus-trial".

En la hora de firmarlo se le daba una gran significación al reconoci-miento de Inglaterra por la inmensa influencia que ejercía sobre los otrosgobiernos europeos. El ministro Clay había propuesto un armisticio aEspaña con el apoyo de Francia y de Rusia. Era, por lo tanto, naciónclave en nuestro futuro. Se cedió por interés político en el reconocimientode la independencia. Es indispensable reformar algunos artículos, puesInglaterra había dicho que si se presentaba una escisión en Colombia, sejuzgaría desaparecido el tratado en mención.

La tranquilidad interior y rechazo a ataques exteriores

Se dirige al congreso el 13 de mayo de 1834, para notificar que la

"constitución me impone el deber de conservar el orden y tranquili-dad interior y asegurar el Estado contra todo ataque exterior.

"Yo voy a informar al congreso de las amenazas que se hacende la existencia política de la República".

y más adelante enfatiza:

"Dos años ha que la opinión general del pueblo granadino hizo queel principio constitucional triunfase del nefando proyecto de some-ter estos países a una dominación de arbitrariedad.y capricho, o porlo menos a un sistema irregular de monarquía. disfrazado connombres liberales. Desde entonces la facción vencida no ha cesadode minar el régimen restaurado en 1831valiéndose al efecto de todos

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los arbitrios imaginables y tentando diferentes veces trastornar elEstado por medio de conspiraciones".

De Venezuela viajan a Europa Montilla y O'Leary, dos enemigosreconocidos de la Nueva Granada.

Cuenta que para atraer y comprometer la gente

"apelan a la importancia de reintegrar a Colombia, al deber dehacer grandes honores a la memoria de Bolívar, al peligro que correla religión católica y a los perjuicios que trae al país el comercioextranjero" .

Hace recuento a hechos que son preciosos para la historia de lanación. Con energía puntualiza cómo han sido aquellos:

"Si yo y las personas imparciales y juiciosas en cuyos consejos tengotanta confianza, nos hubiéramos persuadido de que se disipaba laborrasca y se precavía de graves males a la Nueva Granada con sólosepararme de la presidencia del Estado, ya habría tomado estepartido tan propio de mi acreditado amor al país y tan honroso a míindividualmente como a la causa a que pertenezco. Pero la historiade los ocho años últimos nos está diciendo de un modo elocuente eirresistible que este arbitrio es insuficiente. Levantóse una parte deVenezuela en 1826 contra el gobierno constitucional, y alegóse porpretexto mi tiranía, mi parcialidad, el despilfarro de los caudalespúblicos y otras causas parecidas a las anteriores. Y cuando en 1829todas las provincias de Venezuela rompieron la unión colombiana,¿era yo gobernante? ¿Era tirano? ¿Estaba siquiera en el territorio?¿No presidía a Colombia el hombre mirado como el único y exclu-sivo lazo de unión de los colombianos y el sostén de la Repúblicafundada en 1821?El ilustre general Córdova alzó el grito de libertadcontra la dictadura, el Ecuador se sustrajo de la unión de Venezuelay Nueva Granada, y ocurrieron otros sucesos que dejaron sanciona-da la separación de los estados colombianos y anunciaron el triunfode la libertad, ¿era yo gobernante? ¿Tenía alguna influencia en losnegocios públicos? En 1830dos granadinos intachables ocuparon lapresidencia y vicepresidencia de la República por el voto de los

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representantes del pueblo. ¿Tenía yo alguna influencia en su gobier-no o me mezclaba en los negocios que les pertenecían? ¿No fueroncalumniados, ultrajados, desobedecidos y atacados por una atrozrebelión hasta ser arrojados de sus puestos? ¿Habían ellos tenidoparte en la negociación del empréstito, en la muerte de los 39españoles, en la ejecución del coronel Infante, en la conjuración del25 de septiembre, etc.? Y sin embargo, las virtudes de los señoresMosquera y Caycedo no fueron bastantes para detener el brazo delos enemigos de la patria. El vicepresidente Márquez, con unaintegridad notoria y una adhesión religiosa a las leyes, libre igual-mente de intervención en el empréstito, en el 25 de septiembre, etc.,¿no fue vilmente calumniado por la facción vencida, amenazado deconspiraciones? Pues entonces es más que evidente que ni yo soyquien atrae sobre la República el odio y venganzas de sus enemigos,ni mi separación es el medio de desarmarlos y reconciliarlos con laindependencia y libertades granadinas".

Al final, pide autorizaciones para negociar con el país del sur, inclusi-ve introducir tropas en el territorio del Ecuador. Igualmente, solicita unaley de policía, para controlar las camorras que les arman permanente-mente los "anticonstitucionalistas".

Protesta solemne

Circuló una hoja en la cual, con el título de Una cuestión importante,denunciaban que Santander trataba de reformar el artículo 102 de laconstitución para ser reelegido. Como se establece, entre conspiracionesy chismes, sus enemigos van desarrollando la política. El edita una Protes-ta solemne, el 10de marzo de 1825,de que no se pueden estar cambiandopermanentemente los cánones constitucionales:

"He venido a presidir la República después de haber leído la consti-tución dictada por sus legítimos representantes; le he prestado unasumisión enteramente voluntaria, y he creído que después de lasconvulsiones pasadas, el bien más grande que yo podía hacer a mipatria era respetar religiosamente su código político, guardarlo y

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hacerlo cumplir. Mis opiniones en el gobierno y fuera de él, respectode las reformas de la constitución, han sido constantemente que nien 20 años debía proponerse ninguna, fueran cuales fuesen losdefectos e inconvenientes de algunos de sus artículos, porque im-portaba sobremanera a la dicha del· país dejar afianzar las leyesfundamentales para destruir el peligroso espíritu de innovación, envez de que el estarlas reformando periódicamente les daba el carác-ter de pasajeras y las hacía débiles y despreciables".

Más adelante afirma que quiere ajustarse al orden legal:

"La gloria de separarme de la presidencia por caminos legales pararetirarme al sosiego de mi casay famiÍia no la cambio por ningunagloria del mundo".

