Ollantay (texto)

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Ollantay

1

OLLANTAY

DRAMA QUECHUA-ESPAOL

Traduccin de J. Sebastin Barranca

NOTA INFORMATIVA

Jos Mara Arguedas

El Dr. Ral Porras Barrenechea encontr documentos que demuestran de manera irrefutable que el Ollantay fue escrito por el Padre Antonio Valdez en el Siglo XVIII. Tal como ha llegado hasta nosotros el texto del drama es, pues, una obra colonial.Pero no slo los documentos descubiertos y, estudiados por el Dr. Porras prueban que el drama es colonial sino su propia composicin teatral (se suele llamar a esto estructura escnica), el lenguaje de la obra y muchos de los recursos literarios que se emplean en ella.Es conveniente hacer resaltar el hecho de que durante la Colonia se cultiv la literatura quechua como nunca despus. Adems del Ollantay se escribieron dos extensas obras teatrales: el Uska Paukar y el Pobre ms rico; los misioneros escribieron centenares de himnos en quechua; catecismos, libros de oraciones, manuales para confesores, diccionarios y gramticas; toda una caudalosa literatura en lengua quechua cuya finalidad principal fue la de difundir el catolicismo, sus fundamentos, la moral cristiana y la imagen de Jess, de la Virgen, del Nio, de los santos ejemplares y el modo como deba rendrseles culto. El quechua fue estudiado en los seminarios y en la Universidad de San Marcos como curso obligatorio. De este modo se consigui no solamente la traduccin de la doctrina catlica sino lo que hay en esta religin de bello, de comprensin de las debilidades humanas, del sentido de la redencin y la piedad. Al mismo tiempo la literatura catlica quechua, especialmente los himnos, trataron de fundar en el alma de los indios la humildad, la obediencia, el desprecio a los placeres carnales, el sentimiento de culpa, de que la vida es nicamente un camino de llanto y, por lo tanto, despreciable.No sera muy oportuno detenerse en 1a consideracin cuidadosa de los motivos por los cuales la Iglesia y el poder colonial se empearon en difundir el catolicismo mediante la literatura quechua; para la finalidad de este brevsimo e improvisado estudio era indispensable tratar de sealar la razn principal que explica el por qu durante la colonia se escribi tanto en quechua, se estudi tan cuidadosa y sabiamente este idioma, mientras que la repblica toma frente al quechua una actitud inversa, de abandono y aun de menosprecio. Los sabios consejeros de la administracin colonial comprendieron claramente que el nico modo de lograr la conversin del indgena era difundir la doctrina catlica en el lenguaje de la poblacin nativa, y consiguieron su propsito, aunque no plenamente. Todos los indios aprendieron a rezar en quechua, a cantar himnos a Jesucristo, a la Virgen y al Nio en quechua; finalmente, cantores mestizos y aun indios continuaron la obra de los primeros misioneros, componiendo ellos mismos otras canciones an ms quechuas que las primeras, en cuanto que el estilo y el fondo de esta literatura recoga mejor e1 modo de hablar y cantar del pueblo, el folclore, y por lo mismo, el modo cmo el pueblo nativo entenda a Jess y la doctrina catlica.En medio de este ocano, por su cantidad y profundidad, de la literatura quechua, el Ollantay aparece como una isla, como un monumento solitario, un poco a semejanza de los cuadros de tema no religioso que rarsima vez pintaron los artistas coloniales mestizos que dedicaron su vida a trabajar sobre temas religiosos.E1 Ollantay aparece como una isla no slo por su tema profano sino porque la obra contiene un elogio de los Incas. Parece comprobado que el Padre Valdez hizo representar primera vez el drama ante Tpac Amaru, el inca colonial que organiz la primera gran rebelin contra el poder espaol en Amrica.

E1 Ollantay y la literatura Incaica

Alguna vez se trat de sostener que este drama era de origen incaico. Los autores partidarios de esta opinin se fundaban en la afirmacin de ciertos cronistas, es decir de los primeros espaoles y peruanos que escribieron sobre el Imperio Incaico como testigos de la conquista o como historiadores que se informaron acerca del Imperio inmediatamente o casi inmediatamente despus de la conquista, la afirmacin, repetimos, de algunos cronistas en el sentido de que en el Per incaico hubo teatro, que este gnero literario existi, que se hicieron representaciones teatrales delante del Inca y del pueblo, y que dichas representaciones tenan como temas centrales las hazaas guerreras de los incas. E1 Inca Garcilaso de la Vega es quien ms detallada y rotundamente afirma que tales representaciones teatrales se hicieron.Ninguno de los cronistas que afirman que hubo teatro en el Imperio de los Incas pudo transmitir el argumento, aun muy simplificado, de alguna de las representaciones que hubo en e1 Per antiguo. En cambio, varios cronistas pudieron recoger y escribir los himnos y oraciones religiosos incaicos, y tenemos una muestra abundante y muy representativa de la literatura religiosa incaica, as como de los mitos por medio de los cuales se explicaban el origen del mundo y del hombre y de sus creencias religiosas.Nosotros sostenemos que si, de veras, hubiera existido teatro en el Per incaico, el argumento de las obras habra sobrevivido durante mucho tiempo, como ocurri con los mitos e himnos religiosos; y no solamente eso, sino que los primeros cronistas y conquistadores hubieran tenido la oportunidad de presenciar la interpretacin de esos argumentos. El gnero dramtico es el ms perdurable cuando ha logrado surgir y difundirse. Quien ha presenciado una representacin teatral no olvida fcilmente a los hroes que ha visto actuar, padecer o triunfar en la escena, sea sta un simple campo sealado, un tabladillo o un iluminado espacio especialmente construido en un local tambin especial, como en el caso del teatro europeo antiguo o moderno. En el folclore habra, asimismo, sobrevivido el teatro; como ha sobrevivido el mito incaico hasta hoy mismo formando parte, con elementos cristianos, de nuevos mitos quechua post-coloniales, como el de Inkarr.El teatro requiere tambin de la escritura mucho ms que otros gneros de la literatura. En el folclore existen, ahora, algunas manifestaciones rudimentarias del teatro, pero es de toda evidencia que ellas aparecieron por influencia del teatro espaol; tal el caso de la ms importante de estas manifestaciones: La muerte de Atahualpa, recogida en quechua por Jess Lara, en Bolivia.El escritor y profesor cuzqueo, Dr. Ypez Miranda, encontr en el valle de Urubamba restos de la leyenda de las hazaas de Ollantay entre los indios. Estos restos concuerdan en forma notable con el argumento del drama. El hallazgo a que nos referimos puede constituir una prueba muy seria de que Ollantay existi de veras y que el argumento de la obra teatral escrito por el Padre Valdez fue tomado de una leyenda popular.

Brevsimo anlisis del drama

En tanto que los otros dramas coloniales como Uska Paukar, se han convertido en simples documentos importantes para la literatura quechua, la historia y la lingstica, el Ollantay se ha mantenido vivo, permanece como una obra de inters en tanto drama o como drama. Todas las representaciones que se han hecho en quechua han tenido un xito muy grande aun cuando ha sido ofrecido ante pblicos que no hablan este idioma. As, en la ciudad de Buenos Aires fue puesto en escena muchas veces y treinta aos despus de este acontecimiento todava se mantena muy fresco el recuerdo de Ollantay entre quienes pudieron asistir a su interpretacin.El pblico de habla quechua, cualquier que sea su grado de instruccin y su categora social, escucha y contempla con fervor la representacin del Ollantay. Por qu?El Padre Valdez, como muchsimos sacerdotes y misioneros, alcanz a dominar el idioma incaico no slo en su forma sino que lleg a la mdula de la lengua; logr conocer sus casi ilimitados recursos originalsimos para la expresin, singularmente del sentimiento humano. Tal conocimiento nativo de la lengua fue empleado en interpretar una obra que el autor concibi no en forma imaginaria ms o menos pura, es decir, a base de la experiencia y conocimiento general del alma y de la peripecia humana, sino aplicndolo a una historia real que, por lo maravillosa, fue convertida despus en leyenda. De tal manera, que los personajes de la obra existan, porque fueron hroes que la admiracin popular magnific. De ese modo, los hroes principales del drama no slo aparecen como muy realistas sino como muy indgenas, en el sentido de que tienen caracteres psquicos y realizan hazaas y hablan un lenguaje que pertenece a la tradicin de un pueblo. Tal hecho explica la reaccin fervorosa del pblico ante la representacin del drama.Pero un anlisis, an por parte de personas no especializadas, como es quien escribe estas lneas, descubre inmediatamente que la forma de 1a obra est adecuada por entero a la forma o estructura de las obras teatrales espaolas del siglo XVIII. Y no nicamente eso, sino que el estilo de la lengua es en algunos trozos como una traduccin del castellano, mientras que en otros es autnticamente quechua. Y con respecto a este ltimo punto s estamos nosotros en condiciones especiales para lograr encontrar diferencias.Por ejemplo, en algunos parlamentos en que se hace el elogio de Cusi Ccoyllor, el autor no puede eludir los recursos propios de la literatura, o mejor, de la mentalidad y concepcin castellanas. As se habla del blanqusimo cuello de la princesa y de cmo sobre ella brillan las joyas, figura impropia tratndose de una princesa incaica. Se elogia igualmente sus senos, sus delicadas manos. Pero en otros pasajes, el estilo parece tomado directamente de la poesa oral quechua, es decir de la creada sin auxilio de la escritura, para las canciones o himnos folclricos. A este tipo de lenguaje pursimamente quechua, pertenecen los ya famosos monlogos de Rumi ahui, luego de su derrota ante Ollantay, y del propio Ollantay cuando se despide del Cuzco y lo maldice. Rumi ahui comienza a hablar de su desesperacin terrible con estos versos: Salloq rumi, rumi ahui-Ima qencha rumin kanki (Piedra de azufre, ojo de piedra - De qu piedra horrenda ests hecho), y la imprecacin sombra y desafiante de Ollantay comienza con dos interjecciones casi intraducibles del quechua que, tanto como todo el texto de la imprecacin, interpretan con intensidad contagiosa el dolor y la furia del hroe. Asimismo, los harawis que aparecen en la obra son de una pureza quechua intocada; son idnticos en forma y sentido que los harawis populares. El autor del Ollantay conoca, pues, honda e inspiradamente tanto el quechua como el castellano. Y tal conocimiento fue empleado en una obra en que se elogia al Inca casi en forma desmedida; se le presenta con generosidad que no est dentro de los lmites de la mentalidad indgena sino occidental, sin que esto quiera decir que una es mayor que la otra; se inmortaliza la figura del astuto, ingenioso y leal servidor o paje indio, figura importante porque muestra la faz ignorada del quechua jocundo, picaresco, irnico y nunca abatido, que no est tomada de la picaresca espaola sino del conocimiento popular del pueblo autctono. Cusi Ccoyllor tiene caracteres muy complejos: facetas indgenas e hispnicas.Como toda la literatura quechua colonial y como el ms perfecto fruto de ella, el Ollantay es una obra indo-hispnica. Y es una obra inmortal porque constituye la primera interpretacin artsticamente valiosa y permanente del hombre peruano a travs de un poeta genial, en cuanto a la maravillosa amplitud de sus recursos literarios, y complejo en cuanto que lo hispnico tie lo quechua con luces y rasgos de cuanto hay de delicado y bello en la lengua y en el espritu hispnicos.Conviene hacer resaltar, finalmente, el hecho sobresaliente de que el Ollantay ha mantenido su prestigio ante el lector y pblico de habla hispana, a pesar de la debilidad, de la mediocridad de las traducciones. Cuando se haya hecho de ella una traduccin que recoja mejor su belleza original, ese prestigio se har ms slido, ms hondamente sustentado por la admiracin y el amor de los peruanos y de los pueblos de habla espaola.

