Oteiza Enrque - La Universidad Argentina, Investigacion y Creacion de Conocimientos

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    LA UNIVERSIDAD ARGENTINA, INVESTIGACION Y CREACION DE CONOCIMIENTOS.

    OTEIZA ENRIQUE

    QUIZA NADA sea tan revelador de las dificultades por las que atraviesa la universidadargentina, como un examen del lugar que ocupa la investigacin y, en general, la creacin deconocimientos en ella.

    Comenzaremos este examen preguntndonos qu es y cmo es percibido socialmenteun profesor universitario en algunos pases y regiones con las que mantenemos un contactoacadmico estrecho y en qu se diferencia esta realidad con la de un profesor argentino.Cuando Joao Carvalho de Melo, de la Universidad de San Pablo, o Antonio Florencano deMxico, o Jacqueline Dufour, de Montreal, o Ralph Melman de Colombia o Helga Bauer, deHamburgo, o Jacques Martin de Grenoble,1 se presentan dentro y fuera de sus pases comoprofesores universitarios, se supone sin ms que desempean su actividad rentada principalen sus respectivas universidades, que en ellas se los puede encontrar y que all ejercen la

    docencia y la investigacin. Por lo general, ser profesor universitario en esos pases y muchosotros del Este y del Oeste, constituye una realidad que se corresponde con la percepcingeneralizada de los grandes rasgos que ha adquirido all la profesin acadmica. Se trata deun trabajo acompaado de bastante prestigio social, de un nivel de remuneraciones acordeque alcanza al comenzar aproximadamente a una canasta bsica (que en Argentina para unaestructura de consumo de una familia tipo de clase obrera es de unos 1.300 pesos por mes)2

    y puede terminar entre las tres y las ocho canastas, segn el nivel del cargo universitario quese ocupe aproximadamente treinta aos ms tarde- y del pas de que se trate. De ladedicacin ni se habla, se sobreentiende que es exclusiva. En cuanto a proyectos deinvestigacin y consultoras con financiamiento extrauniversitario, existen reglamentos que

    estipulan como se distribuyen los ingresos complementarios que quedan en manos de losprofesores (investigadores-docentes), los que financian otros gastos de investigacin y elover-head que pasa a las arcas de la universidad o unidad acadmica asiento del investigador.

    La realidad organizativa de la que forman parte los roles que estamos describiendo, yque parece tan simple, es el resultado de un largo y complejo proceso histrico de profundatransformacin de las universidades medievales de los pases industriales avanzados deEuropa, as como de la creacin de otras ms recientes. Posteriormente, variantes del nuevo

    modelo de universidad moderna se extendieron a otros pases de la actual OCDE y, ms

    recientemente, a pases como Mxico, Brasil y Espaa (que haba quedado fuera de estos

    cambios en Europa) y a diversas regiones del Asia. En Europa del Este, la Universidadcientfica alemana, que ya haba impactado en alguna medida antes de la Revolucin de 1917,

    se implanta con vigor en la ex URSS en lo que respecta a las ciencias naturales y las profesiones

    socialmente tiles, en una variante con serias limitaciones en las ciencias sociales y las

    humanidades. Esta versin del modelo, de fuerte impronta cientfica, se generaliza y

    masifica all en las dcadas siguientes, extendindose al terminar la Segunda Guerra Mundiala la regin de Europa que queda en la esfera sovitica. Con variantes, la universidad moderna

    se instala en China y los dems pases socialistas del Asia; la modernizacin avanza en el

    siglo XX por diversos carriles.

    La transformacin de la universidad a la que nos estamos refiriendo, consisti en

    agregar explcitamente a las misiones tradicionales de conservacin y transmisin del saber

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    existente, la de creacin de conocimientos a travs de la investigacin cientfica. La aplicacinms generalizada del mtodo cientfico dentro de la universidad, pas as a constituir una

    importante vertiente del proceso de generacin de conocimientos, llamados bsicos como deotros considerados aplicados o aplicables de manera ms inmediata a la sociedad somosconscientes de que esta distincin tradicional resulta con frecuencia poco clara-. El valor de

    estos conocimientos no siempre result obvio desde el momento en que surgieron y suaplicacin estuvo por lo general mediada por las estructuras de poder e inters prevalecientesen concreto, en cada surgimiento del conocimiento y la transformacin de buena parte de len tecnologao sea en conocimiento aplicado o aplicable en forma de procesos y productosen la produccin de bienes y servicios-, nunca fue largo a partir de la Revolucin Industrial yse acorta cada vez ms. Tambin cada vez ms, en los pases industriales, la poltica econmicay la poltica cientfica y tecnolgica aparecen relacionadas, aunque claro est, lasarticulaciones no son simples. Estas operan dentro de complejos y sensibles tejidos sociales,donde las autonomas relativas- de actores e instituciones como la universidad, requierenser preservadas para no matar la gallina de los huevos de oro3

    En cuanto al modelo de la llamada Universidad cientfica, ste surge en Alemania a

    comienzos del siglo pasado y tuvo, por cierto, un impacto decisivo en la veloz revolucinindustrial que experiment dicho pas y en el cierre de la brecha respecto de Inglaterra, yapara 1910. La innovacin principal de este modelo universitario reside en que las actividadesde investigacin se generalizan en el seno de las instituciones de enseanza superior,integrndose en medida considerable con la docencia, transformando el proceso deenseanza-aprendizaje tradicional4 Las ciencias naturales salen de las catacumbas, de losreductos aislados en las que se cultivaban, y entran en la universidad por la puerta ancha;emergen las ciencias sociales, y las humanidades se secularizan, superando el dogmatismo o

    el escolasticismo de los mbitos acadmicos del medioevo trasplantados a Amrica Latina atravs de la Iglesia y de las universidades del perodo colonial 5 (sobre el modelo peninsularde las de Santiago de Compostela y Alcal de Henares). En la Universidad cientfica floreceun clima de estmulo a la creacin de conocimientos a travs de los nuevos mtodos deinvestigacin; a su vez estos conocimientos nutren a las ciencias y a la tecnologa impactandono slo a la produccin de bienes y servicios, sino tambin a todas las dems dimensiones dela sociedad, incluyendo, por supuesto, las polticas y culturales. Las ciencias aplicadas alestudio de la naturaleza en la Tierra y el universo, las ciencias de la salud, las tecnologasindustriales y agrcolas, las ciencias sociales orientadas a explicar y comprender los fenmenoshumanos y sociales a lo largo del tiempo y del espacio, brindan las conexiones con la realidad.Se trata ni ms ni menos que del surgimiento de la universidad moderna. A la vez fruto y motor

    de la modernidad.

    Sobre esta transformacin del modelo universitario tradicional. Darcy Ribeiro 6 nosproporciona una interesante lectura, realizada con ojos latinoamericanos de hace veinticincoaos, cuando nuestra mirada del mundo era, en general ms optimista que la actual. Su textonos transmite el clima intelectual y poltico de la poca y a pesar de emplear nociones que hanperdido vigencia, como la del trnsito de diferentes pases por etapas similares, en momentoshistricos diferentes, sigue siendo, no obstante, estimulante. Al respecto dice el autor.

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    La universidad moderna de Alemania surgi en el curso de un proceso similar a quehoy Amrica Latina, Inglaterra y Francia, pioneras de la revolucin industrial, haban ordenadoel mundo segn sus intereses, implantando un vasto sistema imperial de nuevo tipo, quepona a su servicio todos los pueblos de la Tierra, sea bajo un rgimen colonial, seaincluyndolos en las reas de explotacin neocolonial. Alemania haba quedado atrs,

    experimentando solo los efectos reflejos, principalmente, los negativos de la nuevacivilizacin. Su poblacin, como la de toda Europa Central, empez a transformarse en masasexcedentes de mano de obra exportable por haber sido desalojada del trabajo agrcola y delartesanal urbano en proporciones ms grandes de las que poda absorber el nuevo sistemaproductivo.

    Como lo hara ms tarde Japn. Alemania tuvo que realizar un esfuerzo intencionalpara alcanzar la renovacin tecnolgica que los otros pases haban experimentado de modoms o menos espontneo. Surge entonces el modelo tardo de desarrollo industrial.

    En el campo econmico, la nueva poltica la formul List; en el cultural, los filsofoslaicos: Schelling (1803), Fichte (1807), Scheimacher (1808) y Humboldt (1810), que fueron losidelogos del nuevo modelo de universidad alemana. El rasgo dominante de su posicin erael nacionalismo y la identificacin con la poltica prusiana de unificacin de Alemania as comola valorizacin de la ciencia y de la investigacin emprico-inductiva. []. Las universidadesalemanas crecieron como una red descentralizada de instituciones en diversas regiones en unambiente de intensa emulacin. Cada innovacin lograda en Berln se adopta rpidamente enlos ncleos provinciales. Los jvenes profesores tenan oportunidad de iniciar su carrera encualquiera de ellas hasta establecerse en una ctedra propia all donde le fuesen ofrecidasmejores condiciones de trabajo y de prestigio. Esta competencia activa contribuypoderosamente a levantar y mantener muy alto el patrn de trabajo acadmico en lasUniversidades alemanas que, durante dcadas, fueron reconocidas como la expresin msalta del saber.

    En este modelo de universidad, que se difundi en Inglaterra a fines del siglo pasado-va Cambridge, ms tarde en EEUU, a travs de la Universidad John Hopkins, y luego se

    generaliza en el Norte hoy industrializada y semiindustrializado del Oeste y del Este, lapregunta de si debe apoyarse la ciencia bsica o la aplicada, no existe. La primera se consideraesencial para la segunda, las articulaciones intra y extra universitarias son fuertes y lasfronteras entre el conocimiento puro y el utilitario son con frecuencia borrosas. Nos

    referimos a pases que tuvieron la suerte de no recibir en esta materia asistencia tcnica o

    seudocooperacin del exterior, de la que llega con intensidad a nuestras playas7, lo cual noquiere decir de ninguna manera que el modelo alemn inicial hubiera surgido del aislamiento

    (ni de que aqu propongamos ningn provincialismo cultural).

