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OBJETO El inc. 2) del artículo 140 requiere para la validez del acto jurídico de un objeto que sea física y jurídicamente posible, características a las que debe adicionarse la determinación o determinabilidad del objeto, pues así resulta de la concordancia con el inc. 3) del artículo 219 del Código Civil La conceptuación del objeto como requisito de validez es cuestión sumamente compleja y debatible, puesto que todo acto jurídico requiere de objeto. La noción del objeto resulta de la contraposición con el sujeto, pues todo lo que no es sujeto es objeto. Pero la complejidad de la cuestión radica en que se suele confundir el objeto con el elemento material del acto jurídico, como ocurre con los que son de naturaleza patrimonial, por lo que los actos no patrimoniales, sin ese elemento material, carecerían de objeto, lo que no puede admitirse, puesto que en el concepto lato y abstracto de acto jurídico quedan comprendidos tanto los de contenido patrimonial como los que no tienen ese contenido y en los que por no tener elemento material solo existen sujetos, como ocurre con la relación conyugal que nace del matrimonio. Por ello, si se considera que todo lo que no es objeto es sujeto y que éste no puede ser considerado objeto, nuestro planteamiento es que el objeto viene a ser la relación jurídica a la que el acto jurídico da creación, o a la que regula, modifica o extingue, conforme a la misma noción incorporada al artículo 140. En toda relación jurídica se integran derechos y deberes u obligaciones generados por el acto jurídico que le ha dado creación y que los sujetos que son las partes de la misma, mediante sus respectivas manifestaciones de voluntad, regulan, modifican o extinguen. Ahora bien, la relación jurídica con sus derechos y deberes u obligaciones, debe ser físicamente posible, esto es, tener la posibilidad de existir por no oponérsele las leyes de la naturaleza. Debe ser jurídicamente posible, esto es, no ser contraria al ordenamiento jurídico. Debe ser, por último, determinable, esto es, ser susceptible de identificarse dentro de una categoría o institución jurídica. 1

Objeto- Forma Acto Juridico

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Derecho

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Page 1: Objeto- Forma Acto Juridico

OBJETO

El inc. 2) del artículo 140 requiere para la validez del acto jurídico de un objeto que sea física y jurídicamente posible, características a las que debe adicionarse la determinación o determinabilidad del objeto, pues así resulta de la concordancia con el inc. 3) del artículo 219 del Código Civil

La conceptuación del objeto como requisito de validez es cuestión sumamente compleja y debatible, puesto que todo acto jurídico requiere de objeto. La noción del objeto resulta de la contraposición con el sujeto, pues todo lo que no es sujeto es objeto. Pero la complejidad de la cuestión radica en que se suele confundir el objeto con el elemento material del acto jurídico, como ocurre con los que son de naturaleza patrimonial, por lo que los actos no patrimoniales, sin ese elemento material, carecerían de objeto, lo que no puede admitirse, puesto que en el concepto lato y abstracto de acto jurídico quedan comprendidos tanto los de contenido patrimonial como los que no tienen ese contenido y en los que por no tener elemento material solo existen sujetos, como ocurre con la relación conyugal que nace del matrimonio. Por ello, si se considera que todo lo que no es objeto es sujeto y que éste no puede ser considerado objeto, nuestro planteamiento es que el objeto viene a ser la relación jurídica a la que el acto jurídico da creación, o a la que regula, modifica o extingue, conforme a la misma noción incorporada al artículo 140.

En toda relación jurídica se integran derechos y deberes u obligaciones generados por el acto jurídico que le ha dado creación y que los sujetos que son las partes de la misma, mediante sus respectivas manifestaciones de voluntad, regulan, modifican o extinguen.

Ahora bien, la relación jurídica con sus derechos y deberes u obligaciones, debe ser físicamente posible, esto es, tener la posibilidad de existir por no oponérsele las leyes de la naturaleza. Debe ser jurídicamente posible, esto es, no ser contraria al ordenamiento jurídico. Debe ser, por último, determinable, esto es, ser susceptible de identificarse dentro de una categoría o institución jurídica.

FORMA

La forma es la manera como se manifiesta la voluntad para la celebración del acto jurídico. Es el aspecto externo de la manifestación, pues si la voluntad es el contenido, la forma viene a ser el continente. De ahí, entonces, que no puede haber acto jurídico sin forma y que ésta sea indesligable de la manifestación de voluntad.

Se admiten formas verbales y formas documentales. La formas verbales.- Dan comprensión a todas las maneras de manifestación de voluntad que no se plasmen materialmente, o sea, que la exteriorización de la voluntad queda comprendida en el ámbito de las formas verbales, sea que se realice mediante el lenguaje hablado el mímico o por señas o gestos.

Las formas documentales.- Requieren de una plasmación material, o sea, que la exteriorización de la voluntad se haga por escrito o por cualquier otro medio de comunicación que se plasme materialmente, sea de manera mecánica, electrónica o por cualquier otro medio que materialice la manifestación.