PERSONAJES

Ollanta: Valeroso general de los ejrcitos imperiales, de origen plebeyo, que se destac por sus hazaas militares durante el reinado del Inca Pachactec.

Cusi Ccoyllur: Bellsima hija de Pachactec, de la que se enamor Ollanta, a pesar de la disposicin que prohiba a los plebeyos vincularse sentimentalmente con la nobleza.

Ima Smac: Hija de los desgraciados y furtivos amores entre Ollanta. y Cusi Ccoyllur.

Pachactec: Padre de Cusi Ccoyllur y de Tpac Amaru. El drama se inicia durante los ltimos aos de su reinado.

Tpac Yupanqui: Sucesor de Pachactec. Es a l a quien corresponde la grandeza y generosidad de las escenas finales.

Huillca Uma: Sumo Sacerdote del Imperio. Su palabra era ley viva entre los Incas.

Piqui Chaqui: Fiel y abnegado criado de Ollanta.

Orcco Huaranca: Lugarteniente de Ollanta.

Rumi ahui: General de los ejrcitos incaicos, que valindose de una estratagema apresa al rebelado Ollanta.

Mama Ccacca: Dama noble encargada del cuidado del Aclla Huasi.

Pitu Salla: Nodriza de Ima Smac.

Colla: Esposa del Inca.

ACTO I

ESCENA 1

(Gran plaza en el Cuzco con el Templo de Sol en el fondo. La escena tiene lugar ante el vestbulo del templo. Vestidos caractersticos de la poca incaica. Sale Ollanta con manto, con la maza a1 hombro y tras l Piqui Chaqui).

OLLANTAHas visto, Piqui-Chaqui, a Ccusi-Ccoyllur en su palacio?

PIQUI-CHAQUINo; que el Sol no permita que me acerque all. Cmo, no temes siendo hija del Inca?

OLLANTAAunque eso sea, siempre he de amar a esta tierna paloma: a ella sola busca mi corazn.

PIQUI-CHAQUICreo que el demonio te ha hechizado! Ests delirando, pues hay muchas doncellas a quienes puedes amar, antes que llegues a viejo. El da que el Inca descubra tu pensamiento, te ha de cortar el cuello y tambin sers asado como carne.

OLLANTAHombre!, no me sirvas de estorbo. No me contradigas, porque en este momento te he de quitar la vida destrozndote con mis propias manos.

PIQUI-CHAQUIVeamos! Arrjame fuera como un can muerto, y ya no me dirs cada ao, cada da, cada noche: Piqui-Chaqui, busca a Ccusi-Coyllur.

OLLANTAYa te digo, Piqui-Chaqui, que acometera a la misma muerte con su guadaa; aunque una montaa entera y todos mis enemigos se levantaran contra m, combatira con ellos hasta morir por abrazar a Ccoyllur.

PIQUI-CHAQUIY si el demonio saliera?

OLLANTAAun a l hollara con mis plantas.

PIQUI-CHAQUIPorque no veis ni la punta de sus narices, por eso hablis as.

OLLANTAEn hora buena, Piqui-Chaqui, dime sin recelo: Ccusi-Ccoyllur, no es una brillante flor?

PIQUI-CHAQUIVaya! Ests loco por Ccusi-Ccoyllur. No la he visto. Tal vez fue una que entre todas las sin mancilla, sali ayer, al rayar la aurora, hermosa como la luna y brillante como el Sol en su carrera.

OLLANTASin duda ella fue. He aqu que la conoces. Qu hermosa! Qu jovial! Anda en este instante y habla con ella, que siempre est de buen humor.

PIQUI-CHAQUINo deseara ir de da al palacio, porque en l no se conoce al que va con quipe.

OLLANTACmo, no me has dicho que ya la conoces?

PIQUI-CHAQUIEso he dicho por decir. Como las estrellas brillan de noche, por eso de noche slo conozco.

OLLANTASal de aqu, brujo, pues mi idolatrada Ccusi Ccoyllur deslumbra al mismo Sol con su hermosura. Ella no tiene rival.

PIQUI-CHAQUIAguarda, que ahora ha de salir un viejo o una vieja, que creo idneos para llevar tus recados y hablar con ella; porque aunque soy un pobre hurfano, no quisiera que me llamaran rufin.

ESCENA 2

(Huillca-Uma, con larga tnica negra y un cuchillo en la mano, observa al Sol).

HUILLCA-UMASol vivo! Postrado delante de vos adoro vuestra marcha. Para vos slo he separado cien llamas, que debo sacrificar en el da de vuestra fiesta. Derramar su sangre en presencia de vos. Quemadas en el fuego ardern, despus de hecho el ayuno.

OLLANTAHe all, Piqui-Chaqui, que viene el sabio Huillca-Uma; ese len anda acompaado del mal presagio. Aborrezco a este agorero, que siempre que habla anuncia negros cuidados y vaticina el infortunio.

PIQUI-CHAQUICalla; no hables, pues ya aquel agorero sabe mejor que t lo que has dicho.

(Se sienta y duerme)

OLLANTAHablar. Ya que me has visto, poderoso y noble Huillca-Uma, te adoro con profunda veneracin. Para ti nada hay oculto; veamos que todo ha de ser as.

(Ollanta se acerca a Huillca)

HUILLCA-UMAPoderoso Ollanta, a tus plantas tienes rendida la comarca: t valor te bastar para dominar todo.

OLLANTATiemblo al verte aqu; como tambin al presenciar estas cenizas fras, adobes, barro y cesto de piedras. Cuantos te ven admiran todo esto. Dime: para qu sirven, si todava no es la fiesta? Est por ventura enfermo el Inca? Tu vaticinas slo por medio de la sangre del Tunqui rojo, y est muy lejos el da de sacrificar al Sol y a la Luna. Si an no comienza el mes por qu hemos de abandonar los goces?

HUILLCA-UMAPara qu me interrogas increpndome? Todo s; t me lo recuerdas.

OLLANTAMi cobarde corazn teme al verte en un da particular, para aprovecharme de tu venida, aun cuando me costase una enfermedad.

HUILLCA-UMANo temas, Ollanta, vindome aqu, porque sin duda alguna es porque te amo. Volar donde quieras como la paja batida por el viento. Dime los pensamientos que se anidan en tu vil corazn. Hoy mismo te ofrecer la dicha o el veneno para que escojas entre la vida o la muerte.

OLLANTAExplcate con claridad, ya que has adivinado el secreto. Desata pronto esos hilos.

HUILLCA-UMAHe aqu, Ollanta, escucha lo que he descubierto en mi ciencia. Yo s todo, aun lo ms oculto. Tengo influjo para hacerte poderoso: mas ahora, como que te he criado desde nio, debo pues ayudarte para que gobiernes el Anti-Suyu. Todos te conocen y el Inca te ama hasta el extremo de dividir contigo el cetro. Entre todos te ha elegido, poniendo sus ojos en ti. l aumentar tus fuerzas para que resistas las armas enemigas. Cualquiera cosa que haya, con tu presencia ha de terminar. Respndeme ahora, aun cuando tu corazn reviente de ira. No ests deseando seducir a Ccusi-Ccoyllur? Mira, no hagas eso; no cometa ese crimen tu corazn, aunque ella mucho te ame. No te conviene corresponder a tantos beneficios con tanta ingratitud, cayendo en el lodo. El Inca no permitir eso, pues quiere demasiado a Ccusi Ccoyllur. Si le hablas, al punto estallar su enojo. Qu ests delirando por hacerte noble?

