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Octavio de La Nada Al Todo y Del Todo a La Nada

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NovelbyAlberto Pinilla

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    Octavio -De la nada al todo y del todo a la nada-

    Alberto Pinilla

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    Bubok Publishing S.L., 2015

    1 edicin

    ISBN:

    Impreso en Argentina / Printed in Argentina

    Impreso por Bubok

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    ndice

    Pgina

    Prlogo 9

    Captulo 1 - Octavio: Semblanzas del pasado. 11

    Captulo 2 - Aleksandra 29

    Captulo 3 - Fausto 37

    Captulo 4 - Fantina 48

    Captulo 5 - Noam 53

    Captulo 6 - Laura 60

    Captulo 7 63

    Captulo 8 67

    Captulo 9 74

    Captulo 10 78

    Captulo 11 102

    Captulo 12 109

    Captulo Cero 113

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    Prlogo

    Existen tantas opiniones, acerca de un mismo tema o situacin, como tantas personas existen en el mundo. Y muy cierto es que la sabidura del ser humano en tan infinita como su propia ignorancia.

    El ser humano se caracteriza por su necesidad de desarrollo tanto a nivel individual como en sociedad. Hasta la ms mnima de sus acciones influye en el medio que lo rodea; as como cada situacin generada en rededor puede afectar la reaccin a cada una de sus acciones.

    Una constante repetitiva, en la historia humana, es la capacidad de las personas, al sublimar sus estados emocionales. Al punto de movilizar todo un grupo social, para sus propios fines.

    En adelante, tratar uno de los sentimientos que ms cuesta superar, tanto a hombres como mujeres: El Dolor.

    Este vil sentimiento, puede ser causado, por una gran diversidad de motivos o circunstancias. Como puede ser la prdida de un ser amado (mediante la muerte); la ruptura con la pareja; peleas familiares, o con amistades; el no poder alcanzar aquello tan anhelado, la impotencia por no poder concretar un proyecto tan deseado; el dolor ajeno... y tantas formas, que cada quien en particular ha sufrido o est sufriendo.

    Este sentimiento, que nos hace indefensos emocionalmente, a cada uno en su momento, suele ser forjador de las armas y escudos de la personalidad. Cada individuo y casi sin darse cuenta, en tales momentos, se ve

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    provisto de una inexplicable pasin por s mismo, que en cualquier otro momento, le hubiese parecido indistinta a su persona. Que ahora se moviese por cada parte del sistema nervioso.

    El principal problema, que puede causar este sentimiento es la forma en la cual es sublimado. Muchos lo convierten en odio; conllevando la venganza y sin quererlo (en su forma consciente) siguen hasta causar su propia locura (temporal o no) en sus actos, tomando el dolor de otros, sin importar que tanto lo merecan o no. En el dolor, todo aquello que comenzamos y asumimos como algo comprobado empricamente, termina en una resultante indefinida por el razonamiento lgico.

    Lo que solemos olvidar es que Dios es inflexible. Tan inflexible al punto de creerlo cruel. Las reglas as lo imponen. No matars, significa exactamente eso. No existen clausulas ni artculos, en sus reglas, que digan: fulanito, se salva por haber matado en defensa propia; no existe justicia por mano propia... Matar es Matar.

    Vivimos en un mundo que podra tenerse en cuenta como un purgatorio. Cada paso en vida en cada uno de nuestros actos tal vez sea la forma en que somos juzgados. Tal vez, el sufrimiento, sea la forma en que debemos ver qu es realmente vivir, ya que si nuestras almas, aun as logran superarlo sabremos entonces, la diferencia entre la grandeza humana y el odio.

    Pero no todo es sufrir... existe un don que nos permite salir de todo mal y acercarnos a esa grandeza... la capacidad de nuestras almas de amar y ser amados.

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    Captulo 1 Octavio: Semblanzas del pasado.

    En fin lo que me tiene intrigado es cmo conquist a Aleksandra; es ms, an estoy convencido que no la conquist yo; ella me conquist a m. Somos tan distintos; tal vez sea eso; ella, es todo lo que yo no soy, y yo soy todo lo que ella no es. La necesito, me necesita, nos necesitamos. Y no nos buscamos, simplemente, nos encontramos. Antes de ella no saba lo que era el amor; estaba convencido que la vida se trataba de seguir la corriente, cualquiera fuera que le tocase vivir a cada quin. Viva sin comprender estar vivo. No es que con ella haya empezado mi vida; ms bien, con ella, comenc a tener ganas de estar vivo. Eso s, cuando la conoc, era una pendeja de lo ms caprichosa, orgullosa, vanidosa; la nica verdad que exista en el mundo era la que ella propona Qu frustrante esa piba! Un da se acerca y me dice: Quers ser mi amigo? Y yo que estaba convencido que la amistad se formaba de un momento a otro, de charla en charla, ponindose de acuerdo implcitamente; pero no, para ella tena que ser bajo sus trminos, ella iniciaba la amistad a su manera. Sin embargo, no quise darle el gusto. Un rotundo No. Me mir furiosa y acto seguido, pas casi un ao sin que volviramos a hablar; nos veamos cada tanto, ya que era la mejor amiga de Fausto, y l con Noam, siempre fueron buenos amigos, as que cada dos por tres apareca ella. A pesar que no nos mirbamos, al menos directamente, siempre estaban las miradas de reojo, como queriendo certificar que el otro an estaba ah mismo, a slo unos pasos, no ms lejos que el deseo mismo de acercarnos; pero, queriendo disimular el inters, en grandes bocanadas de orgullo. Estbamos tan

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    cerca y a la vez tan lejos el uno del otro. Y a pesar que, primeramente, fue el orgullo lo que nos mantuvo alejados, luego, cuando se desvaneci, result que ya no sabamos cmo volver a acercarnos. Tanto jugamos a ignorarnos que olvidamos cmo encontrarnos.

    Pas ese ao, y luego otro ao ms. Hasta que al fin, gracias a Noam, podra decirse, volvimos a hablar, y esta vez como si furamos amigos de antao que llevbamos mucho tiempo sin vernos y teniendo toda la vida para contarnos. Fue en su cumpleaos diecinueve. No iba a ir a su casa, a saludarla, con Fausto y Noam; sin embargo, antes de ir pasaron por mi casa. Te vas a pasar la vida lamentndote no haber sido un poquito ms hombre y dejar pasar la oportunidad de estar con el amor de tu vida por tu estpido orgullo?, me dijo Noam y para no quedarse mudo Fausto agreg: No s cul misterio tratan ustedes dos, vos y Ale,

    Ella, una mujer de mediana estatura, su cuerpo ni delgado ni ostentoso. De nada careca y en nada se exceda. Sus manos le llamaba mucho la atencin, cunta experiencia, cunto trabajo de vida haba reflejndose en la firmeza de sus manos. Por su parte, en ese momento tena solo 21 aos de vida, en su disfraz humano. Las suyas, siendo ms fuertes que las de ella, no alcanzaban a cubrir su experiencia. Sus manos siempre fueron ms rugosas. Solan estar horas solo charlando; de sus conocimientos, de los propios; sin embargo lo que ella ya tena absorbido en libros, l, lo aclaraba en experiencias. Al principio era solo alguien ms en el mundo, una persona que si hubiese chocado con ella en la calle, le hubiese pedido disculpas por la torpeza (La cual ha sido muy caracterstica desde la infancia) y luego seguido el camino sin haberla

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    mirado. Empero, su alma fue el primer ser en este mundo que logr abrir los ojos del alma de Octavio. As aprendi el verdadero amor a primera vista.

    A medida que se iban conociendo mejor, en cada charla, su beldad se iba develando a los simples ojos. Era como ver nacer, un ser extraordinario, su alma brotando por los poros de su piel. Su piel, esa endeble tela que la cubra, era entonces una magnifica perfeccin en todo su esplendor.

    A sus ojos ya no era una simple mujer toda una dama ante su presencia. Se senta agraciado por cada instante, en su cercana. Su sonrisa, dibujada en la silueta de sus labios, la caricia de su mirada sobre los ojos. Esa esencia tan nica de mujer.

    Ella, una mujer, esperando ser amada. Y l, un hombre buscndola para amarla. Nunca antes haba, realmente, comprendido lo que era elegir hasta que aprendi a elegir amarla.

    As comprendi que un hombre busca en vida aquello que le fue negado o arrebatado en su infancia.

    Pas un ao ms desde que comenzaron esas charlas tan amistosas. Era un sbado por la noche. Ella, al igual que l, no acostumbraba a salir a los lugares nocturnos del fin de semana. Su hermana, ya haba partido con amigas al centro nocturno. Desde ese tiempo de solo charlas, en ningn momento la dej sola. Sus charlas nunca atentaron a nada ms que una simple amistad. Sin embargo, esa noche lleg.

    l, haba trabajado todo el da y an no cenaba. El hambre lo haca retorcer. Aun as no quera dejar de estar a su lado, ni siquiera para ir a cenar al apartamento. Al estomago, poco le

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    import los sentimientos, no se resisti y lo delat. Comenz a crujir. Cuando ella lo not, ofreci la idea de cocinar algo juntos. Por supuesto la idea le fascin. Tres papas y un pelador, Y a trabajar! dijo ella con mucho gusto acat la orden.

    Pas dos veces a su lado, ambas lo empuj con sus caderas hacia la mesada. No pudo evitar sonrer con tono burln. Ella, en su picarda quiso repetirlo una tercera vez. Entonces, al verla ir, nuevamente, se prepar, en el momento justo, la esquiv y en un segundo movimiento la empuj, esta vez, con las caderas. No pudo evitarlo, tuvo que burlarse.

    Fue ese momento la primera vez que ella, dijo tales palabras.

    - Todos los hombres son iguales! Dijo, y l, no pudo evitar rerse Te tendra que dar una buena bofetada para que aprendas a tratar a una dama! esta vez su tono era dulce. Pero, a Octavio, le daba ms gracia.

    A ver la reaccin, amaga a modo de juego, darle una bofetada; l, le tom la mano antes que llegara a su cara, inmediatamente intent con la otra mano, repiti la accin de defensa. Entonces trato de zafarse en movimientos sin coordinacin. Para evitar que se fueran ambos al suelo, ya que an se rea y no poda mantenerse con buen equilibrio; en una rpida maniobra llev sus manos a su espalda, acercndose y presionando el pecho contra el suyo. Ya no intent salirse de la situacin. Y ahora las manos de l, no retenan las suyas, eran las suyas amarrando las de l. Solo se quedaron mirndose, mientras los dedos jugaban a sus espaldas.

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    En un cabeceo, y en puntillas de pie, ella intent acercar sus labios a los suyos. Ya no estaban riendo. Dio un paso atrs, aun sin soltarla. Lo intent de nuevo, trat de dar otro paso atrs y lo detuvo la pared a sus espaldas, no poda soltarla. El cuerpo de Octavio, ya se entregaba totalmente a su deseo, sin piedad anhelaba esos labios. La mente le gritaba Estpido, solo dejate llevar!. Pero la ms fuerte de las partes, tema. El alma no soportaba la sola idea de estar viviendo una ilusin.

    Entonces, ese recuerdo lo traslado a otro, a otra parte de su vida en el pasado.

    Toda su vida, Octavio, supo que era hijo adoptivo. A veces se haba preguntado, basndose en el hecho, que una madre es la primera mujer en el mundo capaz de amar a un hombre por simple hecho de existir en su vida si su propia madre lo haba abandonado, cmo lograr, entonces, que otra mujer lo ame?

