Upload
others
View
0
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
1
OBSERVACIONES AL PROYECTO DE ORDEN POR LA QUE SE
APRUEBA LA INSTRUCCIÓN TÉCNICA PARA LA ELABORACIÓN
DE LOS PLANES ESPECIALES DE SEQUÍA
En Madrid, a 14 de febrero de 2018
EL INTERESADO
D. Stefan Nolte, vecino de Madrid, con nacionalidad alemana y NIE X-0.582.842-E, en su propio
nombre y derecho,
EXPONE
1. Que el pasado 28 de noviembre de 2017 se publicó en el portal web del Ministerio de
Agricultura y Pesca (MAPAMA) el “Texto de anuncio de información pública del
Proyecto de Orden AAA/XXX/2017, de XX de XXXX, por la que se aprueba la instrucción
técnica para la elaboración de los planes especiales de sequía y la definición del
sistema global de indicadores de sequía prolongada y escasez” (en adelante ‘I.T.PES’),
dando paso al preceptivo periodo de 3 meses de exposición pública (Art 26.6 de la Ley
50/1997), hasta el próximo 28 de febrero de 2018.
2. Que EL INTERESADO es Técnico en Gestión Integral del Ciclo del Agua por el COIT
Forestales, y forma parte de diversos colectivos en defensa del medio ambiente,
particularmente del medio ambiente hídrico –destacando a este respecto la
Plataforma en defensa de las fuentes de los ríos Segura y Mundo-, a los cuales ha
representado en numerosas sesiones de participación ciudadana en el contexto de la
elaboración de los Planes Hidrológicos de la Cuenca del Segura; también ha
presentado alegaciones a título individual ante la Agencia Balear del Agua en el
contexto del Plan Especial de Sequías de las Islas Baleares.
3. Que, tras un análisis detallado del proyecto de I.T.PES (y de los Planes Especiales de
Sequía que se están tramitando simultáneamente), EL INTERESADO considera que ambos
tendrán una notable incidencia negativa sobre el medio ambiente, y de forma muy
destacada sobre los objetivos perseguidos por la Plataforma en defensa de las fuentes
de los ríos Segura y Mundo de la que forma parte –organización preocupada por la
proliferación de pozos de sequía y otras infraestructuras hidráulicas en el ámbito de la
Sierra del Segura, así como el reconocimiento de la deuda histórica con la cuenca alta-.
Motivo por el cual presenta las siguientes
2
ALEGACIONES
Primera.- Presentación tardía del I.T.PES en relación a los Planes Especiales de Sequía
Tal y como se ha indicado en el apartado Exponente 1., el proyecto de I.T.PES se publicó en el
portal del MAPAMA el pasado 28 de noviembre de 2017 y estará abierto a exposición pública
hasta el próximo 28 de febrero de 2018.
Simultáneamente se están tramitando por parte de las diversas Confederaciones Hidrográficas
las revisiones de los Planes Especiales de Sequía (en adelante ‘PES’) de las demarcaciones del
Cantábrico occidental, Guadalquivir, Ceuta, Melilla, Segura, Júcar, parte española de las
demarcaciones hidrográficas del Cantábrico oriental en el ámbito de competencias del Estado,
Miño-Sil, Duero, Tajo, Guadiana y Ebro, de acuerdo con el Real Decreto 1/2016.
Dichos PES se encuentran actualmente en fase de exposición pública, desde el 22 de diciembre
de 2017 hasta el 22 de marzo de 2018 (Anuncio BOE-B-2017-74551), solapándose en más de
dos meses con la fase de exposición pública de la I.T.PES.
Siendo la Instrucción Técnica a la que se presentan estas alegaciones una norma de rango
superior a los Planes Especiales de Sequía, y no entrando en vigor la I.T.PES hasta después de
haber analizado y respondido a todas las alegaciones presentadas y publicarse en el BOE –cosa
que se producirá sin duda en una fecha muy posterior al 22 de marzo-, se genera una situación
de incertidumbre legal y vulneración del derecho de participación –con todas las garantías- de
las partes interesadas en los PES, pues no sabrán a qué norma precisa acogerse hasta mucho
después de finalizado el plazo de exposición pública de los PES.
A fin de solventar la situación generada por la presentación tardía de la I.T.PES, el interesado
solicita la inclusión de una Disposición Transitoria ordenando la repetición del proceso de
exposición pública de los PES de las demarcaciones Cantábrico occidental, Guadalquivir, Ceuta,
Melilla Segura y Júcar, a la parte española de las demarcaciones hidrográficas del Cantábrico
oriental en el ámbito de competencias del Estado, Miño-Sil, Duero, Tajo, Guadiana y Ebro.
Segunda.- Pertinencia de la I.T.PES y consideraciones sobre el preámbulo de la misma
En el preámbulo del proyecto de orden de la I.T.PES se justifica la misma indicando que los
diversos Planes Especiales de Sequía han permitido “identificar oportunidades de mejora” pero
a la vez generado una “indeseada heterogeneidad”, por lo que resultaría conveniente
“establecer criterios comunes que garanticen la unidad y coherencia normativa en todo el
territorio”, todo ello “sin perjuicio de reflejar las distintas características […] de las diversas
cuencas hidrográficas”.
Estando fundamentalmente de acuerdo en la existencia de “oportunidades de mejora”, EL
INTERESADO discrepa profundamente de la interpretación de que se ha producido una
“indeseada heterogeneidad”; afirmación que considera infundada, pues la práctica totalidad
de los PES en vigor actualmente siguen en lo esencial el Protocolo de Actuación en situación de
alerta y eventual sequía de 2005 de la Confederación Hidrográfica del Júcar y otras
disposiciones anteriores, tanto para el diagnóstico como para las medidas de mitigación.
3
Muy notablemente el presente proyecto de I.T.PES sigue también buena parte de lo
establecido en dicho Protocolo –y disposiciones previas del MAPAMA- siendo particularmente
inapropiada la acrítica adopción de los umbrales para declaración de escasez moderada,
severa y grave del artículo 9.10 –que se desarrollará con mayor detenimiento en la Alegación
Decimoquinta-, pues choca abiertamente con el objetivo de “reflejar las distintas
características […] de las diversas cuencas hidrográficas”.
En este sentido, EL INTERESADO considera que en realidad se ha producido una insuficiente
heterogeneidad en esta primera generación de Planes Especiales de Sequía, que de existir
habría permitido la acumulación de una experiencia más rica y diversa, y con ella la posibilidad
de identificar las mejores prácticas para la mejora continua de las generaciones venideras de
Planes Especiales de Sequía. Esto se habría producido sin perjuicio del principio de seguridad
jurídica consagrado en la Constitución –pues la mera existencia de normativa diferente en el
territorio no vulnera tal principio, ni tal heterogeneidad entre cuencas tiene por qué suponer
cambios normativos más frecuentes o una mayor abundancia de normativas-. Tampoco se
habría perjudicado a la unidad de mercado español y europeo –dada la inexistencia e
imposibilidad material de crear un mercado de agua nacional y efectivo-, siendo el impacto de
esta heterogeneidad normativa estrictamente regional –a nivel de demarcación-.
Cabe resaltar asimismo que el ya mencionado preámbulo considera deseable que no aumente
“el número de normas aplicables en materia de aguas, por otro lado tan abundantes y que
dificulta la tarea de los operadores jurídicos y el conocimiento por sus destinatarios”. La citada
consideración resulta un tanto contradictoria con la creación misma de una nueva norma (la
I.T.PES) que aporta más bien poco a los Planes Especiales de Sequía ya existentes (resultando
por tanto en una normativa redundante) a la vez que limita severa e injustificadamente su
adaptabilidad a “las distintas características […] de las diversas cuencas”.
De forma especulativa, da la sensación de que el objetivo prioritario de la I.T.PES no es la
mencionada armonización normativa, ni mucho menos la mejora de los Planes Especiales de
Sequía –pues esta no se plantea seriamente-, sino más bien la centralización de la toma de
decisiones (o al menos el control) en el MAPAMA frente a las Confederaciones Hidrográficas,
-autónomas frente al Ministerio (Art. 22.1 Ley de Aguas), y donde el peso de Comunidades
Autónomas, usuarios y asociaciones medioambientales es mayor, y mucho más cercano al
ciudadano-. Abundando en esta línea, la referida fijación de umbrales en el Art. 9.10 también
parece perseguir un mero interés instrumental para facilitar la elaboración de índices a escala
nacional, en claro perjuicio de la calidad de los PES pues estos no pueden adaptarse a las
necesidades de la cuenca (salvo complicando en exceso las fórmulas de cálculo de los índices
de sequía, añadiendo numerosos tramos y variando las ecuaciones utilizadas).
En opinión DEL INTERESADO, las principales oportunidades de mejora de los actuales Planes
Especiales de Sequía residen en la línea de aumentar considerablemente su capacidad para
anticiparse a los problemas de escasez coyuntural de agua, pues se ha podido observar en
varios de ellos –y particularmente en el sureste peninsular- una muy rápida transición de
situaciones de normalidad a situaciones de emergencia, sin dar tiempo a que lleguen a ser
efectivas las medidas que persiguen prevenir los episodios más graves de escasez –quedando
solamente la emergencia como medida paliativa (no preventiva) que se limita a gestionar lo
poco que queda-.
4
La idea de prevención que acabamos de introducir inspirará y se desarrollará a lo largo de
todas estas alegaciones, pues es la principal carencia que se detecta. A modo de ejemplo,
puede leerse en el preámbulo de la I.T.PES que la finalidad de los Planes Especiales de Sequía
es “paliar los efectos de la misma”, unida a la repetida mención de “impredecibilidad” de las
sequías, o de forma aún más explícita y grave en el Artículo 15 de la I.T.PES, en el que se
apuesta por evitar “cambios de escenario prematuros”, pero curiosamente únicamente al
entrar en situación de escasez (“requerirá dos meses consecutivos”) y no para salir de la misma
(“en el mes en que se produzca”) –aspecto que se desarrolla en la Alegación Vigesimosegunda-.
