oraciones impersonales teoria

  • Upload
    maheri

  • View
    59

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Las oraciones impersonales

2423

Las oraciones impersonalesFalsas impersonales (impersonales semnticas) Verdaderas impersonales (impersonales sintcticas) - De verbo meteorolgico - Verbo hacer + fro, calor, tiempo... - Verbo haber impersonal - Impersonales con SE o Impersonales Reflejas

En sentido (demasiado) amplio, llamamos oracin impersonal a toda oracin carente de sujeto. En sentido estricto, slo son verdaderamente impersonales (o mejor an, sintcticamente impersonales) aquellas oraciones que adems de carecer de sujeto, no lo pueden tener en ningn caso. En consecuencia, hay que distinguir dos tipos bsicos:

Falsas impersonales (impersonales semnticas)No tienen sujeto pero lo pueden tener (=est omitido). Tienen un sujeto genrico (cualquiera), desconocido o que no interesa mencionar. Por ello es posible aadirlo en cuanto las condiciones sean distintas (que se trate de alguien concreto, conocido o a quien interesa mencionar):

Dicen que es mentira; Admiten a cualquiera; Hablan de ir a Barcelona; Llaman a la puerta; Me han dicho que vuelva maana.Como se ve, en todos estos casos es posible aadir un sujeto (p. ej. Elena y Pedro).

Verdaderas impersonales (impersonales sintcticas)Ni tienen sujeto ni lo pueden tener. Las causas de la impersonalidad son sintcticas (verbos que no subcategorizan no exigen sujeto o estructuras sintcticas en las que la posicin de sujeto est bloqueada por un cltico).

Tipos:

1. De verbo meteorolgico:Se trata de verbos como Llover, tronar, granizar; amanecer..., tambin llamados unipersonales o terciopersonales. La presencia del sujeto convierte a estas oraciones en agramaticales salvo en usos metafricos:

Uso normalAgramaticalAceptable en uso metafrico

Llueve mucho*Pedro llueveLlueven chuzos de puntaSujeto

Truena a lo lejos*Yo trueno?Enrique tron insultos irrepetibles

Amaneci lloviendo*Elena amanece muchoAmanecimos en Pars

2. En lenguas que no admiten la ausencia de un sujeto lxico, aparece un pronombre personal vaco de significado (expletivo): it rains, il pleut.3. Verbo hacer + fro, calor, tiempo...

El verbo hacer puede combinarse con SSNN con significado de tiempo atmosfrico o cronolgico (hace calor; hace diez aos). Estos SSNN desempean la funcin de CD, no de sujeto, quedando necesariamente vaca la posicin de ste:

Hace bastante fro; haca mucho calor; hace varios aos que no la veo. (bastante fro, mucho calor, varios aos... son CD: lo hace, los hace)

En las lenguas mencionadas, aparece tambin un sujeto expletivo: il fait chaud/ it is hot

4. Verbo haber impersonal:

El verbo haber, que conservaba en espaol medieval los valores latinos de tener y existir, se utiliza hoy en da en el habla cotidiana como auxiliar (hemos llegado) o en un sentido locativo/existencial que podramos parafrasear como all existe(n) / est(n). Este verbo qued limitado a sus formas de tercera persona de singular y convertido en impersonal. Por eso es imposible decir *han-y / *hayn / *han dos libros en la mesa.

Para entender, pues, por qu no es correcto decir *haban varios problemas / *hubieron muchos clientes basta con entender que el verbo haber slo tiene formas de tercera persona de singular y que lo que viene detrs no es el sujeto, sino el CD:

Hay dos coches en la acera; haba muchos policas en la puerta.(dos coches, muchos policas son CD: los hay, los haba)

5. Impersonales con SE o Impersonales Reflejas:

Cualquier verbo puede (al menos tericamente) aparecer en una estructura (oracin) impersonal cuando la posicin de sujeto est ocupada por el pronombre personal cltico se:

Se est bien aqu; En Alemania se come demasiada carne; Ahora se tarda muy poco de aqu al centro. Como se discute en el captulo de los tipos de se, cuando la oracin cuenta con un verbo transitivo, es prcticamente imposible discernir si se trata verdaderamente de una impersonal o de una pasiva refleja:

Aqu se come mucho queso tierno / Aqu se comen muchos quesos diferentesEn el primer caso, mucho queso tierno podra interpretarse como CD (lo cual resulta muy dudoso: ?Aqu se lo come) o como sujeto. La prueba de que ms bien sea un sujeto la da el hecho de que, si ponemos el verbo en plural, mucho queso tierno pasa necesariamente a ser muchos quesos tiernos.

SE LE y SE LES en oraciones impersonalesRestricciones de coaparicin de clticos con se impersonal

Oraciones pasivas reflejas y oraciones impersonales con se

En la oracin pasiva reflejase venden librosest claro que se no puede ser sujeto de la oracin; basta comprobar la imposibilidad de la conmutacinse los venden [= ellos les venden libros a ellos]que no conserva el mismo sentido, as como la necesidad de poner el verbo en singular cuando libros va en singularse vende libro,para demostrar que libros es el sujeto.Con sustantivos personales o personalizados no se puede formar la pasiva refleja, slo admiten la forma impersonal:

Se espera al delegado.Se espera a los delegados.Como se ve, al pluralizar el objeto, el verbo sigue en singular. Sin la marca de acusativo personal, la oracin