Que se investiguen las imputaciones

El representante Romualdo Liévano, comenta Santander a la cámarael16 de mayo de 1835,habló de "misteriosos escándalos", "cosas horren-das", en relación con la conspiración del 23 de julio o de Sardá. A pesarde que Liévano ha sido "llamado a juicio por abuso de sus funcionesjudiciales", Santander indica que

"yo no soy patriota especulativo, ni republicano teórico, No rehúso,pues, ningún género de indagaciones en el negocio que motiva estenegocio".

Reaccionó de la misma manera cuando 29 diputados indicaron que elrepartimiento de la deuda era inconstitucional, Lo que más celebra es quelos parlamentarios se puedan referir sin temores a todos los asuntospúblicos, precisamente porque prima la ley. Es algo muy diferente a loque pasa en otros países:

"En el Perú se suscit6 una averiguación sobre la conducta delpresidente Gamarra; éste respondi6 asaltando la casa del congreso,quemando su archivo, amarrando a los diputados que pudo coger yexpulsándolos seguidamente. Allá en Chile y en Buenos Aires disol-

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vieron dos congresos, y se decretaron expatriaciones por disputascon' los jefes del gobierno. En Méjico los congresos se reúnen y sedisuelven a voluntad de los supremos mandatarios, y en seguida seprende y se destierra a los congresistas. En Guatemala no ha habidosino anarquía y horrores. En Colombia se hizo una acusación en1826 contra un general, y el resultado fue una insurrección y laconsiguiente disolución de la República. En el Perú en 1825 elcongreso comenzó a disputar los poderes del general Bolívar comodictador, y la resolución fue disolverlo, desterrar a Luna Pizarro y aotros y proclamar la constitución boliviana. ¿Quién se atrevió en elcongreso de 1827 a apoyar la acusación contra el general Bolívar,que hasta entonces había violado cuantos artículos tenía la constitu-ción? 24 congresistas votaron entonces la admisión de la renunciadel general Bolívar, y el día en que él entró en Bogotá desaparecieroncasi todos, yéndose uno de ellos hasta Jamaica. En la convención deOcaña hubo muchos valerosos ciudadanos opuestos firme y enérgi-camente a las miras de dictadura, monarquía, etc.; todos fuerondespojados de sus empleos y vejados, y a la primera coyunturadesterrados, enviados a pontones y países extranjeros. Imprimíanalgunos un papel en favor de la libertad -al instante eran desterra-dos a los Estados Unidos y a Curazao-«, Otro era atacado en la calley estropeado, quedando impune el agresor. Los papeles se quema-ban públicamente; las imprentas se tiraban a la calle pública. ¿Se ve'ahora algo de esto ba}ola administración del general Santander? ¿No segoza de las garantias legales?".

Motivos para opinar en favor de Obando

Se le ha criticado porque ha hecho expresión de su simpatía por lacandidatura de José María Obando para sucederlo. Santander se dirige ala Nueva Granada para rendirle un informe, el 31 de agosto de 1836.Indica que la Nueva Granada está entre Venezuela y Ecuador. Lasactividades que allí se presentan tienen el peligro de que cundan. En elEcuador huboconspiraci6n a fines de 1831,yen Caracas el8 de julio. Enla Nueva Granada se han tenido las del 8 dejulio de 1833,octubre del 34y hubo proyectos de rebelión antes de posesionarse:

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"Yo recorría con la imaginación todas las nuevas repúblicas paraobservar su marcha progresiva o retrógrada y examinar las causas, yveía que desde Méjico hasta Buenos Aires, con una u otra excep-ción, no se presentaban en estos últimos cuatro años sino guerrasintestinas, facciones que reemplazaban a los gobiernos nacionales,dictaduras, trastornos, escándalos y desastres: la Nueva Granadasola ha aparecido tranquila bajo el régimen constitucional que adoptóen febrero de 1832".

Se detiene en relievar las calidades de Obando. Analiza las críticas quese le formulan y abunda en explicaciones de que no quería hablar sobre lamateria. Lo intentó cuando recibió noticias de Panamá y siete provinciasmás de que respaldaban a aquél y porque ve en el caudillo caucano unhombre con adhesión a la ley y con energía; con respeto por la constitu-ción y con tradición de acatamiento sin variaciones. Esto lo expresó aamigos particulares, en ninguna ocasión "a las autoridades dependientesdel poder ejecutivo". Para abundar en su imparcialidad, dice:

"Como presidente de la República he empleado la más estrictaimparcialidad y justicia en resolver una u otra cuestión suscitadacon motivo de las elecciones, sin acordarme cuál era el candidato deque se trataba, y en varias órdenes comunicadas a los gobernadoresse les encargó que no interviniesen en la materia, sino exclusivamen-te en los casos en que las leyes les daban autoridad para ello.

"No es la primera vez que yo veo en este país calificadas misopiniones de extravagantes, de miras personales, y de perniciosas ala felicidad del Estado. Lo mismo se dijo de las que manifesté en1821contra la unión central de Colombia, y que repetí en 1828en laconvención de Ocaña; lo mismo fueron calificadas mis opinionescontra la acusación del general Páez en 1826, en favor de la conser-vación de la constitución de Cúcuta en 1827, contra la dictaduramilitar y la constitución boliviana que se quería dar a los colombia-nos, contra la convocatoria de la convención de Ocaña y contra elproyecto de monarquía de Colombia; los pueblos o sus representan-tes, bien o mal aconsejados, decidieron de otra manera, vierontriunfar sus opiniones, y yo con otros pocos insignes patriotasfuimos objeto de la más encarnizada persecución. No tengo, pues,

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por qué sorprenderme ahora de que en esta cuestión, en que cadauno es libre para decidirse por una persona, mi opinión sea desecha-da como perjudicial. Yo tengo el mismo derecho respecto de lasopiniones de los demás, y de este modo todos gozamos de nuestralibertad.

