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Óscar R

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scar R. Benavidesscar R. Benavides

Presidente de la Junta de Gobierno del Per

4 de febrerode1914-15 de mayode1914

PredecesorGuillermo Billinghurst Angulo

Sucesorscar R. Benavides

Presidente Provisorio de la Repblica del Per(Por designacin delCongreso de la Repblica)

15 de mayode1914-18 de agostode1915

Predecesorscar R. Benavides

SucesorJos Pardo y Barreda

Presidente Provisorio de la Repblica del Per(Por designacin delCongreso Constituyente)

30 de abrilde1933-8 de diciembrede1939

Vicepresidente1.Ernesto Montagne Markholz(1936-1939)2.Antonio Rodrguez Ramrez(1936-1939)

PredecesorLuis Snchez Cerro

SucesorManuel Prado y Ugarteche

Datos personales

Nacimiento15 de marzode1876Lima,Per

Fallecimiento2 de juliode1945Lima,Per

PartidoFrente Democrtico Nacional

PadresJos Miguel Benavides y Gallegos y Erfilia Larrea Bazo

CnyugeFrancisca Benavides Diez Canseco

HijosFrancisca, Mara, scar y Jos Benavides y Benavides

ProfesinMilitar

OcupacinPolticoyoficial

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scar Raimundo Benavides Larrea(*Lima,15 de marzode1876- Lima,2 de juliode1945) fue unmilitarypolticoperuano,Presidente Provisorio del Peren dos ocasiones, de1914a1915y de1933a1939. En 1940, el Congreso de la Repblica le confiri el rango de Gran Mariscal.ndice[ocultar] 1Minibiografa 2Infancia y juventud 3Campaa del Caquet 4Primer gobierno (1914-1915) 4.1Obras y hechos importantes 5Actuacin entre 1915-1933 6Segundo gobierno (1933-1939) 6.1Obras y hechos importantes 7Fundacin del Frente Democrtico Nacional 8Descendencia 9rbol genealgico 10Referencias 11Vase tambin 12Enlaces externosMinibiografa[editar]Sus estudios escolares los curs en elColegio Guadalupede Lima y en Chincha. En 1890 ingres a la Escuela Militar de Lima, de donde egres en 1894, iniciando su carrera militar que lo llevara hasta el rango degeneral de divisinen 1933. Particip en los acontecimientos poltico-militares del pas y recibi perfeccionamiento enFranciayAlemania. En elconflicto con Colombia, iniciado en 1911, tuvo accin distinguida en el combate de La Pedrera, a orillas del ro Caquet (10, 11 y 12 julio de 1911) haciendo huir a los invasores. Destituy al presidenteGuillermo Billinghursten 1914 y fue nombrado Presidente Provisorio, cargo que ejerci hasta 1915. En este primer corto mandato enfrent con xito el problema monetario, estableciendo elpapel moneda. Luego de entregar el poder aJos Pardo y Barredapas a Europa donde ejerci funciones diplomticas. Al inaugurarse la dictadura deAugusto B. Leguaen 1919, volvi al Per pero fue deportado, pasando otra vez a Europa, aunque continu conspirando contra Legua. Cuando ste fue derrocado porLuis Miguel Snchez Cerroen 1930 volvi al Per, pero retorn a Europa ese mismo ao, pasando a ejercer funciones diplomticas enEspaaeInglaterra. Llamado por el Presidente Snchez Cerro al estallar, otra vez, elconflicto con Colombia, asumi la Direccin del Consejo de Defensa Nacional y, asesinado Snchez Cerro, fue facultado por el Congreso para terminar su perodo y negociar la paz con Colombia. En este segundo gobierno reprimi severamente a losapristasycomunistas, y super la crisis econmica. En 1936 se anularon las elecciones que daban ventaja aLuis Antonio Eguigurenpor estar apoyado por los apristas y Benavides se prorrog en el poder por tres aos ms. Bajo el lema de orden, paz y progreso, gobern hasta 1939 en que entreg el mando aManuel Prado Ugarteche, cuyo Congreso le otorg en 1940 el ttulo deMariscaldel Per. Sirvi luego como embajador enMadridyBuenos Aires, y retorn al Per en 1944 para contribuir en la creacin delFrente Democrtico Nacional, que postul a la presidencia aJos Luis Bustamante y Riveroen 1945. Falleci poco despus del triunfo de ste.Infancia y juventud[editar]Hijo de Jos Miguel Benavides y Gallegos, Sargento Mayor de la Guardia Nacional, natural deLima; y de Erfilia Larrea Bazo, natural deChincha, naci scar Raymundo en losBarrios Altos, Lima. Inici sus estudios en elColegio Nacional Nuestra Seora de Guadalupe, en Lima (1884) y los culmin en Chincha debido a los perturbaciones derivadas de laguerra con Chile.En 1890 se matricul en la Escuela Militar, en Lima, en calidad decadetey fue espada de honor de su promocin, adems de su reconocimiento como subteniente de artillera, en 1894. Enseguida, ingres en la brigada de artillera del Dos de Mayo del cuartel de Bellavista. Tuvo una disciplinada actitud frente a un grupo depierolistasque intent asaltar dicho cuartel, durante larevolucin de 1894-1895. Fue separado del servicio, pero fue reincorporado en agosto de 1895. Form sucesivamente en los batallones Callao N. 5 y el Ayacucho N. 3, siendo ascendido atenienteen 1899 y acapitnen 1901, y destinado al regimiento de artillera de montaa.Curs estudios en la Escuela Superior de Guerra, dirigida por la misin francesa encabezada porPaul Clement, y simultneamente curs matemticas en la Facultad de Ciencias de laUniversidad de San Marcos. En 1906, contando con 30 aos de edad, se gradu desargento mayorcon las ms altas calificaciones.Para completar su formacin militar, en 1907 el gobierno lo envi aFrancia,1donde ya comoteniente coronel(1909) particip en maniobras con el ejrcito francs. La Repblica Francesa lo distingui con la Cruz de la Legin de Honor. Su estada en Europa la aprovech tambin para gestionar compra de armamentos enAustriayAlemania(1910).Campaa del Caquet[editar]Artculo principal:Conflicto de La PedreraTras regresar alPeren diciembre de 1910, Benavides fue designado comandante del Batalln de Infantera N. 9 acantonado enChiclayo, en la costa norte delPer. En febrero de 1911 el gobierno orden a Benavides que condujera el Batalln N. 9 a la frontera nororiental conColombiaen laAmazoniaperuana.Colombiahaba establecido un puesto fortificado enLa Pedrera, en la orilla meridional delro Caquetque, de acuerdo con elTratado Porras-Tanco Argezde 1909 estaba dentro del territorio peruano.