Se esperan los delegadossera ambigua: los delegados esperan (un momento) / los delegados son esperados.La pasiva refleja se aplicaba, desde un principio, preferentemente a las cosas por el riesgo que haba de que en la referencia a personas se confundiese el sentido pasivo con el reflexivo o recproco.Se venden libros.Se informan los embajadores.Se mataban los cristianos.Para las personas se prefera la pasiva con ser y participio:Los embajadores son informados.Con el tiempo se procur aclarar la ambigedad de estas oraciones, anteponiendo la preposicin a al nombre del objeto que padece la accin:

Fue recibido con grandes juegos, como se suelen recibir a los reyes. Si se elimina la preposicin: como se suelen recibir los reyes, el sustantivo reyes aparecera como agente. Para hacerlo paciente se le agreg la preposicin a tpica del dativo y del acusativo personal.En singular, la nueva construccin no ofreca dificultad pues era la tpica construccin impersonal empleada ya desde antiguo. Pero en plural no se poda seguir concordando el verbo con el complemento, de modo que frases comoFue recibido con grandes juegos, como se suelen recibir a los reyes.ya no resultaban correctas.

Fue el otro camino acudir a la semejanza de locuciones al tenor de se dice, se manda, se ruega, se hace agravio u ofensa, las cuales, teniendo sujeto gramatical, son ideolgicamente impersonales, y llevan su complemento en dativo con a: se dice, se manda, se ruega a los nios que vengan; se hizo agravio a los vecinos; y reproduciendo el nombre, se le dijo, se les ruega. Por eso desde que aparecen con pronombre las frases verdaderamente impersonales, llevan le y les. Del pronombre femenino no tengo ejemplos tan antiguos; pero aunque el uso ms general en Espaa es poner en estas frases la y las, no son raros le y les, lo cual arguye preferencia por el dativo. [Cuervo, 1874: Nota 106, comentario a los 791-5 de la Gramtica de Bello]

Teniendo en cuenta que el dativo se aparece siempre seguido de la forma de acusativo de tercera persona [se lo(s), se la(s)], tal vez por esa razn el se impersonal es reacio a juntarse con esas mismas formas, a fin de evitar as la consiguiente ambigedad. CompreseSe lo busca < Se busca profesor de ingls. /Se lo busca < Le busca profesor de ingls.

Cabe tambin la interpretacin reflexiva:Se lo busca para s.Esto explica tal vez la tendencia, incluso entre hablantes no lestas, a sustituir la forma de acusativo con se impersonal, por le(s), sobre todo cuando ser refiere a personas. As,Se le busca.Se les ve pasear.Se le teme.

Con todo, especialmente en el espaol actual, no es infrecuente el uso de las formas de acusativo en este caso:Se la quiere mucho aqu.Se los vio pasear. [Porto Dapena, 1986: 35]

Bello (1847; 791 d), al igual que Cuervo (n. 106), defienden el uso de clticos que son dativos tanto en la forma como en la funcin en estas construcciones, que relacionan con la asociacin del elemento se con el caso acusativo.

La mayora de los gramticos, sin embargo, defienden la posicin de que, aunque dativo de forma, le(s) en las construcciones con se es un pronombre acusativo en su funcin, tanto cuando tiene referente femenino como cuando tiene referente masculino (vanse RAE 1931, Santiago 1945, Fernndez Lagunilla 1975 y Gili Gaya 1943). [Mendikoetxea, 1999: 26.4.2.1, Anm. 63]

El paradigma pronominal en las oraciones impersonales con se muestra numerosas vacilaciones en el uso de los pronombres en diferentes regiones de habla hispana. Ya no se emplea siempre solamente se le / se les; van apareciendo variantes se la / se las / se lo / se los, que se deben, sin duda, a haberse percatado los hablantes del carcter de objeto directo del sintagma nominal que acompaa a la oracin impersonal con se y haberle asignado el caso que le correspondera en la oracin activa correspondiente: el acusativo [Fernndez-Ordez, 1999: 21.2.1.6].

El paradigma se encuentra en un perodo de evolucin que lo va acercando al paradigma de las oraciones transitivas con sujetos explcitos.

Pronombres clticos en oraciones impersonales con se

Dado el carcter de objeto (directo o indirecto) gramatical del sintagma nominal en las oraciones impersonales con se con verbos (di)transitivos, es de esperar que sea posible reemplazar ese sintagma nominal por un pronombre cltico con la misma funcin (acusativo o dativo). La presencia de pronombres clticos de 1.a y 2.a persona, para los que el paradigma no distingue entre pronombres dativos y acusativos, no plantea ningn tipo de problema. [...] En cuanto a la 3.a persona, la frmula se {le(s)/la(s)/lo(s)} ha atrado la atencin de las gramticas, desde Bello hasta nuestros das. No es nuestra intencin debatir el contenido de las numerosas propuestas que se han hecho y, mucho menos, condenar ciertas frmulas de uso; nuestro estudio se limita nicamente a la descripcin del uso de pronombres clticos en oraciones con se, que demostrar que nos encontramos ante un proceso gramatical en evolucin con estructuras de uso poco fijadas. Se observa, sin embargo, que la tendencia es hacia la 'normalizacin' del paradigma equiparando las construcciones con se a las construcciones transitivas con sujeto explcito. (Mendikoetxea 1999: 24.4.2)

La frmula histrica original para oraciones transitivas con se es la estructura con le(s), independientemente del gnero gramatical del objeto, frmula que se mantiene invariable hasta el siglo XVIII. En el siglo XVIII empieza a extenderse el uso de se la(s) para los sintagmas nominales femeninos y, con menos frecuencia, se los para los masculinos, pero no se documentan ejemplos con se lo. El siguiente cuadro muestra la situacin que, desde el siglo XVIII, ha permanecido ms o menos estable hasta muy recientemente:

Se + pronombres clticos de 3a persona

Habla peninsular

singularplural

masculinofemeninomasculinofemenino

Invariable hasta s. XVIII ->se lese les

A partir del siglo XVIII ->*se lose la?se losse las

El cuadro es representativo del habla peninsular: se la(s) se usa muy frecuentemente para acusativos femeninos de persona, en lugar de la frmula originaria con le(s), mientras que es menos comn el uso de los pronombres acusativos masculinos, especialmente en el caso de lo, que, hasta muy recientemente, ha estado excluido de la frmula.