OLLANTACmo sabes eso que mi corazn oculta? Su madre sola lo sabe. Y cmo t ahora me lo revelas?

HUILLCA-UMATodo lo que ha pasado en los tiempos para m est presente, como si estuviera escrito. Aun lo que hayas ocultado ms, para m es claro.

OLLANTAMi corazn me vaticina que yo mismo he sido la causa del veneno que sediento he bebido. Me abandonaras en esta enfermedad?

HUILLCA-UMACuntas veces bebemos en vasos de oro la muerte! Recuerda que todo nos sucede, pues somos temerarios.

OLLANTAEn tus manos est el cuchillo: scame el corazn, aqu estoy a tus pies.

HUILLCA-UMAAlcnzame aquella flor: mira que est marchita, sin embargo, ella verter mucha agua.

OLLANTAMs pronto un peasco derramar agua y la tierra llorar, antes que yo abandone mi amor.

HUILLCA-UMASiembra en ese campo semilla, y ya vers que sin retirarte se multiplicar ms y ms, y exceder al campo; as tambin tu crimen crecer hasta superarte.

OLLANTADe una vez te revelar, Gran Padre, que he errado. Sabe ahora, sbelo, ya que me has sorprendido en esto solo. El lazo que me enreda es grande; estoy pronto para ahorcarme con l aun cuando sea trenzado de oro. Este crimen sin igual ser mi verdugo. S; Ccusi-Ccoyllur es mi esposa, estoy enlazado con ella: soy ya de su sangre y de su linaje como su madre lo sabe. Aydame a hablar a nuestro Inca: condceme para, que me d a Ccoyllur. La pedir con todas mis fuerzas: presnteme aunque se vuelva furioso, aunque me desprecie, no siendo de la sangre real. Que vea mi infancia, tal vez ella ser defectuosa; que mire mis tropiezos y cuente mis pasos; que contemple mis armas que han humillado a mis plantas a millares de valientes.

HUILLCA-UMAOh, noble Ollanta! Eso no ms habla; tu lanzadera est rota; ese hilo es rompedizo; carda la lana e hila Quieres ir a hablar al Inca solo? Por ms que te entristezcas, muy poco tendrs que decir. Piensa todava que donde quiera que yo est, siempre he de sofocar tus pensamientos.

(Sale)

OLLANTAOh, Ollanta! Eres valiente, no temas; t no conoces el miedo. Ccusi-Ccoyllur, t eres quien me ha de proteger. Piqui-Chaqui, dnde ests?

PIQUI-CHAQUIMe haba dormido como una piedra y he soado mal agero.

OLLANTAQu cosa?

PIQUI-CHAQUIEn una llama amarrada.

OLLANTACiertamente; t eres ella.

PIQUI-CHAQUIS, por eso me crece el pescuezo.

OLLANTAVamos; llvame donde Ccusi-Ccoyllur.

PIQUI-CHAQUITodava es de da.

(Salen)

ESCENA 3

(Ccusi Ccoyllur, llorando, y su madre Ccoya se encuentran en el interior del Aclla-huasi.)

CCOYADesde cundo ests tan mustia, Ccusi-Ccoyllur, imagen del Sol? Desde cundo te ha abandonado el gozo y la alegra? Profunda tristeza despedaza mi afligido corazn: deseo mejor la muerte que presenciar tanta desdicha. Dime: has amado a Ollanta? Eres su compaera? Ests ya desposada con l? Has elegido a ese inca por tu esposo? Descansa un poco.

CCUSI-CCOYLLURAy, Princesa! Ay, madre ma! Cmo no he de llorar? Cmo no he de gemir? Si mi amado, si mi protector que cuid de mi niez durante tantos das y tantas noches me olvida, castigndome con la ms terrible indiferencia. Ay, madre ma! Ay, Princesa! Ay, mi adorado amor! Desde el da que entr aqu, la Luna se visti de luto; el Sol se oscureci como si estuviera cubierto de ceniza. Una nube tempestuosa vino a anunciar mi pesar, y aun la hermosa estrella del amor dej de emitir sus fulgores. Todos los elementos han conspirado contra m, y el Universo ya no existe. Ay, madre ma! Ay, Princesa! Ay, mi adorado amor!

ESCENA 4

(Las anteriores y el Inca Pachactec con su squito)

CCOYALmpiate el rostro, enjgate los ojos. Mira a tu padre que sale.

PACHACTECCcusi-Ccoyllur! Fruto de mi corazn! Flor de todos mis hijos! Bella red de mi pecho! Relicario de mi cuello! Ven, paloma, a mi pecho, descansa en mis brazos. Devana en mi presencia un ovillo de oro que est adentro. En ti tengo cifrada toda mi dicha: eres mi nica felicidad: eres la nia de mis ojos. Aqu tienes en tu presencia las armas del Imperio que con una mirada dominas. Quin pudiera abrir tu pecho para descubrir tus pensamientos y fijar en l tu reposo? Eres para tu padre la nica esperanza de su vida. Con tu presencia mi vida entera ha de ser un gozo eterno.

CCUSI-CCOYLLUROh, padre! Postrada a tus pies te adoro mil veces. Favorceme para que huyan mis angustias.

PACHACTECT a mis pies! T humillada! Me espanto decirlo. Mira que soy tu padre: yo te he criado con solcita ternura. Por qu lloras?

CCUSI-CCOYLLURCcoyllur llorar como el roco que el Sol disipa en su presencia; as tambin ella disipar su incauto amor.

PACHACTECVengo amoroso, bella escogida, sintate sobre mis rodillas.

UNA DOMSTICATus siervos vienen para consolarte.

PACHACTECDi que entren.

ESCENA 5

(Ocho pequeos nios se presentan danzando, con tamborcitos y panderetas en las manos. Msica en el interior; ellos cantan:)

De mi Princesa la miespajarillos no comis,ni terminis con el maizque sin dudarlo tierno es.Ay Tuya! Tuya!

Es l blando en su interior,aunque su corteza es dura;de sus hojas la ternurano marchitis con ardorAy tuya! Tuya!

Cuidado pues golosillos,que a millares os cojamosen la trampa, que os hagamoslanzar tristes chirridillos.Ay tuya! Tuya!

Y, si creerlo no querisal Piscaca preguntad,que l os dir la verdady entonces os convenceris.Ay Tuya! Tuya!

O si en el campo buscis.en pedazos le hallaris;s, como tal os verissi un slo grano tocis.Ay tuya! Tuya!

PACHACTECAlgrate, Ccusi-Ccoyllur, con tus domsticos, en el palacio de tu madre.

CCOYACantad con ms dulzura, adoradas ninfas; vosotros que habis cantado la desgracia, idos. Entrad vosotras.

(Salen los nios. Cantan las doncellas)

Dos queridas palomitastienen pesar, se entristecen,gimen, lloran, palidecen,con un inmenso dolor.Ambas fueron sepultadasde la nieve en la espesura,y cuya guarida duraera un rbol sin verdor.

La una a su compaeraperdila sbitamente,un da que fue inocentesu mantencin a buscar.Al pedregal va tras ellapero la encuentra ya muertaempezando, al verla yerta,triste en su lengua a cantar:

Corazn! do estn tus ojos?Y ese tu pecho amoroso?Do tu corazn virtuosoque con ternura me am?Y dnde tus dulces labiosque adivinaban mis penas?Sufrir, pues, mil condenas;ya mi dicha concluy:

Y la infeliz palomitade pea en pea vagabay nada la consolabani calmaba su pesar:vuela al valle preguntandopor su amor a una paloma;ms la muerte ya se asomay la quiere arrebatar.

Al despuntar de la auroraen el puro azul del cielo,por ltimo desconsuelose estremece con dolor...Y bamboleando su cuerpocae ya desfallecida,y al morir enternecidasuspira llena de amor!

CCUSI-CCOYLLURVerdad dice este Yarav: basta de cantar, pues ya mis ojos se convierten en torrentes de lgrimas.

(Salen)

ESCENA 6

(Pachactec, Ollanta y Rumi-ahui se sientan)

PACHACTECOh nobles!, digo que ya llega el buen tiempo para que todo el ejrcito salga con direccin a Colla-Suyu, pues ya Chayanta est listo para salir con nosotros. Que se preparen y afilen sus flechas.

OLLANTAOh, Inca! Cmo se han de sostener esos cobardes, pues el Cuzco y sus montaas se levantarn contra ellos, como tambin ochenta mil soldados, que los esperan prontos al sonido del tambor y de las bocinas. En cuanto a m, tengo ya lista mi maza y afilada mi hacha.

PACHACTECTodava dar mis rdenes, para que todos los llamados sean proclamados; porque podra haber muchos que amen demasiado su sangre.

RUMI-AHUIAl ordenar Chayanta que se reunan todava los ms valientes, para obligar a los Yuncas a que limpien los caminos y que se vistan de cuero, estoy convencido que con esto ha mostrado un corazn pusilnime, que disfraza su cobarda, no queriendo que se marche a pie antes que las salidas se hallen expeditas. Ya que estn muchsimos prontos para cargar las llamas, partiremos al combate, pues nuestro ejrcito est listo.