Esto constituye una flagrante vulneración del principio de precaución, que parece ser dejado
de lado por un intento de no “alarmar en exceso sobre situaciones que en la cuenca del Segura
tienen carácter estructural” (citando textualmente del PES del Segura vigente).
En su actual redacción, la I.T.PES renuncia directamente a la posibilidad de anticiparse a los
episodios de escasez, y le limita a paliar sus efectos cuando estos ya son evidentes. Todo ello
se hace a pesar de que el artículo 27 del Plan Hidrológico Nacional de 2001 establece
claramente que la función de estos índices (y del PES) es "prever estas situaciones", y que el
artículo 4.6 de la Directiva Marco del Agua de 2000 también insista en que las excepciones solo
son aplicables cuando el deterioro “no haya podido preverse razonablemente” y exige “que se
adopten todas las medidas factibles para impedir que siga deteriorándose ese estado”.
Es más: el mismo artículo de la DMA establece que los índices y medidas de los Planes
Especiales de Sequía deben estar integrados en el Plan Hidrológico de Cuenca y no tramitarse
por separado, en fraude de ley, tal y como se comenta en la Alegación Trigesimosegunda.
Por todos estos motivos, y dada la gran cantidad de defectos detectados (33 alegaciones en
total), EL INTERESADO solicita la retirada del presente proyecto de I.T.PES, a falta de un debate
público mucho más abierto y participativo sobre las carencias de los mismos y sobre los
objetivos concretos que debería perseguir una hipotética Instrucción Técnica que los regule.
Todo ello de cara a alcanzar una verdadera mejora cualitativa de los PES, y no un mero retoque
cosmético de escasas implicaciones prácticas más allá de la notable recentralización de
competencias que persigue el actual Gobierno en todos los ámbitos.
Tercera.- Modificación y adición de definiciones en el Artículo 2
A fin de clarificar algunos conceptos existentes en la actual redacción de la I.T.PES, y sobre
todo de incorporar otros necesarios para explicar el resto de alegaciones que se presentan, EL
INTERESADO solicita:
a. Sustituir el término “escasez estructural” (Art. 2.b) por el mucho más descriptivo de
“sobreexplotación”. Se trata de poner el foco en el exceso de demanda –proveniente
generalmente del regadío-, frente a un discurso de política de oferta que culpabiliza a
la propia naturaleza por ofrecer –aparentemente- un recurso demasiado escaso. En
este sentido, la definición no debería ser “escasez continuada que imposibilita […] las
demandas reconocidas en el correspondiente plan hidrológico”, sino bien al contrario
poner el foco en que es la “situación en la que en el correspondiente plan hidrológico
se han reconocido más derechos de los que pueden ser atendidos con criterios de
garantía con unos recursos hídricos a largo plazo dados por las restricciones
naturales”. O una fórmula similar.
5
b. Modificar la definición de “sequía” (Art. 2.d) y “sequía prolongada” (Art. 2.e), a fin de
incorporar a la “falta de precipitación” una “elevada evapotranspiración potencial,
ocasionada por unas temperaturas inusualmente elevadas” así como “una reducida
humedad ambiental y, particularmente, en los suelos y la vegetación”. Estos aspectos
son importantes pues determinan fuertemente la cantidad de agua que se infiltra
hacia los acuíferos y la escorrentía superficial que se produce, y por tanto en última
instancia la cantidad de agua aprovechable por el humano. Dado que las definiciones
utilizadas en la I.T.PES derivan de la Orden ARM/2656/2008 (def. 62 y 63), resultaría
necesario incorporar una Disposición Adicional por la que se modifican las definiciones
en dicha Orden.
c. Modificar el ámbito temporal de la “serie de referencia” (Art. 2.f). La serie utilizada
suele ser conocida como la “serie corta” (frente a la “larga”, que se inicia en 1940). El
criterio es prudente, dado que incorpora el fuerte descenso del caudal circulante en
los ríos denominado en ocasiones “efecto 80”. Cabe resaltar no obstante que, dada la
actual tendencia de cambio climático y la pretensión de que “en futuras
actualizaciones” se “añadirán 6 años de nuevos datos”, esta “serie corta” puede
perder también su representatividad, al hacerse demasiado larga e incluir datos
demasiado antiguos. De allí que sea preciso modificar la redacción de esta definición:
por un lado para reducirle la carga normativa impropia de un artículo orientado a la
definición de conceptos (el matiz de los años añadidos debería estar presente en otro
artículo, preferentemente el Art. 29), y por el otro en el artículo correspondiente
debería detallarse no sólo que se añadan 6 años de nuevos datos al final, sino también
que se desecharán de la serie los 6 años más antiguos.
Donde el Art. 2.f dice “A la citada serie […] planes especiales de sequía”, la redacción
debería ser “La citada serie se actualizará con las futuras actualizaciones de los planes
especiales de sequía, de acuerdo a lo establecido en el Artículo 29 de la presente
Instrucción Técnica”. A su vez, en dicho artículo deberá añadirse “para cada
actualización de los planes especiales de sequía se revisarán los datos de la serie de
referencia, añadiendo al final los nuevos datos por el número de años transcurridos
desde la última actualización, y se suprimirán los datos más antiguos por idéntica
cantidad de años”.
d. Añadir definición del “sistema global de indicadores de sequía”, o en su defecto
clarificación en el Artículo 10 de la I.T. PES, precisando de forma más exacta sus
funciones y eliminando aparentes contradicciones con artículos subsiguientes.
Del Artículo 27.1 del Plan Hidrológico Nacional se desprende que se trataría de un
índice elaborado por el Ministerio para cada demarcación (en una flagrante
suplantación centralizadora de funciones de las Confederaciones Hidrográficas) y
serviría para declarar formalmente “situaciones de alerta y eventual sequía”. No
obstante, podría entenderse tal “sistema global” como redundante con los
“indicadores de demarcación” previstos en el Artículo 12 –a los que se considera
puramente informativos-, particularmente porque se reserva en el Artículo 13.1 a los
Planes Especiales de Sequía (elaborados por los organismos de cuenca, y por tanto no
referentes al “sistema global”) el procedimiento para diagnosticar y declarar los
escenarios de sequía y escasez, activando y desactivando acciones y medidas.
6
e. Añadir definición de “índice” e “indicador”, al existir con frecuencia confusión entre el
significado de ambos términos, incluido en el propio proyecto de I.T.PES, que debería
ser especialmente riguroso a este respecto. Por ejemplo, en el Artículo 9.7 se estipula
que “el indicador de cada registro se normalizará entre los valores de 0 y 1”, o en el
Artículo 12.1 establece que “de la agregación ponderada de los indicadores […] se
obtendrán dos indicadores de demarcación”. En ambos casos debería hablarse
estrictamente de índices.
Para clarificar estos conceptos, EL INTERESADO recuerda que un indicador se considera
una variable mensurable con dimensiones determinadas, mientras que la agregación
ponderada y adimensional de varios indicadores da lugar precisamente a números
índice –y no a indicadores-. De cara a evitar confusiones innecesarias, será preciso
también corregir la totalidad del texto de la I.T.PES a fin de sustituir el término
“indicador” por el de “índice” allá donde se pretenda hacer referencia a valores
agregados y adimensionales.
f. Añadir definición de “indicadores manipulables” e “indicadores no manipulables”. O
alguna otra fórmula que dé a entender la capacidad de ser regulados por la mano del
hombre. Esta distinción resulta significativa a la hora de elaborar los índices de sequía
y de escasez, pues permite determinar en qué medida el problema de escasez se debe
a la variabilidad meteorológica y en qué medida es debido a la gestión y uso del agua.
La creación de lo que en el texto de la I.T.PES se denomina “indicadores de sequía
prolongada” (y que puede considerarse como la principal contribución del proyecto de
I.T.PES respecto a los PES en vigor) obedece precisamente a este principio, pues de
dichos “indicadores” se excluyen explícitamente “reservas almacenadas en embalses y
acuíferos” (Art. 8.1). Esta expresión podría ser sustituida fácilmente por “no se
utilizarán indicadores manipulables”, pues la capacidad de modificar valores por la
mano del hombre abarca también p.ej. a los caudales regulados, aguas debajo de un
embalse.
Serían “indicadores manipulables” las ya citadas reservas en embalses, el nivel
piezométrico en acuíferos explotados o los caudales regulados, además de otros
indirectos como producción hidroeléctrica, etc. Y serían “indicadores no manipulables”
la previsión meteorológica a medio plazo, la pluviometría, la evapotranspiración
potencial (ETP), la humedad en el suelo, los caudales no regulados o ‘restituidos a
régimen natural’, los niveles piezométricos en acuíferos no explotados...
g. Añadir definición de “indicadores adelantados”, “indicadores de disponibilidad actual”
e “indicadores atrasados”. Cara a implantar en los PES un sistema de índices con
capacidad predictiva y regir los diagnósticos por el principio de prudencia, resulta
deseable diferenciar según el desfase temporal de los distintos indicadores con
respecto a la variabilidad meteorológica.
Serían “indicadores adelantados” la previsión meteorológica, humedad del suelo,
pluviometría, ETP o reservas nivales. Su interés radica en la capacidad de poner en
marcha medidas de ahorro y restricciones antes de manifestarse una verdadera
escasez en las reservas de agua que nutren la actividad humana.
7
[Fuente: Plan Especial de Sequías del Júcar, página 8 de 185]
Los “indicadores de disponibilidad actual” se corresponderían con caudales circulantes
en los cursos principales, y sobre todo existencias en embalses y niveles piezométricos
en acuíferos explotados de forma continuada. Su interés radica en ser una muestra en
tiempo real del agua que puede ser utilizada en el momento, en ser una muestra de la
escasez efectiva de recurso hídrico.
Finlmente, hablaríamos de “indicadores atrasados” para aquellos con un gran desfase
temporal entre el momento de la anomalía meteorológica y el de su detección por
parte del indicador. Este atraso, que puede ser de varios meses, tiene su interés de
cara a evaluar la completa recuperación de un evento de sequía y escasez de agua, y
las consecuentes declaraciones de salida de escenarios de alerta o emergencia.