    En nuestros das, este tipo de universidad secularizada, autnoma, creativa y crtica,de y para una sociedad industrial o que aspire a industrializarse (y posindustrial, si es que estadenominacin tiene algn valor), sigue plenamente vigente. Su existencia y desarrollo requirisiempre de una decisin poltica clara, que en Europa y EEUU fue tomada por los entoncesnuevos sectores de poder econmico, la burguesa: en el Viejo Continente este modelo deuniversidad se impuls desde el Estado Nacional (como en los lugares en que ste existe en

    alguna medida en Amrica Latina), mientras que en los EEUU surgieron frmulas quecombinaron la universidad pblica (de los Estados y las agrcolas que creo Lincoln), con las

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    privadas sin fines de lucro. Ms tarde los Estados y la industria brindaron un flujo creciente derecursos a las actividades de investigacin ubicadas dentro y fuera de las universidades amedida que la dinmica de generacin y aplicacin de conocimientos fue confirmado suimportancia econmica de acuerdo con diversos criterios donde la rentabilidad no estuvo paranada ausente8. En Europa del Este, China, Cuba y algunos otros pases (del Asia), se impulsan

    variantes de este modelo desde Estados centralizados-autoritarios, en los que la nocin deautonoma respecto del Poder Ejecutivo y del partido nico, fue prcticamente inexistente.

    Regresemos por un momento a la Argentina de hoy. Cuando alguien nos interrogasobre nuestra actividad y respondemos que somos profesores universitarios, casi siempre nospreguntan a continuacin, donde trabajamos. El supuesto, por lo general correcto, es que

    nuestra actividad principal (rentada) es otra, de carcter extrauniversitario, y que damos

    clases alguna tarde o noche por semana. Cuando la curiosidad de parientes y amigos de

    nuestros profesores universitarios, se topa con alguna rara avis que trabaja slo en launiversidad y realiza investigacin, lo miran con conmiseracin y un poco de desprecio. Los

    ms francos agregan Y eso para qu sirve? Al profesor de humanidades o ciencias sociales,que solo ensea y lo hace por ejemplo en Buenos Aires, Lomas de Zamora y Trelew (nosreferimos a una misma persona!), lo comprenden mejor, aunque tambin lo miran con muymerecida lstima.

    A qu distancia esta actualmente la universidad pblica Argentina del modelo deuniversidad que incluye de manera plena la creacin de conocimientos a travs de lainvestigacin, entre sus misiones fundamentales? Enorme. y la privada? Infinita.

    En efecto, esto es as porque en materia de educacin superior la orientacindominante sigue siendo, como antes del 83 profesionalista. No estamos avanzando en la

    direccin del modelo al que hemos hecho referencia, que requerira un fuerte compromisoeconmico por parte del Estado, respeto por la autonoma, un proyecto claro de la propiacomunidad acadmica y fuerte apoyo social. Estas condiciones parecen haberse dado enalguna medida en la Argentina de comienzos de siglo y en la dcada de los 60. Los regmenespos 30 y pos 66 cercenaron los complejos procesos sociales que propendan a la creacin de

    una universidad pblica democrtica y slida, intelectual y cientficamente hablando.

    En la actual circunstancia de Amrica Latina, y en cuanto al Estado, la orientacinrenovadora dominanteque ataca el statu quo de la universidad pblica-, la provee, aunqueparezca inslito, la banca acreedora a travs de la banca internacional pblica. Por medio de

    sus funciones y con abundantes recursos para consultoras, tras la retrica de la eficiencia (decorte empresarial) y la calidad, definida de manera muy poco convincente, apunta a contenerel surgimiento de otro posible brote de renovacin en el sentido en el que me estoy refiriendo

    aqu. El modelo de renovacin neoliberal tiende, por un lado a frenar un posible frente deexpansin del gasto pblico, y por el otro, a limitar el nivel cientfico, la autonoma y lasconquistas democrticas, de profesores y estudiantes. Sin duda, algunos aspectos de la mejora

    administrativa son necesarios, pero el modelo de tipo empresarial trasplantado de

    organizaciones con otros objetivos y caractersticas, es sin duda inadecuado. En lo msespecficamente universitario, la propuesta es fundamentalmente profesionalista,antidemocrtica y cortoplacista ligada al mercado; en ella, la investigacin y en general la

    creacin de conocimientos tienen poco lugar (se supone que se importan, en un modelo enque el Norte piensa y crea en serio y el Sur aplica) y el pensamiento crtico ninguno. Esta

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    alternativa se aleja del modelo de universidad fuerte de la modernidad, sin duda de mucho

    ms potencial como recurso para una eventual superacin de los desafos que agobian a lassociedades latinoamericanas.

    En los prximos prrafos desarrollaremos algunas cuestiones implcitas en el planteo

    inicial.

    INVESTIGACION Y CREACION DE CONOCIMIENTOS EN LA UNIVERSIDAD,IMPLICACIONES DE LA DIVERSIDAD DE LAS SUBCULTURAS ACADEMICAS

    En 1959, Charles P. Snow9, profesor de fsica de Cambridge y buen novelista, escribiun importante libro: Las dos culturas, en el que plante de manera admirable los rasgos

    diferenciales y las dificultades de dilogo en el seno de la universidad, entre la culturahumanstica y la cultura cientfica.

    La coexistencia de estas dos vertientes del conocimiento, a partir del momento en que

    la ciencia pas a ocupar un lugar importante dentro de la universidad, plantea enormesproblemas y tensiones no slo en el interior de la academia, sino tambin en el mbito msamplio de la cultura contempornea. Nos restringiremos sin embargo aqu a las implicacionesde esta coexistencia, en lo que hace a la investigacin y a las tradiciones de creacin deconocimiento en el complejo mundo acadmico actual, a la luz de la situacin experimentadadesde el advenimiento de la Universidad cientfica alemana.

    La cuestin planteada por Ch. P. Snow, estimula a abrir an ms la problemtica de las

    diferentes subculturas que conviven en la universidad, y su incidencia respecto a la naturalezade la investigacin a ellas asociadas. Se trata de examinar, aunque sea someramente, los

    principales procesos de creacin de conocimiento en las grandes reas o subculturasexistentes dentro de una verdadera universidad, no simplemente en una escuela profesional.As nos parece til reconocer cuatro grandes campos diferenciados, o subculturas acadmicas:dos seran los que identifica Snow, el humanstico y el cientfico, entendiendo este ltimocomo referido a las ciencia naturales y a las matemticas, y dos ms, el de las ciencias socialesy el de las tecnologas (o sea los conocimientos aplicados o aplicables en una sociedaddeterminada, este ltimo ms ligado a las profesiones).

    En la universidad moderna o cientfica, a la que hemos hecho referencia

    someramente en la introduccin, la subcultura acadmica de la vertiente humansticaconstituye una corriente tradicional que parte desde la primera Universidad de la historia (lade Boloa, creada en el siglo IX). Esta vertiente, inclua la tecnologa, la filosofa, las letras, lahistoria, las artes, el derecho y la medicina, que se nutri del saber clsico reprocesado ycontrolado por la Iglesia -no sin tensiones ni ausente de dinamismo- se enriqueci durante elRenacimiento y se abri an ms con la Reforma Protestante, que diversific los mbitos decontrol. Esta subcultura se desarroll fundamentalmente en el seno de las dos grandesinstituciones dominantes de la cultura superior de la poca: las universidades y los

    monasterios que se multiplicaron entre los siglos IX y XVII. Posteriormente se produce unaaceleracin del proceso de secularizacin de la subcultura de las humanidades en la

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    universidad, con el crecimiento de la investigacin cientfica y la separacin de la teologa y lafilosofa, rasgos fundamentales de la modernidad, lo que se refleja en el surgimiento a partirdel siglo VII de un nuevo tipo de profesor investigador, que los ingleses identifican con elnombre de scholar. Se trata de laicos que escapan de manera creciente al control del podereclesistico, libre pensadores de acuerdo con la denominacin francesa que luego se

    generaliza, que crean conocimientos en los campos especficos de su saber humanstico,empleando mtodos que no son estrictamente ni los de las ciencias naturales ni los de lasciencias sociales que se desarrollan ms tarde, aunque si se cien a las reglas de la razn y dela lgica. Ellos, los profesores-investigadores del campo de las humanidades, han recibido a lo

    largo de los ltimos siglos la influencia del pensamiento cientfico sin subordinarse a l. Sin

    duda, el peso relativo de esta vertiente de la investigacin y generacin de conocimientos, haido declinando en los pases industriales avanzados, en relacin con el lugar creciente de lainvestigacin cientfica y tecnolgica en la universidad. Esto plantea desequilibrios en elsistema cognitivo y de los valores, problema del que se habla con frecuencia pero cuyasconsecuencias para la humanidad son an difciles de precisar. La llamada universidad

    cientfica produjo un fuerte impacto en la valoracin de la creacin de conocimientos en suseno, expandiendo no slo el campo de la investigacin cientfica en l, sino tambin lainvestigacin en otros, incluso el de las humanidades ms tradicionales10.

    Por otra parte la modernidad en la Europa industrial y luego en lo que hoy se denominael Norte encontramos dos campos de investigaciones el de las ciencias sociales y humanascomo resultado del desarrollo que estas adquieren sobre todo a partir del siglo XVIII quecomprende a un conjunto de disciplinas: economa, sociologa, antropologa y psicologa y elde las profesiones- tecnologas o ciencias inmediatamente aplicables, que crecieronfuertemente en relacin estrecha con la industrializacin. Cada uno de estos campos, o

    subculturas para emplear la perspectiva temprana de Snow desarroll en estos dos ltimossiglos sus propias tradiciones de investigacin sus perspectivas terico-metodolgicas, susinstrumentos de observacin y experimentacin, y sus formas de articulacin con sociedad.

    La investigacin en las llamadas ciencias aplicadas, corporizadas en las profesionesvinculadas a la salud, la agricultura, la tecnologa y la ingeniera, el medio ambiente, losrecursos naturales, etc., se apoya fuertemente en las disciplinas de las llamadas ciencias

    bsicas. En la Universidad Cientfica, a diferencia de las universidad profesionalista, las

    articulaciones internas entre la subcultura cientfica bsica y la aplicada es intensa y opera entodas las direcciones. Tambin son intensas las articulaciones de las actividades internas deinvestigacin, de creacin de conocimiento, con el mundo extramuros, con la vida de lasociedad de lo global, en sus dimensiones poltica, econmica, social y cultural. As, a partir de

    advenimiento de la universidad moderna las actividades de investigacin pasaron a abarcar

    todos los tiempos, desde la prehistoria, el presente y las perspectivas futuras, todos los

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    espacios de la sociedad, los niveles local, nacional y global, y todas las dimensiones de lamateria, desde las particulares elementales al universo.