El coronel scar R. Benavides.El Batalln N. 9 hubo de viajar ms de 2.000 kilmetros atravesando tramos sin caminos de lacordillera de los AndesenCajamarcayChachapoyashasta llegar a la selva amaznica. En elDistrito de Balsapuerto, en las cabeceras delro Huallaga, la expedicin prepar balsas y obtuvo canoas2y naveg aguas abajo hastaYurimaguas, sobre elro Huallaga, de donde prosigui por embarcaciones hastaIquitos, sobre elro Amazonas. La expedicin fluvial, que consista de un flotador y de cuatro embarcaciones zarp deIquitosel 29 de junio de 1911, a los cuatro meses de la partida deChiclayo. El 10 de julio estaba frente aLa Pedreracon las banderas tremolando. Luego de un cambio de notas con las que el comandante colombiano se neg a abandonar la posicin, el comandante Benavides inici el ataque. El triunfo fue completo para las fuerzas peruanas. Pero, el 24 de julio, para su desmayo, el comandante Benavides fue informado de que los gobiernos delPeryColombiahaban suscrito un tratado por el que las fuerzas peruanas deban abandonar elCaquetay replegarse alro Putumayo.An en La Pedrera, el 28 de julio de 1911 las fuerzas peruanas celebraron las Fiestas Patrias del da de la Independencia; pero carecan de equipamientos para protegerse del clima y de las enfermedades infecciosas endmicas en la regin. El 29 de julio las tropas fueron atacadas por una violenta epidemia defiebre amarillay deberiberi. Careciendo de medicinas, las tropas fueron cruelmente diezmadas.El 4 de agosto el comandante Benavides volvi aIquitos. Fue ascendido al grado de coronel de infantera (30 de septiembre). A pesar de esto Benavides escribi en su diario: He sufrido tanto, que la victoria lograda, los aplausos y el ascenso que se me ha conferido, no me han compensado en la forma que muchos presumen y como habra sido de no haber sufrido tantos reveses.3El gobierno envi a Benavides aEuropapara que recibiera tratamiento contra elberiberi. Cuando regres el 8 de abril de 1912, fue recibido como un hroe nacional y en su honor se organiz una parada militar enLimaa lo largo delJirn de la Uninhasta laPlaza de Armas.Benavides fue nombrado Comandante General de la Tercera Regin, enArequipay en noviembre de 1913 fue designado Jefe del Estado Mayor del Ejrcito, con sede en Lima.Primer gobierno (1914-1915)[editar]