Estaría conformado por los niveles piezométricos en acuíferos, y muy especialmente
en aquellos acuíferos explotados de forma excepcional –mediante pozos de sequía-
cara a la movilización de recursos extraordinarios, o que por sus particulares
características hidrogeológicas muestren mayor inercia a las anomalías meteorológicas
y de explotación.
8
h. Añadir definición de “indicadores cuantitativos” e “indicadores cualitativos”. A lo largo
de todo el texto de proyecto de la I.T.PES puede observarse que únicamente se otorga
importancia a la cantidad de agua existente, mostrando un nulo interés por los efectos
de la sequía y escasez en la calidad de las aguas, a pesar de ser un fenómeno
sobradamente conocido –particularmente en los acuíferos costeros, pero también
aquellos en que la presencia de diversos estratos puede influir notablemente (según
nivel piezométrico) la composición físico-química de sus aguas-. A tal efecto sería
deseable también abundar en la necesidad de mejorar el conocimiento científico sobre
la vinculación entre niveles piezométricos (o incluso de caudal circulante) y calidad.
Cuarta.- Inclusión de un apartado de medidas preventivas en el contenido de los PES
Tal y como se ha expuesto en la Alegación Segunda, el proyecto de I.T.PES y los propios PES en
vigor actualmente carecen en general de un enfoque preventivo, considerando las sequías
como una desgracia “imprevisible”. Sin embargo, las peores consecuencias de los escenarios
de sequías prolongadas se pueden prevenir precisamente preparándose para ellas en
situaciones de normalidad. Por ejemplo, si en condiciones de normalidad los embalses se
explotan a un nivel más alto o se expoltan con menor intensidad los acuíferos, eventualmente
aprovechando más el agua de desaladoras (aunque sean más caras) o reutilización de
caudales, al llegar la situación de sequía o sequía prolongada se dispondrá de una situación de
partida más favorable. Con este fin, EL INTERESADO solicita la inclusión en el Artículo 3 de un
apartado denominado “Medidas preventivas a aplicar en escenarios de normalidad que no
contradigan el Plan Hidrológico de Cuenca”. Particularmente habría de tener influencia sobre
las reglas de explotación de cada embalse, y sobre todo si tiene capacidad hiperanual
(entendida como mayor capacidad de embalse que el caudal entrante en un año menos los
caudales ambientales mínimos salientes).
Quinta.- Inclusión de “años de sequía tipo” en el Artículo 5.2.d
“Con la finalidad de ofrecer información que permita contextualizar las situaciones de escasez
coyuntural” se incluye en el Art. 5.2.d la obligatoriedad de incluir en los PES una
caracterización de los años y meses “tipo” (entendiendo por tal el “promedio”) así como los
niveles de garantía con los que se satisfacen las demandas. Resulta curioso, no obstante, que
para dicha “contextualización” no se ofrezcan igualmente los trece valores característicos de
una situación de sequía, tomando a tal efecto los tres o cuatro años más secos (sobre un total
de 32 que se analizan actualmente) de la serie de referencia.
Sexta.- Incorporación de la previsión de “efectos estructurales” en el Artículo 6.2
En línea con la Alegación Cuarta, EL INTERESADO solicita que en el Art. 6.2 se incluya el análisis de
“efectos estructurales” del cambio climático, particularmente en la medida en que -al caer las
aportaciones promedio por debajo de la demanda reconocida- pueda resultar en una situación
de partida en niveles de embalse y de acuífero más vulnerables de cara a los escenarios de
sequía y sequía prolongada.
9
Séptima.- Redefinición general del sistema de indicadores del Artículo 7
En la Alegación Tercera - punto g, EL INTERESADO solicitó la inclusión de la definición de
indicadores adelantados, de disponibilidad actual y atrasados, con la finalidad de redefinir
precisamente los sistemas de indicadores del Artículo 7. Se generaría de esta manera un triple
sistema de indicadores, que se describe en el cuadro siguiente:
Tipo de
indicadores
Objetivo Tipología de acciones y medidas que
activan
Indicadores
adelantados
Detectar una situación
persistente e intensa de
disminución de las precipitación
con reflejo en las aportaciones
hídricas
Admisión justificada del deterioro
temporal del estado de las masas de agua
por causas exclusivamente naturales
Régimen de caudales ecológicos menos
exigente, restituido a régimen natural
Detectar de forma temprana
una tendencia que podría
derivar en escasez coyuntural
Concienciación y ahorro
Restricción ligera de suministros y
movilización de recursos no subterráneos
Incremento de la vigilancia ambiental
Indicadores
de
disponibilidad
actual de agua
Detectar la situación de
imposibilidad de atender las
demandas
Concienciación y ahorro
Restricción de suministros y movilización
de recursos –incluidos los subterráneos
en casos excepcionales-.
Habilitación coyuntural de sistemas de
intercambio de derechos
Incremento de la vigilancia ambiental
Otras medidas de gestión excepcionales
Indicadores
atrasados
Detectar una situación de
vulnerabilidad hasta la plena
recuperación de los stocks
hídricos en la cuenca
Concienciación y ahorro
Restricción ligera de suministros y
movilización de recursos no subterráneos
Incremento de la vigilancia ambiental
Octava.- Inclusión de indicadores adicionales en el Artículo 7.2
A fin de mejorar la capacidad de anticiparse a las situaciones de sequía, y de realizar un
diagnóstico más completo de las mismas, resulta deseable añadir al Artículo 7.2 una serie de
indicadores adicionales –que deben hacerse explícitos, y no implícitos en “otras variables”-:
a. Previsión meteorológica a medio plazo. La AEMET publica con periodicidad mensual la
denominada “predicción estacional”, con la que trata de ofrecer una información
probabilística sobre precipitación y temperatura para los próximos 3 meses. Si bien
esta previsión no proporciona gran exactitud, sí permite estimar el riesgo de que una
situación de sequía torne en sequía prolongada, o si tras una ligera recuperación esta
tendencia va a persistir o por el contrario podría producirse una recaída –ante la cual
no resulte conveniente levantar medidas-.
10
b. Reserva de humedad en el suelo. De forma similar al caso del indicador anterior, se
dispone de información útil publicada por la AEMET (“Balance hídrico”) referente a las
reservas de humedad en el suelo (particularmente el indicador “% Reserva / Máxima”),
que permiten anticipar el comportamiento del agua en caso de nueva precipitación:
los suelos con escasas reservas hídricas tenderán a acumular las precipitaciones, sin
que se produzca escorrentía ni infiltración al subsuelo, hasta los acuíferos. Podría
trazarse cierta analogía con las reservas nivales del Pirineo, pero siendo de aplicación
más universal.
c. Evapotranspiración potencial (ETP). La principal pérdida de agua de las cuencas
mediterráneas suele ser, con mucha diferencia (el 85% en el Júcar, por ejemplo), la
evapotranspiración. Los episodios de sequía no se caracterizan únicamente por unas
menores precipitaciones, sino también –y de forma cada vez más destacada, debido al
avance del cambio climático- por unas mayores temperaturas que incrementan de
forma muy notable esta evapotranspiración: aumenta el estrés hídrico de las plantas, y
se agotan más rápidamente las reservas de humedad en el suelo, afectando
notablemente a escorrentía e infiltración.
[Fuente: Plan Especial de Sequías del Júcar, página 45 de 185]
Alternativamente (o complementariamente) podría combinarse precipitación y ETP
recurriendo al índice SPEI desarrollado por miembros del CSIC.
d. Indicadores cualitativos. Como ya se ha indicado en la Alegación Tercera – punto h,
resulta pertinente completar el sistema de indicadores utilizado añadiendo toda una
serie de mediciones de la calidad del agua. Ya se ha mencionado el riesgo de
salinización de acuíferos costeros (conductividad del agua), pero también puede verse
afectada la dureza temporal y permanente en acuíferos interiores, o incluso la
capacidad de autodepuración en masas de agua superficiales. Estos indicadores
cualitativos podrían ser físico-químicos o biológicos.
11
Novena.- Adición de resto de indicadores adelantados al Artículo 8.1
Si bien en virtud de las alegaciones precedentes cabría redefinir completamente la redacción
de los Artículos del 8 al 16 –o preferentemente el conjunto del proyecto de la I.T.PES, cuya
retirada completa ha sido objeto de la Alegación Segunda-, EL INTERESADO considera
oportunidades de mejora también en su redacción y estructura actual.
A este respecto, deberían añadirse al Artículo 8.1. los restantes indicadores adelantados: no
solamente los registros de precipitación en pluviómetros y las aportaciones en estaciones de
aforo, sino también las reservas nivales (ya mencionadas en el actual redactado de la I.T.PES),
reservas hídricas del suelo, evapotranspiración potencial y previsión meteorológica a medio
plazo.
Asimismo, tal y como se ha indicado ya en la Alegación Tercera – punto f, se considera
conveniente puntualizar que deberán utilizarse indicadores no manipulables, pues las propias
estaciones de aforo pueden verse influidas por desembalses en caso de ser seleccionadas en
emplazamientos poco adecuados. No debe perderse de vista el objetivo de los “indicadores de
sequía prolongada” en el actual redactado de la I.T.PES, que se limita a la posibilidad de
justificar deterioros temporales en masas de agua y regímenes de caudales ecológicos. Para
ello, en realidad, bastaría simular una restitución a régimen natural.
Décima.- Incluir proyección tendencial en el uso de registros acumulados
Tanto en el Artículo 8.3 como en el Artículo 9.4 se permite calcular los índices (no
“indicadores”) mensuales utilizando registros acumulados de varios meses, a fin de obtener
una señal “suficientemente explicativa del fenómeno”. Si bien este criterio es sensato de cara a
la eliminación del excesivo ‘ruido’ de la señal (elevadísima variabilidad natural,
particularmente en los indicadores meteorológicos), corre el riesgo de devenir una señal con
un retraso considerable.