PACHACTECPensis que sals acaso al encuentro de feroz serpiente, y que vais a levantar aquella nacin? Los llamaris primero con dulzura, sin derramar sangre ni destruir a nadie.

OLLANTAYo tambin he de marchar. Todo lo tengo preparado, pero mi corazn tiembla delirando en un pensamiento.

PACHACTECDmelo aun cuando pidas el regio cetro.

OLLANTAEscchame solo.

PACHACTECValiente general de Hanan-Suyu, descansa en tu palacio y regresa maana cuando te llame.

RUMI-AHUITu pensamiento es el mo: que se cumpla en el acto.

ESCENA 7

(Pachactec y Ollanta solos)

OLLANTABien sabes, poderoso Inca, que desde mi infancia te he acompaado, procurando siempre tu felicidad en la guerra. Mi valor te ha servido para que impongas tu poder a millares de pueblos. Por ti he derramado siempre mi sudor: siempre he vivido en tu defensa: he sido sagaz para dominar y sojuzgarlo todo. He sido el terror de los pueblos, pues nunca he dejado de caer sobre ellos sino como una maza de bronce. Dnde no se ha derramado a torrentes la sangre de tus enemigo? A quin no se ha impuesto el nombre del Ollanta? He humillado a tus pies a millares de Yuncas de la nacin Anti, para que sirvan en tu palacio. Venciendo a los Chancas, he aniquilado todo su poder. Tambin he conquistado a Huanca-Huillca, ponindolo bajo tus plantas Dnde Ollanta no ha sido el primero en combatir? Por m, numerosos pueblos han aumentado tus dominios: ya sea empleando la persuasin, ya el rigor, ya derramando mi sangre, ya por fin exponindome a la muerte. T, padre mo, me has concedido esta maza de oro y este yelmo, sacndome de la condicin de plebeyo. De ti es esta macana de oro, tuyas sern mis proezas y cuanto mi valor alcance. T me has hecho esforzado general de los Antis y me has encomendado el mando de cincuenta mil combatientes; de este modo toda la nacin Anti me obedece; en mrito de todo lo que te he servido, me acerco a ti como un siervo, humillndome a tus pies para que me asciendas algo ms. Mira que soy tu siervo! He de estar siempre contigo, si me concedes a Ccoyllur, pues marchando con esta luz, te adorar como a mi soberano y te alabar hasta mi muerte.

PACHACTECOllanta! Eres plebeyo, qudate as. Recuerda quin has sido. Miras demasiado alto.

OLLANTAArrebtame de una vez la vida.

PACHACTECYo debo ver eso: t no tienes que elegir. Respndeme: Ests en tu juicio? Sal de mi presencia!

(Sale compungido)

ESCENA 8

(Ollanta conmovido y relegado a un lugar solitario de Cusi-Pata)

OLLANTAAh, Ollanta! As eres correspondido! T que has sido el vencedor de tantas naciones, t que tanto has servido. Ay, Ccusi-Ccoyllur! Esposa ma! Ahora te he perdido para siempre! Ya no existes para m! Ay, Princesa! Ay, paloma!... Ah, Cuzco! Hermoso pueblo! Desde hoy en adelante he de ser tu implacable enemigo: romper tu pecho sin piedad: rasgar en mil pedazos tu corazn y se los dar de comer a los cndores. A ese Inca, a ese tirano, lo derrocar. Alistar mis Antis a millares, les repartir mis armas y me vers estallar como la tempestad sobre la cima de Sacsa-Huamn. El fuego se levantar all y dormirs en la sangre! T, Inca, estars a mis pies, y vers entonces si tengo pocos Yuncas y si tu cuello alcanza. Todava me dirs: no te doy a mi hija? Sers tan arrojado para hablarme? Ya no he de ser tan insensato para pedrtela postrado a tus pies! Yo debo ser entonces el Inca, ya lo sabes todo; as ha de suceder muy pronto.

(Entra Piqui-Chaqui)

ESCENA 9

(Ollanta y Piqui-Chaqui)

OLLANTAVe, Piqui-Chaqui, y dile a Ccusi Ccoyllur que esta noche me aguarde.

PIQUI-CHAQUIFui ayer por la tarde y encontr su palacio abandonado. Pregunt y nadie me dio razn de ella. Todas las puertas estaban cerradas. Nadie moraba all, ni un solo perrito haba.

OLLANTAY sus domsticos?

PIQUI-CHAQUIHasta los ratones haban huido no hallando de comer; slo los bhos sentados all, dejaban or su canto lgubre...

OLLANTATal vez su padre se la ha llevado a esconderla en su palacio.

PIQUI-CHAQUIQuien sabe si la ha ahorcado y ha abandonado a la madre.

OLLANTANadie ha preguntado ayer por m?

PIQUI-CHAQUIComo cosa de mil hombres, te buscan para prenderte.

OLLANTASublevar entonces toda mi provincia: mi diestra demoler todo: mis pies y mis manos son mi macana; mi maza arrasar sin dejar nada.

PIQUI-CHAQUIS, yo tambin he de pisotear a ese hombre y aun le he de quemar.

OLLANTAQu hombre es ese?

PIQUI-CHAQUIHablo de Orcco-Huarancca. Slo l ha preguntado por ti.

OLLANTATal vez se dice que el Inca me manda buscar, pensando que est furioso.

PIQUI-CHAQUIOrcco-Huarancca, no el Inca: abomin a este hombrecillo.

OLLANTAQue ha desaparecido del Cuzco, mi corazn me anuncia y el bho me lo avisa.

PIQUI-CHAQUIDejaremos a Ccoyllur?

OLLANTACmo he de permitir que se pierda? Ay, Ccoyllur! Ay, paloma!

PIQUI-CHAQUIEscucha esta cancin. No hay quien la cante?

CANTOUna paloma he criadoque perd en un momento,busca en la comarca atentoy averigua donde est.Pues ella tiene por nombre.por su rostro tan graciosoCcoyllur, nombre armoniosoque dice con su beldad.

Su lozana frente igualaa la Luna en hermosura,cuando brilla en la tersurade la celestial reginy las dos resplandeciendocon singular bizarra;causando estn alegray hechizando el corazn.

Y sus cabellos reflejandel blanco y negro, coloresque ornan sus sienes cual flores,resaltando su esplendor.Y sus dos hermosas cejasen su rostro inmaculadoson el iris matizadode la maana al albor.

Y sus ojos son dos solesfijos en su faz radiante;su mirada penetrantehace llorar y gemir.Domina con sus pestaas;y aunque adorada y querida,dolor en mi pecho aniday aniquila mi existir.

En su rostro como nieveen Achancaray florece,y a la greda se parececuando en lo blanco se ve:y as como el encarnadoQue en el ptalo azulinose pusiera de un Lupinoresaltara tambin.

Hay de nieve cuentecitassueltas en su bella boca,que al mirarlas se sofocade alegra el corazn.Con el eco de su risadulce, tierna y deliciosa,toda la comarca gozacual de armnica cancin.

Y cual el cristal torneadoes su garganta divina,o cual nieve blanquecinacada de etrea regin:y de ao en ao su pechodesarrollndose crece,como en el prado fruteceel suavsimo algodn.

Cual carmbanos de nievesus dedos yo los perciboy al moverse, placer vivome dan, y ardiente emocin.

OLLANTAAy, Ccoyllur brillante estrella,de la zafrica altura!corresponde a tu hermosuraesta mi triste cancin?

Que huyan tus penas y angustiaspara que as ests contentay libre de la tormentaque el pesar hace sentir.

Si te he perdido, el juicioperder con amargura!Si te doy la sepulturatambin deber morir!

PIQUI-CHAQUI Tal vez han muerto a Ccoyllur; ya no brilla de noche.

OLLANTAPuede suceder que el Inca sepa que Ollanta est ausente, que todos le han abandonado y se han convertido en sus enemigos.

PIQUI-CHAQUITodos te quieren, porque eres generoso; con todo el mundo eres prdigo, pero conmigo mezquino.

OLLANTAPara qu quieres?

PIQUI-CHAQUIPara qu ha de ser? Para algo; para regalar vestidos, para parecer caudaloso y tambin para imponer.

OLLANTA S valiente; con eso, te tendrn miedo.

PIQUI-CHAQUINo tengo cara para ello, porque siempre me estoy riendo; siempre soy muy ocioso. S bizco que yo no lo ser. Qu pito viene sonando desde lejos?

OLLANTATal vez me buscan! Adelante!

PIQUI-CHAQUIAy!, me voy a cansar.

ACTO II

ESCENA 1

(Pachactec y Rumi-ahui)

PACHACTECHe mandado buscar a Ollanta. Ya no le encuentran. Mi furor me arrebata como un torrente. Has visto a ese hombre?

RUMI-AHUITe ha temido.

PACHACTECMarcha en su persecucin.

RUMI-AHUIDnde andar ya con tres das que est ausente de su casa? Quin lo habra guiado: por eso no aparece.

ESCENA 2

(Personajes anteriores y un Indio con un quipu)

INDIOAqu te traigo un quipu desde Urupampa. Me han mandado que venga muy de prisa. Ya te he visto.

PACHACTECQu negocios son esos?

INDIOEl quipu te avisar.

PACHACTECDestale, Rumi-ahui.

