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la enfermedad fue justificación para hacerlos palpables por medio de la figura retórica llamada “Écfrasis”. El Diccionario de la Lengua Española la define como: descrip- ción precisa y detallada de un objeto artístico. Y figura consistente en la descripción minuciosa de algo. Podemos ampliar su significado y referirnos a ella, como una descrip- ción que evidencia en el receptor lo descrito. En nuestro caso, hablamos de pinturas, despertando en él la ima- gen del cuadro ausente. Es este el mecanismo, como se mencionó líneas arriba, a partir de ese paralelismo en los títulos de los poemas. OTROS ELEMENTOS DE SU POESÍA La ironía es otro ingrediente en la poe- sía de Carmen; ironía doble filo, doble visión paranoica. ¿Es la fiebre de la en- fermedad o la fiebre de la pasión? La poeta responde: “Mi madre me pasó un huevo por el cuerpo / para quitarme ese mal escandinavo de fiebre / cuando lo quebró salió un ojo cocido / entras los huevos de mi cara / que siempre due- len en las visiones de calentura / de la profética ceguera afiebrada”. Ávila también parte de otra postu- ra, la del extranjero que mira la cultu- ra de un país que le es ajeno. Postales del exilio mantiene la propuesta car- tográfica y el registro fotográfico de cada estancia: París, Alemania, Pra- ga, Ginebra, el País X (México y su desierto del norte). El viajero obser- va y la memoria traza sus planos, las raíces de estos planos. Ávila no confía en la memoria; es caprichosa. Borges lo dijo varias veces: “mi memoria se parece demasiado al olvido”. Ávila coincide en Proemio: “Caprichosa memoria / muestra lo que quiere / o lo que puede / pequeños fragmentos de cerámica / inútiles para la reconstruc- ción arqueológica / de los recuerdos”. Ante los poemas de Postales del exi- lio, no sorprende la frase: “La literatura en verdad nace en Occidente unida a un viaje, el de Ulises en La Odisea”. Pienso en Hemingway, Capote, Lowry, Mar- gueritte Duras, Ana Ajmatova, entre otros, que nutren su obra de andanzas. Descubrimientos, asombros y perpleji- dades son parte de esta geografía. El poema Berlín: verano de 2007 convierte a quien lee en lago azul; el lector como co-autor o como creador mismo de aquello que se mira: “De la vez que caminamos por “Unter den Linden” / no recuerdo las hojas de los tilos / no recuerdo si en realidad había tilos / ¿era el nombre de la estación y de la calle? / La humedad reventaba el poco aire / ¡hubiera inhalado hielo comprimido! / ¡Me hubieran hecho acupuntura con las astillas de un ice- berg! / Para curarme del agua que se me iba del cuerpo: / aquella vez me sal- vó volverme azul en el lago”. 76 SIGLO NUEVO La enfermedad, también envuelta de misticisimo. Foto: Aurora Castrillón Rivera Ulises y las Sirenas, John William Waterhouse. Foto: National Gallery of Victoria

OTROS ELEMENTOS DE SU POESÍA

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Page 1: OTROS ELEMENTOS DE SU POESÍA

la enfermedad fue justifi cación para hacerlos palpables por medio de la fi gura retórica llamada “Écfrasis”.

El Diccionario de la Lengua Española la define como: descrip-ción precisa y detallada de un objeto artístico. Y fi gura consistente en la descripción minuciosa de algo.

Podemos ampliar su signifi cado y referirnos a ella, como una descrip-ción que evidencia en el receptor lo descrito. En nuestro caso, hablamos de pinturas, despertando en él la ima-gen del cuadro ausente. Es este el mecanismo, como se mencionó líneas arriba, a partir de ese paralelismo en los títulos de los poemas.

OTROS ELEMENTOS DE SU POESÍA

La ironía es otro ingrediente en la poe-sía de Carmen; ironía doble fi lo, doble visión paranoica. ¿Es la fi ebre de la en-fermedad o la fi ebre de la pasión? La poeta responde: “Mi madre me pasó un huevo por el cuerpo / para quitarme ese mal escandinavo de fi ebre / cuando lo quebró salió un ojo cocido / entras los huevos de mi cara / que siempre due-

len en las visiones de calentura / de la profética ceguera afi ebrada”.

Ávila también parte de otra postu-ra, la del extranjero que mira la cultu-ra de un país que le es ajeno. Postales del exilio mantiene la propuesta car-tográfi ca y el registro fotográfi co de cada estancia: París, Alemania, Pra-ga, Ginebra, el País X (México y su desierto del norte). El viajero obser-va y la memoria traza sus planos, las raíces de estos planos. Ávila no confía en la memoria; es caprichosa. Borges lo dijo varias veces: “mi memoria se parece demasiado al olvido”. Ávila coincide en Proemio: “Caprichosa memoria / muestra lo que quiere / o lo que puede / pequeños fragmentos de cerámica / inútiles para la reconstruc-ción arqueológica / de los recuerdos”.

Ante los poemas de Postales del exi-lio, no sorprende la frase: “La literatura en verdad nace en Occidente unida a un viaje, el de Ulises en La Odisea”. Pienso en Hemingway, Capote, Lowry, Mar-gueritte Duras, Ana Ajmatova, entre otros, que nutren su obra de andanzas. Descubrimientos, asombros y perpleji-dades son parte de esta geografía.

El poema Berlín: verano de 2007 convierte a quien lee en lago azul; el

lector como co-autor o como creador mismo de aquello que se mira: “De la vez que caminamos por “Unter den Linden” / no recuerdo las hojas de los tilos / no recuerdo si en realidad había tilos / ¿era el nombre de la estación y de la calle? / La humedad reventaba el poco aire / ¡hubiera inhalado hielo comprimido! / ¡Me hubieran hecho acupuntura con las astillas de un ice-berg! / Para curarme del agua que se me iba del cuerpo: / aquella vez me sal-vó volverme azul en el lago”.

76 • S I G L O N U E V O

La enfermedad, también envuelta de misticisimo. Foto: Aurora Castrillón Rivera Ulises y las Sirenas, John William Waterhouse. Foto: National Gallery of Victoria