Cuando el pronombre personal de tercera persona en funcin de complemento directo concurre con se en oraciones de sentido impersonal, hay duda entre usar le, les para masculino y femenino:SE LES castigarellos sern castigados o ellas sern castigadas o bien le o lo, los para masculino: SE LOS castigarellos sern castigadosy la, las para femenino: SE LAS castigar ellas sern castigadas; o bien le, les para masculino: SE LES puede sacar a flote [a ellos], y la, las para femenino:Segn el punto de donde SE LAS mira.Aunque es cuestin mal dilucidada por los gramticos, el hecho es que en la lengua general de hoy, en Espaa, se prefiere la tercera y ltima opcin de las mencionadas (masculino: se le, se les; femenino: se la, se las); en Amrica, la segunda (masculino: se lo, se los, femenino: se la, se las). [Seco: 1998: 180, 6].

Se + pronombres clticos de 3a persona

singularplural

masculinofemeninomasculinofemenino

Frmula hasta s. XVIII ->se lese les

Espaa y de Mxico a Venezuela ->se lese la

se lesse las

Per y los pases del Cono Sur ->se lo

se los

En las reas distinguidoras peninsulares, Canarias y la mayor parte de Amrica (Mxico, Amrica Central, el Caribe, Colombia y Venezuela), slo de forma espordica y aislada registramos secuencias de se lo / se los. La secuencia se la / se las, sin embargo, parece haber alcanzado una popularidad mucho mayor en algunas reas distinguidoras de la pennsula. Estas apariciones de se impersonal seguido de lo / la se deben, sin duda, a haberse percatado del carcter de objeto directo del sintagma nominal que acompaa a la oracin impersonal con se y haberle asignado el caso que le correspondera en la oracin activa correspondiente: el acusativo.Esta reinterpretacin, de alcance limitado en la Pennsula, ha conseguido generalizarse en un rea distinguidora del mundo hispanohablante: Per y los pases del cono sur, Argentina, Chile y Uruguay, hasta el punto de que las secuencias se le / se les han sido desterradas de las oraciones impersonales en el habla de esos pases como enunciados lestas. [...] La completa transitivacin de la construccin conduce a que desaparezcan las restricciones de pronominalizacin derivadas del carcter animado o inanimado del objeto.Esta transitivizacin de una construccin originalmente intransitiva, debe ponerse en relacin con la extensin del acusativo en el Per no-bilinge, Argentina, Chile y Uruguay a contextos reservados al dativo todava hoy en la mayor parte del mundo hispanohablante, como los que hemos sealado del objeto de los verbos de afeccin, del sujeto de las clusulas de infinitivo o del objeto de verbos como ayudar. [Fernndez-Ordez, 1999: 21.2.1.6]

A pesar de las numerosas vacilaciones en el uso de los pronombres, el paradigma pronominal en las oraciones impersonales con se se encuentra en un perodo de evolucin que lo va acercando al paradigma de las oraciones transitivas con sujetos explcitos:

Formas de la 3 persona: forms tonas / clticos

Funcin: objeto indirecto y directo

casodativoacusativo

gneromasculino/femeninomasculino / neutrofemenino

singluarlele/lola

plurallesloslas

Lo que no es aceptable es la presencia de un pronombre cltico acusativo conjuntamente con un cltico dativo en una oracin con se:*Los premios a m se me los dio,aunque quiz aqu habra que establecer una nueva diferencia entre el espaol peninsular y el espaol de Amrica, si se constata que construcciones como A m se me lo permiti,se encuentran de forma generalizada en el espaol de Amrica. En cualquier caso, estas construcciones estaran restringidas a contextos en los que el cltico dativo es de primera o segunda persona, ya que las construcciones con la tercera persona son totalmente inaceptables en el espaol actual:*A Pedro se le lo permiti. [Mendikoetxea, 1999: 26.4.3]

Restricciones de coaparicin entreel se impersonal y los clticos de acusativo

La generalizacin bsica es que el cltico impersonal se no puede ir seguido del acusativo masculino singular lo y en algunos dialectos tampoco del plural. Son, sin embargo, aceptables en todos los dialectos las secuencias con el acusativo femenino:*He perdido mi monedero y ruego que se lo busque.*Coches como esos ya no se los encuentra.La estrategia a la que se recurre en estos casos es sustituir la forma lo(s) por la correspondiente dativa le(s). Lo interesante de este fenmeno es que se da tambin en dialectos no lestas:No se le siente andar.Se le ve sacar con mano temblorosa un cheque.Es importante observar que esta incompatibilidad no tiene que ver con la propia secuencia se lo, que es, naturalmente, permitida como tal, sino con la impersonalidad de la oracin, materializada en el primero de los clticos. (Fernndez Soriano, 1999, 19.5.7.3)No se puede hablar de lesmo cuando una oracin impersonal transitiva con se emplea le(s) para referirse a su objeto directo. Esta es la solucin que exigan originariamente estas oraciones, con independencia del gnero del objeto. Aunque las posibilidades de pronominalizacin del objeto son mayores si este es animado, tambin es posible, aunque muchsimo menos frecuente, si es inanimado:A Juan se le aprecin desde el momento que ...A mis sobrinas se les conoce slo cuando se las trata.Las rosas son muy delicadas. Slo florecen si se les riega bastante.Ese contraste se deriva del tipo de objetos que exigen ser introducidos por la preposicin a en espaol. [Fernndez-Ordez, 1999: 1336-1337]