RUMI-AHUIHe aqu una varita que tiene atada la cabeza con una madeja de lana: se han rebelado tantos hombres como granos de maz ves aqu suspendidos.

PACHACTECY t qu has visto?

INDIOQue toda la nacin Anti se ha sublevado con Ollanta. Me han asegurado que ya se ve su cabeza con la borla roja o encarnada.

RUMI-AHUIEso tambin dice el quipu.

PACHACTECAntes que mi furor se calme, marcha valeroso, aunque tu ejrcito sucumba; pues no avanzarn mucho cincuenta mil hombres para levantar tu comarca. Parte pronto que el peligro amenaza.

RUMI-AHUlSaldr muy de maana; ya he ordenado que el ejrcito marche al Collao. Todo he de impedir, poniendo sitio al valle, para arrasar con esos traidores y traerlos vivos o muertos, sometiendo a ese hombrecillo; as no tengas cuidado.

ESCENA 3

(Orcco-Huarancca y Ollanta con su squito vienen de dos lados opuestos)

ORCCO-HUARANCCALa valiente nacin de Anti-Suyu ya te recibe y hasta las mujeres te aclaman. Has de ver ahora como todos los nobles y el ejrcito marcharn a Anta; as debemos salir en retirada. Que no llegue aquel da en que cada ao salgamos a aquellos remotos pueblos a derramar nuestra sangre, para cortar al Inca y a los suyos la provisin de vveres que han menester. Llevando poca coca todos los pueblos tendrn descanso. Es necesario buscar caminos arenosos y si las llamas se cansan andaremos a pie; aunque sea entre espinas y zarzas. Tambin necesitamos llevar agua consigo, y aunque sea aguardar la muerte.

OLLANTACapitanes! Escuchad las rdenes de Orcco-Huarancca que manda que descansis. Conservadlas en vuestra memoria, an cuando se cubra de luto todo Anti-Suyu. Tengo bastante coraje para hacer al Inca que desista este ao de acometer a Anti-Suyu. Entonces su ejrcito ha de sucumbir durante ese tiempo; ya sea por las fatigas, ya teniendo, en fin, sus campos incendiados en una marcha tan dilatada. Cunta gente habr de perecer! Cuntos nobles, encontrarn una muerte segura en una empresa tan aventurada! As se ha de portar Anti-Suyu en presencia de su Inca. A decir no; volar al momento para embarazar la salida. Descansad tranquilos en vuestros hogares, pues soy enemigo implacable.

TODOSQue viva para siempre nuestro Inca! Que tome la borla roja, para que le toque en suerte el hacernos felices! Elevadle al trono! Salve Inca! Salve Inca!

ANCCO-ALLIN-AUQUIRecibe en tus manos, Inca, la borla roja que la Comarca te ofrece. Cun grande es Huillcanota! Te proclama en toda su extensin! Que venga ya aquel da en que Ollanta sea nuestro Inca!

OLLANTAOrcco Huarancca, s noble, para que gobiernes a Anti-Suyu. Aqu tienes este yelmo y estas flechas, para que seas tambin valiente.

TODOSQue viva el valeroso Orcco Huarancca! Que viva!

OLLANTAAncco-Huallu, como eres el anciano ms noble y ms sabio, seris tambin ahora del linaje de Huillca-Uma. Ponme esas insignias para que pueda vencer a la misma muerte.

ANCCO-HUALLUTe las pongo, para que debas recordar tu valor, para que domines y te manifiestes siempre como hombre.

ORCCO-HUARANCCAMil veces venero, poderoso Inca, tus hechos!

ANCCO-ALLIN-AUQUIMira al varn esforzado, cubierto de armas desde la cabeza hasta los pies; por eso ha de ser valiente; por eso los enemigos jams han de ver su espalda, ni huir como el montas, ni ser humillado como la tierna grama.

ORCCO-HUARANCCAEscuchad, oh Antis! Escuchad lo que el Inca me amonesta! Soldados, estad sobre las armas! Porque el viejo Inca ha mandado desde el Cuzco, a las comarcas del imperio, para que los nobles se preparen al combate. Ha ordenado tambin que todo el Cuzco marche con direccin a este valle, a nuestros hogares, para exterminarnos; as lo ha decretado. Sin perder tiempo, ordenad que extiendan sobre aquellos cerros las galgas que sean necesarias; y para que no se permanezca en el ocio, embarrad ligeramente el cuartel y dejad una sola puerta hacia las montaas. Levantos en este momento, para moler todo el veneno que es menester para curar nuestras flechas e hiriendo con ellas, la muerte sea instantnea.

OLLANTATe he elegido, Orcco-Huarancca, el primero entre los nobles para disimular tu linaje; te he sealado para que ests en pie, pues nuestros enemigos no duermen. Les embarazars la entrada y los pondrs en derrota. Seremos cobardes?

ORCCO-HUARANCCAYa estn aqu treinta mil Antis: entre los cuales no se encuentra un cobarde ni un invlido. El capitn Marutu saldr con los Antis de Huillca-Pampa, hasta las orillas de la confluencia del Qqueru, donde estar emboscado con su ejrcito hasta que se le avise. El noble Chara ocultar igualmente su gente en la ribera opuesta hasta mi llamada. Diez mil Antis dormirn en los graneros de Chara, y tendremos en el valle de Pachar otras diez tribus. Aguardaremos que entren los cuzqueos sin tomar la iniciativa; cuando todos estn adentro, cerraremos la entrada y se verificar una inundacin. Al sonido de las bocinas, los cerros lanzarn peascos, las piedras caern como granizo, las galgas rodarn sepultando todo lo que encuentren a su paso. Este ha de ser su castigo. En cuanto a los fugitivos, los unos morirn en nuestras manos y los dems sucumbirn al veneno de nuestras flechas.

TODOSMuy bien! Muy bien!

ESCENA 4

(Rumi-ahui viene como fugitivo)

RUMI-AHUIAh, Rumi! Ah, Rumi-ahui! Qu infortunado eres! Has escapado de un peasco. Esto ha sido para m una cancin bien triste. No estuvo en tus manos rechazar a Ollanta emboscado en aquel valle? No has recordado que tiene un corazn insidioso para dominar todo? Por qu no han recurrido a estrategias para aniquilar su ejrcito? En l solo he encontrado un hombre que de cobarde se haga valiente. Hoy he muerto a millares de hombres, slo as he podido apenas librarme de gemir en sus manos. Haba pensado que ese hombrecillo sera un fanfarrn; por eso le busqu cara a cara y penetr en el valle, juzgando que con mi presencia huira; y estando ya a la entrada de su campamento, principiaron a caer y rebotar por todas partes los peascos, llevando consigo muchas galgas; ellas aplastan y sepultan todo mi ejrcito. Aqu y all matan, la sangre corre, inunda y se extiende por todo el valle. As ha sucedido, yo tambin estuve en medio de un hervidero de sangre, con quin me hubiera batido, si nadie sali, ni a nadie vi y los mos eran destrozados por las galgas? Con qu cara he de ir a presentarme al Inca? Estoy perdido! Dnde huir? Ahora mismo me ahorcara con mi propia honda; pero ella me sirva para cuando Ollanta caiga!

ESCENA 5

(La nia Ima-Smac y Pitu-Salla)

PITU-SALLAIma-Smac, no salgas demasiado a la puerta. No aguardes all porque las matronas se han de enfadar no obstante de ser tu nombre Ima-Smac muy querido; pues slo al orlo pronunciar se llenan de regocijo todas las escogidas. Cuando te encierres en aquel patio, mora all en medio de los goces. Nadie sale jams de aqu; por eso hallars toda especie de comodidades, ricos vestidos, oro y exquisitos manjares. Todas las escogidas de la sangre real te aman y llevan siempre en sus brazos. Todas, las maestras, sin excepcin, te acarician, ya besndote, ya mimndote. T eres la nica a quien distinguen y en cuyo rostro se fijan. Qu ms quieres, t que debas servir a las dems hermanas, que vivas en su sociedad? Tambin debes notar que toda la nobleza te venera, como si fueras de la sangre de las escogidas, y se recrean contigo, como si vieran al Sol y te conservan como a su linaje.

IMA-SMACMuchas veces eso no ms, eso no ms me dices. Pues yo ahora te dir la verdad. Abomino estos claustros, esta casa: maldigo todos los das mi existencia y mi inaccin. Aborrezco la sauda cara de las matronas, que es lo nico que miro desde el rincn de mi morada. Aqu no hay felicidad, slo lgrimas que llorar. Su voluntad sera que nadie habitara aqu; veo que ellas andan entre las risas y los goces, pues llevan en sus manos el colmo de la ventura. Quin sabe si estoy clausurada porque no tengo madre! Buena nodriza, como no hay que servir, me ir a recoger; porque anoche estuve vagando por todas partes, hasta que por fin entr al jardn y escuch un instante que permanec en l, los lamentos y gemidos de una voz que clamaba por la muerte. Mir a todas partes con los cabellos erizados; gritando de espanto, dije: Quin eres que clamas a todos y angustiada dices: Sol mo, scame de aqu!...? Busqu en derredor mo, a nadie hall: slo la paja silbaba en el prado; con ella me puse a llorar. Mi corazn rasgado quera salirse de mi pecho, an ahora que recuerdo, me lleno de espanto como si fuera a morir. Aqu Pitu-Salla, el mismo dolor anida y el llanto florece eternamente! Mira, adorada nodriza, no me digas que permanezca aqu, porque abomino mi condicin de escogida.