    Como veremos ms adelante, cuando examinemos el lugar de la creacin deconocimiento en la universidad argentina actual, ste no es el caso. Lamentablemente poco

    se avanz despus del 83 en esta direccin, en lo fundamental prevaleci un continuismo dela herencia profesionalista de los periodos autoritarios anteriores, con su secuela debalcanizacin de las facultades y limitados bolsones de investigacin. Sin duda la recuperacinde la autonoma fue esencial para permitir una vida acadmica de libre circulacin deconocimiento y debate abierto. No existi sin embargo impulso suficiente para transformar launiversidad dotndola de real capacidad de creacin de conocimientos a travs de lageneralizacin de las actividades de investigacin y renovacin de la docencia, lo que hubierarequerido cambios profundo, remplazo de muchos profesores-investigadores, (esto implicarecursos, mejores sueldos, dedicacin exclusiva, buenas bibliotecas, laboratorios, y nosolamente becas de investigacin y pequeos subsidios). Quiz la falta de renovacin se

    explique, en parte, por la gran expulsin de talentos producida por las dictaduras de Onganay Videla que, sin duda, debilit a la universidad pblica y al pas. En efecto, se estima que hayel triple de investigadores argentinos activos en el exterior, que los que trabajan en el pas11.Por otra parte, muchos de los que se fueron eran profesores con dedicacin exclusiva,comprometidos con la universidad, la sociedad y la democracia, con lo que se debilit un actorfundamental para la transformacin.

    Pero sigamos con la otra universidad, la del profesor que es un docente e investigador,lo que requiere entre otras cosas generalizar la dedicacin exclusiva de este actor, por ciertocentral en el proceso de creacin de conocimientos.

    UNIVERSIDAD PUBLICA E INVESTIGACION CIENTIFICA Y TENCOLOGICA EN ARGENTINA

    No cabe duda, como hemos visto, que fue la importancia que adquiri la ciencia, y enparticular la dinmica de la investigacin cientfica en la construccin de la modernidad, la que

    impact fuertemente en el medio acadmico en varios continentes. Retrocediendo en nuestrapropia historia, veamos cmo llegaron estas nuevas concepciones de la universidad a

    Argentina, y en general a Amrica Latina. Por lo pronto, conviene recordar que el surgimientoy la limitada expansin de las actividades de investigacin cientfica y tecnolgica (CyT) fueronaqu tardos. En efecto, se trata de una historia que no se extiende mucho ms all de losltimos cien aos, ya que si bien existieron contribuciones cientficas anteriores, stas fueronpoco numerosas, resultado de investigadores metropolitanos viajeros o de iniciativasaisladas, por lo general dbilmente institucionalizadas y de limitado impacto social. Es slo apartir de finales del siglo pasado cuando se constituyen grupos de investigacin de algunaentidad, en distintas disciplinas cientficas: matemtica, fsica, qumica, biologa, cienciasmdicas, astronoma, etc. As se fueron conformando en diferentes ciudades del continente,

    complejos de actividades de investigacin cientfica que incorporaron ms tarde las deinvestigacin tecnolgica, en un proceso de acumulacin accidentado y an poco sistemtico,

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    signado por frecuentes instancias de destruccin institucional y represin poltico-ideolgicaciertamente perjudiciales.

    Los trabajos de historia de la ciencia, realizados en nuestro pas y otros de AmricaLatina12, muestran el escaso desarrollo de las actividades de investigacin cientfica y

    tecnolgica modernas hacia fines del siglo pasado (en trminos de un quehacer cientficoaggiornado para la poca). Diversos historiadores coinciden en atribuir el tardo desarrollocientfico de la regin a las siguientes causas: a) En el perodo postindependencia, laseconomas de la regin se articularon con el sistema internacional que ya en el siglo pasadoestaba dominado por las potencias industriales de la poca: Inglaterra, en primer lugar, yluego Francia, Holanda y ms tarde EU. Esta rearticulacin consolid durante muchos aos unmodelo agroimportador, econmica y tecnolgicamente subordinado y subsidiario del Norte.b) El siglo XIX estuvo signado en Amrica Latina hispana por la larga guerra de independenciaas como por las luchas entre caudillos y jefes militares con control regional parcial en elinterior de nuevos pases. Estos conflictos no slo crearon inestabilidad, sino que mantuvieron

    el poder en manos de despotismos no precisamente ilustrados, perdurando un contextodesfavorable para la acumulacin de recursos y capacidades cientficas. Es slo a fines del sigloXIX cuando se estabilizan mnimamente nuevas elites civiles urbanas, por lo generalconservadoras en la defensa de los intereses dominantes de dentro y fuera, pero marcadaspor el pensamiento positivista modernizante.

    No es, en consecuencia, casual que sea apenas a partir de entonces cuando lasactividades de investigacin cientfica no slo las de enseanza de la ciencia y las de tipotaxonmico descriptivo que haban ido surgiendo con anterioridad- emerjan y se vayanexpandiendo, aunque en escala insuficiente, con dificultad y de manera discontinua. En esta

    etapa inicial, la universidad constituye el lugar donde estas nuevas actividades investigativas

    comienzan a organizarse, lo cual supone cambios importantes del viejo modelo heredado dela colonia, los que se realizaron no sin traumas y conflictos. La Reforma Universitaria del 18,iniciada en Crdoba y luego propagada a la mayora de los pases de la Amrica hispana, fueel movimiento de superacin de la universidad colonial, elitista, dogmtica y clerical, el decirde los propios lderes reformistas. No es casualidad que este movimiento hiciera eclosin enel medio en el que se haban producido ya cambios sociales importantes, mientras launiversidad se mantena como un reducto tradicional.

    Qu tiene que ver esta historia con la universidad argentina?. Bastante, si recordamosque adems de los cambios ya experimentados en la segunda mitad del siglo XIX en Buenos

    Aires, la Universidad de La Plata, que se cre a principios de siglo, se inspir en el modelo

    de la Universidad Cientfica alemana. Joaqun V. Gonzlez nos dice: La ciencia es la nica

    senda que conducir a la armona de las sociedades humanas ms desemejantes y discordes,por la propia accin de sus mtodos (p.32). En la pgina 43, el sin duda extraordinario Rectorfundador de nuestra primera universidad inspirada de manera neta en el modelo alemn, enuna vena menos cientificista, aunque priorizando la idea de la investigacin, la creacin de

    conocimiento, dice: el ideal, conservado y cultivado en los solitarios laboratorios de laciencia, del arte y de la poesa, es la estrella lejana del derrotero eterno, y hacia ella se

    encamina la peregrinacin de la humana grey. Curioso discurso de modernidad de esta

    excntrica parte del mundo que es nuestro pas!, por otra parte, un discurso por su estilo

    impensable pocas dcadas ms tarde, cuando llegaron al rectorado autoridades como JosLuis Romero o Risieri Frondizi. Sigue diciendo Gonzlez: Todo ellos [se refiere a profesores y

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    alumnos], y cuando leen en ese pas, conocen mis ideas sobre la labor universitaria; ella es deinvestigacin, en primer trmino; de enseanza, o sea de extensin, en segundo trmino. Yesa investigacin no ha de ser aislada o egosta, para el solitario regocijo del sabio en su tallerinviolable, sino para toda la nacin, para la humanidad entera. Una universidad es unlaboratorio de observacin y experiencia de la vida del medio en que acta; y si no es as,

    carece de razn de existir. Y sta es una universidad cientfica, en aquel sentido, de preferenciapor el aspecto experimental del estudio de todas sus disciplinas. [] y espritu cientfico quiere

    decir trabajo persistente tras la verdad, y por ser en pos de la verdad, es trabajo honesto,

    sincero y productor de bien y virtud (pg.99)13. Detrs de este discurso del mejor exponentedel ala progresista del roquismo (pro sufragio universal, pacifista, impulsor de legislacinsocial avanzada para la poca), se crea una importante universidad real, slida en cienciasbsicas, aplicadas y humanidades, en un pas de 5.000.000 de habitantes, en una ciudad demenos de 100 mil personas, en una sociedad con una tasa de crecimiento econmicoimportante, pero un producto bruto per capita sin duda mucho menor que el actual. Esta claro

    que la clase dirigente pensaba entonces en trminos de la construccin de una sociedad

    moderna y de un pas.

    Retrocediendo en el tiempo, cabe recordar que hasta la creacin de la Universidad deLa Plata, inicialmente provincial, existan dos universidades en el pas, la ms antigua, la deCrdoba, fundada en 1613 y la de Buenos Aires, en 1821. Esta ltima logra adquirir algunaimportancia en la segunda mitad del siglo XIX. La Universidad de Crdoba sufre durante elsiglo XVIII un fuerte retroceso como resultado de la expulsin de los jesuitas, y pervive despusde la independencia con el lastre de una pesada herencia colonial. Su elitismo, dogmatismo yortodoxia confesional, la sustraen de los cambios de la modernidad que golpean con msfuerza en el Ro de la Plata. Esta situacin slo se transforma en profundidad a partir de la

    Reforma del 18.

    En cuanto a la Universidad de Buenos Aires, si bien sta tarda algunas dcadas enadquirir alguna importancia y se orienta desde el principio hacia el modelo profesionalista, nodeja de recibir sin embargo la influencia del avance de la ciencia de la universidad europea.En Buenos Aires, aunque el impacto de este modelo fue mucho menor que en la Universidadde La Plata, que se crea casi cien aos ms tarde, de todos modos, ya en la segunda mitad delsiglo pasado comienza a organizarse lentamente los primeros grupos de investigacin y noslo de enseanza de la ciencia. Es durante el rectorado de Juan Mara Gutirrez,14 quienasume en 1861, cuando se crea el Departamento de Ciencias Exactas, para el que se contratanen 1865 tres profesores italianos capacitados para la enseanza de las matemticas y lahistoria natural (sobre todo la mineraloga y la geologa). Un ao ms tarde comienzan las

    explotaciones geolgicas y minerolgicas realizadas juntamente con unos pocos estudiantes,en la zona de Cuyo, y en 1869 egresan los primeros ingenieros. De todos modos, como nos lorecuerda Halperin Donghi:15 En esa historia de la institucin [la Universidad de Buenos Aires]

    fundada para satisfacer a los ricos mercaderes, a los menos ricos funcionarios que queranpara sus hijos la honra y el provecho derivados de las borlas doctorales, encontramos ya en el

    punto de partida la preocupacin preferente por la formacin de profesionaleses el

    necesario eco universitario del dinamismo de la ciudad que en siglo y medio multiplic cien

    veces su poblacinla Universidad de Buenos Aires cumpli, realizando esa tarea

    desdeosamente resumida en los trminos formacin de profesionales, una funcin

    histricamente valiossima Pero una universidad distribuye honra, provecho, prestigio,

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    porque se supone que distribuye saber. Este ltimo no interesaba tan vivamente en laciudad16 de cuyo crecimiento algo afiebrado la universidad participaba.