scar R. Benavides, presidente provisorio del Per (1914-1915).En 1913 el Presidente de la Repblica eraGuillermo Billinghurstque haba sido elegido en 1912 con el apoyo de los movimientos obreros. Enfrentado con la oposicin de una porcin significativa del Congreso, que obstaculizaba el cumplimiento de sus promesas para con los obreros tales como las 8 horas laborales, el derecho a sindicalizacin y huelga, Billinghurst planeaba disolver el Congreso. Algunos diputados comenzaron a conspirar para deponer al Presidente, y as mantener el poder concentrado en la oligarqua peruana, y obtuvieron el apoyo del teniente coronel Jos Urdanivia Gins, jefe de una seccin del Estado Mayor. Billinghurst intentaba armar a la poblacin para que sta enfrentara a las fuerzas armadas. Los conspiradores se pusieron en contacto con el coronel Benavides, quien acept apoyarlos tanto para defender el orden constitucional como para evitar una divisin en las fuerzas armadas.4El 3 de febrero de 1914 Billinghurst destituy a Benavides de la jefatura del Estado Mayor del Ejrcito, hecho que solo sirvi para precipitar el golpe de estado. En la madrugada del 4 de febrero la guarnicin en Lima bajo el comando de Benavides se pronunci contra el gobierno. Las tropas se acercaron a Palacio de Gobierno y se produjo un corto tiroteo con la guardia palaciega, que finalmente se sum a los sublevados. Benavides obtuvo del presidente Billinghurst una declaracin en la que manifest su voluntad de negociar. Luego de unas conversaciones, Billinghurst dimiti y fue exiliado aChile, donde muri al ao siguiente. Durante la sublevacin en el cuartel de Santa Catalina, se produjo el horrendo asesinato del generalEnrique Varela Vidaurre, hroe de la guerra del Pacfico, que fue acribillado mientras dorma.5Los senadores y diputados, reunidas en la tarde del mismo 4 del febrero, acordaron otorgar temporalmente el Poder Ejecutivo a una Junta de Gobierno de seis miembros, escogidos de entre los personeros de los partidos polticos. Ellos fueron:Jos Matas Manzanilla, del Partido Civil Independiente (Relaciones Exteriores);Rafael Grau, del Partido Civil Leguista (Justicia e Instruccin); Jos Balta, del Partido Liberal (Hacienda);Arturo Osores, del Partido Constitucional (Gobierno) yBenjamn Boza, del Partido Demcrata]] (Fomento). Y como presidente de la Junta, el coronel Benavides.6La Junta de Gobierno deba encargarse del mando mientras que el Congreso Nacional resolviera lo conveniente al ejercicio del Poder Ejecutivo. Hubo quienes sostuvieron que el poder deba asumirlo uno de los vicepresidentes de Billinghurst:Roberto Leguao Miguel Echenique. Tras arduas discusiones, el 15 de mayo de 1914 el Congreso nombr a Benavides Presidente Provisorio, con la misin de convocar a elecciones.7El 17 de diciembre de 1914, Benavides obtuvo el ascenso ageneral de brigada.8Durante los dieciocho meses de su gobierno, Benavides restaur el orden y la estabilidad polticos. Con respecto al personal de sus gabinetes ministeriales,Jorge Basadreescribi:El general Benavides revel ser cauto y equilibrado al escoger a sus colaboradores.9La presidencia del Consejo de Ministros la ocuparon sucesivamente: El generalPedro E. Muiz Sevilla, el contralmiranteMelitn Carvajal Ambulodegui,Aurelio Sousa y Matute,Germn Schreiber WaddingtonyCarlos Isaac Abril Galindo.Obras y hechos importantes[editar] Enfrent el problema monetario. Desde 1901 el Per tena una slida moneda de oro, laLibra peruana, a la par con Londres como decan con orgullo los peruanos. Pero a raz del estallido de laprimera guerra mundial, el temor oblig a la poblacin a esconder la monedas de oro y a retirar sus depsitos en los bancos. Hubo, pues, la amenaza de una brusca parlisis econmica. Se recurri entonces a la emisin de billetes fiscales, con el nombre de cheques circulares, por ley N. 1968 del 22 de agosto de 1914. Eran monedas de papel por valor de 1, 5 y 10 libras peruanas, cuya emisin segn dicha ley no poda exceder de un milln cien mil libras y respaldada en un 35% por el oro guardado en los bancos. En octubre de ese mismo ao se dio otra ley por la cual se autorizaba ampliar dicha emisin hasta dos millones y medio de libras, rebajndose hasta 20% de la emisin la garanta mnima de oro. Se estipulaba que tales cheques circulares se retiraran del mercado seis meses despus de finalizada la guerra mundial, pero la moneda de oro desapareci prcticamente de la circulacin, instaurndose desde entonces el rgimen delpapel moneda.10 Se trat el problema deLa Brea y Parias, uno de los ms negros episodios de la penetracin imperialista en el Per. La compaa britnica London Pacific explotaba ese yacimiento de petrleo, habiendo serios indicios de que se beneficiaba de ms pertenencias de las reconocidas en el papel, por lo que se haba ordenado una remensura en 1911, que fue retrasndose, hasta que el gobierno de la Junta de Gobierno expidi una resolucin ordenando llevar adelante dicha remensura o medicin de las propiedades explotadas. Esta dio la existencia de 41.614 pertenencias en vez de las 10 que alegaban sostener los propietarios del yacimiento. El gobierno orden entonces el pago del correspondiente canon de superficie, a razn de 30 soles por pertenencia, haciendo un total de 1.248.420 soles al ao, en vez de los 300 soles que se haba venido pagando hasta entonces. No obstante, este problema continuara siendo un dolor de cabeza para gobiernos subsiguientes.11 Al estallar la guerra europea en agosto de 1914 (despus llamadaprimera guerra mundial), el Per declar una estricta neutralidad.12 Su labor poltica ms importante, fue, sin duda, el retorno a la constitucionalidad. Benavides convoc a una Convencin de partidos, que se reuni en el General del Convento de Santo Domingo, en el que participaron los delegados del Partido Civil, el Liberal y el Constitucional, ms no el Demcrata o pierolista. El objetivo de esta Convencin era unificar las candidaturas, es decir, hacer de una especie de primarias de las elecciones generales que deban realizarse en 1915. En la votacin final triunf el civilistaJos Pardo, sobre el constitucionalPedro E. Muiz Sevilla(general del ejrcito). Realizadas las elecciones generales, gan abrumadoramente Pardo, sobre la candidatura puramente simblica del demcrataCarlos de Pirola.13Pardo fue investido presidente de la Repblica el 18 de agosto de 1915. Era la segunda vez que asuma la presidencia.Actuacin entre 1915-1933[editar]El presidente Pardo envi a Benavides aParsen 1916 como observador de la primera guerra mundial y como tal fue testigo de labatalla de Verdn. Posteriormente, en 1917, Pardo lo nombr Embajador Extraordinario y Ministro Plenipotenciario enItalia. El 4 de julio de 1919Augusto B. Legualleg a ser presidente de la Repblica como resultado de ungolpe de estadocontra Pardo. En diciembre de 1920 Benavides renunci a su puesto enRomay regres a Lima.Legua tema que Benavides organizara una revuelta y el 3 de mayo de 1921 lo hizo arrestar. Benavides y veinticinco ciudadanos ms fueron hechos prisioneros y embarcados en el vaporPaitacon destino aSdney,Australia.14Un motn comandado por Benavides captur al capitn del barco y a sus oficiales y cambi la ruta haciaCosta Rica. DesdeCosta RicaBenavides se traslad aPanamy luego aGuayaquil(Ecuador) donde restableci contactos con los elementos opositores a Legua. La esperada revolucin que deba estallar en el Per no sucedi y entonces, el 2 de noviembre de 1927, Benavides se embarc rumbo aFrancia, llegando el da 14 aNiza, donde se reuni con su familia.15Durante los aos del gobierno leguista, Benavides mantuvo contacto con los opositores a Legua y alent los proyectos golpistas que en diversos lugares del Per se tramaron. Hasta que el 22 de agosto de 1930 el teniente coronelLuis M. Snchez Cerroinici una revolucin enArequipay Legua se vio forzado a renunciar a la presidencia. Snchez Cerro fue investido como Presidente Provisional. El 3 de octubre de 1930 Benavides fue nombrado Embajador Extraordinario y Ministro Plenipotenciario enEspaa. Por razones familiares retorn al Per en julio de 1931, aprovechando la ocasin para seguir el desarrollo del proceso electoral de ese ao, que a la postre encumbr como presidente constitucional a Snchez Cerro. Retorn entonces a Madrid, reasumiendo su funcin diplomtica. En febrero de1932, pas aLondres, tambin con la investidura de ministro plenipotenciario.16Poco despus, el gobierno de Snchez Cerro llam a Benavides y el 27 de marzo de 1932 lo nombr General en Jefe del Consejo Nacional de Defensa, encargado de las fuerzas peruanas en el preciso instante en que estallaba un nuevoconflicto armado con Colombia. El 31 de marzo de 1933 Benavides fue promovido al grado degeneral de divisin.17Segundo gobierno (1933-1939)[editar]Artculo principal:Segundo gobierno de scar R. Benavides