PITU-SALLAEntra, no sea que te vea alguna anciana.

IMA-SMACEsta morada es para m?

ESCENA 6

(Los personajes anteriores y Mama-Ccacca vestida de blanco)

MAMA-CCACCAHas comunicado mis rdenes a esa nia?

PITU-SALLAQu debo avisarle?

MAMA-CCACCAQu te he advertido?

PITU-SALLALlora sin consuelo y rehusa admitir el vestido del Aclla-Huasi.

MAMA-CCACCACmo, no la has reprendido?

PITU-SALLALe muestro la ropa, para que se despoje de la vieja que viste, recordndole que ya sali de la infancia y que no ha de ser escogida si la tristeza se apodera de ella, y que ha de permanecer en la condicin de sierva. Por qu ella recordar que es una hija sin padre y una criatura sin madre? He aqu un mal agero. Di su nombre, dilo; pues dentro de estas paredes todo queda sepultado como la nieve, y hasta el nombre se olvida. Ay, Ima-Smac! Ay, Ima-Smac! Qu calabozo te ocultar solitaria? He aqu una serpiente! Ve ac un len.

ESCENA 7

(Rumi-ahui y Piqui-Chaqui de dos lados opuestos; el ltimo como espa)

RUMI-AHUICmo as, Piqui-Chaqui, has venido para ac? Por ventura buscas la muerte, junto con el traidor Ollanta?

PlQUI-CHAQUIComo natural del Cuzco, he sido expulsado; me vuelvo sin demora a mi pueblo, porque no puedo habitar los valles.

RUMI-AHUIDime qu hace Ollanta?

PIQUI-CHAQUIOvilla un quipu.

RUMI-AHUIQu ovillo es ese?

PIQUI-CHAQUIReglame algo y te avisar,

RUMI-AHUIS, para golpearte un palo, y para ahorcarte tres.

PIQUI-CHAQUIOllanta... Ollanta...Ollanta... Esto... nada ms me acuerdo.

RUMI-AHUI .Cuidado, Piqui!

PIQUI-CHAQUIY Ollanta... levanta... Y Ollanta... construye una fortaleza de piedras colosales... Ata dos hombres enanos para que salga un gigante. Dime, por qu llevas esa ropa arrastrando como la gallina ingerida lleva sus alas? Mira que el barro mancha hasta lo negro.

RUMI-AHUINo ves al Cuzco hecho un mar de lgrimas? Pachactec est enterrado: todos estn de luto en medio del plaido universal.

PIQUI-CHAQUIQuin gobernar ahora despus de Pachactec?

RUMI-AHUITpac-Yupanqui ocupar el trono; aunque el Inca ha dejado muchos hijos, sin embargo de ser aquel el menor y haber todava otro mayor, todo el Cuzco le ha elegido, y el Inca le ha dejado el cetro y las armas. As, no podemos elegir otro.

PIQUI-CHAQUIHaba trado mi cama.

ESCENA 8

(Tpac Yupanqui con Rumi-ahui, Huillca-Uma y su squito)

TPAC-YUPANQUIEn este da oh, nobles! recibid y venerad al Sol. Todas las vrgenes que existan, llenas de jbilo que se presenten en este campo para alegrar 1a comarca entera. As os recuerden que debis orar con vuestro corazn.

HUILLCA-UMAAyer se levant el humo hasta la mansin del Sol, Pacha-Cmac est muy alegre: todo ha de ser propicio; slo una cosa ha inquietado al Inca, y es que despus del sacrificio de las aves y de las llamas, como todos han visto, abrimos una guila para observar su pecho y augurar por medio de su corazn: la encontramos vaca! As, pues, debemos conquistar pronto a Anti-Suyu sublevado; pues vaticino que ser sometido.

TPAC-YUPANQUIAquel valiente Anti-Suyu dej en libertad a esa guila y ella ha sido la perdicin de tanta gente.

RUMI-AHUIPoderoso Inca! T sabes ya todo lo que ha acontecido y cules han sido mis yerros; no obstante de ser una piedra te obedezco y como piedra he destrozado todo. Sal con una piedra y con ella he peleado, aunque aquellos dominaban la comarca. Solo una cosa te pido, y es que me permitan partir a la fortaleza, pues te prometo sacarte victorioso.

TPAC-YUPANQUIHe aqu lo que debes hacer para que recobres tu fama: no abandones a Anti-Suyu; de este modo te he de probar.

HUILLCA-UMADentro de pocos das vers a Anti-Suyu a tus pies; as lo he encontrado en los quipus. Vuela pronto, Rumi-ahui.

ESCENA 9

(Rumi-ahui fugitivo, baado en sangre y un indio Caari)

RUMI-AHUINo hay en esta comarca alguien que tenga compasin de m?

INDIOQuin eres, hombre? Avsame: quin te ha puesto en ese estado? De dnde vienes tan cruelmente herido?

RUMI-AHUIVe a avisar a tu Inca, que su favorecido le llama.

INDIOCmo te llamas?

RUMI-AHUITodava no te dir mi nombre

INDIOAgurdate all.

ESCENA 10

(Rumi-ahui y Ollanta)

RUMI-AHUIPoderoso Inca! Mil veces te adoro postrado a tus pies! Ten compasin de este desgraciado.

OLLANTAQuin eres? Dnde vas? De dnde has cado? Quin eres tan lastimosamente herido?

RUMI-AHUIMe conoces demasiado, yo soy Rumi; por eso he cado a tus pies. Inca, favorceme!

OLLANTAEres t, Rumi-ahui, el valiente de Anti-Suyu.

RUMI-AHUISoy ese Rumi, por eso he derramado sangre.

OLLANTALevntate, aqu tienes mi mano, quin te ha conducido a mi palacio y a mi presencia? Traedme ropa nueva, pues yo te amo. Por qu ests desamparado?

RUMI-AHUIEl nuevo monarca Tpac-Yupanqui, que ahora gobierna en el Cuzco es un tirano feroz. Vive en medio de regeldos de sangre: degella sin perdonar a nadie: sin saciar jams su corazn, como el Suncho rojo que todo devora y mata en medio del delirio. Yo soy el valeroso de Hanan-Suyu, como tal vez recuerdas. Conociendo esto, Tpac Yupanqui me llam a su territorio. En ese su depravado corazn piensa una cosa y manda otra... Mira que eres mi padre y mi madre; aqu me tienes en tu palacio!

OLLANTANo te aflijas, Rumi, en este instante te voy a curar y auxiliar. T tambin has de ser su cuchillo. En el da de sacrificar al Sol tendremos una gran fiesta en el Cuartel real, y entonces debemos marchar para arriba.

RUMI-AHUIQue la fiesta dure tres das aunque el regocijo sea limitado, pues para entonces he de estar aliviado. Te hablo con mi corazn.

OLLANTAConcedido; tres noches hemos de sacrificar al Gran Sol, y estaremos todos en medio del jbilo, para lo cual se cerrar el Cuartel real.

RUMI-AHUIQue se avise tambin a los domsticos para que dispongan de la noche y adems, deban llevar consigo a sus mujeres.

ACTO III

ESCENA 1

(Ima-Smac y Pitu-Salla vienen de dos lados opuestos)

IMA-SMACQuerida Pitu-Salla, dime: hasta cundo me ocultas aquel secreto? Mira que me ha partido el corazn, por no haberme avisado ayer, aunque con las lgrimas en mis ojos, lo que por desgracia ma deseo tal vez saber. Quin est all afligida? No me ocultes, paloma, quin es la que se lamenta y llora a cada instante dentro de aquel jardn. Por qu se le prohibe que me vea?

PITU-SALLAA nadie ms que a ti, Ima-Smac he de descubrir lo que t sola debes saber; mas ocltalo dentro de tu pecho como si fuera una roca; porque lo que vas a ver te ha de causar un profundo dolor y has de llorar sin consuelo.

IMA-SMACAun cuando todo me reveles, a nadie he de avisar; nada me ocultes que yo sabr sepultarlo en el fondo de mi corazn.

PITU-SALLACuando todas las matronas estn dormidas, agurdame cerca de una puerta de piedra que tiene aquel jardn.

ESCENA 2

(Los personajes anteriores. Pitu-Salla vuelve con una buja, una copa de agua y alimentos)

PITU-SALLAYa es hora, levntate y tapa esta luz. He aqu la Princesa a quien tu corazn busca cesa ya de palpitar?

IMA-SMACAy de m! qu dolor! Qu veo! He buscado por ventura un cadver? Me espanto de miedo! Has custodiado acaso un muerto?

PITU-SALLAQu me pasa! Ima-Smac! Palomita! vuelve en ti, en este instante!... Doncellas! Auxilio!... No temas, hermana, no es muerto quien llora, es una Princesa que en este lugar se lamenta.

IMA-SMAC Vive todava aquella mujer?.

PITU-SALLAAcrcate, auxliame, mira que todava vive. Alcnzame agua y aprieta bien la puerta Por qu no te alimentas, hermosa Princesa? Aqu tienes agua y comida; descansa un poco, que ahora regresar.

IMA-SMACQuin eres, hermosa paloma, que ests aqu prisionera?

PITU-SALLACome algo todava, no sea que te desmayes.

CCUSI-CCOYLLURHe visto entrar lo que ms he amado... despus de tantos aos vuelvo a ver a mi hija!

IMA-SMACAy, Princesa! Bella escogida! Hermoso pajarillo de oro! En qu has pecado, corazn? Por qu tan oprimida? Por qu tan angustiada? Deseas la muerte arrastrndote como un reptil?