    Hay mujeres que no soportan la prdida de un hijo y el brillo de su alma acaba en el instante que muere el hijo. Y hay mujeres que no soportan a los hijos y solo los abandonan. Qu curiosa la especie humana. Qu peligroso don el del ser humano, elegir entre amar y odiar.

    Esa noche no continu. Al da siguiente se volvieron a ver, a solas. Charlaban como de costumbre, solo que ahora las miradas ya no expresaban solo amistad. En sus ojos, poda percibir que ella comenzaba a verlo y comprender de otra forma. Y haba algo ms en los de l. Al fin el brillo del ser reluca, hacia el exterior. Ella ya lo perciba.

    Se sent a su lado, le tom la mano. Ella se levant y se dirigi hacia la estufa. La sigui. Ella apoy sus manos

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    empuadas sobre su pecho. l, agarr sus manos. Ella intent soltarse pero sin resistirse a quedarse apretadas con las suyas. Entonces, l, llev las manos a la espalda de ella, en un paso quedaron sus cuerpos apretados el uno con el otro. Los dedos comenzaron a jugar, otra vez. Las miradas, maquinaban los deseos. Y no aguant ms. Solt sus manos, y la abraz con todas las fuerzas. Sus labios, fueron los primeros en encontrarse en la caricia de los besos, luego las lenguas parecan bestias insaciables, tratando de poseer la una a la otra. Los besos hacan el amor, por momentos suave y tiernamente como caricias al alma, y por otros momentos salvajes predadores de la carne. Luego de un momento, solo quedaron abrazndose. La levant, sin dejar de abrazarla, y se llevaron a la habitacin. Ella, lo detuvo ah. Se sentaron en el borde de la cama.

    -Esto est mal Dijo sollozando. Nunca me sent as por un hombre, nunca confi en los hombres; no despus de ver cmo mi pap trataba a mi mam. No debera sentir esto por vos pero no quiero parar de sentirlo.

    l no dijo nada, la volvi a besar. Ella lo volvi a abrazar por un momento.

    -Por qu no decs nada? Decime algo dijo ya con lgrimas en los ojos.

    -No s qu decir, slo siento y no supo qu ms responder. Y la volvi besar.

    Se abrazaron an ms fuerte, y se fueron recostando. Baj un momento a su vientre, comenz a besar su piel. No quera salir de ah. Los dedos seguan el rastro de los besos pero,

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    empez a subir, con los labios escalaba su piel, hasta llegar a los de ella. De ah, dirigi la voz a sus odos.

    -Para vos, soy un hombre sin pasado, slo amor que me llena de vida, de vida que me llena en vos dijo un hombre que solo quiere disfrutar cada momento en esta vida a tu lado.

    Y ella lo dijo solo dos palabras solo dos palabras que nunca nadie le haba pronunciado.

    -Te amo! Dijo susurrndole al odo, mientras apretaba su cabeza con ambas manos.

    Intent balbucear algo; ella, le apret la boca con sus labios, luego pidi no decir nada casi llorando. En s, por su parte nada poda decir. En l, algo cambi en el instante mismo que sus palabras alcanzaron su alma. Algo nuevo se mova en su interior. El espritu, se llen de la riqueza que le entreg a travs de su voz. El cuerpo nunca haba sentido tal fortaleza, que lo fortificaba desde el interior. Los pensamientos de la mente se tornaron tan puros, como el brillo de las almas. Esa fue la primera vez, la primera vez que hizo el amor. La primera vez, que una mujer le ense a ser hombre.

    As pasaron unos meses ms, esperando a quedar solos para que sus almas se encuentren, para hacer el amor. Hasta llegados esos momentos, se comunicaban en miradas, en fortuitos roces, en que la piel pareca rasgarse, al tratar de abrirse paso el amor para alcanzarse, a travs de los cuerpos.

    En esas noches, cuando al fin de tanto desearse en el da, estaban a solas, podan estar horas solo abrazados. Charlaban, sin dejar que sus corazones dejaran de latir al unsono. Qu perfecto ritmo lleva la meloda del amor!

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    Ella sola mirar el diario todos los das. l, por su parte, solo era aficionado a La Mafalda y a los crucigramas. Ese da, en particular, ella, estaba algo irritable. l, se qued observndola un instante. Cada faccin de su rostro pareca estreirse.

    -Qu pas? pregunt sin dejar de meditar en ello. -Esos imbciles! Respondi agresiva e implacable

    Deberan matarlos a todos! Hizo una leve pausa Otra vez en el diario, otro violador que lo dejan ir

    Por su parte qued perplejo. Solo se contuvo a encerrarse en los pensamientos. Ella, sigui hablando, pero l, ya no escuchaba. Algo le punzaba y no era un dolor fsico. Aun hoy, si Octavio, tratase de seguir este relato no podra evitar perderse en esos pensamientos. Qu difcil sera teclear sin errar, cuando su mente se pierde. Ahora sera l quien hace la pausa.

    Entonces, fue ella quien not su rostro. Y no dudo en preguntar qu suceda en l, en ese momento.

    -Vos me pediste que fuera siempre sincero, que nunca te ocultara nada alcanz a decir.

    Entonces, empez a contarle, de ese pasado que no se perda en el olvido.

    -Voy a Tratar de ser fiel a la forma en que un hombre sincero debe contarle algo as a una mujer como vos, y hoy voy a averiguar si esa parte de mi vida realmente ha pasado.- La mir fijamente a los ojos - Necesito saberlo. Mi alma, necesita vivir sin cadenas.

    Ella, que tambin no dejaba de mirarlo, le toco el rostro.

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    -Sin importar lo que sea, mi amor, yo lo voy a comprender, y te voy a seguir amando.

    -En ese entonces, yo, tena unos 9 aos de edad. Mi pap ya me haba inculcado que todo hombre para ser respetado debe ser siempre trabajador y ganarse su vida a medida de su trabajo.- Hizo una leve pausa - Una tarde, despus del medioda ms precisamente, estaba en casa de un hermano mayor, con dos sobrinos y mi cuada. Por ser el mayor de los nios, me enviaron a comprar a un mercado, el cual estaba en el barrio vecino.

    A unas cuadras del negocio, un hombre estaba afuera, reparando, solo, el motor de un auto. Me detuve un instante para mirar, siempre fui muy curioso cuando se trataba de ver a alguien arreglando algo. Me intrigaba mucho el funcionamiento de las cosas. El cmo eran, cmo funcionaban y hasta cmo se reparaban. Admiraba a quienes saban reparar cosas.

    Este hombre, de unos 50 aos de edad, pelo canoso al igual que su horrible bigote de antiguo militar. Un tipo robusto de media altura, para ser hombre algo bajo, tal vez 1,65 mts. de altura. Me ofreci que fuese su ayudante, a cambio me enseara a reparar motores. Del entusiasmo infantil del momento acced sin pensarlo. Al momento siguiente, fui y dej el mandado a casa de mi hermano. E inmediatamente volv al lugar del mecnico

    En ese momento, Noam, se mostr inquieto. Un momento incomodo de silencio hubo entre los dos.

    - Dude un instante, cuando me invito a pasar a su casa. Pero, a ver que llevaba un carburador consigo, quera ver

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    cmo era. Despus de unos 10 minutos. Se par, dirigindose a la puerta me indicaba que lo acompaara a la puerta, cre que salamos. Antes de llegar a la puerta la cerr, le puso llave y baj las persianas no hoy no puedo mejor sigo maana

    -No tens que hacerlo si no podes Dijo ella. Al otro da se volvieron a encontrar. Esta vez Noam, se lo

    notaba ms tranquilo. Y decidi continuar su relato, despus de estar a solas con ella un buen momento.

    - No te preocupes, flaquito, est todo bien, me deca y repeta el muy desgraciado, mientras me cruzaba un brazo graso y con ese horrible olor a aceite de motor quemado. Entonces en sus ojos comenzaron a brotar una lgrimas - Con la otra mano me tom fuertemente de una mueca.- Su voz se requebraba - Me obligo a tocarlo en un principio quede paralizado del miedo luego de unos segundos intente zafarme, resistirme al menos. Me apretaba ms del cuello y me torca el brazo hasta dejarme sin fuerzas.

    Si te movs ms te va a doler ms me dijo. Y si le conts a alguien de esto te voy a encontrar y te va a ir peor a vos y al que se lo cuentes En ese momento me aterr aun ms prefera que me matara dola mucho mi alma y mi cuerpo mi mente solo se haba perdido.

    Ella, lo abraz, y se quedaron as unos minutos. Finalmente, l, reuni fuerzas para hablar.

    -Al dejarme ir, finalmente me puso un billete de 5 pesos en el bolsillo. Y ya sabes flaquito si alguien se entera ya vas a ver. Toma esto y quedate calladito - y no pudo evitar sollozar.

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    Ah comprendi cunto vale un alma mutilada para l, solo 5 pesos.

    -Cuando sal de ah, ya era de noche, no saba qu hacer, ni dnde ir.

    En ese momento, un recuerdo de unos 2 aos atrs se le vino a la mente.

    Sus padres, ambos, trabajaban todo el da. Por su parte, estaba todo el da en la calle. Por lo general andaba solo. A veces se juntaba con otros chicos de su edad y alguno que otro mayor, pero siempre terminaba solo, ya que sus juegos no llamaban mucho la atencin. Y a dems la torpeza natural en l, era tentacin a la burlas. Tampoco quera volver a casa. All estaba esa mujer La gorda histrica. Una mujer de unos 20 aos de edad. Quien era la esposa de uno de los hermanos mayores. Tena un hijo de unos 2 aos. Se llevaba muy bien con el nio, siempre tuvo facilidad para hacer rer a los sobrinos. Sin embargo no me animaba a verla. En cada ataque de nervios, de su parte, sola usarlo de costal liberador de sus frustraciones. Al principio dola mucho pero despus de un tiempo, cuando se fue acostumbrando, dola ms el orgullo. Por qu esa persona que nada le hice me tiene que pegar? Si yo no le hice nada. A veces se imaginaba a ella confabulando con ese supuesto hermano, quien lo odiaba. A todos deca que no era su hermano, para l solo era el bastardito. No le extraaba que su mujer lo ayudara a deshacerse de l. Tal vez queran ahuyentarlo como a un animal a quien golpean para que se aleje. Pero no se rindi.

    Cuando, finalmente tuve valor para contarle a la madre lo que suceda en su ausencia ella contest

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    -No mientas! No acuses a las personas por gusto nada ms.

    Al otro da, indefectiblemente sucedi lo que ya saba que iba a pasar.

    -Por bocn! dijo despus de una fuerte bofetada. No doli. Apenaba ms el sentirse estpido, hablando

    cuando nadie quera escuchar. Desde ese da nunca ms cont nada a nadie. Si tena que llorar se quedaba en algn rinconcito, lo ms solo posible, sin que nadie viera. Luego volva a casa.

    En fin despus de ese recuerdo, solo quedaba encontrar un rinconcito, lo suficientemente oscuro, para all resguardar el sufrimiento.

    Despus de ese episodio, su completa forma de ver y sentir el mundo que lo rodeaba tanto como el propio mundito, se transform por completo.

    Desde siempre, su cuerpo fue muy delgado, a pesar de ello muy resistente, as lo hizo la experiencia en la vida, no solo por haber realizado trabajos pesados, tambin, por la cantidad de golpes que recibidos si Nietzsche, tena razn, el ser uno mismo es un precio que se paga muy caro. El andar tan solo, ya que as se senta lo hizo demasiado orgulloso, o lo que llaman muy rebelde. Nunca opinaba en nada, solo escuchaba a las personas, pero cuando queran forzarlo a hacer algo que no quera o alguien tratara de burlarse, en la adolescencia se tornaba violento, en especial por las crueles burlas de los hombres. Siempre defenda lo que crea justo el problema es que nunca venan solos. Siempre con amigos. An as nunca lograron que quedara en el suelo, siempre se levant.