Este retraso se vuelve especialmente grave si se utilizan (como en diversos PES sucede) datos
acumulados a lo largo de todo un año, lo que puede significar hasta 6 meses de promedio sólo
en esta señal. Un retraso al que habría que sumar otros más incluido a lo largo del proyecto de
I.T.PES, como los dos meses de permanencia en un determinado estado que se prevén en el
Artículo 15.4, o la ausencia de las previsiones estacionales de la AEMET, además del uso de
indicadores fuertemente manipulables y con un atraso considerable (niveles en acuíferos o
embalses en el caso del Art. 9). Sumando todos estos conceptos obtenemos más de un año de
retraso respecto al momento en que se podría haber detectado el inicio del problema.
Dada la importancia de detectar y actuar de forma temprana ante un escenario de sequía, el
uso de datos acumulados solamente es aceptable si se incluye el cálculo de la tendencia de las
anomalías detectadas y se extrapola el valor resultante hasta el mes en curso.
Alternativamente deberá plantearse otro método de reducción del ruido y falta de
significatividad de la señal, que no genere un retraso inaceptable en el diagnóstico.
Bajo una óptica de principio de precaución, únicamente cara a desactivar las medidas previstas
para la escasez de agua sería aceptable una agregación que supusiera una salida retrasada
podría ser aceptable.
12
Decimoprimera.- Proyección de valores mínimo (“0”) y máximo (“1”) por cambio climático
También en el Artículo 8.3 se establece que, de cara a agregar los indicadores para elaborar el
índice de sequía prolongada, estos deban tomar un valor adimensional entre 0 y 1 “de tal
forma que el 1 corresponda con el dato de mayor disponibilidad y el 0 con el de menor
disponibilidad de la serie temporal de datos de referencia”. Esto entra en abierta contradicción
con lo establecido en el Artículo 6.2, pues impide la incorporación de “los previsibles efectos
derivados del cambio climático”.
Para remediar esta situación EL INTERESADO propone que, al analizar los posibles efectos del
cambio climático, los datos resultantes se incorporen a la serie de referencia proyectando
hacia el futuro tanto los valores mínimos como máximos. Lo mismo sería de aplicación
también al Artículo 9.7.
Decimosegunda.- Mejor definición del umbral para activar las medidas de sequía prolongada
El Artículo 8.7. es probablemente uno de los más relevantes de toda la I.T.PES –en su
redactado actual-, pues define el momento a partir del cual se relajan los regímenes de
caudales ecológicos y se admite un deterioro temporal del estado de las masas de agua. Por
este motivo resulta particularmente sorprendente la indefinición del texto y el establecimiento
de un valor totalmente arbitrario (“0,3”), determinado centralmente y para todas las cuencas
sin adaptarse a sus características particulares, como límite a partir del cual será admisible el
deterioro de las masas de agua.
Si bien la expresión “no tiene que ser necesariamente lineal entre el mínimo y el
correspondiente al 0,50” permite cierta adaptación por parte de los organismos de cuenca
para sortear esta imposición central del umbral a partir del cual se considera que una sequía es
“prolongada”, también denota una importante preferencia por tal linealidad –que de hecho es
aplicada en la mayoría de Planes Especiales de Sequía en vigor, para sus índices de estado
actuales-.
Resulta mucho más deseable indicar en este artículo que los PES establecerán como umbral
para declarar una situación de sequía prolongada aquel que impida que, en régimen natural,
se puedan proporcionar los caudales ecológicos establecidos en los planes hidrológicos.
Alternativamente, y de forma menos deseable, se puede mantener el valor de 0,3 como
umbral, siempre y cuando se suprima la referencia al “no tiene que ser necesariamente lineal”,
para afirmar positiva e inequívocamente que “no será lineal, sino que se otorgará el valor 0,3
al punto a partir del cual el régimen natural no proporcione los caudales ecológicos”.
En todo caso EL INTERESADO reclama una redacción sustancialmente más clara, tanto para evitar
equívocos a la hora de redactar los planes como para no dejar en manos de un juez (caso de
recurrirse algún plan ante los juzgados) una interpretación demasiado abierta e indeterminada
de a partir de cuándo se pueden deteriorar los caudales ecológicos. La seguridad jurídica
comienza por una buena redacción de las leyes y la normativa.
13
Decimotercera.- Incorporación de la función preventiva en los indicadores de escasez
Tal y como ya se ha explicado más arriba, EL INTERESADO considera deseable la sustitución del
“sistema de indicadores de escasez” por unos “indicadores de disponibilidad actual de agua”,
que se verían en todo caso complementados por los indicadores adelantados y atrasados para
marcar tanto la entrada como la salida de escenarios de sequía.
Caso de no reescribirse el proyecto de I.T.PES según la línea sugerida por EL INTERESADO, sería
deseable incorporar al menos cierta capacidad predictiva y preventiva al mencionado “sistema
de indicadores de escasez”. En consecuencia, deberá empezar por corregirse la definición del
propósito y objetivos de dicho sistema de indicadores.
De acuerdo con el Artículo 9.1 el propósito sería “informar sobre la inviabilidad coyuntural de
atender las demandas”. De seguir estrictamente esta definición, el sistema solo nos informaría
del problema de escasez de agua en el momento en el que ya está ocurriendo, cuando ya
solamente puede gestionarse el reparto de la escasez –en vez de prevenir un deterioro
adicional-. Por ello, el propósito debería redefinirse a “informar sobre el riesgo de se produzca
en un futuro cercano una situación de inviabilidad coyuntural de atender todas las demandas”,
o algún otro redactado que transmita una idea similar.
En la misma línea, el Artículo 9.2 indica que el objetivo del sistema de indicadores es
“identificar las situaciones de déficit en cada unidad territorial”. E igualmente debería
corregirse añadiendo “el riesgo de que se produzca en un futuro cercano una situación de
déficit” o fórmulas equivalentes que expresen una determinada probabilidad –inferida por
adelantado- de que se produzcan esos escenarios de imposibilidad de atender demandas.
Para acabar de incorporar la capacidad preventiva al Artículo 9, es preciso recordar que los
puntos 4 y 7 se ven afectados por lo ya expuesto en las Alegaciones Décima y Decimoprimera,
relativas a la problemática de utilizar datos acumulados en las variables y de no incorporar los
efectos del cambio climático a la hora de calcular los valores extremos.
Decimocuarta.- No “normalizar” la sobreexplotación (definición de valor central)
Al contrario de lo que ocurre en el “sistema de indicadores de sequía prolongada”, en el
denominado “sistema de indicadores de escasez” se incorporan de forma especialmente
relevante los valores de reservas de aguas embalsadas y de niveles piezométricos en acuíferos.
Como ya se definió en la Alegación Tercera – punto f, estos indicadores se ven profundamente
afectados por el régimen de explotación al que se ven sometidos. Por este motivo resulta
especialmente preocupante que en el Artículo 9.9 se asigne “preferentemente” el valor central
de 0,50 a “una medida de centralización […] como la mediana”, para acto seguido (Art. 9.10)
fijar en 0,50 el umbral de “ausencia de escasez”.
Aunque en el propio Artículo 9.9 se matice que este valor central debe reflejar “en todo caso
[…] una situación que permita atender con normalidad las demandas”, ni se le da a este
criterio la relevancia que merece (anteponiéndolo a la “preferencia” por la mediana), ni es
especialmente concreto, ni mucho menos puede decirse que es garantía de que se encuentre
en un nivel de operación seguro: un nivel de reservas embalsadas suficientemente elevado
como para superar con las mínimas restricciones posibles el periodo de sequía, tal y como se
reclama en la Alegación Cuarta.
14
De acuerdo con la citada Alegación Cuarta, es deseable la inclusión en los PES de un apartado
en el que se analicen las medidas preventivas a aplicar en situaciones de normalidad, de cara a
estar lo mejor preparados que sea posible para la época de sequía. La sabiduría convencional
suele afirmar que los incendios se apagan en invierno; con la misma lógica las sequías se
superan en épocas lluviosas, acumulando unos niveles superiores en unos embalses que
habitualmente tienen claramente capacidad de regulación hiperanual.
[Fuente: Borrador PES del Segura, página 218 de 359]
A modo de ejemplo, se aporta la Figura 85 del actual borrador de PES del Segura, en la que se
muestra un “indicador” compuesto por la agregación ponderada en 2/3 de aportaciones de
cabecera acumuladas en 12 meses + 1/3 de existencias en embalses. El umbral de prealerta de
0,50 se asigna al promedio de este “indicador”, siendo de 290 hm3. Una simple comparativa
con la capacidad de los 4 embalses de cabecera (Fuensanta, Cenajo, Talave y Camarillas), que
alcanzan en total 718 hm3, nos da una idea de lo esquilmadas que pueden llegar a estar las
reservas sin que se considere en absoluto esto como una “anormalidad”, y un punto de partida
bastante débil para adentrarse en un periodo de sequía prolongada.
La decisión de fijar en la media o la mediana el umbral entre la “normalidad” y la “prealerta”,
en casos como el que nos concierne, otorga categoría de “normalidad” y justifica situaciones
de una sobreexplotación crónica que impide la acumulación de ciertos excedentes en los años
de abundancia, con los que se podría afrontar con mayores garantías las épocas de escasez.
Esto tiene asimismo su reflejo en la rapidez con la que en cuencas como la del Segura se pasa
de una situación de “normalidad” a una de “emergencia”, pues el margen entre umbrales es
de apenas unos pocos hm3: una entrada tardía en un escenario de “prealerta” en el que aun
habría cierto margen de gestión implica que no nos dé tiempo para evitar la “emergencia”.