La secuencia se {le(s)/lo(s)/la(s)} con referencia a persona

La frmula se {le(s)/lo(s)/la(s)} ha atrado la atencin de las gramticas desde Bello. Nos encontramos ante un proceso gramatical en evolucin con estructuras de uso poco fijadas. Se observa, sin embargo, que la tendencia es hacia la 'normalizacin' del paradigma, equiparando las construcciones impersonales con se a las construcciones transitivas con sujeto explcito.Con pronombres clticos de 3a persona es muy frecuente la frmula se le(s), con un cltico dativo, en aquellas construcciones en las que la estructura transitiva con sujeto explcito utiliza un cltico acusativo (la(s) o lo(s)). As, para una oracin como Se adora a los nios.es de uso muy frecuente, especialmente en el habla peninsular, el empleo del dativo les en la oracin con se, como enSe les adora (a los nios)(en vez del correspondiente acusativo los), incluso entre hablantes no lestas; mientras que la correspondiente oracin con sujeto explcito lleva un pronombre acusativo (excepto entre hablantes lestas):Carlos los adora (a los nios)La diacrona muestra que la frmula histrica original para oraciones transitivas con se es la estructura con le(s), independientemente del gnero gramatical del objeto, frmula que se mantiene invariable hasta el siglo XVIII. Es en el siglo XVIII cuando empieza a extenderse el uso de se la(s) para los sintagmas nominales femeninos y, con menos frecuencia, se los para los masculinos, aunque no se documentan ejemplos con se lo. El siguiente cuadro muestra la situacin que, desde el siglo XVIII, ha permanecido ms o menos estable hasta muy recientemente:

Se + pronombres clticos de 3a persona

FemeninoMasculino

singularpluralsingularplural

se lase las*se lo?se los

se lese lesse lese les

El cuadro es representativo del habla peninsular, en el que se la(s) se usa muy frecuentemente para acusativos femeninos de persona, en lugar de la frmula originaria con le(s), mientras que es menos comn el uso de los pronombres acusativos masculinos, especialmente en el caso de lo, que, hasta muy recientemente, ha estado excluido de la frmula. Las oraciones siguientes reflejan el paradigma del cuadro para referentes femeninosDespus de su muerte, a la directora se {la/le} recordaba con cario.A las madres se {las/les} quiere por encima de todo.Las siguientes oraciones reflejan el paradigma para los referentes masculinos:Al cumpable se {*lo/le} busc por varios pases.A los polticos se {?los/les} critica por su hipocresa.El cuadro anterior equipara las construcciones con se a las correspondientes oraciones transitivas con sujeto explcito; en la Pennsula, y principalmente en el espaol de Castilla, se reproduce en el sistema pronominal el esquema de los demostrativos: la(s) para los acusativos femeninos, al igual que esta(s); le(s) para los acusativos masculinos de persona (al igual que este); y lo(s) como forma neutra y para los acusativos masculinos de cosa (al igual que esto(s)). La ausencia de lo(s) es explicara porque la frmula aparece en construcciones impersonales con se con verbos cuyo objeto gramatical va introducido por a, lo que implica que es, principalmente, de persona, y de ah que la frmula extendida sea la que destina le(s) para los acusativos de persona. La ausencia de lo est relacionada con la extensin del fenmeno del lesmo, y con la ambigedad que esta construccin podra plantear: Se lo compr podra interpretarse como una oracin con sujeto explcito (l se lo compr) o como una oracin con se (Alguien lo compr). [...]Parece lgico que el uso de se lo(s) est ms extendido en el espaol de Amrica, en consonancia con la situacin que se da en ese continente para las oraciones transitivas con sujetos explcitos aunque, al igual que en Espaa, sea se le(s) la frmula comnmente empleada. En cuanto a los pronombres acusativos femeninos de persona, la frmula ms extendida en Espaa parece ser se la(s), que, sin embargo, alterna con la original se le(s); en el espaol de Amrica la frmula se le(s) aparece frecuentemente para designar referentes femeninos.En general, el proceso que afecta a la frmula podra deberse a la tendencia hacia una adecuacin del paradigma pronominal en las construcciones impersonales al paradigma que se observa en las correspondientes oraciones transitivas con sujeto explcito. Si esto es as, no debieran sorprendernos las vacilaciones que se observan en cuanto al uso de le(s), lo(s) y la(s). La explicacin a lo que ocurre en las oraciones con se pasa, pues, por un estudio detallado del fenmeno del lasmo, losmo y lesmo en espaol. [Mendikoetxea 1999: 26.4.2.1]

La secuencia se {le(s)/lo(s)/la(s)} con referente de cosa

Este intento de adecuacin del paradigma pronominal en las oraciones con se al paradigma pronominal en las oraciones con sujeto explcito parece estar tambin en la base de la extensin de la frmula se lo(s) y se la(s) para referentes de cosa. En los ejemplos ms antiguos del siglo XVIII, se usa les para referentes no personales tanto masculinos como femeninos de cosa. [...]