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    Por otra parte, su mente se fortaleci mucho, ese respectivo hecho del solitarismo, se la pasaba aprendiendo cosas nuevas, as fuesen en libros o solo escuchando a otras personas. El no ser hbil iniciando conversaciones, lo hacia una persona muy silenciosa, la habilidad se centraba en ser buen oyente.

    Por la principal parte, era el alma quien provea constantemente de resistencia al cuerpo para pararse una y otra vez. Y darle a la mente la voluntad de creer, de ir siempre por ms.

    Pasaron unos meses, desde ese maldito da. Segua sin olvidar, sin hablar y sin respirar en el mundo social.

    Un da de esos, sin ms, decidi averiguar si era cierto que su madre biolgica lo habra apreciado. Ingenuamente crea que ella solucionara las dudas. Que le dira que lo abandon porque la obligaron, que la vida la oblig.

    As comenz su primera aventurita Quijotesca. A pesar de ser muy buenas personas sus padres adoptivos por un lado por sus trabajos no estaban nunca, por el otro, senta que ese no era su lugar, all no perteneca, solo estaba por favor de alguien, solo era un paquete que deban cuidar. As que decidi partir a donde ella viva con los hermanos menores, a quien no haba abandonado. Era una ciudad a unos 40 km. No tena caballo, as que tom la bicicleta. A sancho aun no lo conoca, as que parti solo. Dej una nota en la cama, en la que solo indicaba que se iba porque no quera estar en donde no perteneca. Parti con el sueo de encontrar algn lugar en que su alma se sintiera querida.

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    Llevaba un par de horas pedaleando, a manera de suave galope. Finalmente, las piernas desistieron ante el cansancio. Se detuvo y baj. Sobre la ruta seguan pasando bulliciosos los transentes a gran velocidad, en sus carruajes motorizados. Tal vez, se preguntaba si el apuro era para encontrarse a s mismos en el camino. Habr caminado unos 500 metros, y all, enfrentadas en cada lado de la ruta estaban dos esfinges; altas como lamos valletanos, su cuerpo color marrn claro como el tronco almico. Sus extremidades pegadas a sus cuerpos brotando verdes como hojas de primavera; sus cabezas como copas refinadas. Se par frente a la que tena de su lado del camino. Observaba su altura, y cmo alguna que otra nube transitoria la sobrepasaba.

    Antes de que pudiese seguir caminando ambas antigedades hablaron a la vez.

    -Si quieres pasar solo a una pregunta debers dar respuesta Cul es ese lugar en donde el tiempo no alcanza los pasos? dijeron y callaron.

    -No entiendo nada de qu me hablan dijo firme y sin hacerse esperar y no me interesa chau!

    Intentaron hablar de nuevo. Una voz al costado del camino le llam la atencin. As que abandon a esas viejas estiradas.

    -Che, pibe! dijo el hombre Un hombre metido en una acequia, de la chacra, all junto.

    No lo oa bien as que se acerc, pero muy atento y por si acaso preparado a defenderse, o salir volando segn lo requiriese el caso.

    Al ya estar ms cerca Oh! Qu ven mis ojos? Y Con una acorazada en la mano, llamndolo y sonriendo con su

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    caracterstica sonrisa si, era l, al fin el camino lo haba llevado a la presencia del buen amigo Sancho! All estaba l. Como en su buena faena, recordndole siempre en qu caminos anda y a cules debe llegar.

    Despus de contarle a su buen amigo, en el camino, de donde vena y a dnde iba, este le rog no se tomara tan a pecho la joven vida; y que tuviese cuidado con los locos y gigantes en el camino. As que se despidi de l, y prosigui sin su compaa, pues muy ocupado estaba en su labor y no poda acompaar la importante empresa.

    Finalmente, al anochecer, lleg a destino. Le permitieron estar un par de das ah. Luego apareci la madre adoptiva buscndolo. As fue que volvi. Not algo muy curioso. Era una buena madre con sus hijos, solo que l no era uno de ellos. As que all tampoco haba nada para l. Entonces ya saba lo que era ser, primero abandonado y luego rechazado.

    A los 10 aos de edad, alguien le dijo en el colegio que tena facilidad para crear oraciones y cuentitos. Y como desde que haba aprendido a leer era todo un aficionado a los cuentos del Pajarito Remendado, comenz a crear sus propios munditos. Esos lugares, donde nadie poda lastimarlo, ni abandonarlo, ni rechazar, ni decir lo tonto o torpe que era. Y as vivi, escuchando, soportando a todos, sus odios, sus quejas, sus rencores siempre desde ese oscuro rinconcito. No saba cmo ser lo que llaman social, as que slo escuchaba, los observaba; nunca supo decir algo importante, as que nunca nada dijo. Y durante esos aos, de su vida, todo fue as, opacada su alma en ese oscuro rincn, a veces sondose Don Quijote, saliendo por el mundo, a buscar a la gran Dulce Dulcinea! Otras veces, y tantas habrn sido saliendo a

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    buscar a ese desgraciado, que en un solo da logro mutilar su alma y trastornar la mente, al corromper el cuerpo. S, lo busc, sin suerte, demor tiempo en juntar valor pero lo hizo, lo busc. Sin xito, pues para cuando junt el coraje necesario, ya no exista en esa ciudad. Aun as segua cuando tena la oportunidad de averiguar algo. Nunca pens en matar, aunque que a veces se entrenaba muy duro, para golpearlo seriamente. La intensin era llevarlo a las autoridades, despus de darle una buena dosis de todo su dolor y odio acumulado slo para l. No le interesaba que muera, ni que otros le desearan la muerte. Solo le atormentaba que por su culpa, por no hablar cuando debi, ese tipo le haya invalidado el alma a tantos otros. Al saber lo doloroso que es, no es humano dejar que otro lo sufra no hay rencor, ni odio en el mundo que lo justifique.

    Despus de esos aos, de slo silencio y vacua oscuridad, en su vida ella y solo ella dijo esas dos palabras, que hasta un segundo antes eran una lejana utopa. Y de la nada que el pequeo universo ya se extenda, ella hizo el gran todo. Ella, quien permaneca a su lado, en ese momento.

    Ya era un nuevo otoo.

    Pasados dos aos. Un da, tratando de sacar su rostro de un recuerdo. Comprendi, a buena hora, que ya nada senta por rostros del pasado. De tantas raras ecuaciones emocionales en su mente, en ese momento, comprendi algo importante. Comprendi que lo que realmente necesitaba como ser humano, como individuo como hombre, es sentir nuevamente esos abrazos, despertar cada da sabiendo que hay alguien en este mundo que realmente quiere amarlo as como espera de l, que la ame.

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    Ya no es el dolor de un pasado frustrado, el sufrimiento por una madre que no quiso ser madre, en un rechazo y un abandono. Sin embargo, las constantes dudas de que la ilusin nunca deje de ser simplemente eso: Ilusin. A veces es perturbador la idea que el pasado pueda afectar tanto al futuro.

    Entendern algn da las mujeres? que un hombre sincero jams pedir que sea perfecta slo ser amado, que sin una mujer, el mundo de un hombre es irreal, y acaece el dolor de la soledad. Algn da comprendern los hombres? que la mujer perfecta es aquella que solo con esas dos palabras se hace de su amor qu mayor perfeccin se puede pedir que el sincero amor de su alma? Qu mayor perfeccin que una equilibrada sumatoria de virtudes y defectos?

    Desgraciado de Tanatos por disfrutar mirando a las personas tentadas a visitar sus tierras, en el miedo de falsas ilusiones.

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    Captulo 2 Aleksandra

    An puedo recordarlo. Tanto odio, dolor. Si apenas tena 6 aos, la primera vez que lo vi as. Todava no puedo creer con qu cara nos deca que nos quera, el muy desgraciado, falso, hipcrita, mal padre y un esposo de mierda s, todo eso era; era un Hijo de puta! El slo recordar esos momentos, todava me dan ganas de llorar. Esa fue la primera vez que lo vi as. Agarr a mi mam, del brazo, como si fuese una mueca de trapo. Mi mam le rogaba y le rogaba, y no, el muy desgraciado no le alcanzaba verla llorar y sufrir, le tena que pegar. Yo, los miraba desde la puerta de mi habitacin, y ninguno se daba cuenta que ah estaba yo. De un solo sopapo la tir al sof. Y no dejaba de gritarle Viste, viste que sos una puta! Justo l, justo l, le deca a mi madre eso Y cmo mierda se les dice, entonces a los hombres que se acuestan con cuanta loca se les cruce?! A los hombres as los dems les dicen ganadores, galanes, don Juan. Mientras, que una mujer, as sea soltera, si se enteran que se ha acostado con ms de un hombre en un ao, automticamente es una puta, prostituta, una cualquiera. Y mi vieja slo hizo justicia! Pero an as no hubo justicia, ella solo lo engao con un solo tipo, mientras ese desgraciado se gastaba la plata de la casa en locas as que ni vale la pena tratar de contar de cunto fue la diferencia.

    Ningn hombre fue capaz, nunca, de soportar la idea de que una mujer pudiese haber estado con tantos hombres, como ellos con mujeres. En definitiva son unos cobardes, incapaces de admitir lo que son: imbciles, impotentes afectivos, intiles emocionales, que sin una mujer que los gue

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    ni saben dnde estn parados. Y cuando tienen una buena mujer que los cuide, as la tratan. Cmo se puede confiar en esa clase de bestias? Porque eso son: Bestias. Animales con un sentir distinto, siguen siendo bestias.

    Pero claro! l, para los amigos y resto de la familia, l, era un santo. Porque uno de los trabajos ms importantes de la mujer es hacer quedar bien al hombre con el resto de la sociedad. As la mujer fuese tratada como mierda en su propia casa, humillada frente a sus hijos, golpeada y tanta mierda ms.

    Y la segunda vez la segunda vez, que lo vi golpearla, fue peor. Esa noche habamos ido a un asado, en casa de un amigo de l. Al volver, lleg furioso a casa. Me mandaron a la cama junto con Laura, a penas llegados. Mi mam, tom de ms, y hablaba ms y mejor del amigo que de l. Y como buen machista celoso, eso lo enfureci.

    Ningn hijo debe ver esas cosas y no porque haya que ocultarlo, sino, porque ningn hijo merece un padre as. Ocho aos tena yo, esa segunda vez. Al menos, la segunda vez que yo lo vi, an no sabra decir cul vez habr sido para mi mam. A pesar de que se mostrada muy enfurecido, cada vez que la golpeaba al mirar sus ojos, cada expresin de su cara, era como si lo disfrutara Qu hijo de puta! No poda creer que ese tipo fuera mi pap, no lo poda creer, no lo quera creer.

    Ver a mi mam sufrir as, verla llorando, sus quejidos de dolor; dolor que no slo acometa al cuerpo, era como escuchar el sufrir de su propia alma, en su voz. Verlo a l, convertido en esa bestia, a ese demonio con disfraz humano, senta a mi alma tratando de desgarrar mi piel, por dentro, tratando de escapar de mi disfraz. Cmo poda odiarlo, si an segua siendo mi pap, y cmo querer a alguien que trataba as

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    a mi mam? S, odio a los hombres, pueden hacerte odiarlos, an, sin dejar de quererlos.