"Ningún granadino tiene motivo para temer que yo me erija enagente o sirva alguna vez de instrumento para pretensiones contra-rias a los dogmas políticos de la Nueva Granada consagrados en suconstitución. Después de 26 años de una carrera pública en que notengo el remordimiento de haber faltado a ellos, habiendo sidoprovocado con halagos seductores, sería la más necia locura serIesinfiel. Cuando me opuse firmemente a los proyectos del generalBolívar, era vicepresidente de Colombia por nombramiento legal ycon derecho a ocupar este puesto hasta el 2 de enero de 1831, lemerecía la más íntima amistad y confianza, obtenía el más elevadogrado militar conocido por la ley colombiana en el ejército y adquiri-do por la guerra de la independencia; gozaba de consideraciones,amistades, tranquilidad y fortuna, y seme brindaba una perspectivalisonjera de poder y de rentas en la realización de los planes deconfederación de los Andes y de constitución boliviana. Todo losacrifiqué a mis principios políticos, a mis deberes y a mi honor, y elmundo liberal me ha hecho espléndida justicia al verme destituido yperseguido bajo disfraces judiciales en odio de esta legal y firmeoposición. ¿Iré ahora al fin de la carrera a borrar con ignominia ellustre de este período de mi vida pública? Es imposible".

La acusación de Barrero

Presenta el caso a los honorables senadores, el 17 de abril de 1837,como reclamo por las imputaciones que le hace el senador EusebioBorrero. La acusación consiste:

"El cirujano Smith gozaba de pensión como indefinido, en clase decirujano mayor; faltó el cirujano ordinario del hospital de SantaMarta, y el gobernador, no el poder ejecutivo, lo destinó interina-mente a servir la plaza de cirujano ordinario. El poder ejecutivo

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aprobó este paso, y como la leyde gastos no pasaba para dicho des-tino sino el sueldo de cirujano ordinario, declaró, con dictamen delconsejo de gobierno, que no podía dársele el de cirujano mayor, yque si no le convenía tomar el de cirujano ordinario, volviese al gocede indefinido".

Está vigilante de su honor. Demanda con urgencia que se adelantenlas investigaciones y esclarece minucias como las que trata el asunto enreferencia.

La pureza electoral

Los tres últimos mensajes de esta compilación -el del 1Q de agosto de1837,el deIS de mayo de 1838y el del 7de junio de 1838,se preocupan deagradecer los enaltecimientos que le han hecho, en elecciones, los pueblosde Bogotá y de Pamplona. Declara que nadie tiene por qué temer a supresencia en los cuerpos colegiados:

"¿Témese que me oponga con firmeza a arbitrarias interpretacionesde la constitución, a medidas vejatorias a los patriotas, a calificacio-nes ilegales, a leyes de opiniones pasajeras en que el espíritu departido sea sólo consultado; o a cualquier acto que en vez de hacerandar la República hacia adelante, la haga retroceder a tiempos deingrato y deshonroso recuerdo? Ese temor sí es justo".

Se detiene en revivir las apoteosis que le han hecho:

"La patria me cuesta no pocos ni pequeños servicios para que laexponga por miras privadas. Esto está bien para los que poco o nadahan hecho por la causa pública. Nunca he sido elevado por revolu-ciones, traiciones ni deserciones a los puestos distinguidos que heocupado. A una conducta -pennítaseme decirlo-, siempre patrió-tica y siempre leal a la causa de la independencia y la libertad, hedebido mi elevación. A ella debí que en 1819 me nombrase elcongreso de Guayana vicepresidente del gran departamento deCundinamarca, estando yo en Bogotá; a ella el nombramiento de

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diputado del congreso constituyente de Cúcuta por tres provincias;a ella el de vicepresidente de Colombia hecho en 1821por el mismocongreso, hallándome a más de cien leguas de distancia; a ella elhaber sido reelecto vicepresidente en 1825 y 26; a ella el habermenombrado cinco provincias en 1828para diputado a la convenciónde Ocaña; a ella el nombramiento de diputado a la convencióngranadina en 1831por la provincia de Pamplona, hallándome toda-vía en Europa; a ella el de presidente interino de la Nueva Granadaen 1832,cuando todavía estaba yo en los Estados Unidos del Norte;a ella, en fin, la elección de primer presidente constitucional hechaen agosto del mismo año por las asambleas electorales, con laparticularidad de haber obtenido 1.012 votos de 1.263 electores.Estos son los nombramientos populares de más notabilidad que,conforme a las leyes del país, he merecido sin necesidad de mendigarsufragios, de convertirme en hipócrita ni de rebajar el mérito ajeno.Quizá no existe en todo lo que fue Colombia otro ciudadano quepueda presentar igual lista de elecciones populares en 18 años".

Sus otras preocupaciones, van dirigidas al sufragio. Pretende que éstesea limpio, sin sospechas, nijugadas torcidas, ni utilización de medios queno prevean las disposiciones. Porque él le da una gran categoría al voto.Es la manera como se estabilizan los gobiernos; se profundiza en la formade la conciencia civil de los pueblos; se crean las condiciones para larotación de mandatarios y legisladores. Fortalece la opinión pública quees la única que debe destacar la formación de las leyes y de los gobiernos.El voto es el que da acento popular a las decisiones. Con él se evitan lasconcentraciones de poder; las aberraciones de éste; los abusos y lasapropiaciones deshonestas. El voto mantiene alerta y vigilante a la opi-nión pública.

Gobernar sin ejemplos

De esta recopilación salen paladinamente nítidas las ideas básicas deSantander en cuanto al Estado, sus obligaciones y las del gobernante.Igualmente, cómo operaban sus relaciones con Bolívar y dónde estabansus divergencias, que eran de doctrina. El lector se dará cuenta de cómo se

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crea de la nada una administración. Cómo el derecho público holgada-mente le va sirviendo para dar las directrices. No actuó sino con la doblecondic{ón de gobernante y jefe. No se dejó intimidar, ni desquiciar ensu ideología. Su postura republicana la defendió con energía. Sufrióprisión, vejámenes, exilio, pero sin menguar su tendencia de demócrata.

Tuvo un gran vigor. Nuestras naciones salían de las garras del impe-rialismo español. No existían ni directrices, ni modelos a los cualesrecurrir. Los Estados europeos lucían sus reinados omnipotentes y capri-chosos. El arbitrio del soberano, se confundía con la paciencia de losgobernados. Estos no poseían derecho a discutir. En cambio, Santanderorganiza una República, con representación popular, con un congresobeligerante, con un pueblo enardecido y estremecido por mil pasiones,en la intemperie. La totalidad del gobierno lo ordenaba, catalogaba,señalando los límites, advirtiendo la terminación de los poderes y cuándoel pueblo debía inclinarse ante las normas. Como los militares, quevenían de los triunfos. Era dar una disciplina para el orden, en medio deltumulto. No sabía hacia qué lado mirar porque, o subsistían los reinados,o las contexturas democráticas no alcanzaban ningún dominio. EstabaSantander, realmente, imponiendo una idea de la organización civil.Hombre de leyes lo fue y en grado sumo, porque a ellas ató su capacidadde dirigente y acomodó a sus compatriotas a admitir aquellas.