La construccin original con se le(s) se mantiene sobre todo para los referentes masculinos. Recientemente, sin embargo, y en consonancia con la situacin que se da para los pronombres con referente de persona, se ha empezado a usar se la(s) / lo(s). [...]

Es frecuente en el espaol de Amrica encontrar se le(s) con referencia a un objeto de cosa femenino:

Esa nocin no ser aclarada completamente mientras no se le estudie en estos dos aspectos.La presencia de se le(s) tendra su explicacin en este tipo de lesmo que muestran las oraciones transitivas con sujeto explcito (y que se observa tambin con objeto de persona). En Espaa, donde la sustitucin de les por las en este tipo de oraciones transitivas es muy poco frecuente, se usa la(s) tambin en la oracin impersonal.

Parece, pues, cierto que nos encontramos ante un proceso en marcha, que subsanara los huecos en el paradigma pronominal que mostrbamos ms arriba, estableciendo un paralelismo total entre las oraciones transitivas con sujeto explcito y las oraciones impersonales con se, tanto para los objetos de persona como para los objetos de cosa. Mientras que para los objetos de persona el proceso se halla bastante avanzado, para los de cosa podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la construccin pasiva sigue primando sobre la impersonal; sigue siendo mucho ms frecuente

El pescado se freque

El pescado se lo freal igual que es mucho ms frecuente

Los problemas se descubren siempreque

Los problemas se los descubre siempre.En todo caso, los datos estn ah, y cabe suponer que estamos asistiendo a un proceso de extensin de la construccin impersonal con pronombres clticos, proceso que aparece de forma mucho ms avanzado en otras lenguas romnicas como el italiano. [Mendikoetxea, 1999: 26.4.2.2]

Clticos dativos con verbos ditransitivos en oraciones con se

Los verbos ditransitivos tienen dos complementos de objeto: uno directo y otro indirecto.

Frente a las limitaciones de pronominalizacin de los objetos directos de las oraciones impersonales con se, es obligada la pronominalizacin de los objetos indirectos (siempre que sea categrica en la oracin activa correspondiente:A los participantes se les entregaron las acreditaciones correspondientes.*A los participantes se entregaron las acreditaciones correspondientes.Con ese sombrero, a Mara no se le ven los ojos.*Con ese sombrero a Mara no se ven los ojos.A esa casa se le han limpiado las ventanas.*A esa casa se han limpiado las ventanas.A cada nio se le dieron varios caramelos.*A cada nio se dieron varios caramelos.Las oraciones ditransitivas con un complemento indirecto argumental [origen, meta: dar, comunicar, traer, destinar, etc.] admiten ms fcilmente la no-concordancia del verbo con el objeto nocional:A los participantes se les entregaron las acreditaciones correspondientes. /A los participantes se les entreg las acreditaciones correspondientes.A cada nio se le dieron varios caramelos. / A cada nio se le dio varios caramelos.Aquellas cuyo complemento indirecto no es argumental [generalmente benefactivos] exigen la construccin concordada:Con ese sombrero, a Mara no se le ven los ojos.*Con ese sombrero, a Mara no se le ve los ojos.A esa casa se le han limpiado las ventanas.*A esa casa se le ha limpiado las ventanas.

[Fernndez-Ordez, 1999: 21.2.1.6]

Para Mendikoetxea (1999: 26.4.2.3): La presencia del cltico dativo podra contribuir a la impersonalizacin de esta construccin, es decir a que se perciba el objeto nocional como objeto gramatical acusativo.

Algunos autores observan la preferencia por la no concordancia en construcciones ditransitivas.

Las oraciones impersonales con se le / se les

Interpretacin de Andrs Bello (1847)