15
[Fuente: Borrador PES del Segura, página 222 de 359]
Siguiendo con el ejemplo del PES del Segura, nos encontramos con que apenas 56 hm3 marcan
la diferencia entre “normalidad” y “alerta”, y solo 113 hm3 lo hacen entre “normalidad” y
“emergencia”. Compárese una vez más con los ya citados 718 hm3 de capacidad en embalses
de cabecera (a los que se podría sumar la capacidad de otros embalses, como el de La Pedrera,
de 246 hm3), para observar cuán mínimo es el margen de actuación que el borrador de PES
otorga de cara precisamente a evitar llegar a una situación de “emergencia”. Todo a causa de
“normalizar” niveles excesivamente bajos de reservas en embalses.
Por todo ello EL INTERESADO propone la creación de un apartado de “medidas preventivas a
aplicar en situación de normalidad”, tal y como se ha indicado en la Alegación Cuarta, que
incluya la revisión de las reglas de explotación de los embalses y acuíferos a fin de operar
habitualmente con un mayor margen; de estas reglas revisadas deberán derivarse las
existencias en embalses a partir de las cuales se pase de una situación de “normalidad” a una
de “prealerta”, y en consecuencia se le asigne el valor de 0,50.
Alternativamente puede desvincularse el umbral “ausencia de escasez” / “normalidad” del
valor de 0,50, de tal manera que cada cuenca pueda adaptarse libremente en función de sus
particulares características hidrológicas, de demanda, y de explotación histórica de sus
embalses y acuíferos, a fin de subsanar la posible “normalización” que derivaría del hecho de
utilizar medias o medianas históricas en indicadores manipulables y afectados por la
sobreexplotación crónica. Una estrategia sobre la que se abunda en la Alegación Decimoquinta
para el resto de umbrales.
16
[Fuente: Borrador PES del Segura, página 223 de 359]
Obsérvense las rápidas oscilaciones desde situaciones de normalidad o cuasi-normalidad a situaciones de emergencia,
restando efectividad a las medidas planeadas para escenarios intermedios. El estrecho margen entre los distintos umbrales es,
junto al enfoque predominantemente de caudales aportados en cabecera –en cierta manera redundante con los “indicadores
de sequía prolongada” si estos se toman como indicador adelantado-, la principal causa que explica estas oscilaciones.
Decimoquinta.- Incorporación de criterios objetivos y adaptados a cada unidad territorial
para definir los umbrales de escasez moderada, severa y grave
En línea con la problemácica acabada de explicar, referente al umbral entre una situación de
“normalidad” y una de “escasez moderada”, llama poderosamente la atención que se
determinen a nivel central –por parte del Ministerio, en el Artículo 9.10- todos los umbrales a
partir de los cuales se declaran las situaciones de ausencia de escasez, escasez moderada,
escasez severa y escasez grave –contraviniendo, como se ha explicado en la Alegación
Segunda, el objetivo de adaptarse y respetar “las distintas características […] de las diversas
cuencas hidrográficas”-.
Esta determinación central de los umbrales resulta tanto más injustificada en cuanto a que no
se precisa –como sí se hace en el Artículo 8.7, relativo a los escenarios de sequía prolongada-
que la evolución del índice entre el valor 0,50 y el 0,00 “no tiene que ser necesariamente
lineal”, ni mucho menos se establece un criterio objetivo para fijar estos valores como el de “la
imposibilidad de que el régimen natural proporcione los caudales ecológicos”.
Precisamente este último hecho (la no determinación de un criterio objetivo) hace que el
citado Artículo 9.10 tampoco contribuya al objetivo incluido en el preámbulo de la I.T.PES de
“contar con criterios comunes”, evitar “una indeseada heterogeneidad” y que los PES se lleven
a cabo “de forma armonizada”: únicamente se ‘armoniza’ un umbral totalmente arbitrario,
presumiblemente con el único fin de facilitar la agregación de datos a nivel nacional pero sin
mejorar lo más mínimo –antes al contrario, perjudicando sustancialmente- la calidad de los
Planes Especiales de Sequía. Incluso la pretensión de agregar a nivel nacional daría como
resultado datos sin fundamento científico alguno, al agregar datos elaborados con
metodologías diferentes (vulgarmente conocido como “sumar peras con manzanas”).
17
Una agregación a nivel nacional requeriría de una metodología común para calcular los
antiguos “índices de estado” (ahora “índices de escasez”), metodología que en todo el
mencionado Artículo 9 no se aborda más allá de estos genéricos límites. Vista la orientación de
la I.T.PES y lo expuesto en la Alegación Segunda, tampoco forma parte de las presentes
alegaciones el proponer una metodología común, más allá de la cuestión de los tres sistemas
de indicadores (“adelantados”, “de disponibilidad actual” y “atrasados”).
En cualquier caso, si se persigue una armonización de los Planes Especiales de Sequía que
mejore cualitativamente los PES actualmente en vigor, la orientación debe ser justo la
contraria a la propuesta en la I.T.PES: debe permitirse a los organismos de cuenca el establecer
los umbrales en función de la estructura de las demandas de agua de cada unidad territorial,
definiendo a qué criterios objetivos deben responder los umbrales.
A modo de ejemplo, EL INTERESADO propone que ante un hipotético “índice de disponibilidad
actual de agua”, formado por las reservas en embalses más las aportaciones previstas en el
peor escenario previsible (escenario que se modularía según el “índice adelantado” y se
obtendría por el análisis de experiencias pasadas, más proyección por cambio climático, de
acuerdo al Artículo 6 de la I.T.PES), se activaran los siguientes escenarios cuando:
i. Ausencia de escasez: Reservas + aportaciones prev. > Totalidad de demandas de año
hidrológico en curso + 12 meses.
ii. Escasez moderada: Reservas + aportaciones prev. > Demandas básicas + 50% de
demandas no básicas, para año hidrológico en curso + 12 meses.
iii. Escasez severa: Reservas + aportaciones prev. > Demandas básicas de año hidrológico
en curso + 12 meses.
iv. Escasez grave: Reservas + aportaciones prev. < Demandas básicas de año hidrológico
en curso + 12 meses.
Se entiende por “demandas básicas” la suma del abastecimiento urbano + demandas
medioambientales + riegos de socorro para la supervivencia de leñosos + regadíos de interés
social (conforme al Plan Nacional de Regadíos) u otras figuras análogas de limitado alcance.
Esta propuesta podría modularse en función de la capacidad de los embalses de cada unidad
territorial (en su caso sustituyendo embalses por acuíferos), pues el escenario de ausencia de
escasez implicaría a principio del año hidrológico que entre reservas en embalses y
aportaciones mínimas previsibles en 24 meses deberían haber existencias para dos años
hidrológicos completos: obviamente no todas las unidades territoriales pueden encontrarse en
una situación tan acomodada a nivel hidrológico, si bien ya hemos visto que en el caso de la
siempre tan polémica cuenca del Segura parece haber margen para ello (1.141 hm3 de
capacidad de embalse –a los que sumar aportaciones previsibles- vs. 591 hm3 de demanda
anual de aguas superficiales, con dotación del sistema cuenca –sin sistema trasvase-).
EL INTERESADO demanda en consecuencia un criterio objetivo para que los organismos de
cuenca puedan fijar los umbrales a partir de los cuales se diagnosticarán las situaciones de
“ausencia de escasez”, “escasez moderada”, “escasez severa” y “escasez grave”, procurando
que este criterio esté orientado a la disponibilidad actual y futura de agua, rehuyendo de los
indicadores acumulados de eventos pasados, pues como bien dice el refranero español: “agua
pasada no mueve molinos”.
18
Decimosexta.- Aportar valor normativo a la tabla de probabilidad de escenarios de escasez
En el Artículo 9.11 se prevé la creación de “una tabla que indique su probabilidad [la de los
escenarios de escasez] en el ámbito temporal de la serie de referencia”. Un cálculo de
probabilidad que debería incorporar los efectos previsibles del cambio climático (de acuerdo
con el Artículo 6.2 de la I.T.PES), pero que también debería tener consecuencias prácticas al ser
un claro baremo de para controlar la calidad del sistema de indicadores y umbrales utilizados
en la redacción de los PES.
Sin perjuicio de un cierto amoldamiento a las realidades propias de cada cuenca, EL INTERESADO
considera que si tras elaborar esta tabla la probabilidad de situaciones de “escasez grave”
superan a la de “escasez severa”, y a su vez si la probabilidad de “escasez severa” supera a la
de “escasez moderada”, se revisen la metodología y criterios para determinar los umbrales,
pues estos estados deben activarse ante situaciones realmente excepcionales (ergo
relativamente improbables) y no para gestionar situaciones comunes.
Eventualmente, si tras la citada revisión y por causas puramente naturales y de estructura de
la demanda se siguen obteniendo probabilidades mayores ante situaciones que deberían tener
carácter excepcional, deberán plantearse soluciones de carácter estructural –de tal manera
que los PES en tal situación insten a corregir la situación en los Planes Hidrológicos de
Demarcación, particularmente desde una óptica de gestión de la demanda-.
Decimoséptima.- Definición de metodología del sistema global de indicadores de sequía
De acuerdo al Artículo 10 del proyecto de I.T.PES “el Ministerio […] establecerá un sistema
global de indicadores hidrológicos” que, a falta de la clarificación del concepto según se ha
reclamado en la Alegación Tercera – punto d, ha de entenderse (en virtud del Artículo 27.1 del
Plan Hidrológico Nacional - PHN) como aquél que “permita prever estas situaciones [de sequía]
y que sirva de referencia general a los Organismos de cuenca para la declaración formal de
situaciones de alerta y eventual sequía [de escasez, según terminología I.T.PES]”.
Este artículo del PHN supone una abierta usurpación legal de las funciones de planificación
hidrológica general que se espera de las Confederaciones Hidrográficas conforme al Artículo
23.1.a de la Ley de Aguas, pues los PES y la gestión de la sequía no dejan de ser un añadido o
desarrollo posterior de los propios Planes Hidrológicos de Cuenca. De allí que EL INTERESADO
sugiera su inmediata corrección mediante una Disposición Adicional en algún texto con rango
de Ley –pues una Orden Ministerial como la de la I.T.PES no tiene rango suficiente-.