    La Facultad de Medicina, que haba quedado aislada, fuera de la Universidad, esincorporada a sta tardamente, en 1874. Segn Houssay, apenas en 1886 el doctor J.

    Seorans incorpor lo experimental a la enseanza, rompiendo con la ctedra docentetradicional17. Ese mismo ao se crea el Instituto de Microbiologa, donde se realiza tambin

    alguna tarea de investigacin.

    Los institutos comienzan a multiplicarse en la Facultad de Medicina, y es en 1919cuando se crea el Instituto de Fisiologa de la UBA, por impulso de Houssay, inicindoseentonces una nueva fase de prctica investigativa vinculada a la enseanza y a la formacinde investigadores. La importancia del nuevo instituto reside en que coloca al quehacercientfico de la Universidad en un nivel ms autnomo y avanzado. La dedicacin exclusiva seconvierte entonces en una exigencia bsica ya ms generalizada de la actividad investigativa.

    Dentro del modelo profesionalista, las tareas de creacin de conocimiento avanzancon dificultad, siempre confinadas a bolsones marginales, sin lograr permear la universidadtoda. No slo la investigacin cientfica tarda en emerger, sino, incluso, el trabajo serio enhumanidades slo comienza a organizarse despus de la segunda fundacin de la Facultad deHumanidades, en 1896la primera Facultad haba dejado de existir por falta de presupuesto-. Slo entonces surgen laboratorios e institutos, anexos a las tareas de formacin deprofesorado, que corresponden a las nuevas exigencias intelectuales que van ms all deconsiderar a las humanidades como un buen modo de acompaar una carrera poltica.

    No es el objeto de este artculo presentar una historia de la investigacin en la

    Argentina, sino examinar cul es el lugar de la creacin de conocimientos en nuestrauniversidad y, a partir de este anlisis, extraer algunas conclusiones sobre los problemas queaquejan a nuestras casas de estudio y las alternativas que se plantean hacia el futuro.

    Es entonces desde esta ptica, que observamos con especial inters la reaparicin enla dcada de los 60 de una nueva versin del modelo de Universidad moderna. La experienciaest bien descripta en el libro que R. Frondizi public despus de su rectorado.18 A partir del

    diagnstico de las fallas de la universidad tradicional y de las necesidades del desarrollonacional y latinoamericano. Frondizi plantea precisamente la urgencia de impulsar lacapacidad de conocimientos en un proceso de transformacin del modelo universitario. As,

    insiste, entre otros muchos cambios, en la necesidad de la expansin de la dedicacinexclusiva para impulsar la investigacin, la institucionalizacin de las ciencias sociales, elfortalecimiento de bibliotecas y laboratorios, el traslado en medicina de ctedras a loshospitales, la creacin de una importante editorial universitaria cuya poltica de publicacionesapoyaba desde Buenos Aires una estrategia latinoamericana de transformacin universitaria.La creacin del CONICET, en la dcada de los 50, respald tambin la consolidacin de lainvestigacin cientfica y tecnolgica en la universidad, volcando recursos para la expansinde estas actividades en las casas de estudio.

    Posteriormente, sobre todo a partir del 76, el CONICET cambia su poltica volcandoms y ms sus recursos fuera de la universidad. Con esta poltica se contribuy aldebilitamiento actual del mundo acadmico argentino.

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    Retomando el pensamiento de R. Frondizi en cuanto a la universidad y la investigacin,el ex Rector dice: La enseanza superior y la investigacin cientfica son condiciones

    necesaria y previa al desarrollo econmico-social y no su consecuencia. No se trata, pues, deun lujo que un pueblo se permite cuando alcanz cierto nivel econmico. Son por el contrario,los instrumentos que harn posible erradicar los males sealados [de la universidad

    profesionalista] Por otra parte, la supuesta falta de recursos para la investigacin queaducen nuestros gobernantes es un mero pretexto. faltan, acaso, para otros gastos menos

    justificados? (pp. 138 a 141). En la pgina 192, prosigue: Hace cuarenta aos, la investigacin

    cientfica era casi nula en nuestra Amrica. Si bien haba algunos hombres excepcionales,tanto por su talento como por su herosmo al tener que trabajar en condiciones muydesfavorables, se trataba de casos aislados. Las cosas han cambiado mucho en las cuatroltimas dcadas. Hay Universidades que exigen la investigacin como tarea obligatoria ycomplementaria de la docencia. Tenemos ya institutos de prestigio mundial y se cuentan por

    centenares los investigadores serios. [] En la Universidad de Buenos Aires, que es la

    institucin que conocemos de cerca, la dcada de 1955 a 1966 fue de gran desarrollo de la

    investigacin cientfica. Se dio un enorme paso adelante en casi todos los campos y muchohay que esperar en el futuro cuando readquieran la autonoma y el espritu constructivo queperdi en julio de 1966.19 De todas las facultades, la que experimento mayor progreso fue lade Ciencias Exactas y luego la de Medicina, especialmente en los departamentos del ciclobsico.

    El golpe de Ongana del 66, interrumpi este importante avance, a travs delavasallamiento de la autonoma, obligando a la universidad a replegarse al modeloprofesionalista, en un contexto de emigracin de profesores-investigadores, de cientficos eintelectuales, que se agrav con el terror y el oscurantismo de la dictadura pos 76, dando

    como herencia una universidad de bajo nivel acadmico, cientficamente pauperizada, casi sinciencias sociales, con humanidades controladas por una derecha catlica pasatista, mediocrey represora.

    A partir del 83 comenz un difcil perodo de reconstruccin democrtica. Seeliminaron las persecuciones poltico-ideolgicas y se erradic en consecuencia el terror. Launiversidad transit hacia la recuperacin de su autonoma, con democracia interna propia dela tradicin reformista argentina. La recuperacin cientfica fue lenta y dbil y no se volvi aplantear con claridad un modelo de transformacin en la direccin del que se haba operadoen la dcada del 60, ni del que se oper ms tarde en Brasil, Mxico y Venezuela. Si bien serealizaron avances en la investigacin en ciencias sociales y humanidades, stos fueronrelativamente tmidos.

    Como parte de esta falta de estrategia transformadora, las remuneraciones se hanmantenido consistentemente bajas. Casi todos los sueldos docentes y de investigacin estnpor debajo de una canasta familiar bsica.20 Esta realidad de insuficiencia asignacin derecursos y mala organizacin -fallas estructurales- se refleja en el bajo porcentaje deprofesores con dedicacin exclusiva. En la UBA, la principal universidad argentina, ladedicacin plena no pasa de 10 por ciento (el resto son docentes con pluriempleo o que sedesempean como profesionales con otra insercin laboral principal o sea que aunque

    quisieran y tuvieran la capacidad de hacerlo, no podran investigar seriamente).

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    Tampoco se ha formulado una poltica clara para los posgrado de tipo acadmico.21que deberan estar asentados en slidos institutos de investigacin, como lugares deformacin a nivel avanzado de futuros docentes e investigadores. Por el contrario, se hanreproducido en el cuarto nivel enseaderos con mucho de los mismos vicios que existen en elpregrado, salvo que se cobra matrcula. La creacin de Secretaras de Ciencia y Tcnica en las

    universidades pblicas, que por lo general, financian actualmente becas de investigacin yotorgan magros subsidios, por concurso, constituyen sin duda un avance, pero no permitenresolver ninguna de las grandes falencias a las que hemos hecho referencia, que sonestructurales. Esta realidad refleja la falta de un modelo universitario superador, que pudieraorientar la imprescindible y postergada transformacin, en autonoma 22 del actual perodode endeble proceso de democratizacin poltica argentina. En estas circunstancias, tampocose ha intentado seriamente recuperar talento argentino del exterior, ni atraer como en otraspocas investigadores y profesores extranjeros eminentes. Las facultades empobrecidas enmateria de investigacin y plenas de docentes reclutados en periodos de exilio exterior einterior y de exclusiones y proscripciones, casi no se renovaron en su cuerpo docente despus

    del 83, las menos profesionales de Filosofa y Letras, Ciencias Sociales y Psicologa, que fueronlas ms destruidas por las dos ltimas dictaduras militares pudieron paradjicamente encararuna renovacin mucho mayor del profesorado, pero avanzaron demasiado poco en lasuperacin de estructuras acadmicas obsoletas y en el impulso serio a la investigacin. Lasde Ciencias Exactas y Naturales, sufrieron ya un gran deterioro con la intervencin del 66 y sehan renovado poco. Esta pesada herencia afect negativamente el nivel de la universidad,especialmente si se toma en cuenta que son las facultades profesionales las que forman elgrueso del estudiantado. Naturalmente el impacto social de este continuismo es elevado, puesdesde hace ya ms de dos dcadas y media han egresado decenas de miles de profesionalesde nivel acadmico subptimo, formadas en su mayor parte sin contacto con la investigacin,

    ya que sus profesores no son, salvo excepciones, docentes-investigadores.

    Comparando nuestra realidad con ese Norte que los sectores dirigentes ponen comoejemplo, en los EEUU, por ejemplo, los tres sistemas universitarios principales, el pblico (delos Estados), el privado y el de las universidades y los land grant colleges.23 desempearon unpapel central en la investigacin cientfica y tecnolgica. En Europa predomina la universidadpblica que, como en Argentina ha sido la que hasta hoy ha desempeado el papel principalen la investigacin cientfica y tecnolgica ubicada en la educacin superior.

    En el informe Memoria crtica de una gestin. 1983-198924 se proporcionan datoselocuentes que ilustran sobre este progresivo debilitamiento de presencia universitaria en laasignacin de recursos del presupuesto nacional para actividades de investigacin cientfico-

    tecnolgica, a lo largo del perodo 1972-1983. Al examinar estos datos cabe recordar que ya acomienzos de la dcada del 70 la posicin de la universidad en el complejo cientfico ytecnolgico haba sufrido un importante retroceso, como resultado de la intervencin dergimen militar de Ongana.

    El porcentaje de dichos recursos asignados a las Universidades a partir de 1972, a lolargo de 12 aos, en el siguiente:

    Porcentajes de Recursos a la Universidades

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    (1972-1983)

    AO PORCENTAJE

    AO PORCENTAJE

    1972 27.9

    1973 19.6

    1974 23.1

    1975 26.0

    1976 8.0

    1977 5.8

    1978 8.0

    1979 9.5

    1980 8.2

    1981 8.3

    1982 7.5

    1983 6.8

    As se lleg a una situacin en la que slo tres de las grandes instituciones de carcterextrauniversitario creadas por el Estado desde la dcada del 50, el CONICET, el INTA y la CNEA,absorban en 1988 el 78.6 por ciento de la Finalidad 8 del Presupuesto Nacional (recursos

    destinados a la investigacin cientfica y tecnolgica).