El general Oscar R. Benavides, transmitiendo un mensaje radial en 1936.Snchez Cerro fue asesinado el30 de abrilde1933. Para evitar los desrdenes, el Congreso Constituyente confiri a Benavides el mandato presidencial hasta concluir el periodo de su predecesor, o sea hasta 1936. Benavides suscribi la nueva Constitucin del Per que reemplaz a la de 1920, en vigencia desde la administracin deAugusto B. Legua. LaConstitucin de 1933mantuvo vigencia hasta1979, aunque diversos puntos que estipulaba nunca se cumplieron; por ejemplo, lo referente a las juntas departamentales.Las prioridades de Benavides al comenzar su gobierno fueron buscar el fin del conflicto conColombia(se lleg a un acuerdo de paz en mayo de 1934), calmar la agitacin poltica interna y superar la crisis econmica.18Al principio de su gobierno dio la Ley de Amnista General, el9 de agostode 1933, por la cual se amnistiaba a todas aquellas personas a las que se les segua juicio poltico y se permita el retorno de los deportados. Fue as comoHaya de la Torre, el lder de la Alianza Popular Revolucionaria Americana oAPRA, fue puesto en libertad y se permiti el retorno de los desterrados apristas. Pero tras un intento revolucionario aprista en Lima, conocido como la conspiracin deEl Agustino, se reinici la persecucin antiaprista. Los apristas respondieron con actos terroristas en todo el pas. El 15 de mayo de 1935 ocurri el asesinato del director del diarioEl Comercio,Antonio Mir Quesada de la Guerra, y el de su esposa, a manos de un militante aprista.19El gobierno mantuvo la proscripcin del APRA, aduciendo que era un partido internacional, lo que estaba prohibido de actuar, segn la Constitucin de 1933. Por esa misma causa se reprimi al Partido Comunista. Las crceles se llenaron de presos polticos, apristas y comunistas. Una novela del escritor indigenistaJos Mara Arguedas,El Sexto, est ambientada en dicha poca.En1936, ao en que finalizaba el periodo del malogrado presidenteSnchez Cerro, Benavides convoc a elecciones generales, en las que postularon para la presidenciaJorge Prado Ugarteche(apoyado inicialmente por el gobierno),Luis A. Flores(fascista),Manuel Vicente VillarnyLuis Antonio Eguiguren; ste ltimo result ser el candidato favorito de la poblacin. Pero estas elecciones fueron anuladas por el Jurado Nacional de Elecciones, no bien iniciado el escrutinio, con el pretexto de que los apristas (cuyo partido estaba proscrito por la ley) haban beneficiado con sus votos a Eguiguren, el virtual ganador. Tal argumento resultaba un despropsito total, mxime si ya para entonces el voto era secreto. La intencin clara del gobierno era anular los resultados pues sus candidatos favoritos (Prado y Villarn) haban perdido. Consultado el Congreso, ste decidi que Benavides extendiera su mandato por tres aos ms, hasta1939, y por aadidura le otorg la facultad de legislar (pues el Congreso, instalado en 1931, culminaba su periodo en 1936).20Benavides gobern bajo el lema de orden, paz y trabajo, contando con el respaldo del ejrcito y de la oligarqua. Sin embargo, en el ltimo tramo de su mandato se hizo notorio el hasto de la poblacin. El19 de febrerode 1939, mientras Benavides se hallaba de excursin enPisco, se rebel su ministro de Gobierno y segundo vicepresidente, generalAntonio Rodrguez Ramrez, quien ocup el Palacio de Gobierno. La rebelin, que contaba al parecer con gran apoyo de diversos sectores, se frustr cuando el jefe de la Guardia de Asalto, mayor Luis Rizo Patrn, irrumpi en el patio de Palacio, exigiendo por tres veces la rendicin a Rodrguez. ste se abalanz sobre Rizo Patrn, quien lo ametrall en el acto, matndolo. Fracas as la intentona golpista. Benavides se salv, pero comprendi entonces que era contraproducente mantenerse en el poder.21Viendo pues el panorama adverso, Benavides decidi convocar a elecciones y hacer el traspaso de poder. Pero antes convoc a un plebiscito, que se realiz el 18 de junio de 1939, y por el cual se aprobaron importantes reformas constitucionales, como la ampliacin del perodo presidencial de 5 a 6 aos, el restablecimiento de los dos vicepresidentes y la disminucin de las facultades legislativas del Congreso en materia econmica. Su intencin era robustecer el Poder Ejecutivo en desmedro del Legislativo.