CCUSI-CCOYLLURBella hija! Fruto adorado! Soy una mujer como la semilla del Panti arrojada al campo. Me cas con uno a quien am como a la nia de mis ojos, sin que el Inca supiera; pero l se volvi ingrato conmigo. A Ollanta, antes tan querido por el Inca, le expulsa, y despus enfurecido me mand ac prisionera. Ya hace muchos aos que vivo en este lugar, mira cmo estoy sin ver a nadie: en este calabozo no hay felicidad, aguardo en l diez veces la muerte, atada entre cadenas de hierro y olvidada de todos!... Mas, quin eres, corazn, tan nia y tan tierna?

IMA-SMACSiempre te he buscado, traspasada de dolor; y desde el instante que te sent en esta casa, lloraba, y mi corazn saltaba dentro de mi pecho, pues no tengo padre ni madre; ni a nadie conozco por tal.

CCUSI-CCOYLLURQu edad tienes?

IMA-SMACAcaso tengo muchos aos que abomino esta casa, y a no vivir en ella los hubiera contado.

PITU-SALLAComo cosa de diez aos, as calculo que tenga.

CCUSI-CCOYLLURAy, hija ma! Ay, palomita! Acrcate a mi pecho! T eres mi nica felicidad! Hija ma! Ven! Ven! Mi regocijo es sin lmites. S, yo te puse ese nombre.

IMA-SMACAy, madre ma, no me desampares! Te habr conocido slo para llorar? Me dejars en la orfandad? En quin me refugiar? A quin volver mis ojos? Quin me ha de proteger? Alcnzame tu mano, auxliame.

PITU-SALLANo grites: no! Para m ser el tormento. Camina: vmonos! Tal vez nos oigan las matronas.

IMA-SMACSufre un poco ms en esta crcel maldita. Qudate que yo te he de sacar de aqu. Pasa en ella algunos das. Ay, madre ma, me voy sin aliento y deseara un veneno para mi corazn!

ESCENA 3

(Tpac-Yupanqui y Huillca-Uma)

TPAC-YUPANQUIGrande y noble Huillca-Uma! Sabes algo de Rumi-ahui?

HUILLCA-UMASal ayer tarde hasta Huilcanota: encontr all muchos prisioneros, que eran todos de la nacin Anti, la cual se dice que ha sido vencida, sus campos talados y sus hogares incendiados.

TPAC-YUPANQUIHan tomado a Ollanta? Tal vez si ese hombre se ha escapado?

HUILLCA-UMAYa Ollanta ha sido vencido, destrozado y devorado por las llamas.

TPAC-YUPANQUINuestro padre el Sol nos ha favorecido, como que soy de su linaje. S, los hemos de rendir a nuestros pies; para eso estoy aqu.

ESCENA 4

(Los personajes anteriores y un indio Caari)

INDIORumi-ahui me ha mandado muy de prisa con este quipu.

TPAC-YUPANQUIVe, qu dice!

HUILLCA-UMAEn este quipu hay carbn!, que indica que ya Ollanta ha sido quemado. Estos tres... cinco quipus atados dicen que Anti-Suyu ha sido sometido, y que se encuentra en manos del Inca, esos tres... cinco, que todo se ha hecho con rigor.

TPAC-YUPANQUIY t que has estado all, qu cosa has hecho?

INDIOPoderoso Inca, hijo del Sol! Mira que soy el primero trayndote la noticia de que has triunfado, subyugado y derramado la sangre de esos traidores.

TPAC-YUPANQUICmo, no he amonestado con frecuencia que no se derrame la sangre de aquella gente, pues bien saben que la amo y la compadezco?

INDIOPadre mo! No, no se ha vertido la sangre de nuestros enemigos, que se corra esta noche a tomarlos.Lo que he visto, es que yo estuve all junto con todo mi ejrcito, durmiendo en la confluencia del Qqueru y escondido en Yanahuara. Como en este valle hay muchas selvas para celadas, permanec oculto en una casa por espacio de tres das con sus noches, soportando el hambre y las intemperies. Rumi-ahui vino a verme y me declar todo su plan. Que nosotros debamos venir de noche, luego que l regresase a su puesto, pues se iba a celebrar en el cuartel real una gran fiesta, y, cuando todos estuviesen entregados a le embriaguez, podamos cargar durante la noche con el ejrcito de los veteranos. Despus de haberme descubierto su estrategia, se regres y aguardamos aquella noche. Mientras tanto, Ollanta pasaba divirtindose en la celebracin de la fiesta del Sol, junto con los suyos, y el ejrcito entregado a la beodez por espacio de tres das.Nosotros les camos a media noche, y nuestro ejrcito entr por sorpresa, sin que el enemigo lo percibiera, y estall sobre l como la tempestad. De esta manera fue al punto sobrecogido de espanto, y cuando volvi en s, se encontr prisionero en nuestras manos: Rumi-ahui, se hallaba todava enfermo, aunque Orcco-Huarancca marchaba muy triste, sin embargo empuaba, con furia, la cadena. De este modo el Inca condujo a Ollanta, con su squito; Ancco-Allu con sus mujeres y como cerca de diez mil Antis prisioneros. Sus mujeres convertidas en un mar de lgrimas los seguan de cerca. Por esto, en verdad, has visto a Huilcanota entregada al llanto.

ESCENA 5

(Rumi-ahui viene victorioso, con la cabeza descubierta)

RUMI-AHUIPostrado a tus pies, poderoso Inca, te adoro mil veces! Escucha mis palabras, pues estoy bajo tu amparo.

TPAC-YUPANQUILevntate; aqu tienes mi mano: regocjate porque has salido bien en tu empresa: echaste tu red y has pescado.

RUMI-AHUIS, ese traidor con sus piedras ha muerto muchos nobles y un sinnmero de plebeyos: mas yo Rumi he sido para l un peasco; como Rumi he acabado con l y sus compaeros.

TPAC-YUPANQUISe ha derramado mucha sangre?

RUMI-AHUITodos aguardan en el campo perecer con terrible castigo. Cada cual se apresura en buscar la muerte; pero es menester separar a las mujeres que estn embarazadas, pues ellas bastan para la propagacin de la especie.

TPAC-YUPANQUIAs ha de ser infaliblemente. Que todos los nios y mendigos sean destruidos sin excepcin; an cuando todo el Cuzco sucumba con ellos. Conduce a mi presencia a esos traidores.

ESCENA 6

(Los personajes anteriores: Ollanta y Orcco-Huarancca cargados de cadenas con los ojos vendados)

TPAC-YUPANQUIQutales la venda. Dime: Dnde ests Ollanta? dnde Orcco-Huarancca? Ahora sin remedio seris ejecutados. Quin te ha metido en esto?

PIQUI-CHAQUISabes que entre los Yuncas hay muchos piques que producen lceras graves, que se curan con agua caliente; por esto, qutame a m tambin la vida.

TPAC-YUPANQUIAncco-Allu, respndeme: por qu te has perdido con Ollanta? Destale. No es cierto que el Inca te ha venerado como a un padre y no es cierto que en l has hallado cuanto has querido? Tu palabra ha imperado en su voluntad; cuanto has pedido se te ha concedido y an ms.Haba algo oculto para ti? Hablad, traidores! Respndeme, Ollanta! Responde, Orcco-Huarancca.

OLLANTAPadre mo, nada me preguntes!; nuestro crimen rebosa por todas partes.

TPAC-YUPANQUIVeamos la muerte que deban recibir! Di tu parecer, Huillca-Uma.

HUILLCA-UMAEl Sol me ha concedido un corazn muy benigno!

TPAC-YUPANQUIRumi!, habla entonces.

RUMI-AHUISiendo sta grande traicin, el castigo debe ser el ltimo suplicio. El Inca enrostra muchos crmenes a esta gente; as, que se les ate de uno en uno, ahora mismo, a cuatro estacas para que todos sus siervos pasen por encima de estos traidores; y que su ejrcito sea traspasado a flechazos, en castigo de su rebelda. De este modo se vengar con sangre la muerte de sus padres.

PIQUI-CHAQUIAs se ha de destruir la nacin Anti; que se haga tambin una hoguera para quemar su gente.

RUMI-AHUICalla!, si no te he de lanzar una piedra, pues ahora tengo corazn de piedra.

TPAC-YUPANQUIHabis odo que se ha mandado que muris en la estaca. Condcelos ac! Muerte a los traidores!

RUMI-AHUIArrastrad a esos traidores al lugar donde deben ser escarmentados! Estiradlos! Arrastrad, arrastradlos hecho pedazos!

TPAC-YUPANQUIPon en libertad a esos prisioneros! Qu se aparten de mi presencia! Habis contemplado de cerca la muerte! Ahora huid como el ciervo en el bosque! Ya que estis rendidos a mis plantas, mi corazn me dicta que sea generoso con vosotros y que os eleve, aunque sea un milln de veces ms. T, que has sido el valeroso gobernador de Anti-Suyu, sabrs que es mi voluntad que le contines mandando para que conserves siempre tu fama. Huillca-Uma, toma el yelmo y aquellas insignias y pnselas de nuevo a este desgraciado que se ha libertado de la muerte.

HUILLCA-UMAOllanta! Conoce desde hoy el poder de Tpac-Yupanqui; desde este instante aprende a obedecerle y amarle como a tu protector. Todo mi poder est en esas insignias, ahora te las cio y sabrs que son las armas del Inca.