Más allá de esta necesidad de devolución de competencias de planificación hidrológica, el
texto de la I.T.PES solamente indica que el “sistema global de indicadores […] tomará como
referencia los sistemas de indicadores que se hayan establecido en los correspondientes planes
especiales”, sin desarrollar en ningún momento de qué manera se tomarán de ‘referencia’
(pues este término tiene un significado muy flexible) ni cómo a partir de los dos índices (de
“sequía” y de “escasez”) se piensa obtener un único índice global que permita ni más ni menos
que por un lado “prever estas situaciones” (capacidad de obtener información adelantada) y
por el otro “la declaración formal de situaciones de alerta y eventual sequía” (entiéndase
capacidad de detectar una situación de escasez). O siquiera si se mantendrá con dos índices,
que símplemente serán transpuestos de los PES al “sistema global de indicadores”.
19
EL INTERESADO reclama por tanto que en el Artículo 10 de la I.T.PES se hagan explícitas las
ecuaciones u otra metodología por las cuales se tomarán ‘como referencia’ estos índices,
sometiéndose en todo caso dicha ecuación (por su importancia capital en el funcionamiento
de los PES) de nuevo a exposición pública para presentar las pertinentes alegaciones.
En caso de considerarse que este “sistema global de indicadores” ha de ser una mera
transposición de los que se elaboren en los Planes Especiales de Sequía –como por otra parte
sería lógico, por las ya mencionadas competencias de planificación de las Confederaciones
Hidrográficas- debería clarificarse y hacer inequívoca esta relación, a ser posible integrando el
citado Artículo 10 con el Artículo 7 (“Definición general del sistema de indicadores”): se trataría
de hacer explícito que este “sistema de indicadores” general se corresponde exactamente con
el “sistema global de indicadores”, y que es precisamente mediante la I.T.PES como se
desarrolla la responsabilidad del Ministerio que emana del Artículo 27.1 de la Ley de P.H.N.
Estas necesarias clarificaciones y reorganización de contenidos también impactan sobre:
- Artículo 11.1, donde se afirma que la función del “sistema global” es “que apoye los
diagnósticos”, contradiciendo el Art. 27.1 P.H.N. que le otorga un papel central y no de
apoyo.
- Artículo 12, que establece que se crearán dos índices (de sequía y de escasez) “a partir
de la agregación ponderada de los indicadores de cada unidad territorial”, pero que a
su vez solo tienen “finalidad informativa”, lo que daría a entender que el “sistema
global de indicadores” no es la simple transposición de estos dos.
- Artículo 13, según el cual “el plan especial deberá desarrollar el procedimiento para
diagnosticar […] los escenarios de sequía prolongada y de escasez” a partir de “los
sistemas de indicadores de sequía prolongada y de escasez” –no a partir del “sistema
global”, como cabría esperar del Art. 27.1 P.H.N.-, y de dicho diagnóstico habrían de
derivar “la activación o desactivación de las acciones y medidas”.
- Artículos 14, 15 y 16, que en línea con lo establecido en el Art. 13 reglamentan la
realización de diagnósticos para escenarios de sequía prolongada, escasez y “situación
excepcional” a partir de unos indicadores que se sobreentiende no son el “sistema
global”, contraviniendo nuevamente el Art. 27.1 P.H.N.
En resumidas cuentas, el conjunto de sistemas de indicadores e índices precisa de una
simplificación y una definición mucho más concreta de qué funciones exactas ha de cumplir
cada indicador, estableciendo cuando proceda el mecanismo preciso de indización y
agregación (incluyendo las ecuaciones pertinentes) conforme a lo dispuesto en el
repetidamente citado Art. 27.1 P.H.N.
Artículo 27. Gestión de las sequías. 1. El Ministerio de Medio Ambiente, para las cuencas intercomunitarias, con el fin de minimizar los impactos ambientales, económicos y sociales de eventuales situaciones de sequía, establecerá un sistema global de indicadores hidrológicos que permita prever estas situaciones y que sirva de referencia general a los Organismos de cuenca para la declaración formal de situaciones de alerta y eventual sequía, siempre sin perjuicio de lo establecido en los artículos 12.2 y 16.2 de la presente Ley. Dicha declaración implicará la entrada en vigor del Plan especial a que se refiere el apartado siguiente. 2. Los Organismos de cuenca elaborarán en los ámbitos de los Planes Hidrológicos de cuenca correspondientes, en el plazo máximo de dos años desde la entrada en vigor de la presente Ley, planes especiales de actuación en situaciones de alerta y eventual sequía, incluyendo las reglas de explotación de los sistemas y las medidas a aplicar en relación con el uso del dominio público hidráulico. Los citados planes, previo informe del Consejo de Agua de cada cuenca, se remitirán al Ministerio de Medio Ambiente para su aprobación.
20
Decimoctava.- Reubicación del Artículo 11.2 bajo los Artículos 8 y 9 o artículo propio
EL INTERESADO considera que el Artículo 11.2, relativo al amoldamiento de los índices de sequía
y/o escasez a las “normas específicas que informan sobre” la situación hidrológica de
“trasvases o […] el Convenio de Albufeira”, tiene mejor cabida bajo los Artículos 8 y 9 –como
evidencia la referencia a los escenarios de los Artículos 14 y 15, relativos precisamente al
diagnóstico de sequías o escasez-, o incluso como un artículo propio y destacado.
No se sostiene que sea incluido dentro del Artículo 11, que se refiere a “indicadores
complementarios”, por lo demás sin mayor interés que el meramente informativo. Pareciera
que se trata de un intento de ocultación del articulado que impacta a la explotación del
Trasvase Tajo-Segura.
Decimonovena.- Adecuación del procedimiento de diagnóstico de sequía a la función
preventiva
En línea con el conjunto de alegaciones presentadas, EL INTERESADO considera necesaria la
adecuación del Artículo 14 –relativo al diagnóstico de escenarios de sequía- a las funciones de
prevención que han venido reclamándose a lo largo del presente texto, conforme a lo previsto
en el artículo 27.1 P.H.N y el artículo 4.6 D.M.A. En la actual redacción de la I.T.PES, solamente
se le reserva la triste función de rebajar los estándares ambientales.
Al haberse excluido del “sistema de indicadores de sequía prolongada” los acuíferos y
embalses -que tienen carácter manipulable y cierto retraso con respecto a precipitaciones y
caudales circulantes-, este “sistema” cumple con las características que permiten la
construcción de un “índice adelantado”, muy especialmente en caso de aceptación de lo ya
expuesto en las Alegaciones Tercera – punto g, y Séptima a Decimoprimera.
Para dotar de esta capacidad predictiva al “sistema de indicadores de sequía prolongada” es
preciso establecer al menos un umbral adicional “de sequía” (previsto en la definición
aportada en el Artículo 2.d, pero sin mayor desarrollo en la I.T.PES), que habría de incluirse
tanto en el Artículo 8 como sobre todo en el Artículo 14.
Este umbral “de sequía” deberá activarse cuando los indicadores adelantados sugieran un
riesgo cierto de que las reservas de aguas (en embalses y acuíferos) puedan verse mermadas a
lo largo de los próximos meses (aportaciones << demandas), sin que la situación de estas
reservas permita todavía hablar de “escasez”. Al caer el índice por debajo de este umbral, y a
fin de prepararse en lo posible a un escenario de “escasez” en un futuro cercano, deberán
tomarse medidas de información, administrativas, de ahorro , restricción ligera de suministros
no esenciales, y movilización de recursos no subterráneos (p.ej. mayor uso de desalinizadoras).
Al activarse el umbral “de sequía prolongada” previsto en el Artículo 8.7, estas medidas
deberán fortalecerse (particularmente las restricciones a suministros), incluso si todavía no se
ha diagnosticado una “escasez” en el segundo sistema de indicadores. Pues no sería
equilibrado relajar los estándarse ambientales en masas de agua sin que se produzca un
esfuerzo igualmente entre los usos humanos, particularmente dado que debido al cambio
climático estas situaciones de “sequía prolongada” se darán con mayor frecuencia de la que
venía produciéndose de forma natural.
21
Vigésima.- Limitar la rebaja de caudales ecológicos a su restitución a régimen natural
Tal y como se acaba de exponer en la Alegación Decimonovena, el Artículo 14.1 le reserva al
“sistema de indicadores de sequía prolongada” el triste papel de limitarse a rebajar los
estándares ambientales fijados en los Planes Hidrológicos de Cuenca. En efecto, puede leerse
textualmente que “a partir de este escenario [de sequía prolongada] se podrán aplicar […]
caudales ecológicos menos exigentes y admisión justificada del deterioro temporal del estado o
potencial de las masas de agua”.
En la Alegación Decimosegunda ya se indicó la necesidad de vincular de forma inequívoca el
umbral de “sequía prolongada” con el escenario en el cual la restitución a régimen natural
impediría el cumplimiento de los mencionados caudales ecológicos, lo que en cierta manera
justifica de antemano que se puedan adoptar caudales menos exigentes. La cuestión clave
radica, por lo tanto, en cuánto menos exigentes serían estos caudales.
Dado el actual articulado de la I.T.PES, y en particular del Artículo 14.1, parece interpretarse
que estos caudales menos exigentes serían los que en los Planes Hidrológicos de Cuenca se
establezcan para periodos de sequía. Pero dado que estos representan un nivel mínimo, con
frecuencia muy por debajo de los caudales de normalidad, existe margen para defender el
mantenimiento de unos caudales superiores a los de sequía pero inferiores a los de
normalidad.
A consecuencia de lo expuesto, EL INTERESADO reclama que el citado Artículo 14.1 especifique
qué caudales y deterioro de las masas de agua en concreto podrán aplicarse en el escenario de
“sequía prolongada”, proponiendo a tal efecto los que resulten de la restitución a régimen
natural, sin caer nunca por debajo de los caudales ecológicos de sequía previstos en los Planes
Hidrológicos de Cuenca.
Vigesimoprimera.- Adaptación del Artículo 15.1 a una “falta de disponibilidad actual”
De acuerdo con las líneas generales que inspiran las presentes alegaciones, es deseable la
adaptación del Artículo 15.1 a una lógica de “falta de disponibilidad actual” del recurso hídrico.