Sentido del poder

Gobernar no es recibir el mando. Se reclama limpidez en los propósi-tos; seguridad en los senderos que hay que recorrer; certeza en lo que seencomia. Entre las rebeliones, saber ejercer aquél con energía, con capaci-dad de acercarse a la magnanimidad. Lo demostró varias veces Santan-der. En este libro hay testimonios de lo uno y de lo otro. Como estábamossaliendo de un caos guerrero, darle rigor al poder era indispensable. Casiinconcebible que se pudiera hacer, cuando había que someter a quienestenían prestigio por el fuego que había atravesado sus existencias. Doble-garse al orden, era casi un ideal imposible. De allí que debía de actuarse,por el conductor, con la serena grandeza que urgía ese instante histórico,pero sin consentir que prevalecieran los tumultos. Se requería, a la vez,

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mantener el idéntico celo para lo minimo, para los detalles, asi como paralo más representativo.

La constttuciány las leyes

Santander dio el derrotero: atarse el jefe, igual que el simple ciudada-no, ala constitución y. a las leyes. Que el comportamiento de aquél,sirviera de pauta para los gobernados. Que el ceder en su aplicación, nosdestituye del derecho de reclamar conducta en quienes deben aceptarlahacia el futuro. Si se accede, estamos propiciando que se entronice labarbarie, que es la anti-ley. Acostumbrar a una colectividad, que se hamovido entre las directrices de una guerra irregular, a una pauta, exigemucha vislumbre en la manera de reclamar el acatamiento a las normas.Tener ponderación en la aplicación de ellas; ir apaciguando efusionesalborotadas; alcanzar con la repetición la complacencia para las nuevasorieritaciones. Esto lo supo hacer Santander.

Respetar y exaltar al congreso

Hay dos constantes en la sabiduría de Santander como director delEstado: el acatamie~to máximo a la honorable Corte Suprema de Justiciay al congreso. A la primera no trata de interferirla. No se dictan frasespugnaces contra sus decisiones. Al contrario, cuando ella expresa algunaduda, de inmediato la tramita ant~ el órgano respectivo, con devoción yrespeto.

Estaba creándose una nación y organizándose un Estado. Apelósiempre a quienes poseian la más próxima representación del pueblo: alcongreso. A éste recurre una y otra vez, cuando no hay una disposiciónexacta; o cuando hay oscuridad en la norma; o cuando no se ha expresadosobre la materia en litigio. No tolera su juicio personal, ni el de suscolaboradores. Aspira a que se pronuncie quien cuenta con autoridad y laresponsabilidad democráticas. Le entrega al congreso consideración má-xima. Es una respuesta de cómo aceptaba el gobierno republicano: condevoción para los otros poderes, sin entremeterse porque conduciría a laarbitrariedad y al desvio de funciones. Lo que pide es exposición lógica en

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cada suceso donde pueden existir varias rutas para dar soluciones públi-cas. No lo intenta, a pesar de que tuviera él, personalmente, claro elderrotero. Sabe que son indispensables múltiples pedagogías para influiren lo nacional. Y los pedimentos d~ quienes deben indicar los caminos.Por esto, invariablemente rechazaba las facultades extraordinarias. San-tander concluía que la solución podía demorarse un poco más, pero queera bueno que se controvirtiera, se le vieran nuevas perspectivas aljuicio.De esa manera se educaba a la comunidad. Nunca abandonó el método.y así asegura otro éxito cardinal: cada vez se reafirmaban los encamina-mientos republicanos.

Unidad del continente

.Dentro de esas misiones, crece una de la mayor trascendencia: lainevitable unidad del continente. En varios escritos, este propósito se lehalla explícito y reiterado. No fue idea que le cedieron o le entregaronotros generosamente. No; ella alcanzó a ser centro de su actividad comoestadista. Veía que si no se producía solidaridad en nuestros países,estaríamos moviéndonos dentro de limitaciones. Cada vez, tendríamosmenor oportunidad de defendernos del poder español, empeñado en lareconquista, con la ayuda de todas las alianzas inimaginables. Santandercomprendía que no podía excluirse a ningún país. Ni siquiera al Brasilque tuvo ataduras con otros poderes ni a la Argentina o a Buenos Aires,como la denominaban en esas épocas, y que contaba con otras alianzas.Desde el comienzo de su gobierno, y en uno de sus primeros mensajes,habla de cómo debe ser el concurso entre las naciones. Sin recelos, sinventajas de unas contra otras, sin mengua de nuestro propio poderindividual y sin entregarlo a la custodia de otro. Que se manifieste comoexpresión natural de concomitancias en lo político, económico, social.No inventó nada cuando se iba a reunir el congreso anfictiónico dePanamá. El ya contaba con una política enunciada, reiterada, constante.No estaba improvisando sobre materia tan esencial. El luchó por lo queno hemos alcanzado todavía. Este tema, es una obsesión en sus go-biernos.

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La lucha internacional

Contemplando los escollos a que estaban atados nuestros países, en lavida internacional, nos explicarnos esa prédica de la necesidad de unidadindoamericana que asiste a la inteligencia de Santander. El, le da granalcance a cada hecho internacional. No era recortada su visión de estadis-ta. Al contrario, cada paso que dan las grandes potencias, lo denuncia y lodiscrimina críticamente, desde el punto de vista de nuestros afanes, comopaíses recién amanecidos a la independencia. Europa andaba en alianzascontra nosotros. Sin conocer a Europa, contaba con una informacióndetallada de cada una de sus variantes internácionales. Las analizaba enrelación con el instante que se vivía. No era sereno, por cierto. Otra de sushazañas, fue conducir entre las amenazas extranjeras. Los anuncios deinvasión se sucedían permanentemente. Mientras España proclamaba ycombatía por su retorno.