    Como sucede en los pases industrializados, tambin en el nuestro el Estado crelaboratorios e institutos de investigacin, pero a diferencia de esos pases, la mayor parte deellos fueron ubicados en mbitos extrauniversitarios. Estos institutos, que se fueronmultiplicando a partir de la dcada del 20, en el seno de empresas pblicas o vinculadas aactividades sectoriales del Estado se caracterizaron en nuestro medio no slo por seruniversitarios sino tambin por su bajo grado de vinculacin con la universidad. Al examinar

    esta experiencia internacional es posible observar que con frecuencia en pasesindustrializados, las nuevas reas de investigacin cientfica o tecnolgica de inters del

    Estado se establecen ya sea dentro de las universidades o en las mrgenes de dichas casas,asocindolas a stas. En algunos pases, como por ejemplo, EU, se ha usado la frmula de

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    consorcios interuniversitarios, a los que el Estado apuntala de manera especial para elestablecimiento de instalaciones particularmente costosas, que por lo tanto ningunauniversidad podra construir y mantener aisladamente, las que naturalmente no convieneduplicar. En la Argentina estas frmulas son casi inexistentes; en el mejor de los casos algunauniversidad nacional otorga los ttulos, como ocurre en la experiencia del Instituto Balseiro

    de la Comisin de Energa Atmica en Bariloche- sin que haya casi ninguna vinculacinacadmica o cientfica real entre dicha universidad y la institucin extrauniversitariacorrespondiente. Durante los perodos de regmenes autoritarios (demasiado frecuentes ennuestro pas los ltimos sesenta aos), el gobierno ha mantenido una mala relacin con losintelectuales y la universidad, como por lo general ha ocurrido en situaciones polticassimilares en todas partes del mundo. No slo estos vaivenes han sido sumamente negativospara el desarrollo cientfico nacional sino que la experiencia indica que en los pases que hatenido un importante florecimiento de la ciencia y la tcnica, generalmente la universidad hasido el corazn del sistema y los recursos extrauniversitarios han tendido a articularse en estainstitucin. Sin duda, este tipo de articulacin permite mejorar el nivel de la educacin

    superior y asegurarle a la sociedad la reproduccin de intelectuales, cientficos y tcnicos concapacidad investigativa, y en general, la formacin de graduados universitarios de buen nivel

    con pensamiento independiente y creatividad- que benefician a la larga a todo tipo deactividades. De ms est decir que ste es un aspecto central que ha de controlar toda polticauniversitaria, as como cientfica y tecnolgica nacional, con vistas al largo plazo.

    En materia de investigacin tecnolgica, la situacin de la universidad esverdaderamente precaria. La historia de las facultades de ingeniera muestra cmo en ellas lainvestigacin tecnolgica apoyada en las ciencias bsicas y articulada con los sectores deproduccin de bienes y servicios, ha sido y sigue siendo dbil. Si bien es cierto que el modelo

    de industrializacin de Argentina gener poca demanda de investigacin tecnolgica nacional,es asimismo evidente que las facultades de ingeniera, con excepcin quiz de algunasescuelas de ingeniera qumica, no fueron focos dinmicos de investigacin e innovacintecnolgica, desde donde pudieran introducirse procesos innovativos interesantes en el

    sector industrial (como ocurri en los ejemplos de la Universidad cientfica alemana del siglo

    pasado o del Politcnico de Zurich a principios del presente). Esta debilidad de las escuelas

    de ingeniera argentinas fue en parte el resultado de un enfoque demasiado profesionalista,falsamente prctico, en donde abundan los profesores con dedicacin parcial provenientes dela industria, los que no estn ligados a la investigacin tecnolgica ni en la facultad ni en laempresa. Se tratara en este caso de una suerte de eslabonamiento estril, entre el mundoacadmico y el sector productivo de bienes y servicios.

    UNIVERSIDAD E INVESTIGACION EN CIENCIAS SOCIALES

    Dentro de la peculiar historia de la investigacin cientfica y tecnolgica en laArgentina, durante 100 aos de accidentados procesos de acumulacin y desacumulacin,construccin y destruccin, las ciencias sociales aparecen como un sector particularmente

    anmalo.

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    La muy demorada emergencia de las ciencias sociales en su versin moderna,

    centrada en la investigacin de acuerdo con las perspectivas terico-metodolgicas de susdiversas disciplinas, es por cierto llamativa. Slo despus del perodo 1880-1958, que estudiaJorge Myers25, surgen nuevas licenciaturas y actividades de investigacin significativas en lasdiversas disciplinas de las ciencias sociales.

    Slo a partir de entonces es cuando comienzan a organizarse las profesionescorrespondientes, cuya institucionalizacin es de todos modos precaria y accidentada 26

    As, del examen de la situacin del Complejo de CyT argentino, surge que las cienciassociales comienzan a desarrollarse en el pas con ms de medio siglo de atraso, si se lascompara con la investigacin en ciencias naturales. Tambin aparecen rezagadas en relacincon la evolucin considerablemente ms temprana de las ciencias sociales en Brasil y Mxico.De nuevo, en este aspecto del desarrollo de la investigacin cientfica en nuestro pas, laexplicacin, al examinar la historia, aparece ligada al impacto retardatario en materia

    universitaria, cientfica y cultural de los largos perodos de gobiernos autoritarios. As sesuceden un sinnmero de intervenciones poco ilustradas a la universidad, y la sociedad todasufre ms de cuarenta aos de estado de sitio en lo que va del siglo.

    La institucionalizacin incipiente de las ciencias sociales, alcanzada antes de 1966, sevio seriamente afectada durante los dos ltimos regmenes militares. Las autoridadesnacionales y las que entonces ejercieron la intervencin a las universidades pblicasdesencadenaron persecuciones de tipo ideolgico y poltico, que acabaron en la prdida parala universidad de profesores e investigadores altamente calificados; stos emigraron a

    universidades o institutos de investigaciones en muchos casos prestigiosos- del exterior, orecalaron en los centros de investigacin independientes, de carcter extrauniversitario, que

    se fueron creando en el pas a partir de 1960. En algunos casos stos regmenes llegaron alextremo de cerrar carreras completas, como ocurri con Antropologa en Buenos Aires,episodio inslito en el mundo acadmico a nivel internacional. El efecto de estos embatessobre las ciencias sociales ha sido importante, tanto a nivel de la calidad de la enseanzaimpartida como en lo que hace a las actividades de investigacin. La represin no slo se

    ejerci sobre cientficos sociales, carreras y disciplinas, sino que tambin se prohibi lacirculacin de publicaciones, se eliminaron colecciones enteras de las bibliotecas, y en generalse oper una suerte de polica de las ideas incompatible con el desarrollo de la ciencia y conel estudio serio de los problemas que aquejan a nuestra sociedad.

    El xodo de profesores de buen nivel de la universidad y el refugio de los que quedaronen el pas en centros de investigacin extrauniversitarios, produjo un divorcio creciente entrela investigacin y la educacin superior, que naturalmente atenta contra la calidad de la

    enseanza. A partir de 1983, ya durante el perodo democrtico, se produjo un retornolimitado de cientficos sociales altamente calificados a la universidad, que sin duda hubierasido ms amplio y fructfero si las remuneraciones no hubieran sido tan insuficientes y sehubiera integrado la investigacin y la docencia con una proporcin mucho ms elevada decargos con dedicacin plena, llenados por concurso.

    En cuanto a los centros privados, la falta de contacto con lo estudiantes, que suelen

    tener una visin crtica, empobreci la investigacin. A esta limitacin, se sum la excesivadependencia de financiamientos externos de corto plazo, lo que desestimul el estudio serio

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    de problemas prioritarios que aquejan a nuestra sociedad, limitando la capacidad local paradeterminar prioridades temticas y en el manejo de los recursos acadmicos disponibles enel tiempo. Durante demasiados aos la incertidumbre ocupacional, la inseguridad poltica y lafalta de recursos, acentuaron la crisis terica de las ciencias sociales en el pas; el desarrolloexcesivamente emprico de las investigaciones llev fundamentalmente a responder a

    demandas especficas de corto alcance de proyectos y la bsqueda permanente de nuevasfuentes de financiamiento para la investigacin, deterioraron la dedicacin y los contenidosdel trabajo en ciencias sociales. La inestabilidad de los mbitos profesionales tradicionales (enparticular la universidad y los organismos del Estado), llevaron a una discontinuidad crnicade las trayectorias acadmicas.

    No cabe duda de que una poltica cientfica que responda a las necesidades deldesarrollo nacional, as como a los requerimientos del fortalecimiento de la capacidadcientfica propia, tendra que incluir un importante captulo en el rea de las ciencias sociales.En materia de formacin de investigadores, las ciencias sociales argentinas exhiben una

    debilidad an mayor que la ya observada en las ciencias naturales, pues no hay en ellas la viejatradicin de los doctorados de investigacin a la europea, de nivel bastante digno, que se

    mantiene en las ltimas. Por otra parte, tampoco se han organizado en ciencias sociales-suficientes posgrados de tipo acadmico de investigacin-, de buen nivel, como paracomenzar a reemplazar la dependencia excesiva de la formacin avanzada en el exterior, porotra parte limitada a un nmero pequeo de candidatos (elegidos de manera azarosa).

    Casi todos los posgrados de investigacin con un nivel de calidad y exigencia aceptable,actualmente existentes, se desarrollan en economa, con una orientacin marcadamentetecnocrtica, que los aleja de la disciplina econmica de carcter ms cientfico que podra porlo tanto ser catalogada como una ciencia social.

    Cabe destacar que quiz como resultado de las grandes dificultades que los cientficossociales han encontrado para desarrollar sus disciplinas e impulsar la investigacin en nuestromedio, su creatividad en materia institucional a nivel nacional e internacional ha sidogrande.27 Cientficos sociales argentinos desempean un papel protagnico en la creacin del

    Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y los centros de investigacin localeshan participado activamente, de manera sostenida, en las actividades de esta importanteinstitucin regional, dedicada a la cooperacin y la integracin latinoamericana en su esferade accin. As, la Secretara del Consejo se ha mantenido en Buenos Aires desde el ao 1967.