El verbo de construccin impersonal puede llevar su acostumbrado rgimen:Se pelea por el caballo.Se vive con zozobra.Se trata de un asunto de importancia.Pero aqu se ofrece una duda: el complemento acusativo subsiste tal en la construccin impersonal cuasi-refleja, o vara de naturaleza? Cuando decimos,Se admira a los grandes hombres;Se coloc a las damas en un magnfico estrado,debemos mirar estos complementos a los grandes hombres, a las damas como verdaderos acusativos? Yo me inclino a creer que no: lo primero, por la modificacin de significado que esta construccin produce en el verbo: se admira es se siente admiracin; se coloca es se da colocacin; se alaba es se dan alabanzas; sentido que parece pedir ms bien un dativo. Lo segundo, porque si el complemento tiene por trmino el demostrativo l, no le damos otras formas que las del dativo:Se les admira (a los grandes hombres), no se los admira.Es prctica modernista y que choca mucho, se los admira. Ha nacido de asimilar nuestra locucin a la francesa on les admire, que es esencialmente diversa. Se les ahorca, dice Salv en el prlogo de su diccionario de la lengua castellana, sin embargo de que este autor mira a los como la terminacin propia del acusativo masculino de plural de l.Lo tercero, porque si el complemento lleva por trmino un nombre indeclinable, es de toda necesidad ponerle la preposicin a, que en el dativo de estos nombres no se puede nunca omitirse, como puede en el acusativo: as, o decimos:Se desobedece a los preceptos de la ley divina,en construccin impersonal, oSe desobedecen los preceptos,en construccin regular, haciendo a los preceptos sujeto; pero no podemos decir:Se desobedece los preceptos.Contra esto puede alegarse que el verbo en la construccin impersonal pide las formas femeninas la, las:Se la trata con distincin.Se las coloc en los mejores asientos.Pero esta razn no es decisiva, porque la y las son formas que se emplean frecuentemente como dativos. De manera que la regla es emplear en la construccin impersonal como dativo el que en la construccin regular es acusativo; pero con la especialidad de preferirse la y las a le y les en el gnero femenino. No caltan en la construccin impersonal de que se trata, ejemplos autorizados de le, les femeninos:No bastar desagraviar la propiedad con la libertad de los cerramientos, si no se le reintegra de otras usurpaciones. (Jovellanos). Pero no insistimos en ellos porque son raros y pudieran atribuirse a yerros de imprenta. El mismo Jovellanos ha dicho:Dnde podra la nobleza hallar um empleo digno de sus altas ideas, sino en las carreras que conducen a la reputacin y a la gloria? As se la ve correr ansiosamente a ellas.Si el trmino del complemento es de persona, se prefiere la construccin anmala cuasi-refleja, convirtiendo el acusativo en dativo:Se invoca a los santos.Se honra a los valientes.Se nos calumnia.Se les lisonjea.Pero si el trmino es de cosa, la construccin que ordinariamente se emplea es la regular cuasi-refleja:Se olvidan los beneficios.Se fertilizan los campos con el riego.Si dijramosSe olvida a los beneficios;Se fertiliza a los campos,seran personificaciones dursimas; pero lo ms intolerable sera:Se olvida los beneficios;Se fertiliza los campos.Sin embargo, cuando el complemento de cosa tiene por trmino el reproductivo l, es admisible en ciertos casos la construccin anmala:Si en la fbula cmica se amontonan muchos episodios, o no se la reduce a una accin nica, la atencin se distrae (Moratn);mejor que o no se reduce; porque no se nos presentara espontneamente el sujeto tcito de reduce, y sera menester cierto esfuerzo de atencin para encontrarle en el trmino de un complemento de la proposicin anterior; cosa que debe en cuanto es posible evitarse, porque perjudica a la claridad:Unas veces se ama la esclavitud, y otras se la aborrece como insoportable (Olive):aqu no hay la misma razn, y hubiera sido mejor se aborrece.Resulta de lo dicho que la proposicin irregular [= impersonal] es unas veces intransitiva (llueve, relampaguea, psame de su desgracia, cantan en la casa vecina), o transitiva con acusativo oblicuo (tres siglos hace que fue fundada la ciudad de Santiago, llueve piedras, hubo fiestas); y otras veces cuasi-refleja (se canta, se les recibi con distincin, se les admira).Construcciones parecidas a se les lisonjea, se les admira, no s si se encuentran en escritores castellanos anteriores al siglo XVIII. De entonces ac se han ido frecuentando ms y ms: en el reinado de Carlos III eran comparativamente raras; hoy se emplean a cada paso, y muchas veces sein necesidad. Al contrario, la construccin pasiva de participio adjetivo era de mucho ms uso en tiempo de Cervantes que ahora. Aqu noteremos que en algunos pases de Amrica se adulteran estas construcciones del modo ms absurdo, concertando al verbo con el trmino de su complemento:*Se azotaron a los delincuentes.Se admiran, aplicado a personas, no querra decir que stas son admiradas, sino que se admiran a s mismas, o se admiran unas a otras, o que se produce en ellas el sentimiento de admiracin. Este tercer sentido es el ms obvio, y para que tuviese cabida el primero o segundo, sera menester, casi siempre, aadir alguna modificacin a la frase: a s mismas, unas a otras, mutuamente. [Bello, 1847: 791-794]

Las oraciones impersonales con se le / se les

Interpretacin de Rufino Cuervo (1874)