    Y mi mam a veces me daban ganas de decirle Despert pelotuda, despert de una vez! daba bronca, siempre lo perdonaba; siempre tena la excusa perfecta, el muy desgraciado. Cuando le iba mal en el trabajo, tomaba; cuando cualquier cosita le sala mal, tomaba; cuando mi vieja le deca que tomaba mucho, tomaba ms. Cualquier excusa era buena para emborracharse. Y cualquier borrachera era buena para hacernos sufrir a nosotras, las nicas que tenamos que soportarlo, cuando nadie ms estaba cerca. Siempre era lo mismo, cuando trataba de dejarlo Te prometo que voy a cambiar, No me dejes, sin ustedes no voy a poder seguir adelante; Sin ustedes no voy a soportar vivir Me mato!. Pero, nosotras, con l, estbamos muriendo. Mi vieja era demasiado buena, y boluda, a la vez. Si yo me llego a cruzar con un tipo as, no dejo que se suicide lo mato yo!

    Y cuando mi mam consigui trabajo; ah, todo empez para peor. Desde ah, tambin se volvi borracho deprimente. La acusaba a mi vieja de que haba conseguido laburo para abandonarlo. Comenz a exigirle que deje el trabajo, que l poda mantenernos, y que ella no necesitaba laburar. Tambin la acusaba de que ella iba al laburo slo para ver otros Machos. Pero qu tipo pelotudo! Y fue entonces, la primera vez que me sent tan orgullosa de ella Mi Mama! Fue la primera vez que se le par de frente y lo puso en su lugar. Yo no te necesito a vos para vivir, y puedo mantenerme a m y a mis hijas, sin vos! As le dijo. Esa es mi mam esa una mujer que se respeta y no necesita que ningn pelotudo le diga cmo hacer su vida! Porque las mujeres no nacimos para ser

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    esclavas ni sirvientas del hombre; y el que quiere sirvienta que pague el precio!

    Parece que no se dan cuenta los hombres, que antes que tratarnos como mujer tienen que reconocer nuestra humanidad; nos ven mujeres y creen que somos inferiores a ellos y no entienden que al reducirnos ya no nos tratan como humanos porque s, las mujeres primero somos seres humanos, despus mujer y muuuuucho despus, si tenemos ganas y si queremos, y en una de esas casualidades, las tantas que tiene la vida, y si tenemos algn tiempito de sobra, por ah capaz que podramos llegar a escuchar alguno de sus ridculos consejos de cmo debera comportarse de forma correcta una mujer; pero ojo! Lo escuchara slo en el caso de que est aburridsima y con ganas de escuchar cualquier boludez que me haga rer; para pasar el rato nada ms.

    De todas formas las cosas con mis viejos siguieron su curso natural, naturalmente creado por la cobarda de mi mam y la imbecilidad de mi pap, viejo cobarde. El desgraciado tena razn, con lo que ganaba mi mam, en su nuevo trabajo nos moramos de hambre si tuvisemos que depender de ello. Pero, ella, igual no le afloj, y yo la miraba cada vez con ms orgullo. Y fue cuando yo tena unos 12 aos que se defini todo, que al fin tuvo coraje para enfrentarlo sin ms vueltas, sin ms escapadas. Esa noche como de costumbre, se haba emborrachado por dems. Y termin de beber la botella que tena en la mesa; y me grit que le fuera a buscar ms alcohol a una despensa en la otra cuadra. Era muy tarde y muy oscuro, y por ese barrio era de temer a esas horas y yo no quise ir. Me mandaba a m ya que mi hermana era ms chica que yo y mi mam no estaba. Y l apenas se poda mantener en la silla, as

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    que ni de casualidad se iba a levantar. Pero, de todas formas con sus gritos y amenazas no fui a hacerle el mandado. Entonces se enfureci; Claro, cuando los tan buenos amigos se le rean nunca se enojaba y pona cara de tonto! Cuando su jefe en el trabajo lo trataba de intil, pona cara de inocente y encima se disculpaba l! Cuando las atorrantas que sola frecuentar, lo dejaban sin plata ni para la comida, l hasta les deca gracias con cara de imbcil! Y a m que tena que limpiar la casa cuando ellos trabajaban y a dems cuidar a mi hermanita menor y ordenar el desorden despus de cada enfrentamiento entre ellos!... A m, s, a su propia hija, sin importar todo lo que tena que hacer en la casa para que l est cmodo, no, no importaba todo eso, igual si no quera ir a comprar ms alcohol me pegaba! Y claro, l, era el padre de la familia, el hombre de la casa, con eso se justificaba que poda mandarnos a cualquier hora y pegarnos, si no hacamos caso, a las mujeres! Pero, esa vez, no se iba a quedar as como as. Mi mam, lleg tarde, pero, lleg al fin. Y cuando entr lo primero que mir fue al seor de lo ms pancho, desparramado en el sof, idiotizado frente a la TV; ni l, saba qu miraba, slo saba que era, aparentemente, divertido idiotizarse noche tras noche, antes de irse a dormir. Cuando, ella, fue a la habitacin, ah nos encontr, a mi hermana y a m, yo no poda parar de llorar, apenas hace unos minutos noms haba recibido flor de paliza del supuesto hombre. Me pregunt por qu lloraba y no me animaba a contestarle; el idiotizado siempre amenazaba que me quedara calladita y no hablara despus de una paliza: Si no tu mam hace escndalo y por tu culpa despus la familia se disuelve. Sin embargo, mi hermanita no pensaba quedarse callada. El viejo feo otra vez le peg porque no quiso ir a comprarle cerveza a la despensa.

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    Y eso bast. Mi mam, dio un salto como si alguien le hubiese marcado el lomo con un hierro al rojo vivo. An as, logr controlarse, por un instante. Me abraz a m y a mi hermanita, nos dio un beso en la frente a cada una. Luego, se par y sali de la habitacin, dejando la puerta bien cerrada.

    Al principio, desde la habitacin escuchamos una leve discusin, pero slo murmullos por lo bajo. Y a medida que seguan discutiendo iban alzando la voz. Hasta que de repente escuchamos al viejo gritar: Pero callate de una vez loca de mierda, a ver si no cobras por estpida!. Y nosotras que estbamos muy asustadas alcanzamos a juntar coraje, siquiera, para abrir un poco la puerta y asomarnos hasta el pasillo. De ah vimos pasar caminando muy rpido a mam, hacia la cocina e inmediatamente volver con un cuchillo en la mano. Ya mismo te vas de mi casa o te juro que en cuanto te duermas no te volvs a despertar, con este cuchillo te corto la garganta! Y tambin me voy a encargar que todo el mundo sepa que sos un cobarde, un mariconcito, que disfruta pegndole a las mujeres, y que no te alcanza con pegarle a tu esposa tambin ahora agarraste el gusto de pegarle a tu propia hija!... Y a mis hijas no las tocs ms!. Lo que sigui nunca habamos escuchado tanto silencio en esa casa hasta ese momento. Ni los grillos se atrevieron a asomarse a esas instancias.

    Luego de una extensa batalla de miradas amenazantes entre ellos, finalmente, l, desisti y se dirigi a la habitacin; all, agarr lo que alcanz a meter en una valija vieja, como l, y se fue. A nosotras, nos observ a penas de reojo. Ahora ella, se converta en madre y padre de la casa.

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    Hombres! Est bien, lo admito, no son todos los hombres iguales; algunos son peores que otros. Dicen ser Machos; y resulta que la mujer tiene que cederle lugar para que pueda ser macho. Les preocupa ms el tamao de su miembro que la grandeza de sus ideales. Qu gran error el de los hombres que creen que una mujer no puede salir al mundo y conquistar sus sueos sin un hombre. Si muchas mujeres elijen dedicar su vida a la vida hogarea, o sea, limpiando la mugre del hombre, criando los hijos y hacindose cargo de todas las tareas relativas, es porque Dios, nos hizo con un alma tan generosa que hasta somos capaces de soportar su estupidez, slo para demostrar que podemos hacer feliz a alguien ms que a nosotras mismas. Y no es que una mujer se conforme con poco Nunca! Es que la grandeza de una mujer es directamente proporcional a las riquezas acumuladas en su alma. Eso s, qu difcil es encontrar hombres que valgan la pena, que realmente sean capaces de regalarnos autnticos tesoros. Los que son lindos, lo son por dems estpidos, y los fechos, al menos compensan tratando de fortalecer su intelecto; pero, igual ambos fallan, porque uno es por dems credo y el otro por dems orgulloso, y sus almas siguen igual de pobres. El que es rico cree que puede comprar el amor de una mujer con bagatelas del mundo material; que es pobre, materialmente hablando, vive obsesionado creyendo que sin dinero nunca llegar a ningn lado. Si, si, los hombres no son todos iguales, lo hay malos, estpidos, idiotas, desastrosos, ridculos, edpicos (demasiados), mentirosos, sdicos. S, s, creo que esas son algunas razas de hombres, entre tantas ms.

    De todas formas, yo ya encontr a mi hombre, o como prefiero decirle a mi gran amorcito: Mi hembro; no s por

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    qu se enoja, si la mujer, para ellos, es Hembra es justo que el hombre sea Hembro. l, si quiere ya le dije, me puede decir Macha. Es mi hembro perfecto; tal vez s, es medio mula, pero por lo trabajador; aunque tambin a nivel intelectual es bastante mula. Pero, es fiel, incapaz de levantarle la mano a una dama, ni de gritarle; prefiere lastimarse as mismo que siquiera lastimar uno de mis cabellos. A dems ya sabe que lo mato! Es lindo, es alto (Para m es alto); es mi fortachn, mi amable caballero nunca me dice que no a ninguna de mis necesidades y caprichitos porque tambin lo mato. Ay, mi Octavio, mir mi amor todas las cosas que me puse a pensar esta noche esperando a verte otra vez maana; me has hecho ver mi propio pasado para ver todo lo que he tenido que vivir para que al fin llegaras a mi vida. Tengo slo 18 aos y no quiero conocer otra vida, otro futuro en donde no estemos juntos.

    Uf! Bien, bien suficiente de pensar, ahora a dormir; y soar con mi hombrecito fiel, l, jams mirara a otra mujer Porque lo mato, lo revivo y lo vuelvo a matar!

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    Captulo 3 - Fausto

    Oh, gran pblico, os presento a Fausto, el gran soador, el eterno andante, galante caballero sin igual, nico, irrepetible, de inmansillable amor a la tan sentida dama ma y bien al pedo! Qu cosa sera, cmo me pone esto de estar enamorado. Tan grande el amor a mi dama, me hace creer que no existe empresa que sea difcil, que lo imposible es simplemente un juego de dones y el don de amar siempre va al frente de la batalla, que no hay quimeras que se resistan a mis fuerzas y no hay gigante capaz de resistir la estocada de mi diestra. Oh, pero qu afortunado me siento, encontrar la grandeza de Atenea y la sutil belleza de afrodita en la misma mujer. Aunque a veces es algo como la mismsima Lilith, cuando la veo enojada es mejor no acercarse a esa mujer. Pero, de lejos igual no puedo dejar de mirarla, an enojada es igual de hermosa. S que el amor existe porque ella existe. El seor obra en formas misteriosas, as dicen los religiosos, debe ser por ello que los enamorados tratamos a las mujeres como diosas; cuando una mujer logra que un hombre ame con el alma, esa mujer se convierte en el mayor misterio de la existencia; todo acerca de ella queremos saber, cada paso en el tiempo, cada experiencia, cada virtud, cada defecto, lo que hace que sus labios sean encantamientos de sonrisas, lo que logra que sus ojos se inunden en lagrimas, las de felicidad y las de dolor. Todo de todo en ella se torna un misterio que despierta nuestra innata sed de aventura; ellas, nos ensean la mejor manera de amarnos, simplemente amndolas Qu hombre ha sabido mejor forma de amarse que en el amor de una mujer?