    La realidad que acabamos de describir, se refleja en que a diez aos del 83, todava losinstitutos de investigaciones en ciencias sociales de las universidades pblicas exhiben seriaslimitaciones de infraestructura (falta de espacio fsico adecuado; de bibliotecas y centros de

    documentacin informatizados, pocos investigadores bien formados, con dedicacin exclusivaa la docencia e investigacin, y pocos posgrados de tipo acadmico para la formacin defuturos docentes investigadores a nivel de maestra o doctorado). As, el empleo mltipleprolifera, la investigacin es dbil, la produccin pobre en cantidad y muchas veces en calidad. En una de las ms grandes ciudades del mundo en cuanto a la difusin de la psicologa, comoes Buenos Aires, la Facultad correspondiente a esa disciplina, casi no investiga!

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    UNIVERSIDAD E INVESTIGACION EN LAS PROFESIONES

    Recordando las subculturas acadmicas que nos sugiere Ch. P. Snow, como orientacin

    para este somero examen corresponde que nos preguntemos, cul es la situacin actual dela investigacin en las facultades de tipo profesional, como medicina, ingeniera, cienciaseconmicas, arquitectura, derecho, etc.? Esto es particularmente importante si tenemos encuenta que las universidades argentinas, la mayor parte de los estudiantes respondenpositivamente a la amplia oferta de carreras tradicionales, inscribindose en ellas, lo cual haceque el grueso de los egresados alimenten slo un puado de profesiones.

    Veamos primero cmo se fue plasmando el modelo universitario pblico argentino, ensu forma profesionalista actual. Para esto es importante recordar que inicialmente no huboun modelo universitario nico. En efecto, las primeras tres universidades argentinas difirieronfuertemente entre s hasta la dcada de los 20; y es del 30 en adelante que el actual modeloprofesionalista se va consolidando y se generaliza.

    Ricardo Rojas28 nos recuerda en 1914, en una conferencia pronunciada en larecientemente creada Universidad de Tucumn: No podramos explicarnos la Universidad de

    Buenos Aires desvinculada de las ideas polticas del siglo XVIII y de las nuevas necesidadescreadas por la revolucin americana. Ella vino a satisfacer la nueva funcin de una repblicaindependiente y de un pueblo que entraba en la posesin econmica de su territorio. De ahque la nueva institucin comenzara por la facultad jurdica, completada por la escuela de

    medicina, por la de ingeniera, que utiliza la ciencia, transformando la tierra Era, pues, una

    universidad que se derivaba de la enciclopedia y que naca bajo la tutela del legalismo laico,

    as como la de Crdoba haba derivado de la escolstica y nacido bajo la tutela de la autoridadpontificia. Si Aristteles, Santo Toms e Ignacio de Loyola fueron los padres espirituales de laprimera, los padres de la segunda fueron Bacon en cuanto al mtodo cientfico, Montesquieuen su sistema jurdico, Adam Smith en su concepto de los fenmenos econmicos La

    suplantacin de la Iglesia consumbase con este acto Vase, ante todo, que la tendencia

    profesional la ha fragmentado en diversas escuelas particulares, de tal modo que en BuenosAires hay facultades, pero no universidad en el sentido cientfico de la palabra, ( sigue

    Rojas con su interesante diagnstico pero sin identificar claramente la falta de capacidadinvestigativa, de creacin de conocimientos, de esa universidad que en alguna medida critica,y contina un poco ms adelante) De esa necesidad filosfica naci la Universidad de la

    Plata, que aspira a crear un sistema didctico plasmado en la unidad filosfica de las ciencias,y a establecer sus armonas morales. El texto que hemos citado ante de J.V. Gonzlez va ms

    lejos en la explicitacin del papel de la investigacin en la creacin de conocimientos y nuestra

    mejor comprensin del modelo moderno,inspirado en la Universidad cientfica alemana.Esta conferencia de R. Rojas es, sin embargo, muy elocuente en cuanto a las diferencias queexistan entre las universidades argentinas de la poca.

    Varios son los factores que plasman el modelo profesionalista que terminaimponindose en la universidad argentina. El primero, surge de la nacionalizacin del sistema,que pasa a ser manejado por un Estado fuertemente centralista, como ha sido el argentino,

    con largos perodos de regmenes autoritarios. Las universidades han estado intervenidas porel gobierno nacional la mayor parte de los perodos 1930 a 1955 y luego del 1966 a 1983. Los

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    ministros de Educacin fueron imponiendo su, por lo general, poco ilustrado dictum, a favordel modelo profesionalista. La investigacin en ciencia, tecnologa y humanidades, quedarrinconada y con frecuencia sus sufridos cultores, sobre todo los ms comprometidos ycrticos fueron perseguidos. En cuanto al movimiento de la Reforma del 18, que democratizael gobierno universitario con participacin estudiantil, contribuye a la apertura y la

    masificacin de la educacin superior y enfrenta a las intervenciones del gobierno nacional,apoya por lo general el modelo profesionalista. Sin embargo esta situacin cambi en elperodo 55-66, donde sectores mayoritarios del movimiento estudiantil y un buen liderazgoacadmico, coincidieron en torno de un importante proyecto de cambio. En cuanto a lossectores del poder econmico, por motivos que han sido estudiados la estructura detenencia de la tierra; la industrializacin por sustitucin de importaciones; la orientacinideolgica dominante, etc.-, no se han interesado hasta ahora por la creacin deconocimientos en la universidad. No han sido atrados por el modelo alemn ni el ingls ni elamericano, ni el del politcnico de Zurich, ni el japons (copiado del alemn). La abundanciade profesionales en los campos tradiciones es vista con beneplcito por las capas medias que

    histricamente han buscado por esta va el ascenso social. Tambin por el poder econmico,que se ha servido de estos recursos humanos, abundantes y por lo tanto relativamentebaratos. Sin embargo, existen experiencias histricas donde primero cambi la universidad ydespus la estructura econmica!

    El modelo profesionalista aparece legitimado en lo acadmico en nuestro pas, por elprototipo de la universidad napolenica francesa. No se ha reparado aqu en las limitacionesde ese tipo de sistema universitario, por comparacin con el modelo alemn o el anglosajn.En efecto, la universidad francesa ha requerido de la creacin de un balcanizado y complejosistema paralelo, el de las Grandes Escuelas y otras instituciones de investigacin cientfica

    con el CNRS.29

    Tambin el modelo profesionalista se vio prestigiado aqu por Ortega y Gasset,30 quienescribi un trabajo de amplia difusin local sobre la misin de la universidad. El autora pesarde su formacin alemana-, no propicia en su propuesta un modelo de universidad donde lacreacin de conocimientos ocupe un lugar destacado; por el contrario, propone una variantede tipo fuertemente profesionalista y muy dbil en el plano de la investigacin. Estapropuesta, coincidi con las preferencias de las autoridades militares de la poca, y ms tardecon la orientacin del gobierno populista, explcitamente formulada por el propio Ministro deEducacin, Ivanisevich, en un contexto de manejo centralizado, sin autonoma, de laeducacin superior.

    Dentro de la realidad universitaria argentina, algunas facultades profesionales tienen

    tradicin de organizar institutos de investigacin en su seno. Esto ocurre fundamentalmenteen las facultades de Medicina y Farmacia y Bioqumica. Sin embargo estos institutos son slobolsones, en medio de una realidad acadmica en la que subsiste una proporcin elevada delas ctedras ocupadas por docentes de dedicacin parcial, con pluriempleo que no estn encondiciones de realizar investigacin, an si tuvieran la formacin adecuada para ello. Encuanto al perodo pos 83, no ha habido por otra parte una recuperacin cientfica significativaen el campo de las ciencias mdicas y de la biologa, que implique una mejora de las decadas

    facultad de Medicina, por comparacin con los niveles alcanzados en la dcada de los 60. En

    un trabajo reciente sobre la investigacin en salud en Argentina, 31 las autoras constatan, alanalizar los datos de los relevamientos realizados en el pas (1969, 1982 y 1988), que la

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    cantidad de investigadores en esta rea cae de 4084 en 1969, a 2536 en 1988. Si se toma encuenta que, adems, durante ese perodo la investigacin universitaria se debilita en relacincon la extrauniversitaria, ya que se asigna una proporcin decreciente de recursos, esrazonable concluir que las actividades de creacin de conocimientos cientficos en nuestrasfacultades de Medicina, se han deteriorado de manera considerable.

    Las facultades de Ciencias Econmicas, que nuclean a las carreras de administracin(pblica y privada), contabilidad y economa, son tambin las ms pobladas, sin embargo, entrminos de profesores e investigadores de dedicacin exclusiva, la situacin es de grandebilidad. La propia Universidad de Buenos Aires no apel a su Facultad para encarar unestudio de mejoramiento administrativo, sino a consultoras extrauniversitarias. Parecera quecon profesores de dedicacin simple, con empleo principal fuera de la Universidad, no sepueden contemplar no slo tareas de investigacin cientfica, sino ni siquiera actividades deconsultora.

    En cuanto a las facultades de Ingeniera, la crisis en el pas es muy profunda. Casi noexiste investigacin tecnolgica industrial en dichas facultades, y en algunas de las principales,como la de Buenos Aires, no quedan profesores con dedicacin exclusiva; tampoco se haceinvestigacin significativa de ningn tipo y no hay articulacin con las ciencias naturales ymatemticas de buen nivel ubicadas en las facultades de ciencias. La reversin de la situacinactual de las facultades de Ingeniera del pas es posiblemente una de las tareas ms urgentes.

    No continuaremos con una revisin pormenorizada de la situacin de la investigaciny la creacin de conocimientos en todas las facultades profesionales del pas. No obstante, la

    informacin disponible permite concluir que salvo excepciones, el estado general es dedebilidad, lo cual tiene serias implicaciones para la calidad de la formacin. Esta realidad se

    suele encubrir con un discurso retrico en torno del tema de moda, la relacin universidadempresa y la venta de servicios. qu puede vender a la industria una universidad cuyaFacultad de Ingeniera no tiene ninguna capacidad de generacin de conocimientostecnolgicos? En el mejor de los casos podr ofrecer la provisin de algn servicio de rutina,que no implique nuevos conocimientos ni mucho tiempo de dedicacin de ingenieros y

    tecnlogos de primera lnea; la investigacin cientfica y tecnolgica inexistente, quedaeliminada de antemano.

    COMENTARIOS FINALES

    El examen de evolucin de la universidad pblica argentina, desde la perspectiva de la

    investigacin como forma de generacin y adaptacin de conocimiento, pone en evidencia el

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    grado de debilidad de nuestra educacin superior por comparacin con la de muchas otraspartes del mundo, no solamente del Norte industrializado.