El uso de la construccin refleja en sentido pasivo aparece arraigado en nuestra lengua desde sus primeros monumentos. [...] Y as por todas las edades de la lengua hasta nuestros das. Aplicbase de preferencia esta construccin a las cosas, por el riesgo que haba de que refirindose a personas, se confundiese el sentido pasivo con el reflejo o recproco. El ejemplo siguiente muestra cmo se prefera, para las personas, la pasiva formada con ser y el participio: Por ende estableemos que de aqu adelante en los pleitos que andodieren en la nuestra abdienia en que se aya a dar sentenia definitiua, que aquel que ouiere de ffazer la rrelaion que la trayga por escripto, ffirmada de su nombre, para que se ponga en el proeso del pleito. Et que los procuradores e los abogados de los pleitos que sean llamados, e que se ffaga la rrelaion ante ellos por vno de los oydores (Cortes de Guadalajara, ao 1390). Con el tiempo fue aplicndose a personas la construccin reflejo-pasiva, quedando al contexto la determinacin del sentido; en los siglos XVI y XVII se halla tal cual vez se mataban los cristianos, se degollaron los catalanes, por eran muertos, fueron degollados. Por dos caminos se procur aclarar la ambigedad de estas frases: el primero, anteponiendo la preposicin a al nombre del objeto que padece la accin: Fue recibido con grandes juegos e danzas, como se suelen recibir a los reyes que de alguna conquista vienen victoriosos (Crnica de don Juan II, ao VII, captulo XXI). Aqu se ve que el autor iba a escribir como se suelen recibir los reyes, pero resultndole el sentido diverso del que pensaba dar a la frase, porque reyes apareca como agente, no tuvo otro medio de hacerlo paciente que anteponerle a, que, en cuanto al sentido, seala el blanco de la accin lo mismo en azotaron al ladrn que en dieron cincuenta azotes al ladrn. Semejantes frases no ofrecen dificultad en singular, porque desde antiguo se emplean como netamente impersonales.No as en plural a causa de la incongruencia que resulta de seguir concordando el verbo con lo que se ha convertido en complemento; de donde proviene que frases semejantes a la que arriba se copi son tenidas por incorrectas. Fue el otro camino acudir a la semejanza de locuciones al tenor de se dice, se manda, se ruega, se hace agravio u ofensa, las cuales, teniendo sujeto gramatical, son ideolgicamente impersonales, y llevan su complemento en dativo con a: se dice, se manda, se ruega a los nios que vengan; se hizo agravio a los vecinos; y reproduciendo el nombre, se le dijo, se les ruega. Por eso desde que aparecen con pronombre las frases verdaderamente impersonales, llevan le y les. [...]Del pronombre femenino no tengo ejemplos tan antiguos; pero aunque el uso ms general en Espaa es poner en estas frases la y las, no son raros le y les, lo cual arguye preferencia por el dativo: Se les provea de ministros (a las iglesias) (ibid I, 13, 6). No se les trata as (a las mujeres) (Ramn de la Cruz, El sastre y el peluquero). As pudieron (las parteras) justificar con verdad y sinceridad la desobediencia de que se les acusaba (Scio, xodo, I, 19, nota). Se le llama filia principis (a Sulamitis) (Gonzlez Carvajal, Libros poticos de la Santa Biblia, VII, pginas 16, 19). gueda se levant con intencin de irse, y slo pudo retenerla la seguridad que recibi de que no se le volvera a importunar (Fernn Caballero, Simn Verde, V). Ni stos son hechos aislados; en mucha parte de la Amrica espaola, si no en toda, el uso comn y corriente es decir se le, se les para el masculino y el femenino. Con respecto a le masculino jams ha habido duda; la, las han llegado a predominar notablemente sobre le, les; entre les y los la competencia se ha ido aumentando desde fines del siglo XVIII pero indudablemente les es todava ms usual aun entre los espaoles. De ochenta y cinco pasajes (fuera de los citados arriba) que he anotado a medida que se han ido presentando, sesenta y dos llevan les y veintitrs hay de los. [...]

Todo esto concurre a probar, en mi concepto, que el instinto comn de los que hablan castellano tiende a emplear el dativo en estas frases. Pero si el complemento con a que apareci el primero es indiferente de suyo e igualmente acomodado como dativo o acusativo para determinar el blanco de la accin, objeto nico con que en un principio se emple la partcula, qu motivos obraron en la preferencia de las formas dativas del pronombre? En primer lugar, cuando empezaron a usarse las locuciones cuestionadas, estaban ya arraigadas las otras se lo quita, se la entrega, se los alaba, con sentidos diferentes en que el se es dativo y el lo acusativo de cosa; en las nuevas el se ya no era dativo y el otro pronombre deba designar una persona; hubo pues necesidad de decidirse por aquellas no menos comunes, se le ruega, se les manda, en que el segundo pronombre seala la persona, quedando el se como signo de impersonalidad. Adems, en el sentido impersonal la tradicin sintctica, a que el instinto popular es tan fiel, haca sentir siempre un acusativo en el pronombre reflejo, y no fue posible introducir otro acusativo. Pues cmo, se preguntar, se ha extendido el la y las y el los en lugar de le, les? Cuando empez a generalizarse esta construccin cay en manos de furibundos lastas, como Isla y Moratn, que por ningn caso admitiran un le femenino, y acreditaron el se la, se las en perjuicio del se le, se les; influencia que poco se sinti en Amrica, donde el lasmo por buena dicha es desconocido. En cuanto al los, sabido es que con suma frecuencia ha sido y es usado por los castellanos como dativo (los ech la bendicin, los atraviesa el pecho); con tal valor pudo introducirse en estas frases, y ayudando la analoga de las personales como uno los oye, alguien las oy, ha ido ganando terreno. La confusin de los casos que del lesmo se ha originado entre los castellanos no permite adivinar si ellos sienten en la construccin impersonal un dativo o un acusativo; pero de todos modos el las como el los aparecen en la historia de ella como igualmente abusivos, aunque el primero cuenta en Espaa con ms autoridades. Finalmente, considerado atentamente el origen, desenvolvimiento y estado actual de estas construcciones, es patente que no pertenecen a la sintaxis normal y que caen por fuera de los esquemas de las gramticas vulgares, ofreciendo uno de aquellos grados del movimiento sintctico que el fillogo seala y explica histricamente, pero que no puede construir por los principios de lo que se llama anlisis lgico. En prueba de ello citar la argumentacin de que se vale la Academia para desterrar el les y afianzar el los: si les, dice, fuera dativo en a los delincuentes se les acusa, subsistira al volver la frase por pasiva, cosa que no sucede, pues la pasiva de dicha frase es los delincuentes son acusados. Dejada aparte la idea de volver por pasiva una frase que histrica y virtualmente ya lo es, idea casi tan inaceptable como que un rbol es cortado fuese la pasiva de se corta un rbol, basta observar que, segn la misma Academia se es en estas construcciones acusativo, y tambin desaparece. No se trata pues aqu de una oracin primera de activa, y por tanto la argumentacin no concluye; y si concluyera, podra decirse indistintamente se le o se lo castiga, supuesto que el acusativo de l es le o lo. Acaso sera bien que la Academia no decidiese dogmticamente este punto, y que dejase la resolucin, como lo ha hecho en la eleccin del acusativo le o lo, al nico que tiene la clave para estos misterios del movimiento del lenguaje: el instinto popular, o sea el uso. Para realzar ms el indeciso carcter sintctico de estas expresiones, aadir algunas particularidades de que se hallan ejemplos en nuestros buenos autores. A pesar de la forma y el sentido impersonales, no repugnan estas construcciones un predicado, las ms veces alusivo a persona determinada. Con libertad se ha de andar en este camino, puestos en las manos de Dios. Si su Majestad nos quisiere subir a ser los de su cmara y secreto, ir de buena gana; si no, servir en oficios bajos y no sentarnos en el mejor lugar (Santa Teresa, Vida, XXII). Estando pensando una vez con cunta ms limpieza se vive estando apartada de negocios, y cmo cuando yo ando en ellos debo andar mal y con muchas faltas, entend... (la misma, Relacin III). Si no fuera por estos sustos, nada me quedara que apetecer; pero en qu rincn de la Pennsula se vive tranquilo? (Moratn, Obras pstumas, tomo II, pgina 226). Hoy no se usa la concordancia del predicado con el nombre de la persona a quien se alude, y en general se tilda esta construccin como galicismo, aunque, por lo visto, sin razn. No obstante, con ser y estar semejante combinacin es en nuestra lengua inaceptable, porque el predicado que puede tomarse como modificacin adverbial con verbos significativos de actos materiales y concretos, con aqullos supone un sujeto en el cual resida como cualidad o modificacin. Es sin duda un barbarismo: Cuando se est rico, se es cruel con los desvalidos.[Cuervo, 1874: Nota 106, comentario a los 791-5 de la Gramtica de Bello]