De allí que le diera gran alcance a cualquier signo positivo de Europahacia nosotros. Escrito de gobierno le merecía el nombramiento de uncónsul, un acto que hoy es rutinario. Con sus frases, quería llamar laatención a lo que este acto sencillo, entrañaba; era un país que yareconocía nuestra existencia. Nos concedía tratamiento de nación, deigual a igual. Anunciaba que ya no contábamos con un enemigo poten-cial. Cuando Inglaterra poseía tanto y cabal ascendiente en las cancille-rías europeas, él se empeñó en mantener las mejores relaciones con elimperio británico, profundizándolas y estimulándolas, porque su actitudoficial contaba con demasiado peso en el conjunto europeo. Su visióninternacional, cada día era más profunda.

La guerra del sur y las insurrecciones internas

Gobernó atenazado de escollos. Varios que no se han valorado sufi-cientemente -porque se le contempla con sentido ideal- son los impera-tivos y limitaciones que imponía la guerra del sur. Esta, requería hombres,dinero, alimentos, y bestias. Cada elemento se le solicitaba a Santander.Se demanda una gran fortaleza, equidad y resolución para dirigir entretantas urgencias. Sólo ponía un obstáculo: que todo lo que se entregara,estuviera obedeciendo a un principio legal. Esto no lo comprendía Bolí-

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var, que estaba entre el fragor. Santander predicaba, daba otra dirección,enunciaba una tarea para cumplir: el poder no es para poder, sino paradirigir cada suceso dentro de los postulados de las normas. No ejecutabalos actos presionado por la emoción; ni por artificiales alegrías; ni porimpulsos pasionales. Los acomodaba a lo que deseaba 'para su patria: ungobierno que se movía entre doctrinas y prácticas republicanas. Esa esparte de su magnificencia.

Dirigió, también, entre las turbulencias internas de Colombia y deVenezuela, y con España armando toda clase de conjuras dentro denuestros territorios. Esta, todavía conservaba poder, relaciones, súbdi-tos, personas más próximas al mundo hispano, que a rfpestro propioderrotero. Las rebeliones locales eran permanentes. Había gentes que noaceptaban atarse a la disciplina, cuando antes se portaban con liberali-dad. Se alzaban en Santa Marta, en el Zulia, en Neiva, én Puerto Cabello,Cumaná, Valle de Upar, La Guaira, en Quito y-Guayaquil, en Margarita,Barcelona, Apure, otra vez en el Zulia, en Guayana y tres veces más enMargarita. No era sencillo domesticar a quienes se sentían dueños yseñores de sus vidas, y de las de los otros.

Lo fiscal y la deuda

Entre. tantas saeteadas, crecían otras: las de la vida fiscal y la atenciónde las deudas. Bien sabía él que se precisaba de demasiado dinero paraorganizarnos civilmente y para atender los permanentes reclamos deBolívar. La vida fiscal no podía aumentar, cuando el desarrollo aparecíatan detenido. Cuando las industrias no contaban con un poder económi-co. La tierra estaba, mediante las leyes coloniales, libre del comercio y lahacían nugatoria por las exenciones tributarias. De suerte que las fuenteseran escasas. El, permanentemente, en sus amonestaciones, lo primeroque solicitaba era austeridad, merma en los gastos, limitación en lasinversiones, control de cada centavo que se recibiera y se tratara deinvertir. El atender la deuda alcanzaba otra connotaciónjnás profunda: sise hacía con regularidad, nuestro prestigio como país organizado, ya conunas derroteros, y. con un porvenir despejado, jugaba con prestigioasegurado en los escenarios europeos. El no cumplir, mermaba nuestrarespetabilidad; nos hacía desmerecer en la apreciación internacional; nos

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impedía solicitar más reconocimiento de nuestra calidad de pais indepen-diente.

Frenar a los militares

Gobiernos bien llenos de complejidades administrativas los que diri-gió Santander. Desde el punto de vista político, se estaba ideando unamanera de gobernar. Ciñendo a cada uno al orden democrático y a la ley.No se queria aceptar por muchos, porque su estado natural era la rebe-lión. Había que doblegar el espíritu arisco de varios generales, que venian.de exponer su existencia y de contribuir a la libertad. Cada uno seconsideraba dueño de la suerte colectiva. Aceptar guías, ceder ante losdictados, contribuir, con serena humildad, a que se impusieran leyes,reglas, cortapisas, no era sencillo. No se comprendía así. Mantener la másalta, noble y abierta amistad con Bolívar: no se encuentra un adjetivotorcido que trate de mermarle su gloria. Eso si, debía frenarle sus ímpetus,recordándole que habían combatido juntos por la independencia paraimponer unos estados republicanos. Esa faena humana de serenar brio-sos temperamentos, es una de las hazañas más engrandecedoras de lafigura de Santander.

Importancia de la Gran Colombia

Le dio gran alcance y trascendencia a la armonía que debía mantener-se para consolidar la Gran Colombia. No hubo en su gobierno un soloacto que pueda tachársele de estar enderezado a fortalecer complejida-des. No contó con la benevolencia de los venezolanos en varias acciones,sin perder su equilibrio. La sensatez y la frialdad para valorar las accio-nes, primó en cada oportunidad. Lo atormentó "La Cosiata" de Valen-cia. Desde el comienzo, consideró que ello desataría acontecimientostrágicos para conservar la unidad. La actitud de Bolívar cuando viajó aarreglar la insurrección, no alcanzó a encauzar a las gentes y a losacontecimientos por los nortes democráticos." Actuó con mano muyabierta, en donde la autoridad se escurrió. Santander escribe varias yanhelantes páginas previniendo lo que podía pasar; solicitando serenidada Páez, con frases de gran altura humana y política; con reflexiones

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desapasionadas. Fue grave haber tolerado lo que sucedió. Santander lopredijo con franqueza. Invariablemente, con previsión, denunciaba loque allí pasaría. Ni el congreso admirable de 1830,que tomó el asunto ensus manos, y en lo. cual tuvo tan singular relieve la actitud de Sucre,enderezó lo que se había facilitado con medidas que no fueron prudentespor parte del Libertador. Ese acto, "La Cosiata", puso en duda ya lasupervivencia de la alianza grancolombiana.