  • [38]

    Todava no puedo sacarme su imagen de la cabeza. La primera vez que la vi en ropa interior que apenas cubra esas excitantes partes de su cuerpo, tan fino, tan de mujer. Me diriga al bao y de camino estaba la puerta de su habitacin, abierta, y en ese momento ella se estaba cambiando. Ah mismo, no pude evitar dirigir mis ojos a ella, ah mismo qued paralizado ante ese encanto tan natural, piel de mujer, ver su cuerpo prcticamente desnudo. Yo, tena unos 14 aos; un adolescente terriblemente lujurioso. Ella, se mostr indignada cuando not mi presencia y que no dejaba de mirarla, mientras apresurada alcanz a cubrir sus senos con su brazo y el corpio. No import que el mundo no se detuviese y siguiera sin m, yo ah me detuve, a disfrutar de mi propio tiempo frente a ella. An as, no retuvo una risa burlona, al notar la ereccin de mi adolescencia. Recuerdo bien esa noche, fue la primera vez que me masturb Y con qu ganas!

    Desde entonces, en lo nico que poda pensar era en encontrar la forma de acercarme cada da ms, recorrer toda su piel con mis manos, sudorosas de placer, no parar de besar cada espacio de su cuerpo, incansablemente recorrer todo su ser una y otra vez, hasta que mis besos fueran las caricias que su noble alma ha estado esperando toda la vida. Y para qu hablar del tiempo, no existe el tiempo cuando se est junto al ser amado; estar tan cerca que esa mnima distancia entre nuestros labios se vuelve la distancia entre la nada y el infinito; cuando estoy as de cerca, hasta puedo sentir los latidos de mi alma, slo ella logra que mi pequea existencia en este mundo se sienta un universo de jbilo, simplemente cuando me sonre. Podr el ego de Dios perdonarme, que amo ms a una mujer que a l?

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    De todas formas, esa tarde slo me rega, por ser un mirn. Sin embargo, a pesar de lo avergonzado que me sent al ser descubierto, de esa forma, eso no impidi que la libido me torturase incrementalmente, desde se da.

    Ella, una mujer, en ese entonces, que no superaba los 35 aos de edad. Para m, el ser ms exquisitamente suave, delicada, increblemente (en el sentido estricto de la palabra de no creer) hermosa. Mi primer amor, mi nico amor; la nica mujer que realmente sent amar, y hasta hoy lo siento as. Siempre sent fascinacin por la luna, cada noche, incluso cuando aparece en el da, eterna dama, distante y apacible, bella y eterna en su andar. Sin embargo, ahora la veo como una plida presencia en el nocturno cielo, en comparacin de mi dama. Cmo no amar a una mujer que con slo existir es duea de la calidez en mi aliento. La mujer por quin supe lo que era suspirar de amor. Mirar a otra mujer es una torpe tarea, slo podra buscar algo de ella, en ellas. Cunto dara amor mo, porque me dejes volver a nacer en tu abrazo, vivir en cada latido de tu corazn hasta morir en tu regazo.

    Me he permitido soar tu amor, slo mo Lo confieso! Y si te preguntas: Qu tengo para ofrecerte?. Pues, mi alma y todo el amor capaz de ofrecer en toda una vida, la sinceridad de mi espritu, cada verso de mi ser, cada estrofa de mis das; una sonrisa cada amanecer en tus labios, un gemido de placer cada noche; tu cuerpo nunca sentir frio entre mis brazos; har que tus lgrimas slo sean de felicidad; en cada rincn de nuestros das dejar la marca de ste amor. Si ests triste te amar an ms, para no dejar que la oscuridad te encuentre perdida, ah mismo te regalar mi luz para brillar juntos y salir adelante. Si pudieses leer mi alma, amor mo, vera el reflejo de

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    tu ser, alimentando mi brillo. Te ofrezco dedicar mi cuerpo, mi mente, mi alma; dedicar todo de m para conocer tu felicidad cada da. Te ofrezco un joven que se convierte en hombre, para demostrarte en el da a da, paso a paso, la verdad del amor: amar y ser amado, eso es vivir.

    Tambin cierto es que he conocido a otras mujeres, que al final slo fueron banales intentos de intentar hacer mi vida sin ella; ya que ella nunca permiti acercarme Y qu gan? Slo sentirme un idiota, buscando en otras lo que ya haba encontrado en ella. Slo mujeres inexpertas en el arte de ser Mujer; pendejas credas, caprichosas, que slo buscaban un boludo que sacie sus enfermizos caprichos infantiles. Inexpertas en lo que respecta la sinceridad del amor del alma. En definitiva pendejas cobardes, hablaban de vivir paso a paso y no se daban cuenta que su paso a paso eran pasos en crculos, pequeos crculos del que nunca salan, y pasan sus vidas humillando a quienes tratan de amarlas con sinceridad y se emboban con quienes la tratan de objetos, de trofeo. El tipo de mujeres que mientras ms las desprecia el hombre, ms lo aman. Y claro! Cmo hacemos los soadores, quienes queremos amarlas sin ms condiciones que slo amor a cambio? Si nos tratan de locos, nos humillan, menosprecian; por no tener ambiciones materiales somos los locos y cmo se le dice a quienes prefieren el brillo del oro en lugar del brillo del alma? Qu aberrante es ver a quienes se hacen llamar mujer moderna y slo terminan siendo juguetes a control remoto; pareciera que les insertan un chip al nacer, programadas para ser superficiales; es como si su programa les indicara Tu alma no vale nada, tu apariencia lo es todo. Y en eso tengo que admitir, S, es cierto, es culpa de los hombres,

  • [41]

    porque son esos imbciles que idolatran la belleza esttica de la mujer a tal punto que una mujer que no repara en su apariencia la hacen sentir que no vale nada. Esos desgraciados son los que hacen tan difcil la labor de los poetas, cuando tratan de decirle a la mujer Tu alma es un universo infinito, eterno; tu espritu es la verdad en toda creanza Pero no! Prefieren creerle al imbcil que les hace creer que su cuerpo vale ms que su alma y as sus mentes se pierden. Prefiero a la mujer que ilumina mi da con una sonrisa, pues, una mujer que sonre con sinceridad comprende que ese simple acto es libertad para su alma. Y ya la conoc. Que otros se conformen con barbies de edicin limitada, y de beldad limitada, yo prefiero el amor de un alma que comprende ser eterna, slo as la felicidad es real. Y eso se refleja en su cuerpo, en cada pigmento de su piel, toda ella es irresistiblemente hermosa. Yo soy un caballero, y quiero una Dama; toda dama es mujer, pero no toda mujer es una Dama. Si slo me dejara acercar lo suficiente, si pudiese leer mi alma; pero si las rosas no tuviesen espinas cualquiera podra arrancarlas de su hogar. El secreto de la belleza de tal flor est en que ella no cambia por nadie, la rosa roja nace siendo roja y se la ama su belleza por ser de ella y de nadie ms.

    Solo haba un detalle, era la madre de mi mejor amiga, Aleksandra. Cada vez que nos juntbamos en su casa, yo siempre era el primero en llegar, y el ltimo en irme. Ale, era mi amiga desde el primario, desde quinto grado, y nos volvimos los mejores amigos. Cuando comenzamos el secundario, ella, se enamor desesperadamente del mejor amigo de mi hermano mayor. Mi hermano y el amigo, ya estaban en tercero; a pesar de su edad, ya que mi hermano, por

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    su parte, ya era la tercera vez que repeta. Repiti de ao dos veces en primero; segundo ao, lo pas bien; y en tercero, parece que extraaba repetir. Su amigo, el mejor amigo, tambin pareca viciado por repetir aos del secundario. La cosa es que nos llevaban unos 4 aos de edad, de diferencia, a Ale y a m. Hasta que finalmente parecen haberse puesto de acuerdo para abandonar el colegio y se dedicaron a trabajar de peones de construccin. Octavio, el amigo, abandon porque creo que no le agradan los libros y menos que lo obliguen a leerlos. Mi hermano, Noam, simplemente no se lleva bien con las reglas de ningn sistema creado por el ser humano, estudia a su manera, y siempre hace lo que se le canta; a veces lo admiro por su determinacin, otras digo: qu tipo porfiao!. Prefiere vivir solo y morir solo a aceptar que otro trate de ayudarlo en lo que sea, ni hablar de pedir ayuda, sin importar qu jodidamente complicado est. An no entiendo qu los hizo ser tan amigos a esos dos. Octavio, burro como l mismo, es tipo piolsima, muy sociable, siempre tiene alguna boludez para decir que hace rer hasta una monja de luto; pero, hay que ver qu cabeza dura. Noam, por el otro lado, un orgullo intelectual exacerbado, no le cae bien nadie, antisocial de lo peor y anti religin. Y son los mejores amigos.

    A Ale, realmente, se le haba subido a la cabeza el amor. A pesar de que a m me tocaba ser espa personal de ella, que me peda encarecida y constantemente que averiguara todo acerca de su pretendido. A pesar de todas las idas y venidas, nunca me molest; de hecho, me agradaba muchsimo la idea. El asunto es que eso me daba la excusa perfecta para ir ms seguido a casa de ellas. Por ende, a ver ms seguido al gran amor de mi vida, a esa que despert mi libido adolescente.

  • [43]

    En ese entonces, yo, comenzaba con la poesa. Capricho resultante por mi falta de habilidad de comunicacin. Ale, comprendiendo eso me alentaba a seguir escribiendo. Y result, para mi alegra personal, que a Fantina le fascinaba la poesa. No poda ser ms perfecta ante mis ojos, esa mujer. Para tratar de llamar su atencin, cuando escriba algn poema, iba a su casa, y esperaba pacientemente a que ella estuviera presente. Entonces, y slo entonces, le mostraba a Ale mi poema. Mi intencin era que Fantina notase que yo era todo un poeta. Las primeras veces, no se mostr interesada. Resultado frustrante para el poeta cuando, aquella que es musa, se muestra indiferente a la creacin. Fue bastante tiempo despus del primer poema y muchsimo esmero, como iniciado del arte de la versificacin, hasta que comenz a mostrar inters en mis pequeos dejos de voluntad libidinosa. Porque si debo de ser sincero, fue la excitacin de aquella vez, lo que encendi la maquinaria motivacional de mi ser como poeta.

    A veces me tomo la libertad de soarnos juntos, como hoy, como ahora. El camino hasta su casa se hace mucho ms agradable, cuando ella est en m. Y juego a improvisar poemas mientras caminamos. Y qu lindo an recordar cada slaba, cada palabra, cada verso del primer poema que a ella le gust, cuando lo le en voz alta:

    Estoica gacela; encantos de alta escuela,

    de curiosos existir

    que somete mi sufrir.

    Cuanta beldad, mis ojos alcanzan;

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    como sabuesos fieles, cazan.

    A justa causa,

    el viento hace la pausa;

    al aire que acaricia,

    de tu cuerpo, su delicia;

    envidia propongo,

    pues, en sueos dispongo

    tu esencia, entera, ma,

    ms all de la utopa.

    Que escndalo de placer,

    sentir tu cuerpo mover,

    entre la inquietud de mis brazos,

    con mi alma en clido regazo.

    Mi piel ya sucumbida,

    La felicidad complacida.

    Sabia la mente,

    cuando al corazn escucha siempre.

    Qu amor encuentra dicha

    con amante en desdicha?

    Llora bajo el sauce,

    por estrafalario cauce.

    Oh , Justa Atenea,

    protectora de Ismenea!