Las oraciones impersonales con se le / se les

Interpretacin de Emilio Alarcos Llorach (1994)

Interpretacin de Emilio Alarcos (1994: 270-273):Imaginemos una situacin real con tres componentes: la actividad esperar, un actor que es el que espera, y un objeto afectado por la accin que es lo esperado, tenemos un sujeto explcito, un verbo y un objeto directo:Juan espera el premio.Juan espera al delegado.Si suprimimos el sujeto, por ser ya conocido, tenemos:Espera el premio.Espera al delegado.Si suprimimos el objeto directo, por ser ya conocido, tenemos:Lo espera.Si el hablante ignora quin sea el actor o no le interesa comunicarlo, no basta con que suprima el sujeto para evitar la referencia al actor diciendoLo espera;tiene que recurrir a otra formulacin para evitar toda referencia al actor, empleando la pasiva refleja y la impersonal, formas con las que el hablante slo manifiesta una actividad (esperar) y lo afectado por ella (el premio, un delegado). Se espera el premio. [= pasiva refleja]Se espera al delegado. [= impersonal]La presencia de se veda toda alusin a un actor concreto y transforma las relaciones entre el verbo y los dems elementos de la oracin. Si en estos dos ltimos ejemplos sustituimos los sustantivos (el premio, un delegado) por consabidos, su funcin no puede ser sustituida por el pronombre personal lo y no se diraSe lo espera,que sera una oracin ambigua. Ver los siguientes ejemplos:(Eso) me lo espero. Alemn: Ich erwarte es mir.(Eso) te lo esperas.Alemn: Du erwartest es dir.(Eso) se lo espera. Alemn: Er erwartet es sich.(Eso) nos lo esperamos. Alemn: Wir erwarten es uns.(Eso) os lo esperis. Alemn: Ihr erwartet es euch.(Eso) se lo esperan. Alemn: Sie erwarten es sich.Por tanto, segn Alarcos, para evitar la ambigedad y hacer que la oracin tenga sentido impersonal, no se puede emplear el pronombre personal (cltico) lo que sera un acusativo (objeto directo). En este caso, no se sustituira el sustantivo de cosa (el premio) por un cltico y se dira:Se espera;y el sustantivo de persona (al delegado) se sustituira por el pronombre personal (cltico) de dativo le:Se le espera.Comparando Se espera el premio,conSe esperan los premios,vemos que el premio es sujeto explcito y no objeto directo. Y si eliminamos u omitimos el sujeto, no lo podemos sustituir por el cltico lo/los, pues Se lo espera / Se los esperan seran oraciones ambiguas. Nos quedara:

Se espera.Se esperan.De lo que Alarcos saca la siguiente conclusin:Por consiguiente, se es un incremento reflexivo de objeto directo, igual que enJuan se lava,Los nios se lavan,La casa de hunde,Las casas se hunden,donde el sujeto gramatical de tercera persona (singular y plural) queda especificado por los sujetos explcitos correspondientes (Juan, Los nios, La casa, Las casas) concordes con el nmero del verbo.Cuando se trata de un objeto personal concreto, como enSe espera al delegado,las relaciones de los componentes oracionales son otras, pues si pluralizamos el sustantivo al delegado Se espera a los delegados,no se altera el nmero del verbo como en Se esperan los premios. Por tanto delegado(s) no tiene aqu la funcin de sujeto como la tena premio(s) en Se espera el premio / Se esperan los premios.Si ahora prescindimos del objeto por ser consabido, su funcin queda reflejada por el cltico le/les:

Se le espera.Se les espera.Segn Alarcos, la forma le, les sugiere que la funcin de estos adyacentes suprimidos es la de objeto indirecto. Como para este autor se tiene en los ejemplos anteriores la misma funcin de acusativo reflexivo que en Juan se lava / Los nios se lavan, est claro que le/les no puede ser acusativo.El hecho de que al lado de se le / se les aparezcan en diferentes regiones las combinaciones se la / se las o se lo / se los, lo atribuye Alarcos a las interferencias del lesmo y el lasmo y constata que los usos actuales son poco estables.