Esto significa que las situaciones de “normalidad”, “prealerta”, “alerta” y “emergencia”
respondan claramente a un riesgo real de no poder atender las demandas de agua.
A este particular resultan de especial interés las Alegaciones Decimoquinta y Decimosexta,
pues vinculan inequívocamente un determinado escenario a unas demandas concretas que se
pueden ver en peligro y a una determinada probabilidad de que se produzcan.
Siguiendo la lógica que se deriva de todo esto, un escenario de “prealerta” ya representaría un
riesgo cierto de desabastecimiento, lo que impone medidas más ambiciosas que simplemente
las “de ahorro y control coyuntural” (de impacto despreciable), incorporándole el mismo tipo
de restricciones ligeras al suministro y demás medidas que ya se ha han reclamado en la
Alegación Decimonovena. Estas medidas “deberán aplicarse”, no “podrán aplicarse” (ha de
eliminarse la voluntariedad).
Igualmente, en un escenario de “alerta” las medidas a tomar “deberán” (no “se podrán
aplicar” o “planteándose”, redacción poco concreta ante un “claro riesgo”) incluir la reducción
del suministro, pero excluyendo la movilización de recursos subterráneos al no verse
claramente amenazados los suministros básicos (abastecimiento urbano, etc.).
22
Vigesimosegunda.- Diagnóstico temprano de escenarios, evitar salida prematura
Tal y como ya se ha denunciado en la Alegación Segunda, los Artículos 15.3 y 15.4 padecen de
un grave sesgo de retraso en la toma de decisiones que impide una actuación temprana ante
una situación de sequía prolongada. Este sesgo de retraso se trata de justificar con
afirmaciones tales como que se debe “asegurar que las condiciones de escasez detectadas
sean estables en el tiempo” o que se deben “evitar cambios de escenario prematuros”.
El sesgo se hace tanto más llamativo cuando se lee en el apartado 4 que “como criterio
general, el paso de un escenario al siguiente más grave requerirá dos meses consecutivos de
presencia de indicador en ese escenario más grave”, mientras que en el caso inverso la
“evolución desde un escenario determinado a otro más leve, el cambio del mismo se
diagnosticará en el mes en que se produzca”.
Este flagrante sesgo es garantía de una actuación tardía y un levantamiento temprano de las
restricciones, reduciendo la efectividad de los Planes Especiales de Sequía para prever y
mitigar las consecuencias de la meteorología cambiante.
A fin de remediar este sesgo, EL INTERESADO propone cambiar la redacción de los citados
Artículos 15.3 y 15.4, precisando que las condiciones de entrada y de salida a definir deben
asegurar que “las condiciones de escasez detectadas seguirán siendo estables en el tiempo” y
que se debe “evitar cambios de escenario prematuros que comprometan la desactivación de
las medidas”.
A tal fin, como criterio general, el paso de un escenario al siguiente más grave debería
realizarse en el mes en que se produzca siempre y cuando la previsión meteorológica a medio
plazo no anticipe una rápida recuperación. De la misma manera, en la evolución de un
escenario determinado a otro más leve el cambio de diagnóstico se producirá en el mes en
curso en caso de haber una previsión meteorológica a medio plazo que anticipe una rápida
recuperación, o al mantenerse por dos meses consecutivos en ese escenario menos grave y sin
una previsión meteorológica a medio plazo especialmente desfavorable. Todo esto sin perjucio
de lo que se expondrá en la siguiente alegación.
Vigesimotercera.- Incorporación de un sistema de indicadores atrasados para el
levantamiento de escenarios
Como consecuencia de la Alegación Séptima, y en línea con lo expuesto a lo largo de todo el
texto de alegaciones a la I.T.PES, EL INTERESADO propone la incorporación de un “sistema de
indicadores atrasados”, que se habría de definir por una parte tras el Artículo 9 y cuyo
diagnóstico se incorporaría tras el Artículo 15.
Tal y como se ha venido explicando, se trataría de monitorizar los niveles de embalse y
particularmente de acuíferos más rezagados en su recuperación (sobre todo si han sido
sometidos a extracciones mediante pozos de sequía), a fin de detectar la persistencia de
vulnerabilidades frente a futuribles recaidas en escenarios de sequía y escasez.
En tanto no se detecte la plena recuperación de los mencionados acuíferos, deberán
mantenrse las restricciones al suministro, medidas de ahorro y movilización de recursos no
subterráneos, a fin de reducir la vulnerabilidad lo más rápidamente posible.
23
Vigesimocuarta.- Clarificación de criterios e implicaciones de la declaración de “situación
excepcional por sequía extraordinaria”
En el Artículo 16.1 se le otorga al Presidente del organismo de cuenca la facultad de declarar,
discrecionalmente (“podrá…”), una “situación excepcional por sequía extraordinaria” al
coincidir determinados escenarios de escasez con escenarios de sequía prolongada.
Tal y como se ha planteado el actual proyecto de I.T.PES, el criterio de coincidencia temporal
entre los dos índices –de sequía y escasez- resulta innecesario por redundante: puede
comprobarse una notable correlación entre los indicadores de sequía y escasez, por lo que en
aras a simplificar el procedimiento debería bastar con las declaraciones de escenarios de
escasez –preferiblemente solo el de “emergencia”, pues sólo en tal escenario existiría una
amenaza real al suministro de demandas básicas-.
[Fuente: Borrador PES del Segura, páginas 174 y 228 de 359]
En las dos gráficas puede observarse cómo la activación de niveles de alerta y emergencia por escasez de agua (con los
criterios de persistencia requeridos) habría resultado en prácticamente todos los casos coincidente con una declaración de
“sequía prolongada”, convirtiendo al índice de sequía en redundante y complicando en exceso la declaración de una
“situación excepcional por sequía prolongada”.
24
En el apartado 3 del mencionado artículo se describen las consecuencias prácticas de la
declaración de “situación excepcional por sequía prolongada”, y que pueden resumirse en que
-tras el mero trámite de evaluación por parte de la Junta de Gobierno- se traspasarán
competencias sobre el agua al Ministerio competente y se podrán declararán
automáticamente de utilidad pública cuantas obras, sondeos, expropiaciones y estudios sean
necesarios, tal y como se recoge en el Artículo 58 de la Ley de Aguas citado a continuación:
Artículo 58 Situaciones excepcionales
En circunstancias de sequías extraordinarias, de sobreexplotación grave de acuíferos, o en similares estados
de necesidad, urgencia o concurrencia de situaciones anómalas o excepcionales, el Gobierno, mediante
Decreto acordado en Consejo de Ministros, oído el organismo de cuenca, podrá adoptar, para la superación
de dichas situaciones, las medidas que sean precisas en relación con la utilización del dominio público
hidráulico, aun cuando hubiese sido objeto de concesión.
La aprobación de dichas medidas llevará implícita la declaración de utilidad pública de las obras, sondeos y
estudios necesarios para desarrollarlos, a efectos de la ocupación temporal y expropiación forzosa de bienes
y derechos, así como la de urgente necesidad de la ocupación.
Dadas las extraordinarias competencias que se otorgan al Ministerio en esta situación, debería
precisarse en el Artículo 16.3 que estas tendrán en todo caso un carácter temporal -a renovar
periódicamente-, y limitarse preferentemente a escenarios de “emergencia” o previsión de los
mismos, en que realmente corra serio riesgo la atención de las demandas básicas con la
infraestructura y medidas ordinarias de los Planes Especiales de Sequía.
Sería conveniente asimismo hacer explícitas todas estas posibilidades en el texto de la I.T.PES,
a fin de facilitar su interpretación y público conocimiento, pues la declaración de una
“situación excepcional por sequía prolongada” y consiguiente “Decreto de Sequía” implica la
posibilidad de ejecutar de urgencia –y con estándares de protección ambiental y de la
propiedad rebajados- infraestructuras polémicas tales como trasvases, pozos de sequía y
plantas desalinizadoras, o reducir los suministros por debajo de lo ya establecido en los PES.
Vigesimoquinta.- Modificación de acciones a aplicar en escenarios de sequía prolongada
En línea con la Alegación Decimonovena y restantes, se solicita que el Artículo 17 sea
renobrado, a fin de abarcar también el escenario de “sequía” no prolongada, incorporando a la
mera rebaja de estándares ambientales también otras funciones más prácticas al índice de
sequía prolongada.
Concretamente, EL INTERESADO reclama que la declaración de escenarios de “sequía” y “sequía
prolongada” incluya medidas de conservación del recurso –pues tal índice tiene un carácter de
“adelantado”-, tales como la restricción de suministros, vigilancia ambiental reforzada o la
movilización de recursos extraordinarios (siempre y cuando no se incluyan los recursos
subterráneos, que deberían reservarse exclusivamente a escenarios de “emergencia” por
incapacidad de atender las demandas básicas, al detraer caudales que de otra manera estarían
disponibles –drenarían al río- en el futuro).
Nótese que la repetición de estas reclamaciones refleja la repetición de estos conceptos en el
actual texto de la I.T.PES, aspecto que podría simplificarse para evitar la redundancia y posibles
contradicciones con notable impacto legal.
25
Vigesimosexta.- Modificación de medidas a aplicar en escenarios de escasez coyuntural
Abundando en lo ya expuesto en la alegación inmediatamente precedente, EL INTERESADO
reclama la modificación del Artículo 18, referente a las medidas a aplicar en escenarios de
escasez coyuntural. Concretamente, se solicita incorporar lo expuesto en las Alegaciones
Séptima, Decimoquinta y Vigesimoprimera, activando medidas de ligera restricción de
suministros y movilización de recursos no subterráneos ya en el escenario de “prealerta”, y
excluyendo igualmente los recursos subterráneos del escenario de “alerta”.