Relaciones con Bolfvar

Quien se tome el grato trabajo de leer la correspondencia de Santandercon Bolívar, encontrará algunos signos permanentes: la demasiada consi-deración en el trato de aquél para éste. Cuando tuvo dudas en cuantoal comportamiento del Libertador, le habló con serena franqueza. Sinsordidez en el razonamiento. No hay frase que no tienda a conservar lagloria del Libertador. Sin dudas, hizo la exaltación de su gloria; elreconocimiento de su significado humano, militar, político. No ledemeritó una sola de sus acciones. Al contrario, las tomaba para cantar-las y, como amigo, vanagloriarse de ellas. Le hizo admoniciones, observa-ciones, mil previsiones para que no entorpeciera el avance de su gloria.Este, no quiso escuchar, porque contaba con nociones del Estado total-mente separadas: Bolívar proclamaba la dictadura; Santander repetía suvoluntad republicana como el derrotero de felicidad de los pueblos. Fueel choque de dos personalidades con concepciones diametralmenteopuestas en cuanto a la manera de manejar el Estado. No era unaconfrontación personal; o de fuerte impulso pasional; o de simples force-jeos por el sitio en la historia. Santander jamás discutió el de Bolívar: nisiquiera cuando sufrió vejámenes injustos de éste. Después de ellos,tampoco tuvo una insinuación turbia sobre los actos de su enemigo. Lanobleza espiritual inunda sus cartas y sus mensajes.

Dentro de tanta, admiración, Santander no eludió decir cuál era suposición frente a los problemas nacionales. No veló ninguna de susposturas doctrinarias. Se destacó porque reafirmaba lo que lo singulari-zaba como individuo, de pensamiento y de carácter. Frente a los actos delLibertador, su criterio y su juicio son igualmente radicales que cuandoemplaza otras, circunstancias. Lo predica en voces de gran altura estética

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y de nobilísimo perfil humano, pero sin que puedan tejerse tergiversacio-nes. Cuando Bolívar permite que lo denuesten, que se hable con impro-piedad sobre su paso por la vida pública, Santander hace sentir que sudignidad está ofendida. Entre los asedios que tuvo que atravesar por laacusación en el atentado del 25 de septiembre, al reclamar 10hace con igualypermanente altura de estilo. Sin una consideración injuriosa. Cuando re-gresa, no hace referencias personales. No empina un calificativo de odio.Sólo presenta criterios de gobierno. Se olvida de 10 personal. Se porta co-mo que no hubiera padecido: Así dimana su grandiosidad. No se la pue-den disputar.

Que no se trate de ignorar que sin Santander, no se contarían lashazañas del Ecuador, del Perú y de Bolivia. Trabajó sin pequeñez. Entreprivaciones de un Estado naciente, atendió con munificencia todas laspeticiones de Bolívar. Era igual la batalla y Santander así 10 aceptó. Pideal congreso todos los auxilios que son indispensables, sin rebajarlos, sindisminuir su importancia, encomiándolos y haciendo ver su inaplazableurgencia. Sin que haya un solo desvío en ruindades. Cuando Bolívarestaba ausente, y en el sur, tuvo el cuidado de no intervenir en Quito yenGuayaquil, para no despertar el menor recelo. Sus atenciones a Bolívareran de vigilancia sobre cada acto. Cuando le crean obstáculos internospor los continuos alborotos, al reunir soldados, lo primero que hace esenviar los que urge la campaña del sur. No era simple el proceso, pues loshabitantes estaban fatigados de tanto reclutamiento y juzgaban a losotros países muy distantes. Pues Santander infundía confianza, transmi-tía esperanza en que nos correspondía hacerlo. Nosotros en la perspectivadel tiempo, le damos a cada acto de la campaña del sur, un calificativode fuerza ideal. A los soldados se les pedía otro servicio, en tierras le-janas de su patria. Santander mantenía el fuego encendido de la pasiónlibertadora. Por eso mismo no fallaron nuestras tropas ni nuestrosdineros. No sé si alguien lo haya afirmado, pero la realidad, escueta yexacta, es que sin Santander no abundaría la gloria de Bolívar.

Conocimiento de lo nuestro

Cada vez que debe enfrentar un suceso de nuestra región; una soli-citud, un proyecto feliz o descabellado, Santander habla con minuciosa

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fidelidad. Es impresionante la visión sociológica y geográfica del territo-rio y de sus habitantes. No se le escapa detalle. Analiza todas las posibili-dades y las mermas. Se detiene en cada acontecimiento o circunstanciacon pasión de administrador público: no los despacha a prisa. Al contra-rio, los valora, los discrimina para apreciarlos, los organiza para analizar-los. Es la abundancia de conocimientos de las diferentes comarcas, lo quele permite acertar en el gobierno. El criterio regional y humano, le dapeculiaridad a: cada una de sus apreciaciones. Para gobernar se necesitaser politico, y, a la vez, ser intérprete de una realidad. El,lo alcanzaba entotalidad. Santander desmontaba los problemas, pieza por pieza, parapoder clasificarlos, y finalmente, lanzar su juicio.

La constitución de 1821

Persistía un grupo de venezolanos que no tuvieron afecto por laconstitución de 1821. El no haber acatado sus cláusulas; el haber queridoreformarlas, sin éxito; el levantar barricada contra ella, sin cautela, nosllevó al torbellino de la dictadura de Bolívar. Nos confundió a todos.Santander estaba vigilante de su marcha. Invariablemente ratificó lacreencia de que romperla era desatar el caos nacional. Lo indicó demasia-das veces. Como insistió en localizar la manera memos traumática deproducir sus cambios, si era que realmente se consentían. No huboserenidad para ver el derrumbamiento que se avecinaba.

~stadista y jeJfe

Santander razona como un estadista y lo comprueba esta recopilaciónde Mensajes y de escritos. Califica las cosas como un jefe. Sin cálculos nititubeos ni cautelas reverenciales. Lo que afirma, lo expresa con granseveridad. Su razonar lo presenta con directa fuerza de convicción y deentereza. Con categoría de mando. Habla con verticalidad de dirigente.