    En efecto, la investigacin en las cuatro subculturas que coexisten en nuestrasuniversidades, ha sufrido avances y retrocesos, pero no ha alcanzado una dimensin que

    permita transformar el empobrecido modelo profesionalista actual. Por comparacin con lallamada universidad cientfica, o moderna, la investigacin en ciencias naturales y

    matemticas, en ciencias sociales, en humanidades y en los campos aplicados de lasprofesiones, no se ha extendido en la medida suficiente como para tener un impactocualitativo importante en la formacin de la mayora de quienes egresan de nuestras casas deestudio. Tampoco una universidad dbil, en trminos de capacidad de creacin deconocimientos cientficos, tecnolgicos, sociales y humansticos, tiene mucho que ofrecer a lasociedad, que supere lo que cualquier buen profesional pueda brindar a travs de unaconsultora convencional. Esto es lo que convierte el actual discurso neoliberal sobre lavinculacin entre la universidad y el sector productivo, en una retrica hueca.

    La baja proporcin de profesores-investigadores con dedicacin exclusiva; lainsuficiencia y mala organizacin de buena parte de las bibliotecas y centros dedocumentacin universitaria; la debilidad de muchos laboratorios e institutos; la escasez debuenos posgrados de tipo acadmico apoyados en investigacin; la falta de becas de estudiopara estudiantes sobresalientes de familias de bajos ingresos; la escasa articulacin intra yextrauniversitaria; la baja capacidad de generacin de conocimientos transferibles a lasociedad, tiles a corto, mediano y largo plazo en lo econmico, poltico, social y cultural; laausencia de contacto con la investigacin en los procesos de enseanza-aprendizaje son sinduda debilidades de nuestro modelo universitario, que requieren ser superados. No es sin uncompromiso fuerte del Estado en trminos de financiamiento y de otras formas inteligentes yrespetuosas de apoyo, que esta transformacin podr lograrse. En esta materia no hay muchomisterio; la experiencia internacional de los pases con buenas universidades es bastanteclara.

    Los regmenes autoritarios posteriores al 30 y al 66 produjeron fuertes retrocesos en

    materia universitaria, neutralizando precisamente la investigacin y la capacidad de generarconocimientos que escaparan al control de las autoridades del Estado. Este proceso deinvolucin conllev siempre en nuestro medio a un fortalecimiento del modeloprofesionalista.

    Asimismo, estos regmenes autoritarios, no slo avasallaron la autonoma de launiversidad pblica, sino que la debilitaron a largo plazo, canalizando recursos en proporcincreciente hacia instituciones de investigacin extrauniversitaria, controlados de manera

    directa por el Ejecutivo, el repaso del discurso y las prcticas de la mayor parte de lasautoridades de las universidades designadas por dichos regmenes, es incompatible con lasideas de liderazgo necesario para un renacimiento o un fortalecimiento de las actividades decreacin de conocimientos. Para los que sepan algo de nuestra historia acadmica, basterecordar algunos nombres de autoridades que incidieron fuertemente en los destinos de launiversidad pblica a partir de 1930: Benito Nazar Anchorena, Angel Gallardo, Vicente Gallo,Alfredo Labougle, Jordn Bruno Genta, Gustavo Martnez Zuvira, Toms Casares, David Arias,

    Alberto Baldrich, Carlos Obligado, el cannigo Sepich, Etcheverry Boneo y, algo ms tarde, elfamoso ministro Ivanisevich, que protagoniz un recordado retorno en el 75. Despus del 66

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    se produce un desfile de rectores interventores, que en su gran mayora corresponde, en losustantivo, al mismo perfil. Qu tuvieron en comn estas autoridades que ejercieron el poderuniversitario en forma absoluta?: profundo rechazo de las ideas de la Reforma del 18,desprecio por las formas de la democracia poltica en cualquiera de sus variantes;insignificantes credenciales acadmicas; ninguna conexin con la investigacin cientfica o

    tecnolgica; vocacin de ejercer el control ideolgico y la represin; desprecio por losintelectuales; fuertes vnculos con los sectores ms retrgrados e integristas del catolicismo.Poca duda cabe de que por aqu pasa una de las pistas que puede conducir a la explicacin dela compleja rama que llev una y otra vez al bloqueo del potencial de transformacin ydesarrollo que existi en materia universitaria, en varios momentos de nuestra historia. Nocabe duda tampoco, que este bloqueo universitario fue parte de un bloqueo ms amplio, quevaci a la larga, las posibilidades de realizacin de amplios sectores de la sociedad argentina,pero esto escapa al objeto de este artculo y se adentra en el campo ms vasto de la historiade una nacin frustrada.

    Nuestro examen no pretende ignorar importantes avances que se han realizado en,materia de investigacin y creacin de conocimientos, a lo largo de un siglo, en nuestrasuniversidades pblicas. Se trata ms bien de entender mejor las causas de los lmites de estosavances, que han sido precisamente los que han impedido la construccin de un modelouniversitario superador del profesionalista, ms potente en cuanto a la capacidad de crearconocimientos en el campo de la ciencia, la tecnologa, las humanidades, las profesiones y lasciencias sociales. Sin duda esta alternativa, que no parece imposible, sera de mejor calidadacadmica y mayor utilidad social que la actual.

    Quiz lo ms difcil de entender es por qu despus del 83, no se ha podido retomar elcamino de una transformacin vigorosa de la universidad pblica, en la direccin que hemosexpuesto. Por supuesto no somos deterministas fatalistas, ni posibilistas conformistas, nicreemos tampoco en el progreso automtico. Pensamos si que el estado de crisis en que lasdos ltimas dictaduras sumieron a la sociedad, ha debilitado la capacidad paraemprendimientos colectivos importantes. En este sentido, parece claro que el primergobierno pos 83 no tuvo un proyecto universitario renovador ni una voluntad poltica quefuera mucho ms all de la devolucin de la autonoma y la recuperacin del cogobiernosinduda reivindicaciones fundamentales, aunque insuficientes-, as como la preservacin de uncierto statu quo til para mantener, por la va democrtica, el control desde el partidoentonces gobernante. Este ltimo aspecto, la introduccin tan directa de los grandes partidospolticos en el manejo de la universidad, no ha sido un aporte positivo a la reconstruccinuniversitaria en trminos de un modelo acadmico serio. Por otra parte, como ya hemos

    dicho, el xodo de un nmero importante de investigadores de buen nivel provenientes dediversas disciplinas cientficas y humansticas, exacerbado a partir del 66, priv a la universidadde una reserva estratgica de liderazgos y potencial transformador. En cuanto a esta prdida,nuestra sociedad no ha adquirido an la nocin del costoen el sentido amplio del trmino-,del xodo de personas altamente calificadas, comprometidas con la universidad y con el pas,de criterio independiente y con capacidad crtica.

    As llega el segundo gobierno del perodo pos 83, sin proyecto universitario que cuente

    con apoyo razonable en el mundo acadmico, y sin disposicin por otra parte a invertir

    recursos crecientes en un marco de autonoma. Por otra parte, las presiones y tentaciones deintervenir por la va de la propuesta tecnocrtica impulsada ahora por la banca acreedora, a

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    travs de los asesores y consultores del Banco Mundial, se van perfilando con crecienteintensidad.

    Esta situacin de vaco de propuesta propia, se da en el momento en que el Norteintenta modelar la universidad latinoamericana por segunda vez. Sin duda la situacin estaba

    planteada en otros trminos, cuando en la dcada de los 60 llegaron a la regin las propuestasde la Alianza para el Progreso. En ese entonces, no exista en Amrica Latina un vaco depropuestas universitarias. Por el contrario, corran los das en que Darcy Riveiro conceba yconstrua la Universidad de Brasilia, los rectores Gmez Millas y Gonzlez encabezabangrandes cambios en Chile en las universidades de Santiago y Concepcin, Magiolo lideraba larenovacin en la Universidad de la Repblica, en Montevideo, y rectores como Jos LuisRomero y Risieri Frondizi y decanos como Rolando Garca impulsaban una importanterenovacin en la Universidad de Buenos Aires. Autores como Brunner32 llaman

    despectivamente benevolentes que supuestamente no evaluaban las experienciasuniversitarias-, sin duda apoyaron estos importantes procesos de transformacin no exentos

    de conflictos y tensiones.

    Por otra parte, la propuesta de la Alianza para el Progreso era relativamente msbenigna que la actual. Si bien tena como teln de fondo el modelo de la universidadnorteamericana con colleges y campus, y todo lo que se le pareciera estaba bien y lo que fueradiferente, estaba mal, las ideas impulsadas por la Alianza no atacaban la nocin de autonomani el compromiso del Estado en lo que se refiere al financiamiento. Tampoco optaban por unauniversidad cientficamente dbil, con poca capacidad de generacin de conocimientos. S sepropenda a la despolitizacin de la universidad y a una vinculacin con los sectoresproductivos a travs de actividades corrientes de consultora. De hecho, Atcon33, el expositorms articulado de esa propuesta, fue asesor de la Universidad de Concepcin, interesanteexperiencia de educacin superior, con campus, estructura departamental, infraestructura debibliotecas y laboratorios, e investigacin en cienciasnaturales y sociales- y en humanidades,donde se produjo a poco andar un proceso no previsto de fuerte radicalizacin polticaciertamente no limitado entonces al campus. Atcon fue atrado tambin como asesor, por elRector interventor de la UBA, doctor Ral Devoto,34 durante el gobierno de Ongana, en 1968.Su asesoramiento en materia de planteamiento universitario no tuvo mayor impacto, elinterventor Devoto dur poco, las inversiones universitarias se pararon suspendindose laconstruccin de la Ciudad Universitaria de Nez; de hecho se enfatiz el retorno a un statuquo profesionalista en una universidad cientficamente debilitada. La Alianza para el Progresosembr la regin de campus y construcciones universitarias e impuls la departamentalizaciny, en general, estructuras menos balcanizadas que las de facultades y las ctedras

    tradicionales. Fue un modelo modernizador que intent atender demandas y presionesexistentes a favor de una expansin de la educacin superior, apostando a una despolitizacin

    juvenil. El modelo importado no logr este ltimo objetivo; la dinmica poltica, laradicalizacin creciente, lo desbordaron. La respuesta del Norte fue olvidarse de Atcon y susconsultores y centrar la atencin en la Doctrina de Seguridad y la contrainsurgencia. Esteltimo nfasis hizo por cierto estragos en la realidad universitaria latinoamericana, a lo largode aos de conflicto, represin, terror e intervencin de instituciones acadmicas.