El general scar R. Benavides y su gabinete ministerial. Lima, 1933.Para laselecciones generales de 1939, el Benavides apoy la candidatura presidencial deManuel Prado Ugarteche, hijo del presidenteMariano Ignacio Pradoy que por entonces ejerca como presidente delBanco Central de Reserva del Per. Contra esta candidatura oficial, se alz la deJos Quesada Larrea, joven abogado, natural deTrujillo, quien para su campaa adquiri el diarioLa Prensa, desde donde se pele por la libertad electoral, ante el propsito evidente del gobierno de manipular los resultados.El partido aprista, que era el ms importante del pas, continuaba proscrito por ley. Otra importante fuerza poltica, laUnin Revolucionaria, qued tambin anulada al estar desterrado su lder,Luis A. Flores. Ante la coyuntura electoral, tanto Prado como Quesada solicitaron el apoyo de los apristas pero estos no tomaron partido. Hechos los escrutinios, Manuel Prado result vencedor, con enorme ventaja. Se habl de fraude masivo.22Obras y hechos importantes[editar]Otros hechos resaltantes durante el segundo gobierno de Benavides fueron:23 Se reabri en 1935 laUniversidad de San Marcos, que haba sido clausurada por Snchez Cerro en 1932. Se promulg elCdigo Civilde 1936, que reemplaz al que rega desde 1852. En ella se reconoci por primera vez eldivorcio. Se super la crisis econmica. Se mejor notablemente el aspecto financiero, especialmente en lo relacionado con la banca y la captacin de impuestos, aplicndose algunos proyectos que haba dejado la misin Kemmerer en 1931. El pas comenz a entrar a un perodo de prosperidad debido a las exportaciones, especialmente agrcolas. Se construy el tramo peruano de lacarretera Panamericana, logrando unir las secciones de ese camino en elEcuador, elPeryChile. Se construy lacarretera Centralque atraviesa losAndesal Este deLimahacia la selva amaznica, llegando hastaTingo Mara. Se aboli el peaje de carreteras y de puentes con lo que se implement la libertad en las carreteras. Fueron reconstruidos el muelle naval y el dique seco delCallao. Se inici la construccin del puerto deMatarani, en el sur, para que reemplazara aMollendocomo puerto principal de Arequipa. Se promovi elturismoy se plane la construccin de Hoteles de Turistas en las principales ciudades. Se plane y organiz el Censo Nacional que, sin embargo, tuvo efecto solo en1940, bajo el siguiente gobierno. Por el cuarto centenario de la fundacin de Lima (1936) se realizaron grandes obras de modernizacin en la capital. Se construyeron las actuales sedes de los poderes ejecutivo (Palacio de Gobierno), legislativo (Palacio Legislativo del Per) y judicial (Palacio de Justicia). Se potenci a las fuerzas armadas y se compraron armas modernas. De acuerdo a la evolucin de la tcnica militar a nivel mundial, se abandon la escuela francesa para seguir la norteamericana. Se cre el Ministerio de Salud Pblica, Trabajo y Asistencia Social, que fue separado del de Fomento. Como dependencia de este ministerio se cre la Direccin de Asuntos Indgenas. Se cre el Ministerio de Educacin Pblica, separado del de Justicia, Prisiones, Culto y Beneficencia. Se realizaron obras de saneamiento, es decir instalaciones de agua y desage en toda la Repblica. Se terminaron varias obras de irrigacin iniciadas por el segundo gobierno de Legua. Se construyeron barrios y comedores para los trabajadores y sus familias. Se instituy el Seguro Social Obligatorio para Obreros. Se estudi el proyecto de la construccin del Hospital del Seguro Obrero.El 8 de diciembre de 1939 Benavides entreg el mandato presidencial aManuel Prado y Ugarteche, que haba ganado las elecciones presidenciales de ese ao. El 19 de diciembre Prado honr a Benavides con el ttulo de Mariscal.24Ha sido el penltimo de los mariscales del Per, antes deEloy Ureta.Fundacin del Frente Democrtico Nacional[editar]Artculo principal:Frente Democrtico Nacional (Per)Benavides fue Embajador del Per enMadrid(1940) y en Buenos Aires (1941-1944). Regres alPerel 17 de julio de 1944, a fin de colaborar en la renovacin de los poderes pblicos y estuvo entre los fundadores delFrente Democrtico Nacional (FDN), agrupacin de partidos (entre los cuales se hallaba el APRA, con el nombre de Partido del Pueblo), que lanz la candidatura deJos Luis Bustamante y Rivero.Falleci enLima, el 2 de julio de 1945, luego de que se confirmara el triunfo del FDN en laselecciones generales de 1945.25Sus restos reposan en elCementerio Presbtero MaestrodeLima.Descendencia[editar]

Oscar R. Benavides junto con su esposaFrancisca Benavides Diez Canseco, ms conocida como "Doa Paquita".En1912, en las celebraciones por Caquet, Benavides conoci a su prima cuartaFrancisca Benavides Diez-Canseco, con la que estaba vinculada al ser ambos tatara-tataranietos delgeneral realistaDomingo D. de Benavides y Moscoso. La pareja se cas algunos meses ms tarde y tuvo cuatro hijos: Francisca Benavides y Benavides, casada con Mariano Pea Prado, nieto deMariano Ignacio Pradoy bisnieto deManuel Costas Arce, ambos presidentes. Mara Teresa Benavides y Benavides. scar Raimundo Benavides y Benavides (1917-2004), casado con la brasilea Maria Anglica Matarazzo Dall'Aste, nieta del industrial italianoFrancesco, conde Matarazzo. Jos Miguel Benavides y Benavides, casado con Rosa Gubbins Hercelles.rbol genealgico[editar]