No permite que sobre su existencia caiga una sospecha. En variasoportunidades renunció y, en especial, cuando la chismografía en sucontra se encarnizó al arribar el Libertador a Santa Fe. Mala condiciónfue que éste diera crédito. Renuncia con qué decoro. Sin apocamiento, sin

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que predominara el temor, sin que lo circundara la duda. Pide que loinvestiguen, porque no tolera ni lo mínimo que pueda turbar su imagende hombre público. Lo pide, inclusive cuando SUS contendores no tienencalificaciones morales para enjuiciarlo. Confia en el debate, en el escruti-nio de su tránsito vital y sus actos; Le da igual alcance al congreso oa laimprenta. De ambos, depende el conservar la libertad. Exhibía la seguri-dad de que no podían enturbiar su existencia, pues logró todos los cargossin solicitarlos. Como natural privilegio para su dedicación de estadista.

Claridad en la escritura

El estilo de Santander es de un magistrado. No está ni para lasexaltaciones románticas ni para las de efecto circunstancial. Escribe congran certeza formal, sin zozobras en el estilo, con calidad formal. Asuprosa la distin.gue la claridad en el razonamiento y la limpieza en lacalificación y en los juicios. Es un excelente escritor público. Es de unapropiedad que impresiona. Cada adjetivo o adverbio se acomoda, justa-mente, al propósito de su obra intelectual. Es estricto en el manejo delidioma para los problemas del Estado. Cuando redacta sus cartas perso-nales, la abundancia no confunde.' Lo que impresiona es la puntualidadformal, de la cual dimana una belleza serena. No se presentan alteracio-nes bruscas ni precipitaciones analíticas ni razonamiento' s atrevidos. Esun pedagogo en la maestría de los deberes del Estado. Y éste, naturalmen-te, fiel a lo republicano. El toma los hechos, los separa, los clasifica y sinalardes verbales, los juzga. No le interesa que lo encuentren avasallante.Lo realiza con el rendimiento que merecen sus interlocutores, que son susconciudadanos, y sin que se traduzcan aires de pequefiez humana ointelectual. Es un hombre de Estado que usa la escritura para defenderunos valores ideológiCos. No se desperdicia en menesteres menores. Sabeque está dando pedagogías en un país que apenas amanece a los enuncia-dos democráticos. Esa manera de escribir, con sencillez, no la cambian nila persecución ni el odio que contra élacumulan, ni elexilio. Cuandoregre-sa otra vez a gobernar, llamado por sus compatriotas, vuelve a dar igualsensación de majestad que se le conocía cómo autor de singulares circula-res públicas.

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Sus mensajes

Esta recopilación nos recuerda que en sus gobiernos se produjeronbuenos mensajes. No en el carácter de la escritura solamente, sino en eldela proyección como pensamiento hacia el futuro. Con afán de atender a loinmediato nacionaly con pasión universalista. Le daba un gran valor a laimprenta. Como mediadora para expandir el pensamiento, recurría a ellapara expresar sus observaciones críticas,

A Santander la pluma le sirve de viático en la administración. Con ellasostiene unos postulados. Influye sobre una sociedad que se movía endesorden, buscando que vea y localice las rutas del carácter público. Laempleaba para hallar su gente. La carta atiende a zonas más íntimas. Elmensaje es público: orienta, corrige, insinúa el futuro. Con él se pelea launidad social. Que'lo colectivo conozca las respuestas a sus inquietudes.Que no haya disimulo entre los gobernantes y los gobernados.

El "mensaje" ilumina, ilustra, desata la controversia, apacigua, daalientos para la uniformidad. O precipita el rechazo. No está pensandosolamente para sosegar. Igualmente, despierta fuerzas detenidas de lo co-lectivo. Puede facilitar la relación comunitaria, la que lanza la voz haciael pueblo: la que unifica.

En él se evidencia el trato del jefe con la totalidad de grupos. Sinexclusiones. Su lenguaje necesariamente es general, para la comprensióncomún. y para .que cada ciudadano lo discuta. No debe tener rudeza,persiste en la cortesía de quien manda. Su irradiación es para cada uno.Hasta para los enemigos. "El que lo escribe se siente viviendo" sus ideas,su acción de estadista, y precisa las líneas que traza, para el porvenir y laacción pública.

El "mensaje" sitúa el acontecimiento en el instante histórico. Le dasolvencia para el futuro. No se razona para la intimidad. Es para todos,sin cálculos. Los lectores serán diversos en categorías, preparación, ori-gen y sitio en el territorio nacional. Cada uno puede tener una posturadiferente frente a las urgencias de su patria. El escrito desea suscitarproximidades, aprobación de lo que afirma y de lo que se hizo y relata.Igualmente, que si se polemiza se sepa qué. están impugnando. No hayreservas para ganar la contienda. Esta se plantea completa, sin esguinces.Es para "destinatarios colectivos". Que alcance a la totalidad, que loscomprometa y los ponga a reflexionar sobre el desvelo general. Es cuando

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el estadista da la cara para instruir sobre las principales materias delEstado. Esto lo hizo Santander con la máxima pericia y la máximagrandeza.

t<HlEste libro, que ha ordenado Guillermo Hernánd~~pe Alba, prestará

un gran servicio a la historia. De la lectura de sus documentos, va saliendola figura de Francisco de Paula Santander con los perfiles de su pensa-miento y de su obra. Sin sombras que recorten su agudeza para juzgar el

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pasado y el futuro de la República. Es otra de las contribuciones deHernández de Alba al engrandecimiento de la vida cllltural de Colombia.Fue consagrado como Honoris Causa de la importantísima Universi-dad Mayor de Nuestra Señora del Rosario, que es uno de los templos de lasabiduría nacional. Lo consideraron el mejor "Cro~iMa de la ciudad deBogotá". Creó el Museo 20 de Julio. Publicó 58 libros en los cualesresplandece su gran conocimiento de la historia nacional, de nuestratradición intelectual y de las bellas artes. Se caracterizó. como estudiosode tiempo completo. Lo encontró la vida en sitio consus devociones. Lacaballerosidad y la firmeza de su existir se traslucen en sus obras escritas.Fue hombre de alcance universal que trabajó por su patria. Este libro esuna de sus malle ras de manifestar la devota inclinación por Colombia .

. ,QTTO MORALES 8ENiTEZ

Barrio El Rej~gio. Bogotá. 1988.

NOTAS:

L VerMuchedumbres y banderas (Luchas por la libertad), de Otto Morales Benítez. Terceraedición Círculo de Lectores, Bogotá, 1987.

2. Escritos sobre el general Santander, tomo 3. Recopilación, Horacio Rodríguez Plata,.Colección de oro del militar colombiano. Bogotá, 1980.