    Comparte sabidura

  • [45]

    con la lluvia de este da.

    La verdad se eleva como estandarte,

    ante mi locura por amarte.

    Estbamos jugando a pasear juntos. Su sola presencia era un mundo completamente nuevo, para m. Sin tristeza. Caminbamos a pasos lentos, a pesar de los presurosos latidos de mi corazn. Verla sonrerme, me llenaba de placer, su rostro en cada faccin siempre fue perfecto, a mis ojos. Nunca cre que nos hayamos conocido tarde en nuestras vidas. De hecho las experiencias personales, de cada uno, fue lo que finalmente nos permiti encontrarnos, en este mundo. Tampoco creo que exista un momento justo, ideal, o perfecto as porque s, para conocer a alguien; ya que es el hecho de saber que con esa persona nos sentimos simplemente bien, lo que genera el momento preciso. El lugar adecuado, es justo el lugar en donde esa persona est.

    Y segu soando, para sentir su mirada, para que mis manos alcancen su rostro. Y ella, caminaba ms aprisa, no se dejaba alcanzar. Y an en mis sueos se resiste a mi amor. Camin ms aprisa para alcanzarla. Se detuvo, y pase de largo. Pero no sin pasar a rosar su mejilla con mis labios, me di media vuelta y me par de frente, a modo de detener su marcha. No se detuvo, me esquiv y sigui hasta un banco prximo de la plaza. Ahora estaba sentada, a slo un paso, frente a m. Nadie ms en el lugar. Al fin! Slo para m su presencia. Me acerqu y me arrodille frente a ella. No resist tomar sus manos; ella no se resisti. Me quedo siempre mirndola a los ojos, hasta

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    juntar valor para hablarle, con la sinceridad de mi alma, con la verdad de mi sentir.

    - No importa a dnde lleve nuestros pasos la vida Dije a tu lado es el nico lugar en donde quiere mi alma vivir. Junto a tu amor.

    Pero, su voz, sigue oculta tras sus labios. Slo observa mi rostro, y me toca. Una sonrisa afable me regala. No resistindome, mis labios buscan el primer encuentro con los suyos. Hace su rostro a un lado, sin dejar de sonrer.

    Lo mejor de soar despierto es que puedo crear esplndido paisajes, llevarla a lugares que han nacido en mi mente, slo para albergar su presencia. Hoy, un banco en una plaza, el cual est situado debajo de la sombra de un Ibir-Pit, un precioso y colorido rbol, que posee hojas tan rojas y suaves como ptalos de rojas rosas, delgados y alargados; y cada vez que se levanta la leve brisa, se desprenden algunas hojas de sus ramas y se entregan en ofrenda a mi amada, acariciando su pelo, y alguna que otra juegan en caricias sobre su rostro. Ella, parece disfrutar de la calidez del aire. Y a travs del aire acerco mis dedos a su piel, as mis manos reposan sobre sus mejillas ya sonrojadas por la temperatura de la sangre embebida en un momento de sincera pasin de nuestros deseos. Nuestros ojos enfrentados, por la implacable mirada en celo. Doy un paso ms, la tomo de la cintura, apretando mi abdomen contra el suyo, y no resisto, la abrazo, la aprieto ms contra m, mis labios siguen buscando como hambriento animal el primer encuentro con los suyos. Y la eternidad se resume en un beso.

    Llegu, otra vez frente a su puerta. Me siento un desafortunado perro, del que tratan de deshacerse una y otra vez, y siempre vuelvo; empeado en resistir su indiferencia. A

  • [47]

    veces, cuando estoy cerca de ella, me siento como un renacuajo retorcindose a slo centmetros de un oasis. Por ms que trato y trato, en cada retorcida de mi ser, desesperado por allegarme a esa fuente de vida, nunca logro avanzar lo suficiente. Y ah est, puedo verla, no es un espejismo, es tan real como mi voz, sincera como cada palabra de mi espritu. Necesito beber de sus labios, anhelo el calor de su aliento sobre mi piel. Ella es mi ocaso, por ella quiero reinventarme, hundirme en el ocaso y resurgir para sentir estar vivo. Despus de todo Qu es un hombre sin el amor de la tan sentida?

    Cada vez es igual, vuelvo a soar, que me atiende ella, en la puerta, que Ale no est y no va a volver hasta el otro da, y sueo que nos quedamos charlando; y a medida que avanza la noche nos acercamos ms; que me acerco lo suficiente para susurrarle un poema, a sus odos, y mientras mi voz, penetra hasta su mente, mis labios rozan la piel de su oreja, mi clido aliento se esmera en no permitir que los versos se enfren hasta socavar el odo interno. Haciendo vibrar el tmpano como si fuese su cltoris ya erecto.

    Mierda! No me di cuenta, ya estoy en la puerta, mejor me pongo a pensar en otra cosa Ya! Fuera de mi cabeza pensamientos mrbidos, fuera!... aunque pensndolo mejor No, no se vayan! Que sin esos pensamientos la vida sera tan aburrida

    Pero, por el momento, a pensar en otra cosa.

  • [48]

    Captulo 4 Fantina

    Acostate con chicos y te levantars meada, eso me deca mi abuela. Qu vieja bruja era mi abuela. Pero, ese guacho me hizo vibrar hasta el alma; ni siquiera me toc la primera vez que me dej excitada de pasin juvenil. Y qu hermoso guacho; esa carita llena de rasgos enternecedores, su miradita, que cuando me miraba a los ojos me haca sentir que penetraba hasta mi espritu. Sus labios que ni tan finos ni tan gruesos, cada vez que recitaba uno de sus gloriosos poemas con esa voz profunda y meldica, me daban ganas de violar esa boquita a besos. 18 aos tena el muy guacho; mi Fausto, a esa edad me enamor, un pibe de esa edad me enamor Al fin me enamor! El muy pobrecito, me di cuenta cuando tena 14 aos apenas que ya andaba enviciado con verme desnuda. S, ya lo saba bien que ese nenito lindo andaba tratando de acercrseme, estaba loquito por m. Pero, siempre lo vi como un nene y me enterneca su actitud hacia m. Eso s, tengo que admitir Qu bien creci el nene! Y me volva loca con su poesa, pero uno en especial, tal vez no slo las palabras, sino, cmo lo recit. Y el muy guacho aprovech que al fin quedamos solos en casa; y no se aguant, me abraz ponindose detrs de m y me susurr su poema al odo tan dulce, tan clido, tan amoroso, tan romntico, tan varonil, tan Tan odioso, no me soltaba! Pero, lo logr, al fin lo logr. Y de qu manera. Nunca voy a olvidar esos versos.

    Quiero besar tu piel hasta que los labios se fundan;

    vivir cada da para recordarte:

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    Hay un hombre en el mundo, slo tuyo Los hombres que han pasado por mi vida, uno peor que el

    otro; llegu a creer que lo nico que aprenda de ellos era a cmo especializarme en nuevas y mejoradas formas de cometer el mismo error, a la hora de elegir a alguien para compartir, o tratar de compartir mi vida. Siempre hombres mayores que yo, creyendo como ilusa que si eran mayores seran hombres maduros y resueltos, al menos en su vida afectiva y un Edipo tras otro, eso fue lo que encontr. Ahora al fin conozco un hombrecito que se muestra seguro de s mismo, y en lugar de tratarme de sirvienta, o esclava, realmente me trata como a una dama y hasta ha venido cuando no est Ale, para cocinar, a veces el almuerzo a veces la cena; bueno, le he tenido que ensear porque a pesar de tener sus mejores intenciones no es de los mejores cocineros. Al fin un hombrecito que me trata como una Dama merece ser tratada y resulta que es el mejor amigo de mi hija y de la edad de mi hija. El destino es realmente cruel.

    Pero, este guacho, increblemente, me record lo hermoso que es soar. Cmo no voy a amar a mi hombrecito? Si l es mi sueo hecho realidad. l, es la recompensa por tanto sufrimiento, en temas del corazn. Cuando estoy con l ya no me siento una vieja amargada. Tiene una visin tan nica de todo, cuando estoy con l, hasta el infierno es agradable; slo necesita mirarme para robarme todas las sonrisas. Mis labios se sienten jvenes slo en su presencia. Y siempre con una respuesta romntica a todo Qu guacho meloso! Ah est de nuevo ya ni necesita estar cerca, slo pensando en l, ya me est robando sonrisas. Qu vas a hacer maana Fausto? Le pregunt una vez y me respondi: Tengo que hacer el trabajo

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    de Cupido. En tono muy serio. Y se me ocurri preguntarle:Y cmo sera eso? y como si estuviese esperando que le pregunte, respondi al instante: Tengo que lograr que la realidad se enamore del sueo y el sueo de la realidad! Es importantsima tarea que debo realizar. As que bsame amor mo que tan inmensa causa requiere las fuerzas que slo tus besos proveen y s as es mi Fausto, mi hombrecito quijotesco.

    Hombres, hombres Hombres! Es tan difcil encontrar buenos hombres, que cuando aparece uno de esos raros especmenes, cuesta creer que sea real. Y comenzamos a probarlos, para averiguar si realmente es lo que aparenta ser. Y esa es la primera prueba que tal vez sea ese el indicado, ya que con todos aquellos que las mujeres nos equivocamos nunca les hacemos pruebas pertinentes para saber si son lo que dicen ser. Simplemente nos entregamos como tontas, o al menos eso me pas a m. Unas caricias al rostro y mil promesas, un inicio de relacin fantstico, te hacen creer que todo es posible slo gracias a ellos, y que ellos son tal y cual y que son esto y son lo otro, constantemente vanaglorindose, jactndose de todo lo bueno en ellos; y no es hasta que una est completamente entregada que develan su verdadero rostro, que todo lo bello de su exterior es slo maquillaje para el alma, para tapar su alma sucia y pobre; que todo ese exceso de labia es para dar una falsa sensacin de seguridad a mentes dbiles y atormentadas por demonios que nunca se atrevieron a enfrentar y viven escondindose de s mismos, jugando a ser otros porque ya no soportan lo que realmente son. Me dio tanta vergenza de mi misma al descubrir que estaba torturando a un hombre inocente, que al pobrecito de mi

  • [51]

    Fausto le estaba pasando factura de todo el sufrimiento que me causaron los de mi pasado. Y como galante caballero, nunca nada me reproch, siempre dispuesto a enfrentar cualquier reto. Incluso una vez me dijo: Si tengo que soportar todas esas pruebas que me ests imponiendo, si tengo que soportar el sufrimiento que otros te causaron, slo para que comprendas que mi amor es real, haz un mejor esfuerzo amor, porque yo no pienso rendirme.

    As es mi Fausto, s. A veces me pregunto si, l, supiese todo lo que he sido, en el pasado, si supiese de los hombres con quines he estado, si supiera cada detalle de todo eso, si seguira amndome como dice amarme. A veces creo que slo me ama porque soy la primera mujer que vio desnuda. Si supiera que aprend a odiar a los hombres, literalmente, a los golpes. No me separaba de ellos, no, porque me crea tan poca cosa, tan insignificante que realmente senta que esa clase de hombre era lo nico que mereca. A tal punto fue que les crea cuando me decan que yo sin ellos no vala nada, que sin ellos no sobrevivira en ste mundo. Tanto, pero, tanto demor en darme cuenta que necesitaba ser tratada como mujer y no como esclava, ni sirvienta, pero ms an quera ser tratada como ser humano. Y lo peor es que estaba arrastrando a mis hijas conmigo. Cmo poda decirles a mis hijas que mantuviesen la frente en alto, si yo no poda ser el ejemplo?