16. Diego de Benavides y Vlchez

8. Jos Mara Benavides y Bustamante

17. Petronila Bustamante y Diez-Canseco

4. Jos Antonio Benavides Payerl

18. Antonio Payerl Garrido

9. Mara Trinidad Payerl y Nieto

19. Mara Nieto

2. Jos Miguel Benavides Gallegos

10. Antonio Gallegos

5. Mara Nicolasa Gallegos Benavides

11. Mara Benavides Sotomayor

1.scar Raimundo Benavides Larrea

6. Vicente Larrea

3. Erfilia Larrea Bazo

7. Juana Bazo

JORGEEDUARDO BENAVIDES"Al peruano no le gusta ser,sino estar"porErnesto Escobar UlloaJorge Eduardo Benavides (Arequipa, Per 1964), estudi Derecho y Ciencias Polticas en la Universidad Garcilaso de la Vega. Ms adelante, tras su paso por el periodismo radiofnico, se traslad a Tenerife donde fund y dirigi el taller literario Entrelneas. En 2002 publica la excelente novela,Los aos intiles, en la que narra los ltimos coletazos polticos de la dcada de los ochenta en su pas. Esta vez, conEl ao que romp contigo(2003)-vase resea-nos cuenta, por medio de una tcnica narrativa y un estilo infalibles, otro momento traumtico en la vida republicana del Per, el instante previo lleno de incertidumbre que precedi la llegada al poder del ingeniero Alberto Fujimori. Benavides ratifica as su talento como novelista y se sita a la cabeza de la nueva narrativa peruana. En esta entrevista, el autor reflexiona con agudeza y sinceridad sobre su nueva obra, la poca que describe y el momento poltico presente del Per y Latinoamrica.

TBR: Latinoamrica y el Per requieren de la novela urbana para retratarse?JEB:Toda novela es el largo fermento de un fenmeno social, a veces incluso cuando el escritor se repliega en s mismo y pretende no acusar el impacto de su realidad. En otros casos, el novelista interpela a su realidad de manera ms reflexiva e individual, como ocurre con muchos escritores europeos, desde Milan Kundera a Javier Maras, pasando por Hugo Claus o Magris. En el caso de los escritores hispanoamericanos, es indudable que el impacto del entorno es mucho ms vigoroso, en la medida en que pertenecemos -actualmente, digo- a un mundo precariamente urbano, un mundo que se est creando. Resulta as inevitable que la novela urbana nos retrate. Hay excepciones, obviamente.

TBR: Quiz Europa y Estados Unidos, u Occidente en general, perciben un continente ms rural, mgico o legendario. El pblico sigue deseando leer grandes aventuras y revoluciones abortadas. Prefiere dar la espalda a la ciudad, a las grandes metrpolis, caso de Medelln, La Paz o Lima.JEB:Probablemente sea cierto eso que t dices, los europeos y los americanos sienten nostalgia de ese paraso feroz y primordial en el que el mundo moderno estaba gestndose, y Latinoamrica les resulta an el territorio frtil para un romanticismo que se ha nutrido de Comala y Macondo, de la desmesura y la irrealidad que hay en un cierto tipo de novela hispanoamericana. No obstante, creo que poco a poco la literatura de Hispanoamrica empieza a desprenderse de ese sambenito mgico, sin que por ello se desdee este tipo de literatura.Seguimos lastrados por las sombras del golpe, del autogolpe, del populismo y las ganas tremendas de echarle la culpaal otro

TBR:El ao que romp contigome recuerdaConversacin en la Catedralde Mario Vargas Llosa: dos momentos frustrantes en la vida republicana del Per, la dictadura del general Odra en la obra de Vargas Llosa y la llegada al poder del ingeniero Fujimori enEl ao que romp contigoEsts de acuerdo?JEB:Digamos que mientrasConversacin en La Catedralretrata el proceso de aquel momento en la vida republicana del Per,El ao que romp contigodeja la ltima etapa del gobierno de Alan Garca y abre un interrogante sobre la llegada al poder de esa gran incgnita que es Fujimori (hablo, claro, en el tiempo presente en que se sita la novela). As, el futuro quedaba abierto, aunque se percibe sombro. No obstante, sabemos que la realidad de Fujimori fue absolutamente nefasta y sin matices.

TBR: El final de la novela hace referencia a este futuro sombro del que hablas; creo que es una metfora certera sobre lo que ocurri a continuacin con Fujimori. Tal vez, en vista de la desesperacin, los peruanos no comprendieron que el gobierno de Alan Garca signific un claro ejemplo de una democracia joven y por lo tanto defectuosa. Antes que perfeccionarla Fujimori convenci al pueblo de que haba que destruirla.JEB:Exactamente. Con todo lo nefasto que fue el gobierno de Alan Garca, fue un gobierno democrtico, joven e imperfecto. El de Fujimori no fue un gobierno democrtico, o mejor dicho dej de serlo casi de inmediato: ms que su cauce natural busc su cloaca natural. No fue una dictadura en el sentido estricto de la palabra, sino algo peor, algo que yo creo que bien podra llamarse "autocracia plebiscitaria" y que es el gobierno desptico, corrupto y miserable que funciona con anuencia del propio pueblo. Ms o menos como Chvez en Venezuela. De manera que los peruanos no fuimos vctimas sino cmplices de esa corrupcin, de esa miseria moral y de esa abyeccin que envenen nuestra sociedad durante la dcada terrible en que nos vimos reflejados en el espejo fujimorista. Una vergenza.