J. Otto Morales Benítez: Guías hacia el general Santander (Inédito).

4. Antonio María Barriga Villalba: El empréstito de Zea y el préstamo de Erick Bo/lman deJ822. Editorial Banco de la República, s. f.

s. David Bushnell: El régimen de Santander. Colecciones Tercer'Mundo y UniversidadNacional, Bogotá, 1966. .

6. Germán Arciniegas: Bolivar y la revolución, Planeta, Bogotá, 1984.

7. Horacio Rodríguez Plata: Santander en el exilio: proceso. prisión. destierro. J 828 - J 832.Editorial Kelly, Bogotá, 1976.

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NOTA METODOLÓGICA

Este volumen reúne un conjunto de piezas de autoría del general Santander,seleccionadas y ordenadas por el académico don Guillermo Hernández de Alba,quien preparó el programa editorial de compilación de escritos del prócer condestino a la Colección Documentos, de la Biblioteca Presidencia de la República.

El plan editorial de la presente obra se realizó una vez concluido el diseño delos demás volúmenes de autoría del general Santander aplicando como criterio laconcentración en este, en forma selectiva, de aquellas piezas que en concepto delacadémico Hernández de Alba testimonian hechos y acontecimientos de la vidapública del autor, estrechamente vinculados al acontecer nacional durante elperíodo 1820a 1837.Dificil labor de selección, tanto por el universo de textos quese consultaron como por lo variado de sus orientaciones y de los asuntos quetratan.

Lamentablemente falleció el director académico de esta compilación antesque concluyera la preparación editorial del volumen. Esto dificultó la presenta-ción que inicialmente se había diseñado, con un aparato crítico que contextuali-zaba los documentos aquí reunidos. La doctora Carmen Albornoz, bajo ladirección del académico don Guillermo Hernández de Alba, adelantó un trabajodocumental, al igual que la elaboración de los índices.

Posteriormente se efectuó una revisión y reordenamiento de los documentos,en el marco de los demás volúmenes de textos propios del general Santander queviene publicando la Fundación Francisco de Paula Santander. Revisión a cargode la historiadora María Teresa Calderón Pérez y la coordinación editorialdel director ejecutivo.

La presentación definitiva fue entonces orientada por el académico OttoMorales Benítez, autor del texto de introducción redactado especialmente paraesta edición y que suple la reseña individual de los documentos, proyecto inicialdel volumen. El prologuista recomendó, además, incluir en apéndice algunostextos que complementan la visión panorámica del pensamiento político delgeneral Santander. En último término, la junta directiva y sus comités técnicosoptaron porque este volumen se ajustara en su presentación a las pautas editoria-les de la Colección Documentos, en cuanto a su ordenamiento cronológico-temá-tico y en el aparato crítico, constituido por los índices de lugares geográficos ypersonajes mencionados en los documentos, por un índice comentado de asuntosy materias tratados y por una cronología comparada que incluye un biogramadel general Santander, acontecimientos colombianos, regionales y mundiales.

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Cada documento fue sometido a un proceso de actualización ortográfica,acompañado de un registro de sus fuentes documentales, editoriales y las referen-cias posteriores a su primera edición. Así, algunos de los textos se encuentranilustrados por reproducciones de-la primera página del original impreso en laedición príncipe.

Aunque cada uria'de las piezas muestra una autonomía como tal, los asuntostratados se relacionan con otros textos complementarios ya publicados en otrosvolúmenes que integran la obra atribuida al general Santander y que hanaparecido, como se anotó, en la Colección Documentos de la Biblioteca Presi-dencia de la República.

RECONOCIMIENTOS

La aparición de este volumen constituye homenaje póstumo a la memoria deldirector académico de las obras escritas por elgeneral Santander y presidente delcomité técnico de investigación de la junta directiva de la Fundación Santander,don Guillermo Hernández de Alba.

En las labores de acopio documental el taller editorial de la Fundación contócon la colaboración permanente de la Biblioteca Nacional, por intermedio de lareferencista Ana Suárez de Guzmán.

La Hemeroteca Luis López de Mesa, del Banco de la República, nos facilitó,amablemente, de sus colecciones de manuscritos, la reproducción facsimilar deloriginal de la orden de ejecución de los oficiales españoles prisioneros en labatalla de Boyacá, firmada por el general de división Francisco de Paula Santan-der, encargado del poder ejecutivo de la Nueva Granada y fechada el 11 deoctubre de 1819, y la reproducción del texto de la certificación de la ejecución,expedida por el capitán mayor del batallón de milicia de infantería, José Arce, dela misma fecha. A la doctora EIsa Martínez, directora de la hemeroteca, leexpresamos nuestros agradecimientos por la gentil autorización para publicarpor primera vez estos documentos.

Las demás reproducciones facsimilares de originales impresos fueron toma-das de las colecciones de la Biblioteca Nacional de Colombia.

En la preparación editorial participaron los siguientes colaboradores deltaller editorial de la Fundación Santander: normalización del vocabulario yelaboración de índices, Gloria Amparo Flórez y Nelson Mosquera; cronologíacomparada, María Teresa Calderón y Luis Javier Caicedo; actualización orto-gráfica de los textos, Salomón Torres; la revisión de pruebas tipográficas larealizó Antonio Ospina; catalogación en la fuente, Blanca Nubia Cardona,documentalista de Colcultura.

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La cartografia, Suramérica 1800-1830,fue responsabilidad de Germán Rizzoy revisada por la división de fronteras de la Cancillería. Sebastián Casanovarealizó las fotografias de los facsímiles que ilustran el volumen. El diseño de lasobrecubierta fue encomendado a María Isabel García, con base en la pautaelaborada por Carolina León. La preparación de la pauta editorial y la supervi-sión de los procesos tipográficos fueron r.ealizadas por Hugo González, con lacolaboración en la sistematización del aparato crítico de la obra del analista desistemas Ricardo Ladino Rodríguez.

La coordinación y la dirección editorial fueron responsabilidad del directorejecutivo de la Fundación. La presente edición ha sido financiada con los aportesde los socios fundadores de la entidad, a quienes expresamos nuestros reconoci-mientos.

LUIS HORACIO LÓPEZ DOMÍNGUEZ

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