    El padre de las chicas fue el ltimo, me lo jur, que nunca ms iba a dejar que un hombre se me acercara, jur odio eterno a todo hombre. Pero, Fausto, es mi ngel Cmo odiarlo? Y si slo es as ahora y despus se vuelve como los dems?

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    Pero cmo me gustara tenerlo para m, siquiera una noche completa, sin estar midiendo el tiempo, ni pensando quin puede llegar a interrumpirnos. Una noche completa slo para nosotros, para este amor. Una noche sin pasado ni futuro; slo nosotros, nuestros cuerpos desnudos, a la luz y en la oscuridad; enredados entre las sabanas, dispersos en el suelo, apretados bajo la lluvia tibia de la ducha; olvidarnos del mundo de afuera, dejarnos ser slo del uno y del otro. Ay, mi Fausto! Quin pudiese regalarnos una noche as. A qu Dioses hay que rezar? Porque el que le vena rezando hasta ahora, poco le ha importado mi felicidad.

    Y como siempre el destino jugndome sus sucias trampas.

  • [53]

    Captulo 5 - Noam

    Para ellos todo es plata, todo es plata. Y salen con que para caer bien en esta sociedad hay que ser un hombre educado y con un buen ttulo y un buen laburo. Y resulta que si no tens ttulo no te consideran hombre educado, si no tens buen laburo te menosprecian; creen que porque uno es albail es un tonto ignorante. Y resulta que esas familias que se suponen estn bien, son los que le llenan el bolsillo a los psiquiatras. Y claro, despus, yo soy el tonto por no ser ms ambicioso, a nivel material. Esos se creen que soy un tonto ignorante porque slo sirvo para agachar la cabeza y trabajar como mula y ciertamente no sera su opcin a la hora de sentarnos a la mesa para charlas intelectuales. Porque lo ms curioso es que muchos por tener un ttulo, realmente, se creen intelectuales. J! Si nos habremos redo con Octavio de ms de uno de esos, cuando los escuchbamos hablar de artes o ciencias, o peor an, creyndose entendedores de la Filosofa. O la de veces que los omos hablar de alquimia, como si supiesen de qu se trataba; ni siquiera comprendan el valor de los minerales usados ni el orden de los elementos, ni la llama correcta ni nada. Ni siquiera entendan que para entender autores como Borges o Nietzsche, primero, deben haber entendido lo que ellos entendieron a su momento.

    De todas formas, nunca pude terminar el colegio, era realmente frustrante estar ah. No porque me pareciera todo fcil; al contrario, era todo demasiado difcil. No s cmo ven las cosas los dems; pero de seguro muy distinto lo veo yo. Puedo leer cualquier cosa y explicarlo con mis propias palabras; pero, nunca puedo recordar nada de memoria, slo

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    los resmenes que haca por mi parte y en los exmenes siempre pedan que supiera de memoria ni mierda Noam, a la banca.

    Pero de qu sirve tanto dinero y sabidura cuando el amor est tan lejos? Encima, ella, tan perfecta en cada virtud y defecto, nada de lo que haga yo, al menos en una sola vida podra permitirme alcanzarla. Y s, una sumatoria de virtudes y defectos, eso es lo que somos como humanos; aunque mi caso se excede en mostrar ms defectos; si es que es cierto que de los errores se aprende Soy un Genio! Soy un bicho raro, qu se le va a hacer, como un juguete roto que viene con fallos desde la fbrica. Lo peor de todo, increblemente es que haya peores que yo; hay gente tan mal que realmente creen que el dinero lo compra todo; y una vez estuve tan loco que realmente cre que el dinero lo compraba todo. Afortunadamente dur slo un instante de mi infeliz existencia esa lamentable fiebre. Sin embargo, el hecho que la mayora juegue a que eso es cierto, complica la vida misma. Hasta el amor mismo te caga esa filosofa material. "El que se casa, casa quiere." As dicen los viejos, y desde que empezs a salir con alguien hasta el casamiento, que es lo pelotudamente "socialmente correcto", hay que tener plata. El dinero no compra amor, es cierto; pero, un ramo de flores, una caja de bombones, salida a un pub o boliche, una casa, alimentar hijos, vestirlos, educacin, salud, y todo, todo lo dems s S hay que tener plata! Y yo me enamor gratis; pero, vivir es tan caro. O Ser la conciencia detrs de los lamentos que me acosa como ptrida enfermedad? A veces creo que los deseos son rencorosos. Podra vender mis lgrimas, sera un comercio pasional, una comedia pattica.

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    Y ella, sigue siendo perfecta, en cada defecto y en cada virtud. Es curioso cmo el alma puede sentir la pasin de una vida entera frente a la persona amada, an sin haberla besado nunca, ni sentir su piel apretndose sobre mi piel. Muchas ocasiones he intentado decrselo y ah mismo me paralizo, y mi mente o conciencia o lo que sea me empieza a hostigar "Pero Qu tengo para ofrecerle: lgrimas, mentiras, inseguridad, una vida de fracaso tras fracaso?" Mi nico logro importante en esta vida es haber sobrevivido a tantos fracasos. He intentado de todo, y no slo intentar he hecho de todo, y siempre algo sucede y el gran problema con poner todo de uno mismo en un proyecto es que el golpe en el fracaso te deja sin nada.

    Si en la vida tuviese que pedir perdn de algo; no podra pedir me perdonen la vida, tendra que pedir me perdonen el amor, es el amor lo que ha sufrido, tantas ausencias, tantos besos que nunca se acercaron a los labios; tantos Te quiero y Te amo que nunca nos omos decir el uno al otro. Y cuando cre no poder amarla ms, slo ella se dio cuenta de lo que soy, me dijo: Te hacs el viejo amargo slo para esconder que tens un corazn dulce y tens miedo que te lastimen Por qu no te arriegs a vivir como realmente te gustara, como sos?, y le dije No tengo tiempo para boludeces y ah noms me respondi a su estilo Una vez conoc a un Don sin tiempo se le fue la vida sin enterarse que estuvo vivo No te enteraste?. Al principio no paraba de re por su forma burlona de decirlo; pero, cmo me dej pensando durante das y noches. Qu sorpresa se hubiese llevado si ah mismo le deca Vos sos todo lo que sueo, todo lo que amo, la nica a quien le temo, porque sos la nica capaz de lastimarme con el solo hecho de no quererme como te quiero!. La soledad es

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    algo que me atormenta, ya me acostumbr, no es que me guste, no tiene que gustarle algo al humano para acostumbrarse A quin le gusta ser pobre? Pero el pobre vive acostumbrado a ser lo que es y con lo que tiene al alcance, como mi corazn vive acostumbrado a la soledad. No es tanto que me duela la soledad, su ausencia, no sentirla cerca de m todos los das es lo que ms duele. No se puede obligar a otra persona a que te ame, as como ni siquiera puede uno mismo dejar de amar a quien no nos corresponde.

    Por lo general es mejor andar solo; en la vida, con uno o dos buenos amigos, alcanza. El problema es cuando estos tan buenos amigos se casan y tienen hijos y le va bien; automticamente creen que uno debe seguir sus pasos, casarse tener hijos y que mgicamente tambin te vaya bien en todo. Curiosamente, antes de eso, de que le vaya tan bien en su vida, eran unos llorones. Octavio, por ejemplo; antes de estar con Ale, era una lgrima. Todo el mundo se queja que le pasa esto o lo otro, siempre algo en su vida, o que no tienen tiempo o que no se animan a hacer lo que quisieran o que no a nada; Octavio, se quejaba de que no pasaba nada, para no ser menos nada ms se quejaba. En apariencia un tipo alegre y divertido, siempre un buen chiste improvisado, siempre un buen tema para charlar de lo que sea tena bajo la manga; pero, en su realidad, por lo bajo, era un ser depresivo, melanclico, hasta haba llegado al punto en ser desapasionado por la vida, un neurastnico total cuando no haba nadie cerca. Varias veces lo encontr perdido en s mismo; hasta le cost reaccionar, en darse cuenta que haba alguien cerca. Para l, incluso la nada era algo, una palabra que vala ms que l mismo. De todas formas, la cosa que cuando Ale entr en su vida, pas de ser

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    Nada a serlo Todo. Y claro, entonces el seor ya asuma que tena derecho a decirme a m como hacer mi vida Qu cosa seria! Yo elijo estar solo; no porque s; prefiero estar solo a conformarme con lo que hay; qu asco me da esa expresin Es lo que hay, cuando alguien dice eso, simplemente les respondo Jodete por pelotudo; o estoy con la persona que amo o estoy solo. As que, bueno, estoy solo.

    De todas formas, en este mundo todo es un juego. Hace tiempo miraba cmo jugaban los hijos de unos conocidos; jugaban a que tenan un pequeo negocio (extrao juego para nios); haban creado un pequeo quiosco, donde slo se vendan golosinas, juntaron una variedad de piedras y las envolvieron con los envoltorios de caramelos que haban juntado; y siempre hay uno que les dice que hacer a los dems ya desde pequeos, el aparente lder le indicaba a los dems: yo vendedor, vos comprador, y los otros tambin. Y as los tena, impona las reglas y cada rol de los integrantes del juego. Entonces, dije Pero, as es todo. Todo es un juego: el sistema monetario, la religin, la poltica hasta el amor, o al menos en eso han convertido las relaciones amorosas. Y eso tambin me record las ltimas veces que sal a un boliche o pub, me quedaba en la barra mirando a todos y todos eran como nios jugando a ser grandes, , como grandes jugando a ser otra persona, ya que la mayora, al menos, pareciera no soportar a su yo de la semana; y llega el fin de semana y aprovechar para disfrazarse, toman su elixir y automticamente Uf! Ya son otra persona, ya son alguien que vale la pena personificar, aparentemente.

    De todas formas A quin le puede llegar a importar lo que el seor Noam piense, sienta o haga, mientras se hunde es su

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    ocaso sin saber si habrn tiempos en que valga la pena reaparecer en el mundo de los mortales en sociedad, absurdamente organizada? Le hace tiempo un cuento de Chejv y, creo, en las notas deca: Oxgeno: Gas inventado por los qumicos. Dicen que es imposible vivir sin l. Tonteras. Lo nico sin lo cual no se puede vivir es el dinero. Qu ridculo es vivir en una sociedad donde el dinero sea un tema de importancia ms grande que el mismsimo oxgeno que respiramos a cada momento. Incluso para casarse es ms importante la solvencia econmica que la solvencia de los afectos, las pasiones y la sinceridad entre las partes. Es como si las personas ya no entendiesen amar, slo conformarse con lo que hay. Ser uno mismo parece ser algo fuera del orden de lo normal, es casi un acto revolucionario ser uno mismo en pblico, al parecer. Ser uno mismo es cosa de locos, pero un tipo de locura consciente. Y todos siguen jugando, siguen siendo artistas sin saberlo, no saben que todos son actores de la gran comedia, desde chicos le dan su papel en la obra, segn ubicacin geogrfica, segn casta, y vaya a saber cuntos segn ms. Si tens sueos, mejor tragrtelos, que vivir la realidad es demasiado caro. Uno se puede acostumbrar a la ausencia de los dems. Pero Cmo vivir en soledad despus de haber amado? Quien muere sin haber amado, tal vez, se ha perdido de algo importante en la vida; pero, quien vive en soledad amando a alguien que no est a su lado, se est perdiendo la vida entera. Amar tanto que no se distingue si la vida est en el propio cuerpo o en sus ojos; en los ojos de ella he visto un universo tan complejo y hermoso Cmo no querer ser la estrella en sus ojos, la vida que abarque ese universo, la sed de sus labios, el calor sobre su piel? Pero Qu le importa al mundo lo que un hombre sin ttulo de nada, lo

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    que un ignorante tenga para decir; qu le importa al mundo que un hombre sin ambiciones materiales pueda amar? Slo mi alma tiene ambiciones y su corazn late las riquezas que he anhelado toda la vida.