TBR: Pareciera que las democracias latinoamericanas en general siguen siendo vulnerables a estos desenlaces inciertos...JEB:Seguimos expiando esa culpa de no haber encontrado el valor del civismo y las responsabilidades que este entraa. Seguimos lastrados por las sombras del golpe, del autogolpe, del populismo y las ganas tremendas de echarle la culpa al otro: desde el FMI hasta el vecino ms cercano. Si la derecha casposa de nuestros pases ha perpetrado durante tanto tiempo la inmoralidad de no dirigir sino dominar, la izquierda latinoamericana ha predicado --la izquierda predica, no discute-- las bondades del totalitarismo paternalista de un dictador como Fidel Castro como ejemplo del bien social. El dao terrible que ha hecho cierta izquierda en nuestros pases con su devocin por los grandes dictadores, Stalin, Lenin, Castro, Kim Yong Il, Enver Hoxa, ha terminado por corromper todo vestigio de dignidad y de individualismo (palabra satanizada) en los hispanoamericanos.

TBR: Hay un pasaje en su novela, -un pasaje memorable en la literatura peruana contempornea-, en que se perpetra un atentado terrorista y que a m me record el terrible atentado de Sendero Luminoso en la calle Tarata de Miraflores, en 1992, que tiene un parangn quiz con el atentado de Hipercor en Barcelona. Quisiste describir las consecuencias en sufrimiento humano que ha provocado el dogmatismo de un sector de la izquierda con la cual Occidente ha sido condescendiente por ignorar el grado de radicalizacin al que ha llegado y que hizo justificable incluso la barbarie?JEB:En efecto, en ese pasaje de atentado, que culmina si mal no recuerdo con una proclama subversiva que chorrea tinta fresca nada ms haber detonado el coche bomba, es para m la situacin meridianamente clara de lo que eclosiona con el dogmatismo poltico. En realidad, en cualquier dogmatismo. Una vez que nos creemos dueos de la Verdad y de la necesidad de imponerla a sangre y fuego, hemos invertido nuestro cdigo moral. Eso es lo que represent Sendero Luminoso y el MRTA. Hay que saber Occidente tiene que saber que cualquier dictadura, de cualquier signo, es intrnsecamente mala.Curiosamente, aqu, en Espaa!, cuando la famosa crisis de los rehenes en la embajada del Japn en Lima, la prensa hablaba de "la guerrilla" del MRTA. Me hubiera gustado saber qu hubiera dicho esa misma prensa si en otros pases se hablara de la guerrilla de ETA

TBR: Asimismo en tu novela parece que no ocurre nada excepto las menudencias de la vida diaria de una clase media empobrecida, finalmente sin embargo nos damos cuenta que han ocurrido muchas cosas, pero esa clase media ms que partcipe se revela como vctima de ellas, o mejor dicho, vulnerable. Esto hace de su obra una obra actual, pese a que est ambientada en el ao 90.JEB:Bueno, las novelas nunca se mueven como tesis, verdad?, siempre hay una pulsin irracional a la hora de contar la historia; sus mecanismos ms profundos, las razones ms recnditas, slo pueden airearse por los lectores. Y por eso, el narrador quiz sea el menos indicado para hacerlo, es decir, para "explicar" la novela. Pero al cabo de un tiempo como es el casoentiendo que, efectivamente, las minucias cotidianas que terminan por calcinar el territorio narrativo donde se mueven mis personajes estn ocasionadas por la propia dejadez de nuestra clase media, que funciona impulsada por una pavorosa entelequia: clase media que rehuye con asco de la clase baja y slo aspira a ser clase alta. Clase que no es, que prefiere no ser a identificarse con el "estigma" de su ubicacin social. Y as, estamos perdidos. Ya se ha dicho: al peruano no le gusta ser, sino estar.

TBR: Estar o no estar. Y no "ser o no ser". "Estuvo" con la democracia como "estuvo con la dictadura, pero nunca "fue" democrtico ni dictatorial, esto evidencia que no se trata de una inmadurez poltica tanto como de una escasez intelectual o una falta urgente de educacin...JEB:Bueno, el germen de la tentacin totalitaria, del famoso gobierno de "mano dura" que ha pedido una y otra vez el pueblo peruano, est obviamente, en su gravsima desnutricin educativa; pero tambin creo que nuestra historia republicana ha terminado por socavar los vestigios de la conducta ticamente proba: nuestros polticos se acercan a la corrupcin casi de manera natural, pero el pueblo ha terminado por creer que la nica forma de salir adelante es a travs de esa pattica invencin de la peruanidad, "la viveza criolla"; no se trata de ser honesto o ntegro, se trata de ser vivo, de venderse al mejor postor, si toca democracia, democracia, si dictadura, dictadura.Nuestras clases polticas no funcionan como tales, sino como parroquias, como feligresas que siguena un lder

TBR: Esto que dices lo plasmaste en el recurrente latiguillo del protagonista de tu novela, Anbal, la frase ntima con la que se pregunta por el destino de su pas y el suyo propio: "Adelante es hacia dnde?"JEB:Bueno, es cierto que Anbal se pregunta eso, un poco retricamente, un poco sombramente, y creo que la pregunta bien podra servir como referencia a cmo vemos los peruanos "nuestro adelante", todava situados en la encrucijada de la democracia, una y otra vez pensando que ahora s, que este es el momento. Siempre en nuestra hora cero.

TBR: El nuevo gobierno democrtico de Alejandro Toledo parece que solo est sirviendo para mantenerse en esa hora cero de la que hablas, no termina de arrancar y el resultado es que est encumbrando la imagen de Alan Garca. Te da miedo un posible regreso del lder aprista?JEB. Me parecera esperpntico, pero ya sabemos que la evolucin social y poltica de nuestros pases se parecen ms al mito de Ssifo que a otra cosa. Volver a encontrarnos con Alan Garca en el poder, ms que una conclusin poltica sera un sntoma. El sntoma de que an no hemos encontrado el vigor necesario para desprendernos de nuestro pasado reciente, de que nuestras clases polticas no funcionan como tales, sino como parroquias, como feligresas que siguen a un lder.