    Volviendo brevemente a la actual propuesta impulsada por la banca acreedora, a

    travs del Banco Mundial, el nfasis en la vinculacin con el mercado y la retrica vagarespecto de la calidad y la eficiencia, parecen apuntar a lograr una disminucin del

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    compromiso de apoyo fiscal a una universidad pblica autnoma. El acceso a los recursos porparte de las universidades se atara al resultado de evaluaciones diseadas en lo sustantivopor consultores del propio Banco Mundial, y realizados a travs de mecanismos controladospor ministerios de Educacin simpatizantes de la propuesta. Qu puede esperarse deevaluaciones impulsadas por ministerios que ya tienen sobre sus espaldas el haber

    deteriorado la educacin en los niveles primario y secundario? No estamos contra la idea delas evaluaciones, siempre que stas sean independientes y estn realizadas por especialistasen cuestiones universitarias, interesados fundamentalmente por el mejoramiento sustantivode la educacin superior pblica, s sospechamos de evaluaciones destinadas de antemano a

    justificar una disminucin del compromiso en cuanto a recursos fiscales otorgados a launiversidad pblica, los que en un proyecto serio, deberan seguramente incrementarse. Encuanto a eficiencia, sabemos que es mucho lo que se debe hacer, pero no son los criterios nilas tcnicas aptas para otro tipo de organizaciones y otros problemas, las que sirven para elcaso de la educacin superior. Tampoco el peso que se le da al mercado, nos parece adecuadopara orientar una actividad como la educacin, que debe satisfacer muchas necesidades

    sociales que no se expresan o se expresan de manera inadecuada en esa institucin econmicaque slo refleja la correlacin de fuerzas del presente. Por otra parte, la educacin es unaactividad de ciclo largo, cuyos efectos principales son a futuro. Los frutos actuales del sistemaeducativo son el resultado de una suma de decisiones tomadas en aos anteriores, en algunoscasos dcadas atrs.

    No encontramos en la literatura del Banco Mundial referencia a los diferentes modelosuniversitarios que han tenido real vigencia histrica en pases exitosos o que revisten interspotencial para los desafos que nuestras sociedades debern afrontar y que las agobian.Tampoco hay un real dilogo con el pensamiento creativo local, que no est en la lnea.

    Esperamos con este artculo alimentar un esfuerzo colectivo de reflexin y elaboracin,que permita al propio sector universitario formular alternativas vlidas para la transformaciny el mejoramiento de nuestra universidad, con autonoma y en democracia. Personalmenteno creo que ni el tamao del pas, ni la cantidad de poblacin ni el producto per cpita, ni laestructura productiva, ni la insercin internacional del pas, ni la historia universitaria y nisiquiera nuestra realidad poltica actual, constituyan un obstculo insalvable para pensar yrealizar eventualmente en Argentina algo mejor que el statu quo actual o la propuestastandard que nos llega con fuerza del Norte.

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    *Director del Instituto de Investigaciones. Facultad de Ciencias Sociales (UBA) Ex Director del Centro

    Regional para la Educacin Superior en Amrica Latina y el Caribe (CRESALC UNESCO). Caracas (1978-

    83).

    1 Los nombres son ficticios: cualquier coincidencia con un caso real no es intencional.

    2 De acuerdo con datos actuales del INDEX de acuerdo con FIEL para una canasta tipo ejecutivojunior sera aproximadamente $ 6.000.

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    3 Vase en este aspecto la evolucin reciente del pensamiento en los pases industriales avanzados,

    donde se abandonan los enfoques econmicos simples a favor de interpretaciones socioeconmicas

    y culturales ms complejas, por ejemplo. Oslo Manual (sobre innovacin tecnolgica). OCDE. Pars

    1992 o Technology and the Economic, OCDE, Pars, 1992. Estos planteos son tambin mucho ms

    interdisciplinarios que los de Schumpeter de 1916 o los posteriores de economa de la innovacin.

    4 Mtodo que Houssay llamaba, despectivamente, de ctedra o sea de enseanza impartida por

    profesores que no realizaban investigacin, profesores part-time, solo docentes. Cuando se

    presenta en 1919 al concurso para Prof. Titular de Fisiologa (gracias a los movimientos de reforma,

    que en Buenos Aires se iniciaron en 1905), adjunta una Nota de Presentacin en la que dice: Los

    documentos que presento demuestran ampliamente mi dedicacin a esta materia, con todo mi

    esfuerzo y mi entusiasmo, con renunciamiento a las actividades profesionales, ya que la extensin

    creciente de esta ciencia exige que sea cultivada con exclusin de otras tareas. Texto encluido en

    Escritos y Discursos del Dr. Bernardo Houssay, compilacin de A. Barrios Medina y A. Paladini,

    EUDEBA, Buenos Aires, 1989.

    5 Hans A. Steger. Las Universidades en el desarrollo social de la Amrica Latina. FCE. Mxico, 1974.

    6 Darcy Ribeiro. La Universidad Latinoamericana, edicin conjunta del Centro Editor de Amrica

    Latina y la Universidad De la Repblica del Uruguay. Montevideo. 1968.

    7 Hoy en da, fundamentalmente por la va de la banca acreedora internacional pblica.

    8 La teorizacin econmica de esta dimensin se desarrolla a comienzos de siglo, a partir de Joseph

    Schumpeter, quien realiz el primer intento de incluir el cambio tcnico, en el anlisis de la dinmica

    de los sistemas econmicos. Una presentacin de las teoras ms recientes pueden encontrarse en

    Technical Change and Economic Theory, compilado por G. Dossi, C. Breeman, R. Nelson, G. Silverberg

    y I. Soete. Pinter Publishers, Londres y Nueva York, 1988.

    9Charles P. Snow. The Two Cultures, Penguin Books, Londres, 1959. Preferimos emplear aqu la

    nocin de culturas o subculturas acadmicas, tal como las define Snow, a la ms precisa y delimitada

    de campo, desarrollada ms tarde por Boudieu, porque nos resulta ms til para referirnos a los

    grandes mbitos del conocimiento que coexisten en la universidad y surgen de distintas vertientes

    que se diferencian por su historia, sus mtodos y las vinculaciones que establecen con la sociedad.

    10 Solo hemos querido sealar hasta aqu que la introduccin de la investigacin cientfica en la

    universidad moderna la transform, impactando de manera directa en sus diversos mbitos lo que

    Snow llama subculturas acadmicas.

    11 Enrique Oteiza y otros La poltica de Invetigacin Cientfica y Tecnolgica Argentina: Historias yPerspectivas pp. 303 a 305. Centro Editor de Amrica Latina. Bibliotecas Universitarias. Buenos Aires,

    1992. M.Slemenson. Emigracin de cientficos argentinos: organizacin de un xodo a Amrica

    Latina. Historia y consecuencias de una crisis poltico-universitaria, Instituto Torcuato Di Tella.

    Buenos Aires, 1970.

    12 Consignamos aqu algunas referencias para los lectores que deseen asomarse a la historia de la

    ciencia en Amrica Latina: Francisco R. Sagasti y Mauricio Guerrero. El desarrollo Cientfico y

    Tecnolgico de Amrica Latina, INTAL, Buenos Aires, 1974 (cap. 1 parte 2). Marcos Cueto. Excelencia

    Cientfica en la Periferia. Grade CONCYTEC, Lima, 1989 (en particular cap. I y II) Helio Jaguaribe.

    Ciencia y Tecnologa en el Cuadro Sociopoltico de Amrica Latina. El trimestre Econmico, vol.38,

    1971 pp. 389-432. Jorge Myers. Antecedentes de la Conformacin del Complejo CyT, 1850, en laPoltica de Investigacin CyT Argentina. E. Oteiza et. al. Bibliotecas Universitarias. Centro Editor de

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    Amrica Latina. Buenos Aires, 1992. Marcel Roche, Rafael Rangel: Ciencia y Poltica en la Venezuela

    de Principios de Siglo. Monte Avila Editores Caracas, 1978; Hebe Vessuri: Bitter Harvest: The Growth

    of a Scientific Community in Argentina, en V.V. Krishna R. Weaty y J. Gaillard (eds.). The emergence

    of Scientific Communities un Developing Countries, Sage (en prensa).

    13 Joaqun V. Gonzlez. Un Ciclo Universitario 1914-1919. Casa Jacobo Peuser Ltda. Buenos Aires,1932.

    14 Tulio Halperin Donghi. Historia de la Universidad de Buenos Aires. EUDEBA. Buenos Aires, 1962 p.

    73.

    15 Ibid. p.11

    16 Recordemos que hasta bien entrado el siglo XX. Buenos Aires fue predominantemente una ciudad

    portuaria, burocrtica y comercial, asiento del poder poltico y administrador de servicios y

    concesiones, la industria solo adquiere cierto peso social y econmico a partir de la dcada de los 20.

    17 J. Myers. Ibid, p.94

    18 Risieri Frondizi. La Universidad en un mundo de tensiones: misin de las universidades en Amrica

    Latina. Paids. Buenos Aires, 1971

    19 Lamentablemente nos est llevando ms tiempo, a partir del 83, para recuperar un impulso

    transformado y constructivo, en autonoma, que el que imaginaba R. Frondizi.

    20 Calculada sobre una estructura de consumo que el INDEC considera que sera mnimamente

    aceptable para la familia de un obrero industrial, estimada en setiembre de 1993, en $ 1.300.

    21 Emilio F. Migmone. El Posgrado en la Argentina. Mimeo. Buenos Aires, 1991. Enrique Oteiza. l

    posgrado en la Argentina. Elementos para una Estrategia en el Contexto de Amrica Latina: en

    Educacin y Sociedad. Vol.2 N1. Enero-junio, 1991. CRESALC-UNESCO.

    22 Ya he hecho referencia a las condiciones que deberan existir para que fuera posible una

    renovacin de la universidad pblica argentina, en el sentido de la adquisicin de una capacidad

    mayor de creacin de conocimientos a partir de la investigacin. Esto requerira un proyecto de

    renovacin, surgido de la propia universidad, respeto y apoyo por parte del gobierno, y suficiente

    respaldo social y poltico en al sociedad civil. O sea una suerte de nuevo pacto social, que pasa

    necesariamente por una instancia previa de debate pblico ilustrado que no se esta dando.

    23 Creado por Lincoln a fines del siglo pasado, cuyo impacto en la expansin de la productividad

    agrcola a travs de la investigacin y la extensin, fue inmenso.

    24 SECYT, Buenos Aires 1989.

    25 J.Myers, ibid., cap. 1

    26 Vase Hebe Vessuri, Las ciencias sociales en la Argentina: diagnstico y perspectivas en Oteiza