OLLANTACon las lgrimas en mis ojos, protesto que te he amar y que he de ser tu humilde siervo. Quin ser igual a ti? Humillado a tus pies desatar tu calzado y desde ahora estoy cierto que todo mi poder depende de tu palabra.

TPAC-YUPANQUIVen ac, Orcco-Huarancca; Ollanta te hizo general y te dio ese yelmo, para que estuvieras contra m; sin embargo mi furor se ha aplacado; t quedars gobernando Anti-Suyu, para que salgas a la conquista de nuestro enemigo. Recibe este yelmo, para que te portes con valor; y ya que te he libertado de la muerte me contars en el nmero de los que te aman.

ORCCO-HUARANCCAPostrado a tus pies, poderoso Inca, te adoro mil veces; aunque extraviado, ahora te he de auxiliar!

HUILLCA-UMAEl poderoso Tpac-Yupanqui te hizo noble, concedindote ese yelmo y esas flechas; as pues sers valiente como el joven Tunqui.

RUMI-AHUIHabr entonces dos Incas en el belicoso Anti-Suyu?

TPAC-YUPANQUINo, Rumi, no habr dos: Orcco-Huarancca gobernar a Anti-Suyu, y Ollanta se quedar en el Cuzco, ocupando el. trono para que gobierne en vez del Inca, y as permanecer siempre aqu.

OLLANTAOh, Inca! Enalteces demasiado a este hombre que nada es! Vive mil aos! Qu has hallado en m?

TPAC-YUPANQUISaca, Huillca-Uma, la grande insignia real; ponle pronto la borla amarilla; dale el cetro y hele aqu representando al Inca. Ahora debo comunicarte mis rdenes: t, Ollanta, permanecers en mi lugar, pues yo marcho al Collao dentro de un mes; por eso lo he dispuesto as. Me ir lleno de complacencia, dejando a Ollanta sobre el trono.

OLLANTADeseo partir contigo a cualquier parte que sea, pues sabes muy bien que soy varn diligente; supuesto que soy tu siervo, sin duda alguna he de ser el primero que marche en tu compaa.

TPAC-YUPANQUICsate de una vez, con eso estars contento y descansars tranquilo. Escoge la que quieras.

OLLANTAOh noble! Soy casado; ms he sido desgraciado.

TPAC-YUPANQUITodava no conozco a tu esposa. Presntamela para venerarla. Nada me ocultes.

OLLANTAEn el Cuzco se ha perdido mi adorada paloma! En un solo da desapareci volando a otros lugares; la he buscado aqu y all, preguntando a todos, pero ella se perdi, como si la tierra se la hubiera tragado. Tal es mi situacin!

TPAC-YUPANQUINo te entristezcas Ollanta; aunque sea eso y mucho ms; cumple con mis rdenes sin retroceder. Huillca-Uma, haz lo que te he dicho.

HUILLCA-UMAPueblo! Sabed que Ollanta representa al Inca y que gobierna en su lugar. Salve, Inca Ollanta!

TPAC-YUPANQUIVosotros, acatadle!

RUMI-AHUITe felicito por tu ventura de que hagas las veces del noble Inca. Que todo Anti-Suyu, se regocije y la comarca entera te sea propicia.

MUCHAS VOCESAtrs! Atrs! Fuera esa nia!

IMA-SMACPor lo que ms amis, dejadme hablar, no me impidis; mirad que he de morir en este momento.

TPAC-YUPANQUIQuin llora afuera?

INDIOUna nia viene llorando y quiere hablar con el Inca.

TPAC-YUPANQUICondcela ac.

ESCENA 7

IMA-SMACCul de vosotros es el Inca, para arrojarme a sus pies?

HUILLCA-UMAEl es nuestro Inca, bella nia, por qu lloras?

IMA-SMACInca mo! t eres mi padre, perdona a tu hija. Favorceme, pues eres hijo del Sol. Mi madre habr muerto ya, presa de una crcel de granito. Un feroz enemigo la confin all para que muriera lentamente. Estar ya baada en su sangre.

TPAC-YUPANQUIQuin es aquel tirano? Ollanta! Ollanta! Levntate pronto! Ve eso!

OLLANTAVamos, nia llvame presto. Quin ha muerto a tu madre?

IMA-SMACT no vayas; el Inca que la vea pues l la conoce, mientras que t, no. Inca, levntate pronto; no sea que encuentre a mi madre muerta: ya me parece ver su cadver. S, obedceme.

HUILLCA-UMAPoderoso Inca! Hasta a ti te persiguen los tormentos, quin osar impedir que seas su libertador?

OLLANTADnde est tu madre cautiva?

IMA-SMACEn un rincn de aquella casa.

TPAC-YUPANQUIVamos! Vamos! Todos juntos; ya que hallndonos en medio de los placeres, esta nia ha venido a rasgar mi corazn.

IMA-SMACPadre mo! Aqu est mi madre. Aqu! Quin sabe si ya se encuentra muerta!

OLLANTAMe parece que te engaas: esta es la casa de las princesas.

IMA-SMACMi paloma padece en esta casa diez aos.

OLLANTAAbrid aquella puerta! El Inca viene!

ESCENA 8

(Pitu-Salla abre la puerta)

IMA-SMACHermana ma, Pitu-Salla! Todava vive mi madre? Entremos, que se abra esa puerta.

TPAC-YUPANQUIQu puerta hay aqu?

IMA-SMACPadre mo, esta es la puerta. Pitu-Salla, brela, que nuestro Inca est aqu.

MAMA-CCACCAEs una realidad o un sueo, que vea al Inca en estos lugares?

TPAC-YUPANQUIQu caverna es aquella en la roca? Qu mujer es sa? Qu significa todo esto? Es una cadena de hierro que la aprisiona? Qu tirano la ha cargado as? Dnde estaba el corazn del Inca? Haba engendrado por ventura a un reptil? Mama-Ccacca, ven ac. Quin es aquella que viene? He aqu que se ha transformado en un espectro esa desgraciada!

MAMA-CCACCATu padre lo ha ordenado, queriendo slo escarmentarla.

TPAC-YUPANQUISal de aqu, Mama Ccacca! Arrojad fuera a esa montaesa, a esa fiera y que nunca mis ojos la vuelvan a ver!

CCUSI-CCOYLLURDnde estoy? Quines son esos? Hija ma, Ima-Smac, ven ac, palomita! De dnde esa gente aqu?

IMA-SMACMadre ma, no temas, aqu est nuestro Inca, el poderoso Yupanqui viene: habla, no duermas.

TPAC-YUPANQUIMi corazn se desgarra al presenciar tanto infortunio. Descansa, y dime despus quin eres? Dime, cmo se llama tu madre?

IMA-SMACPadre mo! Piadoso noble! Manda todava que desaten a esa prisionera.

HUILLCA-UMAYo debo desatar y auxiliar a esta infeliz.

TPAC-YUPANQUICmo se llama tu madre?

IMA-SMACCcusi-Ccoyllur es su nombre.

TPAC-YUPANQUIMe parece que te equivocas. Ella est en la sepultura, donde tendr felicidad.

OLLANTAAy, poderoso Inca Yupanqui! Esta nia es hija de mi esposa.

TPAC-YUPANQUITodo me parece un sueo! Esta felicidad hallada! Esta mujer Ccusi-Ccoyllur es mi hermana?... Hermana ma! Ccusi-Ccoyllur, querida paloma, ven ac, abrzame y consulame para que pueda vivir!

CCUSI-CCOYLLURYa sabrs, hermano mo, los infinitos tormentos que padezco aqu, desde hace tantos aos. T eres, pues, quien me ha de libertar de la muerte.

TPAC-YUPANQUIQuin eres, mujer, que tanto te angustias? Quin te ha puesto aqu? Qu crimen te ha arrastrado? Muy bien hubieras podido perder el juicio. Tendr corazn para presenciar sufrimientos tan inexplicables? Debiera morir con esta mujer, como si fuera la madre que la dio a luz! Su rostro est marchito, su hermosa boca inconocible, se acab para siempre su beldad!

OLLANTACcusi-Ccoyllur, yo te perd primero, ms ahora vives! Y t eres su padre que le puedes quitar la vida; ms entonces arrncala a los dos juntos: no me dejes que sobreviva! Mi corazn est llagado! Ccusi-Ccoyllur! Dnde est tu risueo semblante? Dnde estn tus lindos ojos? Dnde tu belleza? Eres acaso una hija maldita?...

CCUSI-CCOYLLUROllanta! Ollanta! Un veneno abrasador ha sido la causa que nos haya separado por espacio de diez aos; ms ahora nos vuelve a unir, para que vivamos de nuevo! T has de contar tantos aos de goces y de pesares cuantos el poderoso Inca viva, y con esta nueva vida, tu existencia se ha de prolongar!

HUILLCA-UMAAlcnzame ropa nueva para vestir a nuestra princesa.

TPAC-YUPANQUIOllanta! He aqu a tu esposa; desde hoy venrala. Y t, Ima-Smac, ven a mi pecho: ven, hermosa paloma, a devanar esos ovillos. S, t eres la prole de Ccoyllur!

OLLANTAOh noble! T eres nuestro amparo! Tus manos apartan todo dolor! T eres nuestra sola y nica ventura.

TPAC-YUPANQUINo te aflijas; vive contento con tu dicha, pues ya posees a tu esposa y te has libertado de la muerte.

FIN