Como se ha indicado anteriormente, buena parte de lo reglamentado en los Artículos 7, 9 y 15
debería ser incluido y detallado de forma más concisa en el Artículo 18 –aligerando los
artículos precedentes-, en particular la definición de medidas que se pueden adoptar según los
diferentes escenarios de escasez que se barajen.
Particularmente, y en virtud de los fines perseguidos por EL INTERESADO, se reclama una mayor
delimitación en el concepto de “movilización de recursos desde fuentes convencionales o no
convencionales”, dejando constancia clara de los riesgos que supone la movilización de tales
recursos cuando pueden comprometer directa o indirectamente el cumplimiento de los
caudales ecológicos o el deterioro del estado de las masas de agua (p.ej. por desecación de
fuentes) o por comprometer las reservas y capacidad futura de agua en caso de que la
situación de sequía y escasez se prolongue en el tiempo (importante bajada de niveles
piezométricos ya en escenario de “alerta”, siendo insuficiente el recurso para una posterior
situación de “emergencia”). Es el caso de la movilización de recursos subterráneos mediante
“pozos de sequía” o “baterías estratégicas de sondeos”, razón por la cual EL INTERESADO solicita
que su explotación se limite única y exclusivamente a aquellas situaciones en que corra peligro
el suministro de demandas básicas y esenciales, tales como el consumo urbano y riegos de
socorro para leñosos y regadíos de interés social.
Vigesimoséptima.- Mejora de las medidas mínimas de información pública
El Artículo 19 del proyecto de I.T.PES indica las medidas mínimas de información pública que
deben contener los Planes Especiales de Sequía, centrándose básicamente en la publicación
mensual de los índices de estado en el portal web de las Confederaciones Hidrográficas, y la
remisión de los datos al Ministerio competente.
Se ha dejado fuera de dicho artículo un aspecto importante de la información pública, relativo
precisamente a los cambios de escenario y las medidas previstas para tal cambio. Es por ello
recomendable incluir en el Artículo 19 una mención a la obligatoriedad de enviar notas de
prensa a los principales medios de comunicación regionales cada vez que se produzca un
cambio de escenario, particularmente cuando se trate de un escenario más grave.
Vigesimoctava.- Corrección en revisiones y ad hoc del Plan por daños ambientales
En el Artículo 22 se prevé que los Planes Especiales dispongan de un importante seguimiento
de impactos medioambientales sobre el medio hídrico y hábitats asociados. Sin embargo, no
se le reserva ninguna función concreta a estos seguimientos. EL INTERESADO reclama, en
consecuencia, que estos datos sean utilizados tanto en las periódicas revisiones de los PES,
como en correcciones ad hoc (si es preciso) de medidas concretas que se hayan tomado.
26
Vigesimonovena.- Recomendación de planes de emergencia comarcales para municipios de
menos de 20.000 habitantes
Si bien la obligatoriedad de realizar planes de emergencia para sistemas de abastecimiento se
limita, conforme a lo previsto en el Artículo 27.3 P.H.N., a municipios de más de 20.000
habitantes, y aunque esta competencia corresponda a las administraciones locales, resulta
altamente deseable incentivar entre el resto de municipios una previsión análoga para estas
situaciones críticas.
Por sus peculiares características, estos municipios de menor entidad suelen tener una
capacidad muy limitada para llevar a cabo estudios y planes tan complejos como el referido.
Sin embargo, bien pueden agruparse a nivel comarcal o provincial para, a través de
mancomunidades de municipios y diputaciones provinciales, llegar a desarrollar una estrategia
con la que afrontar situaciones de escasez extrema de agua.
Partiendo de la base de que sería en todo caso un ejercicio voluntario, no previsto por la Ley,
resultaría conveniente que la Orden de la I.T.PES incentive y prevea su posibilidad, mediante
añadido al Artículo 24, instando en lo posible a los organismos de cuenca a colaborar con el
resto de municipios –particularmente con sus medios técnicos- e incorporar eventualmente
estos planes comarcales a los Planes Especiales de Sequía.
Trigésima.- Definición de la composición y funciones de la Comisión Permanente de la Sequía
en los Planes Especiales
Está prevista, en el Artículo 27, la posibilidad de que los organismos de cuenca incluyan en sus
Planes Especiales de Sequía la creación de una Comisión Permanente de la Sequía. Sin
embargo, reserva al Gobierno mediante Real Decreto “la composición y funciones de dicha
Comisión Permanente”.
EL INTERESADO reclama que las funciones de dicha Comisión queden definidas en la I.T.PES o se
deje a criterio de las Confederaciones Hidrográficas, y que en todo caso corresponda a los
Planes Especiales de Sequía determinar la composición que tendría tal Comisión, pues los
organismos de cuenca son más cercanos a la ciudadanía (principio de subsidariedad), y sabrán
mejor cómo amoldarse a la realidad social y ambiental de su territorio.
Tregisomopimera.- Incorporar actualización de la I.T.PES
De acuerdo con el Artículo 29 de la I.T.PES, los Planes Especiales de Sequía deberán ser
actualizados “cada 6 años, y en todo caso, manteniendo la distancia de dos años respecto a la
fecha de revisión de los planes hidrológicos de cuenca”. Se deja de lado, no obstante, la
necesaria revisión y actualización de la Instrucción Técnica para la elaboración de los Planes
Especiales de Sequía, que como se ha visto a lo largo de las presentes alegaciones restrige de
muchas maneras –y con frecuencia de forma injustificada- las posibilidades de los PES para
afrontar de forma efectiva las situaciones de sequía y escasez de agua.
En consecuencia, EL INTERESADO reclama la incorporación de un proceso de revisión de la I.T.PES
cada 6 años, coincidente (con la antelación suficiente) con la revisión de los propios Planes
Especiales de Sequía, a fin de incorporar la experiencia práctica que se derive de los mismos.
27
Trigesimosegunda.- Incorporación de mecanismos de participación ciudadana activa en la
elaboración de los Planes Especiales de Sequía
Uno de los puntos centrales y verdaderamente distintivos de la Directiva Marco del Agua es el
enfoque de participación ciudadana activa que plantea, en oposición a una mera consulta
pública de escaso tiempo una vez los documentos han sido ya elaborados. Efectivamente,
podemos leer en el Artículo 14.1 de la DMA que “los Estados miembros fomentarán la
participación activa de todas las partes interesadas en la aplicación de la presente Directiva”,
participación que si bien será “en particular el la elaboración […] de los planes hidrológicos de
cuenca”, no se limita exclusivamente a estos sino al conjunto de la aplicación de la Directiva.
En este sentido resulta decepcionante que el Artículo 32 de la I.T.PES solamente contemple la
limitante fórmula de la ‘consulta pública’ de 3 meses al final del proceso de planificación,
cuando ya la influencia del ciudadano será escasa, como queda patente en el hecho de que se
denomine a estas “propuestas, observaciones y sugerencias” sin dar cabida a un
cuestionamiento a fondo de los documentos presentados –ya que tal cuestionamiento exigiría
un notable esfuerzo de reelaboración, que habitualmente los estrechos plazos para aprobar
los planes no permiten-.
Es importante destacar que los Planes Especiales de Sequía son en cierta manera un
complemento o anexo de los Planes Hidológicos de Cuenca, y en consecuencia derivan de la
misma Directiva Marco del Agua que exige un proceso de “participación activa”. En efecto, la
DMA indica en su Artículo 4.6.b “que en el plan hidrológico de cuenca se especifiquen las
condiciones en virtud de las cuales pueden declararse dichas circunstancias [de sequía] como
racionalmente imprevistas o excepcionales, incluyendo la adopción de los indicadores
adecuados”. Y en el Artículo 4.6.c. “que las medidas que deban adoptarse en dichas
circunstancias excepcionales se incluyan en el programa de medidas”, que forma parte de los
documentos requeridos para los Planes Hidrológicos de Cuenca.
La aplicación estricta de estos puntos del Artículo 4.6. de la DMA implica que la mera
elaboración por separado de los Planes Especiales de Sequía y los Planes Hidrológicos de
Cuenca se estaría haciendo en fraude de ley y debe ser corregida inmediatamente.
No obstante, a efectos de la presente alegación a la I.T.PES y sin perjucio de la petición de
retirada de la misma en la Alegación Segunda, EL INTERESADO se limita a señalar que los Planes
Especiales de Sequía deberían tramitarse con idénticas garantías y mecanismos de
participación ciudadana activa que el Plan Hidrológico de Cuenca.
Esto permitiría dirimir desde un principio la pertinencia de incorporar todas las observaciones
y cuestionamientos de raíz que se hagan sobre los PES: sin el condicionante previo de la gran
cantidad de trabajo que supondría su reelaboración; sin obligar a los interesados a leerse
literalmente miles de páginas de documentos para presentar alegaciones en unos pocos
meses; sin que la presión por cumplir con los plazos estipulados legalmente que impide una
evaluación a fondo de las propuestas; con una mejor y mayor implicación ciudadana, que
multiplicaría por mucho la legitimidad democrática de unos planes con profundas
consecuencias sociales y ambientales, y que actualmente se redactan completamente de
espaldas a la ciudadanía.
28
Trigesimotercera.- Inclusión de las alegaciones rechazadas en el informe al Consejo del Agua
de la Demarcación
Finalizando este ya largo documento de alegaciones a la I.T.PES, EL INTERESADO solicita que el
“informe explicativo de los resultados de la consulta pública” no incluya solamente “las
propuestas, observaciones y sugerencias recibidas [que] han sido tenidas en consideración”,
sino también, y de forma especialmente relevante, aquellas que han sido rechazadas y los
motivos que condujeron a su rechazo.
Quedando de esta manera concluido el texto, compuesto de un total de 33 alegaciones
dirigidas contra el “Proyecto de Orden AAA/XXX/2017, de XX de XXXX, por la que se aprueba la
instrucción técnica para la elaboración de los planes especiales de sequía y la definición del
sistema global de indicadores de sequía prolongada y escasez”, a las cuales EL INTERESADO
espera contestación dentro de los plazos pertinentes.
Firmado a la fecha señalada en el encabezado:
EL INTERESADO