TBR: Estas feligresas empiezan a formarse en la universidad? Son las que retratas en tu novela y que los personajes observan y analizan con desencanto y cierta irona?JEB:Creo que s, que empiezan en la universidad, cuyo nivel es habitualmente muy malo respecto a lo meramente acadmico, y adems estn estaban, hablo de los aos en que yo estudi en la universidad muy politizadas. Muy maniqueamente politizadas. Yo retrato en la novela el esperpntico carcter de mis compaeros de clase, los chicos que participaban del Centro Federado de Derecho, bsicamente aprista, y cuyos planteamientos al menos los escritos tenan ms faltas de ortografa que ideas. En ese contexto, resulta imposible no ser irnico, como lo son mis personajes, aunque luego no podemos extraarnos de que sean estos universitarios los que a la vuelta de unos aos sean congresistas y dirigentes polticos. Resulta ms bien siniestro, pero es real. Ese es el nivel de nuestra poltica.

TBR: A travs de qu tcnica narrativa conseguiste plasmar este estado poltico de la sociedad peruana en tu novela?JEB:La tcnica narrativa para m es un factor de primer orden, probablemente porque reconozco ciertas limitaciones que encuentro a la hora de enfrentar el texto; limitaciones digamos de orden intuitivo, de manera que me valgo de una cierta estructura rigurosa que me permite lograr los efectos que deseo. En el caso concreto de esta novela, me propuse un narrador que no slo "cediera" la palabra a los personajes sino que tambin se coludiera con ellos cada vez que hablaban, imitando sus voces. La idea era pues disolver la presencia de un narrador que ms que omnisciente pudiera parecer prepotente, contndolo todo siempre l. Me gustaba que la cuestin poltica pareciera siempre un teln de fondo, ms que un escenario, un elemento que poco a poco se va acercando a los personajes, a su rutina. La graduacin de esa presencia me result bastante difcil.

TBR: Optaste por esto para dar a entender que la poltica es ineludible, que finalmente nos toca a todos queramos o no?JEB:La poltica que no la politiquera resulta consustancial con la vida en sociedad. Lo que ocurre es que en algunos casos esa participacin se agudiza y exige de nosotros un tanto por cierto mayor del que emplean las personas en sociedades poltica y cvicamente ms desarrolladas. Pero en ambos casos, es decir, se trata de sociedades cvicamente jvenes o viejas, resulta ineludible esa participacin: lo estamos viendo actualmente, con la guerra en Irak.

TBR: La atmsfera deEl ao que romp contigoest cargada tambin de lecturas filosficas, polticas, literarias, - de un modo en que esto se vuelve uno o varios cristales con los que se analiza la coyuntura poltico-social. Un arma de doble filo: oscurecer o aclarar la realidad, no?JEB:S, es as, tal como dices: se trata de emplear distintos enfoques de la realidad, y para ello me serv de un aparatoso andamiaje de lecturas de toda ndole puesta en boca de mis personajes, con la conciencia de que podra resultar falso o excesivamente "intelectual" y diletante, la postura de los mismo. No s si ha funcionado, pero la idea era mostrar cmo todo ese complejo aparato de argumentacin silogstica que subyace en sus comentarios, en sus lecturas, apenas si sirven para encarar la realidad, la parte ms prosaica y cruda de la realidad.

TBR: Buscaste algn precedente literario para idear la novela?JEB:Ms que un precedente, me sent muy influenciado por ciertos pasajes deRayuela. Creo que es innecesario advertir que se trataba de una propuesta y no de una copia, sobre todo porque a los maestros nunca se les copia, sino que se trata de aprender de ellos. EnRayuelaexiste esa cuestin tan sudamericana que incluso manifiesta uno de sus personajes, Gregorovius, cuando le dice Oliveira algo as como que los sudamericanos saben de todo, pero resultan dispersos y caticos. Me pareci que esa idea era estupenda para explicar hasta qu punto el conocimiento formal de la realidad es apenas un sesgo de esta, que lo acadmico apenas si termina de incidir en la realidad, o en ciertas realidades, si prefieres.La tcnica narrativa para m es un factor de primerorden

TBR: Adems de esta admiracin porRayuelay Cortzar, qu otras novelas y escritores forman parte de tus preferencias?JEB:Entre los sudamericanos, Vargas Llosa, Jos Donoso y Bryce Echenique, por ejemplo. De los espaoles actuales, algunos como Muoz Molina y Vila Matas,Y entre europeos y americanos, supongo que sigo la herencia narrativa de quienes nos hemos nutrido: Proust, Faulkner, el mejor Joyce, Hugo Claus, Penn Warren no s, son tantos!

TBR: Reivindicas el papel del escritor como intelectual?JEB:S, claro. Resulta insoslayable la participacin de los intelectuales en la sociedad. Lo que ocurre es que ello se debe ms bien a la oportunidad de tener un tribuna de opinin, cosa que exige la mxima responsabilidad: no creo que uno deba opinar sobre lo divino o lo humano. A veces se echa de menos el silencio de los intelectuales. Somos intelectuales y no orculos, aunque algunos se lo crean.

TBR: Cul ha sido tu postura en esta lamentable guerra de Irak?JEB:Como una inmensa mayora de la gente, estoy en contra de las guerras en general y de esta en particular. Pero creo que hay una postura demasiado simplista entre quienes salen a la calle no todos, obviamente a gritar consignas contra la guerra pero no contra Sadam. Y que luego han callado ominosamente los brutales atropellos del dictador cubano (me pone enfermo decirle lder, comandante u otras sandeces) contra su pueblo y en particular contra los escritores y periodistas que han alzado su voz contra la dictadura. En resumen: vivir en democracia es y debe ser esencialmente una incomodidad y hay que comprometerse totalmente con las posturas asumidas. No a la guerra, no a Sadam y tambin no rotundo a Castro.