Pero la forma tiene una finalidad práctica constituida por su finalidad probatoria, que es fundamental, por que siendo la manera como se manifiesta la voluntad mediante la forma debe probarse la existencia del acto jurídico y su contenido, pues las partes, mediante sus respectivas manifestaciones de voluntad, norman la relación jurídica que han creado, que están regulando, están modificando o están extinguiendo. Por ello, por no servir a la finalidad probatoria, el Código Civil permite las formas verbales sólo para los actos jurídicos que no tienen trascendencia familiar, patrimonial o social, regulando de manera cogente lo relativo a la forma, pues interesa al orden público que la forma coadyuve a la seguridad jurídica.

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El artículo 143 pone en evidencia la presencia gravitante del orden público en el tratamiento de la forma, pues permite a los interesados en la celebración del acto jurídico a usar la forma que juzguen conveniente sólo cuando la ley no la prescribe. Distingue, de este modo, las formas voluntarias de las formas legales, determinando que la libertad para adoptar la forma esté limitada por la ley.

Las formas voluntarias.- Vienen a ser las que los interesados eligen para la celebración del acto jurídico, pero siempre que para ese acto no exista norma legal que le prescriba una forma. El ejercicio de la libertad para la adopción de la forma puede conducir a la utilización de formas verbales o formas escritas, pero con la atingencia de que siendo la forma un medio probatorio de la existencia y contenido del acto jurídico, en el ejercicio de esta libertad es siempre recomendable la adopción de una forma escrita.

Las formas legales.- Son las prescritas por la ley y son las formas documentales o instrumentales, que se diferencian en privadas y públicas.

La forma documental es privada cuando no está revestida de solemnidades o formalidades. Requiere únicamente de estar plasmada materialmente y, si se trata de un documento escrito, éste puede ser manuscrito o haber sido plasmado mecánica o electrónicamente. No requiere de firma, ni de fecha ni de ningún requisito formal y puede tener enmendaduras. Por ello, su valor probatorio es relativo y su meritua-ción en un proceso requiere de probanza complementaria

La forma documental es pública cuando está revestida de solemnidades o formalidades establecidas por la ley. Por ello, son documentos públicos los otorgados por los funcionarios públicos en ejercicio de sus atribuciones y las escrituras públicas y demás documentos notariales a los que la Ley del Notariado les reconoce ese carácter. Por ello, su valor probatorio es pleno y su merituación en un proceso no requiere de probanza complementaria, salvo que sean impugnados o tachados por defectos de forma o se les impute falsedad, en cuyo caso debe haber probanza que determine si la impugnación o la tacha son o no fundadas

La forma documental, privada o pública, es la que la ley prescribe según la trascendencia familiar, patrimonial o social del acto jurídico, puesto que es el medio probatorio por excelencia. Por ello, en unos casos la prescribe ad probationem y en otros casos ad solemnitatem.

El artículo 144 está referido a la forma legal que puede ser prescrita, como acabamos de indicar, con el carácter de forma ad probationem o con el carácter de forma ad solemnitatem.

La forma ad probationem.- Es la que tiene por única finalidad probar la existencia del acto jurídico, pero sin que el documento sea consustancial al acto. Vale decir, entonces, que el acto y el documento, cuando la forma es ad probationem, son dos entidades jurídicas distintas, separables, y que el acto puede existir independientemente del documento, pues si el documento se deteriora y se pierde la prueba de la existencia del acto puede hacerse utilizando cualquier otro medio probatorio.

La forma ad solemnitatem.- Tiene también por única finalidad probar la existencia jel acto jurídico, pero el documento es consustancial al acto y ambos forman una sola entidad jurídica, inseparable, pues el acto no puede existir sin el documento y si este se deteriora y se pierde, el acto jurídico se extingue y no puede ser probada su existencia por otro medio probatorio. La prueba exclusiva de la existencia del acto jurídico está determinada únicamente por el documento prescrito por la ley como arma ad solemnitatem.

El artículo 144 se refiere, como hemos advertido, tanto a la forma ad probationem como a la forma ad solemnitatem. La primera se evidencia con la simple lectura del texto, mientras que la forma ad

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solemnitatem requiere de una interpretación contrario sensu, pues la forma ad probationem resulta de la forma impuesta sin sanción de nulidad y la arma ad solemnitatem se infiere de la advertencia, por interpretación a contrario, de que a inobservancia de la forma impuesta por la ley se sanciona con nulidad.

Ahora bien, si como hemos indicado, todo acto jurídico tiene necesariamente una Forma, por cuanto la forma es la manera de manifestar la voluntad, la forma puntualizada en el inc. 4) del artículo 140 como requisito de validez, viene a ser la forma ad solemnitatem. De este modo, solo la forma prescrita como consustancial al acto jurídico constituye un requisito para su validez, toda vez que su inobservancia se sanciona con nulidad.

Como ya se ha indicado, mediante la Ley Nº 27291 se ha adicionado el numeral 141-A al Código Civil que, como puede apreciarse de su tenor, está referido a la forma o formalidad.

En efecto, el indicado numeral ha previsto que la ley prescriba como formalidad que el documento sea firmado, por lo que autoriza que la firma sea generada o comunicada también a través de medios electrónicos o análogos y que, cuando se trate de instrumentos públicos, la autoridad competente que los emitió deje constancia del medio empleado pero conservando lo que entendemos debe ser la versión original para efectos de consulta, lo entendemos así también para su confrontación a fin de demostrar su autenticidad.

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