    De todas formas Por qu le debe importar el mundo al seor Noam, si al mundo nunca le import lo nico que al seor Noam le importa?

    Creo que estoy empezando a necesitar alcohol; la cantidad suficiente para lograr hacer olvidar a mi mente que sirve para pensar. Lo suficiente, siquiera, para descansar de m mismo. Pero, nunca lo suficiente para que me mate el alcohol; ese trabajito ya se lo reserv la soledad. Laura no est Siempre odi esa cancin. Tal vez porque, ella, se fue al mundo y lo conoci y le gust estar en todos lados donde yo nunca estuve.

    Y de qu me sirve a m que la noche me cubra si no hay piel que atrape mis besos.

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    Captulo 6 - Laura

    Todos creen que estoy enamorada de Fausto, y que es lo correcto que dos como l y yo estemos juntos, slo porque somos muy parecidos, muy romanticones, muy cursis, muy soadores, muy inteligentes, muy bla, bla, bla bla Ni loca! Qu gracia estar con alguien exactamente igual a m? Est bien, tengo buena autoestima me adoro, lo confieso pero, pero, no. No tiene sentido estar con alguien que tiene todas las mismas dudas que yo, las mismas preguntas y las mismas respuestas. Si quisiera a alguien como yo, me enamoro del espejo y listo. Y deben creer que soy una nena tonta. Pues les voy informando que No soy ninguna nena tota! Yo puedo decidir por m misma a quin quiero a mi lado. No soy una muequita de porcelana a la que tienen que estar cuidando para que no se rompa y mi corazn no es de trapo ni de plstico, no seor. Parece que no entienden, que as como un rompecabezas, que para que dos encajen no deben ser muy distintos o nunca se van a entender, y si son piezas iguales no arman nada; tienen que ser dos piezas desiguales pero con las partes justas, as sea una o a penas dos partes compatibles, y eso es suficiente para armar toda una vida juntos. Pero no hay nada que hacerle, cuando una mula persigue una zanahoria atada a un palito con un hilito, no hay forma de hacerle entender que no va a alcanzarla nunca; y se tropiezan con todo y chocan con todos en el camino por no perder de vista su preciado vegetal Pedazos de Mulas!

    Mi mam y mi hermana creen que porque yo era una nena, no entenda cuando las cosas estaban mal en casa. Cuando Ale, me llevaba a la habitacin porque pap llegaba

  • [61]

    borracho a casa, yo me daba cuenta. No deca nada nunca, haca como si no entenda nada porque tena miedo a que por decir algo las cosas empeoraran; s, era una nena, pero eso no quiere decir que no entenda cuando todos se sentan mal. Los chicos cuando los padres estn mal lo presienten, tal vez de chicos no entendemos muy bien el por qu, pero se entiende que algo anda mal. Yo entenda muy bien, incluso me daba cuenta las tantas veces que mam se meta en el bao a llorar por horas. Durante aos, nuestro bao fue como una fbrica de lgrimas; primero mam, despus adopt la costumbre Ale, y por fin al ltimo yo, y solamente para no ser menos.

    Todos, parecen tener la vida de los dems resueltas; parecen obsesionados con saber la verdad acerca del otro y curiosamente no tienen idea de cmo identificar la verdad acerca de s mismos. Quin sospech alguna vez a quin am siempre? A quin le import a quin am, yo, realmente? Hasta, l, cree saber a quin debo amar o con quin estar El muy santo imbcil! Qu tan obvia tiene que ser una mujer para que el hombre de su vida se d cuenta que el corazn que late desesperado no tarda en cansarse? Pero an resisto a olvidarme de l y claro Para qu seguir amando a alguien que no le importa cunto lo amo? Si me viera como soy en vez de ver a una nena consentida, que es lo que, l, cree que soy. De chica llorando por culpa de mi pap; y ahora, por culpa del tonto, orgulloso, soberbio, zoquete, estpido, torpe y ciego y y y a dems el amor de mi vida El imbcil de Noam! El tonto que siempre tiene una respuesta a todo, a pesar que a nadie le interesa que nos respondan a todo, l, igual responde. Debe pensar que se las sabe todas y de tanto que sabe el muy

  • [62]

    tonto no se da cuenta quin ha sido la nica mujer que lo ha amado de verdad y s, yo, la nica tonta que siempre est esperando que aparezca, para verlo siquiera un minuto antes del final del da y no aparece. S, yo la tonta que ama y y s yo.

    Y He navegado por incontables sueos; en cuntos latidos mi alma ha zozobrado; he llegado caminando al linde de bosques infinitos; he querido volar a la eternidad para encontrarme el mortal amor... y en un espejo de recuerdos vi el reflejo de una verdad que no se sabe con palabras, una verdad que debe vivirse; como el amor que se vive en cada beso, en cada caricia que recorren la corteza excitada de un alma pasional tal vez no existe tal cosa como una verdad nica y absoluta; tal vez seamos cada uno de nosotros una verdad queriendo descubrirse, buscando en otros ojos un espejo.

  • [63]

    Captulo 7

    Una noche, demasiado tibia para ser otoo, demasiado calurosa, para ser noche. Se encontraron en la sala, como de costumbre, al terminar la cena. Ella, ya haba llevado al nio a la habitacin. l, a pesar de un agotador da de trabajo, permaneca con sus energas intactas. Y an ms, luego de la confortable cena.

    Momentos despus, son el telfono. Aleksandra, se levant a atender. A los minutos, volvi. Mientras tanto, Octavio, ordenaba las ideas del da, al paso que levantaba la mesa.

    A los minutos, ella, volvi.

    -Maana por la tarde, voy a lo de Lita, para ayudarla en el trabajo de costura Lo mira a Octavio . Si no alcanzo a llegar para cuando vuelvas del trabajo por las dudas te dejo la comida en el horno Le sonre - Puede ser jefe?

    -Lo que usted mande mi jefa! Devolvi la sonrisa. Ella, se acerco, y apoy ambos codos sobre la mesa. Sus

    manos acariciaban el mantel; comenz a observarlo, como queriendo manipular sus sentimientos, en la mirada. l, se levant de su asiento; fue hasta la habitacin de su pequeo. Una vez all, lo observ dormir unos segundos e inmediatamente se volvi a la sala.

    Mientras tanto, ella, se diriga a la habitacin e iba observndolo. Parecan dos adolecentes, jugando por primera vez con sus miradas. El, por su parte, solo atentaba a poseerla, en un brusco movimiento, entre sus brazos. Solo lo impeda el

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    miedo a perder ese momento de sus miradas. Por otra parte, el tiempo no detuvo la marcha. As comenz la danza de incitacin amorosa.

    -Me segus? dijo ella. -Solo hasta el infinito y ms all, amor!

    Entonces, lleg el momento, en que las palabras sobraron; y las miradas finalmente se perpetraron, fogosas e insaciables. Aleksandra, lleg al fin, a la puerta y antes que su mano pudiese tocar el marco, l, la retuvo con la suya. Con la otra mano, sostuvo su rostro: suave y endeble tela, que recubra tan dulce alma. Reunir valor, ya no fue necesario. El Universo, una vez ms, confabul a su favor. Y en escandaloso sopetn, hundi sus labios sobre los de ella.

    Ya estaban frente a frente, ella completamente desnuda. Su alma, tan expuesta que su mente se regocijaba en el juego de dejarse llevar, por el apetito pasional, desatado por la carne y absorbido por los deseos. El espritu de Octavio, en su mezquindad, ordenaba a su propio cuerpo a que cubriera todo ese ser; no dejando, as, que ni el aire, ni la oscuridad la compartieran. Solo suya fue; solo de ella, l fue.

    Su ser, conoci ese amor que lo hizo sentir eterno, solo para entregarse a ella. Su cuerpo, aprovecho el fulgor de la carne sobre la carne, asumindose un ser lleno de lascivia. Mientras, la mente, se fortaleca a la vez que se endulzaba con la caricia de su voz en las palabras que reposaba sobre su odo.

    Su ser, era lo nico que resaltaba, en aquella habitacin de escasa iluminacin. Tal vez, la perfecta nitidez de su piel, que dictaba exuberancia en desmedro ajeno entre las sabanas. O tal

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    vez, solo fue el hecho que sus ojos, no alcanzaban a distraerse en nada ms y absorban el tiempo en tal figura.

    El cuerpo, de ella, recostado, invitaba a sus labios a hundirse en la piel. As comenzaron.

    Su lengua, se engolosinaba con el sabor que emanaba el calor de sus poros. Los dedos, jugueteaban, en caricias, siguiendo el rastro hmedo de sus besos, que ahora sondeaban sus muslos, en todas direcciones.

    El resto de la noche, lucharon rezagados, en cuerpo y alma, queriendo ser un solo amor. Un solo ser, perfecto e inmansillable.

    La tarde siguiente. 6 PM. Octavio, llega de la jornada laboral. Al ingresar a su casa, se encuentra con su hijo, quien lo esperaba slo en el domicilio. En su mano derecha, una carta. El nio, se desprende del papel apenas alcanzado el padre.

    Luego de unos minutos; ya leda la carta, estira un grito furioso al aire que no sofocaba sufrimientos; un aire que solo ayudaba a estirar el dolor desparramando el sonido en todos los sentidos. El nio de apenas cinco aos de edad, se asusta y corre a su habitacin, sin atreverse a volver a mirar el semblante del padre.

    Eso de las 8:30 PM. Octavio, en la puerta de Noam. Su rostro, era un sombro y turbio capricho de querellas. En la calle, las hojas caan de los rboles, por la ventisca de otoo. Todo el Alto Valle de Ro Negro, se mostraba como un paisaje de interminables alamedas de madera seca y hojas marrones, como su tronco, a los costados de los caminos, de la ruta 22 y chacras. Ya era mayo, apenas unos rastros de frutas pudrindose debajo de los manzanales. Al abrir la puerta, su

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    amigo, se encontr con alguien que se mezclaba en la frialdad del traicionero capricho del Ro Negro. Sus venas parecan congelarse en esas aguas. Y todo su dolor, empujado por el caudal descendiente de la cordillera.

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    Captulo 8

    Esto, tal vez, haya comenzado un atardecer, en que las musas del Olimpo, olvidaron recordarle al hombre, cunto vale la confianza de un amor sincero.

    Octavio, abre la puerta, en casa de su suegra Fantina; junto a su buen amigo Noam. Entra de sopetn, as como entra el amargo capricho del dolor en las almas de los querellantes.

    A gritos llama a la moradora del hogar. Al encontrarse de frente, manifiesta el estado de su irrupcin.

    -Traidora!- Grita receloso y acusativo Tu hija, la que en el pasado, todo su amor me jur; tanto como mi alma y mi cuerpo pudiesen soportar y tanto ms. Esa, la que vos me entregaste por esposa. Es tu hija, quien hoy me abandona para de seguir a quien pretende vitorear su amor.

    An luego de la escandalosa estrada, Fantina, no muestra signo alguno de reproche a las visitas. Dej sus quehaceres en la cocina y se dirigi a ellos, sin ms.

    - Pues Sonriendo apacible muy sabia y admirable, la decisin, de mi hija. Al fin, logr establecer rumbo loable en su vida.

    El invitado -Por s mismo- un hombre de unos 30 aos, que ya no dudaba en la molestia del sufrir de su orgullo. Continu con el tratado de su acusacin.